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Sin lugar a equívocos, uno de los grandes aciertos de la nueva legislación procesal civil, ha sido el
proceso monitorio, que tiene como finalidad, la protección ágil, rápida y menos onerosa de la
tutela del crédito, salvaguardando con ello así, los derechos de los acreedores.
En cuanto a demanda no posee tanto formalismo como una demanda de un proceso declarativo
ordinario o como el proceso de ejecución propiamente dicho. La deuda puede constar mediante
cualquier medio, incluso de una servilleta si fuera el caso, con tal que la firma y la información de
la deuda y del deudor no posea cuestionamiento. Sin embargo, se tiene una limitación en cuanto
al monto reclamado, puesto que las deudas superiores a los L.200,000.00, tienen que constar en
títulos ejecutivos o su cobro tendría que hacerse por una vía declarativa ordinaria. El resultado de
esta acción será, que el juzgado nos dará un título de ejecución judicial, con el podremos hacer las
acciones pertinentes, como ser embargos, secuestros, prohibiciones, etc. Para asegurar el cobro
de nuestra deuda.
Conclusiones
II. De acuerdo a los criterios anteriores se puede concluir que el proceso monitorio es un
procedimiento ágil (en comparación al proceso ordinario), que tiene por finalidad declarar
la existencia de los créditos pecuniarios para su debida ejecución. Este proceso es
extremadamente expedito, donde cualquier acreedor que posea un crédito documentado
que la ley prescribe, solicita a la autoridad judicial que requiera de pago al deudor bajo el
apercibimiento de ejecución, sin oírle previamente y sin haber practicado la más mínima
actividad probatoria.
III. El procedimiento monitorio comenzará por demanda (se prevén formularios al efecto) del
acreedor en la que se expresarán la identidad del deudor, el domicilio o domicilios del
acreedor y del deudor o el lugar en que residieran o pudieran ser hallados y el origen y
cuantía de la deuda, acompañándose el documento o documentos antes reseñados.
Evidentemente, al tratarse de un proceso que pivota sobre la fuerza vinculante del
documento en cuestión, sin él la demanda es directamente inadmisible.