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LIBERTAD Y DERECHO A LA INFORMACIÓN

El derecho a la información es un pilar del Estado de derecho; no puede haber

vigencia del Estado de derecho sin derecho a la información, ya que este a su vez

garantiza la libertad de pensamiento. En consecuencia, sin derecho a la información

tampoco podría ejercerse el control ciudadano de la gestión pública.

El concepto de libertad de expresión, que no es más ni menos que la exteriorización

de otro derecho fundamental, la libertad de pensamiento, ya había estado establecido

en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 y

150 años después fue ampliado por la Declaración de las Naciones Unidas con el

concepto de libertad de información. Se trata de un derecho fundamental que alcanza

no solo a los periodistas o empresarios de la información, sino a toda persona,

independientemente de su condición.

Si a las personas se le niega el acceso a la información, se les veda expresar sus

pensamientos o se las priva de su derecho a emitir y conocer opiniones, la

manifestación de sus ideas no será libre y se estará así cometiendo una flagrante

violación de sus derechos, en nuestro país de raigambre constitucional.

Respecto al interés público de la información, quedan incluidos todos los temas que

son necesarios para el desarrollo de una sociedad civilizada y que de alguna forma y

con un criterio objetivo contribuyen a que se haga efectivo el pluralismo político e

ideológico, mientras que se descartan los temas que no se ajustan a ese criterio
objetivo, como por ejemplo, la simple curiosidad malsana o morbosa en el

conocimiento de determinados hechos.

DISTINICIÓN ENTRE LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y LIBERTAD DE

INFORMACIÓN

La teoría constitucional sobre los derechos fundamentales, al referirse a los derechos

relacionados con la libre comunicación de las ideas y opiniones, así como de hechos o

datos, suele diferenciar la libertad de expresión de la libertad de información. Esta

“concepción dual”, que se aparta de la tesis que unifica ambas libertades dentro del

concepto genérico de libertad de expresión, ha sido acogida entre otros países

europeos por Alemania o España y, en América Latina, para solo citar un ejemplo, en

Colombia.

De esta manera, se afirma que la libertad de información comprende los derechos:

a) A comunicar libremente información veraz por cualquier medio de comunicación;

derecho que a su vez comprende el de buscar y obtener información (aspecto activo);

b) Y a recibir información en iguales condiciones (aspecto pasivo).

Como puede apreciarse existe una estrecha vinculación entre la libertad de expresión

y la libertad de información. De ahí que se sostenga que ambos derechos son

manifestaciones de un derecho general a la libre comunicación.

Las similitudes se aprecian especialmente en su faceta activa pues en ambos casos se

trata de actos destinados a la comunicación. Sin embargo, la distinción se evidencia


en el contenido de lo que se transmite, pues mientras que en la libertad de expresión

se exterioriza el pensamiento (concepción subjetiva), en la libertad de información se

difunden datos o hechos.

En efecto, mientras el pensamiento o las opiniones no son contrastables por tratarse

de concepciones subjetivas, la transmisión de hechos o datos sí pueden serlo, por

ejemplo, para determinar su veracidad. Evidentemente, no siempre será fácil

distinguir los hechos de las opiniones, pues ambos pueden ser transmitidos de manera

conjunta. Por tanto, esta distinción habrá que establecerla en cada caso, efectuando

las ponderaciones y evaluaciones necesarias, para determinar cuál de los derechos es

el preponderante.

También se aprecia una diferencia entre ambos derechos por la amplitud de su

contenido. En efecto, mientras la libertad de expresión sólo protege la comunicación

del pensamiento u opinión, la libertad de información abarca, además, la preparación,

elaboración, selección y difusión de las noticias.

APROXIMACIÓN AL CONCEPTO:

La libertad de información puede definirse como el derecho a tener acceso a la

información que está en manos de entidades públicas; el derecho fundamental a la


libertad de expresión incluye el derecho de "investigar y recibir informaciones y

opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de

expresión”. La legislación en materia de libertad de información refleja la premisa

fundamental de que toda la información en poder de los gobiernos y las instituciones

gubernamentales es, en principio, pública y solo podrá ser retenida si existen razones

legítimas para no divulgarla, como suelen ser la privacidad y la seguridad. En los

últimos diez años, el derecho a la información ha sido reconocido por un número cada

vez mayor de países, incluidos países en desarrollo, a través de la adopción de un

gran número de leyes sobre libertad de información.

  Mientras que con la libertad de expresión se garantiza la difusión del pensamiento,

la opinión o los juicios de valor que cualquier persona pueda emitir, la libertad de

información garantiza el acceso, la búsqueda y la difusión de hechos noticiosos o, en

otros términos, la información veraz. Por su propia naturaleza, los juicios de valor, las

opiniones, los pensamientos o las ideas que cada persona pueda tener son de

naturaleza estrictamente subjetivas y, por tanto, no pueden ser sometidos a un test de

veracidad; a diferencia de lo que sucede con los hechos noticiosos, que, por su misma

naturaleza de datos objetivos y contrastables, sí lo pueden ser.

ÁMBITO INTERNACIONAL

 DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS


Artículo 19

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho

incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir

informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por

cualquier medio de expresión.

Artículo 29

2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona

estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de

asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y

de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar

general en una sociedad democrática.

 PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS

Artículo 19

1. Nadie podrá ser molestado a causa de sus opiniones.

2. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión; este derecho comprende la

libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin

consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o

artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.

3. El ejercicio del derecho previsto en el párrafo 2 de este artículo entraña deberes y

responsabilidades especiales. Por consiguiente, puede estar sujeto a ciertas


restricciones, que deberán, sin embargo, estar expresamente fijadas por la ley y ser

necesarias para:

a) Asegurar el respeto a los derechos o a la reputación de los demás;

b) La protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral

públicas.

Artículo 20

1. Toda propaganda en favor de la guerra estará prohibida por la ley.

2. Toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituya incitación a la

discriminación, la hostilidad o la violencia estará prohibida por la ley.

 CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS

Artículo 13

1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este

derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas

de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en

forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.


ÁMBITO NACIONAL´

La Constitución Política del Perú también recoge (aunque de manera indistinta de la

libertad de expresión) la libertad de información y está presente en el:

Artículo 2, inc. 4:

“A las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento

mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación

social, sin previa autorización ni censura ni impedimentos algunos, bajo las

responsabilidades de ley.

Los delitos cometidos por medio del libro, la prensa y demás medios de

comunicación social se tipifican en el Código Penal y se juzgan en el fuero común.

Es delito toda acción que suspende o clausura algún órgano de expresión o le impide

circular libremente.

Los derechos de informar y opinar comprenden los de fundar medios de

comunicación.”

Al respecto, el Tribunal Constitucional se ha pronunciado señalando el contenido,

dimensiones y límites de la libertad de información:

Las dimensiones de la libertad de información son:

a) el derecho de buscar o acceder a la información, que no sólo protege el derecho

subjetivo de ser informado o de acceder a las fuentes de información, sino, al mismo

tiempo, garantiza el derecho colectivo de ser informados, en forma veraz e imparcial,

protegiéndose de ese modo el proceso de formación de la opinión pública y, en


consecuencia, no sólo al informante, sino también a todo el proceso de elaboración,

búsqueda, selección y confección de la información.

b) la garantía de que el sujeto portador de los hechos noticiosos pueda difundirla

libremente. La titularidad del derecho corresponde a todas las personas y, de manera

especial, a los profesionales de la comunicación. El objeto protegido, en tal caso, es la

comunicación libre, tanto la de los hechos como la de las opiniones.

Por ello, tratándose de hechos difundidos, para merecer protección constitucional,

requieren ser veraces, lo que supone la asunción de ciertos deberes y

responsabilidades delicadísimas por quienes tienen la condición de sujetos

informantes, forjadores de la opinión pública.

El ejercicio del derecho a la información no es libre ni irrestricto; por el contrario,

está sujeto a ciertos condicionamientos que deben ser respetados dentro de un Estado

democrático y social de derecho. Sólo así, con los límites que se deben encontrar en

la propia Constitución, el derecho a la información podrá convertirse en la piedra

angular de la democracia. Es importante que en el ordenamiento internacional se haya

determinado la existencia de límites a los derechos comunicativos.

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