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Sergi Cortiñas
El autor distingue cuatro escuelas principales. En primer The author distinguishes between four main schools. First,
lugar, destaca la escuela fundacional de la divulgación there is the foundational school of science popularisation: the
científica: la italo-renacentista, cuyo máximo exponente es Italian Renaissance school whose greatest exponent is Galileo
Galileo Galilei con su obra cumbre Diálogo. La segunda Galilei, with his culminating work, Dialogue. The second
escuela considerada es la francesa, que vive sus años gloriosos school considered is the French school, which lived its golden
en el siglo XVIII, con autores como Diderot, Fontenelle y years in the 18th century, with authors such as Diderot,
Buffon o, ya en el XIX, con Flammarion. En tercer lugar, la Fontenelle and Buffon, and Flammarion in the 19 th century.
escuela germano-prusiana que abarca desde mediados del In third place is the German-Prussian school that spans the
XVIII hasta la Segunda Guerra Mundial. Su valor máximo mid 18 th century to the Second World War. It’s greatest asset
es Einstein, un sensacional escritor y conferenciante. Por is Einstein, a sensational writer and conference speaker.
último, señala la poderosa escuela anglosajona, que brilla en Finally, the author mentions the powerful English school that
el XIX con Darwin, un científico que escribía como un shines in the 19 th century with Darwin, a scientist who wrote
divulgador, y da lugar al siglo XX norteamericano: la like a populariser, and gives rise to the American 20 th
verdadera explosión cámbrica de la divulgación, con autores century: the real Cambrian explosion of popular science, with
como Gamow, Asimov, Sagan o Gould. authors such as Gamow, Asimov, Sagan and Gould.
a divulgación de las ciencias en Occi- prusiana y la anglosajona. Antes de abordar las caracte-
Nota
Este trabajo está basado en la parte de contexto histórico de la tesis doctoral del autor sobre divulgación de las ciencias, todavía
en curso, dirigida por el catedrático de Periodismo de la Universidad Pompeu Fabra, Josep Maria Casasús.
Tradición francesa
divulgación. Los autores más importantes de la escuela ralité des mondes (1686),2 el primer clásico indiscutible en
francesa son Fontenelle, Buffon y Diderot, pertenecien- la historia de la divulgación científica. Incluso 200 años
tes al Siglo de las Luces, y posteriormente Flammarion, después de ser escrito se seguía reeditando.
uno de los más grandes divulgadores del siglo XIX. Esta El filósofo y escritor francés Denis Diderot (1713-
riquísima tradición se estanca a partir de las primeras 1784) tiene reservado un lugar de honor en la historia de
décadas del siglo XX, en paralelo a la pérdida de influen- la divulgación científica por ser el padre de la Enciclo-
cia de la lengua francesa en los foros internacionales. pedia (1751-1780), una obra gigantesca y metódica que
Los autores franceses, que inventan el concepto de recogió con precisión y rigor el saber universal de la
«vulgarización», fueron siempre más literatos que cien- época. Diderot contó con la colaboración del matemá-
tíficos y expresaron su preocupación por la calidad del tico francés Jean le Rond d’Alembert (1717-1783).
texto con independencia de sus contenidos. «Les ouvra- Ya en el siglo XIX, Nicolas Camille Flammarion
ges bien écrits seront les seuls qui passeront à la postérité: la (1842-1925) divulgó la astronomía con una calidad y
quantité des connaissances, la singularité des faits, la nou- una efectividad nunca vistas con anterioridad. Astrono-
veauté même des découvertes ne sont pas sûrs garants de mie Populaire (1879) es la obra magistral de Flamma-
l'immortalité», decía Buffon en pleno Siglo de las Luces.1 rion. Su estilo cautivaba porque excitaba la imaginación
Georges Louis Leclerc, conde de Buffon (1707- del lector, tenía una habilidad singular para entretener
1788), fue un escritor, filósofo, e intendente del rey. Buf- y fomentaba la curiosidad de la gente (Raichvarg y Jac-
fon es el autor de una obra magistral: Historia natural, ques, 1991:62). Tampoco es discutible el valor de la obra
general y particular, un trabajo monumental y pluridis- divulgativa de escritores y periodistas franceses de los
ciplinario, que consta de 36 volúmenes publicados entre siglos XVIII y XIX como la marquesa de Châtelet, Vol-
1749 y 1789. Buffon ofrece así la primera versión natu- taire, Verne, Moigno, Figuier o, entre otros, Tissandier.
ralista de la historia de la Tierra y de los planetas, una
historia general de los animales y, en particular, de los Tradición germano-prusiana
seres humanos.
Bernard le Bovier (o Bouyer) de Fontenelle (1657- En tercer lugar, hay que señalar la tradición cen-
1757), más conocido simplemente como Fontenelle, es troeuropea de origen prusiano, de la que surgió Einstein,
uno de los primeros nombres propios de la divulgación de uno de los mitos de la divulgación, justo antes que el fas-
la astronomía. Hombre de letras, escribió un texto de refe- cismo nazi cambiara los signos de la historia. Esta escue-
rencia en la comunicación científica: Entretiens sur la plu- la abarca desde mediados del siglo XVIII hasta la Segun-
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sergi.cortinas@upf.edu
(1968), un libro clave del siglo XX, explicó con crudeza historia» (Guerrero, 1997). Sagan contribuyó como
las ambiciones de los científicos en sus rutinas de trabajo. nadie a la distinción entre la verdadera ciencia y las pseu-
George Gamow (1904-1968), científico que des- dociencias, a las que persiguió con todas sus fuerzas.
tacó en los campos de la física nuclear, la astrofísica y la Stephen Jay Gould (1941-2002), además de ser un
biología, es el padre de los divulgadores americanos. científico notable, fue un divulgador rebelde y entusias-
Incansable comunicador, este investigador nacionaliza- ta sobre la teoría de la evolución y los más variopintos
do norteamericano participó en tres de los aconteci- aspectos de zoología. Autor de una veintena de libros,
mientos científicos que más modificaron la visión del algunos de los cuales muy exitosos, supo conectar con
mundo en la pasada centuria: el Big Bang, la bomba ató- el público mediante un estilo de gran originalidad, lleno
mica y el código genético. Su forma de divulgar, clara y de color, trufado de pequeños detalles atractivos. Gould
desenfadada, creó escuela con títulos imperecederos cede a la divulgación ensayos como El pulgar del panda
como Un, dos, tres... infinito (1947).8 (1980), considerado por muchos su obra cumbre, sin
Escritor, científico e menospreciar La sonrisa
historiador, Isaac Asimov del flamenco, La vida mara-
(1920-1992) demostró villosa o su último libro,
una capacidad innata para publicado el año de su
la creación literaria y la muerte, I Have Landed:
divulgación. Con casi 500 The End of a Beginning in
obras, fue uno de los escri- Natural History. En sus tra-
tores más prolíficos del bajos, Gould acercó la bio-
siglo XX. Asimov es el logía al lego con una deli-
autor de ciencia ficción cadeza que tardará en
más conocido por el públi- superarse.
co en general, más allá de Los temas de divulga-
los aficionados al género. ción de la escuela anglosajo-
La tarea de divulgación no na han evolucionado al
es menos extraordinaria: mismo tiempo que la inves-
Asimov publicó más de dos tigación puntera del
centenares de títulos, la momento. Si en el siglo XIX
producción individual más predominan la física (electri-
grande del último siglo. La cidad y mecánica) y las cien-
obra de Asimov gozó de cias naturales (historia natu-
una gran aceptación en todo el mundo por su estilo inte- ral y darwinismo), en la primera mitad del XX, lo hace la
ligible y extraordinariamente cercano al lector. física atómica, y en la segunda mitad del XX, la biología
Científico riguroso, Carl Sagan (1934-1996) molecular.
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demostró que los medios audiovisuales podían servir a Además del libro, los anglosajones han explotado
los fines de la divulgación igual o mejor que los textos al máximo todos los canales de divulgación: las confe-
escritos. Consciente del poder de la imagen, fue uno de rencias, la poesía, los museos y, sobre todo, los medios
los primeros investigadores en convertir la televisión en de comunicación. Con un estilo claro y preciso, los
una herramienta de difusión de la ciencia. La serie «Cos- divulgadores anglosajones han liderado el siglo XX y
mos», que él mismo presentaba y dirigía, apasionó al afrontan con inmejorables perspectivas la actual centu-
gran público por lo diáfanas que eran sus explicaciones. ria, a la vez que el inglés se ha erigido con autoridad en
El libro Cosmos (1980), basado en la misma serie, fue un la lingua franca de la divulgación en el mundo.
best seller, tal vez «el libro de ciencia más vendido de la Este breve viaje a través de la historia de la divulga-
ción de las ciencias está lleno de obligadas simplificacio- 1564, hasta Gould, fallecido en 2002, merecen un aplau-
nes y olvidos. Sin duda, faltan muchos nombres y muchas so universal por haber contribuido, cada uno a su mane-
obras. Pero los autores que están, desde Galileo, nacido en ra, al enriquecimiento científico de la población.
Notas
1 Buffon. Historia natural, general y particular, París, 1749, 5 Artículo completo en la página creada por The British
recogido por Martí Domínguez (2001). Society for the history of science:
2 Traducida al castellano como Conversaciones [o Diálogos] http://www.ucl.ac.uk/sts/bshs2000/papers/bowler.doc
sobre la pluralidad de los mundos. (01-07-02)
3 Goethe descubrió el hueso intermaxilar del cráneo humano. 6 Citado por Locke, 1997:160.
4 Einstein, Albert. La teoria de la relativitat i altres textos. 7 El periodista Robert Chambers fue el autor del best seller
Edición a cargo de Xavier Roqué. Pòrtic; Institut anónimo Vestiges.
d’Estudis Catalans; Barcelona, 2000 (en catalán) 8 Gamow, George. Un, dos, tres... infinito. RBA, Barcelona, 1993.
Bibliografía