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ot El calendario mexica y la cronografia Rafael Tena 4 dar 7 ere "(25 scctupnbiclty sche Ofe Coleccién Cientitica INSTITUT NACIONAL OE ANTROPOLOGKEHisTOAA = SEP ee7e2il Portada: Gif dels nemontet ‘nelfolo del Codce FeleranaRemensi, Primers edctn: INAH, 1987 {nwitate Nacional de Aatropalogia Cérdoba 45, Col, Roms, México, DF. ISBN 3686038582 Impresoy hecho en México Indice Introduccion 1. Titulo y tema de la investiga 2 Planteamiento de la problemitica 43. Objetivos de la investigacion 4, Observaciones metodolégicas 2. Enfoque de la investigacion bs, Goneatenacion logica de las fases del proceso de investigacion Jstficacin de la presente investigacién Fuentes y extudios de consulta ‘a Las fuentes y los estudios utilizables 1. Maneta de citar Is obras de consulta Capitulo I. Generaidades sobre el ealendario mexica 1. El calendario mesoamericano y el calendario mexica 2. Deseripeién genériea del calendario mexica tulo I, Puntos controvertibles sobre el calendario mexica 1. Resolucién previa de algunos problemas menores “2 Eldia festivo prineipal dentro de cada veintena b.Sucesion de las trecenas del tonalpohualli dentro del, xiuk- pohualli «, Sicada uno de los nemontemi tenia 0 no un nombre propio 4. Origen probable del calendario de 260 dias 2, Planteamiento dela problematica central de la investigacin ‘2. Cronologia absoluta y eronologiarelativa entre los nahuas 1. Si los mexicas ajustaban periédicamente 0 no su afio calendé rico con el ao astronémico Capstulo ML Dif pinico Maes para cl conocimiento del calendario prehis- 1. Causis del desconocimiento sobre el calendario indigena 2. Caricter exotérico de los conocimientos sobre el calendari in digena b. Ofuscamiento de Ia civilizacién mesoamericana a raiz de ta cconquista 2. La hipotesis de a existencia simultinea de varios ealendatios prehis panicos Capi lo IV. La correlacion entre el calendario mexica y el europeo 1. Resefa de las fechas paralelas para acontecimientos de interés co ‘2 Fecha de la primera legada de los espafoles a Mexico Tenoch- titan n un 2 B 4 “4 15 16 16 7 19 19 20 Fy 23 23 4 26 26 2 28 a1 st 31 32 33 37 37 37 2, Testimonios sobre a feeha europea 22 Testimonios sobre a fecha indigena b. Fechadela "Noche triste” i. Testimonios sobre a fecha europea 2, Tertmonis sobre a fecha indigena «Fecha delacaa de Mexico Tenochtilan el, Testimonios sobre la fecha curopen 2, Testimonios sobre l fecha indigena 2 Discus critics dele fechas reeada 2 Fecha del primera Hegads de or epafiles a Mexico Tenoch titan Fecha de Ia “Noche trite” Fecha de Ia caida de Mexico Tenochtitlan 8. Fechas comelacionadas que deben tomarse como punto de partida a una rconstraclén 4. Poticin de los nemontemi dentro de xiuhpohual Capitulo V. Ajuste del ao calenditico al ao trbpico entre los mexicas 1. Las hipétesis dl ajuste calendéico en perfodoslargos 2, Testimonios en contra y a favor del ajuste cuatrienal ‘a Testimonios en contra del ajuste cuatrienal . Testimonios a favor del ajuste cuatrienal 8. Consideraciones sobre los testimonios en contra y a favor del ajuste ccutrienal ‘Capitulo VI. El ajustecuatrienal del calendario mexica 1, La hip6tesis del ajuste cuatrienal en el dfa “vigésimo bis” de dealt? 2 Lahiptessdelajuste cuatrienal en el dia “biquinto” de nemontem’ 53. Conclusiones sobre las hipétesis del ajuste cuatrienal del calendario ‘a Argumentos a favor del ajuste periédico '. Argumentos a favor del ajuste euatrienal € Arguments favor del juste cutienal en ld “iguino” Capitulo VIL. Afios del xiukmolpili’ en que se efectuaba el ajuste ‘cuztrienal del calendario mexica 1. Falsos fundamentos de la hipétesis del ajuste cuatrienal en los aios tdepatl 2, Argumentos a favor de la hip6tesis del ajuste cuatrenal en los afios téepatl 8. Gelebracion de Ia fiesta octenal de Atamalcualiztli en los aios cpatl Capitulo VIM. Cuestiones complementarias para la reconstruccidn del ealendario mexiea 1. Elmes primero del xiuhpohualli a. Aticaliualo, primer mes del ao indigena . Tlacaxipehualistl, primer mes del aho indigena 37 39 40 40 a 2 a2 4 45 45 48 50 50 53 33 55 55 56 él 61 6 68 58 69 9 n «, Elcalendario de Durin en el Libro de los ritos y ceremonias 4 El mes primero, del afio entze los mexicas 2. De dénde derivaban #1 nombre los aftos del xiukmolpill Capitulo IX, Reconstruccién del calendario mexica y su correlacion con el ealendario europeo 1, Reconstruccién del calendario mexica 21 Corelacion entre el calendario europeo y el mexica 53. Gonsideraciones en tomo a la correlacién que Sahagiin presenta en 1 Cadice Florentino Capieulo X. Estructura del xiuhmolpilli 1, Los aio primero y sitimo del xiukmolpilt “Inicio histérico de la celebracién del Fuego Nuevo entre los b. Cambio de 1 Tochtli a2 Acatl como fecha anual de Ia ceremo- nia det Fuego Nuevo 2. Fecha del xiukpohwalli en que los mexicas encendfan el Fuego Nuevo 3. Conelusiones sobre las fechas de encendimiento del Fuego Nuevo entre los mexieas Tablas y Apéndices ‘Tabla 1, Correspondencia entre los afios mexicas y os europeot Tabla 2, El ano 8 Acat!, 1487 Tabla 8, Elano 2 Acetl, 1507 Tabla 4, Blaho 13 Tochtl, 1518 Tabla 5, Elafo 1 Acatl, 1519 bla 6. El ao 2 Téepatl, 1520 Tabla 7, Elato 3 Cal, 1521 Apéndice I, Los nombres de los meses del calendario néhuatl “Apéndice Il, Los nombres de los dias de calendario néhuath “Apéndice IIL Textos originales citados ibliografia 1. Abreviaturas 21 Bjemplos del modo en que se citan algunas fuentes 3, Lista alfabética de las obras consultadas 80 80 82 85 85 86 87 89 89 90 92 93 7 101 108 108 105 106 107 108 109 m1 ng ns 1a 121 121 12 “Y que estando aderezando el navio, Aguilar, recibida la carta, atraves6 en una eanoa el canal centre Yucatén y Cuzmil,y que vigndole los de la azmada fueron a ver quin era; y que Aguila es pregunt6 si eran cristianos, y respondiéndole que ‘h,y espafiles, ord de placer, y puestas las rodilias en tierra dio gracias a Dios y pregunt6 Tos espafoles si era miérooles...” DIEGO DE LANDA, Relacién de las cosas de Yucatén Esta nvestigacin se realizo, en su mayor parte, ‘durante el ao académico de 1983-1984, bajo losauspicios del Instituto Nacional de Antropologia ‘eHistorlay de la Universidad Iberoamericana y con el apoyo de ta Bibloteca Nacional de Antropologia e Historia. La Dra Johanna Broda dirigié la investigacin; los doctores Alfredo Lépez Austin y José Rubén Romero Galvin aportaron orientaciones y observaciones que ‘mejoraron el resultado final del trabajo. El autor se declara deudor particularmente de los escritos ‘que sobre el ealendarlo ndhuai! han publicado: Alfonso Caso, George Kubler y Charles Gibson, Johanna Broda, y Victor M Castillo. Agradezco la ‘mistosa colaboracién de Jane Dale Lloyd, Maria (Cristina Torales, Yolanda Mercader, Virve Piho, Dolores Avila » Antonieta Cant Introduccion 41, Titulo y tema de la investigacion Desde que Paul Kirchhoff publicé su trascendental artfculo sobre “Mesoamé- rea” (1943), ha quedado establecida definitivamente en el campo de los ttdios prehispénicos la unidad fundamental de la cvlizacion mesoamericana, ‘Una de lar caracteristicas culturales mis relevantes de esa civilzacion es el ‘cbmputo calendirico basado en la combinacién entre un calendario solar de 365 dias, que los nahuas lamaron siuhtlapohualli, y otro calendario de 260 dias lamado cemilhuitlapohuall.! io obstante esa unidad fundamental de la civilzacién mesoamericana y ‘de su cOmputo calendérico, en las diferentes regiones y épocas ve afirmaron peculiardades distintivas de los varios grupos culturales. Esta variedad dela Drictia calendérica determina que, aun después de depurar los datos que im- Plican resultados contradictorios, no se pueda reconstruir un calendario finico, vido —no s6lo en su estructura general, sino en todos sus detalles— para los diversos grupos prehispénicos. : ‘Lo expucsto justfica y hasta cierto punto exige que uns investigacién sobre el calendario mesoamericano, si ha de referirse a aspectos hist6ricos Coneretos, deba asimismo Iimitarse por razones de método~ al estudio del Calendario propio de un grupo cultural, aunque éste se halle inmerso en la Sinica y vasta ciilizacin mesoamericana, Por tal motivo, en el titulo de lain- ‘que presentamos se anuncia que nuestro tema expecifico de es cl calendario utilizado por el grupo mexica, de fiiacién néhuatl; ‘conviene precisaz, ademés, que nos referiremos al calendario mexica segin la festructura que tenia en los tiempos inmediatamente anteriores al momento {de la conguistaespafola. Obviamente, son también posibles y deseables otros festudios de cardcter sintético o comparativo sobre el tema de los ealendarios Prchispinicos. En cuanto a la segunda parte del titulo de nuestra investigacin, aunque ppata la Real Academia Espafiola (1981: 382-383) las palabras “‘cronologia”” ¥"“cronografia” son sinénimas, nosotros queremos introducir entre ellas una ‘istineiOn, la cual se apoya en razones de indole etimolégica. Por consi- fuente, cronologia es aqui para nosotros Ta ciencia que estudia en sus as- pectos mis generals Ios sistemas de cémputo del tiempo y de fechamiento; fn tanto que cronografia et la descripeién y el estudio de los sistemas con ttetos utlizados para cl eémputo del tiempo 0 los fechamientos por un ‘grupo cultural dado, ’Asi pues, hemos puesto a nuestro trabajo el titulo de El calendario me- sciea y la cronografia para dar a entender que nos interesa considerar al ca- 1 xiwhdopohual “cuenta de low aon, ceihuitap all, “event el conto {ton dine', ton los dap tevminoe que con mls frecuencia hallaes en ls fuentes (Ver, SGpensivancote: Ap I 8, 28, 30,46, 4, 409 91; 7 AP MET, 8 9, 10, 11,28 27) Feeuriendo a uns implifeacion prctca en ete abajo os refeiremosrepecivamente USsipohuatt “cuenta de lor sfon yal fonaohwall Aletioe" Por ‘ukpohwall par Savsacesion de low aton gue se regutaba en lon sales hatoriogrificor (xtuhdmat, 0, finamente yen teminos generale esate de compatocronologico banda ene ce toler que datngui del fonipobuall pero se combinaba con 8 u Iendario mexica como sistema particular de cémputo del tiempo y como ins: trumento para el registro historiografico de fechas, lo que nos Ilevard necesa tlamente, aparte de a intentar reconstrur la estructura de dicho ealendario, también ' tratar de extablecer una correlacién —de ser posible, “con pre: cision de un dia” entre el calendario mexica de tiempos de la conquista y el Calendario europeo vigente en la época contemporinea, es decir, el calen dariojuliano? 2, Planteamiento de la problemética Se acepta univernlmente, por I evdencia de los datos contenidos en la fuentes, quel calendario mevica tenia una estructura regulary eclca: en él se rucedian, de manera fja e ininterrumpida, los 82 ass soares de un “iglo", las 18 veintenas 0 “meses” de un afo solar més el perfodo comple- rmentario de 8 dia, y los 20 dfs de un met, asf como, en la cuenta paralela, fos grupos de 78 tonalpohuall, y dentro de cada uno de estos dtimos, ia combinaeén dels wecenas de ndneros y de los 20 signos de los dias” "Acetea del tonalpohuall, por lo menos en cuanto se refer a su estuc- tura general los aspectoscronograficos, parece no haber graves problemas pendientes de rerolucion.* No sucede lo mismo con el xiukpohual, a pro Pésito del cual pueden sefalarse varias cuestiones que los extadiouos han di fxtido afanosamente desde el siglo XVI harta la fecha, sin que hayan logeado ponerse de acuerdo sobre soluciones universalmente stiafactorss, Tales Sertiones son las que & consinuacion se enumeran. 1) EGual era el primer mes del xiuhponuall? 2) eCuil era, dentro dl xiuhpohuall, la posicén delos§ das amados 3) Se practicabaalgin tipo de auste entre el cémputo de Tos aos lendiaicos 0 “Vagos” y el de los aos solaresantronémicos? US de octubre de 1549 (Ver Corie Teasalrta, 1981: 387988). Dado el ‘del prevnte abajo, ag expresamos od as fechas europeas ent ‘nos del clendnsio jane. Para covert lt feshas laa en fechas gregranar Sats Agregar mere de fo ine 10 unidades 3 r stems numérico mesoameriano ea vigesimal, pues se basta en fos 20 dedos ‘al cuerpo humano! entre lon aba, 1 eta et com "unidad, toaida, conjento"; 5 ert maculae malty cuts Siméon, 1977: 248) “puto, lo que se coge con una ano” Yo era mata (de nly Mach: Op cite 250), "as manos del tortx™s 15 era extol (Gea ser de tof), “mada hacia abajo"); 20 era cempohual, “una cuenta". Lor 5368 dias entero del ao sla, dviidos ene 20, dan 16 mas un reidie de 5. or ot parte, et probable queen un primer momenta el nimero 260 hays adi significado © Trportancla pr alguna razon expecil [Ver el apurtado 1d dl Capitulo I) og, a set divi entre 20, gener6 el namero 18, Las combinacionen de 13 y20, 7 e 1h 20 tds svieron pars eractra el elenario mewormeriano, 4 Ver en el aprtado 1b del Capitulo Ifa dscusin relativa ala scesin dels tece- as del fonaipohnalfdentco del nunpohual, 5 se una “aho calendricoo vag” al sfo toar que const de un mero entero de ins ean tos 360, 565 0 366~j y“aho atronémico g tegpleg” a aha solar cuya do ‘pn gat i ean So 242108 ca (65° Baa H¥} Calo y a on 1980" 18751 2 44) En el cato eventual de existir un dfa intercalar 0 “bisiesto”® dentro del ealendario. mexiea, cen cules aos yen qué punto preciso de éstos tena, lugar la interealacin correspondiente? 3) ¢De dénde derivaban su nombre propio los aos del calendavio mexica? Se acepta asimismo que los mexicas no utilizaron, como en cambio si lo hhabjan hecho los mayas de la época cisica, un sistema de fechamiento ins crito en el marco de una cronologia absoluta o “cuenta larg.” Y sin em- Dargo, el empleo de un sistema tal es imprescindible para una vigurosa pric- tice historiogifica. As{ pues, reviste especial interés e importancia intentar relacionar el cémputo calendérico mexica con el cémputo cronogrifico eu ropeo, para de exa manera introducir en aquél la cuenta de cronologia abso Juta propia de éste." Tal correlacién nos brindarfa la posibilidad de estudiar los anales de tradicién mexica con una perspectiva historiogrfica, y, a partir del grupo mexica de la época de la conquista, de extender el estudio crono: fgrifico 1 otros grupos culturales y a otras épocas, Pero entonces nos enfren ‘amos a una nueva tere de problemas, a saber 1) éCuiles son la fechas de ambos calendarios que, segin las fuentes, se corresponden reefprocamente, y que tal vez permitan establecer uma corre- Tacién general entre los calendarios mexica y europeo? 7) Cuil de estar fechae dobles es la que debe tomarse como firme punto de partidapparaintentar establecer dicha correlacién entre ambos calendarios? ‘La solucién de las varias euestiones propuestas hasta este momento nos permitirfa reconstruir el calendario mexica y relacionarlo con la cronograf Europea, con lo que quedarian satisfechas en lo sustancial las inquietudes del hstoridgrafo, Pero hay otros puntos zelativos al calendario mexica que pre- ‘sentan un interés especial para el estudioso de la cronografia; podemos, pues, por tltimo, aftadir otras dos cuestiones que cabe investigar a propéeito de la ronogratia mexica. Tales cuestiones son las siguientes: '8) éCual era el primer afto del xiukmolpili, “atado de afios” o siglo de Banos? '9) én qué fecha del xivhpohualli se celebraba la ceremonia dle encendi- siento del Fuego Nuevo? 3, Objetivos de la investgacién Los objetivas inmediatos y concretos dela presente investigacion pueden redducite los dos siguientes 1) Reconstruir, no sélo en au estructura global, sino incluso de ser ello posible~ “con precisin de un dia”, cl calendario mexica vigente en visperas de fa conquista espatola, 2) Establecer la correlacin, también —de ser posible— “con precision de tun dia”, entre el calendario mexica y el europeo. 5 wisest” se deriva debi extn, porgue el dis nterclar cantina eibia entre tos roman, desde ln teforme juliana, el ope latino de ane dom bi sexu halen marian en chdfadon voce esto antes dela calendas de marzo” el 24 de febrero de Tog afor bitte 7 aunque Ia cuenta lana del mays fe concebida probablement hacia 7.0.0.0.0 (9 baxtunes 0 Satunee, Otnes,O‘imafesy 0 ines ranscurios deade una fee nial Ait S Camb) tact $83 40) se saponin quel es correspondiente habia omen: Fado en lao 3118 aC (Morey, 1955: 88,83, 789 31S) Pusde verte a ete reepecto el arta 29 del Capéule I 1 De lograree estos dos objetivos inmediatos y concretos, se estarfan simul ‘tineamente logrando otros objetivos mediatos de notable importancia, como 41) Convertir elsiatema de cémputo mexica de efcico en “lineal, al ins cribir dicho sistema de cémputo ~mediante la correlacién— en el marco de In eronografia absoluta europea. 2) Acceder, por lo tanto, ala posiblidad de estudiar con enfoque estric- tamente historiogritico los anales de tradicion mexica. '3) For iltimo, extender esta posbilidad de estudio historiogrifico a ‘otror grupos y épocas cultural, a partir del grupo mexica y de los tiempos inmediatoe a a conquis 4. Observaciones metodolégicas La metodologia que habré. de guiamos en la realizacin de esta investiga: cibn esta necesariamente dictada por los objetivos —inmediatos y mediator ‘que acaban de enunciarse, Para una mejor descripcin de la metodologia que adoptaremos en el tra ‘bajo, conviene explicar por separado los dos puntos siguientes: a) el enfoque de la investigacion; y B) la concatenacién logica de las diferentes fases del proceso de investigacion, 1a, Enfoque de la investigacién. ‘Son varios los enfoques con que podria levare a cabo un estudio del ex lendario prehispinico. Al precsarel titulo y el tema de nuestra investigacién, fen el epertada 1 de esta introduccin, ya dejamos atentado que nos interest estudiar en particular el calendario mexica vigente en visperas de la con- Auista; también sefalamos que vamos a considerar a ese calendario funda. ‘mentalmente como sistema de cémputo y de registro cronogrificos. Por lo tanto, no obstante el interés que puedan repreventar para el es tudio integral de Ta sociedad mexica, no tocaremos aqui directamente las complejas telaciones existentes entre el calendario mexica y: los hallazgos recientes de la arqueoastronom{a, el ciclo estacional o climitico y de las la ‘bores agricolas, la recurrencia we las festividadesreligiosas de cada veinte dias dentro del siukpohuall, la recurrencia anual de ciertascelebraciones 0 pric+ tieas de earicter politico, econémico, social o foleérico. Este parece, asimismo, el sitio oportuno para advertr que nuestra inves- tigacion no pretende resefiar ni analizar todos los intentos que se han hecho, fen tiempos antiguos y recientes, para describir y reconstruir el calendario Imexiea o para conelacionarlo con el europeo. George Kubler y Charles Gibson (1951), Alfonso Caso (1967) y Johanna Broda (1969), principal- mente, han realizado en buena medida esta tarea; apoyados en Tos trabajos de estos estudiosos, partir de ellos emprendemos nuestra investigacion, ‘También nos dispensa de acometer esa exhaustividad laintencién manifesta de no pocos autores antiguos de proponer una concliacién artificial entre ‘ambos calendarios; tales autores no pretendieron reconstruir con fideidad el Calendario mexics, sino, al contrario, eliminarlo como fuente potencial de “supestciones”'y sustituirlo por un calendario hfbrido que se acereara lo ‘mis posible al calendario europeo.” 2 sie tnaliad se propusieron, entre otto, Franco de las Novas (en Mute Co ‘argo, 1981" 16809 1700} Martin de Len (1611: 96-97) 1“ En suma, lo que directamente nos interesa en esta investigacién es, @ partir de los datos contenidos en las fuentes historiogficas —sean Estas de brigen europco o iadigena, reconstruir el calendario mexica de los tiempos de la conquists, “como realmente era”, y correlacionarlo cronogrificamente con el calendario europeo de la época, 1. Concatenacién ligica de las fases del proceso de investigacién. Como, por una parte, nuestro propésito es intentar una reconstruccién del calendatio mexica ‘con precision de un dia” y como, por otra parte, los cescasos datos de las fuentes relativos « una eventual “intercalacién correc fen el calendariomexica son bastante discutibles, al exponer la invest {gacin ec impone, tras una serie de consideraciones genéricas sobre el calen- ‘dario prehispinico, proseguir inmediatamente con el estudio de las cues- tiones que en el apartado 2 de esta introduccién hemos sefalado con los ‘nimerot 6 y 7. Es decir que, si ello resultare en fin de cuentas posible, ha- bbremos de llegar a la reconstnuccién del calendario mexica siguiendo la vis indirecta de su correlacién con el calendario europeo. Asi pues, primera ‘mente resefaremos las fechas de ciertos acontecimientos historicot, de im portaneia comiin para espafoles y mexicas, que tuvieron lugar en el mo- ‘mento del contacto inicial; afortunadamente las fuentes registran algunas de tales fechas siguiendo los modos de cSmputo propios de mexicas y europeos. Ya propésito de esas diversas fechas registradas nos preguntaremos en- tonces: deuil es la fecha, expresada en términos de los calendarios mexica y ‘europeo, que debe tomarse como mis firme punto de partida para establecer ‘una correlacién, de faa dia, entre ambos calendarios? A partir de los datos resultantes, se podrin afrontar las cuestiones de los nimeros 2, 8 y 4, a saber, respectivamente: ceudl era, dentro del siukpo- hhualli, la posicién ‘de los 5 ias\lamados nemontemi, ése practicaba agin tipo de ajuste entre el eémputo de los aos calendéricos 0 “vagos” y el de los alos solares astronémicos?,y den cuiles aos del calendario mexiea y en qué punto preciso de éstos tenia Iugar la eventual intercalacin del “dia bi- Sesto"? La solucién de estas tres cuestiones es de importancia decisiva para nuestra investigacin, pues de ella depende que podamos establecer o no una correlacién valida, “con precisién de un dia, entre los calendarios mexica y europeo. “En cambio, las soluciones que se dieran a las cuestiones de los nGmeros 1 y 5, a aaber, respectivamente: éeudl era el primer mes del xiukpohualli?, y de dénde derivaban su nombre propio los fos del calendario mexica?, con ser de enorme interés, no lograrian afecta la correlacion entre los ealenda- ros mexica y europeo que hubiera podido establecerse al resolver las cues- tiones sefaladas anteriormente (con los niimeros 6 y 7 y del 2 al 4). Ast pes, estas cuestiones de los nimeros 1 5 serin afrontadas slo en un tercer ‘A manera de apéndice o complemento, se tratarin en éltimo término las cuestiones de los alimeros 8 y 9, fntimamente relacionadas entre si, a saber: feud era el primer aho del xiuhmolpil?, y den qué fecha del xiuhpohualli se celebraba la ceremonia de encendimiento del Fuego Nuevo? 45. Justficacién de la presente investigaci6n Alfonso Caso concluye atinadamente sus consideraciones sobre la “corre- laci6n general de los meses indigenas con los crstianos” (1967: 50.51) dela siguiente manera: “En consecuencia, si, por lo que llevamos dicho, no po- ddemos extablecer ya de un modo indudable la correlacin dia a dia entre los meses mexicanos y los meses cristianor, xf podemos establecer ya de un ‘modo general esta correspondencia; es decir, que toda hipStesis calendérica {que colocara el mes quecholl lejos del mes de noviembre, el mes t6xcat! lejos el mes de mayo, 0 el mes fecuilhuitonti lejos del mes de junio, podemos rechazarla con abroluta seguridad, Todo intento de correlacion entre cl aio azteca y el cristiano debe hacer coincidir, al menos en parte, los meses mencionados”, En nuestra investigeciSn, que, como ya se ha visto, se propone los rismos objetivos que los trabajos calendéricos de Caso y de ottos etudiowos recientes, necesariamente hemos de recurrir a las fuentes que ellos utilizaron y, dentro de éstas, casi alos mismos datos; por lo tanto, las conclusiones a {que habremos de llegar no podrin ser del todo diferentes. Cabe entonces la pregunta: cqué elo que justi exta nueva invesignion sobre el elendario Las razones que nos animaron a emprender Ia presente investigaci6n fueron principalmente dos. En primer lugar, tenfamos interés en examinar la literatura sobre el calendario mexica producida con posterioridad a la obra de Alfonso Caso, Especial atencién hemos dedicado al articulo de Victor M Castillo inttulado “El bisiesto néhuatl" (1971), ya que nuestra investigacion coincide plenamente, en el enfoque cronogrifico, con este estudio, Reciente ‘mente, Hanns J Prem (1983: 133-161) ha expuesto en sintesis el estado actual de las investigaciones sobre los antiguos calendarios del centro de Mé. xxico y ha sefalado algunas orientaciones para los futuros estudios sobre el En segundo lugar, podemos anticipar que, si no en lo general, por lo ‘menos en varios puntos de detalle,ereemos haber legado a conclusiones vie Tidas diferentes de las que proponen los autores que se han ocupado del asunto, Toca al lector juzgar acerca de esa pretendida validez de nuestros re Sultados, Pero si algin acierto, por pequetio que fuese, contuviera este tra- bajo, convendria entonces recordar que la cronologiaes ta “‘cienciaexacta”, ena que, por consiguiente, aun los detalles reeultan importantes, 6, Fuentes y estudios de consulta 4, Las fuentes los estudios utlizables [Las fuentes que utilzaremos para nuestro estudio historiogréfico sobre el calendario mexice serin, de preferencia, las lamadas fuentes primarias, taber: los monumentos axqueologicos, lor cbdices y las erdnieas originales, referentes ala cultura mexica y databies en el siglo XVI. Sélo por via com plementaria nos convendri recurir a las fuentes secundarag, asf como a fuentes relativas a otras culturas 0 procedentes de otras époeas 10 ungue rconocemot de antemano el carcter un tanto artic de Ie distinc res que expliaremor en ers nota eeemor que pacden ayudar peer el valor gue {espectivamente aibuimos a as fuentes y alos estudiosuleablex Con rexpecto a tema ‘Sel calendarioprehinpinico, y bablando’ en trminos generale, damor nombre de “Tuentes” alos veystoselaborades por sore indignat 0 europeos enna dca ste Hoes ala conguitaeppafoln o durante el primer ilo posterior a dicho acontecmlento, ‘ter entre 1821 y 1621s lou enrtn portertore a ents tina Fecha los conleramos Seanaioe™ Fuetee “prima” von, para nvoton, las que se dervan de un tant Inmate In tradi indignas fuente “secandaiat Ine que retanemiten cor tenido de ns ents primar. Lo studios pretenden partir dela fuente, reconatnir ‘a ere de datos o propone nn hipstese 6 Pero también habremos de acudir a los autores de los siglos XVILXIX ‘que con mayor perspicacia —a juicio nuestro estudiaron el tema del calen- dlaio prehispinico, Consultaremos, pues, los estudios de: Jacinto de la Serna, Lorenzo Boturini, Francisco Javier Clavijero, Antonio de Leén y Gama, José Femando Ramirez, Manuel Orozco y Berra, etcétera, Entre los extudiosoe modernot ocupan lugar destacado —aungue a veces fen posiciones antagénicas— George Kubler y Charles Gibson (1951) y Al- fonso Caso (1967), cuyas tespectivas obras tobre los calendarios prehis: ppinicos del érea ndhuatl pueden justamente calificarse de monumentales, Estos autores han tenido en su debida cuenta los estudios ealendaricos de Zelia Nuttall, Eduard Seler, Francisco del Paso y Troncoso, Edouard de Jonghe, eteétera, ‘Cabe mencionar también los trabajos recientes que, o presentan resefas sintétcas, 0 extudian en particular algim aspecto del Calendario mexica, ‘comparan a érte con otros calendarios prehispanicos; tales son los estudios de Wigberto Jiménez Moreno, Robert Weitlaner, Paul Kirchhoff, Karl Anton Nowotny, Johanna Broda, Michel Graulich, Franz Tichy, Hanns J Prem, Victor M Castillo, Carmen Aguilera, etétera En Ia Bibliografia final se enlistan alfabéticamente las fuentes y los es tudios que concretamente hemos consultado para la realizacion de este tra bajo y que aparecen citados alo largo del mismo. b. Manera de citer ls obras de consulta Para hacer més égil Ia Iectura de este trabajo, hemos adoptado una serie de criterios uniformadores, segin se explicaa continuacién. Respetando siempre cxcrupulosamente los textos, sélo hemos corregido las erratas menores que nos han parecido evidentes. Modemizamos la orto- sraffa y la puntuacién de los textos antiguos, tanto espavioles como nahuas, Uniformamos el so de mayisculas y minisculas, y de las cursivas. Citamos ‘asi siempre con nimeros aribigos la fechas referentes a dias y afios de los ‘calendarioe mexica y europeo, Escribimos de preferencia Mexico Tenoch- titan, sin acentos, para que asi ce pronuncie el nombre de la antigua ciudad ‘durante la lectura'de este trabajo, con el fin de que la pronunciacion actual no desentone en las citas, sobre todo en los textos traducidos del nahuatl; ppor lo general, empleamos asimismo la transeripein nahuatl delos nombres Indigenas propios de personas y lugares. Como hemos anotado la ubicacién precisa de'las referencias o citas textuales en las fuentes y en las ediciones ‘consultadas, el lector podri, en todo caso, acudir alos textos en sus presen: taciones originales, En el cuerpo del trabajo hemos puesto en castellano las citas de los textor en nahuatl y en otvos idiomas, en traduccién nuestra; en el Apén- dice IH aparecerd la transcripcion de los textos originales, para que el lector [pueda en cata caso juzgar sobre la correccion de nuestrasinterpretaciones. ‘Al inicio de la Bibliografia el lector encontrar lista de las abreviaturas utiizadas, asi como la explicacién del modo peculiar de citar cierta fuentes. Finalmente, entre las pginas 64 y 65 hemos intercalado 4 laminas com plementarias fuera de texto. sobre el calendario mexica apitulo I. Generalidad 1. El calendario mesoamericano y el calendario mexica De la misma manera que, siguiendo los sefialamientos de Paul Kirchhoff (1943), puede y debe hablare de civilizacién mesoamericana, considerando a {ta como fundamentalmente tiniea, no obstante las peculiaridades que exhi- ‘ben la diversas regiones y perZodos asf también puede y debe hablarse de un nico calendario mesoamericano —caracteristica relevante de_ esa. civilzs iin_, no obstante las peculiaridades que asimismo se manifietan al res pecto en las diversas regiones y periodos de Mesoamérica. Esto lo reconocié Ja Motolinfa (1971: 43), al afirmar: “Aunque en esta tierra hay much Tenguas ¥ generaciones, a lo que hasta agora he alcanzado, en el contar, prin CGpiar, epartir él tiempo, aos y meses, todos eran conformes” Es probable que los origenes del calendario mesoamericano se remonten alos onigenes de la misma civilizacién, ct decir, al segundo milenio antes de rhucstra era, si bien los registros de fechas mas antiguos de que se tiene cono- Cmiento en los valles centrales de Oaxaca— datan del siglo VI aC (Marcus, 11979: 41-42). Asi, el calendario mesoamericano, como nos consta por la ‘modalidad que tenia entre los mexicas de principios del siglo XVI, ala cual fe reficren especificamente las consideraciones de este trabajo," representa {l fruto de una serie de observaciones astrondmicas y de ajustes pricticos realizados alo largo de muchos siglos. ‘Aunque heredado de mis de dos milenios atrés, el calendatio mexica parcee derivarse inmediatamente del calendario tolteca, como expresamente fo alirman, entre otros, Francisco Javier Clavjero (1979: 177) y Antonio de edn y Gama (1978: f, 14) El calendario mexica ejemplifca Ia estructura regular e ideal del calen- dario mesoamericano, al resutar de la combinacion fija entre wn eémputo tolar de 365-dias, lamado xiuhpohual, y un computo ritual o migico de 260 das, lamado tonelpohuall"® Bernardino de Sahagin quiso deslindar netamente el xiuhpohualli del tonalpohuall, atrbuyendo al primero el hombre de “‘calendario” propiamente dicho, y al segundo el de “cuenta de Ta arte adivinatoria", Ia cual —dice “o es arte de nigromantica, 0 pacto y fibrica del demonio™ (Cédice Florentino, 1979: 1, 243v: IV, Prélogo). Y coneluye (Op eit: , 325rv: IV, Apéndice): “Ya esté dicho que el calendario Eniukpohuall’} cs distinto de esta cuenta (tonalpohuali} y no tiene nada {que ver con ela, pues el calendaro trata de los meses de todo el afo,y de los as de todo el ato, y de las semanas [de 5 dias] de todo el afioy y de las Fiestas fjas de todo ef aio, .. Empero la cuenta de la arte adivinatoria, ala cual falzamente llama calendario [el religioso andnimo a quien Sahagin esté 11 op om principament lat razones que not han implied a estudiar en particlar calendars meni, seer: dimpontbded de numeroras fuentes que fo Suara, y la Stopornia dla hstorogeafia reatva sls mexica, A partir del momento de i co [Gutsy de este apo indigen,rvlfaponbleamplar cada ves mis el conocileno hi ‘biotic, hac epoca anteriores hacia otros grupos prehispdnicos, 19 confutando},!® es cuenta por si, porque su fin se endereza a adivinar las ‘condiciones y sucesos de los que macen en cada signo.o earcter”, Pero la verdad es que el calendario prehispénico resultaba de Ia estrecha combina cién entre el xiukpohualiy el tonalpohualli, pues mientras el primero con: tenia la sucesin de las veintenas y de sus fiestas correspondiente, el se ggundo servia —ain antes de que se le utilizara para adivinar los destinos de Jos recién nacides— para dar un nombre propio a cada uno de Ios dias." 2. Descripcion gentrica del calendario mexica El xiukpohuali, 0 “cuenta del afo”, estaba formado fundamentalmente por 18 meses o veintenas de dias. Constituye un dato seguro ~independien- temente de cuestiones secundaria, tales como la de establecer cul era el mes por el que principiaba el aio de los indigenas prehispsnicos,o lade registrar Jos varios nombres que pod recibir un mes determinado el hecho de que los meses del calendario nahuatl e sucedian en el curso de los afos siguiendo tun orden invariable e ininterrumpido, de acuerdo con la siguiente lista: atlea Iiualo, tlecaxipehualizti, tozoztonthi, husitozoxti, téxeatl, etzalcualictl, tecuilhuitontl, huetecuilhuitl, tlaxochinaco, xocotlhuetzi, ochpaniztl, teotleco, tepeithuil, quecholl, panquetzalztl, atemozti, ttt, tecall, nue: vamente atlcahualo, etoétera.™ La cuenta sucesva de extas veintenas o meses recibia en néhuat! los nombres de cempohuallapohualli, 0 “cuenta de las veintenas”, y de metztlapohuall, o “cuenta de las Iunaciones” o meses.” Cada uno de estos 18 meses o veintenas estaba dedicado a celebraciones religiosas especiales, Aunque no faltan autores para quienes el dia festivo ppor excelencia era el primero de cada veintena, se sabe con bastante certeza {que la festividades veintenales ocurrian en el da itimo de cada mes.” Pero aademis de las 18 fiestas correspondientes al vigésimo ¥ iltimo dia de cada tuno de los meses, habia otras dos fiestas que se celebraban a la mitad de sendos meses: la fiesta de Tlacoguecholi, *Mitad de quecholli”, que ten(a lugar en los dias décimo y undécimo de quecholli (Gédice Florentino, 1979: 1, 134: Il, 33; Durin, 1967: 1, 76: RC, VI, 24); la festa de Motiexgua 28 Joaquin Garcia Ieabaleta (1981: 373) sapere que este rlgowsandnimo pudo haber edo Mototinia por su pute, Joré Femando. Ramieez coments (97). "De ambos [el apadice al bro IV del Cédice Florentino y el Opiate sobre calendar, fe Sahagin J parece deduce claramente que In vgorors inpugaacion ue hace dea {ad eserto or un veligiow', sin mentaron sev te del Fava’ En efecto, Francaco fe las Navan habia eselo (ca Mos Comargor 1981: 1670): "Aunque sigaoe de lot Berto tenian han tnido por opin que eta tabla lend ts epecie de os Tatra, lo ual nome parece ue sen ran agente par attra al opin, pongo lot nombres de lords, meses aor, que tienen todor sur nombre de contsconoclancy ‘te calendavio es antiuisio, ln loa est vega wo se an antiguas ene ™ pig Dina stad que tent cet de ns gc el napa, to ra poner dein Set Hee lon dn leenene fo hers a Sp de stn (6 2 1) ert cas ‘Siemfenton en bon, en comer tly tls conus cal ets de aquelon des Sepcgachance cio 15 Ver el pie 18 Ver rspesivamente: Ap IM: 2, 81.9 32: API: 4,8, 10,11» 12 17 Verelapartedo Ta del Capitulo I 20 in tota, “Nuestro padte (el Fuego) tuesta para si" (0 “Nuestro padre se pre para de comer”), también llamada Huauhguiltamaleualizti, “Comida de ta- males de huaukguilit”, que tenia lugar el décimo dia de izcalli(Cédice Flo- rentino, 1979: 1, 150r-132r: H, 37} De esta manera, como dice Sahagin (Op cit: I, 323: IV, Apéndice), “con ser los meses dieciocho, las fiestas que celebraban en ellos’ eran veinte™. Habja, ademés de estas 20 festividades “fijas”, las que Sahagiin lama (Op cit: 1, 560: I, Al lector) “fiestas mo- vibles",cuyas fechas de celebracion se regian por el tonalpohuall, [Los 20 dias de cada uno de los meses e dividfan en 4 semanas 0 “quin- tanas”, de 5 dias cada una;!* yen base a esta subdivision en quintanas como dice Sahagin los prehispinicos “de cinco en cinco dias echaban los Imereados 0 ferias” (Op cit: 1, 3230: IV, Apéndice). Menor importancia tenia, al parecer, para los indigenas, al enunciar sus Techae, registrar la po- sicién ordinal de cada dfa dentro de la veintena respectiva. ‘Al final de las 18 veintenas, que daban un total de 360 dias, se inter- calaban 5 dias, lamados nemontem, “en vano estin ahi ocupando un higat” (dias vanos, baldios, muertos © aciagos), los cuales ~estrictamente ha- blando— no’pertenecfan a ningiin mes, aunque sf recibfan el nombre que les correspondiia en el tonelpohuall,® con lo que el xiukpohualli se convertia, ppor su duracién (de 65 dias) en un verdadero afio sola, agricola y festivo ademas. El cemilkuitlapohuall, “cuenta del conjunto de los dias”, o tonalpo- huali, “cuenta de los signos”, estaba formado por 20 trecenas de dias, que dan un total de 260 dias. Cada dia del tonaipohuall!tenja su nombre propio, {que constaba de dos elementos: un niimero de la serie efclica: 1, 2,3, 4,5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, nuevamente 1, etcétera, y un signo’de la serie también icles: cipactl, ‘ehécatl, call, ‘cuetzpalli, cohuatl, miquizth, ‘mdzatl, tochth, ath itzeuintl, ozomatli, malinalli, dca, océlotl, cuauhtl, cozeacuauhthi,ollin, eepatl, quiyahuitl, xéchitl, nuevamente cipactl, etoé- tera. Cada una de las 20 trecenas recibia el nombre compuesto de su dia iniial; también los afios de $65 dias (xthuit!)recibfan un nombre, formado ppor wn numeral y un signo, que concretamente era el nombre de dos de sus ‘En un xiwhpohuallicabia wn fonalpohualli, mis 105 dias pertenecientes oto u otros dos tonalpohuall; esta relacién entre los dos cémputos provo: ‘caba que el primer dia de cada afo pudiera llevar todos los mimeros del I al, 13, pero combinados Gnicamente con 4 de los 20 signos de los dias (cuets- palin, att, océlotl, quiydhuitl).® Por otra parte, se necesitaba el transcurso ‘de 52 aioe para que se agotaran todas las posiciones posibles de un dia cual Aguiera del tonalpohualli dentro del xiukpohual’ y viceversa. En un cielo de 32 siuhpohuali, que entre los nahuas recibia lox nombres de sukmolpil y de nexivhipilistl, “gavilla 0 atadura de aos", cabian 73 tonalpokuall, fs decir, un total de 18980 dias nominales, Habia también el ciclo doble de 18 4 cate conjunto de 5 dis Sshaginprefleelamatio “glntane, ever de “se. mana" (Césice Foennot 1099" 1 3200: 1, Apendieey Lasa'y Garis edatie® (1976-4, 13) 19 Verelgprtado te del Capitulo I 2 Vert Apénaice th 21 Vere aputado 2 de Copia VI 22 Ver nots antroe yo apartado 2 det Capitulo IX en 104 afios, que recibia el nombre nahuatl de huchuetlizli® “vejex”, 0 “si flo" el cual combinaba en forma muy aproximada el ciclo de Venus y el Elo aparente del Sol? pues en dichos 104 xiuhpohualicaben otros tantos fos solares o “terrestres” y 65 revoluciones sinédicas o “aihos” de Venus {dando un cotal de 37960 dias nominales). (Gada uno de los 52 afios de un siukmolpill’ 0 “gavilla de aftos” tenia su ‘nombre propio; este nombre estaba formado por un numeral de la serie 1-13 y por unio de ls siguientes 4 signos: tochel, deat! téepati, call, Em una “re Construccién ideal o légiea”, el primer afio de un xiuhmolpli’ se lamaba 1 Tochtli; el segundo, 2 Acatl; el tercero, 3 Técpatl; el cuarto, 4 Calli: el ‘quinto, § Tock: etcétera; después de 13 Tochtly, venia l Acatl, y at suce- svamente, hasta llegar a 13 Call, que era el ltimo de los 52 afios del xiuh- ‘molpll, Los 82 afios de una gavilla o siglo se dvidian en 4 talpll ("el at do"), de 13 afios cada unos el primer elalpili 0 grupo comenzaba y termi: hnaba, respectivamente, por 1 Tochtli y 13 Tockeli; el segundo tlalpill, por ‘1 Acatl y 13 Acatl; el tercero, por 1 Téepatl y 13 Téepail; y el cuarto, por 1 Calli y 13 Call, Hemos hablado de “reconstruccin ideal 0 légica", porque mis adelante™ yeremos que en la prictica —al menos entre los mevicas de los tiempos de la conquista— el timo y el primero alos del xiukmolpil eran, respectivamente, el aho 2 cat! y el aio 3 Técpatl. 23 rata denominain de huchuetitetl a eacontramos, por ejemplo, en los Frimeros Memories de Sahagen {en Cédices Mottenser, 1908-1907: VI, 3: CMRP, 2867). "A ‘Ste shhpohwall le dos veces In vuelta una huehuetlsti, que som 104 aoe” (AP Il, i}t yen Mutioe Canna (1981: Totr}"¥ sabes estos 92 trmaba Ia cuenta de Inve ita ots 52, ents cuenta mayor lamba lon naarales abuehuetiet! [i Por ce huckucti, Que quiere decir tanto como una edad, que won ead es de 104 25 4 1g “giao atuura de aon” (62), por comodiad te daremosaqut a veces ol rombre'de “tiga” so abatante que Sabagin (Cisice Florentine, 1978-1, 327%" TY, Spend) ner cata tina desinacion pr ee doe” 14 aos 9 hue 25 1a revoluciin since de Ves dara en promedi 584 dis, xi como I 10 cin pice de ln Tera dra en promedio 368 dts, 26 Verton sparta 1y 3 del Capitulo X lo Il. Puntos controvertibles sobre el calendario mexica 1. Rerolucién previa de algunos problemas menores Dejando para el siguiente apartado de este capitulo el planteamiento de la problemtica fundamental relativa al calendario mexica, y para los Capstulos IVAX la discusin de dicha problemitica, trataremos a continuacién breve- ‘mente algunos aspectos particulares del calendario mexica, los cuales, aunque representan otros tantos problemas merecedores de estudio, ton de resol dn relativamente facil 6 no pertenecen al tema y propéuitos centrles de esta investigacién. No hemos querido tocar estos puntos en el apartado 2 del capitulo anterior para no interrumpir con digresiones la descripeién genérica el calendario mexica, Las cuestiones menores que a continuacién trataremos son las siguientes: 4) écuil era el dja festivo principal dentro de cada veintena del xiukpo- ‘huall?; 6) Ze6mo se sucedian, dentro del xivkpohualli, las trecenas del tonal. pohualii?;¢) étenia cada uno de los nemontem un nombre propio, como el resto de los dias del aiubpohuall?; y d),finalmente, como se originé el to- nalpohualli o calendario de 260 dias? «a, Eldia festivo principal dentro de cada veintena Algunos autores antiguos sostuvieron Ia opinién de que entre los indi. _genas prehispinicos las fiestas veintenales se celebraban en los primeros dias de cada mes. Dice, por cjemplo, el Segundo Calendario Anénimo inserto en los Memoriaies de Motolin‘a (1971: 57): “Siempre el primero diade aquellos vente hacian gran fiesta general, y siempre era en la misma figura que ten ppor alo, de veinte en veinte dias; y de aqui se saca que aquéllos eran sus ‘meses, pues en todos sus principfos hacfan tanta solemnidad, ..” Y Francisco de las Navas, que probablemente es autor también del texto anterior “Hacian los naturales en todos los principios de los meses grandes solemni- dades" (en Mutioz Camargo, 1981: 16%). Por su parte, Diego Durin tostiene (1967: 1, 243: CA, V, 1): “El cual primer dia de este segundo mes cele braban la festa primera de las dieciocho que en cada principio de mes cele- braban. Llamdbanla a esta fiesta tlacaxipehualizt...” Juan de Torquemada (1975-1983: Il, 360: X, 9) afirma: “Asimismo acostumbraban hacer extoe Sacrficos en los principios de sus meses, que eran de veinte dias, en el pri- mero o segundo dia de é1, porque en todos ellos hacfan muy solemnes y re- gocijadas fiestas; esto era’ como en hacimiento de gracias por haber pasado on vida del un’ mes al otro, y pidiéndola para el que comenzaba”. Final- mente, leemos en Alva Ixtlilxéchitl (19751977: Il, 113): “En el afo se hacian dieciocho fiestas principales alos diosesfingidos, que era alos prime- ros dias de sus dieciocho meses con que repartian su afo solar”. Es probable (que estos autores hayan atribuido a los indigenas prehispsnicos la costumbre de solemnizar el primer dfa de cada mes por analogia con lo que encontraban fen su lectura de la Biblia; en efecto, Torquemada explica (Op cit: IT, 360: X, 9): “Si bien se considera, esta costumbre parece hurtada de Ia de Tos hhebreos; de los cuales dice Santo Tomés que ordenaron las neomeniae en todos los prineipios de los meses en memoria de Ia conservacién y gobema- cidn de todas las cosas”, 287241 Sin embargo, mis digos de crédito nos parecen los testimonios acerca de «que las principals celebraciones festivas dela vintenas se efectusban, entre pr merfean tn el tltimo dia de las mismas, Dice, por ejemplo, Motolings (1971, 45), “EL dia postrero del mes, solemne y muy festival entre ellos {Cu vee, Sahagin alma (Cédice Florentino, 1979? 136r: 1,33): “Llegeda Ia fest de Quecholl), que era elmo dia de este me... Pedro Gonz Tez y Pedro de San Buenaventura, en su carta a Sahagén, corroboran: "Se Tama ‘terminacin de cuahaitlehua" cusndo concluye la veintena entonces, fen mu terminacion, era cuando se celebrabala festa. As va icurricndo #0 fe cuenta del conjunto de las veintenar; de esta manera da la vuelta un afio: en 360. dias mis 5 dias” (en Cédices Matrtenses, 1905-1907: VII, GhiRP, 331) (Ap Il 2)" Otro tanto afirma el Codice Aubin, a propésito de faveintena de quecholli (1893: 82), Lo mismo se desprende de la desexipeion que hacen, rpectivamente, Durin de las veintenas de ‘lacaxpehualzt (i967: 1,95: RC, 1X, 1) y de xocotlhuetsi (Op cit: I, 119-120: RC, XU, 5.6); y el Calendario’ de Tover, de las veintenas de tlacaxipehuaiztii (en Kublet y Gibson, 1951: Lim IV) y de teotleca (Op cit: Lam X). Y final: mente, Jeronimo de Mendieta nos informa (1980: 232): "Y de veinte en teinte’dlas que tenfan sus meses (porque contaban dieciocho meses en el Sho), al portrero ia de estos veinte era fiesta general en toda la tierra.» ‘Aparte de estos testimonios directos, lor mismos nombres de algynas fiestas nos persuaden de que el dia festivo veintenal era el timo de cada mes; pues para distingir & las fiesta finales de las que se celebraban a la mnitad de queckolli de ically se daban aquélas,rexpectivamente, los hombres de Quecholitlen’ o Quechollami, “Acaba quecholi” (CBdice Flo. rentino, 1979: I, 457e: XI, 27; Cidice Aubin, 1883: 86), y de Lalita’ 6 Izcallami, “Acabrizcali (Calendario de Boban, 1865-1867; Codices Me: trtentes, 1905-1907: VI, 7: CMRP, 253r; Cadice Florentino, 1979: I, 4570: Xi, 27). (reemos, pues, que debe dare por sentado que los mexicas cciebraban ss festvdaiesvennenaes el df timo de cada mes, +, Sucesin de las trecenas del tonalpohualli dentro del xiuhpohwallt Muchos autores antiguos sostuvieron que el primer dfa del primer mes {del allo tenia siempre cl signo de 1 Gipactl, Cedemos la palabra a Antonio de Ledn y Gama, quien adopta y expresa esta posicién con suma claridad (1978: 1, 29-30): “El primero de estos simbolos, que es Ce Cipactli, coneu- ‘fa siempre con el dia primero del afo solar comin. .. Era, pues, invariable ¥ constante el dia del carieter Ce Gipactli para comenzar generalmente el Ao, de cualquier simbolo y niimero que fuese”. El mismo autor se encarga de entinciar lis consceuencias tebricas de esa afirmacion (Op eit: I, 77): “En la comparacién de los dos ealendatios mexi- ‘anos (el xiuhpohualli y el tonalpohual’} se observa, lo primero: que el tolar contiene 28 trecenas y un da, inclusos los 5 nemontemi, de los cual los cuatro completan la vigesimoctava trecena, y el iltimo, que es Ce C ‘uatl, queda solo. Lo segundo: que asi éte como los otros cuatro quedan fin acompaiiados 0 vacios (de donde pudo traer su origen la voz nemontemi, fen cuanto solamente sirven estos 5 dias vacfos para completar el ao comin {de 365 dias), porque siendo solos 9 los acompatados, caben exactamente 40 veces en los 360 dias stiles que componen los 18 meses del primer calen- 27 Ver también Caso, 1967: 86-88. 2 dario, Lo tercero: que en las 20 trecenas de que se forma el perfodo lunar de 260 das no caben justamente los 9 acompafador, y sobra uno que ¢s Qui- ‘yahuitl, el cual seve de tal acompatado al primer simbolo cipactli por el que fe wuelven a contar lor 105 dias més para completar el afo, siendo ya dife- rrentes los acompafiados que corresponden & estos 105 dias, de los que tuvie ton en los 13 meses primeros, Lo evarto: que el dia que sobra, ams de las 28 trecenas que contiene cada aflo, forma otra trecena en cada tlalpili 0 in- diccién de las del ciclo, componiéndose esta indiccién de 365 trecenas, y todo el ciclo, de 1460, a las que se agrega la otra que se gastaba en fiestas al fin del mismo ciclo, y que servfa para igualar el aho comin con el solar y Corrie todo el periodo”. ‘Si aceptéramios como cierto el dato de que todos los xiuhpohuali comen- zahan en forma invariable con el signo 1 Cipacti, y como vidas las conse- ‘cuencias que de alli se derivan, quedaria sin explicacién adecuada el hecho {de que todos los afios de un ciclo de 52 llevaban nombres diferentes entre si, pero coincidentes respectivamente con Ios nombres de ciertos dfas del tonal- ohualli, los cuales dstaban entre sf 105 y 865 dias. Precisamente la combi nnacién entre Ia posicin de los 368 dias dentro del xiuhpohualty los nom: bres de los 260 dias del tonaipohualli es la que generaba en forma automé tica el ciclo de 52 afios, el cual se dividia en 4tlalpili de 13 aos cada uno y cequivalia 1 18980 dias nominales. ‘Asi pues, dentro de un xiuhmolpill, las 20 trecenas del tonalpohwali se sucedfan en forma eicica, invariable y constante, pero con absoluta indepen- encia con respecto al xiuhpohuall, El primer dia de cada uno de los xiuh- Pokuall’ que componian el ciclo de 52 lievaba siempre un nombre dife- rente, el cual se repetia sélo hasta que habian transeurrido los dichos 52 sukpohuali, pero en ningiin caso Hevaba el nombre de 1 Cipacti. Esto que- dari plenamente confirmado cuando establezcamos la corrlaci6n entre los Galendarios mexica y europeo, a partir de la correspondencia de fechas me- ‘seas y europeas para ciertos acontecimientos de interés comin, «Si cada uno de los nemontemi tenia 0 no un nombre propio En muchos autores antiguos encontramos la afirmacién de que los ne- tmontemi “ya no tienen nombre de signo, ya no se toman en cuenta, ya no son contados” (Cédice Florentino, 1979: 1, 159: If, 38) (Ap Ill: 34) 4Cémo deben interpretarse estas expresiones? 'Si hubjera que interpretarls en el sentido de que simplemente se deja- bban pasar esos 5 diar, sin asignarles uno de los 260 nombres de dia que con- tenia el tonalpohuall, tendriamos que los 20 signos de los fas cabrian 18 veces exactas en los restantes 360 dias del xiuhpohuall; asi pues, todos los aahos calendévicos de 365 dias comenzarian siempre con un signo —no im porta cuil de ellos, en concreto—, y slo ira variando el numeral correspon- Siente, con intervilos de 9 unidades. Ahora bien, no es esto lo que encon- ‘ramos en las Fuentes, Como bien dice Caso (1967: 39): “La demostracién dde que los dias nemontemi ise contaban con niimero y signo, es la deno- ‘minacién de los ahos durante el siglo. Si el primer afo de un siglo se Iamaba 2 Gaia, y el segundo afo se lamaba 3 Técpat, esto era asi porque entre el ‘dia 2 Canta y el dia 3 Técpat! hay un intervalo de 365 dia En conelusién, cada uno de los 8 dias de nemontemi tenia sw nombre propio, compuesto de numeral y signo, exactamente como el resto de los as del xiuhpohuali 28 Verelopertado 2 del Capitulo VII yeLapatado 2 del Capitulo IX. d. Origen probable del calendario de 260 dias videntemente, el xiuhpokuall, cuya duracién normal era de 365 dias, tuvo su origen en ia observacién temprana del curso aparente anual del Soi ¥ de los cambios estacionales o climéticos. Empero, no sabemos con certeza tual fue el origen del tonalpohuall o calendario de 260 dias; tampoco pode ‘os precisar la época y el lugar geogrifico en que se introdujo su uso Dejando sin tratar la segunda y la tercera cuestiones recién menciona: das, por no. entrar en los intereses directos de esta investigacion, acerca de la primera nos conviene citar la lista de hipétesis que presenta Anthony F Kveni (2980: 148-131); El nimero 260 de los dias del tonalpohuali puede fer, o un dato original, o bien el resultado de la multiplicacin de 13 por 20. En el primer caso, el nimero 260 podria estar relacionado con: 1) Ia dis tancia en dias entre el segundo paso anal del Sol por el cenit en Ta latitud norte de 14° 37° (correspondiente a los sitios mayas de Izapa, Chiapas, y de opin, Honduras) y el primer paso del Sol por el mismo punto en el ako t- pico siguiente (12 de agosto y 80 de abril}; 2) los intervalos medios entre dos Eclipses solares consecutivos, pues tres de éstos (173.3 por tres, igual a 519.9) son equivalentes a dos tonalpohwalli (260 por dos, igual 2 520);5) la distancia en dias entre la primera aparicién de Venus como estrella de la tarde y su primera aparicion como estrella de la mafiana (268 dfas en pro: medio); 4) la revolucién sinédica de Marte, que equivale a tres tonalpohwalli {780 dias); 5) el periodo normal de la gestaciSn humana (9 meses lunares de 29 dias); y 6) la consideracién simultinea de varios de los fenémenos an- teriores. Tn el segundo caso, a partir de los meses lunares de 28 dias se habria ‘operado una reduccion 2 20 dias, en base ala serie descendente de la “caja numérica”: 28, 20, 12 y 4. Asi como el xiukpohualli pudo formarse con 13, meses de 28 dias (364 dias), el fonalpohualli se habria formado con 13 ‘meses de 20 dias (260 dias). Recientemente, Jesis Ignacio Mora-Echeversia (1984: 25) ha sugerido aque la relacin muy aproximada de raiz cuadrada de 2 a 1, que existe entre los $65. dias del calendario solar y los 260 dfas del calendario ritual m soamericano, pudo haberse originado en las proporciones geométricas u Tizadas por los constructores prehispénicos para la planificacién arquitect nica. El rimero exacto resultante, de 258.09398, habria sido aproximado a 260 por ser éxte cl malkiplo de 20 mis cereano, 2. Planteamiento de la problematica central dela investigaciin [La regulardad ccica del calendario prehispinico debe de haber ejercido luna especie de sagrada fascinacién entre los indigenas, pero a la vez ocx. sionaba dos graves inconvenientes. El primer inconveniente consistia en que {Gl eardcter cfclico del calendario néhuatl favorecia la prictica slo de una ronologia relative, en detrimento de la cronologia absoluta. El segundo in conveniente consistia en Ia difcultad teérica de modificar esa regularidad para efectuar un ajuste entre cl aio ealendérico, que necesariamente consta completos, y el afl astronémico, que debe contarse con fracciones |. De ambas cuestiones, en este apartado examinaremos la primera la Segunda cuestién, cayo estudio constituye uno de los temas centrales de nuestro trabajo, aqui s6lo la plantearemos, dejando para los Cop tulos TV-VIT su discusién y eventual esolucién, «4 Cronologta absolutay cronologéa relativa entre los nahuas En primer lugar, hay que sefilar que, segin todos los indicis, los nahuas no utiizaron ningin signo grafico para distinguir en sus registros a un deter- Iminado aio de sus homénimos de ots xiuhmolpil, Cueran éstos anteriores © posteriores. Contra este sefalamiento esti la opinién de Francisco Javier ‘Chivjero, quien sostiene (1979: 180): “Igualmente, creemos que usaban de latin caricter para dstinguir un siglo de oto, siendo por una parte tan fécil Y por otra tan necesario"smas él mismo apresura a afadir (bidem): “pero ho lo he hallado en autor alguno”. Leén y Gama (1978: 1, 22) refuta en este punto a Clavijero, apelando al testimonio del Mapa de Sigtenza, donde dice aparece ef jeroglifo del ciclo de 52 afios “sobre el simbolo de la ciu- dad de Colhuacan, con cuatro circulllos 0 caracteres numéricos que denotan {que en aquella ciudad cumplieron cuatro ciclos desde el que comenzaron a Contar en Tlalixeo o Acahualtzinco, 0 que alli ataron la cuarta vez el perfodo ‘de sus eos". Sin embargo, el examen de todos los jeroglifos “del ciclo” que fparecen en el mencionade mapa no autoriza a sacar esa conclusion, ademés de que dicha fuente data ya del periodo colonial. Esta titima circunstancia fe aplica tambien al Cdice Aubin o a los escritos de Chimalpshin, donde Cfeetivamente se numeran las sucesivas ataduras de afios que realizaron los tmexicas; pero, en estos cas, la enumeracién se encuentra en textos excitos ¥y no en registros géficos. Para ser justos, hay que reconocer que los mexicas s{tenfan la nocién de cronologia absoluta, la cual expresaban, o bien en relacién con el tiempo de mando de sus sucesivor dirigentes ~desde los primeros caudillos, pasando por Tos reyes, hasta los lkimos gobemadores, o bien, como ya se indied, me diante el setalamiento de las sucesivas ataduras de afios; no obstante, sinos tenemos exclusivamente al sistema de fechamiento mediante registros gi ficos que utilizaron en sus cédices y anales, también debe reconocerse que ste era s6lo “telativo" y no “absoluto”. ‘Esta deficencia del sistema de registro indigena para indicar con pre- cisign fechas de afios es fuente de confusiones cuando se mancjan datos his- toricos comprendidos en perfodos de larga duracién, De hecho, en las fuentes indigenas encontramos a veces acontecimientos histéricos adscritos 2 tun determinado ato de la cronologla nahuatl, Ios cuales, al ser ubicados dentro de la cronologia europea, pueden quedar situados en fechas distan- tes entre sf uno o mas perfodos de 52 aflos, hacia atréso hacia adelante. Por tjemplo, el Cédice Aubin (1893: 35:36) parece fechar en 151 la derrota de os mexicas en Chapoltépec y la subsiguiente muerte de su eaudillo Huchue Huitailfhuitl, mientras sabemos por ottas fuentes que tales acontecimientos tuvieron lugar 52 aios antes Ta difieultad que acabamos de seRalar es directamente insalvable, y asf, ppara resolver el problema de Ia cronologia absoluta y aun relativa'de Tos Econtecimientos histéricos que se registran en los anaes indfgenas, hay que ecurrir a una comparacién de fuentes minuciosa y deductiva. No dispu- fleron, pues, Ios nahuas del centra de México de una “cuenta larga” como la {de los mayas clisicos; los anales nahuas se inscriben dentro de una cronolo- fia absolut s6lo a partir del momento en que se correlacionan con la crono- fogia europea, En otras palabras, una cronologia absoluta de la historia dha se puede lograr s6lo por la via indiecta de esa correlacion. En forma que podemos caifiear de undnime, la fuentes nahuas que se refieren a la conguista de Mexico Tenochtitlan por los espafiles nos infor- fan que la primera legada de éstos a la ciudad tuvo lugar durante el aio 1 Acatl y que la captura de Cuauhtémoe ocurrié durante el ato 5 Calis pax Talelamente, lat fuentes que manejan el calendario europeo nos dicen que las fechas respectivas fueron los afios de 1519 y 1521. A reserva de discutir mas lampliamente en el Capétulo IV los dias en que se fechan los acontecimientos Gitados, baste aqui Tamar la atencin sobre el hecho de que quecholli la “decimocuarta” veintena (sobre 18) del calendario néhuatl, coincidié en esos afi, al menos en parte, con noviembre, undécimo mes (sobre 12) del ca- Tendario europeo, y que tlaxockimaco y xocotthuetzi, “novena y décima” veintenae respectivamente, coincidieron con agosto, octavo mes del calen- ddario europeo, Estas comrspondencias tan firmemente establecidas por los testimonios de las fuentes nos permiten deducir que un aho indigena coi ‘idia con otro europeo durante la mayor parte de ambos. Ademas, como ‘conocemos lor dos sistemas de cmputo de afios, a partir del momento det ‘contacto podemos reconstruir, hacia atris y hacia adelante, las dos series pa Talelas de aos, en términos de la cronologia néhuatl y de la europea.” En conclusion, aunque los mexicas posefan la nocién de cronologia ab- soluta, en sur regsttos grificos utilizaron slo una cronologia relativa. El sistema de cémputo de los indigenas, de caricter ciclico, se convierte en Tineal s6lo en la medida en que se Ie puede correlacionar con la cronologia ‘europea , Si los menicas ajustaban periédicamente o no su aiio calendérico con et ‘tio astronémico En segundo Iugar, la mencionada regularidad cfclica del ealendario pr hispanico no permitia en teoria Ia intercalacin periddica de uno o mis dias supemumerarios a finde ajustar la correspondencia entre el afto ‘vago” 0 ca Tendirico con duracién de slo 368 dfas~ y el ao solar astronémico 0 trdpico —cuya duracion exacta es de 365.242199 dias (9654 5" 48" 45.88") Pero, de no efectuarse esta correcién o ajuste periédico, el inicio de aio ca- lendirico se irfa adelantando aproximadamente un dia cada cuatro aios con respecto al afo tr6pico; y al eabo de una cierta cantidad de afios se habria foriginado un desfase considerable entre el cielo calendirico y el ciclo de las festaciones y de los consiguientes cambios climéticos, este Ultimo ligado es- ‘rechamente al ciclo solar. ‘Tal hipStesis han aceptado, en el siglo XVI Motolin‘a, y recientemente Michel Graulich, entre otros autores. Dice, por ejemplo Motolinia (1971 44); “Los indiot naturales de la Nueva Espafa, al tiempo que esta tierra se {gané y entraron en ella los expaioles, comenzaban su aio en principio de ‘marzo; mas por no alcanzar bisiesto, ise hia variando su ao por todos los meses”, Por st parte, Graulich sostiene (1976: 3-16; 1980: 99-113) que la implantacion del calendario festivo utlizado por los mexicas en el momento de la conquista se remontaba a los afios entomo al 682 de nuestra era:s6lo fen exe momento habia existido —segin este autor— una correspondencia na ‘ural entre lat ceremonias rituales de los distintos meses y el ritmo de las es- taciones y de las labores agricolas. Mas, por la misma falta del ajuste peri ddico, para loe tiempos de la conquista se hab(a creado ya up adelanto de 209 dias del afto festivo religiozo con respecto al aio agricola Bl testimo: 29 Vert Tala 50 para que reutaran le 209 dias de adclanto que sfala Gralich (1976: 15) habeia qe colpear fiesta de Quechol (soleticio de verano") en el dia 16 de junio fo cr el 21 de joni (Op ct 9h por otra parte, hac] sho 82 a fecha mb exact pa ‘Tone de verano sri 17 de juno, en el alent julio 28 nio de Motolin‘a Io comentaremos en el apertado 3 del Gapétulo V; com res- pecto a la posicién de Graulch, advirtamos de una vez Io siguiente. Por lo {que se refiete al calendario mexica de la época dela conguista, notamos que Graulich (1976: 4) adopta sin discutilas previamente en el articulo que ‘estamos citando~ Ia reconstrucci6n y la correlaci6n propuestas por Alfonso aso, En cambio, por lo que se refiere ala llamada "yeconstitution optimale” del calendario (Op cit: 9), la cual seria vilida para el siglo VII de nuestra era, sis que de una hipétesis creemos que se trata de un postulado, ya que se Formula un poco al margen de los datos que suministran las fuentes historio- igrificas; por consiguiente, resulta igualmente dificil demostrar y refwtar dicho postulado, Sin embargo, tanto para comprobar como para impugnar la proposicién, extimamos correcto el procedimiento emprendido por Graulich, 4 saber: estudiar a fondo los rtos festivos de las veintenas.. ‘Ahora bien, parece que esta segunda dificultad sf pudo ser subsanada, si no en una forma “teériea”, que inevitablemente vendria a destrur la asom- brosa regularidad cfelica del calendario, sf al menos de un modo “prag- ‘mitico”, como te explicara oportunamente en los Capstulos V-VI. Por fo pronto, conviene sefalar dos hechos cuya consideracién nos per- suade, en términos generales, de que los mexicas de los tiempos de la con- {uistasjustaban periddicamente su ato calendarico al afo astronémico. ‘Ante todo, debe reconocerse que el calendario prehispénico era un calen- dario, a la vex que solar desde el punto de vista astronémico— (Tichy, 41980; 115-138; Aguilera, 1982: 190-203), también agricola y festive —desde los respectivos puntos de vista econdmico y social~ (Castillo, 1971: 75-83; Broda, 1983: 145-165). En efecto, el significado de los nombres de varios meses indigenas, asi como las ceremoniae caracterfstcas de cada uno de ‘ellos, parecen estar relacionados con fenémenos del curso aparente del Sol 0 ‘con actividades del cielo agricola y ritual, l cual coincidfa en duracién con tl ciclo anual" Ya Jacinto de la Sema (1892: 318) indicaba: “Y es de ad ‘ertir que los meses tenian sus nombres, 0 por las acciones que en ellos se bobraban, o por los efectos del tiempo en que cafan, 0 en el otofo, o en el verano, oen el esto, 0 en el invierno”. ‘Lutgo, las comprobaciones recientes de la arqueoastronomia han venido f demostrar que los mesoamericanos, aun basindose en observaciones prac- ticadas a simple vista, y sin el auxilio de instrumentos altamente tecificados, fueron capaces de disefar y construir ingeniosos edificios que utilizaban como verdaderos observatorios astron6micos. A titulo de ejemplo, y cieuns- Exibiéndonos al Altiplano Central, podemos mencionar el observatorio sub- {errineo tle Xochicaleo, Morelos (Broda, 1982a: 89), 0 la alineacion que yemin el Primer Calendario Anénimo inserto en los Memoriales de Moto- lina guardaban los adoratorios gemelos sobre la pirdmide del Templo Mayor en el recinto sagrado de Mexico Tenochtitlan. Dice el texto de este ‘ealendario (en Motolinia, 1971: $1): “Esta fiesta (de Tlacaxjpehualiztl} ‘ala estando el Sol en medio del Uchilobos, que era equinoccio, y porque ‘estaba tin poco tuerto Io queria derrocar Mutizuma y enderezallo”.®® Te- nnemos, ademis, prucbas suficientes de que los mesoamericanos conocieron ‘con bastante precisién momentos importantes de la trayeetoria anual del Sol 31 VeretApeidiceL 32 segin nesta comelacn, los dias primero ystino de Wecexipehualitl core: pond en la epocs de I congue repecamente al 40.5 yal 23 0 24 de marzo, por Jogue cl momento pecs delequinocco de primase 11 de marzo en el ealendaro Jinn queda situado en el din septine w octavo dela velnena (Ver fas Tablas J) 29 eae sp pte comtannop 4 wera mame poi 0 os Mee ny i eel elie i prey y enon tc i nie uo el hee cored iccrn seine 30 II, Dificultades para el conocimiento del calendario prehispanico La cuestién referente al ajuste periédico del aio calendirico con el afio tr5- pico constituye tn punto medular de la problematica relativa al calendario rexica, ¥, por consiguiente, uno de los temas centrales de este trabajo. Pero, al mismo tiempo, es uno de los aspectos mis obscuros y debatidos de dicho talendarios por esta raz6n, nos parece que no es aconsejable intentar la re- construccién del calendario mexica afrontando desde un principio el pro- bblema de si los mexicas recurrfan o no a una intercalacién periddica andloga al bisiesto europea, Como conocemos con toda precision cl calendario euro- Peo, en su estructura y en su historia, y como ademés en las fuentes — indi {ends y espaiolas~ tenemos una serie de fechas correlacionadas, creemos que Ja via indirecta de Ia correlacién entre ambos calendarios es Ia més indicada para lograr una reconstruccién confiable del calendario mexica, y para a la ‘vez comenzar a resolver el problema de la intercalacién “bisicsta”. En contraste con el conocimiento cabal que tenemos del calendario eu- ropeo, nuestro conocimiento del calendario mexica es bastante deficiente; Jos datos no son siempre abundantes, claros y seguros, por lo que en no ppocas ocasiones nos hallamos frente a la incertidumbre o ja obscuridad. Jbrosamente comenta el asunto Antonio de Leén y Gama (1978: 1, 83): "Con todos estos embarazos y dificultades se hallaron los esritores es: ppaioles¢ indios que quisieron concordar sis ealendarios [de los indioe con 1 nuestro; y el caballero Boturini antes de morir confes6 que se iba ala eter- nidad sin haber podido entenderios, como lo declara su albacea testamen- tario don Mariano Veytia en su manuscrto, en que pretendi6, sin efecto, dar Tnexplicacion de ellos”. Dediquemos, pues, un par de apartados previos para indagar reepectiva: ‘mente: 1) cudles pueden haber sido las eausas del desconocimiento que pa- ‘decemos acerca del calendario mexica; y 2) hasta qué punto representa una solucién de los problemas el postuar Ia existencia simultinea de varios ca lendarios prehispanicos. Sélo después, en los Capstulos IV y IX, procedere- ‘mos a intentar Ia tan necesaria correlacién entre los calendarios mexica y europeo. 1, Causes del desconocimiento sobre el calendario indigena Dos pueden ser las causas principales del desconocimiento que tenemos del calendario mexiea, a saber: a) el caricter esotérico de los conocimientos relativor al calendario indigena, y b) el ofuscamiento de la eivlizacién me- soamericana que siguid a la derota militar de los mexieas. «4 Carécter sotérico de los conocimientos sobre el calendario indigena En primer lugar, desde el mismo siglo XVI se ha discutido entre los estu- diosos si el conocimiento del calendario era patrimonio de toda la sociedad prehispsinica, o bien, hasta qué punto constituia asunto reservado a un grupo Tedducido de’especialists. Ya el religioso anénimo con quien Sahagim pole ‘miza en el apéndice al libro IV del Cadice Florentino introduce ciertas dis Linciones, al decir (en Cédice Florentino, 1979: 1, 325r: 1V, Apéndice) “Los indios que bien entendian los seretos de estas ruedasy calendarios no ————— los ensefaban ni descubrfan sino a muy pocos, porque por ello ganaban de Gmner'y eran estimados y tenidos por hombres sabios y entendidos;empero SGlan Las! todos los indios adultos y tenfan noticia del ao, asi del mimero sethe de Ta cass en que andaban; mas de los nombres de los dias y semanas J otros muchos seeetos y cuentas que tenian, solos aquellos maestros com: ppotistas To alcanzaban a “Agu lo fiilmente conocible es el signo del Peony lo diffel son Tos signos de los dias y de las trecenas. A st vez, el seine Sahagin afirma (Op cit: 325re: IV, Apéndice): “El calendaro. se Blanle todos Toa aitrapas y todos los ministros de los {dolos, y mucha de la lotta gente popular, porque es cosa fel y toca a todos, Empero la cuenta de fa ane adivinatoria. .e8 cuenta por si, porque su fin se endereza a adivinar Tas condiciones y sucesos de log que nacen en cada signo o cardcter; esta {Gucnta sebfania solamente los adivinos y los que tenfan habilidad para de prenderla, porque contiene muchas dificultades y obscuridades”. Aunque Phe fondo To que dice Sahagiin se complementa con lo dicho por el reigioso Shdnimo, aqui la distincién te establece directamente entre el “calendario” y "Ia arte adivinatoria”. ‘De cualquier modo, se convendr ficilmente en que, ademés de los se cretos del arte adivinatoria, también aquellos aspectos del calendario astro- ‘némico que ahora llamarfamos “cientificos”, a causa de su misma compleji- {dad eran conocidos finicamente por los sabios y sacerdotes. Asi se colige de Ia respuesta que los sefiores y principales dieron a los frailes, setin los Colo~ (quios de los doce (en Sahegiin, 1927: 126): ‘"Tenemor sacerdotes que nos gen y adiestran en la cultura y servicio de muestros dioses; hay también ‘otros muchos, que tienen diversos nombres, que entienden en el servicio de qos templos de noche y de dia, que son sabios y habiles asf cerca dela revo- Tcion curso de los cielos como cerca de nuestras costumbres antiguas; nen Tos ibros de nuestras antiguallag, en que estudian y ojean de noche ¥ ie dia; estos nos guian y adiestran en la cuenta de los afos, dias y meses, Y fiestas de nuestros dioses que de veinte en veinte dias se festejan”, ‘Por eso no es de extrafar que muchos de los conocimientos de los tla ‘matinime @ sabios prchispinicos relativos a la astronomfa y al ebmputo ca- Tenddrico se hayan perdido sin dejar huella clara en los registos. Los depo Starios del antiguo. saber fueron con frecuencia sometidos a censura y perse- ‘Cucion; por temor © por despecho, ellos ocultaron To que de alggin modo tstaba telacionado con las celebraciones recurrentes de sus dioses, b. Ofuscamiento de a civlizaciém mesoamericana a rats de la conguista En segundo lugar, la conquisa sini para los habitantes de Mesoamé vice oh Sera un pfacamiento definitive de i cilizaion; ex, inmediata- Te espa des eafda de Menico Tenochtitlan ls vencedoresimpusiron Pee sencdon, junto con otras modiicaionesculturales, la adopcin del ex- Jerdhate curopan, En el momento del contacto, los indigenas conocian bien wre diovan como los curopeos el myo: pero es presumible que a ambos casraer yaaa cen trabajo entender Y asimilar el ealendriosjeno (Cas Biy"o71 102) Prot pare como demu co dl mio Se aint habia epectos del eaemtari indigena que Tos europeos van con NEEL aaconfiana, por avbuirloe a magia idolatria; de hecho, a aficién a Sub" Gitmo wneulada al ealendaro er muy grande entre los indgenas, are aii tmcban, ademas de fos textimonios de los eronisas, lox varios to seat Roc logan sobre ala tenaz perecucin de que fron objet, dear cee ditanatancos pdian, pcs, explicar la frecuencia con que 3 32 ‘manifiestan la incertidumbre y el error entre quienes a aiz de la conquista se ‘propusieron interrelacionar el calendario indigena con el europeo, [Los dator, numerozos pero con frecuencia contradictorios, de las fuentes Aesalientan al historiador que, después de varios siglos, intenta una vez més fstablecer una correlacién entre el calendario indigena y el europeo. Y sin embargo, tal correlacion es imprescindible para quien desce adentrarse en la historiografia indigena. Sabido es que entre los antiguos mesoamericanos estaba muy arraigado el sentido dela historia, y que en sus anaes tuvieron el ‘Cuidado de registrar las fechas de numerosos acontecimientos.”” 2. La hipstesis de laexistenciasimulténea de varios calendarios prekispénicos Para explicar la divergencia de los datos en las fuentes, algunos autores tan opto por suponer que los ives grupor indigenes isbn dvenoe Si nos referimos en particular a los nombres que en diferentes regiones podia levar un perfodo anual que fuera aproximadamente el mismo, no hay £m principio difcultad alguna para admitit Ia hipStesis. En efecto, conviene Fecordar que los afios de los calendarios mesoamericanos levaban todos un hhombre compuesto (de numeral y signe) que coincidfa con el nombre de uno {0 dos) de sus dias, Aun prescindiendo del dato concreto referente a cul era Ta posicign que dentro del xiukpohualli mexica ocupab el dia que daba su nombre al alo, resulta Iigico que la posicién de un dfa cualquiera del tonal- okualli dentro del siuhpohuall se viera afectada por la determinacién del primer mes del aio solar y por la posicion que dentro de éste se asignara alos B dies de nemontemi, En el apartado 4 del Capstulo IV diseutiremos cudl era la posicion de los nemontemi dentro del xiukpohualli mexica, y en el retiaron « Cayoara, (29607964 1, 186) 18) Tiindos de Santa abet Tota (1718) “op aby de T921, que fue chando dion Ia batalla los epafites en Tatileo, qu ali ton primero los snexicanon y ersvieron pelesndo ocho as ure, que enjones fur ‘uande se conelayo la batalla y ae anb exa ter que 3 12 de agosto de 1821 a0, fando.reinando y.goberando elas Espafat el Tacito sehor emperador Carlos Qui tonne (1897219). 2, Testimonios sobre la fecha indigena 41) Anles de Tateloleg (1528) ent abo 9 Call [1821 2 perdi la cluded; en nexochimace fuimos derotador eu ‘ln de apne 1 hut!” (1965236) (Ap Il 25) 2) Chdice Teeriano Remense (15621563) ‘sen ene mes (Micimcelhu, igual a xocotbweet) scab el marqués don Hernando {Gort In gue qu tvo con México, cuando la meth del todo” (1499: 20). 53) Chalice Vaticano 3738 (1570-1589) ‘nel folln 8, bajo Ia scpretenticion del so 3 Cal (1521) y de uns eacens de batalla entre epaolesy mexican seven los simboloe de 8 meses el calendar Indigene, dese ‘Sncat hasta micabitontl (darochinac) inehusve 8 shud, pues, I duacion del ‘ede Mexico Tenochtitlan yn eis del add (1900; 97) 4) Cédice Aubin (1576) “Lago. vino tnatt,etaloualit:entoncet los ciiaos lanzsron contra nosotos el Stague dna, Sigucron fecudbuitonty hucecuihuly miccihutont [Uaeachimaco t ‘TR's chemta ine foe tomca ln mac mena tnochea, «Ato 3 Call. Undéctma le Thuan En los nemontem! de caahullenea be etronisb Cunutemoctzn;asimismo fntonces se ofacd lnc mexie tenoches, cuando ls expaoeshicleton su entrada ‘etnva” (2899: 96.57) (4p I 26), 5) dice Florentino (1578-1580) “Rindérone lor mexicanoe y desparie Ia guerra en event ce Cassy ent cuenta de os dn, en el gh gue wma Ce Ci ‘$907 x1, 40) los sos que se (1979 I 1) “Onin i igs exendo co ta que quedamoe deotadot signa dela era 3 cat y ena cuenta de Tos dis estaba 1 Catuat. Cuando se rindlé Canuhtemoctsn, Tego lo Heverons Acacinanco al anochecer” (1979! I, 490¢" XI, 40) (Ap I 27). 6) GrisSat det Castillo, Prgmentor de le Historia de los mexicanas (1596-1605) “cuando terminé cl combat, cuando 4 depeto el erudo,eatonces ee la guerra en que pereceron tonochesy Uatelaleay yas habla eto el Sol-en el fonlpohuall estaba eh {igno 1’ Cohuot cou At [Chalhiaticwe | por “guechol [tv precios, scompafado ‘ehor dela noche allt hablaba el gran Toe, eservndo Paras lagiero gefato de natn, segun mi cmmpaio, en I cuenta detox ao eta e sguo 3 Call” (1908 7475) (Ap i 28). 17) Chimalpshin Cuubihuanisin, Obes hintrcas (1606-1651): Ve e115 18) Manuscrito mexicono 217 de le BNP (Siglo XV) suey tdseath,eecleulstl: eatonce comensaron 4 combatra los catellanos par “onguixarson iecuihuttons, huctecudhuits ego miecadhastonl; lw 80 dias fue {omude in marion mexien tenochess en el ao 3 Call fueron conguistados lox mexcas tenoches”(en Chimapahin, 1965: 169: 30) (Ap I: 29) 2, Discusién critica de las fechas revetadas 1. Fecha de la primera llegada de los esparoles a Mexico Tenochtitlan Hemdn Cortés, Lopez de Gémara, Cervantes de Salazar, Diaz del Cas- till, Torquemads, Alva Ixtlxéchitl y Vetancurt registran para tal aconte- ‘dmiento Ta fecha europea del 8 de noviembre de 1519; en tanto que el texto castellano del Cédice Florentino consigna la fecha del dia 8 de diciembre. El ice Aubin y Alvarado Tezoz6moc sefalan respectivamente las fechas de 25 de noviembre y 28 de noviembre del mismo afo En cuanto la fecha indigena, todas las fuentes coinciden en afirmar que Js primera legada de lor espafioles @ Mexico Tenochtitlan ocurré en un afio 1 Acatl. Casi todas las fuentes coinciden en afirmar ademés que dicha llegada tuvo lugar durante Ia veintena de quecholi:sélo discrepa el “segundo” glo- sudor del Cédice Telleriano-Remensis, quien dice que fue en ockpaniztl {cuando ‘vino el Hemando Cortés a la tierra”. El Cédice Florentino, Crist bal del Castillo y Chimalpdhin (en su Séptima Relacién) dicen que la Megada fue el noveno dia de la veintena; Alvarado Tezoz6moc y Chimalpéhin (en su Octava Relacién) dicen que fue el décimo dia de la veintena. El Cédice ‘Aubin y el Me Mex 217 de la BNP dicen ambiguamente que faltaban diez ‘jas para que concluyera Ta veintena de quechollt. Segin Leéa y Gama, del Gidice en Cruz se podia deducir que la llegada de los espafoles fue el dia 18 de quecholl En cuanto al dia del tonalpohuali, el Cédice Florentino, Cris- tébal del Castillo y Chimalpéhin (en su Tercera Relacién) registran el dia cuyo signo fue 1 Ehéeatl En cambio, los Anales de Tlatelolco y ChimalpShin (en su Septima Relacién) traen el dia 8 Ehécat ‘Ante todo, por lo que respecta a la fecha europea, no debe dudarse en aceptar la fecha de 8 de noviembre de 1519, atestiguada por Cortés a un afio, tseaso de los hechos; Sahagiin incurte en error manifiesto, al escribir “di- tiembre” en ver de “noviembre”. Las fechas aberrantes del Gédice Aubin y {de Alvarado Texozbmoc, con seguridad no se basan en un dato de la tradi- cn sino en cileulos equvocados de correlacién hechos a partir dela fecha indigena (posicign del dia dentro de la veintena). Interesa sefialar, por otra parte, que ninguna fuente registra la fecha de 9 de noviembre, la cual ha sido Bceptada por varios estudiosos modemos con el fin de eludir la dificultad creada por datos aparentemente incompatibles En relacion con la techa indigena, es seguro que la primera llegada de los cespatioles a Mexico Tenochtitlan ocurrié en un aho I Acat! y durante el mes {de quecholi, Para explicar Ia divergencia del “segundo” glosador del Cédice TTelleriano-Remensis podriamos suponer que éste se referia a la legada de Hemén Cortés a Tlaxcala, en septiembre de 1519 (Diaz del Castillo, 1980: 111); en efecto, sien exe aho quecholli coincidié, al menos parcialmente, ‘con noviembre, resulta légico suponer que ackpanizili hubiera coincidido con septiembre, En cuanto a si fue el dia noveno o décimo de quecholl, parece mis pro Dable que haya sido el noveno, Pues conviene recordar que en los dias dé imo y undécimo de quecholi los mexicas celebraban Ia caceria ritual de la fiesta de Tlacoquecholli si los espafioles hubieran legado precisamente du- rante esa fest, Ia fuentes no habrian dejado de subrayar tal circunstancia, Es digna de notarse, en cambio, la insistencia del Cédice Florentino y de Gristdbal det Castillo sobre que se estaba “en la vispera del décimo dia de quecholli", 0 sea, del dia festivo de Tlacoquecholl. Por otra parte, no si- bbemos qué crédito se deba dar a Leén y Gama con respecto al testimonio del Cdice en Cruz 4“ Si nos atenemos exclusivamente a Ia autoridad de las fuentes, puede de cise que las fechas del tonalpohualli de 1 Ehécatl y de 8 Ehécat! aparecen ‘como igualmente. probables; pues tenemos, de un lado, el testimonio del Gédice Florentino, de Cristobal del Castillo y de Chimalpihin (en su Tercera RelaciSn), y del otto, el de los Anales de Tlatelolco y del mismo Chimal- ppahin (en st Séptima Relaci6n). Querriamos slo lamar la atencién sobre la ntigiedad de los Anales de Tlatelolco: esta fuente se remonta al ao 1528, Pero hay otro punto de vista que nos puede ayudar a resolver la cuestién, yes el de la correlacién ente el calendario indigena y cl europeo: Si acep {aramos la correspondencia 8 de noviembre de 1519 igual a 1 Ehécat, no vveno de quecholl, de un afio I Acatl, y si ademés tomsramos en cuenta el dia bisiesto europeo del 29 de febrero de 1520, pero sin intercalar en el pe- Hiodo comprendido entre el mencionado 1 Ehécat! de 1 Acct! y el “I Cé- huatl” de 3 Cali ningin “da bisiesto” indigena, encontrarfamos que el 13 dde agosto de 1521 —fecha europea segura, como veremos adelante, de la ‘caida de Mexico Tenochtitlan tendria su correspondiente fecha indigena en tun dia de signo 8 Miquiztl (tercero de xocotihuetei en un afo 3 Call); ahora bien, ninguna fuente menciona que Ia caida de Mexico Tenochtitlan haya tenido lugar en 8 Miguizti En este eélculo estamos también suponiendo que los & dias de nemontemi quedaban colocados después de cualquiera de las veintenas comprendidas entre quecholli y tlaxochimaco inclusive. Par tiendo de la misma correspondencia inical, y tomando en cuenta tanto el dia bisisto europeo de 1520 como un hipotético “dia bisiesto” indi ‘comprendido en el perfodo sefialado, el 13 de agosto de 1521 vendria a tenet su correspondiente fecha indigena en un dia de signo 7 Cohuat!(se- igundo de xocotihuetsi), dato que tampoco aparece atestiguado por ninguna dde las fuentes. Si aceptiramos, en cambio, la correspondencia 8 de noviembre de 1519 igual a 8 Ehéeatl, noveno de quecholl, de un afo 1 Acatl, teniendo en cuenta el dia bsiesto europeo de 1520, mas no un hipotético “dia bisiesto” indigena comprendido en el periodo ‘sefalado, el 13 de agosto de 1521 corresponderfa a un dia que en el tonalpohuellllevara el signo 2 Miguistlé (tercer dia de xocotthuetz), dato que, una vez mis, tampoco aparece atest tguado por lar fuentes. Finalmente, si aceptamos la correspondenca inicial, {si como el dia bisesto europeo de 1520 y un hipotético “dia bsiesto” in ddigena comprendido en el periodo sefalado, encontraremos que el 13 de ‘agosto de 1521 correspondid a un dia que en el calendario indigena se lam 1 Céhuat! (segundo de xocotthuetsi en un aio 3 Call). Y 1 Cohuat! es pre ‘isamente el signo del tonalpohuall’ que Tas fuentes atribuyen en forma und hime al dia de la caida de Tenochtitlan. Conviene observar que incluso dos de las fuentes que colocan la egada de los expaftoles a Tenochtitlan en un fia 1 Ehécatl, asignan al dia de la caida de la ciudad el signo 1 Céhuatt del tonaipohualli; tal es el caso del Cédice Florentino y de Cristobal del Cas: till, Por lo que respecta a Chimalpshin, au Tercera Relacién —que también registra la fecha de 7 Ehéeat!~ se interrampe tras el relato de la huida de Tos cespaiioles en tecuilhuitontl-hueitecusthuit! de 2 Téepatl, por lo que no apa eee en ella la fecha de la caida de Mexico Tenochtitlan. En su Séptima Re- Tacion y en el Compendio de la historia mexicana, Chimalpshin trae asi mismo Ia fecha de 7 Cohuat. 56 1 cueniinseferente a ts posicion de loe 5 nemontemi dentro del xukpohuall ‘a uataenonexpreamente en el apertado fe este Capul V. En el apartado 2 del Capitulo I1 ya vimos la objeciones a que debe en- ‘rentarse la hipStesis de Paul Kirchhoff (1954-1955: 257-267), segim la cual la fecha de 1 Bhécat! estarfa expresada en calendario tenochea ¥ las de & Ehécat-1 Cohuat! en calendario tateloea, En conclusion, ereemos que debe asignarse a la primera Hegada de los es- ppafoles a Mexico Tenochtitlan la fecha europea del 8 de noviembre de 1519, correspondiente a la fecha mexiea del dia 8 Bhécatl, noveno de quecholli, en tun aho J Acatl , Fecha de la “Noche triste” Del relato contenido en la segunda carta de relacion de Hern Cortés se deduce que la "Noche triste” tuvo lugar entre el 30 de junio y el 1 de jl ‘de 1520; por su parte, Lépez de Gémara, Diaz del Castillo, Alva Txtlilxéchit! ¥y Vetancuirt asignan a dicho acontecimiento la fecha europea de 10 de julio de 1520, sobrentendiéndose que la huida de los espafoles ocurrié durante lanoche del 9 al 10 de julio. En cuanto ala fecha indigena del siceso, los Analer de Tlatelolco y Chi ‘malpahin (Mz) sivian a éste ambiguamente en tecuilhuitl, y tanto el Cédice Vaticano 3738 como el mismo Chimalpshin (en su Tercera Relacién) pare- ‘cen sefalar en forma simultinea las veintenas de tecuilluitontlé y hucite cuilhuitl Pero el Cédice Florentino, el Cédice Aubin, Cristdbal del Castillo, ‘Chimalpahin (en su Séptima Relacin) y el Ms Mex 217 de la BNP dicen cls. ramente que la huida de los espafioles two lugar en tecuilhuitontl, El Gé- dice Florentino precisa ademas que dicha huida ocurrié en la festa de Te- fuilhuitontl, es decir, en el tltimo dia de la veintena, aunque no llega a ‘specifica sila “Noche triste” fue la noche que preeedié al dia dela fiesta, fla noche con que ésta termine Greemos que debe preferire Ia fecha europea del 1 de julio de 1520 a la del 10 de julio del mismo afo, porque Cortés esribié su segunda carta al ‘emperador apenas cuatro meses después de la memorable derrota (el 30 de ‘octubre de 1520), Por otra parte, es muy probable que el capitén, ademas tomar apuntes personales, haya’ encomendado desde muy pronto a algin Tetrado de su comitiva la tarea de registrar puntualmente los sucesos que les ‘currfan, pues es también presumible que desde un principio haya tenido la intencién de relatar por eserito sus hazaias al emperador, como en efecto lo hizo, La fecha de Lépez de Gémara, que repiten Disz del Castillo, Alva Ix- tlibeichitl y Vetancurt, se explicaria si suponemos que un 1° de julio, abre- viado, fue lefdo e impreso como 10 de julio. Dos fuentes indigenas, «saber: el Gidice Aubin y el Ms Mex 217 de la BNP, vienen en apoyo del testimonio de Cortés, pues afirman que entre el regreso del capitan y la huida de todos los espafolee mediaron siete dias de combate; el dato no concuerda con las fuentes que sitdan la "Noche triste” en a fecha del 10 de julio, algunas de las cuales, por otra parte, afieman que el reqreso de Cortés ala ciudad de Te nochtitlan ocurré el 24 de junio, festvidad de San Juan Bautista En realidad, ninguna fuente excluye que la “Noche triste” haya tenido lugar durante la veintena de teculhuitonti, y es valioso el dato conservado por el Cadice Florentino de que la huida de los espafoles ocurrié precisa: mente durante Ia festa de Tecuilhuitontli. Creemos que esta noticia debe interpretarse en el entido de que Ia “Noche triste” fue lt noche con que eo: ‘menzaba dicha fiesta; pues si se hubiera tratado de la noche en que con clufa la celebracion, seguramente el Cédice Florentino no habria utlizado la texpresion “precisamente en el dia de la fiesta salieron los espaioles” (1979: Ml, 458%: XH, 27) (Ap III: 15), sino otra diferente.

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