Fecha: 7/11/2020 HISTORIA DEL TEATRO Y SUS PRINCIPIOS El teatro nació en Atenas, Grecia, entre los siglos V y VI Antes de Cristo. Los atenienses celebraban los ritos en honor a Dionisio, dios del vino y de la vegetación. Estas primitivas ceremonias y rituales acabaron evolucionando hacia el teatro, constituyendo uno de los principales logros culturales de los griegos. Cada una de las ciudades y colonias contó con un teatro. El griego Tespis fue el primer actor que existió y se presentó en el Teatro Dionisio en el año 534 a.C. En el escenario, el habló en primera persona, interpretando así a un personaje. Hasta ese momento se habían narrado historias ante una audiencia, pero siempre se hacía todo en tercera persona y de forma cantada. La profesionalización de la actuación se inició en Europa durante el siglo XVI; en el país de Italia, y nació con las primeras compañías profesionales de Commedia dell’Arte y con las compañías protegidas durante el reinado de la reina Isabel. Durante el siglo XVII los papeles de actuación únicamente podían ser representados por hombres puesto que era de mal gusto que una mujer actuase en un escenario. En los teatros de Venecia se inició el cambio que permitió a las mujeres realizar interpretaciones teatrales. Las técnicas que se utilizan para realizar la actuación son las siguientes: Sistema Stanislavski: fue un método desarrollado con el objetivo de formar al actor como un artista; que buscaba la verdad y que le diera forma a su personaje. Sugiere la definición del actor sobre el objetivo del personaje que construye, creando el pasado y el futuro del mismo basado en el presente que se interpreta. Stanislavski, propuso un actor honesto, que expresara emociones, que sienta el personaje, que se comprometa con la obra y con el personaje. Usó la base teórica y práctica de la estética teatral naturalista y la pedagogía teatral del siglo XX. Propuso un sistema por medio del cual el actor busca y encuentra las causas internas que originan un resultado. El modelo de Jerzy Grotowski: hizo una comparación con la pobreza para que se mostrara al público para de esta manera el actor pudiera mostrarse como realmente era al público y de esta manera, el actor representaba la riqueza dentro de la pobreza. Planteó la utilización de un teatro que usa elementos tecnológicos tales como luces, sonido, etc. Según este método, es el actor el que debe iluminar el escenario; desprenderse de todo accesorio externo para construir el personaje desde su interior. Tenía además una oposición espiritual ante la actuación pues pensaba que las personas tenían la capacidad de liberarse y desprenderse de lo material. El modelo de Antonin Artaud: para él, el actor era un atleta del corazón. Fue influenciado estética e ideológicamente por el dadaísmo y el surrealismo, criticando a la sociedad aristócrata por medio del culto al yo. Tuvo gran influencia del teatro Balinés el cual practicaba el contacto con el mundo interior. Para él, el teatro era algo mágico, un ritual en el que por medio de una obra, podía hacer al espectador experimentar un tratamiento de choque para alejarlo de sus pensamientos lógicos y racionales para introducirlo en un mundo liberado y lleno de emociones. PRINCIPIO LAYTONIANO Uno de los objetivos principales del método es brindarle al actor técnicas tales como la interpretación, improvisación, una herramienta, un sistema, un método para encontrar “los elementos esenciales” de un personaje Al aplicar la técnica en el análisis de un personaje se debe encontrar, el comportamiento de ese personaje y que debería estar siempre en el personaje independientemente de quién lo interprete y de su impronta personal, sus motivaciones internas, y lo que le lleva a actuar de tal o cual forma se basa en tres momentos independientes pero vinculados los conceptos que el estudiante debe desarrollar: Protagonista (quiere cambiar el status quo, es decir la situación establecida), Antagonista (quiere mantener la situación establecida), el deseo (representa el qué de la situación), el objetivo (para qué, hacia qué), razón para pedir, razón para negar (por qué se pide el deseo), razón para entrar (por qué se entra), urgencia (necesidad de conseguir el deseo), relación emocional, estado de ánimo, escucha (aquí y ahora), relajación, concentración, etc., procurando que su entendimiento no sea intelectual sino personalizado, visceral y emocional, desde la práctica misma, por ello el proceso en esos momentos no es colectivo, es personal e individualizado, cada estudiante debe hacer “click”, es decir, desestructurarse intelectualmente y entender desde las emociones cómo se construye la técnica, cómo se mantienen vivas las emociones en la escena y cómo se ponen al servicio de la situación que se está planteando, mientras esto no suceda el estudiante no pasará a incorporar elementos nuevos en la formulación de sus ejercicios.