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La dependencia

emocional en la terapia
breve y en la terapia
estructural

Por: Amparo Saldaña Acevedo

 
 
Índice

Introducción

1. Dependencia emocional

1.2 Del apego a la dependencia emocional

1.3 Del apego a la diferenciación

1.4 Como librarse

2. La dependencia emocional en la terapia breve

2.1 Técnicas
2.1.1En el diálogo estratégico

2.1.2 La negociación de los objetivos


2.1.3 El Trabajo con excepciones

2.1.4 La pregunta de escala


2.1.5 Escribir, leer y quemar

2.2 Porque optar por la terapia breve

2.3 Críticas de la terapia breve


3. La dependencia emocional en la terapia estructural

3.1 Técnicas

3.1.1 Acomodación
3.1.2 Restructuración

3.2 Aspectos a tener en cuenta


4. Diferencias en el tratamiento de la dependencia emocional desde la terapia breve y
la terapia estructural
5. Conclusiones

6. Recomendación

Bibliografía

 
 
Introducción
La mayor parte de parejas se unen y forman una familia con muchas expectativas e
ideales que se han forjado a lo largo de la vida y que obedecen a una serie de
experiencias previas, deseos de continuar disfrutando de su existencia, de mejorarla o
de escapar del caótico pasado que llevaban. Lo cierto es que en medio de esas
expectativas está un “otro” que puede tener similares o diferentes aspiraciones y que
en la práctica de convivir se van descubriendo, para concluir en si es o no lo que
esperaban.
Poner la felicidad en manos de otra persona, en este caso la pareja, puede resultar
muy atrevido, arriesgado y frustrante cuando a la larga se descubre que el “otro” no
está dispuesto a cubrir las expectativas, ni a intentarlo, tiene sus propias exigencias,
puede necesitar también de la misma atención o, al contrario, manifestarse indiferente
y alejado de toda similitud con el sacrificio. En ambos casos, el depender
emocionalmente de otra persona y dejar que las decisiones, proyectos, expectativas y
sueños estén depositados en las acciones de la pareja puede originar problemas,
frustraciones e incluso agresiones especialmente cuando se ejerce presión para que
cada uno responda a las exigencias del otro.
La convivencia en la pareja puede ser una gran aventura y una titánica tarea y en la
que se va ganando momentos felices en la medida en la que ambos, aún con sus
diferencias, logran disfrutar de los aspectos positivos, reconocer sus fortalezas y
capacidades, sacar provecho a los lados fuertes, restar importancia o encontrar
oportunidades en las diferencias e ir disfrutando y aprendiendo de cada momento.
En esa carrera familiar, surge la interrogante de cuánto se debe o puede ceder para
asegurar la armonía familiar, ¿hay que generar consensos para estar todos cómodos?,
¿es un juego de ganar-ganar donde ambas partes o todos los miembros de la familia
deben tener la habilidad de lograr acuerdos y acomodarse para evitar la presencia de
problemas que alteren a sus miembros?

Cuándo se llega a confundir el ceder con el desaparecer o depender emocionalmente


hasta que la infelicidad abrume. Cuál es la relación de la dependencia emocional con
un inadecuado desarrollo del apego y cómo afecta después a un logrado proceso de
diferenciación
De qué manera los terapeutas, a través de la terapia breve, pueden apoyar a estas
parejas e intentar soluciones rápidas para brindarles el alivio que les permita continuar
con sus vidas o revisar detenidamente sus circunstancias, ahondar en ellas, tomarse
su tiempo e intentar revisando las heridas generacionales y los actuales límites y
diferenciaciones en busca también de soluciones como lo que puede ofrecer la terapia
estructural. Dos miradas, dos posibilidades, diferencias entre ambas terapias y quizá
una mezcla de las dos puede ser la estrategia del terapeuta para ayudar a una pareja
dependiente emocional a salir del atolladero.

 
 
1. Dependencia emocional

Hay un viejo refrán que invita a amarse a uno mismo para poder amar a los demás
poniendo como prioridad primero el amor propio para luego emprender el acto
generoso del amor a los demás. Siguiendo esa premisa, podemos entender que quien
no logra amarse primero difícilmente podrá consolidar una saludable relación de
pareja. Quien no consigue valorarse como persona puede terminar comunicando con
sus actos o palabras e incluso con su inacción la imagen de un ser humano de poca
valía y, de algún modo, incentivar a ser tratado con menosprecio o indiferencia.
Quien no se ama o se siente desvalorada y con baja autoestima puede estar tan
necesitada de muestras de afecto que la lleve a sentirse atraída o buscar como pareja
a personas abusivas, arrogantes, narcisistas y en cierta medida inseguros también,
pero que en la dependiente emocional despertará desesperados deseos de su
compañía y su amor. Ese amor que se les hizo tan negado, escurridizo y ajeno
durante la infancia, niñez y adolescencia en el proceso de relacionamiento con sus
padres o quienes hicieron las veces de padres o, por el contrario, un apego exagerado
y dependiente a sus progenitores o alguno de ellos que luego, ante su ausencia, gira
hacía la pareja.
Tener una gran necesidad de permanecer cerca a la pareja, sin voluntad y proyectos
propios, sin importarles si son maltratadas o menospreciados, con un gran temor a ser
abandonadas y una sumisión excesiva, son las características de las personas con
problemas de dependencia emocional que, en esa relación, debe tener del otro lado a
una persona insegura a su vez, que necesite tornarse dominante para evitar el
abandono.
El apego exagerado y la inseguridad les lleva a tener que estar confirmando
permanentemente que al otro le importan y que permanecerá a su lado. Las sombras
de un rival son tan permanentes, en este tipo de relaciones, como el deseo de que les
demuestren amor a diario. Aún si esta característica les jugara en contra su mayor
temor es que la pareja rompa la relación por lo que suelen tolerar incluso la presencia
de un tercero con aparente ignorancia o usar la agresión para alejar al rival.
En la relación dependiente, hay un notable déficit en la autoestima, distorsionan su
autovaloración ignorando sus valores positivos, maximizando los negativos. Una de las
partes sobrevalora e idealiza a su pareja a la que selecciona considerando algunas
características que refuerza esta patología. La otra parte, también de baja autoestima
se mantiene a la defensiva para evitar, incluso por la fuerza, perder la compañía de su
pareja por lo que debe asegurar su sumisión.
Las parejas de los dependientes emocionales suelen ser personas narcisistas,
despectivas y egoístas, lo que retroalimenta el temor y desvalorización de un
dependiente, ya que este tipo de personas suelen manipular a “aquellos que se
someten al poder de sus encantos”, sólo se aman a sí mismos y en cierta medida
pueden ser tan inseguros como los primeros teniendo igual temor – con diferente
manifestación – al abandono.

La dependencia emocional puede tener su origen en la niñez como resultado de


maltrato físico, sexual, indiferencia, negligencia o sobreprotección exagerada y
prolongada de parte de los padres o las personas que estuvieron a cargo del niño (a).

 
 
En la infancia y en la niñez, más que satisfacer necesidades económicas los niños
requieren sentirse confiados en que las personas a cargo los aman y cuidarán.
Cuando esto no sucede el niño constantemente se esforzará por incentivar alguna
forma de manifestación amorosa de parte de sus padres y los consecuentes intentos
fallidos le puede alimentar un deseo desesperado de cariño que irá creciendo con los
años y que puede llevar al futuro adolescente, joven y adulto a enamorarse de
personas que les ignoran o agreden constantemente de diversas formas. Otro grupo,
acostumbrado a la sobreprotección y control exagerado de los padres, propio de
familias rígidas, les impiden a los hijos avanzar en su proceso de diferenciación y
prolongan o impiden su independencia generándoles inseguridad y un prolongado
deseo de protección.
En este tipo de relaciones se recrea situaciones en las que uno de ellos asume un
papel sumiso intentando siempre complacer a la pareja con el fin de mantener el
vínculo y evitar así un posible rechazo o abandono. Por su parte, la pareja puede
manifestarle desprecios y maltratos para medir su lealtad y cariño los que serán
tomados como algo normal, pues estuvieron presentes en el pasado de los
dependientes. Una relación de inseguridad donde uno de ellos, el dominante, se
deleita en mantener el control y la admiración de su pareja y la otra parte obedece con
incondicional sumisión.

Desafortunadamente, el dependiente emocional no se siente atraído por el amor


genuino entre dos personas que se respetan y se intercambian afecto, tiene dificultad
en tomar las riendas de su vida y espera que aparezca esa persona especial que le
hará feliz y acabará con su soledad y angustia.
Jorge Castelló Blasco indica como hipótesis que los factores causales de la
dependencia emocional serían cuatro: carencias afectivas tempranas, mantenimiento
de la vinculación y focalización excesiva en fuentes externas de la autoestima, factores
biológicos y factores socioculturales.
La primera causal está referida a la ausencia de afecto de los dependientes
emocionales en las primeras etapas de la vida, esto es infancia y niñez. La segunda
causa es la prolongada dependencia de los padres e insistencia del dependiente
emocional a buscar y mantener relaciones de pareja con personas que las maltratan y
rechazan lo cual refuerza una baja autoestima, la tercera causa presume que a las
mujeres se les hace más difícil desvincularse afectivamente en circunstancias
adversas y por último los papeles y roles que culturalmente se le asigna a la mujer es
considerada la cuarta razón que podría influir en un dependiente emocional. En tanto
para este proyecto pondremos énfasis en las dos primeras sugiriendo el tratamiento
más adecuado desde dos modelos en la terapia familiar.

1.1 Del apego a la dependencia emocional

Bowly en la teoría del apego nos brinda una aproximación a una de las semejanzas
más remotas de la dependencia cuando indica que el niño tiene una conducta
instintiva que tiende a la búsqueda de proximidad con figuras adultas como la madre y
la restauración de dicha cercanía en caso de perderla. El niño es indefenso y necesita
del adulto para ser cuidado y protegido, si obtiene una respuesta a esta necesidad
obtendrá seguridad y esta sensación irá evolucionando conforme el niño se convierte
en joven y empieza el proceso de diferenciación. En tanto, si el niño no encuentra
adultos que respondan a esta necesidad y es abandonado o desatendido con
frecuencia irá frustrándose y sintiéndose inseguro con respecto al comportamiento de

 
 
los adultos desarrollando un apego ansioso, pauta predominante para los futuros
dependientes emocionales.
Por paradójico que parezca mientras más cercana sea la madre al niño y le
proporcione cuidados y afectos será más fácil para el niño desprenderse o
diferenciarse llegada la etapa de la juventud y, a la inversa, un niño sin un adulto, que
lo trate con cariño y brinde seguridad o cerca a un adulto inseguro, dominante que lo
controla afectando su desarrollo, autoestima y posterior independencia, buscará y
presionará por cariño o se aferrará obsesivamente a parejas que continuarán
negándoles el afecto.
Según los especialistas, muchos de los problemas mentales de los adultos tienen sus
causas en traumas originados en la niñez siendo la falta de afecto, maltrato o
abandono las que pueden marcar al niño y derivar en el futuro en una serie de
comportamientos patológicos. Basta con apreciar el rostro de un niño pequeño
separado de su madre para notar su infelicidad, inexpresividad e indiferencia frente a
estímulos. De esta manera, se deduce los trastornos que puede presentar en esa
etapa y en el futuro a quien se le niega o ha tenido un mal desarrollo de esa relación
de apego duradera y estable que necesitan los seres humanos con la madre o una
persona que los ame, cuide y proteja.

1.2 Del apego a la diferenciación


Si bien el ser humano necesita desarrollar una relación cercana con la madre en la
infancia y la niñez, cuando se llega a la adolescencia es común notar que los hijos
empiezan a generar distancia de los padres, pasar más tiempo con sus pares,
cuestionar algunas decisiones o valores paternos y progresivamente con la suma de
intentos, ir asumiendo las consecuencias de sus decisiones y construyendo su propia
historia. Situación, que los padres aún con sus duelos y sorpresas, deben aceptar y
ceder como parte del destino si desean que sus hijos se conviertan en adultos seguros
de sí mismos.
A ese proceso, de ir alejándose de la casa paterna en sentido figurado, es lo que
Murray Bowen denominaba diferenciación y que según diferentes escalas nos señala
que tan diferenciado se podría estar de los padres y qué tan preparado y capaz es el
ser humano para asumir su vida, sin la dependencia de la familia de origen.
El que los hijos se vayan diferenciando de los padres conforme alcanzan la
adolescencia y la juventud ayuda a que en el futuro puedan responder con madurez y
seguridad al proceso de independencia y construcción de su propia familia, al amor de
pareja y amarse, amar y ser amados.
Un individuo no diferenciado y un dependiente emocional están relacionados, se es
dependiente de los padres o de la pareja. En ambos casos les cuesta mucho asumirse
importantes para sí mismos, la inseguridad los domina y están sometidos a alguno de
sus parientes, según sea el caso.
En el pasado, cuando niños, algunos dependientes emocionales, fueron maltratados
por sus padres o hubo una negligencia en su atención y cuidados. Los maltratos de los
padres no cesan cuando los niños llegan a la adolescencia, sino que persiste con otras
manifestaciones como humillaciones, maltrato sicológico, rigidez o excesivo control,
pueden obligarlos a permanecer cerca cumpliendo labores domésticas o trabajando
fuera de casa generando ingresos para la casa paterna, porque no será propiamente

 
 
su hogar, en tanto ya no son los niños del pasado, sino que estando en la etapa de la
juventud o adultez existe una demanda y necesidad interna de construir su propia vida.
Sin embargo, atrapados en una dependencia paterna, buscan el cariño que no
tuvieron cuando niños o se manifestó de manera disfuncional y luego, si logran su
independencia, será momentánea, pues la pareja a la que han escogido para ser
“rescatadas”, continúa manifestando un trato similar al que antaño tuvieron con los
padres.

Algunas veces, la independencia de estos hijos puede significar para los padres una
inestabilidad ante la falta del sujeto en quien depositar todas sus frustraciones, así
como de quien pueda hacerse cargo de ellos llegada la ancianidad.

Los dependientes acostumbrados a la falta de afecto y maltrato durante la niñez y


adolescencia, pueden abandonar la casa paterna en un afán desesperado por
encontrar fuera el cariño que se les negó dentro de casa, pero no se logran
desprender de su historia pasada y buscan parejas que continúan haciéndolos vivir
una vida de humillaciones que ellos soportan, pues su mayor temor es el abandono.
Es posible que pasen de una dependencia paterna a una dependencia a la pareja.
En contraparte con la dependencia, la diferenciación presenta características de una
persona que puede gestionar su vida, sus sentimientos, emociones, su individualidad y
su relación con los otros sin invadirlos, ni fusionarse. Se ama primero y luego extiende
ese amor a los demás, sin que el amor o la cercanía de la pareja sea un condicionante
exclusivo para que se sienta bien o realizado. Conserva su espacio y permite ingresar
en él o ingresa en el de su pareja sin atropellos, ni presiones y sabe salir dejando la
libertad necesaria para que ambos continúen desarrollándose.

Para José Ceballo, un aumento de la diferenciación es un proyecto de vida en la que


uno crece en una capacidad para gestionar mejor conexión de uno mismo, así como la
independencia de la propia familia de origen y otras relaciones cercanas. Con un
mayor nivel de diferenciación sería uno menos en estar propenso a dejarse arrastrar
por otros, depender emocionalmente de la pareja, dejarse agredir o ser agresor en el
intento para evitar el abandono.
En toda familia existe una tendencia de cohesión entre sus miembros, y una tendencia
opuesta de diferenciación, por la cual cada miembro individualmente busca su
crecimiento y realización personal y especialmente en la adolescencia donde la
persona empieza a forjarse sus propios ideales, hacer planes de proyectos futuros,
tomar decisiones referentes a su carrera, a cómo le gustaría verse o vestir, elegir sus
amigos, elegir su pareja, sus horarios, etc. Conforme vayan logrando sacar adelante
cada decisión y superando desafíos más fortalecido estará su proceso de
diferenciación, empero es necesario que la familia y especialmente los padres le den
pase, permitan o hasta promuevan el proceso de diferenciación y futura independencia
de sus hijos evitando que estos caigan en la trampa de sentirse culpables de la lejanía
o inseguros de iniciar su propia vida.
Jesús Oliver señala que, en el proceso de maduración psicológica, los hijos van a
dejar de comportarse como niños dependientes o rebeldes, para convertirse en
adultos autónomos, responsables y maduros, con una identidad propia, diferente de la
que los padres deseaban. En tanto esa condición se desarrolle, la posibilidad de
tropezar con la presencia disfuncional de adultos dependientes será menos propensa.
Para lograr esta diferenciación, va a ser necesario que se produzca un distanciamiento
adecuado de los adolescentes respecto de sus padres, sin que ello suponga una

 
 
ruptura del vínculo familiar, indica. En ese contexto, es necesario que los padres
cedan espacio y permitan que sus hijos realicen intentos de independización y
empiecen adquirir la seguridad que deberá acompañarlos cuando tengan que formar
una vida de pareja en el futuro.

1.3 Como librarse

Un correcto vínculo de apego, un acertado proceso de diferenciación son pasos


previos que nos permitirán evitar caer en la disfuncional dependencia emocional y en
todo el sufrimiento que ese problema acarrea, pues al decir de Walter Risso “depender
de la persona que se ama es una manera de enterrarse en vida, un acto de
automutilación psicológica donde el amor propio, el autorespeto y la esencia de uno
mismo son ofrendados y regalados irracionalmente. Entregarse, más que un acto de
cariño desinteresado y generoso, es una forma de capitulación, una rendición guiada
por el miedo con el fin de preservar lo bueno que ofrece la relación. Bajo el disfraz del
amor romántico, la persona apegada comienza a sufrir una despersonalización lenta e
implacable hasta convertirse en un anexo de la persona “amada”, un simple apéndice.
Cuando la dependencia es mutua, el enredo es funesto y tragicómico: si uno
estornuda, el otro se suena la nariz. O, en una descripción igualmente malsana si uno
tiene frío, el otro se pone el abrigo”, dice. Y, en este tipo de relaciones dependientes
es común observar que se trata de una situación que debe resolverse de a dos, el
abusivo no podrá hacer uso de su crueldad en tanto la otra parte no se lo permita, uno
avanza en tanto el otro retrocede. Ambos la pasan mal, el que desconfía y la sumisa (o
a la inversa), en muchas de las ocasiones, los dos sienten temor a ser abandonados.
La pareja dependientes e infelices atrapan al otro, el primero con la súplica, la lástima
y la complacencia desmedida cumpliendo fielmente todos los deseos de su pareja. El
otro asegurándose que la pareja mantenga la sumisión degradándola o utilizando la
fuerza de ser necesario, pero también con temor a ser abandonado.
Dos tipos de dependientes: Los activo-dependientes que pueden volverse celosos e
hipervigilantes, tener ataques de ira, desarrollar patrones obsesivos de
comportamiento, agredir físicamente o llamar la atención de manera inadecuada,
incluso mediante atentados contra la propia vida y los pasivo-dependientes que
tienden a ser sumisos, dóciles y extremadamente obedientes para intentar ser
agradables y evitar el abandono.
Como notamos existe una amplia gama de acciones y reacciones dependientes
emocionales relacionado con la edad, el sexo, la cultura, las circunstancias pasadas,
presentes y muchos otros factores que pueden presentarse de manera diversa,
inesperada y hasta peligrosa, pero en todos ellos está marcado el temor a estar solo, a
dejar de ser amado o abandonado a no saber responder de manera independiente
como si se tratara todavía de niños indefensos o niños a la defensiva y alertas ante
amenazas externas.
Cuáles pueden ser los tratamientos para superar estos traumas, qué opciones son las
más acertadas desde la terapia familiar. Con dos miradas intentaremos ofrecer dos
tipos de terapia o una mezcla de los dos para acompañar en el proceso de lograr la
independencia de los dependientes.

 
 
2. La dependencia emocional en la Terapia Breve

Una de las que me resulta más interesante por la practicidad y rapidez para atender
casos desesperados, es la terapia breve. Como bien hemos podido apreciar los
terapeutas, las familias suelen llegar al consultorio después de varios intentos fallidos
y al borde de la desesperación, es probable que la paciencia y la comprensión sean
cualidades que a esas alturas del partido estén olvidadas; por lo que un rápido respiro
y ciertos toques de alivio inicial no solamente caen muy bien, sino que sirven para
recuperar la fuerza inicial que se necesita para continuar. Así es como una de las
propuestas que surgen, desde mi apreciación, para tratar la dependencia emocional
sea la que ofrece la terapia familiar breve.

La definición más común de este tipo de terapia la describe como una terapia con una
mirada rápida en las soluciones y con estrategias sencillas que no buscan el origen del
problema, ni ahondar en las causas para plantear, desde el primer día de consulta,
algunas soluciones prácticas; lo cual puede resultar en un gran alivio para la pareja
con problemas de diversa índole. En los problemas de dependencia emocional, la
pareja suele llegar a la terapia con comportamientos disfuncionales concretos, siendo
uno de los extremos más graves, la agresión física o los intentos de suicidio ante el
abandono, situaciones que hay que detener de manera rápida para dar el espacio de
poner en buen recaudo al paciente identificado mientras se continúa el tratamiento.
Steve de Shazer, un pionero en el campo de la terapia familiar breve centrada en
soluciones, decía que el enfoque terapéutico centrado en soluciones mantiene que no
hay que saber mucho sobre la naturaleza de los problemas para resolverlos, ni
siquiera hay que construir el modo en que la perturbación se mantiene, los pacientes
quieren cambiar y tienen los recursos para hacerlo.
Y, en este contexto la función del terapeuta no es tratar de adaptar a sus pacientes a
un patrón preestablecido de funcionalidad, sino de ayudarles a que alcance sus
propias metas y objetivos por pequeños que estos sean, con la idea de que esto
impulsará y motivará a lograr soluciones más grandes.
Los comportamientos disfuncionales, como la dependencia emocional, se pueden
hacer más evidentes como parte de una reacción a lo que la persona considera mejor
para ella misma, lo que significa que el problema se va a mantener o agravar en la
medida en que más se falle con una serie de intentos por resolverlo, como el presionar
a la pareja para que esté todo el tiempo cerca bajo la amenaza de hacerse daño, o
aceptar la culpabilidad de todos las situaciones con la finalidad de que la pareja no se
enfade. Ese desamor hacía uno mismo demostrado tan abiertamente, en vez de
generar cercanía del otro lado, puede alejar más a la pareja o brindarle el mensaje de
que se siente placer en la agresión. Al mismo tiempo, el agresor supone que
manteniendo el estricto control evitará el abandono, pero las dudas y la insatisfacción

 
 
sobre el amor de su pareja crecen mientras más presión realiza y esos mensajes e
intentos fallidos de ambos lados, confunden a la pareja y la desestabilizan.
En el caso anterior, según la terapia breve se centraría en buscar las soluciones antes
que indagar en las causas del problema. Esto es consultar, por ejemplo, sobre el
problema de la pareja, con alternativas de respuesta. Preguntar, por ejemplo, si lo que
tiene es miedo a ser abandonados o miedo a quedarse solos. Si la respuesta es lo
segundo revisar en qué situaciones no tuvo ese temor para dar con las excepciones;
es decir algunas soluciones logradas que pasaron desapercibidas y que hay que
ayudar a retomar y reforzar.
En la terapia breve el terapeuta platea una serie de interrogantes con alternativas de
respuesta que lleva al paciente a ir identificando lo más acertado para su caso e ir
también notando cuales acciones no le producen efecto alguno o le hacen daño. A
través del diálogo el terapeuta ayuda al paciente a descubrir el modo de resolver sus
problemas desde una mirada diferente a la patológica (Giorgio Nardone en el Diálogo
Estratégico). De esta manera, el paciente puede tener menor resistencia y adaptarse
con mayor facilidad a los cambios que ellos mismos plantean, construyen y, por lo
mismo, estén más dispuestos a asumir.
Este tipo de terapia considera que el cambio está presente constantemente, aunque
solo haya sido activado por un solo miembro, pero este cambio afecta a todo el
sistema. Resaltándolo y orientándolo, aunque este cambio sea pequeño, atrae a otros
y con la suma sucesiva de ellos se puede llegar a superar el problema. Por lo mismo,
habría que evitar plantearse grandes metas que podrían ser inalcanzables y conllevar
al fracaso del paciente y el terapeuta. Lo único que puede estar sin cambiar es el
modo de ver el problema y la incapacidad de detectar los recursos para superarlo.
Tareas para el terapeuta, que navegará en el mar de las dificultades y soluciones
intentadas por el paciente y su familia animándoles a que tomen el timón del barco y
realicen una serie de acciones probablemente ya aprendidas en sus largos intentos
fallidos para mantenerse a flote y que, con algunas modificaciones apoyadas por el
terapeuta, pueden resultar positivas en este nuevo intento.
Para este tipo de terapia todas las personas disponen de los recursos para solucionar
sus problemas, aunque todavía no hayan encontrado la forma de hacerlo. Por eso es
importante que el terapeuta les ayude a encontrar el camino para diseñar las
soluciones planteadas por el paciente y que obedecen a sus capacidades y
limitaciones. Los objetivos deben ser alcanzables para evitar la frustración, retroceso o
abandono de la terapia, como podría suceder si le pide a una dependiente emocional
realizar como primera tarea un viaje largo sola, por ejemplo.
Igualmente es importante, como parte de la estrategia, identificar e ir reforzando con la
pareja las “excepciones” como aquellos momentos en que se suponía que el problema
iba a aparecer y, sin embargo, no se hizo presente sorprendiendo e incluso
entusiasmando a los pacientes que se atribuyen sus pequeños logros y que, con las
tareas asignadas, puedan repetirlas hasta que el problema desaparezca. Puede ser
que el motivo de consulta sea los frecuentes ataques de depresión que sufre una de
las partes cuando su pareja sale de viaje por motivos de trabajo, situación que tiene
excepciones cuando a ella se le presenta un trabajo temporal que coincide con la
semana de ausencia del esposo. Esa excepción puede permitir a los terapeutas
deducir que la paciente se deprime cuando su pareja sale de viaje excepto si ella
también está trabajando. Esto último podría ser una de las soluciones.

 
 
En resumen, la mirada a un tratamiento terapéutico desde este enfoque tiene como
base lo siguiente:
• Los problemas psicológicos son el resultado del sistema de percepción de la realidad
del individuo.
• Para resolver un problema sólo hay que entender cómo funciona y se mantiene en el
presente, sin necesidad de buscar la causa en el pasado.
• Los intentos arbitrarios de solución puestos en práctica por el paciente o sus
familiares, son por lo general los que mantienen el problema o generan nuevos
problemas.

2.1 Técnicas
Una de las técnicas que se está planteando dentro de este tipo de terapia es la que
expone Giorgio Nardone y Alessandro Salvini en su libro el diálogo estratégico. Ambos
apuestan por el comunicar persuadiendo y, a través de un diálogo con el paciente
donde se le platea una seria de preguntas con alternativas de respuesta y una serie de
paráfrasis estratégicas, se va conociendo de manera más rápida el problema, su
funcionamiento y el cambio en la percepción del paciente que, respondiendo a una
serie de preguntas inducidas, va teniendo una nueva mirada respecto a lo que le
sucede y descubriendo soluciones que antes no veía con claridad.

2.1.1 En el diálogo estratégico:


Así tenemos entonces que las técnicas propuestas el diálogo estratégico son:

• Preguntas con ilusión de alternativas


• Paráfrasis reestructurantes
• Evocar sensaciones
• Resumir para redefinir
• Prescribir como descubrimiento conjunto
Retomando el ejemplo de la mujer dependiente con temor al abandono de su pareja,
podríamos ejemplificar la técnica de la terapia breve estratégica preguntando:
T “Cuando usted se angustia ante la lejanía de su esposo, ¿tiene temor a quedarse
sola o a que él la abandone?”
Esposa “Tengo miedo a quedarme sola” (Preguntas con alternativas).

Esposo: “Pero siempre insiste en que la voy a dejar”

T “Sin embargo, parece que hay un temor mayor, que con su ayuda ella puede
superar” (resumir redefiniendo)

En otro momento

T (a la esposa) “Coménteme alguna ocasión en que no sintió temor”


P “Una vez cuando mi esposo se iba de viaje me hicieron un pedido de flores para una
boda” (Identificar las excepciones)
T (al esposo) “Por lo tanto, si voy entendiendo su esposa puede tolerar que usted se
aleje en tanto esté ocupada o distraída en algo que le guste (Paráfrasis
reestructurante: resumir redefiniendo)

 
 
Esposo “Puede ser”

Esposa “Así es”

T (a la esposa) “Sabe usted me recuerda la frase del poeta Fernando Pessoa, que
escribió: “Llevo encima todas las heridas de las batallas que he evitado” y las heridas
de las batallas evitadas no se curan” (Evocar sensaciones)

Esposa “Yo no quiero sentirme así”


T “Sin embargo, usted ha descubierto que cuando está realizando un trabajo que le
gusta se entusiasma y deja de sentir temor a estar sola”

Esposa “Creo que sí”


T (al esposo) “Entonces vale la pena que su esposa nuevamente intente realizar
alguna actividad que le entusiasme mucho y que coincida con el próximo viaje suyo” (a
la esposa) Después de todo usted lo disfruta y es importante realizando esa actividad”
(Prescribir como descubrimiento conjunto)
Esposa “Sí... eso creo”
Siguiendo el mismo ejemplo, desde el modelo centrado en soluciones las técnicas que
se proponen son las siguientes:
2.1.1. La Negociación de los objetivos
Para acudir a terapia es claro que se busca un ideal, alcanzar un logro que en ese
momento no se tiene, pero se anhela. De allí que hay que tener claro el objetivo que la
pareja quiere alcanzar, trazarlo, visualizarlo claramente para conocer el camino que
debe seguir en la búsqueda del objetivo. En esta parte se usa la técnica de proyección
del futuro, donde se anima a la pareja a mirar e idear un futuro sin el problema, donde
se disfruta de momentos de soledad, realizando actividades que les gustan, se
admiren a sí mismos y se sientan admirados por su pareja.

2.1.3. El trabajo con excepciones


A lo largo del proceso y sesiones terapéuticas se debe ir descubriendo con la pareja
las ocasiones en que el problema debería aparecer y en cambio no lo hace e ir
redescubriendo las razones que desactivan la aparición del síntoma como posibles
fortalezas a reforzar hasta superar el problema. Tal es el caso al descubrir que cuando
la esposa está entusiasmada haciendo algo que le gusta deja de sentir temor a
quedarse sola.
Cuando esta búsqueda tiene éxito y las diferencias se observan y se mencionan en la
primera sesión, en el caso del terapeuta y también de los pacientes, se reafirma la
expectativa de una transformación significativa tanto en lo que se refiere al motivo de
la consulta como en el plano de la solución, porque ya se ha producido algo diferente
en la esfera del problema. Puesto que la pareja ya se reconoce logrando resultados, la
cooperación entre ambos se reafirma cuando este éxito se constituye en el centro de
atención del terapeuta.
En el libro “Claves para la solución en terapia familiar: Una teoría de la solución” De
Shazer decía que, desde el comienzo de la primera sesión, el terapeuta y el cliente se
dedican a construir una realidad terapéutica basada en la transformación o el cambio
permanente (como se manifiestan en las excepciones), y no en la iniciación del
cambio.

 
 
2.1.4. La pregunta de escala
En el proceso terapéutico se irán planteando algunas interrogantes que permitan que
la familia determine en qué escala del proceso considera estar; esto puede ser del 1 al
10. La escala permite establecer una línea base que identifique la posición actual de la
familia frente al problema, ir estableciendo y midiendo los avances e ir subiendo en la
escala. El terapeuta con sus preguntas irá motivando el avance de la familia y estos
con sus respuestas determinarán la posición en la escala. En el ejemplo anterior la
pareja podría considerar, debido al descubrimiento de una excepción a su problema,
que está en la escala 4.
Asimismo, De Shazer propone algunas técnicas a las que llamó llaves maestras como
las descritas a continuación:

2.1.5 Escribir, leer y quemar


En esta tarea se pide a la persona que durante 30 minutos al día escriba todo lo
negativo que hay en su vida para después leer las notas y quemarlas o tirarlas a la
basura. Se le sugiere al consultante que si esos pensamientos indeseados vuelven en
otro horario deberá decirse a sí mismo “Ahora tengo otras cosas sobre las que pensar;
pensaré sobre esto en el horario que corresponde”
Esta fórmula funciona como una autentica prescripción del síntoma por tanto es útil
cuando el consultante se queja de pensamientos “obsesivos” o “depresivos” como los
presentes en la dependencia emocional.

2.2 Porque optar por la terapia breve:


- Porque tanto la duración como el número de sesiones y su frecuencia, no están
predeterminadas por el terapeuta, sino que son las que el paciente/familia necesita,
ellos son los verdaderos expertos en su vida y por lo tanto saben y sienten cuando
está restablecido.
- Porque no se alarga innecesariamente. Esto es posible gracias a la focalización de la
terapia en el aquí y el ahora. El terapeuta se interesa especialmente por el
funcionamiento del problema que el paciente / familia trae a consulta y las posibles
soluciones. Las causas más o menos lejanas que hayan podido provocar el problema,
aportan datos al análisis, pero terapeuta y familia se orientan al futuro cuanto antes y
no se detienen en el pasado.
- Porque el terapeuta cree en la capacidad del paciente/familia de decidir sus objetivos y
elegir las soluciones adecuadas a su problema. Si es necesario el terapeuta introduce
un pequeño cambio de percepción o conducta en la dirección adecuada basándose en
los objetivos acordados. El paciente/familia es capaz de extenderlo a las demás áreas
de su vida y vivir más adecuadamente.
- Porque se estima que la media de permanencia del paciente/familia en psicoterapia
hasta su restablecimiento es de 4 a 6 sesiones en un intervalo de 3 a 6 meses.

2.3 Críticas de la terapia breve

Algunos críticos señalan lo siguiente:


Watzlawick (1992), por ejemplo, afirmaba que se trata de una terapia reduccionista de
la compleja realidad, puesto que no se centra en conocer a fondo a la persona y el

 
 
entorno en el que se desenvuelve. Por tanto, se trataría de técnicas que se llevan a
cabo sin la certeza de que son las más adecuadas para la persona en cuestión.
Hoffman (1990), por su parte, afirmaba que se trata de “lentes coloreadas” a través de
las cuales vemos lo que nos rodea. Según este autor, por mucho que la terapia breve
centrada en soluciones se revista del ropaje de la objetividad, este modelo teórico
dicta qué es lo que podemos ver y qué no, es más, determinan dónde buscar y dónde
no, de qué hablar y de qué no, etc.
Otros autores, por su parte, han tachado esta forma de hacer terapia como “radical” o
“tajante”, puesto que no se suele complementar con otros métodos de trabajo.
En resumen, la Terapia Breve Estratégica se centra en conocer cómo funciona el
problema y cómo se puede cambiar la situación, en vez de buscar el porqué del
problema. Y es que, por un lado, podemos encontrar muchísimos porqués que nos
distraigan en la agilidad para resolver el problema y, por otro lado, si lo encontrásemos
la persona podría deslindar y no responsabilizarse del cambio.

 
 
3. La dependencia emocional en la terapia familiar estructural

A diferencia de la terapia breve, la terapia familiar estructural se ocupa de los


problemas de funcionamiento dentro de una familia y se esfuerza por ahondar dentro
del sistema familiar mirando con detenimiento y dándose las respectivas pausas en
cada aspecto de la familia, de sus individuos, sus relaciones, la influencia de sus
antepasados e incluso el contexto social y comunitario en el que se desenvuelven,
entre otros aspectos relacionados con la dinámica de las relaciones y la estructuración
de los vínculos en el sistema familiar.
Como bien lo hemos explicado anteriormente, la dependencia emocional tiene
justamente la particularidad de tener entre sus causas a traumas originados en la
infancia, la niñez y adolescencia debido en algunos casos al abandono, indiferencia,
negligencia o excesivo control de los padres y especialmente de la madre que provoca
en la persona un constante temor en el futuro a ser abandonada o estar solo y
contradictoriamente a la búsqueda de parejas que mantienen estos patrones de
conducta.
Para Salvador Minuchin, su principal representante, el individuo no es sólo un miembro
del sistema familiar, sino también un subsistema, con su propia estructura psicológica,
en interrelación con los otros subsistemas y con el medio externo, con una visión
ecológica. Por lo tanto, la estructuración de la familia se basa en tres dimensiones
básicas: Límites, Alianzas y Jerarquía y la adecuada funcionalidad de la familia
dependerá de cómo estén establecidos entre los subsistemas (miembros de la familia).
Para evitar la disfuncionalidad cada miembro de la familia debe cumplir su rol sin
superponerse o anular al otro. Una esposa dependiente emocional, en este caso,
estaría haciendo el rol de hija pequeña frente a su esposo que se convierte en el
padre, algunas veces prepotente y abusivo, frente a una mujer cargada de limitaciones
y necesitada de cuidados.
La idea es entender las reglas invisibles que rigen el funcionamiento familiar, el mapa
de las relaciones entre los miembros de la familia o entre los subgrupos de la familia, y
en última instancia afectar a las relaciones disfuncionales dentro de la familia,
haciendo que se estabilice en unos patrones más saludables. Minuchin afirma que la
patología no reside en el individuo, sino en la dinámica de las relaciones y en la forma
en que se estructuran los vínculos dentro del sistema familiar. El dicho de que “todo
sicópata necesita a su masoquista” se puede aplicar en los problemas de dependencia
donde no solo está presente el temor a ser abandonada, sino que del otro lado existe
una pareja que maltrata a su vez también para evitar el abandono teniendo el control.
Un rasgo esencial de la terapia familiar estructural es que el terapeuta entra realmente,
o se "une", con el sistema familiar buscando lograr un cambio positivo. La unión con
una familia es un objetivo del terapeuta al comienzo de su relación terapéutica, sobre
todo considerando que la familia tiende a la defensa de su estabilidad delante de los
cambios de condiciones e influencias internas y externas. De allí que el terapeuta debe
estar dentro del sistema.

 
 
Minuchin propone el reestablecimiento de jerarquías, la formulación de límites claros,
la definición de roles y funciones y la disolución de alianzas o triangulaciones
familiares como medida para ayudar a las familias a regresar a una estructura
funcional.
Las intervenciones terapéuticas se centran en desafiar las definiciones de la familia del
paciente-problema (redefinición), y la prescripción de tareas (a veces paradójicas) con
el fin de desequilibrar el atolladero actual del sistema.

3.1Técnicas del modelo estructural


3.1.1Acomodación.- El terapeuta debe integrarse o entrar en sintonía con la familia,
tomar una posición de liderazgo, introducirse en el sistema y ayudar a modificarlo.
Para su acomodación, el terapeuta puede usar técnicas como confirmación, rastreo y
mimetismo.
3.1.2 Reestructuración.- Para crear movimiento en la familia y una confrontación
activa del terapeuta a la realidad que trae la familia y que se resiste al cambio. Dentro
de ella podemos encontrar técnicas de cuestionamiento del síntoma como la
escenificación, el enfoque y la creación de intensidad, técnicas de cuestionamiento de
la estructura familiar como la fijación de fronteras, el desequilibramiento y la
complementariedad o técnicas de cuestionamiento de la concepción del mundo como
los constructos cognitivos, las paradojas y los lados fuertes.
Retomando el ejemplo de la mujer dependiente con temor al abandono de su pareja,
podríamos ejemplificar algunas técnicas estructurales:
Confirmación:
T (Dirigiéndose a la esposa) Estoy de acuerdo contigo cuando indicas que es difícil
estar solo y a veces puede provocar cierta angustia, (dirigiéndose al esposo) debe ser
igualmente difícil tener a una persona que está todo el tiempo encima tuyo.
Reencuadramiento:

T (a la esposa) “ ¿Cuando empezaron estos temores a ser abandona por tu pareja?


Esposa: (mirando al esposo) Creo que, desde la adolescencia, en ese entonces
estaba con un muchacho (se calla)…no estoy segura

Esposo: (mira con recelo)


T “Cuando usted se angustia ante la lejanía de su esposo, ¿tiene temor a quedarse
sola o a que él la abandone?”

Esposa “Tengo miedo a quedarme sola” (enfoque)


En otro momento:
T (al esposo) “Me imagino que usted se debe sentir muy presionado con las demandas
de atención de su esposa” ¿Ha pensado en separarse? (Creación de intensidad)

En otro momento:

T “Coménteme alguna ocasión en que no sintió temor”

 
 
Esposa “Una vez cuando mi esposo se iba de viaje me hicieron un pedido de flores
para una boda, me emocioné, hace tiempo que no hacía esas actividades, así es que
empecé…” (Escenificación)
T (a la esposa) “Por lo tanto, si voy entendiendo tú puedes tolerar que tu esposo se
aleje en tanto estés ocupada.

Esposa “Puede ser” (Enfoque)

Esposo “Pero ella no necesita trabajar, yo lo hago y le doy lo que necesita…”

T (al esposo) “Veo que usted se preocupa mucho por ella, pero al mismo tiempo le
fastidia que sea tan celosa, lo cual no es tan malo, significa que ella lo tiene idealizado,
seguramente es una mujer que lo ama mucho. ¿Qué más podría hacer usted por ella
para que dejara de comportarse como su hija y sea más su esposa? (lados fuertes y
cuestionamiento de la estructura familiar)
T (a la esposa) “Veo que usted se siente mejor en su rol de esposa ayudando a
generar ingresos y que además le gusta mucho” Cree que pueda intentarlo una vez
más, seguro que él estará contento (Enfoque)
P “Creo que sí”

T “Entonces vale la pena que usted nuevamente intente realizar alguna actividad que
le entusiasme mucho y que coincida con el próximo viaje de su esposo” Después de
todo usted lo disfruta y es muy buena realizando esa actividad” (Lados fuertes)

3.2 Aspectos a tener en cuenta:

Para la terapia familiar:


1.- La familia requiere ciertos acuerdos que determina los patrones de interacción
entre sus miembros. - Ejemplo: Él el fuerte, ella la débil. El cambio debe motivar a que
ambos se sientan importantes y se complementen.
2.- Debe contar con una estructura relativamente fija y estable para poder sustentarse
en sus tareas y funciones. - Ejemplo: Él manda, ella obedece como padre abusivo e
hija sumisa. Hay que impulsar a que asuman el rol de esposo y esposa.
3.- En el sistema familiar se diferencian subsistemas (conyugal, parental y el fraterno).-
En el caso anterior hay que revisar si se ha establecido la alianza con algún hijo.
4.- La familia debe poseer reglas o normas universales y explícitas. - La familia tenía
arraigada que es el esposo el que debe trabajar y la mujer estar en casa, pero al
mismo tiempo esa regla aumentaba la inseguridad de ella y originaba un fastidio en él;
por lo que se sugiere introducir espacios en los que ella pueda trabajar o realizar
alguna actividad fuera de casa y relacionarse un poco más.
5.- El sistema familiar debe tener límites. – Lo cual debe llevar a que el esposo no se
coloque por encima de la esposa con un rol de padre y ella no se disminuya en un rol
de hija.
6.- Opera con diferentes uniones de dos o más miembros del sistema, una alianza
para lograr una meta o interés común y el proceso de unión contra un tercero o

 
 
coalición. Ante la dependencia emocional de la esposa, uno de los hijos se puede aliar
a favor o en contra de ella formando un triángulo con el padre o la madre.

4. Diferencias en el tratamiento de la dependencia emocional desde la terapia breve


y la terapia estructural

Dependencia emocional

Terapia breve Terapia estructural


Orientada a soluciones rápidas, sin Revisa los problemas de funcionamiento
buscar las causas del problema ni dentro de la familia y la historia de la
ahondar dentro del sistema familiar. familia teniendo en cuenta incluso
aspectos trigeneracionales
La función del terapeuta no es tratar de El terapeuta entra realmente, o se "une",
adaptar a la familia a un patrón con el sistema familiar buscando lograr
preestablecido de funcionalidad, sino de un cambio positivo.
ayudarles a que alcance sus propias
metas y objetivos,
Los problemas sicológicos son el Los problemas sicológicos pueden
resultado del sistema de percepción de originarse por la alteración de alguna de
la realidad del individuo. las dimensiones de estructuración de la
familia: Límites, Alianzas y Jerarquía
El objetivo terapéutico busca las Las intervenciones terapéuticas se
excepciones (momentos en los que centran en desafiar las definiciones de la
debería aparecer el problema y por el familia del paciente-problema
contrario no aparece), ampliarla y atribuir (redefinición), y la prescripción de tareas
la responsabilidad del logro a la familia, (a veces paradójicas) con el fin de
de manera que sean capaces de desequilibrar el atolladero actual del
repetirla y que el problema desaparezca. sistema.
Entre las técnicas que utiliza la terapia Entre las técnicas de la terapia
breve están la negociación de objetivos, estructural están la de acomodación
el trabajo con excepciones, la pregunta integrando al terapeuta y de
de escala, entre otros. reestructuración que crea movimiento y
confronta.

En el caso de dependencia emocional descrito anteriormente puede apreciarse en que


mientras la terapia breve intenta, con una serie de preguntas, dar rápidamente con
alguna excepción a la aparición del síntoma para retomarlo y volver a intentarlo como
parte de una de las soluciones, en la terapia estructural se intenta primero indagar
sobre las causas que han originado la dependencia emocional (¿Cuando empezaron
estos temores a ser abandona por tu pareja?)
En la terapia breve, el terapeuta los invita a mirar que ellos tienen las llaves para
solucionar su problema y de algún modo ya lo han estado intentando, pueden
descubrir la solución o ya lo han hecho y el terapeuta solo los guiará y se dejará guiar
por ellos para dar con la solución que, por el momento, no ven.
En la terapia estructural el terapeuta se hace parte del sistema familiar, busca
empatizar con la familia a veces aliándose con quien presenta el síntoma o con algún

 
 
miembro de la familia para que desde el interior incentivar el cambio. “(Dirigiéndose a
la esposa) Estoy de acuerdo contigo cuando indicas que es difícil estar solo y a veces
puede provocar cierta angustia, (dirigiéndose al esposo) debe ser igualmente difícil
tener a una persona que está todo el tiempo encima tuyo)”
Para la terapia breve el problema podría estar en que la mujer dependiente no ha
identificado las acciones que tiene que realizar para superarlo (estar activa, trabajar,
realizar alguna actividad que le guste, etc). En la terapia estructural indaga por las
razones del problema (el terapeuta consulta cuando empezó el problema)
posiblemente se trate de un abandono en la infancia o un excesivo control en la
adolescencia. El terapeuta cuestiona la estructura familiar, los roles que la pareja está
asumiendo (él se comporta como un padre autoritario y ella como una hija sumisa).

Las técnicas en la terapia breve van dirigidas a indagar en las soluciones y dar rápido
con algunas tareas que le brinden a la familia una mirada distinta ayudándoles a
superar su problema. En la terapia estructural, las técnicas pasan primero por lograr
una acomodación del terapeuta dentro del sistema y luego una reestructuración para
dar movimiento y restablecer orden en los límites, alianzas y jerarquías consiguiendo,
en el nuevo orden, que la familia adquiera las capacidades para superar sus
problemas.

 
 
4. CONCLUSIONES

La dependencia emocional es un trastorno de la personalidad que produce un


profundo temor a ser abandonado por la pareja y una baja autoestima que expone al
dependiente a posibles abusos y maltratos de una pareja igualmente insegura que
ejerce un agresivo control por el temor a ser abandonado.
La dependencia puede tener sus causas en la carencia de un adecuado desarrollo del
vínculo de apego lo que origina traumas en el dependiente ante el abandono de los
padres y especialmente de la madre, negligencia durante la etapa de infancia y niñez o
excesivo control que se prolonga durante la adolescencia impidiendo el proceso de
diferenciación en los hijos.

Mientras más desarrollado esté el vínculo de apego en las etapas que corresponde,
llegado el momento, existirá un mejor desenvolvimiento del individuo durante su
proceso de diferenciación que inicia, con mayor notoriedad, en la adolescencia.

La terapia breve, como propuesta para el tratamiento de la dependencia emocional,


propone un tratamiento corto, sin ahondar en las causas, sino más bien revisando las
potencialidades de la familia, las excepciones como aquellos momentos en los que el
problema debió aparecer y no lo hizo e impulsar a que la familia identifique las
soluciones logradas y planteadas por ellos mismos, para que la suma de éstas pueda
llevar a superar el problema.
En la terapia estructural, hay que indagar sobre las causas del problema de
dependencia del paciente, su genograma e historia familiar, revisar la estructura de la
familia e intentar, formando parte del sistema, reestablecer un adecuado
desenvolvimiento de los límites, alianzas y jerarquía para impulsar la solución del
problema.
En la terapia breve el terapeuta se enfoca en superar el problema sin revisar las
causas, en la terapia estructural, se asegura primero conociendo todo el proceso que
originó el problema, para proponer movimientos en la estructura familiar que ayuden a
sobresalir de la situación que los desestabiliza.

 
 
5. RECOMENDACION

Es posible que el terapeuta pueda trabajar haciendo uso de los dos tipos de terapia.
En un primer momento cuando la pareja dependiente emocional llega al consultorio
con una grave depresión donde se pone de manifiesto que existe riesgos de suicidio o
violencia doméstica, el terapeuta puede optar por una terapia breve que proporcione
un rápido alivio, una tregua y una estabilidad emocional para poner a salvo al sistema
familiar. Luego, cuando se haya originado cierta estabilidad emocional en la pareja,
entonces dar paso a la terapia estructural que les ayude a superar los traumas
pasados y brindar un mayor soporte, impulsando el ordenamiento de la estructura
familiar y el fortalecimiento de sus capacidades.

 
 
Bibliografía

Dependencia emocional Jorge Castelló Blasco


Dependencia emocional Gemma Sánchez Gracia

De la familia al individuo Murray Bowen


El diálogo estratégico Giorgio Nardone y Alessandro Salvini
Terapia Familiar Breve José Luis Rodríguez-Arias Palomo y Maria
Venero Celis

Los cuidados maternos y la salud mental John Bowlby

Claves para la solución en terapia breve Steve De Shazer


Terapia breve centrada en soluciones Margarita Herrero de Vega

Diferenciación de la familia de origen Murray Bowen


Familia y terapia familiar Salvador Minuchin

Amar o depender Walter Riso

Siete reglas de oro para vivir en pareja John M. Gottman y Nan Silver

 
 

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