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AIRES DE CAMBIOS ALTERNATIVAS ECONÓMICAS

Comenzaremos con una revisión de la historia del pensamiento económico. Una vez que sepamos
cómo surgieron en el pasado las teorías económicas actuales, estaremos mejor preparados para
entender las modificaciones que experimentarán, sin duda, en el futuro.

LOS SISTEMAS ECONÓMICOS ALTERNATIVOS

UN RAMILLETE DE "ISMOS"

La humanidad siempre ha soñado con una sociedad más perfecta: La República de Platón, la Utopía
de Tomás Moro y la dictadura del proletariado de Marx se encuentran entre las visiones más
influyentes. Los visionarios suelen comenzar, condenando males concretos de la sociedad y, después,
los contrastan con los rasgos ideales e una utopía vagamente definida. Las diferentes escuelas suelen
tener poco en común, aparte de estar de acuerdo en que el orden actual tiene defectos.

En un extremo se encuentran los anarquistas, que no creen en modo alguno en el Estado y, en el otro,
los apologistas de un orden social comunista totalitario y colectivizado, en el que la primera persona
del singular es sustituida por la primera del plural.

Entre los extremos del comunismo y el anarquismo se halla la economía mixta, comúnmente llamada
social de mercado y las filosofías socialistas. Dentro del campo del socialismo existe una amplia
variedad de pensadores y países socialistas. En el siglo pasado, los socialistas se describían
románticamente como personajes que se reúnen en una bodega alumbrada con una vela metida en
una botella de vino vacía para planear una revolución sangrienta. Hoy, el socialismo está extendido,
sobre todo en la Europa Occidental, donde los gobiernos socialistas democráticos han ampliado el
estado de bienestar, han nacionalizado industrias y planificado la economía.

PRINCIPALES CATEGORÍAS

Afortunadamente, no es necesario dominar a fondo los mil "ismos" diferentes para comprender el
mundo actual. Basta con entender algunos.

El capitalismo del laissez-faire, a partir del cual surgió la economía mixta.


El marxismo.
El socialismo.
El comunismo soviético.

No existen límites nítidos y definidos entre ellos y, por otro lado, ni siquiera podemos clasificarlos,
colocando en la derecha el liberalismo extremo del estilo de Chicago y en la extrema izquierda el
comunismo soviético.

El primero de estos grandes "ismos" -el laissez-faire- nunca ha existido en su forma pura; el país que
más ha acercado a él ha sido la Gran Bretaña del siglo XIX.

Preocupaciones de política económica


La economía política, al hacerse más "científica", nunca perdió su interés por la política económica. La
mayoría de los grandes economistas nos dicen en sus autobiografías que se hicieron economistas
para mejorar el mundo.

Muchos creían firmemente en la necesidad de introducir cambios radicales en los regímenes


establecidos, pero, por mucho que desearan crear un orden económico más justo, generalmente
insistían en la viabilidad.
Una biografía fascinante de un radical es la del gran economista escandinavo Knut Wickselll (1851-
1926), bohemio de la contracultura, que creía en el control de la natalidad, lo que era una herejía en la
década de 1870. Cuando el ejército del zar se acercó a la frontera de Suecia, aconsejó a sus
conciudadanos que desmantelaran su ejército.

Aunque nunca dudó en pronunciarse en favor de causas impopulares, sus recomendaciones de


reforma de la sociedad fueron esencialmente una anticipación del estado de bienestar sueco, con su
redistribución de la renta y su transferencia. Su análisis económico le llevó a rechazar el socialismo por
considerarlo una senda poco prometedora.

Actualmente, los gigantes de la economía moderna están vitalmente interesados por las
consecuencias de sus teorías para la gestión de la política económica. Los economistas de las
décadas actuales, estudian el mercado de dinero, el déficit público, la discriminación, los mercados de
petróleo, la pobreza o la inflación no sólo porque les fascinan los fenómenos económicos. También
quieren hallar mejores formas de que el Estado contribuya al progreso económico (o deje de
obstaculizarlo)

CAPITALISMO: La economía clásica: Smith, el profeta del laissez-faire

Los primeros economistas, que escribieron antes que Smith, no sólo se interesaron por la política
económica de mercado, estaban ansiosos por interferir en ella. El mayor aporte de Adam Smith
consistió en reconocer en el mundo social de la economía lo que Isaac Newton había reconocido en el
mundo físico de los cielos: un orden natural autorregulador. El mensaje de Smith venía a ser el
siguiente:

Creemos que ayudamos al sistema económico con leyes e interferencias bien intencionadas, pero no
es así. laissez-faire, dejadlo estar; no intervengamos. El aceite del egoísmo es el que hace que sigan
funcionando los engranajes de una manera casi milagrosa. No es necesario que nadie planifique.
Ningún soberano necesita gobernar. El mercado resuelve todos los problemas.

Adam Smith: Era un mundano estudioso de la historia, la política, la economía y, cuando anunció sus
famosas palabras sobre la mano invisible no se basó en un razonamiento puramente deductivo, sino
en sus vastos conocimientos:
Los individuos... no tratan de promover el interés publico... sólo tratan de sacar un provecho personal,
y en éste, como en muchos otros casos, son llevados por una mano invisible a promover un fin que no
estaba en sus intenciones.

Smith nunca demostró la verdad de su afirmación. De hecho, hasta la década de 1940, nadie sabía
aún cómo demostrar -y ni siquiera formular adecuadamente- la semilla de verdad contenida en la
doctrina smithiana de la mano invisible.

Lo que Smith hizo en su gran obra fue enumerar incontables casos de errores del Estado. Recorrió
toda la historia antigua y contemporánea en busca de ilustraciones valiosas de los dañinos efectos
que producían las interferencias bien intencionadas del Estado en las naciones.

Su libro es una obra maestra, un manual práctico que podría titularse: Cómo hacer que crezca el PNB,
y, al mismo tiempo, sienta los cimientos del análisis moderno de equilibrio general basado en la oferta
y la demanda.

LA ECONOMÍA CLÁSICA: Malthus y Ricardo.

Medio siglo después de la aparición de la riqueza de las naciones se descubrió la ley de los
rendimientos decrecientes. Por ironías de la vida, precisamente, cuando la Revolución Industrial
estaba contrarrestando la entrada en acción de esa triste ley, el reverendo T.R. Malthus (1766-1834)
enunció la teoría según la cual el crecimiento de la población está abocado a reducir los salarios de los
trabajadores al límite de la merca subsistencia.
Sin embargo, la figura clave de la época fue David Ricardo (1722-1823). Tanto los economistas
clásicos, como los neoclásicos y los convencionales modernos lo señalan como su Precursor.

David Ricardo nunca asistió a la universidad. Nacido dentro de una rica familia, fue desheredado por
su padre por haberse casado fuera de la fe judía y le dejó únicamente 800 libras esterlinas. Después
de trabajar doce años, se jubiló como agente de bolsa con una fortuna de millones.

Cuando ya estaba establecido y era rico, leyó por casualidad a Adam Smith y, fascinado, creyó que su
análisis macroeconómico contenía algunos errores básicos y algunas lagunas. De no haber sido por
los insistentes consejos de James Mill, padre de John Stuart Mill, Ricardo no habría sido más que un
escritor panfletario y miembro del parlamento. Pero el viejo Mill le instó a escribir sus Principios de
economía política y tributación (1817), lo que le hizo famoso.
Uno de los aportes de Ricardo se encuentra en su exhaustivo análisis de la naturaleza de la renta
económica, teoría que hoy sobrevive casi intacta. Presentó un cuidadoso análisis de la teoría del valor-
trabajo.

LA ESCUELA DE CHICAGO

Si comenzamos por el extremo derecho del espectro de las ideas, el primer grupo con el que nos
encontramos es el de los libertarios, es decir, los que destacan el papel central de la libertad personal
en los asuntos económicos y políticos. Éstos son los apóstoles modernos del laissez-faire. La teoría
del Estado mínimo ha sido expuesta, principalmente, por Frank Knight, Henry C. Simons, Friedrich
Hayek y Milton Friedman.

Estos autores nos recuerdan lo que logra la fijación de los precios a través del mercado y cuáles son
los castigos que sufre la sociedad si rechaza su mano rectora.

En sus obras se nos recuerda que las interferencias del Estado pueden plantear problemas
económicos: que los controles de los alquileres suelen provocar una escasez de viviendas; que los
controles de los precios del petróleo producen largas colas en las estaciones de servicio; que los
sindicatos elevan los salarios y los precios en las industrias sindicadas; y que los intentos de contener
el precio de los monopolistas mediante la regulación a menudo acaban elevándolo.

Todo el mundo, cualquiera que fuera su convicción política, deberla leer Capitalismo y Libertad de
Friedman. Se trata de una elucidación rigurosamente lógica, cuidados y persuasiva de un importante
punto de vista; pero antes de leerlo cabria preguntarse si se puede estar en contra de la Seguridad
Social, de la ayuda en caso de inundaciones, de la legislación sobre la calidad de los alimentos y
medicamentos, de la profesionalización obligatoria de los médicos y de los conductores de vehículos,
de los salarios mínimos, de las políticas fiscales y monetarias anticíclicas, de las normas de seguridad
de los automóviles, de la educación pública obligatoria y gratuita, de la prohibición de la venta abierta
de drogas como la heroína o la cocaína, de las leyes sobre préstamos fraudulentos y de la
planificación estatal.

En los trabajos del profesor Friedman o en sus columnas publicadas en Newsweek se encontrará una
persuasiva argumentación contra cada uno de estos programas, basada en que son interferencias en
la libertad personal y en que no consiguen alcanzar sus objetivos. Aunque, tras una reflexión, pueda
estarse de acuerdo con pocas o muchas de las posturas defendidas, un ciudadano atento debe
comprender las cuestiones que aborda Friedman.

EL MARXISMO: Biografía de Karl Marx


Karl Marx (1818-1883) nació un año después de que Ricardo publicara sus Principios. En apariencia,
Marx vivió una vida de estudio poco agitada, gran parte de ella en su exilio en Londres, en la biblioteca
del British Museum, pero su influencia sobrevive en Moscú, Beijing, La Habana y muchas otras áreas.

Los esquemas de Marx: A diferencia de la mayoría de las teorías las de Marx todavía viven hoy y
tienen una importancia vital. Difícilmente se puede comprender la evolución de la Unión Soviética y
Europa del Este actuales sin una apreciación de la influencia de Marx. ¿Cuáles son los principales
rasgos del enorme cuadro pintado por este maestro intelectual? Aquí analizaremos su teoría del valor-
trabajo, su teoría de la plusvalía y su visión de las leyes del movimiento de una sociedad capitalista.

La economía de Marx comienza con la teoría del valor-trabajo. Supone que lo que da valor a una
mercancía es la cantidad total de fuerza de trabajo utilizada para producirla tanto el trabajo directo
como el indirecto necesario para construir los edificios o la maquinaria utilizada en el proceso
productivo. Marx se dio cuenta de que en el capitalismo competitivo los precios de mercado no eran
necesariamente iguales a los valores-trabajo. ¿Por qué no? Porque los capitalistas reciben unos
ingresos adicionales a los costos laborales: una plusvalía.

Por plusvalía Marx entendería la diferencia entre los ingresos y el costo laboral total directo e indirecto.
¿De dónde procede esa diferencia? Del hecho de que los trabajadores se ven obligados a vender su
trabajo a los capitalistas y los capitalistas les pagan solamente una parte del valor de su producto. En
el caso elemental en el que no se utiliza maquinaria, la tasa de plusvalía (o tasa de explotación) es
simplemente el cuociente entre los beneficios y los salarios.

Una persona que dominara los conceptos de la economía moderna podría preguntarse: ¿qué se gana
viendo la economía capitalista a través de las lentes marxistas? Un estudio cuidadoso muestra que la
teoría de los precios de Marx difiere poco de la que expuso Ricardo cincuenta años antes. La esencia
de la visión de Marx fue, por el contrario, dejar al descubierto la naturaleza del beneficio. Este confiaba
en mostrar que los beneficios -la parte de la producción que es llevada a cabo por lo trabajadores pero
recibida por los capitalistas- equivalen a una "renta no ganada".

Utilizando su teoría del valor-trabajo, Marx describió entonces la transición a una sociedad socialista en
la cual "las expropiaciones son expropiadas", es decir, en la que los trabajadores recuperan para si la
plusvalía.

Profecías

Si el pensamiento de Marx no hubiera ido más allá de su teoría del valor-trabajo y del concepto de
explotación, no habría pasado de ser una figura secundaria. Sin embargo, avanzó de prisa. Basándose
en estos conceptos, afirmó que había deducido científicamente la transición inevitable del capitalismo
al socialismo. ¿Qué predijo?

En el mundo Marx, los capitalistas se ven obligados a acumular, pues la búsqueda de riqueza se
convierte en un fin en sí mismo y no en un medio para un consumo posterior. A medida que se
acumula capital, desciende la tasa de beneficio. Bajo la presión para extraer una plusvalía cada vez
mayor, la clave trabajadora se empobrece progresivamente, lo que para Marx significaba que se
deterioran las condiciones de trabajo y los trabajadores estarán cada vez más alienados en sus
puestos de trabajo. Un creciente "ejército de reserva de los desempleados" impediría que los salarios
subieran por encima del nivel de subsistencia.

Al descender los beneficios y agotarse las posibilidades de inversión en el interior, las clases
capitalistas dirigentes recurren al imperialismo. El capital tiende a buscar mayores tasas de beneficio
en otros países. Y, según esta teoría (sobre todo tal como fue ampliada más tarde por Lenin), la
bandera sigue al comercio; es decir, la política exterior de las naciones imperialistas va dirigida a
asegurarse las colonias y, después, a extraer de ellas despiadadamente la plusvalía.
Pero un sistema de este tipo no puede mantener indefinidamente este crecimiento desequilibrado.
Marx vaticinó un aumento creciente de la desigualdad en el capitalismo unido a una aparición gradual
de la conciencia de clases por parte del proletariado oprimido. La necesidad de que la escala de
operaciones fuera cada vez mayor culminaría en la desaparición de la competencia y la formación de
un capitalismo monopolista. Los ciclos económicos serian cada vez más violentos al experimentar las
masas subconsumo y carecer de poder adquisitivo.
Finalmente, una depresión catastrófica sería el anuncio de la muerte del capitalismo. Este, al igual que
una fruta madura dispuesta a caer del árbol, estará tan dominado por un consorcio o un monopolio que
los trabajadores lo conquistarían mediante una repentina y violenta revolución.

Estas fueron las profecías que inspiraron a generaciones de radicales tanto de la vieja como de la
nueva izquierda endurecerse estas posturas, los marxistas posteriores discutirían si el
empobrecimiento de los trabajadores se refería a los salarios reales o a la participación del trabajo, si
la evolución podría ser un sustituto de la revolución y si el socialismo era la primera o la última fase del
camino hacia el comunismo.

A medida que fueron pasando las décadas quedó patente que el drama de Marx no estaba
representándose conforme a su guión. Los trabajadores estaban disfrutando de unos salarios reales
cada vez más altos y de menos horas y la participación del trabajo en la renta nacional estaba
creciendo lentamente. Los trabajadores estaban consiguiendo poder político a través de las urnas y no
de las balas. La tasa de beneficio no mostraba ninguna tendencia a descender, ya que las
innovaciones reponían constantemente el número de posibilidades de inversión interior.

En el área del ciclo económico, las predicciones de Marx parecía que eran confirmadas por las
profundas depresiones de las décadas de 1890 y 1930- Pero, cómo podía prever Marx que la Teoría
General de Keynes publicada en 1936 indicaría el camino hacia una fructífera gestión
macroeconómica, una reducción del ejército de reserva de los desempleados y un nivel de estabilidad
económica nunca visto hasta entonces

La historia no ha sido amable con las profecías marxistas en los cien años transcurridos desde que se
publicó Das Kapital, pero, como hemos visto repetidamente, raras veces sigue los guiones escritos por
los meros seres mortales.

LA LUCHA DE CLASES Y LA DINÁMICA DE LA VIDA SOCIAL

Antes de dejar a Karl Marx, señalemos que siempre fue algo más que un economista político; también
fue un filósofo, un historiador, un sociólogo y un revolucionario.

La interpretación económica de la historia de Marx y Engels es uno de sus duraderos aportes. El


análisis superficial suele indicar el modo en que la ideología conforma la conducta, pero no explica casi
nada. Marx señaló que nuestros valores se basan en el papel de los intereses económicos y son
determinados por él. Según él, cabía esperar que el empresario vote a los conservadores y los líderes
sindicales a favor de medidas legislativas sobre el salario mínimo y el seguro de desempleo. La
superestructura de las opiniones no depende en su configuración de un minucioso análisis lógico. La
superestructura de las creencias, leyes e ideologías es un reflejo de las condiciones materiales de vida
y de los intereses materiales de las clases.

En realidad, este enfoque apenas es extraño a la economía convencional. Aquí tenemos el interés
personal de Adam Smith generalizado de los votos monetarios mundanos del mercado a los votos en
las urnas de las elecciones y los votos de las balas de las barricadas. Y, cuando se formaliza en
función de la utilidad y de las reglas de votación, vemos en la interpretación económica de la historia el
embrión de la teoría moderna de la elección publica.

Una vez que Marx y Engels nos han ayudado a abrir los ojos, ¿puede sorprendernos realmente la
influencia del complejo militar industrial?, y cómo no vamos a darnos cuenta de que el sufragio
universal en una década debe llevar, indudablemente, a unos impuestos redistributivos en los
cincuenta años siguientes. Tampoco debe sorprendernos hoy que los comités de acción actuales
utilicen dinero para influir en el Legislativo.
El cálculo del poder político y el de los mercados no son tan diferentes después de todo.

Este breve examen de la economía marxista dista mucho de ser un análisis extenso de esa gran y
controvertida figura. Una vez que hayamos asimilado a Marx, nunca podremos caer en la falacia de la
historia de Whing, que creía que el capitalismo británico del siglo XIX era la culminación de la
civilización humana o que el triunfo del proletariado terminará con la lucha de clases e incluso que la
evolución económica dejará incólume el estado de bienestar actual. "Todo pasará". Ésta es la tesis
última de Marx.

EL SOCIALISMO

Como doctrina, el socialismo evolutivo surgió a partir de Marx y otros pensadores radicales del siglo
XIX. Se encuentra a mitad de camino entre el capitalismo del laissez-faire y el comunismo soviético
que analizaremos a continuación. La Mayoría de las filosofías socialistas se caracterizan por algunos
elementos comunes:

Propiedad estatal de los recursos productivos

Debe reducirse el papel de la propiedad privada al nacionalizarse (es decir, al pasar a ser propiedad
del Estado y ser gestionadas por él) industrias clave como los ferrocarriles, el carbón y el acero.

Aunque la propiedad estatal de la industria era el objetivo y la definición tradicionales del socialismo, el
entusiasmo por la nacionalización ha decaído en Alemania occidental, el Reino Unido y Suecia. La
principal excepción a este desencanto se encuentra en la Francia de Mitterrand donde en 1981 se
nacionalizaron docentes de empresas y bancos.

La planificación

Los socialistas recelan del juego libre de los motivos de beneficio en que se basa una economía de
mercado de laissez-faire. Insisten en que debe introducirse un mecanismo de planificación para
coordinar los diferentes sectores. Actualmente, cuando estos programas hacen hincapié en el
desarrollo de industrias de "alta tecnología", suelen llamarse "políticas industriales".

En muchos países europeos, la gestión capitalista queda diluida por la "codeterminación", proceso
según el cual forman parte de los consejos de administración representantes de los trabajadores y el
público.

Redistribución de la renta
Debe reducirse la riqueza heredada y las rentas más altas mediante el uso militante de los poderes
fiscales del Estado; en algunos países, las tarifas impositivas marginales han alcanzado el 98%. Las
prestaciones de la Seguridad Social, la asistencia médica gratuita y los servicios sociales durante toda
la vida suministrada colectivamente mediante los impuestos progresivos elevan el bienestar de las
clases menos privilegiadas y garantizan un nivel mínimo de vida.

Evolución pacifica y democrática


El socialismo, a diferencia del comunismo, defiende a menudo la ampliación pacifica y gradual de la
propiedad estatal, es decir, la evolución a través de las urnas y no de las balas.

EL COMUNISMO SOVIÉTICO

Los debates sobre las filosofías económicas generalmente tienen lugar en las revistas científicas y en
las salas de conferencias de las universidades. Sin embargo, con el marxismo la historia tomó una
senda diferente. Marx pensaba que el capitalismo conduciría al socialismo, pero esta transición
ocurriría primero en los países avanzados que eran como frutas maduras dispuestas a ser arrancadas
por el proletariado. Tras una fase transitoria, el socialismo llevaría al comunismo. Pero, ¿cómo han
funcionado estas ideas en la realidad?

De hecho, el gran experimento se produjo cuando los bolcheviques tomaron el poder en la Rusia
económicamente atrasada. Estos fueron lo que John Reed llamó los "diez días que conmocionaron al
mundo", descritos en la película Reds.

Desde el punto de vista económico, tal vez la lección más importante sea la de que una economía
autoritaria puede funcionar. Es decir, una economía organizada con la propiedad estatal de los medios
de producción, sin beneficios como fuerza motriz central y con la toma administrativa de las principales
decisiones puede funcionar bien durante largos períodos de tiempo.

Aunque las principales causas del éxito están claras, los críticos señalan varias deficiencias. Los malos
resultados agrícolas, la desaceleración del crecimiento económico en los últimos años, la mala calidad
de los bienes de consumo y, lo que quizá sea más importante, un pavoroso costo en vidas humanas y
represión necesaria para alcanzar los éxitos soviéticos.

CONSIDERACIÓN FINAL: LIBERTADES ECONÓMICAS Y POLÍTICAS

Hemos estudiado la herramienta del análisis económico con el fin de comprender cómo funciona una
economía. Mayor esfuerzo se debe dedicar a la economía mixta y no al sueño del laissez-faire que
nunca ha existido, no a la utopía que aún está por nacer. Los que viven en las partes más prósperas
del mundo sienten la tentación de sucumbir a la complacencia, tanto en lo que se refiere a ellos
mismos como a su sociedad.

Libertades políticas y económicas


Aparte de las cuestiones eternas de la economía técnica, quedan cuestiones aún más profundas sobre
las relaciones entre (a) las libertades políticas (las libertades civiles y los derechos individuales), y (b)
las libertades económicas o de mercado (los derechos de propiedad, la inexistencia de precios
mínimos y máximos, la ausencia de regulación, etc.).

Muchas personas contemplan los males actuales y defienden nuevos programas públicos: más
prestaciones para los pobres, programas de empleo, controles de precios y salarios, etc. Estos podrían
sumarse a una persona de centro-izquierda y afirmar: “Los derechos de propiedad son menos
importantes que los derechos civiles”. ¿Cómo puede ser la casa de una persona su castillo cuando es
una ruinosa choza?

¿Por qué debemos rendir culto a la libre empresa cuando hay millones de personas sin
empleo?
En el otro extremo se encuentran los conservadores, que hacen hincapié en los incentivos y en el
carácter coercitivo de la interferencia del Estado. Éstos podrían unirse a los libertarios como Hayek y
Friedman, quienes afirman “Las reformas económicas y la coerción del Estado son camino hacia la
esclavitud”. Intentando conseguir una división más justa del pastel, lo único que haremos será alterar
el mecanismo de precios y provocar escasez. Pero, lo que es más importante, la libertad personal y la
económica son inseparables. Una vez que se toma la senda de la regulación publica y la planificación
de la economía, se pone en peligro la libertad para expresarse con franqueza y seleccionar a los
líderes políticos.

¿Qué supuestas relaciones existen -indicadas por el estudio, la historia y la experiencia- entre el
estado de libertades individuales y las intervenciones del gobierno en la economía mixta? Tal vez,
ahora que nos acercamos al final de este breve repaso de doctrinas económicas alternativas, podamos
relajarnos y especular sobre lo que nunca es posible demostrar científicamente.
No cabe duda de que los regímenes totalitaristas pueden destruir tanto la libertad económica como la
política. Sin embargo, una democracia moderna, que actúe cuidadosamente y aplique su mejor saber
acumulado, puede tener lo mejor de ambos mundos. Puede reparar las peores fallas de una economía
de mercado y, al mismo tiempo, puede preservar las mejores cosas que nunca se pueden medir en el
PNB: libertad de expresión, libertad de intercambio y libertad para vivir como queramos.
Resumen de LIBRO: Samuelson y Nordhaus. "Economía Moderna"

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