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Apuntes de Derecho del Trabajo I

EL TRABAJO

Trabajo, en Economía, es esfuerzo realizado para asegurar un beneficio


económico. Es uno de los tres factores de producción principales, siendo
los otros dos la tierra (o recursos naturales) y el capital.

En la industria, el trabajo tiene una gran variedad de funciones, que se


pueden clasificar de la siguiente manera:

- producción de materias primas, como en la minería y en la


agricultura;
- producción en el sentido amplio del término, o transformación de
materias primas en objetos útiles para satisfacer las necesidades
humanas;
- distribución, o transporte de los objetos útiles de un lugar a otro,
en función de las necesidades humanas; las operaciones
relacionadas con la gestión de la producción, como la contabilidad
y el trabajo de oficina; y
- los servicios, como los que producen los médicos o los profesores.

Muchos economistas diferencian entre trabajo productivo y trabajo


improductivo.

El primero consiste en aquellos tipos de manipulaciones que


producen utilidad mediante objetos.
El trabajo improductivo, como el que desempeña un músico, es
útil pero no incrementa la riqueza material de la comunidad.

A raíz de la Revolución Industrial a finales del siglo XVIII, casi todos los
trabajadores estaban empleados mediante el sistema fabril y prácticas
similares.

Estos trabajadores estaban explotados económicamente y padecían


enfermedades, discapacidades o desempleo.

A principios del siglo XIX, la creciente oposición a los costos sociales del
capitalismo extremo debido a la filosofía del laissez-faire, provocó el
desarrollo del socialismo, así como el de movimientos que luchaban contra
los excesos cometidos, como en el caso del trabajo infantil. Los
trabajadores empezaron a asociarse en sindicatos y cooperativas que les
permitieron participar en distintas actividades políticas y protegerse con
medios económicos y políticos. Las leyes que regulan el trabajo muestran
el éxito y la fuerza de la moderna organización de los trabajadores, al igual
que la negociación colectiva y los acuerdos de closed shop muestran sus
carencias. La economía industrial es ahora una parte integral de las
modernas prácticas económicas.

Trabajo (sociología), el esfuerzo necesario para suministrar bienes o


servicios mediante el trabajo físico, mental o emocional para beneficio
propio o de otros.

En el lenguaje actual tiende a diferenciarse entre trabajo remunerado y


trabajo gratuito.

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Se suele denominar trabajo remunerado al empleo bajo contrato a
cambio de una remuneración -sueldo o salario-; suele ser
considerado como un intercambio de esfuerzos en un lugar
determinado y dentro de un horario específico. Sin embargo, estas
características están asociadas a la industrialización, con su
organización en fábricas y oficinas, que, en su conjunto, fue una
actividad masculina. Así, el trabajo en el sentido de empleo ha sido
básicamente masculino hasta la reciente incorporación de la
mujer. Históricamente la definición de trabajo en su sentido más
amplio es incorrecta, ya que de hecho en su mayor parte ha sido
realizado por mujeres, especialmente en el hogar y en las prácticas
de crianza.

El impacto de la cultura industrial ha sido tan grande que se ha llegado a


asociar el concepto de trabajo con el de la fábrica o la empresa, cuando,
por el contrario, actualmente se realiza cada vez más en lugares como el
hogar, la comunidad y los centros de recreo. En el siglo XX se ha reducido
el número de horas de trabajo (por día, semana, año) al mismo tiempo que
se han ampliado el período de la infancia y los beneficios de la jubilación.

La “Teoría del Valor Trabajo”, sostiene que el valor de un bien o servicio


depende de forma directa de la cantidad de trabajo que lleva incorporado.
Adam Smith pensaba que el trabajo era la unidad de medida exacta para
cuantificar el valor, pero no el factor determinante de los precios. Durante
los 25 años posteriores al fallecimiento de Smith, David Ricardo desarrolló
la teoría del valor trabajo en sus Principios de economía política y de la
imposición (1817) en la que afirmaba que todos los costos de producción
son, de hecho, costos laborales que se pagan, bien de una forma directa o
bien acumulándolos al capital (por ejemplo, maquinaria adquirida gracias
al esfuerzo de los trabajadores). Por ello se defendía que los precios
dependerían de la cantidad de trabajo incorporado en los bienes o
servicios. Sin embargo, el posible fallo de la teoría es que si dos bienes se
producen utilizando la misma cantidad de factor trabajo, pero uno de ellos
utiliza más factor capital, el productor del bien intensivo en capital tendrá
que recoger el valor de este capital e incluirlo en el precio si quiere obtener
la misma tasa de beneficios o ganancias que la del productor del bien
intensivo en trabajo. No obstante, la teoría del valor basada en el trabajo
se convirtió en un principio fundamental en el pensamiento económico de
Karl Marx, que suponía que sólo el factor trabajo podía crear valor.

EL DERECHO DEL TRABAJO

El Derecho del Trabajo y su objeto.

Desde una concepción clásica, sustentada en el siglo XX, no es correcto


pensar que el derecho del trabajo está llamado a regular todas las
relaciones laborales, sino que su contenido está configurado por las
condiciones y organización del trabajo dependiente y tiene por finalidad la
tutela del trabajo por cuenta ajena.

En otros términos, el objeto del derecho laboral es el trabajo humano,


realizado voluntariamente, por cuenta ajena, y bajo subordinación y
dependencia.

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Es trabajo libre el esfuerzo que una persona realiza en forma voluntaria,
en tanto que es forzado el que se ejecuta por imposición de una voluntad
ajena, como ha ocurrido en los regímenes de esclavitud, de servidumbre
en la Edad Media y como ocurre actualmente en algunos sistemas
penitenciarios. No obstante, lo anterior no excluye la existencia de factores
de compulsión, principalmente económicos, que obligan a trabajar a una
persona determinada, sino que se trata de libertad para elegir la clase de
trabajo que se desea y la persona para quien éste haya de prestarse.

El trabajo por cuenta ajena supone la existencia de un vínculo entre la


persona que trabaja y aquella por cuenta de quien se trabaja, vínculo en
virtud del cual el producto pasa a ser de propiedad de aquel por cuenta de
quien se trabaja, sin necesidad de celebrar un acto jurídico posterior para
transferir su dominio. Por lo anterior, se ubica como consustancial al
derecho laboral el principio de ajenidad del riesgo de la explotación, es
decir, es de cargo de la empresa asumir tal circunstancia.

Trabajo subordinado o dependiente es aquel que se realiza bajo la


dirección y fiscalización de otra persona. Esta dependencia jerárquica se
traduce en que el "cómo", el "cuándo" y el "dónde" debe ejecutarse el
trabajo son determinados por una voluntad distinta a la del trabajador.

El trabajo subordinado cuando se realizan en el sector público, es


regulado por el Derecho Administrativo.

El trabajo regulado por el derecho laboral debe ser además, productivo, es


decir, mediante su ejecución el hombre que labora busca y obtiene medios
materiales o económicos que le permiten satisfacer sus necesidades. En
otras palabras, el trabajo debe ser realizado con la intención de obtener
una remuneración como contraprestación de su ejecución.

CONCLUSION: Desde el punto de vista clásico, el trabajo objeto de


regulación por el derecho del trabajo es: libre, productivo, realizado por
cuenta ajena, en condiciones de subordinación respecto de otra persona,
manual o intelectual y realizado en el sector privado. Si no se dan estas
características, y siendo de relevancia jurídica, un trabajo podrá ser
regulado por el derecho civil, comercial, administrativo, etc., pero no por el
derecho laboral.

Concepto, naturaleza jurídica y características del derecho del


Trabajo.

Concepto de Derecho del Trabajo. La mayoría de los autores coincide en


estimar al Derecho del Trabajo como el conjunto de teorías, doctrinas y
normas destinadas a proteger al económicamente débil en la relación
contractual entre empleador y trabajador. De esta forma, este Derecho
cumple con un especial rol Tutelar o tuitivo a favor del trabajador.

Algunos autores, como el profesor Escribar Mandiola, señalan que este


especial conjunto de disposiciones tiene por objeto reivindicar los
derechos de los trabajadores.

En sentido amplio Derecho del Trabajo, es un conjunto de disposiciones


jurídicas y legales que rige en cada Estado el ámbito de las relaciones
laborales. Surgió a finales del siglo XIX como consecuencia de la aparición
del proletariado industrial y de la agrupación del mismo en torno a

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grandes sindicatos. En sus orígenes, giraba en torno al arrendamiento de
servicios (de raigambre civil) para extender más tarde su campo de acción
a otros ámbitos de la actividad jurídica (mercantil, administrativo,
procesal), lo que llevó aparejado el establecimiento de una jurisdicción
singular y órganos administrativos y laborales propios.

Las principales materias de las que se ocupa el Derecho del Trabajo en la


actualidad son: el contrato de trabajo y sus distintas modalidades (a
tiempo parcial, temporal, de alta dirección, del servicio doméstico);
derechos y deberes de los trabajadores por cuenta ajena; remuneración,
salarios, asignaciones extraordinarias; régimen jurídico de los
trabajadores autónomos; seguridad e higiene en el trabajo; Seguridad
Social; relaciones laborales; huelga y cierre patronal.

Los objetivos fundamentales perseguidos por el Derecho del Trabajo


responden en esencia a una finalidad tuitiva o de amparo. El trabajo
humano, objeto posible de negocios, es un bien inseparable de la persona
del trabajador. Debe preservarse de tal forma que mediante normas
imperativas se establezcan límites a los contratos sobre actividades de
trabajo en las que se comprometan físicamente las personas que han de
prestarlas, límites tendentes a proteger bienes como la vida, la integridad
física, la salud o la dignidad del trabajador con una finalidad
compensadora. Tiende a paliar la disparidad de fuerzas que, en el punto
de partida, existe entre quienes demandan y ofrecen trabajo, mediante
normas imperativas que establecen contenidos mínimos de los contratos
no negociables, así como garantías procesales y administrativas en favor
de los trabajadores.

Naturaleza jurídica del Derecho del Trabajo.

Es difícil determinar la real posición de este derecho dentro del esquema


tradicional y clásico de la clasificación del derecho positivo nacional.

Se ha sostenido que por el imperio de sus normas, cabría ubicarlo en la


esfera del derecho público; otros lo ubican en el campo del derecho
privado, por la libertad contractual garantizada en la Carta
Constitucional, lo que no se antepone a su normativa de orden público;
finalmente, hay autores que lo califican de sui géneris.

Características del derecho del trabajo.

1.- Es un derecho nuevo, tanto del punto de vista cronológico, como en


relación a la orientación que lo preside.

Cronológicamente este derecho ha alcanzado su plena autonomía a partir


del S. 19 y principalmente con la suscripción del Tratado de Versalles, en
virtud del cual se creó la Organización Internacional el Trabajo. Conviene
precisar que las normas de derecho laboral comienzan a surgir en las
últimas décadas del S. 19, pero tienden a regular situaciones específicas,
como por ejemplo tendientes a dar protección al trabajo de mujeres y
menores o dentro de la industria, pero no tiene un contenido sistemático.

Desde un segundo punto de vista, nace como una reacción en contra de


los excesos que posibilita el individualismo liberal del siglo 19. La idea de
justicia social, como finalidad de los regímenes laborales es la idea que

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prende en el nuevo espíritu de enfoque de la relación empleador-
trabajador.

Durante la mayor parte del siglo pasado las relaciones del derecho del
trabajo estuvieron fundamentalmente reguladas por el derecho civil, lo
cual significaba que las relaciones entre trabajadores y empleadores
quedaban entregadas a la autonomía de la voluntad, lo que trajo como
consecuencia una serie de excesos y la consideración del trabajo como
una mercadería, sujeta a la clásica ley de la oferta y la demanda en el
mercado, sin mayores limitaciones.

El derecho del trabajo nace, entonces, como una reacción al derecho


común y pone énfasis en la idea central y básica de justicia social.

2.- Es un derecho autónomo.

Tal autonomía se traduce en los siguientes puntos:

a) Existe una autonomía legislativa, que se expresa en la formu-


lación de leyes específicas de contenido exclusivamente laboral, en
lo que es hoy el Código del Trabajo y su legislación comple-
mentaria.

b) Tiene medios propios para instrumentalizar sus normas, que se


plasma, principalmente en la existencia de una judicatura espe-
cial del trabajo, de procedimientos especiales de acuerdo a los
cuales se resuelven sus contiendas, de una administración laboral
con organismos administrativos propios.

c) Existe también una autonomía doctrinaria, que se traduce en


toda una producción literaria especializada que es el resultado de
la expresión de los principios propios que inspiran a esta
asignatura.

d) Tiene también autonomía académica, que se materializa en


cátedras separadas, destinadas a la enseñanza de esta disciplina
en las Universidades y en la existencia de departamentos especia-
les con el mismo objeto.

e) Sin embargo, lo que en mayor medida permite defender la sus-


tantividad propia del derecho laboral es que los principios que
inspiran sus normas son diferentes a los principios del derecho
común.

3.- Es realista.

Esto significa que debe reflejar las condiciones económicas y sociales de la


época. Es de aplicación diaria constante, ya que es perfectamente posible
que muchos de los aspectos regulados por las demás ramas del derecho
jamás lleguen a ser aplicados por algunos sujetos, pero éste siempre o
generalmente estará relacionado en el ámbito labora.

4.- Es informal.

No exige, por regla general, solemnidades ni requisitos esenciales para su


aplicación.

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5.- Es de orden público.

No pueden renunciarse por anticipado los derechos que otorga. En


materia de derecho común los derechos pueden, por regla general,
renunciarse. (Art. 12 del Código Civil). En cambio, en derecho del trabajo
rige el principio exactamente contrario, pues los derechos que confiere la
ley laboral son irrenunciables. Esta característica, que también ha sido
elevada al rango de principio del derecho del trabajo, encuentra su
expresión legislativa en el art. 5 del Código del Trabajo, que analizaremos
en detalle oportunamente.

6.- Es clasista.

Principalmente persigue amparar al económicamente débil para colocarlo


en un pie de relativa igualdad con el poderoso al contratar sus servicios.
Pretende compensar con una superioridad jurídica, la inferioridad
económica.

7.- Es universal.

Los principios generales en que se inspira son los mismos gracias a la


acción realizada por la OIT, al punto de que hoy se habla de un Derecho
Internacional del Trabajo.

FUENTES DEL DERECHO DEL TRABAJO.

Las fuentes del derecho del trabajo son las fuerzas sociales capaces de
crearlo. Se distingue entre fuentes materiales y fuentes formales o
instrumentales.

1. Fuentes materiales.

Son los factores históricos culturales que impulsan su nacimiento o


desarrollo. Nos referimos a la sociedad civil o el estado, las circunstancias
políticas, las creencias religiosas, las concepciones filosóficas, etc. En
materia de Derecho del Trabajo pertenecen a esta categoría la esclavitud,
el feudalismo, el gremialismo, la independencia de los Estados Unidos, el
desarrollo industrial, el capitalismo moderno. También ciertas ideologías
históricas de fuerte contenido económico social, como anarquismo,
individualismo liberal, socialismo, humanismo cristiano y cooperativismo.

2. Fuentes formales o instrumentales.


Son los medios de expresión del derecho y se clasifican a su vez en:

2.1. Fuentes internas de origen estatal.


2.1.1. Legislativas.
2.1.1.1. Constitución.
2.1.1.2. Ley.
2.1.2. Actos del Poder Ejecutivo.
2.1.2.1. Decretos con fuerza de ley.
2.1.1.2. Decretos supremos.
2.1.3.Jurisprudencia de los Tribunales de Justicia.

2.2. Fuentes internas de origen privado.


2.2.1. Reglamento interno de la empresa.

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2.2.2. Convenios colectivos del trabajo.
2.2.3. Fallos arbitrales.
2.2.4. Costumbre profesional.

2.3. Fuentes internacionales.

Por su especial importancia, analizaremos brevemente cada una de


ellas.

Fuentes internas de origen estatal.

Constitución política.
En relación a la Constitución como fuente del Derecho del Trabajo en
los estados modernos se observa una evolución en cuanto a consagrar
dentro de las cartas políticas, los principios básicos del Derecho Laboral,
que asoma tímidamente en el siglo pasado para abrirse cauce en el siglo
actual. En efecto, mientras las primeras constituciones sólo contienen
principios que consagran la libertad de trabajo y el derecho a elegir cual-
quier profesión, traduciendo con ello la preocupación liberal en torno a los
derechos y deberes del individuo, las constituciones políticas actuales
incorporan en sus textos los llamados derechos sociales, cuya formulación
más general puede resumirse en el derecho y el deber de trabajar, sin
perjuicio que se precisen principios más concretos como el derecho a la
formación profesional, estabilidad en el empleo, derecho de sindicación,
derecho a celebrar convenciones colectivas de trabajo y derecho a la segu-
ridad social.

En nuestra Constitución los derechos básicos en el orden laboral, se


consagran en el Art. 19, Nº 16 y Nº 19.

El Nº 16 garantiza la libertad de trabajo y su protección, enunciando que


toda persona tiene derecho a la libre contratación y a la libre elección del
trabajo con una justa retribución, prohibiendo cualquiera discriminación
que no se base en la capacidad o idoneidad personal.

Asimismo, dispone que ninguna clase de trabajo puede ser prohibida,


salvo que se oponga a la moral, a la seguridad o a la salubridad públicas,
o que lo exija el interés nacional y una ley lo declare así.

También establece que ninguna ley o disposición de autoridad pública


podrá exigir la afiliación a organización o entidad alguna como requisito
para desarrollar una determinada actividad o trabajo, ni la desafiliación
para mantenerse en éstos.

Finalmente, contiene normas enunciativas relativas a derechos colectivos.

El Numeral 19 se refiere al derecho sobre la libertad sindical.

Ley.
Luego de la Constitución Política debe reconocerse como fuente del
derecho del trabajo de origen estatal, las leyes del que dicta el legislador
para desarrollar y completar los principios laborales contemplados en
aquélla. Es tan abundante la actividad que en este sentido desarrolla el
legislador moderno, que para presentarlas metódicamente y facilitar el
conocimiento de sus normas ha sido necesario agruparlas en un Código
del Trabajo.

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A este respecto, es dable recordar que el País ha tenido dos procesos de
codificación de las leyes laborales, el primero, el código de 1931, y, el
segundo, nacido bajo la ley Nº 18.620, de 1987, hoy, refundido en el
D.F.L. Nº 1, de 2003, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social,
publicado en el Diario Oficial de 16 enero de 2003

Decretos con fuerza de ley.


Es una expresión legislativa del Poder Ejecutivo, que supone que el
Poder Legislativo ha delegado tal función en el Presidente de la República.

Según nuestra Constitución del año 80, el Congreso Nacional no puede


delegar facultades en el Presidente de la República para dictar decretos
con fuerza de ley, entre otras, sobre aquellas materias que constituyan
garantías constitucionales, carácter que invisten las normas relativas a la
libertad de trabajo, no discriminación laboral, derecho de sindicación,
derecho de la seguridad social y derecho de negociar colectivamente por
empresa.

Decretos y reglamentos.

Se trata de textos dictados en virtud de la potestad reglamentaria del


poder ejecutivo. Ambos están subordinados a la ley y de una u otra
manera, a través de ellos, es decir, por la vía administrativa, se especifica,
detalla o aplica la ley.

Jurisprudencia.

Algunos autores niegan el carácter de fuente del derecho laboral a la


jurisprudencia de los tribunales, por estimar que ellos se limitan a aplicar
la ley, a interpretarla o a aplicar principios jurídicos, pero no crean
derecho. Sin embargo, puede decirse que en la medida que los tribunales
de justicia deban interpretar o aplicar el derecho existente, efectúan una
creación de derecho, ésto, sobretodo cuando resuelven casos no previstos
por el legislador o no susceptibles de ser resueltos mediante la simple
aplicación del derecho existente, ya que el propio legislador ha impuesto al
juez la obligación de fallar a pesar del silencio de la ley. Por otra parte no
puede negarse que la interpretación de los tribunales de justicia es
también creadora y no sólo interpretativa y ello no porque imponga una
norma, sino porque busca lo que es justo y oportuno.

Especial importancia adquirirá esta fuente cuando nos encontramos


ante una imperfección legislativa, la cual muchas veces caracteriza a la
legislación laboral.

Es muy importante en esta materia la jurisprudencia que emana de los


organismos administrativos que tienen la facultad de interpretar la ley a
través de dictámenes. Ella puede emanar de la Dirección del Trabajo, de la
Superintendencia de Seguridad Social y de la Contraloría General de la
República (esto último, en la medida que las normas laborales se apliquen
en el sector público, lo cual constituye una excepción).

Fuentes internas de origen privado

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El origen de estas fuentes es prácticamente de este siglo, ya que en el
anterior no se concebía la posibilidad que las reglas jurídicas fueran
creadas por otra fuerza social que no fuese el Estado. En virtud del
principio de la soberanía nacional, ningún cuerpo u organismo podía
interponerse entre la nación y sus representantes, de modo que las
personas individualmente consideradas no podían ser sino súbditos
directamente vinculados a la autoridad.

El reglamento interno de la empresa.

Es una expresión del poder de dirección del empleador. En la legislación


comparada tienen intervención los trabajadores en la gestión de la
empresa, a través de organismos de participación, lo cual no ocurre en
nuestro sistema. Sin embargo, y no obstante que el reglamento interno
emana del empleador, los trabajadores pueden impugnarlo y además está
sujeto a un control de legalidad ejercido por la Dirección del Trabajo.

Nuestro Código se refiere al reglamento interno entre los Arts. 153 y


157. De acuerdo al Art. 153, las empresas industriales o comerciales que
ocupen normalmente 25 o más trabajadores permanentes están obligadas
a confeccionar un reglamento interno de orden, higiene y seguridad que
contenga las obligaciones y prohibiciones a que deban sujetarse los
trabajadores, en relación con sus labores, permanencia y vida en las
dependencias de la respectiva empresa o establecimiento.

Su carácter de fuente del derecho ha sido reconocido por fallos de los


tribunales, los cuales incluso le han dado una característica que la ley no
señala, cual es, la de pasar a ser parte integrante del contrato individual
de trabajo.(La Corte Suprema en un fallo de 1977 señaló que "los
reglamentos internos forman parte de los contratos individuales de trabajo
y, por lo mismo, si en ellos se prohíbe expresamente determinadas
negociaciones relativas al giro del negocio, quien la transgrede incurre en
la causal del art. 156 Nº2 del Código del Trabajo" -hoy, art.160 Nº2 ).

Convenciones colectivas.

Ya a fines del siglo pasado se comenzó a constatar que la acción de


grupos profesionales podría tener, como una de las variadas formas de
concreción, la concertación con la parte patronal de las condiciones de
trabajo que habían de regir en determinada faena o establecimiento. En
principio el Estado no vio con buenos ojos esta clase de pactos por
entender, de acuerdo con la ideología imperante, que la dictación de
normas de general aplicación era una facultad privativa suya. Esta actitud
de resistencia inicial ha variado y hoy en día los pactos y convenios,
convenciones y contratos colectivos de trabajo constituyen una importante
fuente de derecho laboral.

Lo que caracteriza a una determinada expresión como una fuente del


derecho es que personas extrañas a su creación puedan verse obligadas
por ellas. Por esta razón es que el contrato individual de trabajo no se
considera como tal, pero sí los convenios colectivos, ya que éstos producen
tal efecto.

La doctrina en general reconoce el carácter de fuente del derecho del


trabajo a las convenciones colectivas por dos razones básicas:

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1.- Son generadas por grupos sociales a los cuales el legislador ha
reconocido aptitud jurídica para crear normas a través de su suscripción;
y
2.- El fin principal de ellas es el de fijar condiciones generales de trabajo
y remuneración para los pactos que se celebren durante su vigencia. Este
es el efecto normativo de la convención colectiva.

Fallos arbitrales

El fallo arbitral pone término a una negociación colectiva y su contenido


produce un efecto similar al de la convención colectiva.

Costumbre

Como lo señala el Código Civil, la costumbre no constituye derecho,


sino en los casos en que la ley se remite a ella.

La costumbre, como fuente, tuvo importancia en la etapa anterior al


nacimiento del derecho del trabajo y también conjuntamente con aquél,
pero ha ido perdiendo importancia por la evolución científica del derecho
laboral. Sin embargo, encuentra aplicación en algunas áreas, como por
ejemplo en la actividad pesquera artesanal.

La jurisprudencia administrativa e, incluso judicial, ha hecho cierto


reconocimiento al valor de la costumbre sobre la base del Art. 1564 del
Código Civil, según el cual las cláusulas de un contrato también pueden
interpretarse por la aplicación práctica que hayan hecho de ellas ambas
partes o una de ellas con la aprobación de la otra, concluyendo que la
forma especial como las partes han dado cumplimiento al contrato de
trabajo, se convierte en una cláusula tácita de éste, que puede incluso
modificar o complementar las estipulaciones del contrato que consten por
escrito.

Se ha resuelto, por ejemplo, que los anticipos de sueldo que una


empresa acostumbra a conceder a sus trabajadores, constituye una
modalidad de pago de las remuneraciones incorporada al contrato.

A estas cláusulas se les llama cláusulas tácitas incorporadas, e


implican el cumplimiento reiterado del contrato de una manera
determinada y esta es la razón de que pase a ser una estipulación tácita
de dicho contrato. Es necesario un cumplimiento constante y reiterado
por un lapso más o menos prolongado.

Fuentes internacionales

La Declaración Universal de Derechos Humanos, nacida en resolución


adoptada por unanimidad en diciembre de 1948 por la Asamblea General
de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tuvo como objetivo, en
30 artículos, promover y potenciar el respeto por los derechos humanos y
las libertades fundamentales. Dicha declaración proclama los derechos
personales, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales del hombre,
los cuales sólo se ven limitados por el reconocimiento de los derechos y
libertades de los demás, así como por los requisitos de moralidad, orden
público y bienestar general.

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Entre los derechos citados por la Declaración, y en lo que mira a nuestra
materia, se encuentran el derecho a la no invasión de la vida privada y de
la correspondencia personal; a la propiedad; a la libertad de pensamiento,
de conciencia, de religión, de opinión y de expresión; a asociarse, a formar
una asamblea pacífica; a la seguridad social, al trabajo, al descanso y a
un nivel de vida adecuado para la salud y el bienestar. La Declaración fue
concebida como parte primera de un proyecto de ley internacional sobre
los derechos del hombre. La Comisión de los Derechos Humanos de la
ONU dirigió sus esfuerzos hacia la incorporación de los principios más
fundamentales de la Declaración en varios acuerdos internacionales.

En el Derecho Internacional, el Derecho del Trabajo tiene fuentes


propias distintas a las que inspiran a otras disciplinas jurídicas, las que
están constituidas por los tratados bilaterales y multilaterales que se
celebran entre los distintos estados en relación a aspectos laborales,
fuente que en relación a nuestro país no tiene una expresión muy
prolífera.

En otro orden, constituyen una importante fuente las Convenciones y


Recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo, que dicen
relación con materias tales como libertad sindical, prohibición del trabajo
forzoso, igualdad de oportunidades y trato, empleo y recursos humanos,
administración del trabajo, salarios, descanso semanal y vacaciones
pagadas, seguridad e higiene en el trabajo, seguridad social, trabajo de
mujeres y menores, trabajo de migrantes y duración del trabajo.

El 1º de febrero de 1999, Chile depositó en la Sede Principal de la OIT, la


constancia de haber ratificado los convenios 87 y 98, el primero, sobre
libertad sindical, y, el segundo, sobre negociación colectiva.

SÍNTESIS DE LA LEGISLACIÓN LABORAL CHILENA

- Ley Nº 1.838, de 20 de febrero de 1906, sobre Habitaciones de Obreros;


- Ley Nº 1.990, de 20 de agosto de 1907, sobre Descanso dominical;
- Ley Nº 2.951, de 25 de noviembre de 1915, sobre sillas;
- Ley Nº 3.170, de 27 de diciembre de 1.916, sobre Accidentes del Trabajo
- Ley Nº 3.185, de 13 de febrero de 1917, sobre Salas Cunas

El día 8 de septiembre de 1924, se promulgaron las siguientes leyes que


eran títulos del Código del Trabajo:

- Ley Nº 4.053, sobre Contrato de Trabajo;


- Ley Nº 4.054, sobre Seguro Obrero Obligatorio;
- Ley Nº 4.055, sobre Indemnizaciones por Accidentes del Trabajo;
- Ley Nº 4.056, sobre Tribunales de Conciliación y Arbitraje;
- Ley Nº 4.057, sobre Organización Sindical;
- Ley Nº 4.058, sobre Sociedades Cooperativas, y
- Ley Nº 4.059, sobre Contrato de Empleados Particulares.

- Decreto Ley Nº 44, de 14 de octubre de 1924, que crea la Secretaría de


Estado de Higiene, Asistencia, Previsión Social y Trabajo (hoy
Ministerios de Salud y del Trabajo y Previsión Social, respectivamente;
- Decreto Ley Nº 442, de 18 de marzo de 1925, sobre Protección de la
Maternidad Obrera;

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- Decreto Ley Nº 2.100, de 31 de diciembre de 1927, que crea los
Tribunales del Trabajo

El primer Código del Trabajo, denominado “Texto de de las Leyes del


Trabajo”, fue promulgado por decreto con fuerza de ley Nº 178, de 13 de
mayo de 1931, publicado en el Diario Oficial el día 28 de ese mes, y
comenzó a regir a partir de 28 de noviembre de 1931.

- Decreto ley Nº 2.200, de 1978, publicado en el Diario Oficial de 15 de


junio del mismo año, que, entre otras modificaciones al régimen jurídico
laboral, eliminó las distinciones entre empleados y obreros.

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