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Elías Arizcuren
Carta-Prólogo
de Mstislav Rostropovich
Elías Arizcuren
EL VIOLONCHELO
Sus escuelas a través de los siglos
Deseo felicitarte
/' para todo violonchelista o aficio-
nado a nuestro impresionado por la calidad y
supone un enorme trabajo de
jóvenes, ya que gracias a tu
y al desarrollo del arte del
violonchelo.
Car
Intr
Res
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Índice
men
ropa
violl
reba
cia :
dida
Áfric
1. Antepasados de los instrumentos
de cuerda
Al lado de estos cuatro tipos de violas bien definidos, existían otros instru-
mentos derivados que gozaron de mayor o menor interés por parte de algunos
compositores e instmmentistas:
- La viola de amor (de brazo) con seis o siete cuerdas y otras tantas bajo el
batidor que resonaban por simpatía, sistema ideado en Inglaterra.
- La viola bastarda (tipo gamba o viola de pierna), afinada como la ante- OP(
rior, pero una octava más grave. vi c
- La viola pomposa, de forma semejante a la del violonchelo, se tocaba fin
con la posición del violín y su afinación era Do, Sol, Re, La, Mi, ya que Ga
estaba montada con cinco cuerdas. Bach dio claras directivas a los lu- obi
thiers para la construcción de la viola pomposa, tal vez irritado por la fat
torpeza de los violonchelistas,4 cuya técnica, balbuciente a la sazón, les - La
impedía tocar bajos con la viveza y el vigor necesarios. Esta torpeza era aPc
evidente en los pasajes rápidos, ligeros y agudos. La viola pomposa, con Pal
su quinta superior (mi), los realizaba con mucha más facilidad en un re- bai
gistro cómodo. El luthier alemán de Leipzig Martin Hoffmann construyó qu'
COI
el primer ejemplar, siguiendo fielmente las indicaciones del gran C a n t ~ r . ~
- La viola de bordón, de dimensiones semejantes al bajo de viola o viola de
pie, constaba de seis o siete cuerdas y de un número de cuerdas simpáticas
Para mayor confusión nuestra, Bach también usa, en sus manuscritos, el nombre de violon-
chelo piccolo; v. Larousse, Diccionario musical. Les ai
Emect T .rirlwicr Gerher: Altes Lexicon. Lei~zia.1790. ' Lurhe
ANTEPASADOS DE LOS INSTRUMENTOS DE CUERDA
on-
Les ancetres du violon et du violoncelle, Schmidt, París, 1901.
Lutheria storia, Lugo, ed. Arte, tip. Cortesi, 1937.
El, VIOLONCHEIaO
Viola de gamba de cuatro cuerdas, de G . P. Maggini (1590), y viola de gamba de seis cuerdas,
de la misma época
Las diferencias fundamentales entre las familias de las violas por un lado y
las del violín, violonchelo y contrabajo por otro, son las siguientes:
En
VIOLAS VIOWN,VIOLONCHELO, CONTRABAJO son, Ch
- Fonna de peraa - Cuerpo del instrumento formado por dos círculos de Abel.
- Fondo plano tamaño diferente y ligeramente superpuestos Lin
- Trastes sobre el batidor - Fondo bombeado sión en
- Posición de la mano del arco con el - Sin trastes sobre el batidor ciente dl
dorso abajo - Posición de la mano d 1 arco con el dorso arriba
ñamient
- Oídos en forma de
)( - Oídos en forma de
3? instrumc
ciones !
Los mejores constructores italianos de violas fueron Kerlino, Zanetto y Pere-
grino en Brescia, a partir de 1410; Brensio, Duiffoprugar, Maler y Sarto en Bo- Yudenk
lonia, entre 1510 y 1560, y otros muchos en Venecia, Nápoles, Milán y Cremona, una vio'
entre 1400 y 1600. mente e
Los más antiguos y eminentes violistas italianos han sido, según Malusi: con el z
Giampietro della Viola, Johan Maria da Cremona, Alfonso, Andrea y Francesco trument
della Viola, Alessandro Merlo, Alfonso Ferabosco y Alessandro Striggio. nando c
En España emerge la figura del gran Diego Ortiz. perdure
En Francia adquirieron reputación internacional Marin Marais, Jean Rous- Francia
seau, Caix d'Herveloix, Antoine Froqueray y Sainte-Colombe. radójic:
cuerda,
fabrica]
ANTEPASADOS DE LOS INSTRUMENTOS DE CUERDA 17
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Violonchelo
EL VIOLONCHELO
En Francia
En Austria
En las ciudades italianas de Bolonia y Roma nacen y florecen las escuelas En Aleman.
propiamente dichas. En el siglo XVII sobresalen los nombres de los violonchelistas y los Países
Franceschini, Gabrielli y Jacchini y las primeras obras se atribuyen a la pluma del
compositor boloñés G. C. Arresti, quien en 1665 publicó 12 sonatas para dos
violines, violonchelo y continuo. En Bolonia aparecieron igualmente los ricerca-
res, sonatas y sinfonías de Giovanni Battista degli Antoni, de Petronio Frances-
chini, de Domenico Gabrielli, de los Bononcini, Bom, Jacchini y Torelli.
En Bolonial2 ya existía la capilla de San Petronio y su reputación desbordaba En España
y Portugal
el marco de las fronteras nacionales. En 1666 el marqués Vicenzo Maria Carrati
fundó en la misma ciudad la Academia Filarmónica.
Antes de continuar con unos datos biográficos sucintos de los principales
violonchelistas italianos de los siglos XVII y XVIII,me parece útil reflejar en un En Rusia
esquema la influencia que la escuela italiana tendrá sobre el resto de Europa, en
el período entre 1650 y 1850. Se admite generalmente que Francesco Alborea,
llamado Francischiello, fue uno de los fundadores de la escuela francesa; Barrikre
y Berteau progresaron gracias a sus consejos. Además de Francischiello, una
pléyade de violonchelistas italianos se expatriaron durante un período más o
menos largo y contribuyeron de forma evidente al desarrollo del instrumento en
otros países. Expondremos seguidamente la primera generación que emigró y se
afincó en el extranjero.
lZ Malusi, en su libro Zl violonchelo, Zanibon, afíma que la escuela de Bolonia tuvo esta pri-
mera época una importancia superior a la escuela de Roma. Otras fuentes son menos rotundas aun-
niie.. ncir r w l a ~e.neral.se. atrihiive a Rcilcinia la nat.ernidad de la esciiela italiana.
LA ESCUELA ITALIANA. PRIMERAS OBRAS DEL REPERTORIO 21
Bononcini
Canavasso
En Francia Stuck o Stmck
Ferrari
Galeotti
Caldara
En Austria Francischiello
Bononcini
Bononcini
En Inglaterra Caporale
( Cirri
r
Lanzetti
Bononcini
Parasisti
Amadei
En Alemania Antoniotti
y los Países Bajos Danzi
Alipandri
Lanzetti
Dall' Abacco
L Graziani
Bononcini
En España Caldara
y Portugal Boccherini
Dall' Oglio
En Rusia Polliari
Cristelli
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de col
SU cor
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su ópc
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trabaji
renta
ópera!
para 1
li. Se le conocía con el apodo de Minghen da1 Viulunzel, apodo que se aplicaba,
en aquel tiempo, a más de un joven violonchelista. Siendo aún casi un niño, y
gracias a sus rápidos progresos, entró a formar parte de la Academia Filarmónica
Rnlnniíi Silresor de Franceschini. combinó la composición con sus obligacio-
LA ESCUELA ITALIANA EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII 23
De Jacchini nos han llegado pocos datos biográficos, aunque sabemos que
fue alumno de Perti y de Vitali. Sucedió a Gabrielli en la Capilla de San Petronio
y, como él, llevaba el apodo, corriente en la época, de Giuzef da1 Viulunzel. Gozó
de gran reputación como acompañante de cantantes y escribió numerosas obras
para el instrumento:
DÍ
compo
Nació en Verona y combinó el violín con el violonchelo y la composición. mente
Estudió el violonchelo con Vitali y el violín con Torelli, pasando varios años en papel
Alemania y en los Países Bajos. Vivió sus últimas tres décadas en Múnich, donde considl
murió en 1742. Nos ha dejado 12 sonatas para violín, conciertos, sonatas de france:
iglesia y de cámara. de los
en Par
blicó :
compu
El genial violonchelista genovés, conocido en toda Europa por su apodo Grazia
Francischiello, nació en 1692. Alcanzó la respetable edad de 78 años y falleció ras o d
en Génova en 1770, habiendo conseguido elevar el violonchelo a un nivel des- Sin en
conocido hasta entonces. No nos han llegado composiciones suyas, pero se cree premoi
que fue uno de los primeros instrumentistas en usar el pulgar de la mano iz- Tui-anc
quierda, de forma frecuente, como cejilla y, sobre todo, se le atrubuye influencia concie
directa en la formación de los franceses Barrikre, Berteau, fundadores de la es- solos 1
cuela francesa, y de Duport el mayor. Barrikre pasó tres años en Roma, estu-
diando con él. Berteau, gambista reputado, abandonó su viola, fuente de éxitos,
para dedicar todo su talento y energía al nuevo instrumento, tras haber oído un
concierto de Francischiello. El hermano mayor de los Duport, alumno aventajado
de Berteau, quedó maravillado del canto del violonchelista italiano durante un N;
concierto en Nápoles, en 1764, a pesar de que Francischiello había cumplido los fundad
70 años. En sus años jóvenes viajó por Europa (Francia, Alemania, Austria), con- que er;
quistando la admiración de eminentes colegas, como el compositor Scarlatti, la su ciuc
flautista Quantz y, sobre todo, el violinista y compositor Geminiani, con quien la arml
tendría un decisivo contacto. tanto s
libreto
turera
En el siglo XVIII,al lado de Francischiello, indiscutible faro, resalta la figura Si
de Luigi Boccherini. Por las mismas razones que Boccherini, hoy considerado su tale
como músico español por unos treinta años de actividad en nuestro país, merece Costar
ser mencionada una segunda generación de violonchelistas italianos o de origen de virt
italiano que, por sus períodos de trabajo en el extranjero y por la indudable in- viaje a
fluencia que ejercieron sobre el desarrollo de la técnica y de la estética del ins- por su
trumento, completaron la labor pionera de sus predecesores. A
Nunca sabremos cuál fue la influencia exacta de un Ferrari, considerado uno espera
de los precursores en Francia del uso del pulgar como cejilla, ni la de los her- fue gr:
manos Canavasso sobre sus alumnos en París. ¿Qué decir de Danzi, director del de los
Conservatorio de Stuttgart? ¿Cuántas vócaciones suscitaron Cini o Caporale en do, adl
Londres? ¿Y Cervetto, de origen italiano, pero nacido en Londres y sucesor de Serení
Cim, que nos legó dos docenas de sonatas, sonatinas, dúos, tríos y seis lecciones? su pai:
Algo similar ocunió con Dall'Oglio y Cristelli, en la lejana y culturalmente me- memo
dieval Rusia, en la que la elite vivía al ritmo musical, literario y filosófico italiano Nardir
o francés. Lo cierto es que estos italianos pusieron el cimiento sobre el que re- consid
posaron los futuros pilares violonchelísticos de las escuelas europeas, a partir de blicos
la segunda mitad del siglo xvu~. El
De Caporale nos han llegado varias sonatas y un libro con solos para vio- lidad (
lonchelo. Cirri, mucho más prolífico, nos dejó sus dúos para violonchelo, sus punto
sonatas de cámara para dos violines y bajo, sus conciertos para violochelo, mú-
sica religiosa y cuartetos.
De los italianos afincados en Rusia, Dall'Oglio, Cristelli y Poliari, no nos ha
llegado obra alguna. Por el contrario, sus compatriotas que desarrollaron una ac- esto puc
17
tividad en Alemania v en los Países Baios fueron muv ~roductivos:Lanzetti nu-
LA ESCUELA ITALIANA EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII 27
blicó sonatas y un método con digitaciones para todos los tonos. Dall'Abacco
compuso más de veinte sonatas y una cantata, pero fue superado con creces por
Graziani, con sus 46 sonatas, concierto y caprichos; Alipandri escribió cinco ópe-
f ras o dramas y un Stabat-Mater, pero no conocemos sus obras para violonchelo.
f Sin embargo, Danzi se lleva la palma con sus 16 óperas, cuyos títulos resultan
I premonitorios del gran repertorio lírico posterior (El beso, La Síljide, Cleopatra,
P Turandot), sus composiciones de carácter religioso y las consabidas sonatas y
k conciertos para el violonchelo. Galeotti, Canavasso y Ferrari publicaron sonatas y
,
e
solos para violonchelo, durante su estancia en Francia.
$
C
E LUIGIBOCCHERINI
1 $
1 E Nacido en la ciudad italiana de Lucca en 1743,'s pasa hoy por ser uno de los
; fundadores de la escuela moderna del violonchelo. Recibió las bases de su padre,
4h que era contrabajista, continuando su formación en el seminario del obispado de
1 g su ciudad natal, con el conocido abad Vanucci, donde se le inició igualmente en
1 f~ la armonía y la composición. No era el único de su familia con vocación artística;
A
* tanto su hermana, dotada para el ballet, como su hermano, bailarín y escritor de
-*
5
& libretos operísticos que sirvieron a Salieri y a Haydn, tuvieron una rica y aven-
g
";.
turera vida.
Su familia, entusiasmada por los progresos del joven Luigi y consciente de
su talento, le envía a Roma. No se sabe con certeza si estudió con Lulier o con
Costanzi;l6 lo cierto es que, en cualquier caso, en un par de años alcanzó un nivel
de virtuosismo envidiable. Apenas de nuevo en Lucca, emprende con su padre un
viaje a Viena, donde confraterniza con Haydn, despertando la admiración general
por su técnica depurada y el virtuosismo elegante de sus cadencias.
A pesar del éxito en la capital austríaca, padre e hijo vuelven a Lucca con la
esperanza de obtener un puesto estable con buen sueldo. La decepción de ambos
fue grande, ya que el interés de los notables de su ciudad natal era muy inferior al
de los vieneses. Después de varios años con un cargo mediocremente remunera-
do, aderezado con las consabidas servidumbres funcionariales en la capilla de la
Serenísima República, Luigi decide marcharse a Turín y Milán en compañía de
su paisano y amigo el violinista Manfredi," alumno de Nardini. Cambini, en sus
memorias, hace alusión a las veladas de música de cámara con los violinistas
Nardini, Manfredi, él mismo a la viola y Boccherini al violonchelo. Se las puede
considerar como los primeros intentos organizados de series de conciertos pú-
blicos de cuarteto.
El dúo Manfredi-Boccherini llega a París y busca inmediatamente la posibi-
lidad de hacerse oír en los célebres Concerts Spirituels, paso obligado, desde el
punto de vista artístico, para abrirse camino en la capital.
1
Is Forino discute esta fecha, situándola el 14 de febrero de 1740.
ha ?L.
3 l6 Costanzi se formó en Padua, siendo muy influido por el famoso violinista Tartini. Tal vez
?:
.C- e esto pueda explicar el carácter «violinístico» de las composiciones para violonchelo de Boccherini.
U- '' Destacado alumno de Nardini, 1738-1780.
28 El. VIOLONCHELO
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Luigi Boccherini
y ciert
ponía (
La antecámara musical de los Concerts Spirituels implicaba ser invitado a
un par
tocar en la mansión del conocido mecenas barón de Bagge, cuyo salón era fre-
ban lo:
cuentado por las personalidades más interesantes de la vida intelectual parisina. ferenci
Introducidos por el editor La Chevardiere, conocieron a Jean-Pierre Duport, her-
L(
mano mayor de Jean-Louis, y a los grandes del violín francés, Gossec y Gavinies. mente.
En esas reuniones traba amistad con Vernier, a quien dedicó varios cuartetos; con
la insigne clavecinista señora Brillon de Jouy, para quien escribió seis sonatas
para violín y clavecín, sin olvidar a La Chevardiere, a quien también ofreció sus
primeros tríos. Las críticas del temido Mercure de France resultaron más que «D. Luis
elogiosas a raíz del concierto de ambos italianos en el Concert Spirituel, en el soben
nista. És
1768.18 El embajador de España, cautivado por el talento del violonchelista, le rini, olv:
animó a que se trasladase a Madrid y le puso en contacto con el infante don Luis, había q u
hermano de Carlos 111.
En España, a pesar de ganarse inmediatamente la admiración general, su
no pudo
22 j
Margareth Campbell sitúa erróneamente esta fecha en 1786. Se trata, ciertamente, de un Clenlenti
error de imprenta, ya que Manfredi había fallecido y Boccherini se trasladó a E s ~ a ñ aen 1769.
LA ESCUELA ITALIANA EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII 29
amigo y colega Domingo Porreti, alegró su vida, pero en 1802, cansado, enveje-
cido, tuvo que afrontar la muerte de dos de sus hijas. No tenía ni fuerzas ni ganas
de vivir. Rehusó una invitación de Cherubini, entonces director del Conservatorio
de París, y de J. B. Bréval, profesor de violonchelo, para venir como profesor
invitado. Temiendo el cansancio y los avatares de un largo viaje, no aceptó. Fue
el virtuoso alemán Bernhard Romberg quien le sustituyó en la insigne institución
parisina. Romberg, profundo admirador del ítalo-español, se trasladó a Madrid
para inclinarse ante el viejo maestro. ¡Qué bonito hubiese sido tener, en París,
enseñando al mismo tiempo a Bréval, a Romberg y a Boccherini!
Para colmo de males, el poco escrupuloso Pleyel, su editor, le engañó du-
rante años, enriqueciéndose a sus expensas, regateándole los honorarios, no pa-
gándole en muchos casos o pagándole con retrasos, al límite de la decencia,
consciente de que el cándido Boccherini era una presa fá~i1.~3
Las ayudas, en esta última fase de su vida, vinieron de Francia. El príncipe
Lucien Bonaparte le apoyó como pudo durante un tiempo, lo que obligó al
compositor a dedicar seis quintetos a la nación francesa. También madarne So-
phie Gail y el marqués de Benavente, noble español, apasionado por la guitarra,
le encargaron obras y, sobre todo, arreglos. Aunque pudo conservar su real pen-
sión, mermadísima al final de su vida debido a la inflación, terminó sus días, si zón c
no en la miseria, sí en una honesta pobreza. Murió en mayo de 1805; enterrado en los g
la iglesia de San Justo, en Madrid, sus cenizas fueron llevadas a Lucca, su ciudad inglé
natal, en 1927, y allí se encuentran en la basílica de San Francisco. violo
Dejó una extensa producción: más de cuatrocientas obras, entre las que contr
destacan 30 sonatas para violonchelo y bajo continuo,24 137 quintetos de cuerda trumt
con dos violonchelos, casi cien cuartetos, quintetos con flauta, oboe con clavecín,
12 cuartetos con guitarra, sonatas para violín, dos violines, tríos de cuerda, sex-
tetos, octetos, conciertos para violonchelo y multitud de obras para teatro e igle-
sia, sin subestimar sus sinfonías, oratorios o cantatas. Muchos de los manuscritos
de Boccherini, que se encontraban en manos de sus descendientes en España, se r
perdieron a raíz de la guerra civil. Afortunadamente, Picquot publicó una edición las pi
en 1851 y Alfredo Boccherini, pariente del compositor, otra en 1879. En nuestros le pei
días, la referencia obligada es el catálogo temático publicado por Gérard en 1969. de su
Como violonchelista ha sido genial, con una visión moderna y muy avanzada con R
del instrumento; como compositor, tal vez se pueda encontrar cierto paralelismo se. D
con Servais, aunque el virtuoso belga no tenga, a mi juicio, ni la calidad ni la nos y
osadía armónica ni la densidad de Boccherini. Después de una época de cierta posib
infravaloración, ocupa de nuevo en la historia el lugar que le corresponde. iTení
Franz
guies~
La gi
econC
fin de
italia~
E
23 Luigi Boccherini, Germaine de Rothschild, París, 1962. en el
24 Manuscritos en los conservatorios de Florencia y Milán. clica (
4. La escuela italiana
en los siglos XIX y xx
Si en el siglo XVIIIla máxima figura fue Boccherini (se le considera con ra-
zón como español por las décadas que pasó en la península ibérica), el éxodo de
los grandes nombres italianos del violonchelo no cesó en el siglo MX. El ítalo-
inglés Piatti, cuyos caprichos son material de estudio indispensable para cualquier
violonchelista, llegó en 1846 a Londres, donde permaneció más de cuarenta años,
contribuyendo con su virtuosismo y sus dotes de maestro al desarrollo del ins-
trumento y de la escuela inglesa.
Mendelssohn, que tocaba el concierto en sol mayor de Beethoven. Al finalizar el dos grand
concierto londinense, Moscheles, virtuoso del piano y gran amigo de Mendels- gro), dest;
sohn, cuenta que les invitó a su casa. Tras las inevitables muestras de cortesía, el 1800, a
Mendelssohn se sentó al piano e invitó a Piatti a tocar con él una de sus sonatas.
El violonchelista aceptó con placer, y cuando se disponía a comenzar la Sonata
en si bemol, el compositor le gastó una broma colocándole en el atril el manus-
crito de la sonata en Re mayor. Ambos pianistas confiaban en ponerle en un
aprieto. Una vez superada la sorpresa inicial, y ante el asombro de los bromistas, Nacii
Piatti supo evitar todas las trampas que una lectura a primera vista puede aca- en Moscú
rrear, dejándoles atónitos. Nápoles y
Antes de quedarse definitivamente en Londres, Piatti no cesó de viajar, en donde fue
los años 1844 y 1845, por varios países europeos y por Rusia con el conocido servatorio
pianista Theodor Dohler, alumno de Czemy.25 otros; des.
En 1846 vuelve a Londres para establecerse en la capital inglesa, donde co- Ciandelli.
sechará innumerables éxitos en los conciertos populares, siendo nombrado pos- de Nápole
teriormente primer violonchelo de la Ópera italiana y profesor de la Academia estudiante
Real. En la
Si creemos las crónicas de la época, el maestro italiano tocaba con poco vibrato entre los (
y lo usaba solamente en pasajes de carácter muy apasionado. Su reputación atrajo a a la escue
talentos como los alemanes Haussmann,26 que le imitó rechazando el empleo de la De su cla:
pica y Becker y los ingleses Whitehouse y Stern," entre muchos otros. En 1876 es- Giarda, C
trenó en Londres la Introducción y Polonesa brillante de Chopin. táneo de 1
Durante años, Piatti formó parte de uno de los cuartetos que Joachim había por Grüm
creado en diferentes ciudades europeas (Londres, Berlín). El legendario violinista casi veinl
ensayaba y tocaba con ellos varias semanas por año. Pezze, Qi:
Las composiciones de Piatti no han soportado el paso del tiempo, con ex-
cepción de los excelentes 12 caprichos.28 Sus variaciones sobre el tema de la
ópera Lucia de Lammermoor, su Prizre, la mazurca sentimental para violonchelo
y cuarteto, sus tres conciertosz9y otras pequeñas piezas no tienen gran interés
musical. Al contrario, tuvo el mérito de recuperar y editar una serie de obras de El ca
compositores italianos del siglo xvm: Marcello, Valentini, Locatelli, Boccherini, lonchelist
entre otros. chelo, prc
M p i ó en el verano de 1901 en Italia, país al que volvió en los últimos colegas, f
tiempos, no sólo para disfrutar del clima, más benigno que el londinense, sino Bolonia a
para gozar de su preciosa mansión en Crocetto di Mozzo. a Albini
Al lado de Alfredo Piatti, sería injusto no citar a algunos italianos anteriores Oblach y
y posteriores que, por sus cualidades instrumentales y por su dedicación a la en- Rossi, el 1
señanza, han contribuido a forjar la sólida escuela italiana. Antes de llegar a las destacado
esquema :
25 El nombre del virtuoso del piano fue «germanizado» por los muchos años que vivió en
Viena. Originalmente se escribía Cerny.
26 Véase escuela alemana.
27 Véase escuela inglesa.
28 Dedicó los 12 caprichos, compuestos en 1875 opus 25, a su entrañable amigo el alemán
Bemhard Cossmann.
29 Margareth Campbell cita sólo dos en su libro; sin embargo, según L. Ginsburg, hay tres, las
n-iio 1 R 3 4 v 76 dos conciertos v un concertino.
LA ESCUELA ITALIANA EN LOS SIGLOS XIX Y XX 33
dos grandes figuras del siglo xx (me refiero a Enrico Mainardi y Antonio Jani-
gro), destacaré como creadores de escuela, entre finales del 1700 y durante todo
el 1800, a Fenzi, Merighi y Serato.
1
, Nació en el seno de una familia de músicos; su padre, violonchelista, murió
en Moscú como músico de la corte; su hermano Giuseppe fue festejado solista en
Nápoles y su hijo Scipione, siguiendo las huellas del abuelo, emigraría a Moscú,
n donde fue, durante muchos años y hasta su muerte en 1914, profesor en el Con-
O servatorio de Moscú. Vencenzo nació en Roma según unos, y en Livorno según
otros; desarrolló una importante labor como maestro de su hijo, de Panzetta y de
1- Ciandelli. Este último sucedió a su maestro en la cátedra del Conservatorio
S- de Nápoles, llamado, a partir de 1862, San Pietro a Majella. Durante sus años de
ia estudiante gozó del apoyo y de la admiración de Paganius.
En los veinte años de profesorado formó a muchos jóvenes violonchelistas,
to entre los que emergen Forino, Braga y La Boccetta, que aportaron especial brillo
1 a a la escuela napolitana. La Boccetta sucederá a su maestro en el conservatorio.
la De su clase en Nápoles nombraré a Magrini, que a su vez tuvo como alumnos a
:S- Giarda, Chiarapa y Mainardi. Por otro lado, Vicenzo Merighi (1795-1849), coe-
táneo de Fenzi (que llegó a poseer un magnífico Stradivarius adquirido más tarde
lía por Grümmer), creó escuela en el Conservatorio de Milán, donde enseñó durante
sta casi veinticinco años, y de ella salieron ilustres violonchelistas, como Moja,
Pezze, Quarenghi y, sobre todo, Piatti.
3X-
la
e10
:rés
de El caso de Francesco Serato (1843-1919) es poco común. Este insigne vio-
ini, lonchelista veneciano, autodidacto, ya que empezó el violín y cambió al violon-
chelo, progresando con sólo observar atentamente la forma de tocar de algunos
nos colegas, formó en cuarenta y cinco años de profesorado en el Conservatorio de
sino Bolonia a varios centenares de alumnos. La lista sería interminable, pero señalaré
a Albini (1881-1966), Brunelli (1898-1965), Cuccoli (1868-1936), maestro de
ores Oblach y de Francesconi, Mazzacurati, Serra, que será el profesor de Silva y de
. en- Rossi, el gran Bonucci, maestro de Filippinni, de Silva y de Montecchi, cuyo más
1 las destacado alumno, Crepax, formará a Albertelli, Anfitheatrof, Janigro y Rossi. El
esquema siguiente servirá de transición entre los siglos XIX y xx.
ió en
lemán
-es, las
V. Fenzi
Ciandelli
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La Boccetta
Boni
--- -
, Magrini
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Albini burgo, ciu
Brunelli perfeccior;
Oblach- Baldovino
Cuccoli Filippinni (dúo con 1
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F. Serato
1843-1919
Bonucci
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Nació
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y con Hu:
Montecchi { Crepax Anfitheatrof
Janigro Berlín y, e
Rossi Cecilia, er
Su cal
reputadas
Al igual que sus ilustres antepasados, muchos violonchelistas italianos se dácticas (e
expatriaron, pasando largos períodos en el extranjero, como por ejemplo: populares
dos violon
} Moscú Forino -* Buenos Aires
Giarda -+ Chile
ble revisió
sucedió Sc
Silva -, Estados Unidos
Piatti
Pezze
} Londres con Carlo
cuencia se
burgo, Luc
destacan P
Es interesante observar la atracción que ciertos italianos sentían por la escue-
la alemana y concretamente por la persona de Hugo Becker. A Berlín se despla-
zaron, entre otros, Chiarapa, Albini, Caruana, Albertelli y, el más prestigioso de
todos ellos, Mainardi. En el ámbito solístico del siglo xx, al lado de las figuras de
Janigro y Mainardi, emergen Silva y Anfitheatrof, si bien ninguno de éstos llegó Nació
~ - la indiscutible fama internacional de los dos primeros.
a ~ o 7 . ade estiirli2nt~
LA ESCUELA ITALIANA EN LOS SIGLOS XIX Y XX
Francesco Serato
LA ESCUELA ITALIANA EN LOS SIGLOS XIX Y XX 37
Antonio Janigro
Fnricn MainarAi
38 EL VIOLONCHELO
considerado como uno de los más prometedores músicos italianos del siglo. Tras
terminar la carrera, habiendo alcanzado numerosos premios en concursos nacio-
nales e internacionales, se perfeccionó en París con Alexanian y Casals. Durante
su estancia en la capital francesa tuvo la suerte de tocar con los más reputados
artistas del momento como Ginette Neveu o Dinu Lipatti, y de conocer a perso-
nalidades como Enesco, Dukas, Cortot, Thibaut o a Nadia Boulanger. Combinó
su actividad de profesor (Zagreb, 1939-1953 y, más tarde, en Düsseldorf) con una
vida de solista internacional.
La segunda guerra mundial le sorprendió durante una gira por Yugoslavia.
Janigro, bloqueado, aceptó la dirección de las clases de violonchelo y de música
de cámara en el Conservatorio de Zagreb. Con la complicidad y la amistad del
violonchelista yugoslavo Rudolf Matz30 fundaron un activo circuito de conferen-
cias, conciertos y clases magistrales. En la misma ciudad creó, en 1954, el mag-
nífico conjunto <<Lossolistas de Zagreb», consiguiendo fama mundial en pocos
años. Su repertorio, muy extenso, abarcaba desde Monteverdi hasta Weber,
Britten o Hindemith. Como docente, además de los citados períodos en Zagreb y
en Düsseldorf, enseñó en Stuttgart y en el Mozarteum salzburgués. Janigro fa-
lleció en 1989.
30 Violonchelista yugoslavo, autor de varias piezas y de una interesante Suite en Fa mayor para
riiatrn xr;nlnnrh~lnc ~ r l i t a d apn 1960
5. La escuela francesa en el siglo XVIII.
Los fundadores
Nació en Valenciennes, a principios del siglo xvm (no se sabe con certeza si fue
en 1700 o en 1701) y está considerado como el fundador de la escuela francesa,
junto con Barrikre. Su habilidad para el violonchelo era tan conocida como su pasión
por la enseñanza y por los mejores caldos del viñedo bordelés...
Los Rey, Tilliere, Janson el mayor, Duport el mayor o Cupis, quienes, a su
vez, formaron la flor y nata de la escuela francesa, con influencia fundamental
sobre la escuela alemana (en particular los hermanos Jean-Pierre y Jean-Louis
Duport, Jean-Batiste Cupis, Jean Tricklin), son el resultado de su trabajo como
maestro. Berteau era ya un buen gambista cuando oyó tocar el violonchelo a
Francischiello. La potencia, la calidad sonora del nuevo instmmento3l le con-
quistaron al instante. Dejó la viola de gamba, poniendo al servicio del violonche-
lo todas sus dotes y su tenacidad. El intenso estudio dio sus frutos y en 1739
Berteau tocó por primera vez, con gran éxito, en los Concerts SpirituelsJ2su
propio concierto. En crónicas de la época se habla de cuatro conciertos y de sona-
tas hoy desaparecidos. Las únicas muestras de su talento de compositor son el
estudio en sol (uno de los 21 de J.-L. Duport) y una sonata en la menor, excelente
estudio del arco, publicada en el método de Bréval. Murió en 1756, tal vez a con-
secuencia de una de sus pasiones, el buen vino.
De todos los alumnos conocidos u olvidados de Berteau, destacaré a tres, por
el papel que tuvieron en el desarrollo y la propagación del violonchelo dentro y
fuera de Francia, con duradera influencia sobre la escuela alemana: Jean-Baptiste
Cupis, Jean-Pierre Duport y Jean-Baptiste Janson.
- 31 En Francia, como en los países nórdicos y de la Europa central, la familia de las violas tenía
una aceptación mucho más importante que los intrusos venidos de Italia, el violín y el violonchelo.
El virtuosismo alcanzado por algunos gambistas y la predilección de la nobleza por el dulce sonido
y la estética musical de esta familia de instrumentos lleg6 a su paroxismo con la publicación de
Hubert Le Blanc, en 1740, Défense de la basse de viole contre les entreprises du violon et les pré-
tentions du violoncelle, dedicado a su excelencia monseñor Jean-Frédéric Phelipeaux, conde de
Maurepas, ministro y consejero del rey. El texto, a pesar de la loable intención del autor, raya en lo
ridículo.
32 LOSConcerts Spirituels fueron creados en 1725 por Philidor, el violinista y maestro del aje-
drez. Organizaba veinticuatro por año en los días en que los teatros cerraban a causa de fiestas re-
ligiosas. Al principio, para la elite parisina se volvieron pronto el paso obligado de los mejores ar-
tistas, y el eco de los éxitos alcanzados en los Concerts Spirituels tenía repercusión en toda Europa:
esta práctica, que podemos considerar institución, perduró hasta 1791.
LA ESCUELA FRANCESA EN EL SIGLO XVIII. LOS FUNDADORES 41
Cervetto
Struck (Stuck) Francischiello
Dall' Abacco
+
I
I I I
Saint-Sévin
1
Nochez
cubis
en en
actividad \alun-qos
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Baudiot
Hus-Deforges J.-P. Duport
I
L. A. Janson activaad alumnos
en en
Alemania Francia
i
J.-L. Duport
P.-E.Levasseur
;eur
se asocia el nombre del genial Rostropovich o del mucho más joven, pero maravilloso, Yo Yo Ma
con el agudo familiar. Habrá que esperar.. . sin rencor. LO será que cuando el violonchelo es tocado
ieño, así el violín palidece? Confío en que el lector sea indulgente con este ligero brote del chovinismo
rasa- instrumental.. .
lente 34 Diccionario de músicos de Choron y Fayolle.
44 EL VIOLONCHELO
m i s Duport
35 A la muerte de Federico Guillermo 11, su sucesor Federico Guillemo 111 confirmó a los
hermanos Duport en sus cargos; Jean-Pierre, director general de la Música, y Jean-Louis, primer
violonchelo de la capilla.
LA ESCUELA FRANCESA EN EL SIGLO XVIII. LOS FUNDADORES 45
Como ya dije anteriormente, este período, y el aún más largo vivido por su her-
mano mayor en Alemania, será sin duda alguna concluyente para el desarrollo del
violonchelo en el país germánico. Los franceses, que lo habían recibido de los
italianos medio siglo antes, lo transmitían a los alemanes, austríacos y bohemios
que acudían a Berlín. En los últimos meses del año 1806 Napoleón invade Prusia,
destruyéndola y entrando en Berlín a fines de noviembre. El rey Federico Guiller-
m0 huye, la famosa capilla es disuelta y Jean-Louis, arruinado por segunda vez,
emprende el regreso.
Duport volvió a París, donde no encontró más que una cortés indiferencia.
Con la aceleración de la historia en aquella época, los 17 años de ausencia eran
una eternidad y sus contemporáneos le habían olvidado. En 1807 dio un con-
cierto, compartiendo el programa con la cantante Colbran, que más tarde sería la
esposa de Rossini. El éxito no le proporcionó ningún puesto interesante. El
Conservatorio, la Ópera o la capilla del príncipe mantenían sus puertas cerradas,
sea por la insensibilidad de las autoridades, sea por la envidia o por el temor de
sus colegas. Desesperado, estuvo a punto de marcharse de nuevo al extranjero.
Entró al servicio del rey de España Carlos IV, exiliado en Marsella, salvando
momentáneamente su precaria situación. Cuando, un par de años más tarde,
Carlos IV fue autorizado a vivir en Roma, Duport decidió no acompañarle, sino
volver a probar fortuna en París. El año 1813 será determinante para una nueva y
feliz etapa de su vida. Tocó tres conciertos, durante el mismo invierno, en el
Teatro Odeón, entusiasmando al público con su técnica depurada, el vigor de su
arco y el impulso juvenil que emanaba de sus interpretaciones. Tenía 64 años...
En esta ocasión, el triunfo trajo consigo el reconocimiento oficial. Entró en la
orquesta de la emperatriz, poco después fue nombrado violonchelo solista de
la orquesta del emperador y profesor del Conservatorio. Animó muchas veladas
de música de cámara con sus amigos el trompa Duvernoy, el violinista Lafont
:los y el arpista Bochsa. En una de estas reuniones musicales ocurrió una anécdota
nica que el musicólogo Vidal cuenta así: «Napoleón irrumpió en el salón con botas
i. El y espuelas y, habiendo escuchado los últimos minutos de la obra, se acercó jovial,
apaz pero bruscamente, a Duport, diciendo: "Pero ¿cómo diablo cogéis este aparato,
Du- señor Duport?", y, arrancándoselo de las manos al pobre violonchelista enmu-
rfec- decido, se sentó tratando de colocarlo entre sus botas ... y espuelas». El instru-
to el mento, un maravilloso Stradivarius de 1711, que fue sucesivamente propiedad de
3joró Franchomme y de Servais, conserva aún las trazas de las espuelas. Este Stradi-
xica varius pertenece hoy al maestro ruso Mstislav Rostropovich.
or SU La muerte de su hermano Jean-Piene le afectó profundamente. Jean-Louis
Jean- Duport falleció un par de meses más tarde, en 1819, dejando una obra meritoria,36
ses y pero sin excesivo interés musical, exceptuando los conciertos que, junto a los
ital y estudios, son indisociables de una sólida base violonchelística. Sus alumnos más
~ción. destacados en Francia fueron Rousseau, Levasseur, De Lamare y Platel. De La-
OS.^^ mare y Levasseur realizarían una fructífera labor pedagógica en el Conservatorio
5 a los 36 Compuso dúos para dos violonchelos, melodías con orquesta, cuartetos, dúos de violín y
primer violonchelos y nueve nocturnos para violonchelo y arpa, además de cuatro sonatas, una romanza
y una fantasía para violonchelo y piano.
46 EL VIOLONCHELO
Nacido en Versalles en 1777, estudió con J.-L. Duport y más tarde, durante
el exilio de éste en Alemania, también con De Lamare, otro alumno de Duport.
Los críticos no dudaron en considerarle uno de los mejores y más hábiles vio-
lonchelistas franceses. Todo parecía indicar que Platel estaba destinado a una
brillante carrera; tal vez su carácter no le invitaba a hacerla o no estaba dispuesto
a pagar el tributo social inherente. Tras una vida algo desorganizada, un tanto
bohemia, decide hacer un verdadero esfuerzo y se pone a trabajar seriamente, a
preparar con esmero una gira de conciertos ya programados. La primera actua-
ción tiene lugar en Bretaña; en la ciudad de Quimper conoce a un simpático afi-
cionado, apasionado de todo lo que concierne al violonchelo. Platel se encuentra
muy a gusto en su casa y se queda ... dos años. Evidentemente, los conciertos
previstos se anulan. A pesar de cierta dejadez, su asombrosa facilidad, su sonido
profundo y generoso le colocan entre los mejores violonchelistas franceses del
momento, teniendo en cuenta que los Duport vivían en Alemania. La pereza, si
damos crédito a los testimonios de la época, y su carácter indolente le hicieron
desperdiciar muchas ocasiones en la primera parte de su vida. Más tarde tocó con
éxito en los Países Bajos y Alemania; llega a Bélgica, país que iba a convertirse
en su segunda patria. Se queda primero unos años en Gante, después, durante un
tiempo, enseña y forma parte de una compañía de ópera de Amberes. En 1824, en
Bruselas, a raíz de su concierto en el teatro, el príncipe de Chimay le nombra
profesor en la Escuela Real de Música; cuando la escuela fue reorganizada en
1831, Platel es confirmado en su cargo. Este período, entre 1820 y 1835, año de
su muerte, se considera fundamental para la creación de la escuela belga. Entre
sus numerosos alumnos destacan Batta, De Munck (Fran~ois)y, sobre todo,
Servais. Publicó estudios, dúos, tríos de cuerda y varios conciertos sin excesivo
interés musical.
Así como en Italia el máximo exponente de la escuela de violonchelo es
Alfredo Piatti, en Francia, en el siglo xrx, dominó claramente la personalidad de
Franchomme.
37 En la capital borgoñona nacieron también los ilustres violonchelistas del siglo xx Feuillard y
Maréchal.
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Ja-
ifi-
itra
tos Auguiste
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del
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ron Nació en el norte de Francia, en Lille, en 1808. Recibió las primeras lec-
con ciones en su ciudad natal, con Maes y Baumann, y los evidentes progresos con-
irse vencieron a la familia, que le envió a París para perfeccionarse. En 1825,38a los
: un 17 años entró en la clase de Levasseur, profesor del Conservatorio y él mismo
,en alumno de Cupis, pero sobre todo de J.-L. Duport. La influencia de Levasseur fue
ibra definitiva para el precoz violonchelista. Siendo aún estudiante, entró en el Teatro
L en Arnbique-Comique; poco después es nombrado primer violonchelo de la Ópera y
de del Teatro Italiano. Paulatinamente se impone como solista y como apreciadísimo
,ntre músico de cámara. Con el destacado violinista Delphin y con el pianista
ado, Charles Hallé, que más tarde será nombrado sir (fundó la Manchester Hallé Or-
sivo questa), organizaban frecuentes reuniones y conciertos de música de cámara, en
10s que se tocaban sonatas, tríos y cuartetos. Chopin se entusiasmó con la forma
O es de tocar de Franchomme; de esta amistad y mutua admiración nació el Gran Duo
d de
38 Nogué sitúa la llegada de Franchomme a París en 1815, con lo cual debió entrar a los siete
años en la clase de Levasseur y obtener el primer premio el mismo año.
lard y 39 Futuro yerno del célebre Luthier J.-B. Vuillaume y feliz propietario de un sublime Stradi-
varius.
50 EL VIOLONCHELO
Michelin
Bazelaire
Flachot
Delsart
Feuillard
(G. Hekking) { Tortelier
Gendron
Jacquard
Franchommem
G. Hekking
Rabaud -
A. Hekking
Gros-Saint-Ange
Salmon4'
Chevillard { Loeb
Navarra
Igual que Louis Feuillard y Louis Foumier, al que no se debe confundir con
el posterior Pierre Foumier, alumno del apreciado maestro Delsart en el Conser-
vatorio de París, consiguió su primer premio apenas un año después de haber sido
admitido; j tenía apenas doce años! Hizo una carrera de concertista que le llevó de
Londres a Berlín y de San Petersburgo a Varsovia y Roma. Como compositor
escribió una sonata, un cuarteto, un trío, piezas para violonchelo (arreglos de
Couperin y Schumann) y estudios nada fáciles. En 1917 accedió al puesto
de profesor del Conservatorio de París, formando entre otros a Bemard Michelin,
Reine Flachot, Guy Fallot y, sobre todo, a Pierre Foumier.
:1cos Con los cuatro grandes maestros Pierre Fournier, Maurice Gendron, André
ims- Navarra y Paul Tortelier entramos en el período fasto de la escuela francesa
arles contemporánea y de su proyección universal en el siglo xx. Raramente en la
:o de historia de un país se han dado simultáneamente cuatro artistas de tal magnitud.
Aunque, por desgracia, en el momento de escribir este libro, los cuatro han des-
laud. aparecido,47 su influencia perdurará en el espíritu de muchas generaciones. Naci-
'arís;
orrna
2 con La primera audición del dúo tuvo lugar, en presencia de Ravel, el 6 de abril de 1922.
París, 45 El estreno de la Epiphanie fue dado en París el 29 de diciembre de 1923, con la Orquesta
Colonne, bajo la dirección de Gabriel Fauré.
46 Serge Koussevitsky dirigió la Orquesta en Boston, en la primera audición, el 17 de febrero
de 1930.
47 Redacto este capítulo con la inmensa tristeza de haber visto fallecer, en apenas año y medio,
a Mazzacuratti, Janigro, Navarra, Gendron y Tortelier.
EL VIOLONCHELO
. :, . :.
. : ,
Pierre Fournier
André Navarra
dos los cuatro en los primeros años del siglo xx, tienen en común el haber estu-
diado en el Conservatorio de París, siendo, más tarde, profesores en el mismo
conservatorio. 4
48 Tuve la suerte de asistir a unas inolvidables sesiones dedicadas a Beethoven, con Wilhelm
Kempf, en el Conservatorio de Ginebra.
56 EL VIOLONCHELO
SU
de
de-
un
ca-
leto
de
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irte.
3on-
Flo- Paul Tortelier
1 en
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king ,
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Lon-
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itti y
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3 que
Boc-
diga-
o que
direc-
;ico y
liezas Maurice Gendron
58 EL VIOLONCHELO
49 L. Ginsburg, en la página 175 de su Historia del violonchelo, ed. por H . R. Axelrod, cita
erróneamente a Tortelier como alumno de Loeb.
50 Llamada así en homenaje a Pau Casals.
5 1 De próxima aparición en Editorial Labor con el título de Cómo enseño e interpreto.
Su espíritu inquieto le llevó a idear una pica oblicua para el violonchelo que
lleva su nombre. Falleció en 1990.
Estos gigantes de la escuela francesa, durante los dos primeros tercios del
siglo xx, han generado una pléyade de violonchelistas con la cual la continuidad
está asegurada. Citaré, entre muchos, a Maude Tortelier, Flachot, Decross, Pé-
nassou, Meunier, Grout, Pidoux, Müller, Lodéon, Gamard, Heitz.
8. La escuela alemana en el siglo xvm
El mismo camino seguido por el dúo Manfredi-Boccherini y por otros tantos artistas que
intentan darse a conocer en París. Ha:
i LA ESCUELA ALEMANA EN EL SIGLO XVIII
ia;
las
de
.no
SU
la
pa-
Bernhard Heinrich Romberg
ra,
in-
ión
los demás festejados solistas del momento. De vuelta a Münster, Romberg, a los
17 años, era consciente de que su talento debía ser consolidado con una etapa de
intenso estudio. El año 1790 será crucial para su desarrollo artístico ulterior. El
arzobispo de Colonia, amante del arte y de la música en particular, que contaba
con eminentes músicos en su capilla de Bonn, invitó a los Romberg a unirse a
ellos. Allí encontraron Andreas y Bernhard a Beethoven, que era organista; a los
que Ries, familia de conocidos músicos, como los Danzi, y al gran violonchelista
los
lie- de origen checo Franz Reicha.53 Es sabido que tocaron tríos (Ries al violín y
Sta, Beethoven al piano), cuartetos (con Ries y Andreas Romberg como violines
:rda y Beethoven como viola) y muchas variaciones de conjuntos de música de cáma-
ra. El ambiente intelectual era propicio, las novedades bien acogidas. Bonn, ciu-
=as, dad universitaria bañada por el Rin, parecía -un colmenar con tantos intelectuales
784 sensibles a las ideas de la Revolución francesa... Justamente, es esta revolución la
ilo- que les obliga a abandonar Bonn para establecerse en Hamburgo. Deseando evi-
los tar el teatro de las guerras napoleónicas, Romberg inicia largas giras por Aus-
es- t~ia,5 Inglaterra
~ y el sur de Europa, Portugal, Italia y España. De su grata estancia
en la corte española nos quedan dos ejemplos, el Capricho y rondó en el gusto
Ya
53 Véase elcapítulo «Violonchelistas en el Imperio austro-húngaro».
54 En Viena tocará, con Beethoven al piano, las dos Sonatas opus 5 en fa y en sol y conocerá a
que
Haydn.
62 EL VIOLONCHELO
en 1824.
LA ESCUELA ALEMANA EN EL SIGLO XVIII 63
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Durante la primera mitad del siglo XIX,el desarrollo del violonchelo sufrió . len
una importante y positiva transformación en diferentes ciudades alemanas. La Kri
proyección del gran antepasado B. Romberg fue decisiva, pero no sería justo ver
menospreciar los impulsos e influencias debidos a violonchelistas extranjeros: infl
italianos, checos y numerosos franceses. Las constantes mejoras de las comuni- Du
caciones permitían una migración e intercambios que sólo las guerras napoleó- Kü
nicas o los sobresaltos revolucionarios de 1830 y 1848 interrumpían o desbara-
taban. La situación política alemana propició el nacimiento de varios centros, en ent
contra de lo que ocurría en Francia e Inglaterra, donde, evidentemente, el cen- 0'4
tralismo de París o de Londres absorbían y generaban el 90 % de las actividades, de
de los acontecimientos artísticos. Con antepasados como Bach, Telemann y ciei
Haendel y con contemporáneos como Beethoven, Mendelssohn, Schumann o de
Brahms, evolucionar instrumentalmente era forzoso. añc
Las ideas progresistas de un Mendelssohn (a quien podemos considerar el am
primer director de orquesta moderno con una programación anual, un escalona- téci
miento en el número de conciertos a lo largo de toda la temporada y la exigencia
de que los músicos de su orquesta fuesen pagados mensualmente, durante todo el de
año) y la estética de un Schumann, Liszt o Berlioz desempeñaron un papel no- nes
table para relegar la superficialidad reinante en muchos «salones musicales». La dec
lenta pero inexorable emancipación del músico, compositor o instrumentista, con
respecto a los tradicionales protectores (prelados, nobles) y su afirmación como des
individuo al servicio de sus ideas con clara proyección social influían sin duda ner
alguna en la actitud de los intérpretes, su repertorio y sus opciones a la hora de en
confeccionar programas. Inevitablemente esto causaba roces y escándalos
de mayor o menor envergadura. La burguesía enriquecida, cada vez más sólida
como elemento social, mantenía gustos artísticos convencionales, por no decir
retrógrados, aceptando mal la rápida evolución de sus compositores y solistas.
con:
En Dresden, capital del ducado de Sajonia, en las últimas décadas del si-
Krig
glo XVIII, Johan Hesse era el compositor oficial de la corte. Hesse, erudito de cul-
tura universal, brillante polemista, atrajo a personalidades de gran magnitud al Mor
ducado germano. Esta tradición se continuó a principios del siglo XIX,con la ve- deni
LA ESCUELA DE DRESDEN 65
de Karl Maria von Weber como director de la Ópera Real. Gracias al dina-
mismo de Weber, a partir de 1817 la Ópera brilló por el nivel de sus intérpretes.
Karol Lipinsky, ilustre violinista polaco, impulsor de la música de cámara, es-
pialmente del cuarteto de cuerda, fue su concertino durante más de veinte años.
En lo que nos atañe, en la ciudad de Dresden sobresalen tres figuras del vio-
lonchelo en el siglo XIX: Dotzauer, Kümmer y Grützmacher.
1 si- conservatono, lo cual no es posible, ya que cuando Duport fue nombrado profesor al final de 1812,
Mgck había fallecido.
cul- 58
Anterior a ellos, pocos cuartetos habían hecho algo estable; el cuarteto de los hermanos
~d al Moralt (1799) en Múnich, el de Ignaz Schuppanzig (1806) en Viena, el de Ferdinand Franzl en 01-
L ve- denburg (1807) y el de Romberg (1807) en Leipzig.
J ustus Johan Friedrich Dotzauer
conjunto de gran nivel que daba conciertos, no sólo en Alemania, sino igualmente
en Austria y los Países Bajos. Los críticos de la época, al margen de la calidad del
cuarteto, resaltan unánimemente ... «la solidez y el poder de su sonido, la nobleza,
la gracia del estilo del violonchelista». Abandonó su puesto en la orquesta en
1850; murió el 6 de marzo de 1860, en Dresden.
Durante casi medio siglo de enseñanza, tuvo infinidad de alumnos, pero los
más valiosos para el desarrollo de la escuela fueron Voigt, Kümmer, Drechsler59
y su propio hijo, Karl Ludwig. Siguiendo la trayectoria de estos violonchelistas,
podemos observar la consolidación, la extensión de un centro y la formación de
nuevos focos: Voigt trabajó en Leipzig; Kümmer se quedó en Dresden, donde su-
cedió a su maestro en la orquesta y .en el conservatorio; Drechsler enseñó en
Dessau, y Karl Ludwig, su hijo, lo hizo en Kassel.
Como compositor no pasó a la historia a pesar de sus misas, oberturas o sin-
fonías. Musicalmente poco interesantes, hay que mencionar sus tres concertinos,
sus nueve conciertos y un doble concierto para dos violonchelos y orquesta; so-
natas, fantasías y otras piezas escritas para su instrumento que no sin razón han
caído en el olvido. Su espíritu o su instinto comercial le llevó a arreglar arias
operísticas con las que muchos violonchelistas aficionados se entretenían, pero
por encima de todo ha pasado a la historia del violonchelo por su aportación en el
ámbito didáctico. Su método y sus estudios elementales de armónicos son perfec-
tamente válidos hoy día.
Aunque en sus métodos se siente la influencia de Romberg, ambos tocaban sin
pica; Dotzauer se distingue por una forma más relajada de tomar el arco; es uno de
10s primeros, si no el primero, en abandonar las recomendaciones de la escuela
francesa (en Francia se estilaba aún la posición del «gambista», es decir: tomar el
arco a cierta distancia del talón, entre el talón y el centro) y coger el arco al talón
como lo hacemos en la actualidad, lo cual da más solidez y potencia sonora.
Además de sus propios ejercicios, estudios y caprichos, recomienda el méto-
do de J.-L. Duport, y no duda en tocar obras de su maestro. En los cambios de
posición, Dotzauer está muy cerca de Karl Davidov, que los sistematizó en su
método de 1888. Dotzauer fue consciente de la importancia expresiva de este
aspecto de la técnica del violonchelo. Si bien desaconseja el portamento para los
tuttis en grupos orquestales, lo recomienda para el solista, «pues produce un
efecto muy agradable». Sus escalas presentan la novedad de una doble digitación:
con o sin cuerdas al aire. Sus escalas en octavas son digitadas 0-3 y 1-4. El vi-
brato y el estudio de los ornamentos tampoco están ausentes en sus explicaciones.
Varias reediciones confirman el interés metodológico de sus ejercicios y es-
tudios. Las más conocidas son las de Schroder, Becker y Klingenberg (op. 165).
El mismo Klingenberg, un alumno de Grützmacher, seleccionó los 113 estudios
(cuatro cuadernos) que van desde el grado más elemental al más virtuoso y que,
er actualmente, son indisociables en la formación del violonchelista.
Una mención merecen sus preludios y fugas para violonchelo solo opus 178,
como preparación al estudio de las Suites de Bach y su edición, en Leipzig, en
.te 1825 y 1826 (Breitkopf & Hartel) de las seis suites.
d Esto me incita a pensar que el papel de Dotzauer en el redescubrimiento de
:a, las geniales obras de Bach no debe minimizarse si tenemos en cuenta que la
en edición de las sonatas y partitas para violín solo, a cargo de Ferdinand David, vio
la luz veinte años más tarde.
os
r59
as,
de
SU- Nació en Meiningen el 5 de agosto de 1797. Su padre, oboe, le dio lecciones
en en su instrumento y le proporcionó los rudimentos de la armonía. Invitado el
padre a formar parte de la capilla de Dresden en 1811, la familia se trasladó a la
in- capital, donde Dotzauer era ya un festejado intérprete a sus 28 años. Friedrich
os, A~gustcomenzó a estudiar bajo su dirección sin perder ocasión de tomar un par
SO- de consejos del gran Romberg, que con frecuencia tocaba en Dresden. Los pro-
gresos de Kümmer debieron de ser fulgurantes, ya que dos años después se le
nnó permitía participar en los ensayos de la ópera. En la capilla de Dresden no había
plazas vacantes de violonchelo, Dero con su oboe. instrumento aue había seguido
EL VIOLONCHELO
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Friedrich August Kümmer ."1
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cultivando, Kümmer obtuvo una plaza, lo cual aportaba a la familia un dinero que $ ,:,?
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no le venía nada mal. A raíz del nombramiento del compositor Karl Maria von : baja,
Weber como director del Teatro de la Ópera, Kümmer, cuyo talento interesó al :j SU m(
compositor, era admitido como violonchelo en la orquesta del teatro en 1814. Sus :.j Franc
dones naturales y su intenso trabajo le hicieron progresar notablemente, hasta 71 Y
..',
adquirir una considerable reputación. La amistad y complicidad con su maestro violo
trazaron, profesionalmente hablando, su camino, ya que en 1850 sucedió a Dot- 3;; i
; mero
zauer como primer violonchelo en la capilla de la corte, en la que permaneció de vi
durante 14 años. Falleció el 22 de agosto de 1879 en Dresden.
Su actividad solística no fue menospreciable, aunque su principal faceta radi-
ca en la contribución al desarrollo de la tradición del cuarteto de cuerda, comen-
zada ocasionalmente por Romberg y continuada con. éxito por Dotzauer.
Kümmer tocó con los violinistas Rolla y Schubert, pero especialmente con
Lipinsky, cuyo talento y cultura influyeron indudablemente en el violonchelista. # vida
Karel-Joseph Lipinsky, violinista virtuoso, fue una personalidad del Dresden 1 Drec:
musical de aquella época. A partir de 1839, en casa de Lipinsky, se escuchaban
con regularidad recitales de cuartetos. El repertorio contaba con obras de Haydn, 8
8 Schri
capil'
Mozart y Beethoven; de este último se interpretaban tanto los primeros del opus $ los p
18 como los opus 95 o 131. Lipinsky y Kümmer tocaron muchos años juntos, $ en pi
LA ESCUELA DE DRESDEN 69
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on Nació el 1 de marzo de 1832 en Dessau, pero vivió prácticamente toda su
ta. vida en Dresden, recibiendo las primeras lecciones de su padre. Estudió con Karl
len Drechsler, un distinguido alumno de Dotzauer que también formó a Linner, a
)an Schr6der y a Cossmann y que en aquellos años era el primer violonchelo de la
3n, capilla, por lo tanto, colega de su padre. Bajo la severa dirección de Drechsler,
JUS 10s progresos del joven Grützmacher fueron tales que hizo su primera aparición
.OS! en público a 10s ocho años v a I n s d i ~ . c i s 6 . i sf n r m a h a n a r t ~de A= lec
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70 EL VIOLONCHELO
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Friedrich Wilhelm Ludwig Grützmacher gus
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de Leipzig. En 1849 debutó como solista con las variaciones de A. Franchomme. nue
En el mismo año, dos personalidades de la vida musical de Leipzig se interesaron del
de cerca por el evidente talento del violonchelista: Felix Mendelssohn y Ferdi- de
nand David, violinista de reputación, concertino solista de la orquesta del dis~
Gewandhaus. David, aconsejado por Mendelssohn, tomó la decisión de nombrar las
a Grützmacher primer violonchelo de la orquesta. El nombramiento causó sen- cad
sación, pero los críticos no tuvieron más remedio que rendirse ante las dotes del
violonchelista adolescente. Además, David le invitó a formar parte de su cuarteto exc
de cuerda, en el que colaboró durante años. ciói
En 1850, nombrado profesor en el Conservatorio de Leipzig, sucedió a Bem- aña
hard Cossmann, uno de los más célebres alumnos de Kümmer, que había decidi- Y C'
do instalarse en Weimar. En los diez años siguientes su fama no dejó de extender- fani
se por toda Alemania. Sus asiduas colaboraciones en veladas de música de deli
cámara constituían puntos culminantes en la temporada de conciertos del Gewan- bol?
dhaus; las críticas señalan como acontecimientos los estrenos de los tríos opus 15
y 52 de Anton Rubinstein, con David como violinista y el propio Rubinstein al
piano. Artículos de la época citan, con superlativos, los conciertos del trío en el (186
com
que Hans von Bülow tocaba el piano, David y Grützmacher el violín y el vio- buta
lonchelo respectivamente, con obras de Schubert. Bud.
En 1859 Karl Davidov y Grützmacher se conocieron cuando el virtuoso ruso,
nnlinta h a i n la Clirecciíjn de Rit7.. internretcí sil concierto en si menor con la or- gica
LA ESCUELA DE DRESDEN 71
mi
Alumno de Johan Prell, él mismo formado por Romberg, vivió gran parte de en
su vida en París, donde colaboró como solista de la Ópera entre 1837 y 1843; en tie
SU
estos años y hasta 1868, fecha en la que retornó a Hamburgo, desarrolló una
importante labor de enseñanza. Sus ejercicios diarios y diversos libros con dife- Pu
rentes grados de dificultad (Estudios melódicos y progresivos, opus 131 y los más
sencillos opus 3 1, 70 y 113) son actuales, aunque ciertas digitaciones y fraseos, Br
en las ediciones existentes, resulten algo anticuados. En su Método, editado en
París en 1845 y aceptado en el Conservatorio de la capital francesa (tal vez por-
que se lo dedicó a Norblin, que tendría más tarde como alumno a Chevillard y, la
sobre todo, a Franchomme) combina hábilmente lo mejor de las escuelas alemana
y francesa. te1
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estudiar bajo la dirección de Drechsler; continuó con Theodore, uno de los repu-
tados hermanos Müller,64 en Brunswick, durante tres años, y terminó su forma-
ción con Kümmer, el brillante alumno de Dotzauer.
A los 18 años es contratado, en París, como primer violonchelo del Teatro
Italiano, actuando también como solista no sólo en Francia, sino en Inglaterra y
Alemania. F. Mendelssohn le invita, en 1847, como primer violonchelo de la or-
questa del Gewandhaus, en Leipzig. Al mismo tiempo compagina estas obliga-
ciones con las de primer violonchelo en la orquesta de Weimar, uno de los prin-
cipales centros musicales europeos, en la segunda mitad del siglo XIX. Por
Weimar pasaban compositores, directores, solistas, y por ello no es insólito en-
contrar en los programas de música de cámara de Cossmann los nombres de los
festejados violinistas del momento, Joachim o Singer. Tanto Wagner como Liszt
le admiran y elogian públicamente. En 1866 Cossmann se estableció en Rusia,
aceptando la plaza de profesor en el conservatorio imperial. ¿Qué influencia tu-
vieron en la escuela rusa los cuatro años de trabajo del maestro alemán? Volvió a
Alemania, donde continuó una actividad solística y camerística colaborando con
eminentes artistas como Brahms o Von Bülow. En los últimos treinta años de su
vida ejerció como profesor en la Alta Escuela de Música de Frankfurt.
Haussmann publicó estudios, una edición seria, fiel al original, de las Suites
para violonchelo solo de J. S. Bach y una edición de las Sonatas y Variaciones de
~endelssohn.Tocaba un Stradivarius de la mejor época, 1724, conocido hoy
corno el «Haussmann». Falleció en 1909.
10. La escuela alemana del siglo xx
En las últimas décadas del siglo XIX y en las primeras del xx coexistieron en
Alemania dos figuras del violonchelo, típicos exponentes de la escuela germana:
Julius Klengel y Hugo Becker. Descendían de la anterior escuela de Dresden,
cuyas máximas personalidades habían sido Dotzauer, Kümmer y Grützmacher;
ambos continuaron la tradición alemana del violonchelo. Su forma de tocar se
asemejaba (cierto academicismo, sobriedad, exclusión de cualquier rasgo de vir-
tuosismo romántico), pero el temperamento y las distintas influencias en su for-
mación les separaban.
Becker estudió con Grützmacher y con Piatti, en Londres; tuvo una sustan-
cial influencia de la escuela belgofrancesa, durante el período de su aprendizaje,
bajo la dirección del belga Jules De Sweert. PU'
Klengel, durante años alumno de Hegar, se formó en la solidísima escuela de em
Grützmacher. Los dos tenían algo más en común: la ilimitada admiración por kis
K. Davidov. Una considerable diferencia entre ellos consistía en el interés cre-
ciente que Becker tenía por los factores fisiológicos y psicológicos implicados en añc
la técnica del violonchelo y de su enseñanza. Brl
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Nació el 24 de septiembre de 1859 en Leipzig. El ambiente musicocultural Lu
de su familia propició el desarrollo del niño. Durante sus primeros años recibió toc
lecciones de su padre y de Emil Hegar, primer violonchelo de la orquesta del Pe
Gewandhaus, alumno de Grützmacher y de Davidov. Klengel trabajó a fondo las pri
obras del violonchelista ruso y le pidió consejo durante sus frecuentes giras por
Alemania. El propio Klengel confesaba, en una de sus cartas, el 12 de septiembre Mc
de 1884: «solamente después de haber estado en San Petersburgo (con Davidov) Se
sé realmente lo que es tocar el violonchelo». ve-
Con apenas quince años cumplidos, el joven Julius formaba parte de la re-
nombrada orquesta del Gewandhaus; sus primeras actuaciones como solista se
sitúan hacia 1878. En 1881 fue nombrado primer violonchelo de la orquesta, act
LA ESCUELA ALEMANA DEL SIGLO XX 77
Julius Kleingel
puesto que ocupó durante más de cuarenta años, tocando bajo la dirección de
eminentes maestros, sucesores de Mendelssohn, los legendarios Reinecke, Ni-
kisch o Furtwangler.
Su actividad camerística y pedagógica no ha sido menos relevante; durante
años colaboró en el cuarteto Gewandhaus y con el conocido violinista Adolf
Brodsky, a quien Chaikovsky dedicó su concierto para violín y orquesta. Como
maestro en el Conservatorio de Leipzig, desde 1881 hasta 1933 formó a genera-
ciones de violonchelistas alemanes y extranjeros. Entre los más famosos citaré a
la portuguesa de origen italiano Guillermina Suggia, que más tarde será alumna y
compañera de Casals (entre 1906 y 1912), Paul Grümmer, Joachim Stutschevsky,
Ludwig Hoelscher, Rudolf Metzmacher, Christian Schlemüller y el más genial de
todos, Emanuel Feuermann; igualmente los rusos Gregor Piatigorsky, Grigorij
Pecker y Konon Bloch pasaron por su clase, aunque el carácter del citado en
primer lugar no encajó en el formalismo germánico.
En 1911, invitado como jurado en el concurso de violonchelo organizado en
Moscú, para celebrar el 50 aniversario de la Sociedad de Música rusa, el ganador,
Semjon Kozolupov,67 tocó su Capricio en su honor. Anteriormente, Klengel había
venido en varias ocasiones para tocar como solista o para formar cuarteto (con
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ro Hochschule; durante muchos años formó parte del cuarteto de Frankfurt. Su repu-
n- tación no dejó de crecer bajo la amical protección de personalidades como Hans
tir von Bülow, Joachim, Reger o Strauss. Becker mostró predilección por el trío con
3n piano. En Londres tocó con Ysaye y Busoni, en Alemania con Flesch y Schnabel.
.es A principios de siglo su fama como maestro no se limitaba a las fronteras
lt0 alemanas. Habiendo enseñado en la Real Academia de Música de Estocolmo,
,Y sucedió, en 1909, a Robert Haussmann como profesor en la Alta Escuela de Mú-
de sica de Berlín. Durante su estancia en Berlín, Becker enseñó a una pléyade de
.en violonchelistas, entre los que destacaré a Johanes Hegar, Paul Griimmer (maestro
las de Wenzinger), Rudolf Metzmacher y Enrico Mainardi (profesor de Palm). Es
ra- evidente que muchos otros violonchelistas se sintieron atraídos por la personali-
ler dad de Becker y recibieron sus lecciones durante un período más o menos largo:
Lno Piatigorsky, Eisenberg, Garbousova, Hoelscher y los rusos Broun, Novogrudsky
no, y Karzhinsky.
i la Además de estudios, Becker publicó, en colaboración con su amigo el psi-
cólogo Dago Rynar, un valioso Tratado de la técnica y de la estética del violon-
Irno chelo.71 La primera parte del libro se debe al doctor Rynar, alumno y propagador
nde, " El desarrollo de la psicología, a principios de siglo, interesó a maestros como Becker, que
trataron de aplicarla al instrumento y a sus principios.
80 EL VIOLONCHELO
Carl Fuchs (1865-1951) nació cerca de Franklkrt. Como Van der Straeten, su
familia era de origen neerlandés. Empezó el violonchelo con R. Riedel y lo continuó
con Cossmann; se perfeccionó con Davidov en San Petersburgo. En 1887 se instaló
en Inglaterra siendo, durante años, violonchelo solista de la Hallé Orquesta y, desde
1893, profesor del Colegio Real de Música de Manchester. Poco después de la lle-
gada del legendario violinista Brodsky a Manchester, formó un excelente y festejado
cuarteto con el inglés Briggs y el neerlandés Speelrnan.
72 Con indicaciones del propio Dvorák que en 1897 oyó en Praga al artista alemán.
LA ESCUELA ALEMANA DEL SIGLO xx 81
Siegfrid Palrn (1927) nació en Barmen; estudió con su padre, aunque él mis-
mo confiesa que la influencia del gran italiano Enrico Mainardi resultó conclu-
yente. Profesor en la Hochschule de C0lonia7~entre 1962 y 1976 y de Berlín a
partir de 1972, dirigió los cursos internacionales de verano en Darrnstadt, meca
de la música contemporánea, con asistencia de Boulez, Berio, Stockhousen, Ka-
gel, entre otras muchas personalidades. Innumerables compositores han escrito
para él: de Zimmermann a Penderecki, de Xenakis a Halffter.
73
Curioso personaje, conocido por su teoría del uso sistemático del pulgar desde la primera
posición. Ferviente colaborador del régimen nazi, la expulsión de Feuermann como profesor en Ber-
lín se debe a sus presiones e intrigas.
74 Durante mis años de estudio con Gaspar Cassadó tuve el placer de asistir a varias lecciones
de Palrn, en la Hochschule de Colonia.
11. El violonchelo en Bélgica
y los Países Bajos
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F. De Munck G. Paque76
1. De Sweert
Principales
alumnos
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belgas E. J a ~ o b s ~ ~
J. Servais
G. Liégois
J. De Sweert
G. Libotton78
J.-L. Duport
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N. S. Platel D. Delange
M. H. de/ A.-F. A. Boumann
Lamare holandeses J. Hollmann79
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ciones de Servais y de Vieuxtemps son indiscutibles hoy día; aunque la mayoría ciertc
se use como material didáctico, sobre todo las de Servais han contribuido de 1836
forma esencial al avance de la técnica del violonchelo y a la expansión expresiva; giras
en dos palabras, a la ascención del instrumento al rango solístico. exten
El nombre de A.-F. Servais está íntimamente ligado con el florecimiento de estrel
la escuela belga, fundada por el anteriormente citado, el francés Nicolas-Joseph 1839
Platel (1777-1835), alumno de Jacques Michel Lamare y de J.-L. Duport. amist
A.-F. Servais nació en Hal, cerca de Bruselas, el 6 de junio de 1807. Su pa- la po.
dre, un modesto músico, le hizo tomar lecciones de violín a temprana edad. A los tió ei
12 años, después de haber oído tocar un concierto al violonchelista francés Jose- «una
ph Platel, decidió dejar el violín y gracias a la ayuda económica del marqués de rable
(
Sayne, comenzar el violonchelo bajo la dirección del propio Platel. Realizó pro-
gresos espectaculares, obteniendo el primer premio en la Escuela Real de Bru- de u r
selas; se perfilaba ya como un gran solista. En 1829, tras haber pasado tres años belga
en la orquesta del teatro, Servais es nombrado asistente de su maestro, en la orque
misma escuela. del cc
El talento de Servais como compositor, su facilidad de escritura, su inspira- binac
tando
ción melódica se manifestaron muy pronto. En 1830, cuando interpretó su con-
certino en Bruselas, la prensa local se deshizo en elogios. ¿Quién mejor que él
8
podía propagar sus composiciones? Con sus dotes de virtuoso, el triunfo era
marav
inenarrable cuando las interpretaba él mismo.
Su éxito era cada día más arrollador. En 1833, a los 26 años, recomendado
por el compositor y crítico belga Francois-Joseph Fétis, osó dar el paso presen-
tándose al público francés, que le aplaudió en una serie de conciertos en París.
Allí oyó probablemente a Paganini, cuyo virtuosismo impresionó al belga. Al año
siguiente, su debut en Londres, precedido por las excelentes críticas de París,
resultó extraordinario.
De vuelta en Bruselas, Servais trabajó con intensidad para perfeccionarse,
pues estaba convencido de que podía llegar mucho más lejos. Este retiro recuerda
al del joven Romberg, a su vuelta a París...
En estos años obtuvo esa brillante técnica que le hizo internacionalmente
famoso. Es evidente que Paganini y la escuela violinística belga, en pleno apo-
geo, influyeron en su forma de tocar y de componer; no hay que olvidar que
Servais, antes del violonchelo, había dedicado varios años al violín.
Durante el período en el que Servais impartió sus lecciones en el conserva-
torio de Bruselas, estuvo muy ligado con Charles-Auguste Bériotsl y con Hubert
Leonard. Íntimo amigo y cómplice musical de Vieuxtemps, pilar de la escuela
belga del violín (que será más tarde profesor del gran E. Ysaye), tocó regular-
mente con él. Aunque en las primeras críticas se llamó a Servais el «Bériot del
violonchelo», la influencia de Vieuxtemps tuvo más alcance. En 1830 tocaron
juntos una pieza para violín y violonchelo compuesta por ambos sobre un tema de
la ópera los Hugonotes, de Meyerbeer. Los dos músicos se estimularon positiva-
mente en su forma de tocar y de componer, aunque, a mi juicio, Vieuxtemps sea
tal vez algo superior, algo más universal como compositor que Servais.
Tras la muerte de Platel, Servais es primer violonchelo de la Chapelle Royale
y profesor en el Conservatorio de Bruselas. Poco más tarde, atraído por los con-
ciertos, cada vez más frecuentes, se vio obligado a abandonar los dos cargos. En
1836 dio una serie de conciertos en París realizando a continuación triunfales
giras por los Países Bajos, Alemania, Austria, Rusia y los países nórdicos. Sus
extensas giras por Rusia contribuyeron a su fama mundial; a los treinta años, su
estrella brillaba con esplendor en el firmamento musical europeo. A partir de
1839 visitó Rusia varias veces, permaneciendo largos períodos, entablando
amistad con ilustres artistas del país. Sus conciertos estimularon, sin duda alguna,
la popularización del violonchelo, pero al mismo tiempo la música rusa repercu-
tió en sus composiciones. La crítica internacional hablaba con admiración de
«una asombrosa precisión y velocidad en la mano izquierda, solamente compa-
rable con la de N. Paganini» (París).
Generalmente, el tipo de programa de Servais se componía de una obertura o
de una sinfonía de Beethoven (lo cual indica el buen gusto del violonchelista
belga) y de una o varias fantasías en las que el solista era acompañado por la
orquesta o por un cuarteto. Estas fantasías, que suponían la parte más importante
del concierto, alternaban con la actuación de un pianista o de un cantante, com-
binación muy frecuente en la época. A medida que su notoriedad crecía, e imi-
tando a Liszt, comenzó a dar recitales sin el entorno habitual. La música de cá-
Bériot era un violinista cuya reputación internacional se basaba en un sonido cálido y una
maravillosa expresión.
86 EL VIOLONCHELO
por los amigos de Meyerbeer para hacer fracasar la obra; el origen de tal escán- en si
EI. V I O I . O N C H E I .EV Y 1.0s P A ~ S E SBAJOS
O \IRÉI.GICA 87
musicalmente, publicado tras su muerte. También existe una pieza, opus 14 en mi evoluci
menor, concierto en un solo tiempo, allegro, dedicado a su amigo ruso Mateusz algo su
Wielhorsky . Al
Evidentemente, las piezas de circunstancias no faltaban en el repertorio de sionaln
estos virtuosos. De sus numerosos viajes por Rusia, tuvo un conocimiento pro- clase ei
fundo del folclore, de la geografía y de las costumbres y tradiciones del país; de que de:
ello resultó una fantasía sobre temas rusos y el recuerdo de San Petersburgo. La Meerer
forma «recuerdo» estaba muy de moda entre los compositores-solistas y de ahí holandc
vienen los recuerdos «de Suiza», «de Tchemovitzy~,«de Varsovia» y el inspi- manoh
rado y virtuoso «recuerdo de Spa». todo, J
Los solistas de aquella época no tenían reparo en emplear el mismo tema o con apl
canción como base de una obra. Para ilustrarlo, sirva el ejemplo de la fantasía El despué
Carnaval de Venecia, inspirado en una vieja canción del folclore veneciano, lla- en el (
mada Cara mamma mia; Paganini, Servais y el magnífico violinista Heinrich como 2
Wilhelm Emst escribían una obra de carácter acrobático que, en el caso de Ser- toria a
vais, lleva el nombre de fantasía burlesca, opus 9. La dedicó a su entrañable
amigo Arkady Rachmaninov, abuelo del genial pianista y compositor Sergei Ju
Rachmaninov. más ta
Romberg y Servais contribuyeron de manera excepcional, aunque no fueron en la /
los únicos, al desarrollo y a la popularización del instrumento en Rusia. Espe- Bélgic
cialmente el maestro belga mantuvo a lo largo de su vida profundos lazos afec- R
tivos y artísticos con el inmenso país. No sólo sus vínculos familiares (casado con llard,
una aristócrata en 1849, en San Petersburgo, en el transcurso de una gira), sino Humrr
también las numerosas amistades con músicos, poetas y escritores, como Glinka, tres, al
Rubinstein, Yusupov, Golitzin, Markevich, Davidov, Koltzov o Danilevsky. en B ~ L
En 1866, unos meses antes de su muerte, realizó una extensa gira. La hizo en C
companía de su hijo, alumno aventajado, Joseph Servais, no limitándose a las gran- sido e
des ciudades y centros artísticos como Moscú o San Petersburgo, sino recorriendo A. Chl
Siberia, el Báltico y la actual Polonia. Con tales éxitos y asiduas visitas, no es de de añc
extrañar que sus amigos músicos le dedicasen obras: Nicolái Yusupov su Canto de cesor c
amor, Anton Rubinstein su sonata de violonchelo, cuyo estreno tocaron juntos. Ex- G
celentes violonchelistas rusos, como Storozhenko, Golitzin o Davidov, no perdían había
ocasión de asistir a los conciertos del maestro belga e incluso de participar, como superi
Davidov, que tocó con Servais una pieza para ocho violonchelos. vierte]
No terminaré sin señalar el valor, para todo joven violonchelista, de sus Seis decesc
Caprichos opus 11 con acompañamiento de un segundo violonchelo; recomiendo J. Da1
la edición de Luigi Silva, violonchelista italiano, por bien pensados ejercicios Dupo~
preparatorios. nacidc
No sólo hubo alabanzas y superlativos durante su vida; es indudable que P
cualquier crítica se desvanecía ante la sensación de facilidad abrumadora, ante sintiéi
toda una escala de innovaciones técnicas que dejaban atónitos a los oyentes. l mejor
l
Servais introdujo una serie de elementos virtuosos (pasos cromáticos ligerísimos, I
sólo 1
dobles cuerdas, octavas digitales con V - 2 y un trino con el tercer dedo en la voz I a Bn
superior, armónicos spiccatos, staccatos y gettatos hasta entonces impensables, o i A. Ba
mucho menos empleados), que hacían resaltar la velocidad natural de su mano
izquierda. Tal vez, el drama de este tipo de virtuosos consistió en la falta de cierta
EL VIOLONCHELO EN BÉLGICA Y LOS PA~SESBAJOS 89
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Joseph Hollmann
83 Hijo de Julius, director del Conservatorio de Amsterdam e íntimo amigo de Casals, estudió
con éste y con Klengel. Fue profesor en Zürich y violonchelo solista en la Orquesta Sinfónica y en la
Metropolitan Opera House de Nueva York.
84 Alumno de Isaac Mossel en Amsterdam y de Boumann, enseña en Berlín. En 1914 emigra a
los Estados Unidos. E. Bloch le dedicó en 1924 su inspiradís&na pieza Prayer, número 1 de la serie mi
from Jewish Live, para violonchelo y piano. Bc
EL VIOLONCHELO EN BÉLGICA Y LOS PA~SESBAJOS 91
~ n t e orquestas,
s se estableció en Burdeos, su hijo Gérard y sus sobrinos André y
Anton.
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E Carel van Leewen Boomkamp estudió con él. Anner Bijlsma, autoridad internacional de la
$ música barroca, mi colega catedrático en el Conservatorio de Arnsterdam, durante años fue alumno de
--- - B00rnkamp. Su versión discográfica de las Suites de J. S. Bach causó verdadera sensación en su día.
12. El violoiichelo en Inglaterra
ingll
leoti
Nació en Londres, como Cervetto, y recibió las bases del instrumento de su sore
padre, que había sido alumno de J.-P. Duvort. Continuó sus estudios en París. san1
EL VlOLONCHELO EN INGLATERRA 93
James Cervetto
donde fue compañero de J.-L. Duport. En 1776 formó parte del Concert of An-
cient Music. Músico de la Capilla Real, profesor del príncipe de Gales, el futuro
Jorge IV, se retiró, después de una intensa actividad, a sus propiedades en el cam-
po con su riquísima esposa.
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L. H
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las islas británicas. A. Piatti formó a una pléyade de artistas ingleses, entre los
que destacan E. Howell y W. E. Whitehouse.
dura
máx
14 4
196:
Nació en una familia de músicos. Primer violonchelo en diferentes orquestas, SU n
desarrolló una valiosa labor pedagógica; formó, entre otros, a Herbert Walenn, plen
uno de los mejores maestros ingleses del siglo xx. absc
múll
fuer:
mús
América, será uno de los maestros fundamentales del siglo xx, en los Estados
Unidos, ya que tanto en el Curtis Institute of Music como en la Juilliard School of
Music enseñó a los más dotados violonchelistas del país.
Tras esta generación surgieron los Pleeth, Kennedy, Bunting, Lovett, Cowan
y Mc. Call, entre otros, y de ellos emerge la genial Jacqueline du Pré, estrella
indiscutible en el mundo musical intemacional de la segunda mitad del siglo xx.
Su trayectoria será brutalmente interrumpida por la enfermedad, privándonos in-
justamente de los frutos musicales de uno de los más extraordinarios talentos de
la historia del violonchelo.
Felix Salmond
1
calid;
Buntj
nes c
Jacqueline du Pré
con su marido Daniel Barenboim
EL VIOLONCHELO EN INGLATERRA (17
Beatrice Hanissoi
INFLUENCIA
DE LAS ESCUELAS CONTINENTALES DE LOS SIGLOS XVIII Y XIX
EN LA ESCUELA INGLESA
~*
-
Escuela J.-P. ~ ~ John~ Crosdill(1755-
r t 1825)
francesa
-
G. Cirri
St. Galeotti
A. Caporale B. Hanisongo
Escuela A. PezzeS9 W. E. Whitehouse
italiana 1. James
(1859-1935)
F. Saldmon
r
Z. Nelsova
M. Cherniavsky
D. Cameron
J. Barbirolli
L
G. Libotton
Escuela E. De Munck95
tes;
francobelga G. Paque
J.-J. E. Vieuxtemps96 prec
env
patr
gen
Va1
din
89 Estudió con su padre y con Merighi, en el Conservatorio de Milán. rol:
Beatrice Hanisson (1892-1965), una de las figuras femeninas del violonchelo (junto con la
francesa Marguerite Caponsachi y la portuguesa, que durante unos años sería esposa de Casals, Ma
Guilhermina Suggia), tocó bajo la dirección de Delius y de Elgar; con su hermana, violinista, estrenó
en Inglaterra los dúos de Kodaly y de Ravel. Poseía un bellísimo Pietro Gameri.
91 Tocó con el francés J. Delsart y con D. Popper la primera audición, en Inglaterra, del Ré-
quiem opus 66.
92 También alumno de Davidov y de Klengel, Dvorák los escogió para estrenar su Concierto,
en marzo de 1896. El checo H. Wihan debía haberlo estrenado, pero no consiguió liberarse de una
serie de conciertos con su cuarteto; otras fuentes señalan desavenencias entre Wihan y Dvorák a
propósito de la intención del primero de cambiar profundamente el tercer tiempo, introduciendo una
brillante cadencia propia. La primera tesis es la más verosímil.
93 Famoso profesor, admirador y amigo de Casals; M. Stanfield, una alumna suya, fundó en
Londres The Cello Center, del que Casals fue presidente durante muchos años.
94 Amigo de Albéniz, excelente violonchelista y compositor de pequeñas piezas, alumno de
Howel y, ocasionalmente, de Piatti, enseñó en el Roya1 College y en la Guildhall School. Fauré le
dedicó su deliciosa Sicilienne opus 78.
95 Alumno de su padre y de A.-F. Servais, formó parte del cuarteto Maurin, en París. Amigo de
Liszt, Wagner, Von Bülow y Raff, viajó y tocó por toda Europa. Enseñó desde 1893 en la Academia
Real de Música de Londres.
96 Hermano del célebre violinista. Fra
13. El violonchelo
en el Imperio austrohúngaro
PRAGA-VIENA-BUDAPEST-VARSOVIA
La opción de englobar a cuatro naciones que hoy día poseen una clara iden-
tidad musical y una solidísima escuela se debe al pasado relativamente común.
A finales del siglo XVII y principios del xvIn, los datos geográficos eran diferen-
tes; si bien en la actual Hungría y Polonia, el movimiento artístico no era menos-
preciable, Viena y Praga gozaban de una popularidad, un pasado y un ambiente
envidiables. Curiosamente, este pueblo bohemio tan dotado para la música se ex-
patriaba con facilidad a Pmsia, al resto de Alemania, a Viena o a Rusia. De ori-
gen checo, se cita a Vinceslaus Petrik y Johan Cermak, este último viviendo en
Varsovia como los primeros violonchelistas de calidad. ¿Quién les enseñó los m-
dimentos del instrumento? ¿Algún italiano de paso? ¿Viajaron ellos a Italia, al Ti-
rol? Tras éstos hay tres familias que marcarán el desarrollo de la escuela: los
a la
sals, Mara, los Neruda y los Reicha; después vendrán Fiala (1715-1816) y los Kraft.
renó
Ré-
erto,
una Alumno de Petrik, desarrolló la mayor parte de su actividad de instmmen-
ák a tista y compositor en Berlín. Su hijo John-Baptist (1744-1808) tenía, según los
Iuna documentos de la época, un talento excepcional. Acabó su vida en los Países
6 en
Bajos, abandonado por su esposa, la excelente cantante G. E. Schmeling, frus-
trado y alcohólico.
.o de
:ré le
;o de
.emia
El patriarca Johan Georg trabajó tres décadas en Dresden. De sus hijos
Franz, nacido en Austria, y Alois sabemos que este Último era alumno de Julius
100 EL VIOLONCHELO
Josef
no debe empañar a figuras como L. Zelenka, J. Buriam o K. Pr. Sádlo, cuya bri-
llante trayectoria solística y profesional dejó huella en la escuela checa.
Trag 1
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En 1985 tuve el placer de tenerle en los Países Bajos unos días, dando a destacados alumnos
de mi cátedra interesantísimas lecciones sobre los conciertos de Dvorák, Haydn, Bloch y varias so- Prag.
-"+a"
EL VIOLONCHELO EN CHECOSLOVAQUIA
CONSERVATORIO PRINCIPALES
DE PRAGA. PROFESORES Y ALUMNOS
-
EN LOS SIGLOS XIX Y XX
f A. Trag1I0 J. Seifert
D. Popper
A. Nerudall'
L. Ebert1I2
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F. Boch
F. Bühnert
J. S~hrnidt"~
E. Herbek
A. Muzikant
D. Krecman
Fr. Hegenbarth116 J. Stadler
Z. Glazer
L V. Jeral'17
J. Gründfeld118
H. Wihan119
{ 1. V e c t o m o ~ ~ ~ '
L. ZelenltalzO S. Vectomov
O. BergerlZ2
A. JSrasalZ3
ita J. JunekIz4
R. P a ~ l a t a ~ ~ ~
56 M. SkorlZ6
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B. VaskaIz7 M. Sádlo
de B. HeranIzs
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les J. BurianIz9 V. Moucka
J. Chuchro
el
I i 4 Jindrich Schmidt (1810-1862), destacado alumno de Hüttner, emigró a Rusia, donde pasó
prácticamente toda su vida. Fue primer violonchelo solista del Teatro Bolshoi y tuvo a Karl Davidov
como estudiante. Al final de su carrera volvió a Praga, enseñando un año en el Conservatorio.
'15 Bemhard Stiastny, hermano de Jan e hijo de John, estudió con su padre, con el austríaco
Wemer y con Seger. Profesor desde 1811, tocó en el estreno de Don Juan, de Mozart. Introdujo la
escuela francesa en Praga.
'16 Frantisek Hegenbarth (1818-1887) desarrolló una interesante actividad en Austria, siendo
profesor en el Mozarteum de Salzburgo. En 1865 le ofrecieron la cátedra de violonchelo en el Con-
servatorio de Praga; formó allí a numerosos violonchelistas, durante veintidós años de profesorado.
Uno de sus mejores discípulos fue D. Krecman, excelente cuartetista.
'17 Vilim Jeral nació en 1861 en Praga. Pasó la mayor parte de su vida profesional en Austria y
en los Países Bajos. Invitado por Malher, fue a Viena, donde formó parte del cuarteto Prill y de la
orquesta de la ópera.
"8 Jindrich Grünfeld (1855-1932), considerado uno de los más dotados alumnos de Hegen-
barth, tuvo como compañero de estudios a A. Muzikant (1860-1917), que enseñó en Odessa y Kíev, 1.
siendo nombrado en 1898 en San Petersburgo.
'19 Hanus Wihan (véase su biografía, en la página 103).
120 Ladislav Zelenka (1881-1957), imprescindible eslabón en la escuela checa de violonchelo,
alumno de Wihan y de Burian (antes de entrar en su clase en el Conservatorio pragués había hecho
unos años de violín), también estudió con Becker. Fue miembro del cuarteto Sevcik y sucesor de su
propio maestro al final de la carrera del Cuarteto (Bohemio) Checo. Profesor en el Conservatorio de im
Praga, tras la segunda guerra mundial (1939-1945), aceptó el cargo de la recién creada Academia de m(
las Artes Musicales (Alta Escuela).
12' Ivan Vectomov, de origen ruso, inició sus estudios en 1923, con Junek, terminándolos con
cic
Zelenka. Se perfeccionó en París con Alexanian y tocó en el Cuarteto de Praga. V. Cemy, un alumno ch
de Burian, le sucedió en el cuarteto. u1
'22 Otakar Berger (1873-1897), bajo el impulso de Wihan, inició el Cuarteto Checo, estudió con sa
Hegenbarth, terminando con Wihan. Alumno de Dvorák en la clase de composición. al4
'23 Artur Krasa (1868-1929), primer violonchelo en el Teatro Nacional de Praga, fue, por impe-
dimento de Wihan, que lo tocó en 1899, el primer compatriota de Dvorák en interpretar su concierto, ce
en 1896; uno de los primeros en tocar el concierto de Laló. m
'24 Julius Junek (1873-1927), profesor en el Conservatorio de Praga, sucedió a Burian, alumno gi
de composición de Dvorák. la
Rudolf Pavlata (1873-1939) compaginó sus actividades violonchelísticas con la dirección de
orquesta. Estrenó la inspirada pieza de Leos Janacek (Pohadka), en su versión inicial, que Junek
dc
arreglará, más tarde, dándole la forma que hoy conocemos. Ci
'26 Bedrik Vaska, nacido en 1879, emigró a los Estados Unidos, donde se forjó un nombre d:
como músico de cámara y como maestro. Antes de abandonar Europa formó parte del Trío Checo y g'
del Cuarteto Sevcik, como Zelenka; estudió también con Becker y Cossmann.
'27 Maximilian Skvor (1877-1947) fue profesor en el Conservatorio de Bmo de 1920 a 1939.
'28 B. Heran (1907-1968), alumno de Wihan, de Jan Burian y de G. Hekking, profesor en el
di
Conservatorio de Praga de 1953 a 1962 y en la Academia Janacek de Bmo de 1962 a 1968, es autor
de un método; estrenó numerosas obras checas, propagó Don Quijote, Schelomo y la Sonata de De-
bussy en su país. h
'29 Jan Burian (1877-1942), tras terminar sus estudios con Wihan, emigró a Rusia, dando lec-
ciones durante un año en Tiflis. De vuelta a Praga, enseñó en el Conservatorio a partir de 1900, su-
cediendo a Wihan, hasta 1920, año en que fue nombrado en la Academia (Alta Escuela).
P
tt
d
15. El violonchelo en Rusia
En Rusia, hasta mediados del siglo XVIII,no se puede hablar de una seria
implantación de la música clásica. A partir del reinado de Pedro el Grande co-
menzaron a hacerse notar claramente las influencias exteriores. Antes de la apari-
ción de Mateusz Wielhorski, Nogué cita a Chorchewski como el primer violon-
chelista ruso. Algunos documentos sitúan el afincamiento del duque alemán Carl
Ulrich de Holstein con su orquesta en la corte del zar alrededor de 1720. También
sabemos que Pedro 11, diletante, tomó lecciones de violonchelo con Riedel, un
alemán de Silesia, en los años 1727-1728. Italianos, alemanes, bohemios, fran-
ceses se sucedieron quedándose unos meses o unos años, creando así el sedi-
mento de la escuela rusa de violonchelo, que tendrá en Davidov a su primera fi-
gura internacional. Los primeros italianos que vinieron a trabajar en estas
latitudes fueron Dall'Oglio, Polliari y Cristelli, seguidos por los Fenzi. El alumno
de J.-L. Duport Jacques Michel Hure1 de Lamare y el de Janson Hus-Desforges
causaron sensación con su forma de tocar. No olvidemos que el hijo del legen-
dario Romberg, Karel, vivió doce años en Rusia; su egregio padre visitaba con
gusto y regularidad el país.
Tras este pequeño preámbulo llegamos a la figura de Wielhorsky, considera-
do el primer peldaño de la escalera que nos conducirá hasta Rostropovich.
130 Margaret Campbelll, en su libro The Great Cellists, cita 1787 como fecha de nacimiento de
Mateusz. Probablemente la confunde con la de su hermano Michail, aunque Groves sitúa la fecha de
nacimiento de Michail en 1788. Falleció en 1866 y no en 1863.
13' Michail (1788-1856) estudió el violín y el piano entre otros con Martin y Soler. En París
108 EL VIOLONCHELO
San Petersburgo. Convirtió sus salones en uno de los centros musicales más
atractivos de la época. Anteriormente, Mateusz había estudiado el violonchelo
con Meinhardt y con Bernard Romberg. Los hermanos Wielhorsky, impulsores
de la música sinfónica de Beethoven, trajeron a Rusia a prominentes composito-
res y solistas. Servais, Vieuxtemps y Mendelssohn le dedicaron obras. Mateusz
falleció en Niza, donde se había retirado a la muerte de su hermano en 1866.
Legó al Conservatorio de San Petersburgo innumerables manuscritos y cartas, y
al virtuoso Davidov, su magnífico Stradivarius.
tomó lecciones de composición con Cherubini. Compuso sinfonías, una ópera, Los gitanos, piezas
para piano, un cuarteto y un quinteto de cuerda. Fue amigo de Glinka, Schumann, Liszt y Berlioz.
EL VIOLONCHELO EN RUSIA 109
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en Karl Davidov
el
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id. orquesta del Gewandhaus. Interpretó su propio concierto op. 5 , conquistando al
io, público y a los críticos. Cuando Grützmacher se marchó a Dresden, el joven Da-
)e- vidov, con apenas 22 años, fue nombrado profesor del conservatorio. Sin embar-
3r- go, no se quedaría en Alemania. En 1863 sucede a su antiguo maestro Karl
se Schubert como profesor de violonchelo y se encarga de las clases de historia de la
1sz Música en el Conservatorio de San Petersburgo. Accede al puesto de primer vio-
ará lonchelo de la Ópera Imperial132Italiana, lo cual no le impide viajar por Europa
la- cosechando triunfos. En 1865 contrae matrimonio, del que tendrá dos hijos, Lidia
i la y Nicolas.
.so- Además de las principales ciudades alemanas, Bruselas, Londres y París le
ión aclaman. A pesar de su conocida aversión por el estudio y el poquísimo tiempo
he- que dedicaba al instrumento, su portentosa facilidad le mantiene en la cumbre.
Jan Con Auer y Lechetitzky funda una Sociedad de Música de Cámara muy dinámica
na- y, con el mismo Auer, forma el legendario cuarteto de cuerda de San Petersburgo.
igi- En 1876 a los profesores del Conservatorio de San Petersburgo se les propone
:ará elegir entre dos candidatos para cubrir el puesto de director: Davidov gana la
votación, siendo preferido ... a Chaikovsky. Su sentido social, su preocupación y
1pt- ayuda a estudiantes dotados, pero de condición humilde, le incitaron a crear un
que sistema de becas desconocido hasta entonces, casas para estudiantes y otras medi-
1 un das que le enfrentaron con Rubinstein, menos «social» que él.
. El
n la 13' Como solista de la Ópera Imperial, el brillante músico era explotado a menudo. Se cuenta la si-
guiente anécdota: Davidov veraneaba en Viborg, en la frontera con Finlandia, cuando el jefe de la poli-
cía local in-umpió en su casa, en agosto de 1875, en plena madrugada. Por orden imperial, se le exigía
volver inmediatamentea San Petersburgo. Un tren, compuesto por la máquina y un vagón, le esperaba
iezas en la pequeña estación para llevarle sin demora a la corte, ya que su presencia era indispensable para
ylioz. amenizar una velada con el rey de Suecia, invitado a Rusia para una visita al gran país vecino.
110 EL VIOLONCHELO
En 1887, tras once años como director, su popularidad no bastó para frenar
unas maniobras poco claras de una parte del cuerpo docente que prefería, en su
lugar, al celebrado virtuoso del piano Rubinstein. Tuvo que abandonar el puesto.
Aprovechó el destierro forzado para, durante un año, hacer una triunfal gira de
conciertos. Se estableció en Moscú, escribiendo poco antes de su muerte su apre-
ciado método de violonchelo. Tocaba muy poco durante las lecciones; prefería
explicar y consideraba, a mi juicio erróneamente, que el ejemplo del profesor
puede fomentar cierta pasividad en el alumno que, según él, se limita a copiar. Se
preocupó mucho de la técnica del arco, insistiendo en la libertad del brazo y la
flexibilidad de los dedos. También hizo un apreciable trabajo para racionalizar las
digitaciones y los cambios de posición.
En 1889, a los cincuenta y un años, falleció uno de los pilares de la historia
de nuestro instrumento. Como maestro enseñó a una generación en Rusia y a
muchos extranjeros. Wierzbilowicz, Albrecht, Kousnezoff, Muller, Gleen, Wer-
bov, Worobiov, Morosov y Loganovski destacan entre los rusos; Fuchs, Stern y
Wihan se formaron también con él. Poseía el espléndido Stradivarius (lleva su
nombre) que había pertenecido a Wielhorsky, uno de los pioneros de la escuela
rusa, a Korezmiet y a Gaupillat. Este Stradivarius le fue ofrecido a Jacqueline du
Pré por un anónimo admirador.
Como compositor ha dejado una considerable producción que va desde sus
cuatro conciertos, su allegro de concierto y su balada hasta cuarteto y sexteto de
cuerda, quinteto con piano, obras sinfónicas, Lieder y piezas virtuosas como At
the Fountain y una pieza para 12 violonchelos, contrabajo y percusión.
En la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo xx,tras la prestigiosa
figura de Davidov, emergen Wierzbilowicz y su rival Brandukov.
133 Popper le dedicó SU Serenata oriental op. 18 y sus Danzas españolas op. 54; Glazunov, su
Canto del Menestrel.
EL VIOLONCHELO EN RUSIA 111
su pasión por la música, lo cual arruinó su salud y truncó una carrera iniciada
bajo los mejores augurios. En su corta carrera, el público le aclamó en Viena,
Londres, Berlín, Bruselas, Varsovia, etc., cautivado por su maravilloso sonido. La
ceguera le atacó en la década de 1890, muriendo a los 61 años, de cáncer. Su fé-
retro fue acompañado por manifestación popular con su íntimo amigo Glazunov
al frente. Se le enterró al lado de Chaikovsky.
Mstislav Rostropovich
Con Pau Casals nos encontramos frente a uno de los gigantes de la historia de la
música. Los superlativos se erosionan, pierden eficacia a fuerza de ser empleados y
no dan más que aproximativamente la medida de un tal coloso. El violonchelo, que
143 El musicólogo K. Geiringer a f m a que L. Kochel, arh'fice del catálogo de la obra de Mo-
zart, vio en la colección privada de J. Ritz, alumno de B. Romberg, un manuscrito con la firma de
J. Haydn, fechado en 1783.
Véase Janos Starker, en el capítulo dedicado a los Estados Unidos.
'" De'Ak, que ha escrito una interesante biografía sobre Popper, pasó la mayor parte de su vida
en América. Popper le regaló uno de sus instrumentos, un M& Stos (1842) que había adquirido en
Viena. Cuando De'Ak se fue a enseñar a Cdifornia le sucedió en el Peabody Conservatory de Balti-
more el alumno de Casals D. Alexanian.
durante siglos ha tenido un retraso importante en su evolución con respecto al violín,
ha conseguido equilibrar la balanza en el último medio siglo gracias a la explosión
de la técnica que ha propiciado la fulgurante ascensión de nuestro instrumento.
No temo afirmar que, debido a este desarrollo, actualmente el nivel violon-
chelístico es tan alto como el del violín, si no superior. Con anterioridad, la po-
sitiva evolución del violonchelo se debía sobre todo a los impulsos de emulación
de ilustres violinistas. Duport, Boccherini, Servais, Piatti, analizaron, modifica-
ron, mejoraron la técnica y la estética musical, estimulados por los consejos de
Viotti, Tartini, Manfredi, Vieuxtemps, Brodsky o Joachim, por no citar más que a
ellos. No olvidemos que Tourte, el famoso francés que revolucionó los arcos
dándoles las características actuales, lo hizo presionado por las crecientes nece-
sidades solísticas de los violinistas. Kreisler, Isaye, Enesco no dudaron en saludar
en Casals al más grande, probablemente porque supo ser síntesis de todo lo an-
terior e intuir el futuro. Con Casals, el curso de la historia del violonchelo se
modificó: liberó definitivamente el brazo derecho, desechando el absurdo «libro
bajo el brazo» que bloqueaba movimientos y limitaba el sonido, limpió la forma
de tocar eliminando buen porcentaje de los amanerados y efectistas glissandis y
portamentis e introdujo pureza en la afinación desconocida hasta entonces, ya que
todos los críticos saludaron la «luminosidad» de su afinación. A los virtuosos del
pasado se les encontraba con facilidad una referencia violinística: a Servais se le
comparaba con Vieuxtemps, a Popper se le llamaba el «Sarasate» del violon-
chelo. Con Casals no habrá nunca más este género de referencia: él mismo se
convirtió en la referencia universal, durante la primera mitad del siglo xx.
Pau Casals nació en el pueblo catalán del Vendrell, cerca de Tarragona, en
1876. De condición modesta, su padre Carles era organista, pianista y arreglador
de música popular. Fue él quien le inició en las bases del solfeo, de la armonía y
del piano. Cantó de niño en el coro de la iglesia local, jugando con el órgano
siempre que su padre se lo permitía. Tenía 11 años cuando descubrió el sonido de
un violonchelo. El impacto, a raíz de un concierto en el Vendrell del buen vio-
lonchelista barcelonés Josep García, debió ser tan profundo que no cesó hasta que
sus padres le permitieron tomar lecciones con el propio García. Para ello, la fa-
milia se separa por primera vez. El pequeño Pau llega a Barcelona, acompañado
por su madre, mujer sobria y de fuerte carácter que siempre estará a su lado en los
momentos cruciales de su existencia. ¡Qué cambio completo en la vida del Pauet!
¡Del pueblo a la inmensa ciudad cosmopolita! Descubre el paseo de Gracia, las
Ramblas, el puerto ... En Barcelona recibe lecciones de violonchelo, de piano, de
armonía y de contrapunto. En estos años no sólo estudia con la mayor seriedad,
sino que descubre la ópera de Wagner y de Strauss y tiene la posibilidad de es-
cuchar, cuando el dinero alcanza, a solistas como Bottesini, Rubinstein, Sarasate.
Su profesor, hombre con gusto musical, tuvo la inteligencia de no imponer los
principios de su anticuada escuela a su extraordinario alumno. Después de tres
años de trabajo se examinó, obteniendo los máximos galardones, lo cual no evitó
sudores fríos a su comprensivo profesor, que temía lo peor: no porque al adoles-
cente le faltase el nivel necesario, al contrario, sino porque las «revolucionarias»
ideas de Pauet, puestas en práctica, podían chocar con la académica estrechez y
mediocridad de auienes le iuzrraban.
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El joven violonchelista se vio obligado a combinar sus estudios con la dura J
realidad del trabajo. Tocó en cafés, recorrió como miembro de una orquestilla C
todos los rincones de Cataluña, en los meses de verano, actuando en plazas, pla- a
yas y terrazas. Era la única forma de poder costear las lecciones y los gastos de t
estancia.
j
Fue en un café1%en e1 que el azar facilitó el encuentro con Isaac Albéniz y sus
cómplices musicales, el violinista Arbós y el violonchelista Rubio, buen músico que
pasó la mayor parte de su vida en Londres y que, según la leyenda, tras haber oído a
S
Casals, pronunció la famosa frase: «Este niño nos comerá el pan a todos». Al ins- C
tante intuyemn el talento poco común de Casals. Albéniz, más conocido entonces
como virtuoso del piano que como compositor, le habló de Madnd, de la corte, del J
c
S
Se trata del Café Tost, en el paseo de Gracia. Más tarde tocará en la Pajarera, en la plaza de I
Cataliiña
LOS GENIALES APÁTRIDAS 123
afable y erudito conde Morphy, mecenas, amigo y apoyo de artistas. Como introduc-
ción, Albéniz le escribió una apasionada carta de recomendación. ¡Esta carta no se
habría usado nunca si el Ayuntamiento de Barcelona no se hubiese distinguido, ante
la posteridad, negándole una beca para perfeccionarse en París! Es curioso pensar el
giro que hubiera tomado la existencia de Casals, en París, como alumno de Rabaud o
de Delsart, los más brillantes sucesores de Franchomme en el conservatorio de la
capital francesa... En vista de la negativa, su madre intuyó que era el momento de
abandonar Barcelona. Con los dos hermanos pequeños, Pau, el violonchelo y algu-
nos enseres viajaron hacia Madrid. Se alojaron en una humilde casa, en la calle de
San Quintín, cerca del Palacio Real. Después de haberle oído tocar y tras examinar
su cuarteto de cuerda más otras composiciones, el entrañable conde Morphy le
abraza y le adopta. Es presentado en palacio y se hace admirar de la infanta Isabel y
de la reina. Su vida está ya perfectamente organizada: lecciones de música de cámara
con M ~ n a s t e r i o del
, ~ ~que
~ Casals siempre hablará con respeto, lecciones de com-
posición con Bretón, en el apogeo de su fama tras el éxito de Los amantes de Teruel
y que no llegará a ser ni el Verdi ni el Wagner que el país necesitaba. Diariamente
visitaba la mansión de Morphy, donde la hija del culto noble le enseñaba francés e
inglés. El conde le hacía descubrir la literatura, la poesía y la pintura. Este período
enriquecedor duró dos años y medio.
De nuevo su madre, discreta, reservada, pero con una gran fuerza interior y
una envidiable clarividencia sobre el porvenir de su hijo, pide audiencia al conde,
quien convoca a Bretón. Pau será violonchelista, les dice, por lo menos de inme-
diato; así lo ha decidido ella con toda sencillez. Los proyectos de Morphy, tal vez
los del propio Casals, sobre una carrera como compositor pasarán a un segundo
plano. Ante tal resolución y no queriendo perder toda la esperanza, el conde les
aconseja Bruselas, donde vive el apreciado musicólogo y compositor Gevaert. La
etapa belga será de muy corta duración. El viejo Gevaert o está demasiado absor-
bido por sus tareas o no descubre suficiente talento de compositor en las obras
que Casals le presenta, con la carta de recomendación de su amigo Morphy. Le
aconseja ir a París, centro del mundo artístico en aquellos momentos, para am-
pliar su formación.
Madre e hijo siguen el consejo, no sin haber protagonizado el notorio inci-
dente con el reputado profesor de violonchelo del conservatorio, el señor
J a ~ 0 b s . Fue
l ~ ~la segunda vez, en poco tiempo, en que no aceptó un compromiso
que amenazaba su dignidad. La primera ocurrió en Barcelona, con apenas 12
años, cuando desechó el funesto «libro bajo el brazo» con el que se enseñaba a
tirar el arco a los alumnos. Este rechazo de ciertos compromisos marcará, a mi
juicio, su vida: Casals fue un hombre que supo decir no.
'41 El violinista Jesús Monasterio, uno de los alumnos predilectos de Bériot, rechazó suceder a
su legendario maestro en el Conservatorio de Bruselas y a Joachim como primer violín en los con-
ciertos de Weimar. Volvió a establecerse en Madrid.
'48 Casals, reservado, algo tímido y con un traje probablemente más que usado, no «imponía».
Jacobs le trató irónicamente hasta que le oyó tocar delante de sus alumnos el Souvenir de Spa de
Servais. Atónito y presintiendo su error, se deshizo en excusas, insistiendo para que Casals se queda-
se en su clase, cosa que el catalán, herido en su orgullo, rechazó. Este error persiguió toda su vida al
pobre Jacobs...
124 EL VIOLONCHELO
La corta estancia en París es durísima, viven más que sobriamente. Él trabaja de toca]
en la orquesta de las Folies Marigny y oye música. Descubre a D'Indy y a cidas h;
Debussy, escucha la Pasión según san Mateo de Bach que le deja estupefacto; En
asiste a las legendarias veladas .del Cuarteto Chevillard con la integral de mo de
Beethoven en varios programas. Furtwa!
Vuelve a Barcelona, en la que Monell, Picasso, Gaudí entre muchos otros Joachin
innovan, provocan y causan escándalo. Obtiene la plaza de su primer profesor en In6
la escuela municipal y es nombrado primer violonchelo del Liceo, lo que le per- particui
mite descubrir la mayor parte del repertorio operístico. En esa época toca también To
con Granados, al que admira. Sin embargo, en su mente, París es una meta. Ha- el erud
biendo ahorrado lo suficiente para resistir cierto tiempo en la capital francesa gra- tes viaj
cias a los dos años de trabajo en Barcelona, emprende el viaje no sin pasar por trar a (
Madrid, para despedirse de Morphy, de Bretón y de la reina, que le hizo montar tugal,
un zafiro en la nuez de su arco y le regaló una cantidad en metálico para la adqui- antagoi
sición de un buen instrumento. durade
En París, con la ya habitual carta de recomendación de Morphy para el temi- san ME
do director Lamoureux, triunfa rotundamente con su versión del concierto de Es
La1ó.149Los salones artísticos de la capital le abren sus puertas. Conoce a Ravel, Durant
a Paulina Viardot-García, a la legendaria madarne Marchesi, de avanzada edad. el ceni
Oye tocar a Kubelik, Joachim, Backhaus, Paderewski, Thibaud y Enesco. No rís y L
pudo soñar mejor presentación como solista con Laló; el viejo y enfermo prensa
Lamoureux, entusiasmado y enternecido, le ofreció otra oportunidad con el con- mundk
cierto de Saint-Saens.lso Será el último concierto de Lamoureux y el éxito defini- de hab
tivo para Casals, en 1900, con casi 25 años. ble, co
El prestigio del violonchelista no cesa de extenderse. Comienzan las giras SU mer
por Bélgica, los Países Bajos, España y Francia. En los Países Bajos conoce a normal
Rontgen, pianista, compositor y humanista de cultura universal a quien le unirá, propon
durante toda su vida, una fraternal amistad. Casals le consideraba un genio del impuls
calibre de un Beethoven, aunque probablemente la referencia es muy exagerada. magnii
En 1905, invitado por Ziloti, va a Rusia por primera vez, en el momento en sinfón
que, en San Petersburgo, estalla la revuelta. Allí conocerá y hará música con dejará
Rachmaninov, Scriabin, Glazunov, Kussevitzky. También conocerá al joven señoril
Pasternak y a un prodigioso niño que, con sus doce años, tocaba el violín admira- la ignc
blemente: Jasha Heifetz. nes. N
La fama del violonchelista español es ya universal, pero debe ganar la batalla 1920 1
de Bach. Mendelssohn resucitó su música olvidada durante más de un siglo. públic
Casals trabaja en secreto desde hace años con el tesón del artesano que diaria- Fauré,
mente repite y mejora sus gestos. En privado, en casa de su amigo neerlandés grupo
Rontgen, ya tocó alguna vez una Suite entera. Sin embargo, no se había decidido ejemp
a interpretarlas en público. Optará por hacerlo en Alemania, patria del cantor, C
ante los dos respetados violonchelistas germanos de la época: Becker y Klengel.
15
Con el primero, la antipatía y el rechazo fueron mutuos e instantáneos. Klengel,
dre. Ni]
al contrario, se rindió inmediatamente al arte de Casals, tras descubrir una forma nia y dl
15
15' Guilhermina Suggia (1888-1950) nació en Portugal; recibió las primeras lecciones de su pa-
dre. Niña prodigio, tocaba en público a los 12 años; continuó sus estudios con J. Klengel en Alema-
nia y debutó, a los 17 años, con la orquesta del Gewandhaus dirigida por Nikisch.
Is2 En la biografía de Pau Casals de Juan Alavedra, se encuentra una extensa lista (páginas 314
y 315) de los maestros y solistas que colaboraron con la orquesta.
Is3 Véase Juan Alavedra, páginas 331 y 332 de la misma biografía.
126 EL VIOLONCHELO
Uno de los violonchelistas más geniales de la historia (su vida apenas duró
cuarenta años) fue deslumbrado siendo aún niño por un concierto que Casals dio
en Viena. El maestro catalán influyó, duraderamente en el joven Emanuel a pesar
de no haber sido, como Cassadó, su alumno. El propio Casals, cuyas opiniones
sobre eminentes colegas podían ser demoledoras, consideraba a Feuermann como
uno de los grandes.
Creo que su aportación primordial consistió en <limpian>la técnica del violon-
chelo. Casals la había revolucionado, barriendo los academicismos, dándole una ló-
gica y una dificilísima sencillez, llevando la afiiación y la pureza del sonido a un
nivel desconocido, desechando fáciles portamentos y efectos de salón. Feuermann
asimiló perfectamente estos principios, ayudado en ello por el contacto con su her-
mano Zigrnund, malogrado nuio prodigio del violín, alumno de Otakar Seveik en
Viena. De hecho, al comienzo de su carrera algunos críticos, admirados por el domi-
nio instrumental, subrayaron cierta distancia, cierta frialdad en sus interpretaciones:
su violonchelo tenía algo de vio1h...Aquello les sonaba limpio, perfecto, pero, evi-
dentemente, les faltaba un poco de «desmelenamiento artístico» a la P a d e r e ~ s k i , ' ~ ~
más bien propio de otro siglo, pero tenazmente latente en muchas memorias.
Nació en 1902 en Kolomea, en la provincia llamada Galicia, anexada por
Rusia, en una familia de músicos aficionados. De su padre, un decoroso autodi-
dacto, que tocaba el violín y el violonchelo, recibió sus primeras lecciones, jsobre
un violín al que se adaptó una pica! La familia decidió emigrar a Viena (primera
Emanuel Feuemann
emigración) para que ambos hijos, pero sobre todo Zigmund, cuyos progresos
eran espectaculares, pudiesen alcanzar su plenitud, en un ambiente propicio y en
las mejores condiciones. Zigmund fue admitido en la clase de Sevcik. Emanuel
estudió con dos buenos músicos: F. Buxbaum y A. Walter, sucesor de Buxbaum,
tanto en la Academia de Música como en el reputado Cuarteto Arnold Rosé.
A los doce años, su dominio del instrumento destacaba tan evidentemente
que se le dio la posibilidad de debutar como solista. Obtuvo enormes éxitos con
maestros como F. Weingartner y A. Nikisch. La prematura carrera que comenzó,
alentado por sus padres, inconscientes del peligro que malograría al primogénito,
se vería frenada por la amenaza de la guerra e interrumpida por los primeros años
de la inútil y cruenta contienda. En 1917, se trasladó a Alemania (Leipzig, segun-
da emigración) para estudiar con Julius Klengel. El mérito del maestro alemán
consistió en aportar al excepcional alumno una disciplina, una perseverancia en ,
el aprendizaje, una notable ampliación del repertorio, respetando su personali-
dad, su intuición, evitándole un rígido corsé que podía apagar la llama latente.
Dos años después ocurrió un hecho que conmocionó a los medios musicales
alemanes: apenas con 17 años, el jovencísimo Feuermann es propuesto por
Klengel para sustituir al fallecido F. Grützmacher, valioso profesor y violonche-
lista, aunque menos conocido que su glorioso tío.157
La situación no dejaba de ser paradójica: Feuermann era más joven que sus
propios alumnos y, como miembro del Cuarteto Gürzenich (el nombramiento
como profesor implicaba tocar en el cuarteto) el adolescente se encontraba con
tres colegas de la edad de su padre ... o de su abuelo. En estos años, el virtuoso no
defraudó la confianza que Klengel había puesto en él: se a f m ó como profesor,
se dio a conocer en centenares de veladas solísticas, de música de cámara, dentro
y fuera de Alemania, siendo invitado en la Unión Soviética, que no conquistó con
unanimidad, de entrada; se le admiraba, pero el avanzado repertorio y su obstina-
ción de incluir obras de «carácter» violinístico chocaba todavía con el gusto de
ciertos c r í t i ~ 0 s .La
l ~ ~conquista absoluta tendría lugar, más tarde, cuando volvió a
Rusia acompañado por el pianista Artur Schnabel, con un repertorio tradicional:
sonatas de Beethoven y de Brahms. Probablemente su amistad con el compositor
Paul Hindemith le incitó a formar un excelente trío de cuerda con el violinista
Joseph W ~ l f s t h a lyl ~con ~ el propio Hindemith como viola. En 1931, a la muerte
del prometedor Wolfsthal, Szymon Goldberg le sucedió; con el nombre de trío
Hindemith cosecharon señaladísimos éxitos.
La creciente fama internacional de Feuermann le permitía colaborar con ar-
tistas de la categoría de Carl Flesch, Artur Schnabel, Bronislav Huberman y tocar
bajo la dirección de maestros como Furtwihgler o Strauss.
En 1929 es nombrado profesor en la Alta Escuela de Música de Berlín. Su
influencia sobre la escuela alemana, que hubiese podido ser igual si no superior a
la de Gendron, Navarra o Tortelier, se vio truncada por la inexorable ascensión de
los nazis al poder. Un judío en Berlín... ¡Imperdonable! Expulsado, tras unos
meses en Viena llegó a Inglaterra. De este corto período inglés nos quedan verda-
deras perlas discográficas: la sonata en La mayor de Beethoven con la pianista
Myra Hess (que será en varias ocasiones colaboradora de Casals), la sonata Ar-
peggione de Schubert con el inolvidable Gerald Moore160y el concierto de Haydn
en Re mayor, bajo la dirección de Malcolm Sargent. Finalmente, sintiendo la
amenaza hitleriana cernirse sobre toda Europa, decide emigrar de nuevo, esta vez
a los Estados Unidos.
En América, la consagración es inmediata. Tocando como solista con Bruno
Walter, Arturo Toscanini o Leon Barzin, conquistó público y críticos. Su colabo-
ración con Heifetz, Rubinstein o Prirnrose quedó plasmada en magníficas graba-
lS7 En contra de lo que se puede leer en varios libros, es prácticamente seguro que no ha sido el
conocido Friednch quien estrenó el Don Quijote de R. Strauss, bajo la dirección del compositor, sino
su dotadísimo sobrino (véase la biografía de F. Grützmacher en la escuela alemana).
L. Ginsburg da, en su libro, una relación de las diferentes giras de concierto por Rusia, con
Programas y colaboradores.
159
Es curioso que L. Ginsburg sólo cite el trío con S. Goldberg y con P. Hindemith y no los dos
años de trío con Wolfsthal.
la Célebre acompañante de los mejores cantantes entre los años 1940 y 1980 (Fischer-Diskau,
swarchkopf).
134 EL VIOLONCHELO
SUSideas están muy bien resumidas en un artículo publicado en 1972 por la Sociedad de
Violonchelo en su Newsletter.
17. El violonchelo en España.
Siglos XIX y xx
Rubio
Vertiente que ha pasado Casals
gran parte de su vida en Cassadó
el extranjero Cewera
Arizcuren
García Jacot
Dini i Faci
Soler
Bausis
Sala
Trotta
Boadella
Marés
Sants Sagrera
Rodó
Verger
Vida1
Vertiente que desarrolló Millet
su trabajo en el país
Madrid Mirecki
I Ruiz Casaux
1 Vivó
Baena
Correa
I Aranga
Santos García
Verkós
Mañero
Arizcuren Escurra
136 EL VIOLONCHELO
Uno de sus alumnos durante muchos años en San Sebastián, P. Corostola, es profesor del
Conservatorio de Madrid; ha formado parte de diferentes orquestas madrileñas.
A pesar de ser el primero en lamentar una precariedad y pobreza de nuestra escuela del si-
glo xrx y primera mitad del xx, el esquema en el libro de la señora M. Campbell, que omite a tantos,
resulta muy escueto por no decir erróneo.
El autor estudió durante casi tres años con él, en el conservatorio suizo.
138 EL VIOLONCHELO
Leipzig. Como otros países, fuimos visitados por franceses e italianos, por el
mítico Romberg, por el célebre Boccherini, que se afincó durante la mayor parte
de su vida. ¿Con qué influencia concreta en la codificación y transmisión de un
saber? Tal vez nuestra triste inhibición en todo el período clásico y romántico,
comprensible hoy desde el punto de vista histórico, pero lamentable si se piensa
en el glorioso pasado musical, no propició la formación del sedimento tan necesa-
rio a la creación de una escuela. Desgraciadamente, la mayoría de los
violonchelistas de nuestro país no supo captar la universalidad de un Casals o de
un Cassadó; los contactos con estas personalidades fueron demasiado fugaces,
breves, para permitir la transmisión a las generaciones futuras de su arte. Los
impermeables gobernantes con los que la historia nos ha gratificado, durante los
tres últimos cuartos de siglo, tampoco han sabido crear las mínimas condiciones
para que estos genios se afincasen y creasen escuela en España. ¿Quién se imagi-
na París sin Franchomme, Navarra o Tortelier? ¿Alemania sin Romberg, Becker
o Klengel? ¿Italia sin Mainardi? ¿Rusia sin Davidov? Aunque Janigro, Popper o
Feuermann pasaron buena parte de su vida en el extranjero, Italia, Checoslova-
quia o Alemania no han sido privadas de una solidísima escuela. ¿Qué más san-
grientos y caóticos cambios políticos pueden invocarse que en la patria de
Rostropovich? Sin embargo, Rusia tiene escuela. Confiemos en que, en las próxi-
mas décadas, el resultado sea menos negativo.
18. El violonchelo
en los Estados Unidos.
Principales figuras del siglo xx
Gre Piatigorsky
solística, los tres, Piatigorski, Starker y Rose, adquirieron fama después de haber
sido primeros violonchelos en orquestas de renombre.
Rose recibió las primeras lecciones de su padre, buen violonchelista aficio-
nado, estudiando varios años con Grossman y con su primo Frank Miller, primer
violonchelo de la orquesta N. B. C. de Nueva York. Premiado en un concurso
para la obtención de una beca, se trasladó al Curtis Institute con el fin de perfec-
cionarse con Felix Salmond, excelente maestro emigrado de origen inglés. El
contacto fue inmediato, la admiración mutua. Al graduarse, dos años después,
con los máximos galardones, Rose obtuvo la plaza de asistente de Salmond.
Como ya indiqué al principio de esta corta biografía, colaboró como primer
violonchelo en diferentes orquesta^:'^^ la N. B. C. de Nueva York, la de
Cleveland y la Filarmónica de Nueva York. En ellas, los maestros titulares eran
Toscanini, Rodzinski, G. Szell y B. Walter, que, según sus propias declaraciones,
influyeron de forma determinante en su ulterior evolución artística.
Haussmann y Piatti tuvieron una relación musical con Joachim, Gendron la
tuvo con Menuhin, Piatigorsky con Heifetz y Leonard Rose cuajó una amistad y
una connivencia musical fructuosa con Isaac Stern. Su actividad solística, de la
que nos ha dejado espléndidas grabaciones discográficas del Concierto de
Schumann con L. Bemstein y de Schelomo de Bloch, queda pálida comparada
con la impresionante cantidad de conciertos que dio como violonchelista del trío
Istomin-Stem-Rose. Fue durante años uno de los tríos más serios antes de la lle-
gada del trío Beaux Arts.
Tal vez el aspecto capital en su carrera, proyectado en el futuro, haya sido su
labor pedagógica. Todo el mundo conoce hoy día a sus formidables alumnos
S. Kates, L. Harrell y Yo Yo Ma; al lado de algunos que hacen una carrera
solística internacional, Rose formó, desde 1946, fecha en la que le nombraron
profesor en la Juilliard School de Nueva York, a docenas y docenas de excelentes
violonchelistas,170que forman parte de las mejores orquestas norteamericanas y
enseñan en innumerables centros musicales de los Estados Unidos. No sólo por la
calidad, sino por la cantidad de alumnos, se puede establecer un paralelo entre el
trabajo realizado por Serato en el siglo anterior en Italia con el de Navarra y el de
Rose en Europa y en América, en las décadas comprendidas entre 1945 y 1985.
En ello hizo honor a su maestro, Felix Saldmond, uno de los fundadores de la
escuela norteamericana.
De la pluma de Leonard Rose han salido revisiones de las principales obras
del repertorio. Falleció en 1984.
"' Adolf Siffer (1873-1950)estudió con David Popper, formó numerosos alumnos al lado de
J. Starker: P. Hermann, E. Banda, P. Hütter, J. Scholz, G . Retjo y Tibor de Machula, entre otros, que
fue, durante muchos años, un ejemplar primer violonchelo solista de la orquesta del Concertgebouw
de Amsterdam y catedrático del conservatorio. En el momento de su retiro tuve el honor de suceder-
le, en 1970.
I n De esta obra hará, más tarde, una versión discográfica distinguida con el Gran Premio del Disco
que,junto con la grabación del maestro checo Milos Sádlo, constituyen dos referencias obligadas.
144 EL VIOLONCHELO
décadas, de Pau Casals. En 1971 volvió a Hungría, dando, según sus propias con- con al
fidencias a un periodista, uno de los mejores recitales de su vida. El programa Casal:
estaba compuesto por dos Suites para violonchelo solo de Bach y la Sonata de t va y :
Kodaly, op. 8. con u
Desde 1958 en Bloamington, Janos Starker desarrolla una actividad docente compi
en la Universidad de Indiana, impartiendo con regularidad cursos en Europa. instni:
Tiene una discografía con las principales obras del repertorio s01ístico.l~~
En S
el ámbito de la música de cámara, señalaré sus grabaciones con Josef Suk (violín) maest
y Julius Katchen (piano), con tríos de Brahrns. Ha publicado una edición de las nalid:
Suites de Bach, de las Sonatas de Beethoven, de otras pequeñas piezas virtuosas, se o 5
varias cadencias, más su libro An Organized Method of String Playing, editado en en el
1961, sobre la técnica de la mano izquierda. Desde 1965 toca con un bellísimo
instrumento Matteo Gofriller (Venecia, 1706), llamado The Star (la Estrella).
Si bien los nombres de Janos S ~ h o l zy' ~de~Gabor R e t j ~merecen
' ~ ~ especial
mención, de los tres violonchelistas de origen húngaro afincados en América,
alumnos del mismo maestro, el más conocido internacionalmente es, sin duda, T
Janos Starker. Estad
El capítulo dedicado a la escuela de violonchelo en los Estados Unidos sería do pc
incompleto si no mencionásemos al emigrado E. Belousov, que realizó una I
envidiable labor pedagógica en el Curtis Instituto, a R. Garbousova, D. Alexanian alum:
y M. Eisenberg. das S
Toh,
Inten
en di
con algunas experiencias solísticas en su haber, llega a París. Entra en contacto con
Casals y, subyugado por la visión renovadora del maestro catalán, le escucha, obser-
4 va y sigue, tratando de «disecar» los elementos esenciales de su sistema. En 1922
con un prefacio de Casals; publica el Tratado teórico y práctico del violonchelo,
compendio organizado de toda una serie de principios elementales de la técnica del
instrumento que aún hoy conserva un valor histórico apreciable.
Se ocupó de la clase «Pau Casals» en lYÉcoleNormale, en ausencia del
maestro entre 1921 y 1937. Brillante polemista, sus ideas atraerán a París a perso-
nalidades tan diversas como Eisenberg, Janigro, Garbousova, Fournier, Greehou-
se o Soyer. En los Estados Unidos, enseñó en el Peabody Institute de Baltimore y
en el Manhattan School de Nueva York.
Y. Inone
1912
T. Hirai (estudió con Casals)
K. Klengel 1937
T. Tsutsumi (estudió con Starker y Nelsova)
EL CUARTETO
El Cuarteto Checo
Cuarteto Italiano
De derecha a izquierda:
Pegreffi, Fanilli, Rossi
Además, Rossi, del cuarteto Italiano, Palotai y Magyar del cuarteto Húngaro,
Krafka del cuarteto Janácek, Lovett del cuarteto Amadeus, Adam y Krosnick del
cuarteto Juilliard, Soyer del cuarteto Guamieri, Harvey del cuarteto Gabrielli,
Buck del cuarteto Melos, Kohout del cuarteto Smetana, Szabó del cuarteto Végh,
Banda del cuarteto Tatrai, Wiesel del cuarteto de Te1 Aviv, Harada del cuarteto
de Tokio, Botvay y Mezo del cuarteto Bartók, Erben del cuarteto Alban Berg y
tantos otros que enriquecen con su aportación el inigualable repertorio camerís-
tico.
2 1. La luthería. Datos fundamentales
menl
su p1
Probablemente la más antigua junto con Bolonia, esta última fundada por semt
Zanetto Micheli y por Micheli Peregrino. En Brescia destaca Gaspar da Saló (ha- talle:
cia 1540-1609), el primer constructor de violonchelos conocido en Brescia; se men.
llamaba en realidad Gasparo Bertolotti. Nació en Saló, instalándose muy joven men
con su familia en Brescia. Excelente autor de violas, hizo curiosamente mayor
número de ejemplares que violines. Su ilustre alumno fue Gio Paolo Maggini tal.
(1580-hacia 1632), que perfeccionó el trabajo de su maestro, redujo algo las di- men
mensiones de los instrumentos y mejoró sensiblemente la calidad del barniz de
G. da Saló, acercándolo al ideal de Stradivarius.
Giambattista Rogeri (Bolonia, 1650-Brescia, 1730), alumno de Amati, com-
pañero de taller de Stradivarius, elevó el nivel de la escuela por la gran calidad de
su trabajo. Sus modelos son inspirados por Stradivarius, con evidente influencia
de Amati. El fondo de sus bellísimos violonchelos es generalmente de álamo.
Pietro Giacomo, su hijo (Brescia, 1680-1730), sin dejar de ser un buen artesano,
nunca igualó la perfección ni la calidad de su padre.
De esta pequeña ciudad, situada en la fértil región del Po, son originarios los
más excepcionales luthiers y otros artistas como Monteverdi. Evidentemente,
para el no iniciado, los nombres de los Guarneri, Montagnana, Bergonzi, Rug-
gieri o Grancino son menos impresionantes que el del milagroso Stradivarius. Sin
embargo, estos gigantes de la luthería han producido muchos instrumentos que
igualan e incluso superan piezas de su legendario colega. la I
16:
Lo que se llamará escuela de Cremona comienza a mediados del siglo XVI,
con la familia de los Amati.
An
cia
Pe
GL
17
LA LUTHERÍA.DATOS FUNDAMENTALES
DE LA FAMILIA GUARNERI
ESQUEMA
l
Pietro Guarneri Giuseppe Guameri 1
(1655-1720) (1 666- 1740)
«Pems de Mantova»
Andrea Guarneri (1626- 1698) tuvo dos hijos: Giuseppe (1666- 1740), casi de
la misma edad que Stradivarius, y Pietro (1655-1720), que se establecieron, hacia
1685, en Mantua, influyendo la escuela de luthería de esta ciudad.
Giuseppe 1 firmó sus instrumentos añadiendo a su nombre la filiación «filius
Andreae». Entre sus reputados alumnos, aunque durante mucho tiempo los espe-
cialistas no se ponían de acuerdo, figuran Carlo Bergonzi (1696-1747) y Giusep-
pe 11 (1698-1747), conocido como «Guarneri del G e s b ; para muchos artistas, los
Guarneri del Gesii, alcanzan si no aventajan, en su mejor período entre 1730 y
1740 a los más preciados instrumentos firmados por Stradivarius.
EL VIOLONCHELO
DE LOS RUGGERI
ESQUEMA
J
620 violines
(entre 1660 y 1737)
1
18 violas
\
63 violonchelos
Tratando de la familia Guarneri, ya cité a Pietro Guarneri 11, que vino a ins-
talarse a Venecia. Lo mismo hicieron Domenico Montagnana (hacia 1680-1750),
probablemente alumno de Stradivarius, muy impregnado por el «período alarga-
Ver el documentadísimo libro de Hany A. Duffy, con magníficas ilustraciones sobre Stradi-
vanus, y el libro Antonio Stradivarius. His Life and Work (1644-1737), publicado en 1902 por W. E.
Hill & Sons.
156 EL VIOLONCHELO
La escuela francesa, que durante dos siglos había asistido a la imparable as-
censión de los inimitables maestros italianos, fue acumulando saber y experiencia
para tomar el relevo, cosa que acaeció en el 1800.
Entre los más preciados constructores franceses y antes de llegar a la figura
de Jean-Baptiste Vuillaume, mencionaré a tres familias: los Lupot, los Gand y los
Bernardel.
Franqois 1
1725-1804
Nicolas Franqois 11
1758-1824 1774-1837
ESQUEMA
DE LA FAMILIA GAND'*~
Charles Michel 1
1748-1820
ESQUEMA
DE LA FAMILIA BERNARDEL"~
Auguste Sébastien
(1798-1870)
l l
Emest Gustave-Adolphe
1826- 1899 1832-1904
Auguste Sébastien nace en Mirecourt, aprendiz con Lupot y Gand Pere, abre
su propio taller en 1825, retirándose cuarenta años después y cediéndolo, en
1865, a sus hijos. Sus buscados instrumentos, sobre todo los violonchelos, son
Ia3 En Madrid encontramos, entre 1762 y 1795, a un Francesco Gand, pariente de la familia que
produce instrumentos algo toscos, pero con buen sonido. Firma en sus etiquetas «Echo por Franco
Gand, en Madrid 178...».
En Amsterdam se establece un pariente, Louis (1806-1847), que ha construido excelentes
instrumentos.
copias de modelos Stradivarius o Guarneri, con un espeso barniz marrón-rojizo.
Sus hijos, que trabajaron en el taller paterno, se asocian con los Gand en 1866. En
1901, tras la muerte de Ernest, Gustave-Adolphe cede la casa Gand & Bernardel
a Caressa et Francais.
Mirecourt, ciudad francesa (Vosgos), centro de la luthería. Francois, duque de Lorena, con-
cedió en 1732 los títulos que lo reconocían así. Más de mil constructores y cien arqueros, que se
diseminaron por todo el país, se formaron allí (Pique, Lupot, Gand, Vuillaume, Bemardel...).
Esta costumbre, poco habitual entonces, fue imitada por Bemardel y por la familia Gand.
160 EL VIOLONCHELO
lgO Véase el documentado libro de Ramón Pintó Comas, con prefacio de Jordi Cervelló, Los
luthiers españoles, Barcelona, 1988.
19' Con anterioridad, algunos documentos prueban la existencia de maestros violeros en dife-
rentes puntos del país (Sevilla, Granada, Madrid); entre 1530 y 1630. Unos llamados guitarreros y
ntrnn vinl~rn.r.senún los instrumentos Quereparaban o construían.
LA CONSTRUCCIÓNDE INSTRUMENTOS EN ESPAÑA 163
aprendió por haber tenido entre sus manos, como reparador en la corte, innumera-
bles Guarneris, Stradivarius, Ruggeris o Amatis. Murió en Madrid en 1762.
Su hijo José Melitón (1741-1791) y su nieto José Pedro (1765-1827) han
dejado pocos, pero buenos instrumentos, con una especial mención para los exce-
lentes contrabajos de este último.
Silverio Ortega (Madrid, 1765-1846), sobrino y discípulo de Vicente Asen-
sio, el Cura, se formó con él. Hábil reparador, hizo buenos violines copias de
Stradivarius, con maderas escogidas y un sonido potente. Su hijo Mariano (1790-
1865) ha pasado a la historia como «el nefasto arreglador» de los Stradivarius de
la capilla real.
Manuel Ramírez (Zaragoza, 1866-Madrid, 1916) trabajó con su hermano
José, maravilloso constructor de guitarras, dejando violines y violonchelos bien
hechos, pero con un barniz tan seco que los hace poco resistentes y muy vulnera-
bles.
Entre los actuales destaca el ovetense Fernando Solar, afincado en Madrid,
desde hace muchos años, hábil autodidacto, con una respetable producción.
En Barcelona merecen ser citado los siguientes:
Juan Guillamí (1702-1769), que empezó copiando a Stradivarius con made-
ras de buena calidad y terminó adoptando el modelo Guadagnini.
Salvador Bofill (1705- 1771), constructor de bonitos violines, cuyos violon-
chelos, probablemente inspirados por Stradivarius, son de grandes dimensiones.
Francisco España (Girona, 1793-Barcelona, 1877) fue alumno del francés
Thérese; sus instrumentos de la primera época, de excelente calidad, son los más
preciados.
i Agustín Altamira (Barcelona, 1805-1882), alumno del francés E. Maire Bre-
tón, con quien trabajó quince años, dejó una abundante producción de la que
L destaca la calidad de sus contrabajos.
,
, Ramón Parramón (Barcelona, 1880-1955) se establece en 1908 en Barcelona
1 como reparador y vendedor de toda clase de accesorios. En 1920 se asocia con
- Jacinto Pintó, alumno en Mirecourt de Laberte y Magnié, quien se encargó de
- construir todos los instrumentos firmados por él. En 1924 crea el premio Parra-
món, que consistía en regalar un instrumento salido del taller, destinado a los
L- alumnos de cuerda del conservatorio en su último curso.
.e Desde el año 1955 formó sociedad con la familia Pintó. La tradición familiar
de los Pintó continúa hoy en la persona de Ramón, nacido en Barcelona en 1929
le y alumno de Jacinto.
Francisco Manuel Fleta (Huesca, 1890-Barcelona, 198l), afincado en la Ciu-
:n dad Condal desde 1907, fue, como Altamira, alumno de E. Maire Breton. Formó
2- a sus dos hermanos Bienvenido e Ignacio. Sus contrabajos son muy apreciados.
Ln De los dos hermanos, Ignacio (1897- 1977) se dedicó, desde 1955, ayudado por
d, sus dos hijos, a la construcción de guitarras, adquiriendo notoria reputación inter-
nacional.
OS
fe-
; Y
24. El arco. Siglo de oro francés
Tourte
Lupot
1 Precursores Persois
Adam
Fonclause
11 Transición
Pajeot
FRANCOIS
LUPOT11 (Orleans, 1774-París, 1837)
'93 La tradición asegura que Tourte descubrió por casualidad esta exótica madera en uno de sus
paseos por París. Vio a un tintorero usarla para extraer un color amarillento y se llevó un trozo al
taller para, de esta madera, hacer un arco, quedando entusiasmado del resultado obtenido.
'" Los Adam son tres: Jean Adam trabajó en Valence y en Mirecourt, entre 1790 y 1820. Sus
arcos son algo rústicos, muchos no firmados, con la nuez redonda. Jean Dominique (1795-186%
alumno de Jean y padre del Grand Adam, trabajó toda su vida en Mirecourt.
El. VIOI.ONCI1EI.O
V
El arco en el siglo XIV
El arco en el siglo xv
Mersenne, 1620
Kircher, 1640
o Castrovilliui, 1660
Bassani, 1680
Corelli, 1700
Tartini, 1740
Cramer, 1770
Viotti-Toune, 1790
D e este calificado arquero que trabajó, como tantos otros, durante casi vein-
te años en el taller de Vuillaume, ignoramos tanto el lugar como la fecha de naci-
miento. Falleció en el año 1850. Firmaba sus arcos bajo la nuez, con las iniciales
P. R. S.
NICOLAS
MAIRE(Mirecourt, 1800-París, 1878)
Según unos, inventó la placa metálica bajo la nuez, placa que la protege del
pulgar. Vatelot piensa que lo aprendió en el taller de su maestro Clément Eulry.
Su producción, importante y de calidad, se caracteriza por varas generalmente
redondas, algunas con coulisses, otras no, unas con grain, otras no. En su taller
trabajaron muchos futuros maestros, entre otros Maline. Firma con marca de hie-
rro: Pajeot.
Vatelot cita también a un Louis Simon Pajeot le Pere, cuya vida debió de ser
muy corta. Del registro civil de Mirecourt se sabe que se casó en 1788; se inscri-
bió como artesano en 1789 y falleció ya en 1792, Las varas son redondas u octo-
gonales, la cabeza chata, las nueces ornadas con flores o estrellas. Firma con
marca de hierro: Pajeot A. M. T.
Iht( EL VIOLONCHELO
ALFREDJOSEPH
LAMY(Mirecourt, 1850-París, 1919)
Llamado Lamy Pire, se formó con Husson antes de entrar como arquero en
el taller de F. N. Voirin. Sus formas son elegantísimas, sus varas redondas u oc-
togonales y la madera de primera calidad. Parte de su producción se caracteriza
por los modelos Vuillaume y Tourte. Firma: A. Lamy a Paris.
Su hijo Alfred Lamy «Fils» trabajó con su padre y firma como él. Buen ar-
quero, salvo su producción de los últimos años, de calidad inferior.
Del repertorio con piano, lo cual excluye joyas como las sonatas de Bocche-
rini, Valentini o Locatelli, me limitaré a citar las composiciones esenciales:
más el Doble concierto de Brahms y Triple de Beethoven, sin omitir a los más
cercanos Ginastera, Zimmermann, Ligeti, Berio, Lutoslawski, Foss, Crumb, Car-
ter, Halffter, Penderecki, Dutilleux y tantos otros.
Resumen sinóptico
de los esquemas de las escuelas
Bononcini
Canavasso
En Francia Stuck o Stmck
Ferrari
Galeotti
Caldara
En Ausma Francischiello
Bononcini
Cervetto
Bononcini
En Inglaterra Caporale
cim
Lanzetti
Bononcini
Parasisti
Amadei
En Alemania Antoniotti
y los Países Bajos Danzi
Alipandri
Lanzetti
Dal17Abacco
Graziani
,
En España Bononcini
y Portugal Caldara
! Boccherini
Dali' Oglio
En Rusia Polliari
Cristelli
EL VIOLONCHELO
V. Fenzi
ciandelli { Fonno
Braga
La Boccetta
Boni
Barblan
sddarell[
-- - Magnni
[ Mainardi
Chiarapa
Giarda
1790-1843 S. Fenzi
Panzetta
Piatti
1795-1849 Quarenghi
Moja
Mazzacurati
Albini
Bmnelli
Oblach eBaldovino
Cuccoli Filippinni
Francesconi
Silva
Serra
Rossi
Albertelli
Anfitheatrof
Montecchi Crepax Janigro
Rossi
Piatti
Pezze !
-
Londres
r
Philippe Saint-Sévin
o Pierre Saint-Sévin
Stuck Otros futuros
colegas de la ópera
Cervetto
Nochez
Primeras influencias Da11 'Abacco
italianas en Francia
Francischiello
{ Berteau { Tillikre
z o n
Cupis
Duport, el mayor
L
1 1
Saint-Sévin Nochez Berieau Barriere
en en en
Alemania Francia Alemania Franci
1
Rousselot
Blanchier
1\
J.-H. Levasseur
Norblin
Baudiot
Hus-Deforges
L. A. Janson
en en
Alemania Francia
I
$.
J.-L. Dupori
P.-E. Levasseur
(A. Hekking) [ P. Fournier
Michelin
( Bazelaire Fiachot
Delsart
Feuillard
Gendron
Jacquard
Franchomme Vidal
Rabaud G. Hekking
A. Hekking
Gros-Saint-Ange
Salmon
Chevillard Loeb
Navarra
/ F. De Munck
Principales Iacobs
alumnos Liégois
I
J. De Sweert
belgas alumnos
G. Libotton
belgas
N. S. Platel
/
M. H. de Lamare
A.-F. Servais
R.P. Becker
D. Delange
Principal J. Hollrnann
1
alumno
neerlandés { A. Batta CH. Van Isterdael
INFLUENCIA
DE LAS ESCUELAS CONTINENTALES DEL SIGLO XVIII Y XIX
EN LA ESCUELA INGLESA
L. Stem ( (1871-1963)
(1862-1904)
G. Libotton
Escuela E. De Munck
'95 Pongo de vez en cuando alguna fecha para que el lector los sitúe con más facilidad en la
historia de la Música.
EL VIOLONCHELO
I A. Trag - J. Seifert
D. Popper
B. Stiastny L. Eberi
I
E. Herbek
A. Muzikant
J. N. Huttner J. Schmidt
D. Krecman
' J, Stadler
1 Fr. Hegenbarth 2. Glazer
V. Jeral
J. Gründfeld
Wihan 1
1. Vectomov
L. Zelenka S. Vectomov
O. Berger
A. Krasa
J. Junek M. Sádlo
R. Pavlata F. Smetana
M. Skor
B. Vaska V. Moucka
B. Heran J. Chuchro
\ J. Bunan
Müller Cossmann
Brandukov
Grützmacher Fitzenhagen
Kümmer
Servais
} Poorten Arved
Loganovski
Werbov
Romberg
Dotzauer
Wielhorski
Schuberth -Davidov
1838-1889
Müller
Worobjov
Gleen
'A. Schtrirner { Fischmann
D. Shafran
Maisky
, Wierzbilowiecz
Cherniarsky
S. Azlarnazian
V. Berlinsky
S. Knushevitzky
G. Kozolupova
r 1884-1961
Gutman
A. Broun Maisky
M. Rostropovich
Becker K. Novogrudsky
N. Karzhinsky
A. Zastrabsky
Klengel G . Pecker
K. Bloch
EL VIOLONCHELO
Rubio
Vertiente que ha pasado
gran parte de su vida en
el extranjero Cervera
Arizcuren
fl
Carcía Jacot Trotta
Dini i Faci Boadella
Cataluña Soler Marés
Sants Sagrera
Rodó
Verger
Vidal
Millet
Vertiente que
Vivó
desarrolló su trabajo
en el país Madrid { Mirecki { Ruiz Casaux Correa
Aranga
Santos García
Verkós
Mañero
Arizcuren Escurra
\
Hideo Saito
f 1902-1974 K. Yasuda ( estudió con Cassadó y Fournier)
E. Feuermann
1944
Elías Arizcuren, natural del País Vasco, estudió con su padre y con Marcal
Cervera. Se perfeccionó durante años con Gaspar Cassadó y André Navarra, en
Colonia y Siena. Trabajó la música de cámara con maestros como Sandor Vegh y
Paul Baumgartner.
En 1969 funda en Amsterdam el Trío Mendelssohn, considerado como uno
de los conjuntos actuales más prestigiosos. Numerosos compositores han dedica-
do obras a este trío, que ha actuado con gran éxito en las más importantes salas de
conciertos de Europa (París, Madrid, Londres, Ginebra, Bruselas, etc.) y colabora
regularmente en festivales. Ha realizado varias giras por Asia, el Oriente Medio y
América del Sur. Su debut, en 1980, en el Carnegie Hall de Nueva York, fue aco-
gido con entusiasmo por la crítica y el New York Times lo calificó de «conjunto
del más alto nivel internacional que sabe combinar una técnica perfecta con una
musicalidad poco común». Ha grabado numerosos discos.
Dedicado a la pedagogía al más alto nivel, dirige con asiduidad cursos inter-
nacionales de interpretación. Es responsable de la Sección de Violonchelo del
Curso Internacional de Interpretación Musical de Girona, donde imparte clases
magistrales mensualmente. En 1980 realiza un vídeo-método sobre la técnica del
violonchelo, considerado hoy como referencia obligada en numerosos conserva-
torios.
Catedrático de violonchelo y de música de cámara de los Conservatorios de
Utrecht y de Amsterdam, actúa como jurado en concursos. Ha creado el Conjunto
Ibérico de Violonchelos, para el que destacados compositores actuales han escrito
obras originales.
Como sucede con otros instrumentos musicales,
el violonchelo tiene orígenes lejanísimos que se re-
montan a países orientales, especialmente la India y
la antigua Persia. Un instrumento llamado kemangh
es, al parecer, el punto de partida para, a través de
una evolución tan lenta como firme, adoptar la for-
ma de la viola y llegar a la actualidad. Si al princi-
pio formó parte del séquito de ejércitos victoriosos,
posteriormente fue elegido por músicos y poetas
para su expresión artística a lo largo y lo ancho de
países y continentes.
Tras un resumen histórico para situar el instru-
mento en el tiempo y en el espacio, este trabajo rela-
ta de mano maestra la historia del violonchelo, en
especial en lo relativo a su cultivo por instrumen-
tistas que constituyeron escuelas nacionales de las .
que España forma parte por derecho propio (ahí es-
tán, entre otros, violonchelistas de fama mundial
como Cassadó y, sobre todo, Casals). El lector des-
cubrirá un rico mundo de personajes virtuosos que a
lo largo de la historia y en todos los países vivieron
entregados al cultivo del violonchelo.
Elías Arizcuren, violonchelista y pedagogo, ini-
ció sus estudios con su padre y fue alumno de Mar-
cal Cervera, Gaspar Cassadó y André Navarra. En
1969 fundó el Trío Mendelssohn y en 1990 el Con-
junto Ibérico de Violonchelos. Actualmente es cate-
drático de violonchelo y música de cámara en
Utrecht y Amsterdam (Países Bajos).
I III