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¿Es posible hacerse una herida interna en

una relación sexual?


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Durante una relación sexual es posible hacerse una herida interna. “Estas heridas se
asocian a relaciones con penetración. Pueden aparecer en vagina, ano o recto”, dice
Mercedes Herrero, ginecóloga de GINE4 y HM Hospitales.
“Puede haber heridas algo más superficiales en la zona del introito (orificio de la
vagina) y del himen y también en zonas más profundas, como el interior de la
vagina”, explica Ramón Usandizaga, ginecólogo y jefe de la Sección de Suelo Pélvico
del Hospital Universitario La Paz (Madrid).
Ardor, picor, sensación de tirantez y pinchazos en las relaciones sexuales posteriores
son los síntomas de una herida interna pequeña que tienen que levantar sospechas en la
mujer. A veces, las heridas son más grandes y profundas, provocando sangrado.

Causas de estas heridas internas


En el contexto de las relaciones sexuales, “las causas de las heridas internas pueden ser
variadas. Por ejemplo, en el himen pueden darse en la primera relación sexual de una
mujer porque no se había desgarrado previamente”, describe Usandizaga.
Herrero distingue las causas atendiendo a la localización de la herida:
 Vagina: su tejido está preparado para la penetración, es elástica y distensible. Las
heridas se pueden producir por maniobras violentas, por penetración con
instrumentos o cuando hay piercings en el pene que puedan dañar las paredes
vaginales.La ginecóloga señala que “es muy raro que se produzcan. Suele notarse
dolor previo a la lesión. Aparecen con más frecuencia si se tienen relaciones bajo
los efectos del alcohol o las drogas”.

 Ano: se trata de un esfínter o anillo muscular. Necesita dilatarse para favorecer la


penetración. Pueden aparecer lesiones en casos de relaciones violentas si no se
facilita su dilatación.

 Recto: es el tramo último del intestino, sus paredes son distensibles y elásticas,
pero más delgadas que las paredes vaginales. La penetración con instrumentos o
juguetes, así como las relaciones sexuales violentas, pueden producir lesiones.

¿Hay mujeres más propensas?


“Durante la menopausia los tejidos pueden ser menos elásticos y esto aumenta el riesgo
de hacerse heridas internas durante el coito. También en aquellas mujeres con
enfermedades que alteran las mucosas, o que han recibido tratamientos que afecten a las
paredes vaginales”, enumera Herrero.
Además de las menopáusicas, las mujeres con infecciones o con falta de lubricación
tienen un riesgo más elevado.
“Mientras que en el embarazo no aumenta el riesgo de heridas internas, en
la lactancia sí que se incrementa, debido a un cambio hormonal -con disminución de
los estrógenos- y a que está más reciente el paso de la cabeza del feto a través de la
vagina”, señala Usandizaga.

Posibles complicaciones
Toda herida es una lesión que se puede complicar, describe Herrero. “Las lesiones en el
recto son una perforación intestinal y su riesgo es una infección en tejidos circundantes
o una peritonitis. A nivel del ano puede haber problemas de función del esfínter. En
la vagina existe riesgo de infección y hemorragia”.

¿Pueden prevenirse de alguna forma?


La recomendación de Herrero es simple y consiste en aplicar las tres “con”:
“Las relaciones conscientes, consensuadas y consentidas son la mejor prevención”.
Por su parte, Usandizaga aconseja darle un poco más de tiempo al juego sexual previo a
la penetración para favorecer una mayor lubricación de la mujer mientras se excita.
También sería bueno emplear lubricante. En el caso de que se utilice preservativo, el
lubricante debe ser de base acuosa porque los de base ácida pueden romper el condón.

Pautas para cuidar estas heridas


Según la especialista de GINE4, las pautas dependerán de cada caso, pero, en general,
se aplicarán tratamientos que mejoren la regeneración de la mucosa vaginal.
Usandizaga especifica que “si las heridas son pequeñas, daríamos a la pacientes
pomadas u óvulos de efecto cicatrizante. Si la herida es muy reciente, es bueno
también evitar las relaciones sexuales entre 10 y 15 días. Si la herida se ha producido
por utilizar posturas concretas u objetos durante la penetración, se deberían evitar estas
actividades”. Y, de nuevo, lubricar bien la zona con productos específicos para ello al
retomar las relaciones.
Las grandes heridas (por ejemplo, las producidas en penetraciones con objetos)
algunas veces requieren taponamientos o, incluso, suturas en quirófano, concluye el
ginecólogo de La Paz.

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