Las negociaciones resultaron desde el principio distantes ya que el poco conocimiento y
acercamiento del gabinete presidencial y el grupo armado de las FARC presento un ambiente disperso en el que se estaban convenciendo de facilidades en los acuerdos en la que el presidente reconoció que su conocimiento de la organización se dio con sus primeros contactos. Esto genero desconfianza y retiraron apoyo al gobierno en curso lo que provoco desaprobación publica sobre la gestión del gobierno nacional y especialmente el presidente por la falla en el cierre de las negociaciones, esta situación fue aprovechada por cargos militares para pedir oportunidad y campo en el proceso de negociación. Al perder respaldo político, el Gobierno comienza con una segunda etapa en la que espera recomponer las fuerzas militares y busca directamente sentarse en una mesa de negociaciones con las FARC, a este se le denomino ‘Plan Colombia’. En el papel se desarrollaba un ajuste de intereses, pero el grupo armado lo analizo como una oportunidad de desplegar cargamentos con armas para acumular fuerzas y desgastar al enemigo, en este caso el Estado, lo que generó una reacción estatal y en lugar de intentar mediaciones políticas regreso al enfrentamiento armado, así mismo se presentó un cuestionamiento hacia donde se dirige el conflicto y cuáles son sus afectados. Andrés Pastrana se encontraba acorralado y sin soluciones ya que tampoco contaba con los movimientos sociales como fuerza política por rechazo a las políticas económicas, el presidente se encontraba en un estado de caos sin aprobación de los comandos militares, un bloque hegemónico dividido y criticas al seguimiento de los acuerdos de paz y es cuestionado interna y externamente por su administración por las vinculaciones con el paramilitarismo, esto acompañado de las poca esperanza y apoyo de los partidos políticos tanto Liberal como Conservador, en tanto la Unión Europea se encontraba suspicaz y se daba a la negativa de apoyar el Plan Colombia. BLOQUE HEGEMONICO: El bloque hegemónico se fue desestabilizando por el conflicto interno con las insurgencias y variedad de factores como el nivel bajo de administración en el gobierno Pastrana y finalmente por no oficializar una reforma rural y reprender a una baja participación política de estos movimientos alzados en armas. La radicalidad de las FARC se denota en la lucha constante e histórica que mantiene con el Estado y se supone que la realidad sería diferente si el acuerdo de la reforma se hubiera estructurado seriamente. Se abrieron posibilidades a negociaciones en las que se ven bandos contrarios y que sustentan alargar el proceso de paz hasta derrotar cualquier frente ya sea estatal o la insurgencia.