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Introducción
Impulsados por la reforma introducida en el derecho Privado, es que nos vemos in-
ducidos en la necesidad de conocer en qué consiste dicha reforma, y en particular
adentrarnos a analizar algunos de esos puntos, como los acuerdos prenupciales, el
matrimonio, el divorcio, etc., y en profundidad el Inicio de la Vida Humana por la
trascendental importancia que tiene para el derecho y la sociedad en su conjunto.
TITULO PRELIMINAR
Articulado...
ARTÍCULO 1º.- Fuentes y aplicación. Los casos que este Código rige deben ser re-
sueltos según las leyes que resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacio-
nal y los tratados de derechos humanos en los que la República sea parte. A tal
efecto, se tendrá en cuenta la finalidad de la norma. Los usos, prácticas y costum-
bres son vinculantes cuando las leyes o los interesados se refieren a ellos o en si-
tuaciones no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a derecho.
ARTÍCULO 2º.- Interpretación. La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus
palabras, sus finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los
tratados sobre derechos humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo
coherente con todo el ordenamiento.
ARTÍCULO 3º.- Deber de resolver. El juez debe resolver los asuntos que sean some-
tidos a su jurisdicción mediante una decisión razonablemente fundada.
ARTÍCULO 4º.- Ámbito subjetivo. Las leyes son obligatorias para todos los que ha-
bitan el territorio de la República, sean ciudadanos o extranjeros, residentes, domi-
ciliados o transeúntes, sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales.
ARTÍCULO 5º.- Vigencia. Las leyes rigen después del octavo día de su publicación
oficial, o desde el día que ellas determinen.
ARTÍCULO 6º.- Modo de contar los intervalos del derecho. El modo de contar los
intervalos del derecho es el siguiente: día es el intervalo que corre de medianoche a
medianoche. En los plazos fijados en días, a contar de uno determinado, queda
éste excluido del cómputo, el cual debe empezar al siguiente. Los plazos de meses
o años se computan de fecha a fecha. Cuando en el mes del vencimiento no hubie-
ra día equivalente al inicial del cómputo, se entiende que el plazo expira el último día
de ese mes. Los plazos vencen a la hora veinticuatro del día del vencimiento res-
pectivo.
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desde la hora siguiente. Las leyes o las partes pueden disponer que el cómputo se
efectúe de otro modo.
Las leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, excepto disposi-
ción en contrario. La retroactividad establecida por la ley no puede afectar derechos
amparados por garantías constitucionales.
Las nuevas leyes supletorias no son aplicables a los contratos en curso de ejecu-
ción, con excepción de las normas más favorables al consumidor en las relaciones
de consumo.
ARTÍCULO 9º.- Principio de buena fe. Los derechos deben ser ejercidos de buena
fe.
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tal el que con-
traría los fines del ordenamiento jurídico o el que excede los límites impuestos por la
buena fe, la moral y las buenas costumbres.
El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo o de la
situación jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar la reposición al estado de
hecho anterior y fijar una indemnización.
El acto respecto del cual se invoque el amparo de un texto legal, que persiga un re-
sultado sustancialmente análogo al prohibido por una norma imperativa, se considera
otorgado en fraude a la ley. En ese caso, el acto debe someterse a la norma impe-
rativa que se trata de eludir.
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ARTÍCULO 13.- Renuncia. Está prohibida la renuncia general de las leyes. Los efec-
tos de la ley pueden ser renunciados en el caso particular, excepto que el ordena-
miento jurídico lo prohíba.
INICIO DE LA VIDA
Resulta importante destacar que este punto en particular ha sido objeto de variadas
y profundas críticas, en atención a que el proyecto inicialmente diferenciaba la con-
cepción del ser humano dentro del seno materno del que se realizaba fuera del
mismo.
La clave está en que nuestra legislación responda a la realidad y aclare esas vacila-
ciones y altercaciones. Movilizados por el ímpetu de las ideologías que nos gobier-
nan, como protagonistas de esta sociedad, eso es exactamente lo que buscamos.
Como punto de partida, realizaremos una comparación entre los artículos del orde-
namiento civil vigente y el Proyecto de Reforma al mismo, en cuanto a lo que ambos
proponen con respecto al inicio de la vida humana.
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“Comienzo de la existencia. La existencia de la persona humana comienza con la
concepción en la mujer, o con la implantación del embrión en ella en los casos de
técnicas de reproducción asistida sin perjuicio de lo que prevea la ley especial para la
protección del embrión no implantado.”
Del análisis del artículo 70 del CC, se desprende que el ordenamiento supone, y por
ende legisla, un único régimen para el comienzo de la vida humana: la concepción
natural. Esto es propio del contexto histórico que revistió la sanción del Código Civil,
y de la imposibilidad de la ciencia de aproximarse a las actuales técnicas de repro-
ducción.
Ahora bien, ¿a qué nos referimos cuándo hablamos de reproducción humana asisti-
da?
Podemos decir que nos referimos a la técnica que a través de una manipulación de
gametos, atiende la esterilidad o infertilidad de las personas, recurriendo a un trata-
miento de fertilización. Frente a esto, se detectan dos posibles medios para su rea-
lización: Inseminación Artificial o Fecundación In Vitro.
Sin perjuicio de leer las líneas que siguen, veamos estos videos que nos ayudarán a
comprender científicamente en qué consisten estas técnicas para luego abocarnos a
la cuestión jurídica.
http://www.youtube.com/watch?v=cpY0UAMRT1c
http://www.youtube.com/watch?v=lbTptNWc6DE
Inseminación Artificial
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El tratamiento de inseminación artificial consta de tres fases:
Fecundación in vitro
Ante esto, es esencial hacer una distinción entre la fecundación artificial homóloga y
entre fecundación artificial heteróloga, ya que como veremos, los “resultados” y
posturas no son las mismas.
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En el caso de la fecundación in vitro, se ha formulado también una hipótesis ulterior,
con su distinción correspondiente: la transferencia del embrión puede ser hecha di-
rectamente al útero materno o bien utilizando la madre sustitutiva, lo que se conoce
como maternidad subrogada.
Este último caso, el de los embriones ya fecundados y congelados, que hasta ahora
NO se encuentra contemplado en toda la extensión del plexo legal proyectado, es
fuente de complicaciones jurídicas, complejos casos jurídicos de filiación y atribu-
ción de herencia, etcétera. Frente a esto, el artículo 19 del proyecto, en su última
parte, esboza una aparente solución. Nos referiremos a ella a continuación.
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nernos –y esto es lo que nos compete analizar profundamente, ya que es el motivo
sustancial del análisis, en la situación de los embriones no implantados. Éstos que-
daban librados a la protección “de lo que prevea la ley especial”.
Esta Ley a la cual hacía referencia el Proyecto fue aprobada en el año 2013 y sobre
los cuales oportunamente trabajaremos en clase:
Artículo 1: La presente ley es de orden público y tiene por objeto regular la utilización
y el acceso de las personas a las Técnicas de Reproducción Humana Asistida.
Artículo 2: Toda persona capaz, mayor de edad, puede someterse al uso de Técni-
cas de Reproducción Humana Asistida, habiendo previamente prestado su consen-
timiento informado, de acuerdo a los términos de la Ley 26.529 – Derechos del Pa-
ciente en su Relación con los Profesionales e Instituciones de la Salud- o la que en
el futuro la reemplace.
Capítulo I: Del uso de gametos para las Técnicas de Reproducción Humana Asistida
Artículo 4: Las personas que se sometan a Técnicas de Reproducción Humana
Asistida pueden aportar su propio material genético y el de su pareja para llevar a
cabo el embarazo, o recibir gametos femeninos y/o masculinos aportados por terce-
ros. (Ver Fecundacion Homóloga y Heteróloga)
Los hombres que se constituyan en aportantes de gametos para terceros deben ser
capaces, mayores de 21 años y menores de 40 años.
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Artículos 6: Para constituirse como aportante de gametos para terceros, se deberá
previamente realizar un estudio clínico sujeto a un protocolo que establezca la Auto-
ridad de Aplicación, en el cual se deje constancia que el aportante no padece en-
fermedades genéticas hereditarias o infecciosas transmisibles, así como cualquier
otro dato que resulte de relevancia médica.
Artículo 10: El aporte de gametos para terceros reviste carácter anónimo y confiden-
cial. Los Centros Médicos autorizados deberán elaborar un legajo con los datos de
identidad del o la aportante, incluyendo la información de carácter médico que surja
del estudio clínico a que refiere el artículo 6, dejando constancia de los anteceden-
tes clínicos familiares que, bajo el modo de declaración jurada, informe el o la
aportante.
El legajo del o la aportante reviste carácter confidencial. Este legajo podrá confec-
cionarse en soporte magnético siempre que se arbitren todos los medios que ase-
guren la preservación de su integridad, autenticidad, inalterabilidad, perdurabilidad y
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recuperabilidad de los datos contenidos en el mismo, debiendo adoptarse el uso de
accesos restringidos con claves de identificación, medios no reescribibles de alma-
cenamiento, control de modificación de campos o cualquier otra técnica idónea pa-
ra asegurar su integridad y confidencialidad. El Centro Médico autorizado debe con-
servar el Legajo por un período de treinta (30) años.
Del legajo se remitirá copia en soporte magnético al Registro Único de Centros Mé-
dicos Autorizados y Aportantes de Gametos, observando lo dispuesto en el Artículo
28 de esta Ley.
Artículo 12: Los gametos deberán conservarse únicamente en los Centros Médicos
autorizados, mediante las técnicas existentes o las que permitan en el futuro los
avances técnicos científicos, previa homologación de la Autoridad de Aplicación.
Artículo 13: En los Centros Médicos autorizados sólo podrán conservarse gametos
femeninos -ovocitos- y gametos masculinos – espermatozoides-. A partir de la
sanción de la presente ley se prohíbe la crioconservación de embriones humanos.
Artículo 14: Cuando se trate de gametos aportados por terceros, transcurridos cinco
(5) años desde el momento en que se haya realizado el aporte sin que mediare res-
cisión del contrato o requerimiento del material genético por parte del o la aportante
en los términos del Artículo 8 de esta Ley, y no hubiesen sido utilizados para efec-
tuar Técnicas de Reproducción Humana Asistida, deberán ser descartados.
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Exceptúese de lo previsto en el párrafo anterior a aquellas personas o parejas bene-
ficiarias de Técnicas de Reproducción Humana Asistida que manifestaren de modo
expreso, y previo al vencimiento del plazo, la decisión de crioconservar su material
genético para someterse a un procedimiento en el futuro. El plazo es prorrogable por
dos (2) años. A su vencimiento, si la persona o la pareja no hubiese utilizado sus
gametos, deberán ser descartados.
Artículo 16: En los casos de personas o parejas que se hubieren sometido a un pro-
cedimiento de extracción de gametos para luego dar inicio a la realización de Técni-
cas de Reproducción Humana Asistida, pero que luego de ello decidieren no efec-
tuarla, podrán donar sus gametos a los Centros Médicos autorizados, siempre que
cumplieren con el requisito previsto en el Artículo 5 de esta Ley.
Las personas o parejas que donaren sus gametos en los términos del párrafo ante-
rior quedarán sometidos al mismo régimen de los aportantes de gametos para ter-
ceros.
De la Filiación
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Los aportantes de gametos para terceros en ningún caso podrán reclamar derechos
vinculados a la filiación respecto de los nacidos mediante Técnicas de Reproducción
Humana Asistida con la utilización de gametos aportados por ellos.
Por otro lado, el mismo artículo contempla la situación de quien, por causa de algún
problema de salud o por tratamientos médicos o intervenciones quirúrgicas, pueda
ver comprometida su capacidad de procrear en el futuro, incluso siendo menor de
edad, podrá acceder a los servicios de guarda de gametos o tejidos reproductivos.
Por otra parte si bien la Ley especial prohíbe en su art 13 la conservación de em-
briones y el artículo 57 del mismo Proyecto prohíbe expresamente alterar la constitu-
ción genética de la descendencia, con excepción de prevenir o tener predisposición
a enfermedades genéticas, no aseguran que el uso de embriones no implantados
sean utilizados para experimentos sin la necesidad de que sean crio-conservados.
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Así mismo tanto el Proyecto de Código Civil como la Ley especial otorgan la posibi-
lidad de la revocación del consentimiento antes de haberse producido la implanta-
ción, en virtud de ello se admitiría la eliminación deliberada de embriones humanos
concebidos no implantados, lo que constituiría una forma de aborto.
EXISTENCIA DE LA PERSONA
No es competencia del Derecho Civil la regulación del aborto. No se ocupa del esta-
tus de la persona sino de lo que sucede cuando un niño nace y sus efectos familia-
res, patrimoniales, sucesorios. Por eso, se regulan los efectos de la concepción en
el seno materno y del embrión implantado, porque en esos casos nace un niño. En
cambio, en el embrión no implantado no nace un niño y no se producen efectos.
Eso no quiere decir que no pueda ser protegido por una ley especial, que es lo que
se propone.
Creemos que así no se encara el tema con la objetividad que merece, objetividad
que debiera permitir la posibilidad de considerar la realidad, en toda su complejidad,
para poder tomar una decisión que sea lo más justa posible. Por el contrario, se
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revela una cierta tendencia a acomodar la realidad de la persona humana a través
del lenguaje, de modo que el status que se vaya a imponer al embrión no obstaculi-
ce determinadas prácticas biotecnocientíficas.
Por otra parte, cabe acotar que aún si considerásemos a la noción jurídica de per-
sona como una herramienta en manos del legislador para acomodarla en función de
ciertos intereses, tendríamos que tomar en cuenta que la cuestión del inicio de la
vida en un código civil excede en mucho el problema de la crio-preservación. De
hecho, hoy la experimentación sobre embriones humanos para la obtención de cé-
lulas estaminales es uno de los grandes problemas jurídicos, que a su vez involucra
otras temáticas como el patentamiento de esas biotecnologías, la utilización de fon-
dos públicos, la licitud de la clonación y otros experimentos. De modo que, para
una mayor transparencia, podemos decir que todos estos tópicos están subyacentes
a la cuestión del inicio de la vida y que por tanto no se circunscribe el debate al te-
ma de la criopreservación de embriones. Como veremos luego, tendríamos que dis-
cutir a fondo qué intereses deberían guiar la regulación civil y en este punto adverti-
mos que Europa se enmarca en una tendencia contraria, por ejemplo, al patenta-
miento de las invenciones basadas en la destrucción de embriones humanos en ra-
zón de la dignidad humana.
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genética en particular determinar cuándo un ser humano deviene a la existencia y
ello ha sido claramente reconocido en la concepción.
Es cierto que hasta hace algunos años no todas las vidas humanas eran respetadas.
Así, algunos Estados negaron a ciertos grupos de personas su carácter de tales en
función de su color de piel o de la religión que profesaban. Por ejemplo, “en la Ca-
nada Indian Act de 1880 se sostenía que ‘persona significa un individuo distinto a un
indio’. En la Canada Franchise Act 1885 se definía una persona como ‘una persona
masculina incluyendo a un indio y excluyendo a una persona de raza de Mongolia o
China’. En 1912, la Corte de Apelaciones de Columbia Británica sostuvo que las
mujeres no eran personas y por tanto no eran elegibles para entrar en la profesión
legal. En 1928 la Corte Suprema de Canadá excluyó a las mujeres de la definición
de persona y sostuvo que las mujeres no eran elegibles para una designación en
Senado de Canadá”.
Hoy en día, tales legislaciones resultan inconcebibles. Mas, considerar que los em-
briones no implantados no son seres humanos, a la luz de la ciencia actual, merece
la misma crítica.
1) Que el niño por nacer, científica y biológicamente es un ser humano cuya exis-
tencia comienza al momento de su concepción. Desde el punto de vista jurídico
es un sujeto de derecho como lo reconoce la Constitución Nacional, los tratados
internacionales anexos y los distintos códigos nacionales y provinciales de nuestro
país.
2) Que destruir a un embrión humano significa impedir el nacimiento de un ser hu-
mano.
3) Que el pensamiento médico a partir de la ética hipocrática ha defendido la vida
humana como condición inalienable desde la concepción. Por lo que la Acade-
mia Nacional de Medicina hace un llamado a todos los médicos del país a man-
tener la fidelidad a la que un día se comprometieron bajo juramento.
4) Que el derecho a la “objeción de conciencia” implica no ser obligado a realizar
acciones que contrarían convicciones éticas o religiosas del individuo (Art.14, 19
y concordantes de la Constitución Nacional).
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¿Qué dice la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia sobre este tema?
a) “Sánchez, Elvira Berta c/Mº J y DD HH – art. 6 ley 24.411 (RESOL 409/01)” 22-05-
2007 (T. 330, P. 2304):“El derecho a la vida es el primer derecho natural de la per-
sona humana, preexistente a toda legislación positiva, y resulta garantizado por la
Constitución Nacional, derecho presente desde el momento de la concepción, re-
afirmado con la incorporación de tratados internacionales con jerarquía constitucio-
nal (Voto de los Dres. Elena I. Highton de Nolasco y E. Raúl Zaffaroni).”
b) “Madorrán, Marta Cristina c/Administración Nacional de Aduanas s/reincorpora-
ción” 03-05-2007 (T. 330, P.1989): “El principio de hermenéutica jurídica in du-
bio pro justitia socialis tiene categoría constitucional pues las leyes deben ser in-
terpretadas a favor de quienes al serles aplicadas con este sentido consiguen o
tienden a alcanzar el bienestar, esto es, las condiciones de vida mediante las
cuales es posible a la persona humana desarrollarse conforme a su excelsa dig-
nidad”.
Hoy en día es común pensar que lo que alguien quiere o desea es su derecho y por
lo tanto debe ser reconocido y respetado por toda la sociedad. Este pensamiento es
falaz. Las cosas son buenas porque están en relación con su esencia, son ontológi-
camente buenas. Al tener la ley como finalidad el ordenamiento de los hombres ha-
cia el bien común, sólo puede reconocerse como derechos aquellas cosas que en
su “ser” son buenas.
La vida humana constituye un bien en sí, y, como tal, merece que las leyes la reco-
nozcan como un derecho inherente a todo ser humano, independiente de cualquier
etapa de desarrollo, funcionamiento o condición. El derecho no debe hacer distin-
ciones allí donde la ciencia de base (la biología) no las hace.
La Constitución Nacional
Hasta antes de la reforma del 94, se reconocía dentro de la enunciación del artículo
33 de nuestra Carta Magna el derecho a la vida como uno de los derechos implícitos
no enumerados. La Corte se había encargado de especificar que tal derecho debía
reconocerse desde la concepción. Tal problema desapareció luego de la reforma
con la incorporación en el artículo 75 inciso 22 de los tratados con jerarquía consti-
tucional. En ellos explícitamente se reconoce el derecho a la vida y a la personalidad
jurídica como a continuación se observa:
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a) El art. 17 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del hombre
(1948): “Toda persona tiene derecho a que se le reconozca en cualquier parte
como sujeto de derechos y obligaciones, y a gozar de los derechos civiles fun-
damentales”;
b) El art. 16 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1996), que dis-
pone: “Todo ser humano tiene derecho en todas partes, al reconocimiento de su
personalidad jurídica”;
c) El art. 1.2 de la Convención Americana de Derechos Humanos (Pacto de San
José de Costa Rica, 1969), que reconoce que “persona es todo ser humano” y
que se complementa con el art. 3 que dice: “Toda persona tiene derecho al reco-
nocimiento de su personalidad jurídica”.
a) “ARTÍCULO 17.- Derechos sobre el cuerpo humano. Los derechos sobre el cuer-
po humano o sus partes notienen un valor económico, sino afectivo, terapéutico,
científico, humanitario o social, y sólo pueden ser disponibles por su titular cuan-
do se configure alguno de esos valores y según lo dispongan leyes especiales”.
Bajo esta disposición podríamos considerar que los embriones no implantados
son un “cuerpo humano” y siendo que “tradicionalmente se ha considerado que el
cuerpo es soporte de la noción de persona” ninguna duda cabe de que los em-
briones no implantados son seres humanos.
b) “ARTÍCULO 20.- Duración del embarazo. Época de la concepción. Época de la
concepción es el lapsoentre el máximo y el mínimo fijados para la duración del
embarazo. Se presume, excepto prueba en contrario, que el máximo de tiempo
del embarazo es de TRESCIENTOS (300) días y el mínimo de CIENTO OCHENTA
(180), excluyendo el día del nacimiento”.
Aquí se habla sólo de concepción, omitiendo toda referencia a las técnicas de re-
producción artificial o el proceso de implantación. En consecuencia, cabe pregun-
tarse si esta norma es aplicable a todos los niños o si aquellos nacidos mediante las
TRA debe probar la duración del embarazo de otra manera.
“La mayoría de los códigos existentes se basan en una división tajante entre el dere-
cho público y privado. El Anteproyecto, en cambio, toma muy en cuenta los tratados
en general, en particular los de Derechos Humanos, y los derechos reconocidos en
todo el bloque de constitucionalidad. En este aspecto innova profundamente al re-
ceptar la constitucionalización del derecho privado, y establece una comunidad de
principios entre la Constitución, el derecho público y el derecho privado, amplia-
mente reclamada por la mayoría de la doctrina jurídica argentina. Esta decisión se
ve claramente en casi todos los campos: la protección de la persona humana a tra-
vés de los derechos fundamentales, los derechos de incidencia colectiva, la tutela
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del niño, de las personas con capacidades diferentes, de la mujer, de los consumi-
dores, de los bienes ambientales y muchos otros aspectos. Puede afirmarse que
existe una reconstrucción de la coherencia del sistema de derechos humanos con el
derecho privado”.
Pues bien, el mismo texto de los fundamentos del proyecto 2012 dice párrafos más
abajo que la principal institución-noción-figura jurídica del código, la persona hu-
mana, sólo se regula a los fines del código y sin proyección sobre otros ordena-
mientos. Una clara y tajante división, incompatible con el declamado principio de
constitucionalización del derecho privado.
¿Sabía que...
- A nivel mundial no existe ningún ordenamiento jurídico que prevea un doble régi-
men para el inicio de la vida? Asimismo, ningún otro país remite a una ley espe-
cial para regular la situación de los embriones no implantados.
- La tendencia mayoritaria de la doctrina civilista es reconocer el comienzo de la
existencia de la persona desde la concepción?
- El reconocimiento de la personalidad del embrión se inscribe en una tradición jurí-
dica que se remonta al derecho romano donde se había acuñado el adagio “na-
citurus pro iam nato haetur (al por nacer se lo tiene por nacido)? Entonces, si los
romanos pudieron ver esta realidad, ¿por qué nosotros hemos de desconocerla?
- Los embriones no implantados se han convertido en un codiciado material biológi-
co?
- La norma del artículo 19 resulta arbitraria y discriminadora?
- El proyecto no brindaba ninguna solución a los embriones crioconservados en ca-
so de divorcio, separación, abandono o muerte de sus padres? Asimismo, nada
se dice sobre el caso de varios nacimientos en un mismo parto.
- El término “pre embrión” fue acuñado por científicos ingleses para justificar la ex-
perimentación con embriones humanos, pero no es aceptado por la mayoría de
la comunidad científica?
Es por todas las razones expuestas que finalmente se terminó modificando el artícu-
lo objeto de análisis, el que quedó redactado de la siguiente forma:
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CAPACIDAD
ARTÍCULO 23.- Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí
misma sus derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este Códi-
go y en una sentencia judicial.
Este Código denomina adolescente a la persona menor de edad que cumplió trece
años.
ARTÍCULO 26.- Ejercicio de los derechos por la persona menor de edad. La persona
menor de edad ejerce sus derechos a través de sus representantes legales.
No obstante, la que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer
por sí los actos que le son permitidos por el ordenamiento jurídico. En situaciones
de conflicto de intereses con sus representantes legales, puede intervenir con asis-
tencia letrada.
La persona menor de edad tiene derecho a ser oída en todo proceso judicial que le
concierne así como a participar en las decisiones sobre su persona.
Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para decidir
por sí respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen
su estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o integridad física.
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A partir de los dieciséis años el adolescente es considerado como un adulto para las
decisiones atinentes al cuidado de su propio cuerpo.
MATRIMONIO
El matrimonio y la familia constituyen un bien social toda vez que una sociedad más
humana exige el reconocimiento y tutela convergente de los derechos humanos y de
los derechos de familia.
Hoy más que nunca se hace necesario revalorizar la importancia que tienen las rela-
ciones familiares para el desarrollo pleno del ser humano y de la sociedad misma.
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ma, se incorporará la posibilidad de optar entre el régimen de comunidad de ganan-
cias (único existente en la actualidad) y el régimen de separación de bienes, a tra-
vés de acuerdos prenupciales.
CASAMIENTO
Conforme lo sostiene el Nuevo Código Civil la fidelidad dejará de ser un deber con-
yugal y el adulterio ya no existirá en términos jurídicos como causa de divorcio. Los
cónyuges ya no se deberán fidelidad, sino asistencia y alimentos. Tampoco estarán
obligados a vivir bajo un mismo techo. También desaparecerá el texto "los cónyuges
deben respetarse".
Señor o señora de, cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del
otro, con la preposición "de" o sin ella, dice el texto.
Los novios y las promesas de amor no existen para la ley. "Este Código no reconoce
esponsales de futuro. No hay acción para exigir el cumplimiento de la promesa de
matrimonio ni para reclamar los daños y perjuicios causados por la ruptura", señala
el texto.
Si no hay casamiento, hay que devolver los regalos. "Las donaciones hechas por
terceros a uno de los novios, o a ambos, o por uno de los novios al otro, en consi-
deración al matrimonio futuro, llevan implícita la condición de que se celebre matri-
monio válido."
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ACUERDOS PRENUPCIALES
Dispone el Nuevo Código Civil, que las personas que deciden casarse podrán firmar
un acuerdo prenupcial para mantener separados sus bienes y no tener que compartir
su patrimonio con su cónyuge, algo que hasta hoy no está permitido por la ley. Sin
embargo, estos acuerdos tendrán sus límites: sólo se podrán firmar antes del ma-
trimonio y no como ocurre en Uruguay, donde se permiten los acuerdos posmatri-
moniales. Los matrimonios ya existentes seguirán obligados a compartir el 50% de
sus bienes gananciales.
Un inventario de aportes.
El acuerdo prenupcial se puede modificar tras un año de la firma del acuerdo. Tam-
bién, antes de casarse, la pareja podrá firmar una "convención matrimonial", que
implica registrar ante un escribano "la designación y avalúo de los bienes que cada
uno lleva al matrimonio; la enunciación de las deudas; las donaciones que se hagan
entre ellos". Esto implica que cada una de las partes sale de la relación con lo mis-
mo con lo que entró y que hizo constar en la convención.
Lo mío es mío. Pero, además, se podrá optar por los distintos regímenes matrimo-
niales en relación con la división de bienes gananciales obtenidos durante el matri-
monio. Esto es, sociedad conyugal tradicional o separación de bienes.
"Esta reforma va a beneficiar al matrimonio, sin lugar a dudas. Casarse será la ma-
nera de establecer un acuerdo sobre qué le corresponde a cada uno. Se podrá optar
por una sociedad conyugal tradicional, en la que se dividen en partes iguales los
bienes o por una en la que cada uno preserva y sigue siendo dueño de lo que gana.
Antes de la celebración del matrimonio los futuros cónyuges pueden hacer conven-
ciones para determinar el valor de los bienes que tienen, de sus deudas, de las do-
naciones que hagan entre ellos y optar por alguno de los regímenes matrimoniales
previstos. Se debe hacer en escritura pública y tiene ciertos límites, como la protec-
ción de los alimentos o la vivienda familiar.
Pueden convenir la separación de sus bienes, y que cada uno conserve la adminis-
tración y disposición de lo que tiene. Si no hay convenio, se aplica el régimen de
comunidad, que distingue entre los bienes propios y gananciales.
Convenciones matrimoniales
ARTÍCULO 446.- Objeto. Antes de la celebración del matrimonio los futuros cónyu-
ges pueden hacer convenciones que tengan únicamente los objetos siguientes:
a.- la designación y avalúo de los bienes que cada uno lleva al matrimonio;
b.- la enunciación de las deudas;
c.- las donaciones que se hagan entre ellos;
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d.- la opción que hagan por alguno de los regímenes patrimoniales previstos en
este Código.
ARTÍCULO 447.- Nulidad de otros acuerdos. Toda convención entre los futuros cón-
yuges sobre cualquier otro objeto relativo a su patrimonio es de ningún valor.
ARTÍCULO 448.- Forma. Las convenciones matrimoniales deben ser hechas por
escritura pública antes de la celebración del matrimonio, y sólo producen efectos a
partir de esa celebración y en tanto el matrimonio no sea anulado. Pueden ser mo-
dificadas antes del matrimonio, mediante un acto otorgado también por escritura
pública. Para que la opción del artículo 446 inciso d), produzca efectos respecto de
terceros, debe anotarse marginalmente en el acta de matrimonio.
Esta convención puede ser otorgada después de un año de aplicación del régimen
patrimonial, convencional o legal, mediante escritura pública. Para que el cambio de
régimen produzca efectos respecto de terceros, debe anotarse marginalmente en el
acta de matrimonio.
Los acreedores anteriores al cambio de régimen que sufran perjuicios por tal motivo
pueden hacerlo declarar inoponible a ellos en el término de un año a contar desde
que lo conocieron.
ARTÍCULO 450.- Personas menores de edad. Las personas menores de edad auto-
rizadas judicialmente para casarse no pueden hacer donaciones en la convención
matrimonial ni ejercer la opción prevista en el artículo 446 inciso d).
Con respecto de los apellidos de los cónyuges, la nueva legislación dispone que
cualquiera de los cónyuges podrán optar por llevar el apellido del otro con la prepo-
sición “de”.
El Código Civil y Comercial da más libertad para las personas con relación al nom-
bre.
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Se reconoce la posibilidad de inscribir nombres aborígenes o derivados de voces
aborígenes autóctonas y latinoamericanas.
El hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial lleva el apellido de ese progenitor.
Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la preposi-
ción “de” o sin ella.
ARTÍCULO 66.- Casos especiales. La persona con edad y grado de madurez sufi-
ciente que carezca de apellido inscripto puede pedir la inscripción del que está
usando.
ARTÍCULO 67.- Cónyuges. Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el ape-
llido del otro, con la preposición “de” o sin ella.
El cónyuge viudo puede seguir usando el apellido del otro cónyuge mientras no con-
traiga nuevas nupcias, ni constituya unión convivencial. LIBRO PRIMERO –
ARTÍCULO 68.- Nombre del hijo adoptivo. El nombre del hijo adoptivo se rige por lo
dispuesto en el Capítulo 5, Título VI del Libro Segundo de este Código.
Se considera justo motivo, de acuerdo a las particularidades del caso, entre otros, a:
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c.- la afectación de la personalidad de la persona interesada, cualquiera sea su
causa, siempre que se encuentre acreditada.
DIVORCIO
Las personas serán libres de casarse y de separarse cuando así lo quieran, sin tener
que demostrar a nadie por qué o quién tuvo culpa, y la pareja por disolverse ni si-
quiera tendrá que ponerse de acuerdo.
Desaparece la llamada causal objetiva, que implica que para dictar el divorcio deban
transcurrir tres años desde la separación.
Hoy, una separación legal implica un largo proceso que puede demandar años de
litigio. Básicamente para que el trámite sea rápido, (en unos tres meses), se requie-
re que dos personas que dejaron de amarse se pongan de acuerdo en algo: en ini-
ciar los trámites de divorcio porque ya no quieren estar juntos.
Alrededor de un 80% de los divorcios hoy se resuelven de común acuerdo, por con-
sejo de los abogados, para evitar largos procesos. Sin embargo, aquellos que no
logran ponerse de acuerdo se embarcan en un litigio sinfín.
Se facilitarán los trámites para solicitarlo; así, por ejemplo, se prevé establecer que
el divorcio pueda ser válido también con el único deseo de uno de los cónyuges; por
otra parte, el adulterio dejará de ser causal justa de divorcio es decir que a partir de
la reforma que impulsa el Gobierno, para divorciarse bastará con que uno de los dos
quiera.
Tras iniciar el trámite (que podría no llamarse juicio), completar los formularios de la
demanda y presentar una propuesta de división de bienes, alimentos y tenencia de
los hijos, luego de que la otra parte sea notificada y conteste, los jueces podrían
otorgar el divorcio.
El divorcio puede ser solicitado por uno o ambos cónyuges y no es necesario que
invoque ninguna causa. Debe acompañar una propuesta que regule las cuestiones
relativas a la atribución de la vivienda, la distribución de los bienes, y las eventuales
compensaciones económicas entre los cónyuges; al ejercicio de la responsabilidad
parental, en especial, la prestación alimentaria.
De esta manera, se termina con el divorcio por mutuo acuerdo que se ha desnatura-
lizado en la práctica judicial y con el divorcio con causas, que tiene efectos destruc-
tivos de la familia, en especial los hijos.
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Se protege al cónyuge a quien el divorcio produce un desequilibrio manifiesto que
signifique un empeoramiento de su situación, reconociéndose el derecho a una
compensación.
Causales
Proceso de divorcio
Si el divorcio es peticionado por uno solo de los cónyuges, el otro puede ofrecer una
propuesta reguladora distinta.
Al momento de formular las propuestas, las partes deben acompañar los elementos
en que se fundan; el juez puede ordenar, de oficio o a petición de las partes, que se
incorporen otros que se estiman pertinentes. Las propuestas deben ser evaluadas
por el juez, debiendo convocar a los cónyuges a una audiencia.
Si existe desacuerdo sobre los efectos del divorcio, o si el convenio regulador perju-
dica de modo manifiesto los intereses de los integrantes del grupo familiar, las
cuestiones pendientes deben ser resueltas por el juez de conformidad con el proce-
dimiento previsto en la ley local.
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Efectos del divorcio
ARTÍCULO 440.- Eficacia y modificación del convenio regulador. El juez puede exigir
que el obligado otorgue garantías reales o personales como requisito para la apro-
bación del convenio.
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ARTÍCULO 443.- Atribución del uso de la vivienda. Pautas. Uno de los cónyuges
puede pedir la atribución de la vivienda familiar, sea el inmueble propio de cualquie-
ra de los cónyuges o ganancial. El juez determina la procedencia, el plazo de dura-
ción y efectos del derecho sobre la base de las siguientes pautas, entre otras:
Con la legislación vigente se dilata mucho el trámite de divorcio, a menos que haya
acuerdo entre las partes. Si no, quien desea separarse tiene dos opciones. Esperar
que pasen tres años de terminada la convivencia y exigir el divorcio por estar sepa-
rados de hecho, o presentar una demanda contra su pareja, probando que cometió
alguna falta a sus deberes. A esto se llama divorcio por culpa.
Para terminar con estas demoras y evitar que dos personas queden enlazadas con-
tra su voluntad, el nuevo Código elimina el divorcio por culpa y establece que cual-
quiera de los esposos puede romper el vínculo sin tener que probar nada. Es un
trámite sencillo, aunque requiere la presentación judicial de una propuesta con los
efectos que tendrá la separación.
“En cambio, el nuevo código permite firmar un pacto por el que los objetos adquiri-
dos durante el matrimonio siguen perteneciendo a quien los compre. Así, tras la se-
paración, cada uno se queda con lo suyo. Además se mantiene el sistema anterior
como opción, sin ser obligatorio”, cuenta el abogado y psicoanalista Osvaldo Or-
temberg.
El Nuevo Código permitirá que después del primer año de casados los cónyuges
cambien las reglas del reparto de bienes cuantas veces deseen. “Da una libertad
que antes no había”, agrega el psicoanalista.
En ambos códigos los dos padres están obligados a pagar alimentos por los hijos
tras la separación. Pero es distinto lo que establecen para las parejas sin chicos.
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En principio, los esposos no se van a deber más alimentos tras la separación, y si
llegara a corresponderles algo no va a ser por la conducta que tuvieron durante el
matrimonio. Esto lleva a un resultado injusto, porque si el esposo fiel tiene más plata
no puede reclamarle nada al que no lo fue.
El cambio es positivo, porque podría evitar otra injusticia. “Hasta hoy, salvo excep-
ciones, sólo se pagan alimentos en caso de que haya conflicto y culpa, y no si la
separación es de común acuerdo. Con el nuevo código, el juez puede establecer
una compensación monetaria o el pago de alimentos para alguno de los dos, si en-
tiende que resultó perjudicado económicamente por el divorcio”.
El ejemplo más frecuente es el de las mujeres que renuncian a su carrera para ser
amas de casa y que se quedan sin nada tras la separación.
Estamos legislando un matrimonio para el divorcio. Debilitamos los vínculos para que
haya una salida fácil y así creamos familias más débiles.
Así las cosas, es muy poco lo que distinguirá al matrimonio de una pareja que con-
vive sin estar casada, más aun parecieran ahora ser más las exigencias necesarias
para mantener una Unión Covivencial que las obligaciones de una pareja unida en
matrimonio, siendo una diferencia de fondo es que los novios no se heredan, y los
esposos sí.
El nuevo código facilitará que las personas rehagan su vida luego de la separación,
que tendrá una conflictividad menor, dejando en segundo plano a la familia y a los
frutos de las mismas, los hijos, profundizando los problemáticos cambios sociales
de las últimas décadas.
Si es mejor o peor que haya más libertad y posibilidades de cambio, pero más indi-
vidualismo e inestabilidad, es muy difícil saberlo. Pero parece que es a lo que ten-
dremos que acostumbrarnos.
UNIONES CONVIVENCIALES
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Se define como "una unión basada en relaciones afectivas de carácter singular, pú-
blica, notoria, estable y permanente de dos personas que comparten un proyecto de
vida común, sean del mismo o de diferente sexo".
Pacto de convivencia
Derechos sobre la casa y muebles. Significa que la vivienda familiar y lo que hay en
ella, en caso de que la pareja se disuelva, deberá repartirse en partes iguales, o
bien, resguardarse para uno de los hijos menores de edad.
"La convivencia de dos años se puede probar por distintos medios y alcanza con el
certificado de convivencia", dice el texto.
Indemnización posruptura
El conviviente no hereda, pero tiene derecho a usar la casa por dos años después
de la muerte de su pareja.
Uniones convivenciales
Constitución y prueba
Constitución y prueba
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b.- no estén unidos por vínculos de parentesco en línea recta en todos los grados,
ni colateral hasta el segundo grado;
c.- no estén unidos por vínculos de parentesco por afinidad en línea recta;
d.- no tengan impedimento de ligamen ni esté registrada otra convivencia de mane-
ra simultánea;
e.- mantengan la convivencia durante un período no inferior a dos años.
No procede una nueva inscripción de una unión convivencial sin la previa cancela-
ción de la preexistente.
Pactos de convivencia
ARTÍCULO 516.- Modificación, rescisión y extinción. Los pactos pueden ser modifi-
cados y rescindidos por acuerdo de ambos convivientes.
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estable y permanente de dos personas que comparten un proyecto de vida común,
sean del mismo o de diferente sexo. La existencia, su extinción y los pactos que los
integrantes de la pareja hayan celebrado se inscriben en el registro que corresponda
a la jurisdicción local, sólo a los fines probatorios. Pueden pactar sobre la contribu-
ción a las cargas del hogar durante la vida en común; la atribución del hogar co-
mún, en caso de ruptura; la división de los bienes obtenidos por el esfuerzo común,
en caso de ruptura de la convivencia. A falta de pacto, cada integrante de la unión
ejerce libremente las facultades de administración y disposición de los bienes de su
titularidad y se deben asistencia durante la convivencia.
¿Bajo estas nuevas condiciones, es lo mismo casarse que formar una unión convi-
vencial?
¿Pero y que acurre por ejemplo con deberes que si tienen los convivientes y que ya
nos son obligación de los unidos en matrimonio como por ej. vivir bajo un mismo
techo?
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ARTÍCULO 519.- Asistencia. Los convivientes se deben asistencia durante la convi-
vencia.
ARTÍCULO 520.- Contribución a los gastos del hogar. Los convivientes tienen obli-
gación de contribuir a los gastos domésticos de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 455.
ARTÍCULO 521.- Responsabilidad por las deudas frente a terceros. Los convivientes
son solidariamente responsables por las deudas que uno de ellos hubiera contraído
con terceros de conformidad con lo dispuesto en el artículo 461.
La acción para reclamar la compensación económica caduca a los SEIS (6) meses
de haberse producido cualquiera de las causas de finalización de la convivencia
enumeradas en el artículo 523.
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ARTÍCULO 526.- Atribución del uso de la vivienda familiar. El uso del inmueble que
fue sede de la unión convivencial puede ser atribuido a uno de los convivientes en
los siguientes supuestos:
a.- si tiene a su cargo el cuidado de hijos menores de edad, con capacidad restrin-
gida, o con discapacidad;
b.- si acredita la extrema necesidad de una vivienda y la imposibilidad de procurár-
sela en forma inmediata.
El juez debe fijar el plazo de la atribución. El plazo no puede ser mayor al que hubie-
ra durado la convivencia, con un máximo de DOS (2) años a contar desde que se
produjo el cese de la convivencia, conforme a lo dispuesto en el artículo 523.
Los hermanos:
Así se llama al vínculo que existe entre la persona casada y los parientes de su cón-
yuge.
Padre afín, con responsabilidad alimentaria. Progenitor afín es la pareja del padre a
cargo. Según el texto, se lo puede dejar a cargo, pero con un acuerdo de homolo-
gación judicial. El progenitor afín tiene obligación alimentaria respecto del chico,
solidariamente con su pareja. Esta finaliza si se separan, aunque, si esto se consi-
dera un daño para el niño, en forma temporal el padre afín deberá pagar una cuota
alimentaria.
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ARTÍCULO 673.- Deberes del progenitor afín. El cónyuge o conviviente de un proge-
nitor debe cooperar en la crianza y educación de los hijos del otro, realizar los actos
cotidianos relativos a su formación en el ámbito doméstico y adoptar decisiones
ante situaciones de urgencia. En caso de desacuerdo entre el progenitor y su cónyu-
ge o conviviente prevalece el criterio del progenitor.
Según la nueva legislación, los abuelos van a tener derecho a exigir por vía judicial
un régimen de visita que les permita ver a sus nietos, sin que los padres puedan im-
pedirlo.
Padres separados, pero con un plan. Los padres que comparten la tenencia, pero
viven separados pueden optar por establecer un plan de parentalidad relativo al cui-
dado del hijo, elaborado con la participación del chico.
ADOPCIÓN
Junto con la simplificación de este régimen, se priorizará el interés del niño por so-
bre el de los adultos comprometidos. Se mantiene la adopción plena y simple, y se
le incorpora el régimen de la adopción por integración, referida al hijo del cónyuge o
del conviviente, creando así una nueva forma de adopción antes no contemplada.
Se admiten tanto la adopción conjunta como la unilateral. En cuanto a los derechos
del niño, niña o adolescente, se incorpora el derecho a ser oído y a que su opinión
sea tenida en cuenta según su edad y grado de madurez; a la identidad, a conocer
sus orígenes, a la preservación de los vínculos fraternos.
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ARTÍCULO 599.- Personas que pueden ser adoptantes. El niño, niña o adolescente
puede ser adoptado por un matrimonio, por ambos integrantes de una unión convi-
vencial o por una única persona.
Todo adoptante debe ser por lo menos dieciséis años mayor que el adoptado, ex-
cepto cuando el cónyuge o conviviente adopta al hijo del otro cónyuge o conviviente.
a.- resida permanentemente en el país por un período mínimo de cinco años ante-
rior a la petición de la guarda con fines de adopción; este plazo no se exige a
las personas de nacionalidad argentina o naturalizadas en el país;
b.- se encuentre inscripta en el registro de adoptantes.
a.- quien no haya cumplido veinticinco años de edad, excepto que su cónyuge o
conviviente que adopta conjuntamente cumpla con este requisito;
b.- el ascendiente a su descendiente;
c.- un hermano a su hermano o a su hermano unilateral.
ALTERACIONES GENÉTICAS
El texto del nuevo Código, como ya se viera con anterioridad y por eso nos remiti-
mos a ese punto, prohíbe las prácticas destinadas a "alterar la constitución genética
de la descendencia, excepto las que tiendan a prevenir enfermedades genéticas o la
predisposición a ellas".
HERENCIA
Hasta ahora, sólo se permite que en las sucesiones aquellos que no son familiares
directos de quien fallece reciban hasta el 20% de la herencia. Con la reforma, este
porcentaje se elevará al 33% por ciento.
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Continúa existiendo la "Legítima", esto es la parte de la herencia que es destinada a
herederos forzosos -los ascendientes, descendientes y cónyuge- ahora se ha in-
crementado la porción disponible de bienes para quien el dueño del testamento pre-
fiera. De esta manera, se da mayor libertad a la voluntad del sujeto. Pasó así de un
quinto a un tercio. Esa cantidad puede ser destinada a quien quiera. Por ejemplo,
puede incrementar la porción correspondiente de uno de los herederos", indicó la
letrada mendocina.
En este apartado, la nueva legislación expone que las personas que pueden suceder
al causante son aquellas existentes al momento de su muerte; las concebidas en
ese momento que nazcan con vida; las nacidas después de su muerte mediante
técnicas de reproducción asistida, con los requisitos previstos en el artículo 563; y
las personas jurídicas existentes al tiempo de su muerte y las fundaciones creadas
por su testamento.
Aquí la modificación más importante se da con aquellas personas nacidas con téc-
nicas de reproducción asistida, ya que tienen derecho a percibir una herencia tras la
muerte del sujeto siempre y cuando se cumpla lo previsto en el artículo 563 del Có-
digo. Éste versa sobre la filiación post mortem en las técnicas de reproducción.
Aquí se establece que "en caso de muerte del o la cónyuge o conviviente de la mujer
que da a luz, no hay vínculo filial entre la persona nacida del uso de las técnicas de
reproducción humana asistida y la persona fallecida si la concepción en la mujer o
la implantación del embrión en ella no se había producido antes del fallecimiento".
Sin embargo el mismo artículo plantea excepciones, que están relacionadas con la
herencia, cuando la persona consiente en su testamento que sus gametos (óvulos o
espermatozoides) -o embriones producidos con sus gametos- sean transferidos en
la mujer después de su fallecimiento o si la concepción en la mujer o la implanta-
ción del embrión en ella se produce dentro del año siguiente al deceso.
ARTÍCULO 2444.- Legitimarios. Tienen una porción legítima de la que no pueden ser
privados por testamento ni por actos de disposición entre vivos a título gratuito, los
descendientes, los ascendientes y el cónyuge.
Dichas porciones se calculan sobre la suma del valor líquido de la herencia al tiempo
de la muerte del causante más el de los bienes donados computables para cada
legitimario, a la época de la partición según el estado del bien a la época de la do-
nación.
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Para el cómputo de la porción de cada descendiente sólo se toman en cuenta las
donaciones colacionables o reducibles, efectuadas a partir de los trescientos días
anteriores a su nacimiento o, en su caso, al nacimiento del ascendiente a quien re-
presenta, y para el del cónyuge, las hechas después del matrimonio.
En éste cualquiera de los herederos puede pedir la licitación de alguno de los bienes
de la herencia para que se le adjudique dentro de su hijuela por un valor superior al
del avalúo, si los demás copartícipes no superan su oferta (art. 2372).
DERECHOS PERSONALÍSIMOS
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FORMAS MODERNAS DE CONTRATACIÓN
El uso de medios electrónicos para contratar es cada vez más intenso en nuestra
sociedad. Los códigos vigentes, en razón de su antigüedad, obviamente no pudie-
ron contemplar el fenómeno. Esta suerte de vacío legal, generador de conflictos e
incertidumbres, particularmente para el consumidor, es cubierto por el nuevo Código
Civil y Comercial.
En este sentido, se prevé para tutela de todos aquellos que contratan que el provee-
dor debe informar al consumidor, además del contenido mínimo del contrato y la
facultad de revocar, todos los datos necesarios para utilizar correctamente el medio
elegido, para comprender los riesgos derivados de su empleo, y para tener absolu-
tamente claro quién asume esos riesgos. Se trata de una norma innovadora en un
Código Civil que está destinada a preservar la libre autonomía del contratante que se
involucra en una contratación por estos medios.
También se contempla, para evitar prácticas comerciales engañosas, que las ofer-
tas de contratación por medios electrónicos o similares deben tener vigencia durante
el período que fije el oferente o, en su defecto, durante todo el tiempo que perma-
nezcan accesibles al destinatario.
Algo que resulta particularmente importante, y que deriva de una lamentable expe-
riencia que se verifica frecuentemente en este tipo de contratación, es que cualquier
cláusula que contenga el contrato según la cual los reclamos administrativos o judi-
ciales deberán realizarse en una jurisdicción ajena al lugar en el cual el consumidor
recibió lo adquirido, directamente se la tiene por no escrita. Por lo demás, al igual
que en los contratos celebrados fuera de los locales comerciales, estos contratos
están sometidos al denominado período de reflexión en favor del consumidor para
que éste, dentro de los diez días de contratar, tenga la facultad absoluta de rescin-
dir la operación sin consecuencia alguna en su perjuicio.
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PROTECCIÓN DEL AMBIENTE
La Constitución Nacional establece que todos los habitantes gozan del derecho a un
ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las activida-
des productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las
generaciones futuras.
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