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NUEVO CÓDIGO CIVIL

Introducción

Impulsados por la reforma introducida en el derecho Privado, es que nos vemos in-
ducidos en la necesidad de conocer en qué consiste dicha reforma, y en particular
adentrarnos a analizar algunos de esos puntos, como los acuerdos prenupciales, el
matrimonio, el divorcio, etc., y en profundidad el Inicio de la Vida Humana por la
trascendental importancia que tiene para el derecho y la sociedad en su conjunto.

TITULO PRELIMINAR

Articulado...

ARTÍCULO 1º.- Fuentes y aplicación. Los casos que este Código rige deben ser re-
sueltos según las leyes que resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacio-
nal y los tratados de derechos humanos en los que la República sea parte. A tal
efecto, se tendrá en cuenta la finalidad de la norma. Los usos, prácticas y costum-
bres son vinculantes cuando las leyes o los interesados se refieren a ellos o en si-
tuaciones no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a derecho.

ARTÍCULO 2º.- Interpretación. La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus
palabras, sus finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los
tratados sobre derechos humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo
coherente con todo el ordenamiento.

ARTÍCULO 3º.- Deber de resolver. El juez debe resolver los asuntos que sean some-
tidos a su jurisdicción mediante una decisión razonablemente fundada.

ARTÍCULO 4º.- Ámbito subjetivo. Las leyes son obligatorias para todos los que ha-
bitan el territorio de la República, sean ciudadanos o extranjeros, residentes, domi-
ciliados o transeúntes, sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales.

ARTÍCULO 5º.- Vigencia. Las leyes rigen después del octavo día de su publicación
oficial, o desde el día que ellas determinen.

ARTÍCULO 6º.- Modo de contar los intervalos del derecho. El modo de contar los
intervalos del derecho es el siguiente: día es el intervalo que corre de medianoche a
medianoche. En los plazos fijados en días, a contar de uno determinado, queda
éste excluido del cómputo, el cual debe empezar al siguiente. Los plazos de meses
o años se computan de fecha a fecha. Cuando en el mes del vencimiento no hubie-
ra día equivalente al inicial del cómputo, se entiende que el plazo expira el último día
de ese mes. Los plazos vencen a la hora veinticuatro del día del vencimiento res-
pectivo.

El cómputo civil de los plazos es de días completos y continuos, y no se excluyen


los días inhábiles o no laborables. En los plazos fijados en horas, a contar desde
una hora determinada, queda ésta excluida del cómputo, el cual debe empezar

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desde la hora siguiente. Las leyes o las partes pueden disponer que el cómputo se
efectúe de otro modo.

ARTÍCULO 7º.- Eficacia temporal. A partir de su entrada en vigencia, las leyes se


aplican a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes.

Las leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, excepto disposi-
ción en contrario. La retroactividad establecida por la ley no puede afectar derechos
amparados por garantías constitucionales.

Las nuevas leyes supletorias no son aplicables a los contratos en curso de ejecu-
ción, con excepción de las normas más favorables al consumidor en las relaciones
de consumo.

ARTÍCULO 8º.- Principio de inexcusabilidad. La ignorancia de las leyes no sirve de


excusa para su cumplimiento, si la excepción no está autorizada por el ordenamien-
to jurídico.

Ejercicio de los derechos

ARTÍCULO 9º.- Principio de buena fe. Los derechos deben ser ejercidos de buena
fe.

ARTÍCULO 10.- Abuso del derecho. El ejercicio regular de un derecho propio o el


cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto.

La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tal el que con-
traría los fines del ordenamiento jurídico o el que excede los límites impuestos por la
buena fe, la moral y las buenas costumbres.

El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo o de la
situación jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar la reposición al estado de
hecho anterior y fijar una indemnización.

ARTÍCULO 11.- Abuso de posición dominante. Lo dispuesto en los artículos 9º y 10


se aplica cuando se abuse de una posición dominante en el mercado, sin perjuicio
de las disposiciones específicas contempladas en leyes especiales.

ARTÍCULO 12.- Orden público. Fraude a la ley. Las convenciones particulares no


pueden dejar sin efecto las leyes en cuya observancia está interesado el orden pú-
blico.

El acto respecto del cual se invoque el amparo de un texto legal, que persiga un re-
sultado sustancialmente análogo al prohibido por una norma imperativa, se considera
otorgado en fraude a la ley. En ese caso, el acto debe someterse a la norma impe-
rativa que se trata de eludir.

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ARTÍCULO 13.- Renuncia. Está prohibida la renuncia general de las leyes. Los efec-
tos de la ley pueden ser renunciados en el caso particular, excepto que el ordena-
miento jurídico lo prohíba.

ARTÍCULO 14.- Derechos individuales y de incidencia colectiva. En este Código se


reconocen:

a.- derechos individuales;


b.- derechos de incidencia colectiva.

La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos individuales cuando pueda


afectar al ambiente y a los derechos de incidencia colectiva en general.

INICIO DE LA VIDA

Resulta importante destacar que este punto en particular ha sido objeto de variadas
y profundas críticas, en atención a que el proyecto inicialmente diferenciaba la con-
cepción del ser humano dentro del seno materno del que se realizaba fuera del
mismo.

Es que el derecho encuentra su fundamento, su razón de ser, la persona humana. El


derecho regula la vida de relación del hombre.

Partiendo de esta afirmación, es menester determinar, en todos los tiempos y en


todas las sociedades, desde cuándo se es hombre y desde cuándo ese hombre lle-
ga a ser un sujeto de derecho susceptible de gozar de una protección jurídica.

La realidad es clara y consistente. Todo converge en lo que se establece como per-


sona. Todo gira en torno a ella. Y partiendo de esa simple afirmación, surgen los
cuestionamientos. El no tener claramente vislumbrado el comienzo de la existencia
de la persona y por ende su protección jurídica genera vaguedades, controversias,
lagunas e imprecisiones en el derecho.

La clave está en que nuestra legislación responda a la realidad y aclare esas vacila-
ciones y altercaciones. Movilizados por el ímpetu de las ideologías que nos gobier-
nan, como protagonistas de esta sociedad, eso es exactamente lo que buscamos.

Como punto de partida, realizaremos una comparación entre los artículos del orde-
namiento civil vigente y el Proyecto de Reforma al mismo, en cuanto a lo que ambos
proponen con respecto al inicio de la vida humana.

El comienzo de la vida humana está contemplado en la actualidad en el artículo 70


del Código Civil, el cual reza:

“Desde la concepción en el seno materno comienza la existencia de las personas.”


Por su parte el artículo 19 del Proyecto Originario,- al que ya hicimos mención-, y
que a la postre fuere modificado establecía:

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“Comienzo de la existencia. La existencia de la persona humana comienza con la
concepción en la mujer, o con la implantación del embrión en ella en los casos de
técnicas de reproducción asistida sin perjuicio de lo que prevea la ley especial para la
protección del embrión no implantado.”

Del análisis del artículo 70 del CC, se desprende que el ordenamiento supone, y por
ende legisla, un único régimen para el comienzo de la vida humana: la concepción
natural. Esto es propio del contexto histórico que revistió la sanción del Código Civil,
y de la imposibilidad de la ciencia de aproximarse a las actuales técnicas de repro-
ducción.

Por el contrario, el artículo 19 del Proyectado Código, establecía un doble régimen.


La lectura del artículo determina el comienzo de la existencia de la persona ya sea,
en el caso de la concepción natural, donde la misma se da desde el momento de la
fecundación, la que, lógicamente, acontece en el seno materno. O bien, supone la
posibilidad de que en el caso de que se hubiere recurrido a las técnicas de repro-
ducción asistida, el comienzo de la persona humana se contemple a partir del mo-
mento de la implantación del embrión en ella. En cuanto a la última parte del artícu-
lo, sobre las leyes especiales previstas para la protección de los embriones no im-
plantados, haremos referencia más abajo.

Es necesario, como se mencionara inicialmente introducirnos al tema de la fecun-


dación asistida desde un punto de vista más científico y médico para comprender
cabalmente el tema, siendo necesario analizar las técnicas utilizadas para llevar a
cabo el proceso.

Ahora bien, ¿a qué nos referimos cuándo hablamos de reproducción humana asisti-
da?

Podemos decir que nos referimos a la técnica que a través de una manipulación de
gametos, atiende la esterilidad o infertilidad de las personas, recurriendo a un trata-
miento de fertilización. Frente a esto, se detectan dos posibles medios para su rea-
lización: Inseminación Artificial o Fecundación In Vitro.

Sin perjuicio de leer las líneas que siguen, veamos estos videos que nos ayudarán a
comprender científicamente en qué consisten estas técnicas para luego abocarnos a
la cuestión jurídica.

http://www.youtube.com/watch?v=cpY0UAMRT1c
http://www.youtube.com/watch?v=lbTptNWc6DE

Inseminación Artificial

La inseminación artificial es una técnica que consiste en el depósito, de forma artifi-


cial, del semen en el tracto reproductor femenino. Lo más frecuente, es realizarlo en
el interior de la cavidad uterina. De esta manera, se intenta acortar la distancia que
separa al óvulo y al espermatozoide, y así, facilitar el encuentro entre ambos.

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El tratamiento de inseminación artificial consta de tres fases:

La estimulación del ovario con hormonas, unido a la inducción de la ovulación.

Aunque la inseminación artificial pueda hacerse aprovechando un ciclo natural (sin


estimulación ovárica), la estimulación ovárica con hormonas, lleva consigo el desa-
rrollo de varios folículos que, tras la inducción farmacológica de la ovulación, permi-
te disponer de más de un óvulo para ser fecundado de forma natural, y por lo tanto,
aumentar el riesgo de embarazo múltiple que suele ser gemelar.

La preparación del semen consiste en seleccionar y concentrar los espermatozoides


móviles, ya que, la baja movilidad de éstos, es uno de los factores que puede afec-
tar negativamente la consecución de un embarazo. Para ello se procesan las mues-
tras mediantes técnicas de preparación seminal. Con estas técnicas de lavado y
capacitación se eliminan espermatozoides muertos, inmóviles o lentos.

La inseminación se realiza en las consultas: no es preciso aplicar ningún tipo de


anestesia, ni resulta doloroso. La inseminación se suele realzar durante dos días
seguidos tras haber inducido la ovulación. Para cada una de ellas habrá que proveer
al laboratorio con una muestra seminal. Una vez preparada la muestra, se deposita
con una cánula especial dentro del útero.

¿Qué parejas pueden optar por la inseminación artificial?

- Las parejas con esterilidad de origen desconocida.


- Parejas en que la mujer no ovula normalmente.
- Parejas en las que el hombre presenta defectos en el semen.

Fecundación in vitro

La fecundación in vitro es una técnica de reproducción asistida en la que los ovoci-


tos se fecundan con los espermatozoides en el laboratorio, y los embriones así ob-
tenidos se depositan en el útero de los pacientes.

Fecundación significa e implica activar un nuevo ser, un nuevo individuo; cuando se


trata del hombre, la fecundación es sinónimo de procreación. La fecundación o
procreación humana es un acto personal de la pareja y da como resultado un indivi-
duo humano.

Ante esto, es esencial hacer una distinción entre la fecundación artificial homóloga y
entre fecundación artificial heteróloga, ya que como veremos, los “resultados” y
posturas no son las mismas.

La fecundación homóloga, designa las técnicas dirigidas a lograr la concepción hu-


mana, a partir de los gametos de dos esposos unidos en matrimonio o en uniones
de hecho.

La fecundación heteróloga designa, en cambio, las técnicas encaminadas a lograr


una concepción a partir de los gametos provenientes de, al menos, un donador.

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En el caso de la fecundación in vitro, se ha formulado también una hipótesis ulterior,
con su distinción correspondiente: la transferencia del embrión puede ser hecha di-
rectamente al útero materno o bien utilizando la madre sustitutiva, lo que se conoce
como maternidad subrogada.

En el primer caso, en el de la transferencia del embrión directamente al útero ma-


terno, debemos hacer una aclaración.

Las técnicas que posibilitan la fecundación in vitro, demandan, generalmente, más


embriones de los que pueden ser necesarios para transferirlos eventualmente al úte-
ro, puesto que no todos los embriones que serán transferidos al seno materno,
“prenderán” en él por razones puramente anatómicas. Esto, genera que las técni-
cas, para asegurarse el éxito de su cometido, produzcan un sobrante de embriones
fecundados. Muchos de ellos, se introducirán en las cavidades vaginales femeninas,
pero nada garantiza que todos los que se introducen, quedarán efectivamente im-
plantados en el seno materno. La consecuencia lógica de esto, es la muerte de los
embriones (ya fecundados, ya sujetos de derechos, ya vida) que no pudieron “pren-
der” en el útero. Muchos de los embriones producidos, que no fueron introducidos
en el útero materno, pero que, como ya dijimos, para asegurar el éxito de la técnica
fueron producidos de igual manera, tienen un destino distinto: serán congelados
hasta ser utilizados. Los embriones congelados, pueden ser suprimidos, o bien,
destinarse a la experimentación. Esta última, es solicitada y reivindicada como una
necesidad para el progreso de la ciencia. Esta es la razón que alegan algunos paí-
ses para obtener la legalización de la experimentación sobre embriones, aunque ello
tenga como consecuencia concretamente suprimir y destruir a los embriones mis-
mos.

Las hipótesis se complican más si al proceder, se recurre a bancos de semen; don-


de el mismo puede estar congelado o no, en nitrógeno líquido. Finalmente, debe-
mos contemplar, que en ese proceder, no sólo es el semen el que se encuentra
congelado, sino también los óvulos femeninos, o incluso los embriones que ya han
sido fecundados.

Este último caso, el de los embriones ya fecundados y congelados, que hasta ahora
NO se encuentra contemplado en toda la extensión del plexo legal proyectado, es
fuente de complicaciones jurídicas, complejos casos jurídicos de filiación y atribu-
ción de herencia, etcétera. Frente a esto, el artículo 19 del proyecto, en su última
parte, esboza una aparente solución. Nos referiremos a ella a continuación.

Recordemos entonces, el mencionado artículo 19° de Proyecto, que rezaba:

“Comienzo de la existencia. La existencia de la persona humana comienza con la


concepción en el seno materno. En el caso de técnicas de reproducción humana
asistida, comienza con la implantación del embrión en la mujer, sin perjuicio de lo
que prevea la ley especial para la protección del embrión no implantado.”

De la simple lectura del citado artículo, podemos observar cómo el comienzo de la


existencia de la persona humana se determinaba a través de un doble régimen, el
cual ya fue mencionado en los párrafos anteriores. Pero, además, debemos dete-

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nernos –y esto es lo que nos compete analizar profundamente, ya que es el motivo
sustancial del análisis, en la situación de los embriones no implantados. Éstos que-
daban librados a la protección “de lo que prevea la ley especial”.

Esta Ley a la cual hacía referencia el Proyecto fue aprobada en el año 2013 y sobre
los cuales oportunamente trabajaremos en clase:

LEY NACIONAL DE FERTILIZACIÓN HUMANA ASISTIDA Nº 26.862

Artículo 1: La presente ley es de orden público y tiene por objeto regular la utilización
y el acceso de las personas a las Técnicas de Reproducción Humana Asistida.

Artículo 2: Toda persona capaz, mayor de edad, puede someterse al uso de Técni-
cas de Reproducción Humana Asistida, habiendo previamente prestado su consen-
timiento informado, de acuerdo a los términos de la Ley 26.529 – Derechos del Pa-
ciente en su Relación con los Profesionales e Instituciones de la Salud- o la que en
el futuro la reemplace.

El consentimiento previo, informado y libre de las personas que se someten al uso


de las Técnicas de Reproducción Humana Asistida debe protocolizarse ante escri-
bano público o ante funcionario público dependiente del Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas, y es libremente revocable mientras no se haya produci-
do la concepción en la mujer o la iniciación de alguna de las Técnicas permitidas.

Artículo 3: A los efectos de la presente Ley, se entiende por Técnicas de Reproduc-


ción Humana Asistida los tratamientos o procedimientos realizados con asistencia
médica para la consecución de un embarazo. Quedan comprendidos la fecundación
in vitro, la inseminación artificial, la transferencia de embriones, la transferencia intra-
tubárica de gametos y de zigotos, sin exclusión de las nuevas técnicas desarrolladas
mediante avances técnicos científicos, cuando ellas sean autorizadas por la Autori-
dad de Aplicación.

Título II; Condiciones Particulares

Capítulo I: Del uso de gametos para las Técnicas de Reproducción Humana Asistida
Artículo 4: Las personas que se sometan a Técnicas de Reproducción Humana
Asistida pueden aportar su propio material genético y el de su pareja para llevar a
cabo el embarazo, o recibir gametos femeninos y/o masculinos aportados por terce-
ros. (Ver Fecundacion Homóloga y Heteróloga)

Capítulo II: Del aporte de material genético de terceros.

Artículo 5: Las mujeres que se constituyan en aportantes de gametos para terceros


deben ser capaces, mayores de 21 años, y menores de 35 años.

Los hombres que se constituyan en aportantes de gametos para terceros deben ser
capaces, mayores de 21 años y menores de 40 años.

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Artículos 6: Para constituirse como aportante de gametos para terceros, se deberá
previamente realizar un estudio clínico sujeto a un protocolo que establezca la Auto-
ridad de Aplicación, en el cual se deje constancia que el aportante no padece en-
fermedades genéticas hereditarias o infecciosas transmisibles, así como cualquier
otro dato que resulte de relevancia médica.

Capítulo III: Del Convenio

Artículo 7: El aporte de gametos para terceros se debe formalizar mediante un con-


venio escrito con el Centro Médico autorizado, en el que se deje constancia expresa
de la declaración de voluntad suficiente efectuada por el aportante, emitida luego de
haber sido informado sobre el procedimiento a efectuar, las posibles molestias,
riesgos y efectos adversos de la técnica de obtención de gametos.

Artículo 8: El aportante de gametos para terceros puede rescindir el convenio cele-


brado con el Centro Médico autorizado, a condición de que sus gametos se en-
cuentren disponibles por no haber sido utilizados para la consecución de Técnicas
de Reproducción Humana Asistida, debiendo descartarse la muestra de gametos,
sin ninguna consecuencia jurídica para el aportante.

En caso de infertilidad o esterilidad sobreviniente del aportante, este podrá solicitar


al Centro Médico receptor la entrega de la muestra de gametos para ser utilizado en
su propio beneficio, siempre que se encuentre disponible.

Capítulo IV: Límites al aporte de gametos para terceros. Condiciones. Confidenciali-


dad.

Artículo 9: Quienes se constituyan en aportantes de gametos para terceros podrán


hacerlo en una sola oportunidad en un único Centro Médico autorizado. El material
genético de un mismo aportante sólo podrá ser utilizado para realizar Técnicas de
Reproducción Humana Asistida a las que se someta una misma persona o pareja.

Previo a la realización de los estudios clínicos a que refiere el Artículo 6, el Centro


Médico autorizado deberá realizar una consulta con el Registro Único de Centros
Médicos Autorizados y Aportantes de Gametos, que se crea por el Artículo 28 de
esta Ley, a los efectos de constatar que la persona que pretende constituirse como
aportante no haya aportado sus gametos de forma previa en otro Centro Médico
autorizado.

Artículo 10: El aporte de gametos para terceros reviste carácter anónimo y confiden-
cial. Los Centros Médicos autorizados deberán elaborar un legajo con los datos de
identidad del o la aportante, incluyendo la información de carácter médico que surja
del estudio clínico a que refiere el artículo 6, dejando constancia de los anteceden-
tes clínicos familiares que, bajo el modo de declaración jurada, informe el o la
aportante.

El legajo del o la aportante reviste carácter confidencial. Este legajo podrá confec-
cionarse en soporte magnético siempre que se arbitren todos los medios que ase-
guren la preservación de su integridad, autenticidad, inalterabilidad, perdurabilidad y

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recuperabilidad de los datos contenidos en el mismo, debiendo adoptarse el uso de
accesos restringidos con claves de identificación, medios no reescribibles de alma-
cenamiento, control de modificación de campos o cualquier otra técnica idónea pa-
ra asegurar su integridad y confidencialidad. El Centro Médico autorizado debe con-
servar el Legajo por un período de treinta (30) años.

Del legajo se remitirá copia en soporte magnético al Registro Único de Centros Mé-
dicos Autorizados y Aportantes de Gametos, observando lo dispuesto en el Artículo
28 de esta Ley.

El Centro Médico autorizado no podrá, en ningún caso, revelar a la persona o pareja


beneficiaria de las Técnicas de Reproducción Humana Asistida la identidad del
aportante de los gametos.

Capítulo V: De las Técnicas de Reproducción Humana Asistida

Artículo 11: El Centro Médico autorizado interviniente en la Técnica de Reproducción


Humana Asistida podrá inseminar el número de ovocitos que considere pertinente de
acuerdo a las circunstancias particulares de la paciente. También prevalecerá el cri-
terio médico en el caso de transferencia intratubárica de gametos o de zigotos.

En el caso de transferencia de embriones, se deberán implantar todos los embriones


que se hubieren conformado que revistan el carácter de viables, luego de realizar el
diagnóstico genético preimplantatorio.

Título III: Crioconservación de gametos. Regulación

Capítulo I: Del Método y el Plazo

Artículo 12: Los gametos deberán conservarse únicamente en los Centros Médicos
autorizados, mediante las técnicas existentes o las que permitan en el futuro los
avances técnicos científicos, previa homologación de la Autoridad de Aplicación.

Artículo 13: En los Centros Médicos autorizados sólo podrán conservarse gametos
femeninos -ovocitos- y gametos masculinos – espermatozoides-. A partir de la
sanción de la presente ley se prohíbe la crioconservación de embriones humanos.

Artículo 14: Cuando se trate de gametos aportados por terceros, transcurridos cinco
(5) años desde el momento en que se haya realizado el aporte sin que mediare res-
cisión del contrato o requerimiento del material genético por parte del o la aportante
en los términos del Artículo 8 de esta Ley, y no hubiesen sido utilizados para efec-
tuar Técnicas de Reproducción Humana Asistida, deberán ser descartados.

Artículo 15: En caso de crioconservación de gametos obtenidos de quienes se


constituyan como beneficiarios de Técnicas de Reproducción Humana Asistida,
transcurridos cinco (5) años desde la obtención del material genético, deberá ser
descartado.

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Exceptúese de lo previsto en el párrafo anterior a aquellas personas o parejas bene-
ficiarias de Técnicas de Reproducción Humana Asistida que manifestaren de modo
expreso, y previo al vencimiento del plazo, la decisión de crioconservar su material
genético para someterse a un procedimiento en el futuro. El plazo es prorrogable por
dos (2) años. A su vencimiento, si la persona o la pareja no hubiese utilizado sus
gametos, deberán ser descartados.

Capítulo II: De la donación de gametos

Artículo 16: En los casos de personas o parejas que se hubieren sometido a un pro-
cedimiento de extracción de gametos para luego dar inicio a la realización de Técni-
cas de Reproducción Humana Asistida, pero que luego de ello decidieren no efec-
tuarla, podrán donar sus gametos a los Centros Médicos autorizados, siempre que
cumplieren con el requisito previsto en el Artículo 5 de esta Ley.

Las personas o parejas que donaren sus gametos en los términos del párrafo ante-
rior quedarán sometidos al mismo régimen de los aportantes de gametos para ter-
ceros.

Capítulo III: Prohibición

Artículo 17: A partir de la sanción de la presente Ley, se prohíbe:

a.- La comercialización de embriones.


b.- La comercialización de gametos crioconservados.
c.- La utilización de embriones para la experimentación.

Exceptúese de lo previsto en el inciso c) de este artículo las técnicas para obtener


un diagnóstico genético preimplantatorio, a los fines de determinar la viabilidad del
embrión a implantar.

De la Filiación

Capítulo I: Principios Generales

Artículo 18: Las personas nacidas mediante el uso de Técnicas de Reproducción


Humana Asistida son hijos de la mujer que los diera a luz y del hombre o de la mujer
que ha prestado su consentimiento previo, informado y libre, independientemente de
que los gametos hayan sido aportados por terceros, debiendo hacer constar dicha
circunstancia en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas.

Artículos 19: Las personas nacidas mediante Técnicas de Reproducción Humana


Asistida con la utilización de gametos aportados por terceros, en ningún caso podrán
reclamar a los aportantes derechos vinculados a la filiación, no generándose vínculo
jurídico alguno entre ellos, excepto a los fines de los impedimentos matrimoniales en
los mismos términos que la adopción plena.

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Los aportantes de gametos para terceros en ningún caso podrán reclamar derechos
vinculados a la filiación respecto de los nacidos mediante Técnicas de Reproducción
Humana Asistida con la utilización de gametos aportados por ellos.

¿Existen requisitos de estado civil u orientación sexual?

Nadie podrá encontrarse limitado o impedido a realizarse un embarazo a través de


estos medios debido a su orientación sexual o estado civil en el que se encuentre.

Por otro lado, el mismo artículo contempla la situación de quien, por causa de algún
problema de salud o por tratamientos médicos o intervenciones quirúrgicas, pueda
ver comprometida su capacidad de procrear en el futuro, incluso siendo menor de
edad, podrá acceder a los servicios de guarda de gametos o tejidos reproductivos.

Debemos detenernos en un análisis respecto de los puntos más controversiales de


esta Ley especial prevista justamente para proteger y velar la última parte del artículo
19.

Lo fundamental a considerar aquí es, justamente aquello que no se considera,


aquello que se pasa por alto, que no se está regulando. Somos conscientes que el
derecho se establece para regular las relaciones humanas, y que éste es el que se
subordina al hombre, y no al revés. Atendiendo esto, sería lógico considerar opor-
tuno un ordenamiento jurídico que regule aspectos de la vida del hombre, que por el
contexto histórico al momento de su sanción, no se pudieron prever. Dicho esto, es
dable considerar que el Proyecto de Reforma reglaba sobre una realidad que hasta
ahora pudo ser evadida, pero que de ahora en más sería imposible pasar por alto.
Ahora bien, sí resulta cierto que este artículo 19 realiza un gran avance con respecto
a considerar como persona a aquellos embriones que ya se encuentran implantados
en el seno materno, pero, al mismo tiempo, deja al arbitrio de las leyes especiales
la protección jurídica y todas las consecuencias que ello implica sobre los embriones
no implantados.

Debemos tener claro que la falta de reconocimiento de la personalidad de los em-


briones tiene graves consecuencias, entre ellas la vulnerabilidad a su vida e integri-
dad. Es decir, si el espíritu de la Reforma versa en la necesidad social de eliminar el
caos legislativo en el que vivimos por, justamente, carecer de reglas que recae sobre
la cruda realidad social, es ilógico que ese mismo Proyecto de Reforma que, supo-
nemos, intenta subsanar una realidad para eliminar ese caos, sea el mismo que ge-
nere uno nuevo por ello que deja de regular y que lo deja librado a una Ley especial
que es incompleta y que se encuentra en conflicto con Tratados Internacionales de
jerarquía Constitucional, tal es el caso de impedir a los nacidos mediante técnicas
de reproducción asistida a conocer su origen natural.

Por otra parte si bien la Ley especial prohíbe en su art 13 la conservación de em-
briones y el artículo 57 del mismo Proyecto prohíbe expresamente alterar la constitu-
ción genética de la descendencia, con excepción de prevenir o tener predisposición
a enfermedades genéticas, no aseguran que el uso de embriones no implantados
sean utilizados para experimentos sin la necesidad de que sean crio-conservados.

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Así mismo tanto el Proyecto de Código Civil como la Ley especial otorgan la posibi-
lidad de la revocación del consentimiento antes de haberse producido la implanta-
ción, en virtud de ello se admitiría la eliminación deliberada de embriones humanos
concebidos no implantados, lo que constituiría una forma de aborto.

Con todo lo precedente de soporte, concluimos que la Ley y el proyecto de Código


Civil en su última parte del artículo 19, desconocía la realidad ontológica del em-
brión. De ello deviene un tratamiento improcedente del reconocimiento y respeto
manifestado a la vida humana. La falta de regulación sobre el íntegro cuidado de los
embriones no implantados, legitima no sólo la manipulación sino que autoriza ade-
más su eliminación, conduciendo a diferentes formas abortivas que intentan ser di-
simuladas. Todo ello acontece en franca oposición a las normas contenidas por
nuestra Constitución Nacional, Tratados Internacionales, legislación nacional y local
que reconocen y tutelan el valor y la dignidad que la vida humana posee, privilegián-
dola sobre el resto de los bienes jurídicos protegidos por nuestro ordenamiento. So-
bre ellos haremos mención a continuación.

Fundamentos esgrimidos por parte de la comisión elaboradora del Proyecto de Re-


forma

EXISTENCIA DE LA PERSONA

Sostiene la comisión Reformadora que el Nuevo Código Civil y Comercial mantiene


la tradición argentina en el sentido de que la existencia de la persona comienza des-
de la concepción en el seno materno.

En el caso de técnicas de reproducción humana asistida, comienza con la implanta-


ción del embrión en la mujer. De esta manera se da solución a numerosos casos de
parejas que utilizan estos métodos y que hoy tienen muchas dificultades.

No es competencia del Derecho Civil la regulación del aborto. No se ocupa del esta-
tus de la persona sino de lo que sucede cuando un niño nace y sus efectos familia-
res, patrimoniales, sucesorios. Por eso, se regulan los efectos de la concepción en
el seno materno y del embrión implantado, porque en esos casos nace un niño. En
cambio, en el embrión no implantado no nace un niño y no se producen efectos.
Eso no quiere decir que no pueda ser protegido por una ley especial, que es lo que
se propone.

Nos hagamos entonces las siguientes preguntas...

¿Por qué se desconocía esta realidad biológica?

De este modo, la definición del inicio de la persona en el proyecto de Código Civil


no está redactada pensando en el ser humano en sí, sino como mero recurso legi-
timador de prácticas que se consideran una realidad inevitable.

Creemos que así no se encara el tema con la objetividad que merece, objetividad
que debiera permitir la posibilidad de considerar la realidad, en toda su complejidad,
para poder tomar una decisión que sea lo más justa posible. Por el contrario, se

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revela una cierta tendencia a acomodar la realidad de la persona humana a través
del lenguaje, de modo que el status que se vaya a imponer al embrión no obstaculi-
ce determinadas prácticas biotecnocientíficas.

Por otra parte, cabe acotar que aún si considerásemos a la noción jurídica de per-
sona como una herramienta en manos del legislador para acomodarla en función de
ciertos intereses, tendríamos que tomar en cuenta que la cuestión del inicio de la
vida en un código civil excede en mucho el problema de la crio-preservación. De
hecho, hoy la experimentación sobre embriones humanos para la obtención de cé-
lulas estaminales es uno de los grandes problemas jurídicos, que a su vez involucra
otras temáticas como el patentamiento de esas biotecnologías, la utilización de fon-
dos públicos, la licitud de la clonación y otros experimentos. De modo que, para
una mayor transparencia, podemos decir que todos estos tópicos están subyacentes
a la cuestión del inicio de la vida y que por tanto no se circunscribe el debate al te-
ma de la criopreservación de embriones. Como veremos luego, tendríamos que dis-
cutir a fondo qué intereses deberían guiar la regulación civil y en este punto adverti-
mos que Europa se enmarca en una tendencia contraria, por ejemplo, al patenta-
miento de las invenciones basadas en la destrucción de embriones humanos en ra-
zón de la dignidad humana.

Establecer el inicio de la vida en un momento distinto al de la concepción presenta


las siguientes consecuencias:

a) Permite la manipulación genética de embriones. Lo que la manipulación genética


permite es modificar la información y el caudal genético de la especie. Si bien
podría utilizarse para beneficio de la humanidad, permitiendo entre otras cosas, la
curación de enfermedades, al realizarse sobre embriones humanos se estaría
“fabricando” hombres de laboratorio. En otras palabras, mediante estas técnicas
se podría gestar un niño con las características físicas que sus padres desean.
Así, se podría fabricar un niño superdotado, sin ninguna enfermedad, o bien un
niño que traiga la cura a enfermedades de otras personas y muchas cosas más,
que hacen ver al hombre como una máquina, como un instrumento de laboratorio
o un objeto.
b) Admite la realización de las “técnicas de reproducción humana asistida”. Para
que las TRA sean exitosas (esto es, permitan que una mujer quede encinta y lleve
a término su embarazo), varios son los embriones que se obtienen en el laborato-
rio de los cuales sólo algunos son transferidos a la mujer gestante. Por lo tanto,
considerar que la vida comienza desde la concepción presenta el inconveniente
de qué hacer con los embriones no implantados dado que también son personas.
c) Permite la experimentación sobre embriones humanos para la obtención de célu-
las estaminales.
d) Autoriza el aborto de embriones humanos.
e) Crea un mercado de gametos e incluso de embriones, con la consiguiente cosifi-
cación de la persona y la inaceptable comercialización del cuerpo humano.

Como se puede apreciar, cuestiones económicas, políticas e ideológicas inspiran la


aceptación del inicio de la vida en una etapa posterior a la concepción, lo cual ca-
rece de todo sentido. Es competencia de la ciencia biológica, la embriología y la

13
genética en particular determinar cuándo un ser humano deviene a la existencia y
ello ha sido claramente reconocido en la concepción.

¡Toda vida humana merece protección!

La embriología describe el momento del inicio de la vida humana en la concepción.


A partir de la unión del gameto femenino (ovocito) y el masculino (espermatozoide)
se inicia la vida humana, totalmente presente y capaz de dirigir su desarrollo hasta el
momento de su muerte. Este dato científico no puede ser desconocido por las le-
yes, las cuales han de legislar en base a la realidad biológica y ontológica descripta,
sin hacer distinciones donde la naturaleza no las hace.

Es cierto que hasta hace algunos años no todas las vidas humanas eran respetadas.
Así, algunos Estados negaron a ciertos grupos de personas su carácter de tales en
función de su color de piel o de la religión que profesaban. Por ejemplo, “en la Ca-
nada Indian Act de 1880 se sostenía que ‘persona significa un individuo distinto a un
indio’. En la Canada Franchise Act 1885 se definía una persona como ‘una persona
masculina incluyendo a un indio y excluyendo a una persona de raza de Mongolia o
China’. En 1912, la Corte de Apelaciones de Columbia Británica sostuvo que las
mujeres no eran personas y por tanto no eran elegibles para entrar en la profesión
legal. En 1928 la Corte Suprema de Canadá excluyó a las mujeres de la definición
de persona y sostuvo que las mujeres no eran elegibles para una designación en
Senado de Canadá”.

Hoy en día, tales legislaciones resultan inconcebibles. Mas, considerar que los em-
briones no implantados no son seres humanos, a la luz de la ciencia actual, merece
la misma crítica.

¿Qué dice la Academia Nacional de Medicina sobre el inicio de la vida?

En el Plenario Académico realizado el 30 de septiembre de 2010, la Academia Na-


cional de Medicina considera:

1) Que el niño por nacer, científica y biológicamente es un ser humano cuya exis-
tencia comienza al momento de su concepción. Desde el punto de vista jurídico
es un sujeto de derecho como lo reconoce la Constitución Nacional, los tratados
internacionales anexos y los distintos códigos nacionales y provinciales de nuestro
país.
2) Que destruir a un embrión humano significa impedir el nacimiento de un ser hu-
mano.
3) Que el pensamiento médico a partir de la ética hipocrática ha defendido la vida
humana como condición inalienable desde la concepción. Por lo que la Acade-
mia Nacional de Medicina hace un llamado a todos los médicos del país a man-
tener la fidelidad a la que un día se comprometieron bajo juramento.
4) Que el derecho a la “objeción de conciencia” implica no ser obligado a realizar
acciones que contrarían convicciones éticas o religiosas del individuo (Art.14, 19
y concordantes de la Constitución Nacional).

14
¿Qué dice la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia sobre este tema?

a) “Sánchez, Elvira Berta c/Mº J y DD HH – art. 6 ley 24.411 (RESOL 409/01)” 22-05-
2007 (T. 330, P. 2304):“El derecho a la vida es el primer derecho natural de la per-
sona humana, preexistente a toda legislación positiva, y resulta garantizado por la
Constitución Nacional, derecho presente desde el momento de la concepción, re-
afirmado con la incorporación de tratados internacionales con jerarquía constitucio-
nal (Voto de los Dres. Elena I. Highton de Nolasco y E. Raúl Zaffaroni).”
b) “Madorrán, Marta Cristina c/Administración Nacional de Aduanas s/reincorpora-
ción” 03-05-2007 (T. 330, P.1989): “El principio de hermenéutica jurídica in du-
bio pro justitia socialis tiene categoría constitucional pues las leyes deben ser in-
terpretadas a favor de quienes al serles aplicadas con este sentido consiguen o
tienden a alcanzar el bienestar, esto es, las condiciones de vida mediante las
cuales es posible a la persona humana desarrollarse conforme a su excelsa dig-
nidad”.

“Mosqueda, Sergio c/Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pen-


sionados” 07-11-2006 (T. 329, P. 4918): “El derecho a la salud, máxime cuando se
trata de enfermedades graves, está íntimamente relacionado con el derecho a la
vida, siendo éste el primer derecho de la persona humana que resulta reconocido y
garantizado por la Constitución Nacional; el hombre es el eje y centro de todo el sis-
tema jurídico y en tanto fin en sí mismo -más allá de su naturaleza trascendente- su
persona es inviolable y constituye un valor fundamental, con respecto al cual los
restantes valores tienen siempre carácter instrumenta”.

¿El derecho otorga o reconoce la personalidad jurídica?

Hoy en día es común pensar que lo que alguien quiere o desea es su derecho y por
lo tanto debe ser reconocido y respetado por toda la sociedad. Este pensamiento es
falaz. Las cosas son buenas porque están en relación con su esencia, son ontológi-
camente buenas. Al tener la ley como finalidad el ordenamiento de los hombres ha-
cia el bien común, sólo puede reconocerse como derechos aquellas cosas que en
su “ser” son buenas.

La vida humana constituye un bien en sí, y, como tal, merece que las leyes la reco-
nozcan como un derecho inherente a todo ser humano, independiente de cualquier
etapa de desarrollo, funcionamiento o condición. El derecho no debe hacer distin-
ciones allí donde la ciencia de base (la biología) no las hace.

La Constitución Nacional

Hasta antes de la reforma del 94, se reconocía dentro de la enunciación del artículo
33 de nuestra Carta Magna el derecho a la vida como uno de los derechos implícitos
no enumerados. La Corte se había encargado de especificar que tal derecho debía
reconocerse desde la concepción. Tal problema desapareció luego de la reforma
con la incorporación en el artículo 75 inciso 22 de los tratados con jerarquía consti-
tucional. En ellos explícitamente se reconoce el derecho a la vida y a la personalidad
jurídica como a continuación se observa:

15
a) El art. 17 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del hombre
(1948): “Toda persona tiene derecho a que se le reconozca en cualquier parte
como sujeto de derechos y obligaciones, y a gozar de los derechos civiles fun-
damentales”;
b) El art. 16 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1996), que dis-
pone: “Todo ser humano tiene derecho en todas partes, al reconocimiento de su
personalidad jurídica”;
c) El art. 1.2 de la Convención Americana de Derechos Humanos (Pacto de San
José de Costa Rica, 1969), que reconoce que “persona es todo ser humano” y
que se complementa con el art. 3 que dice: “Toda persona tiene derecho al reco-
nocimiento de su personalidad jurídica”.

Incompatibilidades que guardaba el artículo 19 con otras partes del Proyecto

La distinción propuesta en el artículo 19 no guardaba coherencia con otras normas


incorporadas en el proyecto. Así:

a) “ARTÍCULO 17.- Derechos sobre el cuerpo humano. Los derechos sobre el cuer-
po humano o sus partes notienen un valor económico, sino afectivo, terapéutico,
científico, humanitario o social, y sólo pueden ser disponibles por su titular cuan-
do se configure alguno de esos valores y según lo dispongan leyes especiales”.
Bajo esta disposición podríamos considerar que los embriones no implantados
son un “cuerpo humano” y siendo que “tradicionalmente se ha considerado que el
cuerpo es soporte de la noción de persona” ninguna duda cabe de que los em-
briones no implantados son seres humanos.
b) “ARTÍCULO 20.- Duración del embarazo. Época de la concepción. Época de la
concepción es el lapsoentre el máximo y el mínimo fijados para la duración del
embarazo. Se presume, excepto prueba en contrario, que el máximo de tiempo
del embarazo es de TRESCIENTOS (300) días y el mínimo de CIENTO OCHENTA
(180), excluyendo el día del nacimiento”.

Aquí se habla sólo de concepción, omitiendo toda referencia a las técnicas de re-
producción artificial o el proceso de implantación. En consecuencia, cabe pregun-
tarse si esta norma es aplicable a todos los niños o si aquellos nacidos mediante las
TRA debe probar la duración del embarazo de otra manera.

Asimismo, el artículo 19 de proyecto inicial en análisis resulta incompatible con el


fundamento de la “Constitucionalización del derecho privado” esbozado para la re-
dacción de este nuevo código. En efecto, bajo este título se lee lo siguiente:

“La mayoría de los códigos existentes se basan en una división tajante entre el dere-
cho público y privado. El Anteproyecto, en cambio, toma muy en cuenta los tratados
en general, en particular los de Derechos Humanos, y los derechos reconocidos en
todo el bloque de constitucionalidad. En este aspecto innova profundamente al re-
ceptar la constitucionalización del derecho privado, y establece una comunidad de
principios entre la Constitución, el derecho público y el derecho privado, amplia-
mente reclamada por la mayoría de la doctrina jurídica argentina. Esta decisión se
ve claramente en casi todos los campos: la protección de la persona humana a tra-
vés de los derechos fundamentales, los derechos de incidencia colectiva, la tutela

16
del niño, de las personas con capacidades diferentes, de la mujer, de los consumi-
dores, de los bienes ambientales y muchos otros aspectos. Puede afirmarse que
existe una reconstrucción de la coherencia del sistema de derechos humanos con el
derecho privado”.

Pues bien, el mismo texto de los fundamentos del proyecto 2012 dice párrafos más
abajo que la principal institución-noción-figura jurídica del código, la persona hu-
mana, sólo se regula a los fines del código y sin proyección sobre otros ordena-
mientos. Una clara y tajante división, incompatible con el declamado principio de
constitucionalización del derecho privado.

¿Sabía que...

- A nivel mundial no existe ningún ordenamiento jurídico que prevea un doble régi-
men para el inicio de la vida? Asimismo, ningún otro país remite a una ley espe-
cial para regular la situación de los embriones no implantados.
- La tendencia mayoritaria de la doctrina civilista es reconocer el comienzo de la
existencia de la persona desde la concepción?
- El reconocimiento de la personalidad del embrión se inscribe en una tradición jurí-
dica que se remonta al derecho romano donde se había acuñado el adagio “na-
citurus pro iam nato haetur (al por nacer se lo tiene por nacido)? Entonces, si los
romanos pudieron ver esta realidad, ¿por qué nosotros hemos de desconocerla?
- Los embriones no implantados se han convertido en un codiciado material biológi-
co?
- La norma del artículo 19 resulta arbitraria y discriminadora?
- El proyecto no brindaba ninguna solución a los embriones crioconservados en ca-
so de divorcio, separación, abandono o muerte de sus padres? Asimismo, nada
se dice sobre el caso de varios nacimientos en un mismo parto.
- El término “pre embrión” fue acuñado por científicos ingleses para justificar la ex-
perimentación con embriones humanos, pero no es aceptado por la mayoría de
la comunidad científica?

Artículo 19° de Código Civil y Comercial finalmente promulgado

Es por todas las razones expuestas que finalmente se terminó modificando el artícu-
lo objeto de análisis, el que quedó redactado de la siguiente forma:

“La existencia de la persona humana comienza con la concepción”

Reemplazar el artículo 21 por el siguiente: “Nacimiento con vida. Los derechos y


obligaciones patrimoniales del concebido quedan irrevocablemente adquiridos si
nace con vida. Si no nace con vida, se considera que la persona nunca existió. El
nacimiento con vida se presume”.

Reemplazar el artículo 57 del proyecto por el siguiente: “ARTÍCULO 57.- Prácticas


prohibidas. Está prohibida la práctica destinada a producir una alteración genética
del embrión que se le transmita a su descendencia”. Entendemos que para ser más
claro debió agregar además que “También está prohibida la utilización de embriones
humanos con fines comerciales o de investigación”.

17
CAPACIDAD

Los arts. 22 y 23 definen capacidad de derecho y de ejercicio (antes denominada de


hecho).

ARTÍCULO 22.- Capacidad de derecho. Toda persona humana goza de la aptitud


para ser titular de derechos y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta
capacidad respecto de hechos, simples actos, o actos jurídicos determinados.

ARTÍCULO 23.- Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí
misma sus derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este Códi-
go y en una sentencia judicial.

ARTÍCULO 24.- Personas incapaces de ejercicio. Son incapaces de ejercicio:

a.- la persona por nacer;


b.- la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el
alcance dispuesto en la Sección 2ª de este Capítulo;
c.- la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en
esa decisión.

Persona menor de edad

ARTÍCULO 25.- Menor de edad y adolescente. Menor de edad es la persona que no


ha cumplido dieciocho años.

Este Código denomina adolescente a la persona menor de edad que cumplió trece
años.

ARTÍCULO 26.- Ejercicio de los derechos por la persona menor de edad. La persona
menor de edad ejerce sus derechos a través de sus representantes legales.

No obstante, la que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer
por sí los actos que le son permitidos por el ordenamiento jurídico. En situaciones
de conflicto de intereses con sus representantes legales, puede intervenir con asis-
tencia letrada.

La persona menor de edad tiene derecho a ser oída en todo proceso judicial que le
concierne así como a participar en las decisiones sobre su persona.

Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para decidir
por sí respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen
su estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o integridad física.

Si se trata de tratamientos invasivos que comprometen su estado de salud o está en


riesgo la integridad o la vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con la
asistencia de sus progenitores; el conflicto entre ambos se resuelve teniendo en
cuenta su interés superior, sobre la base de la opinión médica respecto a las conse-
cuencias de la realización o no del acto médico.

18
A partir de los dieciséis años el adolescente es considerado como un adulto para las
decisiones atinentes al cuidado de su propio cuerpo.

ARTÍCULO 27.- Emancipación. La celebración del matrimonio antes de los dieci-


ocho años emancipa a la persona menor de edad.

La persona emancipada goza de plena capacidad de ejercicio con las limitaciones


previstas en este Código.

La emancipación es irrevocable. La nulidad del matrimonio no deja sin efecto la


emancipación, excepto respecto del cónyuge de mala fe para quien cesa a partir del
día en que la sentencia pasa en autoridad de cosa juzgada.

Si algo es debido a la persona menor de edad con cláusula de no poder percibirlo


hasta la mayoría de edad, la emancipación no altera la obligación ni el tiempo de su
exigibilidad.

ARTÍCULO 28.- Actos prohibidos a la persona emancipada. La persona emancipada


no puede, ni con autorización judicial:

a.- aprobar las cuentas de sus tutores y darles finiquito;


b.- hacer donación de bienes que hubiese recibido a título gratuito;
c.- afianzar obligaciones.

ARTÍCULO 29.- Actos sujetos a autorización judicial. El emancipado requiere autori-


zación judicial para disponer de los bienes recibidos a título gratuito. La autorización
debe ser otorgada cuando el acto sea de toda necesidad o de ventaja evidente.

MATRIMONIO

El matrimonio y la familia constituyen un bien social toda vez que una sociedad más
humana exige el reconocimiento y tutela convergente de los derechos humanos y de
los derechos de familia.

No basta hoy reconocer derechos fundamentales al hombre concibiéndolo como un


individuo aislado, porque este individualismo lo reduce y con esta reducción se em-
pobrece también el reconocimiento de sus derechos fundamentales. La verdad del
hombre, en cuanto persona, es que, antes de ser ciudadano es un ser familiar, hijo,
padre, esposo, hermano, es decir una identidad articulada en relación familiar con
otras personas.

Hoy más que nunca se hace necesario revalorizar la importancia que tienen las rela-
ciones familiares para el desarrollo pleno del ser humano y de la sociedad misma.

Al contraer matrimonio los cónyuges se comprometen frente a ellos mismos y frente


a la sociedad obligándose efectivamente por los deberes adquiridos por su estado
de familia. El régimen del matrimonio se vio irrevocablemente modificado por la
sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario en el año 2010 la que dejó sin efecto las
distinciones de género para la celebración de la unión en matrimonio. Con la refor-

19
ma, se incorporará la posibilidad de optar entre el régimen de comunidad de ganan-
cias (único existente en la actualidad) y el régimen de separación de bienes, a tra-
vés de acuerdos prenupciales.

Por lo expuesto, es imperativo sostener las causales subjetivas de separación per-


sonal y divorcio vincular comprendidas en los artículos 202 y concordantes. Al res-
pecto, cabe apuntar que el estado de familia de casado implica la asunción de una
serie de obligaciones que hacen a los fines estratégicos del Estado y que deben ser
revalorizadas en atención a su importancia respecto del desarrollo pleno e integral
de los contrayentes, de los hijos que serán futuros ciudadanos, de la familia toda y
en definitiva de la sociedad misma.

CASAMIENTO

Se incorporan al Código las modificaciones realizadas por la ley de matrimonio


igualitario. Los conceptos de hombre y mujer son reemplazados por "contrayentes".
La edad mínima para casarse será de 18 años, tanto para hombres como para mu-
jeres, modificación que ya rige desde 2009, por ley, en este mismo sentido se man-
tiene las modificaciones introducidas por la denominada Ley de Matrimonio Igualita-
rio que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Conforme lo sostiene el Nuevo Código Civil la fidelidad dejará de ser un deber con-
yugal y el adulterio ya no existirá en términos jurídicos como causa de divorcio. Los
cónyuges ya no se deberán fidelidad, sino asistencia y alimentos. Tampoco estarán
obligados a vivir bajo un mismo techo. También desaparecerá el texto "los cónyuges
deben respetarse".

Señor o señora de, cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del
otro, con la preposición "de" o sin ella, dice el texto.

Los novios y las promesas de amor no existen para la ley. "Este Código no reconoce
esponsales de futuro. No hay acción para exigir el cumplimiento de la promesa de
matrimonio ni para reclamar los daños y perjuicios causados por la ruptura", señala
el texto.

Si no hay casamiento, hay que devolver los regalos. "Las donaciones hechas por
terceros a uno de los novios, o a ambos, o por uno de los novios al otro, en consi-
deración al matrimonio futuro, llevan implícita la condición de que se celebre matri-
monio válido."

Fundamentos de la comisión elaboradora

Se mantiene el matrimonio entre personas de distinto o igual sexto, y se reconoce la


igualdad de derechos entre sus integrantes.

Los esposos se comprometen a desarrollar un proyecto de vida en común basado


en la cooperación y el deber moral de fidelidad. Deben prestarse asistencia recípro-
ca y se deben alimentos.

20
ACUERDOS PRENUPCIALES

Dispone el Nuevo Código Civil, que las personas que deciden casarse podrán firmar
un acuerdo prenupcial para mantener separados sus bienes y no tener que compartir
su patrimonio con su cónyuge, algo que hasta hoy no está permitido por la ley. Sin
embargo, estos acuerdos tendrán sus límites: sólo se podrán firmar antes del ma-
trimonio y no como ocurre en Uruguay, donde se permiten los acuerdos posmatri-
moniales. Los matrimonios ya existentes seguirán obligados a compartir el 50% de
sus bienes gananciales.

Un inventario de aportes.

El acuerdo prenupcial se puede modificar tras un año de la firma del acuerdo. Tam-
bién, antes de casarse, la pareja podrá firmar una "convención matrimonial", que
implica registrar ante un escribano "la designación y avalúo de los bienes que cada
uno lleva al matrimonio; la enunciación de las deudas; las donaciones que se hagan
entre ellos". Esto implica que cada una de las partes sale de la relación con lo mis-
mo con lo que entró y que hizo constar en la convención.

Lo mío es mío. Pero, además, se podrá optar por los distintos regímenes matrimo-
niales en relación con la división de bienes gananciales obtenidos durante el matri-
monio. Esto es, sociedad conyugal tradicional o separación de bienes.

"Esta reforma va a beneficiar al matrimonio, sin lugar a dudas. Casarse será la ma-
nera de establecer un acuerdo sobre qué le corresponde a cada uno. Se podrá optar
por una sociedad conyugal tradicional, en la que se dividen en partes iguales los
bienes o por una en la que cada uno preserva y sigue siendo dueño de lo que gana.

Fundamentos de la Comisión elaboradora del Proyecto

Antes de la celebración del matrimonio los futuros cónyuges pueden hacer conven-
ciones para determinar el valor de los bienes que tienen, de sus deudas, de las do-
naciones que hagan entre ellos y optar por alguno de los regímenes matrimoniales
previstos. Se debe hacer en escritura pública y tiene ciertos límites, como la protec-
ción de los alimentos o la vivienda familiar.

Pueden convenir la separación de sus bienes, y que cada uno conserve la adminis-
tración y disposición de lo que tiene. Si no hay convenio, se aplica el régimen de
comunidad, que distingue entre los bienes propios y gananciales.

Convenciones matrimoniales

ARTÍCULO 446.- Objeto. Antes de la celebración del matrimonio los futuros cónyu-
ges pueden hacer convenciones que tengan únicamente los objetos siguientes:

a.- la designación y avalúo de los bienes que cada uno lleva al matrimonio;
b.- la enunciación de las deudas;
c.- las donaciones que se hagan entre ellos;

21
d.- la opción que hagan por alguno de los regímenes patrimoniales previstos en
este Código.

ARTÍCULO 447.- Nulidad de otros acuerdos. Toda convención entre los futuros cón-
yuges sobre cualquier otro objeto relativo a su patrimonio es de ningún valor.

ARTÍCULO 448.- Forma. Las convenciones matrimoniales deben ser hechas por
escritura pública antes de la celebración del matrimonio, y sólo producen efectos a
partir de esa celebración y en tanto el matrimonio no sea anulado. Pueden ser mo-
dificadas antes del matrimonio, mediante un acto otorgado también por escritura
pública. Para que la opción del artículo 446 inciso d), produzca efectos respecto de
terceros, debe anotarse marginalmente en el acta de matrimonio.

ARTÍCULO 449.- Modificación de régimen. Después de la celebración del matrimo-


nio, el régimen patrimonial puede modificarse por convención de los cónyuges.

Esta convención puede ser otorgada después de un año de aplicación del régimen
patrimonial, convencional o legal, mediante escritura pública. Para que el cambio de
régimen produzca efectos respecto de terceros, debe anotarse marginalmente en el
acta de matrimonio.

Los acreedores anteriores al cambio de régimen que sufran perjuicios por tal motivo
pueden hacerlo declarar inoponible a ellos en el término de un año a contar desde
que lo conocieron.

ARTÍCULO 450.- Personas menores de edad. Las personas menores de edad auto-
rizadas judicialmente para casarse no pueden hacer donaciones en la convención
matrimonial ni ejercer la opción prevista en el artículo 446 inciso d).

NOMBRE Y APELLIDO (Cónyuges e Hijos)

Conforme lo dispone el Nuevo Código, a la hora de inscribir a su hijo, los padres


podrán ponerle hasta tres nombres e inscribirlos con el apellido de uno de ellos o
con ambos, en el orden que quieran. El texto ya no habla de padres y madres, sino
de "relaciones filiatorias", y establece que nadie puede tener más de dos. También
aclara: "Todos los hijos de un mismo matrimonio deben llevar el apellido y la inte-
gración compuesta que se hubiera decidido para el primero de los hijos". En caso
de no ponerse de acuerdo los padres sobre el nombre, se decidirá mediante un sor-
teo en el Registro Civil.

Con respecto de los apellidos de los cónyuges, la nueva legislación dispone que
cualquiera de los cónyuges podrán optar por llevar el apellido del otro con la prepo-
sición “de”.

Fundamento de la comisión elaboradora del proyecto

El Código Civil y Comercial da más libertad para las personas con relación al nom-
bre.

22
Se reconoce la posibilidad de inscribir nombres aborígenes o derivados de voces
aborígenes autóctonas y latinoamericanas.

El hijo lleva el primer apellido de alguno de los cónyuges; en caso de no haber


acuerdo, se determina por sorteo realizado en el Registro del Estado Civil y Capaci-
dad de las Personas. A pedido de los padres o del interesado con edad y madurez
suficiente, se puede agregar el apellido del otro.

Todos los hijos de un mismo matrimonio deben llevar el apellido y la integración


compuesta que se haya decidido para el primero de los hijos.

El hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial lleva el apellido de ese progenitor.
Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la preposi-
ción “de” o sin ella.

El cambio de prenombre o apellido sólo procede si existen justos motivos a criterio


del juez.

Veamos algunos artículos trascendentes;

ARTÍCULO 65.- Apellido de persona menor de edad sin filiación determinada. La


persona menor de edad sin filiación determinada debe ser anotada por el oficial del
Registro del Estado Civil y Capacidad de las personas con el apellido que está
usando, o en su defecto, con un apellido común.

ARTÍCULO 66.- Casos especiales. La persona con edad y grado de madurez sufi-
ciente que carezca de apellido inscripto puede pedir la inscripción del que está
usando.

ARTÍCULO 67.- Cónyuges. Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el ape-
llido del otro, con la preposición “de” o sin ella.

La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar el


apellido del otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el juez la autorice a
conservarlo.

El cónyuge viudo puede seguir usando el apellido del otro cónyuge mientras no con-
traiga nuevas nupcias, ni constituya unión convivencial. LIBRO PRIMERO –

ARTÍCULO 68.- Nombre del hijo adoptivo. El nombre del hijo adoptivo se rige por lo
dispuesto en el Capítulo 5, Título VI del Libro Segundo de este Código.

ARTÍCULO 69.- Cambio de nombre. El cambio de prenombre o apellido sólo proce-


de si existen justos motivos a criterio del juez.

Se considera justo motivo, de acuerdo a las particularidades del caso, entre otros, a:

a.- el seudónimo, cuando hubiese adquirido notoriedad;


b.- la raigambre cultural, étnica o religiosa;

23
c.- la afectación de la personalidad de la persona interesada, cualquiera sea su
causa, siempre que se encuentre acreditada.

Se consideran justos motivos, y no requieren intervención judicial, el cambio de pre-


nombre por razón de identidad de género y el cambio de prenombre y apellido por
haber sido víctima de desaparición forzada, apropiación ilegal o alteración o supre-
sión del estado civil o de la identidad.

DIVORCIO

Las personas serán libres de casarse y de separarse cuando así lo quieran, sin tener
que demostrar a nadie por qué o quién tuvo culpa, y la pareja por disolverse ni si-
quiera tendrá que ponerse de acuerdo.

Desaparece la llamada causal objetiva, que implica que para dictar el divorcio deban
transcurrir tres años desde la separación.

Hoy, una separación legal implica un largo proceso que puede demandar años de
litigio. Básicamente para que el trámite sea rápido, (en unos tres meses), se requie-
re que dos personas que dejaron de amarse se pongan de acuerdo en algo: en ini-
ciar los trámites de divorcio porque ya no quieren estar juntos.

Alrededor de un 80% de los divorcios hoy se resuelven de común acuerdo, por con-
sejo de los abogados, para evitar largos procesos. Sin embargo, aquellos que no
logran ponerse de acuerdo se embarcan en un litigio sinfín.

Se facilitarán los trámites para solicitarlo; así, por ejemplo, se prevé establecer que
el divorcio pueda ser válido también con el único deseo de uno de los cónyuges; por
otra parte, el adulterio dejará de ser causal justa de divorcio es decir que a partir de
la reforma que impulsa el Gobierno, para divorciarse bastará con que uno de los dos
quiera.

Tras iniciar el trámite (que podría no llamarse juicio), completar los formularios de la
demanda y presentar una propuesta de división de bienes, alimentos y tenencia de
los hijos, luego de que la otra parte sea notificada y conteste, los jueces podrían
otorgar el divorcio.

Fundamentos de la Comisión elaboradora del Proyecto

El divorcio puede ser solicitado por uno o ambos cónyuges y no es necesario que
invoque ninguna causa. Debe acompañar una propuesta que regule las cuestiones
relativas a la atribución de la vivienda, la distribución de los bienes, y las eventuales
compensaciones económicas entre los cónyuges; al ejercicio de la responsabilidad
parental, en especial, la prestación alimentaria.

De esta manera, se termina con el divorcio por mutuo acuerdo que se ha desnatura-
lizado en la práctica judicial y con el divorcio con causas, que tiene efectos destruc-
tivos de la familia, en especial los hijos.

24
Se protege al cónyuge a quien el divorcio produce un desequilibrio manifiesto que
signifique un empeoramiento de su situación, reconociéndose el derecho a una
compensación.

Veamos algunas de las principales disposiciones de la nueva legislación...

Disolución del matrimonio

Causales

ARTÍCULO 435.- Causas de disolución del matrimonio. El matrimonio se disuelve


por:

a.- muerte de uno de los cónyuges;


b.- sentencia firme de ausencia con presunción de fallecimiento;
c.- divorcio declarado judicialmente.

Proceso de divorcio

ARTÍCULO 436.- Nulidad de la renuncia. Es nula la renuncia de cualquiera de los


cónyuges a la facultad de pedir el divorcio; el pacto o cláusula que restrinja la facul-
tad de solicitarlo se tiene por no escrito.

ARTÍCULO 437.- Divorcio. Legitimación. El divorcio se decreta judicialmente a peti-


ción de ambos o de uno solo de los cónyuges.

ARTÍCULO 438.- Requisitos y procedimiento del divorcio. Toda petición de divorcio


debe ser acompañada de una propuesta que regule los efectos derivados de éste; la
omisión de la propuesta impide dar trámite a la petición.

Si el divorcio es peticionado por uno solo de los cónyuges, el otro puede ofrecer una
propuesta reguladora distinta.

Al momento de formular las propuestas, las partes deben acompañar los elementos
en que se fundan; el juez puede ordenar, de oficio o a petición de las partes, que se
incorporen otros que se estiman pertinentes. Las propuestas deben ser evaluadas
por el juez, debiendo convocar a los cónyuges a una audiencia.

En ningún caso el desacuerdo en el convenio suspende el dictado de la sentencia de


divorcio.

Si existe desacuerdo sobre los efectos del divorcio, o si el convenio regulador perju-
dica de modo manifiesto los intereses de los integrantes del grupo familiar, las
cuestiones pendientes deben ser resueltas por el juez de conformidad con el proce-
dimiento previsto en la ley local.

25
Efectos del divorcio

ARTÍCULO 439.- Convenio regulador. Contenido. El convenio regulador debe conte-


ner las cuestiones relativas a la atribución de la vivienda, la distribución de los bie-
nes, y las eventuales compensaciones económicas entre los cónyuges; al ejercicio
de la responsabilidad parental, en especial, la prestación alimentaria; todo siempre
que se den los presupuestos fácticos contemplados en esta Sección, en consonan-
cia con lo establecido en este Título y en el Título VII de este Libro.

Lo dispuesto en el párrafo anterior no impide que se propongan otras cuestiones de


interés de los cónyuges.

ARTÍCULO 440.- Eficacia y modificación del convenio regulador. El juez puede exigir
que el obligado otorgue garantías reales o personales como requisito para la apro-
bación del convenio.

El convenio homologado o la decisión judicial pueden ser revisados si la situación se


ha modificado sustancialmente.

ARTÍCULO 441.- Compensación económica. El cónyuge a quien el divorcio produce


un desequilibrio manifiesto que signifique un empeoramiento de su situación y que
tiene por causa adecuada el vínculo matrimonial y su ruptura, tiene derecho a una
compensación. Esta puede consistir en una prestación única, en una renta por tiem-
po determinado o, excepcionalmente, por plazo indeterminado. Puede pagarse con
dinero, con el usufructo de determinados bienes o de cualquier otro modo que
acuerden las partes o decida el juez.

ARTÍCULO 442.- Fijación judicial de la compensación económica. Caducidad. A


falta de acuerdo de los cónyuges en el convenio regulador, el juez debe determinar
la procedencia y el monto de la compensación económica sobre la base de diversas
circunstancias, entre otras:

a.- el estado patrimonial de cada uno de los cónyuges al inicio y a la finalización de


la vida matrimonial;
b.- la dedicación que cada cónyuge brindó a la familia y a la crianza y educación
de los hijos durante la convivencia y la que debe prestar con posterioridad al di-
vorcio;
c.- la edad y el estado de salud de los cónyuges y de los hijos;
d.- la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo del cónyuge que
solicita la compensación económica;
e.- la colaboración prestada a las actividades mercantiles, industriales o profesio-
nales del otro cónyuge;
f.- la atribución de la vivienda familiar, y si recae sobre un bien ganancial, un bien
propio, o un inmueble arrendado. En este último caso, quién abona el canon lo-
cativo.

La acción para reclamar la compensación económica caduca a los seis meses de


haberse dictado la sentencia de divorcio.

26
ARTÍCULO 443.- Atribución del uso de la vivienda. Pautas. Uno de los cónyuges
puede pedir la atribución de la vivienda familiar, sea el inmueble propio de cualquie-
ra de los cónyuges o ganancial. El juez determina la procedencia, el plazo de dura-
ción y efectos del derecho sobre la base de las siguientes pautas, entre otras:

a.- la persona a quien se atribuye el cuidado de los hijos;


b.- la persona que está en situación económica más desventajosa para proveerse
de una vivienda por sus propios medios;
c.- el estado de salud y edad de los cónyuges;
d.- los intereses de otras personas que integran el grupo familiar.

Con la legislación vigente se dilata mucho el trámite de divorcio, a menos que haya
acuerdo entre las partes. Si no, quien desea separarse tiene dos opciones. Esperar
que pasen tres años de terminada la convivencia y exigir el divorcio por estar sepa-
rados de hecho, o presentar una demanda contra su pareja, probando que cometió
alguna falta a sus deberes. A esto se llama divorcio por culpa.

Luego, la justicia decide si el acusado es culpable. Si lo es, se sanciona el divorcio.


Caso contrario, los cónyuges siguen casados.

Para terminar con estas demoras y evitar que dos personas queden enlazadas con-
tra su voluntad, el nuevo Código elimina el divorcio por culpa y establece que cual-
quiera de los esposos puede romper el vínculo sin tener que probar nada. Es un
trámite sencillo, aunque requiere la presentación judicial de una propuesta con los
efectos que tendrá la separación.

El divorcio se concede automáticamente, pero si no hay acuerdo entre las partes en


cómo se resuelve la tenencia de los hijos y el reparto de los bienes, comienza una
disputa judicial.

En la actualidad, los bienes adquiridos por los esposos durante el matrimonio se


consideran gananciales, es decir, propiedad de ambos. Entonces, en caso de divor-
cio, se reparten en partes iguales.

“En cambio, el nuevo código permite firmar un pacto por el que los objetos adquiri-
dos durante el matrimonio siguen perteneciendo a quien los compre. Así, tras la se-
paración, cada uno se queda con lo suyo. Además se mantiene el sistema anterior
como opción, sin ser obligatorio”, cuenta el abogado y psicoanalista Osvaldo Or-
temberg.

El Nuevo Código permitirá que después del primer año de casados los cónyuges
cambien las reglas del reparto de bienes cuantas veces deseen. “Da una libertad
que antes no había”, agrega el psicoanalista.

¿Quién tiene la culpa del divorcio?

En ambos códigos los dos padres están obligados a pagar alimentos por los hijos
tras la separación. Pero es distinto lo que establecen para las parejas sin chicos.

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En principio, los esposos no se van a deber más alimentos tras la separación, y si
llegara a corresponderles algo no va a ser por la conducta que tuvieron durante el
matrimonio. Esto lleva a un resultado injusto, porque si el esposo fiel tiene más plata
no puede reclamarle nada al que no lo fue.

El cambio es positivo, porque podría evitar otra injusticia. “Hasta hoy, salvo excep-
ciones, sólo se pagan alimentos en caso de que haya conflicto y culpa, y no si la
separación es de común acuerdo. Con el nuevo código, el juez puede establecer
una compensación monetaria o el pago de alimentos para alguno de los dos, si en-
tiende que resultó perjudicado económicamente por el divorcio”.

El ejemplo más frecuente es el de las mujeres que renuncian a su carrera para ser
amas de casa y que se quedan sin nada tras la separación.

La eliminación de la culpa en el divorcio introduce uno de los aspectos más polémi-


cos del nuevo Código Civil y Comercial. Ya no es exigible legalmente que las parejas
sean fieles y vivan juntas. “Es muy de la época. ¿Por qué no van a tener la posibili-
dad de decidir si tienen libertad sexual?”.

¿Qué sentido tendría casarse?

Estamos legislando un matrimonio para el divorcio. Debilitamos los vínculos para que
haya una salida fácil y así creamos familias más débiles.

Así las cosas, es muy poco lo que distinguirá al matrimonio de una pareja que con-
vive sin estar casada, más aun parecieran ahora ser más las exigencias necesarias
para mantener una Unión Covivencial que las obligaciones de una pareja unida en
matrimonio, siendo una diferencia de fondo es que los novios no se heredan, y los
esposos sí.

El crecimiento de los divorcios es una realidad que precede al proyecto de reforma.


También la individualización de la sociedad.

El nuevo código facilitará que las personas rehagan su vida luego de la separación,
que tendrá una conflictividad menor, dejando en segundo plano a la familia y a los
frutos de las mismas, los hijos, profundizando los problemáticos cambios sociales
de las últimas décadas.

Si es mejor o peor que haya más libertad y posibilidades de cambio, pero más indi-
vidualismo e inestabilidad, es muy difícil saberlo. Pero parece que es a lo que ten-
dremos que acostumbrarnos.

UNIONES CONVIVENCIALES

El nuevo Código Civil contempla la creación de la figura de uniones convivenciales


para las parejas no casadas y equipara algunos de los derechos a los del matrimo-
nio.

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Se define como "una unión basada en relaciones afectivas de carácter singular, pú-
blica, notoria, estable y permanente de dos personas que comparten un proyecto de
vida común, sean del mismo o de diferente sexo".

Pacto de convivencia

La pareja podrá firmar un "pacto de convivencia" para regular la contribución de car-


gas, la división de bienes comunes en caso de separación. "A falta de pacto, cada
integrante de la pareja ejerce libremente las facultades de administración y disposi-
ción de los bienes de su titularidad, con la restricción regulada en este título para la
protección de la vivienda familiar y de los muebles indispensables que se encuentren
en ella.

Derechos sobre la casa y muebles. Significa que la vivienda familiar y lo que hay en
ella, en caso de que la pareja se disuelva, deberá repartirse en partes iguales, o
bien, resguardarse para uno de los hijos menores de edad.

"La convivencia de dos años se puede probar por distintos medios y alcanza con el
certificado de convivencia", dice el texto.

Indemnización posruptura

"Cesada la convivencia, el conviviente que sufre un desequilibrio manifiesto que sig-


nifique un empeoramiento de su situación económica con causa adecuada en la
convivencia y su ruptura tiene derecho a una compensación", reza la nueva legisla-
ción. Puede ser una única vez o una cuota mensual por el tiempo equivalente a lo
que duró la convivencia.

El conviviente no hereda, pero tiene derecho a usar la casa por dos años después
de la muerte de su pareja.

Veamos entonces los artículos más trascendentes...

Uniones convivenciales

Constitución y prueba

Constitución y prueba

ARTÍCULO 509.- Ámbito de aplicación. Las disposiciones de este Título se aplican a


la unión basada en relaciones afectivas de carácter singular, pública, notoria, esta-
ble y permanente de dos personas que conviven y comparten un proyecto de vida
común, sean del mismo o de diferente sexo.

ARTÍCULO 510.- Requisitos. El reconocimiento de los efectos jurídicos previstos por


este Título a las uniones convivenciales requiere que:

a.- los dos integrantes sean mayores de edad;

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b.- no estén unidos por vínculos de parentesco en línea recta en todos los grados,
ni colateral hasta el segundo grado;
c.- no estén unidos por vínculos de parentesco por afinidad en línea recta;
d.- no tengan impedimento de ligamen ni esté registrada otra convivencia de mane-
ra simultánea;
e.- mantengan la convivencia durante un período no inferior a dos años.

ARTÍCULO 511.- Registración. La existencia de la unión convivencial, su extinción y


los pactos que los integrantes de la pareja hayan celebrado, se inscriben en el regis-
tro que corresponda a la jurisdicción local, sólo a los fines probatorios.

No procede una nueva inscripción de una unión convivencial sin la previa cancela-
ción de la preexistente.

La registración de la existencia de la unión convivencial debe ser solicitada por am-


bos integrantes.

ARTÍCULO 512.- Prueba de la unión convivencial. La unión convivencial puede acre-


ditarse por cualquier medio de prueba; la inscripción en el Registro de uniones con-
vivenciales es prueba suficiente de su existencia.

Pactos de convivencia

ARTÍCULO 513.- Autonomía de la voluntad de los convivientes. Las disposiciones de


este Título son aplicables excepto pacto en contrario de los convivientes. Este pacto
debe ser hecho por escrito y no puede dejar sin efecto lo dispuesto en los artículos
519, 520, 521 y 522.

ARTÍCULO 514.- Contenido del pacto de convivencia. Los pactos de convivencia


pueden regular, entre otras cuestiones:

a.- la contribución a las cargas del hogar durante la vida en común;


b.- la atribución del hogar común, en caso de ruptura;
c.- la división de los bienes obtenidos por el esfuerzo común, en caso de ruptura de
la convivencia.

ARTÍCULO 515.- Límites. Los pactos de convivencia no pueden ser contrarios al


orden público, ni al principio de igualdad de los convivientes, ni afectar los derechos
fundamentales de cualquiera de los integrantes de la unión convivencial.

ARTÍCULO 516.- Modificación, rescisión y extinción. Los pactos pueden ser modifi-
cados y rescindidos por acuerdo de ambos convivientes.

El cese de la convivencia extingue los pactos de pleno derecho hacia el futuro.

Fundamentos de la comisión elaboradora

Sostienen los promotores de la modificación que se reconoce la unión convivencial


cuando está basada en relaciones afectivas de carácter singular, pública, notoria,

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estable y permanente de dos personas que comparten un proyecto de vida común,
sean del mismo o de diferente sexo. La existencia, su extinción y los pactos que los
integrantes de la pareja hayan celebrado se inscriben en el registro que corresponda
a la jurisdicción local, sólo a los fines probatorios. Pueden pactar sobre la contribu-
ción a las cargas del hogar durante la vida en común; la atribución del hogar co-
mún, en caso de ruptura; la división de los bienes obtenidos por el esfuerzo común,
en caso de ruptura de la convivencia. A falta de pacto, cada integrante de la unión
ejerce libremente las facultades de administración y disposición de los bienes de su
titularidad y se deben asistencia durante la convivencia.

Si la unión convivencial ha sido inscripta, ninguno de los convivientes puede, sin el


asentimiento del otro, disponer de los derechos sobre la vivienda familiar, ni de los
muebles indispensables de ésta, ni transportarlos fuera de la vivienda.

¿Bajo estas nuevas condiciones, es lo mismo casarse que formar una unión convi-
vencial?

Hay diferencias sustanciales. El matrimonio genera una gran cantidad de efectos


jurídicos que no operan en las uniones convivenciales, entre otras, las siguientes:

El cónyuge es heredero legitimario, o sea, la ley obliga a que un porcentaje de la


herencia se le reconozca al cónyuge supérstite; el conviviente no es heredero; la úni-
ca manera de que reciba en la herencia es hacer un testamento y designarlo benefi-
ciario; aun así, hay que respetar el derecho de los otros herederos forzosos, por ej.,
los hijos ; 2) el matrimonio genera un régimen de bienes, de comunidad o de sepa-
ración de bienes; las uniones convivenciales exigen un pacto expreso que regule la
situación de los bienes que se adquieren durante la unión; 3) producido el divorcio,
en supuestos excepcionales (por ej., se trata de un cónyuge enfermo o en estado de
necesidad o vulnerabilidad) el ex cónyuge tiene derecho a solicitar una cuota ali-
mentaria; este derecho no existe en la unión convivencial, ni siquiera en forma ex-
cepcional. No herencia, no régimen de bienes, no alimentos después de la ruptura,
son efectos jurídicos de gran relevancia para observar fácilmente que no es lo mis-
mo estar casado qu estar en unión convivencial.

¿Pero y que acurre por ejemplo con deberes que si tienen los convivientes y que ya
nos son obligación de los unidos en matrimonio como por ej. vivir bajo un mismo
techo?

Efectos de las uniones convivenciales durante la convivencia

ARTÍCULO 518.- Relaciones patrimoniales. Las relaciones económicas entre los


integrantes de la unión se rigen por lo estipulado en el pacto de convivencia.

A falta de pacto, cada integrante de la unión ejerce libremente las facultades de


administración y disposición de los bienes de su titularidad, con la restricción regu-
lada en este Título para la protección de la vivienda familiar y de los muebles indis-
pensables que se encuentren en ella.

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ARTÍCULO 519.- Asistencia. Los convivientes se deben asistencia durante la convi-
vencia.

ARTÍCULO 520.- Contribución a los gastos del hogar. Los convivientes tienen obli-
gación de contribuir a los gastos domésticos de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 455.

ARTÍCULO 521.- Responsabilidad por las deudas frente a terceros. Los convivientes
son solidariamente responsables por las deudas que uno de ellos hubiera contraído
con terceros de conformidad con lo dispuesto en el artículo 461.

ARTÍCULO 522.- Protección de la vivienda familiar. Si la unión convivencial ha sido


inscripta, ninguno de los convivientes puede, sin el asentimiento del otro, disponer
de los derechos sobre la vivienda familiar, ni de los muebles indispensables de ésta,
ni transportarlos fuera de la vivienda. El juez puede autorizar la disposición del bien
si es prescindible y el interés familiar no resulta comprometido.

Efectos después del cese de la Unión Convivencial

ARTÍCULO 522.- Protección de la vivienda familiar. Si la unión convivencial ha sido


inscripta, ninguno de los convivientes puede, sin el asentimiento del otro, disponer
de los derechos sobre la vivienda familiar, ni de los muebles indispensables de ésta,
ni transportarlos fuera de la vivienda. El juez puede autorizar la disposición del bien
si es prescindible y el interés familiar no resulta comprometido.

Si no media esa autorización, el que no ha dado su asentimiento puede demandar la


nulidad del acto dentro del plazo de caducidad de SEIS (6) meses de haberlo cono-
cido, y siempre que continuase la convivencia.

ARTÍCULO 525.- Fijación judicial de la compensación económica. Caducidad. El


juez determina la procedencia y el monto de la compensación económica sobre la
base de diversas circunstancias, entre otras:

a.- el estado patrimonial de cada uno de los convivientes al inicio y a la finalización


de la unión;
b.- la dedicación que cada conviviente brindó a la familia y a la crianza y educación
de los hijos y la que debe prestar con posterioridad al cese;
c.- la edad y el estado de salud de los convivientes y de los hijos;
d.- la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo del conviviente
que solicita la compensación económica;
e.- la colaboración prestada a las actividades mercantiles, industriales o profesio-
nales del otro conviviente;
f.- la atribución de la vivienda familiar.

La acción para reclamar la compensación económica caduca a los SEIS (6) meses
de haberse producido cualquiera de las causas de finalización de la convivencia
enumeradas en el artículo 523.

32
ARTÍCULO 526.- Atribución del uso de la vivienda familiar. El uso del inmueble que
fue sede de la unión convivencial puede ser atribuido a uno de los convivientes en
los siguientes supuestos:

a.- si tiene a su cargo el cuidado de hijos menores de edad, con capacidad restrin-
gida, o con discapacidad;
b.- si acredita la extrema necesidad de una vivienda y la imposibilidad de procurár-
sela en forma inmediata.

El juez debe fijar el plazo de la atribución. El plazo no puede ser mayor al que hubie-
ra durado la convivencia, con un máximo de DOS (2) años a contar desde que se
produjo el cese de la convivencia, conforme a lo dispuesto en el artículo 523.

A petición de parte interesada, el juez puede establecer: una renta compensatoria


por el uso del inmueble a favor del conviviente a quien no se atribuye la vivienda; que
el inmueble no sea enajenado durante el plazo previsto sin el acuerdo expreso de
ambos; que el inmueble en condominio de los convivientes no sea partido ni liquida-
do. La decisión produce efectos frente a terceros a partir de su inscripción registral.

Si se trata de un inmueble alquilado, el conviviente no locatario tiene derecho a con-


tinuar en la locación hasta el vencimiento del contrato, manteniéndose el obligado al
pago y las garantías que primitivamente se constituyeron en el contrato.

El derecho de atribución cesa en los mismos supuestos previstos en el artículo 445.

NUEVAS FIGURAS FAMILIARES

Veamos algunas aristas sobre esta temática.

Los hermanos:

El Código traza una diferencia entre hermanos bilaterales y unilaterales. Es decir


aquellos que comparten los padres y los que no.

Familia por afinidad.

Así se llama al vínculo que existe entre la persona casada y los parientes de su cón-
yuge.

Padre afín, con responsabilidad alimentaria. Progenitor afín es la pareja del padre a
cargo. Según el texto, se lo puede dejar a cargo, pero con un acuerdo de homolo-
gación judicial. El progenitor afín tiene obligación alimentaria respecto del chico,
solidariamente con su pareja. Esta finaliza si se separan, aunque, si esto se consi-
dera un daño para el niño, en forma temporal el padre afín deberá pagar una cuota
alimentaria.

ARTÍCULO 672.- Progenitor afín. Se denomina progenitor afín al cónyuge o convi-


viente que vive con quien tiene a su cargo el cuidado personal del niño o adolescen-
te.

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ARTÍCULO 673.- Deberes del progenitor afín. El cónyuge o conviviente de un proge-
nitor debe cooperar en la crianza y educación de los hijos del otro, realizar los actos
cotidianos relativos a su formación en el ámbito doméstico y adoptar decisiones
ante situaciones de urgencia. En caso de desacuerdo entre el progenitor y su cónyu-
ge o conviviente prevalece el criterio del progenitor.

Esta colaboración no afecta los derechos de los titulares de la responsabilidad pa-


rental.

ARTÍCULO 674.- Delegación en el progenitor afín. El progenitor a cargo del hijo


puede delegar a su cónyuge oconviviente el ejercicio de la responsabilidad parental
cuando no estuviera en condiciones de cumplir la función en forma plena por razo-
nes de viaje, enfermedad o incapacidad transitoria, y siempre que exista imposibili-
dad para su desempeño por parte del otro progenitor, o no fuera conveniente que
este último asuma su ejercicio.

Esta delegación requiere la homologación judicial, excepto que el otro progenitor


exprese su acuerdo de modo fehaciente.

Abuelos con derechos.

Según la nueva legislación, los abuelos van a tener derecho a exigir por vía judicial
un régimen de visita que les permita ver a sus nietos, sin que los padres puedan im-
pedirlo.

Padres que no castigan.

La nueva legislación a diferencia de la anterior, prohíbe expresamente el castigo físi-


co de todo tipo. "Se prohíbe el castigo corporal en cualquiera de sus formas, los
malos tratos y cualquier hecho que lesione o menoscabe física o psíquicamente a
los niños o adolescentes."

Padres separados, pero con un plan. Los padres que comparten la tenencia, pero
viven separados pueden optar por establecer un plan de parentalidad relativo al cui-
dado del hijo, elaborado con la participación del chico.

ADOPCIÓN

Junto con la simplificación de este régimen, se priorizará el interés del niño por so-
bre el de los adultos comprometidos. Se mantiene la adopción plena y simple, y se
le incorpora el régimen de la adopción por integración, referida al hijo del cónyuge o
del conviviente, creando así una nueva forma de adopción antes no contemplada.
Se admiten tanto la adopción conjunta como la unilateral. En cuanto a los derechos
del niño, niña o adolescente, se incorpora el derecho a ser oído y a que su opinión
sea tenida en cuenta según su edad y grado de madurez; a la identidad, a conocer
sus orígenes, a la preservación de los vínculos fraternos.

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ARTÍCULO 599.- Personas que pueden ser adoptantes. El niño, niña o adolescente
puede ser adoptado por un matrimonio, por ambos integrantes de una unión convi-
vencial o por una única persona.

Todo adoptante debe ser por lo menos dieciséis años mayor que el adoptado, ex-
cepto cuando el cónyuge o conviviente adopta al hijo del otro cónyuge o conviviente.

En caso de muerte del o de los adoptantes u otra causa de extinción de la adop-


ción, se puede otorgar una nueva adopción sobre la persona menor de edad.

ARTÍCULO 600.- Plazo de residencia en el país e inscripción. Puede adoptar la per-


sona que:

a.- resida permanentemente en el país por un período mínimo de cinco años ante-
rior a la petición de la guarda con fines de adopción; este plazo no se exige a
las personas de nacionalidad argentina o naturalizadas en el país;
b.- se encuentre inscripta en el registro de adoptantes.

ARTÍCULO 601.- Restricciones. No puede adoptar:

a.- quien no haya cumplido veinticinco años de edad, excepto que su cónyuge o
conviviente que adopta conjuntamente cumpla con este requisito;
b.- el ascendiente a su descendiente;
c.- un hermano a su hermano o a su hermano unilateral.

ARTÍCULO 602.- Regla general de la adopción por personas casadas o en unión


convivencial. Las personas casadas o en unión convivencial pueden adoptar sólo si
lo hacen conjuntamente.

ALTERACIONES GENÉTICAS

El texto del nuevo Código, como ya se viera con anterioridad y por eso nos remiti-
mos a ese punto, prohíbe las prácticas destinadas a "alterar la constitución genética
de la descendencia, excepto las que tiendan a prevenir enfermedades genéticas o la
predisposición a ellas".

HERENCIA

Hasta ahora, sólo se permite que en las sucesiones aquellos que no son familiares
directos de quien fallece reciban hasta el 20% de la herencia. Con la reforma, este
porcentaje se elevará al 33% por ciento.

Aunque prácticamente se mantiene el régimen actual, la nueva legislación promovi-


da por una comisión de notables juristas, entre los que se encuentra la ex jueza de
la Suprema Corte, Aída Kemelmajer de Carlucci, impulsa dos reformas fundamenta-
les para las sucesiones: por un lado, se aumenta la porción disponible de bienes al
momento de realizar un testamento; por otro, se habilita la incorporación de perso-
nas no nacidas en la herencia.

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Continúa existiendo la "Legítima", esto es la parte de la herencia que es destinada a
herederos forzosos -los ascendientes, descendientes y cónyuge- ahora se ha in-
crementado la porción disponible de bienes para quien el dueño del testamento pre-
fiera. De esta manera, se da mayor libertad a la voluntad del sujeto. Pasó así de un
quinto a un tercio. Esa cantidad puede ser destinada a quien quiera. Por ejemplo,
puede incrementar la porción correspondiente de uno de los herederos", indicó la
letrada mendocina.

En cuanto a la segunda modificación, se incorporan nuevas personas que pueden


participar de la sucesión. Para comprender mejor la nueva disposición es importante
observar lo que, en el nuevo Código, expone el artículo 2279.

En este apartado, la nueva legislación expone que las personas que pueden suceder
al causante son aquellas existentes al momento de su muerte; las concebidas en
ese momento que nazcan con vida; las nacidas después de su muerte mediante
técnicas de reproducción asistida, con los requisitos previstos en el artículo 563; y
las personas jurídicas existentes al tiempo de su muerte y las fundaciones creadas
por su testamento.

Aquí la modificación más importante se da con aquellas personas nacidas con téc-
nicas de reproducción asistida, ya que tienen derecho a percibir una herencia tras la
muerte del sujeto siempre y cuando se cumpla lo previsto en el artículo 563 del Có-
digo. Éste versa sobre la filiación post mortem en las técnicas de reproducción.
Aquí se establece que "en caso de muerte del o la cónyuge o conviviente de la mujer
que da a luz, no hay vínculo filial entre la persona nacida del uso de las técnicas de
reproducción humana asistida y la persona fallecida si la concepción en la mujer o
la implantación del embrión en ella no se había producido antes del fallecimiento".

Sin embargo el mismo artículo plantea excepciones, que están relacionadas con la
herencia, cuando la persona consiente en su testamento que sus gametos (óvulos o
espermatozoides) -o embriones producidos con sus gametos- sean transferidos en
la mujer después de su fallecimiento o si la concepción en la mujer o la implanta-
ción del embrión en ella se produce dentro del año siguiente al deceso.

Veamos los principales artículos...

ARTÍCULO 2444.- Legitimarios. Tienen una porción legítima de la que no pueden ser
privados por testamento ni por actos de disposición entre vivos a título gratuito, los
descendientes, los ascendientes y el cónyuge.

ARTÍCULO 2445.- Porciones legítimas. La porción legítima de los descendientes es


de dos tercios, la de los ascendientes de un medio y la del cónyuge de un medio.

Dichas porciones se calculan sobre la suma del valor líquido de la herencia al tiempo
de la muerte del causante más el de los bienes donados computables para cada
legitimario, a la época de la partición según el estado del bien a la época de la do-
nación.

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Para el cómputo de la porción de cada descendiente sólo se toman en cuenta las
donaciones colacionables o reducibles, efectuadas a partir de los trescientos días
anteriores a su nacimiento o, en su caso, al nacimiento del ascendiente a quien re-
presenta, y para el del cónyuge, las hechas después del matrimonio.

ARTÍCULO 2446.- Concurrencia de legitimarios. Si concurren sólo descendientes o


sólo ascendientes, la porción disponible se calcula según las respectivas legítimas.

Si concurre el cónyuge con descendientes, la porción disponible se calcula según la


legítima mayor.

ARTÍCULO 2447.- Protección. El testador no puede imponer gravamen ni condición


alguna a las porciones legítimas; si lo hace, se tienen por no escritas.

ARTÍCULO 2448.- Mejora a favor de heredero con discapacidad. El causante puede


disponer, por el medio que estime conveniente, incluso mediante un fideicomiso,
además de la porción disponible, de un tercio de las porciones legítimas para apli-
carlas como mejora estricta a descendientes o ascendientes con discapacidad. A
estos efectos, se considera persona con discapacidad, a toda persona que padece
una alteración funcional permanente o prolongada, física o mental, que en relación
a su edad y medio social implica desventajas considerables para su integración fa-
miliar, social, educacional o laboral.

Se incorpora el proceso de licitación.

En éste cualquiera de los herederos puede pedir la licitación de alguno de los bienes
de la herencia para que se le adjudique dentro de su hijuela por un valor superior al
del avalúo, si los demás copartícipes no superan su oferta (art. 2372).

PROPIEDAD COMUNITARIA INDÍGENA

Se establece en la nueva normativa, que la Propiedad Comunitaria de Tierras Indíge-


nas será: exclusiva, perpetua, indivisible, imprescriptible, insusceptible de graváme-
nes, inembargable e inejecutable, para la preservación de la identidad cultural y el
hábitat de los pueblos originarios. También tienen derecho a participar en la gestión
referida a sus recursos naturales como derechos de incidencia colectiva.

SOCIEDADES DE UN SOLO SOCIO

La creación de la figura de la sociedad unipersonal, facilitará la asignación de una


porción del patrimonio a un proyecto productivo, incentivando así las inversiones.

DERECHOS PERSONALÍSIMOS

Se incorpora un capítulo, inexistente hasta ahora, dedicado a los derechos persona-


lísimos, que abundan en los tratados internacionales de Derechos Humanos que
integran el bloque de constitucionalidad federal. Allí se reconocen expresamente los
derechos a la dignidad, intimidad, honor e imagen, entre otros.

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FORMAS MODERNAS DE CONTRATACIÓN

El nuevo Código Unificado, se refiere a la incorporación de los contratos de arbitra-


je, agencia comercial, concesión comercial, franquicia, suministro y leasing, incor-
porando y armonizando los derechos del consumidor. El objetivo es brindar mayor
seguridad jurídica y garantizar de mejor manera la defensa de los ciudadanos en
tanto consumidores.

CONTRATOS CELEBRADOS POR MEDIOS ELECTRÓNICOS

El uso de medios electrónicos para contratar es cada vez más intenso en nuestra
sociedad. Los códigos vigentes, en razón de su antigüedad, obviamente no pudie-
ron contemplar el fenómeno. Esta suerte de vacío legal, generador de conflictos e
incertidumbres, particularmente para el consumidor, es cubierto por el nuevo Código
Civil y Comercial.

Básicamente, el régimen tuitivo de la nueva legislación está destinado a todos


aquellos consumidores que contratan “a distancia”, es decir a través de algún me-
dio que permite la contratación sin la presencia física de ambos contratantes. Son
ejemplos los medios postales, electrónicos, telecomunicaciones, así como servicios
de radio, televisión o prensa. La contratación mediante Internet obviamente ocupa
un lugar privilegiado dentro de este nuevo escenario de contratación.

En este sentido, se prevé para tutela de todos aquellos que contratan que el provee-
dor debe informar al consumidor, además del contenido mínimo del contrato y la
facultad de revocar, todos los datos necesarios para utilizar correctamente el medio
elegido, para comprender los riesgos derivados de su empleo, y para tener absolu-
tamente claro quién asume esos riesgos. Se trata de una norma innovadora en un
Código Civil que está destinada a preservar la libre autonomía del contratante que se
involucra en una contratación por estos medios.

También se contempla, para evitar prácticas comerciales engañosas, que las ofer-
tas de contratación por medios electrónicos o similares deben tener vigencia durante
el período que fije el oferente o, en su defecto, durante todo el tiempo que perma-
nezcan accesibles al destinatario.

Algo que resulta particularmente importante, y que deriva de una lamentable expe-
riencia que se verifica frecuentemente en este tipo de contratación, es que cualquier
cláusula que contenga el contrato según la cual los reclamos administrativos o judi-
ciales deberán realizarse en una jurisdicción ajena al lugar en el cual el consumidor
recibió lo adquirido, directamente se la tiene por no escrita. Por lo demás, al igual
que en los contratos celebrados fuera de los locales comerciales, estos contratos
están sometidos al denominado período de reflexión en favor del consumidor para
que éste, dentro de los diez días de contratar, tenga la facultad absoluta de rescin-
dir la operación sin consecuencia alguna en su perjuicio.

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PROTECCIÓN DEL AMBIENTE

La Constitución Nacional establece que todos los habitantes gozan del derecho a un
ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las activida-
des productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las
generaciones futuras.

La preservación del ambiente tiene pues rango constitucional. El legislador argentino


ya había sancionado normas pertinentes en concordancia con este mandato consti-
tucional, y la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en un impulso innovador a
nivel tanto nacional como internacional, ha desarrollado, a través de importantes
fallos, criterios acordes con este nuevo paradigma de preservación del ambiente
como bien colectivo.

El nuevo Código, en este sentido, se enrola decididamente en esta línea de política


jurídica, incorporando normas y principios que lo ubican, sin lugar a dudas, en uno
de los códigos más modernos entre los vigentes de occidente.

Se consagra la protección de los bienes colectivos y se dispone, en una norma se-


ñera, un límite al ejercicio de los derechos: en ningún caso la ley ampara el ejercicio
abusivo éstos cuando puedan afectar al ambiente.

La preservación de estos bienes colectivos es constante a lo largo de la nueva legis-


lación Civil y Comercial. Así, por ejemplo, con relación al agua se dispone que nadie
puede usar de aguas privadas en perjuicio de terceros ni en mayor medida de su
derecho. Como así también que del hecho de correr los cursos de agua por los te-
rrenos inferiores no da a los dueños de estos derecho alguno.

En todos los casos, la preservación del patrimonio común es un paradigma que el


Nuevo Código preserva bajo diversas formas. En ningún caso –sostiene la nueva
legislación- el ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes debe ser in-
compatible con los derechos de incidencia colectiva ni afectar el funcionamiento ni
la sustentabilidad de los ecosistemas de la flora, la fauna, la biodiversidad, el agua,
los valores culturales y el paisaje, entre otros.

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