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Cartago Orientalis Est
Cartago Orientalis Est
solventar las deudas que sostiene con sus mercenarios, quienes se revelan y comienzan a
devastar los campos y pueblos que rodean la capital, y finalmente deciden sitiarla.
En medio de este conflicto, Mathos, un mercenario rebelde, lidera los diferentes pueblos
contra Cartago, guardando siempre el recuerdo de Salambó, la hermosa hija del general
más temido de la metrópolis fenicia, Hamilcar Barca. El robo de un velo que pertenece a la
diosa Tanit despierta en Salambó dudas y deseos a los cuales no debería de acceder, ya que
había decidido dedicar su cuerpo y alma al sacerdocio. Este velo, su robo y recuperación
traerán consecuencias trágicas para Mathos, quien lo robó; Salambó, quien lo recuperó; y
Cartago, quien sacrificó mucho para apaciguar a los dioses.
Los fragmentos que escogí para analizar se encuentran en varias partes de la novela: el
primer fragmento corresponde a los siguientes capítulos: “La serpiente”, donde un
sacerdote convence a Salambó para recuperar el velo; “En la tienda”, donde Salambó
recupera el velo; y “Moloch”, dónde los cartagineses toman medidas extremas para cambiar
el rumbo de la guerra. En estos fragmentos podremos encontrar varios elementos que
fascinaban, no sólo a Flaubert, sino a varios novelistas, poetas y artistas del siglo XIX:
parajes exóticos, un pasado salvaje y violento, erotismo y sensualidad ajenas a la sociedad
europea, imágenes de un Oriente extranjero, feroz, agresivo e inquietante. Un Oriente que
representa al otro, un “otro” que les fascina, aterra, y el cuál desean.
En la literatura, este género presenta “una mitología fluctuante de Oriente, un Oriente que
no se deriva sólo de actitudes contemporáneas y de prejuicios populares, sino también de lo
que Vico llamó la presunción de las naciones y de los eruditos” (1155) Flaubert se
documentó ávidamente sobre el tema de lo púnico y de Cartago a través de varios autores
clásicos, principalmente Polibio, y de varios historiadores contemporáneos, sobre todo
Edgard Quinet, quien de Oriente decía:
Esto lleva a otro aspecto de lo atractivo de Oriente para los artistas del siglo XIX: la
posibilidad de la huida a lo exótico.
Es en este contexto y con esta mentalidad que Flaubert emprende un viaje a Egipto, Siria,
Libia y Tunez. El Oriente como espacio imaginario representa un mundo de posibilidades,
1
Edgard Quinet, del poema « le désert » (¡El Oriente ! ¡El Oriente ! El mundo de las tormentas/ La tierra de
los cielos vastos, la tierra de los profetas/ Bajo los pasos de un solo hombre, así como un recuerdo/ A lo lejos
tiembla. El Siani se despierta)
2
Rachid Naim « L’arabe aux yeux de l’orientalisme littéraire » p. 130 (En otros terminos, lo que el Oriente
« pierde en realidad histórica, lo agane en poder de sueño. Tanto el Oriente social puede ser ignorado,
destanuralizado, destruido, el Oriente soñado debe ser preservado, como una preciosa burbuja del universo
mental occidental”
Fabián Elí Rodríguez González
Panorama de la Teoría Literaria II
Lic. Marianela Santoveña Rodríguez
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad Nacional Autónoma de México
de imágenes, de inspiración para el escritor occidental. Esto entra en conflicto con el estilo
personal de Flaubert, quien se encontraba en las inmediaciones del romanticismo y del
realismo: no se adhería completamente a ninguno, se inclinaba más hacia el realismo, pero
tomo elementos de ambos para crear Salambó. Asumió ambos papeles para la redacción de
esta novela: el realista al realizar un trabajo exhaustivo de investigación, en su fe en el valor
del documento histórico, y en sus esfuerzos por apegarse lo más posible a la “Historia”; el
romántico al dejarse llevar por todos sus prejuicios e ideas de lo oriental a la hora de
redactar el texto.
Otro aspecto importante por considerar es la libertad creativa que representó elegir
Cartago y esta rebelión de mercenarios como el marco para la novela. Silvia Triaire
comenta que:
Le roman historique n’a pas mission archéologique, et s’il vise à ressaisir quelque
chose, ce sera dans l’ordre du mirage : une fausse présence, une forme qui
s’évanouit ; une illusion. D’ailleurs, de Carthage on ne sait quasiment rien, presque
tout ayant été détruit.3 [CITATION Syl17 \p 48 \n \y \l 2058 ]
“Moloch”. En “El Festín”, se presenta a los mercenarios como poco más que animales:
Flaubert hace una excelente comparación entre los animales que son servidos en el festín
del palacio de Hamilcar y los otros “animales” que los consumen:
Los galos de cabello largo amarrado a la cabeza, se arrancaban los pasteles, los
limones y los pedazos de carne que mordían ladrando. Los negros que nunca habían
visto langostas se desgarraban la cara con sus rojas pinzas. Pero los griegos, más
blancos que el mármol, tiraban detrás de ellos los restos de su comida, mientras que
los patricios del Brutium, vestidos con pieles de lobo, devoraban silenciosamente, la
mirada en su porción.[CITATION Fla20 \p 62 \y \l 2058 ]
En medio de esto, una lengua de Babel puede escucharse (como muchos orientalistas de la
época, podemos encontrar referencias bíblicas, aunque sutiles, aun existentes), un todo
falso compuesto de dorico, celta, ionio, libio; no hay comunidad humana, no hay
comprensión a través de una sola lengua. Esto es recurrente en todo el relato. Que se trate
de comida, de armas, de las riquezas de Cartago, de los muertos, de los dioses, todo en
Salambó, es presentado cuantitativamente, es la novela de las formas y los números, de la
fuerza bruta.
En una noche llena de horror y sufrimiento, cientos de niños son calcinados para devolver
las lluvias y la gracia de los dioses a Cartago, para salvar la ciudad. Incluso los
mercenarios, los “bárbaros”, admiran con terror el espectáculo: “Ese gran ruido, esa gran
de ellos, ni se apropiaron de ninguna costumbre púnica, a diferencia de las costumbres griegas, egipcias o
incluso gálicas.
Fabián Elí Rodríguez González
Panorama de la Teoría Literaria II
Lic. Marianela Santoveña Rodríguez
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad Nacional Autónoma de México
luz habían atraído a los barbaros al pie de los muros; amontonándose para ver mejor los
escombros de la gran pira, miraban, presos de un enorme terror” [CITATION Fla20 \p 4023 \l
2058 ]
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Yiiikes.
Fabián Elí Rodríguez González
Panorama de la Teoría Literaria II
Lic. Marianela Santoveña Rodríguez
Facultad de Filosofía y Letras
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Si no fuera esto un claro preámbulo para el acto sexual, en el siguiente capítulo llega a la
tienda de Mathos y se entrega a él, entregando su velo simbólico 6 para recuperar el velo de
6
El velo, los peligros ligados a él, y su fuerte carga simbólica son esenciales para la trama y el desarrollo de
los personajes en Salambó. No obstante, solamente el velo daría para hacer un ensayo completo, por lo que
Fabián Elí Rodríguez González
Panorama de la Teoría Literaria II
Lic. Marianela Santoveña Rodríguez
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la Diosa Taanit; sin decir otras palabras que “Moloch, me quemas” (3034) Al perder su
virginidad para recuperar el velo, y además con un mercenario, Salambó se condena y
muere al final de la novela, un día antes de sus nupcias. Salambó no hace más que
perpetuar la idea que Oriente no sólo era un terreno de explotación literaria, sino el lugar
donde el hombre occidental podía encontrar una experiencia sexual que resultaba
inaccesible en Europa.
decidí no profundizar en su análisis. Recomiendo leer “ Salammbô ou les dangers du dévoilement” de Alain
Buisine.
Fabián Elí Rodríguez González
Panorama de la Teoría Literaria II
Lic. Marianela Santoveña Rodríguez
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad Nacional Autónoma de México
Bibliografía
Bargues-Rollins, Yvonne. «Flaubert et la forme arabesque.» Études Normandes 41.1 (1992): 43-46.
Bouguerra, Mohamed Ridha. «Fonctions des “ruines écrites”.» Thélème. Revista Complutense de
Estudios Franceses 21 (2006): 15-33.
Buisine, Alain. «Salammbô ou les dangers du dévoilement.» Études Normandes (1990): 27-38.
Naim, Rachid. «L’ARABE AUX YEUX DE L’ORIENTALISME LITTERAIRE.» Estudios Románicos (2012):
129-142.
Triaire, Sylvie. «Pour une histoire mélancolique : Salammbô de Flaubert.» Études françaises (2017):
43-60.