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campesina.

En momentos de bonanza, es posible encontrar cultivadores especializados que


van más allá hacia la frontera agrícola y los frentes de colonización (tal y como ocurre con
la coca). Pero en el caso de la amapola, los cultivos han llegado a ser adoptados como un
complemento en la economía familiar a diferencia de los cultivadores especializados
sustentados por procesos de producción industriales allí donde tal vez ya no existen
familias campesinas.
Los efectos de la Paz y del programa de sustitución PNIS
Previo a la firma de los Acuerdos de Paz entre el gobierno nacional y las FARC en diciembre
de 2016 y el anuncio del nuevo Programa Nacional Integral de Sustitución Voluntaria de
Cultivos Ilícitos (PNIS) el área de cultivos ilícitos aumentó rápidamente. Entre los años 2014
y 2015, las autoridades reportan un incremento del 54% del área cultivada con amapola. En
Colombia la heroína es un negocio marginal frente a las cifras de la cocaína que concentra
toda la atención de la prensa, del sistema de fiscalización y de los que investigan el tema
desde ambos lados de la línea. Pero no siempre fue así, la amapola en Colombia también
tiene su historia si bien relativamente reciente y marginal en comparación con los países
productores tradicionales. Un cultivador de amapola recuerda que
… yo fui uno de los primeros en sembrar amapola en esta vereda, eso hace
ya unos 35 años. Primero nadie le ponía cuidado a eso, era una mata de jardín. Pero
después de que la empezamos a sembrar en serio, todo mundo tenía su cultivo.
Hubo un tiempo que la amapola dejaba plata, claro que también trajo problemas,
violencia. Muchos que no tenían nada aprovecharon y se hicieron a un pedazo de
tierra, arreglaron la casita, aprovecharon la bonanza. Fue entonces cuando llegaron
las FARC, a dar seguridad a los compradores y negociantes, a poner orden por un
impuesto; y cuando llegaron las avionetas a fumigar y erradicar también defendían
los cultivos a bala. De todos modos fumigaron, muchos abandonaron la amapola al
ver cómo les quedaban los cultivos, porque aquí no solo se siembra amapola.
Cuando llegó el programa de Familias Guardabosques, a mi casi me matan los del
mismo pueblo, todo porque había dejado un cultivo escondido en un huaico y se
dieron cuenta, me acusaban que por mi culpa les iban a quitar las ayudas, 500 mil
pesos [USD 160 aprox.] que les daban cada dos meses por dos años por familia
inscrita. No todos los que debían quedar quedaron en el programa, muchos que no
sembraban amapola los incluyeron porque eran de la rosca y otros que si
sembrábamos nos dejaron por fuera. En ese tiempo la amapola prácticamente se
acabó… pero cuando se acabó el programa todos volvimos a sembrar.
El PNIS prometía resolver el problema de una vez por todas y definitivamente articulando
dos de los puntos acordados en La Habana por el gobierno y las FARC: el punto 1 de
reforma rural integral y el punto 4 de sustitución voluntaria de cultivos ilícitos. De acuerdo
con los promotores del programa, la sustitución voluntaria se llevaría a cabo mediante un
Plan de Atención Inmediata (PAI) que pagará un millón [USD 330 aprox.] mensual durante

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