Ensayo Historia Económica

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dilema del progreso.

El límite progresivo a la historia del pensamiento económico, el dilema del progreso.


Santiago Portocarrero Perdomo
Universidad Santiago De Cali

Facultad de ciencias económicas y empresariales.


Cali, Colombia 22 de febrero de 2020
El límite progresivo a la historia del pensamiento económico, el dilema del 2
progreso.

Introducción
Sin duda alguna la economía como ciencia social ha enfrentado varios paradigmas en su
historia, podemos desde observar autores que plantean tres teóricos principales para la economía
(Adam Smith, Keynes y Marx) hasta autores que plantean un sin número de influenciadores en
diversos temas económicos y que son recopilados por los libros que suelen ser enseñados en los
centros de pensamiento económico (Mankiw, Varian , Samuelson , Etc). Por su parte hemos
visto como el pensamiento económico ha venido evolucionando a lo largo de los años -como es
lógico- en un área de las ciencias sociales, donde el constante cambio y pluralidad de
pensamiento a sentado las bases para que diversas controversias surjan dentro de la misma. Para
el caso en particular es extrapolable a la rama conocida como la historia del pensamiento
económico en la cual se hará énfasis en este documento.
El presente ensayo presenta como objetivo el dar a conocer de manera sucinta una postura
asertiva en el debate de la comunidad económica referente a la historia del pensamiento y más
específicamente a el estudio de está. Lo previo desde una perspectiva crítica referente a los
argumentos esgrimidos a favor y en contra resumidos por el teórico Blaug en su artículo
publicado en 2001. Donde, en razón de sustentar la posición del autor; se hará un análisis de
cómo se contraargumenta a lo largo del documento las posturas en contra. A reglón seguido se
planteará el dilema del progreso como una problemática que surge del análisis del documento y
otros autores que la complementan como Schumpeter y Kumar, para posteriormente, con el
objetivo de plantear una posible solución a la paradoja; se plantee la necesidad del estudio de la
historia desde la óptica aplicativa y cognitiva. Para concluir así que el estudio de la historia del
pensamiento económico debe ser un factor constitutivo del saber de un economista para la
generación de conocimiento y la resolución de problemáticas.
¿Es importante estudiar la historia del pensamiento económico?
La historia del pensamiento económico es un área de la economía que no ha estado
exenta de críticas por el hecho de que incorpora un factor temporal que la hace vulnerable (como
en otras áreas del pensamiento) al ideal en el cual se pondera el progreso o desarrollo de
pensamiento actual sobre el estudio de la historia. Dentro de la controversia surgida se han dado
infinidad de argumentos tanto en favor como en contra del estudio de la misma, llevando a la
comunidad a un debate que incluye diversas escuelas del pensamiento. Enfocando dicho
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progreso.

concepto a los grados de importancia que se le puede dar al estudio del pensamiento económico.
Ahora bien, para diferenciar posturas concretas referente a esos grados de importancia se plantea
un análisis del artículo publicado por Blaug (2001) donde se compilan una serie de argumentos
de las posturas a favor y en contra del estudio de la historia del pensamiento.
La inutilidad de la historia del pensamiento en una ciencia dinámica
Para ilustrar acerca de algunos argumentos en contra del estudio de la historia del
pensamiento como primer exponente se presentan teóricos como Samuelson, este plantea que la
existencia de nuevas teorías, los libros escritos por los nuevos economistas que fungen como
recopiladores y el poco reconocimiento práctico; hace innecesaria el estudio de la historia del
pensamiento económico. Que en palabras de Blaug se puede clasificar este pensamiento como
una postura dominante en varias universidades de Estados Unidos siendo un argumento
generalizado de las posturas en contra del estudio de la historia (Blaug,2001). Lo anterior plantea
de manera implícita que la historia del pensamiento económico figura como una rama anacrónica
en el sentido en el que el limite debe ser establecido en teóricos recientes y el remitirse a
precursores económicos es redundante, pues los planteamientos actuales ostentan de manera
refinada los planteamientos económicos (otro argumento en contra del estudio de la historia del
pensamiento).
Por su parte en esta óptica se pueden aducir que la historia de la economía es estudiada
solo como cultura general o algo que se presenta de manera complementaria, esto explica por
que en una gran parte de instituciones la historia del pensamiento es una materia electiva debido
a que (en palabras del autor) se configura como un arquetipo de descanso de la econometría,
estadística y calculo que suele agobiar a los estudiantes. Esto suele ser acompañado con la
creencia de que la historia del pensamiento es igual en evaluación a la arqueología en el sentido
en el cual se deben generar nuevos conocimientos (descubrimientos) que nos permitan entender
el pasado. Por ende, este criterio se ostentan varias fallas pues, ésta no ha traído ningún nuevo
descubrimiento y por ende es una ciencia que no debe ser estudiada en un mundo que requiere
necesariamente de innovaciones y constantes descubrimientos para su aplicación en las
situaciones de realización de política, toma de decisiones, etc. (Blaug,2001) Esto se configura
como la segunda postura de argumentos que el autor considera tradicionales en contra de la
historia del pensamiento económico, donde se puede observar una deducción contemporánea si
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progreso.

quiere en términos de utilidad y una historia despojada de su contexto económico y político


únicamente enfocada en los planteamientos teóricos.
El dilema del progreso y la paradoja del crecimiento del estudio de la historia.
Dentro del área de la economía se puede observar un crecimiento histórico en la creación
de artículos científicos, en especial en las áreas correspondientes al estudio de la historia del
pensamiento. Aquello plantea un dilema puesto que como vimos en los argumentos en contra;
si el economista se desempeña en un área que no produce descubrimientos e ignora la existencia
de libros que ya contemplan esa teoría. Se podría llegar a deducir que el economista estaría
desempeñando labores improductivas. Por tanto, no tendría sentido la rara tendencia al
crecimiento de artículos dirigidos a la historia y pensamiento cuando a su vez se tiene una
reducción de cátedra en universidades de Estados Unidos en esta asignatura. Por tanto, se podría
plantear la paradoja de la siguiente manera: Si se requiere de una economía con constante
innovación porque se está acudiendo a fuentes y ramas de la economía poco eficientes o
únicamente complementarias al estudio cuando (por racionalidad) se debe acudir a las áreas mas
productivas como la economía ortodoxa (Blaug ,2001). Lo que a priori plantea un dilema bajo
esta óptica, a razón de que se debería entonces reducir los artículos y la investigación en historia
para el progreso y desarrollo de nuevas teorías.
La historia como antecedente y el pensamiento como herramienta cognitiva.
Lo suscitado no es una cuestión fácil de responder. Sin embargo, el problema central del
dilema radica en el tipo de concepción que se tiene de la historia del pensamiento económico,
pues sin duda alguna los planteamientos teóricos requieren de un antecedente que de una u otra
forma llevara al pensamiento económico de antaño. Ya que ideas como las de Marx y Keynes
representan hoy en día vigencia económica y son fuente (aunque indirecta) de teóricos para
modelar nuevo conocimiento. A su vez la concepción positivizada de la historia del pensamiento
económico (despojándola de los contextos económicos y sociales) va en contra de lo que
plantearon los dos teóricos mencionados anteriormente a razón de que Marx solía situarse en la
historia y la analizaba en su contexto, mientras Keynes seguía un planteamiento de la economía
política que requiere de estos contextos (Bagchi,2013). Por ende, la historia del pensamiento
económico se configura como un saber necesario para el entendimiento de planteamientos bajo
el método de ingeniería reversa de Blaug; que plantea que, si miramos artículos de investigación
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económica, los planteamientos y aportes de muchos se fundamentaban sobre ideas pasadas


(costos de transacción, óptimo de Pareto, ETC).
Aunado a lo anterior, el hecho de rebobinar acontecimientos pasados ayuda a entender el
pensamiento humano guiándonos bajo el tercer factor Shumpteriano de defensa al estudio de la
historia del pensamiento económico (Blaug,2001) , pues aduce al lector a intentar discernir el
cómo se solucionaban, veían y planteaban los problemas de épocas pasadas. Esto de manera
indirecta lo induce a aplicar ese método en la sociedad actual y realizar una comparación entre la
situaciones y ideales antiguos con los contemporáneos. Cabe resaltar que lo mencionado sigue la
línea de investigaciones como la de Wicks-Lim (2008) donde se plantean una comparación
histórica del pensamiento económico de lo que se conoce como salario de vida o mínimo, donde
se concluye que existe pérdida de valores éticos a la hora de realizar economía en contraste con
la concepción del estudio de la ciencia social llamada economía, o Driesen & Bogojevíc (2013)
que realizan aproximaciones desde el pensamiento económico a la ruptura climática desde
tiempos anteriores, y los propios mencionados en el articulo de Blaug (2001) como lo son
Arrow, Donald Walker, Ekelund and Hebert, Entre otros. Todos en los cuales se realizan aportes
Heterodoxos importantes a las concepciones teóricas y aplicaciones prácticas de la economía
contemporánea dejando en claro la posibilidad de contrastar el cómo se observa y se concibe el
mundo de antaño con el pensamiento actual sirviendo de contraste cognitivo importante para el
entendimiento de fenómenos.
La economía como deber social y la historia como aplicación
La razón de ser de la economía como ciencia social radica principalmente en la
aplicación de la misma para la resolución de problemas, es aquí pues cuando como herramienta
se puede formular la historia de pensamiento económico, esta ayuda a comprender ciertos
comportamientos o dinámicas que afectan de alguna manera la economía (como vimos
anteriormente) y a su vez puede ser objeto de modo de presente en casos en que se puede aplicar
la analogía como resolución de los mismos. En efecto las políticas neoliberales que suelen ser
establecidas directamente en muchos gobiernos son expansiones de la teoría clásica y
concepciones que desde épocas remotas se venían presentando. Por su parte estudiar la historia
del pensamiento económico (que muchas veces es una representación de factores vigentes)
permite descifrar fallas en los planteamientos de antaño (que conservan su esencia) y por
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progreso.

inducción a los del presente como lo plantea el caso interesante de Barak (2014) el cual realiza
un análisis criminalístico de la historia del pensamiento económico donde descubre que los
modelos de hoy y de antes poseen concepciones que causan un fuerte daño social. Aunado a lo
previo, el analizar la historia permite realizar métodos alternativos de resolución de
problemáticas a las políticas realizadas en ataño que pueden servir como material adicional a la
toma de decisiones por parte de los organismos pertinentes, como es el caso de Navarro (2012)
donde en su libro se plantea de manera analítica alternativas que también pudieron ser utilizadas
en la crisis económica conocida como la segunda gran depresión.
Por todo lo dicho anteriormente se puede concluir que el ignorar la historia del
pensamiento económico implica que se esta perdiendo una herramienta mas para la generación
de nuevo conocimiento, perdiendo el valor aplicativo de la misma. Puesto que el campo
axiológico no solo se limita a campos de la economía ortodoxa o a teorías recientes, requiere de
herramientas fuertes como la historia del pensamiento económico para mejorar su calidad.
Además, la economía está en función de la sociedad y por tanto se debe buscar la mayor cantidad
de información posible para la toma de decisiones eficientes y a pesar de que los modelos
matemáticos sean importantes se debe buscar el solucionar problemas antes de impresionar con
estos. Como se lo plantea Bateman (2019) cuando dice: “somos estrechos para considerarnos
economistas cuando estamos mucho más interesado en diseñar complejos modelos económicos
(…) en lugar (..) de resolver problemas económicos apremiantes; (..) no es de extrañar que la
diciplina no atraiga a una amplia gama de personas”. Representando así una de las problemáticas
de la concepción contemporánea de la visión del deber ser de la economía.
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progreso.

Referencias
Blaug, M. (2001). No History of Ideas, Please, We're Economists. Journal Of Economic
Perspectives, 15(1), 145-164. doi: 10.1257/jep.15.1.145
Bagchi, A. (2013). Contextual political economy, not Whig economics. Cambridge Journal Of
Economics, 38(3), 545-562. doi: 10.1093/cje/bet041
Barak, G. (2015). Vincenzo Ruggiero: The Crimes of the Economy: A Criminological Analysis

of Economic Thought. Critical Criminology, 23(2), 201-203. doi: 10.1007/s10612-015-9265-8

Bateman, V. (2019). The Routledge Handbook of the History of Women’s Economic Thought.

Contributions To Political Economy, 38(1), 94-97. doi: 10.1093/cpe/bzz004

10.1177/0486613411412538

Driesen, D., & Bogojevic, S. (2013). Economic Thought and Climate Disruption: Neoclassical

and Economic Dynamic Approaches in the USA and the EU. Journal Of Environmental Law,

25(3), 463-483. doi: 10.1093/jel/eqt017

Navarro, A. (2012). Global Capitalist Crisis and the Second Great Depression [Ebook] (1st ed.,

pp. 117-125). United States: Lexington books. Retrieved from

https://books.google.com.co/books/about/Global_Capitalist_Crisis_and_the_Second.html?

id=ZG8_b7tXcm8C&redir_esc=y

Wicks-Lim, J. (2011). Book Review: The Living Wage: Lessons from the History of Economic

Thought. Review Of Radical Political Economics, 43(4), 595-597. doi:

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