Diego Fernando Yepes Rueda.

2160064.

DEFINICIÓN DE LA TEORÍA DE LA JUSTICIA.

A partir de lo analizado en los libros de John Rawls, Amartya Sen y Martha Nussbaum sobre su
visión de la justicia, es posible estructurar una teoría propia que una los principales aportes de
estos grandes filósofos. Para comenzar, Rawls expone la justicia como equidad, desde una
perspectiva más teórica, en donde le da primacía al ejercicio de la libertad sobre la igualdad; pero
teniendo en cuenta la necesidad de enmendar las desigualdades que persisten en dicha libertad,
apostándole a una igualdad de oportunidades. Es así, como los individuos deben cooperar para
establecer unos principios de justicia, partiendo de una posición original, que les permitan fijar
condiciones equitativas de desarrollo, que sean aceptadas por todos y en las que se conserve la
idea de reciprocidad a través de la organización de unas instituciones básicas que las garanticen.

Sin embargo, su pensamiento es cuestionado por Sen, quien es más práctico y habla sobre las
limitaciones de esta teoría de la justicia anteriormente expuesta. Para él, la idea de justicia no
debe ser algo idealista, puesto que las injusticias van a permanecer, pero es posible buscar la
manera de subsanarlas. Así, le da mayor importancia a la extensión de las libertades de las
personas para poder elegir la vida que valoran y que quieren llevar a cabo según su alcance, lo cual
denominó su teoría de las capacidades. De esta manera, Sen enfatiza en las injusticias remediables
que hay que luchar por suprimir.

Finalmente, Martha Nussbaum complementa lo enunciado por Sen, pero desde un enfoque
totalmente innovador, aportando la idea de la imaginación literaria. La autora realiza un contraste
de la teoría utilitarista con una nueva forma de análisis más integral de los problemas humanos,
que permite darle valor a las emociones racionales asociadas con la literatura, que nos hacen
plenamente humanos y dan como resultado el surgimiento del juez moral y una nueva forma de
percibir la ciudadanía.

De todo lo anterior, rescato que Rawls se haya esforzado por repensar una teoría de la justicia en
donde priman las libertades, pero se parte de la igualdad para establecer unos principios de
justicia que irradien en la sociedad, sin embargo, concuerdo con Sen en que las injusticias son
inevitables, pero no por ello debe evitar tomarse un enfoque práctico para luchar por eliminarlas.
De este modo, considero que no hay que enfocarse en buscar una justicia perfecta o ideal, sino en
tratar de enmendar las injusticias y opresiones que hacen parte del mundo en que nos
encontramos a partir del uso de la razón. Pero, aquí rescato las ideas de Nussbaum, puesto que no
solo debemos basarnos en un pensamiento meramente apegado al pensamiento normativo y
científico, puesto que es necesario tomar decisiones que sean guiadas en buena forma por
nuestras emociones, las que nos permiten realizar una valoración plenamente humana de los
problemas y las injusticias que enfrentamos. De igual forma, la ética, la literatura y el pensamiento
humanista deben estar incluidos en la formación de los servidores públicos y de los ciudadanos.

Es así como concluyo, que la justicia es la necesidad que tenemos todos los individuos de alcanzar,
pero para lograrla, debemos entender que no podemos partir del ideal de que se podrán erradicar
todas las injusticias para conseguirla, sino de que a través de una transformación del pensamiento
y del accionar de las personas, se podrán poco a poco ir enmendando. Este cambio de paradigma
requiere que tanto la razón como el corazón hagan parte, puesto que no se trata de estar en el
extremo en el que se privilegien las emociones sobre las normas, porque resultaría en una ética
vacía, pero tampoco de generar un pensamiento utilitarista y meramente científico que elimine la
posibilidad de empatizar con el otro y dejarse guiar sanamente por los sentimientos que nos hacen
humanos. Encontrar ese balance, es lo que permitirá que la justicia pueda lograrse, de a pequeños
pasos, en la vida pública.