LA UNION INTERNACIONAL DE DERECHO PENAL.- En vista de las divergencias existentes entre las distintas tendencias o escuelas de Derecho Penal, una tentativa de conciliación de las doctrinas sustentadas por la escuela clásica, la antropológica y la sociológica, ha sido realizada por tres profesores de derecho penal mundialmente conocidos que son: M. Von Hamel, holandés, profesor de la Universidad de Amsterdam; Adolfo Prins, belga, profesor de la Universidad de Bruselas, y el último, Von Liszu, alemán, pro fesor de la Universidad Marbourg, y luego de las de Hale y de Berlín. Con este fin fundaron en 1899, la Unión Internacional de Derecho Penal, la cual ha reunido congresos internacionales periódicos, y publicado una revista de sus trabajos escrita en francés y alemán, hasta que se disolvió al iniciarse la primera guerra mundial en 1914. Después de agrupar en su seno a criminalistas de países y tendencias distintos, terminó al fin por formular una doctrina científica que ha sido resumida así: 1) Sin aceptar todas las ideas de la escuela italiana, ha reconocido la necesidad de adoptar el método experimental, y de tener en cuenta los estudios antropológicos y sociológicos para la investigación de las causas diversas de la criminalidad, y los medios, igualmente diversos, de combatir las; 2) la pena no es el único medio de lucha, y debe ser completada con la organización de instituciones preventivas, que tengan por fin hacer más raras las ocasiones y las tentaciones de delinquir; 3) la pena no debe tener un fin exclusivo, sino tender, según los casos, a la intimidación, a la expiación, la reparación y a la enmienda; 4) la pena, en su aplicación, debe ser individualizada, es decir, adaptada a las exigencias resultantes de las condicio.nes personales y sociales del delincuente. La Unión Internacional de Derecho Penal ha propuesto que se admita, además, que ciertos individuos. sus antecedentes judiciales, por sus malos hábitos de vida, por sus tara siológicas y mentales, deben ser declarados en estado dañoso, y que convendría tomar a este respecto, fuera de toda pena propiamente dicha, una medida de seguridad de duración indeterminada, destinada a hacerles sufrir un tratamiento apropiadamente provechosa.
LA ASOCIACION INTERNACIONAL DE DERECHO
PENAL.- Ter minada esa guerra, vuelven los penalistas a la lucha, y es ahora, bajo el impulso entusiasta de Quintiliano Saldaña, profesor de la Universidad de Madrid, que se forma un nuevo agrupamiento de hombres de ciencia en el año 1924, con la dominación de Asociación Internacional de Derecho Penal, cuyo asiento se estableció en París, en la Sorbona, en la Facultad de Derecho. BREVE HISTORIA DE NUESTRO DERECHO PENAL- Tenemos remontamos un poco en el curso de la historia, para hacer más completa esta exposición, esto es, tenemos que comenzar por aquellos tiempos en que aun las naves españolas no habían tocado con sus quillas a nuestra isla de Haití, como entonces se llamaba, y es preciso que revolvamos un poco las cenizas del pasado y retrocedamos a la época de los indios. A pesar de que José Gabriel García nos dice, en su Compendio de Historia de Santo Domingo, que "la administración de justicia estaba a cargo de los nitaínos, quienes formaban un tribunal cuyas decisiones eran irrevocable después que pasaban por el juicio de los ancianos", son muy pocos los de tos que tenemos de esa época, y ninguno revela cuáles eran las normas que tales jueces seguían para la incriminación y sanción de los hechos prohibidos u ordenados por los gobernantes, ni cuáles eran esos hechos. Fray Bartolomé de las Casas nos dice, en su Historia de Indias, que los caciques, para gobernar a los indios, "no pasaban más trabajo que un padre de familia tiene en su casa solo, mujer e hijos", y que "no en muchas partes del mundo se hallará esta maravilla". Y agrega luego, que en esta isla "no se sabía lo que fuese hurto, ni adulterio, ni fuerza que hombre hiciese a mujer alguna, ni otra vileza, ni que dijese a otro injuria de palabra y menos de obra"; que, "cuando alguna vez, por gran maravilla, recibía algún enojo de otro, la venganza que él tomaba era decille, si era zarco de los ojos, buticaco, que quiere decir: anda, para zarco de ojos; y si tenía los ojos negros, xeticaco, y si le faltaba un diente, mahite, anda, que te falta un diente, y asi otra injurias de otra manera"; y, para darnos una idea de lo pacífico que eran indios, refiere: “y es verdad, como arriba en un capítulo dije, que veinte años que yo estaba en esta isla, y nunca vì reñir en ella, ni en otra parte, indio con indio, sino una vez en la ciudad de Santo Domingo, que reñir dos, y estamos dando el uno al otro con los hombros y con los codos, estando quedas las manos, que no mataran una osca si donde se daban con los hombros la tuvieran".