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El cuerpo cyborguesque en la instalación interactiva Trittico Mostruoso

EL CUERPO CYBORGUESQUE EN LA INSTALACIÓN INTERACTIVA


TRITTICO MOSTRUOSO

El tema de esta reseña va a ser la instalación interactiva de Stefano Scarani y


Danio Catanuto, Trittico Mostruoso.
Estos dos músicos milaneses trabajan desde hace algunos años desarrollando el
texto artístico en forma de instalación interactiva y plasmando a través de ésta algunos de
los conflictos que nacen de la relación entre los cuerpos y el mundo (la sociedad). Es
frecuente en sus trabajos la creación de criaturas cyborgs que interactúan con el
espectador o que, al menos, lo intentan…
Este tipo de propuesta es muy interesante –la instalación interactiva- ya en su teoría
general, por la participación que requiere por parte del espectador y por la particular
relación de colaboración que crea entre éste y el autor –relación sumamente difícil en
ocasiones por la perplejidad y desconfianza con las que el público recibe el hecho de
tener que participar, a veces con su cuerpo, performativamente en el desarrollo de la obra
de arte.
Incluyo la presentación de Trittico Mostruoso elaborada por Stefano Scarani1:

El sueño de la razón genera mónstruos

El híbrido, el monstruoso, el ser compuesto por mil partes, ha suscitado


siempre una mezcla de repulsión y de atracción fatal. Animales monstruosos
con cabezas de león y cuerpos humanos, piernas de cabra y colas de pez,
están presentes en cada relato de viajes, de marineros, en los dibujos de
estudiosos, en las tablas de los tratados anatómicos y de biología
fantástica, en las gárgolas medievales y de todas las catedrales góticas.
Toda la mitología clásica está constelada de ellos, de los hipógrafos a los
centauros, a las sirenas, a los cíclopes. El joven Leonardo, se dice,
“construyó” animales compuestos por piezas de proveniencia varia. Y aún

1
La traducción es mía.

Cristina Bartolomé Martínez 1


El cuerpo cyborguesque en la instalación interactiva Trittico Mostruoso

en la fantasía literaria, de Mery Shelley y su Frankenstein, hasta los


modernos mutantes de Stan Lee. Hierónimus Bosch ha hecho de ellos
imagen y lenguaje en su obra. Baltrusaitis testimonia, en sus estudios, la
interculturalidad, la multiplicidad. El cyborg es la visión más
contemporánea, donde los componentes biológicos se conjugan con los
tecnológicos.
El híbrido nos acompaña porque lo llevamos dentro.
Este tríptico monstruoso se presenta como un juego, una cómica puesta en
escena, pero el mecanismo de fondo es el mismo; jocoso es lo monstruoso,
aunque no de miedo, es más, prevalece el lado cómico. Por lo tanto eso
significa que somos nosotros mismos los que construimos nuestro híbrido,
dotados sólo de partes humanas, partes “normales”, que a través de la
coincidencia casual, generan monstruos.

El funcionamiento de la instalación es muy sencillo: hay una gran pantalla donde se


combinan las tres partes –cabeza, busto, piernas- que componen un cuerpo artificial. A
través de un gran pulsante que el público acciona se generan combinaciones casuales de
las tres partes, dando origen cada vez a “monstruos” diferentes.
Monstruos y monstruoso son las palabras que repiten sus autores en la presentación,
queriendo de esta manera transladarnos a otras épocas pobladas por seres mitológicos,
imposibles combinaciones de los más dispares cuerpos. Pero todo esto a través de la
tecnología: es la tecnología la que permite en el s.XXI crear “monstruos”, si se quiere, yo
prefiero “nuevos cuerpos”.

Un cyborg es un organismo cibernético, un híbrido de máquina y organismo, una


criatura de realidad social y también de ficción. La realidad social son nuestras
relaciones sociales vividas, nuestra construcción política más importante, un
mundo cambiante de ficción.2 (…) El cyborg es una criatura en un mundo
postgenérico. (…) es también el terrible telos apocalíptico de las crecientes

2
HARAWAY, Donna, Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza, Editorial Cátedra, col.
Feminismos, Madrid 1995, pp.253.

Cristina Bartolomé Martínez 2


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dominaciones occidentales de la abstracta construcción de individuos; un último yo


no atado finalmente a ninguna dependencia, un hombre en el espacio.3

El cyborg que nos propone Trittico es un organismo formado con elementos de


otros organismos, pero con corazón tecnológico. Es un híbrido en todos los sentidos, no
sólo sexualmente –ya que combina cuerpos femeninos con cuerpos masculinos- sino, y
sobretodo, socialmente. Adquiere a través del vestuario diferentes roles que vienen
siendo atribuidos por la sociedad a lo largo de su historia, y los combina ridiculizándolos
y vaciándolos de su sentido adquirido.
Es la velocidad que mueve a la sociedad actual, son las ansias por encasillarse, por
construirse. Trittico nos presenta personajes con muchos roles, o lo que es lo mismo, sin
ninguno. En definitiva, destruye la adjudicación social de roles, ya que, cambiándolos
velozmente y de manera casual, éstos pierden su valor.
Diciéndolo con Giulia Colaizzi4, el cyborg es un organismo híbrido basado en la no
identidad del cuerpo consigo mismo, la parcialidad de sus partes y sus funciones.
Esta descripción parece escrita para Trittico, que intenta resaltar, sobretodo, la ausencia
de identidad de ese cuerpo dada, no tanto por su heterogénea composición corporal,
cuanto por la de la multifuncionalidad que se deriva de los roles que aporta el vestuario.
Y, si bien, como indican sus autores en la presentación, causa risa por lo grotesco de sus
formas, esta identidad múltiple –o falta de identidad- que transmite invita a una reflexión
sobre el lugar del individuo en la sociedad.

Pero vamos a analizar el texto un poco más detenidamente; con Trittico


Mostruoso nos encontramos ante la creación de un organismo -vamos a llamarlo cuerpo-
que nace de la unión de tres individuos diferentes.

3
HARAWAY, Donna, Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza, Editorial Cátedra, col.
Feminismos, Madrid 1995, pp.255.

4
COLAIZZI, Giulia, The Cyborguesque. Subjectivity in the Electronic Age, Eutopías, 2ª época, pp.2.

Cristina Bartolomé Martínez 3


El cuerpo cyborguesque en la instalación interactiva Trittico Mostruoso

Esto nos sitúa ante este nuevo cuerpo híbrido que no puede considerarse ni hombre ni
mujer, pero tampoco un ser asexuado. Es un cuerpo hermafrodita que conjuga algunos
tópicos que suelen caracterizar al hombre (miradas duras, más de macho, posición ruda
de piernas y brazos), a veces a la mujer (piernas entrecruzadas, ladeamiento de
caderas…), pero que no necesariamente se corresponden con el cuerpo (o la vestimenta
que caracteriza al) hombre o a la mujer.
Me explico: muchas veces la cabeza, el busto o las piernas de la mujer reproducen alguna
posición típicamente femenina o tópicamente atribuida al cuerpo femenino. Otras tantas
sucede lo mismo con la cabeza, el busto o las piernas de los hombres. Pero, al mismo
tiempo, se puede dar el caso de que la cabeza, el busto o las piernas de la mujer
reproduzcan gestos masculinos y viceversa. Esto puede suceder por haber entrado a
través del vestuario en el rol del hombre (o el hombre en el de la mujer), pero no
necesariamente es así; a veces, las piernas de mujer con las uñas de los pies pintadas de
rojo y zapatos de tacón, reproducen el gesto de la patada al balón de fútbol -
tradicionalmente adjudicado al sexo masculino “porque el fútbol es cosa de hombres”.
Es decir, se ha intentado jugar con el tópico reproduciéndolo en tantas situaciones que, al
final, pierde su sentido de separador de identidades sexuales.
Este es uno de los aspectos de análisis que nos ofrece Trittico, aunque no es el único y,
desde nuestro punto de vista, tampoco el que mueve el sentido último de la instalación.
Si bien el travestimento puede servir para cambiar –definir, acabar con- la
identidad sexual –con el ser masculino y femenino- no es éste el único cambio al que nos
conduce. El vestido nos ayuda a conquistarnos una identidad social, se convierte en el
lugar de la identidad; por lo tanto, el travestimento nos invita a cambiarla y, cambiándola
al infinito, a eliminarla.
Éste es el motivo primero del Carnaval, ser quienes no somos y cambiar nuestro lugar en
la escala social.

Carnivals disrupt this notion of time as a mere repetition of identical moments, the
idea of a world built on the fixity of values and social roles; by relativizing and

Cristina Bartolomé Martínez 4


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ridiculizing the official world trough the creation of a second world, a parody-
world.5

En su artículo Cyborguesque, Giulia Colaizzi trabaja con las ideas de cuerpo


grotesco y Carnaval desarrolladas por Bajtin y afirma que el mundo paralelo que se
creaba en la Edad Media durante el periodo del Carnaval “se basaba en el
cuestionamiento a través de la parodia y la risa, de las normas, prohibiciones, valores,
seriedad y jerarquía del mundo oficial”.6
Nuestra sociedad se encarga de recordarte constantemente que DEBES ser un
hombre o una mujer de provecho, DEBES buscarte un empleo (que no un trabajo)7,
DEBES producir, DEBES ser alguien. Y este “ser alguien” te lo ganas trabajando, con tu
empleo.
Todo esto, aliñado con la dificultad de encontrar el tan buscado “empleo”, y la necesidad
de pasar por decenas de colocaciones de todos los tipos y vestirse con las identidades de
cada una de ellas. Pero, si somos lo que hacemos, ¿cambiamos de identidad cada vez que
cambiamos de empleo? Vestir todas estas identidades significa –de alguna manera-
acabar con ellas, desnudarlas y vaciarlas de su presunta importancia.
Una de las preguntas que más escuchamos en nuestro día a día es: “y tú, ¿a qué te
dedicas?” Si se intenta responder a esta fatídica pregunta con un “soy músico”, “soy
pintor” o “yo escribo”, seguramente nuestro interlocutor nos mirará sorprendido y nos
atizará un: “nooo, digo como trabajo”. Cito a María Ruido:
La “institución arte” tradicional niega la condición de trabajador del artista y su
capacidad de influencia y responsabilidad en la vida cotidiana8

El artista, para poder vivir, pasa también por los doscientos trabajos basura, por
ese desfile de vestidos diversos, de identidades diversas.

5
COLAIZZI, Giulia, The Cyborguesque. Subjectivity in the Electronic Age, Eutopías, 2ª época, pp. 12.
6
COLAIZZI, Giulia, The Cyborguesque. Subjectivity in the Electronic Age, Eutopías, 2ª época, pp. 11. La
traducción es mía.
7
En el artículo “Mamá quiero ser artista!” –incluído en el dossier del seminario “Corporizar el
pensamiento: cuerpos, géneros, tecnologías”, María Ruido menciona la diferencia social entre trabajar y
tener un empleo.
8
RUIDO, María, “Mamá quiero ser artista!”, A la deriva por los circuitos de la precariedad femenina,
editado por Precarias a la Deriva (Traficantes de Sueños, Madrid, 2004). Incluido en el dossier del
seminario “Corporizar el pensamiento: cuerpos, géneros, tecnologías”.

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El cuerpo cyborguesque en la instalación interactiva Trittico Mostruoso

Trittico Mostruoso es, en este sentido, un intento de influir en la vida cotidiana, de


tomarse la responsabilidad para con la sociedad que tenemos todos y denunciar el
ficticio mundo de roles adjudicados y cambiantes en el que vivimos.

BIBLIOGRAFÍA

CALEFATO, Patrizia, “Tra strategie comiche e grotesche: il corpo e gli abiti nel film di
Roberta Torre “Tano da morire””, Lectora. Revista de dones i textualitat, nº5/6
(1999/2000), Centre Dona i Literatura, Barcelona, 2000, pp.117-122.

COLAIZZI, Giulia, “Placer visual, política sexual y continuidad narrativa”, Arbor, nº686
(febrero 2003) pp.339-354.

COLAIZZI, Giulia, “The Cyborguesque. Subjectivity in the Electronic Age”, Eutopías,


2ª época.

COLAIZZI, Giulia, “Il campo: travestimento e identità”, Lectora. Revista de dones i


textualitat, nº5/6 (1999/2000), Centre Dona i Literatura, Barcelona, 2000, pp.96-105.

DE RUGGIERI, Francesca, “Ibridazioni carnavalesche sul corpo delle donne fra cinema
e new media”, Lectora. Revista de dones i textualitat, nº5/6 (1999/2000), Centre Dona i
Literatura, Barcelona, 2000, pp.123-128.

HARAWAY, Donna, Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza,


Feminismos, Editorial Cátedra, Madrid, 1995.

ONORATI, Maria Giovanna, “Orlando: l’utopia di un corpo in transito”, Lectora. Revista


de dones i textualitat, nº5/6 (1999/2000), Centre Dona i Literatura, Barcelona, 2000, pp.
107-115.

RUIDO, María, “Mamá quiero ser artista!”, A la deriva por los circuitos de la
precariedad femenina, editado por Precarias a la Deriva (Traficantes de Sueños, Madrid,
2004).
Incluido en el dossier del seminario “Corporizar el pensamiento: cuerpos, géneros,
tecnologías”.

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