Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
es
Confiar en la Suerte
Esto se da, sobre todo, cuando empezamos. Cuando todavía no dominamos el lenguaje
fotográfico y/o nuestra cámara. Seguro que más de una vez te ha pasado, has
empezado a hacer fotos y, de golpe, te ha salido una imagen buenísima que no sabes ni
cómo has podido captarla. Ser mejor fotógrafo significa, entre muchas otras cosas,
saber exactamente qué pasa cuando haces click y, también, qué es lo que
hace una foto sea buena o mala. No es propio de buenos fotógrafos hacer fotos buenas
“sin saber cómo”. Es decir, no es propio de los buenos fotógrafos confiar ciegamente en
la suerte. Las buenas imágenes, por norma general, deben trabajarse siempre. Y
la única manera de trabajar una foto es sabiendo qué es lo que tenemos delante, qué es
lo que queremos conseguir, cómo debemos trabajar a nivel de composición para
conseguirlo y, sobre todo, saber cómo funciona el equipo fotográfico que tenemos en las
manos para poder plasmas aquello que tenemos en la mente. Por supuesto, esto no
significa que la suerte no tenga ningún papel en las imágenes de un buen fotógrafo:
todos tenemos grandes golpes de suerte y hay fotografías “improvisadas” muy
buenas. Pero de la misma manera que el gran Dalí dijo que prefería que la inspiración le
pillara trabajando, la buena suerte debe pillarte preparado. ¡Es la única manera de poder
aprovecharla!
Disparar a lo Loco
Ya se ha hablado mucho sobre esto, y es que es uno de los grandes vicios que ha traído
la fotografía digital: el carrete no se termina, así que no hay miedo de disparar,
disparar y disparar. Y algo bueno saldrá. Eso no es hacer fotografías, es disparar
una metralleta. Cuando nuestra intención es llegar a ser mejores fotógrafos deberíamos
pararnos a pensar qué estamos haciendo. Pensar cada foto o, al menos, ser consciente
de lo que estamos disparando. Esto tiene que ver un poco con el punto anterior: utiliza
tu cámara de fotos como un pintor utilizaría su pincel, siendo consciente de que cada
movimiento tiene una consecuencia en el resultado final de la imagen. ¿El secreto
para no encontrarte disparando a todo lo que se mueva? Relájate, tómatelo
con paciencia, regálate un tiempo para pensar si la mejor foto que puedes tomar a
aquello es la que estabas a punto de hacer. Si te ayuda, también puedes ponerte un
límite de fotos a tomar en una salida fotográfica, como si dispararas con un carrete.
Este es uno de los ejercicios que más me ayudaron a mí, ¿te atreves?
No Imprimir Fotografías
Otro de los vicios de la fotografía digital: nos hemos acostumbrado a ver nuestras
imágenes, siempre, en una pantalla. Y la verdad es que una fotografía no se ve
igual en papel que en digital. No sólo por la calidad de impresión o por las
sensaciones que te puede producir el hecho de tener tus fotografías físicamente en las
manos. El hecho de ver las imágenes en un formato tan distinto puede hacer que
aprecies cosas que se te habían pasado por alto a la hora de valorarlas un medio digital.
Escoge tus mejores fotos, busca un buen laboratorio fotográfico e imprime.
Observa con calma, ordena, descarta. Además, de este modo, poco a poco irás
haciéndote tu propia colección fotográfica con tus mejores imágenes!
Enlaces Relacionados
7 Errores Típicos de un Principiante Y Un Único Consejo Para Evitarlos
Descubre 7 Malos Hábitos Fotográficos que Podrían Estar Arruinando tus Fotos
Fotografía Espontánea: Cuando las Buenas Fotos Salen por Casualidad
Razones por las que No Deberías Empezar a Tomar Fotos Como un Loco con tu
Nueva Cámara