EL PLAN DE DIOS EN LA

FAMILIA
La Iglesia enseña que la familia es uno de los bienes más
preciosos de la humanidad, porque forma parte del plan de Dios
para que todas las personas puedan nacer y desarrollarse en una
comunidad de amor, ser buenos hijos de Dios en este mundo y
participar en la vida futura del Reino de los Cielos: Dios ha
querido que los hombres, formando la familia, colaboren con Él
en esa tarea.

¡Sabías que los planes de Dios sobre el matrimonio y la familia

están revelados en las Sagradas Escrituras!
Lee el siguiente párrafo y encontrarás exactamente dónde se
encuentra el fundamento.

En la Sagrada Escritura -la Biblia-, se narra la creación del primer hombre y de la

primera mujer: Dios los creó a su imagen y semejanza; los hizo varón y mujer, los
bendijo y les mandó crecer y multiplicarse para poblar la tierra (cf. Gen 1,27). Y
para que esto fuera posible de un modo verdaderamente humano, Dios mandó
que el hombre y la mujer se unieran para formar la comunidad de vida y amor
que es el matrimonio (cf. Gn 2,19-24).
1) Comenta con tus compañeros el significado del siguiente mensaje que el Papa Francisco nos
dejó en una de sus audiencias cuando se dirigía a las familias. Luego escribes las
conclusiones a las que llegaron.

"Hay tres palabras mágicas: 'Permiso' para no ser invasivo en

la vida del otro. 'Gracias', agradecer lo que el otro hizo por
mí, la belleza del decir gracias. Y la otra, 'perdón', que a veces
es más difícil, pero es necesario decirla"

Segundo grado – Secundaria Arzobispado de Lima

Oficina de Educación
2) Con ayuda de diferentes recursos, elabora un collage que transmita un mensaje para que las
familias puedan practicar más la unidad, teniendo en cuenta que la familia no solo lo hace
una persona, sino más bien todos los miembros que la conforman.

Señor Jesús, hoy me

quiero comprometer a:
_____________________
_____________________
_____________________
_____________________
_____________________
_____________________
______
Haz, Señor, que en nuestra casa, cuando se
hable, siempre nos miremos a los ojos y
busquemos crecer juntos; que nadie esté
sólo, ni en la indiferencia o el aburrimiento;
que los problemas de los otros no sean
desconocidos o ignorados.
Señor, que en nuestra casa sea importante el
trabajo, pero no más importante que la
alegría; que la comida sea el momento de
alegría y de conversación; que el descanso
sea paz del corazón y del cuerpo; que la
riqueza mayor sea estar juntos.
Amén.

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