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Construcción de la relación de pareja y sus dificultades.

El amor es una emoción que llega, en muchas ocasiones, como un rayo que nos atraviesa
desde la cabeza hasta la punta de los pies. Todo nuestro cuerpo vibra con el placer de estar
con la persona amada. Esa experiencia inicial de amor que trae consigo la euforia, el placer
y la pasión va desapareciendo. ¿Cómo actuamos cuando llega ese momento? ¿Cuáles
eran nuestras expectativas iniciales que ahora se ven defraudadas? ¿Hacia dónde caminar
cuando ese amor pasional se va acabando? ¿Por cuáles procesos de cambios tiene que
atravesar una pareja para consolidar su relación? En este texto desarrollaré algunas ideas
en relación a las etapas por las cuales pasa una pareja para consolidar su relación amorosa
y algunos de los problemas que se suelen presentar en ese trayecto.

Designare tres momentos en la construcción de la relación amorosa, primero el


enamoramiento, segundo la crisis, tercero ruptura o crecimiento. Estos momentos se
pueden presentar en una misma pareja en diferentes momentos de la vida y cada momento
tiene sus características.

Comencemos hablando del enamoramiento ¿Cómo imaginamos que inicia un vínculo


amoroso? ¿Cómo dos jóvenes que se conocen en la escuela? ¿Dos miradas que se cruzan
en el transporte? ¿Un encuentro predestinado en alguna fiesta? El amor puede surgir y
aparecer en cualquier momento, en diversas situaciones, lugares y circunstancias, un amor
a primera vista o hasta un quinto encuentro. La forma en que nos enamoramos son tan
diversas y complejas como las personas mismas, lo cierto es que el amor llega sin aviso a
cambiarnos la vida. La primera etapa de una relación va desde conocerse, el coqueteo
hasta la formalización del noviazgo, durante este tiempo ambas partes sienten un enorme
interés por la otra persona. Cada uno ve al otro casi como la persona perfecta. Aquí para
poder iniciar y mantener la nueva relación se dan dos procesos psicológicos distintos. El
primero es la negación, con el cual dejamos de notar los defectos o las cosas que nos
podrían desagradar de la otra persona; el segundo es la idealización, se reconoce en el
momento que la otra persona se vuelve totalmente maravillosa y símbolo de todo lo bueno
de la vida. Así, en estos primeros momentos se niegan los defectos y contradicciones,
aumentando las virtudes de la persona amada. Conforme avanza la relación, crece la
confianza, el cariño, el respeto, los mecanismos de idealización y negación irán perdiendo
terreno permitiéndonos conocer a la otra persona en su totalidad (virtudes y defectos; cosas
que nos gustan y cosas que nos desagrada). El tiempo de esta etapa es variante de
persona a persona y entre parejas.

La crisis, segundo momento en el desarrollo de la relación de pareja. Al crecer el vínculo


amoroso y la relación, los mecanismos de idealización y negación irán siendo innecesarios,
en ese momento se comienzan a ver los defectos y aspectos negativos de la pareja.
Podríamos decir que se vive un duelo de la imagen idealizada que teníamos de nuestra
pareja, al mismo tiempo el otro también se desilusiona de nosotros. El amor y la confianza
en el otro permite a la pareja aceptar y trabajar los aspectos negativos de cada uno para
superar ese momento de pérdida mutua. Este momento es crucial ya que estamos frente a
una situación donde será necesario reconocer a la otra persona y a nosotros mismos en su
totalidad, aceptar los defectos y parte negativas de la pareja, pero también de uno mismo.
La situación suele llevar a diversos conflictos y peleas, en muchos casos es en este punto
donde una pareja puede decidir separarse. En otros casos se dirige a una aceptación de la
otra persona y juntos buscar soluciones.

Una vez que los miembros de la pareja aceptan las partes negativas llegan a la tercera
etapa que es de ruptura o crecimiento. Al lograr ver los aspectos negativos de la otra
persona podemos pensar y decidir aquello que estamos dispuestos a aceptar, tolerar o
aquello con lo que no se puede estar juntos. En los momentos en que los aspectos
negativos y la falta de comunicación de la pareja son mayores, esto puede llevar a una
ruptura. Por otro lado, si ambas partes están dispuestas al cambio y abiertas a la
comunicación, la relación comienza a crecer y tener sus raíces en la aceptación, respeto y
el diálogo.

Aunque cada fase parece seguir una secuencia que termina en poner término a la relación o
crecer en una relación sana, pocas veces se da de esa manera. Habitualmente existen más
factores en nuestra forma de elegir una pareja y en nuestras personalidad que influencian
este proceso. En ocasiones, por ejemplo, a pesar de las constantes peleas y discusiones
nos negamos a ver el daño que nos hace; manteniendo una idealización de los momentos
felices y negando esta parte negativa. En otros momentos, cuando uno de los integrantes
de la pareja (o ambos) tiene baja autoestima en el momento de crisis no tolerarán que se
les señale sus aspectos negativos propios y buscarán resaltar los defectos de la otra
persona; en otra situación podría ser que al ser muy sensibles a las críticas la relación
termine rápidamente. ¿Qué se puede hacer en esos momentos? ¿Cuales son las mejores
opciones?

Lo principal es abrir el diálogo y la comunicación asertiva, permitirnos expresar nuestras


emociones y permitir al otro expresarlas. Sin embargo, es un trabajo que requiere esfuerzo,
ya que implica poder aceptar las partes negativas de nosotros mismos y las formas
positivas y negativas en que nos ve nuestra pareja. Es importante tratar de escuchar y no
tomar las cosas personales para poder aceptar las críticas, evitar las agresiones y escalar a
una discusión llena de ataques. Cuando las dificultades siguen creciendo, una excelente
opción es acudir a una psicoterapia de pareja o psicoterapias individuales.

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