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15 de junio, 2018
En las últimas décadas las organizaciones se han preocupado por modernizar sus estructuras
administrativas por algo más efectivo y dinámico que permita responder con solvencia a los
acelerados cambios tecnológicos y sociales, buscando productividad y competitividad, ante la
exigencia de los nuevos mercados. Ese entorno desafiante determinó, la mutación de la
organización “funcional” en un modelo “matricial”, que manteniendo su estructura
original permeó la presencia temporal de proyectos de interés a la visión estratégica,
organizados y controlados por la figura de un gerente de proyecto. Esta misma tendencia
se plasmó en el talante de dirección, pasando de un modelo jerarquizado a uno más
participativo, en donde el rol del líder se encamina a eliminar los obstáculos del equipo de
trabajo, que se define como auto disciplinado, auto organizado y muy calificado. Además, el
foco de las habilidades “duras” propias del gerente tradicional, se fortaleció con las habilidades
“blandas”, incorporando adicionalmente la “inteligencia emocional”, como condición en las
cualidades del nuevo modelo de dirección.
A principios del 2001 el Manifiesto Ágil sentó las bases para otro estilo de “gerencia de
proyectos” que prometía bajar la tasa de fracasos, orientado, inicialmente, al desarrollo
de software y proyectos informáticos. El concepto de liderazgo que se propuso entonces,
coincide con el de “facilitador” y surgen nuevas expresiones como el “líder de producto o
servicio”, donde la figura de un gerente de proyecto convencional, se diluye. Su éxito ha sido
reconocido e impulsado en el mundo académico, empresarial e institucional, pero el intento de
aplicación universal en corporaciones mayores, está por verse, dado que el modelo de trabajo
previsto requiere de un esfuerzo muy estrecho entre cliente y el equipo de trabajo, y conseguir
este tipo de relación en determinadas organizaciones, no parece fácil de fecundar.
Muchas compañías pioneras y de clase mundial han descubierto que para mantenerse en el
mercado necesitan algo más que conocimientos sobre conceptos básicos de gerencia, de
calidad elevada, de costes reducidos y de diferenciación, además de esto, también es
necesario velocidad y flexibilidad. Por todo lo anterior, ahora se busca un nuevo perfil
profesional, del que se impone entre otras habilidades: mente abierta o disruptiva; con
inclinación creativa e innovadora; competente tecnológicamente; proclive a los desafíos y
socialmente comprometido, en resumen, profesionales más permeables, con flexibilidad y
sorpresa, con facultad de aprender, olvidar y reaprender; con madurez ante el fracaso y
capacidad de recuperación, vale decir, gestores y promotores de cambio.
Nadie puede dar garantías de éxito de cualquier tipo de proyecto, en cualquier industria o
sector, independiente de su magnitud e importancia. Sin embargo, nuestra experiencia nos
permite afirmar que el éxito depende de diferentes circunstancias y factores, pero en todo
caso, como elemento común está el talento, conocimiento y experiencia de un gerente de
proyecto o un gerente de producto, puesto que, el uso adecuado de una correcta metodología
y la aplicación de tecnologías apropiadas, y la conformación de un equipo eficiente, son
aportes esenciales y comunes, que añaden valor, en uno u otro modelo. Aquí es donde
aparece la posibilidad de convivencia y la complementaridad del modelo de cascada o
tradicional con el modelo incremental o adaptativo o ágil. Lecciones contundentes y
aleccionadoras recibimos en la sexta edición del Pmbok.
Una de las virtudes que debe exhibir un gerente de proyecto o de producto exitoso es
sin duda la innovación que es claramente compatible con el rigor propio de la dirección.
Dado que la creatividad es un proceso no lineal y divergente (ágil, libre, indisciplinado,
rebelde, anárquico en ocasiones), debe estar acompañado de elementos contrarios. Puesto
que un proceso demasiado divergente o disruptivo asume riesgos innecesarios y un proceso
en extremo convergente no tolera la renovación. Es el equilibrio siempre buscado entre la
ciencia y el arte, y la gerencia de proyecto o la gerencia de producto es una mezcla de ambos.
http://www.liderdeproyecto.com/articulos/100_convivencia_y_complementaridad_de_las_metod
ologias_agiles_y_tradicionales.html
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En otros post hemos señalado la importancia de la innovación en el marketing. Los proyectos que
proponen ideas nuevas y que las desarrollan de la forma adecuada tienen un alto porcentaje de triunfar
en los mercados, más allá de la naturaleza del producto que ofrezcan o del escenario en el que se
desenvuelvan.
Sin embargo, en este caso hablaremos de un tipo de innovación que pocas veces se presenta y que, sin
embargo, es el punto de mira de muchos directores de marketing: la denominada innovación disruptiva.
Con este término se conocen todas aquellas iniciativas comerciales sencillas, asequibles y bien diseñadas
que generan una ruptura en las dinámicas habituales de un mercado. Es decir, debido a su impacto
positivo, poseen un elemento transformador del sector o de la industria en la que se desarrollan. Después
de su irrupción, nada vuelve a ser igual; el escenario ha cambia sustancialmente.
¿Cómo reconocer un proyecto de innovación disruptiva?
Las empresas siempre están innovando. La diferencia está en cómo lo hacen: algunas emprenden este
proceso a un ritmo superior al que evolucionan las necesidades de los clientes, con lo cual su oferta no
siempre se ajusta a lo que éstos demandan o acaban elaborando productos demasiado caros y
sofisticados. Otras lo hacen de forma progresiva y se centran en mercados más pequeños. No es una
cuestión de ahorrar recursos; es parte de una estrategia que busca generar cambios significativos en
ciertos sectores del escenario comercial. Las empresas del segundo grupo están más cerca de generar
cambios disruptivos en el sector comercial al que pertenecen. Si centraran sus esfuerzos en mercados
grandes o masificados, lo tendrían mucho más difícil. En cambio, en otros más reducidos cuentan con un
mayor margen de acción para irrumpir con fuerza. Independientemente del mercado, de su número de
competidores o de las dinámicas que rijan en él, las empresas con ideas disruptivas suelen seguir el
siguiente proceso:
https://obsbusiness.school/int/blog-project-management/proyectos-de-cambio-e-
innovacion/que-es-la-innovacion-disruptiva-y-como-actua-en-un-proyecto