Está en la página 1de 2

Universidad del Atlántico

Facultad de Arquitectura

Diseño VI, G3

Estudiantes: Juliana Andrade - Edy Martínez

Ensayo sobre el libro “Culturas híbridas, estrategias para entrar y salir de la modernidad” del
autor Néstor García Canclini.

Entrada y capítulo 1.

América latina es un claro ejemplo de hibridación cultural, debido a la gran diversidad de naciones,
etnias, tradiciones y culturas que la caracterizan, donde lo tradicional se mantiene por años y la
modernidad llega lentamente en pocas partes. Podemos entender que el sentido de la modernidad no
es el separar etnias y clases, sino valorar los cruces socioculturales en que lo tradicional y lo
moderno se mezclan, y que a su vez encamina hacia un progreso. ¿Pero realmente sería factible
tener como objetivo principal entrar en la modernización, aun sabiendo el desigual acceso que
logran a los bienes los ciudadanos y los políticos, los trabajadores y los empresarios, los artesanos y
los artistas? Es por esto que se plantean hipótesis sobre la incertidumbre que genera el valor de la
modernidad. Los campesinos empiezan a adaptar sus saberes artesanales a la ciudad para que sus
artesanías empiecen a interesar a los consumidores urbanos, y así darle a la economía un aspecto
simbólico. Se hablan también de las disciplinas que generan otro modo de concebir la modernidad,
donde la historia del arte y la literatura se ocupan de lo culto, y el folclor de lo popular, creando una
cultura masiva que se transmite por las telecomunicaciones. Sin embargo, es posible generar
polémicas por las nuevas formas de producción artesanal e industrial que empiezan a participar y
ser manipulados en procesos políticos.

Existen diferentes escalas de observación donde la ciudad concilia actos de proliferación y


desorden. Los antropólogos, sociólogos y comunicólogos registran sus perspectivas de manera
parcial, registran solo lo que pueden ver, pero es el historiador el que entra a la ciudad desde el
centro antiguo y proporciona un punto de vista diferente saliendo de la ciudad.

Surgen los pensamientos tradicionalistas, los cuales idealizan una ciudad con culturas nacionales y
populares auténticas, sin modificación alguna, que serían protegidas de la masificación urbana e
influencias extranjeras, para así preservarla. Por otro lado, los pensamientos de los modernizadores
confían en la innovación y experimentación de sus artes y saberes para encaminar la ciudad hacia el
progreso, creando una expansión de los conocimientos científicos y artesanales de la industria sin
perder la tradición. El pensamiento popular se preocupa menos por lo que se extingue que por lo
que se transforma y esto nos lleva a entender el mercado simbólico, donde las obras producidas en
Universidad del Atlántico
Facultad de Arquitectura

cada campo dejan de ser solo expresiones del artista y se les empieza a dar un valor económico
siguiendo la lógica del mercado.

Con estos cambios en el mercado simbólico se llega a la ruptura de lo moderno para entrar a la
posmodernidad, donde tratan de dejarse atrás las crisis de la relación entre tradición, modernismo
cultural y modernización socioeconómica, pero es aquí donde surgen los debates posmodernos en
América latina sobre la subestimación irónica. Cuando la política, la religiosidad y la manipulación
comunicacional promueven el pensamiento de las masas, se empieza a carecer de cohesión social,
donde ni el progresismo, ni el evolucionismo, ni el racionalismo democrático han sido causas
populares en el continente. Las élites cultivan el arte y la poesía, mientras que la mayoría son
analfabetas. El Estado promueve lo que sería la ingenuidad premoderna, donde protege las
tradiciones y culturas de su propio país, pero solo con fines populares que al final son
contradictorios con el avance tecnológico de la ciudad. Entonces, podemos percibir a América
latina como un continente heterogéneo en el que en cada nación se reflejan las diferentes lógicas de
desarrollo, articulado por complejas tradiciones y modernidades diversas.

También podría gustarte