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UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

FACULTAD DE ARTES
DEPARTAMENTO DE ARTES ESCÉNICAS
ARTE DRAMÁTICO

SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN
ESTÉTICAS DE LO URBANO
“UN TEATRO PARA LEONARDO”
CURSO ESTETICA III
SEMESTRE 2019 – 2

DOCENTE
MAURICIO CELIS
ESTUDIANTE
MATEO VELÁSQUEZ LOAIZA

MEDELLÍN 2020

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Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN...........................................................................................................................................3
El protagonista.........................................................................................................................................6
Puesta en espacio....................................................................................................................................7
Relación con el espectador......................................................................................................................8
Conclusión...............................................................................................................................................9
Referencias:...........................................................................................................................................10

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UN TEATRO PARA LEONARDO
De escoger entre una cosa o la otra, preferiría no hacerlo

Marco conceptual de la obra “La Desdichada Historia de Leonardo White de Mateo Velásquez”.

“Actores somos todos nosotros,

el ciudadano no es aquel que vive en sociedad:

¡Es aquel que la transforma!”

Augusto Boal

INTRODUCCIÓN

En el centro de esta historia tenemos una familia muy unida: se trata nada más y nada menos que

de la familia White; una familia divertida y ocurrente. A ésta llega un nuevo integrante:

Leonardo White, un niño que, desde antes de nacer, ya tenía muchos motivos para ser Increíble,

extraordinario y genuino. Nuestro protagonista ha nacido con una curiosa característica: por

ningún motivo obtiene color. Al crecer, nuestro niño “sin gracia” se da cuenta un día de que los

miembros de su hogar están gestando un plan para que no vuelva a salir de casa. Entonces,

decide irse de allí debido a que ser una persona especial, en su hogar, es un principio

fundamental, y lo más triste, es que es todo lo opuesto a su forma de ser. Y ahí, justamente

cuando sale de casa y se encuentra con el universo de afuera es que se da cuenta de que también

hay seres como él: “sin gracia”. Así pues, La Desdichada Historia de Leonardo White, es una

obra para toda la familia que utiliza el “no ser diferente” como punto de partida para hablar de la

problemática que propone el concepto de identidad

En esta puesta en escena, llevaremos la representación teatral al barrio, lugar en el que día a día

se desarrollan historias como la de Leonardo White. Pues es en las casas, en los parques y los

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lugares que habitamos en la cotidianidad, donde se desarrollan, espontáneamente, los vínculos

que nos forman no sólo como ciudadanos, sino también como seres en devenir. De esta manera,

los habitantes del barrio y sus visitantes pueden acudir a una representación que se desarrollará

en sus casas, en sus territorios, con el fin de hablar sobre la identidad. Así mismo, entablaremos

una conversación entre la ficción de la representación y lo intempestivo y convivial de la vida

real justo en el momento en el que el personaje teatral habita un espacio ficcional que es, a su

vez, el territorio vital real del espectador.

Así pues, esta propuesta nos presenta un viaje entre dos conceptos que, casi como un sortilegio,

descubrió Nietzche en algún momento: El impulso dionisiaco y el impulso apolíneo. Pues este

proyecto escénico parte de una dramaturgia que, en su estructura, corresponde a estéticas

restringidas, en donde predomina la razón, el estructuralismo, la acción dramática, el juego con

formas narrativas tratadas por Aristóteles en La poética, en otras palabras, una obra apolínea. Sin

embargo, su proyecto de ejecución escénica, busca romper las fronteras formales que restringen

la obra para expandirla, tomarla de la mano y llevarla a la materialización en paisajes

dionisiacos, en donde caben los encantamientos y delirios Deleuzianos y los perspectivismos de

ciudad de Manuel Delgado. Y en este viaje interminable en sus idas y regresos es donde habita lo

más interesante: Como los griegos, tener los dos panoramas, los dos impulsos, debatirse, sin

tener que descartar, entre Dionisio y Apolo.

Como se mencionó anteriormente, La Desdichada Historia de Leonardo White, es la fábula de un

niño blanquecino, sin gracia, sin una forma particular, que nace en una familia en donde ser

extraordinario y tener una forma de ser específica es una ley. Pues bien, si para acercarnos a este

texto necesitamos utilizar como herramienta el concepto de fábula, es porque nos estamos

enfrentando, precisamente, a una obra que, bien podría decirse, responde a una estructura

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narrativa convencional que, en este caso, como corresponde a la categoría del drama, pues se

denominaría estructura dramática. Ahora bien, si continuamos con el juego de profundizar en los

conceptos que utilizamos, y nos acercamos con la lupa, por ejemplo, de la arquitectura, a esa

palabra “Estructura” nos vamos a encontrar con la siguiente definición: “Estructura, en

construcción, es el nombre que recibe el conjunto de elementos, unidos, ensamblados o

conectados entre sí, que tienen la función de recibir cargas, soportar esfuerzos y transmitir esas

cargas al suelo, garantizando así la función estático - resistente de la construcción”1. De esta

manera, podemos inferir que, dentro de la obra de Leonardo, hay elementos unidos, ensamblados

y conectados entre sí, con el fin de sostener un todo que, en este caso, es la obra. Sin embargo, a

pesar de estar unidos, para poder llevarlos hasta ese estado de ensamblaje, quien escribió la obra

debió manejar todos estos elementos por separado, y para poder tener tal dominio tuvo que ser

capaz de nombrarlos y clasificarlos. Pues bien, todo esto es el resultado, a su vez, de un proceso

metódico. Y cuando hablamos de lo metódico, estamos hablando, estrictamente del uso de la

razón, de la creación de categorías, taxonomías, y hegemonías. Todo esto nos sitúa la obra en el

campo del estructuralismo. Esto no nos implica un problema, pues al tener un discurso que se

presenta de forma teleológica podemos obtener muchos resultados positivos: la premisa podrá

ser entregada a todo tipo de público, podrá generar identificación en el espectador, personajes

memorables y muchos otros tesoros que tiene la representación teatral.

No obstante, a pesar de todas las joyas que trae consigo la dramaturgia como estructura, para la

puesta en escena, hay muchos elementos que, si se revisan minuciosamente, pueden resultar muy

interesantes y que, en una puesta en escena tradicional o restringida, bien podrían perderse. Y es

que es precisamente ese “revisar lo minucioso” lo que puede ser el portón de entrada a una

puesta en escena rica y divergente. De modo que, inspirados en los sortilegios de Gilles Deleuze,
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para este proyecto, se ha decidido, a modo de esquizoanalisis, revisar los movimientos menores

de la obra con el fin de expandirla.

El protagonista
El personaje que lleva la acción principal de esta obra, tiene una forma de “no ser” similar al

protagonista de la novela corta “Preferiría no hacerlo, Bartleby el escribiente” de Herman

Melville. Y es que en la obra de Melville, el personaje principal carece de una identidad que se le

pueda adjudicar, lo que provoca una serie de acontecimientos que alteran la forma de ser de los

demás personajes en la novela. Pues bien, en La Desdichada Historia de Leonardo White, el

personaje protagonista también falta de un carácter; y esto genera diversas situaciones incómodas

para su familia. De esta manera, en ambos personajes, la indeterminación se convierte en una

forma de habitar el mundo que conflictúa al mundo mismo, pues tanto Bartleby como Leonardo,

fisuran las estructuras racionales y las jerarquías de poder instauradas, que exigen en los sujetos

una identidad para poderlos catalogar, ordenar en el tiempo y en el espacio o, en otras palabras,

someter a un orden. Por otra parte, dado que Leonardo, al igual que Bartleby, se restringe en su

forma de ser, cualquier coyuntura, cualquier acontecimiento intempestivo lo transforma, se funde

en él, lo atraviesa y lo estalla en significados. Por esta razón, lo que lo restringe, es lo mismo que

lo libera y expande.

En la dramaturgia, las réplicas y monólogos con los que interviene el personaje de Leonardo,

siempre se nos presentan verbos conjugados en presente y en primera persona. Esto crea una

zona de indeterminación en la acción verbal del personaje; pues resulta confuso y complejo

tomar decisiones para el actor que lo desea representar, ya que lo que dice Leonardo es

exactamente lo que está haciendo o, como si fuese un palíndromo, lo que hace es exactamente lo

que está diciendo. Esto, desde otra perspectiva, puede verse como un juego lírico – épico que no

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encuentra asidero práctico específico en la puesta escena, pues no presenta formalmente lo que

se esperaría de una réplica en un diálogo, pero tampoco se denota como una acotación. En ese

sentido, Leonardo, además de crear una fuga en la estructura de su situación dramática, también

fisura la estructura dramatúrgica y, como consecuencia, la de la puesta en escena. Este

movimiento menor en el personaje, bien puede ser el balbucear del que habla Deleuze (Vazkes,

2008).

Por estas razones, Leonardo, como personaje, empuja el proyecto hacia una búsqueda de puesta

en escena que habita la indeterminación, que abre grietas en la puesta en espacio, en la

construcción de los personajes, que fuerza las técnicas actorales hacia lugares azarosos y

maleables, que introduce el rol del espectador ya no como un ente pasivo, más bien como un

factor de la incertidumbre y la improbabilidad.

Puesta en espacio
Al revisar los espacios dramáticos propuestos por el texto, se encuentra que las acciones y las

situaciones de la obra suceden en la casa de los White y, en su mayoría, en diversos espacios de

la ciudad en la que estos viven. Por esta razón, se le es posible a Leonardo tener un largo aliento

como personaje en la obra, pues él es a medida del lugar en el que se encuentra, se produce a sí

mismo y en relación al espacio que habita. Por eso, cuando él se “pierde” en la ciudad es,

realmente, cuando más se encuentra a sí mismo.

Así pues, Leonardo no es un definitivo, no puede perderse porque su lugar es estar perdido, vivir

en la indeterminación, en la coyuntura. Leonardo es un ser en devenir, es un niño que está

constantemente produciéndose. Entonces, Leonardo es equiparable a la visión que tiene Manuel

Delgado sobre Urbs: “La urbs es la sociedad produciéndose”. Y en ese sentido, desconoce de

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infraestructuras, de reglas de juego, sólo se necesita a sí mismo en su estado natural de

perplejidad para dejarse levantar por lo repentino e imprevisto del lugar en el que se encuentra.

De esta manera, como un rizoma, se ha decidido pensar una puesta en urbs más que una puesta

en espacio, pues es en ella misma el lugar en el que la obra se produce. Así pues, esta

representación con tendencias performativas, no necesitará de un espacio teatral convencional o,

incluso, de un espacio determinado que se restrinja. Eso quiere decir que la obra podrá ser

ejecutada en cualquier lugar.

En consecuencia, como lugar para la puesta en urbs, se escoge un barrio de la ciudad, en donde

sus habitantes permiten llevar la representación teatral y sus espectadores hasta sus casas. De

modo que los personajes de la obra habitarán como espacio de la ficción no solamente la

infraestructura de las casas, si no también todos los movimientos, dinámicas y reglas de juego de

las personas dueñas de dichas residencias. Así, por ejemplo, si en la vivienda designada para ser

la casa de los White, hay un perro, entonces los actores que interpretan la obra tendrán que

enfrentarse a dicha variación e incluir al animal en la historia. Todo esto provoca en la obra un

estado de inestabilidad, de incertidumbre, exponiendo el espectáculo al devenir, a los

acontecimientos azarosos. En ese sentido, la puesta en escena se recogería sobre el mismo

personaje de la obra, siendo indeterminada, expuesta, vulnerable y dúctil.

Relación con el espectador


La urbs, a diferencia de la polis, según aclara Manuel Delgado en su texto Ciudad Líquida,

ciudad interrumpida, está constituida por un dinamismo hecho de fragmentos en contacto y se

agita a espaldas de un orden político. Esta misma característica la tiene este proyecto teatral,

pues busca vibrar a espaldas de las estructuras que han definido los acontecimientos teatrales,

como lo son las infraestructuras restringidas para la puesta en escena, las estructuras dramáticas

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aristotélicas y las jerarquías y ordenamientos espaciales que ubican al director, al actor y al

espectador en categorías y roles distintos. Pero, por otro lado, la obra, también busca ser un

dinamismo hecho de fragmentos en contacto, pues el proyecto abre la estructura de la obra, la

expande para que sus vísceras queden expuestas y pueda suceder con ellas lo mismo que suceden

con Leonardo.

En los dos puntos anteriores, se han arriesgado a lo intempestivo los elementos de puesta en

espacio, personaje, e incluso, técnica actoral. Sin embargo, no se ha puesto en ese lugar de

precariedad uno de los roles más importantes del acontecimiento escénico: El espectador.

Es así como, recogiéndonos sobre el término Urbs que propone Manuel Delgado, definimos el

rol del espectador como un fragmento de interacción activo dentro de la propuesta escénica. De

esta manera, la dramaturgia, al final de la obra, se abrirá frente a los ojos del espectador, para

dejar que éste entre en ella y la manosee, modifique, transforme lo que desee, proponiendo

nuevos acontecimientos que darán fin a la historia de la obra. Este movimiento, será algo similar

a lo que propuso Augusto Boal con su dramaturgia simultánea y su Teatro Foro. En

consecuencia, la puesta en urbs se expandiría aún más, pues lo sucedido dentro del final de la

obra sería el resultado de una construcción colectiva, espontánea, dinámica, que desafía el orden

de las jerarquías y la razón. Como consecuencia, los espectadores estarían participando de una

puesta en Urbs, de un acontecimiento que deja de ser solamente teatral y salta a ser un suceso

urbano.

Conclusión
Todo el rizoma que es este proyecto de puesta en escena, no sería posible sin sus comienzos

estructurales, racionales y arborescentes. Pues fue allí donde se encontró el primer punto que, al

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estallarse, nos permitió viajar a cada uno de los otros lugares de la cepa, para enriquecer el

proceso creativo. Sin Leonardo y su familia, probablemente no habríamos podido viajar de la

misma manera hasta Bartleby, hasta Deleuze, hasta Delgado, hasta Boal. Sin una estructura que

demoler, no habríamos ampliado los horizontes, no habríamos podido haber hecho visible lo

invisible. Para el artista, que es tan humano, se le es imposible deshacerse de los impulsos

humanos; necesita del sorprendente impulso dionisiaco que lo arroja hacia nuevos paisajes, que

lo fuerza y lo obliga al límite de sus límites. Pero también necesita de ese contrario que lo

cataloga todo, que lo revisa todo, que todo lo restringe. Es, incluso, interesante, pensar que, el

mismo posestructuralismo abraza a su análogo, pues entiende que de él también está compuesto,

que el hombre es un compuesto de diversos seres, diversos impulsos. Por eso, en este proyecto, si

me pusieran a escoger entre Dionisio o Apolo, preferiría no hacerlo.

Referencias:

Delgado Ruiz M. (1999) Ciudad líquida, ciudad interrumpida, la Urbs contra la polis.

Medellín, Colombia. Editorial Universidad de Antioquia.

En este texto, Manuel Delgado Ruiz establece las diferencias entre los conceptos de urbs, polis y

ciudad. Dicha comparación sirve a este proyecto para ubicar los acontecimientos de la

dramaturgia “La Desdichada Historia de Leonardo White” en un marco posestructuralista, pues

dichos acontecimientos retratan los movimientos menores de la sociedad. De esta manera, la

posterior puesta en escena está enmarcada en el concepto de Urbs que propone Delgado: La

sociedad produciéndose a sí misma.

Deleuze G. (2005) Bartleby o la fórmula. Valencia, España. Editorial Pre-textos.

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Este ensayo crítico sobre Bartleby el escribiente, expone la fórmula que Melville usa para

aminorar el lenguaje, hacer tartamudear la lengua y crear una literatura en otro idioma. También

sirve para contextualizar y equiparar el personaje de Leonardo frente a Bartleby, pues ambos son

personajes que desafían el concepto de identidad, de sujeto y de predicado, al no atribuirse

ningún tipo de característica particular.

Melville H. (2005) Preferiría no hacerlo, Bartleby el Escribiente. Valencia, España. Editorial

Pre-textos.

Esta novela corta tiene varios elementos que contextualizan y enriquecen al personaje de

Leonardo White, pues Bartleby sufre una situación similar a la que él padece. Tanto Bartleby

como Leonardo alteran su entorno debido a su identidad nula; por tal razón, para los personajes

que conviven con ellos, es muy difícil comprenderlos, catalogarlos, someterlos a un orden.

Vaskes Santches I. (2008) La Axiomática Estética: Esquizoanalisis y Rizoma. Universidad

del Valle

Este artículo ayuda a comprender el cómo se inserta Leonardo White en su contexto, pues su

carencia de identidad resulta ser una línea de fuga en la primera estructura social en la que

habita: Su familia. Gracias a este texto, logramos comprender a Leonardo como un pre-sujeto,

como un ser en devenir y del rizoma, que rompe las jerarquías, que elimina la estructura de

sujeto y predicado.

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