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Energía Hidráulica

CENTRALES HIDROELÉCTRICAS

Denisse Ichau

00137288

ESP 1292 Composición II

Universidad San Francisco de Quito

21 de Febrero del 2017

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Centrales Hidroeléctricas

Desde hace ya varios años el ser humano se ha preocupado por ciertos principios que

permitan la optimización para suministrar energía a los diversos lugares existentes. González

afirma que “las demandas energéticas de la sociedad actual se justifican por la necesidad de

mantener en funcionamiento diversos sectores que permiten su supervivencia” (2009, p. vi).

Por ello, pensando en la posibilidad de aprovechar los recursos obtenidos por el agua lluvia

tras el ciclo hidráulico, se han construido grandes represas de agua, denominadas Centrales

Hidroeléctricas. Estos sistemas que se han empezado a utilizar desde las distintas

civilizaciones que han marcado un emblema en la historia. Sin embargo, en la época de la

Revolución Industrial fue realmente donde se empezaron a construir represas como tales.

Las Centrales Hidroeléctricas se consolidan como un avance de transformación tecnológico y

ecológico de la época actual, por la variedad de diseños, por el complejo funcionamiento y

por cada elemento que forma parte de la majestuosa estructura. Dentro de este contexto

resulta oportuno ampliar detalles en cuanto a su historia a través de los años, los distintos

modelos en los que se pueden catalogar y también acerca del ciclo hidráulico el cual permite

arrancar con los procesos de transformación de energía hidráulica en energía eléctrica.

Conocer los primeros componentes que han sido la pieza clave para la construcción de las

centrales, y que con el paso del tiempo se han ido perfeccionando, resulta relevante para la

comprensión de la complejidad que abarca una Central Hidroeléctrica.

González sustenta que los avances alrededor de una central hidroeléctrica datan desde

los siglos antes de Cristo, pues, la historia, tras múltiples investigaciones demostró que el

primer molino de agua nació en el próximo Oriente. Vitruvio, el gran y uno de los primeros

arquitectos e ingenieros de la era romana, fue quien describió un molino de grano romano, el

cual significó un gran avance para la construcción de técnicas que permitan la utilización de

la energía del agua en diferentes áreas como: minería, herrería, textilería, etc. (2009, pp.

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372–375). Sin embargo, fue en la Época de la Revolución Industrial (siglo XVIII – XIX)

donde ya se dio inicio al estudio y diseño de estructuras hidráulicas. El más claro ejemplo de

esto es el diseño de la rueda hidráulica, tras este estudio se determinaron ciertas ventajas de

eficiencia en cuanto al agua que incidía en estos sistemas, definiciones que han sido clave

para la construcción de las grandes presas hidroeléctricas. Por ejemplo, un gran avance fue el

hecho de determinar que el agua que cae de la parte superior hacia la rueda resulta ser más

provechoso que aquella que penetra por la parte inferior. Para esto también en 1832 el

británico Michael Faraday descubrió el concepto de inducción electromagnética, el cual

señala que dentro de un circuito conductor dentro de un campo magnético existirá una

diferencia de potencial que dará lugar a una corriente. En el mismo año Fourneyron esbozó

un modela para la rueda hidráulica de eje vertical estructura que se la considera como un

precedente de las turbinas. Por otro lado, Pelton diseñó y perfeccionó la turbina que hoy lleva

su nombre (2009, pp. 372 – 375). Grandes han sido los aportes que han evolucionado con el

pasar del tiempo. A partir de los últimos años del siglo XX con el rápido e increíble avance

de la tecnología se han mejorado de manera significativa todos los elementos que forman

parte del proceso de transformación de energías y que han permitido mejorar la calidad en los

usos domésticos.

Fernández y Robles concuerdan que “una central hidroeléctrica puede definirse como

instalaciones mediante las que se consigue aprovechar la energía contenida en una masa de

agua situada a una cierta altura, transformándola en energía eléctrica” (s/f, pp.3-12). La

semejanza universal de toda central hidroeléctrica converge en que el agua debe conducirse

desde un nivel superior con bastante altura, ya que la fuerza con la que esta descienda hasta la

presa donde se localizan las turbinas hidráulicas, provocará que, debido a la energía mecánica

estas turbinas comiencen a girar. La Universidad de Castilla – La Mancha afirma que la

estructura de una central hidroeléctrica se conforma de la siguiente manera: embalse, válvula,

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turbina hidráulica, alternador, red eléctrica, transformador, canal de desagüe, presa, rejas

filtradoras, entre otras. (s/f, p. 11-15). La Comunidad Ambiental ratifica que el inicio de este

proceso se ejecuta cuando el agua de un río, lago, etc., es alojado en un sistema de embalse

(lugar donde se concentra el agua recolectada), además atraviesan válvulas (controlan la

cantidad de agua ingresada), por la fuerte presión con la que esta ingresa se dirige por medio

de grandes tuberías de descarga a presión al sitio donde están las turbinas (remolinos que se

encargan en transformar la energía cinética en energía eléctrica) que giran a grandes

velocidades, los transformadores cumplen con el rol de aumentar la energía y esto permite

que el producto generado sea repartido por grandes cables a los domicilios (s/f, p. 5). La

calidad energía eléctrica obtenida dependerá de ciertos factores: la fuerza de caída del agua y

del rendimiento del generador y la turbina. Finalmente el agua que es despojada de la turbina

vuelve al cauce del río.

González declara que una presa hidroeléctrica debe contar con ciertas características

fundamentales como ser impermeable, deben estar controladas para evitar un accidente súbito

de salida de agua, la estructura debe estar construida de manera que resista a fuerzas naturales

por ello se debe hacer un buen estudio que determine el tipo de suelo donde será fundida, así

como también la altura no debe ser excesiva ya que este es un factor crítico al momento de

suministrar el agua hacia el embalse, y primordialmente es importante el estudio cualitativo y

cuantitativo de la capacidad de almacenamiento de la presa (2009, p. 236-237).

Existen diversos arquetipos de una central hidroeléctrica. Por ejemplo, Fernández y

Robles declaran que pueden clasificarse de acuerdo a su capacidad administrativa: centrales

de más de 50 MW, centrales entre 10 y 50 MW y centrales de menos de 10 MW. Y también

de acuerdo a su modo de operación: centrales de embalse (existencia de un embalse para

almacenar el agua) , centrales de agua fluyente (generalmente, existen en pequeñas centrales

que no cuentan con un embalse de regulación del liquido, es decir, el agua sigue circulando y
no puede ser almacenada en caso de que la represa deje de funcionar), centrales mixtas (este

tipo por su parte se caracteriza por ser una combinación de las características de las dos

centrales anteriores, no cuentan con un sistema de regulación pero si cuentan con la

capacidad de un embalse). Existen también las denominadas Centrales en circuitos de agua

potable, estas se caracterizan por estar presentes en las instalaciones de los procesos de

potabilización del agua cuando existen desniveles que requieren reducir la presión excesiva

para que al final el agua llegue a los hogares con su presión normal (s/f, pp. 12-14).

El combustible que la central hidroeléctrica necesita para poner en funcionamiento

todos sus componentes, es el agua en movimiento que se genera tras el ciclo hidráulico.

Creus Antonio sostiene que el ciclo hidráulico, el cual es el primer proceso para producir

energía hidroeléctrica, y este comienza cuando llueve y esta agua fluye por montañas y

colinas que desembocan en grandes lagos, ríos y océanos. Parte de esta masa de agua es

retenida en embalses y al caer de grandes alturas, con ayuda de turbinas y generadores,

convierte la fuerza del agua en electricidad (2014, p. 233). Pues todo comienza cuando el sol

filtra radiación sobre las masas de agua, estas a su vez comienzan con el proceso de

evaporación, tras esto se genera la condensación que produce precipitación que arrojara

como resultado, la lluvia, y esta es recogida por ríos, lagos, océanos, etc. Es entonces,

cuando debido a la corriente y al cauce del mar, el agua será conducida a su destino para ser

transformada en energía eléctrica, hacia la central hidroeléctrica.

Finalmente, hoy en día la sociedad mundial sufre y atraviesa un sinnúmero de

cambios, especialmente aquellos que están ligados a la tecnología y modernización. La

continua evolución de la tecnología ha arrojado al mundo múltiples avances que entre

muchos de estos se ha considerado la relevancia de buscar energías alternativas. Dentro de

este aspecto, las centrales hidroeléctricas han supuesto una gran ventaja para abastecer y

satisfacer la gran demanda de energía eléctrica tras la transformación de la energía hidráulica.

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La eficacia de utilizar este tipo de energía se debe a que la materia prima que se emplea en

este sistema de transformación es el uso de un recurso renovable, el agua. Siendo empleadas

desde épocas como la Revolución Industrial, y construidas como prototipos desde siglos

A.C., las centrales hidroeléctricas se construyen a raíz de estructuras complejas como: las

turbinas, represas, canales, redes y transformadores. A más de ello entre los objetivos de sus

funcionamientos está el hecho de aprovechar las propiedades que se generan tras los ciclos

naturales que ocurren en el agua. Este tipo de avances en cuanto a transformaciones y

aprovechamiento de recursos ha permitido que grandes demandas de necesidades en los

humanos sean cubiertas desde diferentes ámbitos ¿Hasta donde podrá llegar la capacidad del

ser humano para aprovechar los recursos de la naturaleza y generar energía para saciar las

exigencias mundiales?
Referencias
Creus, A. (2014). Energía hidráulica. Energías renovables.(pp. 230-255). 2da. ed. Bogotá:
Cano Pina
Fernández, I. y Robles, A. (s/f). Centrales de Generación de Energía Eléctrica [archivo
PDF]. Recuperado el 12 de febrero del 2017 de http://ocw.unican.es/ensenanzas-
tecnicas/centrales-de-generacion-de-energia-electrica/materiales/bloque-energia-
III.pdf
Gonzalez, J. (2009). Energía hidráulica. Energías renovables. (pp. 221- 249). Barcelona:
Editorial Reverté
Universidad de Castilla – La Mancha. (s/f). Centrales Hidráulicas. Ciudad Real: Universidad
Castilla – La Mancha. Recuperado el 12 de febrero de
http://ocw.unican.es/ensenanzas-tecnicas/centrales-de-generacion-de-energia-
electrica/materiales/bloque-energia-III.pdf

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