Está en la página 1de 12
Una tarde, mientras me encontraba reparando mi lémetros avién en medio del desierto, a cientos de de toda regién habitada, se me aparecié de pronto un hombrecito extraordinario. Yloraro era que no parecia ni extraviado, ni muerto de fatiga, ni muerto ce hambre, ni muertode sed, ni muerto de miedo, No tenfa en absoluto la apariencia de ‘un nifio perdido en el desierto, a cientos de kilémetros de toda regién habitada Necesité mucho tiempo para comprender de dénde ‘venia, porque me acosaba a preguntas y nanca parecia ofrlas mias. ~@De dénde vienes, hombrecito? :Dénde queda “tucasa”? Y solo después de mucho insistir, supe que venfa de un planeta casi tan pequefio como él. Enel planeta del principito siempre habian crecido flores muy simples. Pero un dia germiné una flor diferente, de una semilla no se sabe de dénde. Qué hermosa eres! ~exclamé el principito. ~

También podría gustarte