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Nombre: Pabón, N et al
Por otro lado, la autora nos plantea como la comunidad BDSM ha configurado unas
identidades que se mueven en tres ejes: La normativización de la práctica, que establece
que una serie de pasos, protocolos y reglas que definen quién es practicante o no de de
BDSM; el efecto que tiene en los participantes como una sujeción alrededor de esta
práctica y por último, la configuración de una identidad Bedesemerx, como un sujetxs
políticx que exige unos derechos y tiene unas demandas, fruto de su rechazo y
marginalización histórica, ante el grueso de la sociedad e incluso, dentro de la comunidad
LGBTI. En este sentido, el texto nos presenta como la comunidad BDSM empieza a
participar en las marchas del Orgullo LGBTI como una apuesta política y ganar un lugar
dentro e este movimiento y a su vez, funda una ONG llamada Consensuar y Diversidad,
que apuesta por la visibilización y despatologización de las prácticas e identidades del
BDSM. Sin embargo, el balance y trayectorias de estas experiencias, concluye que estos
proyectos aún son marginalies y falta que se asienten y repiensen desde el seno de estas
comunidades
1. Dentro del BDSM, si bien los roles asumidos por lxs practicantes no diferente
según su género, existen determinadas prácticas y connotaciones del mundo
BDSM que pueden conllevar a la reproducción de relaciones de poder capitalistas
y patriarcales
2. Configurarse como una comunidad conlleva que existen relaciones de jerarquía y
de sujeción que contribuyen a la producción de sujetxs besemerxs en función de
la forma en que los mismos se relacionan con esa norma, lo cual permite sostener
discusiones sobre si alguien es bedesemerx o no al interior de la comunidad.
3. El espacio virtual posibilitó la construcción de una “comunidad” BDSM, y que
como tal, debía reglamentar pautas de identidad, de inclusión y exclusión,
premios y sanciones morales, espacios de formación y discusión, etc.
4. Para algunxs practicantes , el encuentro y la puesta en práctica de un deseo que
podría pensarse como contrahegemónico, revolucionario y contrasexual tanto
pone en tensión determinados pilares de la sociedad moderna occidental
(monogamia, heteronorma, reproducción biológica, penetración/sexo como única
forma de sentir/dar placer, etc) llevó a pensar la necesidad de reunirse y crear
espacios de visibilidad y producción de debate en torno a una identidad en
términos políticos. Sin embargo, por la corta trayectoria de esta comunidad en
Argentina y las experiencias de sus procesos, aún es bastante poco representativa
esta apuesta organizativa y política.