¿Qué es la historia cultural?

Las raíces de la historia cultural se remontan a unos 200 años atrás en el siglo XIX
y combinan con los acercamientos a la antropología y la historia para estudiar las
tradiciones de la cultura popular o, en general las interpretaciones culturales e
históricas. Parece una definición corta, pero una de las razones de la dificultad
para definir la historia cultural es saber cuál es la noción de “cultura”, esta ha ido
cambiando a lo largo del tiempo, a mediados del siglo XIX se creía que la cultura
estaba conformada por las grandes artes como, la música, la literatura, la ópera, el
teatro, etc y era denominada alta cultura. Se creía que la cultura era algo que
tenían pocos, generalmente agentes aristocráticos que se les consideraba como
poseedores de una cultura superior. En el siglo XX el concepto se diversificó y se
genera un relativismo cultural más asociada con la llegada de la Nueva historia
que se caracterizó por su noción de amplia cultura. El estado, los grupos sociales
y hasta el sexo o la sociedad misma se consideran construidos culturalmente. Sin
embargo, si utilizamos el término en un sentido amplio, habremos de
preguntarnos, al menos, ¿qué es lo que no cuenta cómo cultural? La historia de la
cultura en los últimos años ha atraído un notable interés, se basa menos en
estudio de los artefactos mismos que en fuentes literarias. Los historiadores
interesados por lo que se ha llamado la vida social de las cosas o, más
exactamente, por la vida social de grupos que construyen cultura.

Ciertos historiadores, al igual que los antropólogos sociales, intentan en la

actualidad desvelar las reglas latentes de la vida cotidiana y mostrar a sus lectores
cómo se es padre o hija, legislador o santo en una determinada cultura. En este
punto, la historia social y cultural parecen disolverse la una en la otra. Algunos de
quienes las practican se describen como nuevos historiadores de la cultura; otros,
como historiadores “socioculturales” en cualquier caso, el impacto del relativismo
cultural en la historiografía era ineludible.

La historia cultural se encarga de estudiar las representaciones que se generan a

lo largo de la historia de los diferentes grupos culturales, Las representaciones no
pueden pensarse como irrealidades, al contrario, hacen parte de lo real, son
también realidades, interactúan, se heredan, se trasmiten de generación en
generación, tienen una gran capacidad de acción en la vida real. La historia
cultural puede ser entendida ya no como una disciplina que genera conocimientos
sobre el pasado, sino como una que produce representaciones de
acontecimientos pasados. Se trata de un saber que más que investigar la realidad
histórica, estudia observaciones de dicha realidad. El enfoque cultural de la
representación supone que aquello que observa la historiografía no es la realidad
histórica en sí, sino versiones de ésta. La realidad del acontecer se entiende, así
como una realidad siempre representada, y el trabajo de la historia cultural
consiste precisamente en indicar y estudiar dichas representaciones.