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TEJIDOS CHAQUENOS * Maria Delia Millén de Palavec INTRODUCCION El territorio abarcado entre los rios Pilcomayo por el norte, el Bermejo por el sur, y el Paraguay y el Parani por el oriente, legando por el occidente hasta las primeras estribaciones andinas, fue y sigue siendo el més denso habitat de distintas etnias chaquenses. Las parcialidades aborigenes agrupadas de acuerdo con sus distintivos patronimicas, sus idiomas, las diferencias en su vida material, sumado a la informacién histérica, resulté un fundado mo- tivo de preocupacién en el intento de ordenacién en la problematica de la etnologia americana. Por sus condiciones de reducto espacial ha tocado al territorio del Chaco su conservacién, trayéndolo hasta nuestros dias y mostrando los mAs viejos recursos y los métodos en la construccién de telas rasticas y entreabiertas, lisas 0 con dibujos. Los sistemas de vida, de organizacién social, limitacién de recursos, fuer- temente fundada en los medios naturales, han sido sin duda hechos que han colaborado en la continuacién de los bienes culturales heredados. Los tejidos tipicos, las mallas que todavia hoy se hacen en el Chaco, eons- tituyen el relicto de los mas antiguos recursos del arte textil, y ademas, inte- gran un complejo cultural sobreviviente. En Argentina y en América se desarrollé como industria familiar bricacién de redes y de tejidos labrados en una sola aguja de madera o de espina; todos destinados a usos que la identifiean con el tipo de vida némade © seminémade. La documentacién de terreno de Erland Nordenskiold, Eric y. Rossen, R. Karsten y més modernamente Enrique Palavecino, entre otros, han con tribuido a aclarar en gran parte la probable procedencia de esa gran familia y algunas faces de sus contextos patrimoniales de que son atin poseedores. Duefios de una cultura autéctona, mestizados en parte con otros grupos ® Estudio realizado por la autora para el Consejo Nacional de Investigaciones tiffieas y ‘Técnicas, - 6 tambié cional. Hasta hacen poco menos de 20 aftos podria considerarse a grupos como: los Pilaga, por ejemplo, como representantes de la propia vida natural cha- queiia. En el nominativo chaquefio se aglutinan en Ja familia Guayeuré, “na- ciones” Chorote, Ahelushlay, Mataco, Chunupi, Toba-Pilag, Pilagi, Moros, Moxeni, que viven dispersos dentro de la gran Area chaquense y con limi- nes dentro de su propio territo: El nomadismo temporal, practicado como factor principal econdmico, ha casi desaparecidy. La expansion laboral del blanco, la reticulacién del te- rritorio con las redes camineras y la instalacién de industrias, han sido fac- tores que han limitado la produccién natural silvestre. El traslado del grupo indigena a zonas de produccién para la autoeconomia se vio reducida. Adin asi, la pesca, Ja caza y la recoleccién de productos naturales se prac- tica con el gusto de la presa conseguida, pero en escala y forma reducida, diferente, interviene en parte el habitual trabajo dirigido por el blanco, Los Toba, los Mataco, los Chunupi, viven en aldeas marginales a los centros de pobiacién blanca, trabajan en las industrias y comereios locales y optaron por un relativo sedentarismo. El contacto con las fuentes industriales ha influido en la familiarizacién del idioma castellano. y algunas costumbres son aceptadas cuando ben®fician sus prineipios familiares. La divisién de! trabajo que concierne al hombre y a la mujer no ha sufrido modificaciones, En este orden, es la industria femenina la que real dos tipos de obras anterior a la civilizacién alfarera, enya ejecueién nos estd mostrando una de Jos mas antiguos sistemas inventados, hechos con hilos hasta lograr un ristico tejido. La fabricacién de cordeles de diferentes grosores, obra de hombre y de mujer, el tejido de red, con a sin nudo, conserva sus caracteres primarios lo mismo que el tejido obtenido con método manual o de semitelar. El tejido mas elemental y primario, tuva vida anterior al descubrimienta de Ja alfarerfa. Los primeros modelados del barro intentados para dar for- mas, fueron logrados dentro de mallas y de cesterias. La dispersion y uso de los tipos de redes y de mallas, de nuestro pais v de Sudaméri iejor conecidos gracias a la documentacién arqueolé- gica de terreno Los hallazgos de Engel en la peninsula de Paracas y su minuciosa des cripeidn, permite observar diferentes tipos de construccién de malas. Se. gtin las fechas obtenidas en este yacimiento del viejo Pert, aleanzan a 5.000 s a. C., precisados por © 14. Mas recientemente en nuestro pais, en plena cordillera andina, se encontraron diversos tipos de redes, integrando ajuares arqueologicos, muy elementales y con una antigtiedad de hasta 4,000 aiios. Con la inyestigacién arqueolégica y los estudios etnogrificos se tendra un cuadro de la antigitedad de la factura y usos de estas antiguas obras. Los signifieativos nombres de la decoracién textil chaquefia manifiesta la tradicién de un pasado ecoldgico del que hoy ya casi no son posedores, Sin embargo persiste en los elementos decorativos del tejido, en cuyas tema aparecen muchas veces formas de la mitologi chaqueiios, 5 ado de su carga tradi- n ignorantes del total signific: ai Puede considerarse que esta- bers mos en presencia de un bien patrimonial aborigen perteneciente a una faz de los mas viejos tipos de obra inventada y que es a través de estas formas primarias del tejido como también de los complejos culturales que lo acom- pailan, que podemos percibir con “Nuestro Primitives Contemporineos’’ pax- te del pasado de “Un mundo que se va". LAS REDES Y LAS MALLAS La trashumancia que caracterizé hasta ahora Ia yida de los indios del Chaco esté determinada por tres factores principales: En primer término el atavismo que rige muchos actos o el aprovech: nto de la produccién temporal de los recursos naturales (siembra-caza- pesca) que les resulta una base econémica importante, o las reuniones de cardcter tribal. Marchando por sus eamines o rutas en el Chaco oriental u occidental, siempre en columna; puede observarse que, en la marcha, el transporte de los enseres que constituyen el ajuar doméstico esti confiado totalmente a las mu- jeres, mientras que los hombres con las manos libres van adelante. Todo su ajuar esti guardado en grandes bolsas de red sin nudo, “Sikiet”, como Taman los matacos a estas bolsas hechas con fibra de chahuar (ear guaté), que contienen todos los efectos vistos en su pobre habitacién; no pareceria posible reunirlos en tal peso ni en tal cantidad, Vestidos, alimentos disecados, fuentes de madera, céntaros vacios, husos para hilar, platos, fibras textiles, trenzados, algunos cueros; todo cabe en la bolsa, que queda henchi- day repleta. La bolsa se cierra por su boca con palillos o huesos pequeio: El Sikiet ya cargado se coloca sobre la espalda y se sostiene por una frentera de cuero o de paja, 0 de lana tejida, ancha como de 15 etms. El Sikiet es el empleado en Ja recoleccién del monte, alli caben Ja lefia y los palitos destinados a encender el fuego, 0 se usa para traer los tervones de greda con que fabricar sus alfarerfas. El Sikiet nuevo esti inseripto por su forma en el semicirculo, y se deforma con el peso. Las grandes bolsas estan destinadas a evar rafces, tubérculos, porotos de monte, papa silvestre, la mandioca o batata; las de mallas pequefias son para el grano. “Hiluj”, es otro tipo de bolsa, propio de los matacos. Es cuadrangular, especie de bolsillo que los hombres evan y dentro del que guardan las pin- zas depilatorias, tabaco, amuletos, yesquere y punzones. Este tipo de bol que tiene desde 0,10 x 0,10 a 0,30 x 0.40 m como medida comin, va su pendida del hombro y en bandolera, por medio de un fuerte cordén de cha- huar. El Hiluj corresponde a la indumentaria tradicional que desconoce 0 qui re desconocer el uso del bolsillo Hay algunas muy pequefias qui sus objetos estimados. Fuera de las piezas mencionadas son de uso actual una especie de co- taza que algunos hombres levan cuando van de caceria por el monte es- pinado y que tiene un nombre tradicional “cuero de iguana”. ¢s la palabra quechua con que se designa un tipo de tefido en- usan los nifios 0 sirven para guardar treabierto. = Gi La “Ilica” 0 hechos con aguja. Proceso para realizar una Llica, — El pequetio instrumento con que s¢ fabrica la bolsa de red, es la aguja, en madera tallada, en hueso o espina de pescado, Una perforacién hecha a fuego o con punzin en forma de ojo por donde pasaré el hilo de fibra de chahuar y el que en sucesivas hiladas for- maré por fin el tejido conjunto, Para hacer el Hiluj la india mataca ha reunido varios ovillos de hilo de chahuar fuertemente retorcidos. La malla se ejecuta en una medida aproximada de 100 * 100 emts; una vez terminada Ja red es doblada por la mitad, formando dos tapas que s tunen en ambos lados. EI Sikiet tiene un proceso més complejo en su realizacién, es malla sin nudo, y en Ia elaboracién de su factura hay mas de un proceso, segiin su forma y la resistencia que deberd soportar. En todos los casos, son factores de tiempo: la recoleccién de la planta en el monte, preparacién y extraccién de la fibra, para Jlegar finalmente a su ejecucién, que se realiza en varios dias, Las observaciones expuestas han sido recogidas en las zonas de Teuco, Teuquito, Pilcomayo, Bermejo, y centro de Formosa, durante sucesivos viajes de investigaciones realizados al Chaco argentino, oriental y oecidental, Las colecciones del Museo de La Plata y Etnogrifico de Buenos Aires, cuentan con ejemplares que en su tipo son hoy muy eseasos, denotan una factura extraordinariamente fina, con tintes solamente vegetales; los jos son los actuales. Las referencias de cronistas del Chaco documentan este tipo de tejido primitive y segin las noticias hist6ricas, la malla de red fue también em- pleada para prendas de vestir. Al respecto Pedro Lozano dice asi: “Las mujeres todas andan cubiertas de pies a cabeza con mantas de pieles de animales y las més principales se cubren con tejides de hierba correosa més grucsa que pita, que en esta provincia llamamos chahuar, y que nace silvestre, de ella hacen un hilo se- mejante al de los zapateros y tejen su vestido, a los que las hijas y mujeres de Jos mas principales aiiaden algunas labores en blanco y negro”. Nicolés del Techo dice: “Las mujeres levan un sayo de ortigas que le- ga de la cintura a las rodillas, maceran dichas plantas a manera de ciiiamo y con los dedos tejen las fibras a modo de red”. En los comienzos de la evangelizacién, se observa que el Padre Diego de Torres, dice: “las mujeres usan mantas de red”. Ya en otras oportunidades me he ocupado de las bolsas de red cuyo estilo, todavia hoy es parte integrante de los medios técnicos que se valen los chaquefios y otras etnias sudamericanas para tener bolsas de transporte, faldellines, o redes, 0 hamacas para reposar. Considerada como téenica, 1a malla es un medio por el que pueden reali- zarse integramente determinados tejidos para la indumentaria o para enfar- dlar lo que debe ser transportado, Por su tipo y técnica de ejecucién se le debe considerar entre los reeursas de un perfodo muy anterior al tejido en telar 'y concorde con un tipo de vida sin asentamiento fijo. La serie de tejidos y fragmentos de mallas que han aparecido en diver “sikiet”, o “hiluj’, pertenece al grupo de tejidos de red, a1 — 68 — sas exeavaciones arqueolégicas y en Iugares distantes entre sf, més las noti- ccias histrieas, comprendiendo diversos tipos de redes y de mallas, Ja ubican ‘en los comienzos del arte textil; confinados hoy al ambito chaquense como testimonio vivo de las mits viefas formas del hacer desde un pasado muy Tejano. Hay abundancia de restos y fragmentos en el Area cuyana, en el drea del noroeste, en los Valles Calchaquies y tltimamente en Salta; los hallazgos sefialan su expansién antigua dentro de nuestro territorio. En el Museo Etmogrifico de Buenos Aires existe una estatuilla femen: na, de Cérdoba —coleccién Breyer, figura que carga sobre su espalda una bolsa sosteniéndola por medio de una banda ancha que se apoya sobre Ia frente. La figura de barro ofrece una semejanza total con una mujer chaque- fia de hoy, tal como se las ve transportar su cosecha del monte, y la forma de la red corresponde a la del sikiet; el sistema del transporte es idéntico, Lo expuesto asegura sin duda el conocimiento y uso de la técnica de mallas para realizar prendas personales o para el transporte que fue ya cono- cido entre etnias desaparecid: Entre grupos cuyo patrimonio cultural esta tendo de residuos de muy icjas formas culturales, su presencia es vigente. Una serie de referencias coneretas durante las indagaciones sobre el tema del tejido que manufacturan las mujeres matacas; me Hev6 al convencimien- to de que era necesario ahondar sobre el tema, para rescatar elementos que subyacfan en los diélogos pero que evidentemente estaban estrechamente vin- culados con la vida animica y las formas textiles, Surgieron aspectos insospe- chados en relacién con tabiies, creencias o hasta integrando parte de un relato ico, En lo material se confirma el canje de fibras, de hilados y tejidos entre tribus relacionadas. Daré un ejemplo: una parcialidad de matacos le gados del Pileomayo hasta Ballivian, refirieron que habian hecho el viaje a pie en jornadas nocturnas, evitando los calores diurnos. Tuvieron contacto can ‘otros grupos. Observé que algunas mujeres matacas vestian tipoyes azules te- fiidos con afiil, este ropaje, que es tipico de mujeres guaranies, lo habian ob- tenido por trueque cuando acamparon entre los Tapi, en Yacuicito, con quie- nes pudieron canjear ropas por zapallos que trafan como reserva para el viaj Casos concretos informan de las postbilidades del canje que efectian y las causas que pueden determinarlo, Este ejemplo no es excepeional y re- presenta un tipo de la economia al que son afectos, como asi también el uso de una prenda del yestir tipica de otro grupo. ‘Los matacos vestian chiripa, tenian “Llicas”, tejidas destinadas a las compras 0 como moneda para adquirir yerba, aziiear y carne. Individuos de este mismo grupo refirieron que legaban en busca de bajo y durante el viaje, en Tonono, sostuvicron una lucha con otros matacos por posesin del terreno arbolado con agua cereana. Pelearon eon flechas que levaban para la caza que pudiera presentarse. ‘Los hombres llevaban colgando del cuello pequefias bolsitas de género © de cuero, que contenian amuletos propiciatories y también vegetales con que se pintan la cara para la guerra. Aunque hablen un mal castellano, conozcan el dinero, 0 trabajen jorn izados, su adaptacion a nnestro ambiente es relativa, prevaleciendo los ca- cteres de su organizacién econémica. = 6 — Pocos dias después los recién Hegados, carentes de recursos, vestian pan- talén los hombres y las mujeres un yestido enterizo, hecho de algodén. Estas prendas eran dadas en préstamo o serian pagadas con trabajo; en otros casos el canje se efectuaba por productos como calabazas, Iicas y mazos de fibras de chahuar que habian reunido durante la marcha. La fibra provenien- te de la planta del chahuar, recogida durante 1a marcha, es limpiada de la pulpa carnosa para facilitar su transporte. Todas las explicaciones que respondian a nuestro requerimiento nos fue- ron dadas por un mataco ya de edad que sirvié de intérprete. En un viaje que realizamos con mi esposo y con un subsidio otorgado por el CONICET, comprobé una vez ms la expansion temitica decorativa de la holsa de red mataca. Las interpretaciones de los dibujos de la bolsa de red, en San Ramén, campamento indigena mataco distante pocas Ieguas del Pileomayo; corrobo- raron que los dibujos y los nombres con que se los designa, respondieron \dagaciones cumplidas con anterioridad en un total de identifieacion. Las investigaciones se concretan entre grupos Matacos de Tonono, San: ta Victoria, Santa Maria, La Paz y Monte Carmelo, sitios estos sobre el borde del rio Pileomayo, Hegando por el sud hasta Embarcacién, al borde del Ber- mejo. . Te Lo que antecede explica suficientemente la trayectoria y la funcién que eumplen las “llicas” entre el grupo chaquense que las posee. Hasta hoy, entre el grupo mataco, los “hiluj” y los “sikiet’” forman parte de un equipo de viaje; cuyos duefios mantienen un sedentarismo re- a region y otra por causas econdmicas. lativo, que se rige entre w FAJAS CHAQUESAS Las fajas de algodén o lana, dibujadas o lisas, indican —si es tejido de telar— un verdadero progreso entre los tobas, matacos u otros grupos cha- qquefios. } La faja representa el aporte de una técnica texti] dominante en el area andina, en su métode de hilado y tipo de fibra, ademis su conocimiento sig- nifica la adquisicién de la técnica del tejido en telar, que es propia de los grupos sedentarizados © semi-sedentarizados. Las tejedoras de fajas o de ponchos poseen telar vertical de gran bas- tidor 0 armazén rectangular formado por dos grandes postes, en horquetas que rematan su extremo superior, Su altura se mide segin el alto del techo det rancho; los yerticales, van cruzados por dos travesafios o envolvedores dis- puestos en sentido horizontal; sobre los travesaiios horizontales estin extendi- dos los hilos de urdimbre. En este sencillo telar se tejen los ponchos. EI telar es armado dentro del rancho, costumbre debida en parte a las fuertes temperaturas. En las horas tempranas del dia el telar se transporta y recuesta sobre la pared en Ja parte externa de la casa. El telar de basti- dor es més pequefio y se usa para tejer fajas. Para las fajas usan hilo de lana, que las mujeres hilan, 0 emplean hilo de algodén comercial que retuercen para fortalecerlo. La técnica para el tejido de fajas o de ponchos es conocida con varios == nombres. Mientras que técnicamente se la designa como rep o faz de dimbre, 0 warpface, las tejedoras la Ilaman “punto liso” 0 “punto de poncho’ Los dibujos obtenidos por el método de doble faz es la resultante de una técnica de doble faz, esta ultima lograda por dos procedimientos distintos. Uno es la verdadera doble faz, con dibujos idénticos y en colores distintos sobre cada cara del tejido; otro sistema dibuja en una sola cara, en la supe- rior, mientras que por el revés aparece apenas marcado el dibujo. Los dibujos obtenidos por el método de doble faz son el resultado de una urdimbre preparada en dos colores contrastantes. En los dos casos, sea que aparezean dibujos en las dos, 0 en una sola cara del tejido, los hilos de la urdimbre son preparados en dos colores distintos. La técnica de la pre~ paracién de la urdimbre es la mis ma para la deble faz, lo que define uno u otro tipo es el distinto método para seleccionar los hilos en el tramado durante la ejecucién de la obra. Sobre la base adquirida en Ja técnica del tejido andino, los chaquenss que en otros hechos de su propia cultura también manifiestan su capacidad creativa, frente al tefido han logrado desarrollar dibujos que les son propios y a los cuales interpretan en relacién con su ambiente y su folklore. La entrevista con indios Mace confirmé el determinismo de la técnica: Indicaron Ia significacion de las figuras angulosas que ¢staban tejidas; luego, para ampliar las interpretaciones, dibujaron a lMpiz los mismos temas, con formas figurativas y semejantes a las naturales. Esta es una conclusign in- teresante para el analisis de la figura y la modificacién determinada por la técni Los grupos de mujeres indigenas, entre los cuales documenté el tejido de las fajas, fueron Pilag’, Toba-Pilag’, Mataco, Vilela, Chunupi; en todas Jos casos estos grupos pertenecian o estaban vinculados a misiones religio- s, contando por Io tanto con un mayor equipo cultural. Sin embargo se evidencia en la labor textil que los dibujos tradicionales de cada grupo son los que prefieren. Las interpretaciones de los disefios textiles varian algo de un grupo a ignificaciones distintas sobre un mismo dibujo, si eran ejecutados en otra parcialidad. El “Catalogo de los Disefios Textiles Chaquenses” sobre fajas ha sido obtenido principalmente en los siguientes lugares: Embarcacién, Montes de Balliviin, Sombrero Negro, Laguna Yema, Tres Pozos, Algarrobal, Ingeniero Sudrez, Monte Carmelo y poblaciones cercanas a Formosa. Los temas son casi un centenar y en cl original figuran con su nombre en toba y mataco. Para cumplir mi propésito eon mayor eficacia pude vis tar y me comuniqué con algiinas misiones anglicanas y noruegas, que tute- lan indigenas. Fueron ellos principalmente quienes me auxiliaron en el co- nocimiento de la dificil fonética taba. Debo al reverendo A. Topkins, al sefior Leacke y al conocido lingitista doctor A. Tovar, quien realizé un viaje al Chaco con nosotros, el ajuste de algunas interpretaciones de las palabras indigenas. 1 Las indias tejen para comerciar sus tejidos, los Hevan al almacén de ramos gencrales donde los cambian por mercancias 0 van a Ia estacion a ofrecerlos a Ja Hegada del tren. otro; y ademas se comprobé que conocian § Sls La faja chiaquefia de lana, lisa 0 con dibujos de colores, es propia de la indumentaria aborigen andina. Hasta hace poco frecuentemente se veian las fajas de cuero, anchas, pues- tas a modo de cinturén, adormadas con plaquetas rectangulares metilicas, hoy son piezas escasas, En el indumento autéctono es parte de un equipo imprescindible para las rudas tareas del monte. Es propia de hombres y mujeres. ‘Aparte de’ las fajas lisas, listadas o con dibujos, que realizan con el s ma del telar andino y en una técnica correspondiente al periodo floreciente en el antiguo Peni, existe otro tipo de tejido para fajas, cuya técnica perteneee aun perfodo muy anterior al de cultura textil. Ks cl llamado “punto de Paracas” segin Irene Emery, Bird y Bellinger. Es el “encordado”, clasificacién del Royal Anthropological Institute de Lon- dres; en resumen, esta técnica pertenece al periodo de transicién entre Ia ces- teria y el intento del tejido, con fibras hiladas, Su cualidad de ejecucion permite los dibujos menos angulosos que Jos registrados con la técnica de doble faz. Actualmente con este sistema hacen también pequefias alfombras, El estudio de las fajas fue realizado en su andlisis y forma comparativa en las series que pertenecen al Instituto de Antropologia de la Universidad Nacio- nal de Tucuman, al Museo Argentino de Ciencias Naturales, que posteriormen- te pasaron a integrar las colecciones del Museo Etnografico; en ambos casos fueron colectados por Ja suscrita, A ellas deben sumarse las que integran la colecciones del Museo de La Plata, que corresponden a bienes incorporados en el siglo pasado por el general Garmendia, 0 las reunidas por el doctor Lehe- mann-Nitzche, LA INDUMENTARIA CHAQUENSE Cuando Jos indios chaquefios se trasladan al ingenio para el corte de caiia comprometen la paga futura para adquirir ropas de tipo europeo. En realidad la ropa sastreada, por una parte, significa un cambio y avance en el estado social, y es mis adecuada para trabajar, Las mujeres son mits conservadoras y tusan una especie de camisolin de algodén, recto, sin cinturdn, Ellas tienen una silueta recta y con poea cintura, de tal suerte que esa vestimenta, que es ge- neral, les cae armoniosa a su figura, La gente muy vieja ya, considerada “montaraces”, no se adaptan a las ro- pas del blanco, entendiendo que prendas como el chaleco o pantalén permiten moyimientos més libres que el saco, por ejemplo. Las misiones, las guarniciones de gendarmerfa, la escuela y las empresa iculado el territorio del Chaco con caminos y ruta: como Y.P.F., que han ret han sido factores rapidos y decisives para una cierta conformidad aleanzada por el indigena cn la aceplacién de la ropa europea, la que, por otra parte, esté considerada como conquista social. En algunas prendas de la antigua vestimenta se conservan las formas de tejer. Ex comin en uma época del afio que un grupo tribal permanezea en su campamento. En ese periodo, reanuda la ejecucién de prendas que estén toda- via en uso, aunque hoy limitado ala manta y la faja. Tejen para si o para co- mereiar. Con mucha anticipacién encargan lana o algodén a quienes emigran ies temporariamente hacia el Chaco oriental 0 boliviano, y cuando reciben Ia materia prima, dedican muchas horas del dia a preparar las fibra: La indumentaria chaqueiia ha sufrido modificaciones desde la primeras épocas de la conquista. La vestimenta primitiva pica esté integrada con cle mentos usados en su forma natural para confeccionar vestidos y adornos, El cuero, 0 la piel, plumas sueltas, 0 picos de aves, semillas, conchillas, pezuiias, trozos de madera, han sido recursos que la habilidad, experiencia y destreza, convirtié en prendas de vestir y adomnos de lucimiento, para deter- minados usos ceremoniales. Este fue el bagaje con que conté el primitivo chaqueio para la con- feccién de sus vestimentas, hasta que mucho mas tarde alcanzara por via andina algunos métodos conocidos y difundidos del arte textil del viejo Pera. Con relacién al tejido de esa alta cultura solamente acepté dos prendas de vestir y cuatro téenicas, Las prendas tejidas y adoptadas por los chaquen- ses, son: la manta, usada sobre los. hombros, o envolviendo el cuerpo, y la faja. Las técnicas textiles incorporadas a su cultura son: reps, faz de urd! y doble faz y “Panto Paracas”, que es el encordado derivado de los de cesteria. Prendas antiguas de cwero, E1 manto de pieles secas, apenas curti unidas entre si por costuras, fue conocido en todo el ambito chaquense. Lisos y pintados, para cuyo fin previamente la piel era sobada con esmero. Li bujos son ne aunque irregulares en la distribucién, recubriendo to- talmente la superficie, En la actualidad muy pocos chaquefios recuerdan ya cl método de ejecucién de esta prenda, que antes fue muy valorada Un manto de pieles significa la caceria de animales y la preparacion y costura del mismo; presapone un tiempo bastante extenso, si se considera que la distribucién y el célculo juegan un rol importante en la manufac Las fuentes histéricas son Jas que dan cuenta de su uso, que a estar a esas noticias, era bastante comin. Hasta el siglo xix el manto de piel fue prenda usada por hombres y mujeres. Hasta hoy, es usada entre algunos gru- pos, 0 por mujeres relativamente jévenes, una pequena pampanilla de piel de ciervo u otro animal pequeiio. La ponen cefida a la cintura por una faja lisa y angosta de lana. En zonas cercanas al Pileomayo, estaba en uso ain en 1965. De cuero es también el mocasin que calzan. Actualmente han adoptado la sandalia u ojota y la alpargata. El chaqueiio usa esta vestimenta para faenas ganaderas. El colcto de oso hormiguero, ademas de bello por su presencia de grandes vetas, tiene destino ceremonial. El cefidor 0 cinto de cuero es prenda que usan ambos sexos; consiste en una faja que enyuelve la cintura y se cifie con tientos y caladuras en el mismo. cinturén. Su extensién se mide por las dos vueltas que da a la cintu ndola, Consideran a este tipo de faja muy util para las labores rudas, como hachar en el monte. Las mujeres la llevan para sostener su chiripa, trozo de tela recta de algodén, sin costuras, que envuelve el cuerpo de la cintura a media pierna; y mas frecuentemente hoy, cuando van a dar a luz Vestimenta y adornos de plumas. — Las plumas de avestruz, puestas en llera sujeta por medio de un cordel de fibra al que estdin amarradas hoy es de uso exclusivo del brujo en un drea restringida del Pileomayo. Como vestimen- arios Se ta se us6 coma pollerin 0 como especie de capa cubriende el torso y el pecho. Fue adomo personal para determinadas ocasiones. Vestimenta tejida de chahuar. — Las noticias histéricas sobre cl uso de prendas enteras de esta fibra Ia dexcriben como una especie de red, algo en- treabierta, manto de mujer. La camisa-coraza actualmente la llevan los hom- bres a veces cuando van a cazar. Constiuye una pieza rara. Prendas tejidas de lana. — El manto rectangular, listado de colores, es una de las piezas’ mis apreciada por el indigena como parte integrante de su equi. po personal, se la estima tanto como el poncho. ‘Ambos, manta 0 poncho, son de tamaiio grande de 2 % 1,70 m. La lana la hilan muy delgada y retoreida. Estos mantos suelen Mevar franjas con di- bujos tales como los que labran en las fajas. Las mujeres toba, toba-pilagi, chunupi y mataca, entre otros grupos, se destacan en el tejido artistico, La faja de lana, angosta, es listada, lisa © con dibujos; en la técniea para su ejecucién se labra con “punto Paracas”. La frentera 0 vincha, tejida de lana, es pieza de uso masculino. La Ile- yan los hechiceros, muy labrada y adornada con plumas y botones, o los gi rreros. Personalmente he tenido oportunidad de ver solamente vinchas de brujo, al que llaman “gorro de brujo”. Realmente es tejida como una faja, doblada por su mitad y cosida ambas partes. Calza sobre la cabeza, cayendo los extremos sobre la espalda y terminando con adornos de bellotas 0 flecos, recubiertos con abalorios. Es prenda muy caracteristica. Los tocados adorados con picos de tucan, 0 con las a demas de plumas, son ya casi inencontrables Adomos de maderas y de pezuiias. — En el orden de los adoros perso- nales deben considerarse las tobilleras de pezuiias de corzuelas que usan Tos bailarines para danzar o el brujo para sus rogativas. Los botones auriculares son los preferidos por los grupos Pilagi; son de madera alisada y trabajada con tallas por su parte delantera. Constituyen un adorno masculino ya en desuso; todavia se observan individuos cuyo ldbulo cae como un aro Hegando al cuello, por haber retirado el botén auricular. Las semillas y tallos de gramineas, perforadas y talladas, pequefios huesos, son los elementos empleados para labrar collares. En realidad, los collares que vemos como adorno no constituyen un ador- no, su destino sefiala duelo, preservacin de enfermedades, cumpliendo en re- sumen en cada caso la funcién de amuleto. Pulseras y brazaletes, — Son de lana tejida con aplicaciones de botones lados en conchillas, 0 hechas integramente de chaquira de colores, con mo- tivos semejantes a los que dibujan en Jas fajas. Es cefida a la mufeca por los cordones con que termina el tejido de la pulsera. La mufequera es de cuero de corzuela, en uno de sus extremos conseryst la pezuita del animal. Usados solo por mujeres, los anillos de cola de iguana cter supersticioso. jas de aves o dia- son de cari En este resumen he querido ordenar los materiales que, aunque han sido tratados en otros estudios, resefian los métodos seguidos en la manufactura y de manera especial lo referido al tejido y su evolucién en el Sm 1 chaqueno, en la téen a, en la fibra, en las formas especiales y supersticiosa: FENOMENOS NATURALES © SUPERSTICIOSOS EN LOS CUALES FIGURAN TEJIDOS Durante la relacién de sus mitos y creencias es frecuente que Tobas v Matacos asignen una funcién o intervencion a los tejidos propios de su indu- mentaria o de utensilio para tejer. Las expresiones aparecen de manera creencia. “Lapichi (Jas Siete Cabrillas) grita y reta a Kasoganaga (retumbar de true- nos) cuando tira piedras. Entonces si Kasoganagad es mala, Lapichi corta la cuerda que sostiene a Kasoganagé y la larga a la tierra; entonees hace un ruido muy grande (es el rayo). Kasoganag’t esta atada por Ja cintura con una soga 0 con una faja, por eso se queda arriba y no baja a la tierra,” Las alusiones hechas sobre elementos de uso comin aparecen en la rela- cién del mito, intentando dar una imagen corporea de Ja vestimenta, semejante a la que acostumbradamente Meva en la tierra. Por ejemplo, el adminiculo pequefio de madera tallada y con el cual hacen sus redes, la aguja; cobra vidi y hasta dialoga, o se venga en algunos casos, si algtin personaje humano 0 imaginario lo contradice. Esta asociacién se manifiesta entre elementos del tejido, hilos, tejidos o jecucién, o instrumental; y aunque no aparecen directamente asociados al tema que trato, he ereldo conveniente mencionar algunos de los hechos fabu~ lados segin el pensamiento del indigena. tural en el relato de un mito o TEJIDOS CHAQUENOS Resumen. Las técnicas textiles y su destino, — Las series técnicas textiles registradas, son el resultado de sucesivas investigaciones realizadas en distintos lugares habitados por tribus 0 grupos chaquenses, reunidos y analizados comparativa- mente, El material observado y controlado corresponde a grupos que conservan un tipo de vida de monte 0 campesina aislada de los pueblos blancos, y tam- bién de: grupos de aldeas, tutela religiosa y socialmente cercanos a pueblos y comercios, Es significative constatar la perdurabilidad de su contacto con Ia vida silvestre y la interpretacién de los el jan sus expte mentos que refl nes artisticas. En una clasificaci6n textil pueden ser agrupados los tipos de tejido cha- quefio por la técnica que registran los tipos mas elementales y que son parte integrante de su patrimonio u otras que fueron adquiridos por contacto, perte- necientes a altas y complejas culturas. En la actualidad, y con referencias precisas al ambito habitado por chaquenses, corresponde clasificar agrupados en distintos tipos los métodos de la filatura, el instrumental y los procesos se guidos para la obtencién de una prenda, Es su resultado un alto margen de Conservacién de los propios bienes culturales; junto a los tipos aléctonos que han recibido y practican; aunque adquieren entre ellos caracteristicas locales. El cuadro que sigue resume los usos m emplean para el tej s frecuentes y los recursos que se Fibras Insirumental Aparatos Técnicas Prendas para Usados ‘Vestir ‘Chahuar Telar vertical pala a Reps Ponchos, fajas, apretadar de trama poncho” o punto lis _mantas Bromelias sa, doble faz, en dos Bolsis _semfesféxi- Ortiga tipos, dibujos reci- eas para transpor- Totora procas y en uni tar, Bolas rectan- Cortezas Madera sola. faz. Con un gulares de uso per- Algodén Espina de pescado medio liso para e! sonal Tejido a mano Punzén con extrema —_-movimi Fajas, bolsas ado hilos Bolsillos, fajas Aguia de made Mallas y redes c/o ‘Telar de bastidor sin nudos Aguja de hueso 0 Sin movimiento se- madera mejante al tipo. en: cordado de_cesteris © “Punto Paracas” Galceta, tricot Redes y malas integran el equipo usado entre chaquenses, tanto de los que habitan la selva como los riberefios de los rios. La forma del tejido de telar es preferentemente comercializada, Lox habitantes amazénicos del orfente boliviane, 0 de Guayanas, figuran entre los grupos que hasta hace poco estuvieron carentes de una verdadera y ‘completa vestimenta hecha con telas europeas. Es sabido que la técnica de red pertenece a los viejos estados de civiliza- cién del hombre. Asi lo demosté Vogt, de la Universidad de Zurich, en su estudio sobre textiles correspondientes a la edad de la piedra, con los ejem- plares que tuvo oportunidad de rescatar entre los restos de turberas y palafitos de Suiza, Alemania y otros paises. Fibras. — Son tipieas de zonas semidridas del drea chaquefia Jas plantas no cultivadas, de hojas y tallos largos y espinosos. Dos de ellas son preferidas para destinarlas al hilado efectuade por frotacién con la palma de la mano y sin huso, Ambas son el chahuar o caraguata, un especie salvaje de ortig y el yuchan con que forman cuerdas extrayendo el liber. El algodén tuvo poca difusién, aunque una de sus variedades es oriunda de! Chaco; la lana Hegé por via andina. El hilado. — La clasificacién de los métodos Bakairi y Bororé sigue lo publicada por Frédin y Nordenskidld con algunas variantes en la forma par- ticular usada por los chaqueiios: El sistema Bakairi, de huso recto cuyo bajo extremo es mds grueso y trun- cado; apoyindose el huso en direccién oblicua al girar para formar la hebra. EI peso del uso o “tortero” esta en la parte inferior del mismo, En el sistema Borord se nota una prolija ejecucién de la yarilla o hus» para hilar; cl peso del huso se ubica cerea del fin del extremo opnesto a las manos de la hilandera. Es de mayor difusién el sistema de apoyo del huso en suelo. La mujer hila sentada. El hilado con huso se efeettia cuando se hila lana o algodén. El hilado de fibra vegetal, del chahuar, se realiza en la palma de la mano, frotando Ja fibra entre la palma y el muslo. EI hilo retine dos fibras paralelas que regresan en sentido contrario for- mando un cordelito de dos cabos en “Z". Para facilitar la flexibilidad de la fi- bra y deslizamiento requerido en la operacién, Ja hilandera pone continug mente en su mano ceniza de “Arbol” 0 Chajehuc, segdin Haman los matacos a la ceniza de una planta silvestre, Los hombres extraen fibras del arbol del yuchan y preparan cuerdas de areos o para Fardos. Sin embargo cuando requieren cuerda resistente para el areo Ia preparan con tiento retorcido de cuero de cormela. EL TELAR El telar, — Actualmente en el frea chaquefia tienen alto desarrollo de ejecucién tres métodos distintos para tejer: 1) Tejido sin telar, realizado con técnica de aguja, por cuyo medio s: obtienen piezas tejidas rectangulares, unidas posteriormente en dos tapas por costura, Se obtienen mallas y redes, con o sin nudo, sin nudo para las bol- sas; con nudo para las redes. Es la técnica més clemental, tanto en el logro de la filatura como en la construccién del morral. Una etapa més avanzada de Ja industria textil corresponde a la_dis- posicién de hilos tendidos. Sin juego entre ellos, pero logrando ¢l te- jido conjuntivo por entrecruzamiento de tramas Hevadas en los dedos. 3) El tejido verdadero es preparado en telar, con hilo de lana o de al- godén, de disposicién de hilos paralelos ajustados en el extremo del bastidor o telar con varas de madera resistente a Ja presién que eje ce el total de Ia urdimbre. Es técnica de conocimiento moderno adquirida para realizar pren- das de tipo andino como la manta y el poncho. Han adquirido la técnica de doble faz en una de sus variantes donde ejecutan dibujos representativos de su ambiente. te En estos dias en que la técnica ha permitido al hombre realizar la aspi- racién de llegar a Ja Luna, el Chaco en nuestro pafs brinda Ia posibilidad de recuperar rasgos de culturas elementales conservados en el tiempo. BIBLIOGRAFIA Fabries and Nazca Needlework, The Textile Bmp, Justes y Lovisa Beturscen. 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Pennsylvan -79- MUESTRAS DE TECNICAS 1 DESARROLLO DE LAS ANTIGUAS Y NUEVAS ILES CONOCH EN EL GRAN CHACO Ficuna 1 injor Mataca comengando uma bh) médico mataco que Sy! SS esse M4 —— a) Jefe Pilagi. Luce ancha yincha tejida de lana con enentas de chaquiras; decorada peulos; ‘en las oreias astenta los bocoques auricular, (Ribe ts do Pa téenica de caleeta dlfundlida por la ense- Fanza misionert, decor Upiet. chagueli(Matacor Wel ‘Tous y det Tenguito) ar a eee eer Oe B — aa aera

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