La dignidad de cada persona humana constituye la base del estado de derecho.
La dignidad deriva del respeto debido a uno mismo y a los demás como seres humanos. Los derechos humanos constituyen la expresión de un proceso en curso para proteger, respetar y garantizar una vida digna. La dignidad es un concepto complejo. Por un lado, entendemos por ella a un valor propio del ser humano, que no le otorga nadie, sino que lo posee por el simple hecho de serlo, por nacer, por estar provisto de racionalidad y libertad, sin distinción de sexo, raza, religión, orientación sexual ni otros condicionantes. Kant insistía en la diferencia que hay entre las personas y las cosas. ¨Mientras que las cosas tienen un precio porque son intercambiables, las personas tenemos dignidad porque son únicas¨. Kant llamaba dignidad a este valor infinito que cada ser humano posee y que nos diferencia de los objetos. La dignidad humana tiene por tanto su fundamento en el carácter único de todo ser humano en tanto que ser racional, libre y consiente de sus actos. La dignidad de ser sujeto no le viene a éste desde fuera. En realidad, nada de lo que este sujeto devendrá viene de fuera. Todo está en él desde siempre, lo que él pone lo pre-supone. Poner-presuponer son dos momentos de la dialéctica. En este presuponer que el sujeto pone se encuentra todo lo que el sujeto puede ser, o mejor lo que el sujeto es sólo virtualmente y que será traducido al acto en el poner. La dignidad pertenece, pues al sujeto. Esta dignidad humana va de la mano con los derechos humanos universales, es decir, con aquellas condiciones mínimas de existencia que se merecen todos los seres humanos de manera automática y que no están sometidos a debate o discusión por ningún juzgado. Estos dos conceptos están íntimamente ligados porque para poder vivir en el contexto social donde nos desempañamos, deben ser respetados, valorados y ejercitados nuestros derechos humanos; ya que de esta forma conviviremos brindándole a la sociedad nuestra percepción de personas interesantes, productivas y constructivas, como seres individuales, con sus características y condiciones particulares. La dignidad es la base de todos los derechos, pero no es un derecho. Es el fundamento de los derechos que conceden al hombre, por ello las constituciones provinciales y demás tratados hacen referencia a ella. Así pues, el término de dignidad aplicado a la filosofía práctica, debe entenderse al sentido primariamente socio-político y legal referido a la idea de rango. La idea de la dignidad humana es el eje conceptual que conecta la moral del respeto igualitario de toda persona con el derecho positivo y el proceso de legislación democrático, de tal forma que su interacción puede dar origen a un orden político fundado en los derechos humanos.