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CARRERA: PROFESORADO EN CIENCIAS POLITICAS

MATERIA: SEMINARIO DE INVESTIGACION.

DOCENTE: PATRICIA PEDROZO.


ALUMNO: RODOLFO CARI
CURSO: 4to.AÑO.

TEMA: HIPERINFLACIÓN Y FRACASO ALFONSINISTA.


BIBLIOGRAFIA: HISTORIA ECONOMICA, POLÏTICA Y SOCIAL DE LA
ARGENTINA (1880-2003).
AUTOR: MARIO RAPOPORT.

LA EVOLUCIÓN POLITICA: EL GOBIERNO DE RAUL ALFONSIN.

El 10 de diciembre de 1983. RAUL ALFONSIN asumió la primera magistratura.


Luego de jurar ante la Asamblea Legislativa, en un mensaje dirigido a los
legisladores anunció las pautas que definirían sus gestión: En el tema de los
derechos humanos, se comprometió en derogar la Ley de Admistía promulgada
durante la dictadura, y a juzgar a los culpables de violación a los derechos
humanos y a combatir los métodos violentos tanto de derecha como de izquierda.
Con respecto al Sindicalismo propuso la existencia de un sindicato único por
actividad y el quite de personería jurídica a las agrupaciones sindicales que
hicieran política partidaria. En el campo militar propuso cambiar la doctrina de la
Seguridad Nacional, por la subordinación de la Fuerzas Armadas al poder civil y
la reducción del número de conscriptos. En política exterior, la solución pacífica a
los conflictos y profundizar las relaciones con América Latina. Al finalizar hizo un
llamado a la necesidad de garantizar la vigencia de la democracia.
El 15 de diciembre creo la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas
(CONADEP), la cual se encargaría de investigar las violaciones a los derechos
humanos, sus investigaciones y conclusiones debían presentarse en un informe al
Poder Ejecutivo. Las Madres de Plaza de Mayo estimaron que la conformación de
la CONADEP demoraba el rápido juzgamiento de los militares acusados por la
violación a los derechos humanos. En septiembre de 1984 una manifestación de
70.000 personas allí la comisión presentó 8700 denuncias por desaparición de
personas, se describían 340 centros de detención clandestina y 1300 personas
comprometidas en la represión, se señaló que a los delitos de los terroristas, las
fuerzas armadas respondieron con terrorismo peor que el combatido, al día
siguiente se creó la Secretaria de Derechos Humanos.
El ministro de Defensa, en diciembre de 1983 ordenó que el Consejo Supremo de
las Fuerzas Armadas instruyan los juicios contra los integrantes de las tres
primeras juntas del Proceso de Reorganización Nacional. El Congreso aprobó la
modificación del código de justicia militar para facilitar que las fuerzas armadas
hicieran su propia depuración, la medida establecía que las sentencias sean
revisadas en una segunda instancia por la justicia civil, la justica fue lenta
entonces el gobierno decidió el pase a la justicia civil.
El gobierno envió al parlamento un proyecto de Ley de reordenamiento sindical,
que establecía al voto secreto y la representación de las minorías reservándose la
intervención estatal en los asuntos gremiales, pese a la presión del presidente la
aprobación quedó desvanecida y la CGT impulsó el primer paro general a la
gestión de Alfonsín.
La defensa de los exjefes militares de las Fuerzas Armadas argumentaron el
carácter de político del juicio tratando de invalidar su legitimidad argumentando la
existencia de una guerra, justificando las medidas de las juntas .Finalmente el 9
de diciembre la Cámara sentencio la culpabilidad de Videla, Masera y Agosti entre
otros.
En tanto la CGT determinó la realización de un plan de lucha, reclamando contra
el deterioro del salario real y el incremento de la desocupación.
En 1987 tuvo que tuvo que enfrentar un levantamiento de los oficiales del ejército
encabezados por Ado Rico, Luego por Seineldín pidiendo una solución política al
problema de los juicios, allí fue respaldado por al pueblo y doblegó a los militares
que fueron detenidos y juzgados.
En febrero se produjo el estallido hiperinflacionario y el mercado cambiario se
volvió incontrolable. El presidente confesó “la economía se nos fue de las manos”
y el ministro Sourrouille debió renunciar, sus reemplazantes fueron Juan Carlos
Pugliese, luego Jesús Rodríguez que tampoco lograron paliar la gravedad de la
crisis.

LA POLITICA ECONOMICA DEL GOBERNO RADICAL

La crítica situación inicial:


Al retirarse del poder el gobierno miliar dejaba una herencia económica poco
menos que catastrófica, el país se hallaba en plena recesión, con una
desocupación creciente, una inflación de más de 400%, una deuda externa de
46.200 millones de dólares (casi el 70% del PBI) y sin reservas internacionales las
cuentas públicas con diversas irregularidades, las exportaciones de carnes y
cereales se habían duplicado en la última década. La opción elegida por el
gobierno fue la renegociación de la deuda con los bancos extranjeros, pero esto
no era simple sino que implicaba la recesión y el incremento de la inflación-

LA PRIMERA ETAPA DE LA POLITICA ECONOMICA-LA GESTIÓN DE


GRINSPUN.
El ministro de economía Bernardo Grisnspun, planteo objetivos relativamente
ambiciosos para el programa económico del país: lograr el crecimiento del
producto de 5% anual, alcanzar un acuerdo sobre la deuda externa con los
acreedores, aumentar los salarios reales en un 8%, bajar la inflación e incrementar
los ingresos tributarios evitando la evasión y fijar mayores impuestos sobre la
riqueza y los ingresos, además menciono que no se aplicarían políticas de ajustes
recesivas ni se dejarían al libre arbitrio del mercado los precios, los salarios y las
divisas
El enfoque de las autoridades era ajustar gradualmente las variables económicas
con el fin de conciliar los reclamos de distintos sectores sociales con el objeto de
saldar la llamada deuda social y lograr la estabilidad de precios Sin embargo los
proyectos no lograron una aproximación a los objetivos iniciales y el gobernó topo
con importantes dificultades, tales como el proceso inflacionario, presiones
monopólicas de los nuevos grupos económicos, planteos sindicales, déficit fiscal
por retraso en le percepción de la recaudación impositiva y de las tarifas públicas
y trabas en la negociación de la deuda externa.
EL AJUSTE “HETERODOXO”: LA GESTION DE SOURROUILLE.

En enero de 1985. Dio a conocer un documento, denominado Lineamiento de una


Estrategia de crecimiento económico: 1985-1989, que pretendía cubrir la ausencia
de un plan de mediano plazo para la evolución de la economía argentina, en el
marco de la difícil coyuntura económica.
Las primeras medidas apuntaron a recomponer los ingresos públicos y profundizar
la inserción exportadora por medio de reajustes del tipo de cambio y de las tarifas
públicas.
Poco después por medio de un decreto de necesidad y urgencia se inició el
denominado Plan Austral. Este plan económico implicó un ajuste fuerte, aun
mayor que lo solicitado por el FMI, que lo apoyo el secretario del tesoro
norteamericano David Mulford con el objetivo de evitar el peligro de una
hiperinflación, las medidas fueron las siguientes: cambio del signo monetario,
introduciendo el austral cuya unidad equivalía a 1.000 pesos, congelamiento de
precios, de las tarifas públicas y de los salarios, reducción de las tasas de interés
reguladas de 28 y 30 % para depósitos y préstamos al 4 y 6 % respectivamente,
devaluación del 15 % y congelamiento posterior del tipo de cambio, fijándolo en
0,80 centavos por dólar, compensada con un incremento de los impuestos a las
exportaciones, e implementación de una política monetaria y fiscal estricta , que
comprendía una reducción significativa del déficit del 11 % del PBI. Esa pauta
debía ser alcanzada con un recorte en los gastos, una mayor recaudación y un
financiamiento por medio de nuevos créditos externos.
El Plan Austral apuntaba a detener la fuerte inercia inflacionaria que registraba la
economía argentina, el Plan tuvo un efecto favorable inmediato que incluyó un
incremento de las exportaciones, un aumento de las liquidaciones de divisas por
parte de sus tenedores, lo que permitió el crecimiento de las reservas del Banco
Central, el incremento de las retenciones agropecuarias y la aprobación de la Ley
de Ahorro Forzoso, que inmovilizaba fondos de las empresas para financiar
gastos del Estado.
El éxito a corto plazo sin embargo escondía las insuficiencias estructurales, que si
bien hacia logrado cierta estabilidad de precios, el programa no incluía objetivos
de reactivación y crecimiento.

EL DETERIORO DEL PLAN AUSTRAL Y LOS PRIMEROS REAJUSTES.

Luego del éxito inicial comenzaron a verse los efectos no deseados. Si bien la
inflación se había controlado, persistía el crecimiento de precios de un conjunto
de artículos tales como la carne y las hortalizas, mientras que el salario
permanecía estable, con el plan austral el más afectado fue el sector púbico, ya
que las remuneraciones estatales, junto con los retrasos en los pagos a
proveedores del Estado formaron parte del ajuste de las cuentas públicas, como
así la caída de la economía en todos los sectores.
Las tasas de interés positivas afectaban a en especial, a las pequeñas empresas y
medianas, un menor acceso al crédito externo o a las franjas preferenciales del
mercado inter-empresario..
Durante gran parte de 1986 el Plan Austral pareció mantener una relativa
estabilidad de los precios y favorecer el crecimiento económico luego de la
recesión de 1985. Al finalizar agosto de 1986, se mostraba una lenta aceleración
del ritmo de incremento de los precios. El gobierno entonces intentó un segundo
ajuste, las tasas de interés comenzaron a elevarse, pero esta política monetaria en
el último trimestre y comienzo de 1987 dio un salto hacia arriba en el déficit fiscal
y afectaba a las cuentas públicas, por lo que la situación económica comenzó a
dar signos de deterioro, influía la presión sindical por mayores salarios, la presión
de la banca internacional por el pago de la deuda, así el FMI estipulaba una
corrección en los precios relativos a través de aumentos de tarifas públicas y del
tipo de cambio.
El ministerio de trabajo logro la aprobación de un paquete de leyes laborales y la
convocatoria para Convenciones Colectivas de trabajo para comienzos de 1988,
quedando entonces la fijación de los salarios privados fuera del manejo
gubernamental. También se desregularon totalmente las tasas de interés y se creó
un tipo de cambio libre para las transacciones de capital.
A pesar de los signos negativos, se logró concluir las largas negociaciones con la
banca acreedora, permitiendo la llegada de recursos financieros externos que
aliviaron un tanto el panorama, pero la caída del saldo del balance comercial
condujo al agotamiento de las reservas de divisas del Banco Central a principios
de 1988. El fondo monetario internacional retiró su apoyo a causa del deterioro de
los indicadores fiscales y monetarios y, en abril el gobierno suspendió el servicio
de la deuda a los bancos comerciales, ingresando el país en una moratoria de
hecho

LA ÚLTIMA TENTATIVA DE CONTROL DE LA ECONOMIA “EL PLAN


PRIMAVERA”

A mediados de 1988, la economía se encontraba en una situación crítica, en la


que se combinaban, la inflación, la caída salarial y la desocupación, mientras que
la deuda interna alcanzaba los 46,000 dólares. El retroceso salarial generó un
conjunto de huelgas en distintos sectores y un paro general de los trabajadores de
servicios públicos que terminó con un importante desorden en la Plaza de Mayo y
actos de vandalismo en los alrededores.
En tanto la situación económica y política interna se deterioraba, el sector externo
mostraba signos de mejoría: una sequía en el Hemisferio Norte elevaba los
precios internacionales de algunos productos agrícolas. Ante ésta compleja
situación, se presentó una nueva versión de plan de shock, el llamado” PLAN
PRIMAVERA” de agosto de 1988, que contaba con el apoyo de diversas entidades
empresarias, como la UIA, la CAC y la CGI.
El Plan incorporaba medidas aun no implementadas hasta entonces. Por un lado
ante la promesa de Alfonsín a los productores rurales de no aplicar nuevos
impuestos a las exportaciones agropecuarias, se desdobló el mercado cambiario,
quedando aquellas en el segmento regulado con un tipo de cambio menor. El
segundo mercado, llamado “FINANCIERO” fue liberado formalmente, pero se
anunció que el Banco Central intervendría en este para que la diferencia entre
ambos no superase el 25 %.
La estabilidad de precios se basaba esta vez en un acuerdo, con Empresas
líderes y refrendado por las cámaras patronales más importantes, y no en un
congelamiento. El gobierno debió resignar a cambio tres puntos en la tasa del
impuesto al valor agregado (del 18 al 15 %), lo cual era contradictorio con un plan
cuyo objetivo era la elevación de los ingresos fiscales.
El efecto antiinflacionario del programa se prolongó esta vez por un periodo mucho
más corto (de agosto del 1988 a febrero de 1989), aunque la inflación mensual
bajó del 25 % al comienzo del plan al 6,8 % en diciembre. A su vez, tanto las trifas
públicas como el tipo cambio tendieron a retrasarse, acentuando los efectos
negativos sobre el desequilibrio fiscal y el del sector externo.
El control sobre la oferta monetaria por el Banco Central se fue debilitando dado el
crecimiento del déficit fiscal, el renovado superávit comercial y la caída en la
demanda de títulos gubernamentales. Ante ello, se optó por colocación forzosa
de deuda en el sistema financiero, a través de encajes remunerados-
Las cuentas fiscales también fueron saliendo de su cauce, ya que se generalizó un
masivo incumplimiento fiscal ante la expectativa de un futuro, ” blanqueo
impositivo”, luego del próximo cambio de gobierno. Asimismo, una parte de las
leyes impositivas ingresadas al Parlamento para aumentar la recaudación no
fueron aprobadas. Finalmente, las tendencias recesivas también presionaban a la
baja de la recaudación impositiva, al reducir la base imponible.

LA HIPERINFLACION: LA ESPECULACIÓN FINACIERA, LA CRISIS SOCIAL Y


EL GOLPE DE MERCADO.

A comienzo de 1989 las expectativas inflacionarias crecieron, colaboraron para


ello causas tanto económicas como políticas. El Banco Mundial, que al principio
había apoyado el programa económico, en vista de las dificultades y ante los
nuevos aires que soplaban en la recientemente asumida Administración Bush en
el gobierno norteamericano, suspendió los desembolsos prometidos. Para mayo
de 1989 era previsible el triunfo peronista y se esperaba una política
redistribucionista moderada con discurso populista pero sin modificar el modelo
económico en marcha.
El 6 de febrero de 1989, las autoridades monetarias ya no contaban con
suficientes reservas para intervenir en el mercado cambiario por lo que
procedieron a reorganizarlo nuevamente abriendo dos segmentos con precios
regulados para exportaciones e importaciones respectivamente y un tercero libre
para operaciones financieras.
A fines de marzo renunció el equipo de Sourrouille y asumió al frente de
economía Juan Carlos Pugliese., en principio se desaceleró el aumento del
precio del dólar, pero continuó ascendiendo la inflación, luego tanto el valor del
dólar como los índices de precios crecieron conjuntamente hasta principios de
junio.
El 27 de mayo asumió JESUS RODRIGUEZ quien introdujo un régimen de control
de cambios y una regla de ajuste del tipo de cambio por la inflación pasada. A la
negociación de la renuncia de ALFONSIN y el consecuente recambio anticipado
de autoridades, y a la restricción de los retiros en efectivo de las cuentas
bancarias, lograron controlar temporariamente la evolución del dólar. Sin embargo,
los precios prosiguieron su acelerada marcha ascendente, a tasas cada vez
mayores.
EL 08 DE JULIO ALFONSIN ENTREGÓ LA BANDA PRESIDENCIAL A CARLOS
MENEM.
El traspaso del poder se concretaba en un marco de un recrudecimiento
hiperinflacionario, los precios subieron, en julio un 197 %, los salarios, entre 110 y
160 %, y las tarifas de gas, electricidad y teléfonos (que habían quedado
rezagadas frente a los otros precios), un 700 %. Medio salario obrero se debía
destinar al pago de servicios. Las consecuencias de la hiperinflación fueron
graves: la monetización de la economía cayó a valores ínfimos (el 3,7 % del PBI
en el primer trimestre de 1989 y el 1,7 % en el segundo), la deuda pública interna
creció en forma exponencial (a una tasa del 60 % mensual promedio entre febrero
y junio) y los ingresos de la tesorería General de la Nación se redujeron
violentamente en términos reales.

RODOLFO CARI

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