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Luego del éxito inicial comenzaron a verse los efectos no deseados. Si bien la
inflación se había controlado, persistía el crecimiento de precios de un conjunto
de artículos tales como la carne y las hortalizas, mientras que el salario
permanecía estable, con el plan austral el más afectado fue el sector púbico, ya
que las remuneraciones estatales, junto con los retrasos en los pagos a
proveedores del Estado formaron parte del ajuste de las cuentas públicas, como
así la caída de la economía en todos los sectores.
Las tasas de interés positivas afectaban a en especial, a las pequeñas empresas y
medianas, un menor acceso al crédito externo o a las franjas preferenciales del
mercado inter-empresario..
Durante gran parte de 1986 el Plan Austral pareció mantener una relativa
estabilidad de los precios y favorecer el crecimiento económico luego de la
recesión de 1985. Al finalizar agosto de 1986, se mostraba una lenta aceleración
del ritmo de incremento de los precios. El gobierno entonces intentó un segundo
ajuste, las tasas de interés comenzaron a elevarse, pero esta política monetaria en
el último trimestre y comienzo de 1987 dio un salto hacia arriba en el déficit fiscal
y afectaba a las cuentas públicas, por lo que la situación económica comenzó a
dar signos de deterioro, influía la presión sindical por mayores salarios, la presión
de la banca internacional por el pago de la deuda, así el FMI estipulaba una
corrección en los precios relativos a través de aumentos de tarifas públicas y del
tipo de cambio.
El ministerio de trabajo logro la aprobación de un paquete de leyes laborales y la
convocatoria para Convenciones Colectivas de trabajo para comienzos de 1988,
quedando entonces la fijación de los salarios privados fuera del manejo
gubernamental. También se desregularon totalmente las tasas de interés y se creó
un tipo de cambio libre para las transacciones de capital.
A pesar de los signos negativos, se logró concluir las largas negociaciones con la
banca acreedora, permitiendo la llegada de recursos financieros externos que
aliviaron un tanto el panorama, pero la caída del saldo del balance comercial
condujo al agotamiento de las reservas de divisas del Banco Central a principios
de 1988. El fondo monetario internacional retiró su apoyo a causa del deterioro de
los indicadores fiscales y monetarios y, en abril el gobierno suspendió el servicio
de la deuda a los bancos comerciales, ingresando el país en una moratoria de
hecho
RODOLFO CARI