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I.

INTRODUCCIÓN

El control de las enfermedades y plagas de las plantas por métodos químicos continúa siendo
imprescindible para mantener una agricultura económicamente rentable y rendimientos altos de
cosecha. Recientemente se han desarrollado nuevas clases de plaguicidas con nuevos
mecanismos de acción, y también nuevos compuestos (elicitores) que ponen en marcha los
mecanismos de defensa de las plantas. Actualmente contamos con unos 113 ingredientes activos
registrados como fungicidas en todo el mundo a pesar de lo cual se necesitan nuevos agentes de
control para conseguir un rendimiento y una calidad mejorados de acuerdo con la demanda.

La mayoría de las plagas y organismos fitopatógenos tienen antagonistas biológicos o enemigos


naturales que se pueden emplear como estrategia de lucha en un programa de control biológico.
En un sentido restringido control biológico (o control microbiológico) es la introducción artificial
de microorganismos antagonistas en un ecosistema determinado para controlar a un patógeno.
Una de las motivaciones principales para el desarrollo actual de sistemas de control biológico es
la reducción de la utilización de plaguicidas químicos de síntesis. La preocupación que comienza
a existir actualmente sobre la salud, seguridad y medio ambiente, y los efectos negativos de los
productos químicos utilizados por la agricultura en las aguas, suelos y alimentos, requieren una
disminución en el uso de dichos plaguicidas. Además, el control biológico puede ser
especialmente importante para su utilización en sistemas en los que el control químico no es
económico o efectivo, y también puede reducir otros problemas asociados con determinados
sistemas de control químico, como son el desarrollo de resistencias del patógeno, reducción de
poblaciones de microorganismos beneficiosos y la creación de vacíos ecológicos.

Aunque el control biológico no pretende reemplazar completamente los sistemas de control


químico, puede ser utilizado junto con otras técnicas de control como parte de un sistema
integrado de control. Es necesario mencionar que el control biológico tiene un potencial enorme,
pero se necesita una investigación mayor sobre este tema para lograr un control efectivo. No hay
que olvidar que el control biológico tiene unas propiedades y requerimientos muy distintos a los
métodos de control tradicionales, y ha de ser puesto en práctica integrándolo con los métodos y
con las estrategias de producción existentes actualmente.
II. OBJETIVOS

General

 Identificar los controles biológicos y químicos utilizados para el control de enfermedades


en plantas.

Específicos

 Enunciar las principales vías que utiliza Bacillus spp. Para la inhibición del desarrollo de
organismos fitopatógenos.
 Explicar los mecanismos de control del género Trichoderma sobre los organismos
fitopatógenos en los que actúa.
Control biológico y clasificación de fungicidas químicos

Control biológico

Bacterias

Bacillus substilis y Bacillus amyloliquefaciens. Entre las principales vías por las
cuales estas cepas evitan el establecimiento y desarrollo de organismos fitopatógenos es a través
de diferentes mecanismos, que incluyen: la excreción de antibióticos, sideróforos, enzimas
líticas, toxinas e induciendo la resistencia sistémica de la planta (Layton et al., 2011; Tejera-
Hernández et al., 2011).

Produce una gran variedad de antibióticos con capacidad de inhibir el crecimiento de


agentes fitopatógenos, entre éstos, los lipopéptidos cíclicos no ribosomales. La actividad
antimicrobiana de estos lipopéptidos tiene lugar por su interacción con la membrana
citoplasmática de células bacterianas o fúngicas, provocando la formación de poros y un
desbalance osmótico, lo que desencadena la muerte celular de los microorganismos
fitopatógenos.

producción de enzimas líticas: La producción de enzimas involucradas en la


degradación de la pared celular de agentes fitopatógenos es uno de los mecanismos de control
biológico más reportados, especialmente contra patógenos de origen fúngico. Estas enzimas son
responsables de la degradación de los principales polisacáridos que conforma la pared celular
de hongos, mediante la hidrólisis de sus enlaces glucosídicos.

producción de sideróforos: Estas bacterias tienen la capacidad para controlar en-


fermedades de plantas mediante la secreción de sideróforos, limitando el crecimiento y
colonización de microorganismos fitopátogenos dependientes hierro.

resistencia sistemática de la planta: La respuesta sistémica en plantas puede ser inducida


por señales químicas (elicitores) producidas por microorganismos benéficos.
Resultan efectivas para el control de : Fusarium oxysporum, Rhizoctonia solani, Phytophthora
parasítica, Botrytis cinérea, Pseudomonas syringae, Phytium spp, entre otros.

https://www.researchgate.net/publication/322259714_El_genero_Bacillus_como_agente_de_cont
rol_biologico_y_sus_implicaciones_en_la_bioseguridad_agricola

Bacillus pumilus: impide la germinación de esporas por la formación de una barrera


física y, posteriormente, las coloniza; actúa interrumpiendo el metabolismo celular destruyendo
las paredes celulares de los patógenos en diferentes sitios y causando la destrucción total de los
mismos.

Resulta efectivo en el control de mildiu, oídio, tizones temprano y tardío, Sclerotinia spp,
Cercospora spp, Rizoctonia spp, Fusarium spp, etc.

Hongos

Trichoderma spp. Los hongos antagonistas resultan importantes para el control biológico
de los fitopatógenos. En este sentido, las especies del género Trichoderma se destacan entre las
más utilizadas para el biocontrol de patógenos fúngicos del suelo. Estas especies presentan
diferentes modos o mecanismos de acción que le permiten el control de los fitopatógenos. Entre
estos mecanismos se encuentran: competencia por el sustrato, micoparasitismo, antibiosis,
desactivación de enzimas del patógeno, resistencia inducida, entre otros. Mientras mayor sea la
probabilidad de que un aislamiento de Trichoderma, manifieste varios modos de acción; más
eficiente y duradero será el control sobre el patógeno, aspectos que no poseen los plaguicidas
químicos.

En la acción biocontroladora de Trichoderma se han descrito diferentes mecanismos de


acción que regulan el desarrollo de los hongos fitopatógenos dianas. Entre estos, los principales
son la competencia por espacio y nutrientes, el micoparasitismo y la antibiosis, los que tienen una
acción directa frente al hongo fitopatógeno, Leal (2000). Estos mecanismos se ven favorecidos
por la habilidad de los aislamientos de Trichoderma para colonizar la rizosfera de las plantas.
Otros autores han sugerido distintos mecanismos responsables de su actividad
biocontroladora,que incluyen, además de los mencionados, la secreción de enzimas y la
producción de compuestos inhibidores. Además se conoce que Trichoderma presenta otros
mecanismos, cuya acción biorreguladora es de forma indirecta. Entre estos se pueden mencionar
los que elicitan o inducen mecanismos de defensa fisiológicos y bioquímicos como es la
activación en la planta de compuestos relacionados con la resistencia (Inducción de Resistencia),
con la detoxificación de toxinas excretadas por patógenos y la desactivación de enzimas de estos
durante el proceso de infección; la solubilización de elementos nutritivos, que en su forma
original no son accesibles para las plantas. Tienen la capacidad además, de crear un ambiente
favorable al desarrollo radical lo que aumenta la tolerancia de la planta al estrés.

Competencia. La competencia constituye un mecanismo de antagonismo muy importante.


Se define como el comportamiento desigual de dos o más organismos ante un mismo
requerimiento (sustrato, nutrientes), siempre y cuando la utilización de este por uno de los
organismos reduzca la cantidad o espacio disponible para los demás. La competencia más
importante en este género corresponde a la competencia por espacio al colonizar la rizosfera,
dejando con menos espacio a los hongos fitopatógenos para su establecimiento.

Micoparasitismo. Las especies de Trichoderma durante el proceso de micoparasitismo


crecen quimiotrópicamente hacia el hospedante, se adhieren a las hifas del mismo, se enrollan en
ellas frecuentemente y las penetran en ocasiones. La degradación de las paredes celulares del
hospedante se observa en los estados tardíos del proceso parasítico, que conlleva al
debilitamiento casi total del fitopatógeno.

Actividad lítica. En esta etapa ocurre la producción de enzimas líticas extracelulares,


fundamentalmente quitinasas, glucanasas y proteasas, que degradan las paredes celulares del
hospedante y posibilitan la penetración de las hifas del antagonista. Por los puntos de contacto
donde se produce la lisis y aparecen los orificios, penetra la hifa del micoparásito en las del
hongo hospedante. Trichoderma excreta muchos metabolitos dentro de ellos enzimas (celulasas,
glucanasas, lipasas, proteasas y quitinasas) que participan en la lisis de la pared celular de las
hifas del hospedante, facilitando la inserción de estructuras especializadas y de hifas de
Trichoderma, que absorben nutrientes del interior del hongo fitopatógeno. Misaghi (1984) y
Adams (1990), plantearon que el micoparasitismo finalmente termina con la pérdida del
contenido citoplasmático de la célula del hospedante. El citoplasma restante está principalmente
rodeando las hifas invasoras, mostrando síntomas de disgregación, lo que disminuye la actividad
patogénica del mismo.

Antibiosis: La antibiosis es la acción directa de antibióticos o metabolitos tóxicos


producidos por un microorganismo sobre otro sensible a estos. Muchas cepas de Trichoderma
producen metabolitos secundarios volátiles y no volátiles, algunos de los cuales inhiben el
desarrollo de otros microorganismos con los que no hacen contacto físico. Tales sustancias
inhibidoras son consideradas “antibióticos”. T. harzianum Rifai produce numerosos antibióticos
como son: trichodermina, suzukacilina, alameticina, dermadina, trichotecenos y trichorzianina.

Lo hongos del género Trichoderma como un controlador biológico y antagonista natural


de fitopatógenos muestra una amplia gama de hospedantes y dentro de ellos están los hongos
fitopatógenos de importancia, tales como: Fusarium oxysporum f. sp. cubense (E.F. Smith),
Fusarium roseum, Botrytis cinerea, Rhizoctonia solani, Sclerotium rolfsii. Sclerotinia spp.,
Pythium spp. Phytophthora spp., Alternaria spp., entre otros.

http://scielo.sld.cu/pdf/rpv/v24n1/rpv02109.pdf
Clasificación de fungicidas químicos
III. CONCLUSIONES

 Entre las principales vías por las cuales bacterias del género Bacillus evitan el
establecimiento y desarrollo de organismos fitopatógenos es a través de diferentes
mecanismos, que incluyen: la excreción de antibióticos, sideróforos, enzimas líticas,
toxinas e induciendo la resistencia sistémica de la planta

 Entre los mecanismos de control de Trichoderma se encuentran: competencia por el


sustrato, micoparasitismo, antibiosis, desactivación de enzimas del patógeno, resistencia
inducida, entre otros
IV. RECOMENDACIONES

 Investigar más a fondo los métodos de biocontrol de organismos fitopatógenos para poder
incluirlos en los programas de fitosanidad.
 Conocer la manera correcta de realizar la rotación de fungicidas químicos para evitar la
resistencia a los mismos por parte de los organismos fitopatógenos.

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