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BIBLIOTECA POLITICA ARGENTINA La Biblioteca Politica Argentina, publicada como uj aporte a la reconstrucci6n democritica y social de nuct tro pais, presentaré libros clase de ‘historias partidari janales que retinan t timonios politicos, oc® sobre proteccionis. tar obligatorio, grandes debates ismo ¢ industria, servi levarin un prologo, notas aclaratorias 0 introducciones explicatis titan elaborar el marco ms ajustado de ia situaciéa or Utica, econémica y social del correspondiente volumen, ye xeraey 10. u. 12. 13. 14) PRIMEROS TITULOS £2 primera preridencia de Yrigoyen, Gabriel del ‘La primera presidencia de Perén, Hi Gi Fipeiarolismo, Sulio E, Nosiglia neo Gambini lel socialis te Demure stm nina, aciao Oddone Eifotido Comunista, Oscar Attvalo dad de las Fuerzas Conservadoras, Roberto Aza- La izquierda nacional y et F] Secactare it, sy Stee ea sta, Ricardo F. Moli- thet tng, dat nego Hutoria del vociallomo cagentingy as Los Partidos Provinclales Coac 9/2 Jacinto Oddone / ak 15. * Béjar . La presidencia de Alvear, Beatriz Alonso ug crisis de 1930. 1, Ensayos, Btcheyerebords, Ortiz ~ Laverisis de 1930, 11. Testimonios, Pinedo, Bagi, Sanchez Sorondo y otros Ley Séenz Pefia: pro y contra, Honorio A. Diaz El Servicio Militar Obligatorio, R. Rodriguez Molas Yrigoyen/1, Roberto Etchepareborda Yrigoyen/2, Roberto Etchepareborda | Autoritarismo y democracia (1955-1983), Marcelo Cavarozzi . Devaluaciones de la moneda (1822-1935), Jose Pa- nettieri . Las mujeres peronistas, Estela dos Santos ; La diplomacia del petréieo (1916-1930), C. A. Mar yo, 0. R. Andino y F. Garcia Molina . Cémpora/Peron/Isabel, Horario Maceyra . La presidencia de Illia, Pedro Sanchez Fundadores del gremialismo obrero/1, Oscar Tron- 080. Fundadores del gremialismo obrero/2, Oscar Tron- ‘6080 . Las fuerzas de Centro, César L. Mansilla Los sindicalistas en el gobierno, 1973-1976, Juan Torre Moreau de Justo, Mirta Henault iburu y Justo: él auge conservador, Marta Dolores Investigacion a Lu Forestal, Anacarsis L. Acevedo El drama de la democracia argentina, Jost Luis Ro- mero |. Politica y clase obrera, Torcuato S. Di Tella , Argentina y Brasil en la integracién continental, Li- borio Justo . La Reforma Universitaria/1, Alberto Ciria y Horacio Sanguinetti La Reforma Universitaria/2, Alberto Cir y Horacio Sanguinetti En tiempos de la repiblica agropecuaria (1930- 1943), Susana Pereira . Rawson/Ramirez/Farrell, Daniel Rodriguez Lamas Educacién popular, Héctor Félix Bravo \. Las primeras leyes obreras, José Panettieri Partido Laborista: Estado y sindicatos, Elena Susana Pont “Proceso”, crisis y transicién democratica/1, Comp. ‘Oscar Osziak, y otros Ore Oe tamilia tradicional, Ricardo Rodriguez . Boa Perdn, Libertad ‘Demitropulos crondizi a Alfonsin: Ia tradicién potiti ws pendent mea, 49, De Front g Alfonsin: I radicion polteg det, ‘di ymo/2, Marcelo Luis Acute sk ragica, Edgardo - $0. La Semen crvendencit de Perén, Horacio Macey, 3 jegunde presidencia de Yrigoyen, Gabriel del gee 52. fe Roberto Etchepareborda - 53. Lo orien del movimiento obrero (1857-1899) . Falcon: * sa. ieee dencia de Frondizi, Daniel Rodriguez Lamas 55. Testimonios del precursor de Forja: Manuel Oras ” Pereira, Norberto Galasso 56. Ley 1420 (tomo 1), Gregorio Weinberg 57. Ley 1420 (tomo 2), Gregorio eine 58. Origenes del comunismo argentino, Emilio J. Cor. 59, "Bisceso” crisis y transicion democritica/2, Comp, Oscar Oszlak y otros 60, Las organizaciones sindicales y el poder militar (1976-1983), Alvaro Ab6s 61. De Pellegrin’ a Martinez de Hot: el modelo Uberat, Mario Rapoport 62. Juan B. Justo y el socialismo, Alicia Moreau de Justo 63. Propuesias para el debate educativo en 1984, Comp. Cecilia Braslavsky y Graciela G. Riquelme 64. Litondro de la Torre y los problemas de su época, Pedro Siegler 65, Democracia, orden politico y parlamento fuerte, Comp. Hilda Sébato y Marcelo Cavarozzi 66. Raiil Scalabrini Ortiz y la penetracién inglesa, Nor- berto Galasso 67. El proceso de reorganizacién nacional/1 , Oscar Tron- ‘oso 68. Comportamiento y crisis de la clase empresaria/1, Dardo Caneo 69. Comportamiento y crisis de la clase empresaria/2, Dardo Cineo 70. La nueva izquierda argentina: 1960-1980. Politica ¥ violencia, Claudia Hilb y Daniel Lutzky n. a | debate sindical, nacional e intemacional, Julio 72. Viajetos del siglo XX y la realidad nacional, Susana Pereira, 3, Te del proceso militar/1 (1976-1983), Emilia- 14, Testi det prostto militar/2 (1976. i Ta cea -1983) Emilie. 78, Carolina Muzilli, José Armagno Cosentino, cir que lo que represent de Ia ver ymadas y otros organismos ras aMiqcido fuera de la ley, humanos, sino alterada yes dela sociedad. argent’ ‘humanos no son comparables, derecho Mino se puede decir que éstas son dos caras de EPmnisma moneda, porque son de muy diferente naturale- 7a €l terrorismo,estatal es mucho mas grave y debe ser condenado de una manera efectiva en este momento (porque ademas nadie ha sido condenado todavia por feo en la Argentina), Sin embargo creo que és0, que es importante decirlo y uno lamenta que se esté seflalando muy poco en este momento en la Argentina, no nos exime de la obligacion que tenemos —Sobre todo aqué- Mos que estamos asumiendo una posicion de alguna manera critica en cuanto al curso que est siguiendo la accion de condena de las violaciones—, de hacer también no ya desde el punto de vista de ser joneda sino del punto de vista del ¢ historia de los iiltimos diez 0 doce afios, un juico con respecto a lo que fue la violencia errorista, la violencia guerrlers. Al respecto no se ses Suficiente que lo caractericemos simplemente como ex- Pentel sae ey ean oe pu ! rar las causas oT > gue también debe haber ‘una ‘concn ae nena 1e cont ta stuseioa muy neptba |e # le Argentina a A.C: Yo veo ahi tres cosas. En primer hugar efectiva- ‘mente la falta de comprension que supone el'no conside- 2 que el terrorismo de estado, desde el punto de vista rat aM ciedad, es mucho més daoso que las acciones &¢ finadas en grupos subversivos, Los dafos personales oriempre dais y por consiguiente son id sor. Garios para la sociedad son diferentes, E Loferrorismo de estado tife la sociedad, la comprome fl timplica, mientras que el fendmeno subversivo es Yempre, en tanto no se convierta en una insurreccion, un fenomeno de caricter marginal a la propia sociedad. En segundo lugar, me parece que desde el punto de vista de Ia conden: titud subversiva el pais estuvo siempre muy en claro, y si bien es verdad que es logico volver a repetir la condena, no me satisface cuando parece ser él resultado de una ‘especie de absolucion de posiciones. Sobre todo ante gente que tiene una tradicién de lucha acifista y democratica de muchos alos. Cuando yo referencia a una explosion juvenil es porque preci- samente creo que el desarrollo del fendmeno s® expresa explosion juvenil y es en la busqueda ‘esa explosion juvenil donde vamos @ explosion juvenil que luego parcialmente se volcé a la accion armada. Y ahi, una vez més, aparece una clara responsabilidad del poder militar que por las suyas O parcialmente inducido, ejecuté en el pais durante largos afios actos de violencia que fueron claramente dos a esa juventud como una realidad y como sus propias aspiraciones. Finalmente, desde el vista instrumental de estos reclamos para que se exhiban figuras o ejemplos en imagen de lo que fue la subversion, me parece que ésto es como querer desconocer lo que ha pasado en el pais en todos estos aos; desde el 76 en adelante el pais fue atiborrado por documentos relacio- nados con el fendmeno subversivo, por consignas, etc. de manera que no es admisible este pedido como una especie de exigencia piblica, porque todo esto ya ha pasado y ha sido visto por el pais entero. 'V.P.: El atiborramiento de la critica hacia el terroris- mo desde el 76 en adelante, creo que se puede caracte- por concentrar las responsabilida- diferenciando (descri- ‘extranacionales, etc. Las si nos han atiborrado de citcas 4 la ‘bversion pero desde ese planteo gruesamente equivos do, tanto | ero devarecimento de las causas internas en 93 parece que revisar cane as vinculaciones de lo que vzacion de la a lencia terrorista "gue no es a partir es violaciones masivas que ver con una definicién islada de todo el contexto socice con las imégenes, las ; it~ de quiebra de marco de una situacin econé 10 €S sino una # 408 partidos mayoritari las vaclaciones o actitudes ‘sto era un peligro. Por otro lado, algunos we 10 parlamentarios han tenido th Ope ae ncide més con tu posicion. en el sentido de que 8. Entonces, dado que el de oposicién, pareciera actual no derivaran dequizofrénica de la oposicién, que emite ‘derecha” y de “izquierda”; pareciera que independien- temente de lo que haga el gobierno, o el partido radical, Ja cosa se complica porque en general las criticas més coherentes, se coincida 0 no con ellas, estan a cargo de posiciones muy minoritarias. A.C: Si, 81, e80 @$ exacto. . de todos modos con respecto al peronismo yo diria que més alld del programa que el peronismo hubiera implementado en esta materia de haber legado al gobierno, sus actitudes piblicas, en razon de ser opositoras, alcanzaron niveles de condena muy altos en relaciOn con la represiOn, y espero que sean grupos minoritarios los que opinan que el gobierno ha ido més allé que lo que la prude: i ‘in de grupos preciso, una reaccion sana en cuanto a querer dedigarse de Ia responsabilidad de un proceso que habria salido mal, y con cuyos efectos no cor V-P.: Con respecto a la sit en el sentido de que en las entidades no estin encontrando obvia- que el gobierno se haga cargo de términos que esperaban o que deseaban ello, sin embargo, se produce cierta pérdida nes y de inte reportaje de blabas de “cansancio en las organizaciones, ‘Es decir, dar la impresion de jue ue las demandas del movimiento no son asu- Aides por ef gobierno mi por los partidos en forma clara, ¥ en ese caso uno podria pensar que ¢] movimiento ten- dria motivaciones de mucho peso para mantener un nivel de movilizacion y de participaci6n, en alguna medida ‘ocurre lo contrario, cierto desconcierto y clerta pérdida de espacio pablico. CC. Si, yo eo que se han dado jg, te, una dificultad para agg’, dos simultineion, a la definicion de adveror’ dare o's y clerta incertidumbre, por otra, ace 1 shrin respuesta oficial. Pero debo decir qui 0 ut * je hace algun tiempo UNa Mejor Tecompoglat Dt dead aes ee gue Pot TD lado han Reel dey areatjgas por ia accion externa de_la ‘Cont, Pog Personas Desaparecidas, ¥ por consiguiente cmnten < dentro de poco tiempo, él movimiento recon? Tue posiciones mas estables y ojalé también pueda ulstang indo la concepcion de derechos humangi®En la legislacion militar st, siem que ocurre , siempre lo ha tenido, I Matra 20 eo Saeco out normas del Codi meee 2 exculpacién. Con la refor 52 tar ucho peor, mas pro, rma introduicida, {oy a »+ son los jueces de la revision judic on, denies esunales ordinarios, tienen uns ‘lnm joes 5 que ie permite ercunsri la aplcaion eircunscr goteigeipio de finaidad exculpatora defi Claudio Lozano ontario, con Ia intencion de aclarar un poee nn comigos puntos, que se tocaron, partiendo el critero alguiuesto sin duda por los penalistas— de que el respeto jiMfo a los derechos humanos en la Argentina, esta disolublemente a la resolucién que ‘donde vamos— es correcto ubicarlos en la proble- ade una politica de transicion, pero, ,qué sgnifica a de transicion en la ‘actual circunstancia tuvo ya que se sostenga en las fuerzas nacionales y populares, En este marco, me parece necesario sefialar tres temas ionados a los derechos humanos. tico la tesis de la guerra manejada n la politica argentina; creo que es pero hay dos puntos que quisiera Sefalar en su planteo. En primer lugar, no me parece absolutamente compatible con el cuestionamiento de sas tesis, el haber mantenido la primera instancia de la jurisdiccidn militar para enjuiciar los crimenes cometidos fen el pasado argentino. De algin modo esto queda expresado en el informe de abril de 1 a junta militar, que plantea el traslado a Ia justicia militar de las ci ‘entonces en curso. En segundo lugar, sin ‘sectores politicos, en la Argentina del 70, por distintas fuerz: correcta la criti 53 izacion de un discurso —la doctrin ao organiza que os justamente el que q, a de ly soguridad novun pretexto que hizo posible ia Meret cuestionar, Mrremigo interno, sobre el que furtencar Process ue fundament® ideologicamente @} mn también otros puntos qu hacer una reicion, uno de elo © con estén como se instala un estado de de, Platelet Seve que deja la vigencia de un cata’ terrors y slandestino en la Argentina? Cudles sn las condiciones para que el estado de derecho pueda fume nar, teniendo presente que venimos de esa experienss teronista estate? Y creo que en esto hay dos cust centrales. Una, que la sofisticacion de recursos juridicos que de algin modo aqui se han esgrimido, debe: fencrarnevesaramente 108 mecanismos que puedan pr uci la prueba para el establecimiento de la culpabitidcg y la conden de una serie de personajes siniestros ad Pasado nacional. La otra es la cuestion de la informe: ion. Las FFAA son, sin duda alguna, las que atin poseen, Ia informacion que'no le han brindado a la socieden ageatina, y muchos de los personajes importantes de ea pasado no han dado respuestas respecto a la repress ue, notoriamente, levaron a cabo, Finalmente, sobre los servicios de Inteligencia, es Justo reconocer, como planteaba Storani, que las modifi, Ser Ws gue 2 hicieron en el Servicio de Informaciones 34 Mi. POLITICA, VIOLENCIA. Y DERECHOS HUMANOS pico Storant ayor parte de los coment. coma ga econo oy ae profutmer lugar, tenemos la cuestion de la guera; en En orfenemos que dar més wueltes, especialmente 0,0 Jertenecemos & Una generaciOn que vivid ess quien a que no la contaron. Porgue yo ki, yo grabaciones, participé en asambleas publicas en barrios, en universidades, donde se ede Tos tod la toma del pod opi tba la toma del poder mediante la guerra planlegoncepcion y metodologia, Quien Pretende on no Gerda la dimension justa a este fenomeno que fo 10 jib en nuestro pais. Y decir que era poco serio creo eueres, precisamente, poco serio. Fue muy grave este ‘realmente canalizo a buena parte de la juventud en fternativa francamente suicida, con una metodo- esencialmente paternalista, elitista, divorciada del pueblo. Aqui se uso varias veces la palabra vanguardia; personalmente no comparto su uso. En nuestro pais fue btilizada como término politico solamente para justificar cosas que estaban totalmente divorciadas de la supuesta retaguardia. Y eso sirvio como una hermosa excusa para toda la represion posterior. No voy a reiterar ejemplos, hechos que pueden haber parecido simbélicos como ei cobro de peaje— pero que evidencian el planteo de la guerra popular prolongada. Recordemos que se declarb {a guerra a un gobierno que tenia un origen constitucio- nal ~al margen de cualquier juicio de valor acerca de sus cualidades, que personalmente creo que distaban de ser francamente democriticas. Todo esto sirvio a las Fuerzas Armadas, aunque al principio parte de las mismas no lo advirtieran y todavia hablara de bandas subversivas o de delincuentes, pero ‘osteriormente se aprovech6 ese concepto de guerra, he {do incluso documentaciones de algunos ex militantes, exiliados, que se autocriticaban porque reconocian que al planteo de i guerra abla servo de sustento a un plan represivo mucho més amplio, Por supuesto que el accionar guerrilero y la represi6a posterior no son equiparables, y creo ademas que desde Ringin punto de vista existiera ese ascenso de la lucha popular en 1975, habia un gran retroceso popular en se Tho. El propio gobiemo habia contribufdo a producir ese enorme retroceso. Los planos econdmicos que se Sean aplicando eran regresivos, y parecidisimos a los Que aplicd Martinez de Hoz posteriormente, ya se tratara 37 ras armé de 1a organizaci intervencion directa Cuvieron en muta tee ante creo que decisive SFeaciéy reais act n0 hubo un golpe de estado py freenso de las masas que podia progyve%ti- wostmt fevolucionario, Eso e8 Un cuento, Acq (f° am dare un goipe que se cOncret® en Un marge? fie tetroceso e instrument6 1a concepcion de quo, planteeda por supuestas vanguardias para ejecutgy *T™ sin ‘epresiva muy ampli. St una .o que nosotros debemos ser muy clar a naee Wests ormulaciones; durante el golpe seyse! fuimos testigos directos de que buena parte de % Fuerzas Armadas apeld a sectores del radicalismo pai’ ‘que, como primera minoria, acompaftaran la experienee golpista, El radicalismo se negd y si nosotros reivindice moses egal ptr de que todos saben que ne tenido una posicién dura dentro del partido para con's Condvccin dees entancet~ es porque se defendis ot Dlanteo del continuidd legal del orden constitu = Y hemos recordado cien veces en cien debat eclan cién de Balbin en la mayor ets del gobserna ees clonal ante todos los medios de difusi (noe ctande nte to difusion, citando de Aimafuerte: “todos los incurablcs Porque si bien te Ror habia un enorme Sas, divectan ee BLN EN SU revindcgaese POF Parte en 76, estaba later a°Nes expec 58 ‘ Potibilided . +. opular pese al andamiaje represivo que ya ticle ntando. pera me Mactores de la dependencia, la oligarquia ero 108 fio del imperialismo, que han sido el jo qo 20°! aarmental para desestabilizar alos gobier demente Seales, apear sue exquemas de dominacion, os 76 —por todo lo que ya hemos econtTarO” Condiciones mis favorables script” el plan de Martinez de Tied Pero masta arte de los militares que dicron el golpe buena 6 no conocian siquiera el plan de Martinez de jue absolutamente todas las Fuerzas flor, 2° 2 jg melodramatico qué s° quiera, or ia gente tiene tna total desconfian; Efectiy mente ontia aquel ue YB PASS POF situaciogh®"® my Somo declarar ante tribunales y demés, sino 8 tales forties que “groseramente” y sin entrar en egpgent® ta ca pllss te dice: “",Como? {Los miiteree tls. poriss miltares? No w “eniende Rdg, Hot nto a 1s testigos, No €s casual que al de Defensa hayan ido poco mis de 300 y en camer Comision Nacional, que dispuso y anuncid que tje,t 2 todo los casos a la Justicia Civil, se hayan presentagg, wore ge 400 denuncias y las presentaciones continge,’? tn ritmo de 40 diarias. Y estas denuncias no <,* Wdlamente por parte de familiares de detenidos-desep = Sor'sino de testigos de otras dos categorias: mat Hetimas de desapariciones transitorias, que luego de® tiempo fueron liberados y munca hasta hoy hap.’ denunciado sus cosas; la otra, agentes de la repress “generalmente personal subordinado, no importante acu estan testimoniando y en algunos casos piden confiden, cialidad sobre sus nombres. Qué podria llegar a ocu: . enn tibunal militar? Hay que pensero. mm ién quiero destacar que esta gran cantic tente que viene t testimoniar y que Se podria habe, guedado angus en seat, ~e8 el cao de los liber dos- evidenca, por lo menos para mi, la gran necesidad le justicia. Y que cualquier linea de accion por la vance hacia Ia Justicia va a set ampliamente apoyada Borque hay voluntad rely coraje efvico; la gente supers emor y se presenta. El solo hecho de entrar a ia ra erafaden fhe, MpONEEN que han ido Sey sey silts #8 algo paranoico, pero dicen: sme este . Me han fotografiado, y ‘por nuestra funciona en la prictica come unin egg it Comision fora etamot tana dee juzgado de instruccin, corporizade posible, confieso honettamente ‘que a fect mucho tampa, macht ze 68 oo jo CavarozZt are? estamos esperando varias respuestas de Coane! queria solamente recoger y comentar ‘os del Penciones previas inte lugar, me parece qu En ictuaimente en la p we, eee on esta _tremend solo &M todos frente al terrorismo de estado— plantas 0 no todas las cosas. En aoe jportante remarcar dos seftalamientos, de pane- distintos partidos. Uno de Storani, que reconoce 4 cuestion, asi como en otras, versas tensiones, que responde a fectible. Negar esto hubiera sido s de ‘curso seguido e1 rso que refl se hubiese hecho en jendria menos profundi- dad que fa ahora por el gobiero fadical, Ese reconocimiento es importante; porque no ‘aparecen adecuadas las criticas que se apoyen en una posicion propia inauténtica. in segundo término, quiero explicitar una disidencia _que de paso evidencia el pluralismo interno del CE- DES- con parte del comentario de Juan José Llovet, lif curso de accién seguido en la cuestion ar como decididamente inclinado a la prudencia, en ‘de un curso de liquidacién del poder militar. ido en que todo et debate sobre la Reforma del Codigo y otros asuntos relacionados, tiene como cues tidn de fondo la resolucion politica del problema militar: pero si es cierto que no se ha optado por liquidar el poder del sector, tampoco es adecuado calificar ¢) cufso Seguido de “prudente”, casi podria decirse de apocad ceo que este es un juicio equivocado. A mi entende! CiSs0 "seguido hasta ahora, en esta cuestion ain 90 finalizada, es un curso intermedio, sn ia potica de idez. Y esto me portant liquidacion y ta de timidez. ¥ esto me pares, mg» sino también de Jjusticia a reconocer ¢ jolitica. La politica es ‘accion creativa, politica Tipjo de un curso ya fade. ¥# ¢ scrito; se Va 69 dos los participantes haciendo entre 10 tes Y sie rcorporar una dosis de incert;}!°™p necesario. Wnoran sobre él futuro, Eng] cuore. de fos otros actores eS Carlos Cércova unos “pal iho ar ae tt Jos temas analizedos. ‘Comparto en lineas generales el comentario a ni, y en todo caso, la pregunta planteada en mj Cién no estaba dirigida a un anélisis de la coyunte politica, sino a otro tipo de problemética, que creo gt Guedaron explicitadas en su momento: abrir el debat’t Ia consideracion de cuestiones mas a rales sin duda implicadas en las dist leldo el informe que fundament de democracia. Con excelente politico, ese despacho distingue entre las formas obje vas y subjetivas de atentar cont © Stora. expos 'a_ consideracion porque Storani ha falar el grado de concausa implicado en Io auc odria denominaree la provocacion de Jos grupos en relaci fryuleos. en elacion 2 I politica de violacién masva jesaparecidos, 100.000 exiliad etn emmarsion, 10,000 easy omer i yelter undo, por otra pat Ameer do de compl " organizaciones actitud inclaudicable I poder militar ¥ a su politica, idicable frente ero hacer ademés dos observaciones oe Es cierto aque los cambios fundamentales de was =n Tos pu y no las : a coed vanguardias; yo 10 de Storani al menos 8s de vanguardia, de los Tosco y los Mario Amaya citar a dos personajes célidos-~. Reivindico én fin a las organizaciones que desde una perspectiva Objetiva y real, encabezan y dirigen, a veces con éxito, fas luchas populi ardias cumplen un papel fundamental. Si no fuera todos creyéramos en una especie de predestinacin ‘ica, no valdria la pena que hiciéramos politica, ferible quedarse en casa a esperar que los hechos inen el curso de la historia. piso; el punto de partide desde el cual plantear ol desarrollo y las estrategias de las masss p 5 en sus fuehas por cambiar la correlacion de fuerzas y transfor mar nuestra sociedad con sentido progresivo que supon- fa formas de convivencis més jstas. Lo ave no, SOE tn absoluto —como fue sugeride por a ‘complementarlas. Dije, por ejem- necesario articular 1a democracia jas de la democracia de base y jurisdicci6n p: reforma al Codigo de Justicia mer instanc in participacién relativa del particular damnifser 2%, Pero un anlisis global de la estructura del sj y ver hubiera evado a la conclusion de que pie? tt alternativa era su derogacién, y la creacion “i, Mor ins de urgencia de une Le¥ de Disiping fie es lo realmente necesario. E! tar, ue y la historia del cOdigo es una historia en Jobiernos lo aplicaron a los suboficiaies aint también 2 los obreros, en las movilizaciones de perssrab De maners que no habia ningin aliento democtte que obligara a revalidar su exis sindola ene estado de derecho. enc rok, ro voy a contar la critica de la cuestion en 10, de la Ley 23089, el que rige para el pasedo, que, este caso es lo més importante ~a diferencia de lo unua, pero en esto el futuro depende mucho de la resolucién de nuestro pasado. En dicho articulo se lesionan ss duda alguna expresas garantias constitucionales, el pri mer desaguisado es denominar “jueces natu tribunales del fuero militar. Utilizar vocablos de Constitucibn para referirse a institutos no constitucio tales es un grueso desacierto en el que incurre 10 solamente el texto de la Ley en su fundamentacion sino 38 al referirse a este tems. Un sistema que esté construido en incompatibilidad con los articulos 16 y 18 de la Constitucion Nacional no utilizar la nomenclatura de ésta para calificar 108 administrativos linarios, que encuentran su ‘entronque constitucional en las facultades del Presidente 26 ‘omandante en Jefe de las FFAA. no ent en una jurisprudencia anti- : Jos tribunales militares no “ todos los oe enire el 23 de fo de sitio, No pu st ego, asentado en Ci es de ninguna ciont soe fe cri edo € Fe a criti jue el Consejo Supremo habia 0 denuncias; pero, al mismo ibn Sobre Personas’ Desaparecidas ha 100, lo que demuestra que la justicia * y no es precisamente el Consejo FFAA, sino mas bien los tribunales les y las comisiones de auxilio de estos uMmonales. Creo que sefia un aporte @ la democracia que ne el Poder Judicial como poder regular del ara eso tenemos mas de 3.000 jueces, y fiscales fados en cantidad suficiente, para resolver el bbisico de justicia que es el de la vida y la y no el respeto a un tribunal de fuero especial jurisdiocional lib compuesto por legos. Creo que debe permanecer en nosotros la preacupacién sobre esta medida; si ha forta~ lecido 0 debilitado la democracia y, en este tiltimo cao, cudl es la forma nat i a través del Poder Wer el problema, si de la norma, tiene potestad de rear sise evidences errénea. Pot Entretanto jcudles han sido las propuestas de las entidades defensoras de los ‘derechot ‘humancs en esta materia? En lo normativo consideramos, para decirlo sencillamente, que asi como hay una deuda externa ~ampliamente publicitada— hay una ‘os preocupa més ésta diltima, porque mis legtimos, Estos areedores son, en primer pa, los detenidos desaparecidos, aquéllos que han sido victimas 27 | desaparicion forzada; es ara ese primer y otr: ran funcionamiento pleno y regui del Pegertativa iy NaciOn en el esclarecimiento de la verge’, edicts de la Justicia, y el resguardo de Ia vida'y (fea donde puedan rescatarse vida'y tberttg ub escalon, que ya cuenta con iniciati UN se, tadas al Partmento el de ag tog seer ificas ate dos de la ‘tad individual dur el trden de juet de la Constitucion, Cresent? 48 ailgst forma de ‘convalidar esos arrestos a disposig,d"® "0 ha por tiempo indeterminado ° a las victimas mediante la forma posible: Pensa, ese demiurgo del derecho que esl indemnizas ane forma de reparar, de acuerdo al art, 1083 ge] ecoe Ciil, aquello que ‘no. puede ser restitulgct eter anterior a la produccién del hecho nulo, Delete indemnizacion por ese tiempo en que s expr hb libertad individual ilegalmente; si nuestro sister’ co €s puntilloso en la determinacion de los me mecanismés para estimar la compensacién quasi! expropia el patrimonio, debemos pensar en meq acordes cuando se ha’ expropiado algo. much valioso, la libertad individual. Este proyecto ‘concn ue ademés apunta a establecer la responsabilidad se funcionarios que han dispuesto esos actos nulos, no una nueva normativa sino Gnicamente le puesta? funcionamiento del mecanismo indemnizatorio de aut? tro Cédigo Civil de 1875, (obviamente no comprometify en ningén supuesto como los que aqui analizamos, pas que es la forma en que se indemniza cuando hay uns nulidad en el mundo jurfdico: la reposicién al estado anterior 0 una compensacion monetaria y en este caso, b responsabilidad recae tanto sobre los funcionarios del cto nulo como sobre el Estado). También deben ser compensados quienes fueron ex- Proplados de sus empleos, sin procedimiento 0 forma justa. En este aspecto ya hay mecanismos de reposicién aunque todavia tibios—, porque si bien se ofrece al damnificado la Teincorporacion al cargo del que tabi sido arbitrariamente Brivado, no se ha previsto todavia indemnizacién por el tiempo que duro ese despojo. ‘También sobre esto hay iniciativas concretas. Otro escalon de nuestra deuda interna es ¢! aquellos que permanecen detenidos con una sente posed producto de todos los vicios y pandicioes ‘a etapa singular de inexistencia de estado de derecho y de funcionamiento de un poder judicial pr ine jon hecha por dadano, la ratificacion hecha poe jumanos de cima Conferencia Nacional de Abosidos, on ‘ ‘correspondiente —que yo integra nel offexcion de dichos pactos debio someier a ravijue esa votaciOn fue, en cierta medida, se # roast, do quienes, ya sea por desconocimis ito represivo. Todos los ciudadanos que Memocracia debemos saludar ¥ poner a va oficial de recortar el presupuesto de lis FFAA. Pero, por otro lado, el plene conosiminte ‘cter del aparato re | pidlco del carrion logrado, y e8 necesario, lt conciencia de todos. Cuando me referi a la cuestion de civiles, lo hice conciente de que el tribunales militares © hice concieats de que) mantelamiento e1 vo. En esta cuestin, el nivel del aparato, el nivel normativo y el nivel ideolégico se encuentran estrecha ‘mente relacionados. 29 Dr. Julio Bérbaro en la Cimara de Dip el bloque al que pertenezcg diferenciarse dicalismo a posicion, con la tranquilidad gobierno y por no hubieran sido las proj posturas no hubiesen Peroni « EL tishdo, Hevado adelante por un sector o,f® un ft cuerdo que en el ciclo de charlas de Ia tP°. Re Permanente de Derechos Humanos, e| ble, tenia mucha voluntad de participacién yfr'l8%0 ng caso en que generosamente me cedieron ef iu &! Gniey fuera el expositor. No eran much ear Dara estaban en juego. oF 108 honores au Creo que en principio, este tema esté resue el radicalismo ha hecho una propuesta, y e se ha concretado. Yo tengo diferencias ta, pero estas diferencias a posteriori y Ito, po , Poraue Prop Dropuee posible, y que en el tema de la violacion humanos, en ¢sta gran carnicerfa que ha dictadura militar durante est siete afios, Principal es, a mi entender, el de la justicla explico: yo quiero que todas las fi ic coincidan tn ‘que los grandes culpables tienen que at seston. Cuando 10 los grandes culpables digo las is unos i indvidues’ wae, Gyiles, quiero que haya 20, 25 historicos de la masacre. Es it Just 108 escape de las mai Justicia posible, que es para mi el imprescindible — nicnto historico. Temo que sean detenidos 15 coroneles ores csinaron_y que Martinez de Hoz y Videla sigan Tealenr #2 calle y esto seria negativo para super derechot het cituacion de violacion masiva de lot fas ns humanos. En esto el radicalismo se mueve con ‘clones de quien ejerce el gobierno y no puede it 30 oco quedarse mas ac, ssh s politica, en la que si el ular de st poder, pero Si it Povnlndad, de la Argentina, ‘contrario al que busca. Enton- ado oie los derechos humanos que cioPesario lograr en principio una posteriorm: snte articular la estruc- fundizando la realizacion de la guna medida, y a partir de Modamos separar lo primero de 1o o Poje al bien es cierto que no somos Ia segundo, PFT, “Gictadura maldita que duré hasta <1 ontinuidad 4° Nos el poder absoluto que puede mo §3, tampoco SOfT er aeide juego de la nacion, y a partir leyes profuridebemos ceder en la necesidad que debortar con el pasado imponiendo una urgencia: la nacién necesita ero que este tema se convierta gpa tampa gut Que a ns gaya clemcnes serian absolutamente negativas, Enton- 40s iaisto en que en el plazo que nos queda debemos Jograr que las Juntas, mas un grupo de civiles, reciban un Guarmiento definitive. Porque eran ellos el elemento Ghve de esta matanza, porque aqui Martinez de Hoz yaciaba el pais a partir de la imposicién de riesgo de muerte a todos aquellos que nos querfamos oponer, aqui la doctrina de la seguridad na y la ideologia de Milton Friedman eran la misma cosa. Por eso tenemos ‘que llegar a un juicio politico o a alguna salida equivalen- te de castigo definitivo. Para mi la cuestiOn es esta, es la cuestion politica y en esto estoy absolutamente dispues- toa buscar un acuerdo con el gobierno en un punto en el cual, coincidamos y afirmemos: ‘‘ésta es la justicia esen- cial”. A partir de ahi creo que habremos logrado un paso definitivo para consolidar la democracia. Nada mis asesin Federico Storani Este va a ser un comentario porque no hay discrepan- 31 cias, salvo en algunos aspectos, nes anteriores. ON 188 dos in, Es el mas importante porque toda la ten bases ideoldgicas; se ha dicho en que si se pudo desvastar un pais de 2 oeste, fue precisamente porque sustenté en una doctrina, en una jses dependientes como el nuestro. Para aiist® en fobiemnos. que aplican este tipo de Politicay oot lt premisa necesaria instrumentar la mas cruenta Tepreage sobre los més amplios sectores de la poblacion. pe 8™ supuesto, esté emparentado directamente con la dent? de la sopuridad nacional, de las fronteras ideolopoa enfrentamiento en conflictos que, para nuestron pic También es importante sefialar que Para el gobi nacional, como se dijo durante toda la campai ¢ iene ral, y consta en su plataforma, hacer justicia en exe tema, investigar adecuadamente, no es s6lo un problene de especulacion politic esencialmente un proble- ma ético. Pero ademas seria ingenuo, y hasta estipido Politicamente, no avanzar en e] desmantelamiento del ‘aparato represivo y en el repudio de las doctrinas que han sustentado el terrorismo de estado. Seria acortar dias en nuestra propia existencia, porque la democracia =tal cual nosotros la entendemos— es un instrumento idéneo, éticamente fundado en la participacion popul yen el respeto a la Gnica fuente legitima de poder, que es la voluntad soberana del pueblo, para poder lleva ‘Adelante la eliminacibn de todas las injusticias, las opre siones y el sojuzgamiento que actualmente sufre nuestro Pueblo, como nacian y como individuos que la integra. 32 art fos 10, oP napiraciones, Or oetge que eatin ie golutamente P ara que, 0s ab elementos Pejones de instrument fam gron sie ye operaciones sion ister 7 se conv Rese otro angulo ~debemos reconocerlo con stecints repetir algunos error sncriat ido, y es responsabilidad fundamental de estaba viviendo una situacin de “guerra prolon- ada” cuando existian todavia los me s de orden- feepucignal que permitian la lucha politica mediante lus reglas de juego de la democracia, a pesar de las miles de diferencias : Rieidoen el 73, 0° POtiamos tener con el gobierno 33 portante recordar todo esto de yuerrs fue ln madre del borrege Roz esto es importants, Porque el plazo de seis meses qu, se hizo referencia, en el que comparto que vaa ser muy dificil que se obtengan resultados significativos, ent esa segunda instancia a través de. las chmaras federus, ‘ninguna manera pues ello equi @stamos denunciando, que ha sido cont 7 do ideoldgicamente, Pero en cada caso en particular, 4 \bilidades que sblo competen al funn, dt Tel'problema fundamental que se iba a i ce a maa ze cia vital dee Be ani la gion bicameral y de la Comision Nacional caricter ideoldgico, recuerdo muy bien que cuando los Principales Ideres de los partidos Social-demécratas ®uropeos, en 1977, se solidarizaron piiblicamente con el 35 1979, ya que al no recomendaciones. Por Tecortes presupuestarios, en la politica de repo cién de los organismos de ‘mteligeneas ow em argue como Uds, saben, por haberlo winigg i ‘cerca, lo central del aparato 3 Fepresivo, mas que ol mares ent, Sintesis, lo que se ha hecho hasta ahora es importante; pero, por su proyeccién hacia el futuro, este tema no compete solamente a quienes tenemos hoy alguna responsabilidad en el de Ja cosa piblica, ‘©s perfectamente compatible con ¢) proyecto superior nos hemos trazado y con la acumulacién de fuerzs ‘os sectores democriticos para ganar mayores cuotas 36 y afiantot defin! det ano cia que tivamente 1a dom u SOCIEDAD Y ESTADO DE DERECHO invitacion del CEDES y la oportu- jar con Uds, sobre un tema de in- amejue me corresponde referir hoy especial- to scr judicial, pero como Uds. comprender posgrar en forma absoluta lo juridico y lo able Spumos al derecho como wna herramienta 9 un fine! tros instrumentos posibles, cneumento muy valioso, de ahi el énfasis que ‘siempre en el camino del derecho como la fara alcanzar esos fines. De ahi que la idea mos en ese estado de derecho o de demo- ‘cional —como prefiero decir— no Il Mie las normas, a pensar que lo purament |, consolidado a través de las formas por si solo operar como una suerte de Rey das: Due convertia en o70 todo lo que tocaba, en mues- tivtaso convirtiendo de disvalioso en valioso lo que pue- lizar. Tenemos una clara nocién de la relatividad da iefos medios y de la necesidad de acompaiiarlos por fe facraas sociales y 10s cambios ideoldgicos a los que las lcieron Ya referencia, para poder, entonces si, con Sucha fortaleza, alcanzar los objetivos deseados. La tarea juridica tiene, desde luego, varios niveles. Uno de ellos de desmantelamiento del aparato totalita- fio. Otro, de perfeccionamiento y creacion a través de instrumentos que hasta ahora no se han utilizado y que pueden eventualmente implémentarse para poder lograr la plena proteccion de los derechos humanos. En la tarea, de desmantelamiento, 41 sin embargo NO eran utilizados pop utilizados, no funcionaban por distorgj¢°™r, tor se puedan producir, que deseamos sean ban eran transformados en abstrac in nuestro proposito decidido de casos 48 ibles & fernamente. posi fi posibles fumanos. ba de cedia «las vias directas, de hecho. nPOPaue erechos hus ‘rte Suprema aca derecho een us instrumentos, sino 12°, felizmente, una tesis No necentamos inventar el habeas oi 2Y aye esti vigente, pero a muchos de los letra, os Porque’ | tes nos fue allanado estudio. por ingest pre? habeas corpus; no necesitamos crear la age ner ue ro, porque ya la tenfamos, pero si no encontrie® tape juez amparista que tuviera, yo dirfa, 1 coraje jaeemor q nal para instrumentarlo, de nada vaiia apoyasuTilicg! jurisprudenciales, o en los resortes de la norma e,°2 ‘ita taria pertinente. La falla fundamental, que oreen. injento juridico por si mismo puede contribu’, "ee. pero por a slo no puede hacer nada, eta evghcotr | te en la sociedad. En una sociedad que han hecho He lo posible para desconcientizar los componentes ro, 0 dev pseudo clase drigente, y sobre todo de agai! | srupos dominantes que han tenido el control polite: a una u otra manera a. través de décadas y décags, ‘strechamente ligados al poder econdmico y a los inna! ‘es internacionales. Hace unos instantes se decia —y con fi {que era increible que en un Congreso de aboge dos tuviera que votarse una adhesion a los dispositivos internacionales de prote i ue si » vendra por atadidura, porque si la responsabilidad social, todo Jo 4 4s | suceda nada, pues se Jo, teros y a los sepultureros” jentemente que no se dé en la rimientos por parte de la seer aly las respuestas eran, por sy ugar frente al cambio del curso de la his oportunistas. No puedo olvid ‘Suprema en los Primero, Eudl era la actitud de la Corte ‘Shos del répimen militar, cuando con el actual president de la Corte tuvimos la locura i pretender que por vias de recu expedientes con condenas dictadas por el mo. de las Fuerzas Armadas. Para exhibirnos ante la opinign piblice e incluso, por si alguien queria tarea de “‘limpieza” pudiera encontrarnos ms facilmen- te, la Corte hacia lo que nunca habia hecho, poner en la parte resolutiva de la sentencia el nombre de los letrados rs0 de queja se requirieran Con la consolidacién del estado de democraci : i tucional, nalmente e probable ue desaparezca en el udicial, una construccion doctrinaria que en el alguna manera el equivalente camino juridico resulta de pets no al gen ajoancer pr. carlos Carcova ia intencion de introducir algunas cuestione Tenge jyicelon de que en ellas estin implicadas en micoco més generales y estructurales de la uw minds grgentina buena parte de las afirmaciones que socieddy echo precedentemente. 5 lyace dos 0 tres afios tuvimos la suerte de encontre- ‘meq en un Congreso de abogados en Quito, y un sector Mpecifico de la delegacion argentina -algunos de jel Colegio de Abogados de la Cap. fa llevado un proyecto de ley, con animo de robado por la conferencia, con recomenda- introducido en la legislacibn nacional de los Este proyecto preveia el aisamiento aprehension, de cualquier elineuente @ captor, estuviera implica- rista; asi, el agente piiblico Grocedia a la detencion, juzgaba y ejecutaba en el mismo aistint Evoco esta enormidad social, politica y juridica, porque me parece que es suficiente para ilustrar uno de Gs aspectos que me propongo resaltar: el altisimo grado licidad social implicado en el genocidio argenti- tue la violacion sistematica, cruel, profunda y orginica de los derechos humanos ha contado en la ‘Argentina con una complicidad social muy grande y, felacionando esto con algunas consideraciones de Stora fi, podemos introducir 1a primera cuestion. Por pruden- Gia he de plantearme como interrogante, como pregunta ‘tama y no en términos apoliticos en el marco de la Hiicign entre la reconstitucion de la democracia y la te integral de los derechos humanos, si las Pciones de ioe ‘no han sido, efecti- violaciones de los derechos humanos ‘ducto de la perversion sicopitica de un vamente, pro Brupo do deganeradon More, 2° Sr demandes por hal ‘estas violaciones como ord que onto ion de una sociedad determi- ‘organiza. cietta extrverto momento de su desarroliohistorico?, We ra er i embagues, & la peculiar forma de desarrollo a7 de la cuenca di te cntina, esta forma peculiar de desarrollo, yauh, ex Amstetivamente este genocidio? dem Y cusndo aludo a peculiaridades en @ captalista dependiente argentino, no estoy pense al grado de organizacion del cuestionami do en {inglicado en la accion guerrill it Pensa ma, particjpacion en el producto bi asalariadg, i. a el nivel de desarrollo de las organ: niveles alcanzados en la lu clanidad, a penetracion y ¢ politicas, las grandes organizaciones y el popular en la Argentina. Bajo estas caracteristcaaete circunstancias, el genocidio jno fue una necesidad out a a esta pregunta fuera po: por lo menos dos cuestiones implicadast eae ‘apitalismo independiente en la Argentina, un ‘capita mo distinto a este vigente que genera tales granu perversidad social y politica?’ Y jexisten formas polit Sas, dentro de i estructura social capitalista depen tie de nuestro pais, que puedan garantizar de manera pes Dente, replat} aprecable lot derechos humane? Ey cracia liberal —en i Si en nl Pais alcanza para preservar y tutelar de mace los derechos seiag ibn social como. ung ge quieren fulmin una in sontemporines, constitute ie ar la explota- i derechos humanos. femoqacie tase modslon 2% ® rofundizar orm of dizer Ia superiors de organnacist £2.81 ansto 48 cial. ¥ digo ss sumiendo que no hay recetas que se enaitle®, Mo hay hoy modelos que no estén en elas ort’ mino, yo dire que una de las alternativas que introducir ~en los términos prudentes en que icuria, que permitan una gran movilided scion de las masts populares en el aparato del grandes procesamientos de la politica, la s formas de convivencia social en’ la ‘Argentina. fenieste contexto, recupero Ia lucha por la democracia gor los derechos humanos como el limite minimo, el 265 de patida desde el cual, en el proceso de get Pin de una nueva sociedad, las masas populares deben Gierar para conseguir las transformaciones necesarias, El derecho es una de las formas.con que se opera y se 4a batalla en el campo ideoldgico y en el del foder, A veces en forma incluso interstical. De tal penera que no se trata solo de discutir los grandes constitucionales sino de saber qué formas ué procedimientos, qué hombres, qué meca- stn jugando su papel para darle un sentido u otro a la realidad de esas formas institucionales, a veces nada mas que formas y, por ello, a veces totalmente inoperantes. Como estas consideraciones importan en alguna medida un comentario de lo que se ha dicho en este seminario, y para que no se sospeche, dada mi condicion de militante politico, que la introduccion de algunos niveles de anilisis mas 0 menos generales supo- nen una intencion de evadir la toma de posiciones en el debate de coyuntura, quiero decir que a mi entender es Muy claro que en el presente, ay unt tension muy dificil de resolver, entre la moderacion y la lenidad. Entre el hecho de que tener el gobierno no supone por si solo el control de los intrincados aparatos del poder, y ¢! hecho de que no puede renunclar concrete os cane bios is les tar vadtice, Ea este tinal, ue el gobierno debe con grandeza, con coraje y con intuici “extraordinaria_responsabili- gran intuicion politica, rte por la lenidad supone el que colaboran con él —aun llevar adelante este pro- 49 de organizacion politica desde una perspectiva critica Los derechos humanos en la democracia Los derechos humanos ; en la democracia Anexo: Declaracién universal de derechos humanos (Naciones Unidas, 1948) Compiladores: A. Bruno, M. Cavarozzi, V. Palermo POLITICA ARGENTINA CENTRO EDITOR DE AMERICA LATINA e080 Dire orradeeal ston: Margarita B. Pontieri ere ‘to artistico: Oscar Diaz oviedo, : Alberto Oneto, Diego Ovi , ittistessa "00814632 ©1085 ceno Editor de América Latina §.A., Junin om on $A, unin 981, ‘Hecho el brary de ley. Libro de edicién argentina. Impreso ‘en enero de 1985. Pliegos interiores: composicién, armado y Peliculas: Gréfics Integral, Pueyrredén 538, 4° A, Buenos Aires; JORNADA SOBRE DERECHOS HUMANOS EN LA DEMOCRACIA Vicente Palermo Este texto reane las exposiciones de la jornada sobre derechos humanos en la democracia organizada por el Centro de Estudios de tstado y Sociedad (CEDES) y En Ia primera parte del material de referencia, se discute Ampliamente la cuestion dela continuidad-rupter 7 tario y el estado de derecho, ra entre ol gobierno aver Teles ideolOgicos, politico ¢ discusion que are pate, en el que fueron expuestas lag institucional. B. ntantes des de derechos posciones de er cea icialismo (Julio humanos rico Storani), se centrs icalismo } Barbaro) y el £8 ‘ el plano normativo en i continuidad Sc iciones poltticas, alrededor, en y sus profun legislacin y aparato repre. crimenes del terrorismo de 0. e claramente que tales cuestiones cast so tnismo de la democracia y su desting afectan © ntando posiciones y explicitando propuestas futuro, fSacian la disposicion de las entidades de dere- como movimiento social— a no dejar de piblicas que encaren los distin. dos al tema, en necesaria tension con los tucionales al retener capacidad de ion y participacion en la sociedad civil. oma tema continuidad-ruptura se plantea, en forma implicita, la cuestion de la legitimidad del régimen democritico; hay acuerdo alrededor de la necesidad de evitar la deletérea herencia de ilegitimidad que derivaria de que no se establecieran adecuadamente los términos de ruptura o diferenciacién con la anterior actuacion de dictadura, su normativa y el tragico legado de justicia pendiente. El debate girard alrededor de cuales son los términos adecuados. Para las entidades de derechos Inumanos, el concepto de deuda interna (deuda con los desaparecidos, con quienes fueron secuestrados recupe- rando luego su libertad, con quienes fueron privados de sa trabajo o sus bienes, por la accion terrorista de Estado), plantea esta cuestion bajo uno de sus aspectos necesaria entre la dictadura Otro de esos nudos estructura misma del E autoritario puede proyectar su normativa mas alld. de su propio siercicio del poder? Este interrogante que se cen algunos expositores desafia la capacidad de la democracia de diseftarse a si misma, de eliminar persis: fencias autoritarias que pueden crear condiciones que amenacen la democracia en el futuro. Pero ademis el interrogante apunta a dos cuestiones complementarias; en primer lugar, jcudl es el estilo de accion politica adecuado y posible de la democracia ae de cualquier democracia, sino de esta, con sus especificas relaciones de poder entre los grupos sociales y su contexto historico~ en la transformacién de esos legados autoritarios, en Ia realizacién de la justicia indispensable, en la critica @ los condicionantes ideologicos del auto: ritarismo? {Ruptura y corte répido, o transformacién gradual? En gran medida, esta parte del debate, aunque posible en el presente, poniendo en tension dos concep- ciones: la que define la preservacion y consolidacion de 1a estabilidad democritica enfatizando la ruptura con el pasado y la reasignacion de poderes relatives @ los sectores involucrados, en forma clara, afectando ripida- mente intereses y cuestionando en los distintos planos las bases del poder autoritario, y la que la define en términos de un gradualismo mis pragmatico, de una estrategia de acumulacién progresiva de poder que impli- ca clerta coexistencia de regimen demoeritico y relacio. ‘nes autoritarias que son transformadas gradualmente. En segundo término, apunta a un resultado paradoji- co de la larga instauracion dictatorial y sus caracteristi- cas; la magnitud y profundidad de esta dltima experien- cia parece haber develado descarnadamente irritantes ca- racteristicas autoritarias que daban su impronta a planos institucionales, normativos y estructurales del Estado, anteriores a la implantacin del régimen en marzo del 76, no asociados especialmente a ningin gobierno pero muy capaces de sobrevivir a la oscilacion entre gobiernos constitucionales ¢ inconstitucionales. Uno de los temas que ilustran esta cuestion es la elacién, que es debatida en el texto, entre Estado y derechos humanos, en términos de lealtades ciudadanas Y garantias supranacionales o supraestatales, ene Por piedra angular los acuerdos de Costa Rica; difici mente, antes de 1976, hubiera sido posible la ratificacion 9 do ets acu tad estatal al de los dere . cion internacion parte, Otra cuestion, también debatida, fos de aioe. edictos policiales que asignan poderes de iu O*wolutamente inaceptables, a meros funcio. poder ejecutivo. funcionar eficazme simple, regres 1976, ‘También en ‘amiento Y CO fiancee Je esperarse, entre las cuestiones especiti- ruptura es garantia de cas sobre as que git debate, se encuentran las que Militar, especialmente reformas al Codigo de ‘neti el mas. directamente Jo que ta inculado al castigo de los responsables de la represion. Feces del tema y sus implicancias politicas permite Er dtastar diferentes posiciones y distintos alcances que $e'asignan al mismo, asi como registrar evaluaciones no Sempre coincidentes respecto a las politicas y cursos de accion vables desde un punto, de vista global, La cues tién implica una toma y structure institucional de las FFAA en la democracia y también evidencia la necesidad de que Ja consolidacién democritica no se limite a la recuperacion de la institu- cionalidad anterior. Al respecto, la reforma al Codigo significa la supresion de su caracter de fuero especial que quebrantaba el principio de igualdad ante la ley ins taurando relaciones de privilegio incompatibles con el sistema democritico. Storani, y en gran medida tambien Barbaro, explici- tan y se hacen cargo de la estrategia gubernamental en el aspecto mis espinoso, el referido al pasado: un procedi- miento que permitiera a la institucion militar realizar su catarsis juzgando por si misma a los responsables, con- centrando —una cosa se sigue de la otra~ el castigo en los responsables politicos y en los comitentes de crime- nes no justificables en términos de “obediencia debida”. Ello es relacionado, en la discusion, con un diagnéstico de justicia posible y de relaciones de poder a la saz6n. Los acontecimientos posteriores, al evidenciar descar- nadamente que la pieza fundamental de esta estrategia, sh.Conseio premo de las FFAA, no esté dispuesta en absolito a desempeftar el rol que se esperaba de ella, 10 replantean la cuestion y permiten considerar en toda su significacon los términos del debate En la entrevista & to Cont ema es discutido Aeros elementos, disponibles. & partir de los i la eventual creacion de una Comision Bicameral Investigadora evidencian que esta posibilidad ~no necesariamente descartada en el futuro— que apuntaria a una condena politica global de las masivas violaciones y con suficiente resonancia piblica, se acerca enormemente mas a una consideracién de la cuestion que ponga en el tapete al actor militar en tanto institucion, borrando o haciendo considerablemente mas difusa la diferenciacion entre individuos e institucion en las responsibilidades, lo que, ¢s obvio, choca con los requerimientos de la estretegia oficial adoptada hasta el momento. En el comiezo de la segunda parte el diputado radical Vanossi se propone resaltar las articulaciones del tema con Ia sociedad civil y politica, considerando Jos aspec- tos ya explictados y otros no tratados hasta ese momen- to (como el rol de la Corte Suprema y el status de los magistr: cto), pero desde un punto de vista distinto: el de su relacion con los componentes democré- ticos y en términos de culturas politicas y compromisos con modalidades congruentes con el régimen politico demo- critico, como factores limitantes. Es en ese contexto que Vanossi defiende la estrategia gradual explicitada anteriormente por Storani, funds- menténdola en esas limitaciones: “Tenemos una clara nocién de la relatividad de los medios normativos y de la necesidad de acompaiiarlos por las fuerzas sociales y los cambios ideoldgicos para poder, entonces si, con mucha fortaleza, alcanzar los objetivos deseados.” ‘Asi es revisado el tema de la reforma de las estructu- ras juridico estatales, en relacién al caricter “no revolu- cionario” del cambio de régimen politico, pero no sin un a importan En sintesis, Vanossi inscribe la relacién entre estado y sociedad en este interrogante: hasta que punto ls sociedad y sus sectores mds activos acompefian y acom- ita loe proceane de democratizacién del estado, en medida en que se encuentran bajo los efectos de “Jos. componentes fascistas de nuestra seudo clase dirigen- I cia de diversas dein, tw" _Actualente ¥ on Presence ae dimen nes poblicas ama que nos Ocupa, este interrogants gy imposible 2 mo nivel de andlisis, que enfatiza la bisque 1 andicionantes en el plano social, Cay a de clemigente. del Partido Intransigente, introduce iriemnuy distintos que reorientan el debate vres estructurales del conflicto, en una perspec, tiva que busca poner de manifiesto la relacion de jy tive, que Jon kas caracteristicas del capitalismo depen. cuestion com Argentina, con los proyectos de exclusion vsrparte de los sectores dominantes, la modificacién de por Pitciones de poder y Jos modelos de profundizacién de la democracia, dando lugar a cambios de ideas que estarin presentes el resto de la jornada. — > ‘Carcova, plantea la cuestiOn a partir de un ejemplo * una iniciativa de miembros del Colegio de dromitioe de le Capital Federal, para que pudiera ser fusilado ipso facto cualquier delincuente que a juicio de su captor estuviera implicado en el terrorismo. En realidad, esta iniciativa no se proponia més que “legali- zar” und modalidad de accion que efectivamente practi- aban os represores, Pero, reinstalada la cuestion en el conflicto social estructural, es licito que nos pregunte- mos si una “demanda objetiva” del conflicto en ese plano, en el contexto de la cual los sectores dominantes, conciben un proyecto de exclusion de los sectores populares mis profundo y definitivo en esta oportuni- iquiriera la misma? {No contaron, en este caso, los sectores que concibieron y que ejecutaron la én, lun “Valioso” arsenal ideolégico y politico, de legiti- - Wa volanca como medio fundamental de umerosos sectores {ticos rupos sociales? El andlisis de las “caus eficientes™ del ‘cter de la represion, su relacibn con la concepcion de guerra popular prolongada” por parte de las organiza- Glones armadas o bien, por el contrario, en términos de \ecesidades objetivas” del conflicto estructural, si bien dntieted glesacuerdos fundamentales en este debate sino bucion 3s, Enfasis, deja planteado el problema de la contri- ig Volencia dispersa, socialmente legitimada y sompartida, en la modalidad represiva. La discusion 3 12 alrededor de estos puntos ocupara la tercera debate, con clones muy ricas de miembfos de les tas insti entidades representadas. » Tefleja las tensios coincidencias y discrepancias entre los actores ea teeta, los distintos temas discutidos continuaron su desplicgue en los meses transcurridos desde marzo y, en gran medida, su caricter conflictivo se agudi2o: todas conti: nan en. escena pili como cuestones pendientes, complejamente anudadas y proyectand sobre la sociedad y la politica om fensones 1 DERECHOS HUMANOS Y CULTURA POLITICA: BLANDOS Y MAXIMALISTAS. Marcelo Cavarozzi 15 1 de los blandos ha sido el que nto cent “feroriamo de Ultraizquierdy je estado na moneda y, que por lo tanto * tratadas de manera semejany 1a supervivencia de cualqui ara ue la represi¢ fastas Pi etree conven oct ©] pos i sin de el estado sin a Nas norm de acuerdo a Delta y Brosimur, Peel uso atbitrario, por parte nos de 074 sad politica, de coercion extrema contra indivi duos o grupos, la amenaza cteible de dicho uso, 0 el exterminio arbitrario de dichos individuos o grupos se suprime toda posibilidad de apelaciOn y, en el limite, se evaporan las normas que hacen factible la convivencia social basada en expectativas de autotegulaciones reci- proces.” Un segundo argumento esgrimido por los blandos, ha sido el que las invesigaciones'y el castigo de las violacio- nes a los derechos humanos deben encararse de modo de no lesionar a las fuerzas armadas como instituci6n y que, pot ende, dichas violaciones deben ser evaluadas como Tesultado’ de iniciativas de cipulas ya desplazadas 0 excesos atribuibles a actos individuales. Este argumento Soslaya la circunstancia que el golpe de 1976 fue un acto eminentemente institucional de las fuerzas armadas ¥ que la decision de desatar la “guerra sucia” —eufemismo Son el que se designé al terrorismo de estado— fue un 16 I contrario, él apunto a reconste eae fe acuerdo a una logic totalitaria, en ene \damente no s6l6 scion y opinion. spectro fue ocupado por los maxi- impugnado doblemente la metifo- de la doctrina militar: en tanto guerra sucia en cuanto implicd la just ejercida al margen de la ley~ y en tanto guerra que le permitio a las {uerzas armadas extender sion mucho més allé de las organizaciones guerri- que, en verdad, ya estaban politicamente derrota- y militarmente a la defensiva en Marzo de 1976. Con ., la definicion del enemigo a reales y poten- Precedentes, Ahora bien, las f armadas no fueron las dnicas la guewa, y no la razén de la eje reordenador de la sociedad década del 70; también las organizaciones 7 ue a partir de 1969-197 onan ue gut fe 1208 1070, guernieras 4 ‘Argentina hal ne las organizaciones revolucionaria ¢”, a Ye vanguardia de los Sectores dese mpefiar (an "as contra el sistema de dominacig, ‘mas conspicuos, los militares y jot ** {quella coyuntura, la postulacion Can ee cone enei je abajo Nn nla ““violens dus eloctoe p speci 8 J dio @ 1s mtr mente n we les sirvid para legitimar tn aint de pestuacion en términos de Una logice de un Supuesto bajo el lider nes arma , ental caso de los Montoneros, tuvo el efecto de bloquear Sbilidad de cambios autogenerados en la sociedad poubentina, Pero ademas, les permitiO a las fuerzas Gimadse argumentar que, en realidad, rebeliones anti. autoritarias, disidencias om y reclamos obreros in Jo mismo que guerrilla y terrorismo, y que, por lo Graton a “erradivacion de la subversion” debia encararse como’ una tarea quirérgica global que se propusiera extirparlos simultineamente. Lo que queremos concluir acé es que la critica de los maximalistas al terrorismo de ultraizquierda no fue lo suficientemente severa. Y en este sen que interesa remarcar no es que la critica a todos los violentos habria reforzado la legitimidad de la critica a los violentos mis perversos y desvastadores. Mas bien importa destacar, como tan agudamente lo hace Beatriz Sarlo en el N° 21 de Punto de Vista, que la transformacion progresiva de cultura politica argentina, intolerante y confronts cionista, pasa porque los maximalistas, asi como otras franjas progresistas de la intelligentzia y la clase polit argentinas, reconozcan sus propias contribuciones & lt conformacion de aquella cultura politica, particularmen- teen el alucinante periodo que fue de 1969 a 1976. 1 DICTADURA Y DEMOCRACIA: DI INSTITUCIONAL ¥ DERECHOS HuMEN oe oe PRESENTACION Angel Bruno Antes de dar la palabra a los expositores, quiero expli- carles que este grupo de trabajo ha elegido el tema de los Derechos Humanos para comenzar su actividad del ato por entender que es el tema prioritario de hoy. Después de siete afios de dictadura militar, nada més urgente en el fs que la recreacién del estado de derecho y de la con- vivencia democratica; pero es claro que ésta no podrd ser fructifera sin una profunda reconciliacion nacional que genere una auténtica unidad del pueblo argentino. Y evi- dentemente, para lograrla, el tema de los derechos hum nos es fundamental, porque no podra cién ni unidad nacional sin esclarecimi i , sin verdad y 7 poco serén posible si no se arbitran desde ahora los métodos adecuados para que nunca mis vuelvan a repetirse esas violaciones que hemos sufrido. Por eso también queremos darle a este encuentro un ca- ricter prospectivo, en el sentido de analizar y discutir cuales son los mejores resortes para que desde el Poder Judicial y desde el Parlamento se potencie la piena de- fensa de los derechos humanos. _Vamos a dividir la reunion en dos partes. En la primera haran sus exposiciones los doctores Eduardo Barcessat y Jorge Vanossi, exposiciones que serin co- mentadas por Julio Barbaro, Federico Storani y Carlos 2 juedarai a) union bierty icin que esta pen, ee ey clara de “ee te en al pals: MG imperiosa de una mayor justica sobre aro luego de soportar més de siete afios de Social, Feo, siolaciones a sus mis elementales derechos, Permania fond dramaticamente conciencia de que nady afose sett posible hacer en el pais sin la previa recons- truccién democritica, De ese modo, la vigencia plena del estado de derecho y el respeto irrestricto a los derechos humanos se convirtib en el tema previo; y logrado esto, intentar una profunda y auténtica reconciliacion nacio- nal, Solo asf Se potenciaré a esta Argentina para lanzarwe 8 logros verdaderos en otros campos vitales. } Asumiendo esta linea de pensamiento, ampliamente n +e 8 Iglesia y Comunidad Nacional. Verde ee tecarecimiento de las viclaciones de todo Ing Sh, hos, comenzando por el derecho a la vida. peusigee’ ocurrido y como garantia de que tales cio Golverin & producifee en el tutes ‘or eae bles no recil violencia y la represion ilegitima yecto politico antinacional y antipopular. Pero el tema no termina con el anilisis de lo ocurrido y en el trabajo para conseguir esas necesarias verdad y justicia. Es fundamental analizar, discutir y:pones‘e), prictica mecanismos que potencien la capacded, del Estado para evitar que en lo sucesivo se puedan lever adelante procedimientos similares a los usados, es decir, mecanismos que garanticen la plena vigencia de loz derechos naturales y constitucionales de todos los argen. tinos: Algunos de esos mecanismos deberin surgir del Par- lamento; y otros deberin crearse en dicho cuerpo y en el Poder Judicial. Por lo pronto, del Parlamento deberi surgit un Codigo de la Seguridad Personal, vale decir, un cuerpo legal coherente, ordenado y sistemitico que norme los derechos individuales garantizados por’ la Constitucién Nacional; el mismo deberd, entre otras cuestiones. reglamentar la declaracin del estado de sitio, reformar hasta hacerlos giles y eficientes los recursos de amparo y de habeas corpus, abolir la injustisima figura de la detencién de personas en averiguacion de ante- tie S2doras y que ademas vele en forma vonstante por el fie! Tespeto de esos derechos y eleve su voz denunciando y 23 ente cualquier violacién iui sancionande Pere. En cuanto al Poder Judiegy Wt a los se produjere, Stir In nevesidad de Seren). contra, V0 de idar nuestra incipiente democracia, Porgu, gestion hace al corazon mismo de la estabii Shema, y eta establdad es el corazon mismo de <2 convivencia argentina armonica, con potencialidag ji ‘obtener otros logros sustantivos. 7 Dr, Eduardo Barcessat Deseo primeramente aclarar que un com . tico sobre lo hecho y 10 que corresponderia, ese tl punto de vista de un abogado que trabaja en ke entidades defensoras de derechos humanos, no imputt fen modo alguno oposicion o pretension de enfrentarnic® to al gobierno, sino un intento de mejorar y preseryy después de tantos aitos de silencio y autocensura creq que es bueno que nos habituemos a que expresar is punto de vista critico no significa ni ruptura ni oposicion al proceso democritico. No se trata, por otra parte, te criticas abstractas, sino de aportes desde una Optica determinada, en nuestro caso, la de las entidades defen. soras de los derechos humanos, en cuanto a como fortalecer la naciente democracia y el estado de derecho, Para comenzar, deseo que nos interroguemos sobre a validez de un principio ~o un mito~: el de la continui- dad juridica del estado, que en nuestra situacion concre- ta equivale a la continuidad entre la dictadura militar y el naciente estado de derecho. ;Ha de suponerse una no ruptura, un continuar institucional entre Ia dictadur parada y el Estado constitucional; o, por el contrario como personalmente sostengo, debe existir una ruptur entre dictadura y estado de derecho, una discontinu- dad, ideologica, institucional, o del ‘aparato estatal y ‘normativa; rutptura que es una condicion de la democrs- cia posible Desde luego no vamos a resolver todo « Problema en esta exposicibn, pero es bueno que ‘menos consideremos que existe como un obstéculo 4 Se derecho varios niveles de anilisis; en el Fata cuestion os donde hasta ahora hay mayo- jer, hha sindicado ~y ello estd expuesto js offiales~ on doctring totaltaria 80 jal” como la ex; i od waver aque se instalo en la sociedad de est Sizsto es un logro, ya que permite una clara argentine ee los contenidos que nutrieron en él! visualizacton Os tancia autoritaria, y de los nuevos ‘ye seria necesario aportar en ese plano. parato de estado, no se eqrucneo nace due ios considere con més detenimien tanta gata intervencion, En primer lugar a tos Sti corte entre ia normativa glo proce. ween ia nueva normativa del estado de derecto, Bs ‘Berto que la produccién de nuevas normas ha pos! doa mliad de 29,0 aeceal s norma, te nutor itucionales, u «neon de la dictadura militar. Pero esto no es suficien- amnlsvo que debio existir una reversion més profunda, declarando la caducidad de toda la normativa del gobier- fe de facto con excepcién de las normas que Tocca reconfirmadas expresamente por las autoridades consti- {ucionales. Esto hubiera permitido establecer un princi pio mas sano, y hasta de terapia legislativa, para el futuro fn cuanto 2 desalentar en los sectores militares civiles proclives al golpismo y al terrorismo de estado la idea de ‘que pueden proyectar su normativa mds alla del tiempo ch que materialmente estin en el ejercicio del poder. En ‘se aspecto la sefializacion de la ruptura debié haber sido mis notoria y mas sentida por la comunidad, en lugar de una transicién gradual y con algunas contradicciones, hacia el estado de derecho. Esto no significa que enfren- temos un mal irreversible, que no admita vias de solu- ion 0 mejora. Hay extensos estudios sobre la necesidad de derogar la legislaciOn represiva, sustentados en andlisis 25

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