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DEL ACTOR
EUGENIO BARBA NICOLA SAVARESE
ISBN: 968-7155-35-3
Impreso en México
Printed in México
Presentación
La historia del teatro es también la del actor. Es el trabajo del actor el
que hace el espectáculo escénico. Dice Grotowski que se puede prescin
dir del autor, director, técnico, pero jam ás de un actor y de alguien que
observe su trabajo.
Los distinguidos autores Eugenio Barba y Nicola Savarese, cuyas
investigaciones sobre antropología teatral y pedagogía de la representa
ción son ampliamente conocidas en nuestro país, han preparado E l arte
secreto del actor para servir de guía y orientación a los actores o los as
pirantes a serlo.
Esta obra recoge conocimientos, ofrece indicaciones útiles que lle
nan un vacío en ía historiografía y teoría teatral contemporánea en los
países de Iberoamérica.
El Departamento del Distrito Federal a través del Segundo Gran
Festival Ciudad de México, publica este texto pedagógico destinado a los
talleres, cursos y eventos metodológicos que ha previsto. Esperamos que
sea una contribución al desarrollo del teatro y la danza de México y los
países de había hispana.
Edgar Ceballos
ISTA International School of Theatre Anthropology
mmwm
mmjsm Comentando el esquema del proceso creativo de
un actor, Stanislavski afirmaba: “ ¿De dónde surge la
línea de la acción y la iínea de tendencia de (os mo
tores de ia vida psíquica? ¿Cómo atravesamos todos
ios elementos? Es más difícil explicarlo en palabras que
con un dibujo. Vean esto. Antes que iodo sigan ei mo
vimiento y la iínea de tendencia de !¡* inteligencia, de
ia voluntad y el sentimiento. Atraídos por (a novedad
de la comedía, del papel o el tema creaíivo 0a flecha
que atraviesa el dibujo como un corazón herido), los
motores de la vida psíquica se apresuran a comunicar
sus impresiones, implicándose en et trabajo ya sea el
aparato espiritual (a la izquierda) o ei físico (a la de
recha). La figura comprende todos los medios posi
bles e imaginables, cualidades y dotes naturales, prác
ticas, psico técnicas, imaginaciones, atenciones, sentido
de la verdad, convicción, contacto, adaptación, lógi
ca, coherencia y otros elem entos...” {C. Stanislavski,
La form ación del actor, 1938).
ANATOMIA
ANATOMIA
■
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ANATOMIA
previo, la trama de las dudas, las experiencias erróneas, los largos recorridos de 2. Hokusai, “ Danza del vendedor de agua
aproximación: todas las idas y venidas de la investigación que están antes y después fresca, ilustración del álbum Odori hitori keiko
(.Lecciones de danza a s(-.mismo), impreso en
de los resultados. Y también faltan aquellos aspectos contradictorios que hacen del 1815.
ISTA un laboratorio en continua fermentación: ía permanencia de la Escuela a
través del tiempo en el que actúa como actividad práctica; la relación entre maestros
reconocidos y alumnos autodidactas; el aporte de múltiples culturas a través de la
historia de cada uno de los individuos.
Los hilos conductores que cotidianamente informaban la experiencia —la
superación de falsas discriminaciones entre actor, bailarín y mimo, la confluencia-
enfrentamiento entre arte y ciencia» el aprender a ver, sobre todo el aprender a
aprender— aparecen aquí necesariamente bajo la forma de palabras e imágenes en
la ausencia del movimiento y de la “ vida” .
¿Puede elevarse el mar por encima las montañas?
La ola de Hokusai muestra hombres, barcas y ei monte Fuji: los hombres y
sus esfuerzos como detalles en el gran fluctuar de la naturaleza. Según el Zen, de
frente a la imagen de la ola hay cuatro puntos de vista:
1. Los niños piensan que la ola es una cosa, un cuerpo separado del agua que
se mueve sobre la superficie del mar, diferente a las otras olas deí mismo mar. Pero
cuando se les enseña a mirar atentamente descubren que no se puede distinguir la
ola como una cosa separada: la ola es un fenómeno que se mueve en el océano. Tiene
aún sentido hablar de la ola pero sólo como entidad teóricamente separada.
2. La ola está por volcarse sobre las barcas y el monte Fuji simultáneamente.
3. La ola no se volca sobre el Fuji porque está muy lejos, aunque parece bajo
la ola.
4. No hay papel en las barcas, en el mar, sobre la montaña o en el cielo. Se
busca pero no puede encontrarse: y todavía todas estas cosas no son más que papel.
De hecho no hay movimiento, no existe la distancia, mojado o seco, vida o muerte.
En el teatro, que no es de papel, el movimiento, la distancia, lo mojado y lo
seco, la vida y la muerte existen pero sólo en el reflejo de la ficción: se ha dicho que
no sólo escuchar música nos hace danzar internamente sino también la percepción
de las formas y de las imágenes reflejas.
ANATOMIA
3
3. Dé las figuras que han de manejar y llevar
algún pesó (dibujo de Leonardo da Vinci).Más allá
En 1815, después de haber publicado eí famoso álbum intitulado Fragmentos }
de la anatomía del iñoviiniento, en él dibujó sé .. de dramas, una secuencia de cincuenta y seis escenas sacadas de los dramas Kabuki
o c u lta 'ü ñ person aje dob le — m asculino y más célebres de los siglos XVII y XVIII, donde triunfabanen colores delicados todas '
fem enino, viejo-y joven — que hunde.el pie en las más grandes heroínas teatrales, Hokusai agrega a la pintura un pequeño diseñó
el lodo y en el oro. “ La parte principal y sublime
del arte —afirma Leonardo— es la investigación de de libreto que sale con el título Lecciones de danza a sí mismos:
las cosas qué componen cualquier otra” . Se trata de una serie de tablas en blanco y negro cada una de las cuales
representa cuatro o cinco figuras de danzantes: a izquierda yderecha de sus brazos
y sus píes una línea recta o cürvá que indica el desarrollo completo del movimiento
iniciado por el brazo o el pie. Siguiendo las indicaciones gráficas y los breves
comentarios se puede aprender la danza más popular del Japón: la del barquero, la
del espíritu diabólico, la dei cómico y la del vendedor de agua fresca.
En la última página del manual, Hokusai con la ironía que le caracteriza
escribe: “ Si en la ejecución dei movimiento y del compás hay errores, discúlpenme.
Lo he dibujado como lo soñé y como el sueño de Un espectador no puede dar-
exactamente todo; si quieren danzar bien, apréndanlo-de un maestro.
Ahora que si mi sueño no puede hacer un verdadero danzante puede hacer
un álbum por lo menos. Pero a los que lo he recomendado, cuando quieran danzar,
es de meter seguro a ia tabaquera y las tazas de té porque, aunque se pongan a salvo,
habrá siempre sobre el piso un poco de bellos trastos viejos”-;,..::
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ANTROPOLOGIA
T
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iv/A
ANTROPOLOGIA TEATRAL
Antropología teatral
Eugenio Barba
¿En qué direcciones puede orientarse un actor o ¡un bailarín para elaborar las
bases materiales de su arte? Esta es la pregunta á la que la antropología teatral intenta
contestar. Sin embargo, ésta no responderá ni a la necesidad de analizar cien
tíficamente en qué consiste el ‘‘lenguaje escénico” , ni a la pregunta fundamental de
quien hace teatro o danza: ¿cómo llegar a ser un buen actor o bailarín?
La antropología teatral no busca principios umversalmente verdaderos, sino
unas indicaciones útiles. No tiene la humildad de una ciencia, sino la ambición de
individualizar los conocimientos útiles para ei trabajo del actor. No quiere descubrir
“ leyes’*sino estudiar reglas de comportamiento.
Originalmente, se entendía por “ antropología” el estudio del comporta
miento del ser humano no solamente a un nivel socio-cultural, sino también
fisiológico. La antropología teatral, por consiguiente, estudia el comportamiento fisio
lógico y socio-cultural del ser humano en una situación de representación.
de formas de espectáculos distintas a las que practican. A veces les piden incluso que
no vayan a ver otras formas de teatro y danza. Sostienen que es así como eí actor o
bailarín preserva la pureza del estilo y manifiesta total dedicación a su arte.
Todo sucede como si las reglas del comportamiento teatral se sintieran
amenazadas por evidente relatividad, casi sufriendo por no ser verdaderas leyes.
Este mecanismo de defensa tiene ai menos el mérito de evitar la tendencia patológica
que a menudo conlleva el conocimiento de ía relatividad de las reglas: la total
ausencia de reglas y la arbitrariedad. Del mismo modo como un actor de Kabuki
puede ignorar los mejores “ secretos” del Nó, es significativo que Etienne Decroux
—quizá el único maestro europeo que haya elaborado un conjunto de reglas
parangonables al de una tradición oriental— intente transmitir a sus alumnos la
misma actitud de riguroso encerramiento con respecto a formas escénicas distintas
de la propia. En eí caso de Decroux, como en el caso de los maestros orientales, no
se trata de estrechez mental ni mucho menos de intolerancia. Se trata de la conciencia
de que las bases de un actor, los principios de los que parte, deben ser definidos
como su más preciado bien, un bien que sería irremediablemente alterado y des
truido por el sincretismo, y que debe ser salvaguardado a pesar del riesgo deí
aislamiento.
El riesgo del aislamiento consiste en pagar la pureza con la esterilidad. El
maestro que encierra a sus propios alumnos en un sistema de regías y finge ignorar
su propia relatividad y por tanto la utilidad de la confrontación, preserva cierta
mente la cualidad de su propio arte, pero amenaza su porvenir.
Un teatro puede, sin embargo, abrirse a ías experiencias de otros teatros no
para mezclar maneras distintas de hacer espectáculos, sino para buscar principios
similares a partir de los cuales transmitir sus propias experiencias. En este caso la
apertura a la diferencia no significa necesariamente caer en sincretismo y confusión
de lenguajes. Por una parte se evitaría el riesgo del aislamiento estéril, por otra
- el de una apertura a cualquier precio, que degeneraría en promiscuidad. Eí pensar,
que aunque sea sólo de forma teórica y abstracta, en una base pedagógica común,
no significa de hecho pensar en un modo común de hacer teatro. “ Las artes —ha
escrito Decroux— se parecen en sus principios, no en sus obras’’. Podríamos añadir:
tampoco los teatros se parecen en sus espectáculos, sino en sus principios.
La antropología teatral quiere estudiar estos principios: no las profundas e
hipotéticas razones de sus semejanzas, sino sus posibles usos. De este modo está
haciendo un servicio tanto aí hombre de teatro occidental como al oriental, tanto a
quien tiene una tradición codificada como a quien sufre su falta, tanto a quien se
encuentra tocado por la degeneración como a quien se encuentra amenazado por ia
pureza.
Lokadharmi y natyadharmi
El equilibrio en acción
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ANTROPOLOGIA TEATRAL
Las posiciones básicas de las formas escénicas orientales son una serie de
ejemplos de deformación consciente y controlada deí equilibrio. Puede decirse lo
mismo sobre las posiciones básicas de la danza clásica europea y sobre el sistema
del mimo de Decroux: abandonar la técnica cotidiana del equilibrio y buscar un
“ equilibrio de lujo” que dilate las tensiones que rigen el cuerpo.
Para obtener este resultado, los actores de las distintas tradiciones defor
man la posición de las piernas, las rodillas, el modo de aboyar los pies en el suelo
o acortan la distancia entre uno y otro pie, reduciendo la base y haciendo precario
el equilibrio,
* ‘Toda la técnica de la danza —dice Sanjukta Panigrahi hablando de la danza
Odissi, pero indicando un principio general para la vida del bailarín y del actor— se
basa en la división del cuerpo en dos mitades iguales, a partir de una línea que lo
atraviesa verticalmente, y en el reparto desigual del peso ya sea de un lado o del
otro” . Así la danza amplifica los minúsculos y continuos cambios de peso con lo
que nos mantenemos de píe inmóviles y que los laboratorios especializados en la
medición del equilibrio revelan mediante complicados diagramas.
Es esta danza del equilibrio la que los actores y bailarines revelan en ios
principios fundamentales de todas las formas de teatro.
por otra parte, aproximativas incluso para nosotros, Gordon Craig, después de
haber ironizado sobre las imágenes extravagantes usadas por los críticos para
describir el particular modo de caminar del gran actor inglés Henry Irving, añadía
con sencillez: “ Irving no caminaba sobre el escenario, bailaba”
Esa misma mezcla entre el actor y la danza fue usada, esta vez en sentido
negativo, para devaluar las investigaciones de Meyerhold. Frente a su Don Juan,
algunos escribieron que no se trataba de un verdadero teatro, sino más bien de un
ballet. La rígida distinción entre el teatro y la danza, característica de nuestra
cultura, revela una profunda herida, un vacío en la tradición que continuamente
conlleva el riesgo de atraer al actor hacia el mutismo del cuerpo, y eí bailarín hacia
el virtuosismo. Esta distinción parecería absurda a un artista oriental, del mismo
modo como hubiera parecido absurda a un artista europeo de otras épocas his
tóricas: a un juglar o a un cómico del siglo XVI. Podemos preguntar a un actor N6
o a un actor Kabuki cómo traducirían la palabra “ energía’’ en su lengua de trabajo,
pero sacudirían la cabeza si les pidiésemos que tradujeran ía rígida distinción entre
danza y teatro.
* ‘Energía —decía el actor Kabuki, Sawamura Sojuro— podría ser traduc
por koshi, caderas”
Y según el actor Nó, Hídeo Kanze: “ Mi padre nunca decía: usa más kosh
Me enseñaba de qué se trataba haciéndome caminar, mientras él me retenía por las
caderas” . Para vencer la resistencia, el torso está obligado a inclinarse ligeramente
hacia adelante, las rodillas se doblan, íos pies presionan contra el suelo y resbalan
en lugar de levantarse como en un paso normal: de lo que resulta la caminata básica
del N6. La energía como koshi, se revela no como el resultado de una simple y
mecánica alteración del equilibrio, sino como consecuencia de una tensión entre
fuerzas opuestas.
El actor Kyogen, Mannojó Nomura recordaba lo que decían los actores de
la escuela Kita de Nó: eí actor debe imaginar que encima de él hay un círcuío
de hierro que lo tira hacia arriba y contra el que es necesario hacer una resistencia
para mantener los pies en el suelo. El término japonés que designa estas fuerzas
opuestas es hippari hai, que significa: tirar hacia sí a alguien o algo que se esfuerza
por hacer lo mismo. En el cuerpo del actor el hippari hai'úme lugar entre lo alto
y lo bajo y entre delante y detrás. Pero también existe hippari hai entre el actor y
la orquesta: de hecho, no marchan al unísono, sino que intentan alejarse el
uno de ía otra, sorprendiéndose recíprocamente, rompiendo el uno el tiempo de
ía otra, sin por ello aíejarse hasta eí punto de perder eí contacto y el íigamen
particular que los opone.
En ese sentido, ampliando el concepto, podríamos decir que las técnicas
extra-cotidianas del cuerpo están en una relación de hippari hai, de tracción
antagónica, con las técnicas de uso cotidiano. Hemos visto, efectivamente, que se
alejan de éstas, pero manteniendo la tensión, sin por ello despegárseles llegando a
ser extrañas a ellas.
Uno de los principios mediante el cual eí actor revela su vida al espectador,
reside pues, en una tensión entre fuerzas opuestas: es el principio de la oposición.
Sobre este principio, que evidentemente también pertenece a la experiencia del actor
occidental, ías tradiciones codificadas del Oriénte han edificado diferentes sistemas
de composición.
En ía Opera de Pekín, todo eí sistema codificado del actor está erigido sobre
el principio según el cual todo movimiento debe iniciarse en la dirección opuesta a
ía que uno se dirige. Todas’ las formas de danza balinesa están construidas com
poniendo una serie de oposiciones entre eí keras y el manis. Keras significa fuerte,
duro, vigoroso; manis significa delicado, suave, tierno. Los términos manis y keras
pueden ser aplicados a los distintos movimientos, a las oposiciones de las distintas
partes del cuerpo en una danza, a los momentos sucesivos de un mismo espectáculo.
8c
24
ANTROPOLOGIA TEATRAL
Si se examina una posición de base de la danza baíinesa se observa que esta posición,
que para la mirada occidental puede parecer rara y fuertemente estilizada, es el
resultado de un constante alternarse de partes del cuerpo en posición keras y partes
del cuerpo en posición manis.
La danza de las oposiciones caracteriza la vida del actor a distintos niveles.
Pero, en general, en la búsqueda de esta danza, el actor posee una brújula para
orientarse: la incomodidad. Le mime esí a Faise dans le malaise, el mimo se
encuentra cómodo en la incomodidad, dice Decroux, y su máxima encuentra una
serie de ecos entre los maestros de todas las tradiciones. La maestra japonesa de
Katsuko Azuma decía que para verificar si una posición era justa debía atenerse
ai dolor: si no duele está equivocada. Y añadía sonriendo: “ Pero si duele no
significa necesariamente que sea justa” . Lo mismo repiten Sanjukta Panigrahi,
los maestros de la Opera de Pekín, los del ballet clásico o los de danzas balinesas.
La incomodidad se convierte, entonces, en un sistema de control, en una especie
de radar interior que permite al actor observarse mientras actúa. No se observa
con sus ojos, sino mediante una serie de percepciones físicas que le confirman que
tensiones no habituales, extra-cotidianas, habitan su cuerpo.
Cuando pregunto al balinés I Made Pasek Tempo cuál es, según él, la
principal cualidad de ün actor y un bailarín, me responde que es el tahan, la capa
cidad de resistencia. Una conciencia idéntica se encuentra en la lengua de trabajo
del actor chino. Para decir que el actor tiene maestría se dice que tiene kung-fu, que
literalmente significa “ capacidad para aguantar duro, resistir’’ Todo esto nos lleva
a lo que en una lengua occidental podríamos indicar con la palabra “ energía” :
capacidad de persistir en eí trabajo. Y una vez más esta palabra corre el riesgo de
transformarse en una trampa.
Cuando un actor occidental quiere ser enérgico, cuando quiere usar todas sus
energías, comienza a moverse con gran vitalidad en el espacio, desarrolla grandes
movimientos, mucha velocidad y fuerza muscular. Todo esto se asocia a las imá
genes de' ‘fatiga* ’, de ‘‘trabajo duro’’ Un actor oriental (o un gran actor occidental)
puede fatigarse mucho más casi sin moverse. Su energía no está determinada por un
exceso de vitalidad o por el uso de grandes movimientos, sino por el juego de las
oposiciones. Su cuerpo se carga de energía porque en él se establecen toda una serie
de diferencias de potencial que lo hacen vivo, fuertemente presente incluso en los
movimientos lentos o en la inmovilidad aparente.
La danza de las oposiciones se baila en el cuerpo antes que con el cuerpo.
Es* esencial comprender este principio de la vida del actor: la energía no
corresponde necesariamente a movimientos en el espacio.
En las distintas técnicas cotidianas del cuerpo, en el lokadharmi, ias fuerzas
que dan vida a las acciones de extender o flexionar un brazo, las piernas o los dedos
de una mano actúan una por una. En el natyadharmi, en las técnicas extra-
cotidianas, las dos fuerzas opuestas (extender y flexionar), están en acción si
multáneamente: o mejor dicho, los brazos, las piernas, los dedos, la espalda, el
cuello se extienden como si resistieran una fuerza que los obliga a flexionarse o
viceversa.
Katsuko Azuma explica, por ejemplo, qué tipo de fuerzas están trabajando
en el movimiento —típico tanto en la danza Buyo como en el Nó— en el que el torso
se inclina ligeramente mientras que los brazos se extienden hacia adelante ar 9b
8. Danza de las oposiciones: Henry Irving
queándose apenas. Lo explica hablando de fuerzas que actúan en sentido contrario (1838-1905) en el papel del cardenal Wolsey en
de lo que se ve: los brazos —dice— no se extienden, sino que es como si apretaran Enrique VIIIde Shakespeare (a); actor del teatro
una gran caja contra el pecho. Así, yendo hacia el exterior empujan hacia el interior, Kabuki (b); V. E, Meyerhold (1874-1939) como
actor en Acróbatas de F. Shentan (c).
deí mismo modo que el torso, que es como empujado hacia atrás, opone resistencia 9. Los principios Jeeras y manis (“ fuerte” y
y se pliega hacia adelante. “ suave” ) en una pose de danza baíinesa, ilus
trada por la pequeña Jas, hija del bailarín y
maestro 1 Made Pasek Tempo (a) y la precisión
y principios en un esquema (b).
ANTROPOLOGÍA TEATRAL
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A NTROPOLOGIA TEATRAL
Intermezzo
Se nos podría preguntar si los principios de la vida del actor, que hasta ahora
hemos encontrado, no nos llevan demasiado lejos del teatro que conocemos y
practicamos en Occidente. Se nos podría preguntar si éstos son de verdad buenos
consejos útiles para la práctica escénica o si, en vez de ello, no son más que un
espejismo.
! 1. Secuencia de una síntesis del actor ita
Se nos podría preguntar si individualizar el nivel pre-expresivo del arte del liano Dario Fo: a través de momentos de in
actor no nos distancia de los verdaderos probíemas del actor occidental. ¿Quizás movilidad en la tensión máxima de las oposiciones.
27
ANTROPOLOGIA TEATRAL
japonesa— iba a tiempo. Y es fácil comprender por qué para ella, según las
soluciones particulares de su cultura, una danza que sigue el ritmo de la música es
algo que la hace sentirse mal ya que muestra una acción decidida por el exterior, por
la música o por los automatismos del comportamiento cotidiano.
Las soluciones que la cultura japonesa ha encontrado para este problema le
pertenecen sólo a ella. Pero el problema que ésta ilumina con tan particular evidencia
es un problema que concierne al actor en general y a su capacidad de ir más allá de
los automatismos, de estaren vida.
Un cuerpo decidido
En muchas lenguas existe una expresión que podría escogerse para condenar
lo que es esencial para la vida del actor. Es una expresión gramaticalmente pa
radójica, en la que una forma pasiva llega a asumir un significado activo y en la que
la indicación de una enérgica disponibilidad para la acción se muestra como velada
por una forma de pasividad. No es una expresión ambigua, sino hermafrodita,
combinando acción y pasión y a pesar de su rareza es una expresión del lenguaje
común. Se dice, efectivamente “ estar decidido” , “ essere deciso” , “ étre décidé” ,
“ to be decided* ’. Y no quiere decir que algo o alguien nos decide, que nos sometemos
a una decisión o somos objeto de ésta. Pero ni siquiera quiere decir que estemos
decidiendo, que seamos nosotros los que llevemos a cabo la acción de decidir.
Entre estas dos condiciones opuestas, corre una vena de vida que la lengua
parece no poder indicar y sobre la que da vueltas con imágenes. Ninguna ex
plicación, excepto la experiencia directa, muestra lo que quiere decir “ estar de
cidido” . Para explicar a alguien lo que significa “ estar decidido’* deberemos
recurrir a innumerables asociaciones de ideas, a innumerables ejemplos, a la cons
trucción de situaciones artificiales. Sin embargo, cada uno de nosotros cree saber
muy bien lo que esta expresión indica. Todas ías complejas imágenes, las series de
regias abstrusas que se entrelazan en torno al actor, la elaboración de preceptos
artísticos que parecen —y son— el resultado de estéticas sofisticadas, como las
volteretas y acrobacias de la voluntad por transmitir una experiencia que verdadera
mente no puede transmitirse, no puede pasar de las manos de uno a las manos de
otro, pero que puede solamente ser vivida. Intentar explicar la experiencia del actor
significa en realidad crear artificialmente, con una complicada estrategia, las con
diciones en la que esta experiencia puede reproducirse.
Imaginemos penetrar una vez más en la intimidad del trabajo que tiene
lugár entre Katsuko Azuma y su maestra. También la maestra se llama Azuma.
Cuando haya terminado de transmitirle su experiencia, transmitirá también su
nombre a la alumna. Azuma dice pues a la futura Azuma: “ Encuentra tu Ma”,
M asignifica algo parecido a “ dimensión” , en el sentido de espacio, pero también
de tiempo como duración. “ Para encontrar tu Ma debes matar el ritmo, es decir,
encontrar tu jo-ha-kyu” .
La expresión jo-ha-kyu designa las tres fases en que está subdividida cada
acción del actor. La primera fase está determinada por la oposición entre una fuerza
que tiende a desarrollarse y otra que la retiene (jo = retener); la segunda fase
(ha = romper) está constituida por el momento en que se libera de esta fuerza, hasta
llegar a ía tercera fase (kyu « rapidez) en que la acción llega a su punto culminante,
desplegando todas sus fuerzas para luego detenerse imprevistamente como frente a
un obstáculo, a una nueva resistencia.
ANTROPOL0 GIATEATRAL
Un cuerpo ficticio
Un millón de velas
34
m
ANTROPOLOGIA TEATRAL
Ante ti me inclino
tú que tienes forma de macho y de hembra
dos deidades en una
19. Alumno de teatro Kathakali en un ejer
que en la mitad femenina tienes el vivido color de'ta flor de Champak cicio de entrenamiento de ojos.
y en la mitad masculina tienes el pálido color de la flor de alcanfor. 20. Actor de teatro Kabuki (grabado del siglo
XVUÍ): representar la acción de ver significa di
La mitad femenina hace tintinear brazaletes de oro rigir hacia el objeto de la visión no sólo ios ojos
y la mirada sino comprometer todo el cuerpo.
la mitad masculina está adornada de brazaletes de serpientes 21. La Shakíi de Sanjukta Panigrahi,
la mitad femenina tiene ojos de amor 22. Bailarina japonesa de Buyo'en el papel de
la mitad masculina tiene ojos de meditación. Shirabioshi, la mítica bailarina de papeles mas
culinos.
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ANTROPOLOGIA TEATRAL
A Ella me dirijo
junto con el Dios Shiva su esposo
a El me dirijo
junto con la Diosa Shiva su esposa.
Iben Nagel Rasmussen, en cambio, canta el lamento del brujo de una tribu
destruida. Inmediatamente después reaparece como Kattrin, la hija muda de Madre
Coraje, que balbucea palabras ardientes, en el umbral de un mundo en guerra. La
actriz oriental y la actriz occidental parecen alejarse, cada una al fondo de su propia
cultura. Y no obstante ello, se encuentran. Parece que superan no solamente su
persona y su sexo, sino incluso su habilidad artística, para mostrar algo que se
encuentra detrás de todo esto.
El maestro de actores sabe cuántos años de trabajo constituyen la base de
estos instantes, y no obstante le parece que algo surge espontáneamente, no buscado
ni querido. No tiene nada que decir: sólo puede mirar del mismo modo como
Virginia Woolf miraba a Orlando: “ Un millón de velas ardían en Orlando, sin que
éste hubiese incluso pensado en encender una sola’*.
23
36
I.a bailarina japonesa K atsu ko, i zuma ensena a tata
ahnnna tox m ovim ientos de tos brazos y de las manos.
APRENDIZAJE
■ APRENDIZAJE
F a b rizio C ruciani
escuela se crea siempre para una renovación social del teatro, para dar concreción 1. C onstautin Sergeievich Stanislavski
(1863-1938) pocos meses ames de su muerte asis
al teatro del futuro y para abrir puntos de fuga al futuro del teatro. te, rodeado de alumnos» actores y directores, a
una prueba en su estudio.
profesionaíídad y sin prejuicios las técnicas más distintas. La libertad del hombre 2-3. Entrenamiento en el estudio del Teatro
Arte de Moscú, siguiendo ia línea de las acciones
de teatro y su simultáneo compromiso, tan frágil en los espectáculos y tan con físicas de Stanislavski: ejercicios con el bastón y
dicionado por ia cultura de la comunicación y de la fruición en un determinado figura de la nike {victoria).
contexto de civilización, a principios de siglo parece hallarse en la reconstitución del
proceso creativo a través de la multiplicación de los horizontes de modalidades y
técnicas; y parece plasmarse en la autocreación de los horizontes de espera.
El objeto de la situación pedagógica no es “ el último grito” sino el “ primer
grito” , la voluntad de construir {a menudo genéticamente) el proceso de formación
en la creatividad, de aprender la sabiduría del tener conocimientos y posibilidades
para elegir qué aprender. También por esto (además de por una expresión de la
cultura difundida en las primeras décadas de este siglo) la escuela es el lugar separado
donde se vive la actualidad del futuro, una comunidad separada (de la ciudad, del
teatro, del mundo “ normal” o burgués): loes en la experiencia de Stanislavski y de
Sulerziski, como la preeminencia moral que este último confiere al trabajo físico,
lo es en la ‘‘retraite* ’ de la casa de campo de Copeau en la época del Vieux Colombier
y más tarde en la Borgoña de Copiaus; lo es en la escuela Hellerau de Dalcroze con
las religiones del cuerpo en la naturaleza (que tantos aspectos asumió especialmente
en el mundo alemán) y lo es en la “ Escuela de Arte” de Von Laban en su última
versión, la de Monte Verdad en Ascona, con sus ceremonias particulares; pero
también lo es en la diversidad autopedagógica y heterodirigida de los primeros
grupos agit-prop y lo es en ei grupo “ insólito” de los alumnos de la Bauhaus.
Hay culturas y poéticas distintas detrás de las diferentes experiencias, pero
en constante reflexión sobre el proceso creativo, reflexión que es expresión de una
cultura y de una poética dinámica; o, con mayor precisión, hay que compren
der que las escuelas y las instancias pedagógicas no son un “ apartado” ni
tampoco un momento de crisis o de défaillance de la creatividad artística, como
si la incapacidad de realizar espectáculos dependiese del entregarse a la enseñan
za. En ías primeras décadas del siglo XX en lugar de pedagogía teatral parece más
útil y correcto hablar de directores-pedagogos; y la experiencia de las escuelas es
un acto complejo de su madura creatividad artística, expresión orgánica y nece
sidad consciente de su poética.
APRENDIZAJE
Pedagogía de autor
En el teatro no hay leyes, explica Copeau, pero resulta útil creer en ellas
para operar: la búsqueda de leyes en los directores-pedagogos, es una dimensión
necesaria del hacer más que una necesidad teórica del conocer. La pedagogía
como creatividad en acto es la realización de la necesidad de crear una cultura
teatral, es decir una dimensión del teatro que los espectáculos satisfacen parcial
mente y que las utopías explicitan como tensión. Por eso la pedagogía teatral de
ías primeras décadas del siglo (antes que se decante, se organice y degrade en
tensión) es el lugar del teatro, en cuanto a lugar de la creatividad de los hombres
de teatro. Es un punto de vista que me ha resultado útil para descubrir la sustancial
unidad que reúne a los grandes hombres de teatro de principios de siglo en nuestro
conocimiento y marca un hilo rojo en la continuidad de las experiencias más
significativas.
Además permite ver conexiones con la agitada y rica cultura de la época, en
una historia que no vincula tan sólo los espectáculos al teatro, sino el teatro a la
experiencia cultural de una sociedad que vive la desesperación de su propia trans
formación demasiado rápida y continua.
“ Hay que dar una mayor apertura y raíces más profundas al espíritu
de compañía; crear costumbres de vida favorables al oficio, una atmósfera de
formación intelectual, moral y técnica, una disciplina, tradiciones. La renovación
del teatro en la que tantas épocas han soñado y que hoy se invoca incesantemente,
me parecía en primer lugar una renovación del hombre en el teatro” . Son palabras
que Copeau dijo en los Recuerdos del Vieux Colombier, en J931; palabras muy
semejantes a las muchas otras dichas por Copeau (y otros) para indicar que el
nuevo teatro no surgía del teatro ni en el teatro, sino de la recuperación de una
complejidad humana y social a 1a vez que cultural del teatro como comunicación
expresiva y realización del hombre.
Las escuelas institucionales de teatro habían surgido y surgían de
otras exigencias y respondían a otra cultura: los estudios, los laborato
rios, las escuelas de los maestros de principios de siglo surgieron para conquis
tarse situaciones de experiencia creativa, lugar de operatividad del teatro (como
cultura, como larga duración). Aquí el director-pedagogo se pone en situación no
APRENDIZAJE
sólo de formar alumnos para el teatro o para su propio teatro, sino para construir 4. Antón Chejov (1860-1904) lee L a gaviota
en el Teatro Arte de Moscú (1899): sentados, a su
los materiales de su propia actividad. derecha Stanislavski y al extremo izquierdo Me
Podemos leer de qué manera Stanislavski se ocupaba de la formación de un yerhold. Nemiróvich-Dánchenko de pie a la de
Estudio poniendo en la base problemas éticos y de utilidad artística en la relación recha.
entre él y sus alumnos (en las primeras conversaciones para la escuela del Bolshoi, 5. Jacques Copeau (1879-i 949) lee ei guión
de Una m ujer asesinada p o r la dulzura de Tho-
transcrita por Antarova). mas Heyewood (1913: patío del Teatro Vieux
Podemos leer las formas de la enseñanza de Meyerhold en sus clases pu Coiombier en París). Se reconocen los actores
blicadas en el Amor de las tres naranjas, para el Estudio de ía calle Borodinskaia, Charles Dullin (1885-1949) el primero a la izquier
da, Louis Jouvet (1887-1951) el tercero en pie a la
con los procesos de liberación a través del catálogo práctico de las técnicas teatrales; derecha y por últim o Susanne Bing (1885),
o intuir su enseñanza en la clase de dirección del GUYRM (laboratorios superiores la prim era a la derecha.
de estado para ía dirección) a través de las páginas de Sklovski: éste refiere cómo
llegó allí Eisenstein y señala la necesidad de aprender a crear nuevas convenciones
por encima de las que ya no son percibidas como tales (“ no hay que olvidar
que el teatro realista es convencional” ) para lamentar luego que no hayan sido
filmados los ensayos de Stanisiavski y de Meyerhold para que los nuevos direc
tores “ se acostumbrasen a aprender y a asombrarse’’.
Pero leerlos para comprender, estudiar y conocer su valor específico es un
problema de estudio histórico que exige la amplitud y las cautelas de la filología;
leerlos para integrarlos en las escuelas institucionales y en el empirismo de los
grandes, es pereza.
Aquí los hemos recordado para ratificar, mediante su evocación, que a
principios de siglo se contrapone a las didácticas conservadoras, la experiencia
del teatro (en el sentido de ía larga duración al margen de los espectáculos), y es
que el teatro-pedagogía de los Padres Fundadores, es pedagogía de autor, crea
ción artística del enseñar y aprender teatro.
7
45
APRENDIZAJE
«La raíz del verbo inglés to teach deriva det es que el teatro-pedagogía de los Padres Fundadores, es pedagogía de autor,
gótico taiku, signo (actualmente se sigue usando
token con este significado). Corresponde al ense
creación artística del enseñar y aprender teatro.
ñante observar lo que acostumbra a pasar inob
servado para la multitud. E s un intérprete de
signos» (Sybil Moholy-Nagy', Introducción al
Pedagogical Sketchbóok de Paul Klee, 1925).
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APRENDIZAJE
í.™ Un maestro debería ser realmente un segundo padre para sus alumnos
y debería asegurarles una formación completa.
2.— Un maestro debería ocuparse principalmente de la enseñanza de su
propia materia en clase y no debería preocuparse del comportamiento del alumno
fuera de la clase.
Más del noventa por ciento de los estudiantes universitarios y de las escuelas
superiores en ocho estados distintos eligieron la primera respuesta reconociendo en
eí maestro a un segundo padre, confirmando que el ideal del gurú, cuya función
tradicional va mucho más allá deí ámbito de la clase, se halla indeleblemente impreso
en la mente de la mayor parte de los estudiantes.
También los gurú de la danza son considerados a menudo como vicepadres
ya que hacen nacer al danzante en cada uno de sus alumnos. Una excelente
bailarina Odissi, Kum Kum Das, mujer madura y a su vez madre, habla con calor
de la relación padre-hija que sigue teniendo con su propio gurú, y por otro lado
algunas exponentes de la tradición de la danza en el templo eran adoptadas realmen
te, con lo que la madre y el enseñante eran la misma cosa. Elevado a una categoría
más alta que un padre, el gurú puede situarse casi al mismo nivel que una divinidad
y ser reverenciado en cuanto tal. Su bendición es esencial para eí éxito de cualquier
operación. Estos versos del Upanisad Advayataraka (vv. 17-18) elevan al gurú a.
alturas sobrehumanas:
48
APRENDIZAJE
admitió el hecho, confesando que había tomado a Drona como su gurú sin que el 13, La bailarina Odissi Sanjukta Panigrahi a
maestro lo supiese y de qué forma había aprendido eí arte. El gurú Drona entonces la edad de seis años en una pose acrobática.
le pidió lo que le correspondía, el gurú-daksina, eí regalo ofrendado al maestro
cuando la instrucción se da por terminada. Gomo temía que Ekalavya pudiese
llegar a ser más grande que él, Drona pidió eí pulgar de ía mano derecha deí
alumno. Ekalavya dio feliz ío que eí maestro íe pedía. La madre de Ekalavya
lloraba, pero el arte del tiro con arco debía seguir siendo un privilegio de la clase
dominante. El alumno por exceso de celo había transgredido los límites y había
querido ir más lejos de lo que el destino íe pudo haber marcado como posible en
su vida” .
Este relato —aunque en sí mismo es una situación no ortodoxa— ilustra muy
bien muchos aspectos de la relación gurú-sisya: la devoción, el ejercicio intenso, la
obediencia y completa sumisión de la voluntad del alumno a ías exigencias del gurú.
Un detalle importante, que no aparece en la versión que hemos reproducido, es el
hecho de que Drona había prometido a su aiumno favorito, Arjuna, que no habría
un arquero más grande que él. Una explicación de la dura exigencia podría ser
el deseo del gurú de mantener la palabra dada al alumno elegido y legítimo. El hecho
de que Ekalavya parezca perfectamente dispuesto a aceptar la exigencia de su
gurú demuestra que las bendiciones del gurú son más apreciadas que el aprendizaje
de una habilidad. Un anciano y famoso maestro de danza me decía que el respeto,
la obediencia y el servicio prestados al gurú están destinados a destruir eí ego hasta
que gradualmente el ego cede y aflora plenamente el verdadero yo. Según esto es
posible interpretar el relato de Ekalavya, a primera vista conmovedor, como el relato
de un alto logro personal en términos espirituales. A través de su habilidad con el
arco llegó a dominar no sólo el arco sino también a sí mismo.
Gurú-sisya-parampara
é sm &
DILATACION
g DILATACION
El cuerpo dilatado
Eugenio Barba
El puente
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Peripecias
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DILATACION
El principio de la negación
Existe una regla muy conocida por los actores: empezar una acción partiendo,
de la dirección opuesta a aquella hacia la cual está dirigida.
Reproduce un carácter esencial de todas aquellas acciones que en la vida
cotidiana requieren una cierta energía: así, antes de golpear, echamos el brazo
hacia atrás, antes de saltar hacia arriba doblamos las rodillas, antes de saltar hacia
adelante nos movemos hacia atrás —reculer pour mieux sauter.
En el obrar extra-cotidiano del actor, tal comportamiento es también
aplicado alas acciones más ínfimas: es uno de los modos mediante los cuales él dilata
la propia presencia física.
Podríamos llamarlo el “ principio de la negación” : el actor, antes de realizar
la, niega la acción inminente, y ejecuta su opuesto complementario.
El principio de la negación puede dar lugar a un formalismo vacío si éste
pierde el alma, es decir su organicidad. Con frecuencia, en las utilizaciones teatrales
y no teatrales de la declamación trivial, se convierte en un modo de hinchar el gesto.
La parodia pues, de la acción dilatada.
¿Cuál es ía lógica interna que determina la fuerza del “ principio de la
negación” ? Por una parte, la dinámica física y nerviosa por ía que cada acción
enérgica empieza con su opuesto; por otra parte, una actitud mental.
Una de las más claras descripciones de esta recurrente actitud mental está
contenida en el libro de Arthur Koestler dedicado a Iá “ historia de las mutaciones
4. Pensamiento en vida, no rectilíneo, no
unívoco: manuscrito que representa el inicio de ia
de la visión que el hombre tiene del universo” , donde se muestra cómo cada acto
migración de los aztecas. De izquierda a derecha: creativo —en la ciencia, en el arte o en la religión— es realizado mediante una
1) el rey en una isla: los jeroglíficos alrededor de regresión preliminar a un nivel más primitivo, de un reculer pour mieux sauter, un
la pirámide representan su nombre y los de su proceso de negación o desintegración que prepara el salto hacia el resultado.
tribu; 2) la cruzada: el jeroglífico en un rectángulo
es la fecha del acontecimiento; 3) algunas huellas Koestler llama a este momento una “ pre-condícíón ’’ creativa.
de pie indican la marcha hacia ia ciudad de Col- Es un momento qué parece negar todo lo que caracteriza la búsqueda deí
huacan, representada por el jeroglífico grande; 4) resultado: no determina una nueva orientación, es más bien una desorientación
otras ocho tribus esperan al soberano: cada tribu
está designada por un jeroglífico y un hombre que voluntaria, que obliga a poner en marcha todas las energías del investigador, afila
había.
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DILATACION
sus sentidos, como cuando se camina en ia oscuridad. Esta dilatación de las propias
potencialidades tiene un elevado precio: se corre el riesgo de perder el dominio sobre
el significado de la propia acción. Es un negar que no ha descubierto todavía lo
nuevo que afirma.
El actor, el director, el investigador, el artista, se preguntan a menudo: “ ¿qué
significa lo que hago?” Pero en el momento de la “ negación,de la acción” , o de la
‘‘pre-condición’’ creativa esta pregunta no es fértil.
En este punto no es esencial el significado de lo que se hace, sino la precisión
de una acción que prepara el vacío en eí que un sentido, un significado imprevisto
podrá ser capturado.
Los hombres de teatro, obligados a una creación que implica casi siempre la
colaboración de más individuos, están a menudo empachados de fetichismo por los
significados de la necesidad aparentemente “ natural” de acordar desde el principio
los resultados a alcanzar.
Un actor, por ejemplo, cumple una acción determinada que es el resultado
de una improvisación o de una interpretación personal del personaje: es natural
que dé a aquella acción un valor bien preciso, que le asocie determinadas imágenes
o un determinado pensamiento. Pero si el contexto en el que aquella acción llega
a encontrarse vuelve impropio o incomprensible el significado que esto tiene para
el actor, él piensa que aquel fragmento debe dejarse caer y olvidar. Cree, en
resumidas cuentas, que el matrimonio entre la acción y el significado asociado a
ésta sea indisoluble.
En general, si se dice a un actor que su acción puede quedar intacta, no
obstante cambiar completamente de contexto y por tanto de sentido, él piensa que
es tratado como materia inerte, que es manipulado por el director. Como si el alma
de una acción fuese su sentido, y no la calidad de su energía.
El mismo preconcepto se da en muchos directores: están acostumbrados a
creer que una determinada imagen o una determinada secuencia de imágenes no
5. Pensar el pensamiento: Dessiner,
‘laografía de 1948 de Maurits Cornelis Escher
0 898-1972).
DILATACION
pueda obedecer más que a una sola lógica dramática, no pueda transmitir más que
aquel significado.
Pero el principio de “ negar la acción” indica justamente lo opuesto, que se
suelta del orden preestablecido, de la dependencia del resultado que se quiere
obtener. Es como si el punto de partida, pasando a través de su contrario, se
transformara en una gota de energía que pueda desarrollar toda la propia poten
cialidad expresiva saltando de un contexto a otro. En el trabajo teatral en concreto,
todo esto tiene que ver con las peripecias a las que ha sido sometida una acción o
una idea a partir del momento en que toma forma hasta el momento en que
encuentra un lugar en el espectáculo terminado. Como El holandés errante, con
denado a pasar de época a época, de país a país, los núcleos de acción mueren a sus
significados originales a pesar de seguir viviendo: saltan de sentido sin perderse.
Lo que marca el pensamiento creativo es justamente su proceder a saltos, a
través de una desorientación imprevista que lo obliga a reorganizarse de forma
nueva, abandonando la cáscara bien ordenada. Es el pensamiento-en-vida, no
rectilíneo, no unívoco.
El crecimiento de significados imprevistos se hace posible por una actitud de
todas nuestras energías, físicas y mentales: colocarse en una cima esperando
emprender el vuelo. Una disposición que puede procurarse, destilarse, mediante el
entrenamiento.
6 Los ejercicios de entrenamiento físico permiten desarrollar un nuevo com
portamiento, un modo diferente de moverse, de actuar y reaccionar: una destreza
determinada. Pero esta destreza se estanca en una realidad unidimensional si no va
en profundidad, si no consigue llegar al fondo de la persona constituida por sus
procesos mentales, su esfera psíquica, su sistema nervioso. El puente entre lo físico
y lo mental determina una ligera mutación de conciencia que permite superar la
inercia, la monotonía de la repetición.
La dilatación del cuerpo físico, de hecho, no sirve si no viene acompañada
por la dilatación del cuerpo mental. El pensamiento debe atravesar en forma
tangible la materia; no sólo manifestarse en el cuerpo en acción, sino también
atravesar lo obvio >la inercia, lo que surge de por sí cuando imaginamos,
reflexionamos, obramos.
Pensar el pensamiento
Un físico camina por la playa y ve a un niño que tira piedras planas al mar,
intentando hacerlas saltar. Cada piedra no hace más que uno o dos saltitos. El niño
tendrá unos cinco años, y el adulto, el físico, recuerda que también él, en su infancia,
hacía rebotar las piedras sobre el agua. Mejor dicho: era muy diestro en aquel juego.
Así pues el adulto muestra al niño cómo se hace. Tira las piedras, una después de
otra, indicando cómo deben sostenerse, con qué inclinación son tiradas, a qué altura
a ras del agua. Todas las piedras que el adulto tira dan muchos saltos, siete, ocho,
incluso diez.
“ Sí —dice entonces el niño— dan muchos saltos. Pero no es esto lo que yo
buscaba. Hacen círculos redondos en el agua, mientras lo que yo busco es que hagan
círculos cuadrados” .
6. P e n sa r e l pen sa m ien to : d is e ñ o del Conocemos el episodio porque el físico estaba yendo a visitar al viejo
caricaturista rumano Saúl Steinberg, reproducido Einstein, y porque Einstein reaccionó a su vez de un modo imprevisto cuando su
por Sergei Eisenstein (1898-1948) en el libro La
naturaleza no indiferente ( í 947). joven amigo le contó su encuentro: ‘‘Felicita de mi parte a aquel niño, y dile que no
DILATACION
¿Qué quiere decir en este caso, consanguinidad7 Que los distintos fragmen
tos, imágenes, ideas, que viven en el contexto en el que los hemos hecho nacer,
revelan una autonomía propia, establecen nuevas relaciones, se unen entre ellos en
base a una lógica que no obedece a la misma para ía que habían sido previstos y
buscados. Es como si escondidos lazos de sangre pusieran en acción otras
posibilidades además de las visibles, que parecen útiles y justificadas.
En el proceso creativo existe una vida utilitarista de los materiales con los que
trabajamos, y una segunda vida nuestra. La primera, dejada a sí misma, conduce a
la claridad sin profundidad. La segunda corre eí riesgo, por su fuerza sin control,
de llevarnos al caos.
Pero es ía dialéctica entre estas dos vidas, entre el orden mecánico y el
desorden, ía que nos conduce hacia lo que los chinos llaman el “ Li” , el orden
asimétrico e imprevisible que caracteriza la vida orgánica.
Lógicas inellizas
La dialéctica no es una relación que existe de por sí: nace de la voluntad por
dominar fuerzas que abandonadas a su suerte no podrían hacer otra cosa que
combatir entre sí.
La dialéctica es un modo de pensar y de actuar que se aprende. El orden
asimétrico del “ Li” , en el trabajo creativo, es algo que puede lograrse solamente
mediante una vía paradójica: la obra de arte, de hecho, es antes que nada una obra
8. D os lógicas: dibujos de niños. Juan, cuatro
años: dos hermanitos dan un paseo en el coche artificial.
(a); Susana, siete años: el rey pasea en su La búsqueda de las oposiciones, de las diferencias, debe ser paradójicamente
automóvil el día de su cumpleaños (b). la otra cara de la búsqueda de la unidad y de la entereza.
DILATACION
8b
¿Cómo puede profundizarse la diferencia entre la óptica dei actor y la deí
espectador? ¿Cómo puede reforzarse ía polaridad ente director y actores? En fin:
¿cómo buscar una relación aún más fuerte entre estas distintas fuerzas?
De ía respuesta a estas preguntas depende la posibilidad de dilatar el cuerpo
del teatro. *
A veces, en el transcurso del trabajo para un espectáculo, la acción de un
actor empieza a vivir, aunque no se comprende por qué el actor esté actuando de
aquel modo. El director es su primer espectador, y puede ser que no sepa dominar
racionalmente, en base al proyecto común del espectáculo, el sentido de lo que el
actor está haciendo. Eí director puede caer en el engaño, manifestar su dificultad
para aceptar aquella pequeña chispa de vida desconocida, pedir explicaciones,
reclamarle al actor que sea coherente. De este modo estropea la relación de
colaboración: intenta anular la distancia que lo separa del actor, le pide demasiado,
y en realidad demasiado poco, le pide el consenso, el acuerdo sobre las intenciones,
un encuentro en la superficie.
Cuando se habla del trabajo del actor, de su técnica o de su arte, de su
“ interpretación” , a menudo se olvida el nivel elemental del teatro, que es siempre
relación. A las técnicas extra-cotidianas de los actores corresponde, por parte de
los espectadores, una necesidad primaria: la espera de aquel momento en que el velo
de la vida cotidiana se desgarra y deja irrumpir lo inesperado. Algo conocido se
revela improvisadamente como novedad.
Incluso las más profundas reacciones del espectador, las matrices de su
apreciación o de su juicio claramente formulables, son secretas, informulables,
imprevisibles.
La fuerza del teatro depende de la capacidad de salvaguardar, debajo de un
nivel reconocible, la vida independiente de otras lógicas.
DILATACION
69
DILATACION
La mente dilatada
Franco Ruffini
71
DILATACION
carácter en ei cual se pueda asumir la psicología. Pero también todos los demás
ejemplos de vivencia en Rabota aktiora (se piensa, por todos, en el del dinero
quemado), al examinarlos sin prejuicios, revelan la misma filigrana.
El actor, en ias piezas con una tarea escénica, modela un aparato psico-men-
íal sustitutivo, una mente dilatada; así como, en paralelo y en interdependencia,
modela un aparato físico sustituto; es decir un cuerpo dilatado.
La existencia, en el ‘‘Sistema’’ de Stanislavski, de un comportamiento mental
conexo con el físico pre-expresivo, nos obliga a profundizar las pesquisas sobre las
características de la mente dilatada. Se podría decir que es una “ mente en exceso” ;
propiamente como el cuerpo dilatado es un cuerpo contramarcado de un medio de
energía.
Puede ser éste el punto de partida para investigar otras eventuales analogías
con ei cuerpo dilatado; es decir con ia articulación física del nivel pre-expresivo.
Si para Moia zhin v. iskusstve (Mi vida en el Arte)*** y para Rabota aktiora
se puede hablar en general de “ forma narrativa” , para Rabota aktiora es necesario
precisar que la forma narrativa (novela) (el diario de un alumno imaginario en la
escuela de Torzov-Stanislavski) se desarrolla con preponderancia en diálogos entre
el maestro y los alumnos. Y son diálogos que, en el ritmo, en el movimiento y en la
tensión que le anima, recuerdan de cerca a los Diálogos de Platón.
Si Moia zhin v. iskusstve tiene una genérica forma narrativa, Rabota aktiora
tiene la específica forma narrativa del diálogo platónico.
Una vez reconocida la forma del diálogo platónico, necesita preguntarse si
ella se limita en encuadrar el contenido, o sea la parte integrante del rostro.
Sostenemos que la forma del diálogo platónico no es 1a forma dentro de
la cual son desarrollados los argumentos del “ tratado” : es un argumento del
‘‘tratado* ’ y quizás, el principal, si está protegido tan bien como para ostentarlo
como simple marco.
Sócrates, en los Diálogos de Platón, se comporta con sus interlocutores
exactamente como Torzov-Stanislavski hace con sus alumnos. Los acosa, les in
quiere con preguntas continuas, a fin de que la idea salga del alumno como algo que
allí estaba y que necesitaba sólo de la fuerza maieútica del diálogo para salir a luz.
La maieútica, que quiere decir “ arte de la comadrona” , es el arte de traer a
la luz y por consiguiente de hacer respirar el pensamiento. Para Sócrates, la
maieútica no era tanto el Sistema para enseñar, sino la verdadera enseñanza, acaso
escondida (protegida) como por un marco.
Lo mismo se puede decir para Torzov-Stanislavski. El maestro no enseña
las técnicas de la vivencia, es decir de la mente dilatada. O mejor: unida a las
técnicas (el recurso a la. memoria emotiva, a las condiciones dadas, etc.) enseña
la técnica de todas las técnicas.
Esta técnica de todas las técnicas es la maieútica en la forma de diálogo
platónico; es decir, el interrogatorio socrático. El alumno de Torzov aprende que la
mente dilatada (la vivencia) se alcanza sólo a través de una inquisición implacable,
y creyendo en la idea que emergerá de las respuestas. Aunque más bien, aprende
que sólo creyendo en los recuerdos, las imágenes, las historias tiradas fuera mediante
las técnicas de la vivencia transformará la idea en “ verdad” .
En la segunda naturaleza de Stanislavski, no se cree en algo porque sea
verdad: al contrario, ese algo es verdad porque en él se cree.
Notas
* Rabota aktiora nad soboi v. vtvorcheskom protzesse piereyivania y R abota aktiora n adsoboi
: v. vtvorcheskom protzesse Vopioshenie son el II y el III volumen de la edición rusa cíe ias obras de
Stanislavski. En estos dos textos, como hemos indicado entre paréntesis, se refieren, respectivamente
a Un actor se prepara y La construcción del personaje, pero no corresponden exactamente. De hecho,
ios dos textos americanos son ediciones reducidas de los relativos textos rusos y, además, están
organizados según un esquema para argumentos, ausente en la edición original. Esta organización,
además de desarticular ia continuidad dei texto ruso, pone en duda también la forma narrativa deí
diálogo que es en cambio, de fundamental importancia para una correcta lectura de la obra de
Stanislavski. Más confiable es la edición italiana E l trabajo del actor (Bari, Laterza, i 956,1972) que,
por reunir en un texto único los volúmenes lí y líí de ia edición rusa, es íntegro y está exento de
manipulaciones en la organización interna.
** Caballo de plata es la transcripción de un seminario para coreógrafos impartido por Eugenio
Barba en 1985, en México. Publicado en un número especial de Escénica, revista teatral de la
Universidad Nacional Autónoma de México, a cargo de Patricia Cardona, La traducción francesa en
Le théátre qui danse, número monográfico de “ Bouffonneries” dedicado a la sesión del ISTA
desarrollada en Salento (Italia) en 1987.
*** M i vida en el A rte es una edición reducida de M oia zhin ’ v. iskusstve (volumen I de ia edición
rusa de las obras de Stanislavski). De la edición americana es sacada la edición francesa M a viedans
.Tart con:prefacio de JacquesCopeau. La edición italiana L am ia vitanell'arte(Turín, Einaudi, 1963)
es en cambio, íntegra.
Modelo de ia escena de! Teatro de A rte de Moscú en
1909 y la mesa de trabajo de ia Compañía.
Sirviéndose de esta plástica que respetaba las
proporciones originales, con la ayuda de figui as de
cartón-t tíordon Craig explicaba a Stanislavski y a ios
actores dei Teatro de Arte de Moscú su Idea-sobre
dirección y m ovim ientos de escena de los personajes.
En esta foto, a ¡a derecha del escenario, se ven ios
figurines de Hamlet y Laertes en duelo (acto V, escena
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Eugenio Barba
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di», ht tUa aadkMft r
i*im y
V tmzj*4»£u¡ayw mortjbdww*thcngta»
«IftnhiiTiTfSf m * potpot'd cvil
Concatenación y simultaneidad constituyen las dos dimensiones de la trama. 2. El texto se vuelve acción. Página del libro
No son dos alternativas estéticas o dos opciones distintas de método: son los dos de dirección de Edward Gordon Craig (1872-
1966) para la puesta en escena de Hamlet de
polos que a través de su tensión o de su dialéctica determinan el espectáculo y su Shakespeare en el Teatro de Arte de Moscú en
vida: las acciones operantes —la dramaturgia. 1909-1910. Acto V, escena ü: el duelo entre
Volvamos a la importante distinción —investigada sobre todo por Richard Hamlet y Laertes.
Schechner— entre un teatro basado en la puesta en escena de un texto escrito
preliminarmente y un teatro basado en el texto performativo. Aparentemente, la
distinción es útil para caracterizar dos aproximaciones distintas al fenómeno teatral
performativo y por tanto dos resultados diferentes del espectáculo.
Por ejemplo: mientras el texto escrito puede ser conocido, transmitido antes
e independientemente del espectáculo, el texto performativo sólo existe al final del
proceso de trabajo y no puede ser transmitido. Sería en efecto tautológico, decir que
el texto performativo (que es el espectáculo) puede ser transmitido por el es
pectáculo. Aunque se utilizase una técnica de adscripción semejante a la musical en
la que distintas secuencias horizontales pueden concordar entre sí en sentido vertical,
la transmisión sería imposible: sería tanto más ilegible cuanto más fiel. Incluso la
grabación sonora y visual del espectáculo sólo restituye una parte del texto perfor
mativo, excluyendo al menos en el caso de espectáculos que no utilizan el escenario
a la italiana, los complejos montajes de las relaciones de distancia-proximidad entre
actores y espectadores; privilegiando, en todos los casos en que las acciones son
simultáneas, un único montaje entre los muchos posibles. Restituye de hecho, ía
mirada de un espectador.
La distinción entre un teatro basado en un texto escrito o en cualquier caso
compuesto preliminarmente y utilizado como matriz de la puesta en escena, y un
teatro cuyo texto significativo sea sólo el texto performativo representa bastante
bien, a nivel intuitivo, la diferencia entre “ teatro tradicional” y “nuevo teatro”
(teatro de grupo, tercer teatro, teatro independiente, teatro antropológico). Pero
esta distinción es sobre todo útil si queremos pasar de una clasificación de los
fenómenos teatrales modernos a un análisis ai microscopio o a una investigación
anatómica del drama y de su vida: la dramaturgia.
DRAMATURGIA
pendiente del otro— en una nueva relación artificial. Estas posibilidades dra-
matúrgicas pertenecen a los distintos niveles, y a ios distintos elementos del es
pectáculo tomados uno por uno, así como pertenecen a su trama superior. ^
Ei actor, por ejemplo, obtiene efectos de simultaneidad apenas rompe eí j
esquema abstracto del movimiento tal como el espectador es capaz de preverlo. ¿
Monta (compone ~ pone junto) su accionen una síntesis alejada del comportamien- U
to cotidiano: segmenta la acción eligiendo algunos fragmentos y dilatándolos,?^}/]
compone los ritmos, obtiene un equivalente de la acción “ real” a través de lo que j
Schechner llama “ restauración del comportamiento” .
La misma utilización del texto escrito, cuando no es interpretado únicamente
como concatenación de acciones, puede llevar a la trama simultánea, en una nueva
síntesis dramática, de elementos y detalles en sí mismos no dramáticos.
De Hamlet, por ejemplo, pueden extraerse una serie de informaciones:
trazas del antiguo litigio entre Noruega y Dinamarca constituyen el antecedente,
entre Hamlet padre y Fortibrás padre; Inglaterra que debe pagar tributos a
Dinamarca hace pensar en la época de los vikingos; la vida de la corte recuerda el
Renacimiento; las alusiones a Wittenberg pueden sugerir la Reforma. Todas estas
distintas facetas históricas (o que nosotros podemos realmente utilizar
como distintas facetas históricas) pueden constituir un abanico de opciones para
interpretar el drama: en este caso la elección de una faceta eliminará las demás.
Pero también pueden estar entrelazadas entre sí en una síntesis de varias caras
históricas simultáneamente presentes, cuyo “ significado” , en cuanto interpreta
ción de Hamlet —es decir lo que el drama aparecerá al espectador— no es
previsible. Será, al contrario, un significado que cuanto más el autor del espectá
culo haya trabajado con lógica simple al entrelazar los distintos hilos, más
posibilidades tendrá de parecer sorprendentemente, motivado e imprevisto para
su propio autor.
Algo parecido podría decirse respecto al protagonista del drama, Hamlet. La
concatenación de las acciones montadas por Shakespeare da, en general, una imagen
deí personaje de hombre acosado por las dudas, indeciso, dominado por la enfer
medad de la “ melancolía” , filósofo inadecuado para la acción. Los elementos de
este montaje, sin embargo, no corresponden todos a esta imagen: Hamlet actúa con
decisión cuando mata a Polonio; se nos cuenta que ha falsificado —con fría
resolución— el mensaje de Claudio al rey de Inglaterra y que ha derrotado a los
piratas; desafía a Laertes; descubre enseguida las insidias tramadas contra él; mata
al rey.
Para un actor (y para un director) todos estos detalles, tomados uno por uno,
pueden ser utilizados como indicios para construir una interpretación coherente del
carácter de Hamlet, pero también pueden ser utilizados como indicios de compor
tamientos diferentes y contradictorios y ser montados en una síntesis que no es el
fruto de una decisión preliminar respecto al carácter que se le desea dar a Hamlet.
Como puede verse, con esta sencilla hipótesis nos acercamos al proceso
creativo (= compositivo) de muchísimos actores deí Gran Teatro Occidental que
no partían (y que no parten) en su trabajo cotidiano, de la interpretación del
personaje, sino que desembocaban en él (y desembocan) —al menos a los ojos de
los espectadores impresionados— siguiendo un camino basado no en el ¿qué? sino
en el ¿cómo? Es decir, montando en una síntesis formalmente coherente aspectos
que apriori parecerían incoherentes desde el punto de vista del ‘*realismo habitual’’.
Las acciones operantes (la dramaturgia) viven respecto ai equilibrio entre el
polo de la concatenación y el polo de la simultaneidad. Esta vida corre el peligro de
perderse si se pierde la tensión entre los dos polos.
Mientras la pérdida del equilibrio a favor de la trama por concantenación
lleva a un decaimiento del drama en el cómodo reconocimiento, la pérdida del
DRAMATURGIA
Todos los espectáculos del Odin Teatret se caracterizan por un uso diferente
del espacio. Los actores no se adaptan a las dimensiones del espacio existente (como
en el escenario a la italiana) sino que modelan la arquitectura según las exigencias
de la dramaturgia.
Sin embargo no es sólo el espacio donde se encuentran los actores y los
espectadores el que varía de un espectáculo a otro. Durante un mismo espectáculo
los actores se encuentran a veces alrededor del área de actuación, otras veces en el
medio: algunos espectadores pueden vivir la acción como un primer plano —cuando
el actor se encuentra a pocos centímetros dé ellos—, otros como un campo total
—cuando pueden ver un espacio más amplio.
Estos mismos principios se usan en espectáculos al aire libre usando plazas,
calles, balcones y techos. En este caso el ambiente ya existe y aparentemente no se
puede cambiar, pero el actor con su presencia hace brotar un carácter dramático de
aquella arquitectura que por el hábito y la frecuencia cotidiana no somos yá capaces
de ver, es decir vivirla con una mirada fresca.
3E5BE9
DRAMATURGIA
81
DRAMATURGIA
g g ||
a ll]
m»m
para funcionar, para estar presentes y para intervenir
encl mundo circundante sino para funcionar, moverse
y estar presentes en im modo teatral eficaz. Estudiar
ia energía del aclor significa entonces interrogarse
sobre tos principios u partir de ios cuales los actores
pueden modelar, educar su fuerza muscularj 1nerviosa
según la m odalidad que no es la misma de la vida
cotidiana.
Las diferentes constelaciones de estos principios
constituyen la base de (as diferentes técnicas: la de
Dccroux o el Kabuki; la del Nó o el ballet cfásico;
la de Delsarte o el Kathakali, etc. Pero también la
base de diferentes técnicas individuales: ia de Busfer
Kcalon a Dario Jo, de Toló a Marcel Marcean, de
( iesfak a Ihen Nagel Itasmussen, eíe. (E. taviimi, l.a
energía del actor como premisa, en Bmtffonneries, n.
15/16).
ENERGIA
Energía: del griego enérgeio de ergon
(ópera). El vigor físico, especialmente de los ner-
viosy los músculos, lapotencia activa del organismo
(...); de carácter firm e y resolución en las acciones
f. . .}; fuerza dinámica del espíritu, que se mani
fiesta com o voluntad y capacidad de impresionar
(. ..) . En física, energía de un sistema, la aptitud
del sistema a concluir un trabajo. ( Vocabulario
de la lengua italiana, Istituto della Enciclopedia
Italiana, Rom a, 1987, vol. II, p. 266),
Kung-fu
En toda tradición teatral existen tér
m inos de una jerga que explican si el actor
funciona com o tal para el espectador o no.
Este “ funcionamiento” recibe muchos nom
bres: en Occidente a m enudo es llam ado
energía, vida o sim plem ente presencia del
actor. En las tradiciones teatrales orientales
es definido con otros conceptos, com o ve
remos y tom a el nombre de prana y sahkti
en la India, de koshi, ki-hai y yugen en
Japón, de chikará , bayu, íaxü, en Bali, de
kung-fu en China.
Para llegar a conseguir esta fuerza,
esta vida que es una cualidad indescriptible,
intangible e inconm ensurable, en las formas
codificadas se siguen diversos procedim ien
tos, un training y ejercicios m uy concretos.
Son ejercicios que se basan en la destrucción
de posiciones inertes del cuerpo del actor, por
tanto una vez m ás en la alteración del equi
librio normal y en la destrucción de diná
m icas de m ovim ientos pertenecientes a la
cotidianeidad.
La paradoja que determina que esta
cualidad im palpable se produzca a través de
una ejercitación concreta y tangible, ía en
contram os en la palabra kung-fu: que sig-
ni fica al m ism o tiempo el ejercicio concreto
y esa dim ensión indescriptible que nosotros
llamadnos presencia del actor.
Kung-fu, c o n o c id o en O c c id e n te
com o térm ino para indicar un sistema de
lucha, literalmente en chino quiere decir
“ capacidad de aguantar d u ro ” , y abarca
u n a am plia zona de significados: no sólo
un arte marcial nacional sino tam bién dis
ciplina, capacidad o habilidad que exige un
esfuerzo continuado para ser dominada.
Puede significar trabajo que es llevado a
3
ENERGIA
4 . S e rie de p rim e ro s e je rc ic io s p a ra a lu m n o s
de la O p e ra de P e k ín sa c a d o s de un m a n u a l p a ra
a c to re s de lo s añ o s c in c u e n ta .
5. Escuela de la Opera de Pekín (1935): entre
namiento con los ts ’ai ch i’ao, calzados de los
papeles femeninos para pies deformados. El
maestro guía y ayuda al alumno: la vara que tiene
bajo el brazo es un instrumento de corrección que
habla por sí solo.
6-7. Katsuko Azuma, bailarina de Buyo, en
una demostración del característico modo de ca
minar en e! teatro clásico japonés y en una posi
ción de energía en eí tiempo (iSTA de Volterra,
1981). Sin kimono, aparece aún más evidente
el modo de tener las caderas inmovilizadas, las
piernas dobladas y los pies carteados con tabi,
las medias blancas con el pulgar separado.
8. jas, joven bailarina balinesa, en equilibrio
precario sobre las puntas, detiene la danza en un
momento de energía en el tiempo.
Koshi, ki-hai, bayu
En J a p ó n , aun q u e existe una d iferen
cia entre las term in ologías de las tradiciones
teatrales clásicas ( N ó , K yogen, K abuki), en
con tram os una so la palabra com ú n a todas
ellas para definir c u a n d o un actor tiene pre
sencia: k osh i.
‘ ‘K o sh i en ja p o n és sign ifica u n a parte
m uy concreta del cuerpo: las caderas siguen
los m ovim ientos de las piernas. P ero si q u e
rem os reducir este m ovim ien to de ías c a
deras — es decir crear una especie d e eje fijo
en el cuerpo— n o s vem os o b lig a d o s a fíe-
x ion ar las piernas y a m antener el tron co
c o m o un so lo b lo q u e (ils. 6-7).
Al inmovilizar ías caderas, evitando que
sigan los m ovim ien tos de las piern as, se
crean dos niveles de tensiones distintas en el
cuerpo: en la parte inferior y en la parte
s u p e r io r . E sta c re a ció n - de d o s n iv e le s
o p u esto s en el cu erp o o bliga a un equilib rio
paríicuíar que repercute en los m úsculos de la
n u ca , del tronco, de la pelvis y de las piernas.
T od o el tono muscular del actor resulta trans
form ado, utiliza m uchas más energías y debe
realizar un esfuerzo m ayor que si cam in ase
según la técnica c o tid ia n a '\ (Eugenio Barba,
A n tr o p o lo g ía tea tra l: p rim e ra s h ip ó te s is .)
Un eco no teatral de k o sh i en eí sen ti
d o de una paríicuíar energía del cu erp o, lo
e n con tram os tam b ién en el térm ino italian o
sfia n c a to y en ca stella n o d e s lo m a d o , au n
qu e con valor n egativo.
En el teatro N ó , en particular e n c o n
tram os un térm ino m ás exten dido para in d i
car la energía del au tor, ki-hai: significa
consonancia profunda (ha) deí espíritu (ki,
en el sentido de espíritu com o n eu m a spi-
r itu s , aliento) con eí cuerpo. K i-hai equivale
aí sánscrito p ra n a , que significa literalmente
p n e u m a , y es u tilizad o por ios actores tanto
en in d ia co m o en Bali.
En B ali existen otras tres palabras
para definir la presencia del actor: ch ikará,
ta k sü y bayu .
C h ik a rá corresp on d e a fu erza, p od er,
q u e se co n sigu e a través de la a p licación y el
ejercicio regular deí actor; tak sü es una es
p ecie de insp iración celeste que se apod era
del bailarín ind ep en d ien tem en te de su v o
lu n tad . U n b ailarín pod rá decir “ esta noche
h ab ía o no h ab ía ta k s ü ” , pero no puede
reprocharse la falta dé chikará.
B ay, “ v ien to , resp iro” , d e fin e nor
m alm en te la presen cia deí actor: se usa la
e xp resión “ p en g u n d a b a y u ” para subrayar
la b u en a d istrib u ción de ía energía en un
a cto r. C om o eí k i-h a i jap on és, en c u an to a
“ resp iro” , así c o m o el b a y u b a lin é s in ter
p reta litera lm en te e l crecer y d ism in u ir de
u n a fuerza q u e e le v a el cu erp o e n te ro y
d ic h a co m p lem e n ta r ie d a d gen era v id a .
ENERGIA
88
Animus-Anima
Venilia y Selacia eran dos diosas de los
romanos: una era la diosa de la ola que viene
a la orilla, la otra era la diosa de la ola que
vuelve al mar. ¿Por qué dos diosas, si la ola
es sólo una, si el agua que viene y el agua
que va es siempre una misma agua?
La fuerza y la sustancia son iguales,
pero la dirección y la cualidad de ía energía
son distintas y opuestas. El mismo variar de
la energía en la oía, ía misma danza de las
dos diosas puede descubrirse en el sustrato
pre-expresivo del actor, en ei entretejerse de
los dos perfiles de su energía bifrontal: ener-
gm-ánima y energía-íwwmws.
Antes de que fuera pensada com o uria
sustancia puramente espiritual, antes de
haber sido hecha platónica'y católica, eí
“ ánim a” era un viento, un flujo continuo
que animaba el m ovim iento y ía vida del
anim al y deí hom bre. En muchas culturas
no só lo en la griega, se comparaba ai cuerpo
con un instrumento de percusión: el ánima
es el latido, la vibración, eí ritmo.
Este viento — vibración y ritm o—
puede cambiar de rostro y seguir siendo el
m ism o, gracias a una sutil mutación de su
tensión interna. D ecía B occaccio, com en
tando a.Dante y reepiíogando la actitud de
una cultura milenaria, que cuando ánima,
el viento vivo e íntim o, tiende hacia el ex
terior y desea algo, entonces se transforma
en animus (en latido, soplo, respiro).
_ 13. K a n - ic h i H a n a y a g h i, a c to r de te a tro K a
b u k i, e n el p a p e l de u n a jo v e n geisha. E n un
p r in c ip io , h a c ia la m ita d del sig lo X V í , el K a b u k i
era re p re se n ta d o só lo p o r a c tric e s p e ro desp ués su
e x h ib ic ió n se v o lv ió d e m a s ia d o lic e n c io s a , el
g o b ie rn o d el S h o g u n , p o r m o tiv o s d e m o r a l so
c ia l, p ro h ib ió a la s m u je res re p re se n ta r en p ú b lico
y decretó qu e lo s pap eles fe m e n in o s d el K a b u k i
fue sen so sten id o s so lam ente p o r h o m b re s. T a le s
acto res fu e ro n lla m a d o s onnagata. E n v ir t u d d e
este d e c re to , y m á s b ie n g ra c ia s a é l, lo s onnagatas
p u d ie ro n d e s a rr o lla r u n a s e rie de té c n ic a s r e f i
n a d a s y e la b o ra d a s p a ra a c e rc a rs e a la in te r p re
t a c ió n d e l a m u je r , a lc a n z a n d o v é r t ic e s de
p e rfe c c ió n ta le s q u e to d a v ía h o y la fa s c in a c ió n d el
K a b u k i es en g ra n p a rte d e b id o a su a rte . L a
a n tig u a y esta b le tr a d ic ió n ja p o n e s a de in té rp re te s
m a s c u lin o s p a r a p ap ele s fe m e n in o s — q u e se i n
v e n ta p o r a n á lo g o s m o tiv o s ta m b ié n en o tro s
te a tro s de A s ia , c o m o la O p e r a de P e k ín o ei
K a t h a k a li— m u e s tra c o m o es p o sib le h a c e r de
p e n d e r 1a in te rp re ta c ió n n o d e l se x o del a c to r s in o
m a s b ie n de su m a n e ra de m o d e la r la e n e rg ía .
ENERGIA
14. Ei a c to r K. N. V ija y a k u m a r in te r p re ta un
p a p e l fe m e n in o d el te a tro K a t h a k a li en e l ISTA de
H o ls t e b ro (1 9 8 6 ),
ENERGIA
Keras y manís
Paradefinir la energía en Bali se habla
de bay (viento), en Japón de ki-hai (espíritu,
respiro) en antropología teatral se usa el
término anitnus (del latín: aire, respiro):
pero ¿cuáles son los pasos concretos para
hacer elevar este viento que anima ías ac
ciones del performer? Es el dom inio de posi-
c io n e s p re c isa s q u e se b a san en úna
diferencia bien articulada de tensiones de
licadas y duras isoft o sí ron g). Lo podem os
observar en Bali: de hecho todas las for
mas de danza están construidas sobre una
serie de oposiciones entre keras y manís.
Keras significa fuerte, duro, vigoro
so; manís significa delicado, blando, tierno.
Los términos manís y keras pueden apli
carse a diferentes m ovim ientos, a las p o
siciones de las distintas partes del cuerpo en
una danza, a los m om entos sucesivos de una
m ism a danza. Si se examina una posición de
base de ía danza baíinesa, se observa que
ésta, a los ojos de un occidental, puede pa
recer extravagante y fuertemente estilizada,
es el resultado de una alternancia de partes
deí cuerpo en posición keras y partes del
cuerpo en posición manis” . (Eugenio Barba,
Antropología teatral)
Examinando la posición de Jas (ía hija
m enor de I M ade Pasek Tem po) caracte
rística de la marcha (il. 16 a y b), hem os
m arcado las partes en keras y manis: aquí
añadiremos que tam bién el diafragma tenso
está en keras. Es éste un aspecto caracte
rístico en toda A sia, a menudo ayudado por
el traje: para mantener comprimido el dia
fragm a tanto en Bali com o en China, utiliza
fajas bajo el traje y ceñidos cinturones: en
Japón eí característico obi que sujeta el ki
m on o entre eí pecho y las caderas, es ceñido
m ucho más fuerte que en la vida norm al.
Hem os extendido la visión deí keras y
del manis a una cultura teatral diferente del
área baíinesa: a pesar del cambio de actitud
general, étnico podríam os decir, es sorpren
dente la analogía de algunos detalles keras
y manis. Obsérvese la posición del cuello
encajado entre los hombros que va de uno de
los primeros arlequines de la C om m edia
delPArte (el actor Tristano Martinellí) (ií. 18),
a Scaramouche (el actor italiano Tiberio
Fiorilli) (ií. 19).
93
ENERGIA
L a sy a y ta n d a v a
95
ENERGIA
Tamé
Al concepto de koshi la term inología
del N ó y del Kabuki añade otro com plem en
tario sobre cóm o crear una nueva calidad de
energía; al igual que en física la energía no
debe degradarse y no desaprovecharse,
también en el actor es necesario construir
una especie de oposición que com o un dique
sea capaz de retener la energía constante
mente producida y renovada por el actor. Es
el tamé.
“ Tanto en el N o com o en el Kabuki
existe la expresión tamerú , que puede repre
sentarse por un ideograma chino que sig
nifica acumular, o por un ideograma japonés
que significa doblar , en el sentido de doblar
algo al mismo tiempo flexible y resistente,
com o por ejemplo: una caña de bambú.
Tamerú indica el retener, eí conservar. De ahí
el tamé, la capacidad de retener las energías,
de absorber en una acción limitada en el espa
cio las energías necesarias para una acción
más amplia. Esta capacidad pasa a ser, por
antonomasia, una forma para indicar ei talen
to del actor en general. Para decir que el
alumno tiene o no tiene suficiente presencia
escénica, suficiente fuerza, el maestro le dice
que tiene o no tiene tame”. (Eugenio Barba,
Antropología teatral: primeras hipótesis.)
En esta p osición (il. 35) K atsuko
A zum a, aunque sepultada por el rico kim o
n o, deja ver la oposición creada entre la
fuerza que la retiene: eilo puede verse en el
cuello y en las m anos, pero la estructura
oculta de la energía está situada en una
curvatura de la colum na vertebral, io s
brazos y las piernas comprimidas com o
en un m uelle aplastado. En esta posición de
una caíd a h acia delante q u e n u n ca se
producirá, la actriz suspende la acción no
visible pero sigue mostrando la energía que
la recorre. Y en realidad tanto el koshi
c o m o el tam é son la form a en que el actor
consigue transformar la inm ovilidad en
acción, llegar al cuerpo dilatado (cfr. Pre-
expresividad), no a través de la am plifica
ción de los m ovim ientos en el espacio, sino
a través de las tensiones dentro del cuerpo.
En Japón tod o esto se describe tam bién con
palabras: se habla claram ente, en efecto, de
energía en el espacio y de energía en el tiem
po.
98
ENERGIA
Freno de ritmos
La dosificación de energía en el tiem
po y en el espacio del actor se transfiere
también al bios y al ritmo del espectáculo
com pleto: M eyerhold definía esto com o
freno de ritmos. Veamos aquí la práctica
del freno de ritmos en dos espectáculos del
m ism o M eyerhold: El profesor Bubus de
1925 y El Inspector general de 1926.
El espacio escénico de El profesor
Bubus (il. 40, 41) prevé un gran escenario
sobre el cuaí los actores se mueven al ritmo
de una música continua de fondo consti
tuida por 46 fragm entos de Listz y Chopin:
también su form a de hablar es ei resultado
de com binaciones de ritmos largos y breves.
En 1926, en su libro Octubre teatral, Gaus-
ner y Gabrilovitch describieron así los resul
tados: “ Eí freno de ritmos en Bubuspermite
descubrir que la com binación de segm entos
de tiem po puede adquirir sentido; ofrece
además un nuevo procedimiento teatral de
extrema importancia.
Fue en esta ocasión que se reveló el
a c to r de tempo O k h lo p k o v , quedando
hasta hoy com o único en su género. Repre
senta “ en el tiem po” coft sus segm entos, los
largos y los breves. A sí construye el papel
del general Berkovetz en Bubus, enteramen
te en sus alternancias; que acum uladas, dan
la im presión de sentimientos: ansia, alegría,
desesperación, codicia, mientras el juego
m ím ico no se une más que com o material
auxiliar.
V em os la escena en la que el general
es llam ado al teléfono por el capitalista Van
K am perdaf. L os elem entos m ím icos solos
—juego de la vista, m anos y sucesiones de
encogim iento del cu erpo— no expresan
nada si no fuesen sostenidos por eí tempo
que confieren todo su sentido.
Entonces se llama aí general al telé
fon o. Con un m ovim iento brusco levanta ía
cabeza y mira al sirviente: och o segundos.
Su vista queda inm óvil, pero la duración de
la pausa revela su ansia. Se levanta impre
vistamente y queda quieto: diez segundos.
La tensión de la ansia sube: catorce segun
dos. Saluda lentamente: quince segundos.
Desliza la m ano en el chaíeco de su uniform e
y la retira rápidamente: cuatro segundos. El
contraste entre el tempo lento de la grada
ción precedente y la repentina descarga final
anuncia que la com unicación telefónica
debe ser desagradable.
in n
La mímica (muy reducida) y los gestos
(acortados) no juegan más que un papel
secundario: son señales que sirven para sub
rayar la sucesión de segmentos del tiempo
(. . .) Sin duda que este tipo de repre
sentación —a tempo — actúa más fuerte que
la mímica. Tenem os entonces en Bubus la
dem ostración de un nuevo género de repre
sen tación , por un actor que ha sabido
penetrarse.
Presentando en 1926 su puesta en es
cena de El Inspector general, M eyerhold
explicó el uso del bajofondo musical com o
una restricción del tiem po. La m úsica no
sólo regulaba ías intenciones y ei timbre de
la batuta sino debía acompañar los diálogos
de los actores, a veces con variaciones m e
lódicas, otras con sucesiones contrastadas.
Cada personaje tenía su tema musical com o
un leitmotiv de W agner.
En estas restricciones del tem po se
acompañaba tam bién la restricción del es
pacio: no más grande que ia plataform a de
Bubus (il. 41), sino un escenario semicir
cular sobre el cual se abrían quince puertas
laqueadas rojas y al centro una plataform a
de dim ensiones reducidas (3.55 x 4.25 m .).
Sobre esta pequeña área de ia plataform a se
concentraba todo el espectáculo (il. 43).
Un espacio escénico así restringido
obligaba a los actores a una conciencia ex
trem a de los m ovim ientos más detallados y
d eí ritm o general deí esp ectácu lo a m a
nera de no romper la unidad de la tensión
musical y escénica. M eyerhold comenta:
“ en Bubus se representaba bien porque fue
creado un bajo fondo musical que servía
com o auto-control. Se quería hacer una
pausa pero la m úsica apremiaba. O sea, se
nos quería dejar andar im provisadam ente y
en cambio nada, todo estaba perfectamente
concatenado en planos unidos continuos,
tanto es verdad que m uchos han percibido
eí espectáculo com o un ballet dram ático” .
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m EQUILIBRIO
Equilibrio extra-cotidiano
El elem ento com ún a las imágenes de
íos actores y bailarines de diferentes épocas
y diferentes culturas es el abandono, al man
tener la posición, de un equilibrio cotidiano
en favor de un equilibrio precario o extra-
cotidiano que exige un esfuerzo físico ma
yor; que implica al cuerpo entero, pero es
te esfuerzo hace que las tensiones del cuerpo
se dilaten y el cuerpo del actor nos parezca
ya vivo antes de que el actor empiece a ex
presarse.
Los actores de las distintas tradiciones
teatrales orientales han codificado la con
quista de un equilibrio distinto en posicio
nes de base que el alumno debe conocer y
alcanzar a través del ejercicio y el entrena
m iento. En la India, por ejem plo (il. 2), el
cuerpo aparece truncado por una línea ar
queada com o una S que pasa a través de la
cabeza, el tronco y las caderas; esta posición
fundamental se denom ina tribhangi, literal
mente tres arcos . También nos es conocida
a través de ia estatuaria de los tem plos,
extendida en toda la zona asiática de reli
gión budista: y por este cam ino el tribhangi
penetró en la cultura de un territorio que se
extiende desde el Nepal hasta el Japón, (cfr.
también Oposiciones p. 241.)
También en el teatro occidental en
contram os una cultura del equilibrio preca
rio com o muestra este actor de la C om m edia
dell’Arte del siglo XVIÍ (il. 1), que parece
exhibirse también en un tribhangi. Obser
vem os un esquem a de ias dos figuras (il. I y
2): en los dos casos el actor ha deform ado
la posición cotidiana de las piernas, la forma
de apoyar e íp ie en el suelo reduciendo con
siderablemente la base de apoyo. A m bos
cuerpos aparecen truncados según una misma
línea.
La más reciente tradición occidental
del teatro, al separar al actor de! bailarín,
no practica las alteraciones d d equilibrio
salvo en el caso de técnicas altamente codi
ficadas com o la pantom im a (il. 3) o la danza
clásica (ils. 8-9; tam bién pp. 250-251).
106
EQUILIBRIO
E quilibrio de lujo
5 . E v g e n i V a j ta n g o v ( í 883-1922) en u n a p o
s ic ió n d e e q u ilib rio p re c a rio en el pap el d e b u fó n
en la Doceava noche de S h a k e s p e a re (E s t u d io de
T e a t r o d e A r t e de M o s c ú , 1 9 1 9 ).
6 . G r e te W ie s e n th a l, e xp o n e n te en lo s a ñ o s
tr e in ta d e la d a n za e x p re s io n is ta s a le m a n a , e n u n
p a so de e x c e p c io n a l e q u ilib r io p re c a rio en la c o
r e o g ra fía Donan walzer.
107
Técnica extra-cotidiana: búsqueda de
una nueva postura
«En ei teatro N ó japonés el actor ca
mina sin levantar los pies del suelo. Avanza
siempre arrastrando los pies sobre ei es
cenario. Si se intenta caminar com o un actor
N ó, se ve obligado a doblar ligeramente las
rodillas, lo que im plica una presión de la
colum na vertebral — y por lo tanto de tod o
el cuerpo— hacia el suelo. Es exactamente
la posición que se adopta cuando se quiere
tomar un im pulso dispuesto a ser dirigido
hacia cualquier dirección posible.
En el teatro Kabuki, también en Japón,
existen dos estilos diferentes: eí aragoto y e!
wagoto. En el aragoto o estilo exagerado, se
aplica la denominada ley de la diagonal: 1a
cabeza del actor debe hallarse en el extremo
de una línea diagonal fuertemente inclinada
cuyo otro extremo está constituido por uno
de los dos pies. T odo el cuerpo se mantiene
en un equilibrio alterado y dinám ico sos
tenido por una sola pierna. Esta posición es
la contraria a la del actor europeo, que para
ahorrar sus energías asume una posición de
equilibrio estático que requiere eí mínim o
esfuerzo.
Eí wagoto es eí den om in ad o estilo
“ realista” del Kabuki. El actor practica una
form a de m ovim iento que recuerda eí prin
cipio del tribhangi de la danza clásica hindú.
Tribhangi significa “ tres arcos” .
En el Odissi hindú, el cuerpo de las
danzarinas debe arquearse com o en una S
que pasa a través de la cabeza, los hombros
y las caderas. En toda la estatuaria clásica
hindú el principio de la sinuosidad del tri
bhangi parece evidente. Sin em bargo, en el
wagoto del Kabuki, el actor desplaza su
cuerpo en una ondulación lateral. Este m o
vim iento ondulatorio com porta una acción
continua de ía colum na vertebral que pro
duce incesantemente un cam bio del equi
librio y por tanto una relación entre el peso
del cuerpo y su base: los pies.
En el teatro balinés, el actor-bailarín
se apoya sobre ía planta de los pies. Pero
levanta todo lo posible ía parte anterior y los
dedos. Esta disposición reduce casi a la mitad
ía base de apoyo del cuerpo. Para evitar
caerse el actor se ve obligado a abrir las
piernas y a doblar las rodillas. El actor Ka-
thakali se apoya sobre los lados externos de
los pies, pero las consecuencias son las mis
mas. Esta nueva base implica un cambio
profundo del equilibrio, que tiene com o re
sultado una posición en que las piernas están
abiertas y las rodillas dobladas.
En Europa, la única form a codificada
de representación es ía danza clásica. Hay
en ella com o una intención de obligar al
bailarín a moverse en un equilibrio precario
desde las primeras posiciones de base. Esta
intención aparece clara en el esquem a de
los m ovim ientos com o los arabesques o las
altitudes donde to d o el peso deí cuerpo
reposa sobre una sola pierna, a m enudo
incluso sobre las puntas. U no de los m o
vim ien to s más ím portanes de la danza
clásica, el plié, consiste en bailar con las
rodillas dobladas, una óptima posición de
partida para una pirueta o un salto.
A quí cabría preguntarse por qué en
todas ías form as codificadas de representa-
ción tanto de Oriente com o de Occidente se
encuentra esta constante, esta “ ley” : una
deform ación de la técnica cotidiana de ca»
minar, de desplazarse en el espacio, de man
tener el cuerpo inm óvil. Esta deform ación
'de la técnica cotidiana, esta técnica extra-
cotidiana, se basa esencialm ente en una alte
ración del equilibrio. Su finalidad es una
situación de equilibrio permanentemente
inestable. Al rechazar el equilibrio “ natural”
el actor oriental interviene en el espacio con un
‘*equilibrio de lujo” , un equilibrio en aparien
cia inútilmente complejo, superfino y que re
quiere muchas energías». (Eugenio Barba,
Antropología teatral: primeras hipótesis.)
110
EQUILIBRIO
111
' ‘La inmo vilidad no es un obstáculo para
sentir el m ovim iento: es un m ovim iento puesto a
un nivel que no tolera los cuerpos de los espec
tadores sino su m ente”, (Matisse, en una en
trevista concedida a Charbonnier en 1951.)
Equilibrio en acción
El equilibrio dinám ico det actor, ba
sado en ías tensiones del cuerpo, es un equi
librio en acción: ello genera en el espectador
la sensación d eí'm ovim iento aun cuando
hay inm ovilidad.
Los artistas atribuyen una gran im
portancia a esta cualidad; cuando una fi
gura pintada carece de ella, según Leonardo
da Vinci está doblem ente m uerta, ya que
está sin vida porque es una ficción y vuelve
a estar muerta al no mostrar m ovim iento ni
en la m ente ni en el cuerpo. Tam bién los
actores y los bailarines deben teher en cuen
ta en su trabajo la im agen fcinestética de su
propio cuerpo: es decir, las sensaciones qué
se desprenden de los m ovim ientos de los
órganos de su propio cuerpo.
115
¿P or qué el acíor aspira a un
equilibrio de lujo? ¿Q ué significa
para el espectador la alteración del
equilibrio en el actor?
«E n ia dan za — co m o en el teatro— el
artista, su in stru m en to (el cu erp o), y su obra
están fu n d id os en un ún ico o b jeto físico: el
cuerpo h u m an o. U na co n secu en cia curiosa
de ello es que la dan za es creada esen cial
m ente en un m éd iu m d istin to a aqu el que
se m uestra al pú blico: un esp ectad or, en
e fe c to , disfruta d e una obra de arte estricta
mente visual. Tam bién el bailarín, a veces, se
sirve de un espejo: tam bién él, a veces, o b
tien e una im agen visual m ás o m en o s vaga
de su propia ejecu ció n , y, natu ralm ente, en
c u an to m iem b ro de un grupo o en cu an to
c o re ó g ra fo , puede ver la obra de lo s dem ás
bailarines: pero por to q u e se refiere a su
cuerp o crea, b ásicam en te, en el m édium de
las sen sacion es kin estéticas presentes en su
m u scu latu ra, en sus ten d o n es, en sus articu
lacion es . E ste h ech o m erecería ser se ñ a la d o ,
aunque só lo fuera p orqu e algu n os e sleto -
lo g o s han so sten id o que ún icam en te lo s sen
tid os “ su p eriores” de la vista y del o íd o
pueden constituir m ed ios expresivos artís
tico s.
T o d a form a kin esíética es d in ám ica.
M ich otte ha o b servad o q u e *i o s m ovim ien
tos p arecen ser in d isp e n sa b le s en la e x is
ten cia fen o m én ica del cuerpo; y la p ostura
prob ab lem en te só lo se experim en ta en la
fase term inal del m o v im ie n to ” . M arleau
P o n ty observa: “ m i cuerpo se m e aparece
c o m o un even to p o slu ra l” ; y , contraria
m ente a los o b je to s ob servad os visualm en-
te, no p osee una esp acialid ad de p o sició n
“ c u a n d o m e en c u e n tr o a n te m i e sc rito rio
y m e a p o y o sob re él con am bas m a n o s, to d o
m i cuerpo parece ond ular tras ellas c o m o la
co la de un a com eta; no es que n o sea c o n s
ciente de la c o lo c a ció n de m is h om b ros o de
m is caderas, pero lo ú n ico q u e está im p lícito
es ia c o lo c a ció n de m is m a n o s, y to d a mi
p o sició n resulta legible a través del h ech o de
q u e éstas se ap oyen en la m e sa ” .
Eí bailarín con stru ye su propia obra a
través de la sen sación de te n sió n y relaja
c ió n , el se n tid o dei eq u ilib rio, que distin gue
la estab ilid ad de la vertical, de las arries
gad as aventuras del saltar y de! caerse. La
natu raleza din ám ica de las experien cias k i
nestéticas es la clave de la sorprendente c o
rresp ondencia entre !o q u e eí bailarín crea
sob re la base de su se n tid o m uscular y ías
im ágen es de su cuerp o vistas por el p ú b íico.
La cualidad d in ám ica es el elem en to com ú n
qu e u n ifica lo s d o s d istin tos m ed ios expre
sivos; cu an d o e l bailarín levan ta ei b razo,
116
e x p e r im e n t a e n p r i m e r lu g a r la t e n s ió n d e l
l e v a n t a m i e n t o : u n a s e n s a c ió n p a r e c id a es.
c o m u n ic a d a v i s u a lm e n t e al e sp e c ta d o r a
t r a v é s d e la im a g e n d e lo s m o v im i e n t o s d e l
b a ila r ín . ( . . . )
P o r ú l t i m o , e s in d is p e n s a b le e n la e j e
c u c ió n d e l b a i l a r í n y d e l a c t o r q u e lá d i n á
m ic a v is u a l se a m u y d is t in t a a la s i m p l e
l o c o m o c i ó n . H e o b s e r v a d o a n t e r io r m e n t e
q u e e l m o v im i e n t o p a r e c e m u e r t o c u a n d o
s ó lo d a u n a i m p r e s ió n d e d e s p l a z a m i e n
t o . C ie r t a m e n t e , d e sd e e l p u n to de v is ta
f í s i c o , t o d o m o v im i e n t o e s t á c a u s a d o p o r
u n a f u e r z a , p e r o io q u e im p o r t a e n la e j e
c u c ió n a r t í s t i c a e s la d i n á m i c a t r a n s m i t i d a
v i s u a lm e n t e a l p ú b l i c o , p o r q u e s ó lo l a d i n á
m i c a p r o d u c e la e x p r e s ió n y e l s i g n i f i c a d o » .
( R u d o lf A r n h e im . A rte y percepción visual.)
30-3 3, L a a c t r iz íb e n N ag e l R a s m u s s e n en
a lg u n o s e je rc ic io s so b re e! e q u ilib rio d u ra n te el
tr a in in g del O d in T e a tre t (1 9 7 1 ).
3 4 . L o u is J o u v e t (1 8 8 7 -1 9 5 1 ), en la fo to a la
iz q u ie r d a , en la Escuela de mujeres de M o lie re
(T e a t ro dei A te n e o , P a r ís , 1936). E l d e s e q u ilib rio
en e sta escena se tra d u c e en ei am ag o de u n p u n
ta p ié y el c o n s ig u ie n te c a stig o de q u ie n d e b e ría
h a b e rlo re c ib id o . N o h a y qu e o lv id a r q u e en ei
te a tro d e n o m in a d o te a tro a la italiana eí e s c e n a rio
se h a lla b a fu e rte m e n te in c lin a d o h a c ia el p a tio de
b u t a c a s : este uso q u e fa v o re c ía ía d is p o s ic ió n en
p e rs p e c tiv a de la e s c e n o g ra fía , o b lig a b a a l a c to r a
a b r ir la s p ie rn a s p a ra m a n te n e r el e q u ilib r io . E !
uso d el e sc e n a rio in c lin a d o en el te a tro e u ro p e o
fu e a b a n d o n a d o h a sta fin a le s d el sig lo X I X .
3 5 . C o rte del T e a t r o de la S c a la de M ilá n ,
te rm in a d o p o r el a rq u ite cto ita lia n o G iu s e p p e P ie r-
m a r in i (1 7 3 4 -1 8 0 8 ) en 1778: nó tese la fu e rte in
c lin a c ió n del e s c e n a rio .
Equilibrio e imaginación
En la perspectiva de estudiar “ Ías re
lacion es entre la actividad tó n ic a postural
(sistem a regulador del equilib rio de base que
perm ite al hom b re m antenerse en p o sic ió n
erguida y m antener su eq u ilib rio en el es
p acio) y la expresión m o to ra que con d u ce al
g esto y a la p a n to m im a ” se han realizad o
exp erim en tacion es sob re d iferente su jeto s,
en este c a so un actor y u n 'd ep ortista, para
analizar las bases fisio ló g ic a s del co m p o r
tam ien to.
“ D esde el p u n to de vista fisio ló g ic o ,
el sistem a de equilib rio está con stitu id o por
varias term in acion es sen so rio-m otrices que
com pren den elem en tos extern ocep tívos (v i
su ales, au d itivos, táctiles) y p rop iocep tivos
(m uscu lares, te n d in o so s, articulares y ves
tibulares). El bu en fu n cion am ien to de estos
sistemas permite al hom bre conservar la pro
y e cc ió n d e su cen tro de g ra v ed a d d en tro
deí p o líg o n o de base. S ab em os que tan to en
p o s ic ió n erg u id a c o m o en p o s ic ió n de
rep oso, el hom b re jam ás perm anece in m ó-
vil: oscila sigu ien d o ritm os particulares y
c o m p lejo s q u e son el resultado de la a c
tividad de los d istin tos sistem as reflejos sen
sorio-m otores q u easegu ran la regu íación de
la actividad tónica postura!. Las o sc ila c io
nes del eje del cu erp o tien en u n a am p litu d
y una frecuencia determ inadas que p o d e
m os cuantificar gracias al statok in esím etro
(il. 37).
El statok in esím etro p rop orcion a, d u
rante un determ inad o p eriod o de tiem p o ,
algunas in fo rm a cio n es sob re ia p osición:
— loca liza la p o sició n de la p royec
ción del centro de gravedad del cuerp o en
relación al cen tro de! p o líg o n o de ap oyo;
— valora la frecuencia y ía am plitud
del desp lazam ien to;
— sigue el fen óm en o en el tiem p o y en
el espacio.
• G uan do el su jeto es d ep o sita d o sobre
la p la ta fo rm a , los resu ltad os que se o b tie
nen en el o sc ilo sc o p io del ap arato, desp ués
de un tratam iento electrón ico, son de la
sigu ien te form a:
— vectorial, d on d e están a cu m u lad os
los d esp lazam ien tos an terop osteriores y la
terales. Es eí statok in esigram a (il. 38);
— lin eal, d on d e los desp lazam ien tos
an terop osteriores so n d iferen ciad os de los
laterales y desarrollados en el tiem p o. E s et
stab ilogram a.
En et prim er caso se m ide la su perficie
recorrida por el sp ot (m m 2), en el segu n d o
c a so la longitud del h ilo recorrida por eí sp ot
(cm ). L os c u a tro c ír cu lo s c o n c é n tr ic o s de
la p an talla del o sc ilo sco p io correspon den a
u m b rales d ife re n te s de p resión ejercid a
sob re la p lataform a cu yos valores de 5 , 1 0 y
EQUILIBRIO
47 48
La danza ignorada de Brecht
Más allá de todas sus teorías, el im
pacto de Brecht .como director residía en la
capacidad de hacer emerger la “ vida” de sus
actores. D e esto dan amplio testim onio
quienes han visto sus espectáculos, com o
Modellbücher, a eilos dedicados (ils. 49-51).
En el docum ento único que constituye
el diario de Hans loach im Bunge, su asis
tente para El círculo de liza caucasiano pa
rece evidente la praxis de desorientación y
precisión en eí detalíe por el cual Brecht se
dejaba guiar trabajando sobre el nivel de
organ ización de la p resen cia , de la pre-
e x p r e siv id a d . D u ran te n u m ero sísim a s
pruebas, es como si no se preocupase del
resultado, no quisiese exprimir o decir algo
conocido. Este sobreproceder intuitivo
— “ los pensam ientos se relacionan á sal
to s” , afirmaba— confundía a muchos de
sus actores, destruía premisas ideológicas y
representativas, hacía emerger en los per
sonajes y en las secuencias asociaciones y
significados inesperados.
E jem plar, después de diez d ía s, es
la c o n str u c c ió n por p a rte de H e le n e
W eigel del com portam iento escénico de la
mujer del gobernador (il. 51). Para este pro
pósito es interesante el comentario de Bunge
que proyecta sobre el personaje un valor
socio-estético que no fue el punto de partida
sino el resultado dado del proceso de tra
bajo de W eigel.
Un libro indispensable para com pren
der el com portam iento de Brecht con sus
actores en privado, así com o su trabajo (un
campo hasta ahora poco estudiado), es el de
C. M eídolesi y L. Oíivi, Brecht director (Bo-
loña, 1989), del cual extraemos estos frag
mentos del diario de Bunge:
27/11/1953
7 o día de ensayos
Cuando dirige, parece que Brecht o l
vida que es el autor del texto: a m enudo se
tiene la impresión de que ve el texto por pri
mera vez (. . .) A veces se enoja frente a
ciertos acontecimientos del texto o explica
algunos puntos poco claros. Brecht pregunta al
intérprete de Azdak: “ Pero ¿cómo es verda
deramente?” ; y Busch contestaba riéndose:
“ Esto ciertamente no lo sé, no soy el autor” ; y
Brecht: “ No nos debemos atener siempre al
autor” .
8o día de ensayos
Dos abogados tienen su discurso de
defensa.
Brecht tiene una idea: “ Debe parecer
una danza, un baííet. Por todo esto reciben
500 piastras” .
EQUILIBRIO
125
EQUILIBRIO
126
Ptihío. Picasso (IS8I- ¡973): detalle
de < í tu1ni i ca Y IV3 7), Musco de! Praüo.
Madrid.
ar*
; ’^r "
-'j ■
■
■Í
;
« l-;¡ a r l e os el e q u i v a l e n t e d e ¡u
naturaleza» (P ica sso ),
« K q u i v a l e n c i a : t e n e r ei m i s m a
v a l o r a p e sa r tle s er d i f e r e n t e » (d e un
diccionario).
« T r a d u c i r el v i e n t o i n v i s i b l e a
t r a v é s de l a g u a (¡tie lo e s c u l p e al
\\ p a s a r » ( K o b e r l Sírcs son ).
« P o r e j e m p l o en ¡m puerta de la
barrera ( S e k ¡ n o f o . 1 7 8 4 ) e n el
m o m e n t o en q u e se c a n t a " K i - y a -
±í:;X■,.
.
l i o ” , eí a e t o r n o tie ne en cu e n ta q u e
e s t a s p a l a b r a s e s t á n e s c ri ta s c o r t e a Hic
i e r e s (¡ue s i g n i f i c a n r e s p e c t i v a m e n t e
"viv ien te” , ' ‘salv aje’’ y “ n o c h e " , y
m i m a en su l u g a r l o s h o m ó f o n o s
" á r b o l ” , " fle c ita ” y ' ‘bastón’ ’. Tal
vez sea ésta la tínica f o r m a de dan/ a
en el m u n d o b a s a d a en un j u e g o de
p a l a b r a s » { J a m e s R . ü r a n d o n , í'orma
del teatro Kabuki).
FrV nT V AT F N H A
V j \ j i t r \ M - j i 1 1 \ -
El arte como equivalencia
Si se observa en la vida cotidiana una
m ano distinguiremos enseguida que cada
dedo está anim ado por una tensión que es
distinta a la que anima los dem ás dedos. En
la forma codificada de cóm o mantener el codo
en la angulación de la m uñeca, en el doblar
los dedos, eí actor orienta! ha reconstruido
un equivalente de la variedad de tensiones
en la vida real. El arte no com o reproduc
ción sino com o equivalente de ía naturaleza
ha sido eí método de los grandes artistas. La
variedad de las tensiones en la muñeca y en
los dedos del D avid de M iguel A ngel anim a
la piedra con esa energía en perpetua trans
form ación característica de la vida (ils. 1-2).
U tilizando el contrapeso se alcanza la equi
valencia.
La bélle courbe presentada por In
geniar Lindh (ils. 5-11) es un buen ejem plo
del ju ego de las tensiones extra-cotidianas
en el cuerpo del m im o según la escuela de
Decroux: pero a través de su análisis se
puede comprender también cóm o, utilizando
el contrapeso, se puede alcanzar ía equiva
lencia y qué función desem peñan las distin
tas partes del cuerpo del actor.
En cada figura (ils. 5-11) el tronco y
las piernas nó cambian nunca de posición
—la belle courbe— mientras varía la p o
sición de los brazos. Las piernas dividen
el peso del cuerpo respetando el principio
del contrapeso: la pierna estirada hacia atrás
(il. 3 a y b) es tan sólo un puntal del equi
librio (contrapeso) mientras que el peso del
cuerpo reposa íntegramente sobre la pierna
doblada hacia delante; esta última parece
recorrida por una plom ada que arranca de
los hom bros y termina en eí centro del arco
del pie. La pierna estirada hacia atrás, al
funcionar com o contrapeso, puede moverse
e incluso levantarse sin com prom eter la p o
sición del cuerpo y su equilibrio.
La belle courbe no es una posición
elegida arbitrariamente por el m im o para
conferir u a equilibrio precario a su propio
cuerpo; obecede no tan sólo a una exigencia
130
EQUIVALENCIA
16
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ÍVK
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28-29. El uso dei arco en dos farsas Kyogen: Gan Tsubute (una oca y un guijarro) y Fumi Yamadachi (los bandidos cobardes).
Representadas en ei escenario tradicional del Nó (cfr. Pies) como intermedios humorísticos entre los dramas No ,pero con una
actuación más realista. No obstante esta acentuación realista, los actores de Kyogen utilizan pocos accesorios y, en particular, como
en el Nó, se sirven del abanico. En estas estampas, el arco y la flecha están dibujados explícitamente para mavor claridad y legibilidad
d,e las ilustraciones: de modo que si la flecha fuese disparada, se dirigiría hacia"el público (aquí no representado) que por ío general se
sienta rodeando el escenario por los tres lados. Si bien el principio de la equivalencia puede ser válido en cualquier arte, diferentes
convenciones regulan su1empleo: a veces aquello que es válido én la representación teatral no es válido en el arte figurativo.
30-38 Kosuke. Nóm.ura en una demostración de tiro con él arco en Kyogen en el ISTA de Voltérra (1981).
39-41. Algunas posiciones de la demostración anterior pero realizádas con traje y accesorios. Obsérvese que el cuerpo del actor
está casi irsimetizado por ¡el kimono: el traje oculta la tensión hacia arriba provocada por la pelvis y por la forma de tener
dobladas hacia abajo las puntas de los pies: sin embargo los rectos pliegues del akama (la lujosa falda-pantalón ceremonial que
llevan los hombres sobre el kimono) y el aplom b de las grandes mangas parecen reflejar, bajo una nueva equivalencia, la tensión de
la acción. El abanico, por último, no es ornamental sino que alude al arco, así como en otras ocasiones, casta guisa de varita mágica,
remite a infinitos m o s equivalentés.
134
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T irar co n el arco
E s t e e j e r c i c i o d e b i o m e c á n ic a d e M e -
y e r h o ld ( i l . 4 1 ) m a n if ie s t a n o c ó m o u n a de
s u s f i n a l id a d e s u n a c o n t i n u a v a r i a c i ó n d e la
p o s tu r a d e l ‘ ‘ a r q u e r o ” , c o n e l re s u lta d o de
u n a v e rd a d e r a y p ro p ia “ d a n z a d e l e q u i
lib r io ” . .
Erast G arin, uno de los actores de
M eyerh old en 1922, d escrib e el ejercicio
de la siguiente m anera: «S e tom a con ía
m an o izquierda un arco im agin ario. El es
tud ian te ávanza con el hom b ro izq uierdo al
frente. C u a n d o m ira e! b la n co se d e tien e,
m anteniendo eí equilibrio sobre.am bos pies.
La m a n o d erech a d escrib e un se m icírc u lo
de tal m o d o para alcanzar una flech a en un
im agin ario carcaj detrás la esp ald a. Eí m o
vim ien to de la m an o m ira to d o eí cuerp o,
hacien d o que el equilib rio se traslade sobre
ei pie anterior.
La m ano extrae la flech a y carga el
arco. El equilib rio sé traslada sobre el pie
anterior-. Eí estud ian te m ira el b lan co. Ex
tiende el arco y el equilibrio regresa d e nuevo
sob re el píe posterior. La flech a es d isp ara
da y eí ejercicio ha sido com pletado con un
saíto y un grito.
' - A través de este ejercicio, un o de los
prim eros, e lá lú m n o com en zab a a co m p ren
der por sí m ism o en térm in os de esp a cio ,
c ó m o adquirir un a u to co n tro l físico , d e sa
rrollaba elasticidad y equilib rio; se daba
cu enta q u e el m ín im o g esto — hablar c o n ias
m a n o s— resonaba a través del cuerpo en te
ro; hacía práctica en la así llam ad a d e n e g a
ción (o k ta z). D e esta manera, con este ejercicio
de denegación , entendía ío que vien e antes
q u e el gesto: la m an o que alcan za la flecha
detrás de ía esp ald a. T o d o eí estu d io fu e el
ejem p lo de u n a . “ secu en cia de a ccio n es"
q u ec q m p ren d ía in ten cio n es,rea !Íza cio n esy
reaccion es».
41
136
/.« bailarina americana l.oie i'uuer (1862-1928) en
una célebre danta de velos.
Considerada una precursora de la danza Ubre
moderna, l.oie t'uller, gracias a ¡a utilización de un
vestuario ampliado con el uso de bastones (había
patentado el Invento) buscaba animar una larguísima
túnica de velo blanco. La belleza de la danza era
ampliada con el uso sapiente de fases de luz roja.
l.oie l-uller fu e una de las primeras bailarinas
m odernas en abolir con e i uso de un vestuario
escenográfico y el empleo de luces eléctricas, en la
perspectiva de la escena dei siglo XIX.
« N o se I n d a d e pi n ta r la v i d a , s in o de vo l v er viva la
pinluru» (P ie rre B o n n a rd ).
D im en sio n es, co lores, a d o rn o s fu lg u ran tes,
m áscaras y o íro s accesorios im u sfo rm an a algunos
adores en ti n a v e r d a d e r a e sc en o g ra fía en
m ovim iento í ¡ n e se d e s pl a z a c o n t i n u a m e n t e e n el es
ce n a rio y n os presenta su cesiv am en te d istin tas
pe rs p e c ti v a s y p o r t a n t o d i s t i n t a s d i m e n s i o n e s > s e n
s a c i o n e s . E n t o n c e s ei e f e c t o d e p o d e r y e n e r g ía q u e el
a c t o r e s c a p a z d e d e s a r r o l l a r es p o t e n c i a d o j renviv a d o
p o r las m e t a m o r f o s i s del t r a j e .
ESCENOGRAFIA
Ei v estu a rio crea la e sc e n o g r a fía
139
ESCENOGRAFÍA
14a
ESCENOGRAFIA
!4d
141:
:
ESCENOGRAFÍA
142
ESCENOGRAFIA
19
143
20-25. Katsuko Azuma en la danza Shojo,
león mítico originario de China, que hace girar la
melena. La voluminosidad caracteriza a muchos
dé los trajes balineses, hindúes o japoneses: una
dilatación que comporta un peso para el actor
hasta de 20 ó 30 kilogramos, lo obliga a crear
contra-impulsos que se continúan en la espina
dorsal. Además los accesorios del traje deben
cobrar vida y para ello obligan al actor a traba
jar con todo él cuerpo. El Shojo, ya visualmente
increíble en posición estática, empieza súbitamen
te a agitarse y a trazar circunferencias con su larga
peluca para desembarazarse de molestas mari
posas: debido a la precisión de! cuerpo entregado
a un ritmo cada vez más enérgico y a la peluca
lanzada cada vez más arriba, con mayor inten
sidad y energía, el efecto del traje se multiplica
prodigiosamente.
26. La alteración del equilibrio de este dan
zante maya debida a la inclinación hacia atrás de
la cabeza (cf^. ils. 16-17, p. 112), aparece aquí más
clara: casi con toda seguridad el danzante ha sido
reproducido en la acción de hacer girar el adorno
de su tocado, como en la danza japonesa Shojo.
144
E S C E N O G R A F IA
ESCENOGRAFÍA
27
30 32
146
Arriba: Stanislavski y. Mei l.anfang.
Almio.' Mei l.anfang y Meyerhold.- ,
1:1 ¿ran actor chino Mei l.anjang encontro tí muchos
artistas rusos en /H95. ¡.os encuentros históricos
fueron, al igual t¡ue ¡nachas fotografías, inmortales.
Tenemos ana con Stanislavski, con Tretiakov, con
/üsensfein .)■ con Meyerhold.
Cuando Meyerhold fue hecho prisionero y luego
fusilado en 19)9, desaparecieron todas ¡asfotografías
de sus archivos, incluso esta con Mei Lanfang, que
reaparece recientemente en un álbum dedicado al
actor chino publicado en su país.
D o s « r í e s do la m e m o r i a so c o n f r o n t a n : la
“ m em oria e m p íric a ” q u eso transm ite o ralm en te
a tr a vé s de u n a íertit¡noloí*ía p a r t i c u l a r de r i l m o s
fí s i co s y s o n o r o s , y la b i o g r a f í a p r o f e s i o n a l (lo c a d a
a d o r - l ) a i í a n 11 on el ni o m on to do tr a s p a s a r d i r o c í a
me ií Io a o t r o su e x p e r i e n c i a ; y la " m e m o r i a es c ri ta ,
o h i sí o r t o g r a f í a , b a s a d a s o b r o la d e s c r i p c i ó n de a c o n
t e c i m i e n t o s . re la cio n e s , d o c u m e n t o s , notas, n a
Vi
rr a c i o n e s , r e c u e r d o s , d i v e r s a s r e l i q u i a s v i s ib le s y
d o c t n n o n l a b i o s e » la t e n t a t i v a do r e c o n s t r u i r ,
p e n d r a r y c o n c r e t a r f r a g m e n t o s dol p a s a d o . 1.a (lis
t o n a n o c o m o suc es ión de a c o n t e c i m i e n t o s , si no
c o m o m o d o d e p r e s e n t a r o sla s u c e s i ó n , e s u n a
m e m o r i a q « e se b a s a s o b r e una elección q u e
d e s c r i b i ó n d o s o v n e l v e i n t e r p r o I a c i ó n . 1 .a
h i s t o r i o g r a f í a , p o r lo t a n t o p r e s e r v a un p a s a d o
r e c o n si r u i d o a tr a vés det n t o d o d e v e r y de l « r a d o
de e x p e r i e n c i a do qttien e s c r i b e . l . s t a r e c o n s t r u c c i ó n
es una c o n t i n u a s uc e s ió n de re i n t e r p r e t a c i o n e s . 1.a
h is to ri o; .; ra fia n o c o m o m e m o r i a de ;u(iteHo qu e ya
n o es v is ib le , s i n o c o ti l o “ m o d o de v e r ’ .
I
H HISTORIOGRAFIA
£1 lenguaje enérgico
Ferdinando Taviani
E stos textos son extractos de tres interven La expresión “ energetic language’’ es metafórica y de sabor irónico. Es
ciones de la sesión deIISTA “ Teatro e historio
grafía" realizada en ia Universidad detl’Aquila,
metafórica porque aplica al nivel pre-expresivo del actor un término que deriva de
Italia, en abril de 1989.' algunas tradiciones esotéricas, que creen en la existencia de una lengua primordial
y eficaz (es decir, capaz de transformar y no solamente nominar). Es usada con
ironía porque la eficacia del actor parece derivar de una fuerza misteriosa, mientras
puede ser estudiada con actitud científica y con un sistema experimental. Es irónica
también porque esta expresión no es menos imprecisa de aquellas tentativas
de definición que se sirven de conceptos “ científicos” aplicados al teatro y al
actor de manera inexacta. Dan solamente la ilusión de exactitud. Una imprecisión
consciente es ya una forma de precisión. Una precisión ilusoria en cambio, es la
cúspide de la confusión.
Con eí término “ energetic language**indicamos (we point out) el saber del
actor que sirve para presentarlo vivo sobre la escena; es decir, que construye su
presencia extra-cotidiana en una situación de representación. Podemos individuar
pistas de este saber antes que se vuelva objeto de una explícita consideración
científica, a partir de Stanislavski. De Stanislavski en adelante, ías prácticas del actor
para construir su presencia se han investigado según sus principios generales. Se
puede hablar por consiguiente de una “ ciencia” . El punto provisional de llegada a
esta investigación se ha constituido por la antropología teatral y el concepto de
pre-expresivo que existe desde la base (cf. Pre-expresividad). Pero también antes
que se volviese objeto de consideración científica, el trabajo pre-expresivo existía
como práctica privada de teoría.
Tal práctica era humilde: no sólo porque no podía todavía insertarse en un
campo teórico capaz de ennoblecerla como técnica ligada a una ciencia, sino
también porque miraba los aspectos menos nobles del arte del actor. Es decir,
no atañía a ia interpretación crítica del personaje ni a la particular fuerza expresiva
y creativa que hacía del actor un artista, un creador, y no un simple ejecutor. Las
prácticas pre-expresivas deí actor constituían la cocina del arte. Es natural, por
esto, que los actores hablaran poco o no hablasen en absoluto cuando explicaban
a los demás el trabajo propio. Como arqueólogos, debemos excavar en los documen
tos para encontrar huellas de algunas prácticas que pueden transformarse a su vez
en útiles instrumentos de trabajo para el actor. Se establece el cerco del conocimien
to: desde el trabajo empírico hasta los instrumentos teóricos, que ayudan a poner
en claro zonas poco conocidas de la historia de los actores, y si se quiere, pue
den formular nuevos puntos de partida para la experimentación práctica.
Los ejemplos que siguen se refieren a actores que en ausencia de una tradición
bien codificada inventan una propia técnica personal pre-expresiva: una especie
de danza oculta (oculta para el espectador) que hace viva su presencia escénica.
HISTORIOGRAFIA
“ ¿Pero él era natural?” Siempre me han preguntado. Por supuesto que era
natural como ía luz, pero no natural como el mono [...]
Irving era natural, no obstante altamente artificial [. . .] Era artificial como
parecen ciertas plantas artificiaíes [. . .] como una orquídea, como un cactus
exótico, y tan curiosamente compuesto como lo que nosotros solemos llamar
arquitectural; atractivo como son todas las cosas formadas.
Creo que no hay nadie que lo haya visto en la calíe o en un cuarto, en su vida
privada, que negara que él caminaba perfectamente [...] lo hacía de una manera
correcta y natural pero sólo en ía vida privada. Cuando se paraba a las orillas de
su teatro, en los ensayos, algo era agregado a la pared, una inconsciencia [...] Por
la noche, a Archer, quien excluía los ensayos, le fue entonces permitido entrar al
teatro por un par de horas, advirtiéndole que se sentara en un asiento al otro
lado de los reflectores, Archer frotándose las manos y llorando dijo: “¿Qué puedo
decir de su caminar? ¡No es caminar! ”
Mi querido viejo Archer, estuviste correcto por una vez. No era caminar. ¡Era
bailar!
La danza oculta de Irving no le fue heredada de una tradición. También 1-2. El lenguaje enérgico del viejo Pantalón
Irving —como después hará Stanislavski— saca del texto ías indicaciones para y Arlequín: particulares estampas del Recueil
construir su propia presencia, Pero a diferencia de Stanislavski no se preguntaba Fossard, un álbum de rarísimos grabados del
sobre el personaje: siglo XVI, todas referente a las máscaras de la
Commedia delí’Arte, escogidas por un tal señor
Fossard para Luis XIV. El Recueil Fossard per
No teniendo un lugar en eí cual pudiera entrenar él mismo, Irving recurrió a lo maneció oculto hasta inicios de nuestro siglo
que muchos otros grandes actores ingleses hicieron: tomó a Shakespeare como su cuando Agne Beijer lo descubrió en los archivos
guía y maestro. no catalogados del Museo de Estocolmo y fue
publicado por primera vez en París en 1928 por
[...] Y Shakespeare le ayudó, porque en Shakespeare hay un gran y curioso ritmo, y la editorial de Pierre Louis Duchartre, uno de los
fue esto lo que él capturó [. . .] Irving había cogido los más difíciles ritmos shakes- primeros estudios históricos de la Commedia
perianos, y fue adaptándolos de la acción a la palabra [...] y esto vino a ser el deirArte.
HISTORIOGRAFIA
Cuando él vino al melodrama, a los Bells, The LyonsM ail, o Luis X I >se dio cuenta
de que una mayor cantidad de danza sería necesaria para sostener estas piezas
y fue entonces que, sacando toda su habilidad, secó el piso con el rol y lo bailó
como demonio. Cuando fue Shakespeare con quien él estaba tratando, nueva
mente tuvo que secar los hermosos cristales de los paneles de la ventana. Sus
movimientos eran todos medidos. Siempre estaba contando: uno, dos, tres,
pausa, uno dos, un paso, otro, un alto, una vuelta de descanso, otro paso, un
ritmo. (Llamo ritmo, un pie, un paso, todo en uno, me gusta usar la palabra
“ paso”), que constituía una de sus danzas. O sentado en una silla a la mesa
levantando un vaso, bebiendo y luego bajando su mano y el vaso, uno, dos, tres,
cuatro, suspenso un ligero paso con sus ojos, cinco, un par de pasos, dos sílabas
lentas, otro paso, dos sílabas más, y un segundo pasaje en su danza era hecho. Y
así a través de la pieza lo que fuera no había oportunidad de movimiento; no
dejaba ningún final suelto. Todo era cortado exactamente al principio y final, y
todo era unido por un ritmo inmensamente sutil, ritmo shakesperiano.
4
que puede dilatarse o restringirse en el espacio, que puede guiar el modo de caminar,
el impulso de la mano o el pequeño movimiento de los ojos o la forma de pronun
ciar una palabra destrozándola.
Mármol viviente
materia de su arte fue por el contrario clásica, premeditada en ios detalles, como
la obra de un escultor. El seleccionaba algunos fragmentos de las obras más famosas
que había de interpretar. Para cada bloque de frase, a veces para cada palabra
singular, diseñaba una figura, un ademán, en actitud de estatua, similar a los héroes
pintados por Jacques-Louis David. Vistos en su compañía, los diseños reproducidos
por Morrocchesiparecían ilustrar su actuación. En realidad, no eran en absoluto la
representación de la acción que el actor desarrollaba en escena, sino su radiografía
(il. 8). Basta pensar, de hecho, en la velocidad. El tiempo para decir una palabra,
un fragmento de verso, un bloque de frase es breve. El que quiere decir las dos, tres,
cuatro poses subsiguientes en una sola batuta del texto, son aislables sólo en
abstracto. Se presentan separadas sólo cuando la acción del actor es sobrepuesta a
un examen analítico que la descompone en sus fragmentos, o cuando ei actor
la compone detalle por detalle. Pero en el momento de la acción, las poses sencillas
desaparecen; es decir, aparecen ante eí espectador como una acción única, a menudo
vertiginosa.
Quien lee el libro y mira las figuras es llevado a pensar que las diferentes
posiciones son por lo tanto pausas de la acción. No ío son. Se entiende porque
Morrocchesi puede parecer a los espectadores impetuoso y espontáneo, mientras
a sus ojos, en su visión mental, estaba siguiendo una composición (una danza)
basada en actitudes neoclásicas.
Los clichés aparecen ante el espectador como clichés; es cfecir como actitudes
convencionales, sólo cuando son reconocibles, cuando pueden ser distintos el uno
del otro. Paradójicamente: el actor parece artificial (en el sentido negativo de la
palabra) cuando usa pocos clichés. Si usa demasiados, se vuelve “ natural” . In
numerables clichés construyen un canal a través del cual brota la energía, la vida.
También en este caso (un ejemplo entre muchos) el actor deduce del texto,
con una técnica personal, su propia danza oculta. También en este caso, establece
una línea de acción que no lleva cuenta del sentido de interpretación, sino sólo de
la eficacia de la presencia. De hecho es verdad que el actor se sirve de las palabras
para encontrar las diversas posiciones, los diferentes clichés, pero es también verdad
que éstos luego no sirven para representar las palabras y son quemados por la
velocidad de la acción.
Frente a actores que trabajan con técnicas personales de este tipo algunos
espectadores —como los poetas Musset y Lamartine— testificaron haber visto la
extraña experiencia de un “ mármol viviente” , de una estatua contradictoriamente
recorrida por el calor y el flujo déla vida. El actor, según las palabras de Craig, “ era
natural, no obstante altamente artificiar’.
Una historia fascinante y aún por escribir es aquella del terremoto silencioso
verificado en el espectáculo europeo con la separación del arte representativo del
arte de la danza (y del canto). La separación no era sólo en el plano de ía teoría, sino
de ia práctica.. Hasta finales del siglo XVII, jas danzas codificadas guiaban eí
comportamiento del actor: el actor las oculta, el bailarín las exhibe. Un mismo saber
físico es la base del trabajo de uno y del otro (cfr. Nostalgia).
El maestro de baile quedará junto al actor también en los siglos sucesivos: a
menudo uno de sus maestros. Pero a partir del siglo XVIII sus enseñanzas sirven
para dar gracia y decoro a los movimientos. Son dirigidos más hacia la superficie
de la acción que a su íntima estructura.
HISTORIOGRAFIA
del Recueil Fossard están caracterizados por gestos que dilatan las tensiones orgá
nicas, que muestran de manera enérgica las fuerzas que regulan un cuerpo en
movimiento. La dilatación del gesto da energía a la preseiicia escénica del actor, no
6-7. Arlequín y Pantalón: particulares graba sirve únicamente para construir una caricatura.
dos del Recueil Fossard. El experimento de cam Todo esto es particularmente evidente en el personaje de Pantalón (il. 5): es
biar la cabeza de Pantalón por ia de Arlequín y un viejo, pero el actor compone su figura con gestos amplios y vigorosos. No imita,
de desnudar a Arlequín de su habitual copete
puede servir para descubrir que la prestancia físi
por ejemplo, la forma de caminar de un viejo curvo, sino 1a reconstruye a través de
ca del viejo y el comportamiento trágico de Arle un contraste que transmite la idea del viejo sin reproducir la debilidad. La espina
quín no dependen del rostro siso de la actitud del está curva, pero no tanto como para volverse potente como un resorte comprimido.
cuerpo. Las posiciones de base de los actores que Eí paso es más amplio del normal, de manera que el equilibrio naturalmente precario
personifican al viejo Pantalón y Arlequín están
basadas en una impostación pre-expresiva de! de un viejo es reconstruido a través de un desequilibrio que implica un exceso en
cuerpo que constrasta vivamente con los papeles. vez de una falta de energía.
HISTORIOGRAFIA
&<&&’* g<&W
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Or¿tiÍU^íl& «»rwHi Si Arl< t*tlf Ádii^itr ítwsi m»l Jíiui
El Sistema de Stanislavski
Franco Ruffini
La palabra de Stanislavski
Al término de dos años de enseñanza centrada eii el Trabajo del actor sobre
sí mismo, Torzov (el portavoz de Stanislavski en la ficción literaria) dice a sus
alumnos: “ Todo aquello que han aprendido en estos dos años, gira ahora confuso
en su mente. No será fácil aceptar su lugar y fijar todos los elementos extraídos y
analizados uno por uno de nuestra sensibilidad. Sin embargo no es más que la
simple, normal, condición humana (. ..) Es desconcertante cómo algo común, que
normalmente se crea de una forma espontánea, desaparece sin dejar huella, apenas
el actor toca el escenario, y para restablecerlo nos exigen tanto trabajo, estudio y
técnica (. . .) La sensibilidad escénica general, que ha resultado de los elementos
singulares que ía componen, es la más simple y natural condición humana. En
escena, en el reino inerte de la escenografía, entre bastidores, los colores, el cartón,
el equipo de guardarropa, la sensibilidad escénica general es la voz de la vida
humana, de la realidad” .
Muchos son los prejuicios que están acumulados en el “ Sistema” de Stanis-
lavski. Este se resuelve en la identificación del personaje y sirve sólo para actores
naturalistas o realistas, por lo demás es la consecuencia de una poética precisa.
Pero Stanislavski no es de esta opinión, como hemos visto. Stanislavski dice
que el “ Sistema” sirve para construir la “ sensibilidad escénica general” ; es decir
para re-crear en escena lo que es “ la más simple, normal, condición humana” .
157
HISTORIOGRAFIA
11
HISTORIOGRAFIA
Este era el blanco del “ Sistema” , en sus infinitas variantes: hacer que el
actor, antes de representar y para dar sentido a su representación, estuviese real y
verdaderamente sentado o de pie, orgánicamente presente en la escena.
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Eugenio Barba
Los gestos, las actitudes, las miradas, los silencios, establecen la v e r d a d de las
relaciones humanas. Las palabras no dicen todo. Es menester entonces un d ib u jo
d e m o v im ie n to s escénicos para situar al espectador en la posición de observador
perspicaz. (. . .) Las palabras valen para el oído, la plástica para los ojos. La
fantasía del espectador trabaja bajo el impulso de dos impresiones: visual y
auditiva. La diferencia entre el viejo y el nuevo teatro consiste en el hecho de
que en este último la plástica y la palabra siguen cada una su propio ritmo, a
veces sin coincidir (1907).
Esto significa que el actor no permite al propio cuerpo seguir el ritmo de las
palabras. Lo que Meyerhold afirmaba en 1907 es que se debe romper la sincronía
entre eí ritmo vocal y el ritmo físico.
Hasta entonces, a! menos en los escritos, el actor estaba considerado como
una totalidad. Se creía que el impulso para una tarea determinada, es decir el trabajo
para desarrollar esta tarea, debía comprometerlo en su totalidad. Meyerhold
HISTORIOGRAFIA
propone escindir esta totalidad. Durante el proceso de trabajo el actor puede separar
los diferentes niveles. Trabajar independientemente sobre cada uno de estos niveles
para después reintegrarlos en la fase final del resultado.
El actor puede proceder de este modo. Pero ¿por qué? La respuesta está en
otro texto de Meyerhold en el cual habla de
Elim inando las candilejas, M eyerhold m aniobró los personajes sobre un amplio
proscenio que se prolongaba en semicírculo sobre la orquesta, revelando cada
gesto cada arruga, cada mueca. El proscenio exigía del actor un fino juego de
matices, una micromímica sutil, iluminada por la doble luz proveniente del
escenario y de la platea.
El intérprete debía saber balancear flexiblemente las posturas, tejer con cir
cunscripta minucia ía telaraña de sus m ovim ientos (1910).
Esta descripción utiliza las mismas palabras del artículo del mismo Meyer
hold sobre el Don Juan. Sólo una expresión es diferente: ía telaraña de los mo
vimientos. La danza como un “ dibujo” , como una “ telaraña” cuyos dinamis
mos no siguen aquellos de la vida cotidiana.
El Grotesco
¿Quién hace una telaraña? Una araña. No la construye por motivos estéticos
sino para capturar aígo. Sin embargo Meyerhold dice explícitamente aquello que el
actor quiere atrapar en su “ telaraña” de movimientos, con su danza: íos sentidos
del espectador.
Y una vez más el primer lugar le pertenece ai actor, emanador de energía (1929).
En el método del grotesco se ocultan elementos de la danza, porque sólo por medio
de la danza el grotesco puede expresarse. (1912)
El actor en su acción debe ser capaz de crear una síntesis que contenga la
esencia de contrastes y esta síntesis debe producirse a través de la plástica, a través
de un dibujo de movimientos escénicos que Meyerhold llamaba también danza.
Una vez más: ¿Qué danza? Para intentar definirla Meyerhold da como
ejemplos a Loie Fuller y Chaplin. Comienza un viaje que es transcultural al
mismo tiempo que intracultural, respecto a formas exóticas o respecto a épocas
dejadas de lado por ía cultura contemporánea. Cita teatros orientales que jamás ha
visto, como el Kabuki, el No o la Opera de Pekín; vuelve al pasado del teatro
occidental, ai Siglo de Oro y sobre todo a la Commedia delPArte.
Estamos en 1914. Meyerhold es director del Teatro Imperial, ai mismo
tiempo ha abierto un Estudio para buscar junto.con sus alumnos las respuestas a su
vieja obsesión: ¿Cómo debe moverse el actor en escena? ¿Cómo debe incidir aquel
*‘dibujo de movimientos* ’ que anudan la relación actor-espectador a nivel sensorial
antes que el intelecto y ía emotividad psicológica? El programa de su Estudio
comprende entre otras cosas ía “ técnica del movimiento escénico” (danza, música,
atletismo, esgrima, lanzamiento de disco), los principios fundamentales de la
Commedia delPArte, íos procedimientos tradicionales del teatro del siglo XVIII y
XIX, las convenciones del drama hindú y de los teatros japoneses y chinos.
En 1922, luego de la revolución y la guerra civil, Meyerhold presenta los
últimos resultados de su investigación: la biomecánica.
166
HISTORIOGRAFIA
167
HISTORIOGRAFÍA
Meyerhold quería que nuestros gestos y los pliegues de nuestros cuerpos siguiesen
dibujos precisos. Si la forma es justa, decía, también lo serán los tonos y ios senti
mientos, porque éstos están determinados por las posturas físicas. {. . . ) Los ejercicios
biomecánicos no debían estar incluidos en los espectáculos. Su objetivo era dar
la sensación del movimiento consciente, de cómo moverse en el espacio escénico.
25
Notas
1. V. Meyerhold, First A ttem pts at a Styíized Theatre, pp. 49-58 en M eyerhold on Theatre de
Edward Braun, Methuen, Lodres 1969.
2. V. Meyerhold, Ib id. Tristan and 1soldé, pp. 80-98.
3. Angelo Maria Ripellino, II Trueco e VAnima, p. 151» Einaudi, Turín, 1965.
4. V , Meyerhold, Ibid, The Reconstruction o f the Theatre, pp. 253-274.
24-25. Tournée de Meyerhold por Alemania 5. L egrotesque au théátre, pp. 104-109 en Le Théátre théátra/, de Nina Gourfinke!, GaÜimard,
en 1030 con ja obra ¡China ruge! de Tretiakov: París, 1963.
montaje escénico, con y sin público, armado en 6. V. Meyerhold, Ibid. Biomechanics, pp. 198-200.
el interior def Estadio de Colonia. 7 . 1. lijinski, Pamietnik A ktora, pp. 177, Widawnictwa Artystyczne i Filmowe, Varsovia, 1962.
Detalle (le ¡a C a t e d r a l de Rodin (Museo de Rodin.
París).
A propósito de esta obra- li o din declaró que pura él
ia ojiva ero el elemento esencial de la arquitectura
gótica r que había encontrado en estas manos juntas,
la form a equivalen fe de la ojiva.
P o r Ili c o m p l e j i d a d tic su e s t r u c t u r a a n a t ó m i c a , p o r
las p o s i b i l i d a d e s d e a r t i c u l a c i ó n , p o r sus c u a l i d a d e s
c o m u n i c a t i v a s . la m a n o ha s i d o e x p l o t a d » n o s ó l o en
el te a tr o . A s í c o m o existe un di na m i s m o y ti» a rg o t de
In m a n o en la vida c o t i d i a n a y e n el a r l e , t a m b i é n en el
t e a t r o es pos i I) le e n c o n t r a r su e q u i v a l e n t e <|ite p e r m i t e
a las m a n o s ya sea h a b l a r ( t r a n s m i t i r p a l a b r a s ) , o
“ p u roso n id o".
El po e ta l í a i n e r M a r i a R i l k e d i c e a p r o p ó s i t o de la s
m a n o s e s c u l p i d a s po r R o d i n : « E n la o b r a de R o d i n
hay m a n o s , p e q u e ñ a s m a n o s u n i ó n or na s q u e , sin p e r
t e n e c e r a un c u e r p o , tienen v i d a . M a n o s qu e se e l e v a n ,
i rr i ta n te s y r a b i o s a s , m a n o s c u y o s c i n c o de do s p a r e c e n
« r i l a r c o m o c i n c o g a r g a n t a s d e un c a n c e r b e r o i n f e r n a l .
M a n o s qu e c a m i n a n , qu e d u e r m e n , m a n o s q u e se
despiertan; m a n o s delictuosas, gravadas por tareas
h e r e d i t a r i a s , y m a n o s c a n s a d a s , sin m á s v o l u n t a d , q u e
están d e b ilita d a s desde c u a lq u ie r ángulo c o m o
a n i m a l e s en t e r m o s , y qu e n a d ie q u ie r e a y u d a r l e s . P e r o
l as m a n o s s o n p o r s i e m p r e un o r g a n i s m o c o m p l e j o ,
u n a de lta en la q u e m u c h a vida c o n tí uve desde o r í g e n e s
l e j a n o s p a r a v ol v er s e en ia g r a n c o r r i e n t e de la a c c i ó n .
L a s m a n o s tie ne n una h i s t o r i a , u n a c u l t u r a , u n a b e
l leza p a r t i c u l a r ; se tes c o n c e d e el d e r e c h o de t e n e r un
d e s a r r o l l o p r o p i o , de seo s p r o p i o s , s e n t i m i e n t o s , c a
p r ic h o s y p a s i o n e s » .
MANOS
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MANOS
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MANOS
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MANOS
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MANOS
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MANOS
23
179
MANOS
25
18(1
Las manos y la danza balínesa
La dinámica de ias manos en los bai
larines balineses se expresa a través de ;la
posición keras y manís (fuerte y suave, cfr.
Energía) de los dedos, de la palma y de la
muñeca: es esta oposición entre los prin
cipios que gobiernan todo el cuerpo del actor
lo que confiere a las m anos, que han perdido
su significado original, el dinamismo de un
“ puro son id o”
Es interesante señalar que los con*
tinaos cambios en las tensiones de las manos
van acom pañados de un continuo cam bio
en la posición de los brazos: éstos a su vez
influyen sobre todo eí tronco y la cabeza
cuyo acento es la mirada keras o manís . El
bailarín balinés I Made Bandem (il. 26) m ues
tra cóm o ía actitud deí actor envía las ten
siones en distintas direcciones a través de la
cabeza que mira en una dirección, el tronco
en otra y los brazos junto con las m anos en
una tercera (cfr. Oposiciones).
27
MANOS
28
2 8 . M a n o s de a c to re s K a b u k i : es en la fo r m a
p e c u lia r de d o b la r la m u ñ e c a , p ro p ia de ia p o s i
c ió n de base o kamae ( c f r , i l . ) , d o n d e a p a re ce la
c a r a c t e r ís t ic a te n s ió n q u e h a c e a p a r e c e r v i v a y
a la vez e x tra - c o tid ia n a ia m a n o de lo s a c to re s
ja p o n e s e s . O b s é rv e s e , en esta ilu s t ra c ió n e x tr a íd a
de un m a n u a l p a ra a c to re s d el sig lo X V I I I ; b : el
sim p le h e ch o de d e sp le g ar u n a h o ja re p re se n ta
p a ra el a c to r un c o m p le jo e je rc ic io de p re stid i-
g ita c ió n .
2 9 . E s tu d io s de m an o s, y p ie s d el p in to r j a
po nés K y o s a i. L a p in tu ra ja p o n e s a , e se n c ia lm e n te
g r á fic a (n o e x iste n la s so m b ra s c o m o en la p in tu ra
o c c id e n ta l), c o n c e d ía g ra n im p o r ta n c ia a l e stu d io
de lo s d e ta lle s y de la s lín e a s qu e deben e x p r im ir
la s te n sio n e s p ro p ia s de ía m a n o en v id a .
29
182
MANOS
C om o en et teatro balines y en ei ja p o
nés a pesar de existir una cod ifica ció n exacta
de las p osicion es, las m anos de los bailarines
c lá sico s expresan puro d in am ism o, d e sv in
culadas de cualquier inm ediato sig n ifica d o
literal.
“ Este estu d io está realizado con la
única finalidad de m ostrar que el m ecan is
m o del brazo y de la m ano es preciso, e x a c
to . El m ovim ien to del brazo, p rolon gación
y a com p añ am ien to del ritm o del cuerp o y de
la cabeza, expresan los m atices, indican ei
sig n ifica d o del m o v im ien to . E xigen refle
x ió n y sensibilidad para evitar convertirlos
en g e sticu la c ió n q u e la gran libertad de
m ovim ien tos parecería autorizar (il. 3 0 )” ,
(G eorgette Bordier, A n a to m ía a p lic a d a a la
d a n z a .)
3 0 . M a n o s y b ra z o s en el b allet c lá s ic o : ilu s
tr a c ió n e x tra íd a de Anatomía aplicada a la danza
d e G . B o rd ie r ( P a r ís , 1980),
3 1 . E l uso de la s m a n o s y lo s b ra z o s en el
b a lle t c lá s ic o dei s ig lo X V I l l : g ra b a d o de P ie r r e
R a m e a u en Le Maitre a dancer (P a r ís ', 1 7 2 5 ).
181
Ejemplos de teatro occidental
M ientras que en el actor oriental el
p roceso de las m an os está c o d ific a d o , con -
virtién dose en e x p re sivo para el espectad or
in clu so cuand o es m ostrad o en f r í o , en a l
gu n os ejem p los de actores occid en tales el
m ism o e fec to de vida de las m a n o s, diver
sifica d o a fin de recrear las ten sion es de la
m an o viva, es alcan zad o a través de un p ro
ceso ind ivid u al, a m en u d o p sico-técn ico,
m ediante las im p rovisacion es: pero in clu so
proced ien d o de im p rovisacion es personales
e! proceso puede ser fija d o , sin perder la
riqueza de la vida.
32. La mano de Stanisiavski en ei rol del
d o cto r Stockm an en el dram a El enemigo
áelpueblo de ibsen puesto en escena en 1900. Sólo
a través de esta única imagen se puede ver la
actitud y el característico gesto del personaje que
fue una de las mejores interpretaciones de Stanis
lavski. Cuenta su biógrafo David Magarschack:
“ Stanislavski como director, en este punto de su
carrera» enseña a sus actores el Sistema para al
canzarla más;profunda naturaleza de sus partes
a través de la idiosincrasia exterior de cualquier per
sona que conocían en ia vida y que parecían acer
carse más a su cuadro mental deí personaje que
debían representar. Fue así Jejos en el hacerlo por
estimularlos a maquillarse como ia persona que
tenía en mente el modelo de su parte. Stanislavski
mismo tomaal compositor Rimsky-Korsakov como
modelo para el maquillaje del doctor Stockmann,
En esta parte Stanisiavski encontró que el com
portamiento y gestos escénicos parecían llegar por
sí solos. Pero nada más parecía así. Cuando
llegó a analizar su actuación descubrió que mien
tras creía que los gestos, los pasos y el compor
tamiento deí doctor Stockman le llegasen de una
forma intuitiva, ellos estaban en realidad emer
gidos ya en hechos del subconsciente donde había
encontrado en la vida y luego inconscientemente
había extraído las que eran más características y
típicas del doctor Stockman.
«Así ía miopía del doctor Stockman, y sus
pasos presurosos, su forma de caminar con la
parte superior del cuerpo inclinada hacia adelante
y particularmente el uso expresivo que hacía de
sus dedos —el índice'y el medio hacia adelante y
los demás recogidos con eí pulgar encima— eran
todos tomados de la vida. [ , . . ] Como su forma
de “ cortar el aire” mientras se empeñaba en una
discusión calurosa, con eí pulgar tenso y el índice
y eí medio como el anular y eí meñique colgantes
y las dos partes de dedos mantenidas separadas
como las hojas de una tijera, la había tomado de
Máximo Gorki que era solamente subrayar el propio
punto de vista en esta forma» (D. Magarschack,
Stanislavski, Londres, 1950).
En 1933 en una conferencia en Karkhov,
Meyerhold afirmó: “ ¿Cómo nacen ios persona
jes? Primero aparece un brazo, luego ía espaida,
después una oreja, posteriormente ia forma de
caminar” (en Théátre en Europe, n. 18,1988).
33. La mano de Stanislavski como Krutitski
en eí drama También el más sabio nos cae de
Ostrovski, puesta en escena en 1909.
34. La actriz noruega Else Marie Laukvik en
el espectáculo del Odin Teatret / Ven! Y el día será
nuestro (1978).
35. El actor canadiense Richard Fowíer en eí
espectáculo Walt forth eD aw n (1984).
■«iiiwinw i i ii i t mirniniiniiiiiniwi wi i im wmiwiiiiiihihí
MANOS
186
En cuatro cuadros la secuencia de (a Escalinata de
Odesa del film i'l a c o r a z a d o P o t e i n k í » de Eisenstein
(1925),
MONTAJE
■ MONTAJE
Dos montajes
Eugenio Barba
Crear el drama
1
No sólo esto: al pintar el hospital de Don Juan Tavera, el pintor prefiere
mostrar la fachada principal del edificio, por más que ésta, en realidad, no pueda
verse desde el punto en que se pinta el cuadro.
Eisenstein dice: «Esta vista de Toledo no es posible desde ningún punto de
vista real. Es fruto de un montaje, una representación compuesta a través de un
montaje donde intervienen, “ fotografiados” aisladamente, objetos que en la natu
raleza se ocultan uno a otro o dan la espalda al espectador». Eí cuadro, en fin, está
compuesto «por elementos tomados independientemente uno de otro y reunidos en
una “ construcción” arbitraria, inexistente desde un único punto de vista, pero
plenamente coherente respecto a la lógica interna de la composición». Y más
adelante: «El Greco ha pintado este cuadro en su casa, en su estudio. Es decir,
no se ha basado en una mirada, sino en un conocimiento. No es un único punto de
vista, sino en la unión de motivos aislados, recogidos mientras paseaba por la ciudad
y sus alrededores».
El montaje, por tanto, está en la base del trabajo dramatúrgico como trabajo
sobre las acciones, o mejor dicho: sobre el efecto que las acciones deben provocar
en el espectador. Consiste en dirigir ía mirada del espectador sobre el tejido (text)
dramático (performance); es decir hacerle experimentar el texto performativo. El
director concentra la atención del espectador a través de las acciones de los actores,
las palabras del texto, ías relaciones, la música, los sonidos, las luces, ía utilización
de los accesorios.
'■*on;
MONTAJE
A B A B C
Frasi m usicali
i 2 5 4 5 6 7 8 9
M úsica
I X I I l I ... 3 T " i /8 | I
L unghezza
1 i
(in mistare)
2 2 2 | * 7 /8 | !
t
¡ i i/s
i
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D iagram m a , |
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c o m p o sizio n e
scenica k iy
H A m k 1 í
Diagramma
¡del
m o v im e n to
A, B, a, B,
xo 11 12 *3 14 *5 I6 17
actor que trabaja sobre la base de una codificación o que fija improvisaciones como
“ tiras de comportamiento” sobre ias que puede realizarse un trabajo de montaje.
Sólo si existejan..procesade-fijación;Ja 1‘restauración’ es decir un trabajo
de selección y dilatación, puede.pxoducirse 1 ..... ’
" Así; pof?j“erTipró los actores Kabuki se reúnen, aunque nunca hayan
representado el espectáculo (o la variante de espectáculo) que se disponen a inter
pretar, pueden utilizar “ materiales” ya preparados, procedentes de otros com
portamientos escénicos, y montados de nuevo. Yo mismo he podido ver a un
onnagata, que jamás había representado un determinado papel, salir a escena
después de dos ensayos: había hecho un montaje con los materiales procedentes de
las acciones de los papeles que conocía.
Si las acciones de ios actores pueden constituir algo parecido a tiras de película
que son ya el resultado de un montaje, es posible utilizar este montaje no como un
resultado, sino como material para un ulterior móntate. Es»en generat-la labor del
director, que puede entrelazar las acciones de varios actores en una sucesión por la
cjue una parece responder a la otra o en un desarrollo simultáneo, en que el sentido
de una y otra deriva directamente de su hallarse simultáneamente presentes.
Pondremos un ejemplo, un poco burdo como todos los ejemplos, ya que
además vamos a servirnos de imágenes fijas (fotografías utilizadas como foto
gramas) para ilustrar un proceso cuyo sentido depende deí desarrollo de ias acciones
en el espacio y en el tiempo, y de su ritmo. Pero aunque burdo, el ejemplo puede
ilustrar el nivel más elemental (gramatical) del *‘montaje del director”
Supongamos que tenemos, como punto de partida, un texto concreto: “ Y
que eí árbol era bueno para comer, la mujer vio, y que era agradable a los ojos,
y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto y comió; y dio
también a su marido, el cual comió así como ella’’ (Génesis, 3,6).
También tenemos dos montajes de actor, dos secuencias de “ comportamien
to restaurado” : una del actor Kosuke Nomura, la otra deEtienne Decroux.
193
MONTAJE
que su mano hace visible una acción —tragar— de lo contrario invisible); 11. (il. 13)
el hombre sonríe satisfecho después de haber saboreado la fruta.
El gran maestro Etienne Decroux muestra cómo se recoge un objeto del suelo
(una flor) según los principios del mimo. También él parte del lado opuesto al que
dirigirá la acción, primero con la mirada, luego con el actor (ils. 14-27).
Las dos secuencias brindadas por los dos actores, a pesar de sus distintas
motivaciones, a pesar de sus distintos contextos de procedencia, pueden estar a su
vez una junto a otra. Obtendremos, así, una nueva secuencia cuyo significado
dependerá del nuevo contexto en el que esté integrada: el texto bíblico que, en
nuestro ejemplo, hemos elegido como punto de partida. En este caso no se tendrá
en cuenta, naturalmente, el sexo de los dos actores: nada impide, de hecho, que eí
actor japonés Kosuke Nomura, se preste a intepretar el papel de Eva.
Volvamos a recorrer las dos secuencias de los actores como si fuesen, ahora,
una única secuencia: Eva acaba de ceder a la tentación de la serpiente, coge el fruto,
lo prueba. Su reacción final es una sonrisa por el mundo que se descubre ante su
vista (il. 13).
Aquí falta una acción que podemos imaginar: Eva, tentando a su vez a Adán,
pone un fruto de la sabiduría en el suelo junto a él. Y vemos a Adán que mira de
lado, como si fuese vigilado por el ángel de Dios (il. 14). Inicia el movimiento para
coger la fruta partiendo del lado opuesto: el principio de la oposición puede leerse,
ahora, como una inicial reacción de rechazo. Luego Adán se agacha hasta el suelo,
recoge el fruto, se da la vuelta como para irse o para comer el fruto sin que le vean,
o porque se avergüenza de lo que ha hecho. O bien, una vez solo, va en busca de
Eva (il.27).
Un montaje de esta clase sería posible porque los dos actores pueden repetir
perfectamente cada una de las acciones, con todos sus detalles. Por eso el director
puede crear una nueva relación entre las dos secuencias, puede extrapolarlas de
su primitivo contexto y crear ante ellas una dependencia distinta, relacionándolas
con un texto que es seguido fielmente. El texto bíblico, en efecto, no dice cómo Eva
le dio la fruta a Adán. De esta forma, el director puede colmar el vacío visual del texto,
y las secuencias ya fijadas por los actores le permiten hallar una forma determinada
para colmarlo.
Algunos detalles de la acción pueden ser a su vez amplificados, hechos
todavía más dramáticos, interpretados. Volvamos a nuestro ejemplo, a los “ mate
riales* ’ suministrados por los actores, sin añadirles nada nuevo.
Como las dos secuencias de los actores son ya el resultado de una “ restau
ración del comportamiento’’, como están perfectamente fijadas y por tanto pueden
ser tratadas como dos tiras de película, el director puede entresacar de toda
la secuencia del actor algunos fragmentos y volver a montarlos enlazándolos
con los fragmentos procedentes de la secuencia del otro actor, procurando sólo que,
después de los cortes y del nuevo montaje, haya una coherencia física y una sincronía
comportamental que permita pasar de un movimiento a otro de forma orgánica (la
secuencia fotográfica permite adivinar está coherencia).
Veamos el ejemplo de un nuevo montaje que enlaza fragmentos procedentes
de las secuencias, al principio autónomas e independientes, proporcionadas por los
14-27, Segundo montaje de actor : Etienne
actores (ils. 28-38).
MONTAJE
Si referimos este montaje a nuestro tema (Adán y Eva) éste sería el sentido
de la nueva acción, qüe se convierte en un momento particular de! tema general:
(28) Adán mira incrédulo. . . (29) a Eva que coge la fruta prohibida y está a punto
de comérsela. (30) Adán “ habíamos prometido no comer de ía fruta de este árbol”
(31) Eva persiste y acerca la fruta prohibida a la boca. (32) Adán: “ La espada de
Dios nos castigará” . (33) Eva se dispone a morder la fruta. (34) Adán: “ ¡No lo
hagas!” (35) Eva come la fruta prohibida. (36) Adán cae desplomado. . . (37) al
suelo, (38) mientras Eva es embriagada por la sabiduría.
Eí mismo montaje que hemos referido a la historia bíblica (ils. 28-38) puede
referirse, en realidad, a un montaje de El Padre de Strindberg: la mujer (también
en este caso el actor Kosuke Nomura desempeña un papel femenino) insinúa en el
Capitán (el marido) la sospecha de que su hija, en realidad, tenga otro padre:
el hombre es ridiculizado y zaherido. El director ha captado en ios gestos de Kosuke
Nomura (originariamente una secuencia basada en coger una susina y comerla) la
alusión al adulterio y sobre todo a la imagen de la “ vagina dentada” que emascu
la y demuele aí macho. Al final (il. 38), Laura: “ Es extraño, pero nunca he podido
mirar, a un hombre sin sentirme superior a él” (El Padre, acto I, escena IX).
Vistas a la luz de su nuevo contexto, las acciones entrelazadas de los actores
deberán modificarse, habrá que cambiar pequeños detalles para hacerlos coheren
tes con el significado que han adquirido ahora las acciones. Sobre todo el ritmo y la
intensidad con que se imbrican las acciones, llevará a los materiales suministrados
por los actores, las dos tiras de comportamiento restaurado, no sólo a perder su vida
originaria, sino a adquirir una nueva.
El nivel que este montaje de “ fotogramas” ejemplifica a grandes rasgos, es
el elemental, gramatical; lo esencial —es decir el trabajo artístico— todavía no ha
llegado. Estamos frente a un cuerpo construido en frío, un cuerpo “ artificial” por
el que no fluye la vida. Pero este cuerpo artificial tiene ya en sí mismo todos los
circuitos por los que podrá fluir eí bios escénico (es decir la vida recreada en arte)
deí teatro. Para que esto ocurra, es necesario que algo “ caliente” , que ya no puede
ser analizable ni atomizabíe, funda la obra de actores y director en un único todo
en eí que ya no se distingan ía acción de unos y el montaje del otro. Esta es la fase
deí trabajo en la que ya no hay regías. Las reglas sólo sirven para hacer posible el
acontecimiento, para crear las condiciones en las que la verdadera creación artística
pueda realizarse sin respetar límites ni principios.
En ei montaje del director las acciones, para que sean dramáticas, deben
recibir otro valor que destruya el significado y las motivaciones por las que las
acciones habían sido compuestas por los actores. Y este nuevo valor es eí que
lleva a las acciones más allá del acto que éstas, en sí mismas, representan. Si camino,
camino y nada más; si me siento, ejecuto esta acción y nada más. Si como, todo ío
que hago es comer. Si fumo, no hago más que fumar. Son actos que ilustran a sí
mismos, que se agotan en sí mismos.
Lo que hace trascender las acciones, y las arrastra más allá de su significado
ilustrativo, se deriva de la relación por la que son situadas en el contexto de una
situación. Al ponerlas en relación con otra cosa, se vuelven dramáticas.
Dramatizar una acción significa introducir un salto de tensión que la obliga
a desarrollarse hacia significados distintos de los originarios.
El montaje, en definitiva, es el arte de situar las acciones en un contexto que
28-38. Montaje del director: La nueva se las desvíe de su significado implícito.
cuencia obtenida sobre los montajes de los
actores A y B, y las posibles variantes de con
tenido: Génesis 3,6 y Strindberg, El Padre, acto
I, escena IX.
MONTAJE
197
MONTAJE
39
39. El uso .de un traje particular y de ac
cesorios como zancos permite ai actor modificar
la cotidianidad de un espacio abierto^ y no pro
piamente teatral: en ia foto una actuación de
teatro de calle del Odin Teátret en Nueva York
(actriz: Julia Variey).
198
Los bailarines americanos Ruth Saint-Denis y Ted
Shawn en F a n t a s ía b a iin e s a .
■V. *
tít
■.. -$■M lfe :
m m m
'' *• á
U n e stu d io de lo s a d o re s ti el p a sa d o o de a c to re s de
•ví.’ »?- .i'.:-!;: —l'.'- :=1Sr Is8 í &&.
o ir á s c u lt u r a s , de su s co m p o rta m íe n lo s escén ico s y sus-
té cn ic a s s u rg id a s a p rin c ip io (le es (o s ig lo , c u a n d o io s
h o m b re s de te a tr o o c c id e n ta le s e m p re n d ie ro n la
b ú sq u ed a de n u e va s fo rm a s de le n g u a je te a tra l y una
n u eva id e n tid a d del teatro fre n te a la a p a ric ió n de lo s
m e d io s d e c o m u n ic a c ió n de m a s a s : n a c ie r o n asi
lo s m U o s de ia C o m m e d ist d e ll’ A r l e , del a n tig u o te a tro
g rieg o y de lo s te a tro s o rie n ta le s .
NOSTALGIA
g | NOSTALGIA
Nicola Savarese
“En cuanto a persona física, el actor posee Ulises lejos de Itaca no padecía nostalgia: este término en efecto, aunque
un cuerpo de sangrey huesos cuyo pesofísico está integrado por palabras griegas (noslos, retorno, y algos dolor) no fue inventado
controlado porfuerzasfísicas; posee experiencias
sensoriales de lo que sucede dentro y fuera de su hasta el siglo XVII por un médico holandés para definir aquella particular dolencia
cuerpo; y del mismo modo, sentimientos, deseos, que sufrían los que durante mucho tiempo se veían obligados a vivir lejos de la
aspiraciones; pero sin embargo como instrumen patria. En primer lugar en aquella época, los suizos que emigraban desde, sus
to artístico el bailarín consiste al menos para su
público —únicamente en lo que de él puede montañas en busca de un trabajo.
verse—. Sus propiedades y sus acciones son de Y nostalgia, hasta finales del siglo pasado, siguió siendo un término ex
finidas implícitamente por él cómo aparece y por clusivamente médico: salió de los libros de medicina para entrar en el léxico de los
qué lo hace. Un peso de cien kilos sobre la balanza
no será percibido por el público, si parece que estetas del decadentismo europeo con los matices de “ vaga aspiración” y “ me
tiene ia ligereza de una libélula; sus turbaciones lancolía” . Y con estos sutiles matices entró a formar parte del vocabulario común.
están limitadas a lo que aparece en sus gestos y en Aquí utilizaremos el término nostalgia en su sentido original —pasión por el
susposturas”. (RudolphArnheim, Arteypresen- retorno— y haremos una distinta y aguda nota del poeta italiano Niccoló Tommaseo
cia visual.)
que en su célebre diccionario de la lengua italiana consideraba la nostalgia como un
‘‘noble privilegio de los países pobres’’. En este sentido la nostalgia era un carácter
de la actividad artística de principios de siglo y para el teatro en particular una útil
definición.
Un estudio de los actores del pasado o de actores de otras culturas, de sus
comportamientos escénicos y de sus técnicas, surgidas a principios de este siglo
cuando los hombres de teatro emprendieron la búsqueda de nuevas formas de
lenguaje teatral y de una nueva identidad del teatro frente a la aparición dé los
medios de comunicación de masas.
Actores, bailarines, las nuevas figuras de los directores se dirigieron a ios
patrimonios histórica o geográficamente lejanos de la tradición precedente europea,
a patrimonios de cultura teatral que pudiesen constituir sólidas alternativas al teatro
ochocentista, que estuviesen en condiciones de garantizar importantes temas de
estrategia cultural, pero sobre todo, nuevos caminos, y más ricos, al lenguaje del
actor.
Así nacieron los mitos de ía Commedia delFArte, del antiguo teatro griego
y de los teatros orientales. . ' r
Muy distintas entre sí, distantes en el tiempo y en el espacio, hasta el extremo
de parecer místicas y legendarias, estas fuentes parecían simbolizar en la imaginación
de los artistas otras tantas edades de oro del teatro, que, en un momento de grandes
transformaciones, no podían dejar de despertar nostalgia. No tanto el eterno deseo
de volver a los orígenes, sino más bien una búsqueda técnica del punto de partida:
no es Una indefinida nostalgia del infinito sino precisamente la investigación de lo
que no está determinado por los límites y por las limitaciones de la propia cultura.
La Commedia delFArte, el teatro griego antiguo y los teatros orientales,
junto a la forma más populares de espectáculo (desde el circo al cabaret) fueron
redescubíertos, estudiados, reinventados hasta convertirse en nuevas riquezas in
mensas de gran relieve en el circuito de las ideologías y las prácticas espectaculares:
su influencia en la evolución del moderno teatro occidental fue decisiva.
Estas formas de teatro tenían en común algunas características susceptibles
no sólo de oponerse a los cánones del teatro ochocentista y burgués, sino de aparecer
subversivas respecto a la tradición más reciente del lenguaje del actor. En primer
lugar el rechazo de un cierto naturalismo'amanerado en favor de una estética no
basada en ía mimesis sino en un sistema de signos, en segundo lugar ía supresión de
la barrera entre actor y espectador —la célebre cuarta pared— para nuevas
3 4
1-4. Paralelo entre pinturas de cerámicas
griegas y actores clásicos de la comedia francesa.
El acercamiento no es nuestro sino fue realizado
por la prestigiosa revista francesa Le Théátre en
un artículo de D. B. Laflotíe, Théátre antigüe,
gestes modernes, de í 899. En el articulo se esta
blecían los orígenes de la moda arqueológica de
los actores clásicos franceses y se mostraban las
analogías entre la sociedad griega y las aspira
ciones socializantes dei teatro francés de la época.
Por orden, los actores: Mounet-Soully en el papel
de Creonte en Antt'gona de Sófocles (ií. i-2) y
Sarah Bernhardt (1844-1923) en los papeles de
Medea de Catulle Mendés (¡1. 3-4),
5. Actitudes de las ninfas en el ballet L ’aprés-
midi d’unfaune (París, 1918).
NOSTALGIA
205
N O S T A L G I A
189®
■mr "M
OJOS Y ROSTRO
^ OJOS Y ROSTRO
Fisiología y codificación
La ilustración 1 muestra un dibujo
adaptado por Paul Klee, Figura de persona
anciana: la línea del número 1 a! número 14
representa el recorrido de las pupilas de un
sujeto que contem pla por primera vez el
dibujo durante un periodo de veinte segun
dos. Los m ovim ientos de las pupilas apa
recen visualizados: así en la línea continua
mientras los núm eros correspondientes a
las manchas negras muestran el orden de las
fijaciones del sujeto (es decir de los m om en
tos en los que la mirada se posa sobre un
punto concreto), las líneas de una mancha a
otra son las saccades; es decir los m ovim ien
tos rápidos de los ojos de una fijación a
otra. Las saccades ocupan el diez por ciento
del tiempo de la visión.
“ Los ojos son ios más activos de todos
los órganos sensoriales del hombre: m ien
tras losdem ás receptores sensoriales, com o
por ejemplo los oíd os, aceptan más bien
pasivamente las señales con las que se en
cuentran, los ojos se mueven continuamente
mientras escrutan e inspeccionan todos los
detalles del m undo visual (. . '.) Cuando se
miran objetos estacionarios, los ojos llevan
a cabo alternativam ente/yac/o/íes(m om en
tos de fijeza cuando miran a un punto deter
minado en eí campo visual) y movim ientos
rápidos..llamados saccades. Cada saccade
corrduce a una nueva fijación sobre un punto
diferente de! cam po visual. Lo normal es
que se produzcan dos o tres saccades por
segundo. Sin embargo estos movimientos
son tan veloces que sólo ocupan un diez por
ciento deí tiempo de la visión (. . .)
El aprendizaje visual y el reconoci
miento implican un alm acenamiento y una
recuperación de recuerdos. A través del cris
talino, la retina y el nervio óptico, las células
de los nervios, en el corte* visual del cere
bro, son activadas, y es aquí donde se forma
la imagen del objeto que se observa. Eí
sistema mnem ónico del cerebro debe con
tener una representación interna de todos
los objetos que han sido reconocidos. A pre
hender un objeto y familiarizarse con él es
el proceso de reconstruir esta representa
ción. Reconocer un objeto cuando vuelve a
encontrarse es en cam bio el proceso de
210
OJOS Y ROSTRO
211
a c to r e s cambian el ángulo de la mirada ha-
bitúalen la vida cotidiana. La actitud física
resulta cambiada, el tono muscular del torso,
el equilibrio, la presión sobre los pies. A
través de un cambio de la técnica cotidiana
de la mirada, estos actores experimentan
una tran sform ación cu a lita tiv a de sus
energías. A través de posiciones físicas son
capaces de movilizar niveles de energías di
ferentes” .
Una vez más la codificación de pro
cesos fisiológicos obliga al actor a destruir
el autom atism o cotidiano del mirar, con lo
que dirigir la mirada ya no es únicamente
una reacción mecánica sino que se transfor
ma, para el actor, en una acción: la acción
de ver.
214
dispuesto para la acción, es dccír a punto de
reaccionar.
Esta figura del actor japonés (i i. 12) lo
muestra claramente: el actor está mirando
al frente, pero la posición del cuerpo {pies,
piernas y sobre todo tronco tenso y curvado)
aparece com o un impulso para levantarse.
La espalda se dirige hacia atrás en oposición
a ía mirada que tiende hacia adelante; y las
m anos, abiertas en abanico, parecen sub
rayar la circularidad de 360 grados de la
tensión que atraviesa al actor. N o hay duda
de que este actor está viendo también con el
c o ra zó n .
18-19, E je m p lo s de mié ( m o s t r a r ia m ir a d a ):
en el te a tro K a b u k i c o n te m p o rá n e o y en el del
siglo X V I 11 (e sta m p a de! p i n t o r S h a r a k u de 1794).
19
'JSkjLC.
OÍOS V ROSTRO
Mostrar que se ve
« A n tigu am en te, cuand o el K abuki,
c o m o el resto del teatro o ccid en ta l, tenía
un a ilu m in ación a base de velas y lám paras
d e aceite, los actores recitaban en el e sc e
nario prácticam ente en la o scuridad, si se
tiene en cuenta adem ás que la sala se hallaba
enteram ente ilu m in ad a, sin ningún efecto
del w agn eriano g o lfo m ístico. O curría e n
to n c e s, en el K abuki, que un ayud ante de
escen a seguía a! p rotagon ista con una larga
cañ a en cuyo extrem o, sob re un p la tito , se
hallaba c o locad a una vela. D ich o recurso
perm itía ilum inar con stan tem en te el rostro
deí actor y el área circundante (el b u sto y los
b racos), sin que por ello el ayudante entrase
en el cam p o visual del esp ectad or. A pesar
de esta m edida había que dar tiem p o al
p ú b lico para que captase la expresión del
a c to r , al m en os en lo s m o m en to s c r u c ia
les del drama: expresión que en la p enum bra
del escenario no p od ía ser captada por un
p ú b lico a m en u d o ocu p ad o en otras a ctiv i
dad es, co m o com er, beber té, charlar. E llo
d io lugar al parecer a ía costum b re de los
actores K abuki de detenerse o m ejor dicho
d e c o r ta r , c o m o se dice en su jerga, un m ié,
literalm ente m o stra r. ¿Por qué cortar? La
p ostu ra del actor en el m ié equivale a algo
así c o m o a la in m ovilización de una p elícula
en el fotogram a en que el actor m uestra un
particular estad o de tensión: de ahí el sen
tid o de “ c o rte ” de ía acción y de “ b lo q u e o ”
en una inm ovilidad que está viva; ya hem os
h ab lad o de la en ergía, de una p o sició n del
actor de la O pera de Pekín llam ada shan-
to en g — detener la a c ció n — q u e, con toda
probab ilidad , se halla en el origen del m ié
(cfr. Energía).
La realización del m ié por parte dei
actor se ha con servad o hasta hoy a pesar de
la plena ilu m in ación del escen ario, y es una
d e las características m ás espectaculares en
q u e el actor se exh ib e, una especie de vir
tu o s is m o q u e el p ú b lic o c o m p r e n d e y
aprecia recon ocien d o en ello una plena c o
rresp ondencia con los grab ad os m ás fa
m o so s de los pin tores jap on eses. P ero ¿en
217
OJOS V ROSTRO
218
intérprete dei sam urai para subrayar su d is
g u sto frente a esa acción ind ign a, para reali
zar un m ié, cruzará su o jo izquierdo hacia
ei siervo sentad o a la derecha, y dirigirá el
o jo derecho hacia el pú blico que está frente
a éi co n la m irada perdida en el v a c ío . Si la
p ose requiriese que am b os — sam urai y sier
v o — lo hicieren sim u ltán eam en te, en ton ces
los dos cruzarían lo s o jo s en dirección del
o tro . A veces ocurre que son varios lo s per
son ajes que quedan b loq u ead os en ei m ié :
así to d o es un terrible cruzarse de o jo s en
una trian gulación exorb itan te,
E sta foca liza ció n de la aten ción y la
tensión que se produ ce en el actor se c o m u
nica ai público; aparece subrayada n o só lo
por la su sp en sión de cualquier otra a ctiv i
dad en el escenario — tod os los actores no
im p licad os se detien en y esperan su c o n c lu
sió n — sino tam bién por unos golpes d a d o s
por un m ú sico c o n b a d a jo s de m adera:
d o s su en an ai p rin cip io del m o vim ien to que
llev a a la p o se, lu e g o sigue una gra n iza d a
de g olp es que redoblan m ientras dura la
in m o v ilid a d del m ié , y fin a lm e n te d o s
g o lp es anuncian que to d o ha term inad o.
Los g olp es inten sifican la em oción y alertan
al pú b lico de ía im portancia del m o m en to
dram ático: a resultas de ello el p ú b lico g e
neralm ente ap lau d e, inclu so hoy en d ía , a
sus actores cu an d o alcan zan , al igual que el
m ism o pú blico, su m áxim o clím ax. Sin em
bargo este m áxim o del actor K abuki se e x
presa con una ten sión que a pesar de querer
exp lotar está con ten id a. A pesar de estar
q u ieto , el cuerpo deí actor no está inerte.
P ero lo que m ás cuenta es la u tili
zación dram atúrgica de los ojos; m ed ian te
u n a d eform ación de su óp tica, el actor n os
m uestra físicam ente las perspectivas a su m i
das por eí dram a a través de ia relación entre
sus personajes.
Si el teatro co m o se ha rep etido a
m en u d o “ m uestra las relaciones entre los
h o m b res” , el K abuki lo confirm a c o m o un
acto que pasa a través, y ún icam ente, del
cuerpo del actor». (N icoía Savarese, E l tea tro
en la cám ara clara.)
El rostro natural
A! poner de relieve algun as ca p a ci
dades innatas del hom bre y del anim al, el
e tn ó lo g o E ib i-E ib esfeid t señala que en los
m ovim ien tos de am enaza que ten em os en
com ú n con los an tro p o m o rfo s está el de
señalar los dien tes, en particular los ca n i
nos: “ aunque nuestros ca n in o s superiores
n o sean Sargos” . E sto sign ifica que “ el m ó
d u lo m otor ha sob revivid o, a la reducción
de! órgan o que antes se hacía resaltar” . Las
ilustraciones presentadas por Eibl-Eibesfeídt
las ha to m a d o de n osotros: se trata de un
m andril, de un actor K abuki que “ m im a ia
ira” y de una niña encolerizada (il. 27), El
e tn ó lo g o natu ralm ente subraya con el que
“ m im a la ira” la tran sform ación de una
técn ica c o tid ia n a en u n a técn ica extra-
cotid ian a: el actor K abuki en e fec to está
realizando un m ié.
“ Enseñar los d ie n te s” es una expre
sión tan sign ificativa que ha pasad o de ia v . y
fisio lo g ía al refranero: y to d o el m u n d o sabe
que lo s o jo s, los m ú scu los faciales, ia boca
e inclu so las orejas {cuando en rojecen ) son
elem en tos im p ortan tísim os para co m p r en
der las in ten cio n es y ¡os sen tim ien tos de los
seres vivos. P ero estas ob vias con sid era
cion es n o deben hacern os oividar una ul
terior observación: có m o dem uestra ei actor
K abuki que “ m im a la ira” , basta que los
o jo s y ios m ú scu los a d o p ten una determ i
nada p osición para que a u tom áticam en te, y
con ind ep en d en cia de los sen tim ien tos e x
perim entados por el a cto r, ei espectad or
h \ /
/ V
28
220
OJOS Y ROSTRO
/sv
27, L a c a p a c id a d in n a ta del a n im a l de “ e n
s e ñ a r lo s d ie n te s” (lo s c a n in o s ) se ha m a n te n id o
ta m b ié n en ei h o m b re a p esa r de la re d u c c ió n del
ó r g a n o : p a ra e je m p lif ic a r lo el e tó io g o E ib l-
E ib e s fe ld t seleccio na, un m a n d ril, un a c to r de
te a tro K a b u k i y u n a n iñ a e n fa d a d a .
28-2 9, M ím ic a f a c ia l; ilu s tra c ió n de) A r t e
m ím ic o de A u b e rt ( P a r ís , 1901} y m á s c a ra s ja p o
nesas del N ó y el K y o g e n . E s im p re s io n a n te o b
s e r v a r la c o rre s p o n d e n c ia casi e x a c ta e n tre las
e x p re s io n e s del ro s tro d ib u ja d a s p o r A u b e rt y
a q u e lla s f ija d a s en la s m á s c a ra s . D el re sto es
e v id e n te qu e las p rim e ra s e x p o sic io n e s de m á s
c a r a s a n tig u a s del N ó en E u r o p a , a fin a le s del
sig lo X I X , fu e ro n e sm e ra d a m e n te e s tu d ia d a s no
só lo p o r a r tis ta s y c rític o s de a rte sin o ta m b ié n
p o r m é d ico s y c ie n tífic o s qu e e n c o n tra ro n un
te s tim o n io e x c e p c io n a l a n a tó m ic o .
30. L o s m úsculos del ro stro , llam ados tam bién
expresivos , no fu n c io n a n in d e p e n d ie n te m e n te
u n o del o tro s in o q u e es la p re p o n d e ra n c ia de u n o
o d el o tro p ara d e te rm in a r la e x p re sió n del ro s t ro .
E l a n a to m is ta fra n c é s D u v a l m u e s tra , en esta
ilu s t ra c ió n de su Anatomía para artistas , c u a l
serta el efecto si los m ú sc u lo s dei ro s tro f u n
c io n a ra n en fo rm a a is la d a . L a s e x p re s io n e s que
d e r iv a n in d ic a n c la ra m e n te co m o el p u ro m o v i
m ie n to fis io ló g ic o se re fle ja en la p e rce p ció n de!
e s p e c t a d o r : este e fe c to se p o d ría lla m a r pre-
e x p re s iv o . E x p re s io n e s : 1. frontalis: a t e n c ió n ,
s o rp r e s a ; 2 , orbicuíaris oca ti; re fle x ió n , m e d i
ta c ió n ; 3 . proceras: se v e rid a d , am e n aza , a g re s ió n ;
4. corrugator: d i s g u s t o , d o l o r ; 5 . zy g o tu a ü -
cus tnajor: r i s a ; 6 . levasor labii superiori$ e¡
alae nasi: d e sco n te n to , a f lic c ió n ; 7, levator labii:
d em a sia d a a flic c ió n , lá g rim a s ; 8, compressor na
ris: a te n c ió n , s e n s u a lid a d ; 9 . orbicuíaris oris:
f r u n c ir ia b o c a ; 10. depressor anguli oris: d es
p re cio ; 1 i . depm sor labii inferioris: d isg u sto ; 12,
platysnm: ra b ia , d o lo r , t o r tu r a , d e m a s ia d o es
fu e rz o .
3 1 . R o s tro p in ta d o de un a c to r de Y a k s h a -
g a n a h in d ú .
221
OJOS Y ROSTRO
El rostro pintado
E n to d a s las culturas teatrales siem pre
se ha ten d id o a dram atizar las fa ccio n es del
r o str o su b r a y á n d o la s, d e fo r m á n d o la s o
a g r a n d á n d o la s . L o s a c to r e s K a th a k a ii,
adem ás de un ejercicio especia! para refor
zar lo s m ú scu los del b u lb o ocular y au m en
tar la m ovilid ad de las p u p ilas, se in tro
d u cen antes del esp ectácu lo un grano de
p im ien ta b a jo lo s párpados: ía irritación
in yecta los o jo s de san gre, con virtien d o en
sob renatu rales lo s rostros d e lo s héroes y de
lo s d e m o n io s p in ta d o s d e v e r d e y a z u l
(il. 32). U n particular m a q u illa g e convierte
en verdaderas m áscaras lo s m aq u illajes fa
ciales d e la O pera de P ek ín (ils. 34-35) a la
v é z q u e sirven para declarar el pap el del
p erson aje y lo q u e el esp ectad or debe esp e
rar de él — v a lo r, astu cia, prud en cia, estu
p id ez, m ald ad , e tc .— , y lo s co lo res p ro
d u cen extrañ os e fe c to s, al estar d o sific a d o s
c o m o am p liación de ias faccion es: lo s p a
peles fem en in o s se caracterizan en cam bio
p or un fuerte c o lo r r osad o sob re el que
destacan lo s o jo s agrandad os (an tigu am en
te se estiraba la piel de la fren te para hacer
aum entar la abertura de lo s o jo s).
L os m ism o s colores v isto so s se e n
c u e n tr a n en lo s r o str o s d e lo s a c to r e s
K abuki (il. 33): y el e fec to es a u m en tad o por
la d isto r sió n d e la s p u p ila s en el m ié (c fr .
p p . 2 1 6 -2 1 7 ), p or d e te rm in a d o s p e in a d o s,
a través de lo s q u e se le v a n ta la fren te hasta
casi la m itad deí crán eo, de form a qu e las
c e ja s p u ed a n ser d ib u ja d a s m ás arrib a y
lo s o jo s parezcan m ayores. E n c a m b io , u n a
gim n asia esp ecial, realizad a p or lo s m im o s
para e stir a r la m u scu latu ra del rostro, lleva
las exp resion es faciales m ás allá de lo s lí
m ites de las p o ses c otid ia n as y de la con ven -
c ion alid ad .
E sto s ejercicios, el e m p leo de m aq u i
lla je s y p e in a d o s e sp e c ia le s , d e c o lo r e s
a n ó m a lo s, perm iten al actor cam biar to ta l
m ente su exp resión y dirigirla h a d a la extra-
cotidianidad de form a fría y calculada (tanto
en C h in a c o m o en Japón existen verdaderas
p ro p o rcio n es geom étricas para d eterm inar,
seg ú n las m edidas de la cara, la ex ten sió n
d eí m aq u illaje y sus lin eas). E í su dor que
baña ab u n d an tem en te el rostro d u ran te el
esp ectácu lo p rop orcion ará esa p átin a esp e
cial, brillante, lu m in o sa y v iv a , a lo s colores
en g e n e r a l o p a c o s d e lo s m a q u illa je s ,
a u m en ta n d o su c re d ib ilid a d . Y , en e fe c to ,
é sto s n o se m an ifiestan an te el esp ectad or de
fo rm a del to d o in n atu ral, y a q u e el rostro
con serva p len am en te su m ovilid ad .
222
OJOS Y ROSTRO
223
OJOS Y ROSTRO
224
El rostro provisional
Si por un lado existe este deseo de
teatral izar, es decir dramatizar eí rostro del
actor dilatándolo, por otro está ía exigencia
de respetar, con ayuda de una precisa codi
ficación, las llamadas leyes de la vida: ya lo
vim os a propósito de la particular técnica de
mirar 30 grados por encima de ío normal
para cambiar ía tensión de la colum na ver
tebral (cfr. p. 214).
Pero existe una ulterior hipótesis para
llegar a la extra-cotidianidad del rostro: la
máscara.
Cuando el actor se pone una máscara
es com o si utilizase un cuerpo decapitado:
renuncia a ía posibilidad de todos los m o
vim ientos y todos ios juegos que la mus
culatura facial es capaz de realizar. Con la
máscara, desaparece la enorme riqueza del
rostro y se crea una fuerte resistencia entre
un rostro provisional (kamen en japonés) y
el actor, que hace aparecer com o decapi
tación el hecho de transformar su propio
rostro en aígo aparentemente m uerto. Este
es en realidad el mayor desafío para un
actor: tener una estaticidad, una fijeza, una
inm ovilidad y transformar esta caim a en
m ovim iento. Teatros com o el N ó han lle
vado a sus últimas posibilidades el empleo
de ía máscara, descubriendo sus leyes ex
presivas y adoptándolas en una refinadí
sima técnica de fabricación que hace de las
máscaras N ó verdaderas obras maestras de
escultura. Con pequeñas oscilaciones, m e
suradísimas* inclinando la m áscara con
determinadas form as, se juega con la in
cidencia de la luz que hace cambiar las som
bras; y una adecuada tensión en toda la
colum na vertebral logra dar a la máscara
una nueva posibilidad de vida, la que su
caíidad de o b jeto parece negarle a priori
(ils. 40-43).
En el teatro occidental de hoy la m ás
cara es rechazada com o artificial y de aígún
m o d o represiva resp ecto al actor; e in
cluso cuando el actor (com o en eí caso deí
m im o D ecroux), quiere borrar el rostro (De-
croux m anifiesta que el rostro y ías m anos
so n “ instrum entos de la mentira y secu a
ces del parloteo” ), se recurre a máscaras
neutras o a velos, y no a un rostro. En
cam bio se utilizan más las medias máscaras,
las que cubren sólo ía mitad del rostro (por
lo general ía superior): conocidas por la
C om m edia de 11*A rte y el teatro balinés
(ils. 38-3 9 ), asegu ran una cierta inde
pendencia al rostro deí actor.
Pero no vaya a creerse que ía máscara
equivalga para el actor a olvidar que posee
un ro stro : en tre lo s a c to res b a lin é se s
e x is te una costumbre de que el rostro, in
cluso bajo 1a máscara, conserve su m ovi
225
lidad. Es m ás, para que la máscara viva, el
rostro tiene que adoptar ía misma expresión
que la m áscara (il. 3 7 ), reír o llorar al
igual que ella.
.; N o es un exceso de celo: adoptar con
la máscara determinados ipatices de expre
sión, tener seguridad en íos desplazamien
tos a pesar de la disminución dei campo
visual, son acciones que obligan también al
resto del cuerpo a trabajar de una cierta
forma. T odo el que trabaja con la máscara
sabe que ía utilización del cuerpo, a pesar de
realizar las mismas acciones, es completa
mente distinta con o sin máscara.
( o n o c i d o p o r sits c a r a c t e r í s t i c a s de a d o r y d r a
m a t u r g o , D a r í o F o c o m p o n e sus p e r s o n a je s s e l e c
c i o n a n d o a t e n t a m e n t e a c c i o n e s y r e a c c i o n e s tí si c a s
o tnef us o s ó l o F r a g m en to s d e a c c i o n e s . O m i t e p o r
t a n t o t o ti o s ios p a s o s de e x p l i c a c i ó n y c o m p o r t a m i e n
to n e c e s a r i o s p a r a en t r e l a z a r e s t a s a c c i o n e s y F r a g m e n
to s ; es d e c i r , o p e r a una s ín te si s dr am aUÍ r« te¡t en la q u e
I1 1 IÍS ÍIS él m i s m o e s el m a t e r i a l , el i n s t r u m e n t o y el a u t o r .
OMISION
OMISION
Fragmentación y reconstrucción
“ Una dudad y una campiña, desde
lejos son una ciudad y una campiña; pero
conform e nos acercamos a ellas son casas,
árboles, tejas, hierbajos, hormigas, patas
de hormiga. Hasta el in fin ito” .
Com entando esta afirmación de P as
cal, el director cin em atográfico R obert
Bresson dice: “ La fragm entación es indis
pensable si no se quiere caer en la descrip
ción. Ver a los seres y a las cosas en sus
partes separables. Aislar estas partes. H a
cerlas independientes y al final conferirles
una nueva dependencia” .
La vida del cuerpo del actor en escena
es un resultado que procede por elimina
ción: proviene del trabajo de aislar algunas
determ inadas acciones o fragm entos de
acciones realizadas por el actor y revelarlas.
Richard Schechner define este proceso como
restauración del comportamiento (cfr.): así
com o el director de una película lleva a cabo
su montaje cortando la película y pegando
los trozos elegidos, de la misma forma puede
proceder el trabajo del director teatral con
el film de las acciones de un actor. Por este
m otivo las fragm entaciones de m ovim ien
tos de acciones, tanto de un acíor com o de
un bailarín, parecen m ucho m ás complejas
que los m ovim ientos cotidianos: las frag
mentaciones de un actor son el resultado de
una dramaturgia y un montaje por obra del
-actor primero y del director más tarde; es
decir ei resultado de un trabajo basado en la
fragmentación y la reconstrucción. Es com o
si cada acción fuese analizada en sus par
ticulares detalles e impulsos y luego recons
truida en una secuencia cuyos fragm entos
iniciales pueden haber sido am plificados o
cambiados de lugar, superpuestos o sim
plificados.
La om isión es un principio inm ediata
mente evidente apenas se empieza a eliminar
algunos elem entos visuales de las acciones
de los actores, por ejem plo un accesorio o
un instrumento. La flauta es un instrumen
to tan antiguo y popular que es conocido
por todas las culturas humanas (ils. 1-4):
para tocar la flauta traversa es necesario
228
m
OMISION
De necesidad, virtud
La virtud de la om isión no es tan sólo
un juego teatral, sino que es la regla lógica
de una síntesis. La posición de ios dedos de
las m anos practicada en las artes marciales
chinas y japonesas — la form a característica
de articular la mano com o zarpa o com o
tabla— es el testim onio de una síntesis a
través de om isiones que se desarrolla desde
eí entrenamiento a la práctica y permite al
que la ejercita un dom inio de los músculos,
incluso de los m enos utilizados, de las m a
nos. Es la técnica del fcanshu o penetración
de la m ano.
U no de los orígenes de esta técnica se
remonta a la ocupación japonesa de Oki-
nawa ocurrida hace unos 400 años. A los
habitantes de la isla se les prohibió llevar
cualquier clase de armas por lo que éstos
para mantener viva la capacidad de defen
derse de las fuerzas de ocupación desarro
llaron el karate a un nivel particularmente
alto: hasta el extremo de ser capaces de
hendir una armadura y penetrar en ella con
el puño desnudo y también de eludir y des
viar asaltos de espada (il. 8).
L a técnica del kanshu es de todas
form as un antiguo m étodo de entrenamien
to derivado de fuentes chinas (il. 7), Una
maceta o un ánfora se llenan de un polvo
ligero y el alum no se entrena introduciendo
su m ano mantenida en distintas posiciones
(il. 7 a y b). Gradualmente el p olvo es sus
tituido por ei arroz, por la arena, por las
alubias y finalmente por guijarros de piedra.
También la capacidad de aferrar firm em en
te con los dedos es alcanzada de manera
análoga, sencilla pero eficaz: se trata de
aferrar un ánfora de terracota bastante ancha
por los bordes deí cuello, aguantarla y lle
varla así durante un largo periodo de tiem po
(il. 7 c). A i principio el ánfora está vacía:
con el tiempo se llenará de arena o agua.
Representar la ausencia
Ya hemos señalado, al tratar del prin
cipio de equivalencia, que en el m im o los
brazos están considerados —respecto al resto
del cuerpo— com o parte no esencial, sino
anécdota, literatura. Decroux (com o ocurre
asim ism o en muchas tradiciones orientales)
efectúa a menudo un proceso de absorción
de la energía únicam ente en el tronco.
También en este caso se puede hablar de
om isión, es decir de eliminación del elem en
to superfíuo de la acción para que aparezca
más claro y esencial el elemento necesario.
La oposición que se crea en este caso, entre
la fuerza que im pulsa a la acción y la fuerza
que retiene una determinada parte, produce
ese tipo particular dé energía que hemos
definido en el tiempo (cfr. Energía) y que
constituye una de las m anifestaciones fu n
damentales de ia vida deí acíor en el es
cenario, Ello se produce cuando el actor
elimina un accesorio o una parte de sí mismo:
pero ¿qué ocurre cuando el actor se om ite
por entero a pesar de no salir de escena?
En el teatro occidental, la existencia
d e los bastidores y el foro permite al actor
salir de escena y transformarse fuera de la
mirada del espectador. En el teatro oriental
los espectáculos, surgidos al aire libre, han
propiciado una elevada dosis de conven
cionalism o (en función no ilusionista) que
es comúnm ente aceptada por el público: el
público en efecto admite la presencia de
ayudantes que facilitan y propician las
acciones del actor (ils. 9-10). Y acepta que
el actor le dé la espalda. Una acción, esta
última, que estaba severamente prohibida en
los teatros occidentales, cuya frontaüdad
obligaba al actor a caminar hacia atrás para
n o ofender a los espectadores. Los actores
orientales no se aprovechan sin embargo de
este convencionalism o aceptado por el pú
blico, todo lo contrario. Conscientes en ver
pero también ser vistos, los actores orien
tales se ausentan de formas bastante com
plicadas que los obligan a una presencia a
m enudo mucho más fatigosa que la presen
cia pura y sim ple. C om o en el caso pre
sentado por Katsuko Azuma (il. 10), obliga
a curvarse hacia atrás para mostrar el escote
del kim ono (considerado erótico y elegan
te); o en el otro caso presentado por Sanjuk
ta Panigrahi, que sentada en una incóm oda
postura muestra, sin que se vea su rostro, la
larguísima trenza negra (también conside
10. Representación de ía esencia: un ayu rada erótica y elegante) y la m ano, en un
dante de escena (kuroko) ajusta el vestuario de gesto casi de invitación (il. 11).
Katsuko Azuma, durante un descanso entre dos
fragmentos de danza.
11. Sanjukta Panigrahi se ausenta del espec
táculo : dando la espalda al público de forma teatral,
representa su ausencia.
231
OMISION
La virtud de la omisión
La virtud de la omisión no tan sólo en
el teatro sino también en las artes marciales
y en las artes figurativas, es la condición
necesaria para llegar a una síntesis: ésta
refuerza la funcionalidad, en el caso de las
artes marciales, o eí bios escénico, la presen
cia del actor en el caso del teatro.
D ario F o, conocido por sus caracte
rísticas de actor-dramaturgo com pone sus
personajes seleccionando atentamente de
terminadas acciones y reacciones físicas, o
incluso sólo fragmentos de acciones. Omite
por tanto to d o s los pasos de explicación y
com portam iento necesarios para entrelazar
estas acciones y fragmentos; es decir, opera
una síntesis dramatúrgica en la que él mismo
es el m aterial, el instrum ento y el autor
(ils. 12-17).
Probablemente sea algo más que una
coincidencia de la misma manera que las
tiras de dibujos sean el resultado meditado
de una elección realizada por el dibujante:
to strip en inglés significa también quitar a
trozos, y la strip, la tira, es por tanto, también,
el resultado dé una serie de om isiones y
cortes.
232
¡a
La b a if tiiin a a le m a n a M a r y trig n ia n en
Taiizgesange (1935).
' Oí-14/
W m m
m S sm m
a n t ic ip a t io n / a c t io n / r e a c t io n
2
OPOSICIONES
235
OPOSICIONES
236
OPOSICIONES
237
OPOSICIONES
238
OPOSICIONES
239
OPOSICIONES
La línea de la belleza
El principio de las oposiciones se ma
nifiesta en la India de una manera carac
terística tanto en la danza como en las demás
artes figurativas: recibe la denom inación de
íribhangi, literalmente tres arcos. Una S (ca
beza, tronco, piernas) atraviesa al bailarín,
cuyo equilibrio precario, form ando nuevas
resistencias y tensiones, crea la arquitectura
extra-cotidiana del cuerpo (ils. 14 y 19).
La línea serpentina del tríbhangi per
tenece también a la tradición del arte occi
dental más antiguo.
Fueron ios griegos quienes descubrie
ron que la belleza de un cuerpo se expresa
no sólo en sus justas proporciones sino
también en una particular posición anató
m ica. El escultor P olícleto fue eí primero en
crear un canon para la escultura de la es
tatua desnuda: consiguió entre otras cosas
establecer e x a c ta s p r o p o r c io n e s d e sc u
briendo que la altura de la cabeza se halla
contenida de 7 a 8 veces en la de todo el
cuerpo. La validez de este canon está re
frendada por las figuras de Miguel Angel o
de Rafael que respetaron estas proporciones
en sus respectivas épocas.
Lo que queremos señalar no son tanto
las proporciones del cuerpo como esa carac
terística posición com ún a toda la estatuaria
griega y helenística, desde el Jo ¿en de Polícleto
a la Venus de Milo(ü. 16): dicha posición se
expresa en eí desplazamiento lateral de la
cadera, motivada por la decantación del
equilibrio sobre un solo pie, y en el despla
zam iento lateral de la cabeza m otivado por
la torsión del tronco.
Esta rotación dinámica del cuerpo,
estabilizada sobre un eje central que da un
carácter particularmente “ m óvil” a ía figu
ra fue recogido en el “ hanchem ent” (m ovi
m iento de la cadera, del costado) de los
escultores florentinos del siglo X VI contra
el aplanam iento e inm ovilidad d éla s figuras
deí arte bizantino y medieval; y natural
mente fue recuperado por el Renacim iento
directamente vinculado al arte clásico. A un
que eí gusto personal y ei de la época jugasen
en ello un papel decisivo (fue Durero quien
sentenció que no existe un solo tipo de be-
ííeza sino m uchos) el m ovim iento que cam
bia sus directrices continuam ente girando
en torno a un eje central sigue siendo una
form a inalterada de principio que asegura
al cuerpo y a la figura una “ vid a” propia.
En el siglo XVIII esta línea dinám ica
inspiró a W illiam H ogarth lo que llamó “ la
línea de la belleza” : una línea serpentina
inscrita en una pirám ide (il. 18). C om bi
nación de acción y reposo, de equilibrio y
asimetría; danza de oposiciones que per
sonificó H ogarth com o la belleza ideal.
240
Tribhangi o tres arcos
E l tribh an gi q u e, en la dan za y en la
estatuaria hindú es inm ediatam en te evid en
te, pu ed e encontrarse tam bién en actores de
otras culturas, en su calidad de d an za de las
o p o sic io n e s bailada en el cuerpo. O bser
v em o s las p osicion es de ia bailarína O d issi,
San ju k ta P anigrahi y la bailarina clásica
N a ta lia M akarova (lis. 19-20).
E xiste un contraste evidente: la se n sa
c ió n d e gracia y ligereza, casi de levitación
de u n ser etéreo con trasta con algo extra
ordinariam ente terrestre y sensual presente
en cam b io en San ju k ta P anigrah i. Sin em
b argo, tras esta ap arien cia, las d o s espinas
dorsales trabajan de la m ism a form a: lo que
cam bia es sólo la m anera en la que se m u es
tra el trabajo realizad o. En ía bailarina c lá
sica se aplica un a din ám ica que hace a lto ,
e sp igad o y filifo rm e, casi trepador el cuer
p o; e n la bailarina O dissi en cam bio existe
un a fuerza que ío con tien e, en la que las
o p o sic io n e s trabajan para alcanzar el m áxi
m o efecto de sinuosidad (por ejem p lo las
242
OPOSICIONES
243
OPOSICIONES
La prueba de la sombra
A i crear oposiciones el actor crea re
sistencias: la resistencia a la que se enfrenta
hace que cada movim iento realizado se vea
am plificado en densidad, mayor intensidad
energética y aumento del to n u s muscular.
Pero también se produce una ampliación en
el espacio: a través de esta dilatación espa
cial la atención del espectador es dirigida
y precisada, y la acción dinám ica ejecutada
por el actor se hace al mismo tiempo com
prensible. Existe una prueba óptim a para
este dinam ism o: el actor puede aplicar la
p r u e b a d e la so m b ra , una de las reglas más
conocidas por los dibujantes de historie
tas y películas animadas para conferir in
teligibilidad e inmediatez a las figuras bidi-
mensionales (il. 31).
Ingemar Lindh muestra cóm o una
acción de indicar (il. 32) que respeta las
oposiciones, resulta poco ciara para quien
la ve si es efectuada frontalmente (il. 33):
esta posición frontal, que no respeta la p r u e b a
d e la so m b ra es b a d tanto para el dibujante
com o para el actor. Walter Benjamín se
ñalaba justamente: “ El actor debe espaciar
sus gestos al igual que un tipógrafo debe
espaciar sus palabras, de manera que sus
gestos puedan ser citados” .
A lgunos ejercicios del mimo según
D ecrouxinspirados en el principio de cóm o
crear las oposiciones en el cuerpo: a firm a
ció n , c o n firm a ció n . D e la posición de base
(ils. 36, 40, 44) al primer m ovim iento (ils.
37, 41, 45) que son iguales para los tres
ejercicios, se pasa a la resolución de la ter
cera posición que resulta decisiva (ils. 38,
42, 46). Estos ejercicios muestran claramen
te la función de la oposición y evidencian e
papel desem peñado por las líneas quebra
das y oblicuas: son más in teresa n tes que las
líneas rectas (ils.39,43). Por distintos cami
nos, más próxim os a la civilización occiden
tal, estos ejercicios del mimo que recuerdan
la b io m e c á n ica de M eyerhold parecen sim
plificar las com p lejas arq u itectu ras del
trib h a n g i hindú: sin embargo en su sim
plicidad hallamos la claridad y el rigor de un
trabajo aplicado a descubrir las leyes del
movim iento del actor a la luz de lo que
pueda percibir el espectador. La a firm a
c ió n , la c o n fir m a c ió n y la c o n tra d ic c ió n
son una forma explícita de poner en escena
la atención del espectador en los m onosí
labos “ si” y “ n o ” .
244
OPOSICIONES
34
43
PIES
H P1ES
Microcosmos-macrocosmos
En eí pie se ve un tip o particular de
vida c o m o en un m icrocosm os. E n lo s n iñ os
recién n a cid os la vida ñ u y e por io d o su
cu erp o, y aparece evid en te si se observan ios
ded os de sus pies en c o n tin u o m ovim ien to.
En la p o sició n adop tad a por lo s actores
hindúes parece que quiera encontrar el equi
valente de aqu ella vid a q u e p o sey ó com o
recién nacido cuando su pie todavía no había
sido adiestrado por !a form a de cam inar o
por el calzado (il. 1 - 2 ),
E s interesan te observar sin em bargo
q u e esta vida es reconstruid a a través de otro
adiestram iento del pie. L a revolu ción de la
dan za m oderna se dice que n ació cuand o los
bailarines em pezaron a bailar descalzos a fir
m an d o con el ab a n d o n o d e las rígidas zap a
tillas de raso la lib e rta d del pie. Y es cierto,
d escalzos trabaj an io d o s lo s actores y b aila
rines hindúes (K athakali, Bharata N atyam ,
Odissi), los bailarines delsureste asiático d esd e
C am b oya hasta Indonesia; y cu b iertos tan
só lo por unas m edias especiales q u e les per
miten deslizarse sobre el suelo, trabajan tan to
lo s actores ja p o n eses c o m o lo s ch in os (ex
cep tu an d o alg u n o s p ap eles). P ero aun q u e a
prim era vista el pie d esn u d o pu ed a parecer
lib re e llo n o d eb e llev a rn o s al en g a ñ o : en
to d a s las form as de teatro co d ific a d o el pie
d esn ud o es ob lig a d o a d efo rm a cio n es o a
p osicion es deform an tes c o m o si llevase un
tip o particular de calzado. Son estas auto-
deform aciones las que perm iten la v ariación
del e q u ilib rio , las especiales form as de cam i
nar y de m antener un a ten sión distinta en
cada parte del cuerpo.
T an to cu an d o están con streñ id os en
calzad os esp eciales, co m o cu an d o se dejan
en libertad, lo s pies so n lo s que decid en la
form a del c u erp o y su d esp la za rse p or el
e sp a c io (ils. 3-4).
248
PIES
249
De puntas
P etip a , el gran c o re ó g ra fo francés
fu n d ad or de un particular estilo de danza
clásica, so sten ía que el pon erse de p u n ías
sirve para dar “ el to q u e fin al a to d o el
cuadro**; y en e fe c to este virtu osism o d e lo s
bailarines, d o n d e parece encarnarse el sím
b o lo de la d an za clásica o ccid en ta l, es tan
só lo la últim a de las p oten cialid ad es en la
dirección d e ía extra-co tid ian id ad . D esd e
qu e N overre en 1760 en sus cartas sob re la
d a n za e s ta b le c ió lo s sie te m o v im ie n to s
fu n d am en tales {doblarse, alargarse, elevar
se, saltar, deslizarse, lanzarse y girar) n o h a
hab id o bailarín o c o reó g ra fo que n o h aya
añ a d id o , interp retado o corregido a.su m a
nera la trad ición francesa. P ero la gran re
v o lu c ió n de N o v erre, q u e tu v o el m érito de
alentar lo s m o v im ie n to s libres del cuerp o,
aun q u e fija n d o reglas; sig n ific ó sob re to d o
un p rin cip io fu n d am en ta l al q u e n in gu n o de
sus su cesores ha p o d id o sustraerse. N o se
pu ed en entender lo s siete m o v im ie n to s sin
gu larizad os, n o se p u ed en fijar reglas para
cad a parte del cuerp o si se con cib en por
separado.
L a an a to m ía de n u estro cuerpo está
estru ctu rad a de fo rm a q u e e l m ás p eq u eñ o
m o v im ien to d e un a so la de las partes d es
pierta c o m o u n e co m uscu lar en to d o ei
resto. Sobre esta base, por ejem plo, las reglas
qu e gob iern an lo s p ies, en ía dan za clásica
al igual q u e e n las d em ás fo rm a s de teatro
c o d ific a d o , n o pod rán prescindir de c o n
siderar su u tiliza ció n tan fu n d am en tal, y en
eí fo n d o tan se n c illa q u e p od ría parecer in
c lu so o b v ia , y sin em bargo es la qu e d istin
gu e en la d an za clásica a lo s grandes m aes
tros y a lo s grandes bailarines: lo s q u e só lo
se p reocu p an p o r la técn ica, por las reglas
qu e o rd en an las d istin tas partes del cu erp o
y lo s m o v im ie n to s, y lo s qu e d o m in a n d o la
técn ica so n cap aces de coord in ar ía a cción
del p r o p io cu erp o en un a síntesis p erson al,
en su estilo p ro p io .
A pesar de e llo , n o se les puede negar
a lo s pies u n papel d ecisivo en ía fo r m a de
ser del actor: en otras culturas con stitu yen
ia verdadera b ase — física y estética— de la
interp retación teatral.
PUES
5 . L a a n a to m ía d el p ie de u n b a ila rín c lá s ic o
o c c id e n ta le n la p o s ic ió n de p u n ta s : e x is te n , c o m o
se p u e d e v e r , d is tin ta s fo rm a s de e s ta r “ e n p u n
í a s ” en re la c ió n a la a r tic u la c ió n d el p u lg a r.
6. D ia g r a m a d eí m o v im ie n to de p u n ta s e x
tr a íd o d el m a n u a l de d a n z a c lá s ic a de K ir s t e in ,
A c o m p a ñ a d o p o r o s c ila c io n e s de io s b ra z o s , el
c u e rp o de la b a ila r in a se m u eve lle v a d o p o r u n a
se rie d e d e s p la z a m ie n to s c a s i im p e rc e p tib le s de!
p u lg a r . E l m o v im ie n to norma! o c o tid ia n o d e u n a
p ie r n a q u e sig u e a la o tr a es s u s p e n d id o : el
c u e rp o p a re ce ñ u c t u a r en la esc e n a .
7 . L a cé le b re b a ila r in a c lá s ic a v ie n e s a F a n n y
E s s le r (1 8 1 0 -1 8 8 4 ) en u n a e stam p a del s ig lo X I X .
L a f o r m a de c a m in a r en la d a n z a c lá s ic a o c c id e n
t a l, a l m a rg e n d e la s fo rm a s c u ltu ra le s s u p e r f i
c ia le s , e stá b a sa d a en lo s m ism o s p rin c ip io s de
o p o s ic ió n qu e p u e d e n o b s e rv a rs e en o tra s c u l
tu r a s te a tra le s ( c f r . i l . s ig u ie n te ). A n t e s d e 1880,
la s t íp ic a s z a p a t illa s d e la d a n za c lá s ic a e ra n
s im p le s z a p a t illa s s in n in g ú n re fu e rz o de m e ta l
q u e n o o b lig a b a n a l p ie a p a rtic u la re s r e s t r ic
c io n e s : el pie se a p o y a b a en el su e lo c o n to d a la
p la n t a . A p esa r de la te n d e n c ia a e le v a rs e de lo s
b a ila r in e s y de su m a y o r a s p ira c ió n a la l i g e r e a ,
típ ic a de la d a n z a c lá s ic a , la p o s ic ió n del p ie en el
su e lo n o se d ife re n c ia b a de la s m u c h a s d a n z a s
o rie n ta le s ¡a lte r n a n c ia de u n a p la n ta firm e m e n te
a s e n ta d a en el s u e lo c o n o tr a a p o y a d a de p u n ta s
( c f r . i l s . 12-16 c o n la p o s ic ió n de F a n n y E s s le r ) .
8. D ia g r a m a d e u n entrechat (lite ra lm e n te
“ in te r c a m b io ” ) d ib u ja d o p o r F rie d e r ic h A lb e r t
Z o r n , a u to r de u n p re stig io so m a n u a l, Gram-
matik der Tanzkunst ( L e ip z ig , 1887) qu e in c o r
p o ra b a in fo rm a c io n e s té cn ic a s re c o g id a s en tre
1600 y 1885. E l entrechat es el p aso en el a ire típ ic o
d e l b a lle t c lá s ic o : eí d ia g ra m a m u e s tra el c re c ie n te
r e m e r o de veces q u e la s p a n to r rilla s se e n tre
c h o c a n en el a ir e : lo s b a ila rín e s de n u e stro tie m p o
lle g a n a h a c e rlo o c h o ve ce s: N ijin s k i lle g a b a a
d ie z . E s te p aso d eí b a lle t es u n a f o rm a de m o s tra r
q u e el b a ila rín “ c a re c e de p e so ” . F u e a t ra v é s de
la e v o lu c ió n de esto s p aso s en el a ire q u e el b a lle t
c lá s ic o o c cid e n ta l p e rd ió d e fin itiv a m e n te , en la
ép o c a ro m á n tic a , el c o n ta c to c o n eí s u e lo .
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PIES
252
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17-24, F o r m a de c a m in a r del a c to r N ó m o s
tr a d a p o r K o s u k e N o m u r a . L o s p ies n o se le v a n
ta n n u n c a del su e lo s in o qu e se d e sliz a n o b lig a n d o
a l c u e rp o a a g a c h a rse p a ra fle x io n a r Sas r o d illa s .
E s t a f o rm a de a n d a r es m u y p a r tic u la r p o rq u e lo s
h o m b ro s no sub e n y b a ja n co m o en la f o rm a de
c a m in a r c o tid ia n a : es el c a ra c te rís tic o a n d a r d el
a c to r N ó , re a liz a d o sin sac u d id a s y c o n u n a v e lo
c id a d qu e puede v a r ia r sin d e sc o m p o n e r la a r
q u it e c t u r a g lo b a l d el c u e rp o . E l a c to r , c u b ie rto
p o r a m p lio s y la rg o s k im o n o s q u e s ó lo d e ja n a l
d e s c u b ie rto lo s p ie s , p a r e c e en to n ces le v it a r so b re
el s u e lo .
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2 5 -2 6 . P la n t a d el te a tro N ó y v is ió n f r o n t a l
del e s c e n a rio : p ue d e v e rse c la ra m e n te el p u e n te
( hashigakari ) qu e el a c to r debe a t ra v e s a r p a r a
p a s a r p o r ía “ h a b ita c ió n del esp ejo **, d o n d e se
u lt im a la c e re m o n ia de la v e s tid u r a , h a sta el v e r
d a d e ro e s c e n a rio . L o s n ú m e ro s in d ic a n lo s p u n to s
de re fe re n c ia e se n c ia le s de u n a e sc e n a N ó : í .
P i la s t r o del waki (s e g u n d o a c t o r ) ; 2 . E s c a le n t a s ;
3 . P i l a r de o rie n ta c ió n ( p a ra lo s a c to re s co n
m á s c a r a ); 4 , P u e r t a p a r a lo s n o b le s ; S . P i l a r de
la s f la u t a s ; 6 . P i l a r d el shite (p rim e r a c t o r ); 7 .
P u e r t a c o rre d iz a p a r a la e n tra d a del c o r o ; 8 . P a n e l
la t e r a l; 9 . P a n e l de fo n d o p in ta d o c o n u n p in o ;
10. P i l a r del a siste n te de e sc e n a ; 11, P i l a r d el
Kyogen (a c to r c ó m ic o ); 12. P r im e r p in o ; 13. P i
la re s q u e m a rc a n e l e s p a c io ; 14. S e g u n d o p in o ;
15. T e r c e r p in o ; 16. V e n ta n a p a ra m ir a r el es
c e n a rio p o r d e trá s ; 17. T e ló n ; 18. E s p e jo en la
h a b it a c ió n h o m ó n im a ; 1 9 . P i l a r e s d e la p u e r
ta d e l t e ló n ; 2 0 , P a re d d eí fo n d o .
2 7 . In t e r io r d el te a tro K a b u k i en u n a e s ta m
p a de 1 7 4 0 del p in to r O k a m u r a M a s a n o b u . P u e d e
v e rs e la d is p o s ic ió n d el e sc e n a rio y la p a s a re la -
p u e n te lla m a d a hanamichi (c a m in o de la s flo r e s )
q u e d iv id e en d o s la p la te a y a tra v é s de la c u a l lo s
a c to re s e n tra n y s a le n c o n p a rtic u la re s té c n ic a s y
fo rm a s de c a m in a r. N o m u e s tra ú n ic a m e n te la
a rq u ite c t u ra in te rn a d el te a tro sin o ta m b ié n el es
p e c tá c u lo y la m a n ife s ta c ió n so c ia l qu e el m is m o
c o n s titu y e : se c o m e , se bebe y se c o n v e rs a d u ra n te
la p ro p ia re p re s e n ta c ió n . U n o s fa r o lito s c u e lg a n
d el te ch o c o n el mon d ib u ja d o , el e m b le m a de lo s
a c to re s p rin c ip a le s q u e a c tú a n en el e s p e c tá c u lo .
S o b r e lo s p ila r e s , a la iz q u ie r d a y d e re c h a del p a lc o
c e n t r a l, lo s títu lo s de lo s e sp e c tá c u lo s y la s d a n z a s
d el p ro g ra m a . L a s fig u r a s de la p a rte , a d e re c h a e
iz q u ie r d a , so n a siste n te s q u e ilu m in a n u o sc u re c e n
la s a la a b rie n d o o c e rra n d o lo s p an eles c o rre d iz o s :
en J a p ó n , h a sta f in a le s del s ig lo p a s a d o , lo s esp ec
tá c u lo s te n ía n lu g a r ú n ic a m e n te p o r ía m a ñ a n a .
2 8 . E3 C o rr a l de las c o m ed ia s en A lm a g r o , E s
p a ñ a , es e l ú n ic o q u e , s ie n d o de m a d e ra , se h a
c o n s e rv a d o h a sta nu estro s d ía s . A pesar del in c re í
b le p a re c id o c o n 1a ilu s t r a c ió n a n te r io r (d is p o
s ic ió n de la p la te a , de lo s p a lc o s , p re s e n c ia de u n
te ch o s o b re ei e s c e n a rio , ilu m in a c ió n e in c lu s o el
c o lo r de lo s p ita re s) es e v id e n te la d ife re n c ia re s
p e cto a l e s p a c io e sc é n ic o o rie n ta !.
29. E n el te a tro ja p o n é s la fo rm a de c a m in a r
en el e s c e n a rio es u n a rte qu e re q u ie re a ñ o s de
e je rc ic io an tes de se r co m p le ta m e n te d o m in a d o .
Ilu s t r a m o s lo s esq u em as de p aso s de a lg u n o s p a
p eles e n el K a b u k i, A : p aso s a m p lio s del s a m u r a i,
v o lte a d o s h a c ia el e x t e r io r , m u e s tra n c o n lo s p a so s
la rg o s y a b ie rto s to d a la g a lla r d ía y a rro g a n c ia del
g u errero (ca m in a ta lla m a d a roppo). B . C . D . : d i
v e rs a s m a n e ra s de c a m in a r onnagata (a c to re s
m a s c u lin o s qu e in te rp re ta n p ap ele s fe m e n in o s ).
P a r a io s p ap ele s de m u je r jo v e n y p rin c e s a el
onnagata tie n e lo s m u s lo s y la s ro d illa s f ir m e
m e n te c e rra d o s y lo s p ie s vu e lto s h a c ia el in t e r io r
( A ) : c a m in a c o n un p a so m e n u d o , ap e n as le v a n
tado el ta ló n , a m ane ra de! ‘ ‘c o c o d rilo ’ 1 {waniashi).
L a m u je r c a s a d a o la s m u c h a c h a s m ás p re v e n id a s ,
a la r g a n u n p o co el p a s o , a flo ja n d o la te n s ió n a l
n iv e l d e la s ro d illa s ( C ) . L a s c o rte sa n a s tie n e n u n
p a so u n p o co m ás a m p lio ( D ) , c u id a n d o d e ja r
e n tre v e r el f o n d o r o jo q u e lle v a n d e b a jo d el
k im o n o , d e s c rib ie n d o c o n el p ie u n la rg o s e m i
c ír c u lo en c a d a p r o g r e s ió n ..
255
ta lo n es c o n las rodillas d ob lad as (que es la
form a ja p o n esa d e sentarse en el su elo): y
n o h ay d u d a d e q u e debían aparecer en
varad os.
P ero ju stam en te c o m en ta T adashi
S u zu k i, un a de las personalidad es del teatro
c o n te m p o rá n eo ja p o n és m ás interesadas en
la c om p aración de las técn icas propias de los
actores, “ interpretar en el escen ario n o sig
n ifica aproxim arse o reproducir lo m ás
exactam en te p osib le la v id a cotid ian a; u n a
interpretación debe estar b asad a en la verdad
de la existencia del hom b re actor sobre el
escenario, en la verdad de su m ovim ien to y
de su d icción . D esde este pu nto de vista la
longitud de las articulaciones de lo s actores
japon eses carece d e im portancia: n o sería
eso lo que desfavorecería a lo s jap on eses en
la interpretación de lo s teatros traducidos y
ta n to lo s ja p o n eses c o m o lo s eu rop eos a
pesar de tener las articu lacion es m ás largas
n o se r ía n a c to r e s si c a r e c ie se n d e esa
verdad. (. . .) T am b ién el n u ev o teatro ja
p o n és debería basarse en la u tilización de los
p ies, p orqu e form a parte del realism o jap o
nés, un rico tesoro de d istin tas form as de
cam inar. El n u ev o teatro en ca m b io ha c o n
siderado el realism o com o un m étodo para
describir de form a genérica la vid a co tid ia n a ,
y desd e este p u n to de vista b asta c o n qu e el
cam inar sea natu ral y co tid ia n o para q u ien
lo ve. E n el escen ario en cam bio cualquier
m ovim iento es ficción . (. . .) E s m ás bien
irón ico q u e en el teatro N ó eí p ro ta g o n ista ,
q u e es siem pre u n esp ectro, el fa n ta sm a de
un m u erto, se m an ten ga a ten to al arte d e los
p ies m ien tra s el n u e v o te a tr o q u e d eb e
expresar a lo s hom b res viv o s y m od ern os
d escuide lo s p ie s” . (T ad ash i S u zu k i, La gra
mática de los pies.)
L o s p ies c o m o p r otagon istas del arte
del caminar tien en a d isp o sic ió n en el es
p a cio escénico de los tesoros clásicos jap o
neses largos recorridos: ta n to en el N 6 c o m o
en eí K abuki (ils. 26-27) u n largo p u en te une
el fo r o c o n el escen ario p rop iam en te d ich o.
P o r este p u en te hacen su entrada lo s per
s o n a je s : se tr a ta d e la a p a r ic ió n d e e se
cuerpo ficticio y dilatado en el transcurso
d eí cual eí esp ectad or tien e o c a sió n de per
cibir la extra-cotid ian id a d deí actor. N o es
casual q u e el largo p u en te del K abuki se
llam e hanamici, eí camino de las flores: ah í
es d o n d e adq uiere form a esa “ flor m aravi
llo s a ” , el grad o su m o del arte de un actor
según Z eam i.
PIES
257
PIES
35a
258
Bailarina catnboyatici vestido de príncipe (foto del
año de 1930).
SI
«En cuanto a persona física, ei actor
posee un cuerpo de sangre y huesos cuyo peso
físico está controlado p o r fuerzas físicas; posee
experiencias sensorias de lo que sucede dentro y
fuera de su cuerpo; y del mismo m odo, sen
timientos, deseos, aspiraciones;pero sin embargo
como instrumento artístico el bailarín consiste —al
menos para su público —únicamente en lo quede
él puede verse. Sus propiedades y acciones son
definidas implícitamente p o r él, cóm o aparece y
p o r qué lo hace. Un peso de cien kilos sobre la
balanza no será percibido p o r el público si parece
que tiene la ligereza de una libélula; sus turba
ciones están limitadas a lo que aparece en sus
gestos y en sus posturas» (Rudolph Arnheim,
Arte y percepción visual).
260
PRE-EXPRESIVIDAD
262
PRE-EXPRESIVIDAD
264
PRE-EXPRESIVIDAD
266
PRE-EXPRESIVIDA»
267:
PRE-EXPRESIVIDAD
268
decir una vida dispuesta a transformarse en
acciones y reacciones precisas.
El cuerpo ficticio
“ El teatro occidental, por lo m enos el
teatro occidental m oderno, se basa en la
identificación entre el cuerpo individual co
tidiano y el cuerpo ficticio del personaje; se
cree o al menos se ha creído, que sólo existen
estos dos niveles. En la mayor parte de las
form as tradicionales de teatro japonés, en
cam bio, se descubre fácilmente un nivel in
termedio entre el cuerpo cotidiano del actor
y el cuerpo imaginario, por decirlo así, del
personaje. Pongam os un sencillo ejem plo.
Cuando un actor del N ó abandona el es
cenario porque el espectáculo en el sentido
estricto de la palabra ya ha terminado, tiene
una extraña praxis: sale muy lentamente,
com o si su salida fuese parte integrante de
su espectáculo, y en ese mom ento ya no es
el personaje, porque la acción del personaje
ha term inado, pero todavía no es el actor en
su realidad ni en su cotidianidad. Es pre
cisam ente algo entre esas dos cosas, y este
estado puede durar un minuto. El actor re
presenta de alguna form a su propia ausen
cia; pero la ausencia tiene un valor en cuanto
espectáculo y es por tanto una ausencia pre
sente. D icho así parece una paradoja, pero
en la realidad práctica es una evidencia.
Lo m ism o ocurre en el Kabuki; los actores
n o tienen que desaparecer, sino mostrarse y
m antenerse en un estado fictif ( . . . ) .
D e forma arbitraria, porque no he
p o d id o encontrar palabras más exactas,
he hablado de cuerpo fictif: no ficción dra
m ática, sino el cuerpo que concentra todas
sus fuerzas en una cierta zona “ ficticia” ,
que finge no una determinada ficción sino
una especie de transformación del cuerpo
cotidiano a un nivel pre-expresivo*\ (M o-
riaki Watanabe, Entre Oriente y Occidente.)
270
PRE-EXPRESIVIDAD
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775
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280
Bailarín Chitan de Pumita en el papel dé! gigante
Ravana.
wmmm
■' ■
‘V . ■
« L a ' g e n t e del pu e bl o c r e í a q u e en In g l a t e r r a la
le n g u a n a c i o n a l er a la m i s m a q u e en la In d ia , el h in d ú ,
-•'X P r o b l e m a , ¿ h a y q u e c o n d e n a r el C h h a u de e s te
p u e b l o , ta n l l e n o de a s p i r a c i o n e s c o n t e m p o r á n e a s ,
c o m o n o c l á s i c o ? ¿o bien la me,seo lanz a s i n c ré ti c a de
M a h a b i i a r a t a e In g l a te rr a de be ser a c e p t a d a c o m o la
e v o l u c i ó n n a t u r a l de la d a n z a C h h a u ? » ( R i c h a r d
Schechner).
RESTAURACION
DEL
COMPORTAMIENTO
g RESTAURACION DEL COMPORTAMIENTO
283
RESTAURACION DEL COMPORTAMIENTO
Bharata Natyain
El Chhau de Purulia
1# *
RESTAURACION DEL COMPORTAMIENTO
arrogante y poses plásticas. Las historias suelen estar sacadas de los poetas épicos
hindúes y de los Purana, y describen casi siempre duelos y batallas. Tamborile
ros de la casta Dom hacen sonar enormes tímpanos y largos tambores oblongos,
induciendo al paroxismo a los danzantes que hacen piruetas en el aire, gritan y
combaten entre sí. Entre los pueblos que concursan en la fiesta anual de Matha,
aldea dé montaña, existe una rivalidad feroz. Según Asutosh Bhattacharyya,
profesor de folklore y antropología en la Universidad de Calcuta, que desde 1961
se halla dedicado totalmente al Chhau, la región de Purulia está habitada por
muchas tribus aborígenes cuyas “ costumbres religiosas y fiestas sociales guar
dan muy poco parecido con las del hinduismo ( ...) Pero también es un hecho que
los Mura de Purulia son ardientes danzantes de Chhau. Sin poseer prácticamente
ninguna instrucción ni posición social, los miembros de esta comunidad han
ejercitado con la máxima fidelidad, en algunos casos durante varias generaciones,
este arte básado en los episodios del Ramayana,. del Mahabharata y de la literatura
clásica hindú (. .' .) A veces todo un pueblo, por pobre que sea, habitado
exclusivamente por los Mura, sacrifica sus propios recursos ganados con esfuerzo
para organizar grupos de danza Chhau” .
Esto representa un problema para Bhattacharyya: “ El método seguido
actualmente en la danza Chhau no pudo haber sido elaborado por la población
aborigen que practica danza. Esta es en efecto la aprobación de una cultura más
elevada dotada de un agudo sentido estético” .
Plantea la hipótesis de que hayan podido ser los tamborileros, los Dom,
un grupo al margen de las castas, los que dieron origen al Chhau, porque
antiguamente los Dom eran “ una comunidad altamente sofisticada (. . .), va
lerosos soldados de la infantería de los señores feudales locales” . Sin trabajo
cuando los ingleses pacificaron la región en el siglo XVIII, poco diestros
en la agricultura a.causa de lo que Bhattacharyya llama la “ vanidad de su
pasada tradición guerrera” , fueron reducidos al estado presente de paria:
trabajadores del cuero, tamborileros. Pero su danza de guerra continúa viva en
el Chhau. En el Relato de Bhattacharyya se advierten distorsiones reveladoras.
Las poblaciones aborígenes no poseen un sentido estético desarrollado, danzantes
de casta elevada son transformados en tamborileros de clase inferior después de
haber transmitido su danza de guerra porque eran demasiado orgullosos para
entregarse a la agricultura (y entonces ¿por qué no utilizaron las espadas
para robar la tierra y convertirse en propietarios agrícolas?).
El certamen anual de Matha no es una tradición antigua sino una fiesta
iniciada en 1967 por Bhattacharyya. Como él dice: “ En abril de 1961 visité un
pueblo del interior en el distrito de Purulia con un grupo de estudiantes de la
Universidad de Calcuta, y vi por primera vez una representación de danza
Chhau (. . .) Encontré que esta danza tenía una estructura y un método
sumamente rígido que parecía muy bien conservado. Pero estaba en decaden
cia por falta de ayudas de todo tipo. Quise llamar la atención del mundo
exterior hacia esta nueva forma de danza57
Y lo hizo. Compañías de primeros bailarines de Chhau recorrieron Europa
en 1972, Australia y Norteamérica en 1975, e Irán. Bailaron en Nueva Delhi y
como se complace en repetir Bhattacharyya: “ Conseguí atraer ía atención hacia
esta forma de danza de la Sangeet Natak Akademi (la agencia gubernativa creada
para promover y conservar las artes representantivas tradicionales). Enseguida se
mostró interesada y me invitó a dar representaciones de la danza en Nueva Delhi.
En junio de 1969 fui a Nueva Delhi con un equipo de 40 artistas de los pueblos
que salían por primera vez de la región de la que habían nacido. Se hicieron
representaciones en presencia de importantes invitados hindúes y extranjeros
(...). Los espectáculos pudieron verse también en la televisión de Delhi. Sólo tres
RESTAURACION DEL COMPORTAMIENTO
años más tarde fueron transmitidos por la BBC de Londres y cinco años más tarde 5. Bailarín Chhau de Purulia. Nótese que
por la NBC de Nueva York” . viste el tipo de pantalón a fajas blancas, rojas y
negras, que el profesor Bhattacharyya ha esta
Obsérvese que Bhattacharyya habla de la danza como algo propio: “ me blecido com o(‘traje de base' *de ia danza Chhau.
invitó a dar representaciones de la danza” . No es jactancia sino reconocimiento
de la situación: sin un promotor la gente de los pueblos no habría llegado a
ninguna parte. Y en esos tiempos un promotor más que dinero necesitaba otras
cosas: necesita conocimientos y voluntad para dedicarse a la forma que hay que
restaurar. El dinero lo pone el gobierno.
Eí Chhau de 1961 y el posterior es una creación en la que se combina lo que
Bhattacharyya ha encontrado y lo que se ha inventado. Como investigador de
antropología y folklore ha excavado en ei pasado y ha construido una historia del
Chhau, y una técnica que más tarde se ha dedicado a restaurar con fidelidad. Su
fiesta anual en Matha coincide con las celebraciones de Chaitra Parva comunes
a ía zona, y con motivo de las fiestas anuales del Chhau de Seraikella y Ma-
yurbhanj (formas afínes a la danza). Estas fiestas que antiguamente eran subven
cionadas por los Maharajás ahora están patrocinadas, con menor prodigalidad,
por el gobierno. En 1976 fui a Matha, Allí las danzas duran toda la noche
durante dos días. La gente de los pueblos, llegada en ocasiones tras dos días
enteros de viaje, acampa en las inmediaciones. Uniendo varios charpai —ligeros
bastidores de camas hechos con cuerdas entrelazadas y madera— se construye un
teatro precario. Mujeres y niños miran y duermen, sentados y echados sobre los
charpai levantados hasta una altura de dos metros y medio y más. Hombres y
muchachos permanecen de pie en el suelo. Un pasilío estrecho conduce de la ¿ona
donde los actores se ponen los trajes y ías máscaras al terreno de la danza, de
forma más o menos circular. Las compañías recorren el pasillo, se detienen, se
presentan, y luego con una pirueta se ponen a bailar.
Toda la danza se hace con los pies descalzos sobre el suelo desnudo, del
que se han quitado las piedras más grandes pero que siempre es áspero y pe
dregoso , lleno de terrones levantados y arbustos. Me dio la impresión de un rodeo
en una ciudad olvidada. Antorchas y faroles de petróleo arrojan una luz llena de
sombras, los tambores ladran y rugen, los shenai (especie de clarinetes) lanzan
287
m
RESTAURACION DEL COMPORTAMIENTO
estridentes sonidos, mientras las diferentes compañías van concursando una tras
otra. La mayoría de estas compañías está constituida por un número que va de
cinco a nueve bailarines. Algunas máscaras adornadas de plumas de pavo real se
elevan más de un metro por encima de las cabezas de los danzantes. La máscara
del Ravana de las diez cabezas mide más de un metro. Con estas máscaras los
danzantes realizan saltos mortales y piruetas en el aire. Las danzas son violentas,
bajo las máscaras de pasta de papel hace mucho calor —por ello las danzas no
duran más de diez minutos. Cada pueblo baila dos veces. No hay premios pero
sí competición, y todos saben quién danza bien y quién mal.
Y por si hubiera dudas, cada ñoche después de la sesión de danza, Bhat
tacharyya hace la crítica de los espectáculos. Durante las danzas permanece
sentado ante una mesa: dos quinqués de petróleo hacen de su figura la más
iluminada del acontecimiento; junto a él se encuentran sus ayudantes univer
sitarios. Durante toda la noche observa y escribe. Por la mañana todos los pueblos
se presentan ante él uno a uno. Pude escuchar lo que decía. Instaba a una
compañía a no utilizar elementos narrativos que no se encontrasen en los clásicos
hindúes. Reprendía a otro grupo porque no llevaba el traje de base regular con
faldita sobre las perneras adornadas con aros blancos, rojos y negros. Bhat
tacharyya había elegido este traje de base de un pueblo, y lo había generalizado.
Cuando le pedí más explicaciones me contestó que los trajes elegidos por él
eran los más auténticos, los menos occidentalizados. En resumidas cuentas,
Bhattacharyya supervisa todos los aspectos del Chhau de Purulia: el training,
los temas de las danzas, la música, los trajes, los pasos.
En enero de 1983 asistí a un espectáculo de Chhau ‘‘no-Battacharyyano
en una ciudad próxima a Calcuta. Pude ver enérgicamente historias extraídas del
Mahabharata. Este mismo grupo de bailarines, en una exhibición ante un grupo
de artistas e intelectuales reunidos con ocasión de un congreso en Calcuta, cantó
una canción que Bhattacharyya hubiera desaprobado. Traducida, dice:
Algunas veces los cambios son deseados por quien está dentro y no son
impuesto desde fuera. Uno de los documentales filmados más conocidos sobre el
espectáculo no occidental es Trance y danza en Bali de M. Mead y G. Bateson
(1938). Durante una proyección de este film en el Museo Americano de Historia
Natural de Nueva York, poco antes de morir, M. Mead refirió que cuando
preparaban el combate entre Rangda y Barong para filmarlo, el círculo del trance
de Pagutan decidió que a los extranjeros les gustaría ver a jóvenes mujeres entrar
en trance y apuñalarse el pecho con los kriss. Normalmente acostumbran hacerlo
sólo hombres y mujeres ancianas. En Bali en aquella época las mujeres solían ir
con el pecho desnudo, los pechos desnudos no comunicaban en Bali el mismo
significado erótico que en Nueva York. Pero por otra parte —yo diría para imitar
o al menos para no ofender a los extranjeros— durante la filmación las jóvenes
balinesas bailaron con el pecho cubierto.
Sin decir nada a M. Mead ni a Bateson, los hombres del círculo del trance
instruyeron a las jóvenes en las técnicas oportunas para entrar en trance; a las
mujeres se les enseñó incluso a manejar el kriss. Luego, los hombres del círculo
comunicaron con orgullo a los que hacían la película los cambios introduci
dos con motivo de la filmación especial. En la película no se menciona en
absoluto dichos cambios. En Trance y danza sale una vieja que, como dice la voz
del narrador, había anunciado que “ no iba a entrar en trance” pero que,
no obstante, es *‘inesperadamente” poseída. La cámara la sigue: está con el pecho
desnudo, en profundo trance, el kriss apunta con fuerza contra su propio
pecho. Luego lentamente, es sacada del trance por un viejo. Hay un periodo de
tiempo durante el cual, sentada, cuando el drama ha terminado, sus manos siguen
ejecutando los movimientos de la danza.
Parece que los miembros del círculo del trance estaban indignados con esta
vieja porque sentían que su trance había echado a perder las elegancias estéticas
que habían estado preparando para los ojos —y los objetivos— extranjeros.
Sucedió que el équipe de M. Mead y Bateson encargado de la filmación prestó
mucha atención a esta vieja mujer: parecía, y era, una persona que entraba
6-7. Bailarines Chhau de Purulia: la riqueza
realmente en trance. Pero, desde el punto de vista estrictamente balinés, ¿qué es de ropas y adornos son también el resultado de
lo realmente “ auténtico” : las jóvenes preparadas por los propios balineses o una "restauración del comportamiento” .
RESTAURACION DEL COMPORTAMIENTO
s
la vieja solitaria que hacía cosas tradicionales? ¿No existía en Bali una tradición
que modificara las cosas para los extranjeros? Es precisamente cuando ios
cambios retroactúan sobre las formas tradicionales, convirtiéndose efectivamente
en esas formas, cuando se da una restauración de comportamiento.
« R i t m o , c u a n d o h a b l e m o s de tecnolo gía- ( ¡ c h o n o s
e x p l i c a r q u é se e n t i e n d e p o r r a c i o n a l i z a c i ó n d e la
p r o d u c c i ó n , e t u í i e s s o n l o s o b j e t i v o s del m o n t a j e . Us
p e l ig r o s o h a b l a r del r i t m o i n t e r n o del e s p e c i a n d o y
a ú n m á s , d i v i d i r é ) r i t m o en i n t e r n o y e x t e r n o . C u a n d o
h a b l o de| r i l m o de i H v e s p e c f á a d o , ¿ a e a s o d e b o
p r e c i s a r (¡ne h a b l o del " r i t m o i n t e r n o ” ? LJ r i t m o e s el
r i t m o . Q u i z á s se pu ed a t o m a r en un a s p e c t o e s t é t i c o
e x t e r i o r , ¡fara n o h a b l a r m á s * pe ro el ri tm o es el r i t m o ,
c o n U u l u s s u s p a r t k ' u l a r i d a d e s y s e e x p r e s a de
a d e n t r o h a c i a l u e r a , a u n c u a n d o vaya i m p r e g n a d o
p o r d e n t r o d e ide as. I .o c o n t r a r i o 110 es r i t m o » ( M e v e r
il o Id, Discurso en ¡a sociedad tea tra¡ pan rusa //, 19 3 9 ) .
RITMO
g | RITMO
“Je ry th m e d o n c je sm s’1.
(Marcel Jou$se> L’anthropologie du geste)
El tiempo inciso
«Ei actor o el bailarín es aquel que
sabe incidir el tiem po. Concretamente: es
culpe el tiempo en ritmo, dilatando o con
trastando sus acciones. El origen está en la
palabra griega rhytmos, del verbo rheo, jfluir.
Ritmo significa literalmente “ manera par
ticular de fluir” .
D u rante un esp ectá cu lo el actor-
bailarín hace fluir sensorializando aquello
que cotidianamente experimenta de m odo
abstracto: el tiem po m edido por los relo
jes o calendarios. El ritmo materializa ía
duración de una acción a través de una
línea de tensiones hom ogéneas o variadas.
Crea suspenso y expectativa. Se experimen
ta sensorialm ente com o una pulsación, una
proyección hacia algo que a m enudo se
ignora, un fluir que se repite variando, una
continuidad que se niega, incidiendo el
tiem po, el ritmo lo vuelve tiempo-en-vida.
El ritmo posee sus propias leyes: así
com o no podem os disponer a nuestra vo
luntad las sílabas de una palabra o las notas
de un pentagrama, tam bién existen suce
siones de duración que crean una sensación
del ritmo y otras, quizás las más numerosas,
que no lo producen.
Por ejem plo en algunas lenguas el
oído percibe una impresión rítmica cuando
las sílabas breves y las largas se suceden
según un cierto orden (una métrica), cuando
los acentos fuertes se alternan con partes sin
acento, cuando las inflexiones de la voz
destacan notas agudas sobre un fondo m e
lódico más grave o cuando la materia so n o
ra esta cortada por silencios más o m enos
regulares.
Cuando se dice ritmo, se dice también
silencio o pausa. En efecto éstos son el tejido
fundamental sobre el cual se desarrolla eí
ritmo. N o hay ritmo si no se tiene conciencia
de ellos. A quello que diferencia dos ritmos 2a 2b 2c
no son los sonidos o m ovim ientos produ
cidos sino el m odo com o se organiza eí si
lencio o la pausa.
Existe un fluir que es una alternación
continua, variación, respiro, que proteje el
perfil individual, tónico, m elódico de cada
acción. Hay otro fluir que es m o n ó to n o y
se asemeja a la consistencia de la leche con-
densada. Este último en vez de mantener
292
despierta la atención de los espectadores, ios
adormece.
El secreto de un ritmo-en-vida, com o
ei de las olas del m ar, las hojas al vien to,
las llamas del fu ego, radica en las pausas.
Estas no son estáticas sino transiciones, mu
taciones entre una acción y otra. U na acción
termina y se detiene por una fracción de
segundo creando un impulso que es ei im
pulso de la acción sucesiva. El m odo de
evitar los esquemas y estereotipos consiste
en la creación de silencios dinám icos: ener
gía en el tiem po.
Cuando la pausa-transición pierde su
pulsación contenida, pronta a continuar, se
coagula y muere. D e esta manera, ia tran
sición dinámica se vuelve pausa estática.
Se debe saber hasta qué punto se puede
dilatar la pausa-transición. Esta permite al
bailarín-actor la concatenación, y m odelan
do cada detalle-acción de una secuencia,
m odeía y dirige también la percepción dei
espectador. Jugar con ei dinamismo del ritmo
permite quebrar la influencia de la incul
turación o la aculturación técnica; es decir
eí m odo con el cual nuestra cultura o una
técnica particular n os enseña a utilizar ías
posibilidades posturales o cinéticas de nuestro
organism o. Porque nosotros m anifestam os
nuestra presencia en el tiempo y el espacio a
través de descargas dinámicas, inducidas
éstas por la práctica y los hábitos apren
didos desde la primera infancia biológica o
profesional.
En general un bailarín o un actor sabe
bien cuál será su próxim a acción sucesiva.
Mientras realiza una acción está ya pensan
do en la próxima . Anticipa mentalmente.
Esto implica automáticamente un proceso
físico que repercute sobre su dinamismo
y es percibido por el sentido cenestésico del
espectador.
2$4
RITMO
Jo-ha-kyu
En Japón la expresión jo-ha-kyu de
signa las tres fases en que es dividida cada
acción del actor y eí bailarín. La primera
está determinada por ía oposición entre una
fuerza que tiende a desarrollarse y otra que
la retiene (/o, retener); la segunda fase ( ha,
romper, destrozar) está constituida por el
m om ento en cual se libera de esta fuerza,
para así llegar a la tercera fase (kyu, rapidez)
en la que la acción alcanza su cumbre, des
pliega todas sus fuerzas para luego detener
se improvisadamente com o ante un obs
táculo, en una nueva resistencia.
En el teatro japonés clásico la dis
tribución rítmica jo-ha-kyu no contem pla
solam ente las acciones deí actor o deí baila
rín sino que preside todos los varios niveles
de organización de ía representación.
Para enseñar a su alumno a moverse
según los principios dinámicos del jo-ha-
kyu , K atsuko A zu m a le crea resisten cias
y .genera nuevas tensiones. En la primera
imagen (il. 6) el m aestro tom a al alum no por
la cintura por detrás. El alumno detenido
debe esforzarse para dar eí primer paso,
dobla las rodillas, aprieta los píes en el
suelo, inclina el torso ligeramente hacia de
lante. Soltado de improvisto por el maestro,
avanza rápidamente hasta el límite prefi
jado por el m ovim iento, deteniéndose brus
camente. En la segunda imagen (ií. 7) el
procedimiento es parecido pero practicado
hacia delante.
Aprender a ejecutar las acciones según
ritmos diferentes es importante también para
eí actor occidental. H e aquí lo que cuenta
Toporkov en tal sentido: “ Stanislavski ( . . .)
hizo una maravillosa dem ostración de su
propio dominio sobre los diversos ritmos.
Tomaba un episodio cualquiera de la vida
real, por ejem plo la compra de un periódico
en el quiosco de la estación y lo desarrolla
ba en ritmos diferentes. Helo aquí com pran
do un periódico cuando faltaba todavía una
hora para la salida del tren y él no sabe cóm o
matar este tiempo; y ahora cuando ya sonó
la primera o la segunda llamada de 'aviso, y
por fin ya con el tren en marcha. Las ac
ciones eran siempre las mismas en los tres
episodios, pero los ritmos diferían com pleta
mente. Lo asom broso era que Constantin
era capaz de hacer estos ejercicios en cual
quier orden: aum entando el ritm o, dism inu
yéndolo, cam biándolo improvisadamente,
alternándolos. Las demostraciones eran muy
convincentes. Comprendí que todo esto era
fruto de un trabajo tenaz de perseverante
autoperfeccionam iento sobre sí m ism o. Vi
ía verdadera maestría, vi ía técnica auténtica
y palpable de nuestro arte” (V. O. T opor
k ov, Stanislavski dirige, pp. 71, 72).
295
RITMO
Movimientos biológicos y
micro-ritmos del cuerpo
«Los seres humanos comparten con
las otras especies animales la aptitud para
percibir que está vivo. Numerosas observa
ciones, sacadas por experimentos enanimales
y en el hombre, indican que la percepción de
un congénere, o de un individuo de otra
especie, induce variaciones tónicas, motri
ces, humorales y comportamentales. Muchos
experimentos permiten poner en evidencia
el hecho de que algunos tipos de movimien
tos pueden ser asociados a las característi
cas de organismos vivientes.
Cuando se pone un pequeño número
de lámparas encendidas en la membrana y
articulaciones de un ser humano en movi
miento, el desplazamiento de estos puntos
luminosos llamados por Johansson “movi
mientos biológicos” —biological motions—
es suficiente para permitir a observadores
adultos reconocer inmediatamente una ac
tividad humana. Combinaciones complejas
de visibles señales movibles pueden también
ser descifradas como relativas a una ac
tividad humana precisa. Los investigadores
creen que se trata de un movimiento percep
tivo innato del sistema visual antes que de
un saber adquirido con la experiencia.
Las artes del espectáculo y los depor
tes espectaculares, residen en parte en las
organizaciones y la valorización de “movi
mientos biológicos” . Los códices que so
breentienden la actividad del actor, del
bailarín y el deportista, parecen restaurar la
organización de los micro-ritmos corpóreos
de los comportamientos eficaces tal y como
aparecen en eí mundo animal, mientras en el
hombre seatenúan bajo el efecto del principio
de economía y aprendizaje cultural.
Es verosímil que el éxito de numero
sos filmes publicitarios que hicieron men
ción de bailarines y deportistas se ha basado
en esta pulsación escópica orientada hacia
lo viviente. La percepción de cuerpos en
movimiento provoca como un eco de sutiles
variaciones tónicas en el interlocutor que
responde con el propio cuerpo a los movi
mientos percibidos. Esta respuesta motriz a
OOOOI
los estímulos del emisor —durante un oficio 8 . Ritmo antimusical: animación de las notas de la marcha “ Heroica” de Beethoven en la
religioso, una manifestación política o un interpretación del caricaturista francés Jean Grandville (1803-1847).
espectáculo— es susceptible de crear 9. Ritmo sintético: bandas diseñadas por el investigador alemán Oskar Fischinger sobre
vínculos particulares entre espectadores y diseños animados lo' llevaron a la creación de un particular mundo musical. Fischinger fue
actores. Aparece también durante las pro seducido por las hipótesis de que un diseño presentado según un ritmo “ decorativo” habría
yecciones cinematográficas y transmisiones producido sonidos. Y en efecto la “ lectura’ ’ de sus composiciones diseñadas transformó al artista:
televisivas de pruebas deportivas —especial nuevos movimientos obtenidos a partir de la repetición de motivos geométricos no se asemejaban
a nada conocido y por añadidura el diseño de una “ hilera de cobras” continuado por estilizaciones
mente atléticas y tenis—bajo forma de mo-
egipcias producía sonidos similares a los de la serpiente. Los anillos concéntricos se volvieron
vimentos reflejos del pie» (Jean-Marie sonidos de todo género y un collar de perlas reproducía al fagot.Con estos experimentos iniciaba
Pradier, Eléments d’une physiologie de la el procedimiento de síntesis de la música: puestos frente a ía célula fotoeléctrica los diseños de
séduction, en L ’oeil-Uoreille-Le cerveau, Fischinger podían reproducir una gama vasta de sonidos sintéticos. Reportam os algunos:
P arís, 1989), I, silbido del vapor; 2. claxon de autobús; 3. sonido eléctrico; 4. sonido de un despertador; 5.
sonido deí teléfono; 6 . sirena de alarma; 7 signos morse; 8 . sirena de una nave.
296
m
RITMO
7.Q7
RITMO
298
La actriz danesa Iben N agei ftasmussen en el
espectáculo Talabo\ del Otíin Tea/ret (¡988).
Marcel Mauss
300
¡8HM
TECNICA
mi
TECNICA
304
TECNICA
Consideraciones generales
25. Técnicas de reproducción: unión tántrica en
la India (siglo X d.C.). (. . .) Yo creo que la idea de la edu
26-29. Técnicas extra-cotidianas de la danza: cación de las razas, que se seleccionan en
pareja francesa a finales del siglo XIX, pareja ame vistas a un rendim iento determinado, es uno
ricana en los años treinta, danza de cosacos en Rusia, de lo s m o m en to s fundam entales de la
y danza de los derviches en Turquía. propia historia: educación de la vista, edu
30. Técnicas de control y retención déla energía: cación de la marcha —subir, bajar, correr—.
práctica taoísta (nei~kong) en un tratado chino deí Consiste sobre todo en la educación a
siglo XIX. Cada ejercicio conduce al control de la sangre fría que es, en primer lugar, un meca
respiración.
31-32. Técnicas de control del cuerpo y del es nism o deretardam iento, de inhibición de los
píritu; dos posiciones de hatha-yoga, movimientos desordenados coordinados en
TECNICA
306
esxm
TECNICA
307
El grito mudo
AI final del tercer cuadro del drama
de Brecht Madre Coraje y sus hijos, los
so ld a d o s traen a escena el cadáver de
Schweizerkas, quienes sospechan que es el
hijo de Madre Coraje pero no están seguros.
Es necesario entonces que ella lo identifi
que. Según el texto de Brecht, cuando el
cuerpo de! hijo le es puesto enfrente, Madre
Coraje mueve la cabeza dos veces y no lo
reconoce. Entonces los soldados se llevan el
cuerpo para sepultarlo en una fosa común.
Helene W eigel, la más grande intér
prete de las figuras femeninas de Brecht, al
representar esta escena se quedaba inmóvil
(H. 38): m ovía la cabeza en señal de negar y
cuando los soldados la obligaban a mirar
nuevamente negaba una segunda vez con
una mirada fija y ausente. Pero cuando el
cadáver era retirado entonces Weigel volvía
la cabeza hacia otra parte y abría la boca en
una form a de “ grito m udo” (ils. 39 y 40).
George Stemer, que vio a Weigel en el
Berliner, cuenta: “ V olvió la cabeza para
otro lado y abrió la boca con el mismo gesto
del caballo aullador en la Guernica dé
Picasso. Vino un sonido crudo y terrífico,
inscriptibie. Pero, én realidad, no era un
sonido. N ada. Era el sonido del silencio
absoluto. Un silencio que gritaba y gritaba
en tod o el tea.tro, constriñiendo al público
a inclinar la cabeza com o bajo una ráfaga
de viento” (G. Steiner, Muerte de la trage
dia, 1961).
En fin he aquí la imagen de un espec
tador. Veamos ahora el mismo trabajo de
W eigel así com o lo reconstruye un histo
riador del teatro: “ Weigel se encontró para
actuar rodeada de sím bolos, con un carro
mitad carro de guerra y mitad bazar, sobre
un giratorio que significaba el m undo de
Coraje y que, en cada situación, la colocaba
en una posición diferente en el espacio. Logró
no hacerse aplastar por el contexto porque,
com o actriz que trabajó con Piscator, sabía
que para guerrear con lo abstracto necesi
taba valorizar el físico del personaje, la
creatividad del propio cuerpo en situación
pre-expresiva.
Se intentaba probar con un criterio
que Brecht habría luego generalizado en su
teatro de Ensemble ; buscó recorrer nueva
mente toda la parte en bosquejos interpre-
310
TECNICA
Sats
El sats hace que lo que se ve, lo que sucede, tenga tiempo de absorberse,
y al mismo tiempo se comprende que lo que ha sido el proceso ha tenido un
momento para absorberse en cuanto forma, forma en el sentido de shape. Pero
esto en las diferentes técnicas extra-cotidianas, en la situación de representación,
¿cómo puede estudiarse? Se observan diferencias entre los actores bailarines, los
actores japoneses y las distintas formas que constituyen el teatro hindú. Barba
ha tomado estas especializaciones de los actores orientales como punto de partida
para un análisis pragmático. Podríamos decir que cada uno de estos tipos de
representación en el teatro clásico oriental se refiere a una técnica cotidiana del
cuerpo, pero hay una base fisiológica que hace que lo que se observa sea válido
para todos nosotros.
Si se cambia la técnica del cuerpo, ésta cambia desde el punto de vista
social, pero sigue enraizada en la misma realidad biológica. En cualquier mo
dalidad de teatro oriental hay una especialización sumamente formalizada, muy
consciente, que es una técnica extra-cotidiana de amplificación, y esta técnica
particular tiene un campo de posibilidades muy delimitado. Por eso, si el fun 42. Darío Fo, Eugenio Barba y Jerzy Gro-
cionamiento es el mismo para diferentes técnicas extra-cotidianas en situación towski en el 1STA de Volterra (1981).
TECNICA'
Logos y bios
Texto y escena
Franco Ruffini
A la luz de lo que hemos dicho hasta ahora, una sucinta premisa para una
historia de los teatros podría sonar más o menos así. Existen, y han existido, una
cultura del texto y una cultura de la escena. Estas dos culturas han vivido (y viven)
con ritmos y formas distintas, avanzando paralelamente o a través de líneas
divergentes: a menudo ignorándose entre sí. Han “ contraído matrimonio” indi
vidualmente con otras culturas y en ocasiones, en precisas circunstancias histó
ricas, han “ contraído matrimonio” entre sí, dando origen a los teatros. Entrelos
muchos y distintos matrimonios contraídos hay uno que, al margen de su impor
tancia objetiva, se ha impuesto en la reflexión historiográfica: el que se da entre
el texto repertorio y la escena académica (es decir la escena nacida en las Acade
mias y las cortes de la Italia renacentista) que dominará en Europa desde el siglo
XVII al XIX aproximadamente.
El resultado de esta relación es el conjunto bastante homogéneo que
podríamos denominar teatros de tradición: es decir lo que generalmente está
considerado en Occidente como el teatro tout court.
Porque está claro que existen muchas formas de matrimonio, y el relativis
mo cultural, o simplemente la buena educación, nos impide decir que una forma
es a priori mejor que las demás o, incluso, la única forma sana respecto a las
demás, consideradas desviantes. Lo que hemos llamado el “ teatro-institución”
nos permite llevar un poco más lejos, aunque sólo en negativo, el análisis. A fin
de cuentas, ¿cuál es la “ poderosa razón” de su hegemonía? El supuesto fun
cionamiento “ fisiológico” de sus partners, que a su vez estaría basado en su
“ adherencia a la realidad” . Pero, realmente, ¿son tan sanos como parecen el
texto-repertorio y la escena académica?
Hablemos un momento del primero, anunciando desde ahora que cada una
de las próximas afirmaciones admite por lo menos una excepción. En el texto- divulgador de Shakespeare en Francia e Italia,
repertorio no existen personajes silenciosos, es decir personajes que, siendo que impuso al original numerosos cortes: aquí
importantes en la trama general y no teniendo impedimentos materiales para Taima aparece en un grabado de Ahthehne-
hablar, optan por callar. Hay otros personajes, en cambio, que se declaran Frangois Lagrenée. Dotado de una voz bellísima
y de buena presencia, Edwin Booth (1-833-1893)
silenciosos, es decir que hablan de su deseo de no hablar. En el texto repertorio interpretó Hamlet por cien veces consecutivas en
no hay personajes esquizofrénicos, disociadores; es decir que manifiesten con la temporada 1864-65; una excepción que le per
cretamente una contradicción entre el pensar y el hacer. Hay personajes que mitió ser el primer intérprete americano que
exponen, al hablar, las contradicciones a menudo lacerantes de su pensamiento obtuvo fama europea. Por último TommasoSal-
vini (1829-1915), j unto con otro gran actor Ernes
y que, cada vez, actúan conforme a una directriz. En el texto repertorio no hay to Rossi, fue quien logró hacer gustar Shakespeare
simultaneidad de acción, es decir presencia de acciones diversas (y de igual a los italianos: aunque sus interpretaciones de
importancia) que ocurran en espacios diversos pero al mismo tiempo. Tampoco Hamlet al igual que las de Otelo, obtuvieron un
notable éxito en toda Europa.
TEXTO Y ESCENA
Sobre la dramaturgia
me parece, en una acepción totalmente coincidente con la de la física. En física 8-9. Interpretaciones femeninas de! perso
trabajo no es sinónimo de energía. La energía expresa la capacidad de reali naje de Hamlet con Sarah Bernhardt (il. 8 ) y
Zinaida Raijch (il. 9). Según Alex Gladkov, Me-
zar trabajo, y este último sólo es el resultado de una fuerza expresada en mo yerhold debió inaugurar el edificio teatral que
vimiento. En cierto sentido, el trabajo es la entidad intermedia entre la energía y había proyectado con Hamlet con escenografía
el movimiento determinado por la fuerza, es la entidad que permite a la energía de Picasso y una mujer como intérprete, su actriz
Zinaida Raijch (1894-1939).
modularse explícitamente.
La dramaturgia, en esta acepción, se configura por tanto como el filtro, el
canal a través del cual una energía se forma en movimiento. Quien realiza
el trabajo son las acciones. Tanto las acciones aristotélicamente entendidas, es
decir depositadas en el texto, como las acciones en sentido más director, las de los
actores, los accesorios, las luces, etc.; es decir, las depositadas en la escena.
Se puede por tanto afirmar, ya no metafóricamente, que existe una dra
maturgia del texto y una dramaturgia (de todos los componentes) de la escena. Y
existe una dramaturgia general que podríamos denominar dramaturgia del espec
táculo, en la que se entrelazan tanto las acciones del texto como las de la escena.
La dramaturgia, desde esta perspectiva, se presenta como la noción unifícadora
de texto y escena, además de cómo la noción permite formular en términos menos
vagos y alusivos lo que ha sido a menudo designado como la “ vida” , tanto la del
texto, como la de la escena o el espectáculo.
Pero volvamos al argumento principal. Trabajan tanto las acciones del
texto como las de la escena. La pregunta, entonces, es: ¿de dónde sale la energía
que permite el desarrollo de este trabajo?
Para responder a esta pregunta remitimos a lo sugerido más arriba sobre
la dialéctica texto-escena (pobre-rico) propia de cada uno de los dos términos
de la relación. En otras palabras, la energía (tanto del texto como de la escena)
está determinada justamente por la fricción, por la resistencia entre los términos
opuestos y complementarios de la dialéctica. Barba distingue dos tipos de ‘‘trama’’:
la concatenación y la simultaneidad. Podemos pues aportar un ulterior enri
quecimiento a la propuesta hasta ahora delineada, y que voy a resumir sin
tetizándola.
TEXTO y ESCENA
13
y mar están visiblemente separados. ¿Qué es lo que produce este efecto óptico?
No la anulación de la diferencia, sino tan sólo la anulación de la distancia.
Lo mismo puede decirse del trabajo del actor. En el momento de la
representación (y sólo en los mejores casos), aunque permanece la sustancial y
vital diferencia entre roí y papel (entre texto y escena, entre rígido y variable)
se anula su distancia. Los dos términos se componen, se adhieren uno a otro,
causando en el espectador el efecto óptico de una identidad. Pero aquí para
acercarse a la orilla es necesario ir detrás y al antes del escenario, un espacio que
los espectadores por convención y los estudiosos por pereza o por prejuicios se
guardan de frecuentar.
Todo lo dicho sobre el trabajo del actor, quiero repetirlo, no tiene ninguna
pretensión de agotar ni siquiera de enfocar de forma definitiva su correspondien
í 3. La versión ácHamletde Ingmar Bergman te problemática. Pretende únicamente incorporar nuevos elementos que contri
(1987), es una lectura en la cual la tragedia shakes- buyan a hacer más clara, o sólo más verbalizabie, la dialéctica global texto-escena.
periána es filtrada por Strindberg, el existen-
cialismo francés y reelaboraciones cinematográ
ficas. En la foto los actores Peter Stormare
(Hamlet), punnel Lindblaom (Gertrudis) y Boerge
AJistedt (Claudio).
322
La bailarina bálinesa S w asti W idjaja fíandem
enseña a la hija las correctas posiciones de la danza.
m i- : ’ :L . f
- ''
«Es el primer día (le í rabajo el que deíermina el
.sentido del propio camino en el leaíro» (Eugenio
Barba).
TRAINING
B TRAINING
Eugenio Barba
1
AI principio seguimos la praxis del teatro oriental. Simple imitación de 1. Iben Nagel Rasmussen en una demostra
algunos determinados timbres de voz. Utilizando la terminología de Grotowski, ción del training inicial del Odin Teatret (ISTA
de Holstebro, 1986).
llamábamos “ resonadores” a los diferentes tonos de voz. En el entrenamiento
del teatro oriental el joven actor aprende mecánicamente papeles enteros con
todos sus matices vocales, timbres, entonación, exclamaciones, verdadero tejido
sonoro puesto a punto por la tradición y que el actor debe repetir exactamente
para ser apreciado por un público de entendidos. También nosotros, en frío,
empezamos a clasificar una serie de timbres, tonos, entonaciones, y los prac
ticábamos diariamente.
Este periodo de trabajo calculado, de puro tecnicismo pareció confirmar
que la hipótesis de un actor virtuoso era justa: los resultados obtenidos eran
interesantes.
325
TRAINING
Una etapa decisiva de nuestra experiencia fue cuando dije a cada uno de
los actores: sigan su propio camino, no hay ningún método, cada actor debe crear
el suyo propio. ¿Y qué fue lo que ocurrió? Que el trabajo de cada uno se hizo
mucho más fatigoso, sin puntos de apoyo, pero a la vez personal. Cada día,
algunos de mis compañeros se entrenaban durante largo tiempo, poniendo en ello
toda su persona, por más que sabían que no es el entrenamiento lo que da
seguridad, pero en cambio es ia forma la que da coherencia a las propias
intenciones, porque si hemos decidido hacer teatro no podemos hacer otra cosa
que no sea teatro, pero a la vez, con toda nuestra energía e investigación, hacer
explotar los marcos de este teatro.
La presencia física
El periodo de la vulnerabilidad
Los primeros días de trabajo dejan una huella indeleble. El actor en sus
primeros días de aprendizaje tiene la riqueza de todas sus potencialidades:
comienza a elegir, a eliminar algunas para potenciar otras. Puede enriquecer su
TRAINING
329
TRAINING
¿Para qué sirve e! training? Creo que cumple funciones que no siempre
existen por separado sino que suelen superponerse. En Norteamérica adiestramos
performerspara que puedan interpretar textos dramáticos. Esta es una necesidad
cultural euro-americana. Para interpretar una variedad de textos de diferentes
épocas en distintos estilos se requieren performers flexibles, personas que puedan
representar hoy Hamlet, mañana Gogo, y Willie Loman pasado mañana. Hacer
training significa que el performer no es el autor originario ni el responsable del
arreglo del texto. Es su transmisor. Y el transmisor tiene que ser lo más trans
parente» lo más claro posible.
La segunda función del training es la de hacer del performer alguien que
transmita un “ performance text” . El performance text es todo un proceso con
múltiples canales de comunicación creado por el acto espectacular. En algunas
culturas, en Bali y Japón por ejemplo, la noción performance text es muy clara.
El drama No, no existe como un conjunto de palabras que luego serán inter
pretadas por actores. El drama Nó existe como un conjunto de palabras que están
inextricablemente entrelazadas con música, gestos, danza, métodos de repre
sentación y vestuario. Debe verse el Nó, no como la realización de un texto escrito,
sino como un total performance text en el que hay partes en donde dominan los
componentes no verbales. ■"*
Los performance text—Nó, Kathakali en India, el ballet clásico— existen
como redes de comportamiento más que como comunicaciones no verbales.
Es imposible traducir performance textstn textos escritos. Todos los intentos de
4‘notación” sólo pueden conseguirse en parte. El training para la transmisión del
performance text es fundamentalmente distinto del training para la interpre
tación de textos dramáticos. ( ., .)
La tercera función del training —no demasiado conocida por la cultura
euro-americana pero muy conocida en la América primitiva, en Japón y otros
lugares— es la preservación de un saber secreto. Los métodos de representación
son inestimables y pertenecen a específicas familias o grupos que custodian
escrupulosamente sus secretos. Ser elegidos para el training significa tener accesos
al saber esotérico, eficaz, bien custodiado. Esto da poder al espectador. El
training es conocimiento, el conocimiento es poder. El training es unirse al
pasado, a los demás mundos de la realidad, al futuro. Y para una persona tener
acceso al saber-espectáculo es a la vez un privilegio especial y un riesgo peligroso.
No es objeto de publicidad, no se ofrece a la venta en las escuelas ni es libremente
escrito en los libros.
Esta es la vía del trabajo de los chamanes. Para éstos, el saber-espectáculo
no se refiere simplemente a cómo entretener, aunque esto no signifique denigrar
el entrenamiento, sino que va más allá del entrenamiento para alcanzar el corazón
de la cultura. El chamán es un performer cuya personalidad y tareas le llevan al
límite o al margen, pero cuyo saber le coloca en el centro. Hay siempre una tensión
terrible entre lo centrífugo y lo centrípeto. El Filoctetes de Sófocles es una especie
de chamán, para utilizar su arco la sociedad debe soportar sus fétidas heridas.
Estas primeras dos funciones del training —la interpretación de textos
dramáticos y la transmisión de performance texts— pueden ser abstraídas y
codificadas. Pero la tercera —el aprendizaje de los secretos— sólo puede ser
adquirida de individuo a individuo. Es un proceso muy íntimo.
TRAINING
111
TRAINING
Consideraciones de base
Harlcqum. Z an y Comccto.
1c ft> I a f t a n j tff>u< porri »r U \pK'J» c n t> r« II > u c ^ <» i , 1.»J rj ^j* *A * J c^^ÍC(1,rf„
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$t pldi loyiu,' k< m iiO i nc í hcfmtw. NyjlW njM AM ,u»ucf ct£JoffizMv. j t"f
10
Modelos de ejercicios
Acrobacia
15
rodeadas por el enemigo: es la situación en que repelen el ataque desde todos los
flancos. Pero, como en el escenario no pueden moverse ejercicios enteros, la
heroína repelerá el ataque desde todos lados, pero sola. Y así asistimos literal
mente a su devolución con manos, pies, codos, hombros y espalda de las flechas
y las lanzas que el numeroso y asediante enemigo lanza contra ella.
En el teatro Kabuki el heroico samurai no se molestará en tocar a sus
atacantes inferiores en rango y fuerza; bastará un gesto para que esto se trans
forme en una cadena de saltos mortales entre las filas de sus enemigos. También
en este caso se respeta físicamente una retórica de la acción.
Es como si Hamlet expresase su famosa duda en una serie de saltos
mortales: tal vez esta interpretación no podría integrarse en la tradición occidental
del actor, pero de alguna forma despertaría en el espectador el dilema físico que
expresase la duda, y desde luego sin aburrirle. Y no está excluido que se llegue a
15. Bailarinaegipcia en un dibujo sobre piedra ello. Es más: toda una historia del teatro ruso de principios de siglo demuestra
hallado en la masíaba de Saqqara. que ya se había llegado.
16. Actores y directores en el ISTA dé Bonn
(1980) en una sesión práctica de ejercicios acro En el training han confluido numerosas fuentes de inspiración: el teatro
báticos. oriental ha contribuido tanto por su vertiente dinámica como con la acrobacia
TRAINING
338
TRAINING
TRAINING
VISIONES
^ VISIONES
Ferdinando Taviani
'lá 't
VISIONES
tamientos cotidianos son reproducidos e hinchados. Son ios gestos de todos los
días, ia etiqueta de ia educación normal, readaptada a la escena y reproducida
con gracia. Los espectadores pertenecen a ia ciase social cuyas normas educadas
reproducen los actores gn su comportamiento escénico.
Todo espectador comprende perfectamente el significado de cada gesto del
actor. Todo actor sabe ser perfectamente transparente para los espectadores.
Wells representa todo esto como un original ejemplo de degradación. A pesar de
su indignación, ei pobre crítico dramático siente que los gestos de los actores son
pegajosos, descubre en su propia persona, se da cuenta de que como “ ellos” —16s
actores— suspiran como él, también él empieza a suspirar como “ ellos” , es decir
enfatizando ligeramente su cotidiana forma de comportarse. Pronuncia deter
minadas frases como “ ellos” las pronuncian. Se mueve como “ ellos” . A pesar
de la ambientación realista del cuento, su trama es típica de muchas historias de
3 ciencia ficción: se trata de la captura de un hombre por parte de un pueblo
de “ recitadores” .
Un gran amigo de Wells, Joseph Conrad, escribía a Edward Garnett, en
marzo de 1908: “ Siento un horror morboso por el teatro. Y va en aumento. No
saber decidirse a entrar en el lugar de las infamias. No es horror a los dramas: es
horror a la representación” .
Tanto el sentido del cuento de Wells como las afirmaciones de Conrad
parecen paradójicas. Y sin embargo* reflejan de forma clara, incisiva, casi en
estado puro y en una visión personal, una idea que recorre toda la historia del
teatro, ya sea en forma negativa (es la base sobre la que se levanta la idea
preconcebida de la infamia del actor), ya sea en forma positiva, como estética.
En la base de toda reflexión estética sobre el teatro ¿no está acaso —implícita o
explícita— la inquietud por ei horror que puede serjsí teatro, aunque el hombre
se limite a ser una reproducción del hombre?
3.— Las imágenes del actor que encontramos en Diderot o Artaud, las
visiones de Stanislavski, Craig o Brecht, de Meyerhold o de Grotowski, y sobre
todo las realizaciones de los grandes actores y los grandes bailarines, muestran
que el arte del teatro es siempre mimesis que consigue exteriorizarse. Es éste un
caso particular del desfase y la divergencia más general entre la visión del actor y
la del espectador. Si esta condición general, de la que se deriva la vida dei teatro,
permanece casi siempre a la sombra, mientras ha aparecido más evidente en el
campo particular del trabajo del actor, ello se debe a la diferencia de los problemas
que en uno u otro caso se plantean. Por lo que se refiere al actor, el problema
parece ser puramente estético, de estilo, por lo que si se aleja de una pura y simple
reproducción completamente reconocible, no es aquel hombre parecido al
hombre que es significado de lo que hace el actor, sino simplemente es su arte, su
capacidad de atraer la atención del espectador, de fascinarle.
En cambio, a los niveles más generales del espectáculo, todo parece indicar
que si se acepta la idea de una distancia entre la visión del espectador y la visión
de quienes han construido el espectáculo, el significado de este último se ve
amenazado. Y en torno al significado de un espectáculo circulan numerosos
equívocos. No son graves cuando se examina aposteriori el fenómeno teatral. En
cambio pueden ser gravísimos cuando se contempla a priori desde el punto de
vista de los productores de teatro y del proceso artístico.
344
VISIONES
una obra “ tenga” o ‘‘no tenga” , posea o no un significado. En este caso, hay que
ser conscientes de que las cosas o los signos no tienen un significado, pero pueden
remitirse a una gama de significados. El problema, entonces, será establecer hasta
dónde se puede llegar al acordar entre sí los significados que puede tener para los
que van a ser sus espectadores.
Acostumbrados a aplicar el modelo de la comunicación lingüística a todo
tipo de comunicación, solemos no conceder demasiada importancia al hecho de
que un signo puede ser tan sólo para quien lo ve, y puede ser visto por algunos
como signo y por otros no. En la lengua, una palabra es entendida como palabra
por todos los que hablan la misma lengua. Es más; con una cierta aproximación
una palabra —un signo— es entendida incluso por quien no conoce la lengua,
pero comprende que aquel sonido debe significar algo, aunque no sabe qué. No
es necesario subrayar, por ta»nto, que una palabra es un signo “ para alguien” :
lo es en efecto, prácticamente para todos, y no es muy distinto decir que es
umversalmente considerada como un signo, o decir simplemente que lo es en sí
misma. Pero el caso es muy distinto en las situaciones que no son lingüísticas en
sentido estricto. Un espectáculo teatral comunica algo a los espectadores a través
de distintos y complejos sistemas de signos, es cierto, pero un signo no es tai en sí
mismo: es algo que puede llegar a serlo. No sólo es algo que “ está en lugar de
cualquier otra cosa” y que por tanto le da un significado. Es algo —dice Charles
S. Peirce, el fundador de la moderna semiología— ‘‘que a los ojos de alguien está
en lugar de otra cosa” . “ A los ojos de alguien” es la forma en la que Umberto 4
Eco traduce el original “ to somebody” .
Cada cosa pues, puede ser considerada como cosa o como signo: esta
última afirmación es de Bonaventura Bagnoregio, en el siglo XIII, Todos sabemos
que en determinadas condiciones, en el caso por ejemplo de una fuerte tensión
espiritual o en caso de ansiedad, o en la exaltación, empezamos a considerar las
cosas que nos rodean o que suceden como “ signos” . Pero no creemos que sean
signos a los ojos de los demás. Si uno deja de tener conciencia de que una
determinada cosa es un signo para él y empieza a pensar que es un signo en sí
mismo, deja de ser ecuánime y se vuelve supersticioso o delirante.
En el campo teatral: es una superstición pensar que todo lo que pueda
convertirse en “ signos” para el espectador y que por tanto pueda remitirse a
determinados significados corresponde a los mismos significados desde la pers
pectiva de los actores y los demás autores del espectáculo.
Es una superstición, por tanto, pensar que los distintos elementos del
espectáculo, que pueden convertirse en “ signos” , deban ser elaborados en vistas
a la correspondencia entre los significados que pueden poseer para los espec
tadores y los significados que poseen para los autores del espectáculo.
Esta correspondencia prevista y programada es ciertamente necesaria para
todo lo que constituye la piel del espectáculo: la superficie de los significados
elementales, las zonas de las convenciones. Pero no es verdad respecto a lo
esencial: la vida multiforme de detalles, de “ cosas” , que transforman la repre
sentación en arte. A este nivel, las reacciones de los espectadores, las elecciones
que llevan a cabo al considerar una cosa como cosa o como signo, son tal vez
imaginables, pero no previsibles. Por eso el proceso de quien hace crecer el
espectáculo no puede orientarse demasiado sobre la visión del espectador y
debe por tanto poseer sus propias e independientes visiones.
7.— Hay quien piensa que para construir un espectáculo que diga cosas
interesantes hay que “ tener algo interesante que decir” . 7-8. Los espectadores protestan: Lucha p o r
Así en lugar de ocuparse de cosas “ materiales” —lo que para el actor un tugar en uti teatro inglés de principios del siglo
X iX (grabado satírico de 1821) y el público de la
podría ser el trabajo pre-expresivo sobre el comportamiento extra-cotidiano-r- se Comedie Fra?aise la noche del estreno de Her~
dedican a una investigación profunda y espiritual, que debería introducirles en nani de Víctor Hugo (pintura de A. Besnard,
1830).
una situación creativa.
VISIONES
Es como esta historia; entre una población que vive en un terreno árido
algunos dirigen su atención a 1a tierra, a las piedras y al cemento para hacer diques
y cisternas, otros no tienen nada en que concentrarse que no sea la lluvia, y hacen
las danzas de la lluvia.
Las cosas interesantes, “ el pensamiento difícil” del que a veces el teatro
hace gala frente al espectador, no se tienen, no se poseen, sino que llegan, se dejan
pasar, por decirlo así, más al término que al principio de un proceso de trabajo
que se prepara para recibirlos. Responden a una ecología del pensamiento que el
pensamiento programado no sabe o no puede dominar. En el teatro, como hemos
dicho, la situación es más delicada y frágil, la conciencia debe ser más aguda,
porque la ecología del pensamiento concierne a las mentes de varios individuos
reunidos.
El problema, por tanto, es eí proceso de trabajo, no la proyección de la
forma en la que será terminado. En otras palabras: la solución del problema de
las cosas interesantes que decir del “ pensamiento difícil” , no consiste en la
búsqueda de cosas interesantes o pensamientos difíciles.
El bloqueo del proceso artístico procedente de la ilusión de que pueda ser
regulado y orientado desde su significado final es aún menos racional si tenemos
en cuenta que todo lo que sucede en un contexto teatral puede en cualquier
momento transformarse en signo a los ojos del espectador.'
Muchas anécdotas teatrales recuerdan lo que a menudo ha experimentado
quien acostumbra frecuentar ios teatros cuando están silenciosos y vacíos de
espectadores: si por casualidad aparecen algunas personas sobre el escenario, si
miran en torno suyo, sí además hablan, parece que tiene lugar una representación,
parece que aquellas acciones tienen una presencia que las transforma de coti
dianas en extraordinarias, teatrales, justamente espectaculares, Max Frisch, al
relatar un episodio parecido ocurrido en los primeros años de la posguerra en un
teatro en el que se ensayaba una obra de teatro suya (lo cuenta en El diario de
antepaz, 1950), dice que en la base de aquella impresión está d proscenio y la
embocadura. Estos —dice Max Frisch— funcionan como un marco, parecen de
cir: “ Mira aquí: encontrarás algo que vale la pena observar, algo que ni el azar
ni el tiempo consiguen cambiar. Aquí, el significado que dura, no son las flores
9-10. Los espectadores vistos por el actor: el que languidecen, sino la imagen de las flores, el símbolo tangible” . El proscenio
hueco en eí telón francés de principios del siglo y la embocadura constituyen los ejemplos más fáciles de aquellos artificios tea
XVIII (grabado de Charles Coypeí de 1726) y en trales que determinan la capacidad de los espectadores por encontrar en lo que
un teatro Kabuki de la misma época (estampa del
pintor Ippitsusal Buncho de 1770). ven “ significados que duren” ; es decir, para transformar cosas en signos a sus
VISIONES
ojos. Proscenio y arco escénico son, de todas formas, artificios en definitiva dé
biles: su efecto no resiste mucho tiempo, tanto es así que cuando parecen actuar
casi por fuerza propia, transformando en espectáculo un jirón casual de vida
cotidiana se convierten en objeto de anécdotas varias veces repetidas, historie
tas o —como en las páginas de Max Frisch— apologías casi filosóficas.
Muchos otros artificios mucho más sólidos y duraderos, en primer lugar
las técnicas extra-cotidianas de los actores, permiten a los espectadores proyec
tar significados en las cosas que hacen los actores, sin que se dé un acuerdo
preliminar en tomo a signos convencionales o tradicionales.
De todo esto se podrían desprender algunos principios de orientación,
como la representación de lo conocido; es decir, la condición degradada del teatro
es a fin de cuentas el resultado de una composición escénica orientada a hacerse
reconocer por los espectadores y que se ajusta a sus expectativas como un guan
te. De la misma forma una visión del actor homogeneizada a la del espectador
determina una falta de profúndidad deí campo teatral, visión con un solo ojo,
alianza de dos autonomías fallidas.
Lo que por un lado parece decidir la inteligibilidad de un espectáculo, y
por otro su vida —es decir, su aspecto desconocido, enigmático, mutable y por
tanto capaz no sólo de ser entendido, sino también de interesar e impresionar—
es la proporción entre las zonas en las que la visión de quien hace el espectáculo
concuerda con la de quien lo ve, y aquellas otras zonas en las que, en cambio, el
acuerdo no es necesario o incluso es cuidadosa y hábilmente evitado.
o un pianista), o bien como un signo de su compromiso ético (hace cada día sus
ejercicios). No se valora suficientemente que el training sea —o pueda ser— un
factor de independencia del actor con respecto al director. Independencia de la
continuidad de su trabajo respecto a la discontinuidad de los espectáculos suce
sivos, pero también independencia de los espectadores. Cuando existe de forma
continuada, el training sirve para introducir al actor o al aspirante en la profesión
teatral. Más que eso: le integra en una tradición, ya sea amplia o limitada a la
historia de un grupo restringido. Después de .algún tiempo, esta función del
training cesa. Algunos actores siguen practicándolo, transformándolo continua
mente; es decir adentrándose por nuevos caminos, que no tienen nada que ver con
el continuo perfeccionamiento del virtuosismo. En este caso ¿cuál es la función
del training, cuando éste no sirve para integrar al actor a una profesión?
Creo que permite al actor no estar completamente integrado, delimitar un área
de trabajo desligada de las exigencias de los espectáculos y los espectadores.
Esta inversión del training como instrumento para la integración en ins
trumento para lo no4ntegración, sirve como transformación de una práctica que
parece siempre igual; el trabajo para satisfacer las exigencias de los espectáculos
se convierte en trabajo para no someterse a las exigencias de los espectácu
los, como ejemplo de una profunda corriente que tiende a salvaguardar ía energía
del teatro a través de la distinción de las dos visiones.
351
VISIONES
el que un actor no pueda vivir en forma solitaria sus visiones sin por ello instaurar
algún tipo de vínculo con el espectador.
Podríamos decir que en los casos del espectador y el actor “ autárquico” ;
es decir en los casos en los que entre las dos visiones no hay una dinámica
distinción, sino una inerte separación, el terreno de encuentro entre actores y
espectadores es un mutuo desprecio, que puede ser razonado con indiferencia,
complejo de superioridad, complejo de inferioridad o rencor.
Y se podría añadir que la dialéctica viviente entre las dos visiones está
basada en el respeto recíproco, e incluso: en el interés por mantener un tirante
14 que una a actores y espectadores, sin por ello obligarles a la unanimidad. Esto,
sin embrgo, sería sólo un argumento moral; creo sin embargo, que existen
argumentos más fríos y más sólidos.
La vida de un espectáculo se mueve a través de una compleja red de vasos
capilares, profundamente necesarios para los actores y por ello capaces de asumir
el carácter de signo para los espectadores. Estos signos podrán suscitar en los
espectadores significados no necesariamente preestablecidos. Existe un equilibrio
entre un primer nivel en el que se ha buscado el acuerdo entre los significados para
los actores y los significados para los espectadores, entre la zona en la que la
claridad de la comunicación es esencial, y la zona subyacente donde las dos
15 visiones pueden en cambio separarse, determinando la profundidad del campo
artístico y cultural puesto en juego por el espectáculo, lo cual no significa sin
embargo que haya una casual y arbitraria lluvia de significados.
La dinámica que he intentado describir en abstracto (pero que constituye
la materia del mismo teatro) determina que en el paso del trabajo de los actores
a la comprensión de los espectadores se desarrolle umTperipecia de las inten
ciones y los sentidos (“ sentidos” como “ significados” , pero también como “ lo
que se siente” ).
Es precisamente la peripecia lo que hace del teatro un organismo vivo.y no
una reproducción de la realidad externa, y ni siquiera rito en el que hay un
consenso, sino un laboratorio, donde —dado un punto de partida conocido— se
desarrolla un itinerario mental no predeterminado.
Madame de Stael representaba en síntesis esta situación cuando recordaba
16 su actitud como espectadora ante un espectáculo visto en Alemania: por un lado
conocía el texto de lá obra, conocía y reconocía el argumento; por otro
lado algunos detalles, algunas cosas que hacían los actores se ofrecían a sus ojos
como signos que había que escrutar, cuyo significado no estaba establecido por
la convención, hasta el punto de tener que observar io que pasaba en el
escenario con la misma curiosidad y el mismo deseo de saber con el que se
observa el imprevisible fluir de los aconteceres de la vida. ’
Es un laboratorio que ya no desempeña sus funciones, puro monumento
de sí mismo, ese teatro, que Madame de Stael contrapone al espectáculo alemán,
en el que todo aparece previsible, codificado y perfectamente descodificable por
el espectador.
Pero sería igualmente un laboratorio muerto, en ruinas, el teatro que se
dejase seducir por la superstición inversa y especulara aquella que cree que las
visiones de los actores deben tender a determinar siempre análogas visiones de
los espectadores: la superstición según la cual todo lo qjue tiene sentido para el
actor mágicamente adquiere sentido para los espectadores.
Es ésta una actitud igualmente destructiva para el arte, que podríamos
definir como una valoración nihilista del problema de la concordancia entre
actores y espectadores. La independencia de la visión del actor respectó a la del
espectador no puede estar en función de un distanciamiento, sino —como hemos
dicho— de uñ contacto más fuerte. Sólo puede desarrollar su libertad en con
comitancia con una constricción igualmente fuerte.
VISIONES
Un ejemplo para ilustrar este aspecto del problema, útil para resumir en
imágenes muchos de los temas inherentes a las dos visiones, puede propor
cionárnoslo el test de Rorschach, con el que terminaremos este artículo.
Cuando se quiere indicar algo carente de significado y por tanto abierto a
todos los significados que pueden proyectarse en él, se recurre al ejemplo de las
nubes en el cielo (como en una famosa escena de Hamlet), o las manchas en la
pared (de las que todos, como Leonardo da Vinci, imaginamos, fantaseando
cuadros y figuras), o bien se recurre al ejemplo de las manchas del test de
Rorschach. Pero entre los dos primeros ejemplos y el tercero hay una enorme
diferencia: la que existe entre el arbitrio y la libertad, entre la ensoñación y la
fantasía. En el primero de los dos casos, todo el trabajo está del lado del que mira,
el cual se sirve de algo casual para sumergirse en una revene. En el otro caso, no
hay lugar para ninguna forma de revene, la atención es atraída hacia un punto
fijo: es la fantasía, es decir algo concreto, consecuente, tenso, lo que se pone en
movimiento.
Ello ocurre porque, frente a las cosas llamadas “ manchas’* del test de
Rorschach, el que mira no está abandonado a sí mismo, su “ trabajo” dé prestar
una interpretación a la mancha que tiene delante dialoga y entronca con un
trabajo precedente largo y preciso, que ha predispuesto para la atención del
observador, diques formalmente bien concebidos.
En su libro sobre Psicodiagnóstica (1821), Hermann Rorschach explica el
método empleado para preparar los materiales de su test, basado en la libre
interpretación de las manchas. Lo que Rorschach ha pretendido es exactamente
lo contrario de la casualidad. La casualidad estaba sólo en el punto de partida y
permitía no recurrir a signos cuyos significados hubiesen sido preliminarmente
establecidos. Por lo demás, todo debía obedecer a una lógica rigurosa, tanto más
rigurosa cuanto que era independiente de toda consideración sobre el sentido que
la “ mancha” podría asumir en la visión del observador.
En primer lugar, la hoja sobre la que se había hecho una mancha era
doblada en dos, de forma que la imagen se duplicase. Al adquirir una simetría
especular, el producto del azar adquiría una cierta “ necesidad” . Como saben los
actores, si un error, si un hecho ocurrido incidentalmente en el curso de la
representación es repetido inmediatamente, parece lógico y adquiere enseguida
un sentido a los ojos de los espectadores.
En segundo lugar, entre todas las figuras obtenidas con las manchas dobla
das sobre sí mismas, Rorschach y sus colaboradores operaron una elección:
«eliminaron todas las imágenes que estaban distribuidas en el espacio de forma
inarmónica y que no respondiesen “ a determinadas condiciones de ritmo espa
cial” . Sin respetar estas condiciones, escribe Rorschach, «el cuadro no tiene
potencia plástica y muchos observadores rechazan las imágenes diciendo que son
“ simples manchas” sin querer interpretarlas».
Es curioso que la traducción francesa de la obra de Rorschach utilice, para
lo que comúnmente se cita como una “ mancha informe” el término tablean,
como si quisiera subrayar qué poco ha influido en él la casualidad y cuánto el
artificio.
Después de haber elegido las imágenes que respondían a determinadas
condiciones de ritmo espacial, Rorschach eligió una serie de diez imágenes cada
una de las cuales, además de tener su propio ritmo interno, se integraba en un
ritmo general determinado por la secuencia. Se trató de un verdadero “ montaje”
establecido a través de muchas pruebas: relación entre imágenes en blanco y negro
e imágenes en color, alternancia de imágenes fáciles de interpretar con imágenes
difíciles, entre imágenes que apelan a una interpretación basada en los detalles o
en la forma global, en los espacios marcados por la tinta o en los intersticios 14-16. Láminas V, VÍI y IX de laPsychodiag-
blancos. nostic de Rorschach
VISIONES
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tra sm issio n o f p e rfo rm a n c e K n o le d g e in a 26,27 / 245:34,35 / 250 / 251:8 / 254 / 256:30-32 fotografías, también a:
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CONTENIDO
Presentación, Manuel Camacho Solts, 7 La mente dilatada, Franco Ruffini, 70
Dilatación Escenografía
El cuerpo dilatado, Eugenio Barba, 54 El vestuario crea la escenografía, 138
El puente, 54 Traje cotidiano y extra-cotidiano, 140
Peripecias, 56 Las mangas de agua, 141
El principio de la negación, 58
Pensar el pensamiento, 60 Historiografía
Lógicas mellizas, 62 El lenguaje enérgico, Ferdinando
Tebas de las siete puertas, 64 Taviani, 148
Henry Irving al microscopio, 149 La virtud de la omisión, 232
Mármol viviente, 151 Oposiciones
Bajo el traje de Arlequín, 152 La dialéctica del teatro, 234
El Sistema de Stanislavski, Franco La línea de la belleza, 240
Ruffini, 156 Tribhangi o tres arcos, 241
La palabra de Stanislavski, 156 La prueba de la sombra, 244
“ La más simple condición humana” : el
cuerpo-mente orgánico, 156 Pies
La mente propune exigencias: la Microcosmos-macrocosmos, 248
vivencia, 157 De puntas, 250
El cuerpo responde adecuadamente: la La gramática de los pies, 254
personificación, 158
Cuerpo-mente orgánico, personaje,
Pre-expresividad
La totalidad y sus niveles de
papel, 160
organización, 260
Condiciones de sentido y nivel
Técnica de inculturación y técnica de
pre-expresivo, 162
aculturación, 264
Meyerhold: el grotesco, es decir la Codificación entre Oriente y Occidente,
biomecánica, Eugenio Barba, 164 266
Una plástica que no corresponde a las El cuerpo ficticio, 269
palabras, 164 Las artes marciales y la teatralidad en
El grotesco, 165 Oriente, 272
Artes marciales y teatralidad en
Manos Occidente, 276
Manos que hablan, 172 La arquitectura del cuerpo, 278
Las manos, sonido puro o silencio, 174 La pre-interpretación del espectador,
Cómo inventar las manos en 279
movimiento, 176
India: manos y significado, 178 Restauración del comportamiento
Las manos y la Opera de Pekín, 180 Restauración del comportamiento,
Las manos y la danza balinesa, 181 Richard Schechner, 282
Las manos y el teatro japonés, 182 Bharata Natyam, 284
Las manos y eí ballet clásico, 183 El Chhau de Purulia, 285
Ejemplos de teatro occidental, 184 Trance y danza en Bali, 289
Montaje Ritmo
Dos montajes, Eugenio Barba, 188 El tiempo inciso, 292
Crear el drama, 188 Jo-ha-kyu, 295
Montaje del actor, 189 Movimientos biológicos y micro-ritmos
Montaje del director, 192 del cuerpo, 296
Primer montaje de actor, 192 Meyerhold: la esencialidad del ritmo,
Segundo montaje de actor, 194 297
Montaje del director, 196
Técnica
Nostalgia Las técnicas del cuerpo, Marcel
Nostalgia o pasión por el retomo, Mauss, 300
Nicola Savarese, 200 Nociones de técnicas del cuerpo, 300
Enumeración biográfica de las técnicas
Ojos y rostro deí cuerpo, 300
Fisiología y codificación, 210 Consideraciones generales, 305
Concreción de la mirada, 213 La espina dorsal: el timón de la energía,
La acción de ver (ojos y columna 306
vertebral), 214 Eí grito mudo, 308
Mostrar que se ve, 216 Leyes pragmáticas, Jerzy Grotowski,
El rostro natural, 220 310
El rostro pintado, 222 Sats, 311
El rostro provisional, 225 Logosybios, 312
Training Visiones
Training: del “aprender” a “ aprender Visiones: del actor y el espectador,
a aprender” , Eugenio Barba, 324 Ferdinando Taviani, 342
El mito de ia técnica, 324
Una etapa decisiva, 326 Bibliografía
La presencia física, 326 ÍSTA-Theatre Anthropology, 355
El periodo de la vulnerabilidad, 327 Bibliografía general, 358
£1 training en una perspectiva Créditos de ilustraciones, 362
intercuitural, Richard Schechner, 330
Training y punto de partida, Micola
Savarese, 332
El arte secreto del actor de Eugenio Barba/ Nicola
Savarese, se terminó de imprimir en el mes de agosto de
1990, en Impresora Múltiple, S. A
El tiro fue de 3000 ejemplares.
Fotocomposición: Prisma Editorial, S. A.
Cuidado de edición: Presentación Pinero y Jorge
Sánchez Casas.