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Registros
Registros
TEMA: Conceptos. 1.- El Folio Real En Nuestro Sistema. 2.- Ingreso Del Predio
PRESENTADO POR:
ABANCAY 2020
1.- FOLIO REAL EN NUESTRO SISTEMA
El registro se organiza tomando como base el objeto “bien inmueble o mueble”, por lo
que aperturará para cada bien una partida registral independiente, en donde se extenderá
la primera inscripción de aquellas, así como los actos o derechos posteriores. En tal
sentido, concentrará todo el historial jurídico que corresponde a cada finca en su partida
respectiva. García García señala que: “en cuanto a la finca, se trata de que conste
perfectamente descrita, con todos sus datos que lleven a su plena identificación”1.
“En el caso del Registro de Predios cuando en una partida registral se inmatricula un
bien, en la misma partida registral se inscriben los actos posteriores sobre dicho
inmueble.
Por cada predio se abrirá una partida registral, en la cual se extenderán todas las
inscripciones que a éste correspondan. Por cada acto o derecho se extenderá un asiento
registral independiente. Los asientos registrales se extenderán unos a continuación de
otros asignándoseles una numeración correlativa, de acuerdo a la prioridad en el ingreso
al Registro.
Busca proteger y asegurar los actos de transmisión y adquisición de los predios (por
ejemplo, la compraventa de una casa). Es decir, esta institución de circulación de la
riqueza, ha sido creada con el fin que los adquirentes (aquel que se convierte en dueño o
poseedor de una cosa) conserven sus derechos basándose en la publicidad de los actos y
sin que alguna circunstancia oculta pueda afectarles.6
3.- LA INMATRICULACIÓN
4
OFICINA REGISTRAL DE LIMA Y CALLAO. Jurisprudencia registral, Volumen XIII, ORLC, Lima 2002.
5
Derecho registral, Volumen I RUBÉN GUEVARA MANRIQUE.
6
CLEMENTE MEORO, Mario E. Doble inmatriculación de fincasen el Registro de la Propiedad, Tirant lo Blanch
2o Edición, Valencia 2007.
sinónimas las expresiones “inmatriculación”7 y “primera inscripción de dominio”8 aun
cuando teóricamente es posible encontrar una distinción conceptual entre ambas.
Ambos mecanismos, en teoría, son excluyentes entre sí, puesto que el primero opera
cuando existen títulos de propiedad; y el segundo, en cambio, cuando no existan dichos
10
“Independientemente de cuál sea el objeto de la inscripción nos parece obvio que este es de carácter
netamente jurídico, se trata de hechos, actos o contratos que han producido o producen directamente
efectos jurídicos; en cambio, el asiento de inmatriculación, a pesar de que de forma mediata tiene
repercusiones jurídicas, se limita a constatar un estado físico, describe una situación existente en la
realidad, tiene una finalidad propia de tal envergadura (una correcta descripción de la finca), que hace que
alcance autonomía propia y deba ser considerado un tipo de asiento registral distinto del de inscripción. Si
bien suele atribuirse la índole de asiento principal a la inscripción, la inmatriculación tiene un carácter
básico e indispensable en el sentido de que sin ella no es posible comenzar el historial jurídico de la finca
e inscribir los derechos y cargas que existan sobre ella (...). Finalmente, también existe una acepción
sustantiva de la inmatriculación (como operación con virtualidad inmatriculadora) que puede definirse
como acto a través del cual el Registro tiene noticia de la existencia de una nueva finca reflejándola en
sus libros y describiéndola según los datos que se aporten. El hecho de que este acto se lleve a cabo de
oficio o a instancia de parte, simultáneamente a la inscripción de la propiedad o de un derecho real o de
forma independiente, no son más que aspectos circunstanciales que según el sistema hipotecario del que
se trate inciden sobre el concepto de inmatriculación, pero dejan indemne su esencia” (HERRERO
OVIEDO, Margarita. Ob. cit., pp. 62 y 63).
títulos, o estos son defectuosos y por sí mismos no pueden fundar una inscripción en el
registro. Sin embargo, nada impide que un titular solicite la formación de títulos
supletorios a pesar de contar con documentos escritos que acreditan su derecho. En tal
caso, los instrumentos no son un obstáculo al procedimiento de título supletorio, sino
que más bien lo refuerzan; pero en tal caso deberá probar necesariamente la posesión,
ya que los instrumentos solo tienen carácter complementario.
En este caso, el propietario deberá presentar ante el Registro su título de propiedad con
una antigüedad no menor a cinco años (artículo 2018 CC). Esto quiere decir que, si el
título del interesado es de fecha 1 de enero de 2006, recién podrá efectuar la solicitud de
inmatriculación el 1 de enero de 2011. Sin embargo, le es permitido al propietario actual
cumplir el requisito de antigüedad mediante la suma de los títulos antecedentes, siempre
que estos guarden la concatenación causal debida. Si el título más antiguo de todos ellos
(siempre que se respete la concatenación) llega a los cinco años, el propietario actual
puede solicitar ya la inmatriculación. Se ha sostenido que la lógica de esta “acumulación
de títulos” se encuentra supuestamente en la suma de plazos posesorios del artículo 889
CC; empero, si el tema se analiza con mayor profundidad dicho fundamento debe
rechazarse. En efecto, en el presente mecanismo inmatriculador no se comprueba la
posesión, por lo que resultaría absurdo que el fundamento de la figura se encuentre en la
adición de posesiones, cuando en realidad esta no se toma en cuenta. Siendo así, la
razón de ser de “la suma de antigüedad de títulos” debe encontrarse en su propia
naturaleza, pues tratándose de adquisiciones derivativas (títulos que se encadenan uno
en relación con el otro), entonces el adquirente recibe lo que tiene el transferente; en
este caso, también, le transmite la antigüedad del título, por lo que suma dicho plazo.
Desde la perspectiva histórica debemos recordar que el Código Civil de 1936 exigía que
los títulos cuenten con una antigüedad de 20 años para efecto de la inmatriculación, a
pesar que la usucapión ordinaria se consumaba a los 10 años; es decir, no existía
relación entre uno y otro concepto. La doctrina de la época advirtió esa incongruencia, y
si bien algunos se mostraron en contra 11 otros la justificaron aduciendo que ello buscaba
11
“El precepto del Código Civil de 1936 que exige la antigüedad de veinte años en los títulos de dominio
para la primera inscripción en el Registro de la Propiedad Inmueble, está en contradicción con el
contenido en el artículo 871 del mismo cuerpo legal, que establece que adquieren bienes inmuebles por
prescripción, quienes los hayan poseído como propietarios, de modo continuo, durante diez años, con
una “mayor seguridad en la primera inscripción” 12 En buena cuenta, el plazo establecido
en la legislación anterior no tenía vinculación con la prescripción adquisitiva.
TÍTULOS SUPLETORIOS
“La prescripción no queda consumada en diez o veinte años, sino cuando se reúne,
además de la posesión, el requisito indispensable del título, y en el caso que
consideramos, el justo título falta, ya sea porque el poseedor nunca lo tuvo, o porque se
justo título y de buena fe, tanto entre presentes como entre ausentes”, ver ibídem, p. 163
12
“Según lo dispuesto en el artículo 1046 del código, deben presentarse títulos de una antigüedad de 20
años o, en su defecto, títulos supletorios, para la primera inscripción de dominio. Obsérvese que el plazo
es de 20 años, o sea doble del de 10 que se requiere para adquirir un inmueble por prescripción con justo
título y buena fe. La razón única del mayor plazo es dar la más grande seguridad a las primeras
inscripciones de dominio”: ROMERO ROMAÑA, Eleodoro. Derecho Civil. Los Derechos Reales, Tomo
II, Lima, p. 524.
han perdido los documentos que podrían comprobarlo, siendo este motivo el que obliga
a acudir al medio subsidiario de los títulos supletorios. Por eso ha tenido que llegar a la
conclusión de que solo es título supletorio de propiedad, la posesión de cuarenta años”13
El título supletorio solo puede fundar una inmatriculación (art. 2018 CC), mientras que
la prescripción adquisitiva, como modo originario de adquisición, sirve como sustento
para inmatricular o cancelar la inscripción del antiguo dueño (art. 952 CC). Por tanto, el
título supletorio no puede extinguir una inscripción ya realizada, no solo por los
estrechos límites que la ley le impone –art. 2018–, sino fundamentalmente porque sería
13
Cit. GUZMÁN FERRER, Fernando. Código de Procedimientos Civiles. Tomo II, Editorial Científica, Lima
s/f, p. 1451.
incoherente alegar el dominio cuando existe propietario inscrito con presunción
legitimadora a su favor.14
CONCLUSIONES
El sistema del folio real se caracteriza por abrir una sola partida registral,
por cada bien o persona jurídica se abrirá una partida registral independiente, en
donde se extenderá la primera inscripción de aquellas, así como los actos o
derechos posteriores relativos a cada uno
14
Por eso era errado el criterio (ya superado) expuesto en la Resolución N° 054-2008-SUNARP-TR-T del
18 de marzo de 2008: “8. Si la usucapión puede ser ‘adquisitiva’ o ‘probatoria’, y si ambas brindan una
certeza plena sobre la existencia y titularidad del derecho de propiedad, nada justifica, desde un plano
lógico y jurídico (pues donde hay la misma razón hay el mismo derecho), que se reproche la formación de
títulos supletorios sobre bienes inscritos, pues incluso respecto de estos títulos prueban el derecho de
propiedad a favor del solicitante”. El título supletorio es un típico no contencioso, pues el solicitante se
presenta como propietario y no existe ningún sujeto determinado contra quien oponerse ya que el predio
carece de inscripción; por el contrario, la usucapión es naturalmente contenciosa pues pretende derogar a
un titular, inscrito o no. Además, téngase en consideración que el título supletorio presupone la falta de
instrumentos que comprueben el dominio, lo que no puede existir tratándose de un inmueble inscrito. En
conclusión, la esencia del título supletorio solo es compatible con los predios faltos de inmatriculación.