necesariamente incluye un análisis profundo y concienzudo de la problemática pública
colombiana actual. En especial si se entiende que el ejercicio de la administración pública recae de forma directa sobre la vida en sociedad y debe realizarse en un marco democrático que obliga a estar en función de y con la participación de la sociedad. En tal sentido, el administrador no puede estar ajeno a la problemática actual colombiana, expresada por fenómenos como la corrupción, el clientelismo, las empresas electorales, el burocratismo y la exclusión política, entre otros. De tal forma que la perspectiva y la comprensión de la problemática colombiana son cruciales y determinan no solo el ejercicio del profesional, sino algo más importante: el ejercicio del ser de la administración pública.
Una de las funciones primordiales de la administración pública debe encaminarse a la
solución de los problemas sociales, políticos y económicos más acuciantes de la sociedad colombiana en los últimos años. Solución que debe estar tanto en manos de los políticos o altas esferas gubernamentales como en manos de administradores públicos y ciudadanía en general. Esto no puede pensarse como una concepción idílica o utópica si se tiene en cuenta que los primeros cuentan con la formación teórica y con la práctica necesaria para abordar el conocimiento de la problemática colombiana y, por ende, quienes en mayor medida pueden contribuir a su solución.