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DESARROLLO HUMANO

La discusión sobre desarrollo humano en el ámbito académico y en específico de


la Psicología, tiene mucha historia, constituye uno de los ejes troncales de nuestra
disciplina que funda su saber en el conocimiento profundo del modo en que los
individuos conquistan (o no) su individualidad, a través de su propia historia, para
luego proyectarla sobre su entorno material y humano.

El paradigma de desarrollo humano que apareció a finales de los años ochenta


representó un cambio radical por dos razones. En primer lugar, porque
cuestionaba la premisa utilitaria que servía de fundamento a gran parte de la
economía del desarrollo. A partir sobre todo de la obra profundamente innovadora
de Amartya Sen, el proceso de desarrollo se ve como un proceso de ampliación
de las “capacidades” de las personas y no como un aumento de la utilidad y del
bienestar y satisfacción económicos. Es decir, el objetivo del desarrollo no es
incrementar el producto sino propiciar que la gente disponga de una gama mayor
de opciones, que pueda hacer más cosas, vivir una vida más larga, eludir
enfermedades evitables, tener acceso a la reserva mundial de conocimientos,
etcétera.

Por lo tanto, el desarrollo no debe medirse con otro indicador que no sea el
aumento de las libertades de los individuos, entendida como la construcción de
entornos en los cuales se exprese la libertad individual de poder desplegar las
capacidades y las más preciadas aspiraciones de los seres humanos. En este
sentido, Amartya Sen (1992: 81) señala que la justicia debe valorarse por las
libertades reales que gozan los seres humanos para poder elegir su destino en
función de sus propios valores personales y de ninguna manera por los bienes
materiales o recursos que puedan disponer. De esta manera, toda teoría de la
justicia que tenga como postulado la búsqueda de la equidad debe partir de un
tratamiento directo y profundo de las libertades reales que tengan las personas
para elegir su propio estilo de vida y buscarlo de manera consecuente, aun
cuando sus valores sean diferentes, dadas las enormes posibilidades de que cada
individuo, en las modernas sociedades, pueda tener objetivos divergentes del
resto de los individuos que componen la sociedad, siendo esos objetivos
valorados todos en condiciones de igualdad sin establecer jerarquías

Para que existan más oportunidades lo fundamental es desarrollar las capacidades


humanas: la diversidad de cosas que las personas pueden hacer o ser en la vida.
Las capacidades más esenciales para el desarrollo humano son disfrutar de una
vida larga y saludable, haber sido educado, acceder a los recursos necesarios para
lograr un nivel de vida digno y poder participar en la vida de la comunidad. Sin estas
capacidades, se limita considerablemente la variedad de opciones disponibles y
muchas oportunidades en la vida permanecen inaccesibles.
Aunque este modo de concebir el desarrollo es con frecuencia olvidado en el afán
inmediato por acumular bienes y riquezas financieras, no se trata de algo nuevo.
Los filósofos, economistas y líderes políticos destacan desde hace tiempo que el
objetivo, la finalidad, del desarrollo es el bienestar humano. Como dijo Aristóteles
en la Grecia Antigua: «La riqueza no es, desde luego, el bien que buscamos, pues
no es más que un instrumento para conseguir algún otro fin

La utilización del índice de desarrollo humano como indicador del nivel de


desarrollo de una población se basa en la idea, generalmente aceptada hoy en los
medios políticos y académicos, de que si bien el crecimiento económico es una
condición necesaria para explicar el grado de avance de un país, no constituye
una condición suficiente. En otras palabras, se acepta la idea de que crecimiento y
desarrollo son conceptos relacionados, pero distintos.

La salud en el contexto de la teoría de desarrollo humano

En el marco de la teoría del desarrollo humano y en el espacio socia de las


libertades humanas, la salud surge y constituye una de las libertades constitutivas
e instrumentales básicas de las personas, la cual debe estar relacionada
estrechamente con la cuestión de los derechos y la justicia social, de cuya mano
va la noción de equidad (Sen 1999; 2000; 2002). Por ello, la salud necesariamente
tiene que ser concebida desde una visión integral y colectiva tanto de los
problemas, como de las soluciones, al igual que el reconocimiento del lazo que
une a las libertades con las instituciones sociales y económicas, así como con los
derechos políticos y humanos.

En ese contexto, la salud juega una función principal entre calidad de vida y
capacidad –libertad–. La salud es una pieza clave o una aptitud para vivir mejor y
la falta de ella es una amenaza para el bienestar social y económico.

Índice de Desarrollo Humano: la dimensión en salud

Como ya lo hemos señalado, el IDH tuvo como propósito generar una nueva
medición a nivel internacional que destacara indicadores (mediciones) de carácter
social que nos hablan de la calidad de vida promedio de las distintas naciones. De
esta manera, con una nueva medición centrada en los destinatarios del desarrollo
se buscaba impulsar una tendencia internacional para que los países se
preocuparan por crear las condiciones estructurales, institucionales, sociales y
culturales, a fin de que los individuos pudiesen tener la libertad de alcanzar la
realización de sus justas aspiraciones y teniendo en el horizonte avanzar hacia la
equidad social.

Este índice permite evaluar el nivel medio alcanzado por cada país a partir de tres
aspectos esenciales:

• Longevidad y salud, representadas por la esperanza de vida al nacer.

• Instrucción y acceso al saber, representados por la tasa de alfabetización de


adultos (dos tercios) y la tasa bruta de escolarización para todos los niveles (un
tercio).

• La posibilidad de disponer de un nivel de vida digno representado por el PIB por


habitante.

Indicadores desde la perspectiva de la teoría del desarrollo humano y


sustentable

La salud en el IDH: Sub–Índice de Salud

Como lo vimos ya, el PNUD creó el Índice de Desarrollo Humano (IDH) en 1990 y
en México dicho informe se publica desde el año 2000, presentando información
desagregada por entidades federativas y algunos municipios.

El IDH, como sabemos, está integrado por tres dimensiones: la salud, la


educación y el ingreso per cápita. De tal forma se pensó en el subíndice de la
salud como aquel que pudiera reflejar las oportunidades de salud de la población.
Para ello se eligió la esperanza de vida al nacer como referente universal que
mostrara la articulación del conjunto de instituciones, políticas, estrategias y
estatus civilizatorio prevaleciente en un país determinado. Este sub–índice del
IDH, utiliza la metodología de máximos y mínimos propuesta en los Informes del
Desarrollo Humano desde 1990 y a continuación la fórmula que se utiliza para su
cálculo:

Los valores máximos y mínimos establecidos por el PNUD–México para el


indicador de esperanza de vida al nacer que se utilizan para estimar este índice
son: valor máximo = 85 años y valor mínimo= 25 años. Los valores máximos y
mínimos establecidos por el PNUD–México para el indicador de esperanza de vida
al nacer que se utilizan para estimar este índice son: valor máximo = 85 años y
valor mínimo= 25 años. Los valores máximos y mínimos establecidos por el
PNUD–México para el indicador de esperanza de vida al nacer que se utilizan
para estimar este índice son: valor máximo = 85 años y valor mínimo= 25 años.

Tasa de Analfabetismo
Indicador: Tasa de analfabetismo
Definición: Expresa la magnitud relativa de la población analfabeta.
Cálculo: Población de 15 años y más que no sabe leer y escribir dividido por la
población de 15 años y más, multiplicado por 100.
Desagregación: Edades, 15-24; 25-49; 50 años y más; sexo; área de
residencia.
Interpretación estadística: Un valor de 12 para la población indígena, significa
que un 12% de la población indígena adulta es analfabeta.

La tasa de analfabetismo, además de proporcionar información sobre la existencia


durante largo tiempo de un sistema educativo eficaz, o la existencia de programas de
educación de adultos, también se encuentra asociada al grado de acceso a otros
servicios. La desagregación por edad permite controlar el efecto de los cambios en las
estructuras por edades y los cambios en el sistema educativo.
Modo de vida

El modo de vida es concebido como una categoría económica y sociohistórica,


que incluye la vida espiritual y es utilizada para designar el conjunto de actividad
vital, socializada y sistemática que realizan los hombres para la satisfacción de
sus necesidades en sus distintos niveles de interacción social y grupal (no
individual) condicionados por la formación socioeconómica imperante.

El modo de vida como actividad vital sistemática de la comunidad, se transforma


de forma relativamente inmediata y ajena a la voluntad de los hombres, lo cual
está determinado por los cambios en las condiciones de vida que generan las
relaciones de propiedad, jurídicas, morales y estéticas. No obstante, se hace
necesario precisar que sería erróneo creer que el modo de vida de la comunidad y
las personas siempre evoluciona hacia la incorporación de actividades favorables
para la salud. Un claro ejemplo es el aumento del nivel de vida por el incremento
salarial, que no siempre desencadena actividades para proteger la salud ya que
con él pudiera incrementarse el consumo de café, cigarro, alcohol, alimentos
"chatarra", consumo de artículos intrascendentes, etcétera.

La estructura económico-social y el grado de desarrollo de la cultura en cada lugar


y época histórica, se expresan en la actividad humana colectiva como su modo de
vida.

Las características del modo de vida de nuestra población en la década del


sesenta eran diferentes a las del setenta y a las del ochenta. Las conquistas
económicas y sociales de la Revolución se reflejaron en el progreso del modo de
vida; al igual que en la década del noventa los efectos del bloqueo, de los errores
y tendencias negativas en la economía y en la dirección social, y las insuficiencias
jurídicas para el control social de los nuevos tiempos, también se han reflejado en
el modo de vida y por lo tanto en la salud.

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