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Si
el flujo sanguíneo se detiene por más de pocos segundos, el cerebro no puede recibir nutrientes y
oxígeno. Las células cerebrales pueden morir, lo que causa daño cerebral permanente.
El accidente cerebrovascular isquémico ocurre cuando un vaso sanguíneo que irriga sangre al
cerebro resulta bloqueado por un coágulo de sangre. Esto puede suceder de dos maneras:
Se puede formar un coágulo en una arteria que ya está muy estrecha y bloquear el flujo sanguíneo.
Esto se denomina accidente cerebrovascular trombótico.
Un coágulo se puede desprender de otro lugar de los vasos sanguíneos del cerebro, o de alguna
parte en el cuerpo, y trasladarse hasta el cerebro. Esto se denomina embolia cerebral o accidente
cerebrovascular embólico.
Los accidentes cerebrovasculares isquémicos también pueden ser causados por una sustancia
pegajosa llamada placa de ateroma que puede taponar las arterias.
El accidente cerebrovascular hemorrágico ocurre cuando un vaso sanguíneo de una parte del
cerebro se debilita y se rompe. Esto provoca que la sangre se escape hacia el cerebro. Algunas
personas tienen defectos en los vasos sanguíneos del cerebro que hacen que esto sea más probable.
Aneurisma (un área débil en la pared de un vaso sanguíneo que provoca que al vaso se le forme una
protuberancia o una burbuja en la parte exterior)
Malformación arteriovenosa (MAV; una conexión anormal entre las arterias y venas)
Angiopatía cerebral amiloide (ACA: una afección en la que las proteínas amiloides se acumulan en
las paredes de las arterias del cerebro)
Los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos también pueden ocurrir cuando alguien está
tomando anticoagulantes, como warfarina (Coumadin). La presión arterial muy alta puede hacer que
los vasos sanguíneos se revienten.
La presión arterial alta es el principal factor de riesgo para los accidentes cerebrovasculares.
Personas que tienen una enfermedad cardíaca o mala circulación en las piernas causada por
estrechamiento de las arterias
Personas que tienen hábitos de un estilo de vida malsano tales como el tabaquismo,
consumo excesivo de alcohol, consumo de drogas, una dieta rica en grasa y falta de
ejercicio
Mujeres que toman píldoras anticonceptivas (especialmente las que fuman y son mayores
de 35 años)
Las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo durante el embarazo
Mujeres que toman terapia de reemplazo hormonal
Síntomas
Los síntomas de un accidente cerebrovascular dependen de qué parte del cerebro esté dañada. En
algunos casos, es posible que una persona no se dé cuenta de que ha tenido un accidente
cerebrovascular.
La mayoría de las veces los síntomas se presentan de manera súbita y sin aviso. Pero, los síntomas
pueden ocurrir intermitentemente durante el primero o segundo día. Los síntomas por lo general son
más graves cuando el accidente cerebrovascular acaba de suceder, pero pueden empeorar
lentamente.
El dolor de cabeza:
Pruebas y exámenes
El médico realizará un examen físico para:
Auscultar las arterias carótidas en el cuello con un estetoscopio para ver si hay un ruido
anormal, llamado soplo, que es causado por flujo sanguíneo anormal.
Tratamiento
Un accidente cerebrovascular es una emergencia. Se necesita tratamiento inmediato. Llame al
número local de emergencias o busque atención médica de emergencia ante los primeros signos de
accidente cerebrovascular.
Las personas que están experimentando síntomas de un accidente cerebrovascular deben llegar al
hospital lo más rápido posible.
Para que sea efectivo, este tratamiento debe iniciarse dentro de las 3 a 4 1/2 horas
posteriores al inicio de los síntomas. Cuanto más rápidamente se inicie este tratamiento, mejores
serán las probabilidades de un buen desenlace clínico.
Procedimientos especiales o cirugía para aliviar los síntomas o prevenir más accidentes
cerebrovasculares
Nutrientes y líquidos
Expectativas (pronóstico)
El pronóstico de una persona después de un accidente cerebro vascular depende de:
Los problemas para moverse, pensar y hablar con frecuencia mejoran en las semanas o meses
siguientes a un accidente cerebrovascular.
Muchas personas que han sufrido un accidente cerebrovascular seguirán mejorando en los meses o
años siguientes a este.
Más de la mitad de las personas que tienen un accidente cerebrovascular son capaces de
desenvolverse y vivir en el hogar. Otras personas no son capaces de cuidarse sin ayuda.
Si el tratamiento con trombolíticos tiene éxito, los síntomas de un accidente cerebrovascular pueden
desaparecer. Sin embargo, las personas con frecuencia no llegan al hospital a tiempo para recibir
estos fármacos o no pueden tomarlos debido a una afección.
Las personas que tienen un accidente cerebrovascular por un coágulo de sangre (accidente
cerebrovascular isquémico) tienen una mejor probabilidad de sobrevivir que aquellas que tienen un
accidente cerebrovascular por sangrado en el cerebro (accidente cerebrovascular hemorrágico).
El riesgo de un segundo accidente cerebrovascular es mayor durante las semanas o meses después
del primero. El riesgo empieza a disminuir después de este lapso.
FACE (cara). Pídale a la persona que sonría. Revise para ver si uno de los lados de la cara
se cuelga.
ARMS (brazos). Pídale a la persona que levante ambos brazos. A ver si un brazo se
desplaza hacia abajo.
SPEECH (habla). Pídale a la persona que repita una oración simple. Revise para ver si
arrastra las palabras y si la frase se repite correctamente.
TIME (tiempo). Si una persona presenta alguno de estos síntomas, el tiempo es esencial. Es
importante llegar al hospital lo antes posible. Llame al número local de emergencias (911 en los
Estados Unidos) de inmediato para asistencia de emergencia.
Prevención
Reducir los factores de riesgo de un accidente cerebrovascular disminuye su probabilidad de sufrir
uno.
Infarto lacunar
El concepto de infarto lacunar (IL), es un tipo de accidente cerebrovascular
isquémico caracterizado por lesiones de pequeño diámetro, no mayor de 15 mm, producido por
oclusión en el territorio de distribución de las arterias perforantes del cerebro (lenticuloestriada,
tálamoperforante o paramediana del tronco cerebral).
Primeramente descritas por Durand Fardel en 1843, pero que entraron al léxico neurológico gracias
al Dr. Miller Fischer, quien describió los primeros síndromes lacunares (20 síndromes distintos
clínico-anatomopatológicamente), pero que con el progreso de las descripciones, uso de
neuroimágenes con mayor sensibilidad y especificidad, se describen más de 85.
El pronóstico de los infartos lacunares parece favorable para las disfunciones físicas y cognitivas en
comparación con otros tipos de infarto, pero estudios recientes han podido objetivar una reducción
en la calidad de vida de dichos pacientes, en especial en la recurrencia de éstos, en formas de
síndromes de arterias de mayor calibre y en la muy frecuente asociación con síndromes demenciales
por enfermedad de sustancia blanca, de pequeño vaso (como p.ej. enfermedad de Binswanger).
Epidemiología[editar]
Se tiene registro que los infartos lacunares representan el 20-25% de los casos de infartos
cerebrales. Suelen afectar a sujetos con edades comprendidas entre los 55 y los 75 años,
aumentando su incidencia con la edad. El principal factor etiológico de los infartos lacunares es
la hipertensión arterial.1 Otras etiologías que se han descrito excepcionalmente relacionadas son
la cardiopatía isquémica, la arteritis infecciosa y la migraña complicada.
Fisiopatología[editar]
Los infartos lacunares, tal como se dijo, afectan en general a las arterias perforantes, que son vasos
de 0,1-0,5 mm de diámetro, que se originan en la 1º porción de la A. basilar, A cerebrales anterior,
media y posterior, que irrigan estructuras profundas, en cerebro y tronco. En general, los clásicos
factores de riesgo cardiovascular, pero con mayor impacto la hipertensión, produce necrosis
fibrinoide y lipohialinosis, que son claves en la fisiopatología de este tipo de lesiones. Otros
factores, como disecciones arteriales, embolias atrio arteriales, cardioembolías o procesos
ateromatosos son potenciales causas de la formación de lagunas.
Cuadro clínico[editar]
Los cinco síndromes lacunares clásicos descriptos (de un registro aproximado de 85) son los
siguientes:
1.- Síndrome motor puro: Es un cuadro caracterizado por paresia de grado variable, facio braqui
crural armónica, sin alteraciones sensitivas. Se describe que éste sería el más frecuente de todos los
síndromes lacunares. Éste estaría dado por lesión del brazo posterior de la cápsula interna (irrigada
por la arteria coroidea anterior, rama de la carótida interna, previo a su bifurcación), centro oval o
en caso que no exista compromiso facial, por lesiones en protuberancia (lesión de arterias
penetrantes protiberanciales, ramas de la arteria basilar)
2.- Síndrome sensitivo motor: Es un cuadro caracterizado por lo descrito en el cuadro anterior más
alteraciones sensitivas del mismo hemicuerpo, generalmente por lesión de cápsula interna o tálamo
óptico.
3.- Síndrome sensitivo puro: Cuadro caracterizado por lesión sensitiva facto braquio crural que
respeta línea media. La lesión puede ubicarse a nivel del núcleo ventral posterior del tálamo
(irrigado por una rama de la arteria basilar), o parte superior del tronco cerebral.
4.- Síndrome ataxia hemiparesia: Cuadro caracterizado por una paresia de grado variable,
disarmónico, de predominio crural y gran ataxia en zona braquial ipsilateral. La lesión suele
encontrarse en pie protuberancial (irrigado por ramas penetrantes de la arteria basilar). Otras
localizaciones son a nivel del centro oval o en corona radiada.
5.- Disartria mano torpe: Cuadro caracterizado por disartria y disfagia por paresia facial,
velopalatina y lingual, todas de tipo central, como torpeza de la mano ipsilateral a las lesiones ya
descritas. La lesión se ubica en la parte posterior de la rodilla de la cápsula interna, irrigada por la
arteria lenticulo-estriada, rama de la arteria cerebral media.