Está en la página 1de 1

No es difícil comprobar como una gran mayoría de los contenidos audiovisuales que existen

actualmente carecen de todo tipo de recursos de accesibilidad, lo que está generando un nuevo
factor de exclusión para todas aquellas personas que presentan algún tipo de discapacidad visual,
auditiva y, en algunos casos, motriz (Voces, 2008).

A pesar del interés de los canales de televisión por ofrecer contenidos audiovisuales en Internet, y
del reconocimiento de estos productos por los consumidores en la web, es necesario acudir a
modelos productivos que generen contenidos específicos para programas en Internet con lenguaje
y procedimientos determinados (Urrea, 2014, 2).

Como ocurre con otras industrias, las estructuras de la radiodifusión, la grabación, el cine y las
industrias conexas no son fáciles de encasillar ni monolíticas, ni tampoco especialmente fáciles de
definir, por lo que todo esquema que se les aplique está condenado a ser arbitrario e incompleto
(Edmondson, 2004, 10).

La industria del entretenimiento ha contemplado desde sus inicios al espectador como mero
sujeto pasivo. Sin embargo, la disrupción tecnológica que supuso la digitalización de la señal
audiovisual ha convertido a los consumidores de estos productos en usuarios activos. Este cambio
de paradigma técnico ha favorecido la aparición de una nueva modalidad de acceso que ha
modificado, de forma irresoluble, la relación entre público y contenido (Hernández, 2016, 202).

También podría gustarte