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Notas finales sobre la Santidad

Conferencia Teológica Nazarena de Guatemala


Abril, 2002

T. A. Noble
Profesor de Teología
Del Seminario Teológico de
La Ciudad de Kansas, Missouri.

Al igual que mis tres colegas, he analizado todas las respuestas sobre mi tópico, el tema de la
Santidad. He escuchado cuidadosamente a los panelistas, y he leído el reporte de los grupos
pequeños. Pero desde luego que, en esta presentación final no puedo hacer justicia a todos los
puntos de vista y a todos los comentarios. Así que, para dar centralidad a nuestra discusión, de todo
este material quiero cristalizar tres asuntos, tres tópicos o temas —no como respuestas finales, sino
para avanzar en algo así como resoluciones, o por lo menos algunas clarificaciones que nos
conduzcan a cuestionamientos frescos que sean fructíferos. Lo cual es un proceso natural de la
teología.

Voy a hacerlo sencillo, quizá demasiado simple, los académicos deben saber que lo que hago
es como el pintor de brocha gorda. Mis tres tópicos son éstos:

• La Teología y la Cultura

• La Doctrina de la Entera Santificación

• La Eclesiología

1. La Teología y la Cultura
Quiero acercarme al tema por medio del Cuadrilátero. Si esta es la forma, cada teólogo
wesleyano (y eso nos incluye a todos) al mirarse al espejo cada mañana y repitirse veinte veces, ‘el
cuadrilátero wesleyano no es un cuadrilátero’. El difunto Timoteo L. Smith sugirió un mejor modelo
hace veinte años en el Preacher ‘s Magazine —la silla de tres patas. El asiento redondo es la doctrina; la
tradición, la razón y la experiencia son las tres patas; y la Escritura el piso donde está parada. Los
fundarnentalistas no creen en esta silla sin respaldo. ¡Ellos piensan que están sentados en el suelo!
Los liberales piensan que es una silla de cuatro patas, pero que está flotando en medio del aire. Pero
el cristianismo clásico (por usar la frase de Alan Padgett) —los cristianos evangélicos y ortodoxos —

en realidad se sientan en la silla de tres patas.

Ahora déjeme traer ésto al terna de la Teología y la Cultura con un pensamiento que lo debo
al Dr. David Rainey: podemos pensar de las tres patas de la silla —tradición, razón y experiencia —

como cultura. No se debe pensar de tradición, razón y experiencia en forma individualística. Desde
luego que tradición es corporativa, pero así tamibén lo es la razón. No es mi razonamiento, sino el
razonamiento como iglesia. Cuando me dirijo al salón de clases, no voy a ejercitar mis opiniones
originales, sino que voy como teólogo de la iglesia. Y no es solamente mi experiencia, es nuestra
experiencia como iglesia —lo cual incluye la experiencia del Espíritu de Dios en nuestra práctica
corporativa de adoración y servicio.

Hay dos implicaciones de ésto que nos preocupan.


• Tenemos una variedad de culturas, diversidad de experiencias, una diversidad de formas de
razonamiento y una diversidad de tradiciones influenciadas por la cultura. De aquí que, en
una iglesia multicultural tenemos que reconocer la diversidad y a la vez mantener la unidad.
Y esto se aplica particularmente a la doctrina de la santidad. Aspectos diferentes de la
doctrina, diferentes modelos, en diferentes culturas hablarían significativamente diferente
con diferentes formas de pensamiento y razonamientos, y formas de experimentar a Dios y
al mundo.
• La segunda implicación es que debemos estar seguros que la silla está parada firme en el
piso, que es, la totalidad del canon sagrado de las Escrituras. Necesitamos una teología de la
santidad completamente redonda. Y tendría que incluir modelos bíblicos que no están de
moda tales corno pureza, limpieza, separación, juicio y castigo; como también los modelos
que más nos gustan como amor, compasión y gracia.

2. La Doctrina de la Entera Santificación


Uso la nomenclatura que todos reconocemos, aunque esté basada en una sola referencia
bíblica, no era el término o característica favorita de Wesley, y se presta a confusión. De hecho así se
ha aceptado por todos en esta conferencia, el Dr. Andy Johnson ha expuesto en su conferencia que
la. de Tesalonisenses 5:23 no necesariamente se refiere a ‘una segunda’ obra como precisamente se
ha interpretado. ¿Adónde nos lleva esto? No hay duda que el texto habla de santificación que es
entera —‘por completo’, ‘enteramente perfecto’. Por más que el lenguaje friera más fuerte, pero la
palabra ‘segunda’ no está en el texto. ¿Qué se puede hacer con eso? ¿Qué tan importante es el
concepto ‘segundo’ para la entera santificación?

Permítarne ir a dos de nuestros guías espirituales y teológicos. El primero es el Dr.


Greathouse. Durante las últimas 24 horas he leído su obra Plenitud en Cristo. (incidentalmente si hay
alguien en esta conferencia que lea inglés y que trabaja para la Iglesia del Nazareno, pero no ha leído
esta obra, debiera ser despedido de su trabajo). Lo que buscaba era lo ‘segundo’ en todo el libro
puede encontrar una sola referencia, en la página 117. En la cual el Dr. Greathouse cita al Dr.
Wynkoop para decir que lo que realmente ‘segundo’ significa es ‘profundidad’.

Mi segundo guía (no se sorprendan que lo conozcan) es Juan Wesley. En todos los escritos
voluminosos de Wesley (verifiqué ésto con el especialista en Wesley, Dr. Herbert McGonigle) sólo
hay cuatro veces que esta frase ‘la segunda bendición’ ocurre.’ no era justamente la forma
característica de cómo él se refería a ello. El término que él usó una y otra vez, una y otra vez, una y
otra vez fue ‘amor perfecto’, ‘amarás a Dios con todo tu corazón, alma, mente y con toda tu fuerza’,
‘pureza de corazón’, ‘andar como Cristo anduvo’, ‘el solo ojo’~fijarse sólo en Cristo], ‘pureza de
intención’, ‘amor excluyendo el pecado’.

Estamos sobre un terreno imposible, exegeticamente hablando, cuando tratamos de


persuadir a otros de lo ‘segundo’, pero estamos sobre una plataforma más fuerte cuando hablamos
del ‘amor que echa fuera el pecado’. Este era el enfoque de Wesley y esto es lo que los wesleyanos
queremos predicar, enseñar y vivir, y es totalmente bíblico.
Sin embargo, tenemos que decir que ‘subsecuente’ parte de ésto, y yo sugiero que
‘subsecuente’ (el término que aparece en nuestros artículos de Fe No. X) es el término más
apropiado que ‘segundo’. Lo ‘segundo’ requiere dos cosas de la misma especie.2 pero esto es algo que
hay que buscar más adelante. La regeneración espiritual y teológica es única, sui generis, es el principio
de la vida espiritual, mientras que los adjetivos ‘entera’ o ‘completa’ o ‘perfecta’ indica (como Wesley
de sobra lo dijo) que la etapa más tarde es diferente en grado. Su opinión fue clara que los santos
pasan por este grado de amor ‘perfecto’ (que es completo o amor indivisible) instantáneamente,
aunque dicho momento no sea notado concientemente. La idea que esto es ‘subsecuente’ a la regeneración ha
sido explícita en la gran tradición de la espiritualidad cristiana, al menos desde Clemente de
Alejandría con sus dos niveles de ‘perfección’. Se puede ver claramente, por ejemplo, como Wesley
entendía la. de Juan 2:12-14 donde él entiende como los ‘padres’ a aquellos que su amor se han
perfeccionado, o ha llegado a aquella plenitud individual total del amor que excluye su ‘modo de
pensar pecaminoso’.

3. La Eclesiaología
Yo uso ‘eclesiología’ para indicar tanto la doctrina como la práctica, y este tema significativo
a surgido de cuando en cuando durante la conferencia en relación con la santidad. Apareció en el
grupo pequeño al que asistí, y también en la discusión de los panelistas. (me refiero al duelo emotivo
entre el ¡heróico Artagnan, Dr. Millard Reed, y algunos mosqueteros jóvenes! Como escoseses e
irlandeses disfrutamos mucho un buen argumento, y eso, para mí, ha sido una marca de esta
conferencia!)

Pero lo que estaba pasando allí era que teníamos dos eclesiologías en debate. Déjeme
bosquejarlo brevemente (les recuerdo que esto es una simplificación burda).

La primera tiene la forma de una doctrina de los creyentes en la iglesia. Este caso tiene los
siguientes rasgos:

• Es muy individualista. Comienza con el creyente individual —la conversión del individuo, una
vez que él o ella ha hecho una decisión individual, y usualmente está contento con el
bautismo de los individuos que han confesado su fe, ‘bautismo de creyentes’.

• La iglesia es por lo tanto vista como una colección de inviduos que se reunen para contar sus
historias individuales (testimonios). Así que el pensamiento se mueve del individuo a la
colectividad, una forma de pensar que se puede reconocer como característica de la edad de la
modernidad.

• Este tipo de eclesiología tiene un punto de vista ‘muy bajo’ de la adoración y los
sacramentos. Estas iglesias usualmente han sido formadas por gente que reacciona
en contra de la ‘formalidad’ y ‘liturgia fría’ e ‘iglesitis’ nominal. Aprecian la espontaneidad en
la adoración, y esto es lo que ellos identifican como ‘libertad del espíritu’.

Ahora que nuestro punto de vista se ha ampliado, en las iglesias de Inglaterra, Canadá y
Estados Unidos y alrededor del mundo.3 No hemos sido muy explícitos en cuanto a eso.
De hecho no hemos realmente pensado profundamente en la doctrina de la iglesia. Sino
que es el punto de vista que hemos heredado y que actualmente practicamos.

La segunda Eclesiología tiene caracteríticas opuestas. Creo que debemos llamarla ‘católica’.
Pero necesito ser muy claro aquí en Lationamérica (y siendo el nieto de un irlandés protestante) que
‘católico’ no significa ‘Romano’. No tiene nada que ver con la transubstanciación, la adoración a
María o la infalibilidad del Papa. Estoy usando el vocablo ‘católico’ en el sentido antiguo de universal
e inclusivo. Este punto de vista de la iglesia tiene los siguientes rasgos:

• Primero, no comienza con el individuo, sino corporativamente —la iglesia como el cuerpo de
Cristo. Y algunos de nuestros jóvenes que toman este punto de vista con apasionamento
sobre la santidad, incluyendo lo que significa para la iglesia ser santa corporativamente. ¿Qué
significa ser santo para nuestras instituciones, estructuras de poder y prácticas
administrativas?

• Segundo, este punto de vista debiera luego hablar acerca de lo personal —la vida personal del
creyente. (deliberadamente digo ‘personal’ como distinto de lo ‘individual’). Hay algunos que
hacen este cambio de lo corporativo a lo personal, y hablan acerca de una relación personal.
El movimiento no es de lo individual a la colectividad (que es la forma de pensar de la
modernidad), sino de lo corporativo a lo personal —una forma de pensamiento más bíblico que
aún se refleja en las sociedades tradicionales de las dos terceras partes del mundo. Algunos
de los que toman este punto de vista parecen reaccionar muy fuerte en contra de un
modernismo individualista (que ellos rechazan hablar acerca de lo personal, y
particularmente de una vida espiritual interior. Ahora que nuestra tradición wesleyana
combina una espiritualidad totalmente bíblica como patrística hablando de ‘pureza de
corazón’ —como la motivación interior.

• Tercero, este tipo de Eclesiología toma el punto de vista que históricamente se conoce como
‘iglesia alta’ en cuanto a la adoración y a los sacramentos. Entre nosotros hay nazarenos
(todavía existen, de acuerdo a lo que sé, solo en Inglaterra, Estados Unidos y Canadá) para
quienes ‘libertad en adoración’ está muerta. Dicho tipo de adoración está muy afectado por
el consumismo individualista, sin profundidad estructural ni contenido bíblico, muy
influenciada por la industria del entretenimiento, muy abierta a la manipulación de las
personalidades dominates, muy sentimental y muy subjetiva. La iglesia alta ha encontrado
participación en la liturgia, más cristiana, más bíblica, más cristocéntrica, y más dinámica
espiritual.

Ahora, estos no son solo nazarenos jóvenes: son nazarenos de cada generación. Sospecho
que una de las razones del porqué las iglesia en Occidente están perdiendo gente que tan pronto
entra por la puerta de enfrente, se sale por la puerta de atrás, es porque no se está supliendo su
necesidad espiritual. Y así, los hijos de los nazarenos, como los otros evangélicos andan en una
peregrinación o romería metafórica por esto y otras razones perdemos por montones.’

Así que, estas dos eclesiologías se necesitan la una a la otra. Necesitan dialogar la una a la
otra por el bien de la iglesia, y necesitan corregirse la una a la otra. Y debe ser en las dos direcciones.
Una cosa tremenda de esta conferencia es que la conversación ha comenzado.

Necesitamos enfatizar que la santidad es un asunto del cuerpo —no solo el alma individual.
Santidad corporativa (en ambos setidos) es lo que importa. Es un asunto de práctica y de relaciones
(amor perfecto) dentro el cuerpo de Cristo y más allá. Eso es lo que Wesley llamó ‘santidad social’. Y
es bíblica. Pero también necesitamos la experiencia de ‘pureza de corazón’. No se puede tener una
sin la otra. También es un asunto tanto interior como motivacional, un asunto de la limpieza de los
pensamientos y las intenciones del corazón. Esto también es wesleyano. Y ésto también es bíblico.

‘Nota del traductor. En la versión inglés el autor refiere metafóricamente al escritor inglés
Geoffrey Chaucer y su obra Canterbury Tales

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