Había una vez, en un bosque unos cazadores que perseguían a un hermoso
unicornio cuando intentaron atraparlo lo hirieron con una lanza. El unicornio al ver tanta maldad botó una lagrima mágica y desapareció, de esa lagrima broto una semilla de colores. Los cazadores muy asombrados se marcharon de lugar sin decir una palabra y nunca volvieron al mismo lugar. Al transcurrir los años la semilla creció y se convirtió en un árbol, pero este tenía un fruto muy especial y mágico, era de oro y sus hojas de plata tan hermosas que resplandecían iluminando el lugar. Un día dos niños al ver el brillo del lugar se sorprendieron y se acercaron lentamente. Fabian y Fernanda eran dos hermanos muy pobres y humildes que Vivian cerca del bosque sin saber la fortuna que se iban a encontrar sacaron unas frutas y corrieron a su hogar, sus padres asombrados con tanto oro quisieron que los niños los guiarán a ese árbol mágico, pero al llegar al lugar el árbol había desaparecido El unicornio antes de desaparecer hellizó el árbol para que solo las personas puras de corazón pudieran ver y así entonces solo Fabián y Fernanda pudieron sacar a su familia de la pobreza.