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Titulo

Modificación del área costera y consecuencias ambientales que afectan directamente al

hombre y su entorno.

Objetivo General

Establecer como la modificación de un área costera puede influir en los cambios


ambientales de su entorno y la manera en que afecta en forma directa al ser humano.
Objetivos específicos
- Identificar las fallas en la realización de la obra que afectó el área costera
- Evaluar los daños físicos y ambientales ocasionados por la obra
- Plantear estrategias que minimicen los daños ambientales que están afectando a la
comunidad del barrio Crespo en Cartagena de Indias.

Planteamiento del problema

En el año 2016, se inauguró el túnel de Crespo, el cual une el centro con la zona norte
de Cartagena y sobre éste, el malecón de Crespo, que es un parque de 1 kilómetro de
recorrido, en el que se encuentran amplias zonas verdes, juegos infantiles y canchas
para diferentes deportes. Para lograr este mega proyecto, se le reclamaron al mar 30
hectáreas de suelo, 14 para la construcción del parque y el resto para el anillo vial y
playas.
El inconveniente surge al correr el mar y realizar el relleno para la nueva playa, ya que
al mezclar arena de mar y arena de cantera, se provocan hundimientos que atentan
contra la vida y seguridad de los bañistas, igualmente, en la construcción de 7
espolones, se debían realizar en sentido Marbella- Crespo y esto se realizó al contrario;
por tal motivo, no se obtuvo que la arena que llegaba por la deriva del litoral, se
quedara en cada segmento de playa y la corriente no llega en contra, ocasionando
ahogamientos y zonas profundas.
Justificación

Según la docente y coordinadora del grupo de investigación en hidráulica y manejo


costero de la Universidad de Cartagena, Dalia Moreno Egel, el tramo de costa desde la
Punta de Santo Domingo (sector ‘round point’ de la avenida Santander) hasta el sur de
La Bocana, que incluye las playas de Marbella y Crespo, es un sector de costa largo,
casi recto y  abierto al mar, "por tanto, recibe la energía directa del oleaje durante todo
el año, especialmente en las épocas de vientos alisios y de mar de leva".
"Si se compara la energía del oleaje con el sector de Bocagrande, se nota la diferencia.
Las olas de Crespo tienen pendientes un poco mayores en sus perfiles de playa
(secciones transversales a la línea de costa) y un mayor tamaño de la arena", precisó.

Esto quiere decir, de acuerdo con la ingeniera civil, que al tener mayor energía las olas
en Crespo, las corrientes se producen con mayor intensidad. "Si la playa tiene una
pendiente sumergida menor, las olas romperán más lejos y las corrientes se generarán
más distantes de la línea de costa", acotó Moreno.

¿Fallas en el proyecto?

No obstante, pese a la morfología de estas playas, la Sociedad de Ingenieros y


Arquitectos de Bolívar (SIAB) aseguró que los problemas que hoy tiene este balneario
también obedecen a que no se acataron las recomendaciones para el sistema
constructivo del proyecto.

"El consorcio en su afán de recuperar playas cometió algunos errores, como el rellenar
con arena de cantera. La Resolución 1630 de 2009 de la Agencia Nacional de Licencias
Ambientales (Anla) es clara, ahí no podía usarse ningún otro tipo de material distinto a
las arenas del sitio. Después de caer en cuenta del error, comenzaron a dragar y
revolvieron esa arena con la arena del mar", precisó el ingeniero Alfredo Pineda
Corena, expresidente de la SIAB.

Además indicó que hubo fallas en el sentido de construcción de los espolones. Estos
debían construirse de Marbella hacia Crespo, y se hizo al revés.

"Esto no ocurrió, por eso es que se está produciendo todo esto, porque hay una playa
plana y de pronto baja abruptamente. Esto, es quizás lo que está produciendo que se
ahoguen las personas", recalcó.

Si el sistema constructivo hubiera sido el adecuado -añadió- los espolones estuvieran


cumpliendo con su función de generar playa. Ya van tres años de construidos y todavía
las playas no han salido. Parece, además, que hay una playa muy profunda.

¿Qué dice el Consorcio?

El director Técnico del Consorcio Vía al Mar, Juan Clímaco Gómez Morales, le salió al
paso a las críticas y aseveró que todo lo que se hizo fue concertado con la empresa
interventora Insevial S.A y aprobado por la Dirección Marítima (Dimar).

Sin embargo, reconoció que las obras no se hicieron en el orden que Carinsa S.A.S, la
empresa que hizo los estudios y diseños de la protección costera, recomendó que se
realizaran (primero el relleno hidráulico, luego el muro marginal y finalmente los
espolones).
"Cuando estábamos en plena construcción se presentaron los huracanes Mathew y
Otto, y nos lavó todo el material porque no tenía protección, hasta se nos hundió una
draga. Entonces, por recomendación de la Dimar, decidimos construir el primer tramo
del muro marginal, el primer espolón y así sucesivamente, teniendo en cuenta las
corrientes marinas. Lo que hacíamos era consolidar el mar en la medida que se fuera
construyendo. Si no lo hubiéramos hecho así, la obra se nos hubiera despedazado",
sostuvo.

Explicó que la arena estaba prevista para que se sacara toda del mismo mar, en una
zona de préstamo a unos 2,500 metros de la playa. De ahí se sacó inicialmente -contó-
pero se requirió mucha más.

"Cuando empezamos se hizo necesario utilizar más arena, entonces se sugirió la de


cantera, la cual se dispuso ante la Dimar. Se les hicieron todos los estudios físico-
químicos y fue aprobada porque se confirmó que esta no afectaba ni el medio ambiente
ni la seguridad", manifestó.

Destacó que eso se comprobó en los estudios de línea de costa y las batimetrías
(estudio de las profundidades marinas), que cada seis meses la Dimar exigía que se
hicieran para determinar si se estaba produciendo algún tipo de perjuicio a las playas
adyacentes (Marbella y Bocana) y a las del proyecto. Esos análisis, el último realizado
en noviembre de 2016, según él, dan cuenta de que "las playas se están rellenando
perfectamente" y se van midiendo a lo largo de su proceso de maduración.

Así se hizo la protección costera

En la protección costera se reclamaron 30 hectáreas de suelo al mar (14 de parque y el


resto entre corredor vial y playa), se construyeron siete espolones, cada uno con 97
metros de largo (150.000 m3 de roca y el relleno artificial de 1.200.000 m3), de 10
metros de altura y una distancia aproximada de 300 metros entre sí (son 6 cajones que
suman 1.800 metros cúbicos entre el espolón 1 y el 7). La idea era generar una playa
de entre 25 y 60 metros de ancho.

El muro marginal se construyó con una altura promedio de 6 metros (el lecho marino en
ese sector era de 2 metros y el relleno fue de otros 2, dejando entre 1 y 1,5 metros
libres). En la cabeza de los espolones, con 30 de ancho, se colocaron 1.800 metros de
bolsa, a lo largo.

Carinsa opina 

Pero el Consorcio no solo construyó los espolones en sentido contrario, sino que
además puso un muro submarino de bolsas para quitarle profundidad a las playas,
según señaló Santiago Rizo Delgado, gerente de Carinsa S.A.S, empresa que trabajó
en el proyecto con asistencia de la compañía holandesa Royal Haskoning.
"La dinámica que se generó entre la construcción del muro y el relleno, pienso que
produjo una profundización de la zona donde iban a ir las playas. Ellos después tenían
que traer arena y rellenar las playas, pero como quedó tan profundo, tan pendiente, esa
playa no se sostenía por su inclinación natural. Y eso es lo que está pasando, por eso
pusieron unas bolsas para quitarle profundidad y tratar de hacer las playas así", detalló.

"Cuando la ola llega a ese punto, se encuentra con un sistema que sube abruptamente
y se genera una dinámica de rompiente distinta. Es la caída de la ola la que hace
peligrosas a las playas, la pendiente es muy alta y a poca distancia hay más
profundidad", añadió.

Sí se pudo haber cambiado la morfología

Aunque las playas de Cartagena tienden a cambiar su línea, por eso se habla que
tienen una estabilidad dinámica (permanente proceso de erosión y agregación de
sedimentos), para la investigadora de la Universidad de Cartagena con maestría en
recursos hídricos, Dalia Moreno, las obras de protección costera sí pudieron haber
cambiado la morfología de las playas de Crespo.

"Al generar unas playas colgantes mediante la colocación de una barrera sumergida
con bolsas de material sintético rellenas con arena, que conectan paralelamente los
espolones construidos y aplicar posteriormente rellenos artificiales de arena, pudo
haber cambiado la morfología y por consiguiente la interacción de la hidrodinámica
(olas, corrientes, vientos y mareas) de la zona", enfatizó.

Y esto tiene que ver directamente con los espolones. Lo que se establece en métodos
constructivos, según Carinsa, es que se construye el primer espolón de sur a norte para
que la arena que viene llegando por la deriva litoral desde el norte se quede en cada
uno a medida que se vayan construyendo. Todo esto en contra de la dirección de la
corriente, pero en Crespo no se aplicó.

Además, el relleno hidráulico que se hizo con dragas pequeñas y demoró entre 2 y 3
años, cuando se proyectaba que se haría en 2 o 3 meses con máquinas grandes, se
cree que también pudo haber generado esa dinámica de profundización.

Es por eso que las corrientes perpendiculares a la línea de costa o denominadas


también de "resaca", responsables de las mayorías de las muertes por inmersión
(ahogamiento), llegan con mayor fuerza a esa zona.

Aún así, Crespo se destaca como la zona mejor protegida de Colombia contra los
embates del mar, y el proyecto es considerado como una de las mejores megaobras del
país.

¿Cuándo se habilitarán las playas?


De acuerdo con el Consorcio Vía al Mar, a finales de este mes se le entregarán a la
Dirección Marítima los resultados de estudios topobatímetricos (medición de la distancia
y elevación de la playa), para que estos sean analizados y sea la autoridad la que
determine si estas son aptas y seguras para los bañistas.

También se analiza la estabilidad del muro de bolsas en forma de pirámide, que fue roto
en su superficie pero no ha causado repercusiones en la obra, informó el Consorcio.

Surtido ese proceso, la Dimar entregará las playas a Distriseguridad y esta se


encargará de abrirlas al público.

Sin embargo, expertos recomiendan que se hagan estudios morfológicos e


hidrodinámicos permanentes a estas playas para garantizar que sean seguras. Mientras
tanto, la prohibición de ingreso a estas debe mantenerse con todas las señalizaciones
posibles.

En la protección costera se reclamaron 30 hectáreas de suelo al mar (14 de parque y el

resto entre corredor vial y playa), se construyeron siete espolones, cada uno con 97

metros de largo (150.000 m3 de roca y el relleno artificial de 1.200.000 m3), de 10

metros de altura y una distancia aproximada de 300 metros entre sí (son 6 cajones que

suman 1.800 metros cúbicos entre el espolón 1 y el 7). La idea era generar una playa

de entre 25 y 60 metros de ancho.

El muro marginal se construyó con una altura promedio de 6 metros (el lecho marino en
ese sector era de 2 metros y el relleno fue de otros 2, dejando entre 1 y 1,5 metros
libres). En la cabeza de los espolones, con 30 de ancho, se colocaron 1.800 metros de
bolsa, a lo largo.
Metodología

Resultados esperados.

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