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UNIVERSIDAD ARTURO MICHELENA

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS

ESCUELA DE DERECHO

ANÁLISIS Y CRÍTICA SOBRE LA NUEVA LEY ANTIBLOQUEO

Profesora: Autor:

María Virginia. Rigual Magiernys. V-27.335.601

5to año. Sección 1M.

San Diego, octubre de 2020


El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, presentó el 29 de septiembre
ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) la Ley constitucional
antibloqueo como una herramienta para afrontar el bloqueo económico de
Estados Unidos.

La propuesta incluye, entre otras cosas, la creación de un observatorio como


órgano científico de medidas coercitivas unilaterales y otras disposiciones
restrictivas o punitivas. Su objetivo es generar conocimientos destinados al
estudio académico y al seguimiento y evaluación de los procesos de
implementación y de sus resultados.

Entonces, con esta nueva norma, el presidente de Venezuela podrá firmar


nuevos acuerdos petroleros con empresas privadas tanto nacionales como
extranjeras. Además, la permitiría modificar o administrar el funcionamiento
de las empresas públicas y mixtas.

Por eso pidió a la ANC, este martes 29 de septiembre, darle urgencia


reglamentaria al texto para poder aplicarlo en los próximos tres meses “y
hasta que cese el bloqueo” contra su gestión. Esto, pese que el artículo 187
de la Constitución establece que la aprobación de leyes es competencia de
la Asamblea Nacional, actualmente presidida por Juan Guaidó.

El instrumento jurídico se refiere a las sanciones de Estados Unidos como


“medidas coercitivas unilaterales”, asumiendo el concepto de la
Organización de Naciones Unidas (ONU) que las define como “medidas
económicas, comerciales u otras adoptadas por un Estado, grupo de Estados
u organizaciones internacionales que actúan de manera unilateral para
obligar a un cambio de política de otro Estado, o para presionar a individuos
grupos o entidades de los Estados seleccionados para influir en su curso de
acción”.

Entre las acciones para lograr los objetivos, el proyecto de ley contempla la
protección de los activos venezolanos internos y externos de posible
confiscación, con medidas financieras y jurídicas, alianzas con sectores
productivos dentro y fuera de Venezuela para desarrollar sectores
económicos como hidrocarburos, minería, producción industrial y agrícola,
entre otras.

Además, se señalan mecanismos temporales para acelerar la gestión de


sectores económicos, atraer inversiones productivas a gran escala y mejorar
el ingreso nacional, flexibilizando, por ejemplo, la participación accionaria del
Estado en empresas mixtas. También, propiciar incentivos laborales y
tributarios, estabilidad jurídica y potenciar el criptoactivo petro. 

Actualmente el Gobierno interino de Guaidó ha logrado la recuperación de


activos congelados en el exterior, gracias a su reconocimiento como
presidente encargado. Por ejemplo en Estados Unidos, a través del
Departamento del Tesoro, para aplicar medidas como el Bono Héroes de la
Salud, dirigido al personal sanitario venezolano. Otros activos en el Reino
Unido (33 toneladas de oro) están en litigio, fuera del alcance, por ahora, de
la administración de Nicolás Maduro.

La Ley Antibloqueo asegura que los recursos que se generen estarán


destinados a desarrollar sistemas compensatorios del salario de los
trabajadores, financiar el sistema de protección social, recuperar la
capacidad de proveer servicios públicos de calidad, impulsar la capacidad
productiva nacional, especialmente en las industrias estratégicas. De igual
forma, recuperar, mantener y ampliar la infraestructura pública.
Se habla igualmente de aplicar “mecanismos financieros para restituir
progresivamente el valor de las prestaciones sociales, beneficios
acumulados y ahorros obtenidos por los trabajadores”. 

Corresponderá directamente al Consejo de Estado la supervisión y


seguimiento de la aplicación de la Ley, así como la verificación del
cumplimiento de sus fines. Todos los actos públicos dictados como parte de
su implementación quedan sometidos a control posterior por parte de la
Controlaría General de la República.

Se advierte que todas las ramas del Poder Público estarán sujetas a esta ley
y deberán contribuir con su aplicación, así como las personas naturales y
jurídicas, públicas y privadas en todo el territorio nacional.

 A modo de incentivo también plantea estabilidad laboral a los trabajadoras


de sectores que participen en proyectos desarrollados a partir de esta ley.

El artículo 1 de dicho documento dice que busca proveer al poder público


con herramientas jurídicas para contrarrestar, mitigar y reducir de manera
efectiva, urgente y necesaria, los “efectos nocivos generados por la
imposición” de las sanciones financieras, principalmente de Estados Unidos
contra Venezuela.

Entretanto, el artículo 19 le permite al Ejecutivo “inaplicar, para casos


específicos, aquellas normas de rango legal o sublegal cuya aplicación
resulta imposible o contraproducente” para superar los obstáculos del
bloqueo estadounidense.

También faculta a Maduro para que realice cambios en la propiedad de


empresas conjuntas entre capital privado y Pdvsa sin tener que especificar
cuál es el porcentaje de participación de la estatal petrolera en esas alianzas.
La Ley Antibloqueo da carácter de “reservado, confidencial o de divulgación
limitada” a los documentos que el Ejecutivo considere oportunos, según
detalla el artículo 35 de ese texto.

En conclusión Nuestra Constitución es clara cuando tipifica las leyes y estas


son las que emanan del Poder Legislativo, pudiendo ser de carácter
orgánico: leyes ordinarias, habilitantes y los códigos.

El objetivo de esa “ley” es implementar una serie de medidas económicas al


margen de la Carta Magna y el marco jurídico actual. Todo bajo la premisa
de que las sanciones y el bloqueo son los responsables del deterioro
económico actual de Venezuela. La culpa de la realidad económica del país
se debe a una mala gerencia pública, la corrupción y los controles. “La
consecuencia de estos modelos trajo escasez y cierre de empresas”.

Básicamente, se pretende realizar un cambio estructural sin confianza en las


instituciones y forzadamente dándole una patada al ordenamiento jurídico.
Así la supuesta Ley Antibloqueo desaplica cualquier norma que colinde
contra ella, en una interpretación que será muy discrecional para quien lo
haga.

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