Está en la página 1de 1

Retablo ayacuchano

Esta pieza emblemática del arte tradicional destaca por la belleza de sus escenas
costumbristas que transmiten la memoria del pueblo ayacuchano.

El retablo tiene su origen en el virreinato, cuando


los sacerdotes españoles viajaban por los andes,
llevando cajas articuladas con imágenes de santos
católicos, denominadas Caja de Santero o Cajón de
santo. Esto con el fin de alimentar la fe de los
conquistadores y educar a las personas que se
encontraban.

Resalta huamanga, ubicada en la actual Ayacucho,


como un de las principales ciudades de la colonia
que destacó como eje comercial, social y artístico.
A partir de aquí se creó el cajón san marcos, un
objeto similar al actual retablo ayacuchano, pero
con características específicas. Este cajón
particularmente representaba a San Marcos como figura central, es portátil y tiene
valor religioso cristiano. Haciéndose conocidos por coleccionistas en el año 1940 y con
el apoyo de José María Arguedas en su estudio y difusión, empezó a tener demanda
de las zonas urbanas y de los extranjeros. De esta manera y en este contexto nace el
actual Retablo ayacuchano.

Con el paso de los años, el arte del retablo se perfeccionó gracias a la creatividad de
los artistas ayacuchanos. Los personajes representados son hechos a base de una
mezcla de papa cocida y yeso. Entre los más reconocidos retablistas ayacuchanos
figura Joaquín López Antay cuya obra fue declarada patrimonio cultural de la nación,
así como los hermanos Jesús y Julio urbano Rojas, y Florentino Jiménez

El cambio de temática es determinado por el cliente y por ende desaparece su función


y sentido ritual, religioso y mágico. Es valorado por su valor estético ornamental donde
se evidencia el valor etnográfico o social y comunica las tradiciones y las costumbres.
Utilizando así, eventos cotidianos o históricos donde intervine una creatividad muy
rigurosa.

Univ. Julissa Azucena Carhuayo Chura

También podría gustarte