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Grez, Sergio. Manifiesto de Historiadores Resumen II PDF
Grez, Sergio. Manifiesto de Historiadores Resumen II PDF
Manifiesto de Historiadores
‘verdades históricas’: a) que la intervención considera que esa (su) acción fue una “ges-
dictatorial de los militares entre 1973 y 1990 ta nacional”, entonces también debería lla-
fue una “gesta, hazaña o epopeya” de ca- marse “gesta” al intento realizado, entre
rácter nacional; b) que la crisis política de 1932 y 1973, por la ‘facción’ de chilenos
la anterior democracia fue obra exclusiva derrotada por ese golpe, puesto que duran-
del gobierno de la Unidad Popular, cuyo te ese período procuró alcanzar el desarro-
programa se proponía, con la “prédica del llo económico y social del país luchando
odio, la venganza y la división” y la “sinies- legalmente ‘contra’ la facción opositora que,
tra ideología del socialismo marxista”, im- durante todo ese tiempo, estorbó sus pla-
poner una “visión atea y materialista… con nes. Es necesario diferenciar entre el
un sistema implacablemente opresor de sus ‘faccionalismo’ que opera a través de la ley
libertades y derechos…; el imperio de la (caso de los derrotados en 1973) y el que
mentira y el odio”, y c) que “los hombres opera a través de las armas (caso de los ven-
de armas” actuaron como “reserva moral de cedores en 1973), pues un movimiento
la nación” para reimplantar la “unidad del faccional democrático y legalista está más
país… no para un sector o para un partido”, cerca de ser una ‘gesta nacional’ que un mo-
el “respeto a la dignidad humana”, la “li- vimiento armado.
bertad de los chilenos”, y dar “verdaderas
Respecto a la segunda afirmación,
oportunidades a los pobres y postergados”.
cabe decir que la crisis de 1973 no se debió
Respecto a la primera afirmación, sólo a la conducta gubernamental de la
queremos decir que en Historia se asigna la Unidad Popular (en verdad, ningún histo-
expresión “gesta, hazaña o epopeya nacio- riador serio caricaturizaría esa conducta re-
nal” sólo a las acciones decididas y realiza- duciéndola a “prédica del odio”, a
das mancomunadamente por todo un pue- implementación de ideologías “siniestras”,
blo, nación o comunidad nacional, actuan- a la “opresión” que sus reformas ejercieron
do en ejercicio de su soberanía. Tal como, sobre ciertos intereses y derechos, o al “im-
durante siglos, el pueblo Mapuche luchó perio de la mentira” que habría primado en
contra los invasores, o como se movilizó el el fundamento de sus reformas) sino tam-
pueblo chileno, después de 1879, en la bién -y no poco- a procesos históricos de
Guerra del Pacífico. Es por eso que llamar larga duración, cuyo origen puede rastrearse
“gesta, hazaña o epopeya nacional” a la en el siglo XIX, o antes. De hecho, la Uni-
acción armada que ‘un’ sector de chilenos dad Popular administró (y precipitó) una cri-
emprendió contra ‘otro’ sector de chilenos, sis que tenía no sólo carácter político sino
implica un uso particularista, abusivo y co- también, y sobre todo, económico y social,
yuntural de un término que tiene un signifi- la cual se había larvado cuando menos un
cado más trascendente. En rigor, ese tipo de siglo antes, lapso en el que la responsabili-
acción no es una gesta nacional, sino una dad histórica no cabe imputarla ni al mar-
acción faccionalista (independientemente xismo ni a los partidos de centro - izquier-
de que triunfe o no). Si la ‘facción’ de chile- da, sino a la longeva rotación e inepcia gu-
nos que dio y apoyó el golpe militar de 1973 bernamental de las élites oligárquicas de este
país. Es preciso considerar que las crisis ‘pre- otros de las responsabilidades propias ¿es
populistas’ de 1851, 1859, 1890-1891, necesario denostar?
1907-1908, 1924, 1930-1932 y las crisis
Respecto a la tercera afirmación (que
‘desarrollistas’ de 1943, 1947, 1955, 1962
los “hombres de armas”, actuando como
y 1967-1969 revelan, en conjunto, que el
“reserva moral”, lucharon por la unidad del
daño estructural causado por un siglo de
país, y la dignidad humana de los chilenos,
gobiernos oligárquicos y neo-oligárquicos
etc.), cabe decir que no se lucha por la uni-
era de difícil remonte por vías democráti-
dad de la nación cuando se usan las ‘armas
cas (como el economista Tom Davis, de
de la nación’ contra casi la mitad de los
Chicago, señaló en 1957). Por esto, el in-
connacionales; no se lucha por la dignidad
tento de ‘reducir’ la crisis estructural de la
de los chilenos cuando se violan los dere-
sociedad chilena a la crisis ‘política’ del
chos humanos de miles de desaparecidos,
período 1970-1973, y la responsabilidad
centenas de miles de torturados, prisione-
histórica estratégica al programa reformista
ros, exonerados, etc. Ni se aseguran “ver-
de la Unidad Popular, no tiene cabida en la
daderas oportunidades para pobres y pos-
lógica del análisis científico, por más que la
tergados” cuando se instala autoritariamente
tenga en la lógica del alegato faccional. Ni
un régimen laboral que descansa en la ma-
la tiene en la visión de los verdaderos esta-
siva precarización del empleo y en un
distas, que miran la situación del conjunto
hipermercantilizado sistema de educación
de los chilenos en el conjunto de su histo-
superior. Ni, por último, podemos llamar
ria. Es lamentable que ni la lógica de la cien-
“reserva moral de la nación” a los que,
cia histórica ni la lógica del verdadero esta-
faccionalmente, declaran la ‘guerra sucia’ a
dista aparezcan en la “Carta a los Chilenos”
la mitad de la nación, a los que violan la
del ex-general Pinochet, pues los términos
dignidad humana de sus connacionales e
derogatorios que usa para referirse a las op-
incurren en asesinatos de opositores políti-
ciones y acciones soberanas de la facción
cos dentro y fuera del país, y a los que invo-
de chilenos que, en marzo de 1973, copa-
can el principio superior de la ‘soberanía’
ban 43, 3 % del electorado nacional (sin
para intentar justificar e inmunizar los aten-
considerar los votantes de la Democracia
tados que perpetraron contra ella. Las ‘ar-
Cristiana) revelan que su lógica no es más
mas de la nación’ no deben usarse
que la de un cabecilla faccional y no la de
faccionalmente, ni en beneficio exclusivo
un estadista nacional) ¿Por qué condenar
de minorías, ni para usurpar la soberanía
derogatoriamente las opciones soberanas de
de todos. Si se usan de ese modo, se incurre
casi la mitad de los chilenos? ¿Es esa dero-
en un delito de lesa soberanía. El que no
gación necesaria para desplazar y cargar
puede taparse con pueriles mantos de pie-
sobre ellos no sólo la responsabilidad de sus
dad y públicas confesiones de que se cuen-
errores propios, sino también la que corres-
ta con la asistencia personal de Dios y la
ponde a todos los errores oligárquicos del
Santísima Virgen.
pasado y a todos los excesos de la facción
triunfalista en el presente? Para inculpar a
del Estado. Que, si ha de ser juzgado, que lo chos humanos: la posibilidad de que esa co-
sea por las leyes chilenas. Se ha proclamado munidad pueda construir por sí misma la rea-
y sostenido, a este efecto, la tesis de que el lidad que estime conveniente. Cuando la so-
‘principio’ de la soberanía nacional (en este beranía ciudadana es usurpada por unos po-
caso, según el texto constitucional de 1980) cos, cuando esos pocos dictan leyes para po-
está por encima no sólo de los ‘actos cos pero pretenden aplicarla para todos, cuan-
delictuales’ de cualquier connacional, sino do esas leyes se imponen por la fuerza de las
también sobre la red internacional de dere- armas y no por la voluntad libre e informada
chos humanos. El Gobierno ha dado a ese de todos los ciudadanos, no se está en pre-
principio una validez suprema, dentro y fuera sencia de la soberanía, sino de actos
del país, subordinando o postergando todo usurpatorios de soberanía. Las leyes que se
otro principio, incluso la demanda de justicia dictan en estado de usurpación soberana, no
que emana de los miles y miles de chilenos son legítimas. Los tribunales, jueces y policías
afectados por esas violaciones y de los ciuda- que actúan en función de ellas, no expresan
danos del mundo que solidarizan con ellos. la justicia soberana, sino intereses de usurpa-
Aquí cabe la siguiente pregunta: ante los crí- ción y de los (pocos) beneficiados con ello.
menes contra la humanidad ¿qué vale más? No es verdadera justicia. Los dispositivos le-
¿El ‘principio’ de soberanía nacional -según gales que imponen los usurpantes para prote-
se defina en la constitución, leyes y decretos gerse a sí mismos de la justicia soberana o de
promulgados por el mismo gobierno dictato- la justicia internacional, no son expresión de
rial que ‘comandó’ esos crímenes-, o el ‘prin- soberanía. Son, simplemente, su burla.
cipio’ de justicia que los afectados y la huma-
Lamentamos que en Chile actual las
nidad misma quieren aplicar? ¿Qué está hoy
clases dirigentes están ‘deduciendo’ la sobe-
defendiendo el Estado chileno?
ranía del texto constitucional de 1980, sin
Nuestro parecer es que la cuestión de importar si éste fue producto soberano de una
la soberanía y de los derechos humanos es la informada decisión popular, o de una impo-
materia última, esencial, de que trata la His- sición faccional de los poderes fácticos. Sin
toria. La soberanía emana de la libertad indi- importar si se usa ‘esa’ soberanía para defen-
vidual y colectiva, y los derechos humanos der los derechos del pueblo, o para defender
constituyen la consagración jurídica univer- los intereses de los dictadores que usurparon
sal de esa dignidad soberana. La historia no y violaron los derechos del pueblo. Si, en fin,
es sino el ejercicio de esa soberanía y la reva- se usa esa soberanía para hacer justicia a los
lidación continua de esos derechos. La Cons- asesinados y torturados, o para proteger a los
titución y las Leyes, en tanto expresan la vo- que ampararon esos crímenes.
luntad soberana de la comunidad nacional,
Así, de ese modo, no se hace histo-
son legítimas. Si -y sólo si- la expresan, se
ria, sino anti-historia. Y por ello, anteponer
puede decir que representan soberanía. Cuan-
esos ‘principios’ a la verdad de los hechos y
do se respeta la voluntad legisladora de la co-
a los derechos soberanos revela, no una
munidad ciudadana se respeta también, simul-
vocación ciudadana de servicio público,
táneamente, el más fundamental de los dere-
sino una burla faccional contra lo público. los derechos humanos consiste en respetar la
capacidad de los ciudadanos para producir por
sí mismos la realidad futura que necesitan. No
V reconocer ese derecho, usurpar o adulterar ese
derecho, es imponer, por sobre todo, no la ver-
La historia no es sólo pasado, sino tam- dad, sino la mentira histórica. Es vaciar la ver-
bién, y principalmente, presente y futuro. La dadera reserva moral de la humanidad.
historia es proyección. Es la construcción so-
cial de la realidad futura. El más importante de Santiago, enero 25 de 1999.
Mario Garcés Durán, Doctor © en His- Pedro Milos, Doctor en Historia, Profe-
toria, Director de ECO (Educación y Comunica- sor del Departamento de Historia, Universidad
ciones). de Santiago.
Sergio Grez Toso, Doctor en Historia, Julio Pinto Vallejos, Doctor en Historia,
Director Museo Nacional Benjamín Vicuña Director del Departamento de Historia de la
Mackenna. Universidad de Santiago.
María Eugenia Horvitz, D. E. A. en His- Armando de Ramón Folch, Premio Na-
toria, Profesora del Departamento de Historia cional de Historia, Profesor del Instituto de His-
Universidad de Chile. toria, Pontificia Universidad Católica de Chile.
María Angélica Illanes, Doctora © en Jorge Rojas Flores, Licenciado en Histo-
Historia, Profesora del Departamento de Estudios ria, Magister en Ciencias Sociales, investigador
Humanísticos, Universidad de Chile. del Programa de Economía del Trabajo (PET).
Leonardo León Solís, Doctor © en Histo- Gabriel Salazar Vergara, Doctor en His-
ria, Profesor del Departamento de Historia, Uni- toria, Profesor de las Universidades de Chile y
versidad de Valparaíso. ARCIS.
Verónica Valdivia Ortiz de Zárate,
Magister en Historia, Profesora de la Universidad
de Santiago.