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A pesar de que el tema de los derechos humanos es algo que se suele dar por sentado en
muchos países, la realidad es otra. Un aspecto es vivir en una sociedad en la que se supone el
respeto de los derechos humanos y otro es realmente sentir la práctica de dichos derechos a
nivel colectivo e individual.
Esto, entiendo de manera personal, sucede cuando una situación en específico pone en riesgo
alguno de los derechos fundamentales y de tal forma, podemos cuestionar si en realidad la
practica y respeto de dichos derechos esta vigente en nuestro país. Por ejemplo, entendemos
que tenemos derechos a nombre y nacionalidad, pero validamos esto muchas veces cuando
somos capaces de compararnos con sociedades en las que no es posible recibir una acta de
nacimiento, o incluso cuando en nuestro propio país se trata con desigualdad e irregularidad
la nacionalización de una persona migrante.
Son algunos derechos específicamente, que ganan mayor importancia cuando visualizamos
que no gozamos de ellos y otras personas si. Por lo cual se da la lucha necesaria para
reinvindicarlos. Del mismo modo, también somos capaces de sentirnos seguros cuando
recuperamos o nos hacemos conscientes de ejercer nuestros derechos humanos sin ninguna
represalia.
A continuación mencionare algunos supuestos básicos de los derechos humanos que son de
vital importancia para poder desarrollarse y desenvolverse con normalidad en una sociedad:
El derecho a la libertad, asunto que los dominicanos aun no estamos totalmente seguros de
haber conseguido, es fundamental para la estabilidad nacional. Poder ser libres de elegir con
quien casarnos, en que trabajar o cuantos hijos tener, resulta básico para la realización
personal y sobre todo para la satisfacción colectiva, que es lo que permite avanzar a un país.
Que seamos capaces de transitar libremente por nuestro país es algo muy importante, aunque
en ocasiones es violado por el Estado, ya que los toques de queda suponen una violación al
derecho a transitar libremente, igual como pasa con las famosas redadas.
Se tiene por entendido, que somos libres de pensar, creer y expresar cualquier cosa, siempre
que respetemos la vida privada de los demás o la paz publica. Esto presupone el derecho a
protestar, a sentirnos inconformes y a reclamar justicia. Como ya he mencionado, estar en
una sociedad que se respeten los derechos, muchas veces es algo enunciativo mas que
practico.