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CIRCO DE PULGAS

Minificción peruana

Estudio y antología
(1900 - 2011)

Rony Vásquez Guevara

Lima - Perú
Primera edición: julio de 2012

© Del estudio y la antología: Rony Vásquez Guevara


rony.vasquezguevara@hotmail.com
© De esta edición: Editorial Micrópolis

Diagramación: Dany Doria Rodas

Hecho el Depósito Legal


en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2012-08179
ISBN: 978-612-46004-6-3

© Editorial Micrópolis E.I.R.L.


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sea mecánico, electrónico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso
previo y por escrito de los titulares en copyright.
PANORAMA DE LA MINIFICCIÓN PERUANA

1. Introducción

En la narrativa peruana, la minificción no ha sido estudiada por la


crítica especializada con la debida atención que merece. Harry
Belevan es consciente de estos hechos en su artículo sobre
minificción:

[…] que sea apenas Loayza o unos pocos más, lo cierto es que
la escasez del minicuento es una realidad de nuestra narrativa
en el Perú. Esta modalidad de escribir y narrar constituye,
hasta más que una anotación marginal, apenas una
observación de pie de página dentro de nuestra corriente
literaria, teniendo así, como inexorable corolario, la casi nula
atención que ha merecido de la crítica especializada como una
modalidad expresiva, singular y autónoma, dentro de la
1
narrativa nacional .

Sin embargo, Belevan argumenta que la falta de atención de la


crítica literaria se debe a la inexistencia de una tradición de la
minificción en la narrativa peruana. En las siguientes líneas,
trataremos de demostrar la existencia de una tradición de la
minificción en la narrativa peruana, pese a la nula atención que la
crítica especializada le ha dedicado.
1
Harry Belevan. «Brevísima introducción al cuento breve». Quehacer. Revista
bimestral del Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo DESCO. Nº 104. Lima,
1996; p. 99.
XX Rony Vásquez Guevara

2. Periodización de la minificción peruana

La historia de la minificción en el Perú puede rastrearse desde los


primeros años del siglo XX, pues

[este] fenómeno se puede relacionar con una tendencia


general de las artes en la modernidad: una inclinación a
eliminar la redundancia, rechazar la “ornamentación”
innecesaria, abolir los desarrollos extensos y privilegiar, en
definitiva, las líneas puras y la consiguiente brevedad2.

Por ello, consideramos que el proceso evolutivo de la


minificción peruana se desarrolló al mismo tiempo que el
proceso evolutivo de la minificción en las demás literaturas
hispanoamericanas, con sus respectivas peculiaridades. Estas
peculiaridades son las que nos han permitido establecer tres
periodos o etapas en la minificción peruana.
No obstante, debemos advertir que la minificción peruana se
desarrolló paralelamente a las corrientes literarias que se han
presentado en nuestra narrativa. Estas corrientes literarias, en
cierta medida, influyeron en la producción y difusión de esta
nueva modalidad textual. Sin embargo, durante el apogeo de
estas corrientes literarias la minificción se mantuvo como una
rareza del quehacer literario de los escritores. Esto último implica
que la minificción estuvo presente en la narrativa peruana desde
los inicios del siglo XX.

2
David Lagmanovich. Microrrelatos. Buenos Aires / Tucumán: Cuadernos del
Norte y del Sur, 1997; p. 56.
Circo de pulgas XXI

2.1. Período de iniciación o aproximación (aprox. 1900-


1952)

Al finalizar la denominada Guerra del Pacífico, en la literatura


peruana predominará el realismo y, casi simultáneamente, surgirá
el modernismo con la obra poética de Manuel González Prada3.
Al respecto, el recordado maestro David Lagmanovich señala
que «pueden encontrarse algunos ejemplos de estas formas
narrativas brevísimas a raíz de la profunda revisión de prácticas
escriturarias que puso en marcha el Modernismo
4
hispanoamericano» . De esta manera, en la narrativa peruana de
estos años podemos encontrar las primeras manifestaciones de
narrativa brevísima, que se aproximan al concepto actual de
minificción, pese a que estos escritores aún no tenían la
conciencia de género en el que incursionaban.
Asimismo, debemos advertir que este período presenta una
peculiaridad respecto al desarrollo de la minificción en
Latinoamérica, pues los primeros libros de minificción en la
narrativa peruana son publicaciones póstumas, pese a su
conocimiento clandestino.

2.1.1. Precursores de la minificción peruana


Podemos considerar a don Manuel González Prada (1848-1918)
el precursor de la minificción en el Perú, pues en su libro El tonel
de Diógenes (1945) se observan dos grupos de textos
extremadamente breves: «Fragmentaria» y «Memoranda». Estos
textos constituyen las dos últimas secciones de este libro, cuyo
trabajo de edición estuvo a cargo, en un primer momento, de
5
Alfredo González-Prada y finalmente de Luis Alberto Sánchez .
3
Vid. Carlos García-Bedoya. Para una periodización de la literatura peruana. Lima:
Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2004; p. 83.
4
David Lagmanovich. Op. cit., p. 56.
5
Luis Alberto Sánchez, en la «Inicial», comenta que «El hijo, Alfredo
[González Prada], esquisito escritor y crítico, dedicó todas sus vigilias a
XXII Rony Vásquez Guevara

En «Fragmentaria», la brevedad se presenta como estructura


constante en todos los textos; Luis Alberto Sánchez, al comentar
estos, señala: «Se trata de rápidos cuadros, esbozos de
argumentos, pequeños retratos, brotes de discusión, que, luego,
se transformaban en formidables ensayos»6. De otro lado, en
«Memoranda» se presentan textos de extrema brevedad que
constituyen reflexiones, brevísimos ensayos e incluso textos cuya
narratividad es notable; Luis Alberto Sánchez manifiesta que

Don Manuel tenía por costumbre apuntar en libretas, los


pensamientos, metáforas, acotaciones que se le ocurrían al
compás de los acontecimientos. […] También pueden citarse
algunas otras centelleantes notas acerca de asuntos de religión,
hispanismo, purismo, tradición, etc..7

En síntesis, sí se percibe la presencia de estructuras breves en


la narrativa de González Prada, probablemente debido a su
constante experimentación8, también presente en su trabajo
poético. No obstante, tanto «Fragmentaria» como «Memoranda»
no constituyen un proyecto literario de estructura breve, pero sí
momentos precursores de la minificción peruana, pese a su
tardía publicación en 1945.

reconstruir y publicar los inéditos paternos. Se hallaba concluyendo su tarea,


cuando, a destiempo y a mansalva, el Destino le pegó un zarpazo, y se lo llevó
para siempre». En: Manuel González Prada. El tonel de Diógenes. México:
Edición Tezontle, 1945; p. 7.
6
Ibíd., p. 9.
7
Loc.cit.
8
Enrique Anderson Imbert señala: «[…] así como en la prosa renovaba las
ideas, en el verso renovó las formas. Sus protestas se exaltaban líricamente; su
espíritu estudioso lo llevaba a experimentar con la estructura rítmica del verso.
Antes del Modernismo no encontramos en lengua española tanta variedad de
versos como la que nos ofrece González Prada» (Historia de la literatura
hispanoamericana. La colonia. Cien Años de República. Tomo I. 6a ed.. México DF:
Fondo de Cultura Económica, 1967; pp. 301-302.
Circo de pulgas XXIII

Otro escritor, perteneciente a este periodo, que también


empleó la estructura breve en su narrativa fue Víctor Celso
Torres Figueroa (1859-1918), quien se valió de la tradición como
género para mostrar su producción literaria. Su narrativa breve
ha sido publicada recientemente en Tradiciones en salsa roja (2003),
edición a cargo de su nieto Wilfredo Torres Asurza, quien
comenta la correspondencia amical que sostuvo Celso Torres
con Ricardo Palma9. Estas Tradiciones torresinas han sido también
editadas en el 2005 por Ediciones Altazor bajo el título de
Tradiciones en salsa roja y otros textos. En estas dos ediciones se
observa que estas tradiciones fueron escritas entre 1898 y 1900;
sin embargo, solo en sus recientes publicaciones fue organizado
como libro.
Podemos concluir, por ahora, que las manifestaciones de
narrativa breve ya estaban presentes en los primeros años del
siglo XX, ya eran conocidas por algunos escritores y lectores,
pese a su postrera y tardía publicación. Asimismo, los textos
brevísimos de estos escritores aún no eran concebidos como
minificciones, esto es, escribían sin suponer que se encontraban
sembrando el camino de la minificción en la narrativa peruana.

2.1.2. Fundación de la minificción peruana


El momento fundacional de la minificción peruana la
encontramos en Tradiciones en salsa verde de Don Ricardo Palma.
Este libro constituye un proyecto literario, cuya constante es la
brevedad y narratividad de sus dieciocho textos. Si bien Palma
10
concibió estos microtextos como tradiciones , su brevedad y

9
Wilfredo Torres Asurza comenta que su abuelo, Celso Torres, fue una de las
personas que pudo leer aproximadamente en 1904 las Tradiciones en salsa verde
de Don Ricardo Palma. (Esta información ha sido extraída de una
conversación con Wilfredo Torres en el año 2008.)
10
Enrique Anderson Imbert señala: «La estructura de las Tradiciones es
también compleja. La combinación de documento histórico y acción
narrativa es desordenada, cambiante, libre. A veces ni siquiera hay estructura,
XXIV Rony Vásquez Guevara

narratividad son las características que permiten catalogar a este


libro como uno de minificciones.
Tradiciones en salsa verde (TSV) es concebida por Ricardo Palma
en 1901; sin embargo, su publicación oficial corresponde a 1973,
a cargo de Francisco Carrillo y Carlos Garayar11. Asimismo,
consideramos necesario resaltar que la publicación oficial de
TSV es una edición muy posterior al año de su creación, pues en
1904 en una carta que el «Bibliotecario mendigo» remite a su
amigo Carlos Basadre, le envía este conjunto de «hojitas» a
12
manera de regalo de cumpleaños . Existen algunas versiones que
señalan que TSV fueron manuscritas en 1901 y transcritas en
13
1904 , pero es conocido que clandestinamente ya circulaban
estas tradiciones en la sociedad, mucho antes de su publicación. Al
respecto, Enrique Anderson Imbert quien ya tenía conocimiento
del libro en 1954, comenta: «(Hemos leído el manuscrito de sus
Tradiciones en salsa verde, 1901, aún inéditas y difícilmente editables por su
14
pornografía)» .
En ese sentido, pese a su publicación en 1973, y considerando
la brevedad de sus textos, su concepción como libro autónomo y

pues suele ocurrir que se desmoronan los hechos y sofocan el relato. O, en una
tradición, hay muchas otras tradiciones menores encajadas unas dentro de
otras» (Op. cit., p. 286).
11
Ricardo Palma. Tradiciones en salsa verde. Prólogo de Francisco Carrillo y
Carlos Garayar. Lima: Ediciones de la Biblioteca Universitaria, 1973.
12
Don Ricardo Palma a su amigo Carlos Basadre: «Sabe usted, mi querido
Carlos, que estas hojitas no están destinadas para la publicidad y que son muy
pocos, los que en la intimidad, de amigo a amigo, los conocen. Alguna vez me
reveló usted el deseo de tener una copia de ella, y no sabiendo qué agasajo le
sería grato hoy, día de su cumpleaños, le mando mis Tradiciones en salsa verde,
confiando en que tendrá usted la discreción de no consentir que sean leídas
por gente mojigata, que se escandaliza no con las acciones malas sino con las
palabras crudas. La moral no reside en la epidermis».
13
Alberto Rodríguez Carucci. «Tradiciones en salsa verde. Humor, desenfado,
procacidad». En: Ricardo Palma. Tradiciones en salsa verde. Caracas: Fundación
Biblioteca Ayacucho, 2007; pp. 15 ss.
14
Anderson Imbert. Op. cit., p. 285.
Circo de pulgas XXV

su difusión clandestina entre los lectores e investigadores, resulta


idóneo presentar a Tradiciones en salsa verde como el libro
fundacional de la minificción peruana. En ese orden de ideas, el
texto fundacional correspondería al primero de TSV: «La pinga
del Libertador».

2.1.3. Primeros escritores de minificción en la narrativa


peruana
Entre los escritores que tuvieron cierta proximidad con las
estructuras narrativas de extensión brevísima encontramos a
Adolfo Vienrich (1867-1908), quien fue integrante del
denominado Círculo Literario liderado por Manuel González
Prada y puede ser considerado uno de los primeros escritores de
minificción peruana, pues en sus Fábulas quechuas (1906)15 publica
diversos textos narrativos de extensión brevísima. De esta
manera, quizá sea este libro el único publicado durante esta
época cuyas dimensiones textuales son esencialmente breves;
probablemente la brevedad de este libro y el apogeo del
modernismo literario hayan influenciado en los escritores
venideros.
Años más tarde, el Director de la recordada revista Colónida,
Abraham Valdelomar (1888-1919), no escapó al ejercicio de las
brevedades. Esto se percibe en la colección de textos brevísimos
titulados Neuronas. El anuncio de la publicación de este libro se
presentó en la contracarátula de El Caballero Carmelo en 1918; sin
embargo, todos los textos que se conocen son póstumos.
Debemos rescatar que muchas de estas brevedades fueron
publicadas en la revista Studium Nº 2 en 1920, y han sido
rescatadas en sus Obras Completas edición a cargo de Ricardo Silva
16
Santisteban y publicado por PETROPERÚ en el 2001 . Desde
15
En 2006, en Venezuela, dada la importancia de estas fábulas fueron
reeditados por la Fundación Editorial El perro y la rana.
16
Abraham Valdelomar. Obras Completas. Tomo IV. Edición a cargo de Ricardo
Silva Santisteban. Lima: PETROPERÚ, 2001; pp. 395-408.
XXVI Rony Vásquez Guevara

nuestro punto de vista, estos textos pueden considerarse


minificciones por la brevedad, la concisión y la literariedad, pues
Valdelomar alcanza este recurso a través del empleo mínimo de
palabras logrando un amplio campo semántico. Sin embargo, se
puede afirmar que Valdelomar concibió antes de 1918 los textos
que integrarían posteriormente Neuronas, pero su temprano
fallecimiento en 1919 impidió el conocimiento de sus textos
como un proyecto literario.
Nuestro más loable poeta peruano César Vallejo trabaja la
creación de textos breves en Contra el secreto profesional. Sobre este
libro se conoce que su producción oscila entre 1923 y 192917; no
obstante, sus textos estuvieron durmiendo al no encontrar una
editorial que los publicara. Esto terminó en 1973, año en que la
Editorial Mosca Azul publica Contra el secreto profesional con un
prólogo de su viuda, Georgette Philippard. Sin embargo, a
diferencia de los demás escritores pertenecientes a este periodo,
se percibe en los textos breves de Vallejo un mayor acercamiento
a las características narrativas de las minificciones actuales.
Asimismo, en la revista Rascacielos en 1926 se publican los
primeros textos de Serafín del Mar, quien se inicia en su labor
narrativa con textos de brevísima extensión, principalmente con
sus «3 cuentos», integrado por tres minificciones de curiosa
genialidad para su época.
Otro escritor peruano de gran trascendencia fue Gamaliel
Churata (1897-1969), integrante del Grupo Orkopata y promotor
del Boletín Titikaka, publica en la edición Nº 18 de la prestigiosa
revista Amauta (1928) dos textos narrativos de extensión
sumamente breve: «El levantamiento» y «Sensación del ídolo». Si
bien ambos textos son notablemente narrativos, en el segundo se
extrema la brevedad, combinada con el lenguaje indígena.
17
Para mayor información, revísese César Vallejo. Obras completas. Contra el
secreto profesional. Tomo VIII. Prólogo de Ricardo González Vigil. Lima:
Editora Perú SA, 1992. (Edición popular distribuida gratuitamente por el
diario La Tercera de Lima.)
Circo de pulgas XXVII

Curiosamente, otro escritor como Xavier Abril también tuvo


contacto con la narrativa breve, aunque sin proponérselo. En El
autómata se puede detectar a la brevedad como característica de
estructura interna; sus textos fueron escritos aproximadamente
entre 1929 y 1930, pero fue recientemente publicado en su
totalidad en 199418.
Extrañamente, la obra literaria de Martín Adán también
presenta minificciones, pues en el año 1930 publica dos textos
narrativos de extensión brevísima en la revista Presente Nº 1 y
Abcdario Nº 2. Estos textos fueron subtitulados como «De Dan y
los animales dibujados»; sin embargo, no tenemos certeza de que
Martín Adán haya pensado un proyecto literario consistente en la
brevedad de su narrativa.
Posteriormente, también incursionaron en la narrativa
brevísima Aníbal Ísmodes Cairo y Julio Garrido Malaver.
Ísmodes Cairo publicó en 1942 su libro Los tesoros de Catalina
Huanca integrado por algunos textos brevísimos de tendencia
narrativa. El escritor cajamarquino Julio Garrido Malaver
publica en 1946 La tierra de los niños, un conjunto de textos breves.
Asimismo, Porfirio Meneses en el mismo año, publica su libro
Cholerías, en el cual encontramos un texto de extrema brevedad
denominado «Helme». Finalmente, años más tarde, en 1953,
Eleodoro Vargas Vicuña publica Nahuín, un conjunto de cuentos
en el cual, en términos de minificción, sobresale el texto
«Traslado» por ser un texto de extensión brevísima.
Como hemos podido percibir en este primer periodo, la
brevedad es una constante en la narrativa de nuestros escritores
más laureados, cuya singularidad radica en su muy posterior

18
Christian Elguera señala que «El autómata, de Xavier Abril, es un texto
olvidado injustamente por la crítica. Publicado fragmentariamente en la
revista Bolívar (Madrid - 1931) y en Creación & Critica, (Lima - 1971), recién en
1994 se hará la primera edición íntegra del texto en la revista Documentos de
Literatura 2/3» (Suplemento El Dominical del diario El Comercio. Lima, 29 de
junio de 2008).
XXVIII Rony Vásquez Guevara

publicación. Sin embargo, no sólo los libros y/o manuscritos


fueron testigos del surgimiento de la minificción en el Perú, sino
también la revista ilustrada Variedades19, fundada por el fotógrafo
portugués Manuel Moral y Vega y dirigido desde el principio por
Clemente Palma, que, desde su primer número publicado el 7 de
marzo de 1908, ya mostraba un acercamiento a estas
modalidades textuales de carácter breve. Desde su primera
portada, ya se logra percibir este acercamiento, pues la imagen
posee una minúscula leyenda que puede concebirse como un
20
texto brevísimo . No obstante, si en posteriores ediciones
suprimimos la imagen y dejamos el contenido narrativo, estos
microtextos podrían ser considerados como minificciones. De
igual manera, en la sección denominada «Chirigotas», de carácter
eminentemente caricaturesco, se aprecia una imagen que tiene
como leyenda un texto brevísimo, el cual, en relación con la
19
Variedades. Revista semanal ilustrada se constituyó como sucesora de la revista
Prisma (fundada en 1905), pero diferenciada de ésta por su carácter más ágil,
popular y ameno. Creemos conveniente resaltar que aparece, en el primer
número de Variedades, el encabezado «Año IV» de la publicación, con la cual se
reafirma como sucesora de Prisma. Asimismo, no debe olvidarse que
Variedades tuvo una edición a modo de prospecto publicada el 29 de febrero de
1908. En el panorama periodístico peruano, Variedades se constituye como
una de las revistas de mayor producción pues se logró editar hasta el Nº 1230,
cuya fecha data del 30 de setiembre de 1931.
20
La revista Variedades estaba integrada por diversas secciones que pueden
agruparse de la siguiente manera: a) Caricaturas: «Chirigotas», «La semana
cómica», «Gente de casa» y «La caricatura en el extranjero»; b) Cultural y
político: «Teatro y espectáculos», «Modas», «Curiosidades y recortes»,
«Comercio e industria», «Información europea», «Figuras y aspectos de la vida
mundial»; c) de carácter local: «De provincias», y «Recetas caseras». En la
sección denominada «Chirigotas», nosotros consideramos que se encuentra el
origen de la minificción, pues desde su primera portada de 07 de marzo de
1908 nos presenta un texto brevísimo de cargada resonancia política y
humorística:
Mascarada Política
—Dificulto que así disfrazados nos conozcan
—¡Quiá hombre, aquí todos nos conocemos!
Circo de pulgas XXIX

gráfica, puede ser considerado como un microtexto, cuya


literariedad21 es perceptible. La característica más resaltante de
estas brevedades (de la portada y de «Chirigotas»), que a nuestro
criterio pueden concebirse como minificciones, radica en su
brevedad extrema a través del uso del diálogo entre los
personajes que se encuentran tácitos en el curso de la historia.
Finalmente, podemos concluir que, en este primer momento
de la historia de la minificción peruana, estos textos deben ser
considerados como experimentos narrativos, cuya característica
más resaltante es la hibridación genérica; asimismo, durante este
periodo la minificción no logra percibirse en términos de
minicuento o microrrelato, pues su brevedad es el rasgo esencial
que lo ubica en este primer periodo.

2.2. Período de arquitectura mínima o de las primeras


estructuras (1953-1989)

En 1953, Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares publican la


conocida antología Cuentos breves y extraordinarios, que constituye,
sin duda alguna, una de las primeras antologías de minificción. El
profesor José Fernández, al respecto, señala:

Creo que con este volumen se funda un modo de relacionarse


con los textos narrativos hasta entonces sin precedentes en la
región. El libro, de 1953, bien puede considerarse como la
primera compilación de microcuentos (al menos en el ámbito
hispanoparlante), dada la brevísima extensión de los textos
que la componen, la autonomía y valor artístico que a estos se

21
Según el prof. David Lagmanovich, el término «literariedad» se entiende
como «un producto de ciertas características estructurales y de ciertos rasgos
que transmiten el significado, todo ello aceptado en virtud de condiciones
estéticas que el lector reconoce como tales» y así determinar que la literatura es
«un conjunto de textos, siempre que esos textos sean literarios, vale decir, que
tengan o manifiesten la condición que hemos llamado literariedad» (El
microrrelato. Teoría e historia. 1ra ed. Palencia: Editorial Menoscuarto, 2006; p. 21).
XXX Rony Vásquez Guevara

les asigna, el rescate explícito de su narratividad y el curioso


lente de recolección que sustenta el volumen, guiado por un
hedonismo aparentemente caprichoso y la validación de las
operaciones de recorte que organizan su caótica trama22.

Por tanto, las características de este libro serán fundamentales


en el desarrollo de la minificción en Latinoamérica, ya que su
amplia difusión influye en los escritores de esta época.

2.2.1. La Generación del cincuenta y la minificción


Durante estos años, en la narrativa peruana se venía formando lo
que en la actualidad la crítica literaria ha denominado
«Generación del cincuenta», cuya importancia radica en haber
renovado la narrativa peruana:

En los años cincuenta, un grupo de jóvenes, enfrentados a una


realidad convulsa que reclamaba una nueva mirada e
interpretación, le dieron un giro a la narrativa peruana. El
escenario de sus relatos mudó de un espacio
preponderantemente andino a otro urbano. Para ello se
valieron de los recursos técnicos narrativos de vanguardia que
a partir de los años veinte se practicaron en Europa y Estados
Unidos, pero que recién entonces en el Perú se pudieron
23
aprovechar con una mayor conciencia .

Al referirse a la Generación del cincuenta, Elton Honores


señala:

La narrativa producida en los años cincuenta, cuyos autores


son nombrados como parte de la llamada Generación del
cincuenta, supuso la renovación temática de nuestra narrativa
22
José Luis Fernández Pérez. «El microrrelato en Hispanoamérica: dos hitos
para una historiografía / nuevas prácticas de escritura y de lectura». Literatura y
Lingüística. Nº 21. P. 47.
23
Ricardo Sumalavia. «Nuevas narrativas peruanas peruanas. La Generación
del 50, ahora». En: w3.desco.org.pe/publicaciones/QH/qh143/qh143rs.doc
Circo de pulgas XXXI

que parecía haberse reducido a referir, miméticamente, el


mundo indígena; además de una renovación formal, por la
introducción de nuevos referentes culturales como Joyce o
Kafka. La narrativa del cincuenta consolida así un proceso de
renovación y apertura hacia lo global, que se inició con el
modernismo, se extendió en las vanguardias y eclosiona en los
24
años cincuenta .

En palabras del recordado maestro sanmarquino Carlos


Eduardo Zavaleta: «nosotros deseábamos, desde fines de los
40's, cambiar el rumbo de la narrativa peruana, alejarnos de las
simplicidades técnicas y estéticas (no de la redención social) de
costumbristas e indigenistas, practicar otros métodos modernos
en boga»25.
Esta función renovadora de la narrativa peruana impulsada
paulatinamente por el vanguardismo encontró su punto de
fusión en la denominada Generación del cincuenta; por ello, el
trabajo exquisito del lenguaje, la brevedad y concisión son
características que se hacen presentes en sus narraciones breves.
26
Son integrantes de esta generación Porfirio Meneses , Carlos
Eduardo Zavaleta, Luis Loayza, Eleodoro Vargas Vicuña, Julio
Ramón Ribeyro, Carlos Mino Jolay, José Durand, Alfonso La
Torre, Manuel Mejía Valera, Sara María Larrabure, Jorge Díaz
Herrera, Julio Ramón Ribeyro, Luis León Herrera, Luis Alberto
Ratto, Julián Huanay, Edgardo Rivera Martínez, entre otros,
quienes practicaron la extrema brevedad en su narrativa.

24
Elton Honores. Mundos imposibles. Lo fantástico en la narrativa peruana. Lima:
Cuerpo de la Metáfora Editores, 2010; p. 23.
25
Carlos Eduardo Zavaleta. Narradores peruanos del 50's (Estudio y Antología).
Lima: Instituto Nacional de Cultura / Centro de Estudios Literarios Antonio
Cornejo Polar, 2006; p. 20.
26
Es necesario señalar que, si bien Porfirio Meneses pertenece a la Generación
del cincuenta, sus minificciones pertenecen a un periodo previo a la presente
etapa. Ha sido considerado como el iniciador de la Generación del cincuenta
con la publicación de «Helme» en 1946.
XXXII Rony Vásquez Guevara

Muchos de estos escritores empezarían a publicar narraciones


breves ya sea en revistas o en sus libros. Por ello, Carlos Eduardo
Zavaleta, no duda en manifestar que «Con el tiempo, los
“cuentos brevísimos” van a cristalizar en Vargas Vicuña, en
Zavaleta […], y en Ribeyro, en forma de epigramas o
pensamientos. En todos se busca la fusión de lenguaje y
anécdota, o de lenguaje e ideas, según el caso»27. En conclusión,
han sido los narradores de la Generación del cincuenta quienes
renovaron no sólo nuestra tradición cuentística ni novelística,
sino que también introdujeron con mayor firmeza la minificción
en nuestra literatura.
En diferentes y distantes años, los integrantes de la
Generación del cincuenta publicaron diversos libros muy
interesantes por sus renovadoras técnicas narrativas y en cuyo
interior existe al menos una minificción; entre ellos tenemos
Nahuín (1953), de Eleodoro Vargas Vicuña; La escoba en el escotillón
(1957), de Sara María Larrabure; La lira de Nerón (1979), de
Alfonso La torre; Mujer. Ese extraño ser (2000), de Luis León
Herrera; Estampas de ocio, humor y reflexión (2003), de Edgardo
Rivera Martínez.

2.2.2. La minificción y su recepción editorial en la


Generación del cincuenta
Por otra parte, la producción literaria de la Generación del
cincuenta estuvo ligada a un auge editorial en correspondencia
con las revistas literarias y la renovación de las estructuras del
cuento en la literatura peruana; por ello, al parecer algunos
suplementos, como El Dominical del diario El Comercio, tenían
determinado espacio gráfico para la publicación de textos
28
brevísimos . Asimismo, revistas como Mar del Sur, La Crónica,
27
Carlos Eduardo Zavaleta. Op. cit., p. 84.
28
Siendo así, sería similar a los orígenes de la minificción en EUA señalada por
Robert Shapard: la minificción se desarrolla partiendo de un origen ligado al
criterio editorial. Vid. Robert Shapard. «Panorama de la situación de la
Circo de pulgas XXXIII

Cultura Peruana, entre otras, también publicaron minificciones,


aunque desconociendo que estaban promoviendo el surgimiento
de un nuevo género literario en la narrativa peruana.
No obstante, merece mención especial la revista Literatura,
dirigida por Mario Vargas Llosa, Luis Loayza y Abelardo
Oquendo. Esta revista, en su primer número (1958), publica dos
minificciones: «El número de personas»29, de Carlos Germán
30
Belli, y «Corona al ocio» , de José Durand.
Entre los escritores de la Generación del cincuenta que se
aventuraron a publicar un libro completo de minificciones
fueron Carlos Mino Jolay con Escoba al revés, Luis Loayza Elías
con El avaro (1974), Manuel Mejía Valera con Adivinanzas (1988),
Julio Ramón Ribeyro con Los dichos de Luder (1992) y Carlos
Eduardo Zavaleta con Cuentos brevísimos (2007), entre los
principales.

2.2.3. La minificción y la revista Letras Peruanas


La revista que permitió la publicación de algunas narraciones
brevísimas fue Letras Peruanas. Revista de Humanidades, dirigida por
Jorge Puccinelli, y cuyo comité de redacción estuvo conformado
por algunos integrantes de la Generación del cincuenta. La
importancia de esta revista en el estudio de la minificción en el
Perú radica en la publicación de los textos brevísimos de los
jóvenes escritores de la Generación del cincuenta. En Letras
Peruanas encontramos las minificciones «El hombre del
31 32
arroyo» , de Luis León Herrera; «El pintor» , de Carlos Castillo

minificción en los Estados Unidos: Micro, Flash y Súbita». Cuento en red. Nº 19.
México DF, primavera de 2009, pp. 45 y ss. En línea:
http://cuentoenred.xoc.uam.mx/tabla_contenido.php?id_fasciculo=375.
29
Literatura. Nº 1. Lima, 1958, p. 18.
30
Íd., pp. 20-21.
31
Letras Peruanas. Año 1, Nº 3. Octubre de 1951, p. 77.
32
Íd. Año II, Nº 5. Febrero de 1952, p. 30.
XXXIV Rony Vásquez Guevara

Rios; «El genio»33 y «Humo»34, de Luis Alberto Ratto; «Canción


35
de la bibliotecaria» y «Canción del encierro» , de José Durand; y
36
«Fábulas» , de Manuel Velázquez Rojas. Sin embargo, el escritor
Julián Huanay publicó una narración breve titulada «El
37
desahucio» en Arcilla. Revista del taller de Arte y Literatura en 1978.

2.2.4. La minificción después de la Generación del


cincuenta
Algunos narradores que no integraron la Generación del
cincuenta y otros que les siguieron también tuvieron
acercamiento con la minificción, aunque por ese entonces aún
no se les denominaba así a estos textos brevísimos. Entre estos
narradores que presentan un texto minificcional tenemos
Literatura Fantástica (1959), de Felipe Buendía; El mundo del
supermarket (1963), de Héctor Velarde; Rostros distantes (1965), de
Miguel Lladó; Isla de otoño y fábulas (1966), de Manuel Velázquez
Rojas; Como higuera en un campo de golf (1972), de Antonio Cisneros;
Máximas y mínimas de sapiencia pedestre (1982)38, de Emilio Adolfo
Westphalen; el texto «Certero»39, de Max Dextre (publicado en la
famosa revista dirigida por Edmundo Valadés El Cuento. Revista
de imaginación en 1984); El hombre que mira el mar (1988), de Carlos
Calderón Fajardo; Cielo forzado40 (1988), de Carlos López
Degregori; Diario imaginario (1988), de Julio Ortega.
33
Íd. Año II, Nº 6. Abril-junio de 1952, p. 59.
34
Íd. Año IV, Nº 12. Agosto de 1955.
35
Íd. Año IV, Nº 10. Junio de 1954, pp. 11 y 12, respectivamente.
36
Íd. Nº 14. Septiembre, p. 26.
37
Nº 1, 19 de julio de 1978.
38
Es necesario manifestar que si bien es un libro de poesías, algunos de sus
textos pueden ser leídos como minificciones debido a la carga narrativa que
posee.
39
El Cuento. Revista de imaginación. Tomo XIV, Año XIV, Nº 89. Enero-febrero
de 1984, p. 140.
40
Este libro de poesías contiene algunos textos breves que pueden ser leídos
como minificción.
Circo de pulgas XXXV

En este último grupo, otros escritores se atrevieron a publicar


libros integrados por textos extremadamente breves:
minificciones. Así tenemos a Monólogo desde las tinieblas (1975), de
Antonio Gálvez Ronceros; Cuentos sociales de ciencia-ficción (1976),
de Juan Rivera Saavedra; Al ritmo de Celia Cruz o Roberto Ledesma
(1978), de Omar Ames; Alforja de ciego (1979), de Jorge Díaz
Herrera; un texto peculiar que recoge parte de la literatura oral
Cuentos del Tío Lino (1980), de Andrés Cevallos; y Un café en la Luna
(2008), de Carlos Meneses41.
En conclusión, durante este periodo existe una mayor
producción de minificciones debido al auge de la modernización
de la narrativa peruana y al surgimiento de la revista Letras
Peruanas. Se observa, también, que algunos de nuestros
narradores se atreven a publicar minificciones en el interior de
sus libros y otros, más osados, ya publican libros de minificción.
Sin duda alguna, la Generación del cincuenta y los escritores
venideros fueron piezas fundamentales en la construcción del
camino de la minificción peruana, pues se hace más notable la
presencia de esta brevísima modalidad narrativa en nuestra
literatura.

2.3. Período de fortalecimiento o de vigorización (1990-


hasta la actualidad)

Este tercer periodo se inicia con la publicación de El ñandú


desplumado. Revista de Narrativa breve en diciembre de 1990, bajo la
dirección de Luis Vargas Chirinos. Esta revista solamente editó
dos números (1990 y 1995) y publicó indistintamente cuentos
breves y minificciones de narradores peruanos. En 1992
organizó el Primer concurso Nacional de Cuento Breve,
Brevísimo cuyo jurado estuvo integrado por Pilar Dughi,

41
Si bien la producción narrativa de Carlos Meneses ha sido abundante, recién
en el 2008 publica su —hasta ahora— único libro de minificción.
XXXVI Rony Vásquez Guevara

Cronwell Jara, César Vega Herrera y Juan Benavente. Los


resultados fueron:

1º Premio Jorge Alvaro Santiago Flores


2º Premio Carlos Rengifo Rivas
3º Premio Ricardo Vírhuez Viallafane

Las minificciones ganadoras y finalistas fueron publicadas en


el segundo número de la revista en 1995. En esta misma edición,
Cronwell Jara escribe «Los microcuentos de la revista “El ñandú
desplumado”», lo que probablemente sea el primer ensayo sobre
minificción peruana, en el cual se pregunta por la existencia de
42
una tradición del microcuento en la narrativa peruana ,
señalando algunas características de esta novísima modalidad
narrativa.
De esta manera, El ñandú desplumado. Revista de Narrativa breve
se constituyó como el primer órgano difusor de la minificción en
la narrativa peruana, pues pese a sus dos únicas publicaciones,
éstas ya demostraban una sincera apuesta por la brevedad y esta
nueva modalidad narrativa que paulatinamente ganaría un
especial espacio en la narrativa Hispanoamericana.
Otro aporte ensayístico sobre minificción que se publica en
Perú pertenece a Harry Belevan, quien en 1996, escribe
«Brevísima introducción al cuento breve», en el cual hace un
recorrido escueto sobre la minificción en Latinoamérica hasta
centrarse en la narrativa peruana y sentenciar que la minificción
solo constituye una anotación al margen en nuestras letras43. Al
parecer, la difusión de este ensayo influyó en una paulatina
propagación de esta nueva modalidad narrativa en la narrativa
peruana.

42
Cronwell Jara Jiménez. «Los microcuentos de la revista “El ñandú
desplumado”». El ñandú desplumado. Revista de Narrativa Breve. Nº 2. Lima, 1995;
p. 121.
43
Harry Belevan. Art. cit., p. 99.
Circo de pulgas XXXVII

Durante los primeros años de este período también se


publicaron Cuentos del viento (1991), de Antonio Ureta; Sonata de los
espectros (1991), de Nilo Espinoza Haro; Cazador de gringas y otros
cuentos (1994), de Mario Guevara; Ave de la noche (1996), de Pilar
Dughi; Caballos de medianoche (1996), de Guillermo Niño de
Guzmán.

2.3.1. Antologías peruanas de minificción


La primera antología de minificción peruana se titula Antología del
cuento breve y estuvo a cargo de Gerardo Temoche. Esta antología
precursora de la minificción peruana se publicó en Piura en el
año 2003. En sus páginas encontramos publicadas minificciones
de escritores extranjeros y peruanos. Entre los primeros
encontramos textos de Augusto Monterroso y Jorge Luis
Borges, y, entre los nacionales, tenemos minificciones de
Cronwell Jara Jiménez, Juan Rivera Saavedra, Luis Loayza,
Antonio Gálvez Ronceros, Mario Guevara Paredes, Andrés
Zevallos, Hilda Cherres Córdova, y el mismo compilador
Gerardo Temoche Temoche.
Años más tarde, Giovanna Minardi, en 2006, nos presenta
Breves. Brevísimos. Antología de la minificción peruana, de amplia
difusión nacional e internacional. En este trabajo compilatorio se
presenta curiosamente textos de estructura breve que enmarcan
el período literario desde el Inca Garcilaso de la Vega, Ricardo
Palma hasta los contemporáneos Carlos Eduardo Zavaleta,
Adolfo Vienrich, Fernando Iwasaki, Carlos Meneses, entre otros
más.
Después de este acucioso trabajo, hay que sumar la tercera
antología de minificción peruana. Nos referimos a Colección
minúscula. Cinco espacios para la ficción breve (2007), compilada por
Ricardo Sumalavia. En esta recopilación encontramos a dos
autores que no fueron mencionados anteriormente por
XXXVIII Rony Vásquez Guevara

Giovanna Minardi: Mónica Belevan y Enrique Prochazka44. Esta


antología se encuentra dividida en cinco secciones que contienen
minificciones de tres narradores: dos peruanos y uno extranjero.
No obstante, pese a no presentar sólo narradores peruanos,
constituye un trabajo muy bien elaborado, pues presenta
muchísimos textos de cada autor, con lo que logra así un mayor
disfrute en el lector.
La cuarta antología apareció en 2010 en 5 esquinas. Revista de
literatura, cuya edición estuvo a cargo de Ricardo Ayllón y fue
dedicada exclusivamente a presentar minificciones de escritores
ancashinos. Esta antología se tituló Pocas Pulgas. Imagen de la
microficción anchashina, en la cual se pueden degustar los textos de
Christian Ahumada, Roger Antón Fabían, Daniel Gonzales
Rosales, Tania Guerrero, Rosa Leython Vera, Juan López
Morales, Ítalo Morales, Román Obregón Figueroa, Julio Ortega,
Gonzalo Pantigoso Layza, César Sánchez Lucero, Enrique
Tamay, Marcos Yauri Montero y Carlos Eduardo Zavaleta.
Recientemente, Ediciones Orem publicó En pocas palabras.
Antología de microcuentos clásicos (2012). En este libro podemos
encontrar narraciones brevísimas de grandes escritores como
Lewis Carrol, Oscar Wilde, Martín Buber, y las más conocidas
minificciones de Macedonio Fernández, Franz Kafka, Chuang
Tzu, entre otros.

2.3.2. La minificción en la hemeroteca peruana actual


No existe duda que uno de los principales promotores de la
minficción en la narrativa latinoamericana han sido las revistas
literarias. Tenemos a Ekuóreo en Colombia, El Cuento en México,
Puro Cuento en Argentina, y Maga de Panamá.

44
Es necesario mencionar que existen más autores que se han comprometido
fehacientemente con la producción de esta nueva modalidad textual. Si hemos
obviado algunos nombres ha sido a consecuencia de no haber tenido contacto
con su obra.
Circo de pulgas XXXIX

En la narrativa peruana algunas revistas literarias como


Bocanada45, Tinta Expresa46, El grito de Maldoror47, Discursiva48, Ónice49
50
y Bosque de latidos se aventuraron a publicar minificciones,
aunque como un apéndice de sus revistas. En junio de 2007
empieza la publicación de Enigmas, dirigida por el escritor Pablo
Nicoli, en la cual se puede apreciar una gama de cuentos y
minificciones donde sobresalen las historias fantásticas entre
51
todas las narraciones .
Asimismo, desde la web, la revista virtual de literatura El
Hablador, dirigido por Carlos Yushimito del Valle y Giancarlo
Stagnaro, ha publicado diversas minificciones de Carlos Eduardo
Zavaleta, Ernesto Alonso Arbulú, César Pajuelo Moore, Enrique
Cortez y Rodrigo Díaz Pino.

45
Cindy Sifuentes Atabales. «Último» y «Silencio». Bocanada. Revista Literaria.
Año II, Nº 2. Lima, 2005.
46
Giancarlo García Landaveri. «Miradas efímeras» y Ricardo Vírhuez
Villafane. «Cinco cuentos de guerra». Tinta Expresa. Revista de Literatura. Año
II, Nº 2. Lima, 2006.
47
Christian Elguera. «Orfeo en la oficina» y «El mito de Ofelia»; ENALM.
«Bienvenido»; Jon Guerra. «Aureliano se quedará sólo» y Rony Vásquez. «La
pulga», «Detenido político», «Iluminación», «Pregunta vital» y «Memorias de la
muerte». El grito de Maldoror. Bestiario de la fantasía creadora. Año II, Nº 2. Lima,
2007.
48
Óscar Alfonso. «El matrimonio feliz» y Rony Vásquez. «Newton primitivo».
Discursiva. Revista de Literatura y Humanidades. Año II, Nº 2. Lima, 2008.
49
Jorge Ramos Cabezas. «El zapatero» y «El mejor amigo del hombre». Ónice.
Revista de creación. Año IV, Nº 3. Lima, 2009.
50
Dany Doria. «Encuentro»; Paul Hualpa. «Las cosas que pasan»; Rafael
Mendoza. «Buenos amigos» y, Rony Vásquez Guevara. «P.N.P.» y «El mundo
de los hombres sin cabeza». Bosque de latidos. Revista literaria. Año II, Nº 3. Lima,
2008.
51
Esta información ha sido obtenida a través de diálogos con Pablo Nicoli.
XL Rony Vásquez Guevara

2.3.2.1. «El breve narrar» de Amor y Llaga. Semanario chotano de


opinión
Antes de ingresar al nuevo milenio, en la provincia de Chota,
departamento de Cajamarca, se empieza a publicar desde el 6 de
julio de 1997 Amor y Llaga. Semanario chotano de opinión, dirigida por
José López Coronado (y parte del proyecto del Grupo Cultural
Wayrak); es una edición que desde octubre de 1999 inaugura una
sección denominada «El breve narrar», cuya función primordial
es la publicación de narraciones brevísimas: minificciones de
escritores cajamarquinos. Esta publicación goza de total
vitalidad en la actualidad.

2.3.2.2. Plesiosaurio. Primera revista de ficción breve peruana


En el año 2008 se funda Plesiosaurio. Primera revista de ficción breve
peruana dirigida por Rony Vásquez Guevara; se constituye en el
primer promotor de la minificción en la narrativa peruana y en la
primera revista dedicada exclusivamente a este género. En el
primer número aparecen las minificciones de José Donayre,
Tanya Tinjälä, Manuel Velázquez, Ricardo Sumalavia, Lucho
Zúñiga, Daniel Salvo, Américo Mendoza, Fernando Carrasco, y
de sus directores. Hasta la actualidad lleva publicado tres
números de proyección nacional e internacional. Esta revista
peruana ha logrado publicar a prestigiosos cultores de
minificción como Ana María Shua, Daniel Frini, Isaac
Goldemberg, Julio Ortega, Guillermo Bustamante Zamudio,
Alejandro Bentivoglio, Antonio Cruz, Raúl Brasca, Javier
Perucho, Fabian Vique, Diego Muñoz Valenzuela, Alfonso
Pedraza (entre los escritores), y Violeta Rojo, Francisca
Noguerol, Sandra Bianchi, David Roas y Fernando Valls (entre
los teóricos).

2.3.2.3. Fix 100. Revista de ficción breve hispanoamericana


En 2009 nace Fix100-Revista de ficción breve hispanoamericana,
dirigida por Alex Forsyth, quien se unió a la promoción de la
Circo de pulgas XLI

minificción en las letras hispanoamericanas con sus


publicaciones correspondientes a 2009, 2010 y 2012.

2.3.2.4. Piel de Kamaleón. Revista de Literatura & otras deformidades


En el año 2009 aparece Piel de Kamaleón. Revista de Literatura &
otras deformidades, dirigida por Walter Toscano. Esta revista, en sus
dos ediciones, correspondientes a enero de 2009 y junio de 2010,
le ha dedicado un espacio muy generoso a la minificción. En sus
páginas encontramos minificciones de Oscar Contreras,
Armando Alzamora, Víctor Flores, Jonathan Alvarado, Richard
Chávez, Abundio Henares, Gerson Ramírez, Ricardo Calderón
Inca, Juan López y Elio Osejo.

2.3.2.5. Suplemento Solo 4


Desde el día sábado 2 de octubre de 2010, el Suplemento Cultural
Solo 4 del diario Correo (Huancayo) dedica semanalmente un
espacio destinado a la publicación de una minificción titulada «El
microcuento de la semana»52. Entre los miniaturistas publicados
encontramos a los integrantes del Grupo Literario Micrópolis:
Alberto Benza, Jomar Cristóbal, Diego Eguiguren, entre otros.

2.3.3. Los libros de la minificción peruana contemporánea


En esta última década la minificción peruana goza de una gran
vitalidad. Una muestra de ello es la siguiente lista de libros de
minificción: De infidelidades y demás yerbas (2000), de Enrique
Tamay; El olor del agua (2000), de Ricardo Vírhuez; Ajuar funerario
(2004), de Fernando Iwasaki; Fábulas y antifábulas (2004), de César
Silva Santisteban; Enciclopedia mínima (2004), de Ricardo
Sumalavia; Taller de bagatelas (2005), de Román Obregón
Figueroa; El hombre cadáver (2005), de Marco Rivera; Dios y las
cucarachas. Cuentos proletarios (2006) y Sueños (2007), de Juan
Cristóbal; El horno del reverbero (2007), Ars Brevis (2008), Haruhiko
& Ginebra (2009), de José Donayre; El cielo desleído (2006) y El
52
La primera minificción publicada fue «El subte» de Alberto Benza.
XLII Rony Vásquez Guevara

aullar de las hormigas (2007), de Ítalo Morales; Cuentos de bolsillo


(2007), de Harry Belevan; Cuentos Brevísimos (2007), de Carlos
Eduardo Zavaleta; Un café en la Luna (2008), de Carlos Meneses;
De cómo quedé estando aquí (2008), de Hernán Garrido Lecca;
Microacertijos literarios (2009), de Ricardo Calderón Inca;
Lurigancho (2010), de Fernando Pomareda; Sabidurías del Cuto
Sánchez (2010), de Óscar Colchado Lucio; Arequipa, el enigma de la
lectura (2010), de Pablo Nicoli; Cuatro páginas en blanco (2011), de
Lucho Zúñiga; Los escritos del oidor (2006), Lo que yo Barman oí
(2010), Microcuentos (2011) y Cuaderno de Almanaquero (2011), de
William Guillén Padilla; La eternidad del instante (2011), de César
Klauer; El dos veces nacido (2011), de Jomar Cristóbal; Bajo un cielo de
ceniza (2011), de Diego M. Eguiguren; A la luz de la Luna (2011),
de Alberto Benza González; 33 microcuentos de verdades en pareja
(2011), de Sarko Medina Hinojosa; Película de horror (2011), de
Marco Alberca, y Mishky Stories (2011), de Gonzalo del Rosario.

2.3.4. Grupo Literario Micrópolis


El grupo literario dedicado a la creación, difusión y promoción
de la minificción es Micrópolis. Fundado en 2008, sus actividades
literarias empiezan a resaltarse a partir del 2010 a través del
Suplemento Solo 4 del diario Correo (Huancayo), con lo cual logran
difundir las minificciones de sus integrantes y, posteriormente,
de otros escritores que empiezan a trabajar con esta modalidad
narrativa.
Asimismo, actualmente este grupo literario ha concebido el
Proyecto Micrópolis, que consiste en difundir la minificción a
través de diversos espacios artísticos como mates burilados,
historietas, etc. Este mismo proyecto influyó en la formación de
Editorial Micrópolis, la única que se dedica a la publicación de
libros de minificción, cuya producción ha iniciado en el 2011 y ya
cuenta con más de tres títulos publicados.
Circo de pulgas XLIII

2.3.5. Primer concurso nacional de microcuento


En abril de 2011, este suplemento convocó el Primer Concurso
Nacional de Microcuento «Premio Solo 4», cuyo jurado estuvo
integrado por Carlos Meneses, Ricardo Sumalavia y Rony
Vásquez Guevara. Posteriormente, el día 13 de junio el jurado
emite su fallo en el cual resulta ganador el microrrelato «La
Muerte», de Jovana Calderón Llacta. El orden de mérito fue el
siguiente:

GANADORES:
1er puesto: «La muerte» (Quilla huayta), Jovana Calderón Llacta
2do puesto: «Belleza 6» (Maymun), Marlon Caro Ojeda
3er puesto: «Cicatriz» (Maplo), Marco Alegre Palomino

2.3.6. Primera Jornada Peruana de Minificción


El miércoles 14 de setiembre de 2011 se inauguró la Primera
Jornada Peruana de Minificción organizada por el Grupo
Literario Micrópolis y Editorial Micrópolis. También
participaron Plesiosaurio. Primera revista de ficción breve peruana,
Borrador Editores y el suplemento cultural Solo 4.
Este evento contó con la presencia de destacados escritores y
teóricos dedicados a la minificción: David Roas y Ana Casas
(españoles), José Donayre, Carlos Sotomayor, Carlos Calderón
Fajardo, Enrique Beó, Esteban Quiroz, William Guillén, Luis
Zúñiga, Rony Vásquez, Diego Eguiguren, Jomar Cristobal,
Alberto Benza, Juan Carlos Nalvarte, Luis Puente de La Vega y
Laura Liendo.
Asimismo, durante el desarrollo de esta jornada se rindió un
merecido homenaje al narrador peruano Carlos Eduardo
Zavaleta y al recordado maestro David Lagmanovich, teórico de
la minificción.
XLIV Rony Vásquez Guevara

3. La micronovela en el Perú

Un aspecto particular y de reciente data son los estudios teóricos


en torno a los libros integrados por textos brevísimos que han
sido denominados micronovelas o novelas brevísimas. Podría
definirse que una micronovela es una construcción literaria
eminentemente narrativa, que está integrada por microcapítulos
(minificciones integradas), cuya característica fundamental es la
intertextualidad interna de sus textos, la presencia constante de
sus personajes y su complejidad diegética, los cuales permiten
que el texto se presente como unidad narrativa.
Bajo estos lineamientos, en la micronarrativa peruana
contemporánea encontramos las micronovelas Haruhiko &
Ginebra (2009), de José Donayre; El dos veces nacido (2011) de
Jomar Cristóbal, y Película de horror (2011), de Marco Alberca. Sin
embargo, si hacemos una mirada al pasado de la narrativa
peruana, podríamos considerar a El autómata, de Xavier Abril,
como la primera micronovela del Perú, ya que fue escrita entre
los años 1929 y 1930. No obstante, algunos fragmentos de esta
micronovela fueron publicados en la revista Bolívar (1931) y
Creación y Crítica (1971). Recientemente, en diciembre de 1993 la
revista Documentos de Literatura Nº 2/3 publicó la versión
completa de esta micronovela fundacional.

4. A manera de coda

En las líneas precedentes hemos podido demostrar la existencia


de una amplia tradición de textos narrativos brevísimos en la
literatura peruana. Sin embargo, somos conscientes que se
pueden encontrar datos valiosísimos si se revisan algunas
revistas pertenecientes a nuestra vanguardia literaria y si se
continúa hurgando en las bibliotecas de todo nuestro país, pues
Circo de pulgas XLV

muchos de nuestros más reconocidos escritores fueron tentados


por la exquisitez y exigencia de la brevedad narrativa.
Esto es sólo la punta del iceberg.

***

El objetivo de Circo de pulgas es presentar la minificción peruana


desarrollada entre los años 1900 al 2011, con lo cual se pretende
demostrar la existencia de una tradición y una historia de dicho
género en el Perú. Debido a la gran cantidad de miniaturistas (por
emplear un término valadesiano) que hemos encontrado en
nuestra narrativa se ha recopilado una sola minificción por autor.
De cada narrador hemos escogido la que consideramos más
resaltante y sobresaliente; sin embargo, pese a esta selección,
debemos advertir que algunas de las minificciones aquí
recopiladas no gozan de la calidad de las demás, pero son
muestra fehaciente del desarrollo de esta modalidad textual en la
narrativa peruana. Esperamos, de todo corazón, que este libro
sea el leit motiv de posteriores trabajos sobre teoría y minificción
peruana. Este libro es sólo el principio.

Para la elaboración final del presente trabajo debo agradecer


—en orden— el apoyo y la colaboración de Lucho Zúñiga, por
esta propuesta; Carlos Saldívar, por los libros prestados; Carlos
Eduardo Zavaleta (†), por sus consejos; Jorge Luis Roncal y
Ricardo Vírhuez, por los apreciables libros encontrados; Ricardo
Ayllón, por el valiosísimo material al cual me permitió acceder;
Carlos Meneses, por sus constantes consejos; William Guillén
Padilla, por sus opiniones y sugerencias; Germán Atoche, por su
importante aporte a este trabajo; Ricardo Calderón Inca, por las
charlas trujillanas de minificción; Grupo Literario Micrópolis,
por el apoyo; Alberto Benza, por la amistad, el apoyo, la
consideración y por impulsar este proyecto constantemente;
Dany Doria, por las sugerencias, la amistad, por encargarse del
XLVI Rony Vásquez Guevara

cuidado final del presente trabajo; a todos los miniaturistas


peruanos que se comunicaron conmigo y aportaron al presente
trabajo; a los integrantes de Plesiosaurio. Primera revista de ficción
breve peruana, hermanos de la brevedad, pues sin ellos no hubiese
recorrido este largo camino; y, a los «Piratas» cuyas palabras son
siempre sinónimo de verdadera amistad.

Asimismo, mis agradecimientos especiales para Violeta Rojo


y Raúl Brasca, por el tiempo que le dedicaron a la lectura de las
primeras versiones de este trabajo, por sus consejos y sus
comentarios; David Lagmanovich (†), por nuestras brevísimas e
importantes conversaciones; Antonio Cruz, por los ánimos,
amistad y confianza; Orlando Romano, por la sinceridad y los
consejos; Francisca Noguerol, Irene Andrés-Suárez, David
Roas, Alfonzo Pedraza, Laura Elisa Vizcaíno, por los libros
enviados; Lauro Zavala y Javier Perucho, por las charlas sobre
minificción; a los amigos y compañeros de la Internacional
Microcuentista, por la oportunidad de ser parte de ellos; y a
todos los amigos apasionados de la minificción con quienes la
tecnología nos ha permitido conversar, debatir y reformular
nuestras posiciones sobre la minificción.

Mil gracias.

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