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MI MÁS GRANDE AMOR, BOGOTÁ

La amaba y la odiaba. Era tan impredecible, cuando ya


creía entenderla se enojaba y se echaba a llorar, tanto
que se desbordaba y antes de llegar a consolarla
saltando entre charcos, ya estaba feliz y radiante.
Emanaba un olor peculiar, una combinación entre flores y
un fuerte tabaco rojo que le encantaba y que a mi tanto
me enojaba. Tiene muchos pretendientes que hacen filas
larguísimas en sus autos buscando su atención. Siempre
ha sido muy criticada, pero nadie sabe por todo lo que ha
pasado.
Y yo sigo aquí sin poderla superar, aun amándola como el
primer día.

Camila Acosta
20 años
Teusaquillo
CRUDO

-¡CORRA!, me grita mi papá que cae tras de mí al ser


abatido. Me despierto de un grito, mi abuela me llama
desesperada llorando, -¡JOSÉ, MATARÓN A SU PAPÁ,
MIRE! “Comunidad mata un ladrón a golpes”, me quedo
inmóvil frente al televisor. Llueve y las gotas se cuelan
entre el tejado roto hasta caer en mi rostro, el sonido de
mi estómago parece una melodía psicodélica sin final
frente a la nevera vacía. No quiero hacerlo, pero tenemos
que comer. Alisto mi pistola, y me pierdo entre la noche
lluviosa donde mis lágrimas se combinan con las de mi
papá.

Camila Acosta
20 años
Teusaquillo

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