E

sta importante obra revela la singular concepción,

los métodos y secretos de entrenamiento de la Escueta
China de Ajedrez. Basada en el "arte del
pensamiento", esta concepción le ha aportado
a los jugadores chinos un estilo distinto al de sus colegas
occidentales, y Les ha permitido asumir un claro protagonismo
en el escenario mundial de ajedrez.
EL autor, Liu Wenche, primer jugador chino que derrotó
a un gran maestro occidental (en 1965), es ahora el entrenador
principal de La selección china, y como tal, está en situación
ideal para relatar el extraordinario progreso de Los jugadores
chinos en Los últimos 25 años, durante los cuales Xie Jun
y Zhu Chen conquistaron el título mundial femenino, Xu Yuhua
ganó, en dos ocasiones, la Copa Mundial de la FIDE,
y su prodigio Bu Xiangzhi conseguía, a los 14 años, el título
de gran maestro. Por otro lado, los equipos de China tenían
actuaciones destacadas en los Campeonatos Mundiales y
Olimpiadas, derrotando a jugadores del más alto nivel.
Todo un mundo de hermosas partidas con originales
comentarios que explican por qué
los jugadores chinos despiertan ahora
el máximo respeto en el tablero mundial.
Un libro esencial para los interesados
en el desarrollo e historia del ajedrez,
así como para los jugadores ansiosos
por ampliar sus horizontes y su concepción
del juego práctico.

Uu WENCHE es gran maestro internacional; además,

es entrenador jefe del equipo nocional de Chino.
Ostento los cargos de vicepresidente de
lo Asociación de Ajedrez de Chino, y director
de su Comité Técnico. También es vicepresidente
del Instituto de Ajedrez de Pekín. Su principal
contribución al ajedrez consiste en haber fundado
lo teoría y filosofía de lo Escuela Chino, logrando
impresionantes progresos en las actuaciones
internacionales de la selección china, y forjando
numerosos jugadores de categoría mundial.
Bajo su batuta, el equipo femenino ganó
lo Olimpiada de Ajedrez en 1998, éxito que
las jugadoras chinas volvieron a repetir
ISBN 84-7902-428-3
en 2000 y 2002.

9
 LIU WENCHE

La Escuela
CHINA
DE AJEDREZ
Su original concepción, secretos
y métodos de entrenamiento.
Editor: Jesús Domingo
Coordinación editorial: Paloma González
Traducción: Antonio Gude

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni tampoco su tratamiento informático, ni
la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por
registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.

Título original: Chinese School of Chess. The unique approach, training methods and secrets.
Publicado por primera vez en U.K. en 2002 por B.T. Batsford Limited.

© 2002 by B.T. Batsford Limited

© 2002 by Liu Wenzhe

© 2004 de la versión española

by Ediciones Tutor, S.A.
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Socio fundador
de la World Sports Publishers' Association
(WSPA)

Maquetación: Juan Maraño

Diseño de cubieta: Digraf

ISBN: 84-7902-428-3
Depósito legal: M-52.899-2003
Impreso en EFCA, s. A.

Impreso en España - Printed in Spain

 SUMARIO

Acerca del Autor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

. 5
A modo de prefacio . . . . . . . . . . . ., . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

1 E l arte del pensamiento. . . . . . . . . . . . . . ... .................. ..... ............ 9

2 E strategia en acción . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31. . . . .

3 Origen y naturaleza del ajedrez . . . . . . . ... .................. ..... . . . . . . . . . . . . 59

4 Modelos de pensamiento ajedrecístico . . .. .................. ..... . . . . . . . . . . . . 97
5 Los principios de la apertura . . . . . . . . . ... .................. ..... . . . . . . . . . . . . 129
6 La teoría del entrenamiento . . . . . . . . . . ... .................. ..... . . . . . . . . . . . . 1 58
7 La estrategia de la competición . . . . . . . ... . . . . . .. . . . . . . . . . . . ..... . . . . . . . . . . . . 1 89
8 E l fenómeno chino . . .. .. . . . . . . . . . . . . . .. . . . .. . . ..
. . . . . . . . . . ...
. . . . . . . 216
. . . . . .

9 El nuevo milenio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 264

. . . . . .

10 Las nuevas estrellas . . . . . . . . . . . . . . . . . ... .................. ..... . . . . . . . . . . . . 282

Epílogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 301
Relación de partidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 303

ACERCA DEL AUTOR
L
iu Wenche es e l entrenador j efe
del equipo nacional de China. E s
vicepresidente d e l a Asociación de
Ajedrez de China, y director de su Comité
Técnico. También es vicepresidente del
Instituto de Ajedrez de Pekín. E stá consi­
derado el fundador de la E scuela China
de ajedrez.
Liu Wenche nació en H arbin el 7 de
octubre de 1 940. Su familia es originaria
de Dalian, en la provincia de Liaoning. E n
1 961 fue contratado como entrenador por
el Centro de I nvestigación Ajedrecística
de Pekín. Liu Wenche fue el primer juga­
dor chino que consiguió el título de maes­
tro internacional. Actualmente posee el
de gran maestro. Ganó el campeonato de
5
su país en 1 980 y 1 982. F ue designado en­
trenador nacional j efe en 1 986, y recibe
una asignación especial del gobierno des­
de 1 992.
Liu Wenche también es un conocido
experto e n otros j uegos, como Go,
XiangQi y B ridge. S u principal contribu­
ción al ajedrez consiste en haber funda­
do la teoría y filosofía de la E scuela Chi­
na, logrando impresionantes progresos
en l as actuaciones internacionales de la
selección china, y forj ando numerosos
j ugadores de categoría mundial. B ajo su
b a t u t a , e l e q u i p o fe m e n i n o g a n ó l a
O l impiada d e Aj edrez en 1 998, éxito
que las j ugadoras chinas volvieron a re­
petir en 2000 y 2002.

A MODO DE PREFACIO
YISHUI
H
ace medio siglo Mij ail Botvinnik
publicó su libro La Escuela So­
viética de ajedrez. Desde enton­
ces, nadie se ha permitido l anzar un desa­
fío sistemático a la teoría de la E scuela
Soviética, hasta que Liu Wenche publicó
La Escuela China de ajedrez. E l libro es
un resumen teórico d e las actuaciones
competitivas de los j ugadores chinos. Se
basa en una sólida acumulación de expe­
riencias por parte de entrenadores, inves­
tigadores y j ugadores chinos. Creo que el
trabajo de Liu Wenche, en la elaboración
teórica de la E scuela China de ajedrez es
inseparable de su profunda comprensión
filosófica.
Cuando aún se encontraba en edad es­
colar, Liu Wenche se gastó "un buen dine­
ro" en adquirir el Manual completo de
XiangQi. E l término XiangQi designa la
versión china del ajedrez, un pariente del
ajedrez internacional. G anó e l título de
campeón juvenil de Pekín, en XiangQi, a
los quince años. E studió el juego de la ma­
no de Z hang Dekui, Hou Yushan y Xie
Xiaoran . También entabló relación con
Xie Xiaxun, Yang Guanlin, Hu Ronghua,
Guo Tishen, Chen Z ude, Nie Weiping y
otros maestros de XiangQi de su genera­
ción, manteniendo lazos de amistad con
7
todos ellos. También vale la pena mencio­
nar que, cuando se encontraba en la es­
cuela secundaria, Liu Wenche leyó atenta­
mente los libros de Mao Zedong, Sobre la
práctica, sobre la contradicción y Acerca
de la estrategia en la guerra revolucionaria
china, además de otros trabajos filosóficos
y militares. También estudió Lógica for­
mal de Zhou Gucheng y otros escritos so­
bre estética.
A p artir de 1 964 , estimulado por l a
n ecesidad d e desarrol lar e l aj edrez e n
C h i n a , a s í c o m o p o r sus propias ambi­
ciones, Liu Wenche se concentró en el
aj edrez "convencional". Comenzó a dar
pruebas de su talento en 1 965. E se año
j ugó contra un gran maestro soviético y
Liu Wenche aplicó al aj edrez algunos
modelos de pensamiento del XiangQi, y
ganó la partida de forma fluida. Por ra­
zones p ol íticas ·bien conocidas, se vio
privado de l a posibilidad de j ugar al aj e­
drez entre 1 966 y 1 976, época durante la
cual ni siquiera podía alimentar a su fa­
milia. Su única comida diaria por enton­
ces era dos bollos cocidos. Con su an­
draj osa vestimenta, iba todos los días a
l a B i b l i oteca de Pekín , para traducir
textos rusos sobre aj edrez, que luego es­
t u d i a b a de n o ch e . D u r a n t e a q u e l l o s
8
años traduj o más de un millón de pala­
bras.
Una vez suprimida "la banda de los
cuatro", Liu Wenche volvió al mundo del
ajedrez. Tuvo un notable impacto en la es­
cena internacional en 1978, en su primera
competición importante desde la Revolu­
ción Cultural. Consiguió el primer título
de maestro internacional para China. No
obstante, al acercarse a los cuarenta, com­
prendió que su principal tarea no debería
ser conquistar honores para sí mismo y de­
cidió emplear sus conocimientos y expe­
riencias de ajedrez para entrenar a j óve­
nes chinos dotados, que pudiesen llegar a
campeones mundiales. A comienzos de
19 79, Liu Wenche publicó un artículo titu­
lado El arte del pensamiento, en la publica­
ción de Hong Kong 'Da Gong Bao' . El ar­
tículo comenta la famosa partida con el
gran maestro holandés Jan Hein Donner,
que Liu Wenche ganó en veinte jugadas,
con un espectacul ar sacrificio de dama.
Este artículo puede considerarse como el
primer manifiesto de la Escuela China de
ajedrez.
Después de la Tercera Sesión Plena­
ria del 1 1 .° Comité Central del Partido
Comunista Chin o , a Liu Wenche se le
amplió su capacidad de actuación . Así,
consiguió amalgamar modos chinos de
pensamiento con occidentales, fraguando
el bastidor teórico inicial de la Escuel a
China. En 1 986, Chen Zude, director del
I nstituto Chino de Ajedrez y de l a Aso­
ciación de Ajedrez de China, decidió con­
tratar a Liu Wenche como entrenador je­
fe del equipo de entrenadores nacionales.
Li u Wenche ha conservado ese puesto
desde hace quince años. En el ejercicio de
su labor puede practicar la teoría de l a
E sc u e l a Chin a , e x a m i n a r l a d e fo r m a
constante y desarrollarla. En 1 988 y 1 989
dio una serie de conferencias en un sim­
posio de la Asociación de Ajedrez de Chi­
na, y el Congreso de entrenadores nacio­
n a l e s . P u s o p a r t i c u l a r é nfas i s en l o s
"métodos de j ugar al aje drez siguiendo
los modelos del XiangQi", es decir, incor­
porando el pensamiento chino. ·
E n 1 991 Liu Wenche publicó u n ar­
tículo en el Diario Chino de Educación Fí ­
sica, titulado: Llega el fenómeno chino,
moviendo montañas y barriendo mares ne­
gros. (Aquí puede verse una alusión al tra­
dicional dominio de las ajedrecistas geor­
gianas: G eorgia está bañada por el Mar
Negro. N.d.T.) En septiembre de 1992, en
Pekín, durante e l primer curso nacional
para entrenadores de ajedrez, Liu Wen­
che enseñó "conceptos básicos", "técnica
básica" , "teoría posicional" , "teoría de la
estrategia" y otras materias, como " aje­
drez y computadoras" y la historia del j ue­
go. En 1 994 y 1 998 se organizaron cursos
similares en Pekín y Shenyang, respectiva­
mente. Más de 150 estudiantes asistiero n a
estos tres cursos, que produjeron muchos
excelentes entrenadores para China.
Liu Wenche vive la mayor parte de su
tiempo en su despacho de entrenador.
Trata a su equipamiento de ajedrez y a su
ordenador como a verdaderos miembros
de la familia. Continuamente se sumerge
en un duro trabajo cotidiano a fin de esca­
lar las más altas cumbres de la teoría aje­
drecística.
Liu Wenche cree que el ajedrez tiene
su origen en el Libro de los Cambios, y lo
cree con tanta firmeza como cree que el
• Libro de los Cambios es la fuente del sis­
tema binario de numeración, base de la in­
formática. El centro de gravedad del mun­
do del ajedrez se está moviendo hacia el
Este. En el siglo XXI todas las miradas es­
tarán puestas en el "fenómeno chino".
 9

EL ARTE DEL PENSAMIENTO

E
n l a 2 1 . a Olimpiada Aj edrecísti­
ca, que tuvo lugar en l a capital
de Argentina, en Noviembre de
1978, el equipo chino consiguió un no­
table éxito, a pesar d e que era la pri­
mera vez que p articipaba en esa com­
p e t i c i ó n i n t e r n a c i o n a l . Yo v e n c í a l
gran maestro h olandés 1 a n H ei n Don­
ner, con un bonito sacrificio de dama.
La partida sólo duró veinte j ugadas, lo
que causó sensación en l a sala de j ue­
go . Me gustaría comentar l a partida pa­
ra los lectores. Pondré especial énfasis
en los factores psicológicos que afecta­ con éxito en el Campeonato de China del
ron a la actuación d e l o s dos con t e n ­ mismo año. Después continué estudián­
dientes . dolo y decidí emplearlo en la Olimpiada.
E sta partida era la primera oportunidad
Blancas: Liu Wenche (China) que tenía de hacerlo, y no podía dejarla
Negras: Jan Donner (Holanda) escapar, máxime teniendo en cuenta que
Buenos Aires, 3.1 1 .1978 mi oponente era un famoso gran maes­
Defensa Pire tro.
5 h6
...

1 e4 d6 2 d4 tbf6 3 tbc3 g6 4 .te2 .t g7 5 g4 E nfrentado a un nuevo reto, Donner

(Ver diagrama l.)
No puedo afirmar q u e esta j ugada
fuese nueva en aquel momento, pero no
conozco a nadie que haya u ti l izado e l
mismo método de ataque contra la De­
fensa Pire, antes de que yo lo emplease
invirtió media hora en esta jugada, lo que
no es frecuente en los primeros compases
de la apertura. Durante esa media hora,
yo no tenía nada que hacer y sentía curio­
sidad por saber en qué estaría pensando
Donner. Al recordar ahora la partida,
creo que yo me sentía muy satisfecho con
1O LA ESCUELA C H I NA DE AJ E D R EZ
el éxito psicológico de mi novedad. Una
j ugada inesperada siempre plantea una
fuerte presión al oponente.
Donner había conseguido el título d e
gran maestro en 1 959. Era conocid o por
su buena técnica d efensiva. Cuando vi que
avanzaba su peón h, sentí que me ponía en
una situación incómod a. Al investigar este
métod o de ataque, no había previsto una
estrategia d efensiva tan clara. Aun hoy si­
go creyend o que la j ugad a d e Donner es
efectiva, a pesar de que ha sid o censurad a
por algunos comentaristas.
6 h3
Me d isponía a avanzar d os pasos con
m i peón h, pero no pud e ver cómo conti­
nuar luego. Sentí que mi d ama y mi alfil
qued arían atados a la d efensa d el peón d e
g4 , y que tend ría problemas una vez que
las negras contragolpeasen en e l centro.
Por otra parte, si avanzaba el peón h una
sola casilla, era como si mi jugad a anterior
fuese una pérd ida de tiempo. T odo esto
era un tanto embarazoso. ¿Qué hacer? La
técnica no me aportaba una respuesta. Es­
taba luchando conmigo mismo, y sufrien­
do, pero me dije "Cuando te sientas mal,
¡ contrólate !" . Por fin , decidí avanzar el
peón h una sola casilla.
6 eS 7 dS 0-0
•..
Mi oponente realizó rápidamente sus
dos últimas j ugadas. Desde mi punto de
vista, lo mej or era estabilizar el centro, a
fin de pod er lanzar un ataque en el flanco
d e rey. N o tenía elección. Cuand o Donner
enrocó, sospeché que se sentía satisfecho
d e su j ugad a ... h7-h6. Seguramente pensó
que, puesto que no me había permitid o
avanzar d os casillas el peón h, me había di­
suad id o d e seguir con el plan d e ataque al
flanco d e rey. Pero Donner cometió aquí
un error fatal, más que nada psicológico.
Era la primera vez que jugaba conmigo y
no me conocía. Sin embargo, la jugad a 5 g4
d ebía haberle revelad o algo acerca d e mi
carácter. En lugar de ello, obtuvo esa con­
clusión de la jugad a 6 h3. El gran maestro
argentino N ajd orf comentó así esta parti­
d a: " Enrocar corto significa invitar a tu
oponente a atacarte, y está claro que las
blancas aceptarán esa invitación."
8 h4
Avaneé de nuevo este peón sin la me­
nor duda. Un teórico dogmático calificaría
la j ugada de pérdida de tiempo. Sin em­
bargo, el ajedrez no es una cuestión pura­
mente matemática. La clave es que las ne­
gras han realizado concesiones en su flan­
co de rey, tanto en términos d e espacio co­
mo de tiempo. Combinada con un enro­
que prematuro, . . . h7-h6 resulta ser una
mala j ugada, que ayuda a las blancas a
abrir la columna h. Cuando el rey enemi­
go se ofrece como blanco de un ataque de
mate, la teoría hay que dejarla a un lado.
8 ... e6 9 gS hxg5 10 hxgS l2J e8 11 iYd3
Al realizar esta jugada tuve el repenti­
no presentimiento de que ganaría la parti­
da. Mi experiencia me d aba confianza.
Creía que mi habilidad en el ataque al rey
era una garantía de victoria. Sin embargo,
nunca esperé q u e p ud i era d ar m a te a
Donner en unas cuantas jugadas más.

11 ..• exdS 12 lLJxdS l2J c6 13 '!i' g3 � e6
14 '!i'h4
Mi primer pensamiento fue llevar la
dama a h4 para dar mate. S abía que mi
oponente tendría que responder . . .f7-f5
para parar la amenaza, y pensé en prose­
guir el ataque jugando el alfil a c4 . Enton­
ces me vino a la cabeza la idea de un sacri­
ficio de dama. La excitación me dominó
por completo. La expectativa de victoria,
el nerviosismo ante la idea de estropearla,
mi responsabilidad para con el equipo: to­
dos estos factores deambulaban por mi
mente. Si un médico estuviera presente,
podía haber sabido lo que pasaba sólo con
tomarme el pulso y la presión sanguínea.
Un j ugador experimentado puede estar
sentado ante el tablero, con aspecto im­
perturbable, mientras que su estado men­
tal es totalmente distinto. Para calma rme,
calculé cada detalle de la combina ción una
y otra vez. Cuando me sentí confia do y
convencido de que el sacrificio era correc­
to, j ugué la dama a h4 . Los movimientos
siguientes se produjeron con rapidez:
14 f5 15 '!i'h7+ �f7
..•
En este punto Donner parecía optimis­
ta, ante la amenaza de ganar la dama con
16 ... 1:1 h8.
E L ARTE DEL PENSA M I E NTO 11
16 'iVxg6+! !
Era l a primera vez e n m i vida que sa­
crificaba la dama en g6. La jugada recibió
multitud de elogios después de la partida.
Donner, sin embargo, no parecía alterado,
y realizó rápidamente sus siguientes juga­
das. Creo que estaba tratando de provocar
un error por mi parte.
16 ... �xg6 17 �h5+ �h7 18 �f7+ �h6
19 g6+
Aquí es donde las blancas podían ha­
berse extraviado. Después de 1 9 1:1 xh6+
r:J;;¡ g7, las negras ganarían.
19 ... cJ;; g7 20 �xh6+
Donner detuvo el reloj y se rindió. La
conclusión hu biera sido: 20 . . . � h8 2 1
�g7+ �xg7 22 n h7++.
Después de que Donner y yo firmáse­
mos la planilla, mi compañ ero de equipo
Qi Jingxuan y el gra n maestro holandés
Jan Timman fueron los primeros en llegar
a nuestra mesa. "¡ Espléndido ! " , dijo Qi.
Esta ba emociona do por el resultado de la
pa rtida . Donner miró al ta blero, y a Tim­
m a n , y se encogió de hombro s . Miré a
Tim ma n. Sacudía la ca beza. Entretanto,
muchos j ugadores fueron acercándose a
ver qué ha bía pasado. Max Euwe, enton­
ces presidente de la F IDE, llegó y me es­
trechó la mano, felicitándome por la victo­
ria. Lo mismo hicieron varios periodistas.
Aquel día el equipo chino ganó una parti­
da, perdió otra e hizo tablas en las dos res­
tantes, de modo que habíamos empatado
con Holanda, sexta cabeza de serie.
***
Esta partida fue la primera ocasión
que tuvo el mundo de conocer a los juga­
dores chinos, el movimiento ajedrecístico
chino, y a mí mismo. Por esta razón, co-
12 LA ESCU ELA C H I NA DE AJ E D R EZ
mienzo el libro con la pa rtida a nterior. Sin
emba rgo, la pa rtida es menos importa nte
que el título d e este ca pítulo. Me gusta lla­
ma r a l ajed rez el a rte d el pensa miento, y
creo que esta fra se expresa el a lma d e la
Escuela China d e ajed rez. ¿Qué significa
la fra se , y cuánd o orienté, por primera
vez, mis id ea s en esa d irección? Obvia­
mente, mis id ea s sobre el tema no pued en
ha ber sid o generada s d e forma espontá­
nea , a l comenta r una pa rtida d eterminada ,
y menos a mis cua renta y ta ntos añ os.
T uve a cceso a los juegos d e ta blero en
mi infa ncia . Comencé a j uga r a l WeiQi
( Go) a los cua tro o cinco añ os. A la misma
edad , a m e n ud o veía ad u l t o s j uga r a l
XiangQi (ajed rez chino). Después d e que
mi fa milia se tra slada se a Pekín, en 1 951 ,
juga ba a l Xia ngQi ca si a d ia rio, en el pa tio
exterior d e la escuela , d espués d e la s cla­
ses. Era un estud ia nte d esta cad o, d e mod o
que mis compañ eros me pusieron u n mote
("pequeñ o Guo Moruo"). El Xia ngQi era
mi juego preferid o. En 1 955 ga né el título
d e ca mpeón juvenil d e Pekín. Por enton­
ces tenía la impresión d e que el torneo era
muy competitivo, porque tod os los j uga­
d ores era n seleccionad os por su a ctua ción
en competiciones previa s. Incluso a l nivel
a ctua l, el torneo era importa nte.
Entré en conta cto, por primera vez,
con el ajed rez "estánda r" en 1 956, cua nd o
se orga nizó en Pekín un Ca mpeona to Na ­
ciona l. E n los añ os siguientes invertí una
buena ca ntidad de tiempo en la Biblioteca
d e Pekín, estud ia ndo d iversos tema s teóri­
cos, en pa rticula r tema s estra tégicos y me­
tod ológicos. Comencé a estud ia r sistemá­
tica mente la teoría del a j ed rez en 1 958.
¿Por qué comencé entonces? Proba ble­
mente era el momento d e libera r el pensa­
miento y disipa r la superstición. Por otro
lad o, tenía 1 8 añ os, una edad en la que la
gente quiere mostra rle a los d emás su ma­
d urez. F ue en esa época cua nd o el concep­
to genera l d e "pensa miento estra tégico"
empezó a toma r forma en mi ca beza , y
sentía que podía conecta rlo con el ajed rez.
El tema era ta n gra nd e e importa nte pa ra
mí que a ún hoy sigo tra ba ja nd o en ello.
Según mi propia filosofía , no sólo ha y
que a prend er d e los d emás, sino ta mbién
critica r sus teoría s. Por entonces, la teoría
rusa d e que "el a j ed rez es una combina­
ción d e ciencia , a rte y d eporte" era bien
conocida en China. T ra s estud ia r sus teo­
ría s, a precia ba en a lto grad o la contribu­
ción de los rusos a l estud io d el juego y, sin
emba rgo, sentía que sus id ea s no a ca ba­
ba n d e ca pta r d el tod o la verda dera esen­
cia d el ajed rez. Esa sensa ción fue reforza­
da cua nd o leí La Escuela Soviética de aje­
drez. El pensa miento se me ocurrió cua n­
d o tra té d e d esa rrolla r la id ea d e una Es­
cuela China d e a j ed rez, a unque no tenía
una id ea cla ra d e cómo ha cerlo por enton­
ces. Mi instinto por cuestiona rlo tod o, jun­
to con la d ébil posición d e China en el
mund o, me estimula ron a esforza rme a l
máximo por mi pa ís. Pa ra estud ia r tema s
estra tégicos, me fui interesa ndo por la es­
tra tegia d e guerra , el pensa miento y la
ciencia milita res que, creo, constituyen
una cumbre d e la ingenuidad h u ma na .
Siempre he estad o interesad o en estos te­
ma s, d e mod o que estudia rlos ha formad o
pa rte d e mi vida . Dentro d e los límites d e
los recursos biblioteca rios d e entonces, es­
tud ié la ma yoría d e los tra bajos filosóficos
y milita res de Ma o Zed ong. Ta mbién es­
tud ié a lguna s otra s obra s ma rxista s sobre
metod ología y estra tegia . Rea licé cuida ­
dosa s investiga ciones, toma ndo numero­
sa s nota s. Por fin, pud e entend er d e forma
comprensiva la teoría de la estra tegia.
El juego d el ajed rez es, en esencia , una

aplicación competitiva de pensamiento,
que incluye numerosos elementos artísti­
cos. La ciencia existe en el arte, y este ele­
mento científico -dada su conexión con
temas como la psicología y el "pensamien­
to" cibernético- alcanza más allá de los
confines del juego. Sin embargo, en tanto
que actividad humana, el arte es más difí­
cil que la ciencia y está situado un nivel
por encima de ésta. T enemos menos ge­
nios en el arte que en la ciencia. É sta pue­
de ser la razón por la que la gente conside­
ra más importantes las dotes artísticas .
Muchos importantes temas científicos se
resuelven con ayuda del arte. El modelo
de pensamiento en aj edrez es diferente
del pensamiento general. Lo trasciende y
eleva aquél al nivel del arte y de la creati­
vidad.
PRESENTACIÓN DE LA ESCUELA
CmNA DE AJEDREZ
E n los ú l ti m o s m e s e s d e l añ o 2000 , e l
equipo femenino d e China ganó casi tod as
las medallas de oro en juego en las princi­
pales competiciones ajedrecísticas: ¡ un he­
cho heroico, que presagia un glorioso fu­
turo en el nuevo milenio !
El 25 de diciembre d e 2000, la Agencia
de N oticias de China tomó la iniciativa de
divulgar las diez mayores proezas deporti­
vas del añ o. La séptima de la lista fue el
relato d e la 34. a Olimpiada Ajed recística,
finalizada el 1 2 d e noviembre en Estam­
bul, en la que las jugadoras chinas defen­
dían su título de campeonas mund iales.
Más tarde, en el Campeonato del Mundo
Individual, se produjo la primera final en­
tre ch inas, X i e J un y Qin K anying. E l
mundo del ajedrez femenino había ingre­
sado en la "era china".
E L ARTE DEL PENSAM I E NTO 13
A l día siguiente a aquella noticia, la
Agencia X inhua comentó, de forma simi­
lar, los diez principales acontecimientos
deportivos del añ o. Esta vez los triunfos
de las jugadoras chinas de ajedrez fueron
situados en el tercer lugar de la lista. El 29
de diciembre se anunció una nueva lista
conjunta, por parte de un importante pe­
riódico deportivo y un canal de televisión,
y los mismos acontecimientos - incluida la
victoria de X u Yuhua, en la Copa Mundial
de la F ID E, de septiembre- aparecían en
segundo lugar.
Estos comentarios, por parte de im­
portantes medios de comunicación, suge­
rían que los logros y la posición dominan­
te de las jugadoras chinas estaban siendo
debidamente reconocidos. T al reconoci­
miento se difundió también a lo largo y
ancho del mundo del ajedrez. Existe la im­
presión de que los tesoros del ajedrez se
desplazan h acia el Este, y mucha gente
quiere saber cómo y por qué ha sucedido
esto.
Desde el mismo d ía en que se creó el
centro de entrenamiento d el ajedrez na­
cional, en 1 986, he desempeñ ado mi cargo
de entrenad or j efe. E s responsabilidad
mía pasar revista a los 1 5 añ os pasados y
resumir la experiencia de nuestro progra­
ma de entrenamiento.
Quisiera, en primer lugar, hacer una
d igresión, que no es irrelevante para el te­
ma. T radicionalmente, en el atletismo chi­
no el peso del interés se sitúa en la crea­
ción d e campeones. Sin embargo, en Eu­
ropa y en N orteamérica, donde hay una
fuerte tend encia "a considerar el hombre
superior a la mujer", el equipo masculino
de ajedrez chino despertó mayor atención
que el femenino, cuando finalizó en quin­
to lugar en la Olimpiada de 1 998. En el
mundo del ajedrez la gente está inclinada
14 L A ESC U E LA C H INA D E AJ E DR EZ
a pensar que sólo la actuación d e los hom­
bres representa el verd ad ero nivel ajed re­
cístico d el país.
El quinto puesto fue el mejor lograd o
por e l equipo masculino, d esd e que co­
menzó a participar en competici o n e s ,
veinte añ os atrás. E n u n momento d ad o,
su promed io era en torno al d ecimosexto.
E s o , s i n e mb argo , fue en l a era d e l a
Unión Soviética. Cuand o ésta se d isgregó,
al menos 1 1 d e las repúblicas que la inte­
graban tenían un nivel más alto que e l
equipo chino. Ad emás, Yugoslavia tam­
bién se escind ió en cinco países, d e los
cuales tres estaban por encima de nuestro
nivel. Por otro lad o, muchos maestros d e
ajed rez emigraron d e l a antigua Unión So­
viética a otros países, como Estad os Uni­
d os, Israel, F rancia y Alemania. Estos ju­
gad ores elevaron el nivel d e juego d e sus
nuevos países. Se ha d icho, por tanto, que
el equipo masculino d e China es, en reali­
d ad , el segund o d el mund o, sólo superad o
por los rusos y otros j ugad ores d e l a ex
URSS. Esta opinión pued e parecer un po­
co pretenciosa, pero refleja en parte el ob­
jetivo estad o d e cosas actual. China es el
único país capaz de cuestionar la hegemo­
nía d e Rusia en el mund o d el ajed rez. Los
resultad os chinos en cualquier torneo in­
ternacional no se ven de forma aislad a, si­
no que la gente los consid era parte d e un
proceso progresivo, en un períod o que
abarca los últimos d iez añ os.
Desd e que Zhu Chen conquistó el títu­
lo mund ial femenino sub 1 2, en 1 988, el
equipo femenino cuenta con d os campeo­
nas mund iales, una ganad ora d e la Copa
Mund ial, y tres campeonas mund iales ju­
veniles. China ha prod ucid o d os campeo­
nas mund iales sub 16, otras d os en sub 14
y d os más en sub 12, y en 2000 una chica
china ha conquistad o el título mund ial en
sub 10. En las Olimpiad as d e 1 990, 1992 y
1 994, el equipo femenino d e China finali­
zó en tercer lugar. En 1 996 fueron segun­
d as . Ganaron el torneo en 1 998, y han
vuelto a ganarlo en 2000. E l colectivo
masculino tiene acred itad os d os subcam­
peonatos mund iales juveniles, y d os cam­
peones en sub 14. Entre 1 990 y 2000, nue­
ve hombres y el mismo número d e muje­
res obtuvieron el título de gran maestro.
Las conquistas masculinas pued en pa­
recer menos brillantes que las femeninas.
Pero, en realid ad , el equipo masculino tu­
vo una notable actuación en la Copa Mun­
d ial d e 1 993. Los resultad os d e China en la
33.a Olimpiad a, en 1 996, tuvieron mucho
eco en tod o el mund o. El equipo masculi­
no no sólo d errotó a m uchos rivales d e
clase mund ial, sino que se mantuvo d uran­
te d iez rond as sucesivas "en el pod io", es
d ecir, en el área d e la sala d e juego reser­
vad a a l o s d iez equipos que l id eran l a
competición. S i e l lector se fija e n los bole­
tines d el torneo, pod rá ver la cantid ad d e
veces que se mencionan los éxitos chinos,
para los que se busca una explicación, que
a menud o me pid en los period istas que
me entrevistan. Un reportero francés, yer­
no d e Lev Polugaievsky, el famoso gran
maestro soviético, mantuvo conmigo una
prolongad a charla. Me manifestó repeti­
d amente que F rancia y China d eberían in­
tercambiar información sobre aj ed rez.
Había algunas cuestiones que le d ej aban
perplejo. Por ejemplo: en añ os recientes,
F rancia ha acogid o a cuatro d e cinco fa­
mosos grand es m aestros d e la antigua
URSS, incluid o el excampeón mund ial
Boris Spassky, para asesorarles en el d esa­
rrollo d el ajed rez en el país. Sin embargo,
ningún jugad or extranjero ha sid o impor­
tad o a China. El ajed rez en F rancia tiene
una historia d e 300 ó 400 añ os, pero en

China apenas supera los veinte añ os, des­
de que participamos en la primera Olim­
piada (Buenos Aires 1978. N. d. T.) El cen­
tro mundial del ajedrez es Europa, y los
franceses tienen tendencia a pensar que su
país es el centro d e l viej o continente,
mientras que la posición geográfica de
China es más que lej an a d e ese centro
neurálgico. ¿ Iba China (preguntó el perio­
dista) a invitar entrenadores extranjeros?
De no ser así, ¿quién iba a entrenar a los
jugadores chinos? Respondí a sus pregun­
tas, pero, obviamente, mi interlocutor no
entendía por qué F rancia no podía lograr
éxitos tan destacados como China. N o me
planteó directamente esa cuestión, pero
de haberlo hecho, habría tenido que en­
contrar él mismo la respuesta. N o puedo
decir nada al respecto. En cualquier caso,
no debo comentar en qué áreas F rancia se
encuentra en desventaj a en el desarrollo
ajedrecístico.
Hay algunos extranj eros que d an su
opinión acerca de las razones del éxito del
ajedrez en China. En 1 996, el entrenador
de un equipo juvenil de Georgia dijo: "Pa­
recen tener una escuela secreta de entre­
namiento para crear campeonas mundia­
les." Les aseguro que no existe ninguna
escuela secreta. Tales éxitos sólo pueden
ser el trabaj o de una sola escuela. Creo
que resultan de tres factores: primero, un
excelente entorno social; segundo, un con­
glomerado de talento humano; y tercero,
la Escuela China de ajedrez.
Un buen entorno social es la base de
todo gran logro. Las condiciones que nu­
tren el desarrollo del aj edrez en China
pueden ser caracterizadas así:
Apoyo de la sociedad. Desde que Chi­
na abrió sus puertas al mundo, hace veinte
añ os, la economía china se ha desarrolla-
E L ARTE DEL PENSAMI ENTO 15
d o vigorosamente y los estándares d e vida
se han elevado rápidamente. La gente ve
el ajedrez no sólo como un vehículo para
las relaciones internacionales, sino tam­
bién como un medio de contribuir al pres­
tigio a su país. Además, piensan que el
ajedrez es un importante área de cultura.
Cad a vez hay m á s gente que asume la
educación ajedrecística como una carrera.
Consideran el ajedrez como una inversión
intelectual. E l gobierno chino valora el de­
porte, los medios de comunicación le pres­
tan una atención considerable, y existe
una creciente disposición al patrocinio en­
tre las grandes corporaciones. El entorno
social en China está mejorando.
Tradición de jugar al ajedrez. En Euro­
pa, la historia de j ugar al ajedrez se re­
monta a varios siglos. N o es la misma his­
toria en China. Sin embargo, China tiene
una tradición milenaria de jugar al Xiang­
Qi (aj edrez chino) . El XiangQi y el aj e­
drez tienen un origen común. Tienen mu­
chas otras cosas en común, estratégica­
mente, tácticamente y técnicamente. En el
ajedrez, los métodos de juego que recuer­
d an e l carácter y m o d o de pensar del
XiangQi son el punto fuerte del j ugador
chino.
Sistema de entrenamiento. Escuelas
elementales y medias, escuelas de ajedrez
para jóvenes, centros nacionales de entre­
namiento para jóvenes, y entrenamiento
de equipos nacionales: todas estas institu­
ciones entrenan sistemáticamente a juga­
dores, a distintos niveles. El Instituto Chi­
no de Qi (que agrupa el ajedrez, el Go y el
XiangQi) es una de las mayores institucio­
nes del mundo, y aporta algunas de las
mejores instalaciones mundiales de entre­
namiento.
16 LA ESCU E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
Entrenamiento. Hay tres niveles de en­
trenamiento: enseñanza escolar, entrena­
miento profesional, y entrenamiento indi­
vidual. Los maestros de escuela aportan el
entrenamiento en ajedrez en las escuel as
elementales y de grado medio, mientras
que el entrenamiento de jugadores a alto
nivel es confiado a entrenadores. Estos úl­
timos son la clave en el desarrollo ajed re­
cístico de una nación. China tiene un orga­
nismo de entrenadores de alto nivel, cuya
elite forma el grupo de entrenamiento d el
equipo nacional.
Organización de las competicion es.
Competición es un medio de entrenar, no
sólo un test con el que se miden los resul­
tados del entrenamiento. La correcta ad­
ministración del calendario de competi­
ciones juega un papel destacado en el de­
sarrollo del ajedrez como deporte nacio­
nal. El sistema nacional de ratings se i m­
plementó en 1980, como parte importante
de ese entramado. Ha funcionado bien
durante 20 años. N uestros métod os para
seleccionar el equipo olímpico son el re­
sultado de una minuciosa investigación .
En años recientes se han organizado cada
vez más torneos internacionales de alto ni­
vel en China.
¿Podemos afirmar que un buen entor­
no como el que he descrito produce inevi­
tablemente campeones mundiales? Hay
más de 160 países en el mundo que partici­
pan en el ajedrez internacional. Es difícil
decir que a todos ellos les falta un entorno
similar al de China. Creo, por consiguien­
te, que la existencia de una constelación
de talentos es otra razón esencial para el
éxito de China en ajedrez.
Por constelación de talentos entiendo
la aparición simultánea de un amplio gru-
po de seres humanos de talento. Este fe­
nómeno se ha producido varias veces en la
historia de l a humanidad, pero es un he­
cho relativamente raro. En cualquier área
del comportamiento, hay una o d os perso­
nas de talento que sobresalen y atraen l a
atención d e la sociedad. De forma inevita­
ble, ad quieren la aureola del genio, sobre
todo si su actividad se desarro l l a en e l
mundo d e las letras o d el deporte. Pued e
suced er en cualquier país, pero otra cosa
es que determinada persona sea reconoci­
da como un genio en el mundo entero. Si
se descubren varios genios al mismo tiem­
po, en la misma esfera d e actividad, el fe­
nómeno es extraordinario. En la historia
de China, en los períodos de Primavera y
Otoñ o, y en la época de los estados gue­
rreros, se registra que "cien escuelas d e
pensamiento" competían entre ellas. Aho­
ra, transcurrid os 2.000 años, un período
así nunca ha vuelto a repetirse. El Renaci­
miento italiano produj o una serie de ta­
lentos artísticos. Gente de todo el mundo
ha estudiado durante siglos esos talentos
sin ponerse de acuerdo acerca de ellos.
Pero volviendo al restringido terreno del
ajedrez, las cinco o seis mejores jugadoras
de hace veinte años vivían todas en la ca­
pital de Georgia. La prensa ajedrecística a
menudo conocía esto como "el fenómeno
georgiano" . N o tenía precedentes en la
historia del ajedrez, y parecía ser una gran
coincidencia. N o se esperaba que volviera
a suceder. Unos diez años más tarde, a fi­
nales de los ochenta, tres húngaras, las
hermanas Polgár, aparecieron en escena.
Sin embargo, a pesar de todo su talento,
de que procedían de una misma familia,
no pueden considerarse una "constelación
de talentos". Porque son un grupo dema­
siado pequeño para que así sea. Debería
haber, al meno s, más de cinco jugadores

en una constelación, y deberían aparecer
continuamente durante cierto período de
tiempo.
En marzo de 1 991 , la prestigiosa revis­
ta soviética 64 publicó un artículo por el
veterano teórico Nikolai K rogius, quien
astutamente predecía que cinco o seis ju­
gadoras de clase mundial aparecerían en
China. En julio de 199 8, en la lista F IDE,
normalmente publicada cada seis meses,
entre las 50 mejores j ugadoras del mundo
aparecían seis chinas. (Si contamos a Peng
Zhaoqin, una jugad ora china que ha ad op­
tado la nacionalidad holandesa, el contin­
gente chino es el mayor de la lista.) Los
seis nombres eran: Xie Jun, Zhu Chen ,
Qin K anying, Wang Pin, Wang Lei y Xu
Yuhua. T od as e l l as son m i e m bros d e l
equipo nacional. T odas ellas crecieron y
se convirtieron en j ugadoras de primera
categoría mundial. Eso es una constela­
ción de talentos. Sucedió en China y es
providencial para el movimiento ajedre­
cístico chino.
La aparición de un cuerpo de talento
no puede ser enteramente explicada como
fruto del azar. Un buen entorno social
prepara el terreno para que puedan crecer
los talentos individuales. Pero la Escuela
China de ajedrez, su pensamiento, teoría,
puntos de vista, método y práctica, aporta
una nutrición enriquecida para este ta­
lento.
Una escuela de aj edrez significa un
grupo de j ugadores que comparten un
punto de vista común sobre el juego, que
aplican esa teoría a la práctica y que consi­
guen resultados sobresalientes. (Esta defi­
nición está tomada del Diccionario de Aje­
drez soviético.) Ha habido cuatro "escue­
las" principales en la historia del ajedrez.
La primera es la Escuela Italiana, que
apareció en el siglo XVI o XVII. Su estilo
EL ARTE DEL PENSAM I E NTO 17
de juego está teñido de color romántico.
Pretendía demostrar las maravi ll as del
juego y el inagotable potencial de las com­
binaciones tácticas. Su principal contribu­
ción al aj edrez es el tratamiento de las
partidas abiertas y su investigación de fi­
nales.
La segunda es la Escuela Clásica, cu­
yos orígenes podemos situar a mediados
del siglo xvm. Philidor es su precursor y
Steinitz su fundador. Esta escuela enfati­
zaba en la naturaleza científica del ajedrez
y en la metodología científica de su estu­
dio. "La posición es la base del planea­
miento. " Esta escuela dominó el mundo
del ajedrez durante 150 añ os. Su principal
contribución fue el j uego en posiciones ce­
rradas y la formulación de principios de la
teoría posicional.
La tercera de estas escuelas es la Es­
cuela Hipermoderna. Surgió a comienzos
del siglo xx (más exactamente, entre 19 10
y 19 20) . Desafió el prolongado dominio
de la Escuela Clásica. Criticó ostentosa­
mente el dogmatismo de T arrasch, el líder
teórico de la Escuela Clásica, y enfatizó en
el ajedrez como una actividad competiti­
va. La Escuela Hipermoderna perseguía
la complejidad estratégica y valoraba fac­
tores no racionales. Sus trabajos más re­
presentativos son los libros Mi Sistema y
La práctica de mi sistema, de Nimzovich.
Su principal contribución se encuentra en
la teoría de la estrategia y de las aperturas
semiabiertas. Aunque esta escuela tuvo
una corta vida en cuanto a hegemonía en
el mundo del ajedrez, su teoría, puntos de
vista y método ejercieron una influencia
muy profunda en los círculos ajedrecísti­
cos teóricos.
La cuarta escuela es la Escuela Soviéti­
ca. Su figura más representativa era el
campeón mundial Mijail Botvinnik, quien
18 LA ESC U E LA C H I N A DE AJ E D R EZ
pensaba que el ajedrez era una excelente
combinación de ciencia, arte y deporte.
Era el arte del atletismo. D ado que los
aj edrecistas soviéticos realizaron tantas
aportaciones a la teoría del ajedrez y re­
gistraron tantos grandes éxitos en la prác­
tica, esta escuela ha ejercido la mayor in­
fluencia en el mundo del ajedrez en los úl­
timos sesenta años. Sus características
pueden ser resumidas como " la resolución
de cuestiones competitivas y artísticas por
métodos científicos." Realizó una especial
contribución a la teoría de aperturas, so­
bre todo en el tratamiento de aperturas
semiabiertas. En 1 972 el norteamericano
Bobby Fischer derrotó a su oponente so­
viético, B oris Spassky, y consiguió el título
de campeón del mundo. Este aconteci­
miento, que marcó toda una época, modi­
f icó la actitud de la Escuel a S oviética.
Mientras que antes había defendido vigo­
rosamente su teoría, ahora comen zó a
adaptarse a una actitud "pragmática".
A lo largo de la historia de las princi­
pales escuelas de ajedrez, podemos obser­
var que el establecimiento y desarrollo de
cualquier escuela está vinculado a tres fac­
tores: (1) La escuela presenta un sistema
teórico integrado. (2) La práctica de esa
teoría reporta grandes resultados. (3) Las
características de la escuela son asombro­
samente representativas de su época.
En 1 996, en el Campeonato Mundial
Juvenil, una autoridad alemana decl aró
por primera vez que "la Escuela China de
ajedrez" era algo que debía estudiarse. En
mayo del año siguiente, la revista inglesa
Chess publicó un artículo refiriéndose al
carácter de la "Escuela China de ajedrez".
E l artículo comentaba mi partida con
Donner, jugada veinte años atrás. El con­
cepto de Escuela China de ajedrez tiene
un significado que hace época, y no está
mal que el concepto haya sido presentado
al mundo por extranjeros. Cuando China
consiguió el título mundial femenino , en
1991, tuve la oportunidad de presentar l a
Escuela C hina al público, pero pensé que
no había llegado e l momento. Sentí que
debía esperar hasta que el colectivo chino
lograse más éxitos en la práctica, porque
sólo entonces la gente me escucharía. No
importa lo buena que sea tu teoría: n o
puedes mencionarla sin poder demostrar­
la en la práctica. Cuando la agencia de no­
ticias Xinhua publicó un artículo mío so­
bre el "f en ó me n o c h in o " , el Chin ese
Sports Daily lo reprodujo, con un título de
su propia cosecha: "El f enómeno chino
llegará con supremo poder y fuerza." Este
tipo de propaganda rara vez se ha visto en
la historia del periódico, y al mismo tiem­
po yo estaba aturdido. Me preocupaba
que no hubiésemos conseguido suficientes
éxitos para atenernos a la predicción, aun­
que al mismo tiempo me sentía confiado
en que así sucedería
C onsiderando cuántos campeones ha
producido China en años recientes, ahora
es el momento oportuno de presentarles
la Escuela China. Los temas teóricos rela­
cionados con la escuela serán desarrolla­
dos en estas páginas.
En agosto de 1 985 , Chess and Cards
Weekly p ublicó mi artículo " E l pensa­
miento ajedrecístico" en tres entregas. En
aquel artículo comentaba los " tres ele­
mentos del pensamiento ajedrecístico", a
saber: teoría, cálculo e intuición, aportan­
do mi propia explicación del concepto "in­
tuición". Allí indicaba que se trata, sobre
todo, de "pensamiento en imágenes", sin
d e p e n d e n ci a de n i n g ú n fact o r lóg ico .
También relacionaba 34 componentes de
la evaluación posicional. El tema se desa­
rrolla en el capítulo 4 de este libro.

En 1 986 C hen Zude asumió la direc­
ción del Instituto Chino de Ajedrez. Man­
tuvo una conversación conmigo acerca del
futuro desarrollo del ajedrez en China, y
me contrató como entrenador j efe del
equipo nacional. Nuestro objetivo es ele­
var el lugar de China en el mundo del aje­
drez, y procuramos hacerlo seleccionando
jugadores( as) de talento, planeando y diri­
giendo el equipo, desarrollando la capaci­
dad competitiva de los j ugadores, organi­
zando los métodos de entrenamiento y las
técnicas de dirigir competiciones. Mi tra­
bajo me brindó una excelente oportun i­
dad de avanzar y practicar la teoría de la
Escuela C hin a. A lo l argo de l a historia
del equipo, el proceso continuó, paso a pa­
so, y resultó ef ectivo. E n se ñ an d o c o n
ejemplos personales, así como mediante
instrucción verbal, puedo decir sin exage­
ración que mi capacidad de juego y autori­
dad moral influyeron sobre cada miembro
del equipo nacion al.
Un buen entrenador es la clave para
desarrollar las cualidades del jugador. Los
entrenadores deberían tener, por tanto ,
u n papel estratégico. Con ayuda d e l Insti­
tuto Chino de Ajedrez, he organizado tres
seminarios nacionales sobre entrenamien­
to, y para entrenadores de aj edrez. Las
clases de entren amiento abarcaban una
amplia variedad d e conte n i d o s . En tre
otras cosas , yo di c o nf eren ci a s s o bre
"Conceptos básicos" , "Tecn ología bási­
ca", "Teoría de la posición " , "Teoría es­
tratégica", "Ajedrez y computadoras en la
educación aj edrecística" , etc. E l primer
seminario de entrenamiento tuvo lugar en
Pekín, en septiembre de 1 992. El segundo,
también en Pekín, se celebró en agosto de
1 994. El tercero fue en Shenyang, en fe­
brero de 1998. Están descritos en mayor
detalle en el capítulo 6 de este libro. Los
EL ARTE DEL PENSAM I E NTO 19
1 50 estudiantes que asistieron a los semi­
narios son todos educadores de ajedrez o
entrenadores, en diferentes unidades de
entrenamiento. No sólo tienen experien­
cia práctica, sino que también conocen la
historia de las escuelas de ajedrez. Cuan­
do me enteré de que, en opinión de los es­
tudiantes, mis conferencias habían presen­
tado "un sistema único", supe que el semi­
nario de entrenamiento no sólo les había
enseñado a convertirse en entrenadores
cualif icados, sin o que también les había
iniciado en la Escuela China de ajedrez.
Ya he dicho que comencé a estudiar la
teoría del ajedrez en 1 958, si bien antes ya
había publicado algunos artículos. En los
veinte años siguientes, hasta 1 978, mi ca­
pacidad ajedrecística y mis ideas sobre el
juego alcanzaron básicamente su forma fi­
n a l . M i s experiencias durante los diez
años "sin precedentes" de la Revolución
Cultural se han descrito en otra parte. Por
entonces no pensaba en cómo convertir­
me en campeón mundial. Mi cerebro es
muy sobrio. Comprendí que, debido a mi
edad, no estaba preparado para seguir la
lucha por mí mismo. En cierto modo, fue
una pena. Sin embargo, creía que podía al­
canzar la cima en la investigación teórica
de ajedrez.
Quienes tienen conocimientos genera­
les sobre la ciencia del pensamiento saben
que existen cuatro formas de pensamien­
to: ( 1 ) pensamiento empírico, (2) pensa­
miento lógico (formal) ; (3) pensamiento
dialéctico, y (4 ) pensamiento intuitivo. No
pretendo aquí comentar estos modos de
pensamiento. Lo que quiero decir es que
hay otro modo, que podemos llamar pen­
samiento estratégico. Representa el pen­
samiento a un nivel más alto, y se basa en
las conquistas de los cuatro tipos de pen­
samiento citados.
20 LA ESCU ELA C H I NA DE AJ E D R EZ
Durante más de dos sigl os, la com­
prensión posicional ha sido el principal fo­
co de las investigaciones teóricas en aje­
drez. Hasta cierto punto puede decirse
que la fuerza de un jugador depende de su
capacidad para evaluar posiciones. Por
consiguiente, los entrenadores, jugadores
y teóricos le prestan, todos, una especial
atención a la teoría posicional. Aquí he
desarrollado un entramado teórico basa­
do en 37 factores estáticos y 30 factores di­
námicos. Ulteriores reflexiones sobre e l
"sentido posicional" de un j ugador pue­
den encontrarse en el capítulo 4.
Los conceptos constituyen e l funda­
mento de una estructura teórica. El esta­
blecimiento de un concepto teórico sólo
puede resultar de un trabajo arduo. Clasi­
ficar un concepto normalmente requiere
meses o incluso años. Cada concepto im­
portante podría desarrollarse en un libro
propio. En el terreno de las técnicas bási­
cas, he clasificado más de un centenar de
factores técnicos y tácticos, que van hasta
explicar diecisiete diferencias entre técni­
ca y táctica en ajedrez.
La Escuela China tiene su propia inter­
pretación de la apertura. En el pasado,
aunque las diversas escuelas difereían en
su enfoque de las aperturas, insistían en
dos principios: rápido desarrollo y ocupa­
ción del centro lo antes posible. La Escue­
la China critica los principios empleados
por las otras cuatro escuelas. Considera
que las llamadas "teoría del centro", "teo­
ría del desarrollo" y " teoría del tiempo" se
basan, todas e l l as , en una in adecuada
comprensión del ajedrez. Los principios
chinos de apertura (estrategia, estructura
y espacio) comienzan los tres por la letra
" E " , de modo q ue l o s l l amaremos l o s
"tres principios E " . Este tema s e comenta
en el capítulo 5.
La teoría del entrenamiento es un as­
pecto importante de la Escuela China de
ajedrez. En la última década se han visto,
sobre este tema, numerosas opiniones en
periódicos y revistas, pero me gustaría re­
petir aquí algunos puntos significativos.
La tarea del entrenador puede dividirse
en entrenamiento en la comprensión téc­
nica del ajedrez, y el entrenamiento de l as
cualidades competitivas del j ugador. Este
ú ltimo aspecto ha recibido poca atención
en la literatura precedente. Los teóricos
de l a antigua Unión Soviética, por ejem­
plo, sólo lo comentaban en términos de
restringir l a libertad de movimientos del
rival. En cuanto al aspecto técnico del en­
trenamiento, hay dos puntos particul ar­
mente importantes, a saber, el análisis de
las propias partidas y el estudio del medio
j uego. ¿ Cuál es la base teórica para afir­
mar esto? Cómo d ividir una partida en
distintas fases es un tema amplio y sujeto a
debate. Podemos decir que la partida se
divide en tres fases, o en cinco, nueve u
once. Las líneas divisorias lo son en rela­
ción a diferentes propósitos, pero los teó­
ricos coinciden en considerar el medio
juego como la fase clave, la fase de la par­
tida que ofrece mayor número de oportu­
nidades de ganar.
A fin de concentrarnos en el medio
juego, el equipo nacional no dio a los juga­
dores ninguna conferencia sobre apertu­
ras. ¿ Puede decirse que las aperturas de
los jugadores chinos son flojas a causa de
ello? Las cosas no son tan simples. No he­
mos oído aún ningún comentario negativo
acerca de las aperturas de nuestros j uga­
dores, por parte de oponentes extranjeros.
A juzgar por las partidas disputadas por
j u gadores c h i n o s en l a s ú l t i m a s c i n co
Olimpiadas (unas 500 partidas en total) ,
encontramos u n número aproximado de

partidas ganadas y perdidas sobre la base
de la apertura. El equipo nacional (de en­
trenadores) insiste en el principio de que
deberíamos estudiar por encima de todo
nuestras propias partidas, y la consecuen­
cia de ello es que cuando los resultados de
una apertura son dudosos, los jugadores
disponen, al menos, de " un programa de
reparaciones". Posteriormente, guardarán
sus partidas en su base de datos y busca­
rán el modo de mej orar sus aperturas.
Cuando saben que son más f lojos en una
apertura que su oponente, no gastan mu­
cho tiempo en ella, sino que concentran
sus energías en el medio juego.
Los jugadores occidentales son fuertes
en el pensamiento lógico. Le prestan más
atención a las reglas y a los métodos cien­
tíficos de entrenamiento. Las reglas del
juego en la apertura son relativamente fá­
ciles de aprender. En el pasado, las cuatro
escuelas principales descubrieron y divul­
garon una gran cantidad de conocimientos
acerca de las aperturas. Realizaro n , en
particular, descubrimientos acerca de l a
fase d e transición d e la apertura a l medio
juego. La conclusión es que los jugadores
occidentales son más fuertes en la apertu­
ra que los jugadores chinos. Tienen más
experiencia y conocimientos en este cam­
po. Si los jugadores chinos quieren com­
petir con los occidentales en el terreno de
las aperturas, n ecesitarán e ntre diez y
veinte años para lograr superioridad teóri­
ca. Si hay otro área en la que los jugadores
chinos pueden apoderarse de la iniciativa
fácilmente, no necesitan invertir grandes
cantidades de tiempo en las aperturas .
Un a vez que n uestros jugadores se hayan
situado en tre los trein ta primeros del ran­
king mun dial, y n o n ecesiten demostrar su
capacidad, pueden modificar el tema cen­
tral de sus estudios.
EL ARTE DEL PENSAM I E NTO 21
Los finales básicos pueden estudiarse
dentro del entramado de una clasificación
generalmente establecida. Hay gente que
ha realizado investigaciones sobre este te­
ma durante más de cuatrocientos años y
descubierto numerosas reglas para el ma­
nejo práctico de finales complejos. En este
apartado, los jugadores chinos tienen mu­
cho por hacer también para alcanzar el ni­
vel de los jugadores occidentales. Un mé­
todo efectivo de lograrlo es que cada aje­
drecista juegue más finales siendo aún un
niño. De esta forma, puede absorber los
conocimientos y reglas del j uego en el fi­
nal. Es más difícil descubrir y asimilar las
reglas del medio j uego. Aunque mucha
gente perceptiva comprende la importan­
cia del medio juego, aún no han encontra­
do una forma verdaderamente científica
de descubrir sus principios. Para aquellos
j ugadores occidentales acostumbrados a
las reglas y conocimientos científicos, los
métodos del medio juego son una especie
de rompecabezas. En este punto podemos
decir que los jugadores chinos pueden ex­
plotar esta debilidad de los jugadores occi­
dentales. En el medio j uego un j ugador
debe ser independiente, creativo, y sensi­
ble a la naturaleza de la posición. Sólo en
esta zona es donde los jugadores chinos
pueden exhibir todo su talento.
¿Cuál es el carácter de la Escuela Chi­
na? Los teóricos británicos no lo tienen
muy claro, pero sí tienen una idea. El ca­
rácter se vuelve realidad sólo cuando al­
guien estudia las partidas de los jugadores
chinos y las compara con las de los jugado­
res occidentales.
En 1 988 y 1 989, en un a larga con feren ­
cia organ iz ada por la A sociación de Aje­
drez de Chin a y un con greso n acion al de
en tren adores, comen té diecisiete temas.
El tema prin cipal era el en tren amien to, la
22 LA ESCU ELA C H I N A D E AJ E D R EZ
selección de jugadores de talento, el me­
canismo de competición y demás. Conser­
vo mis notas para ese discurso hasta la fe­
cha. Lo primero que escribí fue: " Métodos
de jugar al ajedrez con modelos de pensa­
miento del XiangQi."
El estilo de pensamiento del XiangQi
es, en realidad , la forma de p e nsar del
pueblo chino, porque el XiangQi es popu­
lar en China: se trata de un juego que he­
mos estado j ugando durante más de mil
años. Puede decirse que en el transcurso
de su historia, el XiangQi ha sido impreg­
nado por la esencia del pensamiento chi­
no. I nversamente, el estilo de pensamien­
to característico del XiangQi se ha vuelto
inseparable de la vida cotidiana de la gen­
te. Que un individuo sepa o no jugar, el es­
tilo de pensamiento del pueblo chino con­
tiene la sombra o reflexión del pensamien­
to del XiangQi, y el carácter de la Escuela
China de ajedrez consiste en aplicar el es­
tilo chino de pensamiento al ajedrez. En
este punto, sin embargo, se requiere una
mayor explicación.
Mucha gente china, educada en la cul­
tura occidental, piensa que es su obliga­
ción criticar el tradicional estilo chino de
pensamiento. Quisieran volver a nacer y
erradicar por completo este pensamiento
tradicional, pero en mi opinión les resul­
taría muy difícil hacerlo . Puede decirse
que la forma de pensamiento chino está
implantado en sus cerebros casi desde su
nacimiento. Podemos decir que el pensa­
miento chino tradicional es "el p en sa­
miento del Libro de los C ambios" o, co­
mo algunos dicen, "el pensamiento de los
Ocho Diagramas" . Volveré sobre este te­
ma en el capítulo 3. El Libro de los Cam­
bios puede ser visto como un libro de an­
tigua adivinación y fórmulas de brujería,
pero de hecho encarna un sistema com-
p leto de filosofía china. El filósofo ale­
mán Leibniz realizó un minucioso estu­
dio del Libro de los C ambios y los Ocho
Diagramas, y descubrió el sistema bina­
rio, que es el fundamento de la moderna
ciencia cibernética. Los sesenta y cuatro
diagramas del Libro de los C ambios en­
cajan con las 64 cifras de la herencia (bio­
lógica). Su principio sup lementario es si­
milar al yin y yang. Todo esto demuestra
que la intuición y la i nspiración p ueden
descubrir más acerca d e l a n aturaleza
esencial del mundo que los métodos cien­
tíficos. El pensamiento modelo del Libro
de los C ambios está reflej ado en el mo­
delo de pensamiento característico del
XiangQi.
En 1 984-85 escribí una serie de artícu­
los baj o el epígrafe Pensamiento filosófico
y cualidades ajedrecisticas. La serie inclu­
ye " O rigen y n aturaleza d e l aj e d rez " ,
"Ajedrez y computadoras e n l a educación
de ajedrez " , " Esencia y estrategia de la
competición" etc. Entre otros, "Origen y
naturaleza del ajedrez" fue p ublicado en
Literatura e Historia de la Educación Físi­
ca, en abril 1 986. El artículo p lanteaba
dos hip ótesis sobre el origen del ajedrez.
También presentaba las opiniones del Dr.
Chelevcour, un miembro del Instituto del
Lej ano Oriente, en la antigua Unión So­
viética. Según sus investigaciones, el aje­
drez se desarrolló a p artir del pensamien­
to del Libro de los C ambios. Las 64 casi­
llas se corresponden con los 64 diagramas;
los colores blanco y negro se correspon­
den con el yin y el yang. Valoro en grado
sumo los descubrimientos del Dr. C helev­
cour, pero al mismo tiemp o me gustaría
sup lementar y revisar algunos imp ortan­
tes detalles.
Quienes han estudiado historia del ar­
te saben que el origen del arte se sitúa en

Grecia. Es totalmente lógico suponer que
el aj edrez, en tanto que arte del pensa­
miento, se origine a partir de la filosofía
del Libro de los Cambios. Si esto es cierto,
explicaría por qué el modo de pensamien­
to chino está n aturalmente sintonizado
con la lógica interna del ajedrez. Explica­
ría por qué algunos extranjeros han dicho
que "en los chinos, su h abilidad para el
ajedrez es innata. " El ajedrez es una crea­
ción humana. Es la cristalización de la
ciencia, el arte y el deporte. En el curso de
su historia fue evolucionando de imagen
del universo a imagen de la sociedad. Las
investigaciones y conocimientos del juego
no pueden separarse del estudio de la na­
turaleza del ajedrez.
Cuando la gente habla de la naturale­
za conservadora del modo de pensamien­
to chino tradicional, se están refiriendo a
sus cualidades de constancia y modera­
ción. Sin embargo, un elemento de con­
servadurismo no excluye la iniciativa ni la
facilidad para la innovación. En este sen­
tido, hay dos máximas que vale la pena ci­
tar: " Logre la maestría atacando sólo des­
pués de que el enemigo haya atacado", y
"no realizaré ningún movimiento si mi
enemigo no se mueve; si el enemigo trata
de efectuar un movimiento, yo me move­
ré primero. " Esta tendencia caracteriza a
las seis mejores j ugadoras chinas (aunque
el estilo de Xie J un se haya modificado un
tanto en años recientes). Podemos enten­
der rápidamente que puesto que nadie les
enseñó aperturas, ninguna es muy buena
en esa fase, lo que es normal. Pero una
vez que la apertura ha finalizado, las juga­
doras chinas comenzarán a atacar a sus
oponentes con toda la habilidad y cuali­
dades de que disponen. Tienen confianza
en sí mismas. Sus oponentes, por otra par­
te, parecen estar atadas: no consiguen en-
E L ARTE DEL PEN SAMI E NTO 23
contrar buenas contramedidas, y gradual­
mente van inclinándose hacia la derrota.
Los filósofos han dicho que el Libro de
los C ambios se caracteriza por su visión
del conj unto, pero que su inconveniente
radica en "desdeñar los detalles de forma­
lización y cantidad. " Se cree que ésta es
una de las razones por las que la ciencia y
la tecnología chinas se han quedado atra­
sadas en los tiempos modernos. No estoy
de acuerdo con esa opinión. En cuanto a
l a correcta comprensión de este tema,
pretendo pl antear mis argumentos en
otro libro. Lo que quiero decir es que hay
muchas cosas que, definitivamente, no
necesitan de la cantidad, y una de esas co­
sas es el aj edrez. Los jugadores chinos,
con su instintiva comprensión del Libro
de los C ambios deberían confiar en ellos
mismos y realizar un pleno uso de su ta­
lento.
Aunque no estoy explicándolo todo
acerca de la Escuela China de ajedrez, de­
bido a las necesidades de un equipo chino
en futuras competiciones internacionales,
los puntos que aquí he señalado deberían
constituir indicación suficiente acerca de
la verdadera naturaleza de la Escuela. La
tabla que sigue aporta una sencilla pers­
pectiva de las principales escuelas de aje­
drez.
La competición entre la Escuela China
y la Escuela Soviética (mej or ll amarla
ahora Escuela Rusa) apenas está empe­
zan d o . Se p r o l o ngará d u rante mucho
tiempo, al menos entre 20 y 50 años. Aun
cuando los jugadores chinos superen a los
rusos en las competiciones masculinas, la
Escuela Rusa continuará existiendo du­
rante un considerable período. Pero la Es­
cuela C hina predominará en el mundo del
ajedrez. Porque es la lógica necesaria de la
historia del ajedrez.

Veinte años después de disputada la
partida que abrió este capítulo, China ga­
nó la Olimpiada Femenina ( 1 998) y se cla­
sificó en quinto lugar en hombres. La par­
tida que sigue fue la más brillante jugada
allí por un ajedrecista chino.
Blancas: Alterman ( Israel)
Negras: Peng Xiaomin (China)
Olimpiada de Elistá 1 998
Defensa India de Rey
Alterman y P e n g son a m b o s grand e s
maestros internacionales . A lterman es
el capitán del equipo israelí. Ha visitado
China en tres ocasiones, y está muy bien
familiarizado con los estilos y caracterís­
ticas de j uego de los ajedrecistas chinos.
Peng nació el 8 de abril de 1 973 en Han­
dan, provincia de Hebei. Solía j ugar al
XiangQi. Lo seleccioné para e l equipo
nacional. Por entonces era el miembro
más joven del equipo, y no era tan fuerte
como otros, que eran los más destacados
de sus respectivas ciudades. Por esta ra­
zón otro entrenador nacional objetó que
se le selecci o n ase . A fo rt u n a d amente,
ese entrenador no tenía l a última pala­
bra. Medio año más tarde , Peng h abía
experim e n t a d o u n r á p i d o y b r i l l a n t e
progreso, y el entrenador q u e se había
opuesto a su designación, me reconoció:
"Usted tenía razón y yo estaba equivo­
cado."
Alterman y Peng se enfrentaron en el
primer tablero. Los jugadores que defien­
den el primer tablero no son necesaria­
mente los mejores de sus respectivos paí­
ses, pero el papel asignado les concede un
carácter simbólico, como representantes
de sus naciones.
1 d4 tt:Jf6 2 c4 g6 3 tt:Jc3 �g7 4 e4 d6
E L ARTE DEL PENSAM I ENTO 25
Una posición estándar en la Defensa
India de Rey. Actualmente disponemos
de documentación que demuestra que la
posición del diagrama se produjo, por pri­
mera vez, en una partida j ugada en Ale­
mania en 1 883. En tal ocasión las blancas
eligieron 5 g3, y el resultado del juego fue
tablas. En 1 885, otra vez en Alemania, el
esquema negro fue adoptado por Siegbert
Tarrasch, una de las mayores figuras de la
Escuela Clásica.
La India de Rey, la Grünfeld, la Nim­
zoindia y la India de Dama son defensas
semicerradas, que fueron vigorosamente
preconizadas por los teóricos hipermoder­
nos. Tarrasch , por otra parte, que era
blanco de las críticas de los hipermoder­
nos, consideraba que el juego cerrado ( 1
d4 d5) e r a el único método "científico"
para las negras. Se trata, pues, de un chiste
histórico ¡ que uno de los primeros jugado­
res en emplear la India de Rey fuese el
propio Tarrasch ! Por cierto: perdió la par­
tida. Naturalmente, jugar una apertura en
una ocasión no significa que se la valore
especialmente. El método empleado por
el oponente de Tarrasch (Englisch) se co­
noce ahora como Ataque de los Cuatro
Peones: 5 f4 0-0 6 tt:J f3 tt:J bd7 7 �e2 eS
8 dxe5 dxe5 9 fxe5 lZJ g4 1 O � g5 'iV eS
26 LA ESCU ELA C H I N A DE AJ E D R EZ
1 1 ltJd5 ltJgxe5 1 2 .Yle7?! ltJxf3+ 1 3 .Ylxf3
c6 14 .Yl xf8 iVxf8 1 5 ltJ c3 � eS 1 6 iV b3
ltJe5 1 7 0-0-0? ! No está claro qué pensaba
Tarrasch en este momento de la partida.
Lo cierto es que tomó el peón, con 17 . . .
ltJ xc4 , y d e s p u é s d e 1 8 � d 8 + .Yl f 8 1 9
� hd 1 , l a partida quedó prácticamente
sentenciada. Las negras debían haber ju­
gado 17 . . . .Yl e6 y si, entonces, 1 8 iVxb7,
podrían seguir con 1 8 . . . � f8 1 9 .Yl e2
ltJxc4 20 .Ylxc4 �xc4 21 iYb3 iVc5 22 'ik'c2
� b8. En vista de sus amenazas contra la
posición del rey blanco, las negras tienen
compensación por su sacrificio. Después
de la jugada 1 7, no puede decirse que las
blancas tengan ventaja.
En cuanto al Ataque de los Cuatro Peo­
nes, los métodos y opiniones de la teoría
actual son absolutamente distintos de los
vigentes hace más de un siglo.
La Defensa India de Rey fue desarro­
llada más tarde por Savielly Tartakower,
una de las figuras representativas de la Es­
cuela Hipermoderna. El quinto campeón
del mundo, M ax E uwe, realizó nuevos
avances en su teoría. E n la ex Unión So­
viética, varios teóricos de la E scuela Rusa
(como Kasparian, Yudovich, Flohr, Bon­
darevsky y el séptimo campeón mundial,
Smyslov) investigaron sistemáticamente la
apertura en los años cuarenta. (Es sor­
prendente que el autor no cite a Geller, Bo­
leslavsky y Bronstein, sin la menor duda
los mayores teóricos y prácticos de la India
de Rey, y principales responsables de su
primera ola de popularidad. N. D. T.) Dos
jugadores que más tarde amarían con pa­
sión la India de Rey fueron Bobby Fischer
-el americano que, tras haber vencido a
casi todos los grandes maestros soviéticos
d estacad o s , se convirtió en undécimo
campeón mundial-, y Gari Kasparov. No
es sorprendente que la autoridad de todos
estos famosos jugadores haya convertido a
la defensa es una de las aperturas más po­
pulares de nuestros días.
E n l a b a s e de d at o s d e l p r o g r a m a
Chess Assistant, q u e contiene un millón
largo de partidas, hay más de 1 60 de Peng
Xiaomin (hay muchas más partidas suyas
jugadas en China, que no pueden encon­
trarse en la base) . Contra la apertura de
peón dama, Peng elegía la Defensa India
de Rey en cada ocasión. Puede parecer
que esa coherencia le facilita a las blancas
la preparación de la partida. En realidad,
sin embargo, las blancas se ven enfrenta­
das a un dilema. Por un lado, pueden tra­
tar de explotar su ventaja espacial para si­
tuar a las negras en una difícil posición.
Por otro lado, puesto que las líneas princi­
pales de la India de Rey tienden a ser más
y más complej as, tienen que considerar
cómo neutralizar eficazmente los podero­
sos contragolpes de las negras. Algunas ci­
fras pueden arroj ar alguna claridad . La
posición del diagrama inicial aparece en
más de 30.000 partidas. De éstas, el 28 %
fueron ganadas por las blancas y el 30%
fueron tablas, pero las negras se impusie­
ron en el 42% restante. Naturalmente, es­
tas cifras están suj etas a la debida inter­
pretación en cuanto al nivel de los jugado­
res. Pero, en cualquier caso, el número de
victorias negras es tan alto que la apren­
sión de las blancas es más que razonable.
Teóricamente, la posición de las blancas,
después de cuatro jugadas, es buena, pero
no puede decirse que su estructura sea su­
perior a la de las negras.
5 h3
En una época, la respuesta mayoritaria
era 5 f3, pero hoy en día esa respuesta no
es tan popular como 5 ltJf3 ó 5 .Yle2. En la
base de datos hay casi 3.000 partidas con 5
f4, pero puesto que las blancas no logran

ventaj a, tras una serie de cambios más o
menos forzados, el sistema casi ha desapa­
recido de la práctica magistral. H asta ju­
nio de 1999, hay un total de 1 .302 partidas
con S h3, una j ugada que ha reaparecido
en el repertorio de algunos grandes maes­
tros. Francamente, no creo que S h3 sea la
mejor forma de combatir la Defensa I ndia
de Rey.
5 0-0 6 � g5 tt:Ja6
•••
Si con s u l t a m o s l a Enciclop edia de
Aperturas de Ajedrez publicada en Yugos­
lavia (ECO, lnformator, tomo E. N.D.T.),
podemos ver que, por desgracia para los
usuarios del libro, esta secuencia de juga­
das no se encuentra. El propósito de la úl­
tima jugada negra es seguir con ... e7-eS y
obligar a las blancas a ceder el control de
cS. El caballo negro puede entonces ocu­
par esta casilla, amenazando el peón de
e4. El mismo objetivo puede conseguirse
llevando el caballo a d7, pero un inconve­
niente, en este caso, es que el caballo obs­
truye la diagonal del alfil dama. En la pre­
sente partid a surgirá inesperadamente
otra posibilidad: el caballo podrá ir a b4,
lo que no sería posible de haberse desa­
rrollado por d7.
7 t2Jf3 eS
Hay más partidas con 7 ... 'iYe8 que con
7 ... eS . El propósito de 7 ... 'iYe8 es evitar
el cambio de damas tras 7 . . . eS 8 dxeS
dxe5 9 'iYxd8. Peng Xiaomin no teme una
posición simplificada, pero en esta partida
previó que las blancas no jugarían así.
8 d5
La única forma de asegurarse ventaj a
de espacio. N o hay por qué gastar tiempo
en una jugada como ésta. Si se produce al­
gún defecto en el esquema blanco, habrá
que buscar las razones en otra parte.
8 'iVe8
•••
Preparando la siguiente j ugada, que
E L A RTE D E L PENSAM I ENTO 27
despej a el camino para el contraataque
.. .f7-fS . Esta posición se encuentra en 91
partidas.
9 g4
La posición del diagrama aparece en
8S partidas. Las jugadas S h3, 6 �g5 y 9 g4
conforman un plan coherente.
La e s t r a t e g i a fun d a m e n t a l de l a s
blancas, e n l a I ndia d e Rey, e s atacar en
e l flanco de dama, gracias a su ventaj a
espacial, a fin d e someter a l a s negras a
una fuerte presión. Las negras optan por
la ruptura .. .f7-f5 para contraatacar en el
flanco de rey. Los estudios teóricos indi­
can que el ataque blanco es más efectivo
que el negro , y la práctica, hasta cierto
punto, respalda este veredicto. En mu­
chas partidas, sin emb argo, las n egras
han demostrado que, mod ificando sus
métodos de ataque, pueden poner en pe­
ligro al rey blanco. Como consecuencia,
las blancas han evolucionado sus planes,
para limitar la agresión de las negras,
abriendo la columna g y creando sus pro­
pias amenazas en el flanco de rey, como
podrá verse en la presente partida. La
cuestión clave es dónde se situará el rey
b l anco. Si encuentra un refugio fiable,
las blancas podrán montar un feroz ata-
28 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
que en las columnas g y h contra el rey
negro.
Es evidente, a partir del diagrama an­
terior, que después de sus activas jugadas
en el flanco de rey, las blancas no van a si­
tuar su rey en ese sector del tablero. Si lo
dej an en el centro , quedará demasiado
cerca de la línea "de fuego", una vez que
se abra la columna f. Parece, por tanto,
que el único lugar aceptable para refugiar­
se es el flanco de dama. Por un tiempo in­
definido, las blancas pueden dejar su rey
donde está, a fin de ganar tiempos para el
ataque en el flanco de rey, y si surge peli­
gro, entonces podrán enrocar en cualquier
momento.
E sto no significa que las blancas estén
necesariamente seguras tras el enroque
largo. Cuando ambos contrincantes enro­
can en flancos opuestos, cada uno puede
atacar al rey contrario, y en tal caso vale la
pena pagar cualquier precio por llegar an­
tes al rey enemigo. El factor clave es la ve­
locidad y la creación de recursos tácticos
inesperados.
9 l2Jd7
...
En muchas líneas de la I ndia de Rey
las negras llevan este caballo a h5, desblo­
queando el peón f y disponiéndose a sal­
tar, caso necesario, a f4. Esta jugada pue­
de implicar un sacrificio de peón, lo que se
traducirá en la apertura de la diagonal h8-
a1 , especialmente importante cuando las
blancas han enrocado largo.
En la presente partida el caballo no
puede ir a h5, pero sí a d7. E sta posibili­
dad puede considerarse un punto más a
favor de 6 ... l2J a6.
9 ... l2Jd7 aparece en 34 partidas, pero
no es el único plan de las negras en esta
posición. Hay 15 partidas con 9 ... �h8, 1 9
con 9 ... l2Jc5, 1 2 con 9 ... ii.d7, etc.
10 l2Jd2
Las blancas muestran mayor preferen­
cia por lO l:t gl , que se produce en 23 par­
tidas, mientras que lO lZJ d2 sólo se en­
cuentra en cinco. A l j ugar l O l2J d2 , las
blancas quieren inducir a su rival a la línea
de juego que conduce al diagrama siguien­
te, una posición especial que A lterman
había estudiado de antemano. También se
puede llegar a la misma posición por in­
versión de j ugadas, con l O .J:. g1 � h8 1 1
l2Jd2 f5, etc., pero las negras pueden optar
por una jugada distinta a lO ... �h8.
La continuación principal es 1 0 1:. gl
� h8 1 1 'iYd2, que le impide a las negras
empujar su peón f, en vista de que después
de 1 1 . . . f5 1 2 gxf5 gxf5 13 ii. h6 l:t g8 1 4
ii.xg7 1:. xg7 1 5 1:. xg7 �xg7, el rey queda
demasiado expuesto. Por consiguiente, las
negras elegirán 1 1 . . . l2J dc5 , cuando las
blancas no pueden forzar acontecimientos
en el flanco de rey.
10 ... f5 11 gxf5 gxf5 12 l::l g1 � h8
La partida ha entrado por completo en
la fase del medio juego.
La base de datos contiene cuatro parti­
das con la posición del diagrama: dos con­
tinuaron con 13 a3, una con 13 ii.d3 y otra
con 1 3 exf5. Tres de estas partidas fueron
tablas, y las blancas perdieron la cuarta.

La práctica demuestra, entonces, que la
posición blanca no es superior. Ambos
bandos han desarrollado sus fuerzas, pero
puesto que el problema de la seguridad
del rey blanco no ha sido del todo resuel­
to, las negras tienen sus posibilidades. Su
flanco de rey no es compacto, pero por el
momento las blancas no disponen de efec­
tivos adecuados para atacarlo. Alterman,
sin embargo, probablemente tenía una
evaluación diferente, y no sólo introduj o
una jugada nueva, sino que había diseña­
do una estrategia a gran escala para atacar
al rey negro.
13 i,. e2
É sta es la innovación. ¿Cómo respon­
derán las negras?
13 ... ltJ f6
Necesario, ya que las blancas amena­
zaban 14 i,.h5.
14 �c2
Amenazando el peón de f5 y obligan­
do a las negras a desvelar sus planes. Al
mismo tiempo, las blancas liberan la casi­
lla d1, preparando el enroque largo. Más
adelante, pueden doblar torres en la co­
lumna g y cambiar el alfil de casillas ne­
gras. Las blancas son optimistas acerca de
su inminente ataque en el flanco de rey.
14 ... ltJxe4
La jugada de Peng Xiaomin fue reali­
zada tras cuidadosa consideración. Super­
ficialmente, 14 . . . fxe4 parece ser lo mis­
mo, pero podría contestarse con 15 i,.xf6
i,.xf6 16 ltJdxe4. Aunque el alfil de casi­
llas negras no tiene rival, queda encerrado
por el inmutable bloqueo del peón eS.
15 ltJdxe4 fxe4 16 'iYxe4
Puede que a Alterman no le gustase
16 ltJxe4 i,.f5 17 f3 �h5, cuando 18 0-0-0
no es bueno, debido a 1 8 . ltJ b4 1 9 �d2
..
(19 �b3 i,.xe4) 1 9 ... ltJxa2+ 20 �b1 ltJb4
21 �xb4 i,.xe4.
E L ARTE DEL PENSA M I E NTO 29
16 ... .,trs 11 �h4
Disponiéndose a enrocar largo, segui­
do del cambio de alfiles con i,. h6 . Las
amenazas blancas en el flanco de rey son
considerables.
17 .. ltJ b4 18 0-0-0
.
No sabemos si 1 7 �h4 ó 18 0-0-0 for­
maban parte de la preparación previa de
Alterman, pero debe haber considerado
normales a estas j ugadas. La iniciativa
blanca en el flanco de rey parece coronar
la estrategia de apertura, pero ...
18 ... ltJ xa2+!
Un tremendo shock para las blancas.
Si hubiesen previsto esta j ugada, no ha­
brían efectuado el enroque largo. Juga­
dor experimentado, Alterman miraba el
tablero, perdido en sus pensamientos.
Se despertó del sueño de ganar la parti­
da, y comprendió que perdería, tomase
o no el cabal lo. Pero nadie sabe exacta­
mente en qué estaba pensando. Tal vez
se preguntaba dónde se había equivoca­
do.
E stá claro que 1 8 0-0-0 es una mala ju­
gada, pero aunque 1 8 .i:. d1 ó 1 8 l::t cl le
permitirían a las blancas seguir luchando,
la iniciativa pasaría a manos de las negras.
La mejor de estas dos jugada�. es 1 8 ll cl ,
30 LA ESC U E LA C H I N A D E AJ E D R EZ
dejando libre d1 para el rey. Después de
1 8 ... lt.Jc2+ 19 �dl lt.Jd4, este caballo, que
parecía pobremente situado en a6, domi­
na ahora totalmente la posición blanca.
Alterman seguramente tendría que optar
por 20 i.e3 i. g6 21 i. g4 lt.J f5 ! 22 i.xf5
l::t xf5 , cuando la iniciativa negra es evi­
dente. La estrategia de las jugadas 13 i.e2
y 14 'ik'c2 parece haber fallado por com­
pleto.
19 tt.Jxa2
Después d e 1 9 � d2 ttJ xc3 20 bxc3
'ik'a4 21 :a. el 'ik'xa2+ 22 c;f;>e1 aS 23 i. e3
l::t f6 24 i. g5 'ik'b2 25 :a. g3 � af8 26 l:1 dl
:a. 6f7, l as blancas tienen un peón menos,
con peor posición. La victoria de las ne­
gras sólo debe ser cuestión de tiempo.
19 'ii'a4 20 i.d3 'li'xa2 21 i.h6 i.xh6+
.•.
22 'ifxh6 'ii'al+ 23 c;f;>c2 i.xd3+ 24 c;f;>c3
Las b l ancas están peor, después d e
2 4 c;f;>xd3 e4+.
24 •.• 'ii' a 5+ 25 c;f;> xd3 .1::[ f7 26 l::t g3 'li'a4
27 la el 'ik'b3+
Las blancas se rindieron.

E STRATE GIA EN ACCIÓN
i alguna vez tengo tiempo, no hay
S duda de que escribiré un libro so­
bre el p e n s a m i e n t o e s tratégico.
Durante los 40 años pasados, nunca he
dej ado de estudiar este vasto e impor­
tante tema. El pensamiento estratégico
es uno d e l o s c i n c o m o d o s d e p e n s a ­
miento, siendo los otros cuatro: ( 1 ) e l
pensam i e n t o e m p írico , ( 2) e l p e n s a­
miento form a l o l ógico , ( 3) e l p e n s a ­
miento dialéctico , y ( 4) el pensamiento
intuitivo (pensamiento e n imágenes) .
El pensamiento estratégico e s l a síntesis
de los otros cuatro modos de pensamien­
to, pero se encuentra más allá de l a sín ­
tesis.
Considero el sistema teórico de pensa­
miento estratégico como el fundamento
de la Escuela China de ajedrez. E n este
capítulo incluyo dos ejemplos de este mo­
do de pensamiento en acción.
LA PRIMERA VICTORIA
DE UN JUGADOR CHINO CONTRA
UN GRAN MAESTRO
En diciembre de 1 965, Nikolai Krogius li­
deraba una delegación soviética que visitó
China. Jugaron tres matches contra equi-
31
pos chinos, en Pekín , Shanghai y Hangz­
hou. Y o tomé parte en el match de Hangz­
hou.
E n cada partida un jugador establece
un objetivo. El mío, en esta ocasión, era
ganar a toda cost a , por las razones si­
guientes: (1) las relaciones entre China y
la U RSS se encontraban tirantes. Como
patriota, quería vencer al gran maestro
soviético y ventilar de esta forma mis sen­
timientos, en nombre del pueblo chino.
(2) Era la primera vez que jugaba contra
un gran maestro, y tenía la ventaja de las
piezas b l ancas. Se trataba de una rara
oportunidad. Por aquellos años, los juga­
dores chinos tenían escasas oportunida­
des de tomar parte en torneos internacio­
nales: era casi tan difícil como escalar el
cielo. (3) Por entonces tenía veinticinco
años, era joven y combativo. (4) Antes de
esta partida, había tomado parte en cinco
matches contra jugadores soviéticos, ga­
nando tres partidas y haciendo tablas en
las dos restantes. E ra un buen resultado,
de modo que confiaba en mi fuerza y en
mi decisión de j ugar a ganar. (5) Mi per­
sonalidad y carácter de profesional del
ajedrez me daban fuerza mental, espíritu
de lucha y una disposición ambiciosa en
cada partida.
32 LA ESC U E LA C H I N A DE AJ E D R EZ
Blancas: Liu Wenche (China)
Negras: Nikolai Krogius (URSS)
Hangzhou 1 965
Giuoco Piano
1 e4 e5 2 tt:Jf3 tt:Jc6 3 �c4 �c5
El Giuoco Piano (o Apertura Italiana)
es una de las aperturas más antiguas. E n
comparación con otras partidas abiertas,
es fácil de aprender y de jugar. En la épo­
ca en que se jugó esta partida, hacía poco
m á s de un a ñ o q u e h abía p a s a d o d e l
XiangQi (ajedrez chino) al ajedrez con­
vencional. Mis conocimientos de ajedrez
eran bastante limitados. Sigo recordando
que tenía tres sesiones de entrenamiento
diarias, sin exceptuar los sábados. Sólo los
domingos me concedía medio día libre pa­
ra visitar a mis padres. Después de comer,
regresaba al centro nacional de entrena­
miento, cuya sesión comenzaba por la tar­
de. Acabé de leer cinco tomos de A Com­
plete Collection of Chess Endings (Colec­
ción completa de finales de ajedrez) en un
año. Tomé notas de estos libros, y realicé
numerosas investigaciones sobre medio
j uego y aperturas. Sin embargo, no tenía
material suficiente de estudio, y seguía
siendo un novato. Por consiguiente, mi re-
pertorio de aperturas no era lo bastante
amplio . Con blancas abría el j uego con
peón de rey. Si mi rival respondía simétri­
camente, llevaba mi alfil a c4. Con negras,
contestaba a 1 e4 con 1 ... e5, o con la De­
fensa Pire. Contra el peón dama, emplea­
ba la Defensa Grünfeld. E n mi partida de
la quinta ronda, en este match contra l a
URSS, jugaba con negras contra Shatskes.
La partida fue una Grünfeld y gané. Fue
la única victoria china en aquella ronda.
Recuerdo que los otros cinco j ugadores
soviéticos, a partir de ese momento, des­
preciaban a mi oponente. No esperaban
que los j ugadores chinos hubiesen alcan­
zado un nivel lo bastante alto como para
vencerles. Habían perdido una partida .
Bueno, cuestión d e mala suerte. E n su
mente, el nivel de los jugadores chinos se­
guía siendo el mismo que cuando habían
visitado el país en 1 958 y 1 963.
Mi principio inspirador era no compe­
tir con mi oponente en conocimientos de
apertura, sino trasladar el foco de la lucha
al medio j uego, porque era la única fase
en que yo, como ex j ugador nacional de
XiangQi, podía mostrar mis mejores cuali­
dades.
4 c3
Mi base de datos contiene un total de
2.840 partidas con 4 c3 (hasta finales de
1 998). Nunca he considerado pasar a 4 b4,
el G ambito E vans. Había estudiado e l
gambito, pero no pude encontrar la forma
de ganar con él.
4 tt:Jf6 5 d4
...
Ocupando el centro de inmediato. La
base de datos tiene 1 .563 partidas con esta
jugada, pero mi partida con Krogius no se
encuentra entre ellas. En tanto que perde­
dor, Krogius ciertamente no se apresuró a
divulgarla, y los contactos chinos con el
exterior eran limitados. No estamos habi-

tuados a presentarnos al mundo y, en cier­
to modo, carecemos de habilidad para ha­
cerlo.
Hoy en día, pocos profesionales de al­
to nivel juegan 5 d4. Esto es debido a que
una jugada así puede fácilmente conducir
a cambios y simplificaciones. La teoría ac­
tual se centra en 5 d 3 , que en realidad
transforma una posición abierta en cerra­
da. Por entonces había comenzado a estu­
diar teoría aj edrecística, y apenas tenía
idea de lo que era un sistema teórico. Co­
menzaba mis partidas copiando alguna fa­
mosa apertura, sin captar su esencia: ¡ algo
así como tratar de domar a un tigre, cuan­
do sólo se ha ensayado con un gato !
5 exd4 6 cxd4 .tb4+ 7 .td2
...
La base de datos tiene 645 partidas con
7 .td2, pero 728 con 7 lt:Jc3. Los jugadores
creen que la última concede mayores posi­
bilidades. Implica un sacrificio de peón:
7 ... tt:Jxe4 8 0-0 .txc3 9 d5, y ahora las ne­
gras pueden elegir entre 9 . . . .t f6 y 9 . . .
lt:J e5 . E l tomo C d e l a Enciclopedia de
Aperturas evalúa la situación como con­
fusa.
7 .txd2+
...
E l inmediato cambio de alfil es nor­
mal, aunque también es j ugable 7 ... tt:Jxe4
ESTRATEGIA EN ACC IÓN 33
( h ay 5 4 partidas con esta j ugada) . Ta­
rrasch, una figura representativa de la Es­
cuela Clásica, j ugó así en 1 892. En el to­
mo C de la Enciclopedia se indica esta
continuación como muestra: 7 . . . tt:J xe4
8 .txb4 tt:Jxb4 9 .txf7+ c;t>xf7 10 'iVb3+ d5
1 1 tt:J e5+ <;i;> e6 12 'iVxb4 c5 13 'iVa3 cxd4
14 lt:Jf3 'iVb6 1 5 0-0 �f7 16 lt:Je5+ c;t>e6 17
ttJ f3 . L e v e n fi s h , un t e ó r i c o d e la ex
URSS, evaluaba la posición como igua­
lada.
Hay muchas diferencias entre los juga­
dores extranjeros y los chinos al comentar
una partida. Sus objetivos, principios, me­
todología, etc., son diferentes. B ásicamen­
te, los j ugadores extranjeros siempre po­
nen la práctica por delante. Un teórico o
crítico siempre reproduce una partida y
luego expresa su conclusión. Nadie pre­
gunta si sus comentarios son correctos o
erróneos. Su propósito es mostrar la parti­
da a la gente, pero no realizar un análisis
teórico de ella. Por ejemplo: en cierta fase
de la partida (digamos, en la jugada dieci­
séis) , el crítico extranj ero pude concluir
que las blancas tienen ventaj a. Unos días
después, alguien introduce una mejora en
la jugada dieciséis, y puede decir que las
negras están mejor. Si usted cree que en­
tiende la posición mejor que otros jugado­
res, debe demostrarlo en la práctica. Los
chinos se preocupan más por la investiga­
ción original. Incluso pueden llegar a es­
cribir un libro sobre una apertura sin men­
cionar ninguna partida real. Cuando un
extranj ero lee un libro así, debe pensar
que el autor se habla a sí mismo, sin nin­
guna evidencia.
En cuanto a qué método es mejor, si el
chino o el extranjero, mi opinión es que
ambos tienen sus virtudes. El ideal sería
combinar los dos. En otras palabras, los
extranj eros deberían analizar más, pero
34 LA ESCUELA C H I N A DE AJ E D R EZ
los chinos deberían respaldar sus análisis
con más ejemplos.
Conozco algunos famosos grandes
maestros extranjeros, incluidos algunos teó­
ricos, por ejemplo Vladimir Tukmakov,
una autoridad en aperturas, que vive en
Ucrania. Una vez le pregunté qué pensaba
de la Enciclopedia de Aperturas. Curiosa­
mente, me dijo que este libro había sido
escrito para niños. Con esto podemos ver
que los extranjeros no se toman ese libro
demasiado seriamente.
Consideremos la línea que acabo de
mencionar. Aun cuando Levenfish evalúa
la variante como igualada, hay varios pun­
tos que requieren ulterior reflexión.
Posición después de JO W!/b3+
En este momento las negras j ugaron
10 ... dS, y las blancas incluyeron la inter­
media 1 1 liJeS+, antes de tomar el caballo
de b4. Las negras siguieron luego con 12 ...
eS, y las blancas tuvieron que sacrificar su
peón de d4, aunque fue un pequeño pre­
cio por la posición del rey negro en el cen­
tro. La cuestión es ¿qué pasa si las blancas
juegan 1 1 W!/xb4, sin dar antes el jaque? A
renglón seguido, ltJ b1-c3 plantearía un re­
to al centralizado caballo negro. Después,
el caballo blanco podría ocupar eS, donde
resultará "inatacable" . El alfil dama negro
no es que sea una mala pieza, pero no
puede crear ninguna amenaza al flanco de
rey, donde las blancas tienen una mayoría
de peones y un fuerte caballo en un puesto
avanzado. En realidad, las blancas pare­
cen tener mejores perspectivas. La recien­
te partida que sigue puede servir de ilus­
tración: 1 1 'iVxb4 l!t e8 12 0-0 �g8 13 ltJc3
ltJ xc3 1 4 bxc3 aS 1 S 'iV b3 b6 1 6 l!t fe 1
.l:t xe 1 + 1 7 l!t xe 1 � a6 1 8 l:. eS � c4 ?
19 'iVc2 'iVd 7 20 1:. e3 J:t e 8 21 ttJ eS W!/bS?
22 W!/fS 1:. f8 23 W!/e6+ ( 1 -0).
En algunas partidas (después de 7 . . .
ltJ xe4 8 � xb4 ltJ xb4 9 � xf7+ � xf7 1 0
W!/b3+ ), las negras s e abstienen d e jugar 1 0
. . . dS, porque n o quieren debilitar l a casilla
eS. Después de 10 ... �f8 1 1 W!/xb4+ 'IJ/ie7,
es forzado el cambio de damas, de modo
que las negras minimizan la desventaj a de
haber perdido el derecho a enrocar. Des­
pués de 12 W!/xe7+ �xe7 13 0-0 l:. e8, co­
mo en una partida Wedberg - Korman
( 1 987), la Enciclopedia considera la posi­
ción igualada. Pero ¿ de dónde saca esa
evaluación? Parece basarse en el resulta­
do de la partida citada, en la que las blan­
cas realizaron una jugada más, 1 4 ltJ a3, y
se acordaron las tablas.
Sin embargo, tras el cambio de damas,
las blancas no deberían realizar su siguien­
te jugada sin pensar. La partida ha pasado
directamente de la apertura al final. Te­
niendo en cuenta el escaso material exis­
tente y el incompleto desarrollo de las ne­
gras, las blancas deberían dejar su rey en
el centro y jugar, sencillamente, 1 3 lLl bd2.
Podría seguir: 13 . . . ltJxd2 (las negras no
tienen nada mejor; 13 ... dS debilita seria­
mente la casilla eS, cuando su futuro sería
triste, ni tampoco pueden mejorar la situa­
ción retirando el caballo) 14 �xd2 d6 (ne-

cesario, a fin de privar al caballo blanco de
la casilla e5, y abrir paso al alfil) 1 5 � he 1 +
�dS (la mejor defensa; después de 15 . . .
�f6 1 6 I:l acl c6 1 7 d5 ! �d7 1 S � c4 � aeS
19 I:l f4+ � g6 20 � xeS � xeS 21 tt:J h4+
� h6 22 I:l f7 I:l dS 23 f4, las blancas tienen
excelentes perspectivas) 16 I:l e3 (una bue­
na jugada, que fuerza un cambio de torres,
ya que después de 16 ... � fS 17 I:l ae 1 �g4
18 I:l e7, será difícil para las negras defen­
derse a la l arga) 1 6 . . . � eS 1 7 li xeS+
�xeS 1S 1:1 el + � fS 19 1:. el c6 20 d5 �d7
21 tt:Jg5 � gS 22 tt:J e4, y las blancas final­
mente penetran hacia las debilidades del
campo negro. Esta línea no es la única po­
sibilidad, pero muestra lo difícil que resul­
ta la defensa de las negras. Parece que
siempre están a punto de consolidar su po­
sición, pero nunca lo consiguen.
La impresión general es que 7 ... tt:Jxe4
no logra garantizarle a las negras un juego
igualado.
8 ltJbxd2 d5
H ay 20 parti d a s con la j ug a d a S . . .
ltJxe4. El excampeón mundial Bobby Fis­
cher jugó así en el Campeonato de EEUU
1 963 . Su oponente, Mednis, continuó: 9
'ife2 d5 10 tt:Jxe4 0-0 1 1 0-0-0 �g4 12 h3
�xf3 13 gxf3 dxc4 14 'iYxc4 'iYh4 15 � b 1
ESTRATEG IA EN ACCIÓN 35
'iYf4 16 d5 tt:J e5 17 'iYxc7 � acS 1S 'iYd6
� cdS (igualdad, según la Enciclopedia) 19
'iYc7 1:1 eS 20 'iYd6 ll fdS (20 .. . I:l cdS po­
dría llevar a tablas por repetición, pero el
j oven Fischer j ugaba a ganar) 21 VJI/ e7
tt:Jxf3 22 d6 tt:J e5 23 l:t. he1 � d7 24 VJI/g5 ? !
Las damas desaparecieron y el peón d e d6
sucumbe. Creo que las blancas deberían
haber sacrificado su dama con 24 tt:Je5. En
tal caso, después de 24 . . . I:l xe7 25 dxe7
1:t eS 26 � dS f6 27 1:t xeS+ � f7 2S .:t. gS
� xe7 29 n xg7+, las b lancas quedarían
con la ventaj a material de dos torres y ca­
ballo contra dama y caballo.
El problema con S ... tt:Jxe4 es un plan
concebido por el gran maestro Makary­
chev, otro teórico de la ex Unión Soviéti­
ca. Las blancas sacrifican un peón por la
iniciativa: 9 d5 ! tt:J xd2 10 VJ/ixd2 tt:J e7 1 1
d6! cxd6 12 'iYxd6 tt:J f5 13 'ti'e5+ 'iYe7 1 4
0-0-0. En opinión de M a karychev, las
blancas obtienen no sólo compensación,
sino posibilidades de ataque. E l plan es
convincente. Es probable que las negras
no estén dispuestas a sufrir así, de modo
que hoy rara vez se ve S ... tt:Jxe4.
Hay más de 20 partidas con S . . 0-0, .
pero después de 9 d5 las negras se ven so­
metidas a presión.
La Enciclopedia no menciona que es
j ugable S . . . d6. Hay 25 partidas con esta
j uga d a en la base de datos. Las negras
_
conceden ventaja de espacio a su oponen­
te, pero conservan una sólida posición, y
buscan posibilidades en el medio juego.
En la práctica, esta estrategia puede gus­
tarle a algunos j ugadores, pero desde el
punto de vista teórico es deficiente.
Hay 495 partidas con S ... d5. La teoría
la considera la única j ugada buena. Su,
función es: primero, impedir 9 d5, hacien­
do retroceder al caballo; segundo, movili­
zar el alfil de eS; y tercero, cambiar el peón
36 LA ESCU ELA C H I N A D E AJ E D R EZ
d negro por el e blanco (lo que es inevita­
ble, debido al ataque sobre el alfil blanco).
Las blancas quedan, así, con su centro de
peones roto, y un peón d aislado.
9 exd5
Nadie cuestiona esta j ugad a, puesto
que 9 �d3 dxe4 1 0 tt:J xe4 lt:J d5 no le da
nada a las blancas. Es curioso que hay seis
partidas con 9 eS, pero las blancas perdie­
ron las seis.
9 ... lt:Jxd5
Hay, al menos, 493 partidas con esta
posición típica, que tiene un gran significa­
do teórico. Cada jugador ha conseguido lo
que quería. La popularidad de la variante
se debe a su equilibrio dinámico.
Las blancas tienen dos opciones bási­
cas: 10 0-0 y 10 'iVb3. Otras jugadas tienen
poca importancia. Por ejemplo: hay 6 par­
tidas con 10 'iVe2+, pero las blancas sólo se
anotaron una victoria y cinco derrotas.
También se ha jugado 10 h3, impidiendo
la clavada . . . �c8-g4, pero los teóricos no
le prestan la menor atención. En dos par­
tidas las blancas jugaron 10 tt:Je5, pero las
negras deben responder 10 ... lt:Jce7 ! En su
jugada siguiente, las blancas no tienen na­
da mejor que enrocar corto. Esto es equi­
valente a 10 0-0 0-0 1 1 tt:Je5, pero limita se-
riamente las opciones blancas, pues tras
10 0-0 0-0 tienen diez posibilidades, no só­
lo la jugada de caballo.
La base contiene 1 84 partidas con 10 0-0.
Las blancas ganaron 88, perdieron 57 e hi­
cieron tablas en 39. Estadísticamente, los
resultados blancos no son maravillosos.
Después de que las negras respondan en­
rocando corto, la apertura ha terminado y
la batalla del medio juego da comienzo.
Por otra parte, si las blancas eligen 1 O
'iVb3, su j uego de apertura aún no habrá
terminado. Por supuesto, en vista del ata­
que al caballo centralizado, tampoco las
negras podrán dar por finalizada la aper­
tura.
10 'iVb3
De un total de 348 partidas con esta ju­
gada, las blancas ganan en 1 26 (36 % ) , y
las negras 1 02 (29 % ).
Confrontadas con el ataque blanco a su
caballo, las negras tienen dos opci ones
principales. En primer lugar, pueden jugar
1 0 ... lt:Jce7. Hay 274 partidas con esta juga­
da, incluida Kasparov - Gabdraj man, de
1 977. Esta partida es muy interesante. Kas­
parov sólo tenía 14 años entonces, pero su
fuerza era evidente: 1 1 0-0 0-0 12 l:l fe 1 c6
1 3 'ii' a3 lt:J f5 14 tt:J e4 tt:J b6 15 � b3 aS 1 6
l:t ad1 a4 1 7 � c2 lt:J d5 1 8 tt:J c3 tt:J xc3 1 9
bxc3 'ii'd6 20 'ii'c 1 tt:Je7 2 1 lt:Jg5 h6 22 lt:Je4
'ii'c7 23 'ii'a3 lt:Jf5 24 lt:Jc5 lt:Jd6 25 'iVb4 a3
26 � b3 � d 8 27 � eS � e8 28 l:l d e 1
l:l xe5? 29 dxe5 lt:J b5 30 e6 �xe6 3 1 l:l xe6!
b6 32 'ii'e4 bxc5 33 � e8+ l:l xe8 34 'ii'xe8+
c;i;>h7 35 �xt7 h5 36 'ii'g8+ c;i;>h6 37 h4 (1 -0).
La jugada de Kasparov 13 'ii' a3 no re­
porta ventaja teórica, y sólo se encuentra
en 3 partidas de mi base. La j ugada habi­
tual, que aparece en 1 21 partidas, es 13 a4.
En 1 980, en una partida entre Van der
Wiel y Karpov , l as b lancas j ugaron 1 3
lt:Je4, cuando, después de 1 3 ... h6 14 lt:J e5

'ii b 6, la Enciclopedia sugiere 1 5 1:. ad 1 ,
con una ligera ventaj a. Hay 45 partid as
con 13 l2Je4. Las blancas ganaron 18, per­
dieron 9, y 1 8 tablas.
¿Qué plan es mej or para las blancas :
1 3 a4 ó 13 l2Je4? Creo que 13 a4 podría ser
más práctico. Porque le permite a las blan­
cas responder a 13 ... 'iVb6 con 14 aS, res­
tringiendo el flanco de dama.
En la j ugada 10, el otro plan para las
negras es 10 ... l2J a5 (62 partidas en total:
las blancas ganan 19, hacen tablas en 26 y
pierden 1 7) . En 1 989 Karpov eligió este
método c o n t r a S h o r t . D e sp u é s de 1 1
'iYa4+ l2Jc6 1 2 'iVb3 l2J a5 1 3 'iVa4+ l2Jc6, se
acordaron tablas. Vale la pena resaltar
que Karpov j ugase así en tan importante
partida, lo que, obviamente, significa que
confiaba en 1 0 ... l2J a5. Sin embargo, des­
pués de 10 'iVb3 l2J a5 1 1 ¡fa4+ l2Jc6, es co­
mo si las blancas hubiesen jugado 10 iVa4
y las negras les permitiesen volver a jugar.
Tales casos, en los que tu oponente te per­
mite realizar dos jugadas seguidas, no son
infrecuentes en las aperturas de ajedrez.
Su oponente considera que su pieza, situa­
da en determinada casilla, es inútil, o in­
cluso peor que inútil, y que no tendrá otro
remedio que volver a resituarla. Un ejem­
plo de la Defensa India de Dama es: 1 d4
t2Jf6 2 c4 e6 3 l2Jf3 b6 4 g3 �a6 5 b3 �b7.
Esto es equivalente a jugar 4 ... �b7 y de­
jar que las blancas jueguen 5 b3 y otro mo­
vimiento adicional. O bien, en la misma
apertura, las negras pueden jugar 4 ... �b7
5 �g2 �b4+ 6 �d2 �e7, que es como si
hubiesen j ugado 5 ... �e7, "pasando" el
tumo, tras 6 �d2. Las negras consideran
que el alfil blanco en d2 es inútil, porque
les priva de la posibilidad de efectuar el
avance d4-d5.
Volviendo a la apertura de la presente
partida, después de 10 'iVb3 l2J a5 1 1 'iVa4+
ESTRATEG IA E N ACC IÓN 37
lbc6, las blancas disponen de varias opcio­
nes, y en nueve partidas con 12 �b5, han
logrado cuatro victorias, con tres tablas y
dos derrotas. U na partida continuó con 12
. .. �d7 1 3 0-0 0-0 14 'iVb3 l2J ce7 15 �d3
� b8 1 6 'iVc2 l2Jg6?! 17 �xg6, con mejores
perspectivas. Las negras pueden encon­
trar una mejora, pues su posición es muy
sólida, pero si se concentran en atacar el
peón aislado blanco, les resultará difícil
igualar.
10 0-0
.••
No había considerado esta jugada en
mis preparativos para la partida. Algunos
críticos observaron que Krogius, un distin­
guido gran maestro, podría haber subesti­
mado a su oponente. Omitió el hecho de
que de las cinco partidas precedentes con
representantes soviéticos, yo había gana­
do tres, contra jugadores de nivel mundial.
Ahora sé que 1 0 . . . 0-0 no fue inven­
ción de Krogius. En los años treinta se dis­
putó una partida "Aficionado contra Maes­
tro", que las negras ganaron. Si Krogius
conocía esta partida, puede que quisiera
copiarla. Puesto que no se trata de una
partida famosa, a mí me resultaba imposi­
ble conocerla, dado el nivel de informa­
ción disponible en China por entonces.
38 LA ESCU ELA C H I N A DE AJ E D R EZ
11 .txd5
Krogius había lanzado un ataque re­
pentino, de modo que me puse de inme­
diato en guardia. Tras examinar varias
continuaciones, decidí aceptar el reto.
El rey b lanco está en el centro, y las
negras pueden explotar para circunstancia
para apoderarse de la iniciativa. Sin em­
bargo, no era bueno jugar 1 1 0-0, en lugar
de tomar el caballo. La respuesta 1 1 . . .
l2Ja5 atacaría simultáneamente dama y al­
fil. Después de 12 'li'c3 l2Jxc4 1 3 'li'xc4, el
peón blanco de d4 se ha debilitado, y las
negras pueden bloquearlo con la manio­
bra ... .tc8-e6, ... l2Jd5-b6 y ... .te6-d5. Des­
de d5, el alfil controla dos diagonales, g8-
a2 y a8-h 1. No hay plan que les ofrezca
ventaja a las blancas.
11 l2Ja5 12 .txf7+
...
De nuevo, la única opción. Después de
12 'iVb5 c6 13 .txc6 l2Jxc6, las negras ame­
nazan 14 ... l::l e8+ y también 14 ... l2Jxd4.
12 J:. xf7 13 'li'c3
...
La casilla correcta. La dama fortifica el
peón d4 y ataca el caballo negro.
13 ,'g e7+ 14 l2Je5 l2Jc6 15 l2Jf3 l2Jxd4
...
Ambos contrincantes habían previsto
esta posición. En este punto, la partida
" A ficio n a d o contra Maestro" s eguía:
16 'iVxd4 'iVxd4 17 l2Jxd4 � xe5+ 1 8 �d2
c5 1 9 l2Jc2 .te6 20 l2Je3 l:t f8 21 J:. hfl .td7
22 f3 .tb5 23 J:. fe1 � d8+ 24 � c2 .td3+
25 �c3 .tg6 26 l2Jg4 � d3+ 27 � c4 l::l xe1
28 J:. xe 1 l:. d2 29 I! e7 � xb2 30 �xc5 b6+
31 �c6 J:. xa2 32 l2Je5 �f8 33 l2Jxg6+ hxg6,
y las blancas se rindieron, en la j ugada 56.
Krogius jugó 15 ... l2Jxd4 sin pensar de­
masiado. Pero si conocía la partida men­
cionada y pretendía repetirla, estaba co­
metiendo un grave error. Es comprensible
que las negras quisieran ganar la partida,
pero tratar de hacerlo mediante una sim­
ple combinación (antes que por métodos
posicionales progresivos) era el enfoque
erróneo.
16 'iVc4+
Un comentarista extranj ero diría que
la partida comienza realmente con esta ju­
gada, puesto que el j uego precedente se
había visto antes (aunque yo, desde luego,
no lo conocía por entonces).
¿Por qué dan este jaque las blancas, y
en qué momento lo habían previsto? Es­
tos temas son cruciales para el análisis de
la partida. La primera cuestión es si las
blancas disponían de otras jugadas plausi­
bles en la posición del diagrama.
(a) Las blancas quieren enrocar corto,

pero 1 6 0-0?, obviamente, pierde la dama,
por 16 ... lt:Je2+. Con 16 'li'c4+, la dama cu­
bre la casilla de j aque del caballo, hacien­
do posible el enroque.
(b) ¿Qué pasa con 16 0-0-0? Está más
claro que 16 0-0. La torre de dl está alinea­
da con caballo y dama negros. Sin embar­
go, después de 16 ... lt:J e2+ 1 7 �c2, las ne­
gras tienen 17 . . . .t fS + , defendiendo su
dama con jaque. A continuación toman la
dama contraria, y las blancas pierden to­
rre por caballo, sin compensación.
(e) 16 1:. d 1 clava el caballo, sin permi­
tir el j aque de e2. Pero las negras siguen
pudiendo jugar su caballo con jaque: 16 ...
lt:Jxf3+ 17 gxf3 'li'e8 18 f4 .te6, y ahora:
(el ) D e spués de 1 9 a3 'li' b S , el rey
blanco queda desagradablemente retrasa­
do en el centro.
(c2) Si las blancas juegan 19 0-0, a pe­
sar de los peones dislocados en su flanco
de rey, las negras ganan un peón con 1 9 ...
iVa4 (pero no 19 ... .txa2? 20 b3, cuando
el alfil está en peligro).
(c3) 19 'li'a3 protege el peón a y "toca"
la torre de e7, impidiendo así ... 'li'e8-bS. El
juego puede continuar con 1 9 ... 'li'f8 20 0-0
!l eeS, y ahora 21 '�VaS 'iVfS deja a las ne­
gras con ventaja posicional, mientras que
tras un cambio de damas, las negras pue­
den atacar los peones f4 y a2 de forma si­
multánea.
Estas tres opciones en la jugada 16 son
desventaj osas para l as blancas. Tras re­
chazarlas, junto con las capturas 1 6 'li'xd4
y 16 lt:J xd4, las blancas deben buscar un
sexto método que resuelva sus problemas.
Como caída del cielo, encontré la jugada
16 'li'c4+. Pero para comprender su verda­
dera utilidad, tenemos que pasar revista a
las respuestas negras:
(a) 16 ... c¡i;¡>h8 sencillamente no es bue­
no, porque después de 1 7 0-0-0, las blan-
ESTRATEGIA EN ACC IÓN 39
cas no sólo clavan el caballo de d4, sino
que están amenazando ganar material con
1 8 lt:Jf7+.
(b) 16 ... �f8 17 0-0-0 también es insa­
tisfactorio para las negras.
(e) 1 6 ... n e6 deja la torre clavada, lo
que significa que, en respuesta a 1 7 lt:Jxd4,
las negras no pueden tomar el caballo de
eS y las blancas, por tanto, ganarían mate­
rial.
( d) 16 ... .te6 es la jugada que normal­
mente les gustaría realizar a las negras,
pues no sólo neutraliza el jaque, sino que
ataca a la dama. Lamentablemente, las
blancas pueden responder 17 iYxd4, ya
que tras 17 ... 'li'xd4 18 lt:Jxd4, la torre ya
no puede capturar el caballo de eS , por­
que el alfil le tapona el paso. Si el alfil jue­
ga, las blancas pueden defender el caballo
con f2-f4 y las negras perderían pieza.
Así pues, vemos que la única respuesta
posible de las negras al jaque es 16 ... lt:Je6,
es decir, la jugada de la partida.
La razón de este análisis es explicar có­
mo y cuándo las blancas decidieron jugar
1 6 'li'c4+. Habían previsto esta jugada al
capturar 1 1 .txdS, y echa por tierra los te­
mas tácticos gemelos (1 1 ... 0-0, sacrifican­
do primero un caballo, y luego el otro 1S
... lt:Jxd4), que constituyen todo el plan de
batalla de las negras.
A veces sucede que no encuentras una
buena jugada hasta que no llegas a la posi­
ción en que puedes realizarla. Existe un
elemento de suerte y sorpresa. La partida
puede ser tan compleja que no has previs­
to demasiado, en el tiempo limitado con
que cuentas, y debes confiar en tu criterio
y evaluación. Tienes la esperanza de en­
contrar una buena jugada en el momento
crucial . Puede que pienses " si estoy en
blanco acerca de mi próxima jugada, pue­
de que mi oponente también lo esté".
40 LA ESCUELA C H I N A DE AJ E D R EZ
Krogius no había previsto 16 �c4+.
Era evidente que estaba jugando para ca­
zar a su rival, y tal vez tenía la impresión
de que no p o d ía perder ni a u n q u e s u
trampa n o diese resultado. Pero n o creo
que eso fuera muy probable. Un gran
maestro experimentado tiene muchas for­
mas de j ugar a ganar, sin necesidad de
confiarlo todo a una posibilidad suelta.
16 l2Je6
•••
En el tablero hay igualdad material, y
las blancas no parecen disponer de ame­
nazas inmediatas. Sin embargo, la posi­
ción es más preocupante para las negras
de lo que parece. Incluso podría calificarse
de desesperada, como demostrará el ulte­
rior transcurso de la partida.
17 0-0
¿Deben las blancas enrocar de inme­
diato, o bien atacar primero la dama con
17 l::t d 1 ? E l lector puede pensar que las
dos líneas simplemente traspondrán, pero
lo cierto es que 1 7 0-0 es más preciso. Las
amenazas indirectas y potenciales forman
parte de un nivel más elevado en el arte
del ajedrez. Las amenazas directas y evi­
dentes pueden ser fácilmente combatidas.
Llevar una pieza a la casilla deseada pue­
de ser una medida tosca, que aborta la po-
sibilidad de una elección variada. Si deja
que una amenaza planee sobre la cabeza
de su oponente, éste tendrá más cosas de
qué preocuparse al proyectar sus jugadas,
y la fatiga puede ejercer su efecto. Cuando
se encuentre en una difícil situación, deje
que él se encargue de buscar la salida,
pues en una situación así es más fácil que
cometa errores.
El enroque es una medida necesaria.
El rey blanco no puede permanecer en el
centro del tablero. Por consiguiente, deci­
dí enrocar de inmediato y decidir luego la
disposición de mis torres. Quería ver có­
mo resolvería su problema mi rival, y en­
tonces actuaría en consecuencia.
Decidir entre ejecutar una posibilidad
táctica y mantenerla en cartera es un reto
de gran magnitud. En este caso concreto,
17 0-0 tuvo éxito en la práctica.
17 �h8
...
No sé si las negras consideraron 17 ...
cS. Es más flexible que 17 ... � h8, y puede
que dificultase más a las blancas la tarea
de incrementar su ventaj a, aunque contra
un juego correcto difícilmente podría mo­
dificar la situación. Tal vez a las negras no
les gustaba debilitar la casilla d6. Pero se­
guramente era cuestión de humor y sen­
saciones, factores que pueden afectar in­
cluso a un gran m aestro. Las negras se
sienten incómodas con l a clavada de su
caballo. Quieren sacarlo de e6, a fin de
activar su alfil. De modo que no estoy di­
ciendo que 17 ... � h8 sea una mala juga­
da.
También valía la pena considerar 17 ...
.Já e8. Puede que un jugador no piense en
este movimiento en la práctica, o aun que,
si lo hiciera, lo descartase. La torre de e7,
aunque no es muy flexible, está defen­
diendo la séptima fila. Las negras pueden
tener algunas esperanzas de doblar torres

en la columna e, en una fase posterior. Sin
embargo, el análisis demuestra que les re­
sultará muy difícil realizarlo. Con 17 . . .
n e8, l a torre defiende l a octava fila, y de­
ja paso a la dama, hacia e7 (o f6) . Más tar­
de, puede tener la posibilidad de j ugar
... VJJie7-c5 y cambiar damas. Hay, por tan­
to, algo que decir respecto a 17 ... .ti e8, si
bien no cambiaría radicalmente la situa­
ción de las negras.
Si analiza esta posición en su ordena­
dor, podrá descubrir algunas característi­
cas del programa, sobre l as que vale l a
pena reflexionar. En primer lugar, m i or­
denador considera que 17 ... � e8 conce­
de la igu a l d a d . D e sp u é s d e 1 8 ll a d l
�e7, sigue pensando que e l j uego está
igualado. Después de 1 9 � fel , considera
que las blancas tienen ventaj a, y después
de algunas j ugadas más concluye que la
partida está ganada. ¿ Por qué estos cam­
bios de opinión? El programa no aporta
la razón , ni tampoco logra encontrar me­
joras para las n egras. Se forma un dicta­
men según la posición que tiene en el ta­
blero, pero no dictamina procesos de j ue­
go. Su forma de conocimiento es comple­
tamente distinta de la de un jugador hu­
mano de alto nivel.
Podría ser que con el orden de jugadas
17 � dl 'i:Ve8 1 8 0-0 las blancas eliminasen
la defensa � e7-e8. Sin embargo, si las ne­
gras quieren retirar su torre a la última fi­
la, pueden contestar a 1 7 � d l con 1 7 . . .
'iVf8 1 8 0-0 l:. e 8 . Esto ahorra un tiempo,
en relación a 17 0-0 � e8 1 8 � ad l 'i:Ve7
19 l:t fel 'i:Vf8.
¿Cuál es el veredicto sobre 17 ... � e8 y
1 7 ... c5? Es cuestión de opiniones prácti­
cas. Los dos métodos pueden ser repre­
sentativos de dos estilos diferentes.
18 � ad1
Parece ser la única jugada, pero cual-
ESTRATEGIA EN ACCIÓN 41
quier jugador a nivel de gran maestro sabe
que una jugada como ésta compromete a
las blancas con una particular disposición
de las dos torres. La elección es entre si­
tuar las torres en el y d 1 , o bien en dl y el.
(En el pre�ente caso, las blancas no pue­
den considerar el y e l , ya que necesitan
restringir al alfil negro.) Yo opté por dl y
e l , puesto que mi objetivo era presionar
sobre el caballo negro, antes que sobre el
peón de c7.
18 VJJie8
•••
Esta elección de casilla para la dama
forma parte del plan defensivo general de
las negras. Otra posibilidad era 1 8 ... VJJif8,
seguido de ... � e7-e8. Las negras, sin em­
bargo, tienen prisa por retirar su caballo a
f8, a fin de poder desarrollar el alfil. En
consecuencia, no pueden ocupar f8 con su
dama.
El alfil encerrado en c8 es el principal
problema posicional de las negras. Puesto
que bloquea la torre de a8, afecta a la se­
guridad de la última fila. La torre de e7 se
encuentra mal situada, y la ausencia del
peón f hace que el flanco de rey negro sea
un tanto vulnerable.
Las blancas tienen la iniciativa, gracias
a sus activas piezas y a su ventaj a espacial.
42 LA ESCU ELA C H I N A DE AJ E D R EZ

Su tarea consiste en incrementar la pre­

sión y transformar su ventaj a posicional
en material.
19 'iVh4
Amenazando ganar calidad con 20
tt:Jg6+, aunque esta amenaza puede parar­
se fácilmente.
19 �g8 20 'iVc4
...

La dama blanca no tiene nada que ha­

cer en h4, de modo que regresa a c4. Si
las negras respondiesen 20 . . . � h8, l as
blancas tendrían la posibilidad de repetir
jugadas o de buscar un plan alternativo.
De todos modos, las negras no están obli­ La clavada y contraclavada en l a co­
gadas a jugar 20 . . . � h8. Pueden conside­ lumna e decidirán el desenlace de la parti­
rar 20 . . eS , con idea de liberar su posi­
. da.
ción con 21 . . . bS y 22 ... �b7. El análisis 21 ltJfS
...

demuestra que si las blancas reaccionan Con la retirada de su rey al rincón, la

correctamente a 20 . . eS , las negras no
. jugada de dama a e8 y de caballo a f8, las
pueden superar sus dificultades. Sin em­
bargo, en una partida real, con el tiempo
limitado, los jugadores están presionados
y pueden cometer errores. Las blancas
deben tratar de aumentar las dificultades
de l as negras. Por consiguiente , puede
decirse que 19 'iVh4 no fue una buena j u­
gada.
¿Por qué jugué 19 'iVh4 en la partida?
La razón principal es que, aunque sabía
que las blancas tenían ventaja posicional,
no pude ver ni una sola línea efectiva de
ataque. Otra razón es que quería ganar
tiempo en el reloj repitiendo jugadas, ya
que asumía que llevando la dama a h4 y
vuelta, las negras sólo podrían jugar su rey
entre h8 y g8. También quería comprobar
la respuesta psicológica de Krogius. Que­
ría saber si se contentaba con tablas por
repetición de jugadas.
20 �h8
...
Las negras llevaron su rey al rincón ,
sin pensar ni un solo segundo.
21 l:t fe1
negras han perseguido un solo propósito:
desarrollar su alfil, de forma que la torre
de a8 pueda colaborar en la defensa de la
última fila. Consideran que sus dificulta­
des finalizarán una vez que el alfil se in­
corpore al juego. Sin embargo, el transcur­
so de la partida y el análisis demuestran
que este plan no es recomendable.
En esta posición las negras tienen mu­
chos problemas y su desventaj a es clara.
No hay modo de volver las tornas. En tér­
minos teóricos, sin embargo, podrían ha­
llar un plan que le dificultase a las blancas
la forma de ampliar su ventaja, siguiendo
una clara y sencilla línea de ataque.
Las negras, por el contrario, eligieron
un p l an muy desventaj os o . ¿ Po r q u é ?
Creo que e l fallo radica n o e n una particu­
l ar j ugad a , sino en la inadecuada com­
prensión de los principios del aj ed rez.
Cuatro escuelas anteriores (la Italiana, la
Clásica, la H ipermoderna y la Soviética)
consideraban el oportuno desarrollo de
una pieza como un principio teórico inmu-

table. Si te has retrasado en desarrollo en
la apertura, debes remediarlo en el medio
juego. Esta regla está profundamente gra­
bada en las mentes y en el subconsciente
de los jugadores.
No quiero decir que yo esté en contra
de la regla de un rápido desarrollo, pero
me opongo a considerarlo como el único
principio exclusivo. Hay tres factores que
deben tenerse en cuenta: primero, si el ob­
jetivo del desarrollo es correcto o erróneo;
segundo, si la posición de la pieza es o no
apropiada; y tercero, la relación entre la
pieza que se desarrolla y las demás piezas,
es deCir, la estructura general.
Si analizamos la posición del último
diagrama, vemos inmediatamente que la
estructura de las negras (dama en e8 + to­
rre en e7 + caballo en e6 + alfil en c8, con
la torre encerrada de a8) no es buena. Es
demasiado restringida y poco fluida, y la
movilidad de las piezas está seriamente li­
mitada. Con todo, la estructura no es des­
preciable. Es la mejor de todas las malas
posibles. Contiene una base sólida para
las líneas defensivas negras.
Las negras se sienten incómodas, a
causa del caballo e6, que bloquea la activi­
dad de las demás piezas. Sin embargo, es­
tablece varios vínculos defensivos crucia­
les. Cubre la casilla d8 ( ¡ que las blancas
tienen en el punto de mira!), y también el
punto g5 (otro lugar al que podría acceder
un caballo blanco). Protege el peón de c7
y controla c5 (adonde las negras pueden
empujar su peón e). Por otro lado, en caso
necesario, puede retirarse a f8, cubriendo
la última fila y defendiendo el punto g6 y
el peón h7. También controla las casillas
d4 y f4 lo que, hasta cierto punto, limita
las posibilid ades de las blancas. ¿ Cómo
puede, un caballo así, con responsabilida­
des tan formidables, abandonar su puesto
ESTRATEG I A EN ACC IÓN 43
sin la debida consideración? Es evidente
que el alfil de c8 no está bien situado. No
tiene espacio para moverse e impide que
la torre de a8 defienda la octava fila. No
obstante, está protegiendo al caballo, que
asume un papel defensivo tan importante.
H ay una sentencia en el XiangQi: "cam­
biar una pieza es como cambiar una raíz."
El alfil es el soporte o la raíz del caballo, y
las b lancas no pueden fácilmente alcan­
zarlo, para suprimirlo. Las negras debe­
rían pensárselo dos veces, antes de cam­
biarlo, en aras del "desarrollo". En cuanto
a la dama de e8 y la torre de e7, no están
en una posición ideal, ¡pero también inter­
pretan su papel en la defensa!
Nadie puede decir que este esquema
es invulnerable. Los métodos de asalto
pueden pasar por t2J f3-h4, amenazando
t2J h4-f5, y preparando el avance del peón
f. Las blancas podrían reforzar este plan,
doblando torres en las columnas e o d. En
cualquier caso, tendrán que trabajar duro.
Las reglas del juego establecen clara­
mente que blancas y negras realizan una
jugada alternativamente. El fenómeno del
Zugzwang se basa en esta regla. El plan de
las negras debería ser no abandonar su ba­
se defensiva, ni tampoco esperar pasiva­
mente su destino. Deben encontrar la for­
ma de añadir algo a su estructura defensi­
va. Existe esa jugada de espera: 21 .. a5 !
.
(Ver diagrama 19.)
Es más probable que un ordenador
encuentre este tipo de jugada que un ser
humano. Sin embargo, no es, en modo al­
guno, tan insensata como a primera vista
pudiera parecer. Las razones son las si­
guientes: ( 1 ) El Reglamento de aj edrez
estab lece que las negras deben realizar
una j ugada, si no q uieren rendirse. ¡ É sta
es una jugada! Por otra parte, hace posi-
44 LA ESCUELA C H I NA DE AJ E D R EZ

27 ltJfeS, con ventaja blanca. Esto es real­

mente confuso. Los supuestos mejores pa­
quetes de software en el mundo (Fritz 6.0
e H i arcs 7 .32) inesperadamente omiten
dos líneas tácticas de ataque. ¿Por qué 2S
ltJgS? ¿ Qué pasa con 2S � d8? Si sugiere
esta última jugada, el ordenador comienza
a pensar mejor. Inmediatamente demues­
tra que tanto después de 2S ... il.b7, como
de 2S ... ,: xd8, las blancas tienen una posi­
ción ganadora.
Después de 21 ... aS 22 h3, creo que las
negras deberían jugar 22 .. 1::t a6. Si quiere
.

bies otras jugadas, a fin de que las negras un análisis completo, me temo que tendría
no caigan en Zugzwang. (2) El esquema que escribir un artículo muy largo acerca
defensivo central de las negras se preser­ de ello.
va intacto. (3) En el momento oportuno
la torre de a8 puede llevarse a a6, conso­
lidando la posición del caballo, que es,
como ya dijimos, la pieza defensiva clave.
De a6 la torre puede ir a b6 o incluso a
d6, planteando problemas a las blancas.
( 4) En caso de emergencia , las negras
pueden necesitar j ugar ... b7-bS, para obli­
gar a la dama blanca a salir de la diagonal
a2-g8. Si la dama se retira a b3, las negras
pueden continuar atacándola con . . . aS­
a4. (S) En algunas variantes, cuando el
alfil negro deja c8, la dama blanca puede
tomar el peón de b7. Con un peón en aS ,
n o a7 , l a s n e gr a s p u e d e n r e s p o n d e r 22 ltJg5
. . . ,: a8-b8, sin tener que entregar u n se­ E l ordenador piensa que tanto 22
gundo peón. ltJ gS c o m o 22 � e4 l e p e r m i t e n a l as
Si las negras juegan 21 ... aS, ¿cómo de­ blancas conservar su ventaja. ( Emplea el
ben reaccionar las blancas? He recurrido a signo estándar ± para indicar este vere­
mi ordenador para buscar el mejor plan dicto. ) Me pregunto cuál de estos planes
posible. Su respuesta son varios planes, to­ es más fuerte. Es una pena que el softwa­
dos los cuales conducen a ventaja blanca. re no pueda compararlos . El programa­
Sin embargo, las respuestas del ordenador dor, en todo caso, no nos enseña cómo
sólo deben ser una referencia: no debe hacerlo.
confiarse en ellos plenamente. Por ejem­ 2 2 � e4 amenaza 23 ltJ f7 + , ganando
plo, indica: 21 ... aS 22 h3 bS 23 �c6 �xc6 calidad. (Por cierto, que la expresión "la
24 ltJ xc6 � e8 2S ltJ gS h6 26 ltJ f7+ � g8 calidad" es muy difícil de traducir al chino.

Algunos lo traducen como fen, que signifi­
ca "punto", mientras que otros prefieren
banzi, que significa "media pieza. " En el
XiangQi sabemos que una torre vale más
que un caballo, pero no tenemos una ex­
presión precisa para marcar la diferencia.)
Después de 22 ... \t> g8 23 V/lid5+ l2J e6 24
� d3 (el o rdenador sugiere 24 b4 ), las
blancas tienen ventaj a posicional. Si, en
lugar de ello, 22 ... .te6 23 V//ixb7 n b8 24
VJilxa7 l:. xb2 25 a3, las negras quedan con
un peón menos. Si 22 ... l2Je6, las blancas
juegan 23 l2Jh4, amenazando l2J h4-f5, con
posición ganadora.
Tanto 22 l2J g5 como 22 V/li e4 pueden
ser jugadas fuertes, pero en una partida de
competición tenemos que elegir sólo una
de ellas. É sta es la principal diferencia en­
tre el análisis de investigación y el j uego
práctico. Al analizar en casa, no importa
la jugada que efectúes, porque siempre
puedes volver a empezar, y no estás some­
tido a los límites de tiempo: puedes tener
un mes o dos años. En una partida real tie­
nes que optar entre muchas posibles juga­
das, y tienes que hacerlo en un tiempo re­
ducido. Puede que dispongas de tres mé­
todos aparentemente ganadores, pero po­
drías perder porque tu oponente consigue
armar una defensa en algún punto del jue­
go. En el análisis post-mortem, puedes de­
mostrar que los dos otros métodos condu­
cían a la victoria, no, en cambio, el que
elegiste. Sólo puedes lamentarte, sin en­
tender por qué elegiste el camino equivo­
cado ...
22 .te6
.••
Virtualmente, jugada única. Las negras
no pueden j ugar 22 . . . l2J e6, debido a 23
l2Jef7+ <ti;>g8 (o 23 ... l:. xf7 24 l2Jxf7+ 'iVxf7
25 n d8+ l2Jxd8 26 V//ixf7 l2Jxf7 27 .: e8++)
24 ll d8 ! l2Jxd8 25 � xe7 V//ixe7 26 l2Jh6+ y
27 V//ig 8++.
ESTRATEG I A EN ACC IÓN 45
23 l2Jxe6
Las negras por fin han desarrollado su
alfil y las blancas lo cambian por su caba­
llo. La posición sigue siendo favorable a
las blancas.
El ordenador sugiere 23 V/lie4. Durante
la partida no pude ver esta jugada. La da­
ma amenaza el peón de b7, y si las negras
responden 23 . . . c6, las blancas disponen
de recursos tácticos: 24 l2J xh7 ! .t d5 25
V//i f5 ! (25 'ik'h4? ! <ti;> g8 26 l2J xf8 l:. xe5 27
l:. xe5 V//ixe5 28 l2Jg6 V//i e2 29 l:I fl .tc4 30
1:. el � e8 3 1 h3 .t xa2, es una posición
igualada, según el ordenador) 25 ... .te6
26 'ik'xf8+ <itt xh7 27 V//i f4 .t xa2 28 n d3
.te6 (o incluso 28 ... \t>g8 29 b3, con ven­
taja) 29 V/lig5, con un ataque muy fuerte.
23 l2Jxe6
.•.
Después de 23 .. . l:. xe6 24 V//ixc7 .ti c8
25 'i:V xb7 l:. c2 26 'iY b4 (o 26 V/lib3 ), las
blancas tienen una ventaja decisiva.
24 l:. d3
(Ver diagrama 22.)
Aunque las negras han resuelto el pro­
blema del alfil, su configuración de piezas
en la columna e sigue siendo desafortuna­
da. Las circunstancias de clavada y contra­
clavada en esta columna se han modifica­
do: el caballo negro de e6 ya no está pro-
46 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
tegido por el alfil de eS, mientras que la to­
rre blanca de el ha perdido el apoyo del
caballo de f3. Su ventaj a espacial le da a
las piezas blancas mayor movilidad y acti­
vidad. Tienen la iniciativa y pueden, por
tanto, crear problemas al caballo negro.
Al llevar la torre a la tercera fila, las
blancas se disponen a situarla en e3 o h3,
en un momento dado. La presión sobre la
posición negra se va haciendo cada vez
más fuerte.
¿Por qué no jugaron las blancas la otra
torre a e3, donde quedaría sólidamente
protegida? La resp u esta es que tras 24
n e3 � dS 25 n xdS 'iVxdS, la primera fila
sería vulnerable.
24 ... b5
En general, la primera jugada a consi­
derar es 24 ... la dS. Cuando jugué 24 l::t d3,
tuve que pensar acerca del posible cambio
de torres en la columna d. Krogius debe
haber analizado 24 ... � dS 25 k! xdS 'iVxdS
26 'iVh4 <;i;>gS 27 ttJf3 c6. El programa de
ordenador evalúa la posición como iguala­
da, pero no considera la simple 2S h3. Esta
j ugada elimina la debilidad blanca de la
primera fila, pero la torpe posición de da­
ma, torre y caballo negros no puede ser
remediada. Por ejemplo: 2S ... h6 29 'iVc4
'iV d7 30 b4 b6 3 1 a3 eS 32 bxc5 bxc5 33
tU eS 'iVd4 34 �b3 �d6 35 ltJ g6 l::t eS 36
�b5 l::t eS 37 �c4 l::t eS 3S ltJ f4 � f7 39
ttJ xe6 n xe6 40 n xe6 'iVxe6 4 1 �xc5 , o
bien 2S ... 'iVfS 29 � e4 �f6 30 b4 Jl eS 3 1
'iVc4 � fS 32 tU eS k! e 7 33 � d 3 \t> g8 3 4
tU g 4 'iVf4 35 It e 4 � f7 3 6 tU eS � f6 37
ttJf3 'iVg6 3S �e3 ttJf4 39 �b3+ ttJ e6 40
l::t e3 l::t eS 41 tU d4 <;t>f7 42 a4 a6 43 aS h5
44 g3 h4 45 g4 � e7 46 f4 �f6 47 ttJ xe6
n xe6 4S �xe6+ �xe6 49 n xe6 �xe6 50
� f2, ganando. Las variantes pueden ser
interminables, pero las líneas indicadas
basta para ilustrar la tendencia básica.
Krogius se abstiene de jugar 24 ... .J:í. dS,
esperando dificultar la tarea de las blan­
cas. Sin embargo, 24 ... b5 debilita la casi­
lla c6 y le concede a las blancas una nueva
pista de ataque.
25 iVh4 <it> g8 26 tU c6 n f7
26 .. � d7 también perdería pieza: 27
.
1:1 xd7 (o bien 27 l::t de3) 27 . . . iVxd7 28
iVe4 l::t eS 29 ttJd4.
27 �e4 l::t f6 28 iVd5 iVf7 29 ttJe7+
Con ataque descubierto sobre la torre.
Las negras no logran compensación por la
calidad. Normalmente, uno esperaría que
se rindiesen aquí, pero siguen jugando por
inercia.
29 ... iVxe7 30 'i!Vxa8+ � f7 31 � d5 a6
32 �f3 eS 33 l::t xf6+ �xf6 34 �b7+ �e7
35 'i!Vxa6 iVd7 36 �b6 ttJf4 37 iVxc5 'i!Vg4
38 'iVc7+ �g6 39 'i!Vc6+ �h5 40 iVf3
Las negras se rindieron.
Esta partida constituyó la mayor haza­
ña de los jugadores chinos a mediados de
los años sesenta. Desde la jugada 1 6 hasta
la 29, el método de juego de las blancas re­
flejó el estilo de la Escuela China de aje­
drez. Un método, por cierto, emparentado
con el juego de piezas del XiangQi, cuan­
do la posición es totalmente abierta y no
hay peones en el centro. El juego combina
medidas tácticas con técnicas, pero se con-

centra más en l as técnicas. Las escuelas
extranjeras normalmente creen que sólo
el final requiere técnica, porque no han
llevado a cabo ninguna investigación teó­
rica sistemática sobre la diferencia entre
técnica y táctica.
El ajedrez es el arte del pensamiento.
Este arte requiere no sólo profundidad y
amplitud, sino también variedad de pensa­
miento. El mundo del pensamiento inclu­
ye no sólo el campo de la lógica, sino tam­
bién el de la no-lógica. Cuando analizo
mis partidas, no creo que ganar lo sea to­
do. Mantengo una actitud crítica hacia mi
juego. En una palabra: no podemos dejar
de pensar, ¡ porque el universo es ilimita­
do!
***
Está claro que, en esta partida, des­
pués de 1 6 'iYc4+, las blancas quedan con
una apreciable ventaj a posicional. Sin em­
bargo, ¿podemos arrojar 1 O ... 0-0 al cubo
de la basura, por esa razón? Podemos, si
las jugadas entre 10 ... 0-0 y 16 'iYc4+ son
todas necesarias. ¿Lo fueron?
1 1 . . . lt:J a5 , recuperando la pieza, no
era un error. N i tampoco l o fue 12 . . .
n xf7, tomando e l alfil. N o hay proble­
ma acerca de 13 . . . � e7+ . Las negras te­
nían que tratar d e explotar l a posición
del rey en el centro, de modo que 13 . . .
�e7+ era, obviamente, inadecuada. Con
14 . . . lt:J c6 l as negras recentralizaron su
caballo, con amenaza de tomar el peón
d4. De n u e v o , i n c u e s t i o n a b l e . Su s i ­
guiente j ugada, 1 5 . . . lt:J xd4, implica l a
entrega de u n a pieza para recuperarla,
junto con el peón de menos. Sin embar­
go, la respuesta 1 6 'iVc4+ obligó a las ne­
gras a j ugar 1 6 . . ltJ e6, después d e l o
. torre blanca se sitúe en d 1 , clavando el ca-
ESTRATEG IA E N ACC IÓN 47
cual su situación abruptamente fue dete­
riorándose.
Me parece que 15 ... lt:J xd4 no es una
buena jugada, pero si las negras no juegan
así, ¿ n o quedan , simplemente, con un
peón de desventaja? ¿Dónde tienen com­
pensación? Desde l uego, n adie sugirió
una mejora a 15 ... lt:Jxd4, ni cuando se ju­
gó l a partida, ni en el análisis post-mor­
tem, ni en comentarios públicos. La lógica
es simple: si 15 ... lt:Jxd4 no es buena, tam­
poco lo es 1 O .. 0-0.
.
¿No tienen las negras alterntiva en la
jugada 15? Consideremos 15 ... 'iYd5.
Esta j ugada tiene verdadero interés.
Sería muy difícil combatirla en el tablero.
Su clave no es evidente, pero no está des­
provista de lógica. Las negras siguen ame­
nazando con tomar el peón d4 con su ca­
ballo. Pero ahora juegan las blancas, y el
peón sigue en el tablero. Las blancas tie­
nen muchas formas de neutralizar la ame­
naza contraria. El paso siguiente es consi­
derar las posibles medidas para proteger
el peón.
Después de 16 0-0, el rey blanco está a
cubierto, pero las negras pueden respon­
der 16 . . . lt:J xd4. No les importa que una
48 LA ESCU ELA C H I NA DE AJ E D R EZ
hallo, a causa de ... 4Jd4-e2+, con doble so­
bre rey y dama.
16 0-0-0? defiende el peón d4, pero no
es bueno, debido a 16 ... 'iYxa2.
16 n d1 conserva el peón d4, pero pier­
de el de a2.
¿Están las blancas obligadas, en la po­
sición del diagrama, a devolver el peón?
No necesariamente. Sucede que la "com­
binación de técnicas" puede ayudarnos a
entender mejor la posición. Consideremos
la jugada 1 6 'iYa3. En términos de nuestra
técnica, se dice que la dama "está apun­
tando" a la torre de e7, que sólo está pro­
tegida por el caballo de c6. La dama no
amenaza con capturar la torre a la jugada
siguiente, pero restringe la actividad del
caballo y, por tanto, protege indirecta­
mente el peón de d4. Si las negras quieren
tomar este peón, deben preocuprse antes
por la seguridad de su torre. La forma evi­
dente de hacerlo es 16 ... l::t e8. Entonces
las blancas jugarán 17 .J::f. d1 o 17 0-0-0, em­
pleando la torre en la defensa del peón d4.
Entretanto, su dama protege el peón de
a2. Dominar la "combinación de técnica"
es más importante que la combinación
táctica, pero los teóricos extranjeros no sa­
ben nada acerca de ello.
Los peones de ventaja son sólo un ele­
mento más al evaluar la posición. Para
juzgar si el plan de las blancas para prote­
ger su peón es ventajoso, hay que exami­
nar y evaluar la posición en conj un t o .
Después d e 16 'iYa3 n e 8 , ¿cuáles son las
perspectivas?
(Ver diagrama 24.)
A 17 0-0-0, las negras pueden conti­
nuar con 17 ... .i.f5 (para impedir que el
rey blanco se refugie en el rincón: la vul­
nerabilidad del rey es el factor clave en es-
ta posición ) 1 8 � he 1 (o bien 1 8 4J xc6
'ifxc6+ 19 'iYc3 'iYd5 ! , y ahora 20 a3 l:t e2
21 n d2 n e6! 22 ttJe5 'iYxg2 es muy bueno
para las negras, mientras que después de
20 b 3 n e6, su iniciativa com p e n s a e l
peón) 1 8 . . . ttJxe5 1 9 n xe5 n xe5 20 dxe5
(o 20 4Jxe5 .i.e6, amenazando 21 ... 'ifxa2
o 21 ... ¡fxg2, y las blancas no pueden neu­
tralizar ambas) 20 ... 'iVc4+ 21 ¡fc3 'ifxa2
22 ttJ d4 n d8 23 'iY b3 'iY xb3 24 ttJ xb3
l::t xd1 + 25 �xd 1 , con un final típico de al­
fil contra caballo. Ambas piezas son acti­
vas, pero la negra es mejor, aunque exis­
ten grandes posibilidades de tablas. Es
una situación de equilibrio dinámico.
Después de 1 7 .J::f. d 1 'iYb5 (las negras
no se contentan con 17 ... .i. e6, cuando las
perspectivas son equilibradas) 1 8 n d3
.i.f5 19 .J::f. e3 4J b4 20 �d2 eS, el ataque ne­
gro es muy amenazador.
Parece, por tanto, que después de 17
0-0-0 y 1 7 l::t d 1 , las blancas tienen proble­
mas con la posición de su rey. Aunque el
plan iniciado con 16 'iYa3 conserva el peón
extra, le concede a las negras tiempo para
desplegar sus fuerzas y apoderarse de la
iniciativa . Las negras tienen suficiente
compensación por el peón de menos, e in­
cluso puede que tengan ventaja.
· Dado que el plan de proteger el peón
no tiene éxito, las blancas deberían recon-

siderar l a posibilidad de devolverl o , a
cambio de ventaja posicional.
Volvamos, primero, a 16 .l::t d1 , una ju­
gada que entrega el peón de a2, que, des­
pués de todo, vale mucho menos que el
peón d4.
Después de 1 6 ... �xa2 17 0-0 tLlxeS 1 8
lZJ xeS , las negras tienen mej or posición
que en caso de 1S ... l2Jxd4 16 �c4+. Al
menos, su alfil de c8 está ahora libre para
jugar. Sin embargo, un experto en estrate­
gia diría que las blancas están mejor. Esto
se debe, sobre todo, al "inexpugnable" ca­
ballo de eS, que controla todo el centro y
le conced e a las b lancas una sustancial
ventaja de espacio. En estas condiciones,
las blancas pronto podrán lanzar un ata­
que muy prometedor con su mayoría de
peones en el flanco de rey. Su iniciativa
persistirá aun cuando se cambiasen las da­
mas. Las negras pueden explotar su pro­
pia mayoría en el flanco de dama, sólo si
antes consiguen rechazar el ataque blanco
en el otro sector.
¿Ha llegado el momento de extraer
conclusiones? No, aún no. El problema es
que las negras son muy ingenuas si toman
el peón de a2 con su dama. En l ugar de
ello, deben responder a 1 6 l:l d1 con 16 ...
ESTRATEGIA E N ACC IÓN 49
�bS ! ? A cambio del peón menos, las ne­
gras controlan la diagonal a6-f1 y retienen
al rey blanco en el centro. Esto complica
de inmediato la situación. La posición de
la dama blanca en c3 seguramente es mu­
cho mejor que en a3. Si las blancas quieren
demostrar su ventaja, sólo pueden hacerlo
cambiando damas o consiguiendo enrocar.
Disponen de tres posibilidades principales:
(a) La inmediata 17 �b3+, para cam­
biar damas, no es una buena jugada, por­
que después de 17 ... �xb3 18 axb3 i,.g4
1 9 0-0 tLlxeS 20 dxeS i,.xf3 21 gxf3 1: xeS,
su formación de peones es tan mala que
las blancas incluso se arriesgan a perder.
Por ejemplo: 22 � d7 11 bS 23 l:t el .1:. xb3
24 l:l l e7 �h8! 2S l:t xc7 .l:l xb2 26 �fl (26
n xg7 .J:. g8 cambia torres, y las negras ga­
nan) 26 ... l:. g8 27 l:. xb7 la xb7 28 l:t xb7
.l::t a8. Con su torre detrás del peón pasado,
las negras tienen una posición ganadora
después de 29 1: d4 aS 30 la a4 �g8, o de
29 �e2 aS.
(b) 17 h3 i,.fS 18 'iVb3+. El cambio de
d am as es ahora mucho mej or que en el
punto anterior. Sin embargo, después de
1 8 ... �xb3 19 axb3 i,. c2 20 � d2 i,. xb3
21 0-0 i,. dS , la única cuestión es cuánta
ventaja tienen las negras.
(e) 17 a4! iVa6 1 8 l:. d3
50 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
La principal diferencia entre esta posi­
ción y la que ya hemos analizado (después
de 1 6 'iVa3 lí e8 1 7 Z;I d1 'iVbS 1 8 lí d3) es
que ahora, después de 18 ... jLfS 1 9 lí e3,
las negras no disponen de la jugada de ata­
que 1 9 ... lZJ b4. Esto facilita las cosas al rey
blanco. A partir del diagrama, las negras
tienen dos opciones: 1 8 . . . jL fS y 1 8 . . .
'iVxa4.
(el ) 18 ... jLfS 19 lí e3 ( 1 9 'iVb3+ jLe6
20 dS jLfT 21 !1 e3 lZJxeS 22 lZJxeS 'iVaS+
23 'iVc3 'iVxc3+ 24 bxc3 jLxdS le concede
a las negras un muy buen final) 19 ... lZJxeS
20 lZJxeS 'iVxa4 (las negras toman el peón
porque no tienen alternativa; si 20 . . .
lí ae8, entonces 2 1 b3, seguido d e f2-f3 y
�e1 -f2, con ventaja blanca) 21 0-0 Z;I ae8.
El ordenador le concede ventaja a las ne­
gras, pero no estoy de acuerdo. Aunque
las piezas negras se encuentran en buenas
posiciones, el caballo "inexpugnable" de
eS le concede a las blancas mayor espacio
y la iniciativa. La siguiente partida con el
programa Fritz 6.0 ilustra la amenaza que
representa la mayoría blanca en el flanco
de rey: 22 h3 c6 23 g4 jLe6 24 f4 jLdS 2S fS
aS 26 gS lí c7 27 f6 lí f8 28 � h2 'iVbS 29
!1 f2 b6 30 h4 'iV a4 3 1 lí e 1 'iV bS 32 hS
'iVb4 33 h6 gxh6 34 gxh6 'iVxc3 3S bxc3
� h8 36 lí gl bS 37 lí g7 lí cc8 38 lZJ d7
lí f7 39 lí e2 b4 40 cxb4 axb4 41 lí e7 b3
42 lí gxf7 jLxf7 43 lZJ eS jL hS 44 f7 lí a8
4S lí a7 lí d8 46 lí b7, y las blancas ganan.
Por supuesto, esta partida sólo es una po­
sibi lidad . Fue analizada con ayuda del
programa Hiarcs 6.
(c2) 1 8 ... 'iVxa4 19 0-0 lZJxeS 20 lZJxeS
jLe6 (20 ... jLfS 21 lí e3 traspone a la va­
riante e l ) 21 'iVcS 'iVe8 ( ¡ las negras deben
ser precavidas ! La irreflexiva 21 ... lí ae8
permite 22 lí a3) 22 f4, y la posición blan­
ca es muy prometedora.
En ambas variantes, el y c2, las blancas
parecen tener perspectivas de ventaja, pe­
ro la posición es complicada. Las negras
no deben permitir que el peón h alcance
h6 sin oposición. Deberían cambiar damas
tan pronto como les sea posible, y movili­
zar su mayoría de peones en el flanco de
dama.
Volviendo al diagrama 23, veamos qué
sucede si las blancas devuelven el peón de
d4 y tratan de explotar los defectos estruc­
turales de la posición negra, después de
1 6 0-0 lZJxd4 1 7 lZJxd4.
En el j uego práctico las blancas ni si­
quiera considerarían la posibilidad de en­
tregar el peón d4. Su reacción a la inespe­
rada l S ... 'iVdS sería psicológica: " ¡ Puesto
que no te has dignado tomar el peón con
1S ... lZJxd4, no te daré otra oportunidad ! "
Este tipo d e respuesta emocional o condi­
cionada afecta al pensamiento del j uga­
dor, y debería erradicarse por completo.
Es una cuestión sobre la que el j ugador
debe trabajar sin descanso para superar.
¿Deben las negras tomar el caballo con
la dama o con la torre?
Después de 17 ... 'iVxeS 1 8 n ae1 'iVf6
(si 18 ... 'iVd6, entonces 1 9 lZJ bS; las negras
también están peor después de 18 ... 'iVgS
1 9 lZJf3) 1 9 'iVcS ! Z;I xe 1 20 lí xel jLg4 (20

. . . .i.d7 2 1 'iVdS+ 'iVf7 22 'iVxb7 � f8 23
�b3 le concede a las blancas un final ga­
nado) 21 l::t e4! � f8 22 f3 .i. c8 23 'iVxc7,
las blancas tienen un peón extra y mejor
posición. En esta línea, 19 'iVcS ! no es una
jugada fácil de encontrar. Normalmente,
un jugador optaría por 19 � xe7 'iVxe7 20
ttJ bS (después de 20 � e 1 'iVf7 2 1 ltJ bS
i.d7 22 lt.Jxc7 l::t c8, las blancas tienen ven­
taja, pero la clavada sobre su caballo es
molesta) 20 ... .i.d7 21 lt.Jxc7 � f8 (o 21 .. .
ll c8 22 'iVb3+ 'iVf7 23 'iVxb7, cuando 23 .. .
�c4 falla por 24 'iVdS+) 22 'iVb3+ 'iVf7 23
�xf7+ �xf7, y aunque las blancas tienen
un peón de ventaja, la victoria no es fácil.
Veamos ahora 17 ... � xeS.
Esta posición puede utilizarse como
ejercicio de cálculo, evaluación y elección
entre varios planes, dentro de un tiempo
de reflexión limitado. Es una posición tí­
pica, en la que debe explotarse una ven­
taja.
Al estudiar esta posición, invertí mu­
cho tiempo en las consecuencias d e 1 8
ll adl. También analicé 1 8 � fdl y 1 8 lt.Jf3.
Puesto que hay demasiados temas que re­
quieren respuesta, sólo expondré mis aná­
lisis, dejando que el lector cubra los even­
tuales flecos por su propia cuenta:
ESTRATEG I A E N ACC IÓN 51
(a) 1 8 � adl .
(al) 1 8 ... 'iVcS 1 9 'iVb3+.
(al l ) 19 ... 'iVdS.
(a1 1 1 ) 20 lt.J c6 �xb3 21 � d8+ � f7
22 lt.JxeS+ r:J;;e7 23 � xc8 'iVxb2 24 lt.Jd3 �d2
2S � xa8 'iVxd3 26 l:l xa7, y las dos torres
blancas son mejores que la dama negra.
(a1 12) 20 'iVg3.
( a 1 1 2 1 ) 20 . . . .S gS 2 1 lt.J c6 'iV x d l
22 lt.Je7+ �f8 23 'iVxgS 'iVg4 24 'iVcS .i.e6
2S b3 (las negras no tienen ahora forma de
mej orar su posición , ya que deben estar
pendientes de un j aque descubierto que
gana pieza; virtualmente, se trata de una
posición de Zugzwang en el medio juego)
2S ... 'iVe4 26 f3 (26 lt.J dS+ �g8 27 lt.Jxc7
l::t c8 2 8 'iV e7 también d a ventaj a a l as
blancas) 26 ... 'iVd3 27 lt.JdS+ �g8 28 lt.Jf4
'iVfS 29 lt.J xe6 'iVxe6 30 'iVxc7 �e3+ 3 1
�h1 'ife2 3 2 � el � e8 3 3 h3, y las blancas
deberían ganar.
(a 1 122) 20 .. . � e8 21 'iVxc7 traspone a
la variante a22.
(a12) 1 9 ... r:Ji;h8.
(a121) 20 lt.Jf3 l::t e8 21 � fe1 l::t f8, y las
blancas están un poco mejor.
(a122) 20 � fe 1 h6 21 � xeS 'iVxeS 22
lt.Jf3 'iVf6 23 � el .i.g4 24 'iVxb7 .i.xf3.
(a 1 22 1 ) 2S 'ifxf3 'iVxf3 26 gxf3 aS 27
� e7 � b8 28 b3 a4 29 bxa4 � a8 30 l: xc7
� xa4 31 � c2. Las blancas tienen dos peo­
nes de ventaja, pero ¿pueden ganar?
(a1 222) 2S gxf3 � f8 26 iVxc7 'iVxf3 27
'iVg3 'iff7. Las blancas tienen ventaja, pe­
ro el problema es cómo materializarla en
victoria.
(a2) 18 ... � e8.
(a21) 19 a4 'iVf7 20 lt.JbS .i.d7.
(a21 1 ) 21 lt.Jxc7 .i.xa4 22 lt.Jxe8 .i.xdl
23 'iVxg7 + 'iixg7 24 lt.Jxg7 .i.g4 2S f3 .i.xf3
26 l::t xf3 �xg7, con posición igualada.
(a21 2) 21 VJ/ixc7 .i.xbS 22 'iYxf7+ �xf7
23 axbS . � ac8 24 1::! a l � eS 2S � xa7
52 LA ESC U E LA C H I N A D E AJ E D REZ
n xb5 26 n b1 l:t b3 27 f4 l:t c2 28 l:t a2
� d3, con igualdad.
(a22) 19 �xc7 �xa2 20 l:t fel.
( a 22 1 ) 20 . . . � g4 21 � xb 7 (21 f3
� xel+ 22 � xe l �d5, con j uego iguala­
do) 21 ... l:t eb8 (21 ... �xdl 22 ti::J e6 � xe6
23 �xa8+ �fl 24 'iVb7+ �g6 25 l:t xd 1 es
mejor para las blancas) 22 � al � xb7 23
l:t xa2 l:t d8 24 tt::J c6 l:t d2 25 1:. xa7 � xa7
26 tt::J xa7 .: xb2. ¿ Pueden las blancas ga­
nar?
(a222) 20 . . . �f7 21 � xe8+ �xe8 22
ti::J f3 � g4 (22 . . . � e6 23 �xb7 l:t b8 24
�xa7 n xb2 25 .: el le da ventaj a a l as
b l ancas) 23 � xb 7 l::l b 8 24 � d 5 + (24
�xa7 �xf3 25 gxf3 l:t xb2, con igualdad)
24 . . . �e6 25 ti::J e5 �xd5 26 .: xd5 , con
ventaja blanca.
(b) 1 8 l:Hd1 �c5 (18 ... � e8 1 9 �xc7)
19 �b3+ �d5 (o bien 19 ... �h8 20 l:t ac1
�e7 21 'i:Vc3 c6? 22 tt::J xc6 bxc6 23 �xe5,
ganando) 20 �g3 � g5 21 ti::J f3 �xdl+ 22
� xdl l:. xg3 23 l:t d8+ �f7 24 hxg3.
El ordenador evalúa este final como
igualado, o un poco mejor para las blan­
cas. En realidad, las blancas tienen muy
buenas perspectivas de ganar:
(bl ) 24 ... �e7 25 l:. g8 �fl 26 l:. h8 h6
27 tt::J e 5+ �f6 28 f4 c5 (28 . . . b6 29 l:t f8+
�e6 30 l:t fl) 29 l:t f8+ �e6 30 l::l fl g5 3 1
l:t h7, con una posición ganadora.
(b2) 24 ... h6 25 tt::J e 5+ �f6 26 f4 c5 27
� f8+ �e6 28 l:t g8 (28 l:t f7 conduce a la
variante b l ) 28 ... �f6 29 tt::J c4 b6 30 ti::J d 6
� b7 31 tt::J e8+ � f5 (o bien 31 . . . � f7 32
.: xg7+, con posición ganadora) 32 tt::J xg7+
�e4 33 tt::J e 8 � d4 34 ti::J f6 n xg8 35 tt::J xg8
h5 36 ti::J f6 � d3 37 tt::J x h5 �c2 38 f5 <iit xb2
39 f6 �d5 40 ti::J f4 �xa2 41 g4 �fl 42 g5,
con clara victoria.
( b 3 ) 24 . . . � f6 25 ti::J d4 a6 26 l:t f8+
� e7 27 n h8 h6 28 g4 ! � f7 29 f4 b6 30
ti::J f5 a5 (30 ... �b7 31 l:t h7) 31 <;;t f2 a4 32
.: d8. Las blancas tienen ventaj a decisiva,
pues las negras no pueden liberar sus pie­
zas sin pérdidas materiales.
(e) 18 ti::J f3 � e8 1 9 'i:Vxc7 �g4 20 l:t fdl
(c1 ) Si 20 . . . �h5, entonces 21 � d3 o
21 �xb7, con ventaj a blanca.
( c2) 20 ... �b5 21 �f4 �xf3 (o bien 21
... �h5 22 .: d2, y las blancas conservan su
peón extra) 22 �xf3 'iVxb2 (o 22 ... 1::[ e2
23 l: d7 ! 'i;Yxb2 24 �f7+ � h8 25 l:t ad 1
'iVf6 2 6 �xf6 gxf6 27 J::t. xb7 l:t xa2 2 8 h3,
con un final ganado) 23 � d5+ � h8 24
l::l dbl 'iYc2 25 �xb7, con ventaja.
(c3) 20 ... �c6 21 �xc6 bxc6 22 l:t d3
l:t e2 23 b3, con ventaja.

( c4) 20 ... 'iVf7 21 'iVxf7 + �xf7 22 � d3,
y de nuevo tienen ventaja las blancas.
El análisis del medio j uego requiere
gran cantidad de tiempo y energía, pero es
la tarea más importante. Un jugador que
quiera desarrollar su potencial, que aspira
al éxito competitivo, tiene que concentrar­
se en el entrenamiento del medio juego.
Fue para lograr una nueva visión del me­
dio juego por lo que llevé a cabo una in­
vestigación de cinco semanas durante la
posición que resulta de 15 ... 'iVd5. Duran­
te aquellas tranquilas noches, mi único
ayudante fue mi ordenador, que me suge­
ría todo tipo de variantes. Quería encon­
trar un plan que demostrase, de forma
concluyente, que las blancas tenían venta­
ja. Por fin, alcancé la respuesta que busca­
ba: a partir del diagrama 28, 18 tt:Jf3 gana
un peón. Las blancas también pueden ase­
gu rarse u n a v e n t aj a m a t e r i a l c o n 1 8
J::t ad1 , mientras que 1 8 � fd 1 sólo condu­
ce a ventaja posicional en el final resultan­
te. Decidir qué método es mejor depende
del gusto individual. En la práctica, el te­
ma requiere tomarse muy en serio.
Si he dado una explicación tan detallada
de una vieja partida, es porque pretendo co­
municar los métodos de pensamiento em­
pleados. Al mismo tiempo, pretendo divul­
gar la teoría de la Escuela China de ajedrez.
CÁLCULO E INTUICIÓN
Blancas: Ye Jian gchuan (China)
Negras: Nigel Short ( Inglaterra)
Campeonato Mundial por equipos
Lucerna 1 989
Defensa Francesa
1 e4 e6 2 d4 d5 3 tt:Jd2 tt:Jf6 4 eS t2Jfd7 5 f4
c5 6 c3 tt:Jc6 7 tt:Jdf3 f5 8 �d3 cxd4 9 cxd4
ESTRATEGIA EN ACC IÓN 53
�e7 10 tt:Je2 tt:Jb6 11 h3 0-0 12 g4 a5 13 a4
tt:J b4 14 � bl � d7 15 � f2 � c8 16 � gl
<ilt h8 17 � g2 � eS 18 <ilt h2 � g6 19 tt:J c3
'iVeS 20 tt:J el 'iVt7 21 1:. g2 fx g4 22 �xg6
'iVxg6 23 hxg4 'iVh6+ 24 � gl g5 25 l:. h2
'iVg6 26 tt:Je2 l:. f7 27 � a3 l:. cf8 28 l:t ah3
gxf4 29 tt:J xf4 'iVbl 30 tt:J c2 \t> g8 31 tt:Ja3
'iV al 32 ttJ c2 'iVxa4 33 b3 'iV c6 34 ttJ xb4
axb4
El Campeonato Mundial de equipos
nacionales se disputa cada cuatro años.
Diez equipos participan: los cinco prime­
ros de la última Olimpiada, los campeones
de cuatro continentes y el equipo del país
organizador. Cada equipo está formado
por seis jugadores y un capitán. En cada
ronda se alinean cuatro jugadores. El tor­
neo se juega por sistema liga.
Ye Jiangchuan nació en 1 960. Junto
con Xu Jun, Wang Zili y Liang Jinrong,
todos ellos grandes maestros internacio­
nales, pertenece a una generación de tran­
sición en el desarrollo del ajedrez chino.
Jiang ha ganado siete veces el Campeona­
to de China, y es uno de los jugadores chi­
nos con mayor experiencia internacional.
Objetivamente, podría decir que sus resul­
tados competitivos superan a los de todos
sus colegas . Desde 1 99 1 , es sabido que
54 LA ESCUELA C H I N A DE AJ E D R EZ
Jiang ayudó a Xie Jun a ganar tres mat­
ches por el título. Solía jugar al XiangQi.
Su estilo está influido por el modo de pen­
samiento característico de ese j uego.
Short es gran maestro y uno de los ju­
gadores más fuertes de Inglaterra. En su
j uventud se le consideró como la mayor
esperanza occidental, después de B obby
Fischer. Fue aspirante al campeonato
mundial en 1 993, y aunque fue derrotado
por Kasparov, tuvo una digna actuación.
Esta partida comienza con una compli­
cada variante de la Defensa Francesa.
Puede decirse que, desde el principio, am­
bos bandos luchan intens amente . Las
blancas perdieron un tiempo con su rey
(�e1 -f2-g2-h2, en lugar de 0-0 y <ii;> g l -h2)
y permitieron a su oponente contraatacar.
La jugada 30 ... �g8 de las negras fue un
error (en lugar de la decisiva 30 ... .l:1 xf4).
Después, las negras descartaron la posibi­
lidad de repetir jugadas, alcanzándose la
posición del diagrama.
El ordenador evalúa esta posición co­
mo ligeramente ventajosa para las negras,
quizá sobre la base de su peón extra. Se
trata de una posición muy difícil de eva­
luar para el ordenador. Sin embargo, sos­
pecho que Short también pensaba que su
posición era buena. En cualquier caso, no
imaginaba de qué modo podrían crearle
problemas las blancas.
¿Cómo debe evaluarse esta posición?
( 1 ) Ambos reyes están inseguros. Sus
respectivas coberturas de peones están de­
terioradas. Un rey expuesto siempre es un
elemento de la posición que puede ser ex­
plotado por el oponente.
(2) Las torres dobladas blancas ejercen
presión sobre la columna h. Las torres ne­
gras, a su vez, lo hacen sobre la columna f.
(3) Ninguna de las damas es muy acti­
va. Su radio de acción y movimientos son
limitados. Sin embargo, la presencia de
damas constituye una amenaza potencial
para la integridad de los reyes.
(4) Los caballos y alfiles de ambos ban­
dos carecen de libertad de movimientos.
( 5 ) La estructura de p e o n e s de l as
blancas parece superior a la de las negras.
Para empezar, disponen de mayor espa­
cio, gracias al peón de eS, que conrola f6 y
dificulta la defensa del flanco de rey ne­
gro. El peón de b3 priva al caballo negro
de buenas casillas. El hecho de que las
blancas tengan un peón menos es una con­
sideración puramente aritmética.
É ste es un método tradicional y estáti­
co de analizar la posición. Profundizando
un poco más, podremos descubrir algu­
nos secretos ocultos. Todas las piezas ma­
yores b l ancas están dirigidas h ac i a e l
flanco d e rey. L a cuña d e peones en e l
centro obstaculiza una posible ruta d e es­
cape para el rey negro. Como fuerza ata­
cante, las torres blancas dobladas ejercen
más amenazas sobre la columna h que las
negras sobre la columna f. El peón de h7,
que las mantiene a raya, puede ser elimi­
nado mediante el avance g4-g5-g6, en el
momento preciso. El caballo negro está
alej ado del campo de batalla. En resu­
men: las blancas tienen mejores posibili­
dades de ataque al rey contrario. Su plan
viene dictado por la estructura de la posi­
ción. El centro está bloqueado, e incluso
un examen superficial permite concluir
que las b l ancas no tienen fu turo en e l
flanco d e dama.
La situación es crítica. Si fuese el turno
de las negras, podrían jugar ... �e7-g5, cla­
vando el caballo (alfil de el ). Pero juegan
blancas. No tienen tiempo que perder, y si
no encuentran una línea de ataque efecti­
va, la ventaja podría pasar a manos de las
negras. ¿Cuál es la jugada clave?

35 g5
Es posible que las negras no hubiesen
omitido esta jugada, pero sí parecen haber
subestimado su efecto. Encontrarla ante
el tablero es muy distinto de encontrarla
en el análisis casero. En una sesión analíti­
ca podemos encontrar esta jugada sin pro­
blemas, porque procedemos de forma ex­
perimental. A primera vista, el avance del
peón no parece temible, y se diría que las
negras disponen de medios para contra­
rrestarlo. Pero tras considerar los posibles
planes, las negras deben haber tenido una
sensación deprimente. Es muy posible que
pronto deseasen haber j ugado antes de
manera diferente.
Puesto que el peón de g5 está indefen­
so, la jugada supone un sacrificio, de mo­
do que podemos calificarlo de golpe tácti­
co. Las b l ancas amen azan g5-g6, para
romper la línea frontal que protege al rey
enemigo. Las negras tienen que atender a
esta amenaza. Al mismo tiempo, las blan­
cas están alfombrando el camino a un sa­
crificio de torre: 36 � xh7 Jd xh7 37 � xh7
<ii;> xh7 38 'iVh5+ con, al menos, jaque per­
petuo. En otras palabras, 35 g5 abre cami­
no a la dama hacia el flanco de rey, es de­
cir, que la jugada tiene contenido estraté­
gico. Una j ugada aislada sólo es un esla-
ESTRATEGIA EN ACC IÓN 55
bón en la cadena estratégica, aunque sea
el más importante.
Sería incorrecto, por tanto, catalogar
35 g5 como un sacrificio táctico de peón.
La frase se refiere sólo a su forma externa,
pero no a su contenido interno. Una juga­
da de este tipo debería tener un nombre
abstracto, y es una pena que no se me ocu­
rra ninguno. Cuando eso suceda, se lo ha­
ré saber al lector.
En respuesta a 35 g5, las negras dispo­
nen de seis opciones:
( a ) 35 . . . tb c8 36 g6 n xf4 37 � xf4
1d xf4 38 gxh7 + � h8 39 1d g2 ld f8 40 'iVf3
'iVe8 4 1 'iVg3, con la decisiva amenaza 42
'iVg8+.
(b) 35 . . . � d8 36 g6 1d xf4 37 � xf4
n xf4 38 gxh7+ �h8 39 k! g2, y de nuevo
ganan las blancas.
(e) 35 ... n xf4 36 �xf4 : xf4 37 : xh7
�xg5.
33
¿Cómo deben ahora las blancas conti­
nuar el ataque? A la directa 38 ld h8+ �g7
39 � 2h7+ �g6 40 'iVh5+ �f5, el rey ne­
gro se escapa de la red de mate. Pero en­
tonces, cualquier jugador de alto nivel sa­
be que una secuencia de mate no consiste
necesariamente en una serie de jaques se­
guidos. En esta situación, las blancas de-
56 LA ESCU ELA C H I N A D E AJ E D R EZ
ben buscar otras medidas efectivas de ata­
que. La solución es 38 n 7h5 ! Las blancas
amenazan con capturar el alfil, y dar mate
con una serie de j aques: 39 l:t xg5+ �f8 40
n h8+ cJ;; e7 41 � g7+ n n 42 l:t xf7+ cJ;; xf7
43 'iVh5+, seguido de 44 'iVh7++. ¿ Cómo
pueden responder las negras?
(el ) El principal problema es que las
negras no p u e d e n retirar s u alfi l . P o r
ej emplo: 3 8 . . . � d 8 3 9 1:. h 8 + � g7 4 0
.a. 2h7+ �g6 4 1 'iVh5++.
( c2) La dama o e l caballo no deben
proteger el alfil, sino que debería hacerse
con la torre, 38 ... l:. f5. Lamentablemente,
en esta casilla la torre bloquea la ruta de
escape de su rey, de modo que, de nuevo,
las blancas pueden jugar 39 � h8+ �g7 40
n 2h7+ �g6 41 'iVh5++.
(c3) Después de 38 ... �f8 39 .a. xg5, las
blancas siguen amenazando con una se­
cuencia de j aques que conduce al mate.
Cualquiera podría ganar esta posición.
(c4) La única tentativa que les queda a
las negras es 38 . . . � g4+ 39 'iVxg4 'iVcl +.
Sin embargo, después de 40 cJ;; g2 'iVd2+ 4 1
�h3 'iVd3+ 42 'iVg3 'iVf5+ 43 cJ;; g2 'iVc2+
44 'iVf2 'iVe4+ 45 'iVf3 'iVc2+ 46 c;i( h3, no
hay jaque perpetuo. Por lo tanto, si 35 ...
1:. xf4, las blancas ganan.
(d) 35 ... � f5.
36 g6 h5 (intercalar 36 ... l:. g5+ 37 �h1
no conduce a nada) 37 n xh5 n xh5 38
R xh5 l:t f5 39 ll xf5 exf5 40 �d2! �f8 41
'iVh5 'iVd7 42 l2J h3 l2J a8 ( ¡ pobre caballo
n e g ro ! ) 43 l2J g5 l2J c7 44 l2J f7 � g7 45
'iVh7+ cJ;; f8 46 �h6 �xh6 47 'iVxh6+ � e7
48 'iVg5+ � f8 49 g7+ � g8 50 l2J h6+, ga­
nando.
(e) 35 ... � g7 36 l2J h5 (el caballo blan­
co se suma al ataque en el momento cru­
cial, demostrando así que está mucho me-
j or situado que el negro) 36 . . . 1l g6 3 7
l2Jf6+ �xf6 38 exf6 1:. f7 ( o 38 ... � fxf6 39
ll xh7 �f8 40 l:. h8+ � e7 41 � 2h7+ n n
42 n xf7+ �xf7 43 'iVf3+ con rápido ma­
te) 39 n xh7 n xh7 40 .: xh7 'iVc3 ( 40 . . .
� x h7 4 1 'iV h5 + c o n d u c e al m at e ) 4 1
� h8+ �f7 (o bien 4 1 ... c;i(xh8 42 ¡vh5+,
etc.) , y ahora no 42 �f4 l:. xg5+, sino 42
� h2!
35
Aunque existe equilibrio material, los
dos peones pasados y unidos blancos (en
g5 y f6) constituyen una seria amenaza. La
torre negra está encerrada, e incapaz de
amenazar al rey blanco. La posición del
caballo negro es muy mala. En respuesta a
42 ... l2Jc8 o 42 ... l2J d7, las blancas pueden
jugar 43 �f4, y llevar luego su dama a h5,
después de lo cual la situación negra es,

obviamente, desesperada. Por supuesto,
las negras no tienen por qué rendirse
mientras les quede una pizca de esperan­
za. Parece existir una posibilidad de con­
traj uego, con 42 . . . eS. Sin embargo , las
blancas rematan a su oponente con 43
lJ. h3 ! �xd4 (si 43 . . . �a 1 , entonces 44
'iY c2) 44 �xd4 exd4 (en e l proceso del
cambio de damas, las negras incluso han
cazado un peón, pero el final está perdido,
a causa de los dos peones pasados blan­
cos) 45 l:. h7+ � e8 (o bien 45 ... � e6 46
l:! e7+ <;i;>d6 47 iLf4+ �c6 48 f7, coronan­
do) 46 l:. xb7 ltJ d7 47 f7+, y las negras de­
ben perder su caballo.
La sexta posibilidad de las negras es la
que Short jugó en la partida.
35 ..txg5
000
Short comprende que esta j ugada no
puede salvarle, pero no hay nada mej or.
Su única esperanza es que las blancas co­
metan un error.
36 .ti g2
Era importante que las blancas previe­
sen claramente las consecuencias de esta
clavada, pues de otro modo el sacrificio 35
g5 no tendría sentido. Una planificación
precisa y una sensible intuición son los
puntos fuertes del jugador chino.
36 ooo h6
Forzado, ya que después de 36 . .:!. g7
. .
37 ltJ h 5 , las negras pierden pieza. Las
blancas también ganan en caso de 36 . .
lJ. f 5 3 7 lb d 3 .ti f 1 + 3 8 � x f l .ti xfl +
39 �xfl ltJd7 40 ..txg5 ltJf8 41 iLh6+ ltJg6
42 lJ. f3 � h8 43 : gf2.
37 l: xh6 l: g7
En esta tensa situación, a las blancas
sólo les quedaban algunos minutos para
superar el control de tiempo, en la jugada
40, de modo que no podían calcular todas
las variantes, como hubiera hecho una
computadora.
ESTRATEG IA EN ACC IÓN 57
El alfil negro está amenazando torre y
caballo contrarios. Las blancas tienen cin­
co o seis posibilidades, pero verificarlas
todas en una corta secuencia de jugadas es
imposible. La cuestión es cómo encontrar
un método que asegure una posición ga­
nadora. Echemos un vistazo a las distintas
opciones:
(a) 38 ltJ hS iLxh6 39 ..txh6 l:. xg2+ 40
�xg2 l:. f7 4 1 �g4+ � h8 42 iLg7+ �h7
43 ltJf6+ l:. xf6 44 iLxf6 �c2+, y las negras
pueden forzar fácilmente el cambio de da­
mas. Las perspectivas blancas aquí no pa­
recen buenas.
(b) 38 .ti g6 .ti xg6 39 ltJ xg6 �xcl 40
�xc1 iLxc1 41 ltJxf8+ <it>xf8, y en el final
las blancas no tienen esperanzas ni siquie­
ra de hacer tablas.
(e) 38 .:!. h5 iLxf4 39 .ti xg7 + �xg7 40
. �g4+ �f7 4 1 �xf4+ �e8, y la ventaja pa­
sa a manos de las negras.
(d) 38 l:l xe6 �c8 (38 ... �c7 39 ltJhS)
39 k! xb6, y ahora:
( d 1 ) 39 . . . .ti xf4 40 ..t xf4 iL xf4 4 1
.ti xg7+ �xg7 42 'lWe2 iLgS 43 �g2 �el+
44 <;t> h2 �f4+ 45 �g3 �d2+ 46 <;i;>h3 �e3
47 �xe3 iLxe3 48 l:l xb7+ <;i;>g6 49 .ti xb4,
con fácil victoria.
( d2) Después de 39 . . . ..txf4 40 iLxf4
.ti xf4 4 1 l:t xg7+ �xg7, la posición negra
58 LA ESCU ELA CHINA DE AJ E D R EZ
no es demasiado mala. La alternativa, sin
embargo, es 40 � bg6 ! � xg6 41 � xg6+
�f7 42 1:. f6+, y las negras pierden pieza.
En la partida, Y e Jiangchuan eligió:
38 l2Jg6
Una jugada ciertamente brillante, ba­
sada en una perfecta combinación de cál­
culo e intuición.
38 ooo �xh6
Jugada única, en vista de 38 . . . � xcl
39 � h8+ �f7 40 � xf8++.
39 l2Je7+
Las blancas también podían jugar 39
�xh6 'iVc3 (39 ... � xg6 40 � xg6+ �h7 41
'iVh5, ganando) 40 l2J e7+ �f7 41 l:. xg7+
�eS 42 l2Jc8 1:. f5 ( 42 . . . l2Jxc8 43 'ib'h5+,
ganando) 43 � g8+ � d7 44 l2Jxb6+ cJ;; e7
45 � g7+ cJ;; e8 46 l2J c8 cJ;; d8 47 l2J d6. En
extremos apuros de tiempo, sin embargo,
se contentan con ganar la dama, que des­
de luego basta para conseguir la victoria.
39 000 � f7 40 lb xc6 � x g2+ 41 � x g2
� fg8+ 42 � f2 � xc l 43 'iV h5 + � g 7
44 l2J e7 � f8+ 45 �e2 1:. 17 46 'ib'g4+ �f8
47 l2Jg6+
Las negras se rindieron.
Alguien que vea la posición después
de 34 ... axb4, tendrá la impresión natural
de que las negras deben acabar perdiendo.
No estoy seguro de que el análisis que si­
gue a la jugada 35 de las blancas sea 1 00%
preciso, pero creo que las negras no po­
drán escapar a su suerte. El pensamiento
subyacente en 35 g5 es una combinación
de técnica, táctica y estrategia, que vale la
pena estudiar.

ORIGEN Y NATURALE ZA DEL AJE DRE Z
e uántos juegos de la familia del
J aj edrez han sido inventados,
teniendo en cuenta todos los
lJ
países y todos los tiempos? Nadie lo sabe
realmente. Algunos de esos j uegos exis­
ten desde hace miles de años, sin la som­
bra de una duda. Entre ellos se encuen­
tran el Go y el ajedrez, incluido el XiangQi
(o aj edrez chino). Otros existieron sólo
durante un breve período de tiempo o en
un solo lugar, como una pequeña mecha
oscura en un caballo b lanco, y sus hue­
l las son di fíc i l e s d e seguir e n n u e s tro
tiempo.
Aunque hay tantos juegos del tipo del
ajedrez, siempre se trata de una misma co­
sa bajo una nueva apariencia. Todos los
juegos de esta familia tienen algo en co­
mún.
En primer lugar, todos los juegos tipo
ajedrez tienen los mismos componentes
básicos, es decir, tablero, piezas y reglas
del juego. El tablero es un área con espa­
cios definidos; las piezas del juego son los
materiales a desplazar en ese espacio, y las
reglas son las leyes para sus movimientos
en el tablero. Si un juego carece de uno de
estos tres elementos, no puede considerár­
sele pariente rlel ajedrez.
En segundo lugar, cualquier juego si-
59
milar al ajedrez es un "ejercicio de inteli­
gencia". Implica el arte del pensamiento,
aporta el contexto y la forma para diver­
sos tipos de combate mental.
En tercer lugar, cualquier juego empa­
rentado con el ajedrez es un modelo sim­
bólico. Es un reflejo, en el cerebro huma­
no, del mundo exterior. Los seres huma­
nos transforman ese reflejo en una crea­
ción artificial. No importa qué tipo de for­
ma de creación adopta, una partida de aje­
drez posee, en última instancia, la natura­
leza de un modelo.
Estos tres factores constituyen el ca­
rácter general del juego de ajedrez. Cual­
quier creación humana, que comprenda
estos tres factores, puede considerarse un
j uego emparentado con el aj edrez. Hay
factores comunes entre el aj ed rez y los
juegos de naipes. Todos son juegos de in­
teligencia y modelos. Una partida de car­
tas tiene reglas, y materiales a ser manipu­
lados, pero no tiene "leyes" que se refie­
ran al movimiento dentro de un espacio
determinado. El ámbito de la habilidad
competitiva es más limitado, porque inter­
vienen elementos azarosos y tiene menos
contenido científico.
Los juegos similares al ajedrez pueden
ser simples o complejos, elemt�ntales o re-
60 LA ESC U E LA C H I N A DE AJ E D R EZ
finados. Pueden diferenciarse por el nú­
mero de posiciones posibles y permutacio­
nes de jugadas. En el Go y en el ajedrez,
esos números son astronómicos. En las
damas pueden ser bastante menores, pero
aun así no es fácil j ugar bien a ese j uego
(aunque se me ha dicho que un ordenador
ha encontrado la solución definitiva de la
partida de damas). Otros juegos similares
al ajedrez contienen menos permutacio­
nes que las damas.
En general, el conocimiento de cues­
tiones sofisticadas aporta una importante
clave al conocimiento de las cuestiones
básicas. Estudiar los orígenes y el desarro­
llo del ajedrez aporta una clave a los con­
textos históricos en los que el juego cum­
plía su función social.
El juego se manifiesta en una fase tem­
prana de la evolución animal. Un elemen­
to de juego humano indudablemente es
heredado de las órdenes más elevados de
animales, pero los juegos humanos son di­
ferentes de los juegos de los animales. El
hombre transmitió a sus juegos conceptos
humanos.
Los juegos forman parte de una anti­
gua vida humana. A fin de sobrevivir, los
seres humanos primero tuvieron que lle­
var a cabo una lucha con la naturaleza. En
el transcurso de esa lucha, desarrollaron la
adoración por fenómenos naturales. Su
adoración y la imitación de la naturaleza
fueron conscientemente inculcadas a sus
juegos. La imitación, o simulación, es, en
sí misma, una forma del pensamiento filo­
sófico del hombre acerca de los fenóme­
nos naturales.
Además de la lucha con la naturaleza,
había conflictos sociales. Y a en el mundo
animal había combates, competiciones e
incluso luchas por la supervivencia. Las fa­
cultades puestas en juego en la lucha por
la supervivencia fueron heredadas por los
seres humanos y están profund amente
marcadas en l a conciencia humana. La
conciencia de la lucha social frecuente­
mente se exhibe en forma de j uego. Los
seres humanos ej ercitan sus h abilidades
en conflictos dentro de la sociedad, y eso
permite madurar sus cualidades para lu­
char con la naturaleza.
El aj edrez no es un j uego primitivo.
Puede suponerse que "la gente trasladó
un j uego primitivo del suelo a la mesa".
Pero no podemos estar de acuerdo con al­
guien que d iga que si los pasos de una
danza primitiva en círculo pueden ser tras­
ladados a una mesa, ésa es una forma de
ajedrez.
En una forma primitiva de tablero, es­
pecialmente popular entre los niños, se
traza un territorio ("tablero") en la tierra,
y luego se usan piedras, bolas y raíces para
jugar. Este juego sólo puede jugarse en la
mesa. Desde luego, no sabemos cómo se
creó tal j uego en la antigüedad. Hay mu­
chas hipótesis, pero sin prueba documen­
tal que las respalden. Por ejemplo: los j u­
gadores pueden dibujar el sol, la luna, es­
trellas, animales en la tierra y acantilados,
y luego utilizar piedras y raíces de plantas
que simbolizan esos objetos. Es muy pro­
bable que los objetos fortuitos que se em­
pleaban no tuviesen, al principio, un ca­
rácter simbólico. Propiamente hablando,
no se trataba de protopiezas de aj edrez.
Más tarde, cuando los seres humanos me­
joraron su capacidad de pensamiento y su
visión del mundo, les prestaron especiales
significados simbólicos a los objetos utili­
zados en sus juegos.

ANTECEDENTES DEL AJEDREZ
Desde hace, al menos, 5.000 años A.C.,
existía la forma más simple de un j uego de
8 x 8 casillas, en blanco y negro (como evi­
dencian las cerámicas pintadas descubier­
tas en Yongchang, provincia de Gansu).
É sta fue la forma inicial del material, que
más tarde se fue adecuando a la idea del
ajedrez. En el siglo xx A.C. se creó un jue­
go de astrología y fisonomía, con una fun­
ción adivinatoria (fábula de los cuerpos
celestiales de Shen Nongshi). Esto refleja­
ba el desarrollo de conocimientos religio­
sos y científicos, y la combinación de téc­
nicas y brujería.
El registro más antiguo sobre el juego
de Go se encuentra en los Anales de Zuo,
en el año 25 de Lu Xianggong (548 A.C.),
el duque Taishu del Estado Wei dice a sus
hijos: "El jugador de Go duda al realizar
una jugada." Se hace referencia a algo su­
cedido hacia el año 559 A.C.
La Historia de la D inastía occidental
fin, recopilada en la época de los Estados
Guerreros, registra la fábula en la que
"Yao enseña el danzhu", e informa de que
el primitivo Go fue inventado en torno al
siglo xxv A.C. El tablero tenía 8 x 8 casi­
llas. Las reglas del juego no están claras.
Sin embargo, al examinar el j uego desde
distintos puntos de vista, podemos realizar
una inferencia razonable: las piezas, en el
Go primitivo, no se situaban en las inter­
secciones, sino dentro de las propias casi­
llas. Por otro lado, las reglas sobre captura
de piezas no se habían perfeccionado co­
mo en generaciones posteriores. Y ao era,
ciertamente, no sólo el único posible in­
ventor del Go, sino que no podemos ne­
garle el talento de combinar las innovacio­
nes de otros. En este sentido, puede decir­
se que Yao inventó el juego.
O R I G E N Y NATURALEZA DEL AJ E D R EZ 61
Por cierto que, aunque el juego de da­
mas tiene una larga historia, no es eviden­
te que proceda de Egipto. En el juego de
damas de 8 x 8 puede percibirse la sombra
del primitivo Go (el llamado j uego inter­
nacional de damas, que se practica en un
tablero de 1 00 casillas, es producto de los
tiempos modernos). Es posible que en el
desarrollo del primitivo Go se hayan ab­
sorbido algunos factores del ajedrez, que
condujeron a la creación de las damas.
El antiguo juego de Liu Bo ya existía
antes del siglo x A.C. En el siglo v A.C.,
tras haber incorporado algunas mejoras,
el Liu Bo pasó a llamarse Sai Xi. Dicho en
pocas palabras, el Liu Bo es un juego en el
que cada uno de los dos bandos, negras y
blancas, tiene seis piezas. Tirando los
Liuzhu (los dados actuales), los jugadores
deciden sus j ugadas. La única diferencia
entre el Sai Xi y el Xiu Bo es que en aquél
no se utilizan los dados. Confucio (55 1 -
476 A.C.) dice: "¿Hay alguien que quiera
jugar partidas? " Las partidas a las que se
refiere son de Go y de Liu Bo.
En la época de Confucio, el Go proba­
blemente evolucionó en dos formas: el ta­
blero de 1 2 líneas y el tablero de 13 líneas.
Las piezas se sitúan ahora en las intersec­
ciones de las líneas. La regla para capturar
piezas posiblemente era la misma que hoy
en día. El j uego se desarrolló muy rápida­
mente. Hacia el siglo II A.C., apareció el
tablero de 15 líneas. En el siglo 1 pasó a ser
de 17 líneas. Contando los kong (el térmi­
no japonés equivalente es mu ) , los jugado­
res deciden quién es el ganador.
El Liu Bo y el Sai Xi son los antece­
dentes más antiguos del aj edrez, docu­
mentados en los anales históricos chinos.
En el transcurso de su desarrollo, las pie­
zas negras y blancas fueron reemplazadas
por los diseños del tigre y el d ragón. Esto
62 LA ESC U E LA C H I N A DE AJ E D R EZ
es un reflejo de la adoración totémica por
el dragón y el tigre en la sociedad antigua.
El uso de estos diseños introduce el funda­
mento para el modelo tridimensional de
las piezas de ajedrez en tiempos posterio­
res.
El desarrollo del Liu Bo se bifurcó más
tarde en dos direcciones. U na línea de de­
sarrollo dio origen a un juego de azar. La
otra dio lugar al XiangXi, que absorbió la
quintaesencia del juego de astrología y fi­
sonomía, así como el ajedrez primitivo y
otros juegos populares.
Desde el siglo v al 1 A.C., es decir, des­
de los tiempos de la Primavera y el Otoño
y los Estados Guerreros hasta la Dinastía
Han, existieron otros juegos parecidos al
aj edrez, así como otros no relacionados
con él. Según registros históricos, en el
año 569 D.C. el emperador Wu de la Di­
nastía Zhou del norte, inventó el XiangXi,
que es casi idéntico al ajedrez Baoying, re­
gistrado en la Dinastía Tang: un tablero
de 8x8 y piezas tridimensionales que se si­
túan dentro de las casillas. Que el propio
Wu inventase el ajedrez es algo cuestiona­
ble, aunque parece haber sido muy inteli­
gente. Una respuesta razonable es que el
ajedrez ya existía antes del siglo VI. Prefie­
ro llamarle a estos juegos de ajedrez Lei
XiangXi o "antiguo XiangXi".
Existe un brocado, que data de la di­
nastía Tang, con un diseño que representa
las cuatro formas de arte mayor en China,
a saber, tocar la lira, el ajedrez, la caligra­
fía y la pintura. El ajedrez está representa­
do por un tablero blanco y negro de 8x8.
É ste es el diseño de tablero más antiguo
descubierto en el mundo.
Las piezas y reglas del XiangXi pue­
den inducirse del Registro de las cosas ex­
trañas, un poema de un Ministro de Esta­
do en la dinastía Tang. Una primera frase
importante dice así: "Un caballo celestial
vuela tres pasos en diagonal." Se refiere al
jinete o caballero, que tiene el mismo mo­
vimiento que en el moderno XiangQi o en
el ajedrez internacional.
La segunda frase es: "El Gran General
se mueve en todas las direcciones." Antes
de la dinastía Tang, la pieza que más tarde
se llamó elefante se llamaba Gran Gene­
ral o Elefante Dorado General, es decir,
un general a lomos de un elefante. La fra­
se significa que el elefante es muy podero­
so, que puede j ugar a cualquier parte, sin
límites.
A con tinuación leemos: " El carro se
mueve en lín e a recta y no d a ninguna
vuelta. " El carro es el del XiangQi, equi­
valente a la torre del ajedrez internacio­
nal. La última frase reveladora dice: " Los
seis soldados están alineados y se mueven
según las reglas." Los soldados son equi­
valentes a los peones del ajedrez, y a las
seis piezas del Liu Bo y del Sai Xi. Des­
pués de que se introdujera el cañón en el
j uego, el número de peones se reduj o a
cinco. Bai Juyi (772-846), un poeta de la
dinastía Tang, escribió una famosa frase
acerca del aj edrez: " Los peones j uegan
hacia delante, los elefantes juegan con ca­
rros" , que virtualmente ilustra la forma
del juego por entonces.
EL LIBRO DE LOS CAMBIOS
Una cuestión muy importante, en la histo­
ria de cómo el ajedrez y el Go se desarro­
llaron, es por qué eran tableros de 8x8 y
las piezas blancas y negras en el antiguo
XiangXi y en la forma original de Go. Los
investigadores de historia del aj edrez ya
han aportado numerosas hipótesis y teorías.
La cuestión atrae también a estudiosos

occidentales. En enero de 1 984, Shajmaty
URSS publicó un artículo titulado " El ori­
gen del ajedrez" , por el Dr. Chelevcour,
un investigador del Instituto del Lej ano
Oriente, de la Academia Soviética de las
Ciencias. En él se afirma: "No es coinci­
dencia que las piezas del ajedrez se divi­
dan en negras y blancas y que se sitúen en
un tablero de 64 casillas . Parece que las
formas del ajedrez provienen de antiguos
símbolos chinos del Libro de los Cambios,
en el siglo IV A.C." (En realidad, la fecha
es incorrecta, por cuanto existen docu­
mentos escritos sobre el tema datados en
el año 672 A.C.)
Chelevcour continúa diciendo: " Blan­
cas y negras representan dos tipos de fuer­
zas universales: la luz, factores activos y
hermosos, por un lado, y la oscuridad, fac­
tores negativos y malvados, por otro (yin y
yang) . Según el Libro de los Cambios, el
número 64 sintetiza todas las situaciones
objetivas. En los 64 hexagramas, todo tie­
ne su símbolo: un diagrama que está com­
puesto por seis líneas compactas o rotas
(yao ), muchas de las cuales incluyen la
idea de interconexión y apoyo mutuo."
Chelevcour tiene razón en conectar el
origen y desarrollo del ajedrez con el Li­
bro de los Cambios. El núcleo del Libro
de los Cambios son los sesenta y cuatro
diagramas formados a partir de ocho tri­
gramas. Los ocho trigramas datan de 7.000
años atrás, tal vez incluso antes. En años
recientes, los arqueólogos han descubierto
trazas del Libro de los Cambios en piedras
talladas por los indios americanos en tor­
no a 5.000 años A.C. Los indios son un
grupo de antiguos chinos que cruzaron el
océano o el territorio continental y viaja­
ron a América: hay varias pruebas al res­
pecto. El descubrimiento del Libro de los
Cambios en piedras talladas por los indios
O R I G E N Y N ATU RALEZA DEL AJ E D R EZ 63
significa que el Libro debe proceder de
una fecha muy anterior a la previamente
asignad a. Las opiniones sobre el origen
del universo y del mundo en el Libro de
los Cambios, su pensamiento dialéctico, su
com binación de materialismo simple e
idealismo objetivo, y su misterio matemá­
tico aporta un compendio acerca de la
comprensión china del mundo. El Libro
de los Cambios es el punto de partida de
la filosofía china. El pueblo chino ha esta­
do muy influido por este legado. (Por cier­
to que el sistema binario, empleado en la
moderna ciencia cibernética, aparece por
primera vez en el Libro de los Cambios.)
Cada uno de los sesenta y cuatro dia­
gramas del Libro de los Cambios tiene seis
líneas, y las líneas representan el yin y el
yang. Cuando alguien inventó el ajedrez y
el Go, la influencia del yin y el yang se en­
contraba en su mente. Como consecuen­
cia, el tablero de 64 casillas y seis tipos de
piezas negras y blancas fueron el resulta­
do.
Figura 1: Casilla matriz
del Emperador Amarillo
La figura 1 anterior es el "dibujo es­
quemático del cuadrado matriz del Empe-
64 LA ESCU E LA C H I N A DE AJ E D R EZ
rador Amarillo". ¡ Cuán similar nos parece
a un tablero de ajedrez! La historia sucede
en el siglo xxv A.C. El Emperador Ama­
rillo, que gobierna la tribu Xia, y Chiyou,
que gobierna las tribus Li y Miao, se en­
frentan en una decisiva batalla, en el cam­
po de Zhuolu, en la provincia de Hebei,
por la posesión de las regiones meridiona­
les del río Amarillo. El Emperador Ama­
rillo planeó el cuadrado matriz, siguiendo
las ideas del Libro de los Cambios, y de­
rrotó a Chiyou. Por supuesto, una fábula
no es lo mismo que la arqueología, y no
puede ser considerada una evidencia. Con
todo, la fábula contiene cierta verdad his­
tórica, a partir de la cual es posible cons­
truir una hipótesis.
Figura 2: Matriz de los ocho
diagramas de Zhu Geliang
La figura 2 es la representación esque­
mática de la matriz de los ocho diagramas
de Zhu Geliang. Se deriva básicamente de
la idea del Cuadrado matriz del Empera-
dor Amarillo, aunque existe un pequeño
cambio, y pueden añadirse algunos jinetes
móviles. Zhu Geliang usaba la matriz de
los ocho diagramas para luchar contra Si­
ma Yi. Esto no es una fábula. Los diagra­
mas 1 y 2 están tomados del libro Táctica
elemental, publicado por la Universidad
de la Defensa Nacional. Visualizándolos
junto con el tablero de ajedrez de la dinas­
tía Tang, podemos razonablemente con­
cluir que el tablero de las 64 casillas tiene
su origen en la influencia del Libro de los
Cambios.
En la antigua China se creía que la re­
sistencia de la fuerza masculina a la feme­
nina lo penetraba todo en el universo, es
decir, que la lucha entre ambas fuerzas era
universal. De ahí que se aceptase el con­
cepto de lucha entre el blanco y el negro.
En este sentido, el ajedrez era una forma
especial en la que los seres humanos ex­
presaban su comprensión del mundo. Al
principio era un modelo del universo, re­
flej ando la naturaleza. Después fue con­
virtiéndose en un modelo de la sociedad,
reflejando la vida humana.
El título Xiang para aj edrez procede
del Libro de los Cambios, donde Xiang es
un importante concepto. " Los cambios
son Xiang. " En otras palabras, el Xiang se
empleaba para imitar la complej idad de
los obj etos del universo. En los Chuchi
( " Poemas d e Chu " ) , hay u n poema,
"Zhaohun" , por Song Y u , que habla d e
"usar palillos para j ugar piezas d e j ade y
también para j ugar al Xiang". Song Y u
había nacido en el Estado Chu, en el si­
glo 1 1 A.C. Por estos argumentos, puede
verse que el ajedrez no procede de un país
extranjero.

APARICIÓN DE LAS MODERNAS
VERSIONES DE AJEDREZ Y Go
A mediados del siglo VI, el juego de Xiang
fue oficialmente reconocido por la autori­
dad del estado. (Y a he mencionado el in­
forme de que el XiangXi fue creado por el
emperador Wu.) Fue por entonces cuando
el tablero de Go se amplió de 1 7 a 1 9 lí­
neas. Aunque más tarde los j ugadores
estuvieron de acuerdo en que el tablero
de 1 9x 1 9 era ideal, no deberíamos olvi­
dar que el tamaño del tablero fue el re­
sultdo de más de 1 .500 años de desarrollo
(desde el tiempo en que " Yao enseñaba
dunzh u " ) . M uchos expertos comparan
hoy los cinco tableros (de 17, 1 8, 1 9, 20 y
21 líneas), y están de acuerdo en que el ta­
blero de 1 9 líneas es el más perfecto. Des­
pués de más de 1 .200 años, este tablero ha
mostrado su vitalidad. El tiempo es la me­
jor prueba de sus cualidades científicas y
artísticas.
No más tarde de la encrucij ada entre
los siglos VI y vn, el Xiang llegó a la India,
donde fue l lamado Chaturanga (también
es posible que algunos juegos parecidos al
Xiang llegasen al país en fecha anterior).
El Chaturanga se convirtió en el Chatrang
(ajedrez persa), y más tarde viaj ó hacia
Oriente Medio, donde se conoció como
Shatranj. La principal diferencia entre el
ajedrez persa y el actual es la jugada de la
dama. En el ajedrez persa, esta pieza sólo
podía jugar una casilla en cada movimien­
to. Existe evidencia arqueológica de que
en la India se jugaba un ajedrez a cuatro,
que se remonta al siglo VIII.
En la mente de muchos extranjeros, el
juego de Xiang llegó a China, procedente
de la India. Está hipótesis está llena de la­
gunas, pero es muy difícil de descartar.
Cuando se sepa mucho más acerca de la
O R I G E N Y NATURALEZA DEL AJ E D R EZ 65
historia del aj edrez, habrá que asignarle
una fecha muy anterior al origen del juego
a cuatro de la India y su introducción en
China, pero China poseía ya el Xiang por
entonces. La idea de que el Xiang fuese
originado en China y emigrase desde allí a
la India y el Oriente Medio es mucho más
plausible, en tanto que más acorde con los
hechos cronológicos.
El siglo XI es el período en que el mo­
derno XiangQi quedó ultimado. Compa­
rando el tablero de 90 puntos del XiangQi
con el tablero de 64 casillas del ajedrez,
podemos reconocer que el XiangQi tam­
bién tiene 64 casillas, sólo que existe el lla­
mado "río" que cruza la mitad del tablero.
Obviamente, el tablero actual del Xiang­
Qi se deriva del original, pero con un pe­
queño cambio. La razón del cambio fue la
introducción de una nueva pieza, el cañón.
Se tenía la impresión de que no había es­
pacio suficiente para el movimiento de las
piezas, de modo que el área de juego de­
bía ser ampliada. Sin embargo, el concep­
to tradicional del j uego del Xiang conti­
nuó dominando el pensamiento de la gen­
te. No podían apartarse de los 64 diagra­
mas. Los tres cambios introducidos lo fue­
ron teniendo en cuenta esta premisa. En
primer lugar, las 64 casillas se mantuvie­
ron, pero la adición del río amplió el espa­
cio de movimiento y subrayó el antagonis­
mo entre los ejércitos. En segundo lugar, a
imitación del Go y otros juegos, las piezas
se s ituaron en las intersecciones . Este
cambio amplió aún más el área de movi­
miento , finalizando con el tablero de 90
posiciones. En tercer lugar, algunos pun­
tos especiales del tablero se designaron
como jiugong. É ste es un término de la an­
tigua música china, pero que representa el
símbolo de la autoridad y dignidad del
emperador. Este cambio reflejó el carác-
66 LA ESCUELA C H I N A D E AJ E D R EZ
ter de la sociedad de aquel tiempo. Jiu­
gong se refiere a la configuración de nue­
ve puntos, dentro de los cuales pueden ju­
gar el comandante en jefe y sus guardaes­
paldas. Es significativo que el número
nueve juegue un papel destacado en el Li­
bro de los Cambios: el número del viejo
yang es nueve. En una palabra, la influen­
cia del Libro de los Cambios puede en­
contrarse en la estructura del moderno
XiangQi.
Las piezas del XiangQi también cam­
biaron en el siglo XI, cuando la palabra es­
crita se hizo más importante en la socie­
dad humana. La evolución de imagen a
palabra fue una tendencia inevitable del
desarrollo. Las piezas cambiaron de for­
mas tridimensionales a fichas planas. Es­
critos y gráficos coexistieron. Un lado de
la pieza llevaba una imagen; el otro, una
palabra. Una pieza de cobre de XiangQi,
elaborada en la época de la dinastía Song
del norte tiene un diseño así. Fue descu­
bierta en Kaifeng y conservada en el Pala­
cio Imperial de Pekín. El cambio de dise­
ño sirvió para hacer popular el juego, más
acorde con la gente corriente y sus condi­
ciones de vida. De hecho, el XiangQi llegó
a ser tan popular que se jugaba en todas
las familias.
En resumen, el Go moderno, el Xiang­
Qi y el aj edrez proced e n d e l j uego e n
blanco-y-negro q u e existía h a c e u n o s
7.000 años.Todos ellos s o n otras tantas
manifestaciones del pensamiento filosófi­
co reflej ado en el Libro de los Cambios
(véase tabla " Orígenes y evolución d e l
ajedrez y e l G o e n China").
El proceso de cambio en el Go y el aje­
drez duró miles de años. Los cambios se
orientaron en diferentes direcciones en los
dos casos. Las piezas del Go son simples:
todas son del mismo tipo. Sus funciones
también son sencillas. Jugadores chinos
inteligentes concibieron la posibilidad de
cambiar para ampliar el área de j uego. El
tablero se ampliaría de 64 casillas a las ac­
tuales 1 9 líneas. En ajedrez, el desarrollo
ha evolucionado, sobre todo, añadiendo
distintos tipos de piezas y modificando sus
funciones para incrementar las posibilida­
des de movimiento. Tal es la lógica de la
evolución del juego.
UN FENÓMENO CULTURAL
El ajedrez no es sólo una combinación de
ciencia, arte, juego y deporte, sino tam­
bién un complejo fenómeno cultural de ti­
po independiente: el mundo en microcos­
mos. Refleja el papel humano positivo en
el cambio del mund o . I nicialmente, se
consideraba el ajedrez como un modelo
del universo. Cuando el aparato bélico se
hizo importante para las sociedades, el
ajedrez evolucionó de modelo del univer­
so a modelo social, reflejando el elemento
competitivo en la naturaleza humana y la
filosofía humana.
Con el progreso de la historia y el de­
sarrollo social, el arte del ajedrez se hizo
popular en la vida cotidiana de la gente.
Más y más personas fueron prestándole
atención a las funciones sociales del aje­
drez.
En primer lugar, j ugar al aj edrez es
una noble actividad cultural, que constitu­
ye un símbolo de civilización. El ajedrez
no está limitado por la edad, el sexo o la
posesión de un equipamiento sofisticado.
Esta enorme compatibilidad es una de sus
grandes ventaj as . Jugar al aj edrez en su
tiempo libre, con padres, hermanos, her­
manas, colegas y amigos, la gente enrique­
ce sus vidas y mejora su carácter. Juegan

sus partidas en clubes de ajedrez y otros
lugares públicos. Reproducen las partidas
de jugadores famosos. La partida decisiva
de un campeonato se carga de emoción.
Las impresiones que producen las tácticas
ingeniosas y las combinaciones resultan
inolvidables. A veces, el público prueba su
suerte en una exhibición de simultáneas
ante un famoso jugador. Al convertirte en
jugador activo de club, puedes hacer mu­
chos amigos que aman el ajedrez. El juego
rey es cada vez más importante en la esce­
na internacional. Hoy en día la gente dis­
fruta de publicaciones de aj edrez y pro­
ductos electrónicos, que ya no están confi­
nados al exclusivo consumo de profesio­
nales y especialistas.
En segundo lugar, está el significado
deportivo del aj edrez. En una sociedad
humana civilizada, cada tipo de deporte
juega un importante papel. Hoy en día, el
ajedrez contiene la función política de dar
prestigio al país y elevar el espíritu nacio­
nal. Para comprenderlo, basta con que ob­
servemos todos los honores otorgados a
Xie Jun, que conquistó el Campeonato
Mundial para China. La excelencia en aje­
drez muestra el nivel intelectual del país.
Los maestros de aj edrez son admirados
porque el aj edrez se considera un j uego
para personas inteligentes. Cuando los jó­
venes admiran a un maestro de ajedrez, lo
tomarán como un modelo a imitar. Un
maestro debe cultivar valores civilizados y
desempeñar un papel positivo en la comu­
nidad.
Esto nos lleva al tercer punto: la fun­
ción educativa del ajedrez. Es importante
promover el ajedrez entre los j óvenes, e n
l a fase fundamental de s u desarrollo men­
tal y físico. 1 ugar al ajedrez puede desarro­
llar su sabiduría y entrenar sus facultades
de imaginación, memoria, sensaciones y
O R I G E N Y NATURALEZA DEL AJ E D R EZ 67
entendimiento. También ejercita sus cua­
lidades creativas, su capacidad analítica y
su pensamiento lógico. Cultiva la persis­
tencia, la tenacidad, el ingenio, el autocon­
trol, el valor y otras cualidades competiti­
vas, además de la habilidad para controlar
situaciones complej as. La estrategia y la
táctica del ajedrez, sus métodos de planifi­
cación y su filosofía, siempre j uegan un
papel positivo en el desarrollo de la inteli­
gencia de los jóvenes.
Actualmente, el ajedrez se integra ca­
da vez más en la enseñanza elemental y
media. Los informes demuestran que el
ajedrez ayuda a los estudiantes a mejorar
en sus estudios. En Venezuela, por ejem­
plo, un informe pedagógico demuestra
que de todos los juegos, el ajedrez es el
que mejor desarrolla la inteligencia de los
estudiantes.
En cuarto lugar, el aj edrez es valioso
en la investigación científica. Durante los
pasados cuarenta años, en los campos de
la psicología moderna y la inteligencia ar­
tificial, se han descubierto muchos hallaz­
gos estudiando la estructura del ajedrez y
la mente del ajedrecista. En psicología,
por ej emplo, utilizando un instrumento
especial, un investigador puede analizar la
relación entre intuición humana y pensa­
miento lógico, leyendo los datos del movi­
miento de los ojos del jugador, cuando se
encuentra estudiando la posición de una
partida y reflexionando sobre la jugada si­
guiente.
En la inteligencia artificial, desde sus
primeros días, los principios para diseñar
un programa de jugar al ajedrez fueron
creados por Claude Shannon, el padre de
la teoría informática americana, más de
cuarenta años atrás, y a partir de los cuales
se diseñaron diversas máquinas ajedrecis­
tas. Hace más de veinte años que los orde-
68 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
nadores pueden jugar de forma eficiente,
estimulando así la fantasía de los jóvenes
científicos. Esperaban que las investiga­
ciones en este campo llevasen a mejorar la
tecnología de los ordenadores. Cierta­
mente, creían que resolver el misterio de
jugar al ajedrez era la clave para revelar el
secreto de la inteligencia humana. Anual­
mente se celebran competiciones mundia­
les entre computadoras de ajedrez. Cada
vez es más difícil elevar el nivel de juego,
pero muchos de los países más avanzados
del mundo siguen tratando de desarrol lar
.
este proyecto. La gente no ayuda pregun­
tando qué sentido tiene gastarse tanto di­
nero en esto . Aparte de su significado
competitivo y valor propagandístico (por
no hablar de las implicaciones comerciales
d e , por ej emplo, la victoria de D eeper
Blue sobre Kasparov), el ajedrez incorpo­
ra las características de numerosos tipos
de actividad mental (lógica, dialéctica,
pensamiento en imágenes, inspiración y
pensamiento contralógico, etc.), es decir,
que aporta un modelo sistemático de in­
vestigación en la ciencia del pensamiento.
Voltaire dijo que el ajedrez era uno de
los más valiosos tesoros humanos. Pocos
juegos han conservado tanto tiempo su
encanto. El ajedrez es una perfecta combi­
nación de estructura sencilla que contiene
posibilidades inagotables, una herramien­
ta efectiva para el entrenamiento de la
imaginación e inteligencia humanas, y es
también un juego que puede aportar infi­
nita fantasía y placer a los niños.
Se vive hoy un momento de actividad
sin precedentes en el terreno del pensa­
miento humano. I nvenciones e innova­
ciones se suceden unas a otras sin inte­
rrupción. Entre mis contactos en círculos
de ajedrez, a menudo me encuentro con
gente que inventa nuevos juegos. Aquí y
allá, alguien rompe abruptamente con los
modelos convencionales de ajedrez e in­
corpora todo tipo de planes para su re­
forma. Debe reconocerse que no es sino
la continuación de una tendencia históri­
ca en el desarrollo del ajedrez. El Go ha
quedado ultimado desde la dinastía Tang
(exceptuando algunas pequeñas modifi­
caciones en los tiempos modernos). El
XiangQi también fue finalizado hace más
de un millar de años. Las reglas del aje­
drez moderno existen ya desde hace cin­
co siglos. ¿Necesitan seguir desarrollán­
dose ? ¿No puede inventarse un nuevo
juego superior a estos tres? É sta es cues­
tión para ocupar los pensamientos de los
j óvenes, que tendrán un mundo de sue­
ños y de cualidades creativas. Pero debe­
rán estudiar los tres j uegos de que esta­
mos hablando, aunque sólo sea para me­
j orarlos. Tendrán que tener presente el
carácter esencial de estos tres j uegos, que
pueden resumirse como sigue. Primero,
la estructura es rigurosa, concisa, simétri­
ca, perfectamente coordinada y regular:
éste es su aspecto científico. Segundo, las
reglas son estrictas, lógicas y j ustas, y es­
tán fundadas sobre la base de igualdad
material: éste es el aspecto competitivo
de los j uegos. Tercero, el análisis mate­
mático de sus permutaciones alcanza ci­
fras astronómicas. Así, los juegos tienen
un potencial de cambios incalculable, es
d ec i r , son u n campo c r e a t i v o p a r a l a
" propia expresión " . É ste es s u aspecto
deportivo, su capacidad para interesar y
entretener. Cuarto, un millar de años no
basta para agotar sus posibilidades. Los
j uegos que siguen la regla de la estética
aportan una esfera ilimitada para mani­
festar las cualidades creativas del indivi­
duo. É ste es su aspecto artístico.
Si un juego nuevo pretende durar mu-
 O R I G E N Y NATURALEZA DEL AJ E D R EZ 69

ORÍGENES Y EVOLUCI ÓN DEL AJEDREZ Y EL GO EN CHINA

A.C.
Antes siglo e Juego con piedras simples y raíces de plantas

Siglo L Tablero blanco y negro de 8x8 casillas, protoajedrez

Siglo XXVI Juego de astrología y fisonomía

(leyenda de Shen Nongshi)

Siglo XXI Go original, con tablero de 64 casillas

(leyenda de Yao enseñando el juego rojo)

Siglo x Liu Bo: uno de los antiguos modelos de ajedrez

Go: tablero de 12x12 casillas

Siglo v Sai Xi: uno de los antiguos precedentes del ajedrez

Go: tablero de 13x13 casillas

Siglo n Ajedrez primitivo

Go: tablero de 15x15 casillas

D.C.
Siglo I Ajedrez primitivo y Liu Bo
Go: tablero de 17x17 casillas

Siglo VI Ajedrez de 64 casillas, piezas tridimensionales

Go: tablero de 1 9x19 casillas

Siglo vn El ajedrez se expande a la India y Oriente Medio

Siglo vm Juego a cuatro. Ajedrez persa

Siglo xi Ajedrez. Go. XiangQi en tablero de 9x1 O puntos

cho tiempo, tendrá que satisfacer dos con­
diciones. Por un lado, debe ser popular.
Debe interesar a l a gente y ganarse la
aceptación general. No es fácil lograr este
objetivo. Por mucha publicidad que se le
conceda, la mecha puede no prender. Por
otro lado, el juego debe contener una in­
calculable variedad. Un juego que no po­
sea estas cualidades, no durará mucho. El
cubo de Rubik (que está a un abismo del
ajedrez) fue popular en una ocasión, pero
finalmente perdió su poder de seducción,
70 LA ESCUELA C H I NA DE AJ E D R EZ
debido a sus limitadas posibilidades, fáci­
les de aprender.
No creo que mis observaciones pongan
trabas a la creatividad de los inventores,
en especial la de los jóvenes. El ajedrez es
un modelo en sí mismo. Nada en el mundo
carece de limitaciones, pues resulta impo­
sible crear algo así.
El ajedrez es un buen amigo de los se­
res humanos. Espero que en adelante más
amigos de los lectores se interesen en el
ajedrez.
ALGUNAS FAMOSAS Y ELEGANTES
PARTIDAS
Blancas: Zhu Chen (China)
Negras: Sergei Tiviakov (Rusia)
Ú beda 1 998
Defensa India de Rey
Zhu Chen, gran maestra internacional, na­
ció en Wenzhou (provincia de Zhejiang),
en 1976. Ganó el título mundial femenino
sub 12, en 1 98S, y ese mismo año pasó a
integrar el equipo nacional chino a efectos
de entrenamiento. En 1 992 ganó el Cam­
peonato de China. En 1 994 y 1 996 ganó el
Campeonato Mundial Juvenil Femenino.
Como miembro del equipo femenino de
China, que se clasificó en segundo lugar
en la Olimpiada de 1996, ganó la medalla
de oro individual por su actuación en el
segundo tablero. Zhu Chen también jugó
un importante papel en la conquista del
Campeonato M u n d i al por equipos de
1 998. Logró el título de campeona mun­
dial femenina en 2001 .
El gran maestro internacional Sergei
Tiviakov nació en Rusia en 1 973. Su Elo
internacional es 26SS. Ha visitado China
en dos ocasiones.
La base de datos de mi ordenador in­
corpora los comentarios de Tiviakov a es­
ta partida, mediante la utilización de los
signos convencionales FIDE. Incorporaré
estos signos a los comentarios de la parti­
da.
1 ttJf3 t2J f6 2 c4
Por supuesto, 1 c4 t2Jf6 2 t2Jf3 produce
la misma posición, pero si se quiere obte­
ner una cierta estructura o sistema, h ay
que pensar en cómo hacerlo desde el pri­
mer movimiento. El efecto de 1 c4 es di­
suadir 1 .. dS, mientras que 1 t2Jf3 impide
.
1 ... eS. El orden de jugadas que Zhu Chen
elige aquí rara vez se ha visto en sus parti­
das publicadas.
2 b6
..•
La posición tras 2 c4 se prod uce en
unas 23.SOO de la base, pero 2 . . . b6 sólo
aparece en 1 .80S de ellas. En otras pala­
bras, no es una línea principal. Algunos ju­
gadores optan por un movimiento así por­
que piensan que conducirá a situaciones
inusuales, que les reportarán más oportu­
nidades contra un oponente más flojo. En
realidad, si el jugador se atiene a las juga­
das que le son más familiares, tantas más
oportunidades tendrá.
3 g3
É ste es un esquema normal para com­
batir 2 ... b6. El alfil blanco de g2 quedará
protegido al enrocar, mientras que el ne­
gro de b7 estará indefenso. Esta circuns­
tancia le reporta posibilidades tácticas a
las blancas.
3 �b7 4 �g2 g6?!
•••
En este tipo de situación de apertura,
mover el peón g no es normal. 4 �g2 apa-
rece en 920 partidas, pero 4 ... g6 sólo en
80. La j ugada teórica es 4 . . . e6 (más de
600 partidas). También hay muchos juga­
dores a los que les gusta 4 . . . eS (más de
330), para desalentar d2-d4 de las blancas.

5 d4
Las blancas podrían jugar fácilmente
5 0-0, pero si quieren jugar d2-d4, es mejor
hacerlo ahora. D e esta forma, pueden
aprovecharse de la omisión de las negras
(4 .. eS) .
. En el flanco de rey, ambos jugadores
5 il, g7 6 0-0 0-0
...
Esta posición aparece en 1 03 partidas,
mientras que la posición tras 5 d4 sólo
aparece en 29. Puede que usted se pregun­
te cómo es posible este incremento. La
respuesta es que el programa busca posi­
ciones idénticas, y una posición determi­
nada puede producirse a partir de distin­
tos órdenes de j ugadas. De ahí que una
posición no tiene por qué ser menos fre­
cuente que la producida en la jugada ante­
rior.
Está claro que el esquema de apertura
de las negras está muy influido por la teo­
ría hipermoderna. Sin embargo, en com­
paración con las aperturas hipermoder­
nas típicas, como la Nimzoindia, la Grün­
feld y la India de Rey, las fuerzas negras
se encuentran lejos de sumarse a la bata­
lla. Esta posición apareció por primera
vez en una partida de 1 921 . Vale la pena
observar que la posición blanca fue j u­
gada p o r t r e s c a m p e o n e s m u n d i a l e s .
O R I G EN Y NATU RALEZA D E L AJ E D R EZ 71
A lekhine j ugó 7 iVc2 en 1 924, Spassky
7 .J:. el en 1 985, y Karpov 7 iVc2 en 1 996.
Ningún campeón mundial jugó esta posi­
ción con negras, y creo que esto no es una
pura casualidad.
tienen la misma disposición de fuerzas. La
diferencia entre ambos bandos es que las
blancas tienen dos peones avanzados en
d4 y c4, oponiéndose al alfil negro de fian­
chetto en b7. Creo que la estructura blan­
ca es superior. Zhu Chen no sólo ocupa
más espacio (el ajedrez es una batalla por
el espacio, al menos ésta es mi teoría), si­
no que tiene mejores perspectivas de de­
sarrollo.
La jugada que las blancas han realiza­
do m á s a menudo e s , n at uralmente , 7
l2Jc3. Hace más de veinte años, las negras
normalmente respondían 7 . . . l2J e4, pro­
poniendo cambios. Las blancas no pue­
den explotar el desprotegido alfil negro
con 8 l2J d2, debido a que 8 . . . l2Jxc3 ataca­
ría la d ama. En la última década las ne­
gras se han pasado más y más a 7 ... d6, sin
preocuparles que 8 'iVc2 apoye el avance
e2-e4.
Hay 1 4 partidas en las que las blancas
eligieron la inmediata 7 d5, anotándose 8
victorias, 4 tablas y 2 derrotas, a partir de
una mejor posición. En 1 3 partidas juga­
ron 7 'iVc2, anotándose 8 victorias, 4 tablas
y 1 sola derrota. La mucho mejor estadís­
tica de las blancas sugiere que la estructu­
ra negra contiene un defecto fatal.
7 .J:. el
Esta jugada se produjo en siete parti­
das, incluida ésta. Las blancas ganaron 3,
hicieron tablas en otras 3, y perdieron 1 .
Z h u Chen no puede h aber gastado
mucho tiempo en analizar la posición del
diagrama. Su elección, 7 l::t el, se basa en
su comprensión del ajedrez y en su intuí-
72 LA ESCUELA C H I NA DE AJ E D R EZ
ción. La temeraria 7 dS no encaj a en su
forma de pensamiento. No siente tampoco
que las blancas puedan beneficiarse de 7
'iVc2 .te4, ni le gusta 7 ltJc3, por 7 ... ltJe4,
una simple continuación de cambio.
7 n el apareció por primera vez en la
partida entre Gintautas (Lituania) e Iva­
nov (EEUU), en la Olimpiada de Moscú
de 1979. Las negras jugaron 7 ... iYc8 para
apoyar su alfil. Las blancas respondieron 8
ltJc3, y las negras prosiguieron mecánica­
mente con 8 . . . ltJ e4, para cambiar caba­
llos. La retorcida 9 ltJ dS ! constituyó un
shock. Las negras fueron reacias a cam­
biar su alfil de b7 por el caballo, de modo
que j ugaron 9 . . . ltJ c6 1 O ltJ eS ltJ f6 1 1
ltJxc6 ltJxdS 12 cxdS dxc6 13 dxc6. Como
consecuencia, perdieron un peón y tuvie­
ron que rendirse poco después.
Menciono la partida anterior no para
probar que 7 .Jd el es realmente fuerte, si­
no sólo que la política de las blancas de es­
perar a que las negras se comprometan
produce, a veces, resultados sorprenden­
tes. Si 7 l:. el tiene alguna pega, es que
puede resultar redundante. Debo señalar,
sin embargo, que si l as blancas realizan
una jugada superflua, en una posición ce­
rrada o semicerrada, no por eso su posi­
ción resultará inferior.
7 e6 .•.
En dos partidas las negras jugaron 7 ...
d6, dentro de las líneas de la India de Rey,
salvo que las jugadas ... b7-b6 y ... .tc8-b7
rara vez se han visto en la India de Rey.
Después de 7 ... e6, el flanco de dama y
la posición central se parecen a una India
de Dama, pero en esta apertura pocos ju­
gadores fianchettan su alfil de rey. En re­
sumen: las negras han creado una estruc­
tura bastante original, poco conocida por
la teoría y la práctica. Cuando se jugó esta
partida, el Elo de Tiviakov era ISO puntos
más alto que el de Zhu Chen. Podemos,
por tanto, suponer que adoptó este esque­
ma para llevar a su rival a una lucha de
pensamiento independiente.
8 .tg5
7 ... e6 se jugó en tres partidas. Apare­
ció por primera vez en Bolduc - B rodeur,
Québec 1 983. En esa partida las blancas
optaron por 8 ltJ c3 , y las negras respon­
dieron 8 . . . ltJ e4, para impedir e2-e4. Si­
guió: 9 'iVc2 fS 1 O .tf4 d6 1 1 ltJgS ltJxgS 12
.txb7 ltJ h3+ 13 �g2 ltJxf4+ 14 gxf4 ltJ d7
lS .txa8 ¡vxa8+. Es difícil decir si las ne­
gras tienen compensación suficiente por
su sacrificio de calidad. 1 ugadas seguras
para las blancas son 16 f3 y 16 �gl , pero
la partida continuó con 16 dS? ! eS, y des­
pués de varios pequeños errores por exce­
so de confianza, las blancas acabaron per­
diendo.
8 .tgS parece una jugada lógica, con la
amenaza e2-e4. En una partida Smyslov -
Plaskett, las negras lo impidieron con la
inmediata 8 ... dS, y la continuación fue: 9
cxdS exdS 10 ltJ c3 ltJ a6 ( 1 0 . . . ltJ bd7 1 1
liJeS h6) 1 1 liJeS eS? ! ( 1 1 ... 'iVd6; 1 1 ... h6)
1 2 ltJ g4 ! cxd4 ? ! ( 1 2 . . . ltJ c7 ) 1 3 ltJ xd S
.t xd S 1 4 .t xd S l:. b 8 ( 1 4 . . . ¡v xd S l S
ltJxf6+ .txf6 1 6 .txf6) l S e4? ! (lS ¡vb3, o

bien 1S 'ifa4) 1S ... dxe3 1 6 I:. xe3 {ijc7 17
i.xf6 'ifxdS (17 ... �xf6) 18 l:. d3 'iffS 1 9
l::t c1 :Q bc8 2 0 �d8 ? ! (20 �xg7 r:J;; xg7 2 1
l::t d7) 2 0 ... hS? ! (después d e 2 0 ... {ij a6, las
blancas sólo tienen una pequeña ventaja)
21 {ije3 'ifxd3 22 'ifxd3 l:. fxd8 23 'ifa3.
Las blancas tienen ventaj a, aunque des­
pués de algunos errores mutuos, la partida
finalizó en tablas. Parece que después de 8
... dS, las negras se enfrentan a numerosas
dificultades.
Tiviakov sugiere 8 {ijc3 ! ? {ije4 9 {ij xe4
i.xe4 10 �gS 'ifc8 ! ? (10 .. f6 1 1 �f4 ;t)
.
1 1 VJ/id2 ;t.
8 h6
...
Una opción perfectamente razona­
ble, aunque sólo se produce en una parti­
da. Las negras obligan a las blancas a to­
mar una decisión inmediata: cambiar el
alfil por el caballo, seguido de e2-e4, o
bien retirar el alfil, abandonando la cla­
vada.
9 i.f4
U na continu ación posicionalmente
fundada es 9 �xf6 'ifxf6 10 e4 {ijc6 11 eS
VJ/ie7 12 {ij c3 d6 1 3 'ifa4 l:. ab8 1 4 1: ad 1
dxeS 1S {ijxeS {ijxeS 16 dxeS �g2 17 �xg2
l::t bd8 18 f4 aS 1 9 'ifc2 l;I xd 1 20 l:. xd1 gS,
con igualdad.
9 �f4 conduce a una situación comple­
ja. Tal es el estilo de Zhu Chen.
9 l2Jh5
...
Cuando las blancas efectuaron su últi­
ma jugada, tuvieron que considerar la po­
sibilidad 9 ... hS. Por ejemplo: 10 �e3 g4
1 1 l2Jh4 �xg2 12 {ijxg2. Se han cambiado
alfiles de casillas blancas, pero el peón ne­
gro de g4 está comprometido.
10 i.c1
¿Por qué regresa el alfil a su casilla de
origen? Quizá a las blancas no les gustaba
10 i.e3 fS 1 1 'ifc1 gS + (Tiviakov).
10 d6
...
O R I G E N Y NATURALEZA DEL AJ E D R EZ 73
Otro plan es 10 ... dS 1 1 cxdS exdS 12
{ijc3. La práctica demuestra que con la es­
tructura de peones centrales, la posición
blanca es más fácil de jugar. B ásicamente,
sin embargo, el juego está igualado.
¿ Qué h abrían j ugado las blancas en
respuesta a 10 . . . {ijf6? ¿Habrían optado
por la repetición de jugadas con 1 1 �f4
{ij hS , o habrían continuado con 1 1 l2J c3
{ije4 1 2 �d2? Las negras no quisieron sa­
berlo. Su Elo era mucho más alto que el
de Zhu, y el torneo era un abierto por sis­
tema suizo, de modo que si cedían muchos
puntos, no entrarían en la lista de premia­
dos.
10 . . d6 es una elección flexible. En es­
.
ta desequilibrada posición, ambos bandos
tienen posibilidades.
11 {ijc3 c5
Una j ugada en el espíritu de la Defen­
sa Benoni. Después de 12 dS surgiría una
estructura de peones Benoni. Teórica­
mente, si las blancas quieren sacar ventaja
de la apertura, tienen que avanzar su peón
d para asegurarse una ventaj a espacial.
Otro punto es que con el centro bloquea­
do, el alfil negro no tiene nada que hacer
en b7. Zhu Chen se abstiene de realizar
este avance. Presumiblemente, la resul­
tante formación cerrada no le convenía.
74 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
Tiviakov indica la continuación 1 2 dS ! ? eS
1 3 e4 ;t.
U e4
Las blancas deben haberse sentido sa­
tisfechas de poder realizar, por fin, esta ju­
gada, lo que demuestra que 7 1::. e 1 no era
un movimiento inútil. Las blancas tienen
tres peones en el centro, que constituyen
una fuerte formación. Su principal incon­
veniente es que se ha abierto una ruta ha­
cia d4 para el caballo negro de b8, que de
otro modo permanecería en la retaguardia
durante mucho tiempo. Por lo tanto, el
juego de apertura de las negras ha tenido
éxito. Pero esto no significa que la posi­
ción blanca sea inferior a la negra. Des­
pués de todo, las blancas siguen teniendo
la ventaja "del turno de juego".
U ... l2Jc6
Las negras aprovechan la oportunidad
para resolver su problema del desarrollo
en el flanco de dama.
13 �e3
Protegiendo el peón d4 y, al mismo
tiempo, amenazando 14 dS. Si 13 dS, de in­
mediato, entonces 13 ... l2Jd4, y las blancas
no consiguen nada.
E n · sus notas a la partida, Tiviakov
analiza 1 3 eS ! ? , indicando estas variantes:
(a) 1 3 ... cxd4 14 l2Jxd4 l:. c8 1 S g4! ( 1 S
l2Jxc6? �xc6 1 6 �xc6 l:. xc6 17 g4 �xeS
18 gxhS 'iVh4) 1 S ... �xeS 1 6 gxhS 'iVh4 17
l2Jf3 +-.
(b) 1 3 ... dxeS 1 4 dxeS ( 14 lLJ xeS cxd4
1 S l2Jxc6 �xc6 16 �xc6 l:. c8 17 �b7 l:. c7
1 8 �f3 dxc3) 14 ... 'iYxd1 1 S l2Jxd1 gS 1 6
l2Jd2 (16 lLJxgS hxgS 1 7 �f3 g4! 1 8 �xg4
lLJxeS 19 �xhS l2Jf3+ 20 �xf3 �xf3) 16 ...
� h8 1 7 � f3 l2J g7 1 8 g4 lt ab 8 1 9 l2J c3
l2Jd4 20 �xb7 l:. xb7 21 1::. b1 l2Je8 22 l2JbS
f6 +·
(e ) 13 ... l2Jxd4 1 4 g4 +-.
Este análisis está abierto a críticas. En
la variante (a), las negras pueden jugar 14
... lLJaS ! 1S �xb7 l2Jxb7, con una pequeña
ventaj a. La alternativa 1 4 . . . l2J xd4! ? 1 S
�xb7 dxeS 1 6 �xa8 'iYxa8 1 7 l2Je4 l:t d8,
etc., con compensación. En la variante (b ),
las negras pueden d e sviarse con 1S . . .
l2Jb4, logrando una ligera ventaj a. N o en­
tiendo por qué Tiviakov no consideró es­
to, sino que piensa en 1 S ... gS, como única
opción de las negras.
Los jugadores cometen errores en sus
comentarios. Esto sucede continuamente,
debido a que el comentarista sólo invierte
una hora en toda la partida, de modo que
el trabajo no se realiza minuciosamente.
En varias ocasiones he observado a gran­
des maestros extranjeros comentar parti­
das para el lnformator (les pagaban quin­
ce dólares por partida entonces). Arma­
dos de papel y pluma, en pocos minutos
habían colocado todos los signos detrás de
las jugadas y el papel estaba listo para ser
entregado.
13 ... e5
(Ver diagrama 41 .)
Comienza la batalla por el centro, con
diez casillas implicadas: fS/f4, eS/e4, dS/d4,
cS/c4 y bS/b4. Tal cual es la estructura po-

sicional, ambos bandos tendrán grandes
dificultades para manej ar correctamente
la situación. Aunque 13 ... eS no es la úni­
ca opción, es muy buena. Asegura d4 para
el caballo y le concede a las negras la mis­
ma libertad de desarrollo. La alternativa
13 . . . cxd4 1 4 ltJ xd4 le concedería a las
blancas una duradera ventaja espacial.
14 dxeS
Después de 14 d5 lL\d4, el peón d blan­
co parece una cabeza mayor que el negro.
Sin embargo, la incursión del caballo a d4
le crea verdaderos problemas a las blan­
cas. Si se deja ahí, restringe las actividades
blancas. Si se cambia, las negras retoman
de peón e y no está claro qué bando tiene
una estructura superior.
14 ... dxeS 15 lL\ dS
Las blancas están encantadas con l a
posibilidad d e situar s u caballo e n e l cen­
tro: ésta era la clave del cambio 1 4 dxe5
dxe5. Tal vez pensaron que esta jugada les
daría ventaja. En realidad, el asunto no es
tan sencillo. Las negras pueden situar su
propio caballo en d4. La cuestión es qué
sucederá cuando uno d e los j u gadores
rompa con el peón f o con el peón b, qué
ventaj as y desventaj as se d erivarán de
ello.
15 ... t2Jf6 ( =)
O R I G E N Y NATURALEZA DEL AJ E D R EZ 75
Esta jugada revela el calibre de Tivia­
kov. No se apresura a llevar su caballo de
c6 a d4. Primero reincorpora a su otro ca­
ballo de la banda, donde no tiene utilidad.
Ahora amenaza no sólo con cambiar el ca­
ballo de d5, sino también con capturar el
peón de e4. Naturalmente, las blancas no
quieren cambiar su caballo de d5 por el de
f6. Si eso sucede, el otro caballo blanco
necesitaría cuatro jugadas para llegar a d5,
mientras que el negro puede saltar a d4 en
un solo movimiento. Está claro, por tanto,
quién tendría ventaj a . Por consiguiente,
las blancas deben proteger su peón de e4.
16 lL\d2
Lo evidente sería utilizar la dama para
defender momentáneamente el peón e4.
Al retirar su caballo para proteger el peón,
las blancas desguarnecen la casilla d4, lo
que es una concesión a las negras. Sin em­
bargo, Zhu Chen considera que el caballo
en d4 no será un gran negocio, puesto que
podrá cambiarlo en cualquier momento.
16 ... lL\ d4
Las negras deben , indudablemente,
aprovech ar e l punto débi l . Su razona­
miento es que si las blancas entregan el al­
fil de casillas negras por este caballo, no
tendrán motivos de queja.
17 a3
76 LA ESCU ELA C H I N A DE AJ E D R EZ
Con las fuerzas interconectadas en el
centro, ambos bandos concentran su aten­
ción sobre las columnas f y b, a fin de mo­
dificar en su favor la situación central. Al
realizar su última j ugad a, Zhu Chen se
imaginaba que si el caballo negro llegaba
a d4, podría desarrollar actividad en el
flanco de dama antes que su oponente.
17 ... tt:JxdS?! 18 exdS
El caballo blanco de d5, no menos que
el negro de d4, era como una espina clava­
da en la garganta del rival, que acabaría
causándole una grave infección. De todos
modos, un caballo así sólo debería cam­
biarse tras meditada consideración y aná­
lisis. El cambio modifica radicalmente la
estructura posicional, y debe formar parte
de un plan global.
Las b l ancas tienen dos peones que
pueden retomar en d5 . ¿ Cuál es el más
apropiado? En esta posición concreta, hay
dos razones para que las blancas prefieran
el peón e:
( 1 ) Las blancas están preparando un
avance en el flanco de dama con b2-b4, y
por tanto deben mantener unidos sus peo­
nes de ese flanco.
(2) Con 18 exd5 se amplía el radio de
acción del alfil de casillas blancas. El peón
de e4, bloqueado por el de e5, restringía
considerablemente la actividad del alfil.
Ahora el peón es trasladado a d5 , desde
donde podría avanzar a d6 en algún mo­
mento. Tal avance sería combinado con
amenazas tácticas, basadas en que el alfil
de g2 está protegido y no el de b7 . En
otras circunstancias, el alfil blanco puede
ocupar e4 y volverse activo en la diagonal
bl -h7.
En general, en la posición del diagra­
ma, las negras pretenden realizar el avan­
ce ... f7-f5 , que no sólo controla la casilla
e4, sino que forma un par de peones uni-
dos en e5 y f5. Sin embargo, aunque estos
peones parecen fuertes, las negras no pue­
den realizar el avance sin ulterior prepara­
ción. Un prematuro .. .f5-f4 entregaría la
casilla e4 a las blancas. Por otro lado, aun­
que ... e5-e4 bloquea el alfil blanco de g2,
no es fácil para las negras seguir con .. .f5-
f4 y lanzar un ataque.
Si las blancas llevan a cabo un ataque
de peones en el flanco de dama, con b2-
b4, la cosa será muy distinta. Por ejemplo:
18 ... f5 19 b4 'ti'd6 20 bxc5 bxc5 (no 20 ...
�xc5 ? 21 tt:J b3 'ti'xc4 22 tt:J xd4 exd4 23
� el 'ti' a2 24 � d4, y las blancas tienen
ventaj a decisiva) 2 1 � bl � ab8 (puede
que sea mejor 21 ... � fb8, pero no puede
resolver el problema) 22 'ti'a4, con idea de
'ti'a4-a5, y el flanco de dama negro queda
sometido a una gran presión. Podemos
ver, por tanto, que el avance blanco en el
flanco de dama es una amenaza real, que
las negras deben tomarse en serio. Si no
consiguen encontrar la forma de resistir (y
puede que no la haya), tendrán que buscar
compensación en el flanco de rey.
18 ... 1:. c8
¿ Cuál es el sentido de esta j ugad a ?
¿Por qué sitúan las negras s u torre detrás
de un peón bloqueado? Como todos sabe-

mos, una torre debe ocupar una columna
abierta o semiabierta, o situarse detrás de
un peón móvil. La única razón para situar­
la detrás de un peón inmóvil es proteger el
peón cuando esté atacado. En este caso, el
peón eS no está atacado y está protegido
por el peón de b6, de modo que la jugada
es realmente paradójica. Normalmente, es
difícil para un j ugador normal entender
una jugada así.
Nimzovich, el fundador de la Escuela
Hipermoderna, desarrolló el concepto
de "superprotección" en su famoso tra­
bajo Mi Sistema. Significa defender pun­
tos importantes en su posición con más
piezas que con las que ataca el oponente.
El obj etivo es que alguno de los defenso­
res pueda disponer de libertad para em­
prender otras acciones. Pero en la posi­
ción del diagrama, repito, el peón e ne­
gro no está atacado y ya está defendido
por otro peón. Por consiguiente, la j uga­
da 18 . . 1::t c8 no es una superprotección
. para definir el método de las negras. Me
genuina.
¿Es el propósito de la jugada apuntalar
el peón e para darle libertad de avanzar al
peón b? Si las negras quieren jugar . . . b6-
b5, pueden hacerlo de inmediato. A 18 ...
b5 , las blancas no responderían, obvia­
mente, con 19 cxb5, cuando 1 9 ... � xd5
captura el peón pasado central, a cambio
del peón b. ¿Están pensando las negras en
jugar un posterior . . . b6-b5 y responder a
cxb5 con . . . ttJ d4xb5? En tal caso, necesi­
tan preven i r q u e l a s b l ancas j ue g u e n
�e3xc5, con ataque a l a torre d e f8. Pero
si eso es lo que pretenden las negras, pue­
den prepararlo situando su torre rey de­
trás del peón móvil e. Resulta que el ver­
dadero propósito de 1 8 . . � c8 es no pre­
. les gustaba 17 ... l::t c8 1 8 �h3, atacando la
parar directamente . . . b6-b5 . Cuando las
blancas jugaron 1 7 a3, querían lanzar un
ataque con b2-b4. El movimiento 18 . . .
O R I G E N Y NATURALEZA DEL AJ E D R EZ 77
1:[ c8 es, en realidad, una respuesta al plan
de las blancas.
¿Qué proyectan, entonces, las negras
en caso de que las blancas continúen con
19 b4? Si el peón de c4 estuviera desprote­
gido podrían responder ... c5xb4, pero en
las circunstancias presentes, jugarán 19 ...
b5, incrementando la tensión. Después de
20 bxc5 l:I xc5, el peón de c4 no está prote:­
gido por otro peón, y tendrá que cambiar­
se. De esta forma, se mina el peón de d5,
que será difícil de mantener. Ahora pode­
mos ver el preciso propósito de las negras
al jugar 1 8 ... l::t c8. Esperan que las blan­
cas jueguen b2-b4 en un momento inopor­
tuno, facilitándoles su propia ruptura con
. . . b6-b5.
S i l as b lancas se abstienen de j ugar
b2-b4, ¿es útil la j ugada 18 . . . 1::t c8? No
puedo decir que sea completamente inú­
til, pero no tiene demasiado sentido. No
h ay un término aj edrecístico aceptado
gustaría llamarlo "la Defensa Trampa" o
"la Defensa Cepo". La clave está en que
el oponente puede responder a la defen­
sa, pero no debe caer en la trampa. La
verdadera función de 1 8 . . . l:t c8 es dete­
riorar el avance de peón en el flanco de
dama. En otras palabras, frustra el objeti­
vo de 17 a3, al menos parcialmente. La
conclusión es que 18 . l:t c8 es una buena
..
jugada.
Sigue abierta una cuestión. ¿Por qué
no jugaron las negras ... l::t a8-c8 un movi­
miento antes? ¿Por qué realizaron prime­
ro el cambio de caballos? La secuencia 1 7
. . . l::t c8 1 8 b4? ! t2J xd5 1 9 exd5 b5 ! sería
una transposición. Quizá a las negras no
torre y forzando 1 8 . . . ld b8, que renuncia a
la "Defensa Trampa". Sin embargo, el al­
fil blanco no queda bien situado en h3, co-
78 LA ESCU ELA C H I NA DE AJ E D R EZ
mo podemos ver por la continuación 1 8 .. . b5. La jugada 20 b3 revela el nivel técnico
1:1 b8 19 b4? ! lLJxd5 20 exd5 f5.
Resulta que . 1:1 a8-c8 habría sido más
..
eficaz sin el cambio previo de caballos. De
esa forma, las negras conservarían m ás
posibilidades, puesto que l as blancas no
procederían al cambio de su propio caba­
llo de d5 por el rival de f6.
19 l:i bl
Una medida estándar: la torre ocupa la
columna b y apoya el avance b2-b4. Cuan­
do se ejecute el avance, la torre ya no esta­
rá en la línea de fuego del alfil negro de
g7.
19 ... b5?!
Las negras cuentan con una jugada flo­
j a de su rival. De haber previsto la res­
puesta que sigue, habrían jugado de otro
modo. Valía la pena considerar 1 9 ... f5.
20 b3!
Las negras deben haberse desmayado
al ver la paciencia con que juegan las blan­
cas. Las negras no pueden conseguir nada
en el flanco de dama. Aunque el peón
blanco de a3 está ahora mal situado (la ju­
gada a2-a3 ha sido una pérdida de tiempo
e incluso ha supuesto un debilitamiento
general de la posición), los peones negros
b y e se han debilitado con el avance ... b6-
de Zhu Chen.
20 ... a6?!
La jugada 1 9 ... b5 de las negras debía
ser criticada por indecisión y negligencia.
Tiviakov no tenía necesidad de "reparar"
esa jugada, puesto que las blancas no pue­
den sacar partido de la captura en b5. Las
negras deberían haber jugado 20 ... f5. Su
rival no puede hacer nada en el flanco de
dama, mientras que las negras están bien
situadas en el centro y flanco de rey.
21 f4!
É ste es el primer paso de un ataque en
la columna f, que demuestra el activo e in­
teligente enfoque de Zhu Chen. En lugar
de continuar maniobrando en el flanco de
dama, donde su plan de ataque se ha visto
abortado, desplaza su atención a otro sec­
tor del tablero.
Este avance conducirá al cambio del
peón e negro, debilitándose así el soporte
del caballo de d4. Por consiguiente, las ne­
gras no podrán lograr una estructura co­
mo la del peón blanco, pasado y protegido.
Esto tiene potencial importancia en el fi­
nal. Si las negras hubiesen j ugado 20 ... f5,
podrían haber respondido a 21 f4 con 21 ...
e4, asegurándose su propio peón pasado y
protegido.
La razón de 20 ... a6 puede basarse en
que las negras querían concederle a su
oponente otra posibilidad de equivocarse.
Quizá esperaban que calculase la línea 21
b4? ! bxc4 22 l2Jxc4 �xd5 23 �xd4 cxd4
24 � xd5 'ifxd5 25 lLJ b6 'iV e6 26 lLJ xc8
id xc8. Las blancas han ganado una torre
por alfil y peón, pero las negras tienen
compensación suficiente, porque su peón
de d4 es muy poderoso. Por otro lado, si
las negras no quieren sacrificar nada, pue­
den responder a 21 b4 con la retirada 21 ...
�a8 ! , de aspecto insignificante, que deja a

los cuatro peones enfrentados. Las blan­
cas juegan, pero ¿pueden lograr ventaja?
¡No! Por ejemplo: 22 bxc5 � xc5 23 :S b4
bxc4 24 tt:J xc4 a5 25 :S a4 :S xd5 ! , o bien
22 cxb5 axb5 23 bxc5 � xc5, y las blancas
no pueden evitar perder el peón de d5.
21 :S eS
••.
É sta no es una mala j ugada, pero una
línea más simple es 21 ... exf4 22 �xf4 f5.
22 fxe5 :S xe5 23 � hl
Suprimiendo todo recurso táctico ba­
sado en la posición del rey.
23 ..• 'f!lie7 24 �f2 :S eS 25 n xe5 'f!lixe5
26 tt:Je4!
É ste es el tercer signo de admiración
que Tiviakov le concede a las blancas des­
de la jugada 20. No es que la jugada en sí
sea particularmente brillante. Está sor­
prendido por un movimiento de la jugado­
ra china que le dej a sin saber qué hacer,
aunque su dama y su torre cooperan para
ocupar la única columna abierta de la po­
sición. Ahora, el caballo blanco cierra las
piezas mayores negras y amenaza con to­
mar en c5. Las negras saben que deberán
entregarle la columna abierta a su opo­
nente.
26 ... :S eS
Tiviakov indica la variante 26 . . . �f8
O R I G E N Y NATURALEZA DEL AJ E D R EZ 79
27 b4 b xc4 2 8 bxc5 ttJ b 3 29 c6 � a8
30 tt:Jd2 +-.
27 'f!lid3 f5 2S tt:Jd2 aS?!
Tiviakov cree que este avance es cues­
tionable, pero no dice qué posible alterna­
tiva sería mejor. El problema es que, a la
jugada siguiente, la torre blanca ocupará
la columna abierta e. Jueguen como jue­
guen las negras, quedarán en posición in­
ferior. Puesto que 28 ... a5 debilita el peón
b, las negras no conseguirán mejorar su si­
tuación en el flanco de dama. Si las blan­
cas quieren, pueden jugar a3-a4, frustran­
do por completo el plan negro de minar el
peón c4, que refuerza el de d5.
29 :S el 'f!lif6!?
En sus notas, Tiviakov considera la al­
ternativa 29 ... 'f!lid6.
Su análisis es éste: 30 b4 axb4 31 axb4
bxc4 32 tt:J xc4 'ti' a6 (32 . . . 'f!lif6 33 bxc5
ll xc5 34 tt:J e5 +-; 32 . . . 'f!li d8 ! ) 33 bxc5
:S xc5 34 � xd4 � xd4 35 'iYxd4 n xc4
36 'f!lie3 +-.
Hay un error evidente en esta nota: en
lugar de 34 ... �xd4, las negras pueden ju­
gar 34 ... 'i:Vxc4 35 'iYxc4 n xc4, y las blan­
cas no tienen modo alguno de ganar.
Pero también hay otro error, una ju­
gada antes: 33 bxc5 . Una mej ora es 33
80 LA ESCUELA C H I N A DE AJ E D R EZ
et:Je5 'iVxd3 34 et:J xd3 l:I d8 35 l:I e7 �xd5
36 � xd5+ � xd5 37 l2J f4 l:t d8 38 bxc5
�f6 39 l:t b7 g5 (o bien 39 . . . et:J f3 40 � g2
et:J e5 41 � b6 � f7 42 c6 l:. c8 43 c7 et:J c4
44 1:. c6 et:J a5, y ahora, si 44 . . . et:J e5 ? ? , en­
tonces 45 l:I xf6+ � xf6 46 �d4; o si 44 . . .
etJ a 5 , e n t o n c e s 45 z:¡ c 2 etJ b 7 46 etJ d 5
� e 5 4 7 .ti c 6 etJ a 5 4 8 l:I a 6 et:J c4 49 �c5
h5 50 h4 �h8 5 1 �d6, con ventaj a deci­
siva) 40 � xd4 l:I xd4 41 c6 gxf4 42 c7
l:. c4 43 gxf4 �d4 44 .ti b8+, etc. , con un
final ganado.
En la posición del diagrama anterior,
las blancas pueden j ugar más enérgica­
mente , con 30 g4. Podría seguir enton­
ces:
(a) 30 ... fxg4 31 et:Je4 'iVf4 32 �g3 'iVf5
33 n n 'iVh5 34 et:Jd6 l:I c7 35 l:I el �h7 36
l:I e8! l:I d7 37 et:Jxb7 l:I xb7 38 d6 l:I d7 39
cxb5 'iVf5 40 'iVc4 'iVbl + 41 l:I el 'iVf5 42
l:. e7 'iVbl + 43 'iVfl 'iVxfl + 44 �xfl l:I d8
45 d7, con una ventaja decisiva.
(b) 30 . . . l:t f8 31 gxf5 1:1 xf5 32 � g3
'iVb6 33 a4 bxc4 34 bxc4 l:I f7 35 .ti bl 'iVa6
36 'iVe4 et:Jf5 37 'iVe8+ �f8 38 �f2 et:Jg7 39
'iVel � c8 40 'iVgl l:I c7 4 1 � e4 et:J f5 42
l:I b8 � h7 43 'iVbl �e7 44 l:I b6 'iYa7 45
et:Jf3 l:I b7 46 l:I b5 l:I xb5 47 cxb5 'iYb6 48
et:J e5 �f8 49 et:J c6 � g7 50 'iVel et:J d6 5 1
� d 3 �f5 5 2 �xf5 gxf5 5 3 �g3 et:J e4 54
'iVxa5 'iVxa5 55 et:Jxa5, con posición gana­
dora.
Las líneas anteriores no son exhausti­
vas, sino sólo una muestra, pero la venta­
ja de las blancas no puede ponerse en du­
da.
En general, un peón pasado protegido,
más el fi rme control de u n a c o l u m n a
abierta l e garantiza a las blancas la iniciati­
va, e incluso posibilidades de ganar. En la
partida, las negras eligieron 29 . . . 'iVf6 ! ?
La lógica subyacente en esta jugada es ra­
zonable. Las negras sacrifican un peón pa-
ra privar de su protección al peón pasado
blanco. Consideran que tienen varias for­
mas de impedir que las blancas conviertan
su ventaja material. En particular, deposi­
tan sus esperanzas en el asedio al peón de
d5. Si no pueden recuperar el peón, enton­
ces podrían llegar a una situación de pun­
to muerto. También pueden plantear al­
guna escaramuza en el flanco de rey, don­
de tienen mayoría de peones.
30 cxbS?!
Tiviakov no aprueba l a captura del
peón. I ndica la variante 30 et:J f3 bxc4 3 1
bxc4, amenazando 3 2 et:Jxd4 cxd4 3 3 l:I e6.
Creo que su sugerencia es razonable. Difí­
cilmente puede compensar privar al peón
d de su defensor a fin de ganar un peón
doblado, en la columna b. El peón d es
ahora vulnerable al ataque.
30 'iVd8!
••.
El signo de admiración indica que la
estratagema negra, relacionada con el sa­
crificio de peón, está funcionando. E l
peón d e d 5 cae baj o ataque. L a dama se
desplaza a d8, en lugar de d6, porque en
este último caso las blancas podrían j ugar
31 �xd4 y 32 l:I e6, ganando el peón de
g6.
31 'iVc4 �h8!
¿Por qué se concede Tiviakov otro sig­
no de admiración por esta jugada de rey?
El problema con el sistema de signos es
que no explica estas cosas. Probablemente
significa que esta j ugada es más precisa
que la natural 31 ... �h7. Los peones ne­
gros del flanco de rey seguramente ten­
drán que avanzar, en cuyo caso el rey esta­
ría más expuesto en h7. Por otro lado,
puede que la dama tenga que abandonar
el control de e7, y entonces, tras � el-e7,
el rey negro tendría que volver a jugar, pa­
ra salir de la clavada.
32 a4 gS??

Tiviakov cree que 32 ... g5 es un grave
error. En general, no es fácil entender esta
jugada. Las negras lamentan haber dejado
escapar la posibilidad de atar las blancas a
la defensa del peón d5, pues su plan de
asediar al peón se desvanece como pom­
pas de jabón.
Después de 32 . . . 'ijV d7 33 ttJ b 1 g5 34
tt:Jc3 f4, la situación se vuelve muy com­
pleja. Creo que las blancas siguen tenien­
do ventaja, pero en la práctica podría no
resultar decisiva. Como dice el proverbio,
"aquel que juegue mejor, ganará".
33 �xd4!
Tiviakov no le concede este signo de
admiración a las blancas por capricho. No
esperaba que una j oven j ugadora china
pudiese encontrar un método tan simple
en situación tan comprometida.
33 ... cxd4
Después de 33 . . . �xd4 34 l:t e6 �g7
35 ¡vd3 f4 36 d6 � xg2+ 37 � xg2 'ijV g8
38 ¡yg6, las blancas ganarían sin mayores
problemas.
34 ¡vd3 f4?!
Tiviakov sugiere que es mej or 34 . . .
'iYd7. Sin embargo, n o puede salvar a las
negras de la derrota. Después de 35 tt:'lc4
�xd5 36 �xd5 'ijVxd5+ 37 �g1 'ijVc5 (37 ...
� c7 38 g4) 38 l:t f1 l:t f8 39 tt:J xa5 'ijVc3
ORIGEN Y NATURALEZA D E L AJ E D R EZ 81
40 'ijVxc3 dxc3 41 tt:'lc6, las blancas tienen
una ventaja decisiva. También podría con­
siderarse 35 d6, que igualmente conduce a
posición ganadora, después de 35 . . . n c3
36 'ijVfl �xg2+ 37 �xg2 �f8 38 'ijVf2 n d3
39 tt:'lc4.
35 'ijVfS! fxg3
En esta posición, las jugadas que vie­
nen a la mente son 36 tt:'lc4 y 36 hxg3. El
ordenador confirma también que estas
dos jugadas son las mejores.
36 d6! !
Los dos signos de admiración, por su­
puesto, son de Tiviakov. Admira a Zhu
Chen por haber realizado una jugada tan
buena. De esta forma, no podrá pensar
que su derrota se deba a la mala suerte.
36 'iVxd5
..•
No hay nada que las negras pudieran
hacer en este momento. Están perdidas en
todos los casos, de modo que toman la de­
cisión de entregar el alfil por dos peones.
Tiviakov incluye una larga variante para
demostrar que no tenía alternativa. Re­
produzco, simplemente, su nota, pues no
tengo nada que criticar de la misma: 36 ...
'ijVf6 37 'ijVxf6 �xg2+ 38 �xg2 �xf6 39 d7
¡¡, d8 (39 . . . l:t c2 40 l::t e2 ! ! d3 41 l:t e8+
� g7 42 d8'ijV l::t xd2+ 43 � xg3 � xd 8
82 LA ESC U E LA C H I N A DE AJ E D R EZ
44 � xd8 � d1 45 b6 ( +- 40 � e8+ �g7 41
� xd8 �xd8 42 l2Jc4 �f7 (42 ... d3 43 b6
d2 44 l2Jxd2 �xb6 45 l2J c4 �d8 46 l2J e5
� f6 47 l2J c6 +- ) 43 � xg3 � e7 44 � f3
�xd7 45 �e4 �f6 46 l2Jxa5 h5 47 l2Jc4 g4
48 aS cJ;; c7 49 a6 � b8 50 b6 h4 5 1 �f4 +-.
37 �xb7 l:t f8 38 iVd3 gxh2 39 l2Jc4 'i:Vb4
40 � d1 : n 41 b6 g4 42 'iYg3 � rs 43 �g2
hS 44 iVxh2
Las negras se rindieron.
Esta partida ilustra el estilo y la clase
de Zhu Chen. Tiviakov es pródigo en sig­
nos de admiración por su proeza técnica,
si no táctica, lo que reflej a su exclusiva
opinión, pero al mismo tiempo es un indi­
cio del espléndido futuro de Zhu Chen.
Blancas: Viktor Korchnoi (Suiza)
Negras: Ye Jiangchuan (China)
Olimpiada, Novi Sad 1 990
Defensa India de Rey
Viktor Korchnoi, gran maestro interna­
cional, nació en Leningrado, en 1 93 1 . Es
licenciado en Historia. Jugó en 16 ocasio­
nes el Campeonato Soviético, entre 1 952 y
1 973, ganando el título en cuatro ocasiones.
Representó a la URSS en tres campeo- .
natos mundiales por equipos. Ha ganado
más de 20 torneos internacionales, y parti­
cipado en todos los ciclos de Candidatos al
Campeonato Mundial, desde 1962 a 1 977.
Fue aspirante oficial en dos matches por el
Campeonato del Mundo, pero no logró
derrotar a Karpov. Emi gró a Suiza en
1 976, y actualmente está registrado en la
FIDE como jugador de este país. Con más
de setenta años, sigue manteniéndose acti­
vo en la escena internacional. Su Elo, en
enero de 2000, era 2659, lo que le situaba
en el 27.0 lugar d e l escal afón mundial .
Gracias a su capacidad y logros ajedrecís-
ticos, a su profunda devoción por el juego,
y a su modesta personalidad, Korchnoi si­
gue siendo un j ugador respetado en el
mundo del ajedrez.
Cuando se jugó esta partida, Y e Jiang­
chuan tenía un Elo de 2520. Luego se pu­
blicó en lnformator (n.0 52) con comenta­
rios suyos, algunos de los cuales citaré en
los análisis que siguen.
1 d4 l2Jf6 2 c4 g6 3 l2J c3 �g7 4 e4 d6 5 �e2
0-0 6 l2Jf3 eS 7 0-0 l2Jc6 8 dS l2J e7
Una posición típica de la Defensa In­
dia de Rey, que se produce en 7 . 1 15 parti­
das de mi base (hasta junio de 1 999). Has­
ta la cuarta j ugada negra es posible cam­
biar a una apertura distinta, por ejemplo,
la Benoni. Después de 4 . . . d6, la partida
sigue, definitivamente, los cauces de la In­
dia de Rey.
En la posición del diagrama, el carác­
ter de la estructura central de peones dicta
la estrategia para los dos bandos, en una
temprana fase del j uego. Las blancas ac­
tuarán en el flanco de dama; las negras
responderán con un contraataque en el
flanco de rey. La práctica demuestra que
la presión de las blancas en el flanco de
dama es más efectiva que la de las negras

en el ala opuesta. El ataque negro, sin em­
bargo, puede resultar muy amenazador, y
en años recientes las blancas han adopta­
do tres tipos de plan para neutralizarlo. El
primero es tratar de luchar en el flanco de
rey, pero se basa en un pensamiento am­
pliamente subjetivo. Las negras romperán
la resistencia, sea cuál fuere el precio que
deban pagar por ello. El segundo plan es
reforzar las defensas del flanco de rey, o
adoptar medidas combinadas de defensa y
ataque. El tercero es presionar en el flan­
co de dama lo más rápidamente posible, a
fin de dañar la posición de las negras, an­
tes de que puedan llegar al rey blanco.
En su novena jugada, las blancas han
ensayado diez planes diferentes. Los tres
más divulgados son 9 lt:Je1 (que se encuen­
tra en 3 .125 partidas), 9 lt:Jd2 (1 .900 parti­
das) y 9 b4 ( 1 .617 partidas). Recientemen­
te, la última jugada se ha vuelto muy po­
pular, aunque sin eclipsar a las otras dos,
que antes se veían con mayor frecuencia.
La estadística, entre enero y junio 1 999,
indica 1 17 partidas con 9 b4, 90 con 9 lt:J e 1 ,
y 46 con 9 lt:Jd2.
9 !De1
Esta jugada apareció en 1 952. Tras me­
dio siglo de tests, sigue siendo una de las
líneas principales. Korchnoi la ha emplea­
do en 37 partidas, anotándose 21 victorias,
12 tablas y sufriendo 4 derrotas. Jugó la lí­
nea, por primera vez, en el I nterzonal de
Leningrado ( 1 97 3 ) , aunque entonces el
orden de jugadas fue 9 �d2 lt:J e8 lO lt:J e l .
Empleó el orden de j ugadas 9 lt:J e l en
1974, pero sólo en una partida. Fue a par­
tir de 1 981 (un período en el que, sobre to­
do, jugaba la Apertura I nglesa) cuando
comenzó a jugar 9 lt:Je 1 de forma regular.
Contra Ye Jiangchuan la juega por octava
vez (las siete partidas anteriores le habían
reportado cinco victorias y dos tablas). En
O R I G E N Y NATURALEZA DEL AJ E D REZ 83
la presente partida Korchnoi prueba, por
fin, la derrota, aunque, ciertamente, no se
debe a su novena jugada.
9 lt:Jd7 10 � e3 f5 11 f3 f4 12 �12 g5
•.•
La posición del diagrama aparece en
589 partidas, incluidas 21 de Korchnoi. Se
trata de una posición clave, que exige un
estudio profundo por ambas partes. De las
589 partidas, las blancas ganaron 268, hi­
cieron tablas en 149, y perdieron 1 72. La
relación de victorias blancas con las ne­
gras es de 42:27. Las blancas quedan un
poco mej or, pero la ventaj a del primer
movimiento no es muy acusada. De cada
diez partidas jugadas, las blancas ganaron
5, con 2 tablas y 3 derrotas. En otras pala­
bras, las posibilidades blancas de perder, a
partir de la posición del diagrama, son
considerables.
Las negras han mostrado los dientes,
pero no les resultará fácil demoler las de­
fensas d e l fl anco de rey enemigo. Las
blancas pueden contar con su dama, am­
bos alfiles, un caballo, una torre, tres peo­
nes y el rey defensor, es decir, nueve uni­
dades en el área defensiva. Contra estos
efectivos, las negras pueden incorporar su
dama, una torre, ambos caballos, ambos
alfiles, más los peones f, g y h, 9 unidades
84 LA ESCU ELA C H I N A DE AJ E D R EZ
también. Todas ellas se sumarán a la ofen­
siva en el flanco de rey. Numéricamente,
podemos decir que las fuerzas comprome­
tidas en ese sector estarán equilibradas.
Sin embargo, conforme a los principios
generales, las negras están l anzando un
ataque, de modo que necesitan h acerlo
con más piezas de las disponibles en la de­
fensa.
El flanco de dama es básicamente te­
rritorio blanco. La práctica ha demostrado
que no es posible para las negras sellar esa
zona del tablero. Las blancas pueden abrir
siempre el flanco de dama y crear allí di­
versas amenazas. De esto se infiere que, a
pesar de la sólida posición del rey blanco,
las negras deben hacer todo lo posible
por abrir una pista de ataque, a fin de
compensar su inferioridad en e l sector
opuesto.
En este punto las blancas disponen de
cinco métodos principales para empren­
der el avance en el flanco de dama: 13 a4
(281 partidas), 13 l2Jb5 (89 partidas), 13 b4
(76 ) , 13 .Jd el (62) y 1 3 l2J d3 (52 ) . H ay
otras dos j ugadas, pero que se ven con
mucha menor frecuencia. Una es 13 g4 (28
partidas), que trata de fij ar el flanco de
rey, pero que, en última instancia, sólo sir­
ve para alimentar el ataque negro. La otra
es 13 eS (1 partida), una tentativa drástica
por abrir la posición, con un sacrificio de
infante. Se ve a menudo en partidas entre
juveniles, pero no encuentra imitadores.
Korchnoi ha j ugado 13 l2J b5 en dos
partidas. Ganó la primera, pero nunca vol­
vió a repetirla, tras esta derrota ante Y e
Jiangchuan.
13 l2Jb5 b6
Las blancas emplean su caballo para
atacar el peón de a7, hostigando el flanco
de dama enemigo y provocando el avance
de los peones negros. De esta forma, se
acorta la distancia entre los peones blan­
cos y negros y se hace más fácil romper la
barrera frontal de las negras. El segundo
jugador dispone de tres formas de respon­
der al ataque.
En primer lugar, puede jugar 13 ... a6,
tratando de forzar el retroceso del caballo
negro, con pérdida de tiempo, después de
lo cual, las negras concentrarán su aten­
ción en el flanco de rey. Las blancas, sin
embargo, no se retiran, y juegan 14 l2J a7,
amenazando cambiar su caballo por el al­
fil de c8. Este cambio le quitaría gran par­
te de su fuerza al ataque negro en el ala de
rey. Una continuación actualmente popu­
lar es 14 ... l:t xa7 15 il,xa7 b6, encerrando
el alfil. Obviamente, si las negras lo captu­
ran, quedarán con la ventaja material de
alfil y caballo por torre. Para abrir una vía
de escape al alfil, las blancas deben entre­
gar un peón. El resultado de la escaramu­
za puede ser una situación con alfil y caba­
llo contra torre y un número de peones,
que ambos bandos pueden estar dispues­
tos a aceptar.
Hay algunas partidas en las que las ne­
gras juegan 13 ... l2Jf6. Esta jugada sacrifi­
ca el peón a, a fin de acelerar el ataque en
el flanco de rey. En respuesta a 1 4 l2Jxa7,
las negras deberían preservar su alfil de
casillas blancas, con 1 4 ... .§Ld7. Una vez
capturado el peón a, el caballo blanco ne­
cesitará varias jugadas para regresar, y es­
to de nuevo le concederá a l a s n egras
tiempo para preparar su asalto. Las negras
necesitan, como decimos, lograr algo tan­
gible en el flanco de rey, pues si su ataque
es desactivado, el sacrificio de peón en el
otro flanco decidirá la suerte de la partida.
Las negras tienen un tercer método: 13
... b6, que se emplea mucho más a menudo
que los otros dos. Aunque 13 ... b6 es una
j ugada defensiva, que además debilita el

flanco de dama, evita la pérdida de mate­
rial. Es una admisión de que el flanco de
dama debe entregarse a las blancas. Vea­
mos cómo reaccionan las blancas.
14 b4
Preparando una ruptura con c4-c5. Las
blancas necesitan abrir la puerta del flan­
co de dama lo antes posible, sacrificando
un peón si fuese necesario. Las negras no
pueden parar el avance del peón e blanco,
y es improbable que acepten el sacrificio,
porque lo único que conseguirían es un
peón doblado en la columna e, q u e las
blancas ganarían tarde o temprano. Mejor
es que las negras dejen el peón d donde
está, bloqueando el avance del peón d5.
Todo esto significa que 14 b4 plantea una
amenaza directa.
14 ... a6
Esta debilitadora j ugada, para desviar
el caballo, es necesaria, pues de otro mo­
do, las blancas podrían j ugar c4-c5 y, en
caso de ... a7-a6, responder con c5xd6.
15 ltJe3 h5
Ye Jiangchuan anota que ésta es una
jugada nueva, pero en realidad ya se había
jugado en cinco partidas anteriores, la pri­
mera de ellas en 1 987. Seguramente, esta­
ba condicionado por la limitación del ma-
O R I G E N Y NATURALEZA DEL AJ E D R EZ 85
terial disponible, y por su forma de inves­
tigar, tal vez afortunadamente para él. De
haber estudiado minuciosamente esas cin­
co partidas, es posible que no hubiera ele­
gido 1 5 . . . h5. La posición del diagrama
aparece en un total de nueve partidas.
Teóricamente, 1 5 . . . tLlg6 es la jugada
digna de recomendar, porque de 1 1 parti­
das con ella, las negras ganaron 6, hicieron
tablas en 2 y perdieron 3. Un excelente re­
sultado, que probablemente sea la razón
por la que Korchnoi nunca volvió a jugar
1 3 tLl b5, tras perder esta partida.
16 �hl
Esta j ugada sólo se produjo en la pre­
sente partida. Los teóricos la criticaron,
porque piensan que no puede reportarle a
las blancas ventaja alguna. Desde su pers­
pectiva, la mejor jugada es 16 c5, que se ha
producido tres veces en la práctica, ganan­
do las blancas en las tres ocasiones. Una
de ellas se jugó en 1 987, otra en 1 989. ¿Co­
nocía Korchnoi estas partidas? ¿No le gus­
taba la idea del sacrificio de peón que su­
pone 1 6 c5?
De l a derrota de las blancas en esta
partida no puede culparse a 16 � h l . La
teoría sólo dice que la situación resultante
es confusa. Una lucha del medio j uego
que difiere ampliamente de los modelos
normales ofrece mucho campo a las cuali­
dades de los jugadores chinos.
16 ... ttJf6
La decisión correcta. El caballo de c7
no puede contener la ruptura c4-c5, si las
blancas deciden sacrificar un peón. Por
consiguiente, las negras trasladan su caba­
llo a f6, abriendo paso al alfil de casillas
blancas y concediéndole el máximo apoyo
a la ruptura ... g5-g4.
17 e5
El retraso de una jugada (con 1 6 �h1 )
afecta a l a velocidad del ataque blanco en
86 LA ESCUELA C H I N A DE AJ E D R EZ
el flanco de dama y le permite a las negras
acelerar su propio ataque a la bayoneta en
el flanco de rey.
17 ... g4 18 cxb6 cxb6 19 � el
La posición del diagrama es típica de la
India de Rey, en la fase de transición de la
apertura al medio j uego. Las blancas tie­
nen nueve unidades defendiendo su flan­
co de rey. No es necesario ni posible in­
corporar más piezas a la defensa. Sólo
pueden esperar el ataque negro. Nadie sa­
be si las negras podrán dar mate al rey
blanco o infligir algún daño importante.
Aun hoy, cuando el ajedrez está desarro­
llado a tan alto nivel, hay posiciones com­
plejas, como ésta, que están más allá del
conocimiento humano. La idea de que la
'
solución al problema pueda confiarse a
un programa de ordenador es aún más
ridícula.
En el flanco de dama, el peón de d6 se
ha convertido en un permanente punto
débil, y los peones de b6 y a6 también es­
tán debilitados. Por otro lado, las blancas
controlan la única columna abierta del ta­
blero, y están a punto de lanzar una fuerte
ofensiva en el flanco de dama, contra la
que las negras se encontrarán indefensas.
La situación estratégica de ambos ban-
dos es perfectamente clara. Desestabilizar
al rey blanco es la única forma que tienen
las negras de crear un contrapeso a su des­
ventaj a en el flanco de dama. Puede que
se vean obligadas a sacrificar peones o in­
cluso una pieza para ello. ¿ Cómo deben
continuar para reforzar su formación de
ataque? No es bueno j ugar 1 9 ... l2Jg6, por­
que después de 20 t2J a4 � b8 2 1 t2J xb6
� xb6 22 lá xc8! 'ifxc8 23 j¡xb6, las blan­
cas tienen una posición ganadora. Tampo­
co puede recomendarse 19 ... gxf3, en vista
de 20 j¡xf3 l2J g4 21 t2Jd3, y aunque las ne­
gras pueden cambiar su caballo por el alfil
de casillas negras enemigo, reduciendo al­
go la presión sobre el flanco de dama, ne­
cesitarían mucho más tiempo para organi­
zar su propio ataque en el flanco de rey.
Por otro lado, el flanco de dama no podrá
resistir mucho.
19 ... g3
De nuevo, las negras toman la decisión
correcta. ¡ Este sacrificio de peón requiere
sensibilidad y, desde luego, mucho valor!
Algunos jugadores se oponen al sacri­
ficio, porque no ven claramente sus conse­
cuencias, si las blancas lo aceptan. Sin em­
bargo, creo que es posible indicar algunas
variantes, que m uestran el rumbo que
puede tomar e( ataque: 20 hxg3 fxg3 21
j¡ xg3 l2J g6 22 j¡ f2 h4 23 t2J a4 :!á b 8 24
t2J xb6 :!á xb6 25 :!á xc8 'if xc8 26 j¡ xb6
t2Jh5 27 lá g1 l2Jg3+ 28 �h2 j¡h6 29 t2Jd3
'ifb7 30 j¡f2 t2Jf4 31 t2Jc1 (si 3 1 j¡xg3, 3 1
. .. hxg3+ 3 2 �xg3 t2Jxd3 3 3 j¡xd3 j¡e3, o
bien 33 iVxd3 j¡f4+ 34 <;t>f2 'ifb6, y las ne­
gras ganan) 31 . . . � h8 32 'iV d2 :!á g8 33
j¡d3 'i/g7 34 'iVe1 'iVg5 35 a4 'iVh5 36 j¡fl
:!á c8 37 t2J b3 :!á c2 38 b5 (o bien 38 t2J d2
:!á xd2 39 ¡yxd2 h3, ganando) 38 ... h3 39
gxh3 t2J xfl + 40 iV xfl :!á xf2+ 41 'if xf2
'ifxh3++. Por supuesto, no es inevitable
que el rey blanco reciba m ate tan fácil-

mente. Hay muchas variantes, y he estu­
diado la posición extensamente. Mi im­
presión es que no es fácil para las negras
romper el sistema defensivo de su rival,
pero las blancas tienen muchos proble­
mas. Si las negras tratan de ganar, deben
jugar así. Si no podemos clarificar la situa­
ción en el análisis casero, más difícil les re­
sultará a las blancas hacerlo en el curso de
una partida real.
20 .tgl
Tras sopesar ventaj as e inconvenien­
tes, Korchnoi decide no aceptar el peón
sacrificado. D ud o de que h aya podido
concluir que las negras tenían una forzosa
y convincente línea de ataque. Probable­
mente, no le gustaba la idea de que las
piezas negras cobrasen, de repente, tanta
actividad, si aceptaba el sacrificio. Ele­
mentos como la intuición y el juego psico­
lógico desempeñan aquí un papel decisi­
vo.
20 ... gxh2 21 .tf2
21 ... h4!
Éste es el primer signo de admiración
que Ye Jiangchuan se concede a sí mismo,
en sus comentarios a la partida. Señala
que si 21 ... {jj g6?, 22 {jj a4 le da a las blan­
cas una posición ganadora. En caso de
O R I G E N Y NATURALEZA D E L AJ E D R EZ 87
22 ... :a. b8 23 {jj xb6 :a. xb6 24 � xc8 �xc8
25 � xb6, las negras no sólo pierden un
peón, sino que también tendrán proble­
mas para conservar su peón a, cuando las
blancas lo ataque con 'iYd1 -d3.
La variante muestra por qué las blan­
cas no querían que su alfil de casillas ne­
gras abandonase la diagonal g1 -a7, en las
jugadas 20 y 21 . Probablemente esperaban
que las negras jugasen 21 ... {jj g6, y no que
Y e Jiangchuan tuviese una apreciación
tan afinada de la posición. El caballo de e7
limita las posibilidades blancas de realizar
combinaciones tácticas en el flanco de da­
ma. El ataque negro en el flanco de rey
puede seguir evolucionando aunque el ca­
ballo no participe en él temporalmente.
22 {jj a4 :a. b8
Si 23 �xh4?, entonces 23 ... {jj h S, con
fuerte ataque (Ye Jiangchuan). Este co­
mentario es correcto, porque las negras
seguirán con 24 . . . � f6, proponiendo el
cambio de alfiles de casillas negras. Para el
rey blanco es muy peligroso permanecer
en la columna h, una vez desaparecido su
propio peón.
23 b5!?
Esta jugada es necesaria, pues de otro
modo las negras jugarían ... b6-b5, expul-
88 LA ESCU ELA C H I N A D E AJ E D R EZ
sando al caballo de a4 y retrasando consi­
derablemente la ofensiva b l anca en e l
flanco d e dama.
La posición del diagrama es muy im­
portante, pues el veredicto sobre ella es
decisivo para la evaluación de 1 6 � h 1 .
Las negras tienen tres alternativas:
(a) 23 ... ttJhS, y ahora:
(al ) Las negras esperan 24 �xh2 tt:Jg3
2S � gl �d7 26 tt:Jc3 aS. Entonces no ten­
drían serios problemas en el ala de dama,
mientras que en el de rey las blancas no
podrían parar las amenazas sobre la co­
lumna h. Todo esto, sin embargo, es mera
formulación de deseos.
(a2) Las blancas deberían aprovechar
la ocasión de j ug a r 24 bxa6 ttJ g 3 + 2S
<;t> xh2 (2S �xg3 no es bueno, ya que la
amenaza al peón b6 se renovaría. Las ne­
gras tendrían las manos libres para ganar
el peón blanco, que tan laboriosamente ha
llegado hasta a6. El rey blanco estaría en
muy mala posición, tanto si las negras jue­
gan 2S ... fxg3, como 2S ... hxg3) 2S ... �d7
26 a7 � b7 27 tt:Jxb6 (si 27 �xb6, entonces
27 ... 'i:Ye8) 27 ... tt:Jxfl + 28 �xfl ll xa7 (si
28 . . . 1:t xb6, entonces 29 a8'iV 'iVxa8 30
�xb6 'iVxa2 31 l:t c7). Aunque el material
está igualado, las piezas negras no están
bien coordinadas. Las blancas tienen una
gran ventaja, gracias a su fuerte iniciativa
en el flanco de dama y a la debilidad del
péon d6. El juego podría continuar así: 29
a4 �e8 (o bien 29 ... tt:Jg6 30 'iVb3 l:t c7 31
ll xc7 'iVxc7 32 tt:Jxd7 'iVxd7 33 aS V/!ic7 34
a6 � a8 3S 'iVb7 'iVd8 36 a7, con una posi­
ción ganada) 30 'iVb3 tt:Jg6 (después de 30
... 'iVb8 31 �bS �xbS 32 'iVxbS l:t b7 33 aS
tt:Jc8 34 l:t bl tt:Jxb6 3S a6 � a7 36 'iVaS, las
negras estarían en una posición desespera­
da, a pesar de tener una torre por caballo
y peón. El peón a llegará a a7, y una pieza
bl anca penetrará en c6) 3 1 � bS ll b7
32 aS � xbS 33 'iV xbS � h7 34 a6 l:t c7
3S � c6. y la ventaja blanca es evidente.
(b) 23 ... aS 24 'ifc2 � b7 (24 ... ttJ hS 2S
'i/c7 l:t b7 26 'iVxd8 bt xd8 27 �xh2 tt:J g3
28 �d3 tt:Jxf1 + 29 �xf1 �d7 30 tt:J xb6) 2S
<;t>xh2 tLlhS 26 l:t g1 tt:J g3 27 �d3 � f6 28
'i/d2 �d7 29 tt:J c2 l:t h6, cor:• ventaj a. Me
parece que 23 ... aS merece seria atención.
Un cuidadoso análisis muestra que des­
pués de esta j ugada, la ventaj a negra no
puede malograrse.
(e) 23 ... axbS, como se jugó en la parti­
da. Y e Jiangchuan cree que ésta es la úni­
ca respuesta j ugable para las negras. Aquí
podemos ver la diferencia entre jugar aje­
drez y estudiarlo. Sus análisis, después de
todo, fueron escritos para lnfo rmator,
cuando le invitaron a comentar esta victo­
ria sobre su famoso rival. Apenas añadió
algunos signos al texto de la partida, refle­
j ando sus impresiones durante el j uego y
en el análisis post-mortem, y lo entregó a
los editores. Esto es muy diferente de vol­
ver continuamente a analizar la partida,
durante el curso de varias semanas.
Si comparamos 23 ... axbS con 23 ... aS,
la primera parece ganar un tiempo para el
ataque en el flanco de rey, pero esto tiene
una importancia sólo secundaria. El pro­
blema con 23 . . . axbS es que el flanco de
dama queda totalmente expuesto, y las ca­
sillas b7 y d7 no pueden ser utilizadas a
efectos defensivos y de maniobras.
23 ... axb5 24 � xb5 tt:J h5 2 5 � x h2 tt:J g3
26 l:t gl tt:Jg6!
En respuesta a 26 ... �f7 ? ! , Y e Jiang­
chuan indica 27 'iVc2 l:t h8 28 'iVc7 'iVg8 29
�d7, con ventaja. En realidad, las blancas
pueden j ugar mej or con 29 V/!ixb8 h3 30
bt xc8 hxg2+ 31 �xg2 tt:Jxc8 (o bien 31 ...
'iV xc8 32 'iV xc8 ttJ xc8 33 ttJ d3 � h 6 34
�d7 tt:Je2 3S �e6+ �g7 36 � bl, ganan­
do) 32 'iVc7 + � f6 (o bien 32 . . . tt:J e7 33

'ir'xd6) 33 tt:J xb6 'iVh7 34 � xg3 fxg3 35
�f1 'iVh2 36 tt:Jg2, con ventaja decisiva.
Sin embargo, la jugada 26 ... 'ii'g8 es in­
ferior. Las negras deben jugar 28 ... 'Wixc7
29 á xc7 h3 30 �xb6 hxg2+ 31 �xg2 �f6
32 � d7 � xd7 33 1:. xd7 á bg8 34 � f2
�h4, con posición ganadora.
Por consiguiente, las blancas deberían
responder a 26 ... �f7 con 27 'iVb3 ! Esta
jugada amenaza 28 �xb6. En vista de la
potencial batería con �b5-e8+, las negras
deberán mover su rey, si quieren conser­
var su peón de b6. Ahora, mientras que 27
... �g8 significa la pérdida de dos tiempos,
27 ... <;i;>f6 parece demasiado precario. Por
ej emplo: 28 tt:J d3 � h8 29 'ti' b2 � h6 30
á gd1 h3 31 tt:Jxe5 dxe5 32 d6 tt:Jg6 33 d7
�b7 34 á d6+ ci;; g7 35 �xb6 'i/e7 36 d8'li'
1:t bxd8 37 á c7, con una posición ganada.
27 tt:Jd3
Las negras han entregado la casilla c6 a
su oponente. ¿Qué sucede si la torre juega
a c6, atacando y ganando el peón de b6?
Podría seguir 27 � c6 h3 28 gxh3 ( o 28
t:Dxb6 �b7 29 � el hxg2, con ventaja ne­
gra) 28 . . . 'Wih4 29 � xc8 � fxc8 30 'Wib3
'ifd8!, y ahora:
(a) 31 tt:J d3 tt:J h4 32 tt:Jb4 'iVg5 33 �d7
Jl cl 34 �g4 tt:Jfl+ 35 ci;; hl tt:J d2 36 'Wid3
O R I G E N Y NATURALEZA D E L AJ E D R EZ 89
1:1 xg1 + 37 � xg1 tt:J dxf3 38 �xb6 (si 38
�xf3, entonces 38 ... 'iVg3) 38 . . . tt:Jd4 39
tt:Jc6 f3 40 'ifd1 'ife3 41 �e6+ <;i;>f8 42 �c7
'Wit2 43 �xd6+ �eS 44 'iYg1 'iVg2+ 45 'iVxg2
fxg2+ 46 �g1 tt:Jdf3+, y las negras ganan.
(b) 3 1 �a6 á c1 32 'iVb2 á xe1 (32 . . .
b 5 también e s bueno) 3 3 �xe 1 b 5 3 4 tt:Jc3
(o bien 34 �xb5 ttJ h4) 34 ... tt:Jh4 35 'iVf2
'iVa5 36 �xb5 l:. xb5 37 tt:Jxb5 'iVxb5, con
ventaja decisiva.
Y e Jiangchuan indica 27 'iVc2? h3 -+.
27 �h7!!
•••
No 27 ... h3? ! 28 gxh3 'Wih4? 29 á xc8 y
� b5-d7, con ventaj a blanca (Y e Jiang­
chuan).
28 tt:Jb4?
28 �xb6 ! ? á xb6 29 á xc8 'iYxc8 30
tt:J xb 6 'Wi b7 3 1 tt:J d7 'Wi xb5 32 tt:J xf8 +
�xf8 ! ? 33 'iYc2 'ii'b 6, con posición confu­
sa (Y e Jiangchuan).
Valía la pena considerar 28 � c6 h3
29 tt:Jxb6 tt:Je7 (29 ... hxg2 30 J::t xc8 J::t xc8
31 tt:Jxc8 'iVh4+ 32 �xg2 � xc8 33 �d7 l:t h8
34 �xg3 'Wixg3+ 35 �f1 'Wih4 36 �f5, ga­
nando) 30 tt:J xc8 tt:J xc6 3 1 � xc6 á xc8
32 gxh3, con ventaja blanca.
28 h3!
•••
29 l:l xc8
A 29 gxh3, Y e Jiangchuan indica 29 ...
90 LA ESCU ELA C H I N A D E AJ E D R EZ
!1 h8. Entonces, 30 � xc8 traspone a la
partida, pero si las blancas no quieren sa­
crificar calidad y j uegan 30 i.xg3, en tal
caso puede seguir 30 . . . fxg3+ 31 1:1 xg3
i.h6 32 f4 (después de 32 1:1 xc8 l::t xc8 33
4Jd3 4Jf4 34 � g4 l:. g8 35 i.c6 � xg4 36
fxg4 'iVh4 37 �f3 � f8, las negras tienen
una posición ganada) 32 ... exf4 33 � g1 f3
34 �xf3 l::t f8 ! 35 �h5 (o 35 'iVe2 �h4 36
� c7 + c;t> h8 37 � g4 i.xg4 38 �xg4 �f2+
3 9 � g2 i. f4 + 40 � h 1 'iY e 1 + 4 1 � g 1
�xe4+ 42 �g2 �el + 43 �g1 �xg1 + 44
�xg1 i. e3+ 45 � h1 � f3 46 i. d7 b5 47
4J c3 4J h4 48 4J e2 � g8, y las negras ga­
nan) 35 ... 4J f4 36 � xc8 (o bien 36 �d1
4J xh3 37 1:1 g2 4J f2) 36 ... � xc8 37 �g4
� c7 38 tt.J c6 'iYe8 39 4J c3 � g7 40 �d1
� xg1 4 1 � xg 1 ttJ xh3 42 'iY g4 ttJ f2 43
�h4 � f3 44 i.fl �g6, y las negras deben
ganar.
29 � xc8
...
Las negras tenían que considerar cui­
dadosamente esta captura. 29 . . . �xc8
conduce a las variantes que siguen:
(a) 30 tt.Jc6 l::t b7 31 i.a6 hxg2 32 � xg2
4Jh4 33 � g1 'iVe8 34 i.xb7 'ifh5 35 i.xb6
� f6 36 i.c8 � g6 37 i.g4 4Jxf3+ 38 �g2
� xg4 39 �xf3 tt.Jxe4+, ganando.
(b) 30 gxh3 � h8 31 tt.Jc6 � b7 32 i.xg3
fxg3+ 33 � xg3 i. h6 34 � h 1 (o 34 � g4
'iff8 35 i.fl � f7 36 i. g2 i.f4+ 37 � h 1
i.e3 3 8 �e2 'ifh6 3 9 4J b2 � hf8 40 4Jd3
i. c5 4 1 �fl 'iVe3 42 4J e 1 � a8 43 4J c2
'iYd2 44 �b1 l:. xa2, y las negras ganan) 34
... i.f4 35 � g4 'iff8 36 i.fl 'ifh6 37 ttJ b2
i. e3 38 4J c4 i. c5 39 'iVe1 � f7 40 'iVg3
� a8, con posición ganadora.
30 gxh3 � h8 31 i.xb6
Las blancas tienen que j ugar de esta
forma, puesto que tratan de ganar. La al­
ternativa, 3 1 tt.Jc6 'i:Vh4 32 4Jxb6 (después
de 32 i.fl !1 a8 33 i.g2 b5 34 4Jc3 'iVh5 35
'i:Ve1 i. h6, las negras están mejor) 32 . . .
'ifxh3+ 3 3 �xh3 �g8+ 3 4 �g2 4Jh4+ 35
� h3 ltJg6+ 36 �g2, conduce a tablas. No,
sin embargo, 36 �g4??, por 36 ... � h4+ 37
�g5 �f7 38 l::t xg3 l:. xc6 39 i.xc6 i.f6+
40 �f5 tt.Je7++.
Este análisis demuestra que si las ne­
gras jugaban a ganar, tenían que haber op­
tado por 29 ... 'ifxc8, y no por 29 ... � xc8.
31 'iVe7 32 4J d3
...
• J: . • • '
• • • •• �
m •� - � -
-�· b · •
Cij . . � b.� •
• · ctJ · b · i
b . • • =�
• .¡v. a
� 57
En respuesta a 30 ... � h8 y 31 ... 'i/ie7,
las blancas prestan su atención a la defen­
sa del flanco de rey. El caballo se dirige a
f2, para defender el peón de h3 y, caso ne­
cesario, podría situarse en g4. Las blancas
consideran que entonces su flanco de rey
estará seguro, porque no ven de qué modo
podrían las negras romper. Entretanto, el
flanco de dama es propiedad de las blan­
cas.
Si las blancas hubiesen previsto la reac­
ción de su rival a 32 4J d3 , seguramente
habrían buscado otro plan. H e aquí dos
posibilidades:
( a ) 32 a3 � g8 33 i. f2 � f7 34 tt.J b6
� xh3+ 35 � xh3 l:l h8+ 36 � g2 4J h4+
37 � h3 'ifg5, y las negras ganan.
(b) 32 i.f2 �b7 ! 33 'i:Vd3 (33 4J b6 � eS
34 a4 �xb6 35 4Jd3 i.f8, con ventaja ne­
gra) 33 . . . � b8 34 i. b6 (34 ttJ b6 'iV a7)

34 . . . 'ii c 8 35 ..t a6 'ii d 7 36 ..t b5 'ii c 8 37
�a6, con tablas.
32 :¡:¡ b8!
...
Al tiempo que hostigan a las blancas
en el flanco de rey, las negras aprovechan
la mala posición de varias piezas contra­
rias. Esta estratagema, que cambia de re­
pente la orientación del ataque no es, des­
de luego, una idea que se le puede ocurrir
a muchos j ugadores. Revela el estilo de
j uego y el carácter de Y e Jiangchuan, su
excelente percepción de la posición en su
totalidad. Cada jugada es poderosa.
33 �c6
Las blancas tienen aquí poca elección.
Después de 33 lt.'l db2 �g8 34 ..tf1 lt.'lh4 35
�f2 lt.'lxfl + 36 I! xf1 lt.'lg2 37 �xg2 'iig5+
38 � h2 � f7 3 9 Vi' e 1 : xh3 + 40 � xh3
n h8+ 4 1 ..t h4 ..t f6 42 lt.'l c4 :¡:¡ xh4+ 43
'i'xh4 'iVxh4+ 44 �g2 'iig 3+ 45 �hl �e7
46 lt.'l ab6 'ifh3+ 47 � g1 ..t h4, las negras
deben ganar.
33 � g8
..•
Si 33 . . . ltJ h4 34 ..t f2 : b l 35 'ifxbl
tt:Jxf3+ 36 � g2 lt.'l h4+, la partida finaliza
con jaque perpetuo.
34 tt:Jf2
Tal vez fuese preferible para las blan­
cas 34 ..tf2, que haría más difícil la tarea
de las negras. B ajo la presión del reloj , se­
ría un reto encontrar el método de ataque
correcto, a s a be r : 34 . . . <it> f7 35 .,t xg3
fxg3+ 36 : xg3 ..t h6 37 : g4 ..t f4+ 38
�g2 J:t h7 39 lt.'l c3 (o bien 39 'ii g 1 lt.'l h4+
40 �h1 lt.'lxf3 41 'iff1 lt.'ld2 42 J:t xf4+ exf4
43 iYxf4+ 'iff6, con una posición ganada)
39 ... J:t bh8 40 'ifh1 iVa7 41 lt.'lf2 lt.'lh4+ 42
c¡t>f1 'iVa5 43 lt.'lcd1 : b8, con una ventaja
decisiva.
34 tt:'lh4 35 'ii'd3
...
Después de 35 lt.'lg4 iVg5 36 ..td7 'iVh5
37 �e6+ �f8 38 :C. e1 J:t a8 (o bien 38 ...
tt:Jxf3+) 39 ..td7 (39 ..tc7 �e7) 39 ... �e7
O R I G E N Y NATURALEZA D E L AJ E D R EZ 91
40 ..tc6 lt.'l xf3+ 41 iVxf3 iVxh3+ 42 � gl
n h4, las negras ganan.
SR
35 ... c;itt7?!
Y e Jiangchuan indica 35 . . . 'iVf7 ! (con
idea de . . . 'iVf7-h5) 36 : el ..tf6 37 : c3
J:t h7 ! , con ventaja ganadora. Después de
38 lt.'lg4 � h8, yo proseguiría el análisis co­
mo sigue:
(a) 39 : b3 'll!Vh5 40 �g1 J:t g8 41 n b2
lt.'l xf3+ 42 iVxf3 iVxh3 43 ..t d7 'ifh4 44
J:t h2 (o 44 lt.'lc3 lt.'lxe4 45 lt.'lxe4 'iie l + 46
'iVf1 'ii x e4 47 : h2 : gg7 48 n h3 n xd7
49 lt.'l xf6 'ifg6+, ganando) 44 . . . : xg4 45
: xh4 1:. gxh4, con una posición ganada.
(b) 39 n c2 'iVh5 40 �gl ..td8 41 n b2
(o bien 41 ..txd8 lt.'lxf3+ 42 'ifxf3 n b 1 + y
mate) 41 . . . ..t xb6+ 42 lt.'l xb6 ( 42 : xb6
1:. g8 43 :C. b2 lt.'l xf3+ 44 'ifxf3 'ifxh3 45
..td7 lt.'l e2+ 46 �f2 'ifxf3+ 47 <it>xf3 lt.'lgl +
4 8 � f2 li x d 7 49 ltJ f6 ltJ h 3 + 50 <it> e2
n g2+ , y ganan ) 42 . . . 'iff7 ! 43 tt:'l f2 'ifa7
44 'iVb3 'ifa5, con ventaja decisiva.
36 li cl?
(Ver diagrama 59.)
Y e Jiangchuan sugiere 36 : bl como
mej or j ugad a, pero con ella las blancas
tampoco pueden salvar la partida: 36 . . .
iY'g5 3 7 lt.'lg4 'ifh5 3 8 �g1 (38 J:t e1 J:t xb6
92 LA ESCUELA C H I NA DE AJ E DR EZ
59
39 l2Jxb6 l2Jhf5 40 l2Jf2 l2Je3, con ventaj a
decisiva) 38 ... l2Jhf5 39 exf5 �xh3 40 l2Jc3
e4 41 l2J xe4 Jk d4+ 42 Jk xd4 (o bien 42
'li' xd 4 'li' h 1 + 43 � f2 � h 2 + 44 l2J xh2
'li'xh2+ , y mate) 42 ... l:. xb 1 + 43 'li'xb1
� h 1 + 44 � f2 1:. h2+ 45 l2J xh2 'ib'xh2+
46 �el �e2++.
36 ... l:t xb6!
Las negras también podían atacar di­
rectamente al rey contrario, con 36 ... iVg5
37 l2Jg4 �h5 38 �g1 l2J hf5 39 l2Jf2 (des­
pués de 39 exf5 �xh3, las blancas no tie­
nen defensa, por ej emplo 40 1:. c4 e4 41
1:. xe4 l2J xe4 42 � xe4 � g3+ 4 3 <iit f 1
l:t h 1 + 4 4 � e2 � e l + 4 5 � d3 'ti' b 1 + 46
�c4 l:. c1 + 47 l2Jc3 l:. xc3++) 39 ... l2Je3 40
Jkxe3 fxe3 41 'ti'xe3 l2Je2+ 42 �xe2 (o 42
�g2 l2Jxc1 43 iVxc1 Jkh6 44 �c3 l:t bg8+
45 �f1 l:. g3 46 �e2 'ti'h4 47 Jkd7 l:. g2 48
Jke6+ �g6 49 Jkf5+ �f6 50 �el Jkd2 5 1
<;i;>xd2 l:. xf2+ 5 2 �d1 �g3 5 3 Jkg4 �g2,
ganando) 42 ... �g5+, seguido de la captu­
ra de la torre, con posición ganadora.
El método de Ye Jiangchuan es devol­
ver la calidad y lograr ventaja material de­
cisiva clavando el caballo.
37 l2Jxb6 �a7 38 �b3 l:t b8 39 � bl Jkf6
40 'ti'b4
·
Las blancas ya no disponen de una de­
fensa efectiva y deberían rendirse.
40 l2J xf3+ 41 � g2 l2J h4+ 42 � gl Jkd8
.••
43 iVxd6 l:t xb6!
Una línea más simple era 43 ... Jkxb6
44 �e6+ � g7 45 l:. xb6 .tí xb6 46 �g4+
l2Jg6.
44 �e6+ � g7 45 .tí xb6 �xb6 46 'ti'd7+
�h6 47 �e6+ l2Jg6 48 �g2 � g7 49 iVd7+
Jke7 50 d6 l2J h4+ 51 � gl �bl+ 52 �h2
lZJfl+
Las blancas se rindieron.
53 <iit g 1 l2Je3+ 54 � h2 l2Jf3 es mate.
Se trata de una partida muy interesan­
te, cuyo estudio beneficiará mucho a los
jugadores que deseen mejorar sus cualida­
des agresivas y defensivas.
Blancas: Wang Zili (China)
Negras: Lajos Portisch (Hungría)
Olimpiada, Ereván (Armenia) 1 996
Defensa Siciliana
El gran maestro internacional Wang Zili
nació en Anhui, en 1 968. Fue campeón
nacional en dos ocasiones (1988 y 1 999) y
representó varias veces a China en compe­
ticiones asiáticas y mundiales por equipos.
Lajas Portisch es un gran maestro in­
ternacional, nacido en Hungría, en 1 937.
Ha ganado en nueve ocasiones el campeo­
nato de su país. Representó a Hungría en
las Olimpiadas, a partir de 1 956, y se con­
virtió en el líder del equipo nacional en
1 962. Desde 1 965 a 1 983 fue uno de los
ocho mej ores j ugadores del mundo. Se
trata de un jugador de estilo académico,
que busca siempre la perfección del arte.
1 e4 eS 2 l2J f3 e6 3 d4 cxd4 4 l2J xd4 l2J c6
5 l2Jc3 a6 6 Jke2 d6 7 0-0 l2Jf6 8 Jke3 Jkd7
9 f4 b5
Wang Zili siempre abre de peón rey.
Está muy familiarizado con las diversas
respuestas posibles de las negras. Es muy
fuerte en posiciones de ataque, y suele su-

mar muchos puntos con las piezas blancas.
Portisch empieza oponiéndole la Variante
Paulsen de la Defensa Siciliana, pero en la
sexta j ugada avanza su peón d, traspo­
niendo así al Sistema Scheveningen, que
normalmente no se plantea con este orden
de jugadas. Con 7 ... ltJf6 se ha alcanzado
una posición estándar de la Scheveningen.
La siguiente j ugada negra, 8 . . �d7,
.
sólo se ve en contadas ocasiones. Hay ape­
nas 30 partidas con ella (hasta fines de
1 998), mientras que hay 242 con 8 . . �e7..
Obviamente, 9 . . �d7 contituye una es­
.
trategia minuciosamente preparada. Al
defender el caballo de c6, las negras se dis­
ponen a realizar el avance ... b7-b5. En su
siguiente jugada, Wang Zili decide no reac­
cionar directamente a este plan, sino pro­
seguir normalmente con 9 f4. Si, en lugar
de ello, las blancas hubiesen jugado 9 a4,
para impedir . . . b7-b5 , las negras podrían
continuar con 9 . . . ltJxd4 1 0 �xd4 (tam­
bién es digna de consideración 10 'i:Yxd4! ?)
10 ... �c6, para ver de qué modo protege­
rán las blancas su peón de e4.
Tal vez a las negras les sorprendió la
omisión blanca 9 a4. Dados sus muchos
años de experiencia en el ajedrez de alto ni­
vel (también es entrenador y director de
una revista especializada), Portisch debe sa­
ber que la jugada estándar, en esta posición,
es 9 ... �e7 o 9 ... 'li'c7, y sin embargo juega
la heterodoxa 9 ... b5. Sólo hay dos partidas
con esta jugada. De modo que, en una aper­
tura popular, el juego sale de los caminos
trillados ya en la novena jugada, algo que
rara vez sucede en el ajedrez magistral.
10 a3
Mi propio estilo personal siente más
bien aversión por este tipo de j ugada.
Siento que al oponer a2-a3 a ... b7-b5, las
negras salen ganando. Sin embargo, es di­
fícil generalizar. En el caso presente, el al-
O R I G E N Y NATURALEZA DEL AJ E D R EZ 93
fil negro de casillas blancas se ha desarro­
llado por d7, y no por b7. Con una sola ju­
gada d efensiva, las b l ancas anulan las
amenazas enemigas en el flanco de dama.
Esto realza sus perspectivas en el flanco
de rey, ya que no tendrán otros problemas
para proteger su retaguardia.
10 ... �e7 11 g4
Una vez que las blancas han enrocado
corto, el avance del peón g delante de su
rey, es un plan de doble filo. Por una par­
te, las blancas expanden su territorio en el
flanco de rey, sentando las bases de un fu­
turo ataque; por otra parte, hay un ele­
mento de inseguridad e inestabilidad en la
posición de su propio rey. Una vez que se
abran líneas en el centro, su rey quedará
en peligro. La cuestión que se plantea es:
puesto que las negras no han enrocado
corto, ¿puede el ataque blanco en el flan­
co de rey reportar algo positivo?
En esta posición concreta, el enroque
largo está virtualmente fuera de cuestión
para las negras. Su rey tampoco está segu­
ro en el centro, y mientras permanezca en
él, sus posibilidades de contraataque esta­
rán limitadas. Por consiguiente, es razona­
ble asumir que el futuro del monarca ne­
gro está en su propio flanco, �-, por tanto,
94 LA ESCU ELA C H I NA DE AJ E D REZ
está justificado que las blancas ataquen en
ese sector.
Un método sólido de juego es 1 1 'ib'el .
11 . . 0-0
. tán mucho mejor) 22 tt:Jxa6 :S. xb2 23 �d4
En el pasado, los manuales siempre afir­
maban que la mejor respuesta a un ataque
de flanco es un contraataque en el centro.
Esos manuales citan muchos casos en los
que este principio fue aplicado con éxito,
pero no por eso los lectores pueden dejar de
preguntarse en qué casos fracasó. En reali­
dad, creo que los casos en que falló no son
menos numerosos que aquellos en que tuvo
éxito. Se trata de una cuestión que sigue es­
perando un estudio adecuado. Lo mejor
que puede decirse al respecto es que el prin­
cipio da buen resultado en ciertas circunstan­
cias, pero que no es universalmente válido.
Portisch decide enrocar, antes que contraa­
tacar. No es porque no conozca el principio
de la reacción central, sino porque piensa
que no le beneficiaría en este momento.
Echemos un vistazo a los posibles pla­
nes negros de contraataque:
(a) 1 1 ... e5 12 fxe5? ! dxe5 1 3 tt:Jf5 �xf5
1 4 :S. xf5 0-0 1 5 g5 tt:Jd7. Las negras amena­
zan 16 ... tt:Jd4, o bien 16 ... �c5, para cam­
biar alfiles. La posición blanca no es pro­
metedora. Su error fue 1 2 fxe5, permitien­
do que el peón negro retrasado, de la co­
lumna d semiabierta, se trasladase a la co­
lumna e. En su lugar, las blancas debían ha­
ber jugado la inmediata 12 tt:Jf5 ( 1 2 tt:Jxc6
�xc6) 1 2 ... �xf5 1 3 gxf5. En esta posición
las negras pueden, como es lógico, contraa­
tacar, aunque nadie puede garantizar que
tengan éxito. Portisch es un perfeccionista,
y tales posiciones no le convienen.
(b) 1 1 ... d5 puede contestarse de dos
formas:
(b1) 12 e5 tt:Je4 1 3 tt:Jxe4 dxe4 14 tt:J b3
tt:J a5 1 5 tt:J c5 � c6 1 6 VJ/ixd8+ � xd 8 1 7
:S. ad 1 , y ahora:
(b1 1 ) 17 . . . �e7 1 8 f5 exf5 1 9 gxf5 tt:Jc4
20 �xc4 bxc4 21 e6 .J:. b8 (después de 21 ...
0-0 22 tt:J d7 �xd7 23 exd7, las blancas es­
� b7 24 tt:Jc5. Las blancas están mejor, ya
que l as negras tienen varios problemas
después de 24 ... l:t b8 25 tt:J d7, o de 24 ...
�xc5 25 �xc5.
( b 1 2 ) 1 7 . . . tt:J b7 1 8 tt:J xb7 � xb7 1 9
la d 2 �e7 ( 1 9 . . . 0-0 20 b 4 �h4 21 c4 bxc4
22 la el � d5 23 � xc4 .ti fc8 24 la dc2
�xc4 25 n xc4 :a. xc4 26 : xc4 también le
da ventaja a las blancas) 20 :S. fd 1 .tl d8 21
la xd8+ �xd8 22 c4 bxc4 23 �xc4, con fi­
nal superior.
(b2) 1 2 exd5 tt:J xd5 13 tt:J xd5 exd5 14
�f3 'ib'c7 1 5 �xd5 � d8 1 6 tt:J xc6 �xc6 1 7
�xc6+ VJ/ixc6 1 8 'ib'e2 0-0 1 9 'ib'g2. La posi­
ción del rey blanco es expuesta, pero ¿es­
tarán contentas las negras con su déficit de
peón? En otras palabras, tanto 12 exd5
como la sólida 12 e5 son opciones jugables
para las blancas.
(e) 1 1 ... tt:Jxd4 1 2 'ib'xd4, y ahora:
(el ) 12 ... e5 13 fxe5 dxe5 (13 ... tt:Jxg4?
pierde pieza, por 14 e6! � xe6 15 � xg4
� xg4 1 6 VJ/ixg7) 1 4 'ib'xe5 0-0 1 5 � ad l ,
con ventaja decisiva.
(c2) 1 2 ... d5 13 g5 tt:Jxe4 14 'ib'xg7 (con
su rey en el centro, su contraataque en el
sector sólo puede crearle problemas a las
negras) 14 ... bt f8 15 tt:Jxe4 dxe4 16 'ib'xh7
VJ/ic7 1 7 'ib'xe4 �c6 18 VJ/ih7 0-0-0 1 9 a4!
� xg5 20 axb5 :a. h8 21 bxc6 :a. xh7 22
�xa6+ � b8 23 �b7 'ib'xb7 24 cxb7, con
un final ganado.
12 g5 tt:Je8
El caballo es obligado a retroceder, si­
tuando a las negras en posición crítica. La
ventaja de apertura de las blancas va en
aumento.
13 h4
Una buena jugada, que mata dos pája-

ros de un tiro: refuerza el peón g5 y prepa­
ra el ataque al rey negro. Ahora, el avance
. . . e6-e5 puede responderse con f4-f5 , in­
crementando l a presión, puesto que el
peón de g5 está apoyado por el de h4.
13 ... f6
Las negras se encuentran incómodas
ante la presión enemiga en su flanco de
rey. Como no encuentran ninguna otra
forma de contraatacar, se deciden por re­
volverse en el mismo sector. Con un cam­
bio de peones, esperan crear un agujero
en la formación de peones b lancos del
flanco de rey, que podría convertir al am­
plio territorio blanco en zona peligrosa,
susceptible de invasión. Sin embargo, la
propia estructura negra no está preparada
para tales contramedidas. Con 13 ... f6 de­
bilitan la defensa de su peón e6, que sólo
está protegido por el alfil de d7. Si el peón
negro b siguiera en b7, su plan no podría
considerarse deficiente.
14 tt:Jxc6!
Las blancas perciben el defecto del es­
quema negro. Si las negras tuvieran un peón
en b7, podrían retomar en c6 de peón, y
apoyar luego el avance ... d6-d5. El alfil de
d7 seguiría protegiendo el peón e6 y las
negras tendrían una posición aceptable.
14 ... i.xc6 15 i.g4
O R I G E N Y NATURALEZA DEL AJ E D R EZ 95
Este ataque es muy molesto para las
negras. La respuesta 15 ... i.d7 es, obvia­
mente, pasiva y psicológicamente, poco
atractiva. Podría seguir: 1 6 f5 exf5 ( 1 6 . . .
¡ves 17 fxe6 i.xe6 1 S lt.J d5 i. d S 1 9 i.f5
i. xf5 20 l:t xf5 'ik' e6 2 1 'li'f3 � eS 22 c3
lt.Jc7 23 l::t f1 lt.Jxd5 24 exd5 ¡ves 25 ¡vg3
�hS 26 i.d4 'ik'e4 27 h5 i.e7 2S g6 dejaría
a las negras completamente atadas) 1 7
i.xf5 i.xf5 1 S ¡vd5+ � h S 19 'ik'xf5 lt.Jc7
20 g6 hxg6 2 1 ¡v xg6 'ik'eS 22 ¡vg3. Las
blancas conservan la iniciativa y mantie­
nen a su oponente baj o una fuerte pre­
sión.
15 ... 'iVcS tampoco es mejor: 16 f5 fxg5
17 hxg5 i.d7 (o bien 1 7 ... ¡vds 1S f6 gxf6
1 9 i. xe6+ <;t> hS 20 ¡vg4 fxg5 2 1 � xfS+
i.xfS 22 i.xg5 'ik'bS 23 <;itg2, y a las negras
l e s resulta difícil defenderse) 1S fxe6
� xfl + 1 9 ¡vxn i. xe6 20 lt.J d5 i. dS 21
i.xe6+ 'ifxe6 22 'iVf3 lt.Jc7 23 � f1 'iVeS 24
lt.Jb6 l::t bS 25 lt.Jd7 i.xg5 26 lt.JxbS i.xe3+
27 'ik'xe3 'li'xbS 2S 'iff4 'iVeS 29 'ifxd6, con
una posición ganada.
Portisch elige una tercera posibilidad:
15 ... lt.Jc7 16 i.b6 f5 17 exf5 exf5 18 i.f3
'if d7 19 l::t el � a e 8 20 i. xc6 'iY xc6 21
i.xc7 V/lixc7 22 ¡vd5+
Esta centralización de la dama le con­
cede a las blancas un mejor control de la
situación que 22 lt.J d5 . H asta ahora, las
b lancas han j ugado de forma metódica,
para lograr una gran ventaj a posicional,
que con las siguientes jugadas conseguirán
que vaya en aumento.
22 ... �h8 23 � e6
Una clara y simple médida técnica pa­
ra dominar la única columna abierta.
23 ... i.d8
No hay alternativa, pues si 23 ... 'ik'c5+
24 'ifxc5 (24 �g2 también deja a las blan­
cas con ventaj a decisiva) 24 . . . dxc5 25
l::t a e 1, las negras perderían pieza.
96 LA ESCUELA C H I N A D E AJ E D R EZ
24 la ae1 � xe6 25 :Q. xe6 �t7
Sofocadas por la falta de espacio, las
negras incluso se disponen a sacrificar un
peón para lograr alguna actividad. Jugar
25 .. il.e7 equivaldría prácticamente a es­
. Forzando el cambio de damas. Ahora
perar el mate.
26 � xd6 'iVeS 27 �g2 il.c7 28 la e6 �h5
Consiguiendo, finalmente, alguna acti­
vidad. Sin embargo, todo esto había sido
calculado ya por las blancas.
29 'iVf3
Ahora todo ha terminado, y las negras
pod rían rendirse, pero se trata de una
competición por equipos, y las damas si­
guen en el tablero. Portisch debe jugar al-
gunos movimientos más, so pena de que
¡ sus compañeros le reprochen falta de
combatividad !
29 ... �xh4 30 lt:Jd5 il.bS 31 'iVh3
todo está claro.
31 ... 'iVxh3+ 32 � xh3 la d8 33 :Q. b6 h6
34 g6 il. d6 35 la xa6 � g8 36 la b6 il, f8
37 lt:Jc7 la d7 38 lt:Jxb5 la d2
Al fin, las negras consiguen jugar la to­
rre. Dos jugadas después, no obstante, es­
tará perdida.
39 la b8 la xc2 40 lt:Jd4
Las negras se rindieron, ya que están
indefensas ante 41 lt:J e6.

MODELOS DE PENSAMIENTO
AJE DRECÍSTICO
e ómo ve el j ugador de ajedrez
j
lJ
una posición de l a partid a ?
¿ E n qué confía a l a hora d e
elegir u n a jugada? Puede suponerse que
en el conocimiento y en l a experiencia.
Pero l a conclusión d e la teoría y d e l a
práctica e s distinta.
Cuando un j ugador se sienta a la me­
sa, tiene ante sí un tablero y unas piezas:
una posición del fin al, por ej emplo. Ve
este final y entonces comienza a recor­
dar, a partir de los conocimientos y la ex­
periencia almacenados en su cerebro, las
posibilidades que le ofrecen las piezas del
tablero, y el posible desenlace , en fun­
ción de ciertas condiciones. El jugador ha
adquirido amplios conocimientos de aje­
drez y puede que tenga muchos años de
experiencia como ajedrecista. Sin embar­
go, esos conocimientos y esa experiencia
le dicen que nunca antes ha tenido que
jugar la posición que tiene a la vista. De
ahí que no puedan facilitarle una fórmula
preparada para resolver el problema del
final. Para esa tarea necesita nuevos co­
nocimientos. ¿De dónde pueden proce­
der? ¿Tiene que esperar a que alguien se
los comunique? ¿Y si otra gente se en­
frenta al mismo dilema? ¿ Qué podría él
hacer?
97
Indudablemente, los conocimientos
previamente adquiridos y las experiencias
acumuladas en el pasado constituyen el
punto de partida para el nuevo pensa­
miento. Sin embargo, aislados de un ser
humano, dentro de un contexto puramen­
te humano, no aportarán ninguna base
nueva. Aunque no es estrictamente cierto
que "ninguna partida se repite en un mi­
llar de años", está bastante claro que jugar
al ajedrez es una actividad humana creati­
va. Si la partida no se repite, es que hay
nuevas cosas en ella. " Lo que llamamos
nuevo no es sencillamente el resultado y la
conclusión del conocimiento acumulado y
demostrado" (H. A. Raqikefu, The Science
of Science, 1 984 ) . El proceso de lo viejo a
lo nuevo tiene que ser una actividad crea­
tiva. En ajedrez, esta creatividad depende
de tres elementos esenciales del pensa­
miento ajedrecístico: teoría, cálculo e in­
tuición.
Lo que llamamos intuición abarca ima­
ginación, discernimiento subconsciente,
conj etura inspirada, influencia de senti­
miento y pasión, etc. Para estar seguros de
que nos entendemos, nuestro uso habitual
del concepto intuición, en el contexto del
aj e drez, es distinto de la definición del
concepto en un manual de psicología. Nos
98 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
hemos apoderado del término y lo emplea­
mos con carácter provisional.
El proceso de cálculo es la visualiza­
ción de una serie de posiciones diferentes
en el cerebro del jugador. Sigue un algorit­
mo con un factor de selectividad. El j uga­
dor necesita "observar" y analizar, elegir y
calcular continuamente cada posición vi­
sualizada. El procedimiento también in­
cluye la aplicación de la teoría y la intui­
ción en proporciones apropiadas.
¿Dónde se encuentra el punto termi­
nal de su cálculo? Una posición simple
puede calcularse hasta llegar al mate o las
tablas. Pero el cálculo de una posición
complicada sólo alcanza hasta una cierta
posición hipotética, dentro de los límites
de la capacidad del jugador. La evaluación
individual de esa posición hipotética pue­
de ser teórica, empírica, técnica, o basada
en el sentido común. Lo más probable es
que sea una combinación de estos elemen­
tos.
El e nfoque h a bitual es e m p l e ar e l
cálculo cuando l a teoría n o puede resolver
nuestros problemas. Y cuando ni la teoría
ni el cálculo pueden resolverlos, entonces
recurrimos a nuestra intuición, que com­
pensa las insuficiencias de las otras dos fa­
cultades.
En la práctica, los tres elementos esen­
ciales se interconectan e influencian mu­
tuamente entre sí (también pueden entrar
en contradicción, lo que es, en sí mismo,
un tema de reflexión). É sta es la dialéctica
del pensamiento ajedrecístico. La fuerza
de un jugador depende de su capacidad
para aplicar los tres elementos a su juego
en la proporción debida.
Habría más que decir del papel de l a
intuición e n ajedrez. Se ha dicho q u e "el
profano discute de táctica, pero el experto
habla de intuición". La experiencia refle-
ja, sobre todo, la función de la memoria
del cerebro humano; pero la intuición es
un reflejo de la función sintética del cere­
bro, su facultad de descubrir e innovar. En
otras palabras, el pensamiento imaginati­
vo depende de la experiencia, pero la so­
brepasa.
Personalmente, creo que la intuición
ajedrecística se divide en cuatro aspectos.
El primero es la imaginación , visualiza­
ción y adivinación; el segundo es la inspi­
ración; el tercero es la pasión, sentimiento
y otros humores humanos; el cuarto es el
sentido posicional. A continuación defini­
ré brevemente estos cuatro conceptos.
En cuanto al significado de imagina­
ción, Lenin precisó: " Es absurdo negar
que la imaginación juega un papel, inclu­
so en el campo de la ciencia más exacta."
( O b ras Comp letas, t o m o 3 8 , p . 42 1 . )
También dij o : " Alguna gente cree que
sólo los poetas necesitan imaginación.
Esto no es razonable, y es un estúpido
prej uicio. Hasta los matemáticos requie­
ren imaginación. El cálculo infinitesimal
no podría haber sido inventado sin ella. "
(id . , tomo 33, p. 282 . ) También h ay una
cita muy conocida de Albert Einstein:
" La imaginación es más importante que
el conocimiento, porque el conocimiento
es limitado; pero la imaginación lo inclu­
ye todo en el mundo. Es la fuente de la
evolución del conocim iento . E stricta­
mente hablando, la imaginación es el ver­
dadero motor de la investigación científi­
ca. "
La inspiración probablemente ocupa
un importante lugar en cada campo de la
ciencia, la civilización y la invención. Re­
presenta la interrupción de la continuidad
en el proceso del pensamiento , y puede
acercarnos de inmediato a la esencia de al­
go (aunque también es capaz de permitir
 MODELOS DE PENSAMI ENTO AJ EDRECÍSTICQ
que nos extraviemos). El filósofo ruso Ko­
punin precisa: "El nuevo pensamiento que
cambia fundamentalmente ideas desfasa­
das es, a menudo, algo distinto que deduc­
ción lógica del conocimiento previo. Ni
tampoco procede de la generalización de
la experiencia. Es la interrupció n de l a
continuidad, el llamado salto epistemoló­
gico. El establecimiento de una base per­
fecta, lógica y experimental para el nuevo
pensamiento sólo puede producirse tras el
nacimiento de ese pensamiento y su ingre­
so en el cuerpo de la ciencia." (Kopunin,
Teoría del conocimiento. ) Así, la inspira­
ción se considera el factor más importante
en la actividad de explorar cuestiones des­
conocidas y actividades humanas creativas.
La p asión es el c l ím a x de la fuerza
emocional. Representa una alta concen­
tración de fuerza vital y mentalidad: la
cualidad de aplicar nuestra atención a un
objeto y erradicar todo lo demás de nues­
tra mente. Como dij o Hegel, "si no hay
pasión, nunca será posible acometer nin­
guna gran tarea".
Sentido p osicional es una expresión
técnica, específica del ajedrez. Es una pe­
na que la literatura ajedrecística no haya
hecho gran cosa por dilucidarla. Quizá al­
gunos consideren que el concepto es ma­
terial "de copyright" , acerca del cual es
imprudente hablar demasiado. Muchos
jugadores lo consideran una carta "intan­
gible", difícil de explicar. Lo que llama­
mos sentido posicional es un conocimien­
to directo de la naturaleza de la posición,
sin que intervenga el análisis. No se ob­
tiene por la generalización d e la expe­
riencia. Consiste en "observar" , de forma
lógica y total, la n aturaleza de la posi­
ción, tomando la experiencia como pre­
misa.
Partiendo de mi propia investigación
99
acerca del sentido posicional, creo que
una lista de sus componentes deberían in­
cluir los que siguen:
( 1 ) Intuición posicional. E n el Shogi
(ajedrez j aponés) y otros juegos de table­
ro, se le llama sexto sentido.
(2) Sentido de la totalidad: evaluación
aplicada a la situación global.
(3) Sentido de la apertura: evaluación
posicional aplicada a la apertura del juego.
( 4) Sentido del medio juego: capacidad
para evaluar las posiciones del medio jue­
go; penetración en su naturaleza.
(5) Sentido del final: percepción de los
factores clave del final y las reglas específi­
cas para jugarlo.
( 6) Sentido afín a la composición de es­
tudios: la infrecuente habilidad y profun­
d idad de búsqueda de la solución, y su
aplicación al juego real.
(7) Sentido de los valores materiales: la
habilidad de comparar valores fluidos que
están afectados por elementos de la posi­
ción.
(8) Sentido del sacrificio: se deriva del
sentido estratégico; capacidad de evaluar
si la compensación iguala o supera el ma­
terial.
(9) Sentido del equilibrio dinámico:
sentido posicional a alto nivel.
(1 O) Sentido de la dirección: el posible
curso que permite resolver el problema de
la posición.
( 1 1 ) Presentimiento: la premonición
"subconsciente" de que hay algo especial
e inesperado en la posición.
( 1 2) Sentido de la victoria y de la de­
rrota: mantener un balance constante y
realista de las perspectivas de ganar, per­
der o hacer tablas.
(13) Sentido de la táctica: creencia de
que existe la oportunidad de aplicar medi­
das tácticas en la posición.
1 00 LA ESCUELA C H I N A DE AJ E D R EZ
( 14) El agradable "sabor de boca" : el
sentido de seguir preservando algo para
posterior utilización.
(15) Sentido de la jugada oscura: una
juiciosa y útil j ugada, aunque a primera
vista pueda parecer torpe.
( 16) Recursos implícitos : perfilar l a
trayectoria s i n d isparar (la amenaza es
más fuerte que su ejecución).
( 1 7) Evitar el exceso: protegerse con­
tra reacciones excesivas, cuando los pro­
pios sentidos están descontrolados.
(1 8) Control del impulso y del humor:
no realizar jugadas sobre bases inadecua­
das.
( 1 9) Sentido del matiz: detectar el sutil
aspecto de una jugada en la posición.
(20) Sentido del orden y de la secuen­
cia (pausa y transición en el ritmo o melo­
día de juego).
(21 ) Coordinación: el sentido de una
estrecha cooperación entre las unidades
de juego.
(22) Sentido del espacio: enfatizar en
su verdadero significado.
(23) Sentido de los puntos cruciales:
·capacidad de descubrir los principales
puntos de ataque y defensa. En el Shogi
también se llama "sentido de la forma y el
músculo".
(24) Sentido d e fuerza y debilidad:
conciencia de que las debilidades materia­
les o posicionales en una partida real pue­
den diferir de las debilidades teóricas.
(25) Sentido del peso y de la ligereza:
la base para decidir qué ganar o recha­
zar.
(26) Sentido de lo delgado y lo grueso:
la percepción de estructuras sólidas y dé­
biles.
(27) Sentido de profundidad: los gra­
dos de ataque y defensa en el movimiento
de las piezas.
(28) Elasticidad: un sentido muy desa­
rrollado de estructuras posicionales.
(29) Sentido de las jugadas ofensivas y
defensivas: la percepción que distingue
entre ataques y defensas fundados o in­
fundados.
(30) Sentido de la oportunidad: capaci­
dad para evaluar correctamente las opor­
tunidades y aprovecharlas.
(3 1 ) Sentido del tiempo: el valor del
tiempo y la efectividad de una jugada.
(32) Sentido de la velocidad: el sentido
para desarrollar rápidamente piezas y ju­
garlas en el ataque.
(33) Sentido rítmico: alternar la ten­
sión con la relajación del esfuerzo (modos
de vida militares y civiles).
(34) Sentido de la urgencia: captación
intuitiva de las prioridades en la toma de
decisiones.
La lista puede parecer muy larga, y sin
embargo podrían añadirse más puntos.
Los que acabo de relacionar pueden divi­
dirse en tres grupos: sentidos combinados
(1-20), sentidos espaciales (21-28) y senti­
dos del tiempo (29-34). Los sentidos com­
binados puede subdividirse, a su vez, en
sentidos estratégicos (1-1 2) y sentidos tác­
ticos (1 3-20).
Ninguno de los elementos del ajedrez
(imaginación, inspiración, pasión y senti­
do posicional) existe aislado. Siempre hay
una cierta interconexión y unidad entre
ellos. Por último, quisiera subrayar que el
progreso hacia un nuevo conocimiento,
por el camino que se mantiene "fuera de
la lógica", siempre se basa en la acumula­
ción masiva de conocimientos y experien­
cia. Se dice que "la información es la ma­
dre de la intuición". El pensamiento lógi­
co se requiere siempre para comprobar si
los resultados del pensamiento imaginati­
vo son o no correctos.
 MODE LOS DE PENSAM I ENTO AJ E D R E C ÍSTICO
CóMO VENCER A UN OPONENTE
CON MAYOR ELO
Blancas: Xu Jun (China)
Negras: Alexei Shirov (España)
Campeonato Mundial por equipos
Lucerna 1 993
Apertura Inglesa
Xu Jun es un gran maestro internacional,
nacido en Suzhou (provincia de Jiangsu),
en 1962. Solía jugar al XiangQi. Se pasó al
ajedrez en 1 98 1 . Fue dos veces campeón
nacional, y ha representado a China en
numerosas ocasiones, tanto en competi­
ciones asiáticas como mundiales, por equi­
pos.
Shirov también es gran maestro inter­
nacional, nacido en Riga ( Letonia) , en
1 972. Se incorporó al equipo español en
1992. Se proclamó aspirante al campeo­
nato mundial de la Professional Chess
Association (PCA). Su Elo, en enero de
2000, era de 2751 , el cuarto más alto del
mundo. Cuando se jugó esta partida, su
Elo estaba ya por encima de los 2700
puntos.
1 c4
En más de un millón de partidas alma­
cenadas en la base de datos del programa
Chess Assistant (hasta fines de 1 998), hay
52 de Xu J un con blancas. En 22 de ellas,
abrió con su peón c. Comenzó a emplear
esta jugada inicial en 1993 (ha estado par­
ticipando en torneos internacionales des­
de la Olimpiada de 1984), y la incorporó a
su repertorio, obteniendo con ella un ex­
celente resultado: 1 1 partidas ganadas, 8
tablas y 3 derrotas, es decir el 68% de la
puntuación.
1 eS
...
Antes de la presente partida, Shirov
respondía a 1 c4 sobre todo con 1 ... tt.Jf6, a
1 01
veces con 1 . . . c6, o con 1 . . e6. En esta
.
partida elige 1 ... e5, la Siciliana Invertida,
por pnmera vez en su carrera.
2 d3
Esta jugada rara vez se j uega, como
demuestran las cifras que siguen. En el
millón de partidas mencionado hay 77.366
que comienzan con 1 c4. La respuesta 1 ...
e5 se produce en 16.235 partidas, pero 2
d3 sólo se juega en 69.
La j ugada 2 d3 es una tentativa por
mantenerse dentro del esquema siciliano.
Prepara tt.Jg1 -f3 en la siguiente j ugada
que, cuando se realiza de inmediato, per­
mitiría a las negras el avance del peón e,
desviando el caballo. En general, sin em­
bargo, si el primer jugador adopta una es­
tructura y una forma de pensar que nor­
malmente le corresponden a las negras,
eso no sólo afectará a la psicología de am­
bos jugadores, sino que introduce inespe­
rados matices en el juego.
2 f5
.•.
Esta j ugada se ve aún en más raras
ocasiones. Sólo aparece en cuatro partidas
de mi base. La apertura lleva impreso ,
ahora, el sello del pensamiento indepen­
diente. Está claro que le concede a la
mente prioridad sobre la teoría.
Es innegable que la jugada ...f7-f5 ejer­
ce cierta presión sobre el fl anco de rey
blanco. Aunque no contiene una amenaza
específica inmediata, prepara un ataque a
largo plazo. Puesto que la posición rara
vez se ha visto, desafía la capacidad de las
blancas para lidiar con esta situación iné­
dita. Aparte de estos dos factores, ¿tiene
alguna otra ventaja? Puede resultar debili­
tadora para la posición de las negras, si no
consiguen lanzar un ataque en el flanco de
rey. Toda jugada superflua en el flanco de
rey afectará necesariamente al desarrollo
del jugador en el centro y flanco de dama.
1 02 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
3 g3
¿Por qué no siguen las blancas, des­
pués de 2 d3, con 3 t2Jf3? ¿Tal vez a causa
del avance 3 ... e4, protegido por el peón
f? Dada la situación de los peones en c4 y
d3, el alfil rey blanco sólo puede desarro­
llarse por fianchetto. De modo que prime­
ro desarrollan su alfil, y luego seguirán
con t2Jg1 -f3. No hay por qué perder más
tiempo con esto.
3 t2Jf6 4 � g2 g6
...
Si las negras no quieren desarrollar su
alfil de esta forma, una alternativa es cam­
biarlo, con 4 ... �b4+ S �d2 �xd2+.
5 t2Jf3
Ahora las blancas no tienen que preo­
cuparse por S ... e4, ya que tras 6 dxe4 fxe4
7 tLJgS, el peón e negro queda atacado.
5 d6
•..
La posición que se produce después de
S t2Jf3 d6 se encuentra en una sola partida
de mi base. Sin embargo, posiciones ulte­
riores de esta partida ocurren más a me­
nudo. Esto se debe a que, como ya he di­
cho, normalmente se han alcanzado con
un distinto orden de jugadas.
6 0-0 � g7 7 t2J c3
En este punto, el número de ejemplos
aumenta a 33.
7 •..0-0
Esta posición se encuentra en 179 par­
tidas. En otras palabras, aunque ambos
bandos han elegido jugadas poco habitua­
les en los primeros movimientos, la parti­
da finalmente vuelve a los senderos nor­
males.
8 l::t b l
Hay 1 74 partidas con esta posición.
Las blancas persiguen realizar lo antes po­
sible el plan estándar de ataque, de expan­
sión en el flanco de dama. Al retirar su to­
rre de a 1 , se aseguran de que las negras no
tengan amenazas sobre la gran diagonal,
una vez que avance el peón b.
8 h6...
Las negras se disponen a empuj ar su
peón g, con vistas a un posterior .. .fS-f4.
Otra opción para las negras es j ugar
antes 8 ... aS, conteniendo momentánea­
mente el avance b2-b4. Esto se ha jugado
en más partidas que 8 ... h6. Por supuesto,
después de 8 ... aS 9 a3, las blancas consi­
guen avanzar de todos modos su peón. De
esto se induce que el verdadero objeto de
8 ... aS es cambiar un par de peones, cuan­
do la torre n e gra ocupará la columna
abierta a . Sin embargo, no es seguro que
eso le reporte a las negras ventaja alguna.
Hay muchos temas estratégicos que inter­
vienen en una partida de ajedrez, de ahí la
dificultad de armonizar teoría y práctica.
9 b4 g5
Las blancas avanzan en el flanco de da­
ma, las negras en el de rey. La estructura
estratégica es muy clara. Sin embargo,
puesto que el centro no está completa­
mente cerrado, un ataque de flanco es un
tanto problemático. Las medidas a dispo­
sición de las negras son, sobre todo, .. .fS­
f4, ... 'iYd8-e8-hS, ... �c8-h3, ... t2Jf6-g4. Una
vez que efectúen estas cinco jugadas, sigue
sin estar claro que puedan penetrar en el
 MOD ELOS DE PENSAM I ENTO AJ E D R EC ÍSTICO
enroque blanco. En realidad, a las blancas
no les llevará demasiado tiempo desbara­
tar todo el plan de ataque de las negras
contra su rey.
10 b5
Este plan aún no se ha hecho muy po­
pular. De 52 partidas con 9 b4, el número
cae a 4 con 1 0 b5. Normalmente, las blan­
cas juegan 10 'ii'b 3. El objetivo de 1 0 b5 es
impedir la maniobra de las negras ... l2Jb8-
c6-e7, que reforzaría la defensa de la casi­
lla d5, y que permitiría incorporar otra
pieza al ataque contra el flanco de rey. Al
mismo tiempo, las blancas ganan espacio
en el flanco de dama. Más adelante j uga­
rán a2-a4 y ..tcl-a3, preparando la ruptura
c4-c5.
10 eS
...
Por lo general, en una posición como
ésta, las negras j uegan 10 ... l2Jbd7 (dispo­
niéndose a ocupar eS), o bien 1 O . f4, aun­
. .
que esta última jugada debilita el control
de la casilla e4, donde puede instalarse có­
modamente un caballo blanco. Las negras
también pueden preparar su ataque en el
flanco de rey, con 1 O .. 'iV e8.
. pueden crear ninguna amenaza contra el
La base de datos sólo tiene una partida
con 1 O .. cS. Tampoco yo he visto a nadie
. negras deben atender a sus problemas de
imitarla. La j ugada debilita la estructura
1 03
de peones negros en el flanco de dama, fa­
cilitando el ataque blanco en ese sector
del tablero. Por consiguiente, creo que las
negras pueden acreditar la ventaja blanca
de apertura a esta jugada.
11 bxc6
El peón avanzado de las negras debe
capturarse, pues de otro modo será muy
difícil para las blancas desplegar su ataque
en el flanco de dama.
11 bxc6
...
La captura de un peón hacia el centro
debe h acerse siempre que sea posible.
Una regla clásica que tiene pocas excep­
ciones. Aquí 1 1 . . . l2J xc6 está fuera de
cuestión, porque debilita seriamente el
peón d6 y la casilla d5, mientras que la to­
rre blanca sigue apuntando al peón de b7.
12 ..ta3
U n pu esto muy fu erte para el alfil
blanco. Clava el peón de d6 y restringe la
actividad de la dama negra.
12 :ges
...
La torre se siente incómoda en f8, bajo
el ataque indirecto del alfil de a3. Por otra
parte, sin esta torre en la columna f, hay
menos material disponible para el ataque
en el flanco de rey. Tras sopesar los pros y
los contras, las negras deciden situar su to­
rre en la columna e.
13 l2Jd2
En respuesta a la última jugada negra,
el caballo se retira, en previsión de un po­
sible avance . . . e5-e4. Las jugadas blancas
en esta fase producen la impresión de ser
progresivas y coordinadas.
13 ..te6
...
Aunque el trío de peones negros avan­
zados impresiona a efectos ópticos, no
flanco de rey blanco. Por consiguiente, las
desarrollo en el flanco de dama y en el
1 04 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
centro. Al incorporar su alfil a e6, prepa­
ran el avance . . . d6-d5 . Esto es esencial,
pues de no ser así, no tendrían un modo
efectivo de desarrollar sus piezas del flan­
co de dama.
14 'i:Ya4
Las blancas siguen presionando sobre el
flanco de dama. Sus torres de la primera fi­
la están ahora conectadas, y sus piezas, en
general, ofrecen un cuadro de cooperación
mutua. Superficialmente, la jugada textual
parece amenazar el peón de c6, pero es só­
lo una finta. En realidad, no piensan cam­
biar su alfil de g2 por un caballo y un peón.
La posición de este alfil, enfrentado con la
torre de a8, les concede posibilidades tácti­
cas. También amenazan � bl -b7, seguido
de la captura del peón de a7, o el doblaje
de torres en la columna b. Enfrentadas a
diversas amenazas, las negras se encuen­
tran ya en una situación muy difícil.
14 ... d5
Parece como si las negras finalmente
realizasen el plan iniciado con 10 . c5 : .
avanzar su peón d y crear un fuerte centro
de peones móviles.
15 cxdS cxdS
La posición del diagrama es muy inte­
resante. Las negras tienen cuatro peones
centrales dispuestos en falange. Esta for­
mación parece muy fuerte, pero tiene mu­
chos defectos. Es evidente que un extre­
mo del centro de peones está completa­
mente expuesto y desprotegido. Las co­
lumnas a y b, así como las diagonales a3-f8
y a4-e8, están bajo el control de las blan­
cas. El caballo blanco de c3 y el alfil de g2
presionan al peón de d5. Desde a4 la da­
ma apunta a la torre de e8, mientras que el
alfil de fianchetto está alineado con la otra
torre negra. Entretanto, las negras no tie­
nen amenazas contra la posición blanca.
La razón de los problemas de las negras
radica en sus inútiles j ugadas . . . h7-h6 y
... g6-g5.
Con tantas líneas abiertas en poder de
las blancas, el espacio detrás de los peones
negros es un tanto "hueco" y está lleno de
puntos vulnerables. La puerta lateral está
totalmente vacía, de modo que el orden
de combate de las negras será desmantela­
do por completo, si las blancas lanzan un
. ataque contra su flanco expuesto.
16 l2Jc4
65
64 Un simple golpe táctico, después del
cual las negras están perdidas, pues no po­
drán evitar pérdidas materiales. Además
del ataque al peón de eS, las blancas ame-
 M O DELOS DE PENSAMI ENTO AJ E D REC ÍSTICO
nazan l2J c4-b6, ganando la torre de a8, y
también l2Jc4-d6, que conduciría a la cap­
tura de la otra torre. La jugada de caballo
demuestra que la estrategia de apertura
de las negras ha fracasado estrepitosa­
mente. En realidad, la partida debería fi­
nalizar en esta fase. Sin embargo, la iner­
cia psicológica juega su papel, y las negras,
viendo que hay tantas piezas sobre el ta­
blero, consideran que bien pueden seguir
jugando.
16 dxe4
.•.
Las negras no tienen otras medidas de­
fensivas eficaces. Al tomar el caballo espe­
ran minimizar las pérdidas materiales.
17 �xa8 exd3 18 exd3
Por supuesto, aquí es jugable 18 ll fd1 ,
pero requiere cálculo. La tensión del mo­
mento es alta, y si el oponente encontrase
una fue rte j ugada en algún punto, l as
blancas podrían dej ar escapar todas sus
ganancias. De modo que deciden preser­
var su ventaj a por medios sencillos, evi­
tando los posibles accidentes de ruta.
18 'iYxd3
...
Las negras han perdido material: tie­
nen caballo y peón a cambio de su torre.
Por otra parte, su peón de a7 es un blanco
vulnerable. El factor clave es que, tras el
cambio del peón d negro por el blanco e,
la posición se ha abierto por completo. El
caballo, torres y alfiles blancos, todos ellos
galopan a rienda suelta. La ventaja estra­
tégica global decidirá la partida.
19 ltJb5
Esta jugada parece un poco negligente.
Las blancas podrían j ugar 19 ll fd 1 , for-
zando 19 ... 'iYc4, o bien 1 9 ... 'iYa6, puesto
que a 1 9 ... 'iYxc3 seguiría 20 1d bc1 . Tras el
cambio de damas, las negras no tendrían
recursos.
19 �xa2
...
Si el peón de a2 permaneciese en el ta-
1 05
blero, podría darle a las negras muchos
quebraderos de cabeza en el final. Las ne­
gras pierden de todos modos, así que cap­
turan todo lo que pueden.
20 l2J d6 �xbl 2l l2J xe8 l2J bd7 22 l2J xg7
ri;;xg7 23 'iYxa7 �a2 24 �b2 �e4 25 ll el
ri;;g6 26 'iYa3 'iYxa3 27 �xa3
El cambio de damas deja a las blancas
con torre, dos alfiles y tres peones contra
alfil negro, dos caballos y cuatro peones.
Las negras no tienen posibilidades de ta­
blas. Creo que el resto no requiere expli­
cación.
27 �d5 28 �xd5 l2Jxd5 29 ll e6+ l2J5f6
..•
30 �fl g4 31 �el h5 32 ri;;e2 �f7 33 �b2
l2J e4 34 �e3 l2Jef6 35 ll d6 ri;;e 7 36 �a3
�f7 37 �d3 l2Jf8 38 n xf6+ �xf6 39 �xf8
�e6 40 �h6 �d5 41 �e3
Las negras se rindieron.
LA MÍSTICA DE LA BENONI
En el otoño de 1 964, cuando acababa de
pasarme del XiangQi al ajedrez interna­
cional, elegí la Defensa Grünfeld como mi
respuesta al peón dama. ¿Por qué elegí la
Grünfeld entre tantas defensas posibles?
No fue el resultado de una cuidadosa con­
sideración. La Grünfeld es hipermoderna
en carácter. Las negras entregan primero
el centro a las blancas, luego organizan
contraataques para minarlo. Las negras
obtienen muy buen juego para sus piezas
(de acuerdo con la estructura de peones),
y el activo j uego de piezas es la esencia
misma del XiangQi. Mi elección de la de­
fensa obedeció a una corazonada de ex ju­
gador de XiangQi.
A finales de 1965, en la primera ronda
del match China- URSS, jugué la Defen­
sa Grünfeld contra Shatskes, un maestro
soviético de Moscú. En tanto que "recién
1 06 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
llegado" al aj edrez, fue una experiencia
que no podría olvidar. Normalmente, hu­
biera sido una buena forma de comenzar.
Podría decirse que tenía una "fe ciega" en
la Grünfeld.
Sin embargo, la Revolución Cultural
atajó el movimiento ajedrecístico en Chi­
na durante casi diez años. Fue una década
que cambió a todo el mundo, pero yo nun­
ca dejé de investigar la teoría del ajedrez.
Recopilaba partidas con la Defensa Grün­
feld de periódicos y revistas en la Bibliote­
ca de Pekín, y las registré en más de un
millar de fichas. Utilizando cuatro gruesos
cuadernos, realicé mucho trabajo sobre el
sistema de clasificación. Luego, en 1 972,
ocurrió el más importante evento en la
historia del ajedrez, que lo alteró todo. El
norteamericano Bobby Fischer venció al
jugador soviético Boris Spassky, y se pro­
clamó Campeón del Mundo. I nvertí mu­
cho tiempo estudiando todas las partidas
del match, y traduje todo el material que
encontré relacionado con el mismo. Me
quedé profundamente impresionado por
la partida que Fischer ganó empleando la
Defensa Benoni. En realidad, quedé con­
mocionado por todo el match. Spassky te­
nía blancas en la primera partida. Fischer
se defendió con una Nimzoindia, y perdió
un final de tablas de alfiles y peones. Pidió
que la segunda partida se j ugase en una
dependencia fuera del escenario. Cuando
se le rehusó esta demanda, perdió la parti­
da por incomparecencia. De modo, que el
resultado era 2-0� La tercera partida se ju­
gó en una habitación aislada. Fischer se
defendió con la Benoni Moderna (A77) y
ganó, lo que constituyó un punto de infle­
xión muy importante. En una secuencia
de ocho partidas, entre la tercera y la déci­
ma, Fischer se anotó cinco victorias y tres
tablas, sentando las bases de su triunfo fi-
nal. El match no requirió el total de parti­
das programadas (24) , sino que finalizó
después de la 21 .a, cuando Fischer alcanzó
los 1 2,5 puntos. Aunque sólo empleó la
Benoni en una de estas 21 partidas, que
quedaron registradas para siempre en la
historia del ajedrez, aquella partida tuvo
una importante significación, porque mo­
dificó el curso de todo el match.
Tras cuidadosa reflexión, decidí aban­
donar la D efensa Grünfeld y consagrar
mis energías a la teoría y práctica de la Be­
noni. Si abre usted un libro de aperturas,
leerá que las blancas disponen de diversos
planes para lograr ventaja contra esta de­
fensa. En la práctica, sin embargo, dado
que las posiciones son muy complejas, las
negras a menudo logran tener éxito, ex­
plotando la excesiva confianza de las blan­
cas. Mi adopción de la Benoni se debió,
sobre todo, a las siguientes razones:
En primer lugar, esta apertura es ade­
cuada para el jugador que busca la victoria
incluso con las piezas negras. Si no está us­
ted preparado para correr riesgos, no ten­
drá oportunidades de ganar.
En segundo lugar, aun en líneas en las
que la presión de las blancas parece peli­
grosa, las negras siempre encuentran la
forma de resistir y sostener la lucha.
En tercer lugar, las blancas pueden ser
fácilmente provocadas a adoptar acciones
agresivas, con lo que se arriesgan a come­
ter errores. En una lucha aguda y comple­
ja, no serán tan capaces de controlar la si­
tuación. Este tipo de juego pone a prueba
la fuerza y la resistencia del sistema ner­
vioso, tanto como la capacidad del juga­
dor.
En cuarto lugar, la característica es­
tructura Benoni le concede a ambos ban­
dos algo por lo que jugar en el flanco de
rey y en el de dama. Esto, indudablemen-
 MOD ELOS DE PEN SAM I ENTO AJ E D R EC ÍSTICO
te , aumenta e l teatro d e l a acción . La
oportunidad de desplegar actividad en
ambos flancos y en el centro es toda una
rareza en materia de aperturas, que ofrece
un rico campo de investigación.
En quinto lugar, dado que la Benoni se
emplea en la práctica mucho menos que
otras aperturas populares, pocos j ugado­
res se tomarán la molestia de estudiar sus
laberínticos caminos. De ahí que, si las ne­
gras han estudiado meticulosamente la
apertura, puedan generalmente obtener
posiciones satisfactorias e incluso domi­
nantes.
Desde el punto de vista estratégico, es­
tas cinco razones parecen plausibles. Sin
embargo, también es evidente que la Be­
noni es una espada de doble filo, que si
bien puede herir gravemente al rival, tam­
bién puede volverse contra su propio
usuario.
En 1 982, en la Olimpiada que se cele­
bró en Suiza, presencié el feroz encuentro
entre Korchnoi y Kasparov, quien planteó
la Defensa Benoni. Por entonces Korch­
noi había desertado de la Unión Soviética
y jugaba por el equipo suizo. Había sido el
aspirante en dos matches por el título
mundial, y se encontraba en la cumbre de
su carrera. A Kasparov se le había orde­
nado derrotar a Korchnoi, y la partida es­
taba impregnada de pólvora "política" ,
por lo q u e atraj o e l interés de todo e l
mundo. Y o jugaba e n e l equipo chino. Al
finalizar mi propia partida, inmediata­
mente eché un vistazo a la gran pantalla
que mostraba la partida entre Korchnoi y
Kasparov, no sólo para estudiar sus méto­
dos de combate, sino también porque es­
taba emocionado por la apertura. Hasta
ahora, Kasparov y Korchnoi han j ugado
entre sí 33 veces. Korchnoi perdió 19 par­
tidas, h izo 1 3 tablas, y ganó sólo una.
1 07
Aquella partida de 1 982 era la primera
que jugaban ambos rivales. ¿Por qué recu­
rrió Kasparov a la Benoni en una partida
tan importante? Nunca ha vuelto a plan­
tearla, en ninguna de las otras 17 partidas
que jugó, con negras, contra Korchnoi.
Expertos que conocen detalles entre
bastidores, nos han dicho cómo el equipo
soviético llevaba a cabo un debate colecti­
vo acerca de la estrategia de cada cual, en
los matches por equipos. Consideraban la
posible elección de apertura, y luego to­
maban la decisión final. Si esto es cierto,
significa que deben haber debatido la De­
fensa Benoni empleada por Kasparov, su
carácter y estilo, sus ventajas y desventa­
jas, el trasfondo histórico, el aspecto psico­
lógico y demás. D eben haber concluido
que la Benoni podía resistir todos los ata­
ques de las blancas.
La partida fue extraordinariamente
tensa. Kasparov jugó con agresividad, sa­
crificando un caballo y un peón . Los es­
pectadores -yo incluido- conteníamos la
respiración. Sólo podía percibirse quién
estaba de parte de quién, y cuál deseaba
cada uno que fuese el resultado. En un
momento crítico, Korchnoi cometió un
error fatal y, finalmente, perdió la partida.
Kasparov dijo: "Sí, si no hubiera cometido
ese error, habría logrado ventaj a . Pero
¿quién puede jugar una partida completa
sin errores?"
Los jugadores de clase mundial, como
Fischer y Kasparov, han empleado la De­
fensa Benoni en partidas clave, en las que
la victoria y la derrota marchaban de la
mano. É sta debería ser una lección para
aquellos teóricos que sólo observan reglas
y obedecen órdenes. Debería servir para
que reconsiderasen la profunda natura­
leza de la teoría y de la estrategia compe­
titiva.
1 08 LA ESCUELA C H I NA DE AJ E D R EZ
El lector puede preguntarme qué en­
tiendo por mística de la Benoni. ¿ Cómo
debo responder? ¿Acaso dándole un pa­
seo por el reino mitológico de la Defensa
Benoni? No importa. La Benoni constitu­
ye un misterio. Por eso es por lo que algu­
nos jugadores de alto nivel se sienten con­
fusos acerca de cómo replicarle. Volvien­
do a la realidad, podemos aprender mu­
cho acerca de los principios del ajedrez,
investigando esta defensa.
B !ancas: Qi Jingxuan
Negras: Liu Wenche
Campeonato de China 1987
Defensa Benoni Moderna
1 d4 tZJ f6 2 c4 eS 3 d5 e6 4 tZJ c3 exd5
5 cxd5 d6
La Defensa Benoni pertenece a las
aperturas semicerradas. Su nombre proce­
de de un libro escrito en 1 825 por un juga­
dor francés, titulado Benoni, o la Defensa
del sacrificio de peón, en ajedrez. Esta de­
fensa se vio, por primera vez, en una parti­
da entre 1841 y 1 843, pero en el siglo XIX
rara vez se empleaba. En los años 30 del
siglo xx, gracias a los esfuerzos de algunos
seguidores del Hipermodernismo, se hizo
popular. Ha j ugado un papel importante
en el repertorio de muchos jugadores mo­
d e r n o s , sobre todo a q u é l l o s d e l a ex
Unión Soviética.
Desde el punto de vista teórico, las ne­
gras ceden voluntariamente ventaja espa­
cial a su contrario, a fin de lograr un con­
trajuego activo, combinando actividad de
flanco con presión sobre el centro blanco.
Las distintas formas de la Benoni pue­
den clasificarse como sigue:
(a) Benoni Clásica: 1 d4 c5 2 d5 e5.
(b) Benoni Moderna: 1 d4 tt.Jf6 2 c4 c5
3 d5 e6 4 tt.Jc3 exd5 5 cxd5 d6. (En la prác­
tica moderna, ésta es la forma más popu­
lar.) Las negras entregan el centro semia­
bierto, y proyectan desarrollar su alfil por
g7, desde donde apoyará el contraataque
en el flanco de dama. Las blancas tratarán
de consolidar el centro y el flanco de dama
(de forma característica, con a2-a4, ltJf3-
d2-c4, etc.), y luego romper, en el momen­
to oportuno, con el avance e4-e5.
(e) Una variante moderna: 1 d4 ltJ f6
2 c4 c5 3 d5 d6 4 ltJc3 g6, con estas conti­
nuaciones típicas:
(el ) 5 e4 !ii.g7 6 tt.Jf3 0-0 7 !ii.e2 e6 8 0-0
.J:te8! ?
( c2) 5 g3 !ii. g7 6 !ii. g2 0-0 7 ttJ f3 ttJ a6
8 0-0 ltJc7 9 a4 ll b8 1 O !ii.f4 a6 1 1 a5 ±.
La nomenclatura que he empleado
procede del Diccionario Enciclopédico de
Ajedrez, editado por el ex campeón mun­
dial Karpov, y escrito por el teórico ruso
Alexei Suetin. Otros teóricos puede que
no reconozcan esta clasificación.
No quiero hacer comentarios detalla­
dos en las primeras j ugadas, dado que
puede encontrarlos en los manuales de
ajedrez. La Benoni Moderna comienza,
propiamente hablando, con 3 ... e6. Ha ha­
bido mucho debate teórico y práctico
acerca de la cuarta y quinta jugadas blan-
 MOD ELOS DE P E N SAMI ENTO AJ E D R ECÍSTICO
cas. La conclusión es que si las blancas
quieren lograr ventaja de apertura, no de­
berían evitar la posición del diagrama an­
terior, que es fundamental para el sistema.
Mi base de datos muestra que entre el mi­
llón de partidas que contiene, antes de ju­
nio 1 999 (todas las notas estadísticas que
siguen se refieren a esa fecha), la posición
del diagrama se produce en 4.849 ocasio­
nes. El número es bastante amplio, puesto
que sólo se han realizado cinco movimien­
tos.
¿Cuáles son las características básicas
de la posición ? No hay debilidades evi­
dentes en el campo blanco, mientras que
el peón negro de d6 carece del apoyo de
otros peones. La estrategia de ataque de
las blancas debe concentrarse, directa o
indirectamente, sobre el peón de d6. Por
parte negra, el peón es la piedra angular
que soporta su posición. Como compen­
sación por su debilidad , tienen una ma­
yoría de peones en el flanco de dama,
que tienen grandes esperanzas de movili­
zar, junto con la presión sobre la colum­
na e.
Si las negras pueden contener con éxi­
to el ataque blanco, su mayoría será un
triunfo de cara al final. Las blancas, por
tanto, no pueden permitirse jugar con ex­
cesiva pasividad.
6tLlf3
La línea principal es 6 e4, que se en­
cuentra en 3 .243 partidas. Por supuesto,
las blancas pueden realizar esa j ugada en
otro momento. El veredicto de la práctica
y de la teoría es que las blancas pueden es­
tropear fácilmente la estructura negra, lle­
vando a cabo el avance e4-e5 , mejor que
atacando directamente el peón de d6. Hay
3.866 partidas con 6 l2J f3, pero sólo 1 36
con la inmediata 6 g3.
6 g6
•••
1 09
Las negras están más o menos obliga­
das a fianchettar su alfil de casillas negras.
Si desarrollaran esta pieza por e7, estaría
defendiendo el peón de d6, pero su poten­
cial agresivo se vería considerablemente
reducido. Por otra parte, estaría bloquean­
do la columna e, que la torre negra pre­
tende ocupar, después del enroque corto.
7 Jtf4
H ay 3 . 865 partidas con 6 . . . g6 , a la
que las blancas han respondido con nue­
ve jugadas diferentes. Las seis principales
opciones son : 7 e4 (en 2.054 partid as) ,
7 l2J d2 (806 ) , 7 Jtf4 (708 ) , 7 g3 (664 ) ,
7 Jtg5 (306), y 7 h3 (241 ) . Alternativas
menores son: 7 e3 (4 partidas), 7 a4 (3) y
7 ¡va4+ (2) .
En cuanto a cuál es la mej or de esas
seis opciones, es muy difícil de decir. Las
blancas tienden a jugar 7 e4, seguido de 8
h3 (o en el orden inverso) , siguiendo el
ejemplo de Karpov, en sus partidas contra
Timman (1 990) y Kamsky (1 996). Pero en
1987, cuando jugué esta partida, la jugada
preferida era 7 Jtf4, gracias a una victoria
de Kasparov el año anterior. La jugada no
es, sin embargo, invención de Kasparov.
Y a se había planteado en 1 982. La idea es
responder a 7 ... Jtg7 con 8 'iVa4+, cuando
11O LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
8 ... 'iVd7 u 8 ... tt:Jbd7 permiten 9 �xd6,
mientras que 8 ... <t>f8 pierde el derecho a
enrocar. Ninguna de estas jugadas puede
satisfacer a las negras, de modo que juga­
rán 8 ... �d7, a lo que las blancas contes­
tan 9 'iVb3. Ahora la dama blanca ataca el
peón de b7 y su alfil, el peón de d6. Para
defender ambos a la vez, las negras tienen
que jugar 9 ... 'iVc7. En la posición resul­
tante, la j ugada de la dama blanca a b3
puede parecer inútil, pero no lo es. La da­
ma negra no queda muy bien situada en
c7, y el alfil de d7 está mal situado. La es­
tructura de las blancas es mejor y tienen
un tiempo de ventaja en el desarrollo. No
puede decirse que la posición negra sea
muy mala, pero no me gusta y, por tanto,
evito 7 ... �g7.
7 ... a6
Amenazando 8 ... b5. Si las blancas lo
impiden con 8 a4, las negras pueden pro­
seguir con 8 ... �g7, sin preocuparse por
'iVd1-a4+.
7 ... a6 se jugó en 413 partidas, 7 ... �g7
en 308.
8 e4
Esta posición se encuentra en 147 par­
tidas. La última jugada blanca permite a
las negras jugar 8 ... b5. Virtualmente, to­
do el mundo sabe que las blancas deben
impedir en la Benoni esta jugada por to­
dos los medios, de modo que si la permi­
ten debe ser que hay un motivo especial .
Con la expansión del culto por la Benoni,
las blancas han tenido que pensar mucho
para lograr una ventaja convincente de la
apertura. La jugada 8 e4 se vio, por prime­
ra vez, en 1 976. Por entonces pasó prácti­
camente desapercibida.
(Ver diagrama 68.)
Si las negras juegan ahora 8 ... b5, las
blancas responden 9 'iV e2, un a j ugada
descubierta en 1 982. Hay un total de 43
jugadas con ella. Las blancas ganaron 22
(es decir, el 51 % ) , hicieron tablas en 10,
y perdieron 7 ( 1 6 % ) . Las negras, obvia­
mente, no pueden darse por satisfechas
con tal estadística. La amenaza 1 O eS es
muy difícil de contrarrestar. Las negras
están incómodas tanto después de 9 . . .
tt:J h5 1 0 �g5, como de 9 ... �e7, cuando
su alfil Benoni está situado en la casilla
errónea.
Por esta razón, los adeptos de la Beno­
ni han tenido que renunciar a 8 ... b5, y op­
tar por 8 . . . � g7 . Pero esto permite 9
.
'iVa4+ �d7 1 0 'iVb3 , la m isma "trampa"
de antes, con las jugadas intercaladas e2-
e4 y ... a7-a6, donde la primera parece más
valiosa que la segunda. ¿Existe alguna sa­
lida para las negras?
8 ... � g7
Esta j ugada se produce en 58 parti­
das. D ecidí intentarla. Hay un recurso
oculto. No creo que las negras deban ser
superadas por la secuencia 6 tt:Jf3, 7 �f4
y 8 e4.
9 'iVa4+ � d7 10 'iVb3
(Ver diagrama 69.)
Mi oponente es un jugador que estu­
dia literatura ajedrecística a diario. Está
 MODELOS DE PENSAMIENTO AJEDRECÍSTICO
enterado de todo lo que está de moda en
aj edrez. Conociendo mi personalidad,
asume que no j ugaré 1 O .. . ..tc8, y en su
lugar espera 1 0 ... 'i/ic7. A la posición del
diagrama se l l egó en 36 partidas. Las
blancas ganaron 20 (es decir, el 56 % ) , hi­
cieron tablas en 9, y perdieron 7 ( 1 9 % ).
La proporción de victorias obtenidas le
da confianza a las blancas, que deben ha­
ber preparado esta partida, puesto que
he j ugado sistemáticamente la B enoni
desde que regresé al aj edrez, en 1 974.
Pero que mi próxima j ugada fo rmase
parte de su preparación, de eso no estoy
seguro. Tiene la costumbre de j ugar muy
rápido.
10 'i/ie7
.•.
Esta j ugada se vio por primera vez en
1982, y se encuentra en 9 partidas de la
base, sin incluir ésta, puesto que las par­
tidas disputadas en China rara vez se
han publicado en el exterior. Espero que
los j ugadores chinos puedan aprender
de esta partida a anotarse más victorias
contra extranj eros. Lamentablemente,
habrá pocas posibilidades de que así sea,
pues la posición del diagram a ya no es
popular. De las nueve partidas de la ba­
se, las blancas ganaron cuatro, con cua­
tro tablas, y perdieron una. En esa parti-
111
da perdida, continuaron con 1 1 ..t e2 ,
q u e le permite a l a s negras avanzar su
peón b.
Con su última jugada, las blancas ame­
nazan capturar en b7 o d6. Ahora las ne­
gras, a su vez, amenazan con capturar en
e4 o realizar el poderoso avance ... b7-b5.
Pero parece haber algunas trampas más,
relacionadas con 10 ... 'i/ie7. Las negras, de
hecho, están dispuestas a sacrificar su to­
rre de a8. La continuación principal es 1 1
�xb7, pero las blancas tienen otras tres
opciones:
(a) 1 1 ..te2 b5 12 0-0. Enfrentadas a la
potencial amenaza e4-e5, las negras deben
aliviar la presión con 1 2 . . . ..tg4, seguido
de ... lt:Jb8-d7. La situación ofrece posibili­
dades a ambos bandos. Las negras debie­
ran darse por satisfechas.
(b) 1 1 eS se j ugó sólo una vez, en la
partida Timman - Romanishin, Bruselas
1 986. Siguió 1 1 . . . dxe5 1 2 ..txe5 0-0 1 3
..te2 ..tg4 (13 . . . b 5 14 0-0 ..tg4 e s similar,
y podía alcanzarse con 1 1 ..te2) 14 d6 �e6
1 5 �xe6 ..txe6. La posición parece iguala­
da, pero las perspectivas de las negras son
un poco mejores, debido a su mayoría del
flanco de dama.
( e ) La partida Verdihanov - Mattick,
1 12 LA ESCU E LA CHINA DE AJ E D R EZ
Berlín 1994, siguió así: 1 1 ..txd6? ! jfxd6
12 jfxb7.
12 . . . l2Jg4 13 ..te2 0-0 14 jfxa8 �b6
15 0-0 l2J e5 1 6 l2J xe5 ..t xe5 17 l:t a b l
..t c 8 1 8 d6 'iV xd6 1 9 g 3 lb c 6 20 l:t fd 1
..td4 21 l2Jd5 l2Je5 22 'iVa7 ..te6 23 � xd4
(1 -0) . ¿Por qué perdieron las negras esta
partida? Analicemos la posición del dia­
grama 71 . Las blancas están amenazando
unos calzoncillos, con e4-e5. Las negras
lo impiden, con 12 . . . l2Jg4, pero esta j u­
gada es puramente defensiva. El ordena­
dor sugiere 12 . . . ..tc6, pero después de
13 dxc6 'iVxc6 14 �xc6+ l2J xc6, las ne­
gras tienen un peón menos, sin compen­
sación.
Creo que las negras tienen una mejor
alternativa en 12 ... 0-0, y ahora:
(el) 13 eS ..tc8! 1 4 jf xa8 (14 jf xc8?
jfb6) 14 ... �b6 15 0-0-0 (15 exf6 �xb2 16
n bl jfxc3+ 17 �dl ..th6 18 jfxb8 ..tg4
deja a las negras con posición ganadora)
15 . . . l2J g4 1 6 l2J d2 l2J xe5 17 f4 ..t b7 1 8
l2Ja4 jfb4 1 9 jfa7 l2Jg4 20 ..tc4 l2Jd7 21 a3
'ifxa4 22 jfxb7 � b8, con ventaja decisiva.
(c2) 13 jfxa8 jfb6 14 n bl (o bien 14
0-0-0 l2J xe4, con un fuerte ataque) 14 ...
l2Je8! 15 l2Jd2 l2Jc7 16 l2Jc4 ..txc3+ 17 �dl
jfb4 18 �a7 l2Jb5 19 'iVb6 jfa4+ 20 �el
..tb4 21 � al l2Jd4, y de nuevo las negras
tienen una posición ganada. Parece que
no hay por qué temer a 1 1 ..txd6.
11 �xb7 l2Jxe4
Esta posición se encuentra en cinco
partidas, sin incluir ésta. Las blancas te­
nían que jugar 11 jfxb7, si ambicionaban
lograr ventaja de apertura.
Con las amenazas negras sobre la co­
lumna e, la posición se agudiza. Las blan­
cas tienen dos opciones: una es 12 l2Jxe4, y
la otra 12 0-0-0. Cuando se jugó 10 ... jfe7
por primera vez, en 1 982, hubo dos parti­
das con 12 0-0-0, las dos jugadas por muje­
res. Una fue entre Muresan, de Rumanía
(una de las ocho jugadoras más fuertes del
país) y M aksimovic, de Yugoslavia. La
otra fue entre Alekhina (URSS) y Bojad­
gieva (Bulgaria).
La primera partida siguió así: 12 0-0-0
0-0? ! 13 l:t el ..txc3 1 4 bxc3 'iVf6 15 l:t xe4
�xc3+ 1 6 �dl ..tf5 17 � c4 jfal + 18 l:t c1
�xa2 1 9 ..tc4 �a4+ 20 jfb3 �a5 21 ..th6,
con una posición ganadora. No puede
oponerse nada al alfil blanco de casillas
negras, y la segunda jugadora se rindió en
3 1 jugadas.
La otra partida cambió, con 1 3 ..td3
..txc3 1 4 bxc3 l2J xf2 1 5 ..t g5 l2J xd3+ 1 6
 MODELOS DE PENSAMIENTO AJEDRECÍSTICO
� xd3 'iVe4 17 1:te3 'iVc4 18 'iVxa8. Las ne­
gras tienen torre menos y se rindieron en
la jugada 5 1 .
Creo que muchos j ugadores extranje­
ros conocen estas dos partidas, pero nadie
sigue su ejemplo. Las jugadoras femeninas
se sienten seguras con su rey enrocado lar­
go, pero en esta situación la mayoría de
los jugadores se abstendría de enrocar así.
En el aspecto estratégico hay una gran di­
ferencia entre jugadores y jugadoras.
Analicemos la situación después de 12
0-0-0.
Las dos características más evidentes
de la posición son que la torre negra no
puede evitar ser capturada, y que las blan­
cas tienen algunos problemas con la situa­
ción de su rey. Antes o después, las negras
enrocarán corto. Cuando los j ugadores
enrocan en flancos opuestos, el objetivo es
alcanzar al rey enemigo lo más rápida­
mente posible, destruyendo las defensas
que lo protegen. Esto no significa, natural­
mente, que haya que realizar capturas o
sacrificios en contradicción con los princi­
pios normales de la lucha. La razón por la
que las negras perdieron las dos partidas
anteriores fue que las jugadoras mostra­
ron rigidez de pensamiento. Ambas juga-
1 13
ron 1 2 ... 0-0. ¿Por qué? Porque les atraía
la idea de la captura de cabal l o , 1 2 . . .
tt.J xc3 , pero tuvieron que descartarla, a
causa de 1 3 � el , clavando la dama. En
esencia, no les gustaba 12 ... �xc3 o algo
similar. Pensaban que no era cuestión de
cambiar su valioso alfil de casillas negras
por un simple caballo. "El alfil de casillas
negras es el alma de la Benoni: ¡eso forma
parte de la mística de la Benoni ! "
Y sin embargo, e n este caso, e l cam­
bio del alfil de casillas negras por el caba­
llo es precisamente lo que requiere la po­
sición. Si las negras quieren crearle pro­
blemas al rey blanco, no podrán ir a nin­
guna parte sin el cambio 12 ... �xc3. To­
do j ugador masculino experimentado
efectuaría esta j ugada, pero las muj eres
no se dignan considerarla. Cuando utilicé
mi ordenador para analizar la posición
del diagrama, evaluó las 41 j ugadas regla­
mentarias de las negras. El orden de pre­
ferencia fue 1 2 . . . 0-0 y 1 2 . . . � xc3 . El
programa concluyó que las blancas te­
nían una ventaja ganadora. Esta es la de­
bilidad del ordenador: no tiene sensacio­
nes. Mientras no se trate del mate o de
pérdidas materiales en pocas j ugadas,
siempre le concederá ventaj a al bando
que disponga de más material. No estoy
diciendo que las muj eres j ueguen como
los ordenadores, pero en cuestiones de
estrategia y evaluación general de posi­
ciones, existe un cierto parecido.
Después de 12 0-0-0 �xc3, las blancas
pueden continuar de dos formas:
(a) 1 3 'iVxa8 0-0 1 4 bxc3 (o bien 14
� h6 � x b 2 + 15 � xb2 'iV f6 + 1 6 ttJ d4
tt.J xf2, y ahora tanto en caso de 17 � d2
� e8, como de 17 �xf8 tt.J xd 1 + 18 �el
'iVf4+, las negras tienen posición ganado­
ra) 14 ... 'iVf6 15 �d2 (después de 1 5 �e5
dxe5 16 �e2 tt.J xc3 17 � d2 e4 1 8 tt.J e l
1 14 LA ESCU E LA CH I N A DE AJ E D R EZ
l2Jxe2+ 1 9 � xe2 'li'a1 + 20 <ii;> d2 'li'd4+ 21
�el .tg4, las negras tienen una ventaj a
decisiva), y ahora:
(al ) 1 5 . . . l2J xd2 1 6 � xd2 (o bien 1 6
�xd2 'li'f4+ 17 <;ite1 l:. e8+ 18 .te2 'li'e4
19 l:t d2 'li' b 1 + 20 l:. d 1 'li' xa2 21 l:t d2
'li'b 1 + 22 .1:. d 1 'li' c2 23 � d2 'li'xc3 24 'li'b7
.t b5 25 l2J g1 l2J d7 26 f4 'li' c 1 + 27 n d 1
'iVb2 2 8 :! d 2 'li'b1 + 2 9 �f2 l2Jf6, con una
posición ganada) 16 . . . 'li' xc3 + 1 7 � c2
'li'al + 18 <ii;> d2 .ta4! (mejor que 18 ... .tf5
1 9 � gl .t xc2 20 .t d3 'iV xa2 2 1 .t xc2
'iVa5+ 22 <ii;> d 1 VJ/ia1 +, con tablas por jaque
perpetuo) 19 � g1 'iVb1 20 .td3 'iVb4+
21 nc3 'iVf4+ 22 �e2 � e8+ 23 �f1 'iVb4
24 � el 'iVa3 25 g3 iVxc1+ 26 �g2 .td l ,
con una posición ganada.
(a2) Un método más preciso es 15 . . .
l2Jxc3 1 6 ne1 ( o 1 6 .tg5 tt:Jxa2+ 17 �b1
l2Jc3+ 18 <it>cl VJ/ig7 19 � d2 l2Je4 20 <ii;> b 1
.tf5, y las negras ganan) 16 ... .tf5 17 l2Je5
l2J xa2+ 1 8 � b2 l2J b4 1 9 .t xb4 cxb4
20 'iVb7 l2Jd7 21 �a2 dxe5 22 VJ/ixb4 nb8
23 'iVa3 'iVh4, con ventaja decisiva.
(b) 1 3 bxc3 'iV f6 14 .t d2 (o bien 1 4
.teS dxe5 1 5 � el 'iVf4+ 1 6 � b2 0-0 17
'li'xa8 l2Jxf2 18 � gl e4, ganando) 14 ... 0-0
(no 1 4 ... l2Jxd2? 1 5 � el + <it>f8 16 �xd2
V/!if4+ 17 ®c2 'iVa4+ 18 �b2, con posición
ganadora) 1 5 � el (15 'li'xa8 l2Jxc3 traspo­
ne a la variante a2), y ahora las negras tie­
nen dos posibilidades:
( b 1 ) 1 5 . . . l2J xc3, cuando 1 6 'iY x a8
traspone a (a2) . Si, en su lugar, 16 .tc4,
entonces 1 6 . . . l2J a4, con posición gana­
da. O bien, si 1 6 .t g5 l2J xa2+ 17 � b l
l2J c3 + 1 8 � e l 'iY f5 1 9 'iY b2 l2J xd5 20
� h6 V/!if6, la ventaj a material de las ne­
gras (caballo y tres peones por torre) es
decisiva.
( b2) 15 . . . l2J xd2 1 6 � xd2 'iY f4+ 1 7
ne3 VJ/ia4 1 8 VJ/ib3 'iYa5, cuando las negras
están mejor, debido a que el rey blanco si­
gue estando en dificultades. Por ejemplo:
19 .td3 l:t c8! 20 :!he1 c4 21 .txc4 .ta4
22 VJ/ib7 l2Jd7 23 l2Jd4 l2Jb6 24 .tb3 �xb3
25 axb3 n ab8 26 'iY a7 'iY a2+ 27 � d3
l2J xd5 28 l2J c6 l2J f4+ 29 � e4 iYxf2, con
una posición ganada. Naturalmente, esta
línea no es forzada. Las blancas pueden
desviarse en algún punto, pero eso no
afecta a la conclusión de que las negras es­
tán mejor.
A partir del diagrama 72, hay tres par­
tidas que siguieron con 1 2 l2J xe4 'iVxe4+
13 .te3 'iYb4+ 14 'iYxb4 cxb4. Esto se vio
por primera vez en 1 985. El final está igua­
lado, y las tres partidas terminaron en ta-
 MODELOS DE P E N SA M I ENTO AJ E D R ECÍSTICO
bias. Por supuesto, la llamada "igualdad"
es cuestión de sensación y experiencia hu­
mana. Mediante un minucioso y aplicado
estudio, pueden revisarse esas conclusio­
nes. De todos modos, permitir el cambio
de damas me parece que tiene poco sentido
para l as blancas, porque es una forma
de renunciar a la ventaja de apertura. Esa
debe ser la razón por la que todo el plan
ha perdido el interés de sus seguidores.
12 lb xe4 'iVxe4+ 13 �e2
Esta j ugada es la clave del plan blanco.
No tienen inconveniente al cambio de da­
mas, con 13 ... 'iVb4+ 14 'iVxb4 cxb4 1 5 0-0-0,
porque el peón negro de d6 estaría enton­
ces seriamente amenazado. Tampoco es
bueno 13 ... �b5, pues las blancas ganan
tras 1 4 0-0 � xe2 1 5 � xd6. Por consi­
guiente, las negras no tienen otra opción
que tomar el alfil de f4. Las blancas juga­
ron muy rápido en esta fase de la partida,
y seguramente no tenían la menor duda
de que l as negras h abían caído en una
trampa. En los círculos ajedrecísticos chi­
nos, a una trampa preparada se le conoce
como "un cuchillo volante".
13 ... 'iVxf4 14 0-0
El enroque tenía que hacerse ahora.
Un principiante podría jugar la inmediata
1 15
14 '1Vxa8?, permitiendo 1 4 ... 'iVb4+, cuan­
do la iniciativa pasa a manos de las negras.
14 . 0-0 15 'iVxaS
..
Obviamente, ambos bandos previeron
esta posición, cuando las blancas jugaron
13 �e2 y, puesto que la evaluaban de for­
ma diferente, ambos estaban contentos
con ella. Mi oponente sabe que tiene un
problema con su dama, pero confía en que
no podrá ser encerrada y capturada. Tiene
calidad de ventaj a lo que, después de to­
do, constituye una considerable ventaja
material, y debe regocijarse por el éxito de
su "cuchillo volante". Sin embargo, las ne­
gras no están dispuestas a rendirse. ¿ Có­
mo podrían jugar esta posición? ¿Es cierto
que no hay nada en la posición blanca que
no puedan explotar? Su alfil de casillas ne­
gras no tiene rival, y su dama también está
muy bien situada, pero no es fácil aprove­
char estos triunfos. Las negras no pueden
tomar el peón de b2, debido a que , por
ejemplo, después de 15 ... �xb2 16 1'1 ab 1
'iVf6 1 7 'iVb7 � c3 1 8 'iVa7 � b2 1 9 lb e 1
'IV eS 20 � xa6 lb xa6 2 1 'iYxd7 lb b4 22
'iVa4, las blancas tienen la partida ganada.
15 �g4!
...
¡ Las negras j uegan su última carta !
Amenazan cambiar el caballo, con 1 6 . . .
1 16 LA ESCU ELA CH I NA DE AJ E D R EZ
i,xf3, y seguir con ... i,g7-eS, con ataque
sobre h2. Las blancas no podrán parar es­
to con g2-g3, puesto que el alfil de f3 que­
daría colgado. En su lugar, las blancas, sin
dudarlo, avanzan su peón h.
¿Quién podría sospechar que el muro
de acero de las blancas en el flanco de rey
podría ser traspasado? Sin embargo, si
analizamos el carácter específico de la po­
sición, podremos descubrir un secreto
oculto: "Desconfíe de una trampa dentro
de otra trampa; vigile al cuchillo volante
entre otros cuchillos volantes."
16 h3
Esta jugada es demasiado directa. Las
blancas no perciben el peligro. Lo indica­
do es la tranquila 1 6 l! fe 1. Entonces, des­
pués de 1 6 ... i,xf3 1 7 i,xf3 ..teS, las blan­
cas pueden considerar devolver la calidad,
con una muy buena posición . Podemos
decir esto al analizar la lucha con percep­
ción retrospectiva, pero en la práctica no
es fácil tomar una decisión así. Hay que
superar una barrera psicológica.
En cualquier caso, aunque las blancas
no quisieran devolver la torre por el alfil,
16 � fe1 es mejor que 1 6 h3. Después de
16 l:. fel i,xf3 1 7 i,xf3 ..teS, las blancas
pueden seguir jugando 1 8 h3, si lo desean,
pero también tienen otras posibilidades,
como 18 � f1 , 18 'iYb7, etc. Siempre es
conveniente reservar nuestras opciones
estratégicas, para no desvelar nuestras in­
tenciones, limitando las opciones del rival
e induciéndole a seguir un camino prede­
terminado.
16 ... i,xf3 17 i,xf3 i,e5 18 l:I fel
É ste parece ser el único camino. Si 1 8
.ti fd1 'iVh2+ 1 9 <;t>fl tbd7 20 'iYa7 ( o 20
�b7 .ti b8 21 �xd7 .ti xb2, las negras ga­
nan) 20 ... i,xb2 21 l!abl tbeS 22 l:I xb2
(22 ..te4 i,d4 23 l:. d2 i,c3! 24 l:I dd1 fS 2S
� b7 tbc4 26 i,f3 ttJ b2 27 k! xb2 i,xb2 de-
ja a las negras con una posición ganadora)
22 ... tbxf3 23 n b8 tbh4 24 k! xf8+ c;itxf8
2S iYb8+ c;itg7 26 iYb2+ f6 27 iYb7+ c;ith6
2 8 iY xa6 ttJ xg2 2 9 iY c4 ttJ f4 30 'iV e4
iYxh3+ 31 �el iYc3+ 32 ®fl <;t>gS ! , y el
caballo negro es mejor que la torre contra­
ria. A largo plazo, las blancas no podrán
resistir el ataque. Por ej emplo: 33 <ii;> gl
iYa3 34 iYe3 iYxa2 3S � h2 c;itfS (o 3S ...
hS), y las negras ganan.
18 ... iYh2+ 19 c;itfl i,xb2
No se trata de una codiciosa captura de
peón, sino de cálculo preciso.
20 ll abl
Probablemente 20 .ti ad 1 sea una me­
jor elección. Si ambos bandos juegan co­
rrectamente, las blancas siguen estando en
dificultades, pero la situación es más com­
pleja. Por ejemplo: 20 ... c4 21 l:I e7 i,f6 22
l:I e3 (no 22 l:I b7? tbd7 23 iYa7 'iVhl + 24
�e2 ll e8+ 2S c;itd2 iYh2 26 ®c2 'iVeS, con
una posición ganada) 22 ... c3 23 i,e4 tbd7
24 iYc6 tbcS 2S ..tc2 ®g7. Las blancas tie­
nen ventaja material (torre contra caballo
y peón), pero lo más importante es que su
rey está constantemente amenazado y el
peón e negro avanzado constituye un peli­
gro. Por estas razones, sería difícil que las
blancas resistiesen el ataque a la larga. Sin
 MODELOS DE PENSAMIENTO AJEDRECÍSTICO
embargo, en el juego práctico las negras
podrían no encontrar todas las j ugadas
precisas, aunque se viesen fácilmente en el
post-mortem.
20 lt.J d7
..•
Las negras ponen sus cosas en orden, y
privan a las blancas de toda posibilidad.
21 'iVxa6
No es bueno 21 'iVxf8+, ya que después
de 2 1 . . . � xf8 22 � xb2 lt.J e5 23 � e3
'iV h 1 + 24 � e2 'iV c l 25 � bb3 lt.J c4 26
� ed3 'iVc2+ 27 �el 'iVxa2, las negras tie­
nen una fácil victoria.
21 'iVh1+ 22 �e2 l:i e8+ 23 �d2 � xe1
.•.
24 � xe1 ..tc3+ 25 �xc3 'iVxe1+ 26 � c2
lt.Je5 27 'iVxd6 'iVxf2+ 28 �b3 'iVd4
Impidiendo que el rey blanco suba, y
haciendo más fácil la victoria.
29 'iVa6 � g7 30 'iVe2 lt.J d3 31 'iVd2 c4+
32 \t> c2 \t> g8
Para impedir el cambio de damas, con
33 'iVc3.
33 'iVc3 'iVf2+ 34 'iVd2 V/li a7 35 'iVe2 'iVa3
36 V/li d2 iV xa2+ 37 � d1 'iV a1+ 38 � e2
'iVd4 39 'iVe3 'iVb2+
Las blancas se rindieron. El peón ne­
gro coronará.
É sta fue una de las partidas más difíci­
les que he jugado j amás. Tengo que darle
las gracias a la mística de la Benoni, que
encierra numerosos secretos.
LA MÍSTICA DE LA BENONI (2)
El signo de admiración de Kasparov,
refutado
Como jugador de ajedrez, Gari Kasparov
es uno de los mayores talentos de la histo­
ria. D ij e "uno de", y si no está contento
con eso, ¡pues lo siento ! Cualquier Cam­
peón del Mundo que se considere mejor
1 17
que todos los demás está cometiendo, al
menos, un error lógico. Los tiempos cam­
bian, y no pueden compararse a dos per­
sonas que han vivido en distinta época.
Las partidas de los campeones mun­
d iales constituyen realmente una gran
contribución a la cultura humana. Desde
esta perspectiva, las hazañas de Kaspa­
rov serán siempre recordadas. No impor­
ta que gane o pierda, sus partidas siem­
pre son admirables, y dignas de ser estu­
diadas.
Siempre me ha producido placer leer
las notas de Kasparov a sus partidas. Suele
utilizar signos de admiración para calificar
a sus propias j ugadas. Lean sus comenta­
rios en periódicos y revistas y entenderán
lo que digo. Nunca me he encontrado con
nadie que se haya dignado cuestionar esos
signos de admiración. ¡ Los signos de ad­
miración de Kasparov tienen una mística
propia!
Hasta finales de julio de 1999, mi base
de datos contenía 1 .609 partidas de Kas­
parov. Entre ellas, hay 25 iniciadas con la
Defensa Benoni. En esas 25 partidas, Kas­
parov jugó 9 con blancas y 16 con negras.
Cronológicamente, sin embargo, hay una
clara línea divisoria. Antes de sus matches
por el campeonato mundial, Kasparov ju­
gó esta defensa en 13 ocasiones. Después
de proclamarse campeón, sólo la jugó en
tres ocasiones: dos en 1 989 y 1 en 1993. En
las tres partidas, la Benoni se produjo por
transposición, desde la India de Rey. En
otras palabras, desde 1 983, Kasparov, con
negras, nunca ha j ugado 1 d4 tt:Jf6 2 c4 c5
3 d5 e6, la Benoni Moderna en su forma
pura. No debe ser exagerado considerar a
estas tres últimas partidas con la Benoni
como un regreso a sus tiempos de juven­
tud. Puedo añadir que en la última déca­
da, ningún jugador le ha dado a Kasparov
118 LA ESCU E LA CH I N A D E AJ E D R EZ
la posibilidad de demostrarnos cómo hay
que atacar a la Benoni.
En la Olimpiada de Lucerna ( 1 982),
Kasparov no sólo empleo la Benoni Mo­
derna para derrotar a Korchnoi, sino que
también la j ugó, desde el lado blanco de
esta apertura, venciendo a Nunn (Inglate­
rra) y Suba ( Rumanía) . A continuación
comentó esta última partida para el lnfor­
mator de Yugoslavia. Me interesé mucho
por sus comentarios, porque también yo
j ugaba la misma variante de la B enoni
(A 75) , que podría haber sido relegada a
los archivos, como consecuencia de los co­
mentarios de Kasparov.
Blancas: Gari Kasparov (URSS)
Negras: Mihai Suba (Rumanía)
Olimpiada, Lucerna 1 982
Defensa Benoni Moderna
1 d4 t2lf6 2 c4 e6 3 tiJf3 eS 4 dS exdS S cxdS
d6 6 t2lc3 g6 7 �f4 a6 8 a4 �g7 9 e4 �g4
10 � e2 0-0 11 0-0 "V/ie7 12 t2l d2 � xe2
13 'lixe2 tiJhS 14 �e3 tiJd7
La posición del diagrama se vio por
primera vez en 1 980. El GM yugoslavo
Cebalo jugaba con negras. Perdió aquella
partida, pero volvió a jugar la misma posi-
ción en 1 982 y ganó. Me interesan mucho
esas dos partidas. Siento que la estructura
negra encaja en mi estilo. En ambas oca­
siones las blancas jugaron 15 g4. Después
de 15 ... tiJ hf6, la primera partida continuó
con 16 f3, y la segunda con 16 h3. Aunque
las blancas obligaron al caballo a retroce­
der, para bloquear la diagonal del alfil de
casillas negras, no creo que el avance de
los peones en el flanco de rey plantee nin­
guna amenaza a las negras. Por el contra­
rio, creo que debilitan la posición blanca.
Un j ugador Benoni recibe estímulos adi­
cionales de esa posibilidad. Sobre la base
de un minucioso análisis, he encontrado
varios planes satisfactorios para las negras
que, llegado el momento, pienso poner en
práctica.
lS aS!
É ste es el primero de los signos de
admiración de Kasparov. Gracias a la re­
gla de captura al paso, el peón de a5 inhi­
be el par de peones contrarios a6 y b7. El
peón de a6, obviamente, no puede mo­
ver, y si el de b7 j uega, será capturado
por el de a5 , tanto si avanza una como
dos casillas.
lS ... �d4!?
Kasparov señala que así se j ugó en la
partida Gligoric - Rajkovic, Campeonato
de Yugoslavia 1 982, en la que las negras
respondieron 15 ... � ab8 (véase Informa­
tor n.0 33).
16 � a4! ¡vr6 17 ¡vd3! liJeS
Kasparov indica 1 7 ... �xe3 18 'i:Vxe3 ±.
18 � xd4 tiJ xd3 19 � xf6 tiJ xf6 20 tiJ c4
� ad8 21 � dl t2lb4
Aquí Kasparov indica la variante 21 ...
t2lf4? 22 g3 tiJ4h5 23 b4! ±.
22 � d2 liJeS 23 � al t2lc7 24 � el � g7?
Y aquí menciona 24 ... t2lb5 ! 25 t2lxb5
axb5 26 t2la3 � a8 27 t2lxb5 � fd8 28 � al
b6 29 f3 � xa5 30 � xa5 bxa5 3 1 b3 ±.
 MODELOS DE PENSAMIENTO AJEDRECÍSTICO 119

25 b3 1:1 feS 26 g4 1:1 d7

O bien 26 ... fS 27 gxfS gxfS 28 f3, con
idea de lt.Jc4-e3 (Kasparov).
27 f3 tt.Jb8 28 tt.Je2 fS?
Kasparov señala las alternativas 28 ...
lt.J d4? 29 tt.J xd4 cxd4 30 l:l al fS 31 l:l a4
fxe4 32 fxe4, y las blancas ganan; o bien
28 . . . � dd8 29 c;t>f2, con idea de h2-h4,
1:1 el-h 1 y h4-hS.
29 gxfS gxfS 30 ttJ g3
Y l as blancas ganaron en la j ugada
48.
D e la lectura de los comentarios de
Kasparov, sería fácil concluir que después En el Campeonato Nacional de 1 983
de 1 S aS ! , j ueguen como j ueguen las ne­ tuve la oportunidad de ensayar el resulta­
gras, la ventaj a blanca es incuestionable. do de mi investigación . Cuando mi opo­
Y sin embargo, yo no podía creer que una nente me vio jugar lS ... 1:1 fb8, sabía que
posición que me gustaba pudiese ser refu­ este movimiento no aparecía en el Infor­
tada de forma tan categórica. Me puse a mator, y no lo había estudiado. Compren­
estudiar la posición, y comparé la partida dió que después del avance y cambio con­
Kasparov - Suba con la partida Gligoric ­ siguiente, su propio peón de b2 sería débil,
Rajkovic. aunque también las negras tendrían uno
Después de 1 S aS, la cuestión esencial en a6. Por lo tanto, decidió realizar una ju­
para las negras es cómo realizar el avan­ gada que, al mismo tiempo, protegiese su
ce . . . b7-bS . Si esta j ugada se efectúa en peón de b2, y amenazase con el doblaje de
un momento en que las blancas puedan torres en la columna a: 1 6 1:1 a2.
capturar al paso y luego tomar el peón
de a6, las negras no tendrán compensa­
ción por el material perdido. Por consi­
guiente, la torre dama debe permanecer
en aS para proteger el peón de a6. Esto
es contrario a los principios habituales
(las llamadas reglas de desarrollo) , pero
mi experiencia del XiangQi me dice que
la j ugada más correcta es, a veces, aque­
lla que no cumple las reglas establecidas.
Creo que en esta situación no tiene senti­
do j ugar . 1:1 f8-e8 para presionar sobre
. .

la columna e. Por lo tanto, la mejor utili­ 81

zación de esta torre es en el flanco de da­

ma. A partir del diagrama 79, mi nueva Yo había analizado esta jugada antes
idea es ésta: de la partida, y la consideraba superficial
15 aS l::tfb8!? e ineficaz. Siguió: 1 6 . . . bS 1 7 axb6 � xb6
1 20 LA ESCUELA CH I NA DE AJEDREZ
1 8 l:t fa 1. Doblar torres es un error. Con
1 8 . . . l:txb2 1 9 ;g xb2 � xc3 , las negras
ganaron un peón a cambio de nada, y pu­
dieron considerar un éxito su j uego de
apertura.
En el Campeonato Nacional de 1 987,
Wu Shaobin trató de reforzar el j u ego
blanco. En lugar de 18 l:tfa 1 ? , prosiguió
con 1 8 et:Jc4 .J:.b4 1 9 l:t c1 et:J e5 20 et:J a5
'iVh4 21 f3 et:Jf4 22 'iVfl et:Jfd3 23 .: c2 f5 24
exf5 gxf5 25 g3 iV h5 26 et:Jc6 'iVxf3 27
'iVxf3 et:Jxf3+ 28 �h1 l:te8 29 et:Jd1 ;g g4 30
l:t a3 c4 31 l:t a4 f4 32 �f2 .J:.g5 33 .J:.axc4
et:Jxf2+ 34 et:Jxf2 fxg3 35 et:Je4 .: xd5 (0-1 ).
En cuanto a l a cuestión de si 15 . . .
l:t fb8 puede refutar 1 5 a5 y su consiguien­
te signo de admiración, la línea crítica que
merece analizarse es:
16 et:Jc4
É sta es una de las jugadas estándar de
las blancas en la Benoni. Desde c4, el ca­
ballo ejerce presión sobre los puntos d6 y
b6. Si el peón b avanza, y es capturado al
paso, este mismo caballo puede jugar a a5
e invadir la casilla c6.
Para romper la camisa de fuerza de
las blancas, las negras tienen que actuar
con energía. En el kung fu chino hay esta
sentencia: "si tu oponente no se mueve,
nunca te muevas tú; si tu oponente va a
realizar un movimiento, anticípate a rea­
lizarlo tú. " Responde al pensamiento y
filosofía chinos, y tiene su aplicación en
el ajedrez.
El control blanco de la posición se basa
en el temor de las negras a perder mate­
rial. ¡ Un jugador no puede desprenderse
de las piezas que tanto quiere ! Siente mu­
cha pena si pierde cualquiera de ellas. Sin
embargo, los j ugadores tienen distintos
puntos de vista en cuanto a las pérdidas
materiales. Uno puede creer que la posi­
ción contiene compensación suficiente,
mientras que otro está en desacuerdo.
¡ Esta diversidad de opiniones es inevita­
ble ! Si es usted capaz de enjuiciar este as­
pecto más sutilmente que su rival, los be­
neficios que puede obtener serán inmen­
sos. En particular, es muy difícil evaluar
lúcidamente la pérdida de la calidad, con
un Elo inferior a 2650 e inadecuada expe­
riencia.
En la posición del diagrama 82, l as
blancas creen que las negras no se permiti­
rán j ugar 16 ... b5, debido a 1 7 axb6 lt:Jxb6
18 et:Ja5, que amenaza 19 et:Jc6, ganando
calidad. Si las negras evitan la pérdida de
material, tendrán que incurrir en algunas
concesiones posicionales. Sin embargo, en
la línea que voy a recomendarle, las ne­
gras optan por un sacrificio de calidad, di­
fícilmente previsto por las blancas, si no
han efectuado antes análisis preparato­
rios.
16 ... b5 17 axb6 lt:Jxb6 18 lt:Ja5
(Ver diagrama 83.)
Enfrentadas a la amenaza 1 9 et:Jc6, las
negras tienen dos opciones. Una es evitar
la pérdida de material, con 1 8 ... l:i e8 1 9
lt:Jc6 'iVb7. Si ahora 2 0 g4?, entonces 2 0 ...
�xc3 ! 21 bxc3 et:Jf6, y las blancas perde-
 MODELOS DE PENSAMIENTO AJEDRECÍSTICO
rán u n peón, en vista d e l a posición inesta­
ble de su alfil: 22 f3 ttJbxd5, etc. Una me­
jora para las blancas es 20 'iYd3 ttJ d7 21
ld a2 liJeS 22 ttJxe5 �xe5 23 ld fal , cuan­
do creo que tienen un j uego algo mejor.
La impresión general es que esta posición
es jugable para las negras, aunque no del
todo cómoda.
La segunda opción es entregar una to­
rre por caballo y peón. Mis investigacio­
nes se centran en esta posibilidad.
18 �xc3
.•.
Una táctica típica de la Benoni. Aun­
que el alfil es muy potente sobre la gran
diagonal hS-al , cambiarlo por el caballo
blanco también es plausible, si de ello se
deriva un beneficio práctico, sobre todo,
como en este caso, ganando el peón e4.
Aunque las negras quedan con varias casi­
llas débiles en el flanco de rey, las blancas
tendrán que trabajar duramente si quieren
explotarlas.
19 ttJc6 iVxe4 20 ttJxb8
(Ver diagrama S4.)
Los jugadores estarán en desacuerdo
acerca de la evaluación de esta posición.
Las negras disponen de cuatro continua­
ciones jugables, lo que complica aún más
la cuestión. Tal evaluación supone valorar
121
algunos difíciles finales. A continuación
analizaré l as variantes principales, que
creo son muy instructivas.
(a) 20 ... ld xbS (la mayoría de los juga­
dores serían reticentes a decidirse por esta
j ugada, puesto que eso significaría des­
prenderse del alfil negro por el caballo,
permitiendo además que el peón b se des­
plazase de la columna semiabierta, donde
estaba expuesto al ataque) 21 bxc3 ttJxd5
(el mejor programa actual de software
evalúa esta posición como igualada, pero
ese veredicto probablemente se base en el
cómputo de piezas, de modo que es vago
en cuanto a la situación real de la partida),
y ahora:
(al ) 22 l:t fel (la jugada que recomien­
da el ordenador) 22 ... a5 (si 22 ... ttJxc3,
entonces 23 'iYd2) 23 �d2 'ifxe2 24 .l:t xe2
.l:t aS 25 c4 ttJ b6 26 � xa5 .l:t xa5 27 �xa5
ttJxc4 2S l:t eS+ �g7 29 �c3+ ttJf6 30 f4
h6 31 h4. Las blancas tienen una posición
ganada, puesto que si 3 1 . . . d5, entonces
32 .l:t cS, o si 31 ... ttJa3, 32 l:t bS.
(a2) 22 'iYd2 iVc4 23 �h6 ttJhf6 24 f3
l:t eS 25 .l:t fel 'ifxc3 (o bien 25 ... l:t xel +
26 � xe l 'if xc3 27 � b l , ganando) 26
.l:t xeS+ ttJ xeS 27 'ifxc3 ttJ xc3 2S l:t xa6
ltJ d5 29 .l:t aS ttJ c7 30 l:t eS, y las blancas
tienen una ventaja decisiva. A 30 ... f5 se
1 22 LA ESCU ELA CH I N A DE AJ E D R EZ
contesta con 31 i,f4, y si 30 ... c4, con 31
i,d2 y i,d2-aS.
(a3) Las negras también quedan mejor
después de 22 1:. xa6 o de 22 �f3.
(b) 20 ... .teS 21 l2Jc6 (21 l2Jxa6 l2Jf4 22
�f3 �xf3 23 gxf3 l2JbxdS, con ventaja ne­
gra; aquí vemos uno de los principales mé­
ritos de 20 ... .teS) 21 ... l2JxdS (después
de 21 ... l2Jf4 22 '/i'f3 '/i'xf3 23 gxf3 l2Je2+
24 <iit g2 i,xb2 2S � a2 l2Jc4 26 � bl l2Jc3
27 � axb2 l2Jxb2 2S � xb2 lLixdS 29 i,h6,
las blancas tienen ventaja; aunque las ne­
gras tienen tres peones por una pieza, su
última fila es débil y sus efectivos están
demasiado dispersos) 22 lLixeS '/i'xeS.
El ordenador considera que esta posi­
ción es igualada. ¿Es correcta esa evalua­
ción? Creo que las blancas pueden explo­
tar la situación del caballo central negro
(en la misma diagonal que la torre) para
forzar algunos cambios y probablemente
ganar uno de los peones negros. El final
resultante, con torre y tres peones contra
caballo y cuatro peones, debería estar ga­
nado para las blancas. Después de 23 'iVf3
(una jugada muy importante, clavando el
caballo, lo que permite liberar el alfil),
echemos un vistazo a dos líneas represen­
tativas:
(b1) 23 ... � bS 24 � xa6 � xb2 2S i,h6
(poniendo el dedo en la llaga: casillas ne­
gras y octava fila) 2S ... � bS 26 � fa1 � eS
27 � aS l2Jhf6 2S h3 (suprimiendo su pro­
pia debilidad en la primera fila, de forma
que las torres puedan disponer de libertad
de acción) 2S . . . l2J c7 29 � xeS+ tLi fxeS
30 � a7 'iVe1 + 3 1 �h2 �e6 32 �c6 �eS+
33 g3 �b2 34 .t e3 �bS 3S � b7 � d S
3 6 i,f4, y las blancas tienen una evidente
ventaja.
(b2) 23 ... l2Jhf6 24 i,h6 �xb2 2S i,gS
(éste es el modo más simple de abrir la co­
lumna a) 2S ... l:. eS 26 � xa6 �eS 27 .th6
c4 2S h3 c3 29 l:t fa1 l2Je4 (el peón e negro
caerá, si sigue avanzando) 30 lá aS l2J df6
3 1 �e3 �e6 32 'iVd4. Las blancas progre­
san gradualmente, y la posición negra es
cada vez peor.
(e) 20 ... i,d4.
Ahora las blancas pueden elegir entre:
(el) 21 l2Jc6. A primera vista, esto no
parece j ugable, debido a 21 . . . l2J xdS 22
l2J,xd4 cxd4, que parece ganar el alfil blan­
co. Sin embargo, cuentan con la respuesta
23 �c4! Puede seguir: 23 ... l2Jhf4 24 .txf4
l2J xf4 2S f3 �e3+ 26 <it> hl �d2 27 � g1
l2Jd3 2S � gfl n bS (2S ... l2Jf4 podría lle­
var a tablas por repetición de jugadas, pe-
 MODELOS DE PENSAMIENTO AJEDRECÍSTICO
ro las negras aspiran a más) 29 b3 iYe3 30
h4! (la jugada salvadora; 30 h3? se contes­
ta con 30 ... l2Jf2+ 31 ciil h 2 iYf4+, y ahora,
si 32 g3, entonces 32 ... 'iYd2, o si 32 <iit g 1,
entonces 32 . . . l2J xh3+ 33 gxh3 'iYg3+ 34
<it>h1 iYxh3+ 3S <it>g1 'iYg3+ 36 �h1 J:t bS
37 iYxbS axbS, con una posición ganada)
30 ... J:t xb3 31 J:t xa6 � c3 32 iYdS l:i cl 33
l:. a1 l2J f2+ 34 ciil h2 l:. xa1 3S l:. xa1 iYcS
36 iYxeS dxeS , llegándose a un final con
caballo y cinco peones contra torre y tres
peones. Puesto que los peones negros es­
tán unidos, la posición es tablas. A lo largo
de esta variante, las negras tienen siempre
las tablas en el bolsillo.
( c2) 21 l2Jxa6 l2Jf4 22 iVg4 (o 22 iYf3
iYxf3 23 gxf3 lb bxdS 24 �xd4 l2J e2+ 2S
<it>h1 l2Jxd4 26 J:t fd1 rJ;; g7 27 J:t a4 � e8 28
J:t aS l2Jf4) 22 ... �xe3 23 fxe3 iYxe3+ 24
rJ;¡h1 l2Jd3 2S iVf3 iYxf3 26 J:t xf3 l2Jb4 27
J:t fa3 l2Jc2 28 � b3 l2Jxa1 29 � xb6 � d8.
Las blancas tienen un peón menos y debe
perder. Ahora vemos la diferencia entre
21 l2Jc6 y 21 l2Jxa6. La jugada que parece
inútil puede constituir una posibi lidad
práctica razonable, mientras que la que
parece atractiva puede resultar débil. Un
j ugador tiene que reaj ustar en cada mo­
mento sus métodos de pensamiento.
( d) 20 ... l2Jf4.
1 23
La diferencia entre esta línea y las va­
riantes (b) y (e) es que las negras decidi­
rán dónde situar su alfil, según adónde va­
ya la dama blanca. En la práctica esto pue­
de incrementar las posibilidades de las ne­
gras, pero ¿cuál es el veredicto teórico?
( d 1 ) En este punto 21 'i:Yf3? es floj a,
porque las blancas tienen un tiempo me­
nos en relación con la posición similar de
la variante (b ). El hecho de que aún no
hayan retirado su caballo marca toda la di­
ferencia. Después de 21 ... 'iVxf3 22 gxf3
l2J e2+ 23 � h1 � xb2, las negras tienen
una posición ganadora.
(d2) 21 'iVg4 �eS 22 l2Jxa6 (22 �xf4?
J:t xb8 23 g3 lLJxdS le concede a las negras
una ventaj a decisiva) 22 . . . hS 23 'iYf3
iVxf3 24 gxf3 l2J e2+ 2S � g2 �xb2, con
ventaja negra. Obsérvese la diferencia en­
tre ésta y posiciones comparables de la va­
riante b (en donde las negras jugaron 20 ...
�eS, sin la previa ... l2JhS-f4). Esta vez la
dama blanca va a f3 sólo tras las j ugadas
intermed ias 'if e2-g4 y . . . h7-hS . Con su
peón en hS, las negras tienen una posición
de rey más segura, y mucha más libertad
de acción. Con el peón en h7, las blancas
pueden llevar su alfil a h6, con peligrosas
amenazas sobre la última fila.
Este análisis de la variante ( d) fue pu­
blicado en el lnformator 42 por uno de mis
estudiantes, al comentar una de sus parti­
das de la Olimpiada de 1 986 (empleando
el sistema de símbolos), y también men­
cionó la línea con 1 6 ll a2. El problema es
que el avance 1S aS ! no se jugó en la parti­
da que estaba comentando, de modo que
todo su análisis tiene el status de subva­
riante. De todos modos, demostró que los
jugadores chinos habían hecho algunas in­
vestigaciones sobre 1S aS J:t fb8 ! , y esto,
desde luego, captó la atención de los se­
guidores de la Benoni en el mundo.
1 24 LA ESCU E LA CH I N A DE AJ E D R EZ
En realidad, este análisis no es com­
prensible ni exhaustivo. En la variante
(d2), en lugar de 22 ltJxa6, las blancas de­
berían jugar 22 ltJc6. Ahora, 22 ... hS? ! 23
'iVf3 'iVxf3 24 gxf3 ltJe2+ 2S �g2 es simi­
lar a la línea 1 examinada en (b ), donde las
blancas obtenían una pieza por tres peo­
nes. Una mejor elección para las negras es
22 . . . ttJ bxdS ! 23 � xf4 ttJ xf4 24 ttJ xeS
dxeS.
Ahora, ¿por qué plan deberían optar
las blancas: 2S ll fe1 o 2S 'iVf3?
Después de 2S l:. fe1 'iVd4, la posición
centralizada de la dama negra es muy bue­
na. Protege los peones de eS y eS, y ataca
el de b2. Más tarde, las negras pueden ju­
gar ... ltJf4-d3 y ... cS-c4, cuando es virtual­
mente imposible que las blancas consigan
ventaja.
Después de 2S 'iVf3 'iVxf3 26 gxf3 , el
caballo negro está muy bien situado en f4.
Antes o después, las blancas tendrán que
atender a las debilidades de su retaguar­
dia. Los peones de su flanco de rey están
fracturados. Sin embargo, como las piezas
negras están dispersas, la situación blanca
tampoco sería mala. El resultado podría
ser unas tablas.
Ahora podemos decidir entre las cua-
tro opciones de las negras en la jugada 20.
No pueden contentarse con 20 ... l:. xb8 ni
20 ... �eS, pero tanto 20 ... �d4 como 20
... ltJf4 les conceden, cuando menos, pers­
pectivas de igualdad.
¿Podemos concluir del debate prece­
dente que el signo de admiración de Kas­
parov debería ser eliminado?
La última edición de la Enciclopedia
de Aperturas de Ajedrez ( 1 997), tomo A,
cita 1S aS l:. fb8, y ahora, 16 l:t fe1.
Una jugada antes, 1S l:. fe1 se ha visto
en muchas partidas. Pero la interpolación
de 1S aS .: fb8 altera toda la estructura de
la posición. 16 ll fe1 y 1S l:l fe1 son planes
totalmente distintos. La primera se em­
pleó en la partida A. Gavrilov - M. Bloh
(1 992), publicado por lnformator, con los
siguientes comentarios:
16 l:t fe1 !? bS 17 axb6 l:. xb6 18 ltJc4.
(a) 18 ... .: b4? ! 19 liJaS �xc3 20 bxc3
.: xe4 21 f3 .: eS (21 ... .: h4 22 g3 .: h3 23
'iVg2 +-; 21 ... ttJf4 22 'iYd2 ±) 22 ttJc6 ±.
(b) 18 ... .: bb8 19 g4 (1 9 liJaS ? ! �xc3
20 bxc3 'iYxe4) 19 ... ltJhf6 20 �f4 ±.
En realidad, la jugada 16 .'a. fe1 de las
blancas fortifica la columna e, "superpro­
tegiendo" el alfil en particular, de modo
que la maniobra de su oponente ... n b8-
 MODELOS DE PENSAMIENTO AJEDRECÍSTICO
b6-b4-e4 puede contestarse con f2-f3, atra­
pando la torre. Puede verse que 1 6 ll fe1
es una medida técnica y práctica bien cal­
culada. La Enciclopedia reproduce la va­
riante (a). Los editores son fieles a su cos­
tumbre: si las blancas tienen ventaj a, se­
gún el lnformator, se limitan a copiar la
conclusión.
Suprimir los signos de admiración de
Kasparov parece también un mito. No te­
nemos que tomarlo muy en serio. Sin em­
bargo, creo positivamente que después de
1 S aS ! n fb8, las blancas no tienen ventaja.
En cuanto a 16 : fe1 , ¡la mantendré en
observación ! En este p u n t o , estoy de
acuerdo con la lógica de los teóricos ex­
tranjeros: esperemos y veamos qué pasa.
UN RECURSO DE ÚLTIMA HORA
Blancas: Jon Speelman ( Inglaterra)
Negras: Liu Wenehe (China)
Pekín 1 981
Defensa Siciliana
1 onathan Speelman nació en Londres, en
1 9S6. Logró el título de gran maestro in­
ternacional en 1980. Ha ganado numero­
sos torneos internacionales y fue candida­
to al Campeonato Mundial en 1 988.
1 lt:Jf3 eS
Después de la "Revolución Cultural",
mi estilo de juego cambió mucho. Como­
qui era que abran el j uego las b l a ncas
(peón de rey, peón de dama o 1 lt:Jf3), es­
toy listo para avanzar mi peón e a cS .
( ¡ Hago una excepción, cuando las blancas
abren con 1 b4! ) Esto demuestra que bus­
co una particular estructura inicial.
2 e4
Mi oponente traspone a la Defensa Si­
ciliana.
1 25
2 ... lt:Je6 3 d4 exd4 4 lt:Jxd4 lt:Jf6 5 lt:Je3 6 g3
Esta partida se j ugó durante la visita
de un equipo británico a China. Por en­
tonces Speelman sólo tenía 2S años. Aun­
que era gran maestro, no era tan famoso
como es ahora. Para mí, no era sino otro
joven jugador, de modo que cuando le vi
jugar 6 g3, pensé que no tenía mucha incli­
nación a luchar. Así pues, decidí una pe­
queña provocación.
6 ... iLg4
Una jugada desafiante. Hay 141 parti­
das en mi base con ella.
7 f3 iLd7 8 iLe3 g6 9 'li'd2 iLg7 10 0-0-0
0-0
Cuando vi que mi oponente enrocaba
largo, me di cuenta de que si estaba dis­
puesto a luchar. Así pues, era inevitable
una batalla sangrienta: eso era lo que yo
deseaba, puesto que tenía hambre de vic­
toria, a pesar de j ugar con las piezas ne­
gras.
11 h4
Esta posición, con los reyes enrocados
en flancos opuestos, sólo se encuentra en
10 partidas. Con 1 1 h4 las blancas lanzan
un ataque a la bayoneta contra el rey. É sta
es una nueva jugada. Hasta hoy, no he vis­
to a nadie más jugarla.
1 26 LA ESCUELA CH I N A DE AJEDREZ
11 . . � eS
. preví el agresivo plan de las blancas que
Era digna de considerar 1 1 . . . lt.J xd4
12 já xd4 iVa5 13 �b1 � fc8.
U g4 h5
La clave de la estrategia negra de aper­
tura es bloquear el ataque blanco sobre la
columna h mediante esta jugada.
13 �e2!?
No esperaba que las blancas j ugasen
de esta forma. No creo que sacrificar un
peón así les reporte ninguna ventaja. Los
mejores ajedrecistas del equipo británico
eran expertos en la Defensa Siciliana, por
lo que cabe suponer que tenían su propia
opinión acerca de cómo atacar al rey.
Ambos bandos estaban consumiendo
una gran cantidad de tiempo. La jugada
blanca parecía una improvisación. Y o no
tenía las ideas claras. ¿Qué pasa, si toma­
ba el peón ? Creo que tampoco mi opo­
nente lo tenía muy claro. Tomó su deci­
sión en el fragor de la batalla. Se arriesgó
y esperaba ganar la lucha.
13 ... lt.JeS
No recuerdo mi razonamiento al reali­
zar esta jugada, pero estoy seguro de que
no pensé que aceptar el peón no fuese
bueno. Quizá pensé que 13 . . . lt.J e5 era
más seguro y mejor. En cualquier caso, no
sigue. De haber sospechado su original
método de ataque, habría optado por 1 3 ...
hxg4, o por 13 ... tt.Jxd4 14 �xd4 hxg4.
14 gxhS tt.Jxh5 15 � dg1!
Tengo que reconocer mi admiración
por el talento creativo de Speelman. Su
plan já d 1 -g1 -g5xh5, sacrificando calidad
por el ataque al rey, me cogió por sor­
presa. Los j ugadores chinos tienden a
pensar de forma rectilínea. Muéstreles la
posición después de 1 3 ... lt.J e5 , y es muy
probable que les disgustase 14 gxh5, se­
guido de la maniobra de torre de Speel­
man. Esto revela una diferencia en esti­
los de pensamiento, aunque ambos tie­
nen sus méritos.
15 ... lt.Jc4 16 �xc4 já xc4 17 l::! gS
El plan de las blancas es claro: tomar el
caballo en la j ugada siguiente. ¿Qué de­
ben hacer las negras?
1 7 ... �f6 está fuera de cuestión, en vis­
ta de 1 8 � xh5 gxh5 1 9 lt.J d5 e6 20 lt.Jxf6+
iVxf6 21 l:l g1 + �h7 (o 21 ... � h8 22 já g5)
22 l:l g5 ld c5 23 lt.Jf5.
Una jugada plausible es 17 ... lt.Jf4, pa­
ra responder a 1 8 h5 con 18 ... eS. Sin em­
bargo, las blancas pueden sencillamente
jugar 1 8 �xf4 ld xd4 19 iVg2, cuando es
 MOD ELOS DE P E N SAMI ENTO AJ E D R ECÍSTICO 1 27

difícil para las negras defender su flanco En la partida las negras entregan un
de rey. Por ejemplo: 19 ... �h6 20 l:t xg6+ peón para cambiar piezas.
hxg6 21 �xh6 ;g f6 22 l2J d5, con ventaja 17 ll cS 18 l2Jd5 e6 19 l:t xhS
...

decisiva.
Bastante mayor resistencia ofrece 17 ...
e6.

Las blancas ejecutan su plan de sacrifi­

car la torre por el caballo. Ahora, 1 9 . . .
gxh5? s e contestaría con 20 �h6 f6 ( o 20
La jugada debilita el peón de d6, pero . . . exd5 21 ;g g1 � g4 22 fxg4) 21 ii.xg7
impide que el caballo blanco llegue a d5. � xg7 22 n g l + � h7 23 'iV g2 ;g g8 24
Ahora, si las blancas juegan directamente 'iVxg8+ 'iVxg8 25 l2Jxf6+ <ii;> h6 26 l2Jxg8+, y
1 8 l:t xh5 gxh5 1 9 l:t gl �h7 20 'iVd3 ;g cs las blancas ganan.
21 eS+ ®h8 22 exd6 'iVxh4 23 ;g xg7 �xg7 19 ... exdS 20 ;g xdS ;g xdS 21 exdS ;g e8
24 l2J xe6+ fxe6 25 � xc5 'iVh 1 + 26 l2J d 1
'iVxf3 2 7 � d4+ ® h6 28 � e3 + ® g7 2 9
�d4+, l a partida finaliza con jaque perpe-
tuo.
Por consiguiente, si las blancas quieren
lograr ventaja contra 17 ... e6, deben jugar
a n t e s 1 8 l2J d e 2 'iV c7 1 9 ll x h 5 g x h 5
2 0 �h6 f6 21 �xg7 ®xg7 2 2 .t:l g1 + �h7
23 l2Jf4 l:t g8 24 l:t xg8 ®xg8 25 'iVg2+ ®f8
26 'iVg6 �c8 27 'iVxf6+ 'iVf7 28 'iVd8+ ®g7
29 'iVxd6 <iit h6 30 l2J ce2 b6 3 1 iVe5 � h7
32 l2J xh5 l:t c5 3 3 l2J f6+ <ii;> g7 34 l2J d5 +
®h7 3 5 b4 l:t c4 36 l2Jf6+ �g7 37 l2Je8+ ®g8
38 l2Jd6, ganando. Tal vez las negras ten­
gan una posibilidad de contraataque en al­ La posición de las blancas es mejor. No
gún punto, pero esta variante demuestra sólo tienen un peón de ventaja, sino que
que siguen estando en peligro, aunque su ataque en el flanco de rey prosigue. Los
jueguen 17 ... e6. apuros de tiempo son el problema. En es-
1 28 LA ESCUELA C H I N A DE AJEDREZ

te momento, a los jugadores les quedaban Mi j ugada aún la realicé más rápido
menos de dos minutos a cada uno. Cuan­ que las blancas. Supongo que Speelman
do hay que jugar tan rápido, puede suce­ pensó que sólo quería pasar el control.
der cualquier cosa, y es más que posible 28 �g5?
que se omitan algunas posibilidades ocul­
tas de la posición.
22 h5
¡ Juego rápido ! ¡ Ataque rápido ! Las
negras han realizado una jugada marginal
con su torre a la columna e. ¿Qué puede
amenazar esa j ugada? Supongo que las
blancas ni la consideraron.
22 ... 'ifb6
Amenazando 23 . . . � xe3, seguido de
la captura del caballo.
23 c3 'ifa5
Ahora las negras amenazan los peones
de a2 y d5, pero su flanco de rey está he­
cho añicos. Sin apenas tiempo, las blancas se di­
24 hxg6 'iYxa2 cen que no debe estar mal cambiar una
La contin uación normal sería 24 . . . pieza.
fxg6 25 l:I gl 'iYxa2 26 � xg6 'li'xd5. 28 ... � e2! !
25 gxf7+ rJ;; xt7 26 l2Jc2 �f5 27 �h6 El último diagrama y esta jugada fue­
Demasiada precipitación. Esta j ugada ron publicados en una revista británica.
no es buena. La correcta sería 27 �f4. Las blancas se rindieron, pues si 29
27 ... �f6!? 'iVxe2, 29 ... �xg5+.

LOS PRINCIPIOS DE LA APERTURA
ace tiempo que fue reconocida
H la importanci a d e l a apertura
en ajedrez. La apertura es la fa­
se de la partida en que los jugadores mo­
vilizan y despliegan sus fuerzas, prepa­
rándose para la batalla que va a produ­
cirse. Se ha ido convirtiendo un campo
de estudio muy especi al . La teoría de
aperturas en aj edrez tiene una historia
de más de cuatrocientos años. Escritos
sobre el tema fueron publicados por la
Escuela Italiana, en el siglo XVI . Más tar­
d e , l as aperturas se convirtieron en un
área d e i nv e stigación d e l as escuelas
Clásica, H ipermoderna y Soviética. Las
investigaciones partían desde registrar
experienci as previas hasta l a formula­
ción de principios. U n principio es una
ley o un precepto fundamental del que
dependemos al j ugar una partida de aj e­
drez. Tiene una función orientadora uni­
versal, que no puede ser vulnerada en la
práctica.
En su comprensión de las aperturas,
los jugadores difieren, no sólo en cuestio­
nes de detalle, sino en la profundidad y
amplitud de su teoría. Hay, sin embargo,
dos principios reconocidos por las diversas
escuelas de ajedrez, a saber: ocupación del
centro y un rápido desarrollo de piezas.
1 29
Puede decirse que son los principios clási­
cos del juego en la apertura.
UNA CONCISA HISTORIA DE LOS
PRINCIPIOS DE APERTURA
La conducción de la apertura forma parte
esencial de cada escuela de ajedrez. De ahí
que para subrayar cómo la teoría de aper­
turas se ha desarrollado, hay que detener­
se en la historia de las respectivas escuelas.
La Escuela Italiana considera el aj e­
drez un arte. Aspira a revelar las posibili­
dades tácticas del juego en toda su belleza
y esplendor. Sus métodos en la apertura
sirven a este propósito fundamental. El
objetivo estratégico del medio juego es
muy simple: atacar al rey enemigo. El ob­
jetivo de la apertura es prepararse para
implementar esta estrategia. Aunque la
significación del centro de peones fue
puesta de relieve a mediados del siglo XVI ,
el acento seguía poniéndose en controlar
la apertura mediante un agudo combate
.
táctico. Se enfatiza en la importancia del
tiempo. A fin de desarrollar las piezas lo
antes posible y apoderarse de la iniciativa,
ningún precio es demasiado alto. A menu­
do se sacrifican peones e incluso piezas.
1 30 LA ESCU ELA CH I NA DE AJE D R EZ
Estos principios dan buen resultado en las
partidas abiertas. Si un j ugador no tiene
éxito en el ataque al rey, la Escuela Italia­
na dice que la razón es que el desarrollo
de sus piezas ha sido demasiado lento. El
mismo principio se aplica tanto a las blan­
cas como a las negras. Cada jugador debe
hacer cuanto esté en sus manos por dar
mate al rey contrario. No debe preocupar­
se por su propio rey. Si alguien trata de
consolidar las defensas de su rey, es consi­
derado un excéntrico, alguien que tal vez
no esté bien de la cabeza. Bajo este pensa­
miento rector, se produjeron algunas fa­
mosas partidas de ataque. Son producto
de su tiempo -una gloriosa página en la
historia del ajedrez- y constituyen un va­
lioso legado ajedrecístico. No tenemos por
qué repudiar las aperturas de la Escuela
Italiana y las ideas que contienen, pero sí
debemos comentarlas desde nuestro pun­
to de vista actual.
Veamos algunos ej emplos típicos de
los principios de apertura de la Escuela
Italiana.
(A) l e4 e5 2 f4
El Gambito de Rey rara vez se j uega
hoy día en las partidas importantes, pero
en una época era un arma importante pa­
ra tratar de lograr ventaja de apertura, y
todos los jugadores tenían que estar fami­
liarizados con el planteo. ¿Por qué sacrifi­
can las blancas su peón f, y cómo afecta
eso al rápido desarrollo de piezas? A par­
tir de una larga experiencia, se sabe que el
sacrificio de peón tiene tres ventajas:
( 1 ) Si las negras toman el peón, aban­
donan el centro.
(2) La columna f se abre para la torre
blanca, con el enroque corto. En la colum­
na semiabierta podrá participar en un ata­
que al punto f7 y al rey negro.
(3) Si las blancas pudiesen retomar en
f4 con su alfil dama, entonces lograrían fá­
cilmente las dos ventajas anteriores. Por
otra parte, si las negras protegen el peón
de f4, eso puede ralentizar el desarrollo de
sus piezas. Esto nos lleva a un tercer prin­
cipio de apertura: dificultar el rápido desa­
rrollo del contrario.
(B) 1 e4 eS 2 tt:Jf3 tt:Jc6 3 �b5 f5
No sólo las blancas pueden jugar en es­
tilo de gambito. Contra la Apertura Espa­
ñola o Ruy López, las negras pueden sa­
crificar un peón con los mismos objetivos
básicos que las blancas en el Gambito de

Rey. Tratan de neutralizar la iniciativa y
lograr una buena cuota de j uego. Este
contragambito fue introducido por J ae­
nisch. Muchas de sus ideas de apertura no
sólo desarrollan las de la Escuela Italiana,
sino que también han influido sobre la teo­
ría de aperturas de escuelas posteriores.
(C) 1 e4 eS 2 tt.Jf3 tt.Jc6 3 .itc4 .itc5 4 b4
El Gambito Evans, muy popular en
una época, es otra apertura que sigue los
principios de la Escuela Italiana. Hoy en
día, los mejores ajedrecistas del mundo ju­
garían 4 d3. La diferencia es muy grande.
El principal o bj e tivo d e l G ambito
Evans no es tanto ocupar el centro como
trastornar el desarrollo contrario. A costa
de sacrificar un peón, las blancas logran
una importante ventaja en tiempo. Si la
partida continúa 4 ... .itxb4 5 c3 .itc5 6 d4,
es casi como si las blancas hubiesen juga­
do dos veces más, con la única diferencia
de que en esta posición falta el peón de
b2. El ataque al alfil, con 6 d4, gana un
nuevo tiempo. ¿Esta operación les ha re­
portado beneficio o pérdida a las blancas?
Las evaluaciones de la era de la Escuela
Italiana eran totalmente distintas de las de
hoy.
LOS P R I N C I PIOS DE LA APERTU RA 1 31
El mayor jugador al estilo de la Escue­
la Italiana fue Paul Morphy (1837-1883),
que logró convincentes victorias sobre los
j ugadores norteamericanos y europeos
más fuertes del momento, venciendo a
Adolf Anderssen en match por 8-3. Sus
aperturas pueden considerarse represen­
tativas de la transición de la Escuela Ita­
liana a la Escuela Clásica. La grandeza de
Morphy radicó en que, aunque le faltaba
el apoyo de un sistema teórico, su talento
le indicaba la importancia del desarrollo
de piezas y del dominio central. Estaba
dispuesto a considerar sacrificios de peón
para acelerar su desarrollo, u obstaculizar
el de su oponente.
El primer libro que debate los princi­
pios posicionales fue El análisis del juego
de ajedrez, de André Danican Philidor,
publicado en 1749. Philidor critica a la Es­
cuela Italiana, por subestimar el valor de
los peones. Los peones son "el alma del
ajedrez" . Señala la debilidad de peones
aislados y retrasados, y cree que la movili­
dad de una cadena de peones es el ele­
mento más importante de la estrategia.
Philidor fue el primero en pensar que
una actitud científica podía aplicarse a la
investigación del ajedrez. Su teoría, y más
tarde la práctica de Morphy, sin duda
crearon las condiciones para el surgimien­
to de la Escuela Clásica. Esta escuela fue
fundada por Wilhelm Steinitz, en la se­
gunda mitad del siglo XIX, pero Siegbert
Tarrasch aportó m ás tarde una amplia
contribución a la sistematización y desa­
rrollo de su teoría.
La Escuela Clásica considera el aj e­
drez como una ciencia. Busca principios y
métodos, y adopta un enfoque científico a
la investigación sobre aperturas. Consi­
.guió un gran avance en la teoría de aper­
turas. No sólo plantea claramente los prin-
1 32 LA ESCUELA C H I N A DE AJ E D R EZ
cipios que debe seguir el j uego en la aper­
tura, sino que también respalda estos prin­
cipios en términos estrictamente científi­
cos. Le presta especial atención al signifi­
cado de las casillas centrales. Ocupar estas
casillas resulta el principio más importan­
te de la apertura. La perfección de los mé­
todos defensivos disuade los ataques a ul­
tranza en plena apertura, y los sacrificios
azarosos son sustituidos por un desarrollo
bien planificado y coordinado de piezas.
El j uego abierto es reemplazado por el
j uego cerrado. El Gambito de D ama se
hace popular. Su principal plan estratégi­
co consiste en la preparación de la apertu­
ra del centro. Por parte de las negras, la
estrategia es reducir la iniciativa del opo­
nente, paso a paso. El método preferido
de analizar partes y detalles convierte a la
apertura en un tema teórico independien­
te. En la Escuela Clásica, por tanto, los
métodos y planificación de la apertura no
guardan una estrecha relación con el me­
dio j uego.
Veamos una típica apertura, que sigue
los principios de la Escuela Clásica.
l d4 d5
El j uego cerrado hizo su aparición en
el siglo xv, pero sólo se hizo popular y ex­
perimentó un minucioso estudio a finales
del siglo XIX. La Escuela Posicional consi­
dera que esta apertura es la más fundada y
científica para ambos bandos.
2 c4
El llamado Gambito de Dama. En ge­
neral, no se trata de un auténtico gambito,
porque tanto la teoría como la práctica in­
dican que si las negras toman el peón (lo
que es perfectamente j ugable ), y luego lo
defienden con todas sus fuerzas (una mala
política), quedarán peor.
2 e6 3 ttJc3 ltJf6
..•
Aquí se plantea una cuestión del orden
de j ugadas. Las negr,as pueden preferir el
orden 1 d4 ltJf6 2 c4 e6, pero la apertura
pertenece a la Escuela Clásica sólo si si­
guen con 3 ... d5.
4 �g5 �e7 5 e3 0-0 6 ttJf3 ttJbd7
Tarrasch bautizó, graciosamente, esta
línea como "Defensa Ortodoxa", para dis­
tinguirla de otros sistemas y variantes del
Gambito de Dama.
La Defensa Ortodoxa fue muy popular
en el siglo xx, por ejemplo en el match en­
tre Capablanca y Alekhine, en Buenos Ai­
res 1 927. De las 34 partidas que disputa­
ron en el match, 32 lo fueron con el Gam­
bito de Dama, y en 23 de éstas se planteó
la Defensa Ortodoxa que, como conse­
cuencia, se puso muy de moda.
El foco de la lucha, para ambos ban­
dos, es la estructura central. Cada bando
ejerce presión sobre el centro, esperando
inducir a su oponente a abandonarlo o, de
no ser así, tratar de explotar las debilida­
des del esquema central que adopte el
contrario. La principal desventaja del plan
de las negras es que el alfil de casillas blan­
cas de c8 tiene problemas para desarro­
llarse.
E n tre las 23 p a rti d as q u e j ugaron

Alekhine y Capablanca con la D efensa
Ortodoxa, 21 continuaron con 7 .S c1 , pe­
ro sólo 2 con 7 �c2. Contra 7 .S el , la res­
puesta 7 ... c6 resultó adecuada para man­
tener el equilibrio. Por ejemplo: 7 .S cl c6
8 �d3 dxc4 9 �xc4 t2Jd5 10 �xe7 'VJ/ixe7,
con igualdad. En condiciones normales,
esto l l evaría a u n as tablas " mu ertas " .
Contra 7 �c2, l a mejor línea igualadora es
7 ... cS. Si, en lugar de ello, 7 ... c6, después
de 8 .S dl ! .S e8 9 a3 a6 1 0 h3 tt:Jf8 1 1 �d3
dxc4 1 2 � xc4 tt:J d5 1 3 � xe7 'VJ/i xe7 1 4
tt:J e4, las blancas tienen una gran ventaja.
E n 1 9 1 3 Nimzovich, el fundador del
H ipermodernismo, publicó una serie de
artículos, de los cuales el más famoso es
¿Refleja 'La Partida Moderna de Ajedrez '
del Dr. Tarrasch verdaderamente el punto
de vista moderno? El artículo ofrece una
crítica detallada del sistema de Tarrasch
sobre la estrategia de apertura. Más tarde,
N imzovich absorbió algunos elementos
útiles de la teoría posicional de Steinitz, y
desarrolló un conjunto de principios de lu­
cha, que constituyó una positiva contribu­
ción al desarrollo de la teoría ajedrecísti­
ca. E n tre los colegas de N imzovich se
cuentan Richard Réti, Julius Breyer y Sa­
vielly Tartakower. La Escuela H ipermo­
derna que ellos divulgaron, ej erció una
fuerte influencia sobre el ajedrez moder­
no.
La Escuela H ipermoderna considera
el ajedrez una l ucha y busca la compleji­
dad estratégica. B ajo la bandera de oposi­
ción al dogmatismo, lanzó una revolución
a gran escala sobre la teoría de aperturas.
Ya no se adora el principio de la "ocupa­
ción del centro", al que se adhería la Es­
cuela Clásica. Puede entregarse el centro
al oponente, para después minarlo y des­
truirlo. La escuela enfatiza en la relación
interactiva entre el plan de apertura y el
LOS P R I N C I P I OS D E LA APE RTU RA 1 33
medio juego. Su estilo de apertura se ca­
racteriza por el juego de piezas en el cen­
tro, maniobras complej as y contraj uego
activo. También aprueba el sacrificio de
un peón en aras de la iniciativa. Los hiper­
modernos permitieron aumentar la com­
prensión del concepto de estrategia activa
de apertura. En particular, realizaron una
importante contribución a la evolución de
las aperturas modernas, en el campo del
juego semicerrado.
Examinaremos ahora dos aperturas tí­
picas que siguen los principios hipermo­
dernos.
(A) 1 d4 t2Jf6 2 c4 e6 3 tt:Jf3 b6
Esta línea de juego fue empleada por
Nimzovich, por primera vez, en 1913. En
1 920 se llamó Defensa India de Dama, pa­
ra distinguirla de otros sistemas "indios".
El plan de apertura de las blancas no es
ocupar el centro de inmediato, sino desa­
rrollar antes sus piezas del ala de rey. La
principal idea de las negras es organizar
sus fuerzas para presionar sobre el centro.
En general, la Defensa India de Dama
se caracteriza por la estabilidad. En deter­
minadas circunstancias, puede trasponer a
la D efensa Nimzoindia, al Gambito de
1 34 LA ESCUELA CH I NA DE AJEDREZ
Dama, o a la Defensa India de Rey. La In­
dia de Dama podría combin arse con la
Nimzoindia (3 tt:Jc3 jlb4) en un mismo re­
pertorio personal. El de Karpov es u n
buen ejemplo d e ello.
4 g3
Las blancas también pueden jugar 4
e3, 4 a3, 4 jlg5, 4 jlf4 y algunas más.
4 ... jl b7
Una alternativa es 4 ... jla6, que Nim­
zovich j ugó, por primera vez, en 1 925.
Hoy en día sigue siendo popular. A Capa­
blanca le gustaba 4 ... jlb4+.
5 jl g2 jl e7 6 tt:Jc3 0-0 7 0-0
En términos generales, la posición está
igualada. La Inmortal del Zugzwang, Sa­
misch - Nimzovich , Copenhague 1 923,
ilustra los métodos del juego subsiguiente:
7 ... d5 (revirtiendo a los canales del Gam­
bito de Dama: la jugada está influenciada
por la Escuela Clásica; actualmente, la
mayoría de los jugadores buscan simplifi­
caciones, con 7 ... tt:Je4) 8 tt:Je5 c6 9 cxd5 (9
e4 ! ) 9 . . . cxd5 1 0 jl f4 a6 1 1 � el b5 1 2
iVb3 (una jugada inútil; es mejor, simple­
mente 1 2 e3) 12 . . . tt:J c6 1 3 tt:J xc6 jlxc6
(con igualdad) 14 h3 ? ! iVd7 1 5 � h2? !
tt:J h5 1 6 jld2 f5 1 7 iVdl ? ! (lo correcto es
17 a3) 17 ... b4 18 tt:Jb1 jlb5 ! 1 9 :a. gl jld6!
(previendo toda la operación, que incluye
el sacrificio de su caballo) 20 e4 fxe4 ! 21
iVxh5 ll xf2 (-+) 22 iV g5 .S af8 23 � h 1
� 8f5 24 iV e3 jl d3 ! 25 l:. ce 1 h6 ! ! U n a
magnífica j ugada, que crea u n a posición
de Zugzwang con el tablero repleto de
piezas. Las blancas se rindieron.
(B) 1 d4 tt:Jf6 2 c4 g6 3 tt:Jc3 d5
Esta j ugada apareció en el siglo XIX ,
pero no atrajo ninguna atención. En 1 922
el gran maestro austriaco Ernst Grünfeld
la empleó tres veces en un mismo torneo,
revelando un nuevo enfoque en el j uego
de apertura. La variante recibió el nombre
de Defensa Grünfeld. A diferencia de la
política de la Escuela Clásica, de emplear
peones para ocupar el centro, la Escuela
Hipermoderna perseguía una estrategia
compleja, en la que el centro se abandona
de forma deliberada. Después de 4 cxd5
tt:Jxd5 5 e4 tt:Jxc3 6 bxc3, las blancas tienen
un fuerte ( ¡ o superficialmente fuerte ! )
centro de peones, pero la estrategia de las
negras es atacarlo y obtener así un activo
contrajuego: 6 ... jlg7 7 jlc4 (o 7 tt:Jf3) 7 ..
.
eS, etc.
La Escuela Soviética, cuyo principal
representante era Botvinnik, cree que el
 LOS P R I NC I P IOS D E LA APERTU RA 1 35

ajedrez es una combinación de ciencia, ar­

te y deporte. Aspira a sintetizar el pensa­
miento de las demás escuelas precedentes.
Enfatiza en la conexión entre apertura y
medio juego. Cree que la lucha por el con­
trol del centro es fundamental en el juego
de apertura, pero no es dogmática en
cuanto a ocupar el centro con peones. La
Defensa India de Rey y la Defensa Fran­
cesa, entre otras, ilustran la diferencia en­
tre partidas abiertas y posiciones cerradas.
En las partidas abiertas, el desarrollo debe
realizarse con la mayor rapidez posible,
pero el procedimiento en posiciones blo­ traer alguna ventaj a de la apertura. Su
queadas es organizar las fuerzas gradual­ plan es cambiar este alfil por el caballo
mente. La Escuela Soviética desafía la vie­ enemigo y asegurarse la casilla dS para su
ja asunción de que la meta principal de las propio caballo. La clavada se vio por pri­
negras en la apertura debería ser aspirar a mera vez en 1 8S3, aunque la posición re­
la igualdad. Proclama claramente que las sultara de una secuencia diferente, con
negras no sólo deberían tratar de anular la ocho jugadas, en lugar de siete: 1 e4 eS 2
iniciativa que le concede a las blancas la t2Jf3 e6 3 d4 cxd4 4 t2Jxd4 t2Jf6 S t2Jc3 t2Jc6
primera jugada, sino también crear con­ 6 ltJdbS d6 7 �f4 eS 8 �gS.
trajuego activo. La Escuela Soviética rea­ 7 a6 8 t2Ja3 b5 9 �xf6 gxf6 10 t2Jd5
...

lizó una gran contribución al estudio de

las aperturas semiabiertas.
El enfoque de la Escuela Soviética está
tipificado en Aspectos de la estrategia de
apertura, de Yudovich, y Principios de la
teoría de aperturas, de Bronstein.
Examinemos ahora una apertura que
representa los principios de la Escuela So­
viética.
1 e4 c5 2 t2Jf3 t2Jc6 3 d4 cxd4 4 t2Jxd4 t2Jf6
5 t2Jc3 eS 6 t2Jdb5 d6
(Ver diagrama 104.)

El sistema se llamó inicialmente Va­

riante Lasker, porque S ... eS se jugó, por
primera vez, en 1 91 O, por el entonces cam­
peón mundial, Enmanuel Lasker.
7 �g5
La teoría ha concluido que las blancas
deben realizar esta jugada, si quieren ex-
La posición del diagrama se produjo
en ocho partidas, entre 1942 y 1 969. El re­
sultado fue de 8-0 a favor de las blancas, lo
que parecía equivaler a una sentencia de
muerte para la estrategia de apertura de
las negras. Sin embargo, las negras, final-
1 36 LA ESCU ELA C H I N A DE AJ E D R EZ
mente, ganaron una partida en 1 972. En
1 973-74, dos j ugadores soviéticos, Svesh­
nikov y Timoshenko jugaron 12 partidas,
con negras, en esta variante, anotándose 7
victorias, 4 derrotas y 1 tablas, reivindican­
do así la estrategia negra.
¿Por qué, en la misma posición, sufrie­
ron las negras ocho derrotas consecutivas,
y luego lograron notables éxitos? La Es­
cuela Soviética emplea este ejemplo para
explicar sus nuevas opiniones acerca de
los principios teóricos de apertura. Aun­
que en esta posición las negras tienen dé­
bil la casilla d5, y peones doblados en la
columna f, disponen de medios para lo­
grar un contrajuego activo, suficientes pa­
ra mantener el equlibrio.
Veamos cómo dos de los mejores juga­
dores mundiales del momet;ItO (segundo y
tercero en la lista mundial) prosiguen la
batalla. La partida Anand - Kram n i k ,
Wij k a a n Z e e 1 998, continuó así: 1 0 . . .
i.. g7 1 1 i.. d 3 lD e 7 12 tDxe7 'iix e7 1 3 0-0
0-0 14 'li'f3 f5 1 5 exf5 d5 16 'li'xd5 i.. b7 1 7
'li'b3 e 4 1 8 i.. e2 'li'g5 1 9 n ad 1 e 3 2 0 f3
i.. e5 21 lDc4 i.. f4 22 n d4 i.. d 5 23 n xf4
iVxf4 24 'li'xe3 'iixf5 25 i.. d 3 'li'f6 26 lDb6
n ad8 27 tt:J xd5 n xd5 28 'li'e4 'iYd4+ 29
'iYxd4 l1 xd4 30 l:l e 1 . Tablas.
ESTRATEGIA, ESTRUCTURA
Y ESPACIO
La Escuela China se apropia del conoci­
miento de la teoría ajedrecística elabora­
do a lo largo de varios siglos, y lo desarro­
lla. Sostiene que el ajedrez es el arte del
pensamiento, y le concede prioridad a las
sensaciones humanas y otros elementos
determinantes. Sus ideas básicas se refle­
jan, como es lógico, en sus investigaciones
sobre la teoría de aperturas.
La Escuela China critica los principios
de apertura de todas las escuelas prece­
dentes. Sostiene que la llamada " teoría
del centro", "teoría del desarrollo de pie­
zas" y " teoría del tiempo " proceden de
una inadecuada comprensión del ajedrez.
Creo que hoy día, no hay ningún j ugador
que siga estos supuestos principios. Es
preciso establecer principios de apertura
que tengan un verdadero significado, co­
mo guía en la práctica. Puesto que los
principios que recomiendo comienzan con
la letra "e", los llamaré, sencillamente, los
tres principios E.
El principio estrategia
En primer lugar, el método de tratar la
apertura debería concebirse a un nivel es­
tratégico. Al evaluar la corrección de una
estrategia, deben aplicarse diez elemen­
tos: (1) claridad de objetivos; (2) actividad
agresiva; (3) despliegue del material ade­
cuado; (4) economía de medios; (5) flexi­
bilidad; (6) coherencia; (7) seguridad (su­
ficiente base de información); (8) elemen­
to sorpresa; (9) sencillez (descartar las
complicaciones innecesarias en la planifi­
cación y actividad); ( 1 0) oportunismo (ex­
plotar un giro de los acontecimientos fa­
vorable).
Para facilitar la comprensión , estos
diez elementos pueden reducirse a dos:
economía de medios y libertad de acción;
y su esencia podría expresarse en una sola
frase, a saber, explotar el giro favorable de
los acontecimientos. Para asegurarnos,
conviene explicar más en detalle estas fór­
mulas simplificadas.
Lo que llamo "economía de medios"
puede explicarse como disponer el mate­
rial requerido en el lugar en que se necesi-

ta. Como popularmente se dice: (con lo
que hay) "basta y sobra." La frase "liber­
tad de acción" significa apoderarse de la
iniciativa. Las iniciativa tiene dos facetas:
libertad de movimiento de las piezas, y li­
bertad para llevar a cabo un plan estraté­
gico.
El principio estructura
Este principio debería entenderse como el
resultante de las relaciones entre una y
otra pieza, y entre piezas y sus respectivas
situaciones en el tablero.
La Escuela China rechaza las nociones
acientíficas de desarrollar el máximo nú­
mero de piezas en el menor tiempo posi­
ble. Esto no quiere decir que rechace el
concepto de desarrollo como tal. La clave
es que desarrollo y movilización deberían
realizarse conforme a las reglas y princi­
pios, y que los principios no incluyen velo­
cidad y cantidad. Las escuelas anteriores
explicaban la ventaj a de tener una pieza
en una posición cómoda, útil, beneficiosa,
disponible, activa y demás. Si contabas
con más piezas de ese tipo que tu oponen­
te, entonces tenías ventaja. A la luz de la
verdadera naturaleza de la lucha ajedre­
cística, esta concepción del desarrollo está
pintada con demasiada subj etividad. La
definición de un concepto debe ser cientí­
fico, estricto y sencillo. No debe ser vago,
y no puede tener un significado diferente
para distintos individuos. Al desarrollar
las piezas, el requerimiento no es la veloci­
dad, sino la ocupación de espacio y la
coordi nación con otras piezas y puntos
clave, a fin de construir una estructura de­
terminada.
En tanto que la base para movilizar y
disponer piezas, una estructura efectiva y
LOS P R I N C I P I OS DE LA APERTURA 1 37
racional debería ser una estructura activa.
Para evaluar una estructura, hay tres fac­
tores a tener en cuenta: su base, su flexibi­
lidad y sus funciones.
El principio espacio
La unidad de espacio en el tablero de aje­
drez es una casilla. El espacio asociado
con una posición incorpora las casillas
ocupadas, controladas y potencialmente
control adas y ocupadas por piezas. El
principio espacio trata el espacio como la
baza más importante de la lucha ajedrecís­
tica, excluido el material. Por mucho que
se enfatice sobre la importancia del espa­
cio, nunca será bastante. Las escuelas an­
teriores tenían una comprensión inade­
cuada del espacio y no supieron recono­
cerlo como más importante que la iniciati­
va. ¿Puede la iniciativa existir, si no hay
ventaja espacial, estructural o material en
la posición? La respuesta, sin duda alguna,
es sí. Por ejemplo: en un final con alfiles
de distinto color, puede que no haya ven­
taj a para ninguno de los bandos, pero un
j ugador puede ejercer la iniciativa sobre
casillas blancas, mientras que su opone_nte
la ejerce sobre casillas negras. En tal caso,
la iniciativa es un puro tecnicismo. Este
ejemplo demuestra que la existencia de la
iniciativa en una posición no tiene por qué
reportar ventaja. Por consiguiente, consi­
derar la iniciativa, en sí misma, como una
ventaja es cometer un error teórico.
En el proceso de una partida de aje­
drez, estrictamente hablando, sólo hay
tres tipos de ventaja: (1 ) ventaja material
(piezas o peones extra, o piezas de mayor
valor) ; (2) ventaja espacial; y (3) ventaja
estructural. Las ganancias de material en
la fase de la apertura son poco realistas,
1 38 LA ESCUELA C H I NA DE AJEDREZ
pues rara vez son posibles. En consecuen­
cia, la persecución de una ventaja material
no puede guiarse por los principios de
apertura. Hasta cierto punto, sin embargo,
las ventaj as espacial y estructural sí pue­
den asegurarse. Una ventaja posicional es­
tá constituida por ventaja estructural o es­
pacial, o una combinación de ambas.
El espacio está formado por puntos
(casillas), columnas y áreas. Comprende el
centro, las columnas abiertas y semiabier­
tas, etc. Ciertamente, el concepto abraza
también diversos puntos fuertes y débiles.
La ventaja espacial normalmente se refie­
re a la ocupación de un área más amplia
(mayor espacio) que el oponente. U n a
ventaj a real d e espacio e s aquella q u e e l
oponente n o puede invadir o deteriorar.
La estructura es una forma especial de
espacio: una forma de combinación espa­
cial. Los conceptos no son idénticos, sin
embargo, puesto que no hay por qué aso­
ciar espacio con una estructura particular.
El concepto de espacio es más amplio que
el de estructura.
Aunque sólo hay 64 casillas en el table­
ro, hay, sin embargo, innumerables estruc­
turas, debido a la actividad de las piezas.
En una palabra, el espacio es limitado, pe­
ro la estructura es ilimitada. Lo ilimitado
está contenido en lo limitado. É ste es un
eterno secreto del ajedrez.
***
El j ugador con u n proceso mental lógico
descubrirá que los tres principios E no son
específicos de la apertura: pueden em­
plearse como principios generales del aje­
drez, y aplicarlos a toda la partida. Eso es
correcto. La Escuela China estud i a la
apertura como una parte de la partida en
conj unto. Por consiguiente, un principio
que puede aplicarse a la apertura, debería
tener un significado general y universal.
Esto no equivale a negar que el medio jue­
go y el final tengan también sus leyes y ca­
racterísticas específicas, en tanto que dis­
tintas fases de la partida.
Para entender y aplicar en la práctica
los tres principios E, los j ugadores necesi­
tan tener amplios conocimientos y cuali­
dades estratégicas. La razón es que estos
principios son difíciles de aprehender para
principiantes y j ugadores jóvenes. Si tal es
el caso, creo que la enseñanza de los prin­
cipios de apertura pueden dirigirse en tres
fases o niveles, como la enseñanza de la
aritmética, el álgebra y el cálculo. Hay dos
planes útiles.
Según el primer plan, al nivel de ense­
ñanza elemental, pueden utilizarse los
principios clásicos de apertura, como el
desarrollo rápido de piezas, la obstaculiza­
ción del desarrollo contrario y el dominio
del centro. A nivel medio, los entrenado­
res pueden utilizar los libros Aspectos de
la estrategia de apertura, de Yudovich , y
Principios de la teoría de aperturas, de
Bronstein, como libros de texto. (Lamen­
tablemente, los libros mencionados no es­
tán traducidos al castellano. N. D. T.) Los
tres principios E pueden utilizarse al nivel
superior de enseñanza. Es preciso infor­
mar a los principiantes y estudiantes me­
dios de los viejos principios de apertura, e
introducirles a los rudimentos de los tres
principios E, durante la instrucción. Este
plan se adapta a las costumbres pedagógi­
cas existentes y no es nocivo para princi­
piantes y estudiantes medios.
El otro plan es enseñar los principios
del desarrollo de piezas, espacio, coordi­
nación y planificación, a nivel elemental.
A nivel medio, puede desarrollarse más el

tema del espacio y la planificación, así co­
mo el desarrollo y la disposición de piezas.
A los estudiantes del nivel superior puede
enseñárseles los principios de estrategia,
estructura y espacio.
Echemos un vistazo a un ej emplo de
apertura, explicado por los tres principios E.
B !ancas: Gari Kasparov
Negras: Alexander Jalifman
Linares 2000
Defensa Petrov
1 e4 e6 2 d4 dS 3 t;J c3 �b4 4 eS eS S a3
�aS 6 �d2 t;Jc6
En esta partida, j ugada a comienzos de
2000, Gari Kasparov, el jugador n.0 1 del
ranking mundial (2851 El o), se enfrenta a
A l e x a n d e r J a l ifma n , n ue v o c a m p e ó n
mundial d e l a FIDE (desde 1 999). Los dos
son figuras representativas del ajedrez ac­
tual al máximo nivel. Con sus diferentes
puntos de vista, ambos han buscado la po­
sición del diagrama.
Parece que los dos jugadores la consi­
deraban aceptable o, al menos, cada uno
de ellos piensa que la posición es lo bas­
tante buena como para resistir las acome­
tidas del oponente.
LOS P R I N C I P I OS D E LA APERTU RA 1 39
La retirada del alfil negro en la quinta
j ugada no es la línea principal. La base de
datos contiene más de 6.000 partidas con 5
... �xc3+, pero sólo 800 con 5 ... �a5. En
cualquier caso, 800 es una buena cantidad,
lo que significa que 5 ... �a5 tiene muchos
partidarios. Si J alifman elige esta línea po­
co ortodoxa para luchar contra Kasparov
en una partida importante, que será vista
por un numeroso público de todo el mun­
do, no creo que sea por motivos especula­
tivos. Debe pensar que 5 ... �a5 es lo bas­
tante fiable, o en cualquier caso sigue sus
principios de apertura.
En cuanto a las blancas, la elección de
Kasparov, 3 t;Jc3, debe haber sido bien so­
pesada. Está reconociendo que esta juga­
da es, como mínimo, tan buena como la
otra línea principal, 3 t;Jd2.
En respuesta a 5 . . . �a5, las blancas
tienen muchas opciones. La continuación
principal es 6 b4. Hay más de 600 partidas
con esta j ugada, pero sólo 85 con 6 �d2.
Las alternativas son 6 �g4 (57 partidas), 6
dxc5 (27) , etc. ¿ H a decidido Kasparov,
por razones de tipo psicológico, contra­
rrestar una j ugada no ortodoxa con otra
que tampoco es ortodoxa? No puedo res­
ponder por mi cuenta a esta pregunta, pe­
ro me parece que parte de la respuesta se
encuentra en la siguiente jugada de Kas­
parov. La elección de las blancas, en una
variante que no está de moda, forma parte
de un plan estratégico. Su decisión de al­
canzar la posición del diagrama es el pre­
ludio a su creativa actuación en la siguien­
te fase de la partida.
Los dos principios de estructura y es­
pacio (integrantes de los tres principios E)
en la apertura deberían coordin arse con
el principio de estrategia. Si una posición
tiene defectos, la estrategia carecerá de
una base estable. Estructura y espacio es-
1 40 LA ESCU E LA C H I NA DE AJ E D REZ
tán estrechamente vinculados, pero tam­
bién tienen un significado independiente.
En la posición del diagrama anterior, la
estructura central de peones negros tiene
u n a considerable estab i l i d a d , p e ro l a
blanca está sujeta a posible ruptura. A l
realizar el avance e4-e5, l a s blancas se
aseguraron más casillas en su territorio de
las que poseen las negras. Si se retira el
peón e5, las blancas perderán su ventaj a
general de espacio, aunque t a l vez pue­
dan conservar una ventaja parcial de es­
pacio. En cierto sentido, el espacio está
determinado por la actividad y control de
las piezas. Por consiguiente, aún sin un
área consolidada con peones, el radio de
acción de las piezas tiene una función es­
pacial.
En la posición del diagrama, el peón
blanco de e5 está apoyado por el de d4.
Por lo tanto, el plan normal de contraata­
que de las negras es, primero, presionar
sobre el segundo peón. Tras eliminar el
peón de d4, atacarán el de e5 . É sta es la
característica capital de l a lucha en la
apertura y en la fase de transición al me­
dio juego.
A fin de preservar la ventaja estructu­
ral en el centro, las blancas normalmente
jugarán 7 l2Jb5 (35 partidas), o bien 7 l2Jf3
(7). Hay 3 partidas en las que las blancas
juegan 7 dxc5, con cuya captura las blan­
cas no pueden aspirar a una ventaja teóri­
ca de apertura.
Kasparov realiza una jugada que nadie
antes ha efectuado. La razón es que reco­
noce a su oponente, no sólo como cam­
peón mundial FIDE, sino también como
destacado teórico, que ha estudiado minu­
ciosamente la apertura. Si no emplea una
jugada nueva, no podrá lograr ventaja de
apertura.
7 �g4
Las blancas l levan su dama a g4, ata­
c a n d o e l p e ó n de g7 , a fi n de p o d e r
irrumpir e n l a estructura negra del flanco
de rey. En la D efensa Francesa, ésta es
una medida que las blancas emplean a
menudo, pero que en l a posición ante­
rior nadie antes h a j ugado. La razón es
sencilla. Todo el mundo ve cómo puede
evolucionar la situación: la estructura de
peones blancos centrales será hecha pe­
dazos . Según los conceptos clásicos de
apertura, esto contradice el principio
que recomienda una rápida ocupación
del centro.
Las operaciones en el flanco de rey son
aquí la principal preocupación de Kaspa­
rov. Presiente que su rival moverá el rey a
f8, y se dispone a entregar su peón de e5.
Sabe, desde luego, que este peón es muy
importante para las blancas, pero piensa
que, tras renunciar a él, seguirá teniendo
oportunidades de lograr ventaja. Tal y co­
mo yo lo veo, no hay ninguna negligencia
en 7 �g4. Kasparov realiza esta j ugada,
tras haber sopesado sus pros y sus contras.
No creo que tenga la menor intención de
arriesgarse a perder la partida y enfrentar­
se a críticas, sólo por el placer de experi­
mentar en una variante de la Defensa
Francesa. Funda sus esperanzas en la es-

tructura en torno al rey negro. Si Kaspa­
rov no logra ganar esta partida, es porque
las negras llevan a cabo una demostración
de arte defensivo, a nivel de campeón
mundial.
7 ... �1'8
Aunque la j ugada de rey aborta para
siempre la posibilidad del enroque, prote­
ge el peón de g7, y también evita una cla­
vada del alfil blanco en bS. En realidad, es
la única j ugada buena de las negras.
8 dxc5
Entrenado por la Escuela Soviética,
Kasparov combi n a pe rfe ct amente los
principios clásicos con el pensamiento mo­
derno.
Ha tomado, inesperadamente, el peón
de eS, a cambio de su propio peón de eS.
¿ Q u é significa esto? ¡ Significa que los
tiempos han cambiado! Esta apertura es
una ofrenda de Kasparov al nuevo mile­
nio. Podemos imaginar que los teóricos
rusos y los entrenadores no sabrán cómo
explicar la posición del diagrama anterior
a sus estudiantes.
A primera vista, parece que las blancas
no pueden proteger su estructura de peo­
nes centrales, y q u e , para mantener la
igualdad numérica de peones, están obli-
LOS P R I NC I PIOS D E LA A P E RT U RA 1 41
gadas a tomar el de cS. En realidad, Kas­
parov tiene otro plan.
Para las negras, la apertura ha finaliza­
do. Las blancas, en cambio, deben seguir
resolviendo sus problemas de apertura.
8 ... t2Jxe5 9 'li'g3 tbg6 10 0-0-0!
El enroque largo de las blancas pone
punto final a la apertura. Teóricamente,
no se considera que el enroque sea la línea
divisoria entre apertura y medio juego. En
estas circunstancias, sin embargo, la deci­
sión de las blancas acerca del emplaza­
miento de su rey marca el fin de las opera­
ciones de apertura.
En la Defensa Francesa, las blancas ra­
ra vez enrocan largo, porque la estructura
de peones indica que las negras tienen su­
perioridad en el ala de dama. Sin embar­
go, en la posición del diagrama, las blan­
cas consideran que su flanco de dama es lo
bastante sólido.
Ahora vemos la verdadera naturaleza
de la estrategia blanca de apertura, lleva­
da a cabo con pasos semiforzados, como 7
'ifg4 y 1 0 0-0-0. El siguiente objetivo de
las blancas, después de enrocar, es muy
claro: lanzar un ataque a gran escala con­
tra el flanco de rey enemigo, confiando en
el avance de sus peones g y h. Cuando
1 42 LA ESCU ELA C H I N A DE AJ E D REZ

Kasparov llegó a la posición del diagrama

106, había previsto ya ese ataque, a partir
de la posición del diagrama anterior. Su
evaluación es, en esencia, correcta. El úni­
co problema es que subestima las posibili­
dades de simplificar de las negras.
Examinando la posición d e l diagra­
ma, podemos ver que las b lancas están
mejor en términos de estructura y espa­
cio. En los flancos, sobre todo, tienen
brillantes perspectivas. Si las blancas es­
tán mucho mejor en los flancos y las ne­
gras tienen ventaj a en el centro, ¿quién
se beneficiará de ese estado de cosas? 20 ..th3 lt:J eS 21 f4
Una mirada más detenida revela que las Si, en lugar de la textual, las blancas
b lancas pueden bloquear con éxito e l juegan 21 h5, la situación se v uelve más
movimiento d e los peones centrales ene­ complicada.
migos. Esto les garantiza una ventaj a ge­ 21 h5! 22 g5 g6
••.

neral de posición. De esta forma, el flanco de rey queda

Seguir la evolución del medio j uego y
el final de l a partida nos aportará una
comprensión más profunda de la posición
del diagrama anterior.
10 lt:Jf6 11 f3
•••
Parando la amenaza 1 1 . ..txc3 y 12 ...
..
lt:Je4, y apoyando un ulterior g2-g4.
11 ... �d7 12 lt:Jge2 ..te7 13 'iVf2 b6!
La única forma efectiva de crear con­
traj uego. De otro modo, a las negras les
resultaría difícil resistir el ataque blanco
en el flanco de rey. La acción negra en el
flanco de dama priva a las blancas de te­
ner las manos libres.
14 ..t e3 lt:J e7 15 g4 bxc5 16 ..t xc5 ..t b6
17 h4 ..txc5 lS �xc5 �b6 19 �xb6 axb6
(Ver diagrama 1 1 0.)
Las negras han neutralizado con éxito
el ataque con que amen azaban las blan­
cas. Sin embargo, en esta posición simpli­
ficada las blancas siguen estando mejor.
La clave para ampliar la ventaja blanca es
abrir líneas.
prácticamente clausurado. A unque l as
piezas blancas siguen teniendo acceso a
las casillas negras, no podrán ganar la par­
tida, porque no hay modo de penetrar en
la posición enemiga.
23 lt:J d4 c#;; g7 24 lt:Jf3 lt:J c7 25 lt:J e5 � hdS
26 lt:Je2 lt:Jc6 27 lt:Jd4 lt:Jxd4 2S l:I xd4 ..teS
29 .: hdl .: deS 30 ..t n �f8 31 .: b4 b5
32 l:I bd4 lt:Ja6 33 �d3 lt:Jc5 34 <itd2 lt:Jb7
35 l:I al l:I a7 36 l:I e 1 ltJ d6 37 c3 ltJ c4+
3S <itc1 lt:Ja5 39 �c2 lt:Jc6 40 lt:Jxc6 �xc6
La posición está igualada. Se acorda­
ron tablas en la jugada 44.
Para una total comprensión de cómo
aplicar en la práctica el principio de las
tres E, remito al lector a los comentarios
sobre aperturas del capítulo 7 (La Defen­
sa Siciliana: una receta china) y a diversos
comentarios y análisis a otras partidas, a lo
largo del libro.

KUNG Fu CHINO EN LA BENONI
Blancas: Florin Gheorghiu ( Rumanía)
Negras: Liu Wenche (China)
Olimpida, Lucerna 1 982
Defensa Benoni Moderna
El gran mae stro i n ternacional Florin
Gheorghiu nació en Rumanía, en 1 944. Su
Elo supera los 2500 puntos. Cuando se
disputó esta partida, era un j ugador de pri­
mer nivel mundial.
Comenté esta partida empleado el sis­
tema internacional de símbolos, para In­
formator 34. En esta ocasión, tales comen­
tarios son ampliados.
1 d4 ltJ f6 2 c4 eS 3 d5 e6 4 ltJ c3 exd5
5 cxd5 d6 6 lt:Jf3 g6 7 lt:Jd2
Mi base de datos contiene 806 partidas
en las que las blancas realizan esta última
j ugada. Su propósito es preparar la manio­
bra lt:J d2-c4 y ..tcl-f4, con ataque sobre el
peón débil de d6, que límita la actividad
de las piezas negras. Al mismo tiempo, las
blancas privan a las negras de la clavada
. . . ..tc8-g4, en respuesta a e2-e4. U na vez
que las blancas efectúan esa última j uga­
da, apoyada por el caballo de c3, tendrán
un amplio dominio de espacio y, por tan-
LOS P R I N C I PI OS DE LA APERTU RA 1 43
to, gran libertad para maniobras estratégi­
cas. É sta es una característica básica de la
posición. Si el alfil dama negro se cambia
por el caballo rey blanco, no hay una res­
puesta concluyente acerca de a quién be­
neficia ese cambio. Se trata, en buena me­
dida, de una cuestión de preferencias per­
sonales. Las blancas quedarán con la pare­
ja de alfiles, pero en una posición semice­
rrada, la fuerza de los alfiles es, como sa­
bemos, restringida.
El primero de los tres principios "E"
en la apertura es el principio de estrategia.
Incluye el esquema específico y la disposi­
ción de fuerzas que un j ugador trata de
conseguir, el plan-guía en una posición de­
terminada. Según esta definición, 7 lt:Jd2
parece razonable.
7 lt:J bd7
•••
Se trata de una medida defensiva, anti­
cipando el salto del caballo blanco a c4. A
la inmediata 8 lt:Jc4 seguiría 8 ... lt:Jb6, pro­
poniendo un cambio. Las blancas no con­
siguen nada entonces, pues si aceptan el
cambio, están perdiendo un tiempo, en
vista del número de jugadas realizadas en
la maniobra de su caballo.
El Informator publicó una partida que
j ugué en e l Campeonato de China de
1 987, que siguió así: 7 . . . ..t g7 8 lt:J c4 0-0
9 ..tf4 lt:Jh5 ! ? 10 ..txd6 kt e8. Mi truco de
sacrificar el peón d me reportó éxito, pero
debo añadir que no estaba seguro de que
mi compensación fuese suficiente. El sa­
crificio sólo se produjo en esa partida y,
por tanto, requiere mayor verificación
práctica. Lo normal es que las negras de­
fiendan el peón d con 9 ... lt:Je8.
A mí no me gusta que el caballo blan­
co ocupe c4, de modo que en mis partidas
importantes reacciono con 7 . tt:Jbd7. Hay
..
245 partidas con esta jugada.
8 e4 ..tg7 9 ..te2 0-0 10 0-0 � eS 11 a4 lt:Je5
1 44 LA ESCU ELA C H I NA DE AJ ED R EZ
La partida pasa de un sistema (A61) a
otro (A77, ya que ésta es la posición bási­
ca).
1 1 ... l2Je5 lo jugó por primera vez Fis­
cher, en 1967. Su oponente, el famoso ju­
gador yugoslavo G ligoric, prosiguió con
12 'iYc2, a lo que Fischer respondió 12 ...
g5 . Este avance del peón g desde luego
impresionó al mundo del ajedrez. Fischer
ganó aquella partida. A renglón seguido,
1 1 ... l2Je5 despertó una gran popularidad.
El rasgo característico de la posición
del diagrama es el caballo negro de e5.
Toda la lucha, directa o indirectamente,
evoluciona en torno a los esfuerzos de las
blancas por desalojado de su puesto, y de
las negras por mantenerlo en él. La con­
clusión de la teoría vigente es que ningún
bando tiene ventaja.
En la práctica hay diez métodos de j ue­
go para las blancas, cinco de los cuales se
emplean a menudo. Son: 1 2 iVc2, 1 2 ¡¡ a3,
12 ¡¡e 1, 12 h3 y 12 ltJdb 1 . Mi base contie­
ne 12 partidas con 12 h3, que amenaza con
expulsar el caballo con 1 3 f4. En todas
ellas las negras respondieron 12 ... g5. La
mejor forma de preparar f2-f4 podría ser
1 2 l2Jdb1 , con lo que se impide la inmedia­
ta ... g6-g5. Pero puesto que, tras la retira­
da a b l , el caballo necesita dos j ugadas
más para llegar a c4, las blancas no conse­
guirán gran cosa expulsando al caballo ne­
gro del centro.
A las tres otras tentativas de las blan­
cas, las negras reaccionarán con ... g6-g5.
La práctica demuestra que si las blancas
golpean prematuramente, con f2-f4, no só­
lo no consiguen expulsar al caballo, sino
que también comprometen su propio flan­
co de rey. De ahí que muchos· j ugadores
del bando blanco prefieran lo que llama­
mos una táctica "de semiespe ra " . " S e ­
miespera" significa que, por una parte, las
blancas esperan a ver que hará su oponen­
te; por otra parte, realizarán jugadas útiles
para sus planes futuros. Las blancas pien­
san que las negras ya han reforzado su po­
sición al límite, y que si no d isponen de
medios para mejorarla, pueden realizar al­
gunas jugadas inútiles o, cuando menos,
inofensivas.
En general, en la posición del diagra­
ma, el esquema de las negras en el centro
y flanco de rey es el mejor que pueden es­
perar, y cualquier movimiento en ese sec­
tor debilitará su propia posición. Así, aun­
que ... g6-g5 dificulta el avance f2-f4 y, por
tanto, sirve al propósito de mantener el
caballo en e5, debilita la defensa de las ca­
sillas f5 y h5. En el flanco de dama las ne­
gras pueden mejorar su posición, y espe-
ran poder realizar el avance . . . b7-b5. En
este sentido, necesitan j ugar ... a7-a6, pero
entonces deberán tener en cuenta el avan­
ce de las blancas a4-a5 . Las blancas po­
drán capturar al paso en b6, para impedir
que las negras movilicen su mayoría de
peones en la zona. Aun así, por la razón
que sea, las blancas no juegan a4-a5 , y si­
gue siendo difícil para las negras ejecutar
su plan con . . . b7-b5 . Las blancas tienen
tres piezas cubriendo la casilla b5, de mo­
do que las negras deben proteger esa casi-

lla con otras tantas piezas, si quieren reali­
zar el avance ... b7-b5, sin perder material.
Después de ... a7-a6 y ... M a8-b8, necesitan
reforzar el punto b5 con otra unidad, que
podría ser, por ejemplo, con ... �c8-d7, pe­
ro en esta casilla el alfil bloquea la retirada
del caballo de eS . Las negras deben per­
manecer constantemente alerta sobre la
amenaza blanca f2-f4. Por otro lado, en d7
el alfil obstruye la defensa de la dama de
su peón d6, lo que podría ser un problema
después de f2-f4 (expulsando al caballo) ,
seguido de tt::J d2-c4.
Del análisis anterior podemos extraer
una conclusión: las negras esperan ser ata­
cadas de forma directa. Al reaccionar a
ese ataque, pueden liberar la fuerza laten­
te en su flexible estructura. Por otra parte,
si las blancas optan por una estrategia de
"semiespera", las negras tendrán dificulta­
des para emplear esa fuerza.
12 � el
Esta j ugada h izo su presentación en
1 98 1 . Se trata de un típico movimiento
"de semiespera", que no plantea amena­
zas inmediatas a las negras. Desde e l , la
torre blanca le concede protección adicio­
nal al peón e4 y, a la larga, apoya la ruptu­
ra e4-e5. Además, la casilla f1 queda dis­
ponible para su momentánea ocupación
por parte de un alfil o un caballo. Sin em­
bargo, al retirar la torre de la columna f,
las blancas debilitan la defensa de f2.
Más tarde encontré 1 2 n e l en lnfor­
mator. La información internacional viaja
más rápido que la nuestra. Me parece que
la jugada en cuestión no fue improvisada
por Gheorghiu. Ambos bandos están bien
preparados.
La base tiene 35 partidas con 1 2 M e 1 .
Las respuestas 1 2 ... g5, 1 2 ... tt::J h5 y 1 2 ...
g6 se encuentran en 8 partidas cada una.
Hay 7 partidas con 12 ... b6 y 12 ... �d7.
L O S P R I N C I PIOS DE L A APERTURA 1 45
Por entonces, pensaba que 1 2 ... lZ:Jfg4 1 3
h 3 tt::J xf2, sacrificando e l caballo, era exce­
sivamente arriesgado. Por otro lado, des­
pués de 12 ... tt::J h 5, las blancas no pueden
g a n a r un p e ó n con 1 3 � x h 5 gxh5 1 4
'iVxh5 ??, debido a 1 4 ... �g4, que caza la
dama. Si las blancas juegan 1 4 tt::J f 1 , en lu­
gar de 1 4 'iVxh5, apenas consiguen nada
después de 14 ... h4. Un mejor plan es 1 3
tt::J f 1 , una jugada antes. Esto deja el caba­
llo de h5 en posición incómoda, ya que
después de 1 3 ... f5, las blancas pueden ju­
gar 1 4 �xh5 gxh5 1 5 lZ:Jg3. La impresión
es que 12 ... ltJ h5 es precipitada. En conse­
cuencia, elegí una jugada más natural:
12 a6 13 f4!?
...
Un canto lanzado al agua crea miles de
ondas. De repente, el juego se vuelve agu­
do. Cuando juego este sistema con negras,
continuamente trato de buscar el mejor
ataque posible para las blancas. En mis
análisis caseros de 12 l::t el, llegué a la con­
clusión de que 13 f4 era prematuro y, por
tanto, no profundicé más allá en sus posi­
bles consecuencias.
Uno o dos días después de j ugar esta
partida, la encontré publicada en el bole­
tín, completa y con diagramas. El informe
decía: "el gran maestro rumano, que elige
1 46 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
esta arriesgada j ugada, debe haber subes­
timado el nivel del j ugador chino y será
castigado por su error."
Recuerdo claramente que G heorghiu
pensó durante mucho tiempo, antes de
avanzar su peón f, lo que demuestra que
no fue una jugada precipitada. Probable­
mente invirtió el tiempo en comprobar sus
análisis previos a la partida. O puede ha­
ber querido dar la impresión de que la ju­
gada fue una improvisación ante el table­
ro. Desde luego, era posible.
Realicé mi siguiente jugada sin la me­
nor indecisión. S abía que la torre blanca
estaba peor situada en el que en f1 para
defender el contraataque negro.
Hasta hoy, en mi base sigue habiendo
sólo una partida con 13 f4. Esto demuestra
que los jugadores y los teóricos tienen una
actitud negativa hacia la jugada, y están de
acuerdo con la forma en que respondí a
ese avance.
12 tt:Jeg4 13 �f3
..•
Cuando j ugué 1 3 . . . tt:J eg4, sencilla­
mente pensaba que las blancas no tenían
modo alguno de resistir a las d i versas
amenazas de las negras. Después de que
las blancas replicasen 14 �f3 , mi primer
pensamiento fue lanzar un ataque con el
sacrificio de caballo 1 4 . . . tt:J xe4. Estuve
pensando en esta jugada durante quince
minutos, pero por muchas líneas que cal­
culé, las blancas siempre tenían una de­
fensa efectiva. Por consiguiente, me olvidé
de 14 ... tt:Jxe4, y comencé a pensar en 14
... c4 15 tt:Jxc4 Vlic7.
Al volver sobre la partida y comentarla
para este libro, sometí la posición al análi­
sis de mi ordenador. Entre las 36 jugadas
reglamentarias de las ngras, le concede
preferencia a 14 ... tt:J h6, una j ugada que
entonces ni consideré. La lógica del orde­
nador es muy simple: primero, hay que re­
tirar el caballo a h6, luego llevar el otro ca­
ballo a g4, abriendo camino al alfil. Indica
la variante 14 ... tt:Jh6 15 tt:Jc4 tt:Jfg4 16 e5
Vli h4 1 7 tt:J x d 6 Vlf x h 2 + 1 8 � fl Vli g3
1 9 �g1, con tablas.
Volvamos a esto. A 1 4 . . . ttJ h 6 , l a s
blancas tienen 1 5 h3 ! Vlie7 ( l a jugada del
ordenador) 16 I;t e2! (mi otra jugada, pa­
rando el plan del ordenador, a base de
... tt:J h6-f5-d4) 16 ... tt:Jd7 17 tt:Jc4 � d4+ 1 8
�hl l:t b8 1 9 f5 (de nuevo, idea mía) 1 9 . . .
�g7 ! (después d e 1 9 ... �g7 2 0 �f4 tt:J e5
21 tt:Jxe5 dxe5 22 d6 'li'd7 23 �xh6 �xh6
24 fxg6 hxg6 25 � g4 f5 26 exf5 gxf5 27
'li'd5+ � h8 28 � h5 , las blancas tienen
una ventaj a decisiva) 20 � f4 tt:J e5 2 1
ttJ xe5 � xe5 2 2 'iV d 2 � xf4 2 3 'iV xf4 ,
cuando las blancas están ligeramente me­
JOr.
14 hS!
...
Esta jugada, que constituye una espe­
cie de "superprotección " , hace que las
bl ancas sientan el peso de l as d istintas
amenazas . H oy, al estudiar la posición
una y otra vez (para m i propio placer),
me parece increíble que las bl ancas no
pudiesen encontrar una escapatoria a sus
dificultades. Para encontrar esta j ugada
en el j uego práctico, bajo la presión de las

emociones, las negras, al buscar una com­
binación, necesitan intuición, cálculo y
lógica. Y, por encima de todo, necesitan
mantenerse en calma en este preciso ins­
tante.
Las negras quieren llevar su alfil de
casillas negras a d4, con j aque. A tal fin,
el caballo de f6 debe evacuar la diagonal,
pero este caballo cubre al de g4, y sin la
intervención de este último, el j aque del
a lfil no cond uci ría a n a d a . Por consi­
guiente, antes de que e l caballo de f6
pueda moverse, hay que concederle apo­
yo adicional al caballo de g4, y la única
forma de hacerlo es avanzando el peón h
a h5.
La jugada 14 ... h5 también tiene otra
clave: si el caballo de g4 es atacado con h2-
h3, las negras podrán sacrificarlo: el peón
h blanco toma el caballo, las negras reto­
man en g4 con su peón h, ganando un im­
portante tiempo al atacar el alfil de f3. Las
n egras llevan entonces su d ama a h4, y
prosiguen el avance del peón a g3, incre­
mentando el ataque.
Todo esto es lógico, pero es la lógica
d e l a n á li s i s post-mortem. D urante l a
partida estas cosas resultan confusas,
porque están mezcladas con emociones y
cálculos. ¿Cómo me decidí por 1 4 ... h5?
¿Fue cuestión de sensaciones, de cálculo
o de lógica? No lo recuerdo exactamen­
te, pero creo que comenzó por una cues­
tión de sensaciones, una especie de inspi­
ración, que me l legó en un instante. To­
mé mi decisión, tras h aber calculado y
analizado el movimiento fruto de la ins­
piración. No creo, de todos modos, que
l a inspiración fuese acciden tal . Lo veo
como una extensión de mi instinto posi­
cional, un salto adelante en mi compren­
sión estratégica.
15 l2Jc4
LOS P R I N C I P IOS DE LA APERTURA 1 47
En mis primeros comentarios a la par­
tida para lnformator, no analicé alternati­
vas a esta jugada. Dieciocho años más tar­
de, no puedo recordar mis pensamientos
de entonces, pero la j ugada me parecía
obligada. Hoy en día, creo que habría que
estudiar 1 5 h3.
Desde g4, el caballo negro ataca f2 y
h2. Si las negras logran dar un j aque en
l a diagonal a7-g 1 , entonces, tanto si el
rey va a f1 como a h 1 , el caballo puede
intervenir, con efectos decisivos. Por el
momento, sin embargo, un j aque así es
difícil de realizar. El caballo de f6 tapona
al alfil de casillas negras, y el peón de c5
bloquea un eventual j aque de la dama
negra en b6. Jugar d irectamente 1 5 . . .
l2J xe4 no e s bueno, porque después de
16 l2J cxe4 it d4+ 17 � h1 itf5 (o bien 17
... f5 1 8 itxg4 hxg4 1 9 l2Jg5, y las blancas
ganan) 18 l:t e2 'iVh4 1 9 l:t a3 ! , las blancas
tienen ventaj a decisiva. Tampoco sirve
15 . . . l2J xd5 ?, por 16 l2J xd5 itd4+ 17 �fl
'iVh4 1 8 'iYe2.
Puesto que sacrificar el caballo no es
bueno, la única forma que las negras tie­
nen para proseguir el ataque es 1 5 . . .
l2J h7 ! , y ahora:
(a) 1 6 hxg4? it d4+ 17 <it> fl 'iVh4 1 8
1 48 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
� e2 hxg4 1 9 � d3 gxf3 20 ltJ xf3 'i:V f2
2 1 � e2 'iV g3 22 'iV e 1 'i:V xe 1 23 J:l xe 1
il. g7 , y l as n e gras están l i gerame n te
mejor.
(b) 16 ltJ b3 c4 17 lt:Jd4 'iVb6 18 lt:Jce2
lt:Jgf6 19 aS 'iVa7 20 .l::t a4 il. d7 21 .l::t xc4
� bS 22 � c7 ltJ xe4 23 il. e3 il. xe2 24
�xe2 lt:Jef6 2S �f2 'iVb8, y las negras es­
tán mejor.
(e) La conclusión de las otras variantes
es que las blancas deben jugar 16 eS, blo­
queando el paso al alfil contrario de casi­
llas negras, y amenazando con tomar el
caballo a la jugada siguiente. Las negras
tienen dos opciones:
(el) 16 ... 'i:Vh4? 17 lt:Jde4! (no 17 hxg4
hxg4 18 �e2 dxeS 19 il.c4 il.fS 20 lt:J f1
exf4 2 1 �xf4 g3 , con ventaj a decisiva)
1 7 . . . dxeS 1 8 hxg4 hxg4 1 9 g3 'iVhS 20
�g2 exf4 21 il.xf4 il.d4+ 22 lt:J f2 il.fS 23
'i:Vd2 (mejor que 23 'iVb3 ltJ gS 24 'i:Vxb7
ltJ f3 + 2S il. xf3 gxf3 26 il. e3 � xe3 27
'i:V xa8+ � g7 28 � xe3 il. x e3 29 lt:J d 1
il.d4+ 30 d6 'i:Vg4 3 1 � h2 'ti'hS+ 32 c¡t> g1
'iVg4, con tablas) . Las blancas impiden
... ltJ h7-gS-f3, y se disponen a cambiar to­
rres en la columna e. Las negras se ven
impotentes para salvar esta desesperada
situación.
(c2) 16 ... lt:J h6 (esto parece una igno­
miniosa retirada, pero la maniobra ... ltJ g4-
h6-fS-d4 no es demasiado mala) 1 7 lt:J c4
ltJfS 1 8 lt:Jxd6 ! (después de 1 8 il.d2 dxeS
19 fxeS lt:Jd4 20 il.e4 ltJgS 21 il.b1 il.xh3 !
22 gxh3 lt:Jgf3+ 23 �g2 lt:J xe 1 + 24 il.xe1
il,xeS 2S ltJ xeS � xeS , las negras tienen
una posición ganadora) 18 . . . lt:J xd6 1 9
exd6 il. d 4 + 20 c¡t> fl ll x e 1 + 2 1 'i:V x e 1
'i:Vxd6 22 lt:Je4 (22 'iVe8+ c¡t>g7) 22 ... 'iVc7 !
23 d6 (23 il. e3 il. fS ) 2 3 . . . 'iV b6 24 aS
'iVbS+ 2S 'i:Ve2 il.d7 (el final que resulta de
2S ... il.e6? 26 'i:VxbS axbS 27 lt:Jc3 ! es bue­
no para las blancas) 26 lt:J c3 'i:Vxe2+ 27
�xe2 1:. e8+ 28 �fl n e6 29 il.xb7 n xd6.
Básicamente, este final es igualado, aun­
que puede ser más fácil de jugar para las
negras.
En una palabra: las blancas deben con­
siderar 1S h3, cuando las negras sufren un
duro test. No sé qué pensaba Gheorghiu
de esta j ugada, durante la partida. Sólo
puedo imaginar que se vio sorprendido
por 14 ... hS , y que tenía la sensación de
que h2-h3xg4 no le reportaría nada bue­
no, puesto que tras la réplica ... hSxg4, su
flanco de rey resultaría vulnerable. Con la
apertura de la columna h, su rey estaría
sometido a un serio peligro, si las negras
conseguían dar jaque en la diagonal a7-gl.
Por otro lado, seguramente pensaba que
1S lt:Jc4 era apropiado para resistir el ata­
que negro.
Al descartar 1S h3, las blancas se guia­
ban por un razonable presentimiento. Sin
embargo, la posición del último diagrama
le parecía más peligrosa de lo que real­
mente es. El carácter de la posición indica
que las negras tendrán dificultades para
lanzar un ataque efectivo.
15 ... lt:Jx e4!
Al efectuar su última jugada, las blan­
cas deben haber considerado la posibili-

dad de este sacrificio. Ahora comienza
una variante forzada.
16 � xe4
La única defensa correcta. Después de
16 tt:Jxe4 �d4+ 17 �e3 (17 �hl n xe4; o
bien 1 7 lt:J e3 �f5) 1 7 . . . lt:J xe3 1 8 lt:J xe3
� f5 , las negras recuperan la pieza con
ventaja.
16 ... �d4+ 17 l:t xd4
Una jugada clave en el plan defensivo
de las blancas, que estiman que con la
ventaja material de alfil y caballo por to­
rre, podrán rechazar el ataque.
Después de 17 �fl ? ! lt:Jxh2+ 1 8 �e2
�f5, puede seguir:
(a) 19 n xe8+ 'iVxe8+ 20 �e3 lt:Jg4 21
'iVd2 tt:J xe3 22 lt:Jxe3 'iVe7 23 lt:Jcdl l::t e8
24 l::t a3 (después de 24 aS �d7 25 n a3
�b5+ 26 �f2 'iVh4+ 27 g3 'iVh2+ 28 �g2
h4 29 gxh4 'iVxf4+ 30 �g1 'iVxh4, las ne­
gras tienen tres peones por el caballo, es
decir, un material equivalente, y el caballo
blanco sigue clavado. Está claro que las
blancas no podrán resistir mucho tiempo)
24 ... b5 25 axb5 axb5 26 �fl b4 27 l::t b3
'iVh4 28 �g1 iVxf4, con una posición ga­
nada.
(b) 19 �e3 � xe4 20 lt:J xe4 �xe3 21
lt:J xe 3 lt:J g4 ! 22 � xg4 !l xe 4 ! 23 � f3
LOS P R I N C I PIOS DE LA APERTURA 1 49
� xf4, y de nuevo las negras tienen ventaja
ganadora.
17 ... cxd4 18 ltJ e4 'iVh4 19 ltJ cxd6
De nuevo, la única defensa. Después
de 19 h3 �f5 20 lt:Jcxd6 �xe4 21 lt:Jxe4
� xe4 22 � xe4 l::t e8, las blancas están
perdidas. Por ejemplo: 23 iVe2? ! � xe4! , o
bien 23 hxg4 .ti xe4 24 �d2 hxg4, y las ne­
gras ganan.
19 .. 'iVxh2+ 20 �fl �f5 21 lt:Jxf5
.
No 21 lt:Jf2? lt:Jxf2 22 �xf2 'iVh4+ 23
�fl �d3+ 24 'iVxd3 � el ++.
21 ... gxf5?
¡ Qué lástima! D e todas las partidas
que he jugado, ésta es una de las pocas en
que he dej ado escapar una oportunidad
táctica. Las negras debían haber jugado 21
... n xe4 22 lt:Jh6+ �xh6 23 �xe4 : e8 24
�f3 lt:Jg4 25 �xg4 hxg4, con posición ga­
nada. Esta línea no es complicada, así que
¿por qué no la jugué? La razón principal
es que pensaba que podía ganar con 21 ...
gxf5. Creo que mi cerebro me abandonó
por un momento.
22 lt:Jf2 d3?
Esta jugada, empujando el peón y en­
tregándoselo a mi oponente, es peor aún
que la anterior. Si la jugada anterior con­
vertía una posición ganada en otra igual,
ésta convierte una posición igualada en
otra perdida. Las negras debían haberse
aferrado a las tablas, con 22 . . . tt:J xf2 23
�xf2 iVh4+ 24 �fl 'iVh1+ 25 �f2 iVxh4+.
23 iVxd3
Ahora todo ha terminado. Hagamos
una jugada más, no importa cuál.
23 ... h4 24 'J/kxf5??
Después de 24 �d2, las blancas ganan
fácilmente.
(Ver diagrama 1 1 8.)
No hay que decir que la posición del
diagrama fue publicada por los organiza-
1 50 LA ESCU ELA C H I NA DE AJ E D R EZ
dores d e l evento. Me sentí i n cómodo
cuando la vi. Sigo recordando que, tras mi
siguiente j ugada, G heorghiu se sentó,
aturdido, y no hizo nada durante un largo
rato. Si yo hubiese realizado la jugada co­
rrecta, en el movimiento 21 , le habría aho­
rrado su sufrimiento.
24 ... 'iVg1+
Las blancas se rindieron .
EL ENIGMA DE UNA CARNICERÍA EN
LA SICILIANA
Blancas: Qi Jingxuan
Negras: Liu Wenche
Campeonato Abierto de China, 1982
Defensa Siciliana
Qi Jingxuan, gran maestro chino, nació
en Shanghai en 1 949. Se proclamó cam­
peón nacional en dos ocasiones y tam­
bién ha reperesentado numerosas veces
a China, en competiciones asi áticas y
mundiales por equipos. Fue asistente del
entrenador nacional entre 1 986 y 1 993,
durante cuyo período realizó una impor­
tante contribución al desarrollo del aje­
drez en China. E n 1 991 se convirtió en
uno de los entrenadores de Xie Jun, y le
prestó u n a c o n s i d e r a b l e a y u d a en s u
conquista d e l Campeonato Mundial Fe­
menino.
1 e4 eS 2 t2Jf3 t2Jc6 3 d4 cxd4 4 t2J xd4 t2Jf6
5 t2J c3 d6 6 ii.g5 e6 7 'iVd2 a6 8 0-0-0 ii.d7
9 f4 ii.e7 10 t2Jf3 b5 11 ii.xf6 gxf6
Al principio, yo solía responder a 1 e4
con 1 . eS. Invertí un tiempo considera­
. .
ble estudiando la Defensa Dos Caballos.
También estudié la variante de la Pire
que resulta de 1 e4 g6 2 d4 ii.g7 3 t2Jf3 d6
4 t2Jc3 a6. Más tarde me pasé a la Varian­
te del Dragón. En cuanto al Ataque Rau­
zer, lo he investigado minuciosamente,
tanto con blancas como con negras. Sin
embargo, sólo rara vez j uego la aguda y
complej a variante que desemboca en la
posición del diagrama. Cuando necesito
j ugar a ganar, le planteo esta línea a mi
oponente. Implica un contraataque a la
posición del rey blanco enrocado. No hay
muchos secretos en esta variante. S i la
uso demasiado a menudo, dej ará de dar
resultado. Pero esto no significa que la
variante sea un farol. Es cualquier cosa
menos eso.
La posición del diagrama se vio, por
primera vez, en 1 954, en una partida en­
tre N ezhmetdinov y Korchnoi. E n 1 955

d o s j ug a d o r e s d e p r i m e r a fi l a , P o l u ­
gaievsky y Geller, j ugaron sendas parti­
d as con negras. Los resultados fueron:
una derrota y unas tablas. Las negras ju­
garon la línea cinco veces en los años cin­
cuenta, pero sin anotarse ninguna victo­
ria. En los años sesenta las blancas gana­
ron 12 partidas y las negras 4. En los se­
tenta, la causa de las negras fue defendi­
da por Spassky , Timman y otros. D es­
pués de la 1 8.3 partida del match Fischer
- Spassky, la variante despertó el interés
del mundo del ajedrez.
En total, la posición d e l d i a grama
aparece 224 veces en la base, con 93 vic­
torias blancas, 75 tablas y 56 victorias ne­
gras. Estadísticamente, pues, las blancas
tienen un resultado claramente favora­
ble. Pero los partidarios del lado blanco
no quieren detenerse ahí. Q u i eren en­
contrar métodos para conseguir una vic­
toria en toda la línea. En ese sentido, las
blancas han ensayado nueve planes dife­
rentes: 1 2 f5 (95 partidas), 1 2 <t>b1 (75 ) ,
1 2 �d3 (32), 1 2 g 3 (14), 1 2 'iV e 3 ( 4 ) , 1 2
l2J d4, 1 2 l2J e2, 1 2 g 4 y 1 2 I1 e l. De estas
cuatro últimas j ugadas, sólo hay una par­
tida de cada una.
La Enciclopedia de Aperturas (tomo
B) y varios manuales de aperturas, reco­
nocen 1 2 f5 como la j ugada correcta. En
tal caso, después de 1 2 . . . 'iVb6, la teoría
considera 13 � b1 como lo más preciso.
En general, por tanto, 12 �b1 'iVb6 13 f5
produce una insignificante transposición.
Sin embargo, las negras podrían jugar algo
distinto a 1 2 ... 'ifb6.
12 �b1 'ifb6
En algunas partidas anteriores, las ne­
gras llevaron su dama a a5, pero la prácti­
ca demuestra que es más importante con­
trolar la diagonal a7-g1. Por otra parte, en
a5 la dama cierra el paso a su peón a, lo
LOS P R I N C I PIOS DE LA A P E RTU RA 1 51
que podría afectar a la velocidad del con­
traataque.
13 f5
Aquí las blan cas tienen tres opcio­
nes: 1 3 f5 (70 partidas) , 1 3 � d3 ( 1 5 ) y 13
g3 (9) .
La teoría considera necesario 13 f5, en
vista de las amenazas negras en el flanco
de dama. La práctica demuestra que si las
blancas actúan con demasiada lentitud, las
negras se apoderan de la iniciativa, con un
ataque al rey. El propio rey de las negras
sigue en el centro. Puede enrocar corto o
largo (lo m ás probable, el primero) en
cualquier momento, pero también podría
permanecer allí.
Las negras no pueden responder a 1 3
f5 con 1 3 . . . e5, pues eso significaría entre­
gar por completo la casilla d5. Por lo tan­
to, las blancas han elegido el blanco ade­
cuado al que atacar. Sin embargo, como
cualquier jugada de peón, 13 f5 tiene ven­
taj as e i nconven ientes , puesto que las
blancas ya no podrán controlar e5 con un
peón.
13 .S eS
...
La estadística muestra que 1 3 ... 0-0-0
se ha producido en 60 partidas, 13 ... !:t c8
en 5, 1 3 ... h5 en 4, y 1 3 ... b4 en 3. En otras
1 52 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
palabras, 1 3 ... l:I c8 se aparta del camino
normal.
Esta j ugada se vio, por primera vez
en 1 970, cuando un comentarista le con­
cedió un gran signo de i n terrogació n .
L a partida concluyó así: 1 4 fxe6 fxe6 1 5
'iVh6 ci;; f7? 1 6 � d3 �f8 1 7 'iV h 4 l2J b4?
18 e5 ! dxe5 19 l2J xe5+ fxe5 20 � hfl +
ci;; e8 2 1 � g6+ h xg6 22 'iV xh8 'iV c5 23
l2J e4, y las negras se rindieron. Sin em­
bargo, en una partida entre Suetin y Lu­
k i n , en 1 978, las negras j u garon 1 5 . . .
l2J a5 (en lugar d e 1 5 . . . � f7 ? ) 1 6 'iV g7
l::t f8 1 7 'iV x h 7 !í x c 3 1 8 b x c3 e 5 1 9
'iVh5+ � f8 20 l2J d2 � e6 2 1 g3 'iVc5 22
� h3 � x h 3 23 'iV x h 3 'iV xc3 24 'iV e 6
'iVb4+ 2 5 � el 'iVa3+ 2 6 � b 1 'iVb4+ 27
� c1 . Tablas.
14 fxe6 fxe6
(Ver diagrama 1 22.)
Esta posición sólo se encuentra en dos
partidas de mi base. En ambos casos, las
blancas continuaron con 1 5 'iVh6. Mi opo­
nente lo sabe, puesto que colecciona todos
los manuales teóricos. Sin embargo, tam­
bién sabe que en este tipo de posición, yo
sacrifico a menudo la calidad en c3. Por lo
tanto, decide mantener su dama en d2, pa-
ra proteger el caballo. El resultado es una
nueva jugada. La idea de avanzar el peón
g no es infrecuente en situaciones simila­
res, pero es la primera vez que se ha j uga­
do en la posición del diagrama.
15 g3 b4
En una partida en la que no tenía que
jugar a ganar, consideraría la j ugada nor­
mal 15 ... l2Je5. Después de 16 l2Jxe5 fxe5,
las negras no están mal, mientras que en
caso de 16 l2Jd4 b4 17 l2Jce2 l2Jc4, tendrían
una posición ganadora.
16 l2J e2 eS
Seguía sin ser demasiado tarde para j u­
gar 1 6 ... l2Je5. Sin embargo, 1 7 l2Jxe5 fxe5
sólo conduce a la igualdad.
E l propósito de 16 . . . e5 es controlar
las casillas d4 y f4, que a las blancas les
gustaría ocupar con sus caballos. Tam­
bién prepara . . . � d7-e6, para apoyar e l
ataque contra e l rey. El plan d e las negras
tiene, no obstante, sus inconvenientes.
Las casillas blancas están expuestas, y las
blancas tienen un alfil de casil las claras.
Si esta pieza se cambia por su homónima,
las negras quedarían con serias debilida­
des. Su otro alfil está encerrado y parece
que sólo cumple funciones de peón. La
única esperanza de las negras es apostar­
lo todo a un ataque en el flanco de dama.

Tal como lo veo, 1 6 . . . eS comporta un
riesgo considerable.
17 �g2?!
Creo que esta j ugada es cuestionable.
Las blancas están siendo demasiado pru­
dentes. Se imaginan que las negras van a
j ugar .. .f6-fS, y consideran que su rey está
absolutamente seguro, porque creen que
a las negras les resultará muy difícil ata­
carlo. No tienen en cuenta el p l a n de
cambiar alfi l e s , aunque es d e m asiado
pronto para sugerir de qué modo podría
llevarse a cabo este plan. Tal vez las blan­
cas debieran considerar 17 �h6, con vis­
tas a seguir con �h6-g7 o �fl -h3 , pero el
desplazamiento de la dama dej a débiles
las defensas de su flanco. Las blancas po­
drían preparar �fl -h3 con 17 l2J egl, pe­
ro yo me sentiría incómodo al realizar
una retirada así. Otra sugerencia es 1 7
l2J e l , p a r a reforzar l a defensa d e l rey
blanco y abrir u n camino para el alfi l .
D espués de 17 . . . �g4 1 8 �e2 �xf3 1 9
�xf3 l2J d4, las negras están atacando e l
alfil y el peón de c2, pero las blancas pue­
d e n c o n t i n u a r c o n 20 � h S + � d8 2 1
l2J b3 ! :C. xc2 22 'ifd3 :C. c7 23 l2J xd4 exd4
24 �xd4 �xd4 2S 1: xd4 aS 26 :C. dS :C. eS
27 :C. hdl � e7. En tal caso, las blancas,
LOS P R I N C I P I OS D E LA APERTURA 1 53
gradualmente, quedarían con la mejor
parte de una posición tablista.
17 �e6
•.•
Las negras no se dej an seducir por
. . .f6-fS , sino que concentran sus fuerzas
para atacar al rey blanco. Después de 17 .. .
fS 18 l2Jh4! f4 (18 ... �xh4 19 �xd6; 1 8 .. .
fxe4 1 9 �xe4) 19 l2JfS �xfS 20 exfS, ame­
nazando 21 gxf4 y 21 f6, las blancas tienen
ventaja decisiva.
18 n hn
/24
Las blancas persisten en su estrategia.
Mejoran la posición de sus piezas, y sólo
después lanzarán un ataque. No pueden
ver de qué modo podrían romperse las de­
fensas de su rey. Creen que la intención de
las negras es jugar ... a6-aS-a4, seguido de
... b4-b3 o ... a4-a3. Este plan supondría cin­
co o seis jugadas.
18 l2Ja7!
.•.
Retirándose para mejor saltar. É sta es
la ruta más corta del caballo hacia c3. La
maniobra ... l2Jc6-a7-bS-c3 no es habitual,
pero el sacrificio de pieza abrirá el refugio
del rey blanco (una medida frecuente en
el XiangQi).
19 l2Jc1 l2Jb5!
Las negras consideran que las blancas
no se permitirán tomar el peón de b4, e
1 54 LA ESCUELA C H I N A DE AJ E D R EZ
modo que el caballo se apresura a cubrir
su jornada, amenazando 20 ... l2Jc3+, que
ganaría calidad, al no ser posible b2xc3 ,
por ... b2xc3+, con ataque sobre la dama
blanca.
20 'iVt2
No 20 'iVxb4, debido a 20 . . . � c4 ! 21
'iVb3 .l:t xc2! !
125
Ahora 22 'iVxe6 permite 22 ... t2J a3+ 23
�al 'iVxb2++. Si 22 'iVxc2, entonces 22 ...
t2J a3+, ganando la dama. En su lugar, la
dama se retira de la peligrosa posición,
proponiendo un cambio.
20 ... 'iVb7 21 tZJ h4 tZJ c3+ 22 bxc3 bxc3+
23 tZJ b3 'iVb4 24 'iVe3
O bien 24 �al ii.xb3 25 cxb3 c2, y las
negras ganan.
24 aS 2S lZJfS a4 26 ii.h3 ii.xfS 27 ii.xfS
.••
axb3 28 'iVel 'iVaS
Las blancas se rindieron.
Si 29 axb3 , e ntonces 29 . . . .l:t a8; si
29 cxb3, entonces 29 ... c2+, ganando.
Una victoria ciertamente importante
con la Defensa Siciliana. Sin embargo, en
cuanto a volver a jugar la variante, no lo
tengo tan claro. ¿Por qué dio resultado la
maniobra de penetración negra? ¿En qué
momento se equivocaron las blancas?
¡Así es el ajedrez!
UN DIÁLOGO ESTRATÉGICO
Blancas: Liang Jinrong (China)
Negras: Eugenio Torre (Filipinas)
Shenzhen 1 992
Defensa India Antigua
Liang Jinrong n ació en Guangzhou, en
1960. Recibió el título de gran maestro in­
ternacional en 1 980. Ha formado parte a
menudo del equipo chino, que participó
en competiciones asiáticas y campeonatos
m u n d i a l e s . Fue campeón n a c i o n a l en
1997.
Eugenio Torre n ació en M anila en
1 95 1 . G anó el campeonato n acional de
Filipinas en varias ocasiones, así como
m u c h o s t o r n e o s i n te rn ac i o n a l e s . E n
1 982 s e encontraba entre los ocho mejo­
res j ugadores del mundo. Es muy cono­
cido como el primer jugador asiático en
haber obtenido el título de gran maes­
tro .
1 e4 d6 2 d4 tZJ f6 3 f3
Las blancas inician la partida con un
clásico centro móvil de peones. Torre es
un experto en la Defensa Pire, de modo
que Liang Jinrong deliberadamente opta
por un método heterodoxo, ya en la terce-

ra jugada. Entre las más de 1 8.000 partidas
con la Defensa Pire de mi base, 3 f3 sólo se
encuentra en 671 .
3 ... c6
También esta j ugada es infrecuente.
Las negras tratan de adaptarse a las cir­
cunstancias cambiantes. La j ugada más
habitual es 3 . . . g6, que aparece en 200
partidas, mientras que 3 ... c6 sólo se halla
en 55.
4 c4
Este avance de peón es la jugada más
temática. Pone el acento sobre la restringi­
da posición de las negras, con sus peones e
y d en la sexta fila, es decir, que su "grado
de expansión" no es precisamente grande.
4 eS
•••
Torre sigue también un sendero teóri­
co. Opone el peón e al blanco de la misma
columna, lo que implica que f2-f3 no es,
necesariamente, una buena jugada.
5 l2J c3 il.e7 6 il.e3 0-0 7 l2Jge2
Sólo hay seis partidas con 6 ... 0-0. La
elección blanca es entre 7 �d2 (3 parti­
das), 7 l2Jge2 (2) y 7 d5 (1 ) .
7 ... l2Jbd7 8 d5
En general, avanzar el peón a d5 es un
derecho que las blancas pueden ejercer en
el momento que lo deseen. Pero está claro
que deben realizarlo, si quieren lograr al­
guna ventaj a de apertura. Liang Jinrong
cree que éste es el momento oportuno, y
su dictamen es correcto. Hay 1 7 partidas
con esta jugada (la explicación, como en
otros casos, es que la posición resulta de
diferentes órdenes de jugadas).
8 cxd5
.•.
Esta jugada no es obligatoria. Las ne­
gras tienen otras opciones, como 8 ... a6.
Cuando el peón blanco se avanza a d5, el
cambio ... c6xd5 es un derecho que las ne­
gras p u e d e n ej e rcer c u a n d o q u i e r a n ,
puesto que las blancas difícilmente juga-
LOS P R I N C I PIOS D E LA APE RTU RA 1 55
rán d5xc6, dej ando a las negras con una
estructura flexible de peones, que reto­
marían hacia el centro con su peón b. To­
rre decide cambiar peones de inmediato,
a fin de consolidar su centro y lanzar un
rápido contraataque en el flanco de rey.
Hay 9 partidas en las que las negras eligen
la jugada textual.
9 cxd5 l2J eS 10 � d2 l2J b6 11 l2J g3 g6
12 il.e2 l2J g7 13 0-0 f5
É sta es la única partida con 1 O ... l2J b6.
Desde la novena jugada, todos los movi­
mientos de las negras han sido para prepa­
rar ... f7-f5. Por fin realizan este avance en
la jugada 13. Los dos bandos evalúan este
plan de distinto modo.
14 exf5
La mayoría de los jugadores serían re­
ticentes a abandonar su formación central
de peones, pero Liang Jinrong es de aque­
llos que quieren "golpear primero". Pue­
de bloquear el peón f, de modo que acepta
el reto.
14 ... gxf5
É sta es la forma normal de retomar.
En esta posición, sin embargo, las negras
pueden considerar 14 . . . l2J xf5 15 l2J xf5
il.xf5 1 6 f4, con parecidas posibilidades a
la presente partida.
1 56 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ

15 f4 lbd7?!
Esta retirada de caballo tiene una pe­
ga. Las negras deberían considerar 15 ...
e4, aunque parezca dudoso renunciar al
control de la casilla d4. También pueden
jugar 1 5 . . . � h4 16 fxe5 � xg3 17 hxg3
d x e 5 . La p o s i c i ó n es b u e n a p a r a l a s
blancas, pero las negras tienen más posi­
bilidades de las que obtienen con 1 5 . . .
lbd7.
16 fxe5
Es posible que las negras subestimasen
este sencillo cambio.
16 ... lbxe5 al alfil negro. La clave principal radica en
Ahora el peón de f5 ya no plantea nin­ que las blancas saben que las negras no po­
guna amenaza a las blancas. Desde este drán resistir el ataque en el flanco de rey.
momento en adelante, las blancas ataca­ 24 .:t f3 .t! e4 25 .t! afl
rán libremente al flanco de rey y las ne­ Concediéndole nuevo soporte al caba­
gras no tienen la menor oportunidad de llo . .t! f3-g3 es ahora una amenaza de pri­
contrajuego. mer orden.
17 �h6 lbg6 18 lb h5 25 ... 'iVf6 26 .: g3 g5
Un buen método de cambiar las piezas Esto es muy triste. Las negras no tie­
defensoras contrarias, una tras otra. nen pieza alguna que pueda defender el
18 ... lbxh5 19 �xh5 peón de g6, que sólo espera a ser captura­
También es posible capturar la torre. do.
Después de 1 9 �xf8 �g5 20 'ifd4 lbf6 2 1 27 lb h5 'iVd4+ 28 'iVxd4 .t! xd4
h4 lbxh4 22 �h6 �xh6 23 'ifxh4 �g7, las Las negras han forzado el cambio de
blancas están mejor. Sin embargo, el alfil damas, pero la partida debe estar perdida.
de casillas negras sigue siendo poderoso, y 29 n xg5+ <ii? f7 30 .t! g7+ <ii? f8 31 .:t e1 l:t. e4
con un peón por la calidad, las negras tie­ 32 .:t xe4 fxe4
nen razones para resistir.
Liang Jinrong se decide por una acción
sencilla, que prive al oponente de toda po­
sibilidad.
19 ... .:t eS 20 lb e2 � f6 21 lb f4 � g5
22 �xg5 'iVxg5 23 �xg6 hxg6
(Ver diagrama 1 28.)

Tengo que rendir aquí público tributo a

la habilidad de Liang Jinrong. E n sólo
un as cuantas j ugadas, ha cambiado tres
piezas menores y, pese a la reducción de
material, el caballo blanco es muy superior

E l resultado d e l cambio es q u e las
blancas han quedado con torre y caballo
contra torre y alfil negros. Pero quedan
pocos peones y las blancas tienen uno
de ventaj a . Por otra parte, el rey negro
está encerrado en la última fila, y su to-
LOS P R I N C I PIOS D E LA APE RTU RA 1 57
rre y su alfil no pueden incorporarse a
la lucha.
33 ll h7 aS 34 �12 �eS 35 g4 � a6 36 gS
l:l b6 37 g6 ll xb2+ 38 �e3 (1-0).
Tras haber realizado una jugada ofen­
siva, las negras se rindieron.
1 58
LA TEORÍA DEL ENTRENAMIENTO
l perseguir nuestro obj etivo a
A largo plazo de alcanzar la cum­
bre d e l aj e d rez, necesitamos
guiarnos por principios superiores, cien­
tíficos. Hay dos aspectos diferentes en la
tarea del e n t r e n a d o r : profu n d izar l a
compre n s i ó n técnica d e l aj e d rez p o r
parte de los estudiantes, y desarrollar
sus cualidades competitivas. Como en­
trenador principal del equipo femenino
de China, en los últimos quince años, he
hecho todo cuanto he podido por ayudar
a que cada jugador progresase en estos
dos aspectos. El estudio del aj edrez es
acum ulativo, un proceso a largo plazo.
Para el j ugador individual, se trata de
una ocupación vitalicia. La tarea para
nuestros jugadores consiste no sólo en
absorber de forma crítica el precioso le­
gado aj edrecístico del pasado, sino tam­
bién -lo q ue es más importante- en do­
minar la teoría ajedrecística superior de
la Escuela China.
En muchos años de trabajo sistemático
como entrenador, siempre he animado a
mis estudiantes a que, por encima de todo,
analicen sus propias partidas y a estudiar
el medio j uego. No todos le conceden
prioridad al escrutinio de sus propias par­
tidas. La mayoría de los jugadores se con-
centran sobre las partidas de los campeo­
nes mundiales y otros grandes jugadores.
Creen que cuanto más estudien las parti­
das de jugadores famosos, tanto más me­
jorarán su capacidad ajedrecística. En rea­
lidad, esto no tiene una base científica. Se
trata de una falacia que reflej a la obsesión
por las celebridades.
Todos los métodos y recursos están in­
corporados a las partidas propias. Anali­
zarlas es la forma correcta de elevar nues­
tro nivel de juego. No quiero decir que no
tengamos que aprender de los mej ores.
Quiero decir que aunque aprendamos de
ellos, tenemos que concentrarnos, en pri­
mer lugar y sobre todo, en nuestras pro­
pias partidas.
Hoy día rara vez se escucha a alguien
defendiendo la política de estudiar prime­
ro el final, aunque nadie afirme que el fi­
nal carezca de importancia. Pero el debate
entre la apertura y el medio j uego se resis­
te a decaer. "La apertura es de la mayor
importancia"; "combine el estudio del me­
dio juego con la apertura"; "si la apertura
está bien jugada, todo irá bien", etc. Estos
son los lemas que, directa o indirectamen­
te, afirman que el estudio de las aperturas
debe situarse en primer lugar. Mucha gen­
te que reconoce la importancia y el valor

de investigar el medio juego puede, en pri­
vado, pensar que es más práctico el estu­
dio de la apertura.
No podemos negar que hay muchas di­
ficultades teóricas y prácticas para estu­
diar el medio juego. Carecemos de direc­
trices para nuestras investigaciones. Creo,
sin embargo, que cualquiera que lea este
libro podrá seguir algunas pistas para un
plan de entrenamiento cuya prioridad es
el medio juego.
El éxito de los j ugadores chinos en
torneos internacionales demuestra que
n uestro enfoque del entrenamiento de
doble sentido es correcto. Pudo verse en
1 991 , cuando Xie Jun se enfrentó a Maia
Chiburdanidze y la derrotó en el match
por el Campeonato Mundial Femenino.
Antes de examinar una partida represen­
tativa de aquel match, reproduciré nues­
tro programa de entrenamiento para el
encuentro.
BOSQUEJO DE UN PLAN DE
PREPARACIÓN PARA XIE JUN VS
CHIBURDANIDZE
(1 ) Premisas
( 1 a) Sistema de organización y lide­
razgo
La Comisión Estatal de Cultura Físi­
ca y D eportes de China ha creado un
D epartamento para el aj edrez y otros
j uegos de tablero. El director del Depar­
tamento es Chen Zude, un famoso j uga­
dor de Go. El presidente de la Asocia­
ción China de Aj edrez es el aficionado
Ma Guitian.
E l entrenamiento de Xie Jun queda
confiado al Equipo Nacional de Entrena-
LA TEO R ÍA DEL ENTRENAM I E NTO 1 59
dores de China, una organización infor­
mal, con recursos limitados. En China, en­
tre los deportes, el ajedrez está compren­
dido en la tercera categoría.
El Comité de Cultura Física y Depor­
tes de la U RSS tiene un departamento
de ajedrez, bajo la dirección de N. Kro­
g i u s , un gran m a e stro in ternacion a l ,
doctorado e n Psicología. L a Federación
de Aj edrez de la U R S S es poderosa y
dispone de numerosos recursos. El equi­
po nacional de ajedrez asume la respon­
sabilidad de entrenar a Maia Chiburda­
nidze. En la URSS, el ajedrez ocupa un
lugar de privilegio entre los deportes.
Sus facilidades de entrenamiento son su­
periores.
(1 b) Soporte técnico de ambos bandos
La historia del aj edrez en China es
reciente. El aj edrez fue formalmente in­
c l u i d o en una categoría deportiva en
1 956. Los entrenadores soviéticos visita­
ron China e instituyeron clases de entre­
namiento aj edrecístico. Durante la Re­
volución Cultural, el aj edrez fue supri­
mido como deporte. En la pasada déca­
da el j uego se ha desarrollado muy rápi­
damente.
En la Unión Soviética el ajedrez tie­
ne una larga historia. Antes de la Revo­
lución de Octubre de 1 91 7, los j ugadores
rusos habían alcanzado el máximo nivel
mundial. D esde 1 948 hasta la actuali­
dad, los j ugadores soviéticos han domi­
nado la escena aj edrecística mundial. En
los pasados 40 años, en todos los mat­
ches por el Campeonato Mundial Feme­
n i n o , campeona y aspirante h an sido
siempre j ugadoras soviéticas. En todos
los matches por ambos títulos mundia­
les, sólo uno (en 1 972) fue ganado por
1 60 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
un j ugador no soviético (Robert Fischer,
de EEUU ) .
China está actualmente situada en e l
décimo lugar del mundo, e n fuerza ajedre­
cística global. Sin embargo, el equipo fe­
menino de China está situado en tercer lu­
gar. El más alto Elo entre los j ugadores
masculinos es 2545, lo que significa el 94-
102.0 lugar de la lista mundial.
En fuerza general , la Unión Soviética
ocupa el primer puesto del mundo. Los
primeros nueve nombres de la lista inter­
nacional son todos j ugadores soviéticos.
El rating del campeón mundial es 2800.
Entre los primeros 32 hombres (es decir,
aquéllos por encima de 2600), veinte son
de las URSS.
Existe una considerable diferencia en
condiciones de entrenamiento en ambos
países, debido a los distintos recursos fi­
nancieros y a la actitud pública hacia el
ajedrez.
El equipo soviético de entrenadores
es extremadamente amplio y rico en ex­
periencia. Su teoría se encuentra a un al­
to nivel. El equipo chino de entrenado­
res es reducido y su experiencia limitada.
Su teoría aún no ha sufrido un test im­
portante.
Hay expertos soviéticos que recogen
y estudian la información aj edrecística.
La URSS tiene cuatro tipos de revista
profesional de aj edrez, con un público
lector internacional. La publicación de
libros de aj edrez de alto nivel ocupa un
importante lugar en l a industria editorial
soviética.
Actualmente, en China no hay nadie
que lleve a cabo investigaciones sobre
aj edrez y computadoras. E n l a U n i ó n
Soviética h a y grupos de gente q u e traba­
jan en este campo. El nivel de sus inves­
tigaciones es tan alto como el mejor del
mundo. El Club Central de Aj edrez dis­
pone de un almacén de datos accesible a
sus j ugadores. En la U RSS el uso de da­
tos informáticos para el estudio y entre­
namiento de aj edrez se remonta a diez
años atrás.
( l e) Comp a ración en tre Xie Jun y
Maia Chiburdanidze
Analizando las condiciones que a con­
tinuación se indican y otra información
técnica, puedo extraer algunas conclusio­
nes básicas, como sigue:
Primera. Considerando su capacidad,
Xie 1 un se ha clasificado aspirante de ple­
no derecho al título mundial femenino.
Segunda. En el momento actual, Xie
1 un no es tan fuerte como Chiburdanidze.
Necesita trabajar duro y progresar. Debe­
ría concentrar sus esfuerzos en la técnica
posicional y el medio j uego.
Te r c e r a . C h i b u r d a n i d z e y a d ej ó
atrás sus mejores tiempos, mientras que
Xie 1un está ganando en fuerza. Con
una pequeña mejora en su nivel de j ue­
go, es posible que Xie 1un gane el Cam­
peonato.
Cuarta. Teniendo en cuenta la capaci­
dad y experiencia de Chiburdanidze, así
como la de sus entrenadores soviéticos, la
fuerza general del equipo soviético es su­
perior a la nuestra. Por lo tanto, resultará
muy difícil ganar el match. Xie 1un tiene
que llevar a cabo una minuciosa prepara­
ción mental y en otras áreas.
Quinta. Xie 1un sólo tiene 20 años. Su
ambición debería orientarse hacia el futuro.
Sexta. Xie 1un debería realizar el máxi­
mo esfuerzo para aprovechar esta oportu­
nidad que le brinda el presente.

(2) Objetivo y política estratégicos
Objetivo: sumar ocho puntos y medio,
para ganar el match y el Campeonato del
Mundo.
Política: liderazgo unificado; trabajo y
entrenamiento consistentes y asiduos para
alcanzar el objetivo.
(3) Política de entrenamiento
• Elevar el nivel competitivo.
• Considerar el medio j uego como
punto focal.
• Coordinar las aperturas en armonía
con el estilo y el carácter de Xie
Jun.
• Previsión de acontecimientos ines­
perados.
• Atender a l as cualidades de Xie
Jun de receptividad y adaptabili­
dad.
• Aportar a Xie Jun entrenamiento
físico y psicológico.
(4) Planificación y principios generales
• Mejora de las capacidades. El ra­
ting chino de Xie Jun debería subir
unos 20-30 puntos y mantenerse a
un nivel en torno a 2480.
• El medio juego debe considerarse
el área principal de la competición.
Hay que prever esto en el stage de
preparación.
• Estudio intensivo y específico de
las aperturas de peón rey.
• Cambio d e repertorio contra e l
p e ó n d a m a : inclusión de nuevas
aperturas que encajen en el estilo
de Xie Jun. La nueva apertura sólo
será empleada en partidas caseras y
de entrenamiento.
LA TEO R ÍA DEL ENTRENAM I E NTO 1 61
• Conservar la Defensa India de Rey
en el repertorio.
• La D efe n s a B e n o n i es un arma
nueva para circunstancias particu­
lares.
• Ascender el nivel teórico de Xie
Jun. El estudio debería centrarse
en la aplicación de teorías que ten­
gan en cuenta las partidas de Chi­
burdanidze. Se requieren solucio­
nes en diez áreas teóricas:
(a) Técnica y teoría de cómo incre­
mentar una ventaja.
(b) Teoría defensiva: estrategia
contra el peón de rey.
(e) Transición al medio j uego desde
una apertura de peón rey con blan­
cas.
( d ) Teoría detallada de la nueva
apertura contra el peón dama.
(e) Estrategias clave de los sistemas
I ndia de Rey y Benoni; oportunida­
des y condiciones para optar por es­
te tipo de apertura.
(f) Temas teóricos y medidas estra­
tégicas acerca del punto central de
la lucha.
(g) I nculcar un sentido posicional
muy desarrollado.
(h) Experiencia histórica y carácter
de un match largo.
(i) Minucioso análisis de las cuali­
dades, estrategia y factores psicoló­
gicos de Chiburdanidze.
(j ) Teoría del análisis y estructura
posicional.
• Considerando la magnitud de la ta­
rea de entrenamiento, el limitado
tiempo disponible, así como facto­
res de emplazamiento geográfico y
acontecimientos inesperados, Xie
Jun no participará en torneos inter­
nacionales antes del match por el
1 62 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
Campeonato Mundial, excepto el
Torneo de Pekín de grandes maes­
tros.
• El ajedrez es el arte del pensamien­
to. El entrenamiento en ajedrez su­
pone resolver problemas de conoci­
miento y pensamiento humano. El
aj edrez es t a m b i é n un d e porte
competitivo, que requiere la com­
prensión de principios de combate.
El jugador debería estudiar filoso­
fía, metodología del pensamiento y
estrategia competitiva.
• Para asegurar el progreso gradual
del proyecto de entrenamiento, de­
be haber buenas relaciones en el
equipo de entrenadores:
( a) D ebe respetarse la autoridad
del líder. Deben someterse infor­
mes frecuentes sobre el progreso
al líder del instituto. Las importan­
tes decisiones de política deben
consultarse antes al líder, e imple­
mentarse sólo tras haber sido au­
torizadas.
(b) Habrá una división de respon­
sabilidades y cooperación mutua
bajo una dirección unida.
(e) El entrenador trabajará como
asistente de Xie Jun. Las sugeren­
cias técnicas del entrenador se con­
siderarán sugerencias, no órdenes.
Xie Jun será quien aparezca en el
escenario para jugar el match. De­
be prestarse especial atención al
pensamiento independiente y espí­
ritu creativo de Xie Jun.
( d) Debe procurarse mantener re­
laciones ideales entre Xie Jun y el
equipo nacional.
(5) Asignación de tareas y responsabi­
lidades
• Partidas abiertas ( 1 e4 eS): Qi Jing­
xuan.
• Partidas semi abiertas (Xie J un con
blancas): Y e Jiangchuan.
• D efensa India de Rey: Y e Jiang­
chuan.
• Otros sistemas de peón dama: Xu
Jun.
• Defensa Benoni: Liu Wenche.
• Análisis post-mortem: el entrena­
dor responsable de la apertura ju­
gada por Xie Jun.
• Estudio de los cinco matches de
Chiburdanidze por el campeonato
mundial: Liu Wenche.
• Estudio de la estrategia y táctica de
Fischer contra Spassky ( incluido
análisis de las partidas): Liu Wen­
che.
• Estudio independiente de Xie J un:
Liu Wenche.
• Teorías, estrategias, planes de en­
trenamiento y disposiciones (inclui­
da la coordinación de los entrena­
dores y su respectiva función): Liu
Wenche.
Análisis post-mortem del juego de Xie
Jun
En primer lugar, el equipo de entrena­
dores comenta la partida y, en la medida
de lo posible, alcanza un acuerdo sobre
ella. Cuando surja un debate, Liu Wenche
pasará las distintas opiniones a Xie Jun,
dej ándole que ella tome su propia deci­
sión. Para la fase de la apertura, el entre­
nador asignado a una determinada aper­
tura será el instructor básico de Xie Jun.
Debería preparar el tema minuciosamen-

te (historia, desarrollo, estado actual de la
teoría, nuevas opiniones, etc.). El entrena­
dor es también responsable de instruir a
Xie Jun en el medio j uego y final (sobre
todo el primero). Es aceptable que si los
entrenadores tienen diferentes opiniones
sobre un tema determinado, lo comenten
y debatan, pero deben evitar discutirlo de­
l ante de Xie Jun. Su obj etivo debe ser
ahorrarle tiempo y aliviar su peso.
D irectrices para los entrenadores res­
ponsables de la preparación de Xie ]un
Al sugerirle aperturas a Xie J un, los
entrenad ores d e b e rían aportarle u n a
clara introducción al pensamiento bási­
co, características posicionales, sistemas
y variantes de apertura. Deberían indi­
car el origen de los materiales de apertu­
ra, su fiabilidad, seguridad, factibilidad y
probabilidad de éxito. También deberí­
an explicar sus opiniones sobre la aper­
tura, etc.
Una vez que los entrenadores hayan
preparado su material, el equipo de entre­
nadores debería discutirlo primero entre
ellos. En caso de que haya diferencias de
opinión, Liu Wenche decidirá cómo pre­
sentar las aperturas a Xie Jun. Debe con­
cedérsele prioridad a la opinión del entre­
nador especializado en el tema concreto.
Liu Wenche actuará en calidad de super­
visión.
Preparación de Ye Jiangchuan. D ebe
concederle prioridad a los métodos de ata­
que contra la Siciliana. También necesita
preparar refinamientos tácticos para otras
aperturas semiabiertas, y para la Defensa
India de Rey. Cuando Xie Jun lo necesite,
debe estar preparado para pasarle sus ma­
teriales en cualquier momento. El torneo
de grandes maestros será una buena oca-
LA TEO R ÍA DEL ENTRENAM I ENTO 1 63
sión para que Xie Jun estudie y aprenda la
Defensa India de Rey.
Preparación de Xu Jun. Debería poner
el énfasis en las defensas Nimzondia e In­
dia de D ama. También debería preparar
sistemas defensivos contra la Apertura
Réti y la Apertura Inglesa.
Preparación de Qi Jingxuan. La Aper­
tura Ruy López (con ambos colores) .
También debería preparar la Apertura
Escocesa y el Giuoco Piano desde el lado
negro.
Procedimiento post-mortem. Al co­
mienzo del post-mortem, Xie Jun resumi­
rá la partida y describirá su impresión de
la misma. Sus observaciones constituirán
puntos de referencia para que los entrena­
dores comenten la partida. Al realizar és­
tos sus comentarios, Xie Jun puede plan­
tear las cuestiones que desee. El entrena­
dor debería responder de inmediato a la
cuestión de Xie Jun. Si no fuera posible, la
cuestión permanecerá abierta, pendiente
de una respuesta ulterior.
En sus comentarios post-mortem, los
entrenadores deberían introducir los si­
guientes temas:
• Evaluaciones de la Enciclopedia y
otras fuentes.
• Material de lnformator y fuentes si­
milares.
• El juego de Chiburdanidze.
• La opinión personal del entrenador
(incluidas nuevas evaluaciones, ju­
gadas e ideas).
Debe realizarse un análisis minucioso
de cada posición crítica del medio juego.
Conviene enfatizar tanto en el cálculo co­
mo en la planificación, a fin de mejorar la
habilidad de proseguir el ataque y de am­
pliar la ventaja. Debe prestarse particular
1 64 LA ESCUELA C H I N A DE AJ E D R EZ
atención al punto de inflexión de la parti­
da, a fin de mejorar la capacidad de Xie
Jun para controlar la situación.
( 6) Calendario del entrenamiento
(6a) División en cuatro fases
( 1 ) Período de consolidación (2 me­
ses, marzo-abril). Debido a la presión, el
medio juego de Xie Jun es algo más dé­
bil que en la época de la Olimpiada. Hay
varias medidas para recuperar y estabili­
zar sus cualidades: jugar en el torneo de
grandes maestros de Pekín ; más ej erci­
cio físico y mejor dieta; relajación; jugar
en el torneo femenino por equipos; estu­
d i o general y prep araci ón de n u e v a s
aperturas.
(2) P e ríodo de progreso (3 m e s e s ,
mayo-julio). Concentración e n l a técnica
de ampliar la ventaja en el medio juego;
jugar en el match masculino de prepara­
ción; participar en un programa de en­
trenamiento femenino; partidas de en­
trenamiento bajo condiciones de match
simuladas.
· ( 3 ) P e r íodo de r e aj u s t e ( u n o s 40
días, agosto y principios de s e p t i e m ­
bre ) : estudio del p l a n p a r a el m atch y
estrategia competitiva; preparación es­
pecífica.
(4) Match por el Campeonato Mundial
(máximo 48 días; mediados de septiembre
- finales de octubre).
( 6b) Distribución del tiempo de entre­
namiento
Total: unos 190 días.
Preparación con matches de entrena­
miento, partidas y post-mortems: 480 ho­
ras o 60 días.
Estudio de aperturas: nuevas apertu­
ras, 160 horas; otros estudios de aperturas,
160 horas.
Teoría general: 48 horas o 6 días.
Estudio de las partidas de Chiburda­
nidze y de las victorias de Fischer sobre
Spassky: 120 horas o 15 días.
Estudio personal de Xie 1 un: 240 horas
o 30 días.
Descanso: 30 días.
Tiempo libre: 1 O días.
( 6c) Calendario de ocho meses
1-14 marzo. Preparación para el torneo
de grandes maestros.
1 5-31 marzo. Participación en el tor­
neo de gran d e s m aestros, concentra­
ción sobre análisis y evaluación posicio­
nal.
1-12 abril. Repaso. Estudio de nuevas
aperturas.
1 3 -28 abri l . Torneo F e m e n i n o p o r
equipos. Nueva preparación d e aperturas
y práctica.
29 abril - 5 mayo. Reajuste y estudio
de nuevas aperturas.
6-21 mayo. Participación en el match
masculino de preparación. N ue va prepa­
ración de aperturas y práctica en la explo­
tación de nuevas ventajas.
22-30 mayo. Repaso. Continuación del
estudio de aperturas.
31 mayo - 15 junio. Partidas de entre­
namiento; preparación y práctica de nue­
vas aperturas; técnica de incrementar las
ventajas.
1 7 -30 j unio. Reaj uste . Continuar la
preparación general.
1 -27 julio. Partidas de entrenamiento
en condiciones de match (1 6 partidas, 3 o
4 semanales).
28-3 1 julio. Reajustes menores.

1 -1 O agosto. Partidas de práctica. Aná­
lisis de partidas. Estudio del plan para el
match.
1 1-30 agosto. Preparación pre-match.
1 -1 O septiembre. Reajuste.
Med i ados septiembre - Finales oc­
tubre. M atch por el Campeonato Mun­
dial.
( 6d) Programa diario de entrenamien-
to
6.30 Hora de levantarse.
6.45-7 . 1 5 Ej ercicios matinales: cami-
nar-jogging (5 minutos)-caminar.
7 .30:.8.00 Desayuno.
8.30- 1 1 .30 Entrenamiento de habilidad
(partida de entrenamiento h asta las
10.30).
1 1 .30-12.00 Descanso.
12.00-12.30 Comida.
12.45-14.00 Descanso de mediodía.
14.30-1 7.30 Entrenamiento técnico.
17.30-1 8.00 Descanso.
1 8.00-18-30 Cena.
18.30-1 9.30 Descanso (caminar).
1 9.35-21 .35 Entrenamiento técnico.
22.15 Hora de acostarse.
(7) Ayudas y recursos financieros para
el entrenamiento científico
El Sr. Campomanes, Presidente de la
FIDE, aportará materiales informáticos
de ajedrez para el equipo chino. Por esta
razón, necesitamos comprar un ordena­
dor, por unos 2.000 yuan.
A fin de proveer a Xie 1 un la adecuada
preparación para el Campeonato Mun­
dial, su proceso de entrenamiento y su
puesta a punto física, necesitamos un fon­
do especial de unos 10.000 yuan.
LA TEO R ÍA D E L ENTRENAM I E NTO 1 65
( 8 ) Grupo de entrenamiento, liderazgo
y organización
La organización estará encabezada y
coordinada por Chen Zude.
(Firmado): Liu Wenche
Entrenador general del equipo nacio­
nal de entrenamiento.
Blancas: Maia Chiburdanidze (Georgia)
Negras: Xie Jun (China)
Manila, 12 octubre 1991
Campeonato Mundial Femenino ( 8.3 par­
tida)
Apertura Ruy López
He perdido la cuenta de las veces en que
he reproducido las quince partidas del
match por el título entre Xie Jun y Chi­
burdanidze. He visto esas partidas en el
momento en que se jugaron. Después del
match las estudié para escribir mi informe.
Al enseñar ajedrez, al escribir artículos o
al preparar para la Olimpiada, he vuelto a
reproducir esas mismas partidas una y
otra vez. A fin de comentar en detalle la
octava partida, he vuelto a reproducir las
quince. Cada una de ellas me parece digna
de comentar, y es una pena que en este li­
bro no pueda incluirlas todas. Sólo puedo
elegir una para representar a las demás.
Esto no significa que esta partida sea la
mejor de las quince: todas ellas debieran
ser consideradas en conjunto.
Hay una época que se acerca a su fin:
el período de la dominación soviética en el
ajedrez femenino ha llegado a su término.
Comienza una nueva era: las jugadoras
chinas empiezan a tener un papel decisivo
en el mundo del ajedrez. Sin embargo, no
trato de dar un informe comprensible del
m_atch . Porque una crónica verdadera-
1 66 LA ESCU E LA C H I N A DE AJ E D R EZ
mente objetiva del mismo sólo puede apa­
recer cincuenta años más tarde. Todos los
comentarios están sujetos a factores per­
sonales, incluso sentimientos nacionalistas
y limitaciones históricas, que afectan a su
objetividad.
Después de la séptima partida, Xie J un
iba perdiendo por un punto. Ganó la par­
tida siguiente, y ese resultó ser el punto de
inflexión en el match . La gente tiende a
estar interesada en el punto de inflexión, y
yo no soy una excepción a esa tendencia.
Tal vez por eso, elegí comentar la presen­
te partida.
l e4
En una partida de alto nivel, la elec­
ción de la primera jugada es un tema es­
tratégico muy importante. Aunque creo
que Chiburdanidze se preparó muy mal
para este match , estoy seguro de que el
equipo ruso habrá examinado cuidadosa­
mente la Apertura Ruy López de Xie Jun.
La esencia de la Ruy López es transfor­
mar una partida abierta en una posición
cerrada, en la que las blancas esperan dis­
frutar de una prolongada iniciativa. Una
formación cerrada requiere conocimien­
tos posicionales y experiencia, y en este
aspecto Chiburdanidze cree que es mejor
que su joven oponente . No tiene dudas
acerca del desenlace del match (basándo­
se en el Torneo de Candidatas y en el
match entre Xie Jun y Maric). Creo que
busca producir un efecto: no sólo quiere
vencer a Xie Jun ( ¡ lo que no debería ser
un problema ! ) , sino hacerlo con la Ruy
López, una apertura en la que Xie Jun es
fuerte. De esta forma, Chiburdanidze de­
mostrará su supremacía: ¡quiere derrotar
a su rival de forma categórica!
Chiburdanidze se creó su reputación
elJlpleando la apertura de peón rey. Antes
de 1981 casi siempre abría con 1 e4, y sólo
jugó un par de partidas con 1 tt:Jf3. En un
torneo de 1 982 j ugó la apertura de peón
dama en cuatro partidas, pero tres años
más tarde, abría invariablemente con 1 e4.
Desde 1 986 en adelante, j ugó tanto 1 e4
como 1 d4. Tras perder el match con Xie
Jun, en 1991, en la mayoría de las ocasio­
nes abrió de peón dama. Recientemente,
la ha jugado casi siempre.
En sus cinco primeras partidas con
blancas del presente match, Chiburdanid­
ze abrió con peón de rey. Sólo cuando va
por detrás en el marcador, se pasa al peón
dama en dos partidas, pero entonces ya es
demasiado tarde. El resultado de esas cin­
co primeras partidas es una ganada, una
perdida y tres tablas. Su puntuación glo­
bal, hasta 1 998, es muy diferente. De 492
partidas con blancas, ganó 1 95 y perdió 69,
con 228 tablas. En otras palabras, de cada
siete partidas con blancas, Chiburdanidze
puede esperar anotarse tres victorias, tres
tablas y una sola derrota.
El contraste es revelador: Chiburda­
nidze no dominó, con blancas, el match
con Xie Jun. É sta, naturalmente, es una
de las razones por las que perdió el match.
Por supuesto, una derrota no puede acha­
carse únicamente a la apertura. La clave
es el medio juego.
1 eS 2 tt:J f3 tt:J c6 3 � b5 a6 4 � a4 tt:J f6
...
5 0-0
Este enroque tiene una historia de va­
rios siglos. Nadie lo omite. Sin embargo,
no debería considerarse la única opción de
las blancas. Dado que, en dos partidas del
match, Chiburdanidze eligió una estrate­
gia basada en 8 d3, creo que podría haber
jugado 5 d3, en lugar de 5 0-0. Con este or­
den de jugadas, las blancas evitan la Va­
riante Abierta (5 ... tt:Jxe4). ¿La Variante
Abierta? ¡ Oh , Chiburd anidze sabe que
Xie Jun no la jugará!

En la final del Campeonato del Mun­
do, celebrado en Las Vegas en agosto de
1 999, el jugador armenio Akopian eligió 5
d3 en la quinta partida contra J alifman.
Eso llevó a la misma posición, después de
1 3 j ugadas, que en la partida entre Chi­
burdanidze y Xie Jun.
Al mencionar esto, mi propósito no es
enseñarle a las jóvenes jugadores que 5 d3
es la forma correcta de luchar contra la
Variante Abierta, porque la V ariante
Abierta no es algo que haya que temer. Si
se prepara bien contra ella, ¡puede demo­
lerla! Sin embargo, si le falta ánimo para
entrar al trapo, o necesita una alternativa,
puede j ugar 5 d3.
5 ... il.e7 6 � el b5 7 §l.b3 0-0 8 d3
En la séptima j ugada, Xie Jun enroca
corto. El efecto de esta jugada sobre Chi­
burdanidze es algo que sólo su propio cír­
culo puede conocer. Según un comentaris­
ta, la razón de 8 d3 es evitar el Ataque
Marshall. Si Chiburdanidze hubiese juga­
do 8 c3, Xie Jun habría replicado 8 ... d5.
Estas nociones son ampliamente conoci­
das, pero quisiera añadir algo al respecto.
En primer lugar, ¿es fuerte el Ataque
Marshall? ¿Necesita un j ugador de alto ni­
vel, que juega peón rey, impedir el sacrifi-
LA TEO R ÍA DEL ENTRENAMI ENTO 1 67
cío de peón de Marshall? La respuesta es
no. Tomemos, por ej emplo, el caso de
A n a n d (segundo j ugador de más alto
El o). El gran maestro indio nunca evita el
Marshall. Desde 1992, ha jugado con blan­
cas contra Kamsky, Short, Adams, Jalif­
man, Topalov e Ivanchuk, todos ellos en­
tre los mejores del mundo. De 11 partidas
en las que se produjo el Marshall, Anand
ganó 3 e hizo tablas las 8 restantes. La pro­
porción de victorias puede que no sea ele­
vada, pero las negras no ganaron ninguna
partida. No creo que Anand tenga ningún
arma secreta para combatir el gambito.
Por lo que sé, no invierte demasiado tiem­
po en estudiar la variante, porque no se
juega con demasiada frecuencia. Es cierto
que si las blancas eligen el mejor antídoto,
las negras no tienen virtualmente posibili­
dad alguna de ganar.
En segundo lugar, conozco a Xie Jun
desde h ace más de veinte años. Desde
1 986 forma parte del equipo nacional chi­
no. En tanto que entrenador principal de
ese equipo, no me consta que haya reali­
zado demasiadas investigaciones sobre el
sacrificio de peón del Marshall. La base de
datos de mi ordenador contiene 240 parti­
das de Xie Jun, con negras, desde que re­
presentó a China en la Olimpiada de 1 988.
Sólo en una de estas partidas se planteó
un Marshall, en el torneo de Candidatas
de 1 990. La oponente de Xie Jun era la ju­
gadora checa E. Richtrova, última clasifi­
cada, quien seguramente no lamentó que
la partida fuese tablas. ¿Tienen las jugado­
ras extranjeras miedo de que Xie Jun jue­
gue un Marshall? ¿Quién sabe? Si pudiese
invertirse el reloj y permitir que Chibur­
danidze jugase 8 c3 y descubrir así las in­
tenciones de su oponente, no creo que Xie
Jun le concediese una oportunidad de ga­
nar.
1 68 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E DR EZ
En tercer lugar, algunos jugadores son
reticentes a realizar sus "deberes". No les
gusta estudiar las largas y forzadas varian­
tes del Marshall, que se extienden más allá
de la j ugada veinte, sobre todo porque
pueden pasarse todo un año sin encontrar
a un rival que les plantee la variante. Lo
que quiero decir es que si las negras jue­
gan 7 ... 0-0, y las blancas responden 8 a4 u
8 d3, no por eso deberían concluir que las
negras se han anotado una victoria psico­
lógica o moral. Muchos jugadores con ex­
tensos conocimientos de aperturas espe­
ran que su rival de turno juegue 7 ... 0-0,
permitiéndole a las blancas iniciar un ata­
que al flanco de dama, con 8 a4, mientras
que en caso de 7 ... d6 8 a4, la teoría de­
muestra que las blancas no logran ventaja
alguna. En cuanto a 8 d3, la jugada es un
producto del moderno pensamiento estra­
tégico, no una muestra de timidez o con­
servadurismo. Compárese la variante 1 e4
e5 2 t2Jf3 t2Jc6 3 j;,c4 t2Jf6 4 d3 j;,e7 5 c3 0-0
6 0-0 d6 7 h3 tiJaS 8 j;,b5 a6 9 j;,a4 b5 10
j;,c2 c5 11 t2Jbd2. La apertura es casi idén­
tica a la cuarta y octava partidas entre
Chiburdanidze y Xie Jun. La diferencia es
sólo que se llega a esta posición mediante
un rodeo. El propósito es alcanzar una de­
terminada estructura posicional.
En años recientes, Xie J un ha optado
por 7 ... d6, en lugar de su familiar 7 ... 0-0.
Normalmente, no se le presta atención al
cambio. ¿Es superficial? ¿Es que renuncia
al Ataque Marshall? Puede haber muchas
razones sutiles. No tengo derecho a conje­
turar sobre sus intenciones. La práctica le
dará una respuesta a los lectores.
8 d6 9 c3 tiJaS 10 j;,c2 eS 11 t2Jbd2
...
Esta posición aparece en 647 partidas
(hasta finales de 1 998), lo que representa
un alto índice. ¿Acaso todos estos j uga­
dores con blancas trataban de evitar el
Marshall? La teoría considera que des­
pués de 1 1 ttJ bd2, las blancas no tienen
una ventaja real.
11 ... !:t eS
En este punto hay una amplia elección.
Además de 1 1 . . . l::t e8 (280 partidas) , las
negras tienen 1 1 ... t2J c6 (224), 1 1 ... V/iic7
( 1 1 0), 1 1 ... t2J d7 (53), 1 1 ... j;,b7 ( 18), y 1 1
... h6 ( 1 1 ) . En la Olimpiada de 1 996, con
negras contra J. Polgár, Ye Jiangchuan ju­
gó 1 1 ... t2Jc6 12 tiJfl h6 13 a4 j;,e6 1 4 t2Je3
l::t c8!
12 ttJ n ttJ c6
La retirada del caballo negro se pro­
duce en 29 partidas, bastante menos que
la variante principal, 12 ... j;,f8 (1 03 parti­
das), y que 12 ... h6 (93). Sin embargo, es­
to no significa que 12 ... t2J c6 tenga nada
malo. Teniendo en cuenta que el plan de
las blancas es, en esencia, poco ambicio­
so, las numerosas alternativas de las ne­
gras pueden no tener especial significa­
ción, sino deberse a un distinto orden de
jugadas.
13 h3
Esta jugada ya se había producido en
la cuarta partida del match. La base con­
tiene 46 partidas con esta posición.
Hasta ahora, ambas jugadoras sólo han

invertido uno o dos minutos en sus juga­
das. Para la siguiente, Xie Jun se sumió en
profunda reflexión. No sabe qué tiene su
oponente escondido en la manga. De mo­
do que decide desviarse de la otra partida,
eligiendo una jugada que rara vez se ha
visto.
13 ... �b7
U na vez más, algunas estadísticas: las
negras han jugado 1 3 ... �f8 en 28 parti-
das, 1 3 ... h6 ( 18), y 1 3 ... VJ!/c7 (8), pero 1 3
... �b7 sólo aparece e n 5 partidas.
¿Por qué la mayoría de los jugadores
evitan 1 3 ... �b7? La partida J. Polgár ­
Y e Jiangchuan mencionada aporta la res­
puesta: no es el momento adecuado para
decidir dónde situar el alfil. En el futuro
Xie J un no desarrollará su alfil por b7 (o
ni siquiera j ugará 1 2 . . . l2J c6), cuando el
plan de las blancas no se ha revelado. Pero
no estoy diciendo que la teoría haya deci­
dido qué jugada es mejor. Se trata de una
cuestión de ideas personales y estilo del
jugador.
14 l2Jg3 �f8
Un programa de ordenador, más fuer­
te que Deeper Blue, podría escoger 14 .
Vlii c7 . El propósito es realizar el a vanee
... d6-d5 en el momento oportuno. Sin em-
LA TEO R ÍA DEL ENTRENAM I ENTO 1 69
bargo, el plan aún no se ha visto en la
práctica.
Tanto 14 ... �f8 como 14 ... h6 tienen
sus partidarios. Mi opinión es que 1 4 . . .
�f8 e s más natural.
15 l2Jf5
En la práctica se han jugado 15 tt:Jf5, 1 5
d4, 15 �g5 y 1 5 tt:Jh2. Ninguna d e ellas les
ofrece gran cosa a las blancas. La posición
es básicamente estática. Cada jugador rea­
liza preparaciones, maniobras dentro de
sus propias líneas y espera a que el opo­
nente se comprometa. Me parece que 15
tt:Jf5. es lo mejor.
15 . tt:Je7
..
Si las negras aspiran a conseguir venta­
ja, deberían considerar 1 5 ... d5 16 �g5 d4,
cuando tendrían una prometedora ventaja
espaci a l , y las blancas no disponen de
amenazas reales en el flanco de rey. Sin
embargo, si las blancas pueden atacar so­
bre la columna f (con f2-f4, en plan India
de Rey), la situación será diferente. Hay 4
partidas con 15 ... tt:Je7.
133
16 tt:Jxe7+
El caballo ha recorrido un millar de ki­
.. lómetros en cinco jugadas, tt:Jb1 -d2-f1-g3-
f5-e7. El caballo negro, por su parte, ha ju­
gado cuatro veces: tt:Jb8-c6-a5-c6-e7. Tales
1 70 LA ESCUELA C H I N A DE AJ E D R EZ
maniobras obedecen a fines estratégicos.
Al jugar 15 lt:Jf5, las blancas están sondean­
do las intenciones de las negras: ¿pensa­
ban realizar el avance . . . d6-d5? En lugar
de ello, las negras propusieron el cambio.
Las blancas pueden jugar ahora 16 lt:Jg3,
puesto que el caballo negro no tiene nada
mejor que regresar a c6. La base de datos
contiene dos partidas con 1 6 lLJ xe7 + y
otras dos con 1 6 lt:J3h4.
16 ... .ii xe7
Xie Jun invirtió un tiempo considera­
ble en esta jugada, preguntándose si debía
retomar de dama o de alfil. Más tarde dijo
"en teoría, debería haber j ugado 1 6 . . .
VJ/ixe7, y luego 1 7 ... VJ/ic7, porque d e esta
forma podía haberme ahorrado un tiem­
po". Sin embargo, ya me he referido a la
naturaleza cerrada de la posición. En posi­
ciones de este tipo ahorrar un tiempo pue­
de tener escasa significación. La clave es la
combinación de estrategia, espacio y es­
tructura. En otra partida también se jugó
16 ... .1i,xe7.
17 a4
¿Para qué sirve esta jugada? Tal vez
las blancas se encuentran también en un
dilema. Tal vez no pueden ver jugadas úti­
les, de modo que optan por realizar una
neutral y esperan a tener ocasión de efec­
tuar una buena.
A Chiburdanidze parece faltarte una
comprensión profunda de la posición. En
este tipo de partida, es posible que d3-d4
no le garantice a las blancas la ventaj a,
desde luego no tendrán ventaja si no reali­
zan esta jugada en el momento apropiado.
Ese momento era ahora. Por ej emplo:
17 d4 cxd4 18 cxd4 exd4 19 lLJ xd4 la eS
20 Jif4 d5 21 eS .ii b4 22 � e2! lt:Je4 23 lt:Jf5,
y el caballo llegará a d6. Las blancas están
ligeramente mejor.
17 ... Ji.f8
Esta jugada parece normal, pero ocul­
ta el plan de Xie Jun. Se anticipa correcta­
mente a la clavada que sigue, que se con­
testará eficazmente con ... h7-h6.
18 Ji.gS
Xie J un c o m e n t a a s í e s t a j ug a d a :
" Puesto que las blancas n o han logrado
ventaja de apertura, les resulta difícil en­
contrar aquí un plan de juego." Una línea
que satisface los requerimientos de la po­
sición es 1 8 Ji b3 'VJ/ic7 1 9 Ji g5 .ii e7 20
VJ/ie2 h6 21 Jih4, y aunque no puede decir­
se que las blancas tengan ventaja, sí les re­
sulta fácil encontrar jugadas.
18 ... h6
¿ Qué deben hacer las blancas con su
alfil de g5? Después de 1 9 .ii xf6 'VJ/ixf6, las
blancas están ligeramente peor. S i 1 9
Jid2, las negras son las primeras en avan­
zar en el centro, con 1 9 . . . d5. Chiburda­
nidze retira el alfil a h4 por inercia. Esto
permite a las negras cambiar su alfil de ca­
sillas oscuras, cuando su otro alfil es clara­
mente superior al blanco.
¡Se diría que la retirada 17 ... Jif8 fue
una jugada inteligente y efectiva!
19 Jih4
Algunos maestros extranjeros califican
esta jugada con un signo de interrogación,

pero no creo que las blancas dispongan de
ninguna jugada buena.
19 ... ii. e7
Sencillo y claro. Con 17 ... ii.f8 las ne­
gras indujeron a las blancas a clavar el ca­
ballo. Luego 1 8 ... h6 provocó la retirada a
h4, después de lo cual el alfil de casillas
negras regresa a e7 ¡para ser finalmente
cambiado ! Estas pocas jugadas demues­
tran que Xie Jun tenía la mente más fría
que Chiburdanidze.
20 d4
Las blancas eligen un mal momento
para efectuar este avance. Las negras po­
drían haber abierto ahora la posición en
su favor, puesto que su formación es me­
jor que la blanca. La línea correcta era 20
axb5 axb5 21 l:. xa8 'iYxa8 (esto es posible,
porque con su jugada 19 las negras refor­
zaron el caballo de f6) , y si las blancas
quieren tablas, pueden jugar 22 'iYal . Si,
en cambio, 21 ... ii.xa8, las blancas rápida­
mente ocupan la columna abierta con su
dama, equilibrando las posibilidades.
20 'iYc7
.•.
Un error posicional. Las negras debe­
rían j ugar senci l l amente 20 . . . exd4 2 1
cxd4 c4, cuando están ligeramente mejor.
21 dxe5
Esto es increíble. La posición no re­
quiere pensar demasiado. No hay duda de
que, después de 21 d5, las blancas están un
poco mejor. Tras 21 ... c4 22 'iYd2, las ne­
gras comprenderán que 20 ... 'iYc7 fue un
error.
Las blancas, por el contrario, abren la
columna central . D espués de eso, sólo
pueden esperar y ver qué emprenderán
las negras.
21 ... dxe5 22 'iYe2 c4!
Directo y preciso. Los tres peones ne­
gros en el flanco de dama son muy supe­
riores a los blancos. Las negras, por consi-
LA TEO R ÍA DEL E NT R E NAM I E NTO 1 71
guiente, tienen en esta posición una venta­
ja definida.
23 .: ed1 'iYc5
U n método claro y sencillo es 23 . . .
.: ad8 2 4 Ji.g3 l:. xd 1 + 2 5 Il xd1 ii.c5 26
axb5 axb5, y la ventaja negra es segura.
24 lt:Jh2?
Las alternativas 24 ii.g3 ii.d6 25 lt:Jh4
'iYc6 26 lt:Jf5 ii.c5 y 24 axb5 axb5 25 � xa8
l::t xa8 26 ii.g3 ii.d6 son ambas favorables
a las negras. En cualquier caso, serían pre­
feribles a la redundante 24 lt:Jh2.
24 ... b4 25 cxb4 'it'xb4
Aprovechando la oportunidad que le
brinda la inútil jugada de su oponente, Xie
Jun emprende una rápida acción en el
flanco de dama, rompiendo en el sector en
que tiene ventaja. A partir de ahora, pon­
drá cerco al peón blanco sobre la columna
semiabierta b, fijado por el peón negro de
c4.
26 l2l f3 l2l h5
Xie Jun dice que esto es forzado, ¡pero
yo no estoy seguro de que fuese una juga­
da planeada !
27 li, xe7 'iYxe7
Parece que era innecesario ofrecer el
sacrificio del peón c. Después de la simple
27 ... l::t xe7 28 'it'd2 aS, o de 28 lt.Jd2 lt.Jf4
1 72 LA ESC U E LA C H I N A DE AJ E D R EZ
29 'ik'xc4 'i;Vxb2 30 � ab1 'ik'c3 ! , las negras
tienen una clara ventaja.
28 g3
Chiburdanidze parece intimidada por
el peón de c4. No consigue captar las con­
secuencias de su captura, y opta por el jue­
go restrictivo. Después de 2S 'ik'xc4, vea­
mos qué pueden j ugar las negras: 2S . . .
1:[ ecS 2 9 'ik'e2 (29 'ik'b3 1::t abS) 2 9 . . . l2Jf4
30 'iYd2 l::t c4 3 1 b3 l::t c3 ! 32 l2Je1 (32 'iYd7
l:l eS 33 'i;Vxe7 1::t xe7 34 1::t dS+ <iit h7 3 5
1::t d 2 � ec7 3 6 1:[ a 2 l2Jxh3+ 3 7 c¡i;;> f l f6 3S
b4 l2Jf4 39 b5 axb5 40 axb5 l::t 7c4 41 l2Je1
1::t b4 42 1::t a7 � eS ! 43 g3 l2J e6 44 .i. d3
l2J d4 45 f4 � el 46 � f2 l2J xb5 47 .i. xb5
� xb5 4S l2J d3 � c4 49 fxe5 fxe5 50 � f3
l:l d4 5 1 �e3 .i.b7 52 l2Jf2 1::t b3+ 53 l::t d3
1::t dxd3+ 54 l2Jxd3 �c6 55 c¡i;;> d 2 .i.xe4 56
l2Jc5 1::t b2+ 57 <it>e3 .i.d5 le concede a las
negras una decisiva ventaja en el final) 32
. . . 'iYg5 33 c¡i;;> h2 n acS 34 1::t ac1 l2J e6 ! 35
n b 1 ! (a 35 'ik'xg5 hxg5 36 : d2 l2Jd4 37 f3
l2Jxb3 3S .i.xb3 � xc1 , las negras tienen
una decisiva ventaj a) 35 . . . l2J d4 ! (35 . . .
'iVg6 36 l:. b c l 'iVg5 3 7 1::t bl ) 36 'ifxg5
= negro es más activo que el blanco.
hxg5 37 .i. d3 l2J xb3 (3S l2J f3 f6 39 l2J g1
l2Jc5), y las negras están ligeramente me­
jor.
28 ... 'iYe6
Un buen puesto para la dama. Con es­
ta jugada la dama protege su peón de c4 y
ataca el de h3. Si 28 ... l2J f6, entonces 29
c¡i;;> h 2 'ik'e6 traspone, pero las blancas tam­
bién pueden jugar 29 'iVxc4 1:1 ac8 30 'ik'e2
'ik'b4 31 .i.d3 l2Jxe4 32 n e 1 ! l2Jc5 33 .i.f5
.i.xf3 34 'iVxf3 1::t edS 35 iVa3 ! 'i;Vxa3 36
l:. xa3, cuando las negras no tienen venta­
ja. Una tercera posibilidad, 2S ... 1::t acS 29
l2Jd2, conduce a una compleja batalla.
29 c¡i;;> b2
En caso de 29 l2J h4 g6 30 �g2 � ab8
31 n ab1 .i.c6, la posición blanca es peor
que en la partida.
29 ... l2Jf6 30 � a3!
Una buena jugada, que debería soste­
ner la posición.
30 ... aS
Con este avance las negras restringen
la acción del alfil blanco, e incrementan la
del suyo.
137
En la posición del diagrama, la ventaja
está, ciertamente, del lado negro: el peón
de c4 es más fuerte que el de b2, y el alfil
En principio, las blancas querrían si­
tuar su torre de a3 en la columna e, para
asediar el peón negro de c4. Sin embargo,
si 3 1 1::t c3 .i. a6 32 .i. b 1 l:. abS 33 .i. a2

� b4, la presión de las negras va en au­
mento. La continuación 34 l::t dcl l::t c8 35
t2J d2 nop es buena, debido a 35 ... I:l xb2
36 l::t 1c2 I:l xc2 37 I:l xc2 'iYe8, y el peón a
cae, mientras que después de 34 ¡vc2 ¡vb6
35 l::t d2 'iYc6, las blancas se enfrentan a
continuas amenazas.
31 I:l e3!
Chiburdanidze maneja la posición con
admirable habilidad. Primero estabiliza el
peón e4 y protege la diagonal gl-a7. Antes
que atacar el peón de c4, prepara b2-b3
para cambiarlo.
31 .tes
.••
En esta posición apenas hay diferencia
entre 31 ... .tc8 y 31 ... !1 ab8. Esta última
encierra mejor las intenciones de las ne­
gras, pero si las blancas captan la amenaza
latente ( ... .tb7-c8), el juego simplemente
traspondría.
32 'iYfl
Las blancas también podrían defen­
derse con 32 ltJ gl , pero Chiburdanidze
prefiere la jugada de dama, que demues­
tra la ventaja adicional de haber llevado
su torre a la columna e. Mantiene el ca­
ballo en f3 , desde donde no sólo "toca"
el peón de eS, sino que también espera
oportunidades de j ugar l2J f3-d2, amena­
zando el peón de c4. No hay nada erró­
neo en este plan. Sin embargo, también
valía la pena considerar 32 g4. Aunque
el flanco de rey se debilitaría aún más,
las negras no disponen de amenazas in­
mediatas allí, pues la presente escena de
la acción es el flanco de dama. Más tar­
de, las blancas podrían emprender una
escaramuza, con g4-g5 . Algunos jugado­
res que han estudiado minuciosamente
la teoría posicional prefieren que sus j u­
gadas encajen dentro de los dogmas teó­
ricos.
32 I:l b8 33 I:l b1 .ta6
••.
LA TEOR ÍA DEL E N T R E NAMI E NTO 1 73
Esto parece innecesario y demuestra
que Xie Jun estaba nerviosa. Una jugada
sencilla y precisa era 33 ... I:l b4. La posi­
ción del alfil debe estar en función de lo
que hagan las blancas, de modo que po­
dría necesitarse en d7.
34 'iYe1 n b4 35 b3 I:l eb8 36 bxc4
36 •..t2Jd7
La propia Xie Jun puntúa esta jugada
con un signo de interrogación, calificándo­
la de "inútil". Considera que 36 . . . .txc4
es "una fuerte jugada, que ejerce fuerte
presión en el flanco de dama".
No hay duda de que en la posición del
diagrama las negras tienen ventaja en el
flanco de dama. El problema es cómo con­
servar y explotar esa ventaja. No se trata
de una tarea sencilla. Existe una posible
elección entre cuatro j ugadas. Analicé­
moslas y veámos cuál concede mejores
posibilidades ganadoras.
(a) 36 ... l::t xbl 37 .txbl .txc4 38 .tc2
I:l b4 39 l2J d2 .ta6 40 .tb3 'iYd7 41 l2Jf3
.tc8 42 ¡vn 'iYe8! 43 .te2 'iYe6 44 g4 it,b7
45 �e2
(Ver diagrama 139.)
Aunque las negras tienen mejor es­
tructura y la iniciativa, es difícil aumentar
1 74 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
139
su ventaj a sin incurrir en riesgos. Por
ejemplo, si 45 ... 'ike7, entonces 46 g5; o
bien si 45 ... 'ikc6, entonces 46 ..tb3 tt:Jd7
47 'iN d2 I:t xe4 4S n c3 l:t e2 49 l:t xc6
1:. xd2 50 tt:J xd2 ..t xc6 51 tt:J c4. Las ne­
gras, por tanto, tienen que modificar su
enfoque y adoptar un "flexible manía­
breo". É ste es un concepto desarrollado
por Nimzovich, en posiciones en las que
el bando defensor tiene dos debilidades
sometidas a ataques alternativos. En teo­
ría, llegará un momento en que el defen­
sor ya no podrá proteger ambas debilida­
des. En el diagrama, las blancas tienen
sendas debilidades en a4 y e4, pero el alfil
de c2 también constituye una debilidad.
Tiene que defender ambos peones, pero
sólo puede h acerlo desde u n a casilla.
Aquí es donde las negras deberían manio­
brar, para romper la mejor estructura de­
fensiva de las blancas: 45 ... _: b2 (amena­
zando 46 ... 'ika2; las blancas están obliga­
das a sacar su dama de la columna e) 46
�d1 iVb6 ! (amenazando 47 . . . tt:J xe4 4S
_: xe4 'iVxf2+; o bien 48 ..t xe4 _: xf2+ y 49
. . . 'i:Vxe3) 47 � h 1 Wic7 48 _: e2 _: b4 49
tt:Jd2 'i:Vd7 50 'iVe 1 ..t c6 51 tt:Jf3 'iVe6 (fi­
nalmente, el peón blanco caerá) 52 'iVd1
Wli e7 5 3 Wli e 1 ..t xa4 54 'iV a 1 ..t xc2 55
.: xc2 a4.
(b) 36 . . . ..t xc4 37 l:t c3 tt:J d7 3S tt:J d2
l:l xbl 39 ,txb1 ..ta6 40 ..tc2, y la posición
está básicamente igualada, aunque es más
fácil de jugar con las negras.
(e) 36 . . . 'if xc4 37 l: xb4 (o 37 l:t c1
'iY e6 3 S .r! c3 ..t eS 3 9 g4 ..t d7 40 n c5
..txa4 41 ..t xa4 l:l xa4 42 l:t xe5 'ifb6 43
�g2 l:t b4) 37 ... axb4 38 ..tb3, con alguna
ventaja de las negras.
(d) 36 ... tt:J d7, la jugada que Xie Jun
realiza en la partida. Obviamente, no te­
nía la intención de sacrificar el peón, pero
está confusa en cuanto a si capturar de da­
ma o de alfil. Por lo visto, no considera la
sencilla 36 ... .J::¡ xbl . El veredicto sobre 36
... tt:Jd7 se indicará a continuación.
37 l:t eb3
¡ El control de tiempo va perfilándose!
Esto origina nervios, por muy bien que un
jugador haya sido entrenado. La j ugada
de las blancas busca una simplificación ge­
neral. La secuencia más sencilla era 37
l: xb4 l:t xb4 (37 ... axb4 3S tt:Jd2 ..txc4 39
tt:J xc4 'if xc4 40 ..t b3 'if d4 41 l::t f3 l:. fS
también es igualado) 3 S tt:J d2 tt:J c5 3 9
'ikd1 ! ..t es 4 0 g 4 ..td7 41 tt:J b3 la xc4 42
tt:Jxc5 l::t xc5 43 ..tb3 'ife7 44 la f3 ..teS 45
l:t d3 l::t cS 46 �g2, con una posición equi­
librada. Por esta variante puede verse por
qué Xie Jun, después de la partida dijo
que 36 ... tt:Jd7 era "una jugada innecesa­
ria " . Sin embargo, con el oponente e n
apuros d e tiempo, una jugada inesperada
puede a menudo resultar más efectiva que
la "normal".
37 ... 'iVxc4
(Ver diagrama 1 40.)
Una cosa es disfrutar reproduciendo
esta famosa partida, y otra muy distinta
fue presenciarla en directo, cuando el reloj
era un factor capital. Las blancas tienen
aquí tres opciones:

(a) 38 �d3 ld xb3 (si 38 ... iYxb3? ! 39
� xb3 � xb3 40 �xa6 � xf3 41 �g2 � f6
42 �b5 tt:Jc5 43 iYxa5, las blancas están li­
geramente mejor) 39 �xc4 � xbl 40 iVc3
�xc4 41 iYxc4. Si cae en la consideración
general de que dos torres son más fuertes
que una dama, puede usted pensar que es­
ta posición era mejor para las negras. En
realidad, debe ser equivalente, porque los
peones de aS y eS requieren defensa y la
dama blanca es activa. Por ejemplo: 41 ...
lt:J b6 (no es mej or 4 1 . . . � l b2) 42 iV c7
� c8 43 iYxe5 � c2 44 � g2 � bb2 45 g4
� xf2+ 46 � g3 g5 47 tt:J xg5 , con tablas.
Esta variante confirma que después de 36
... lt:Jd7 las negras no tienen ventaja.
(b) 38 iVdl (si las blancas no quieren
cambiar dos torre por la dama, deberían
considera esta jugada) 38 ... lt:Jf6 (si 38 ...
iVc5, entonces 39 � e3 ! ; o bien 38 ... iVe2
39 � g2 � xb3 40 � xb3 � d3 41 iYxe2
�xe2 42 lt:J d2 � b4 43 �c2, y el final es,
básicamente, igual) 39 1d xb4 axb4 40 1l b3
iVc5 41 .J::. e3 � b7 42 lt:J d2 ll c8 43 �b3
� d8 44 iVe2 l:t d7 45 iVe1. Las negras tie­
n e n u n a considerable i n i ci at i v a , pero
puesto que el alfil blanco clava el peón de
f7, y que el de eS necesita ser defendido,
no es fácil para las negras ganar el peón de
e4 o el de a4.
LA TEO R ÍA DEL ENTRENAMI ENTO 1 75
(e) 38 � xb4, como se jugó en la parti­
da. La j ugada no es tan fiable como 38
�d3, pero este tipo de omisión es difícil
de evitar cuando se está apurado de tiem­
po.
38 � xb4
Muchos comentaristas calificaron a la
textual de mala jugada, pero no creo que
lo sea.
38 axb4
.•.
Después de 38 ... � xb4 39 1:. xb4 axb4
40 iVdl , las negras están ligeramente me­
jor, pero tal vez 39 iVdl o 39 � el sean
más dignas de confianza.
39 �b3?
Esto sí es malo. Las blancas deberían
jugar 39 iVdl lt:Jf6 40 � b3 'iVc5 41 1:. e3,
que llevaría a una posición que ya hemos
visto. No hay duda de que las negras tie­
nen ventaja, pero es difícil decir si pueden
o no ganar.
39 iVd3!
•.•
U na j ugada restrictiva que le causa
muchos trastornos a las blancas.
40 iVdl
Después de 40 �g2 �b7 41 lt:Jd2 lt:Jc5
42 �c4 iVd4 43 � xb4 lt:Jd3, las negras tie­
nen ventaja decisiva .
40 iYxd1 41 � xdl
..•
A 41 �xdl �d3 42 � b2 �xe4 43 aS,
el final con un peón menos está perdido
para las blancas.
41 lt:JcS 42 1d bl
•.•
O bien 42 lt:Jd2 l:. d8 43 �d5 (si 43 lt:Jf3
l:. xd l 44 � xd l b3 45 lt:J d2 b2 46 � c2
lt:Jd3 ! 47 �gl �f8, las negras tienen una
ventaja decisiva en el final) 43 ... tt:Jxa4 44
� al �b5 45 � bl lt:Jc3 46 � xb4 ila6 47
· l::t b6 tt:Jxd5 48 � xa6 ttJ b4 49 1:. b6 � xd2
50 � xb4 � xf2+ 5 1 �gl � d2, y las negras
ganan el final de torres.
42 �d3 43 � b2 �xe4 44 tt:JxeS tt:Jxb3
•..
45 � xb3 �dS 46 � b2 b3 47 lt:Jd3
1 76 LA ESCU E LA CH I NA DE AJ E D R EZ
141
47 ... f6?
Tras pensar durante veinte minutos,
las negras no logran encontrar la victo­
r i a , que p o d ía c o n s e g u i rse con 47 . . .
;g as 48 l2J c5 ;g cs 4 9 l2J d3 f5 ! (Xie Jun
está, obviamente, cansada, y la posibili­
dad de crear una red de mate en el flan­
co de rey se le escapa) 50 aS l:t c3 5 1
l2J f4 (5 1 l2J b4 ..t f3 52 ;g b l ..t e4 53 ;g el
b2, ganando) 5 1 . . . .,t c4 52 lLJ e2 ;g d3 !
5 3 lL:J c l ( 5 3 <it> g2 ;g d 5 ) 5 3 . . . ;g d1 54
l2J e2 (54 l2J xb3 ..t d5 55 f3 ..t xf3 56 g4
f4, y las negras ganan) 54 . . . l:r al , con
decisiva ventaja.
47 ... f5 también es suficiente para ga-
nar.
48 g4
No 48 aS ;g bs 49 a6 ;g as 50 l::l bl (50
l2Jb4 ..t c4) 50 ... l:t a2 51 g4 ;g d2 52 l2Jb4
;g xf2+ 53 �g3 l:t f3+ 54 � h2 ..t aS, con
ventaja ganadora.
(Ver diagrama 1 42.)
48 ... ..t c4
Ahora, con 48 . . . ;g aS 49 l2J c5 ;g eS 50
lLJ d 3 ;g e 3 5 1 lLJ b 4 (si 5 1 lLJ f4 .,t f7 52
l2Je2 ;g cs 53 c;ltg3 � aS 54 l2J c3 c;lt f8, las
negras logran una ventaj a decisiva, lle­
vando su rey a aS) 51 ... ..t aS 52 aS rJ;;; f7
53 a6 rJ;;; e6 54 ;g d2 g5 55 a7 l:t el 56 f3
142
� al (56 . . . ..t xf3 57 ;g d3 ..t aS 58 1:. xb3
l::l al 59 l:t b2 � xa7 60 ;g a2, tablas) 57
:a. b2 ..t xf3 58 la xb3 ..t e4 59 l2J d3 (59
1: e3? f5) 59 . . 1:t xa7 60 l2J c5 + c;lt d5 61
.
l2J xe4 � xe4, se llega a una posición de
tablas.
49 l2Jc5 ? ?
Después de 49 lL:Jcl , la partida debería
ser tablas con el mej or juego por ambas
partes. Un experto extranjero i ndica 49
lL:J cl ;g d8 50 ;g bl ;g dl -+. No obstante,
tras 50 aS, las negras no tienen forma de
ganar.
49 ... 1:t eS 50 lLJ e4 .,t d5 51 lLJ g3 1:. aS
52 l2J e2 l::l xa4 53 l2Jc3 ;g a2!
La pequeña táctica de un sacrificio
de torre es una preocupación más para
el oponente. Esto es característico del
estilo de Xie Jun: añade una dosis de
táctica a una sencilla y precisa operación
técnica.
54 ;g bl
Si 54 l2Jxa2 bxa2 55 ;g b8 <it>f7, el alfil
impide que la torre llegue a aS, de modo
que el peón debe promocionar. Tampoco
después de 54 ;g xa2 bxa2 p u e d e n las
blancas bloquear el peón. Sólo pueden en­
tregar el caballo por él, lo que equivaldría
a rendirse.
54 .. ;g xf2+ 55 rJ;;; gl ;g g2+ 56 rJ;;; fl 1:. h2
.

Las blancas se rindieron.
Esta partida es representativa del es­
tilo de Xie J un, a comienzos de los no­
venta. En una posición igualada, exhibe
una sencilla y precisa técnica de finales.
Logra entonces una superioridad estruc­
tural en el flanco de dama, y tiene la ha­
bilidad necesaria para incrementarla. En
planificación y estrategia, su juego reve­
la profundidad de pensamiento y exce­
len te intuición , y lo que es más i m por­
tan t e : su valiente e spíritu combativo,
imbuido de confianza en sí misma. To­
ma decisiones agudas y resueltas, sin in­
decisión. Debería constituir un ej emplo
para los jugadores y jugadoras más jóve­
nes.
***
Participar en una competición interna­
cional está vinculado a formar parte del
equipo nacional de entrenamiento. Desde
el punto de vista actual, algunas de las re­
gulaciones para los miembros pueden pa­
recer demasiado estrictas, y algunos juga­
dores no están preparados para aceptar­
las. De modo que sus nombres deben reti­
rarse de la lista del equipo. Sin embargo,
no creo que un jugador sobresaliente, ca­
paz de representar a China, ¡pueda ser de­
rrotado por las normas ! Muchos j ugado­
res aprenden, a su debido tiempo, a ejerci­
tar la paciencia. Creo que su experiencia
en el equipo nacional de entrenamiento
les resultará beneficiosa para toda su vida.
A continuación comentaré dos parti­
das de Zhang Zhong, un brillante joven
gran maestro, que se proclamó en dos oca­
siones subcampeón mundial juvenil. Las
dos partidas se jugaron en la Olimpiada de
1 998.
LA TEO R ÍA DEL ENTRENAM I E NTO 1 77
Blancas: Zhang Zhong (China)
Negras: Karen Asrian (Armenia)
Olimpiada, Elistá 1 998
Defensa Caro-Kann
Zhang Zhong nació en Chongq ing, en
1 978. Su Elo internacional, en enero de
2000, era de 2636, lo que le situaba en el
puesto 47.0 del mundo.
Karen Asrian , gran maestro interna­
cional, nació en Armenia en 1 980. Su Elo,
en enero de 2000, era de 2572.
1 e4 c6 2 c4 d5 3 exd5 cxd5 4 cxd5 C¡j f6
5 Cjj c3 Cjj xd5 6 C¡jf3 Cjj c6 7 �b5
La línea principal es 7 d4, que aparece
en 125 partidas de la base, mientras que
de 7 �b5 sólo hay 33.
7 Cjj xc3 8 bxc3
.•.
Las negras tienen ahora varios planes
para elegir: 8 ... e6, 8 ... g6, 8 ... 'ifd6, 8 ...
�g4, etc. No tienen dificultades de aper­
tura.
8 �d7 9 0-0 e6 10 d4 �e7 11 �d3
..•
En el Open de Moscú de 1 994, Asrian
venció al maestro internacional ruso V.
Belikov. La partida siguió así: 11 �e2 0-0
1 2 � d3 � f6 1 3 h4 g6 1 4 � g5 � e8 1 5
.ti fel .1: c 8 1 6 'ifd2 � xg5 1 7 hxg5 'f/c7
18 l:t ac1 eS 1 9 d5 Cjj a5 20 c4 e4 21 l:t xe4
� xe4 22 �xe4 Cjj x e4, y las negras que­
d a r o n c o n m u y b u e n j u e g o . Zh ang
Zhong prefiere la flexible 11 �d3 de in­
mediato.
11 0-0 12 �f4
.•.
Esto amenaza 1 3 'ifb1 , atacando los
peones de b7 y h7.
12 g6 13 .l: bl b6 14 � el �f6 15 'ifd2
..•
.l: e8 16 h4!?
(Ver diagrama 1 43.)
Zhang Zhong tiene una marcada incli­
nación por el ataque al rey. Esta jugada se
basa en que las negras no pueden jugar 1 6
1 78 LA ESCU ELA C H I NA DE AJ E D R EZ
/43
. . . i. xh4? , por 17 lt:J xh4 'ifxh4 1 8 i_ g5
'ifg4 19 .S: e4 'iff5 20 l:. h4 'ifd5 21 i.f6, y
las blancas ganan.
16 ... a6
144
Preparando ... b6-b5 y, al mismo tiem­
po, evacuando a7 para la torre. La clave es
que las negras quieren llevar su caballo al
flanco de rey, y deben prevenir por tanto
i.d3-e4.
17 a4
Esta jugada parece cuestionable, aun­
que el rival no pueda explotarla. Las blan­
cas tratan de impedir el avance . . . b6-b5 ,
pero el peón de a4 se convertirá en un ob­
jetivo de ataque. Zhang Zhong lo sabe, y
la razón de que juegue a4 es que no tiene
clara la forma en que debe continuar su
ataque en el flanco de rey.
Un plan práctico de ataque es 17 i.gS,
para cambiar alfiles y tratar de explotar
luego las débiles casillas negras. Por ejem­
plo: 17 ... b5 18 c4! bxc4 19 i.xc4 aS (o 1 9
. . . i. xg5 20 hxg5 lt:J a5 2 1 i. d3 i. c6 2 2
lt:J e5 :! a 7 2 3 lt:J g4 cJ;; g 7 2 4 'iff4 i. d5 25
lt:Jf6 .S: h8 26 'ife5, ganando) 20 d5 lt:Jb4 (o
bien 20 ... exd5 21 'ifxd5, con una decisiva
ventaja) 21 dxe6 i.xe6 22 'ifxd8 i.xd8 23
i.b5 i.xg5 24 lt:Jxg5 .S: e7 25 lt:Jxe6 .S: xe6
26 .S: xe6 fxe6 27 i.c4 .S: e8 28 .:t. el <i;; f7 29
l::t e5 a4 30 l::t e4 lt:Jd5 31 i.b5 n b8 32 i.d7
lt:Jf6 33 i.xe6+ <i;; e 7 34 l:t e2, con ventaj a
ganadora.
17 ... tt:J e7 18 i.eS
145
Una línea sencilla es 1 8 i.e4 .S a7 19
'i:Va2 lt:J d5 20 i.d2 'J/ii c7 2 1 'iVb3 .S c8 22
i.xd5 exd5 23 'J/iixb6 'J/iixb6 24 .S xb6 �g7
25 .S a 1 , pero aunque las blancas tienen un
peón de ventaja, no está claro que puedan
ganar. Zhang Zhong toma la valiente de­
cisión de cambiar alfiles, y sacrifica su
peón a.
18 ... lt:J fS ? !
Las negras podían aceptar el reto, con
18 ... i.xe5 1 9 lt:Jxe5 i.xa4 20 h5 i.c6 ! ? 21
'iYh6 b5 22 hxg6 (22 lt:Jxf7 'iVaS) 22 ... fxg6

(si 22 ... hxg6, entonces 23 .iJ. e3 es decisi­
vo) 23 .iJ. e3 'V/Jic7 24 l::l h3 l2J f5 25 � xf5
exf5 26 tt:J xc6 'V/Jixc6 27 'V/Jixh7+ � f8 28
'V/Jih8+ � e7 29 'V/Jig7+ � d8 30 .iJ. h6, y las
blancas tienen una ventaj a decisiva. O
bien 20 . . . .iJ. a7 21 .iJ. a1 ! b5 22 'V/Jih6 � c7
(22 ... .: f8 23 tt:Jf3) 23 tt:Jf3 tt:J d5 24 l2Jg5
lZJ f6 25 .iJ. e3 lZJ g4 26 'V/Ji xh 7 + � f8 27
tt:J xe6+ ! � xe6 28 hxg6, con una posición
ganada. Aun así, ésta es la forma en que
deberían haber j ugado las negras, puesto
que estas variantes requieren mucha pre­
cisión por parte de las blancas.
19 �xf5 exf5 20 'i:Vh6
Las blancas amenazan la muy fuerte
21 tt:Jg5.
20 .•.l:í x e5
Las blancas tienen una ventaja decisiva
después de 20 ... �xe5 21 dxe5 f6 22 h5, o
de 20 . . . � xa4 2 1 l2J g5 n a7 22 'i:V xh7+
� f8 23 'if h6 + � g8 24 lZJ h 7 � xe5 25
lbxf6+ 'ifxf6 26 .'S xe5 .'S a8 27 h5. En con­
secuencia, las negras deciden entregar ca­
lidad, aunque eso no aliviará sus males.
21 dxe5 �g7 22 'ii'e3 �xa4 23 .iJ. xb6 'V/Jic7
24 .iJ. al �d7 25 .iJ. bxa6 .iJ. eS 26 .iJ. aS �eS
27 .iJ. 1a7 'V/Jic6 2S �d4 �18 29 'V/Jia4 'V/Jie6 30
'V/Jia2 .iJ. dS 3l l2Jd4 'V/JieS 32 'V/Jic4 �g7 33 f4
Las negras se rindieron.
L A TEORÍA D E L ENTRE NAM I ENTO 1 79
Blancas: Sergei Volkov (Rusia)
Negras: Zhang Zhong (China)
Olimpiada, Elistá 1 998
Defensa Holandesa
1 d4 f5 2 tt:Jc3 l2Jf6 3 �g5 d5 4 e3
El sistema más popular es 4 �xf6, con
el que se encuentran 3 1 2 partidas en la ba­
se. De 4 e3 sólo hay 43.
4 ... e6 5 lbf3 �e7
En la posición del diagrama, las blan­
cas normalmente prosiguen con 6 � d3
(10 partidas), respondiendo a 6 ... 0-0 con
7 lbe2 (5 partidas).
La partida B agirov - Danov, Moscú
1 967, siguió así: 6 l2Je2 h6 7 �xf6 �xf6 8
lbf4 0-0 9 c3 b6 10 lbg6 � e8 l l tt:Jfe5 �b7
1 2 f4 a6 1 3 'i:Vh5 lb d7 1 4 g4 lb f8 1 5 g5
�xe5 1 6 tt:Jxe5 hxg5 17 fxg5 g6 18 tt:Jxg6
lbxg6 19 'i:Vxg6+ �f8 20 �e2 'VJ/e7 21 h4,
y las negras se rindieron.
Volkov, que jugaba por el segundo
equipo de Rusia, es un gran maestro inter­
nacional, nacido en 1 974. Si se preparó pa­
ra l a p arti d a , d e b ía saber que Zhang
Zhong elegiría la Defensa Holandesa. No
sabemos si quería ganar empleando el mé­
todo de Bagirov.
6 lb e2 0-0 7 tt:Jf4 l2Je4 S �xe7 'Wixe7
1 80 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
6 tt:Je2 sólo aparece en dos partidas. En
la presente Zhang Zhong evita debilitar la
casilla g6 con ... h7 -h6.
9 a3
Una continuación plácida sería 9 c3 eS
10 .te2 tt:J c6 1 1 0-0, pero las blancas no
quieren una situación estab l e . Lo que
quieren es avanzar su peón a c4. Por con­
siguiente, primero j uegan 9 a3 para elimi­
nar el jaque de dama en b4.
9 c5 10 c4
...
Posiciones como ésta, con cuatro peo­
nes enfrentados entre sí, son difíciles de
manejar. El juego subsiguiente por lo ge­
neral adopta un carácter forzado. Los j u­
gadores, por tanto, buscan líneas forzadas
o semiforzadas. En tales condiciones, es
difícil impedir impresiones subjetivas que
infl uyan sobre n uestro criterio. Zhang
Zhong considera que 1 O c4 puede haber
situado a las blancas al borde de la catás­
trofe. En esto se ve influenciado excesiva­
mente por una variante concreta. Aun al
comentar posteriormente la partida, el ju­
gador puede omitir muchas variantes, que
son importantes para evaluar la posición.
10 gS! !
...
Los dos signos d e admiración fueron
añadidos por Zhang Zhong en sus propias
notas a la partida. En términos de espíritu
combativo y osadía, son bien merecidos.
Sin embargo, si analizamos la posición ob­
j etivamente, debemos evaluar la j ugada
de forma distinta.
En la posición que se produce tras 1 0
c4, s e tiene la impresión d e que las negras
pueden resolver fácilmente sus problemas.
Necesitan mantener el equilibrio, median­
te cambios de peones. En este momento su
posición está subdesarrollada, excepto el
caballo de e4. La seguridad de su propio
rey no es un problema, pero no es fácil ex­
plotar la situación del rey blanco en el cen­
tro. En realidad, si cualquier j ugador trata
de buscar aquí algo más que la igualdad, se
arriesga a quedar con la peor parte.
Obj etivamente, las negras deberían
considerar primero 10 .. cxd4, para ver de
.
qué forma retoman las blancas. En caso
de 11 exd4, entonces puede seguir 11 ... g5
12 lt:J h5 lt:Jc6.
Si a h o ra 1 3 h4 g4 1 4 lt:J d2 tt:J f6 ! 1 5
tt:Jxf6+ 'iVxf6 1 6 ttJ b3 dxc4 1 7 .txc4 M. d8,
las negras tienen una ventaja decisiva.
Las blancas pueden, por tanto, verse
obligadas a caminar en la cuerda floja, con
1 3 .td3. ¿Qué deberían, ahora, j ugar las
negras? El plan natural sería 1 3 ... dxc4 1 4

ilxc4 g4, pero las blancas pueden seguir
con 1 4 ilxe4 fxe4 1 5 tt:Je5 tt:Jxe5 1 6 dxe5
'iV c5 1 7 tt:J f6 + cJ;; g7 1 8 h 4 ! '{i' x e5 1 9
hxg5'li'xg5 20 tt:J xe4 'li'a5+ 2 1 cJ;; f1 , con
ventaja. Por ejemplo: 21 . . . eS 22 � xh7+
cJ;; xh7 23 'iV h 5 + cJ;; g7 24 'li' g5 + cJ;; f7 25
iY'f6+ cJ;; e 8 (o 25 ... cJ;; gS 26 'iVg6+ cJ;; h 8 27
cJ;; e 2, y las blancas ganan) 26 tt:Jd6+ cJ;; d7
27 '{i'xf8. Esta variante demuestra que las
negras no pueden lograr ventaja por me­
dios simples. La respuesta correcta a 1 3
ild3 es 13 ... � d8! Al presionar sobre la
debilidad de d4, las negras se aseguran
ventaja de apertura.
De esto se infiere que, en respuesta a 10
... cxd4, las blancas deben jugar 1 1 tt:Jxd4.
Ahora, después de 1 1 ... g5 1 2 tt:J h5 e5
13 tt:J b3 dxc4 14 ilxc4+ �h8 1 5 0-0 tt:Jc6
1 6 f3 tt:J d6 17 ii.d5, la posición está básica­
mente igualada.
En la posición del diagrama, las negras
tienen la potencial amenaza de unos cal­
zoncillos, con ... e6-e5, pero no pueden eje­
cutarlos, porque el caballo de f4 tomaría
en d5. Las negras no deben apresurarse,
sino mantener en cartera ... g7-g5 y ... e6-e5.
Pueden elegir entre 1 1 . . . � d8 y 1 1 . . .
ii.d7. Ambas j ugadas tienen sus ventajas y
sus inconvenientes, pero la posición negra
LA TEOR ÍA DEL E N T R E NAM I E NTO 1 81
no será mala. Tal vez 1 1 ... � d8 le crearía
mayores problemas a la blancas.
En la partida real, la inmediata 10 . . .
. g5, aunque quizá sea precipitada, recoge
una inesperada cosecha.
11 tt:Jd3
Las blancas deberían haber considera­
do 1 1 tD h5 tD c6 (como hemos visto, las
negras no consiguen nada con 1 1 ... cxd4
1 2 tt:Jxd4) 1 2 cxd5 exd5 1 3 dxc5, con posi­
ción igualada, aunque el j uego es más fácil
para las blancas.
11 g4
.••
El camino más sencillo era 1 1 ... cxd4
12 tt:Jxd4 (12 exd4 dxc4 13 tt:Jde5 b5) 1 2 ...
dxc4 13 ttJ eS c3 , con ventaj a decisiva.
Zhang Zhong proyecta, en cambio, ase­
diar al peón d4.
U tt:Jfe5 cxd4 13 exd4 dxc4 14 tt:Jxc4 tt:Jc6
15 tt:J de5 ¡¡ ds
Por fin, las negras sitúan el peón d4 en
el punto de mira. De todos modos, su po­
sición no debe sobrestimarse. El alfil de eS
no puede pasar al flanco de rey, su peón
de e6 es retrasado, etc.
16 ttJ xc6 bxc6
É sta es una posición crucial, y Zhang
Zhong debe haber depositado grandes es­
peranzas en ella. Observa que después de
1 82 LA ESCUELA C H I NA DE AJ E D R EZ
17 tt:Je5 �b7 18 �c4 c5 19 'iVb3 .S xd4 20
�xe6+ rt;g7, a las blancas les resulta difí­
cil evitar la pérdida de una pieza. Por su
comentario, podemos ver que no cree que
las blancas tengan buenas perspectivas,
excepto impedir ... c6-c5 con b2-b4. ¿No
hay realmente otras medidas defensivas?
Una línea aceptable para las blancas es
17 tt:J a5 c5 ( 1 7 ... 'iVc7 18 ttJ b3) 18 'iVc2 !
(no 1 8 tt:Jc6? 'iVb7 1 9 tt:Jxd8 'iVxb2 20 �e2
tt:J c3, con ventaja decisiva) 18 ... 'iVg5 1 9
.S d 1 ! .S xd4 20 �d3 ! �d7 21 0-0 'iVe7 22
.S fe1 , cuando curiosamente las negras es­
tán un poco peor. Si en lugar de 20 ... �d7,
las negras juegan 20 ... g3, entonces, des­
pués de 21 hxg3 tt:J xg3 22 .S h3 tt:J e4 23
rt; fl , de nuevo están mej or las blancas.
Por consiguiente, en lugar de 1 8 ... 'iVg5,
las negras deberían continuar con 1 8 . . .
�d7 1 9 �d3 cxd4 2 0 �xe4 fxe4 21 'iVxe4
e5 22 0-0, cuando ambos bandos tienen
preocupaciones.
17 b4?!
Las negras disponen ahora de un po­
deroso golpe táctico.
17 aS! 18 tt:J xaS � xaS!
...
El sacrificio de calidad muestra la bue­
na intuición de Zhang Zhong para el ata­
que al rey.
19 bxaS 'iVa7
Muy bien jugado.
20 �d3 'iVxaS+ 21 rt;fl 1:1 xd4
Amenazando . . . .S d4xd3, o también
... � c8-a6. El alfil blanco no puede per­
manecer en su posición, y todo ha termi­
nado.
22 �xe4 1:. xd1 + 23 1:1 xdl fxe4 24 h3 g3
2S � e2 �a6+ 26 rt; e3 'iVgS+ 27 f4 exf3+
28 ct; x f3 � c4 29 .S d4 � dS+ 30 ct; e2 hS
31 h4 'iVaS+ 32 rt;d3 eS
Las blancas se rindieron .
UN CURSO NACIONAL PARA
ENTRENADORES DE AJEDREZ
La idea de impartir un curso de prepara­
ción a entrenadores de aj e d rez se me
ocurrió hace mucho tiempo. En el vera­
no de 1 958, me encontraba enseñando
ajedrez chino en la Escuela Xiannong­
tan de deporte aficionado, en Pekín , y
escribiendo u n manual sobre el j uego.
Por entonces, era estudiante universita­
rio. La enseñanza del aj edrez chino era
un territorio nuevo, y los instructores no
te n ían claros m u c h o s t e m as teóricos.
Sentía que el dominio teórico de los pro­
fesores era muy importante en la prácti­
ca, y que debía subirse su nivel intelec­
tual . "Si quieres ser un profesor, prime­
ro deberás ser un estudiante . " Con un
entrenamiento adecuado, sería posible
formar un equipo de entrenadores de al­
to nivel.
En 1 985 escribí mi primer "Bosquejo
de un programa de entren amiento para
entrenadores profesionales". Además de
la teoría del aj edrez, el texto abarcaba fi­
losofía , metodol ogía del pensamiento,
teoría de la estrategia, psicología educati­
va y conocimientos de alta tecnología.

Sin embargo, por entonces el entorno ge­
neral era desfavorable, de modo que mi
idea tuvo que ser momentáneamente ar­
chivada.
En 1 992, el tema de un programa de
entrenamiento fue, por fin, incluido en el
orden del día. Se debatió en febrero de
aquel año en una reunión de la Asocia­
ción de Ajedrez de China. Pronuncié un
discurso al congreso y fui designado para
escribir un informe sobre la organización
de la "primera sesión nacional para pre­
paración de entrenadores" . Tracé un ca­
lendario para el curso de preparación, y
mi plan fue aprobado. El 1 O de j unio de
1 992, el Consej o Nacional de Deportes
envió un memorándum a las delegacio­
nes provinciales. El memo informaba de
que iba a realizarse un curso para entre­
nadores de ajedrez, en Pekín, del 12 al 23
de septiembre, con el objeto de desarro­
llar las cualidades y conocimientos de los
entrenadores profesionales, y adaptarlas
al nivel del ajedrez mundial, a fin de pre­
pararlos para poder entrenar a más j uga­
d ores de talento. Los estudi antes q u e
asistieron al curso fueron 4 2 entrenado­
res profesionales y unos 28 entrenadores
semiprofesionales. El curso fue patroci­
n a d o por la Fundación de Aj edrez Li
Chengzhi.
La que sigue es una versión abreviada
del plan aprobado por la dirección del Ins­
tituto de Ajedrez.
Bosquejo de un Plan para organizar
un curso nacional de preparación de
entrenadores de ajedrez (primera
fase)
(1 ) Organización y dirección. El comi­
té organizador del curso de entrenamien-
LA TEO R ÍA DEL ENTRENAM I ENTO 1 83
to, encabezado por Chen Zude, incluirá a
S un Lianzhi y Liu Wenche (directores ad­
j untos), y otros cuatro miembros.
(2) Cuadro de profesores. Estará for­
mado por Liu Wenche ( d irector) , Lin
Feng, Qi Jingxuan, Xiao Guanjun y Chen
De.
(3) Política orientativa. Puesto que se
trata del primer curso de este género que
se lleva a cabo en China, debe tener éxito.
( 4) Principios de enseñanza. Los es­
tudiantes deberán ser instruidos con una
clara orientación a la enseñanza, enfati­
zando en los puntos importantes y en
cómo impartir una preparación efectiva.
El curso incluirá múltiples disposiciones
para la enseñanza de la teoría y la prác­
tica.
(5) Materias de enseñanza. Desarrollo
del ajedrez; su sistema; política y dirección
futura; actitud mental; carácter moral y
deberes del entrenador.
( 6) Conocimientos especiales y expe­
riencia. El material de enseñanza será di­
vidido en tres categorías:
(a) Fundamentos teóricos. Enseñanza
de los conceptos básicos.
(b) Teoría de la competición. Enseñan­
za de "la psicología de la competición aje­
drecística".
(e) Teoría del entrenamiento. Enseñan­
za de "directrices para el entrenamiento
de los jóvenes".
El curso constará de 1 1 sesiones. Se
publicará posteriormente un informe so­
bre todas las sesiones. Debido a las restric­
ciones de tiempo, no habrá un examen al
final del curso.
1 84 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
(7) Práctica del juego. El curso incluirá
un torneo de nueve rondas, con partidas
de 25 minutos/j ugador. El propósito es
practicar la teoría, elevar el nivel competi­
tivo del entrenador y añadir experiencia
competitiva. La clase consagrará 4 sesio­
nes a esta práctica.
(8) Intercambio de experiencias. El cur­
so organizará dos reuniones para inter­
cambiar ideas. Se pronunciará una confe­
rencia a la asamblea, sobre temas como
sistemas de entrenamiento no profesional,
captación de j ugadores, enseñanza, selec­
ción, desarrollo del ajedrez, etc. Aquellos
que aporten una buena contribución al de­
bate de grupo tendrán la oportunidad de
dirigirse a la asamblea.
(9) Asistencia a acontecimientos ajedre­
císticos. Los estudiantes podrán presenciar
dos competiciones nacionales. El propósi­
to de esta actividad es ampliar, de primera
mano, su conocimiento de los eventos
competitivos. A esta actividad se le consa­
grarán dos sesiones.
( 1 O) Debate. Temas relacionados con
el programa bosquejado para el entrena­
miento de jóvenes serán debatidos. A este
asunto se le dedicará una sesión.
(1 1 ) Discusión informal. Se organizará
un fórum para discutir los siguientes as­
pectos:
(a) Cómo organizar en el futuro clases
de entrenamiento no profesional.
(b) Sugerencias para el entrenamiento
no profesional de jóvenes.
(e) Otros temas relacionados con el en­
trenamiento y la competición.
A este fórum se le dedicará una se­
sión .
( 1 2) Ceremonia de graduación. Discur­
so de Chen Zude (presidente); entrega de
diplomas; entrega de recuerdos conme­
morativos.
***
El curso de entrenamiento fue un éxito
y recibió todo tipo de comentarios favora­
bles. Constituyó, por tanto, un buen punto
de partida para cursos futuros. Los entre­
nadores poseían sus propias experiencias
en educación ajedrecística a nivel de prin­
cipiantes e intermedio. Lo que tenían que
aprender de las clases era, sobre todo, la
teoría y métodos de la Escuela China (así
como material superior de fuentes extran­
jeras). De esta forma, tuvieron la oportu­
nidad de integrar este material en su pro­
pia práctica.
Del 23 al 30 de agosto de 1 994 se cele­
bró, en Pekín, el segundo curso de prepa­
ración para entrenadores. También fue
patrocinado por la Fundación de Ajedrez
Li Chengzhi. El Sr. Li Chengzhi es un mi­
llonario de Singapur, que apoya el desa­
rrollo del ajedrez en China. El curso duró
5 días, con un total de 15 sesiones. Su con­
tenido fue casi el mismo que en el prime­
ro. La única diferencia fue que reduje mis
propias sesiones a dos. É sa es mi forma de
actuar: concederle a mis colegas el mayor
número de oportunidades posibles.
Hubo algunos cambios en la composi­
ción de la clase. En tre los estudiantes se
encontraban algunos maestros de escuelas
elementales y medias. Puesto que el curso
se desarrolló en verano, h u bo algunos
muy ocupados que no pudieron acudir a
Pekín. Asistieron unos 40. La corta dura­
ción fue un defecto en el curso de entrena­
miento.

Un tercer curso se organizó en Shen­
yang, del 4 al 13 de febrero de 1 998, du­
rante la competición nacional para j óve­
nes Li Chengzhi. Hubo numerosa asis­
tencia. Habíamos aprendido mucho del
s e g u n d o c u rs o . Han p a s a d o m u c h o s
a ñ o s , y nuestra dirección ha cambiado
considerablemente . Pero la cabeza visi­
ble seguía siendo Chen Zude, y su asis­
tente, Sun Lianzhi, director del Consejo
de Deportes de Shenyang. Yo participé
en el curso como profesor. Entre las ma­
terias que i mpartí, incorporé aj edrez y
computadoras. También invitamos a dos
profesores del I nstituto de Deportes de
S henyang, p ara que enseñasen fisiolo­
gía , psicología y teoría educativa para
j óvenes. Añadimos cuatro sesiones para
entrenadores profesionales, quienes im­
partieron una sesión del curso cada uno
de ellos.
Este curso fue diferente de los dos an­
teriores. A todos los estudiantes se les pi­
dió que redactasen un ensayo y efectuasen
un test escrito con 30 cuestiones, plantea­
das por los respectivos profesores. Le di a
todos los estudiantes un cuestionario, en
el que se les pedía que evaluasen a los pro­
fesores en una escala del 1 al 4, según cin­
co criterios. El cuestionario debía ser cum­
plimentado con carácter anónimo. Quería
conocer la opinión de los estudiantes acer­
ca de la capacidad de sus profesores, para
tener una idea clara de qué tipo de perso­
nas debíamos contratar para cursos futu­
ros.
En resumen, estos tres cursos de pre­
paración para entrenadores j ugaron un
importante papel en la enseñanza del pen­
samiento y teoría de la Escuela China. Sin
duda alguna, ej ercieron una profunda y
duradera influencia sobre el desarrollo del
ajedrez en China.
LA TEO R ÍA D E L E N T R E NAM I E NTO 1 85
Blancas: Xu Jun (China)
Negras: Viktor Korchnoi (Suiza)
Linares 1 998, abierto internacional
Apertura Inglesa
1 t2Jf3 tLlf6 2 c4 e6 3 t2Jc3 �b4 4 'ii'c2
Si las blancas lo desean, pueden entrar
en una Defensa Nimzoindia, con 4 d4. Sin
embargo, Korchnoi está muy familiariza­
do con esa defensa.
4 0-0 5 a3 �xc3
...
Según la teoría, este cambio conduce a
un juego igualado, pero creo que ese vere­
d icto e stá anticuado. Considerando el
equilibrio material y la estructura de espa­
cio, las blancas tienen muy buenas pers­
pectivas. Con todo, la posición negra es
muy sólida.
6 'li'xc3 b6 7 b4
Esta jugada aparece en más de 90 par­
tidas. La respuesta natural de las negras es
7 ... �b7 (66 partidas), pero también hay
otras jugadas, como 7 ... a5 ( 1 1 ) , 7 ... d6 (8)
y 7 ... t2Je4 (4). Korchnoi decide apartarse
del camino normal.
7 dS
...
Nadie antes ha optado por este orden
de jugadas. Sin embargo, una nueva juga­
da como ésta no tiene por qué tener signi-
1 86 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
ficación teórica o atraer a seguidores. Des­
de luego, no es una mala j ugada, pero
tampoco es buena. Se debe, en buena par­
te, a un factor de improvisación. En una
posición como ésta, es casi imposible que
las negras logren ventaja en la apertura.
8 e3
Al enfrentarse a una nueva j ugada, las
blancas eligen una réplica sólida, dej ando
el peón de d5 donde está. Las negras no
tienen esperanzas de realizar el avance
... d5-d4, ni tampoco es atractiva la captura
... d5xc4, puesto que ilflxc4 agilizaría el
desarrollo del flanco de rey blanco, dejan­
do al primer j ugador con el dominio de la
columna semiabierta c. Las blancas se
sienten confiadas.
8 ... il a6
Esta jugada tiene una cierta elegancia,
en comparación con la simple 8 ... il b7.
Las negras plantean una especie de clava­
da a lo largo de la diagonal a6-f1 , y espe­
ran a ver cómo responden las blancas. A
las negras no les preocupa 8 b5 ilb7, por­
que más tarde podrán romper con ... c7-c6.
9 ilb2
La presión sobre la gran diagonal a1-
h8 le garantiza a las blancas el éxito de
apertura. Será muy difícil para las negras
eliminar por completo esa presión.
9 eS
•..
Este avance de peón es necesario, y
debe realizarse de inmediato, pues de no
ser así, las blancas j ugarán l:I a 1 -c1 , y las
negras tendrán problemas.
10 d3
Esta posición se produjo en la partida
Eingorn - King, Dortmund 1 988, a partir
de un distinto orden de jugadas: 4 ... d5 5
a3 ilxc3 6 iVxc3 O-O 7 e3 b6 8 b4 c5 9 il b2
ila6 1 0 d3.
10 ... l2Jbd7 11 ile2 l:I eS 12 b5 ilb7 13 0-0
La partida Eingorn - King siguió: 1 3 a4
l2Je8 14 0-0 f6 15 'ifb3 ltJd6 16 a5 'ife7 17
ltJ d2 'iff7 1 8 il f3 n c7 1 9 axb6 axb6 20
n a7 n feS, acordándose tablas en la j uga­
da 44.
13 'ifc7
•.•
En la partida Ftacnik - Ambroz, Baile
Herculane 1 982, donde se llegó a la misma
posición por inversión de j ugadas, las ne­
gras j ugaron 13 ... 'ife7. No sé cuál era la
idea de las blancas, pero lo cierto es que
continuaron con 14 ltJd2, abandonando el
control de la casilla e5. Las negras, por su­
puesto, respondieron 14 ... eS , y después
de 15 cxd5 l2J xd5 16 'ifb3 ttJ c7 17 ltJ c4
ii.d5, las blancas ya no tenían ventaj a.
14 a4 n fd8 15 aS
Tras empuj ar el peón a b5, el avance
en la columna a es la continuación correc­
ta. A dónde llegará el peón a, a partir de
aquí, dependerá de las circunstancias.
15 ... l2Jf8 16 iVeS
Las blancas consideran que retendrán
ventaj a posicional tras un cambio de da­
mas.
16 ... iV e7
Las negras evitan correctamente el
cambio. Mientras las damas se encuentren
sobre el tablero, las blancas no pueden
crear serias amenazas sobre la columna a.

Ahora, la dama blanca está mal situada en
e5.
17 Vi'c3
U na decisión muy madura: las blancas
retiran su dama de e5, porque su presen­
cia allí era inútil . Quieren ver qué harán
ahora las negras. Si la dama negra regresa
a c7, existe la posibilidad de tablas por re­
petición de movimientos, aunque las blan­
cas pueden, naturalmente, desviarse. Sin
embargo, Korchnoi es un luchador, y él
mismo trata de desviarse.
17 ... dxc4
Al hacerlo de esta forma, las negras
empeoran su propia posición. El peón de
d5 debe ser mejor que el peón blanco de
d3. En cualquier caso, los triunfos blancos
a largo plazo no se derivan de este cam­
bio.
18 dxc4 l2J e8
Las negras sienten la presión de las
blancas a lo largo de la diagonal a1 -h8, y
buscan la forma de atenuarla. Primero re­
tiran su caballo, protegiendo g7, y luego
seguirán con .. .f7-f6. Aunque esto debilita
el peón de e6, las negras no tienen otro
modo de tratar su posición. Luego espera­
rán la ocasión de efectuar el avance ... e6-
e5. Sin embargo, puesto que las blancas
cuentan con un alfil de casillas claras, esto
no debería preocuparles.
19 jl fd1
19 axb6 axb6 20 n a7 l:t a8 conduciría a
un doble cambio de torres y no le reporta­
ría nada a las blancas. Xu Jun, acertada­
mente, deja el peón a donde está y realiza
una j ugada que encaja con las circunstan­
cias cambiantes.
19 ... f6 20 l2Jd2
É ste es el momento preciso para reti­
rar el caballo, dado que las blancas no
pueden impedir el avance del peón e ne­
gro. El caballo se dispone a viaj ar hasta
LA TEO R ÍA DEL ENTRENAMI E NTO 1 87
g3, apuntando a f5, h5 y e4. Si las negras
juegan ... e6-e5, la casilla f5 estará disponi­
ble para su ocupación.
20 ... l:t c7 21 l2J f1 l2J d6 22 l2J g3 l2J g6 23
�c2
La dama ha cumplido sus obligaciones
en c3 , y ahora se traslada a una casilla
blanca, preparándose para emprender ac­
ciones en el flanco de rey.
23 ... l2Jh4 24 .,tn 1:t cd7 25 a6
É ste no es el tipo de j ugada que se
efectúa fácilmente, pues renuncia de una
vez por todas a la posibilidad a5xb6. Sin
embargo, X u J un analiza la situación ge­
neral y cree que es el momento correcto
para resolver la tensión en la columna a.
El principal beneficio es que si el peón de
a6 se convierte en pasado, será tremenda­
mente fuerte. Esto puede suceder si las
blancas ganan el peón de a7, o bien si sa­
crifican una pieza en b6, cuando sólo pue­
da ser capturada por el peón de a7.
25 ... .,tas
El alfil permanece en la gran diagonal,
manteniendo una potencial amenaza so­
bre el flanco de rey blanco. En la presente
situación, sin embargo, no tiene perspecti­
vas de acción, e incluso podríamos consi­
derarlo "fuera de juego".
1 88 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
Las negras no quisieron retirarlo a c8,
porque en tal caso perderían el control de
la gran diagonal, dejando a sus piezas en
un atasco de tráfico. El alfil seguiría sin te­
ner adónde ir en el futuro. Korchnoi deci­
dió retirar su alfil a aS, tras sopesar los
pros y los contras. Difícilmente podía sos­
pechar que permanecería inmóvil en esa
casilla hasta el momento de rendirse.
26 'iie2 'ift7 27 'iig4 l2J hf5 28 l2Jxf5 exf5
Esto es lo que las negras planeaban al
realizar su última jugada. Aunque tienen
peones doblados en la columna f, su peón
de f5 está restringiendo al de e3. Si el peón
de f5 no es atacado, la configuración de
peones negros en el flanco de rey no es
peor que la de las blancas.
A 2S ... l2Jxf5, la continuación podría
ser: 29 � xd7 � xd7 30 rl dl l2Jh6 31 � xd7
iYxd7 32 'if h3 l2J f5 33 'if h5 e5 34 'iYg4
iYe6 35 �e2 e4 36 h4 �f8 37 'ifh3 g6 3S
h5 cJ;; g7 39 � g4 'ii d7 40 � xf5 iY xf5
41 'ifxf5 gxf5 42 cJi; h2, y las blancas ganan.
29 'iYe2 h5 30 f3 h4?!
Las negras tenían que haber jugado 30
... g5 y, seguido de 31 ... g4 y 32 ... 'ifg6, hu­
bieran podido crear algún juego en el flan­
co de rey.
31 h3 'iYe6 32 � d2 � t7 33 n ad1 � e7
34 �e3 l:t e8
Las negras quieren trasladar su rey al
flanco de dama, pero es fútil.
3 5 � d3 � d8 3 6 � el g 5 37 � f2 � eS
38 � ld2 'iVeS 39 �hl � ed8 40 'iVdl g4
Este sacrificio de peón no puede resol­
ver ningún problema.
41 � xh4 gxf3 42 gxf3 f4 43 e4 � e7
44 �h2 n h7
Korchnoi esperaba que las blancas de­
fendiesen su alfil con 45 'iVel , pero ...
4 5 � xd6! � x d6 46 rl x d6 'iY xd6 4 7
'ifxd6+ �xd6 48 �xf6
Las negras tienen torre, alfil y cuatro
peones contra dos alfiles y seis peones
blancos. Sin embargo, el alfil de aS no
puede tomar parte en la lucha, como no
sea sacrificándose en e4, cuando las fuer­
zas en liza serían torre y cuatro peones
contra dos alfiles y cuatro peones. El peón
blanco h decidirá el sino de las negras.
48 � e6 49 �g5 �eS 50 h4 � d7
.•.
Si 50 ... �xe4 51 fxe4 �xe4 52 �h3 f3
53 � e6 � d3 54 ® g3 � e2 55 � g4 r:i f7
56 h5, las blancas tienen ventaja decisiva.
51 �h3 � d1 52 �g2 � el 53 h5 � e6 54
h6 �t7 55 �h4 � xe4 56 �h3 � el 57 h7
� g7 58 �f5 � hl+ 59 � g4 e4 60 �xf4
Las negras se rindieron.

LA ESTRATE GIA DE LA COMPETICIÓN
n 1993 Zsuzsa Polgár realizó de­
E claraciones cargad as de triunfa­
lismo, tras sus excelentes resulta­
d o s en el T o r n e o de C a n d i d at a s . E n
consecuencia, había alguna ansiedad, en
cuanto a si Xie Jun sería capaz de defen­
der con éxito su título mundial. Al final,
sin embargo, Polgár no logró el derecho
a disputarle el campeonato. Los hados
fueron crueles con ella, pero no voy a
ocuparme d e l a traged i a d e Polgár .
Cualquiera que sea la forma en que se
evalúen los hechos, lo cierto es que fue
Nana Ioseliani quien emergió como as­
pirante.
La mayoría de las crónicas en los pe­
riódicos chinos se habían concentrado en
Xie Jun, M aia Chiburdanidze y Zsuzsa
Polgár. De repente, hizo su aparición en
escena el nombre de Ioseliani. Las predic­
ciones de los medios de comunicación no
fueron muy acertadas, y lo que había suce­
dido era la realidad. ¿Tenemos que expli­
carle al público quién es Ioseliani?
La brillante carrera de Ioseliani
Nana Ioseliani nació en Georgia, en 1 962.
Comenzó a j ugar al ajedrez a la edad, rela-
1 89
tivamente tardía, de nueve años. Sin em­
bargo, está dotada de inteligencia natural,
de modo que su progreso fue increíble­
mente rápido. En 1977, al acercarse a los
quince años, participó, por primera vez, en
el Campeonato Femenino de la URSS. En
el torneo tomaban parte numerosas estre­
llas, pero Ioseliani sorprendió a todos,
compartiendo el segundo y tercer puestos.
Este logro fue tanto más significativo
cuanto que, por entonces, el Campeonato
Soviético era equivalente en fuerza al
Campeonato Mundial. En el universo del
ajedrez femenino, la tripe hegemonía de
China, Hungría y la URSS aún no se había
producido. En 1 981, Ioseliani lograba el tí­
tulo de campeona soviética, junto con No­
na Gaprindashvili. Ganó el campeonato
con autoridad en 1 982, 1 986 y 1 987. En
1 983 su nombre se encontraba entre las
cuatro mejores jugadoras del mundo.
Ioseliani comenzó a participar en tor­
neos internacionales a los 16 años, cuando
compitió en su primer Torneo Zonal por
el M undial Femen ino. Sus actuaciones
fueron brillantes. En 1 979 ganó el Campeo­
nato Juvenil ( femenino ) de Europa y ob­
tuvo el título de gran maestra internacio­
nal . En el mismo año fue designada para
el equipo soviético que ganada la Olim-
1 90 LA ESCU E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
piada en 1 980. Volvió a jugar en la Olim­
piada en 1982. Ioseliani se clasificó para el
Torneo de Candidatas en cinco ocasiones
(sólo en 1 982 no pudo lograrlo). En 1 988
conquistó el derecho a luchar por el Cam­
peonato Mundial, aunque perdió el match
por el título, ante Chiburdanidze, por 7,5-
8,5.
En la carrera de Ioseliani como juga­
dora profesional (en la U RSS su ocupa­
ción oficial era periodista), ha habido tres
oleadas de éxito. La primera comenzó en
1 978 y alcanzó su punto culminan te en
1984, en el único torneo internacional fe­
menino celebrado en Tbilisi (Georgia). La
vencedora fue Nona Gaprindashvili. Maia
Chiburdanidze, entonces campeona del
mundo, sólo finalizó cuarta. Ioseliani fue
segunda. É sta fue su mayor hazaña. Su ca­
rrera sufrió una interrupción de dos años
( 1 985-86) . La segunda oleada de éxito le
llegó en 1987-88, y la tercera en 1 992-93.
Por todos sus éxitos competitivos,
Ioseliani ha conocido la infelicidad en su
vida personal. Sus experiencias afectaron
a su temperamento y ej ercieron una in­
fluencia negativa sobre su ajedrez. A los
30 años, su vida se hizo más asentada, y
eso repercutió favorablemente sobre su
juego. En 1 992 jugó en el segundo tablero
(Chiburdanidze ocupaba el primero) del
equipo georgiano que ganó el Campeona­
to Mundial Femenino de países. Volvió a
tener una excelente actuación en el Tor­
neo de Candidatas. En el mundo del aje­
drez femenino, pocas jugadoras tienen un
palmarés tan distinguido.
En el match fi nal de Candidatas, en
1 993, Nana Ioseliani se enfrentó a Zsuzsa
Polgár. Jugaron ocho partidas. Cada una
ganó dos, con cuatro tablas. Se disputaron
dos partidas adicionales, que finalizaron
en una victoria para cada una. Se j ugaron
dos nuevas partidas, y otras vez sendas
victorias para cada una, de modo que el
marcador permanecía igualado, y según
las reglas el match debía decidirse a suer­
t e s . La for t u n a favoreció a I o se l i a n i ,
quien, d e esta forma, obtenía por segunda
vez el derecho a desafiar a la campeona
mundial.
Análisis de la información técnica
Un importante factor en la defensa de Xie
Jun de su título mundial fue un minucioso
análisis de la información técnica relativa
a su oponente.
El número de partidas que Ioseliani
había jugado en competiciones internacio­
nales era superior a 500. Cuando se anali­
zan datos a partir del texto de las partidas,
hay que tener presente que existe un as­
pecto cualitativo que elude las cifras esta­
dísticas. Las partidas de libros y revistas
tienden a ser buenas, excluyéndose de la
imprenta numerosas partidas malas. Se­
gún mis estadísticas, más de 200 partidas
de Ioseliani no habían sido publicadas.
A fin de recoger más partidas jugadas
por Ioseliani, me enfrasqué en las revistas
sovi éticas Shajmaty Bjuletin, Shajmaty
URSS, 64 y Shajmaty Riga de los 1 7 años
anteriores, además de otras revistas de Es­
tados Unidos, Ingl aterra, Alemania, Ho­
landa y Yugoslavia. Estas publicaciones se
encuentran en el Instituto Chino de Aj e­
drez, el Instituto de Ajedrez de Pekín, y la
Biblioteca de Pekín, de modo que pude
descubrir otras 298 partidas, así como di­
versos comentarios.
En los tiempos actuales, con el desa­
rrollo de la tecnología y la popularidad de
los ordenadores, la cantidad de informa­
ción disponible ha aumentado notable-

mente. ¿ Cómo debería recogerse esta in­
formación y extraer conclusiones científi­
cas de la misma? Se trata de técnicas que
un entrenador de alto nivel debiera domi­
nar. En 1 993, debido a las limitadas facili­
dades técnicas, tuve que introducir a ma­
no todas las partidas en mi ordenador, ju­
gada a jugada. Constituyeron nuestra in­
formación básica sobre Ioseliani.
Para facilitar la utilización del mate­
rial, creé cuatro bases de datos diferentes.
Una contenía las 298 partidas, relaciona­
das cronológicamente. La segunda conte­
nía todas las partidas de Ioseliani con
blancas, 147 en total. La tercera contenía
todas sus partidas con negras. La cuarta
incluía todas las partidas jugadas por Iose­
liani en competiciones por el Campeonato
Mundial, 149 en total.
Francamente, la cantidad de trabajo
que todo esto supuso fue enorme. Trabajé
a diario hasta medianoche, a veces hasta
las cuatro de la mañana. Reflexioné sobre
cada detalle, pues cualquier error podría
estropear todo un día de trabaj o. Invertí
más de un mes en esta labor. Por fin, la ba­
se de datos quedó ultimada. Fue útil no
sólo para la defensa de Xie J un de su títu­
lo mundial, sino también para el estudio
del ajedrez en China.
Entre esas 298 partidas, ocho no esta­
ban disponibles en su totalidad (las aper­
turas apenas eran citadas en lnformator,
en notas a otras partidas) . De las que te­
níamos completas, realicé algunas estadís­
ticas, con ayuda de mi ordenador. Ioselia­
ni había ganado 1 32 partidas (el 46 % ) ,
perdido 5 5 ( 1 9 % ) y hecho tablas en 1 03
(36% ) . Su porcentaje global era de1 63 % .
Ioseliani había jugado 1 47 partidas con
blancas, de las que ganó 78 (53 % ) , perdió
23 ( 1 6 % ) e hizo tablas en 46 (31 % ) , con
un porcentaje del 69% .
LA ESTRAT E G I A D E LA COM PETI C I Ó N 1 91
Con negras, ganó 54 (38% ), perdió 32
(22 % ) e hizo tablas en 57 ( 40% ), con un
porcentaje del 58 % .
Por estas cifras pudi mos extraer dos
conclusiones: en partidas de alto nivel, Io­
seliani tenía un buen porcentaje de pun­
tuación, y su rendimiento con las piezas
blancas era formidable (su relación entre
victorias y derrotas, con blancas, era supe­
rior a 3: 1 ).
Cuando Ioseliani aprendió a jugar al
ajedrez, en el Palacio de los Jóvenes Pio­
neros, empleaba la apertura de peón rey.
La Escuela Soviética creía que esta forma
de abrir el juego era buena para un joven
jugador. Hasta 1981, se mantuvo fiel a esa
preferencia, conservando un repertorio
estable. La estrategia tuvo éxito en parte.
En los años 1 982-85 comenzó a modificar
sus aperturas, empleando los peones e y d
para abrir algunas de sus partidas impor­
tantes, en torneos internacionales. Este
cambio hizo, desde luego, más difícil para
sus rivlaes prepararse contra ella, pero
también le impuso una carga adicional a
Ioseliani. Las aperturas cerradas que juga­
ba estaban muy orientadas hacia la teoría,
y necesitaba tiempo para absorber su con­
tenido.
1 987-88 fue un período en el que la
apertura de peón rey de nuevo dominó las
partidas de Ioseliani. El regreso a su vieja
estrategia de apertura la situó en la segun­
da cumbre de su carrera. Sin embargo, la
derrota en el match de 1 988 por el Cam­
peonato Mundial, la obligó a modificar su
estilo y realizar modificaciones en su es­
trategia de aperturas.
En 1 991 -92, la estrategia de Ioseliani
era flexible y variable, "sirviendo distintos
platos a diferentes clientes " . Peón rey,
peón dama, Apertura Inglesa y 1 tt:Jf3, to­
das ellas se encuentran en su repertorio.
1 92 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
¿Qué tipo de menú iba Ioseliani a servir a
Xie Jun en e l i nminente match por e l
Campeonato del Mundo? ¿Sería una, dos,
tres o las cuatro variedades? É ste era un
tema muy importante que Xie Jun debía
estudiar.
"¿Puede prever el resultado?"
Se me pidieron mis predicciones acerca
del match. Mi respuesta (algo abreviada)
fue como sigue:
"Ha habido toda una marea de escritos
acerca de Xie J un, en periódicos, revistas
y libros (incluida, naturalmente, mucha in­
formación fabricada y falsa). Lo que pue­
do decir ahora no añadirá gran cosa a esos
informes. En realidad, alguna gente me
advierte que, en tanto que entrenador-jefe
del equipo chino, puedo estar divulgando
secretos del equipo, si hablo acerca del
próximo match de Xie Jun, en defensa de
su título mundial. Sin embargo, jugar al
ajedrez contiene pocos secretos. Mientras
juegas, los demás pueden formarse una
idea clara de ti. Las variantes preparadas,
o jugadas elaboradas en el laboratorio pri­
vado del ajedrecista, son algo muy espe­
cial. Los debutantes a menudo se hacen
ideas exageradas acerca de las armas se­
cretas de los famosos jugadores.
"A comienzos de este año ( 1 993 ) , la
F I D E publicó los respectivos ratings de
Xie Jun (2470) e Ioseliani (2460). Ahora,
ambas tienen 2470, porque Ioseliani ganó
1 0 puntos en su match con Polgár. Es difí­
cil decir cuál de ellas es más fuerte. Desde
luego, cualquier tentación de subestimar a
Ioseliani es injustificada y peligrosa.
"Ambas jugadoras tienen sus caracte­
rísticas particulares. Xie J un es buena en
el cálculo, y en resolver problemas técni-
cos con ayuda de táctica menor. Ioseliani
tiene un positivo estilo posicional y un en­
foque individual de la lucha ajedrecística.
"Habrá un largo período de prepara­
ción antes del match. Cuando conquistó el
derecho a luchar por el campeonato mun­
dial, Ioseliani tenía más de medio año por
delante para prepararse. En realidad, ha
estado planeando su revancha desde que
perdió ante Xie Jun en la última ronda del
Torneo de Candidatas de 1 990. Por su
parte, Xie J un comenzará el match con un
año de entrenamiento detrás de sí.
"El año anterior (1991), Xie Jun luchó
con Maia Chiburdanidze y la derrotó por
el Campeonato Mundial. La razón de este
resultado fue no sólo la habilidad innata
de la aspirante, sino también el bajo nivel
de preparación de la campeona, los erro­
res de sus entrenadores y la errónea acti­
tud de la jugadora hacia el encuentro. Es­
to no significa que los rusos y Chiburda­
nidze no sepan cómo prepararse para un
match, sino que entonces lo hicieron más
bien mal.
"En primer lugar, su idea directriz se
basaba en un serio error: subestimaron la
fuerza de Xie J un. Vieron que Xie Jun ha­
bía perdido partidas ante Kachiani y Ga­
lliamova y concluyeron que su j uego no
contenía ideas claras.
"En segundo lugar, una revista rusa de
aj edrez comentó con arrogancia las siete
partidas del match entre Xie J un y Alisa
Maric, y sugirió que Maric había perdido
accidentalmente al menos dos partidas,
con una posición superior. Esto no era si­
no alimentar el error de subestimar a Xie
J un. En realidad , las partidas con M aric
no reflejaban la fuerza general de Xie Jun.
Por entonces, y por varias razones, no se
encontraba en su mejor forma. Dado que
Chiburdanidze fue mal orientada, no pu-

do prepararse debidamente para el match.
Basta con mirar a las aperturas de las 1 5
partidas. La campeona ni siquiera preparó
la menor innovación para plantearle a su
oponente. Parecía contentarse con seguir
lo que mejor conoce Xie Jun: la Ruy Ló­
pez. Debe haber pensado que al hacerlo
así, demostraba su aplomo como campeo­
na del mundo y que, por tanto, su victoria
sería tanto más sonada.
" Esta vez Xie Jun puede estar segura
de que Ioseliani no será negligente en su
preparación. La aspirante debe presen­
tarse con a l g u n as i n n ov a c i o n e s en la
manga , y es imperativo pagarle con la
misma moneda. Xie J un debe prepararse
minuciosamente para esta batalla, mucho
mejor que para el último match. Los geor­
gianos son gente sagaz, y el ajedrez feme­
nino es el orgullo de Georgia. No es difí­
cil imaginar que concentrarán todos sus
esfuerzos en recon quistar los laureles
perdidos.
"El match será largo, con un máximo
de d ieciséis partidas. Es privilegio d e l
campeón conservar e l título en caso d e
empate final . Esto, s i n duda, favorece a
Xie Jun. El hecho de ser campeona mun­
dial es, en sí mismo, una ventaja psicológi­
ca. El campenato mundial es un símbolo
de poder. Cualquiera que se enfrente al
campeón debe sentir el aura y la amenaza
de su fuerza, por valiente que pueda ser el
aspirante.
"Xie Jun es ocho años más joven que
Ioseliani. La juventud es una ventaja. Xie
Jun está en ascenso. Sin embargo, las mu­
j e res de 30 a ñ o s son como l a s fl o r e s .
¿Quién tiene más energía y fuerza mental:
una mujer de 30 o una muchacha de 20?
Nadie puede decirlo: es un misterio inclu­
so para los psicólogos expertos. Vale la
pena notar que Ioseliani ha experimenta-
LA ESTRATEG IA D E LA COMPETICIÓN 1 93
do dificultades en la vida. Las experiencias
la han gastado psicológicamente. Puede
decirse que su juego es duro y que su cora­
zón es frío. En este aspecto, Xie Jun, con
su naturaleza más bien "infantil " , no co­
noce los tiempos duros, y no puede com­
pararse con Ioseliani.
"A veces me pregunto cuál podría ser
el mayor obstáculo para Xie J un en la de­
fensa de su título. Cuando llegó la noticia
de que Nana Ioseliani sería la aspirante,
mucha gente envió a Xie Jun sus felicita­
ciones. Supongo que eso significaba que
Zsuzsa Polgár sería, a su entender, una
verdadera amenaza, mientras que Ioselia­
ni no es tan fuerte y será fácil luchar con
ella. No estoy criticando a esa gente, pero
me preocupa un poco de que en su cora­
zón Xie 1 un no considere a Ioseliani como
su verdadera rival. No estoy seguro, espe­
ro que mis preocupaciones sean infunda­
das. Xie Jun ha madurado mucho desde
que jugó el match por el título, pero hasta
una persona madura no puede evitar co­
meter errores.
"Cuando Chiburdanidze no trató a Xie
Jun como a una seria oponente, no logró
prepararse bien para el match y sufrió un
duro revés. Cuando perdió, era demasia­
do tarde para lamentarse. De la misma
forma, Polgár no se tomó a Ioseliani con
la seriedad necesaria, y tampoco ella supo
ganar el match. La confianza en sí mismo
es una cosa, y tomarse al enemigo a la li­
gera, otra muy distinta.
"loseliani se preparará intensamente
para esta batalla. Se mantendrá tranqui­
l a d u ra n t e el j u e g o . Su programa de
aperturas estará a la altura de su opo­
nente. Hará todo lo posible por resistir la
presión de Xie Jun, y no perderá la com­
postura. Lao Tse dijo 'la mayor desgra­
cia consiste en tomarse el enemigo a la li-
1 94 LA ESC U E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
gera'. Espero que estas palabras consti­
tuyan una constante advertencia para
nosotros. "
Por último, me gustaría decir algo so­
bre un tema que, por cierto, guarda rela­
ción con la defensa de Xie 1 un de su título.
A menudo se me pregunta "¿Es el ajedrez
un juego mental?, ¿Por qué hay diferencia
entre hombres y mujeres?" El Elo más al­
to entre hombres es el de Kasparov, 2800.
El más alto entre mujeres, es el de Judit
Polgár, 2595 . Hay un agujero de más de
200 puntos. El tema fue planteado en un
espectáculo de TV en Hong Kong, "Hong
Kong matinal". El anfitrión incluso llegó a
preguntar: ¿Es la inteligencia de la mujer
inferior a la del hombre, y si es así, cuál es
la razón?
Le recordé que hay muchas muj eres
que son líderes políticos y grandes cientí­
ficas. Entonces volví al tema del ajedrez.
Dije que un buen jugador no es, necesa­
riamente, alguien con un alto coeficiente
de inteligencia. Admitía que una dife­
rencia entre j ugadores y j ugadoras era
que los hombres aplicaban la estrategia
en sus partidas, mientras que el juego de
las mujeres era, sobre todo, táctico. Las
j ugadoras siempre han tenido problemas
para entender en profundidad los aspec­
tos estratégicos, aunque sean tan buenas
como los hombres en táctica. Esto resul­
ta de la historia de nuestra sociedad, de
la división del trabajo, de factores psico­
lógicos. Con el avance de la historia, este
tipo de disparidad puede disminuir paso
a paso.
Kasparov tiene cinco asistentes para
ayudarle en su entrenamiento diario. Du­
rante una competición tiene diez, todos
ellos hombres. Las mejores jugadoras del
mundo emplean entrenadores y asistentes
masculinos. El asistente se ocupa de resol-
ver temas estratégicos, aunque pueda ha­
cer algún otro trabajo rutinario.
Muchas cuestiones estratégicas rela­
cionadas con la defensa de Xie Jun del tí­
tulo mundial deberán ser estudiadas por
su equipo de entrenadores, pero la propia
Xie Jun será la única persona que juegue
en el escenario. Si una partida concreta se
desarrolla dentro de la lucha estratégica,
¿estará debidamente servida por las dos
características de su estilo: resolución de
problemas por medios técnicos y peque­
ñas combinaciones? Me parece que debe
reforzar su estrategia para lidiar con el ac­
tivo estilo posicional de Ioseliani.
Una victoria decisiva
El match entre Xie Jun e Ioseliani finalizó
con un marcador de 8,5-2,5. El margen de
victoria constituyó una gran sorpresa para
los expertos. En la historia del Campeona­
to M u ndial Femenino, s ó l o hubo otro
match con un resultado tan abultado: la
victoria de Gaprindashvili sobre Bykova
en 1 962, por 9-2. Por entonces Gaprin­
dashvi l i te nía 2 1 años y Bykova ya 49.
Ambas eran ciudadanas soviéticas. Puesto
que las dos contrincantes eran compatrio­
tas, el evento tuvo poco im pacto en e l
mundo d e l aj edrez. El match entre X i e
Jun e Ioseliani tuvo una significación to­
talmente distinta. Mucha gente está inte­
resada en saber por qué se produjo un re­
su ltado tan abrumador. Aunque sea su­
perficialmente, puedo aportar algunas res­
puestas.
En primer lugar, Ioseliani se desmora­
lizó por un mal comienzo. Perdió la pri­
mera partida del match, y en las cuatro si­
guientes perdió tres y sólo hizo unas ta­
blas.

La elección o tratamiento de aperturas
de Ioseliani fue dudosa. Es casi increíble
que perdiese cinco de las seis partidas que
j ugó con blancas. Las seis fueron defensas
indias de rey. Xie Jun juega bien esta de­
fensa, pero era la primera vez, en toda su
carrera, que I oseliani se enfrentaba a la
misma. Había comenzado j ugando el peón
de rey, y también lo había hecho muy bien
con la Apertura I nglesa . Sin embargo,
abandonó ambas a favor del peón dama.
¿ Es una sorpresa, pues, que haya dado
tumbos y recibido golpes? En cinco casos
no sólo no logró ventaja contra la India de
Rey, sino que cometió repetidos errores.
Xie J un, por otra parte, j ugó con mucha
precisión. Sólo tomó una decisión cuestio­
nable en la j ugada 25 de la primera parti­
d a . Cada vez q ue I oseliani com etía un
error, Xie Jun sabía cómo explotarlo. Esto
demuestra que Ioseliani no es tan fuerte
como Xie Jun en el medio juego, sobre to­
do cuando se trata de defender el flanco
de rey ...
Blancas: Nana Ioseliani (Georgia)
Negras: Xie Jun (China)
Campeon ato M u ndial Feme nino ( l l .a
partida)
Defensa India de Rey
1 d4?!
El signo de interrogación no significa
que 1 d4 sea cuestionable en sí misma, pe­
ro ¿por qué elige Ioseliani una j ugada que
ya le ha reportado sus cuatro derrotas y
unas solas tablas? Puede significar un rá­
pido final del match, que ya está práctica­
mente perdido. Por otra parte, puede que
quiera aprender algo acerca de los secre­
tos de la India de Rey.
1 ... l2Jf6 2 c4 g6 3 l2Jc3 �g7 4 e4 d6 5 l2Jf3
0-0 6 �e2 eS 7 �e3
LA ESTRATEG I A D E LA COMPETICIÓN 1 95
Ioseliani empleó esta variante tres ve­
ces en el match. El resultado fue tres de­
rrotas. En realidad, en la base de datos
hay casi dos mil partidas con la variante, y
el porcentaje de victorias con blancas es
considerablemente alto (63 % ) . Hay casi
1 0.000 partidas con 7 0-0 (58% de victo­
rias blancas), mientras que 7 d5 tiene un
porcentaje del 55 % .
7 ... c6
En este punto la base incl uye un to­
tal de 1 4 posibilidades igualadoras. La
más frecuente es 7 . . . l2J g4 (609 parti­
das), seguida de 7 . . . l2J c6 (277) . La ter­
cera más popular es la que se j ugó en la
presente partida, 7 . . . c6 (240). Las de­
más son 7 . . . exd4 (232) , 7 . . . h6 (225 ) , 7
. . . l2J bd7 ( 1 6 1 ) , 7 . . . l2J a6 ( 1 1 9) , 7 . . . V/!ie7
( 1 1 8) , etc.
El propósito de 7 ... c6 puede verse en
la línea 8 0-0 exd4 9 l2Jxd4 (con 9 �xd4!,
las blancas pueden interferir en los planes
negros) 9 ... l:I e8 1 0 f3 d5, y las negras re­
suelven con éxito sus problemas de aper­
tura. En la primera partida del match, Xie
1 un eligió 7 ... h6.
8 d5
Una continuación di recta, que j ugó
por primera vez G ligoric, en 1 968. La al­
ternativa 8 0-0 fue jugada por primera vez
1 96 LA ESCU E LA C H I NA DE AJ E D R EZ
por Olafsson y Donner, en la Olimpiada
de 1 962.
8 d5 le concede a las blancas ventaja de
espacio. Si las negras responden 8 ... eS, las
blancas habrán ganado un tiempo (la j uga­
da �c1 -e3) sobre la línea 7 d5 cS . Este
tiempo puede resultar útil.
Desde el punto de vista de la Escuela
China, el principio de aperturas de las tres
E, las blancas deberían jugar d4-d5 y pre­
sionar a las negras sin la menor indecisión.
Es difícil decir si esta jugada es buena en
términos de un principio estratégico. Sin
embargo, sí encaja en el principio de espa­
cio y estructura.
8 d5 y 8 0-0 se encuentran en un cente­
nar de partidas cada una.
8 l2Jg4
...
La línea principal. En la base hay 59
partidas con esta j ugada, que se vio por
primera vez en 1 977. Las alternativas son
8 . . . cxd5 ( 1 8 partidas, desde 1 968), 8 . . .
l2Ja6 ( 1 1 , desde 1 991 ) y 8 . . . eS ( 1 O , desde
1984).
9 �g5 f6 10 �h4
Entre 1 972 (cuando se vio por primera
vez) y fines de 1 998, esta posición se pro­
dujo en 53 partidas registradas en la base.
De éstas, las blancas ganaron 25, hicieron
tablas en 1 4 y perdieron 1 6. ( H ubo dos
partidas más en 1999, ambas ganadas por
las blancas . ) Antes del match Xie Jun -
I oseliani, el resultado era de 6 victorias
por bando y 6 tablas. La m ás atractiva de
estas partidas fue la 1 9.a del match Karpov
- Kasparov de 1 990. Kasparov prosiguió
con 1 0 ... l2Ja6 1 1 l2Jd2 l2Jh6 1 2 a3 t2Jf7 1 3
f3 �h6 ( 1 3 ... h 5 traspondría a l a presente
partida Ioseliani - Xie J u n ; en la quinta
partida de su match con Mari e, en 1 99 1 ,
Xie Jun jugó 1 3 ... eS 1 4 :!:'1 b1 �d7, con po­
sibilidades para ambos bandos) 1 4 �f2 f5
1 5 'iVc2 �d7 1 6 b4 eS 1 7 :!:'1 b 1 b6 1 8 tLlfl
�f4 1 9 g3 �h6 20 h4 l2Jc7, con igualdad.
Hay 23 partidas con 1 O .. l2Ja6 y 17 con
.
1 0 ... cS.
Xie Jun tenía confianza en elegir 1 0 ...
h5, que se ve en raras ocasiones. Se j ugó
por primera vez en Leningrado, en 1 984,
pero ha despertado poca atención. Xie
J un la adoptó dos veces en este match, lo
que demuestra que la había preparado y
que se sentía a gusto con ella.
10 h5
...
La primera vez que se vio esta j ugada,
la partida fue tablas en sólo 19 movimien­
tos. Las dos partidas en que Xie Jun la rea­
lizó contra Ioseliani, fueron ganadas am-

bas por las negras. Más adelante, hasta fi­
nales de 1 998, la j ugada se produjo en 9
partidas (y dos más, cuyo orden fue 1 O . . . siendo un problema no resuelto para Iose­
tLJ a 6 1 1 tt:J d2 hS ) . E l resultado fue de 6
partidas ganadas por las blancas y 3 tablas.
¿Quiere esto decir que 1 O ... hS es insatis­
factoria para las negras en la práctica? En
mi opinión, no podemos extraer una con­
clusión así, ¡porque los conductores de las
piezas negras no eran Xie Jun!
1 1 tt:Jd2
Las negras amenazaban ... g6-gS y ... hS­
h4, ganando el alfil encerrado. La retirada
con el caballo es la mejor forma de impe­
d i r l o . Si ahora 1 1 . . . gS 1 2 � g3 h4 1 3
�xg4, las negras pierden un peón. Si 1 1 ...
tt:J h6 (renovando la amenaza sobre el al­
fil), las blancas pueden jugar 12 f3, fortifi­
cando su peón de e4 (en previsión del con­
traataque estándar de las negras con .. .f6-
fS) y, al mismo tiempo, despejando el ca­
mino para la retirada del alfil, por f2. Por
otra parte, el caballo blanco no tiene nada
que hacer en el fl anco de rey, de modo
que se dirige a la escena de la batalla, en el
flanco opuesto.
11 tt:Ja6
...
En la novena partida de este match ,
Xie Jun j ugó 1 1 . . . tt:J h6 1 2 f3 cS. En esta
LA ESTRATEGIA DE LA COMPETICIÓN 1 97
posición, las blancas tienen ventaja espa­
cial, pero elegir un plan correcto sigue
liani. El cambio de las negras a 1 1 . . tt:Ja6
.
no es inferior, pues al menos pueden evi­
tar cualquier mej ora que eventualmente
hayan podido preparar las blancas. Aun­
que la idea de 1 1 .. tt:Ja6 no era nueva, la
.
jugada no se había visto antes en esta par­
ticular posición.
12 a3
Hay 6 partidas con la posición ante­
rior. Las blancas se anotaron una victoria
y una derrota con 1 2 a3, dos victorias con
12 h3, y una victoria para cada bando con
1 2 0-0 y 1 2 .:t bl .
¿Cuál es, entonces, el mejor plan? Uno
muy natural es 12 0-0 tt:Jh6 13 f3.
Después de 1 2 h3 tt:Jh6 1 3 g4 hxg4 1 4
hxg4 tt:Jf7, l a situación d e las blancas tam­
poco es mala. Sin embargo, necesitan en­
contrar un lugar seguro para su rey, lo que
les llevará mucho tiempo. Aunque las
blancas ganaron ambas partidas con esta
línea, el plan de apertura tiene poco que
ver con el resultado.
Comparando 1 2 a3 con 1 2 .:t b1 , creo
que 1 2 já b1 es muy razonable. Las blan­
cas pueden responder a 1 2 .. eS con 13 a3.
.
Si las negras se abstienen de jugar 1 2 . . eS,
.
entonces las blancas pueden realizar el
avance b2-b4.
12 tt:Jh6 13 f3 tt:Jt7
...
(Ver diagrama 1 6 1 .)
La posición del diagrama es especial.
Normalmente, las blancas juegan 14 0-0,
seguido de 1S b4, o a la inversa. En esen­
cia, sigue siendo una típica India de Rey.
La posición contiene algunos detalles que
la distinguen y que se pondrán de mani­
fiesto en el juego subsiguiente. La situa­
ción de las blancas es muy buena.
1 98 LA ESC U E LA C H I N A DE AJ E D R EZ
Desconozco la razón de por qué las
blancas juegan 1 4 dxc6? ! Puede haber si­
do una decisión influida por motivos psi­
cológicos. Ioseliani presiente que ésta es la
última partida del match, y que tal vez sea
su canto del cisne. ¿Qué ganan las blancas
entregando su peón clave en el centro? En
la columna d semiabierta, el peón negro
de d6 queda retrasado. El peón de c6 tam­
bién es débil. De ahora en adelante, la es­
trategia de las blancas se concentra en es­
tos dos peones débiles. Que sea objetiva­
mente buena o no, a Ioseliani no le preo­
cupa muc h o , puesto ya ha p e r d i d o e l
match.
¿Qué hace que las blancas pierdan al
jugar 1 4 dxc6? En primer lugar, pierden el
control de la casilla e6. En la Defensa In­
dia de Rey, esta casilla es muy importante
para las blancas. Si pierden el control de
ella, un caballo o un alfil negro pueden
ocuparla. En particular, el caba llo de a6
puede dirigirse allí, vía c7, y amenazar con
instalarse en d4 o f4. Si el alfil negro ocupa
e6, estará apoyando un eventual contra­
golpe central, con . . . d6-d5 . En gen eral,
ambos bandos ganarán algo de 14 dxc6,
pero las blancas, por su parte, no podrán
atacar fácilmente sus objetivos de d6 y c6.
Sopesando las ventajas y los inconvenien-
tes, las blancas pierden más de lo que ga­
nan , porque sin 14 dxc6, disponen de la
posibilidad de actuar en el flanco de da­
ma.
En términos de principios 3E, la j uga­
da blanca vulnera el principio de espacio.
Que vulnere o no el de estructura , está
abierto a debate, porque hay dos estructu­
ras determinadas por 1 4 dxc6, una de las
cuales es favorable a las blancas. Es cues­
tión que requiere ser verificada en la prác­
tica. En cuanto al principio de estrategia,
I oseliani puede decir " tengo mi propio
plan estratégico para atacar los peones dé­
biles e y d".
Antes de que yo pub licase mis tres
principios E de apertura, pensaba que Io­
seliani no los conocería. Aunque los co­
nozca ahora, puede no jugar al ajedrez si­
guiéndolos. La razón es que tendría que
preguntarse si los principios son de alguna
ayuda en el contexto de una partida deter­
minada. En el transcurso de una partida
de alto nivel, un jugador puede estar vul­
nerando un principio y, al mismo tiempo,
jugar de acuerdo a otro. Lo importante es
entender cómo aplicar un principio a su
partida concreta. El principio en sí no pue­
de ganar la partida por usted.
Según el principio de espacio , 1 4 dxc6
entrega demasiados puntos. Sin embargo,
el plan de ataque en el centro y en el flan­
co de dama , con o sin esta jugada, debe ser
cuidadosamente sopesado. Si no puede
verse un plan de ataque apropiado, sin 1 4
dxc6, pero s í puede verse uno con esta ju­
gada, entonces debería realizarse. Lo pri­
mero es el principio de estrategia: el plan
está por encima de todo. Si la práctica y el
análisis demuestran que su plan no es bue­
no, o que no consigue su objetivo, debería
aprender la lección de la práctica y elevar
su comprensión de los tres prin cipios E.

14 dxc6 bxc6 15 b4 {jj c7
La retirada de caballo no requiere re­
flexión. La pieza era inútil en a6, de modo
que Xie Jun la incorpora al centro, donde
considerará su futuro papel.
En esta fase Xie Jun debe haber esta­
do muy emocionada. Gracias a la ayuda
de Ioseliani, tiene campo para maniobras.
16 {jj b3
Cubriendo el punto d4, e impidiendo
la maniobra ... {jj c7-e6-d4. Al mismo tiem­
po, las blancas buscan la oportunidad de
j ugar {jj b 3-a5, atacando el peón de c6.
¿Por qué no j uegan antes las blancas
1 6 0-0, y luego responden a 1 6 ... {jj e6 con
1 7 {jj b3? Parece una mera transposición,
pero hay una diferencia significativa. En
respuesta a 16 0-0, las negras tienen 16 ...
� h6 17 �f2 f5 18 {jj b3 fxe4 19 fxe4 ( 1 9
{jj x e4 d 5 es cómodo para las negras) 1 9 ...
'iVg5 (amenazando 20 ... �h3) 20 h4 'iVe7.
Esto es insatisfactorio para las blancas.
16 {jj e6 17 0-0 {jj f4
..•
La j ugada del caballo negro no es un
gesto vacío. La clave es que protege la ca­
silla d5. Las negras tienen que vigilarl a,
ante una ruptura de las blancas, en espe­
cial c4-c5. Esperan poder responder a este
avance con ... d6-d5 , sin pérdida de mate-
LA ESTRATEG IA D E LA COMPET I C I Ó N 1 99
rial. Mientras que las negras dispongan de
esta respuesta, el peón blanco seguirá es­
perando en c4. El plan de las blancas es
muy simple: prepararse para jugar c4-c5
e n un momento en que no sea posible
... d6-d5. É ste es el factor crítico de la lu­
cha.
18 � el
Esta jugada demuestra el nivel de elite
de Ioseliani como j ugadora profesional.
Muchos pueden pensar que esta jugada no
tiene nada de particular, pero en realidad
no es fácil realizar una jugada así en una
partida. A las blancas no les preocupa que
las negras cambien su caballo de f4 por el
alfil de e2. (El caballo ha hecho un largo
viaj e hacia el centro, y las negras difícil­
mente querrían cambiarlo por un alfil en­
cerrado por sus propios peones, en casillas
blancas.) Por consiguiente, la textual pre­
para la retirada del alfil a f1 en la jugada
siguiente. Esto beneficiará tanto al ataque
como a la defensa. El alfil tendrá posibili­
dades de jugar un papel importante.
18 ... �e6
Ésta es una jugada natural, y sin em­
bargo tengo que criticarla por negligente.
Incluso podría perder la partida. Cuando
se real iza una jugada así, te sientes como
200 LA ESC U E LA C H I NA D E AJ E D R EZ
relaj ado. Su razonamiento es sencillo y
parece irrefutable. El alfil de e6 apunta al
peón de c4. Si las blancas j uegan c4-c5, el
alfil estará apoyando el contragolpe ... d6-
d5, y de otro modo, en algunas circunstan­
cias, podría cambiarse por el caballo de
b3, permitiendo ... d6xc5. Las negras inclu­
so tendrían la oportunidad de jugar ... d6-
d5 sin esperar a c4-c5. ¡Cuán espléndido!
Planes sumamente perfectos. Lamenta­
blemente, puesto que no están ocultos, el
oponente los reconocerá e impedirá su
realización.
El plan correcto debería ser 1 8 ... 'J/Iic7
19 �fl g5 20 �f2 f5, y ahora:
( a ) 21 g3 ? ! l2J g6 22 c5 h4 ! 23 cxd6
t2Jxd6 24 �d2 hxg3 25 hxg3 f4 26 1::l ad 1
1::l d8 27 �c4+ � h8 28 �c5 �f8 29 'iVh2+
r:J;; g7 30 �d3 g4 31 � fl l2J b7 32 �xf8+
� xf8 33 fxg4 �xg4 34 �e2 'J/Iib6+ 35 � f2
f3, y las negras ganan. La dama, en la co­
lumna h, será capturada. La variante, por
supuesto, no es forzada, pero ilustra las
posibilidades. 21 g3 no es una buena j uga­
da.
(b) Después de 21 c5 ! , la situación es
compleja. Por ejemplo: 21 ... � d8 22 'ii'c2
d5 23 g3 d4 24 gxf4 dxc3 25 fxg5 t2Jxg5 26
'iVxc3 fxe4 27 fxe4 � f8 28 �g2 'iVf7 29
�g3 l2Jh3+ 30 �xh3 �xh3 31 l2Jd2 � ae8
32 l2J c4 'iVg6 33 l2J d6 � e6 34 'J/Iic4 � h7
35 l2Jf5 �xf5 36 exf5 l::l xf5.
19 �fl g5
Si ahora 1 9 . . . 'J/Iic7, las blancas tienen
20 � el , amenazando 21 l2Jd5, cuando las
negras estarían incómodas.
20 �12 fS 21 ltJaS
Una buena j ugada. Al poner cerco al
peón de c6, las blancas pueden hacerse
con la iniciativa en el flanco de dama. El
contraataque de las negras en el flanco de
rey requerirá algún tiempo.
Algunos comentaristas extranjeros re-
comiendan 2 1 g3, para expulsar el caballo
negro. Sin embargo, después de la simple
21 ... l2Jg6, el debilitamiento del flanco de
rey blanco acelerará el contraataque ne­
gro en ese sector del tablero.
21 �d7
...
En esta posición las blancas tienen una
clara ventaja en el flanco de dama. No só­
lo disponen de más efectivos en ese sector,
sino que también reciben apoyo a distan­
cia de los dos alfiles. Basta con que j ue­
guen 22 'Jjj¡ a4, atacando el peón e, y luego
23 � ad 1 , fij ando el peón d ( ¡ y poniendo
en observación a la dama negra ! ) . Sin du­
da alguna, las blanca tienen ventaja.
En la Enciclopedia del Ajedrez, edita­
da por Karpov, hay una entrada sobre Io­
seliani, calificándola de j ugadora con "un
positivo estilo posicional". Este comenta­
rio es, ciertamente, correcto. En el caso
presente, no obstante, Ioseliani abandona
un positivo plan posicional (22 'J/Iia4 y 23
� ad 1 , incrementando activamente la pre­
sión sobre las debilidades enemigas) a fa­
vor de una medida táctica, que trata de ga­
nar un peón de inmediato. Al calcular las
variantes, comete un grave error, a causa
de su forma rígida de pensar.
22 eS??

Iose l i a ni perdió cin c o p ar tid a s c o n
blancas en este match. Todas ellas contie­
nen jugadas que merecen un signo de inte­
rrogación, pero creo que ésta merece dos.
No sólo ech a p or tierra la ven taja, sin o
que conduce directamen te a u n a posición
perdida.
Las bl ancas contaban con 22 . d5 23..
g3 tt:'lg6 24 exd5 cxd5 25 �b5, con ven taja .
S i n embargo ...
22 d5 23 g3 fxe4!
.•.
¿Qué? ¡ Las n egras sacrifican el caba­
llo! Esta j ugada h ace que Ioseliani se des­
pierte, como si le h ubieran echado sobre
su cabeza un j arro de agua fría. Pero es
demasiado tarde. Xie 1 un no le concede la
menor oportunidad de corregir su error.
24 fxe4
Las b l a n cas ven q u e d e s p u é s de 24
gxf4 exf4 25 �d4 tt:'le5 26 fxe4 (o 26 �xe5
�xe5 27 � c1 e3 28 �d3 g4, y las blancas
no pueden contener el frente) 26 ... �g4
27 �e2 f3, las negras tienen ventaj a decisi­
va.
24 d4 25 gxf4 exf4!
.•.
E l sacrificio de cab a l l o está calculado
con precisión.
26 tt:Jxc6
Esperando 26 . iVxc6 27 tt:'ld5 . Si 26
. .
LA ESTRATEGIA DE LA COMPETICIÓN 201
tt:'lc4, 26 . . . tt:'le5, y l as blancas n o podrán
resistir mucho tiempo.
26 ... dxc3 27 iVxd7 �xd7 28 tt:'le7+ �h7
29 � a el g4 30 � edl �e6 31 tt:'ld5 tt:'lg5 32
tt:'lxc3 h4 33 � d3 g3 34 �el �eS 35 �d2
tt:'lh3+ 36 �g2 ñad8 37 tt:'ld5 � g4
Las blancas se rindieron.
E l jugador lógicamente se siente muy
m a l cua ndo abandona una partida, pero
en este caso Ioseliani probablemente se
sintió aliviada cuando finalizó. No j ugó
muy bien, mientras que Xie Jun había ex­
hibido verdadera fuerza. Si alguien pre­
gunta por qué perdió el match Ioseliani,
esta partida aporta la respuesta.
Blancas: Svetlana Matveeva ( Rusia)
Negras: Wu Mingqian (China)
Zhelenovodsk 1985
Torneo Interzonal Femenino
Defensa Eslava
Wu M ingqian, gran maestra internacional,
nació en H angzhou (China), en 1 961. Re­
p r e s e n t ó a Ch i n a c u a t r o v e c e s en l as
Olimpiadas.
Svetlana Matveeva, gran m aestra in­
ternacional, nació en la ex U nión Soviéti­
ca, en 1969. Consiguió grandes éxitos co­
mo j ugadora joven. En enero 2000 su ra­
ting era de 2414, lo que la situaba en el 29.0
puesto del escalafón mundial.
1 d4 d5 2 c4 c6 3 tt:'lf3 tt:'lf6 4 'ifc2 e6 5 g3
tt:'le4 6 �g2 tt:'ld7 7 O-O�e7 8 tt:'lbd2 f5
(Ver diagrama 1 66.)
El plan de las negras, .. .l2Jf6-e4 y .. f7- .
f5, empleando el retraso blanco en el de­
sarrollo de su caballo dama, no se j uega a
menudo. Sólo hay 24 partidas con é l en la
base de d atos. La estructura negra tiene
las características del sistema Stonewall en
la Defensa Holandesa.
202 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
9 lt:J e1 �f6 10 lt:Jdf3 g5
En este tipo de posici ón rara vez se
ve un ataque en el flanco de rey. Es el es­
tilo de Wu Mingqian. La política de acti­
vidad de flanco en fase temprana puede
no ser correcta en teoría, pero ella la em­
plea de forma m uy efectiva en la prácti­
ca. Esto es porque las j ugadoras femeni­
nas tienden a ser débiles en h abilidad de­
fensiva.
11 lt:Jd3 'iVe712 b3 h5
Atacando directamente al rey sin pro­
legómenos. Las negras llevan la dama al
lugar requerido y luego avanzan el peón h.
Se trata de un ataque feroz, pero todo está
en orden.
13 lt:Jfe5 'iVg7
¿ Por qué no j uegan las negras de inme­
diato 13 ... V/!Vh7? Debido a la línea 1 3 . . .
'iVh7 1 4 f4 h 4 1 5 g 4 h3 1 6 �h 1 , y l a dama
negra no está tan bien situada en h7 como
en g7.
¿ Cómo podemos evaluar la posición
del d i agrama? H ay m uchos factores es­
tructurales que deben sopesarse. E l m ás
importante es la posición del rey negro
en el centro. Las blancas deberían explo­
tar e ste fa ctor lo a n tes posi b l e , con 1 4
cxd5 exd5 (las negras no pueden permi­
tirse abri r l a columna e, con 14 . . . cxd5;
las blancas podrían, en tal caso, continuar
con 15 f3 h4 1 6 fxe4 dxe4 1 7 'ii' c 4) 1 5 f3, y
ahora las negras no pueden sacrificar su
caba l lo , ya que después d e 1 5 . . . h 4 1 6
fxe4 dxe4 1 7 �b2 hxg3 1 8 hxg3 exd3 1 9
exd3, el rey negro en la columna e l e con­
cede a las blancas una clara ventaj a posi­
cional.
Por supuesto, las negras no están obli­
gadas a j ugar 1 5 . . . h4. Pueden retirarse
con 1 5 ... lt:J d6. Sin embargo, las blancas
toman entonces medidas eficaces, con 1 6
e4. Podría seguir:
(a) 16 ... dxe4 17 fxe4 fxe4 (después de
1 7 . . . ttJ xe4 1 8 l:l xf5 ttJ xe5 1 9 n xe5 +
�xe5 20 lt:Jxe5, las blancas tienen ventaja
decisiva) 18 lt:Jf2 e3 (o bien 18 ... tt:Jxe5 1 9
dxe5 �xe5 20 tt:Jxe4 lt:Jxe4 21 'iVxe4 �e6
22 �b2 �xb2 23 V/!Vxe6+ 'iVe7 24 �xc6+,
ganando) 1 9 ltJ e4 ttJ xe4 20 iVxe4, con
ventaj a decisiva.
(b) 16 ... fxe4 17 fxe4 tt:Jxe4 18 �a3 h4
19 g4 h3 20 �xe4 dxe4 2 1 lt:J f2 lt:J xe5 22
dxe5 �xe5 23 'iVxe4 <it>d8 24 l:l ad 1 + �d7
25 l:l fe 1 l:I e8 26 �b2, y las negras deben
perder pieza.
14 f3?! h4!!
Las bl ancas , obviamente, no espera­
ban que las negras sacrificasen el caballo.
Esta j ugada ilustra el duro y feroz estilo de

Wu M in gq i an en su m a nifestación más
pura.
15 fxe4?
Si las blancas j uegan 1 5 cxd5 y las ne­
gras responden 15 ... exd5 o 15 ... cxd5, la
partida traspone a la nota de la j ugada 1 3
d e l as negras. Pero l a s n egras también
pueden j ugar 1 5 ... lt:Jxg3 16 hxg3 hxg3 1 7
dxc6 lt:Jxe5 1 8 dxe5 (o 1 8 lt:Jxe5 b6, y aho­
ra si 1 9 'iVc4? , entonces 1 9 . . . l:. h2, con
ventaj a decisiva, o bien si 1 9 l:. e 1 , enton­
ces 1 9 ... �a6) 18 ... �d8 1 9 f4 �b6+ 20 e3
'iVh6 2 1 .J:. e 1 gxf4.
De forma similar, 1 5 g4 puede contes­
tarse con 15 ... lt:J g3.
15 ... dxe4 16 �b2
Si las blancas salvan el caballo, con 16
lt:J f2, entonces 1 6 ... hxg3 17 hxg3 lt:Jxe5 1 8
dxe5 �xe5 1 9 l:. b 1 �xg3 le concede a las
negras una posición ganadora.
Con 1 6 �b2, las blancas devuelven la
pieza y emergen con peón menos.
16 ... exd3 17 exd3 hxg3 18 hxg3 ltJ xe5
19 dxe5 �xe5 20 �xe5 '/i'xe5 21 'iff2 '/i'f6
22 '/i'c5 �d7
En la posición del diagrama las negras
tienen un peón de ventaj a y, desde luego,
tienen también superioridad. Sin embar­
go, necesitan varios tiempos para poner a
LA ESTRATEGIA DE LA COMPETICIÓN 203
cubierto su rey, mientras que su alfil ca­
rece de radio de acción. Las blancas de­
berían, por tanto, buscar alguna compen­
s a c i ó n , p e r o e s t á n p s i co l ó g i c a m e n t e
desmoralizadas y no logran hacerse con
la posición.
23 .J:. ae1?!
É sta parece una xianshou (j ugada de
ataque), amenazando l:. fl xf5, pero las ne­
gras aprovechan la ocasión de escapar con
su rey, y las blancas no logran nada. Las
blancas tenían que defender la diagonal
g1 -a7. Su plan era l:. a1 -e1 -e5 y luego d3-
d4, esperando crear un bloqueo sobre ca­
sillas negras, pero una vez que las negras
se consoliden, su ventaj a de 2 peones con­
tra 1 en el flanco de rey les asegurará la
victoria.
El plan de las blancas debería ser 23
l:. ad 1 , seguido de d3-d4, manteniendo
confinado al peón de e6. La dama debe
p e r m a n ecer e n c5 , m a n t e n i e n d o e n e l
punto d e m ira a l peón d e a7. Para acti­
var s u torre d e a8, las negras tendrían
que j ugar . . . b7-b6, pero esto debilita el
peón d e c6 . Entonces, las blancas pue­
den j ugar 'li'c5-d6-c7. Al m ismo tiempo,
la torre de d1 apoya el avance d3-d4-d5 .
Con el rey y el alfi l negros mal si tuados,
a las blancas les interesa abrir e l j uego.
Esta estrategia les reportaría a las blan­
cas compensación por su déficit m ate­
rial.
23 'itt f7 24 l:. e5 l:. ad8
.•.
El deficiente plan blanco permite a las
negras coordi nar sus fuerzas sin proble­
mas.
25 .J:.fe1
Si ahora 25 d4 b6 26 �a3 c5 ! 27 '/i'xa7
cxd4 28 .J:.fel d3 29 'li'c7 'itt g6, las negras
tienen una gran ventaj a.
25 ... � eS 26 d4 b6 27 '/i' a3 a5 28 'ifb2
l:. d6
204 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
A m e n az a n d o c o n d o b l a r t o rr e s y
capturar el peón de d4. Todo h a termi­
nado.
29 c5 bxc5 30 dxc5 1: d3 31 'iVf2 f4 32 .txc6
� h3 33 gxf4 gxf4 34 .tg2 1: dg3 3S 1: Se4
f3 36 .: n � xg2+ 37 'iVxg2 fxg2 38 .: xf6+
�xf6
Y las negras ganaron poco después.
Blancas: Nana Ioseliani (Georgia)
Negras: Liu Shilan (China)
Velden (Austria) 1 983
Cuartos de Final, Candidatas
Defensa Siciliana
Liu Shilan fue la primera j ugadora china
que logró e l título de gran maestra inter­
n ac i o n a l ( e n 1 982 ) . N ac i ó e n 1 962 e n
Chengdu (provincia d e Sichuan). H a re­
presentado a China en cinco Olimpiadas ,
y ganó e l Campeonato Femenino d e l país
en nueve ocasiones.
1 e4 eS 2 tZ'lf3 tZ'lc6 3 d4 cxd4 4 tZ'lxd4 tZ'lf6
S tt:Jc3 d6 6 .tgS e6 7 'iYd2 .te7 8 0-0-0 0-0
9 f4 tZ'lxd4 10 'iYxd4 'iYaS
Esta posición se produjo, por primera
vez, en una partida j ugada en Rusia en
1 936. En el medio siglo siguiente, se pro­
dujo en más de 400 partidas. Anand, el se-
gundo jugador del mundo, se siente muy a
gusto en esta posición. Entre 1 992 y 1 998
la j ugó con negras en ocho ocasiones. Sus
oponentes fueron lvanchuk, Kamsky, Shi­
rov, Svidler y otros j ugadores de elite. De
modo q u e la posición del d i agrama ha
probado su viabilidad, y Liu S h i l an de­
mostró perspectiva al incorporarla a su re­
pertorio. En su match con Ioseliani la j ugó
en dos partidas, con negras. El resultado
fue una victoria y unas tablas, un notable
éxito.
La práctica demuestra que si las blan­
cas q u i e re n l ograr ventaj a d e apertura
aquí, deben tomar medidas activas. La lí­
nea principal es 1 1 .tc4, para preparar la
agresiva e4-e5. También 1 1 � b 1 es buena,
protegiendo el peón de a2 y preservando
todas las opciones blancas.
1 1 .td3?!
I oseliani sale de los caminos norma­
les. En la otra partida con Liu Shilan, no
consiguió nada con 1 1 .tb5. Pero sus j u­
gadas son ideas nuevas suyas y de su en­
trenador. El propósito es llevar la l ucha a
una posición q u e su oponente no h aya
podido estud iar antes. Hasta aquí sólo
hay 5 partidas con ll .td3, y el resultado
es de 4-1 a favor de las negras. Por e l con­
trario, h ay nada menos que 245 con 1 1
.tc4.
11 ... eS!
Esta j ugada pone el dedo en la llaga
del esquema blanco, y reflej a e l flexible
estilo de Liu Shilan.
12 'iYe3
Después de esta partida se real iza­
ron t e n t a t i v a s por m ej o r a r el j u e go
bl anco. Los analistas pensaron que esta
retirada es mala. Pero las blancas no lo­
gran ventaj a donde q ui e r a q ue vaya su
dama.
12 ... h6 13 .txf6

13 •..exf4!
El orden correcto de jugadas. Si 1 3 . . .
�xf6? de inmediato, entonces 1 4 lLJd5 , y
es demasiado tarde para . . . e5xf4, porque
1 5 lLJd5xf6 es j aque.
14 �e1
Las blancas no tienen alternativa. Des­
pués de 1 4 �xf4 �xf6, las negras amena­
zan ... �f6-g5, ganando la dama, y también
. . . �f6xc3 . Las blancas no pueden ataj ar
ambas amenazas.
14 ... �xf6 1S lLJdS �d8 16 lLJ xf6+
D e otro modo, tras . . . �f6-e 5 , e l alfil
quedaría magníficamente situado.
16 � .. 'it'xf6
D espués de tan sólo 1 6 j ugadas, las ne­
gras tienen un peón más y su ventaja es in­
cuestionable. A continuación, las blancas
realizan algunas j ugadas floj as y aceleran
su derrota.
17 l:lfl �e6 18 a3 gS 19 g3 f3 20 'it'e3 g4
21 h3 ¡f gS 22 'it'xgS+ hxgS 23 hxg4 � g7
24 e3 l:l h8 2S �e2 l:lh3 26 l:lxd6 l:l xg3 27
� d1 � xg4 28 l:l dS � e6 29 l:l eS b6 30
l:l e7 g4 31 eS l:l g2 32 e4 l:l d8 33 � xf3
gxf3 34 l:l xf3 l:l d7 3S l:l xd7 � xd7 36
l:l d3 � fS 37 l:l d4 l:l e2 38 b4 l:l xeS 39
�d2 l:le4 40 l:lxe4 �xe4
Las blancas se rindieron.
LA ESTRATEGIA DE LA COMPETICIÓN 205
LA DEFENSA SICILIANA:
UNA RECETA CHINA
1 e4 eS 2 lLJf3 lLJe6 3 d4 exd4 4 lLJxd4 lLJf6
S lLJ e3 d6
La estructura defensiva de las negras,
basada en el orden de j ugadas . . . l2J b8-c6,
. . . lLJg8-f6 y . . . d7-d6, se conocía en la anti­
gua Unión Soviética como Sistema Boles­
l avsky. ( Intern acionalmente, el Sistema
Boleslavsky se refiere a la continuación 6
�e2 e5. )
6 �gS
Esta j ugada se vio por primera vez
e n 1 93 0 . S u e l e l l am arse Ataq ue Rau­
zer, en reconocimiento al maestro y teó­
r i co sov i é tico V. R a u z e r ( 1 908- 1 94 1 ) .
La base d e datos, sin embargo, n o con­
tiene partidas de Rauzer con esta l ínea.
En Occidente, l a j ugada 6 � g5 se cono­
ce t a m b i é n como A t a q u e R ic h t e r . E l
m a e s t ro a l e m á n K u r t R i c h t e r ( 1 900-
1 9 6 9 ) la j u g ó c o n t r a B o go lj u b ov en
1 937. Las blancas perdieron l a partida.
Sin e mbargo, la variante s e h a bía vis­
t o en o c h o p a r t i d a s a n t e r i o r e s , con
A l e k h i n e y Keres e n tre l o s j ugadores
con b l a n c a s . La h i s t o r i a d e l a j ugada
ilustra el problema de bautizar a las aper­
turas.
6 ... e6 7 'iYd2 a6
Las negras también pueden j ugar 7
. . . � e7 8 0-0-0 0-0. E n los años cin­
cuenta, la respuesta m á s popular e r a 9
lLJ b3.
(Ver diagrama 1 7 1 .)
En la posición anterior B olesl asvky
j ugó 9 . . . 'it'b6 tres veces (en 1 953, 1 958
y 1 959). Las tres partidas fueron tablas.
Las dos ú l t i m a s f u e r o n c o n t r a P o l u ­
gaievsky y Spassky, d o s de l o s mejores
j ugadores mundiales de la época. Esas·
206 LA ESCUELA C H I NA D E AJEDREZ
dos partidas me i mpresionaron profun­
d amente.
8 0-0-0 'iVb6
Ésta es la j ugada que propongo debatir
en detalle. Antes de hacerlo, sin embargo,
me gustaría decir algo acerca de las aper­
turas en general.
En la base de datos, con un millón de
partidas, hay ejemplos de las veinte posibi­
lidades en la primera jugada blanca. La op­
ción menos popular es 1 lt:Ja3, que sólo se
encuentra en tres partidas. Hay cuatro j u­
gadas que se encuentran en más de 1 0.000
partidas. Son: 1 e4 (476.1 10 partidas), 1 d4
(343.243), 1 lt:Jf3 (86.896) y 1 c4 (77.366).
Como puede verse, en más de 470.000
partid as las blancas han abierto el j uego
con peón de rey. Las veinte posibles res­
puestas de las negras también están repre­
sentadas. Entre ellas, 1 ... bS sólo aparece
en cuatro partidas (la que menos). Hay 8
respuestas q u e se prod ucen en m á s de
1 0.000 ocasiones:
1 ... eS (Defensa Siciliana): 200.8 1 7 par-
tidas
1 ... eS (simétrica de peón rey): 1 1 2.974
1 ... e6 ( Defensa Francesa): 64.938
1 ... c6 ( Defensa Caro-Kann ): 32.322
1 ... d6 ( Defensa Pire): 20.067
1 ... g6 ( Defensa Moderna): 1 6.S62
1 . . . lt:Jf6 (Defensa Alekhine): 1 3.7S9
1 ... dS ( Defensa Escandinava): 1 0.974
Por estas cifras podemos fácilmente
ver, en la historia práctica de las aperturas,
que los j ugadores se han interesado, sobre
todo, por las aperturas semiabiertas, en
particular por la Defensa Siciliana. Hoy
día, en respuesta al peón de rey, la Sicilia­
na está en la cima de la moda. Esto guarda
una estrecha relación con el anterior mo­
nopolio de la Escuela Soviética. Los gran­
des éxitos de los j ugadores soviéticos y su
contribución teórica a la Defensa Siciliana
atraj eron la atención de los j ugadores de
todos los niveles, q ue ansiosamente abra­
zaron el sistema y disfrutaron así del n uevo
mundo que se les abría a sus pies.
La Defensa Siciliana hizo su aparición
al menos doscientos años después que 1 . . .
eS. L a s primeras partidas que se vieron
con ella datan de 1 834, año en el q ue se
disp utaron 8S partid as entre Alexander
McDon nell y Louis de l a Bourdon n ais.
Este último planteó la Sicil iana en 19 oca­
siones. Aparecen registradas otras 400
partidas con la d efensa en el sigl o XIX.
Hasta 1 930, se encontraban unas 1 .000. La
marca de las 1 0.000 no se alcanzó hasta

1 969. A comienzos de los noventa, sin em­
bargo, la cifra es ya de 200.000. En otras
palabras, casi la mitad de las partidas con
la Siciliana que contiene la base se jugaron
en los diez últimos años, de modo que po­
demos hablar de auténtica marea.
En real i d a d , la S icil i a n a es como l a
Bolsa, donde h a y tanto riesgo como opor­
t u n i d ad e s . Com parad a con 1 . . . e 5 , las
negras están incurriendo en mayores ries­
gos, pero sus oportunidades también son
considerablemente m ayores. É sta es l a
tendencia: i ncurri r en riesgos s e h a con­
vertido en una parte importante de la vida
humana. Las negras contraatacan sobre el
punto d4. Después tratarán de aprovechar
la columna semiabierta e para presionar
sobre la casilla c2 de las blancas. Las ne­
gras confían, sobre todo, en estos dos fac­
tores para equil ibrar la ventaj a espacial y
estructural de las blancas.
Cuando las negras tratan de asegurarse
un j uego igualado con la Defensa S icilia­
na, se encuentran con numerosas dificul­
tades y obstáculos. En términos de espa­
cio y estructura, no t i e n e n los m i smos
triunfos que las blancas. En términos de
planificación estratégica, deben encontrar
su propio camino. Aunque di sponen de
una amplia gama de sistemas y variantes,
siempre tienen el problema de elegir un
plan q ue dificulte la tarea de las blancas.
Cuando tiene usted blancas, sea cual fuere
l a línea q ue su oponente elij a, siempre
tendrá l a vaga sensación d e que lograr
ventaj a no resultará fácil. Cuando j uega
con negras, tiene la sensación de que cual­
q uier sistema elegido no será lo bastante
bueno y que no le garantizará la igualdad.
El caballo blanco de d4 y el peón de
e4, según la teoría china, constituyen un
"centro u n i ficad o " . Desde que hizo su
aparición el h ipermodernismo, comple-
L A ESTRATEGIA DE L A COMPETICIÓN 207
mentado más tarde por la Escuela Soviéti­
c a , la tendencia básica en la teoría d e
aperturas, desde el punto d e vista d e las
negras, ha sido en tregar el centro a l as
blancas y luego organizar un contraataque
contra ese obj etivo. Las negras golpean
sólo después de que su oponente haya gol­
peado. Sin embargo, atacar una pieza es
muy distinto de atacar un peón, dado que
la pieza dispone de mucha mayor movili­
dad. El caballo negro de c6 desafía al blan­
co de d4, pero es improbable que las ne­
gras i nicien el cambio de piezas, puesto
que eso dejaría a las blancas con su dama
o su alfil muy bien centralizada( o) en d4,
presionando sobre la posición negra. Con
... 'iVd8-b6, las negras aumentan la presión
sobre el caballo blanco, a fin de hacer que
se retire o se cambie por el de c6.
En realidad , . . . 'i:Vd8-b6 es posible no
sólo en la octava jugada, sino en cualquie­
ra de las cuatro j ugadas anteriores. Todas
estas posibil idades han sido ensayadas ya
en la práctica.
La p o s i b i l i d a d m á s t e m p r a n a con
... 'iVd8-b6 es en la cuarta j ugada, en lugar
de 4 ... ltJf6 . Así j ugó Louis Paulsen en una
partida de 1 881 , pero el experimento no se
rep i t i ó h a s t a 1 96 1 , en u n a p a r t i d a d e
B ronstein. En total, hay más d e u n millar
de partidas con 4 ... 'iVb6. Entre las muje­
res, j ugadoras como Maia Chiburdanidze,
Judit Polgár, Alisa M aric y otras la h an
empleado con frecuencia. I ncluso en ma­
yor proporción que los hombres. Con 4 ...
'iYb6 , las negras normal mente logran su
propósito de forzar la retirada del caballo
bl a n c o . L a s bl a n c a s n o c o n s i d e r a n 5
ltJxc6, pues el peón b negro retomaría ha­
cia el centro. Normalmente, las blancas
j uegan 5 ttJ b3. ¿Se benefician las negras
de inducir esta retirada? Todavía no hay
una respuesta clara.
208 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
En la quinta j ugada, 5 . . . 'iYb6 se pro­
duce en menos de un centenar de partidas.
Se j ugó por primera vez en 1 883, y luego
no volvió a verse hasta 1 964. La razón de
esta rareza es que no hay una gran dife­
rencia entre esta j ugada y 4 . . . iVb6. Es
mejor sacar la dama en la cuarta j ugada
que en la quinta.
En la sexta j ugada, las negras pueden
responder a 6 �g5 con 6 ... iVb6, una idea
que data de 1 95 1 . Al jugar así en ese mo­
mento, las negras atacan no sólo el caballo
de d4, sino también el peón de b2. Por
consiguiente, las blancas suelen responder
7 Cfj b 3 . A co n t i n u ac i ó n p u e d e n j u g a r
�g5-e3 para desviar la dama negra, pero
puesto que las blancas han jugado ya �c1 -
g5, la j ugada negra ... iVb6-c7 no significa
una pérdida de tiempo. En general, 6 . . .
'iYb6 n o e s una mala opción.
Un movimiento después, 7 ... 'iYb6 sólo
se registra en 9 ocasiones. Una posible res­
puesta es 8 �b5, pero no le reporta venta­
ja a las blancas, y sólo hay una partida con
ella. Las j ugadas 7 ... 'iYb6 y 8 . . . 'iYb6 pue­
den trasponer.
¿Cuándo adopté por primera vez 8 . . .
'iVb6? Fue hacia 1 978, por la época en que
fui seleccionado para representar a China
en la O l i mpiad a . Por entonces, m i res­
puesta normal al Ataque Rauzer era 6 . . .
�d7 7 'iYd2 � cS. Tras alguna práctica, de­
cidí abandonar esta variante, y pasarme a
la línea principal, con 6 . . . e6 7 'iY d2 a6 8
0-0-0. Recopilé todas las partidas impor­
tantes que pude encontrar, las estudié, las
comparé y tomé notas sobre ellas. Por fin,
elegí dos planes alternativos. Uno era 8 ...
�d7 9 f4 �e7, reservado para las partidas
críticas en las que era obligado j ugar a ga­
nar. El segundo era para uso general, a sa­
ber, 8 0-0-0 'ii'b 6.
Jugué por primera vez 8 ... 'ii'b6 en Yu-
goslavia, en 1 979, sin saber que ya se h abía
j ugado en 1 977, y de n uevo en 1 978. M i
partida fue unas tablas e n trece j ugadas.
En el conj unto de mi base, hay 20 partidas
con 8 ... 'iYb6. Cuatro de estas partidas son
mías; una se j ugó en la Olimpiada de 1980,
otra en la de 1 982, y dos en el Campeona­
to de China de 1 987. En realidad, entre
1 979 y 1 987, realicé esa j ugada en 32 parti­
das. En otras palabras, hay 28 partidas que
el p rogr a m a d o r de la base no t u v o e n
cuenta. Citaré algunas d e ellas e n e l deba­
te que sigue.
Mi elección de 8 . . . Vi' b6 descansaba
sobre los siguientes factores:
( 1 ) La j ugada no vulnera los tres princi­
pios E de la apertura. Tiene aspectos posi­
tivos tanto en estrategia, como en estruc­
tura y espacio.
(2) No es unidimensional, porque per­
m ite a ambos bandos un a múltiple e lec­
ción de estrategias.
(3) Tiene el carácter de variante no po­
pular en un sistema popular, de ahí que las
negras puedan optar por planes flexibles.
En mi práctica personal, y también en
la base, las blancas h an respondido a 8 ...
'iYb6 con seis planes diferentes:
Variante 1: 9 CiJxc6?!

En la base de datos sólo hay una par­
tida con esta j ugada, Vitolins - Lerner,
Y u r m al a 1 98 3 , q u e con t i n u ó a s í: 9 . . .
bxc6 1 O e 5 dxe5 1 1 � xf6 gxf6 1 2 l2J e4
� g7 1 3 g4 0-0 1 4 � g1 .S b8 1 5 c3 �h8
1 6 g5 fxg5 1 7 � c4 g4 1 8 � b3 f5 , con
ventaj a n egra. Según e l Informator 35,
las blancas deberían haber j ugado 16 h4,
obteniendo compensación adecuada por
el peón .
En una partida Y e J i angchu an - Liu
Wench e , Ch i n a 1 984, se repitieron las
m ismas j ugadas, h asta l a 1 2 .a de l as
bl ancas. Puede que Y e J iangchuan es­
tuviese siguiendo la partida anterior,
porq ue tenía preparada una importante
mej ora. Sin em bargo, las negras fueron
l a s p r i m e r a s en d e s v i a rs e , c o n 1 2 . . .
.S b 8 . E s t a vez l a s bl a n cas n o p u e d e n
responder 1 3 c3 , porq ue 1 3 . . . � h 6 ga­
na. En l u g a r d e e ll o , l a p a r t i d a s i g u i ó
c o n 1 3 b3 � g7?! (mej or es 1 3 . . . � d 4 ,
c o n i g u al d a d ) 1 4 � d 6! ( S k rz y p n i k­
Cmi lyte, Koszalin 1 999, varió, con 1 4 g4
h 5 ) 1 4 . . . f5?! ( m ej o r 1 4 . . . l:t b 7 ) 1 5
� x a 6! � x a 6 1 6 � d 7 + � f8 1 7 l2J d 6
�h6+ 1 8 � b l .S b7 1 9 l2J xb7 �xb7 20
� d 6 + 'fi e 7 , y ah o r a , en 1 u g a r de 2 1
�xe5 , con posib i l i d ades algo mej ores,
l as bl ancas j ugaron 2 1 'fib8+?! � g7 22
� x e 5 + 'ii' f6 23 'fi g 3 + 'fig6 24 'ii' c 3 +
'fif6 2 5 'li'xc6?! , y las negras ganaron e n
la j ugada 49.
En la partida Ehlvest - Smirin, Moscú
2001 ( Campeonato Mundial F I D E ) , las
blancas se abstuvieron de 1 0 e5, y j ugaron
1 O �c4 �e7 1 1 �b3. Entonces, en lugar
de 1 1 ... 0-0, las negras continuaron con 1 1
... e5?! 1 2 �xf6 gxf6 1 3 f4 a5?!, y las blan­
cas ganaron en 39 j ugadas.
LA ESTRATEGIA DE LA COMPETICIÓN 209
Variante 2: 9 �xf6
Esta l ínea sólo aparece en una parti­
da de la base. Cambiar el alfi l de casillas
negras por el caballo fue una de las pri­
m eras ideas del Ataque Rauzer. En la
presente situación reduce la flexibil idad
estratégica de las blancas. Las blancas le
infl igen a su oponente peones dobl ados,
asumiendo que el rey negro permanece­
rá en el centro. Sin embargo, la práctica
demuestra q ue será muy difícil para las
bl a n c a s e x p l o t a r estos " i n conve n i e n -
tes " .
Después d e 9 . . . gxf6 1 0 l2Jb3 �c7 1 1 f4
�e7, llegamos a una posición que normal­
mente se produce con un distinto orden de
j ugadas: 9 l2J b3 �c7 1 0 f4 �e7 1 1 �xf6
gxf6. Comentaré esto más adelante, en la
variante 6.
En el torneo de campeones chinos, en
1 980, uno de mis oponentes j ugó 9 �xf6
gxf6 1 O l2J de2?! Después de 1 O . . iYxf2 .
1 1 e5 d5 (era de considerar 1 1 . . . dxe5!?)
1 2 exf6 �xf6, no logró compensación por
el peón sacrificado.
21 O LA ESCUELA CH I NA DE AJEDREZ

Variante 3: 9 f4 Una partida jugada en 2000, entre Gol­

denberg y Kempinski, siguió: 9 ... �e7 1 O
�e2 h6 1 1 �xf6 �xf6 12 lt:J b3?! 0-0 1 3 h4
a5 14 a4 'i:Yb4, y las negras lograron ganar.
La partida Raj lich - Vuckovic, Belgra­
do 2001 , siguió así: 9 . . . 'i:Yxd4 1 O 'iVxd4
lt:Jxd4 1 1 � xd4 �e7 12 �e2 �d7 13 �f3
�c6 1 4 e5?! �xf3 1 5 gxf3 dxe5 16 fxe5
lt:J d5 17 � xe7 lt:J xc3 1 8 � c4 lt:J e2 + 1 9
cJ:;; d 2 cJ:;; x e 7 2 0 cJ:;; x e 2 � h c 8 21 � xc8
� xc8, con un final igualado.

Variante 4: 9 f3

El plan de las bl ancas es m u y claro:

quieren ver si las negras cambiarán damas
y caballos, para dirigirse hacia unas tablas.
Las blancas no están preparadas para reti­
rar su alfil ni su caballo. Las negras, por su
parte, no tienen mej o r alternativa que
cambiar.
En la base hay dos partid as con esta
posición. Una de ellas sigue con 9 ... h6 1 0
�h4 �d7 1 1 �e2, cuando las negras con­
sideran que no tiene sentido esperar más:
1 1 ... lt:Jxd4 12 'i:Yxd4 iVxd4 13 � xd4, con
un final igualado. Me he enfrentado a este plan en nueve
La otra partida continúa, sencillamen­ partidas. Hay cuatro con esta j ugada en la
te, con 9 . . . 'i:Y xd4 1 O 'i:Y x d4 ltJ xd4 1 1 base, incluyendo una mía de la Olimpiada
� xd4 h6 1 2 � h4 �d7, con presumible de 1 982.
igualdad. Nótese que las negras evitan la La idea básica de las blancas es la mis­
negligente 1 2 ... b5, que les deja con el peor ma que en el caso de 9 f4. Invitan a las ne­
final después de 1 3 a4. (Por cierto, que el gras a cambi ar, para en trar en un fin a l
mejor programa de j uego actual cree que igualado. La diferencia e s que las blancas
12 ... b5 no es muy mala: no cree que 13 a4 creen que la sólida protección de su peón
le cause el menor daño a las negras.) e incrementa su seguridad y sus posibilida­
He j ugado dos partidas simi lares, en des de tablas.
las que mis rivales trataban de h acer ta­ En 1 980 j ugué tres partidas con la con­
blas. Parece que si las negras quieren j ugar tinuación 9 ltJ xd4 1 O 'i:Yxd4 'iYxd4 1 1
. . .

8 . . . 'i:Yb6 contra un oponente más débil, � xd4. El resultado fue: dos tablas y una
deben considerar si tienen oportunidades victoria n egra. La victoria no se debió
de complicar el j uego tras 9 f4. ciertamente a la apertura. En la base hay

dos partidas (de 1 996 y 1 999) en las que el
cambio conduce a tablas.
Ya en 1 981 me pasé a 9 ... �e7, con la
continuación habitual 1 O �e3 'VJii c7 1 1 g4.
La última j ugada blanca se produce en
56 partidas de la base, aunque 9 ... �e7 só­
lo se encuentra en dos ocasiones, y 1 O ...
'VJii c7 sólo una. La clave es que la posición
del diagrama puede producirse por inver­
sión de j ugadas. En 93 partidas se alcanza
tras diez j ugadas, no once. Por ejemplo, la
partida Sax - Pinter (EEUU 1 986) abrió
con 1 e4 eS 2 tLl f3 d6 3 d4 cxd4 4 ttJ xd4
tLlf6 5 tLlc3 a6 6 �e3 e6 7 'VJii d 2 �e7 8 f3
tLlc6 9 0-0-0 VJi/c7 1 0 g4, llegándose al dia­
gra m a a n terior. Las b lancas omitieron
�cl -g5, y las negras ... 'ií'd8-b6.
Un estudio de esta posición tiene signi­
ficación teórica y práctica para los objeti­
vos estratégicos de ambos bandos. A par­
tir del diagrama, las negras han j ugado de
diez formas distintas. Concentremos nues­
tras investigaciones en dos de ellas:
(a) 1 1 ... 0-0 1 2 g5 ttJd7 13 h4, y ahora:
(al) 13 . . . tLlde5 1 4 f4 ttJ xd4 1 5 'VJii x d4
tLl g4 ( 1 5 . . . tLl c6 probablemente sea más
flexible) 1 6 �gl b5 1 7 �e2 � b8!? (vale la
pena considerar 1 7 . . . b4! ?) 1 8 �xg4 b4 1 9
eS (después de 1 9 ttJ e2!? eS 20 fxe5, las
LA ESTRATEGIA DE LA COMPETICIÓN 21 1
blancas están mejor) 1 9 . . . dxe5 20 'ií'xe5
'il'xe5 21 fxe5 bxc3 22 b3, con igualdad,
García (Colombia) - Liu Wenche, Olim­
piada de Malta 1980.
(a2) 1 3 . . . b5 se ve más a menudo. El
resultado de las blancas es 8 partidas ga­
nadas, 4 derrotas y 2 tablas. La partida
Adams - Sheldon, Campeonato Británico
de 1 997, concluyó así: 1 4 g6! tLlf6 1 5 gxh7+
� xh 7 1 6 ttJ xc6 'il'xc6 1 7 � d3 � h 8 1 8
lá dgl b4 1 9 � h6 la g8 20 eS g6 2 1 exf6
bxc3 22 'li'g5 ( 1 -0).
(b) 1 1 ... b5, y ahora:
(bl) 1 2 ttJxc6 VJ/ixc6 1 3 h4 �b7
A partir del diagrama, son dignos de
mencionar los siguientes ejemplos:
( b l l ) 1 4 h5 h6 ( 1 4 . . . ttJ d7! ?, o 14 . . .
0-0-0!?) 1 5 � b l ttJd7 16 g5 hxg5?! ( 1 6 . . .
ttJ e5! 1 7 gxh6 gxh6 iguala; si 1 8 �xh6?!
b4, l as negras están mej or) 1 7 � xg5 f6
( 1 7 . . . �f8!?) 1 8 �f4 ttJ c5? (las blancas
están l igeramente mej or después de 1 8 . . .
b4) 1 9 VJ/ig2, con ventaj a blanca, Fernan­
des ( Portugal) - Liu Wenche, Olimpiada
de 1 982.
(b12) 14 tLle2 0-0?! ( 1 4 ... � eS!?) 15 g5
ttJd7 1 6 tLld4 VJ/ic7 1 7 g6! hxg6 1 8 h5 gxh5
1 9 1:1 x h 5 g6?! 20 � d3! � f6 2 1 la d h l
láfc8 22 lá h7 tLlc5 23 � bl d 5 24 �f4 eS
21 2 LA ESCUELA C H I NA DE AJEDREZ
25 �g5 �g7 26 tt:Jf5! gxf5 27 'iVg2 ( 1 -0),
Shabalov - Vavra, Austria 1 992.
( b 1 3 ) 1 4 � b l t2J d7 1 5 tt:J e2 l2J e5 1 6
l2Jd4 'iic7 1 7 h5 bí.d8 ( 1 7 ... .J:.c8!?) 1 8 �f4
1:. c8 1 9 .J::l h2 l2Jc4 20 �xc4 bxc4 (las blan­
cas están mejor después de 20 . . . 'ifxc4 21
l2J b3 ) 21 'iVc3! bí.g8, con igualdad , lvan­
chuk - J . Polgár, Buenos Aires 1 994. La
partida fue tablas en 49 j ugadas.
(b2) 1 2 h4 se h izo más tarde popular.
Después d e 1 2 . . . � b7 , l as b l ancas se
anotaron 1 O victorias, 9 derrotas y 1 ta­
b las.
(b3) Otra línea popular es 12 g5 l2Jd7,
y ahora, después de 13 h4, las estadísticas
para las blancas son +5 =2-2. Después de
1 3 tt:J xc6, su resultado es +1 = 1 -3 , pero
con 1 3 f4 han ganado las cinco partidas.
Estas cifras sirven para indicar las tenden­
cias de apertura.
A partir del diagrama 1 77, además de
1 1 . . . 0-0 y 1 1 . . . b5 , las negras han efec­
tuado otras ocho j ugadas. I ndico la esta­
dística desde el lado blanco: 1 1 . . . tt:J d7
( +4 =2-3 ) ; 1 1 . . . tt:J xd4 ( +4 =2-2 ) ; 1 1 . . .
tt:Je5 ( +4 =2-1 ); 1 1 . . . h6 ( +4 =2-1 ) ; 1 1 . . .
l2J a5 (+1 ); 1 1 . . . b6 (-1 ); 1 1 . . . �d7 (+1 ) ,
1 1 . . . .: b 8 (- 1 ) .
Variante 5 : 9 �e3
La j ugada natural de las negras aquí es
9 ... 'ifc7. En respuesta, las blancas tienen
dos planes, 1 O f4 y 1 O f3. Veámoslos por
turno.
1 O f4 sería evitado por j ugadores de
alto nivel. En la presente situación, la ju­
gada es básicamente inútil. Su propósito
es cubrir la casilla e5 , pero hace más difí­
cil el avance de los peones g y h, y le qui­
ta al peón de e4 su potencial defensor.
Cuando las negras ej ecuten las j ugadas
estándar ... b7-b5 y ... �c8-b7, las blancas
se verán presionadas sobre la gran d iago­
n a l a 8 - h 1 . D e s p u é s de 1 0 . . . � e7 , l as
blancas h an intentado las siguientes op­
ciones:
(a) 1 1 h3 (para apoyar g2-g4, pero 1 0
f3 hubiera sido una mejor forma de hacer­
lo) 1 1 ... b5 1 2 �d3 (después de 1 2 �xb5,
las blancas pueden lograr tres peones por
su alfil, pero a pocos jugadores les atraería
esta posibilidad) 1 2 . . . �b7 1 3 bí.he l 0-0
1 4 g4 tt:J xd4 1 5 �xd4 e5. En una partida
(China 1 981 ) , j ugué con negras esta línea,
y no tuve dificultades.
(b) 1 1 �d3 (una jugada inútil) 1 1 . . . b5
12 f5?! tt:Jxd4 1 3 �xd4 e5 1 4 �e3 �b7, de
nuevo sin problemas para las negras. Esto
sucedió en una partida de 1 994 ( Campeo­
nato Mundial sub 1 8) .
(e ) 1 1 � e 2! S e j u g ó e n l a p a r t i d a
Zhang Weida - Liu Wenche (China
1 983) . Siguió: 1 1 ... tt:J a5?! 1 2 g4 b5 1 3 g5
tt:J d7 1 4 �d3 ( 1 4 tt:Jf5 exf5 1 5 tt:J d5 iVd8
1 6 l2J xe7 'iVxe7 17 'ifxa5 resulta favora­
ble a l a s bl a n c a s ) 1 4 . . . tt:J c4 1 5 � xc4
'iV xc4 1 6 b3! 'fi c7 1 7 1:. he 1 � b7 1 8 f5
1:. c 8 1 9 fx e 6 fxe6 2 0 ttJ cxb5 axb5 2 1
ttJ xe6 'fi c3 2 2 'iV xc3 1:. xc3 2 3 ttJ xg7 +
� f7 24 1:. f1 + � g6 25 ttJ f5 1:. xc2+ 26
� b l �xe4 27 tt:J xe7+ � h5 28 bí.f4 bí.d2+
29 �el bí.d2+, tablas.
Analicemos ahora 1 O f3.

Si las negras j uegan ahora 1 0 . . . il.e7,
se traspone a una posición de la variante
4, que se produce después de 1 O f3 !/l.e7 1 1
il.e3 V/lic7. Al adoptar el orden de j ugadas
9 il.e3 'J/ii c7 1 O f3, las blancas privan a las
negras de la opción de j ugar un final ta­
blista con ... 'J/ii b 6xd4. Las negras, no obs­
tante, tienen otra alternativa. En lugar de
1 0 . . . il.e7, pueden j ugar 1 0 ... b5.
La base tiene 8 partidas con esta posi­
ción. Las dos más antiguas fueron j ugadas
por mí en el Campeon ato de China, en
1 987 . En realid ad, ya había j ugado esta
posición en otras dos partidas que no es­
tán en la base.
(a) Y e Jiangchuan - Liu Wenche (Chi-
LA ESTRATEGIA DE LA COMPETICIÓN 21 3
na 1 984) siguió así: 1 1 g4 tt:Je5 1 2 !/l.d3 (o
1 2 g5 tt:Jfd7 1 3 f4 b4!) 1 2 . . . lt:Jfd7 (después
de 1 2 ... tt:Jxd3+ 1 3 'it'xd3 tt:Jd7!, las negras
están ligeramente mejor) 13 �b1 lt:Jb6 1 4
V//i f2! lt:J bc4 (las negras tienen otras alter­
nativas: 1 4 . . . lt:J a4!?, 1 4 . . . lt:J ec4!?, 1 4 ...
� b8!?) 15 il.c1 !/l.d7 16 g5 b4?! 17 tt:Jce2
a5 1 8 f4 tt:Jxd3 1 9 cxd3 lt:Jb6, con igualdad.
(b) Qi Jingxuan - Liu Wenche (China
1 986): 1 1 tt:J xc6 'it' xc6 1 2 � b 1 !/l. b7 1 3
!/l.d3 il.e7 1 4 h 4 tt:Jd7 1 5 !/l.d4 0-0 1 6 V/lif2
b4 1 7 V/lig3 !/l.f6 1 8 !/l.xf6 tt:Jxf6 1 9 lt:Je2 a5
20 h5 h6 2 1 V/lie1 � feS 22 'iVd2 V/lic5 23 g4
lt:J h7, con ventaja negra, aunque la partida
acabó en tablas, en 1 05 j ugadas.
(e) En la partida Tkeshelashvili - Java­
j ishvili, Campeonato de Europa sub 21, las
blancas cambiaron con 1 1 tt:Jxc6 V//i xc6, y
luego siguieron con 1 2 e5!? b4 1 3 lt:Je4!
El j uego blanco produce la sensación
de haber sido meticulosamente prepara­
do. ¿Qué pueden hacer ahora las negras?
La partida prosiguió así: 1 3 . lZJ d5 1 4 . .
exd6 !/l.xd6? (las negras deberían jugar 14
. . . f5 1 5 lt:J g3 !/l.b7, aunque después de 1 6
d 7 + V//i xd7 1 7 !/l.c4, l a s blancas logran ven­
taj a posicional) 1 5 !/l. c4 !/l. b7 1 6 !/l. xd5
exd5 1 7 lZJ xd6+ V//i xd6 1 8 !/l. f4 ¡veS 1 9
� he1 + �f8 20 'iVd4 V//ixd4 2 1 !/l.d6+ �g8
214 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
22 l:!xd4 a5 23 l:. e7 �c6 24 l:!c7 �e8 25
l:1 xd5 f6 26 1:! deS h6 27 l:1 b7 � h7 28
l:. cc7 l:l g8 29 �f8 �c6 30 l:. xg7+ l:!xg7
3 1 1:l xg7 + � h8 32 1:. c7, y las negras se
rindieron.
Variante 6: 9 liJ b3
Me he encontrado con esta j ugada en
1 4 ocasiones. La primera de ellas fue en la
Olimpiada de Malta, 1 980. Mi oponente
era el joven j ugador británico J i m Plas­
kett. Ambos tratábamos de lograr el título
de gran maestro. Y o lo conseguí, pero po­
cos años más tarde también él lo logró.
Indico la partida íntegra: 9 ... V//i c7 1 0
�d3 �e7 1 1 f3 (el enfoque conservador
de las blancas impide que logren ventaja;
una partida Wu Xibin - Liu Wenche, Chi­
na 1 980, siguió: 1 1 � h e 1 0-0 1 2 f4 b5 1 3
a3?! h6 1 4 �xf6 �xf6 1 5 'iY'e3 b4 1 6 axb4
liJxb4 1 7liJe2 a5 18liJ bd4 �d7 19liJg3 e5
20 liJ h5 exd4 2 1 liJ xf6+ gxf6 22 'iY' xd4
i,b5; 0- 1 ) 1 1 ... 0-0 12 g4 b5 13 iLe3 liJeS
14 g5liJfd7 15 'iY'g2 b4 1 6liJe2 a5 17 � b l
a4 1 8liJbd4liJc5 1 9 h 4 b3 2 0 a3 bxc2+ 21
i,xc2 liJc4 22 iLcl � b8 23 � a l 'iY'b7 24
� dg l �d7 25liJf4liJe3 26 'iVf2liJxc2+ 27
'iY'xc2 � fc8 28 'iY'e2liJb3+ 29 liJxb3 'iY'xb3
30 � g2 � c3 3 1 g6 fxg6 32 h5 �f6 33liJxg6
�b5 34 'i:Yd1 l:!xc 1 +, y las blancas se rin­
dieron.
• M i resultado con negras, contra 9 liJ b3,
es 1 1 partidas ganadas, 1 tablas y 2 derro­
tas. Mi experiencia indica que la retirada
blanca del caballo a b3 no sólo es inútil a
efectos ofensivos, sino i ncluso dañina para
su propio flanco de dama, porque permite
a las negras lanzar sus peones adelante
con mayor rapidez. Dos partidas que ju­
gué en 1 981, en el torneo de grandes maes­
tros de Bela Crkva ( Yugoslavia) pueden
servir de ejemplo.
La primera partida fue contra Messing,
un conocido maestro internacional yugos­
lavo. Siguió: 9 . . . 'i:Yc7 1 O f4 �e7 1 1 �xf6
gxf6 1 2 �e2.
1 2 ... h5 1 3 .tlhfl b5 1 4 �f3 �b7 1 5 f5
b4 1 6 liJ e2 eS 1 7 � b 1 aS 1 8 c3 V//i b6 1 9
liJec l a4 20 liJ a1 bxc3 21 'iY'xc3 liJ d4 22
liJd3 d5 ?! (22 . . . liJ b5! 23 'iY' e 1 liJ a3+ 24
�e l � c8+ 25 � d2 liJc4+ le da a las ne­
gras ventaj a decisiva) 23 exd5 liJxf3?! (las
negras siguen teniendo una posición gana­
da con 23 . . . liJb5; durante la partida esta
j ugada s e me e scapó por completo) 24
gxf3 'iY aS! 25 liJ f2 �xd5 26 'iY'xa5 � xa5 .
Las n egras están mej or, pero la partida
acabó en tablas ¡ en unas 1 00 j ugadas!

Cuando el M I húngaro B arczay vio la
posición después de la j ugada 1 2 de las
bl ancas, en m i partida contra Messi ng,
pensó que no era muy mala para las blan­
cas, y decidió concederle otro ensayo. A
partir del diagrama, la partida Barczay -
Liu Wenche continuó así: 1 2 . . . h5 1 3 �f3
(pensaba q ue 1 3 1:! h fl probablemente
L A ESTRATEGIA D E L A COMPETICIÓN 215
era superflua) 1 3 . . . b 5 1 4 � b 1 � b7 1 5
1:! he 1 0-0-0 1 6 'iVe2 h 4 1 7 l2Jd5!? exd5 1 8
exd5 l2J e5 1 9 fxe5 fxe5 20 c4?! b4 2 1 �e4
� b8 22 1:! el iVb6 23 R c2 R c8 24 �f5
1:! c7 25 'iVg4 aS 26 "W/g7 1:! f8 27 iVh6 a4
28 l2J d2 '�VaS 29 'iVe3 .l::t g8 30 l2J f3 'iVc5
3 1 'iVxc5 1:! xc5 , y las negras ganaron en
59 j ugadas.
21 6
EL FENÓMENO CHINO
E
n una época, en los periódicos y
r e v i s t a s p u b l i ca d o s e n l a e x
Unión Soviética y e n otras partes,
era habitual h ablar del "fenómeno geor­
giano". La explicación es que Georgia ha
producido numerosas j ugadoras de pri­
mera fila, incluidas Gaprindashvili y Chi­
burdanidze ( ambas excampeonas m u n ­
diales d e ajedrez), Ioseliani y Alexandria
(ex aspirantes al título mundial) , y gran­
des m aestras famosas, como Araj amia,
Gurieli, Kachiani y demás. Desde 1 962,
las j ugadoras georgianas mantuvieron el
título mundial durante 29 años. El hecho
de que las mejores ajedrecistas fuesen to­
das georgianas despertó un intenso i nte­
rés entre los investigadores, en los círcu­
los mundiales de aj edrez y en el m undo
del deporte.
Al regresar a su país, tras participar en
el Open de Pekín, en marzo de 1 991 , Ni­
kolai Krogius publicó un artículo en uno
de los números de mayo de la revista 64.
Krogius era la cabeza visible del departa­
mento de ajedrez, en el Comité Nacional
de Deportes de la URSS. Su artículo se ti­
tulaba "La l legada del fenómeno chino".
Krogi u s sefía l ab a que "e n l o s úl t i mos
años, los jugadores chinos han experimen­
tado un notable progreso. La m ayor evi-
dencia es Xie J un , la joven j ugadora que
ha ganado el Torneo de C a n d i d atas al
Campeonato M undial Femenino y q ue ,
por tanto, s e enfrentará a Chiburdanidze
por el máximo título. Pero el éxito de Xie
J un no es un caso aislado. Si se observa
cómo los chinos entrenan sistemáticamen­
te a sus j ugadores de talento, puede fácil­
mente entenderse su éxito. Los logros es­
tán a la vista: los j ugadores m asculinos son
los más fuertes de Asia. Están alcanzando
el nivel de los equipos europeos y ameri­
canos en las O limpiadas. Las conq uistas
del equipo femenino son aún más impre­
sionantes. Me aventuro a decir que hoy,
además de Xie J un, hay al menos cinco o
seis j óvenes j ugadoras de nivel de gran
maestro. El Fenómeno Chino, no menos
que el Fenómeno Georgiano, puede espe­
rarse que entre en los anales del ajedrez
femenino".
El artículo comenta el estilo y carácter
de las j ugadoras chinas: "No les preocupa
la experiencia y reputación de sus oponen­
tes. Juegan valientemente y con decisión,
lo que es evidente no sólo en la apertura y
el final, sino también en su capacidad para
tomar decisiones correctas en situaciones
com plej as. Wang Pin y otras producen es­
pecial impresión." Para llamar la atención

de sus lectores sohre el artículo. los edito­
res imprimieron la figura de un león de co­
bre, que simboliza a China, en la cubierta.
El león sostiene una lámina con sus dos
patas delanteras, con la inscripción: Llega
el Fenómeno Chino. Una vez que Xie Jun
destronó a Ch iburdanidze del título mun­
dial femenino, el fenómeno chino había
realmente llegado. La visión de Krogius es
aguda y su pronóstico preciso. No se le
considera un experto en vano.
EL FENÓMENO XIE JuN: UNA
BRILLANTE VICTORIA DE LA
EscuELA CHINA
La derrota que Xie J un le infligió a Gallia­
mova en 1999 confirmó la supremacía chi­
na en el mundo del ajedrez femenino.
Como superpotencia ajedrecística, los
rusos no estaban satisfechos con la situa­
ción existente. Sus j ugadores m asculinos
contin uaban dominando el mundo, pero
les costó mucho trabajo recuperar su anti­
guo dominio del ajedrez femenino. Depo­
sitaron sus principales esperanzas en Ga­
lliamova. Deben haber sabido lo que dijo
una autoridad en Alemania: "Aprendi­
mos de la Escuela Soviética en el pasado,
pero en el futuro aprenderemos de la Es­
cuela China." Los rusos difícilmente po­
dían contener su descontento. En mala si­
tuación económica, inesperadamente Ru­
sia invirtió una gran suma de dinero para
acomodar la primera mitad del match por
el Campeonato Mundial Femenino. Esta­
ba, pues, claro lo grandes que eran sus ex­
pectativas de triunfo.
Antes del m atch entre Xie Jun y Ga­
lliamova, pocas autoridades del m undo
del ajedrez ( incluso en Chin<t) pcns<th<m
que Xie Jun g<lll<lrÍ<l. Muchos le conce-
EL FENÓMENO CHINO 217
dían <1 (l;llliamova un ]()<X> de posihilid<l­
des. Por las siguientes razones: ( 1) Ga­
ll iamova tenía más alto Elo i nternacio­
nal: era la segunda en la lista mundial fe­
m e n i n a , m i e n t ra s q u e X i e J u n era l a
cuarta. (2) E l palmarés d e G alliamova en
los últimos años era mejor que el de Xie
J un. (3) En la competición entre las diez
mejores aj edrecistas del mundo, Gallia­
mova lo había hecho mucho mej or que
Xie J un . (4) Galli amova era más joven,
de modo que tenía ventaj a en términos
de fuerza física y resistencia. (5) Gal lia­
mova tenía más capacidad general y clara
ven taj a en con ocimien tos de apertura.
(6) Su equipo de ayudantes era el mejor,
o entre los mejores del mundo. (7) Pare­
cía que era el momento j usto para que
Galliamova se convirtiese en campeona
mundial. (8) Debido a los factores men­
cionados, G alliamova tenía más confian­
za en sí misma.
Puede haber otros puntos en favor de
Galliamova, pero ¡creo que ocho son más
que suficientes!
Y sin embargo, Galliamova perdió el
match . En realidad, fue derrotada con j us­
ticia. En el encuentro a 1 5 partidas nunca
fue por delante en el marcador. Xie Jun,
en cambio, tomó la delantera en tres oca­
siones. Mantuvo la iniciativa a todo lo lar­
go del match. Creo que hubo cuatro razo­
nes principales para la derrota de Gallia­
mova.
En primer lugar, exhibió un exceso de
confianza. Después de su actuación en el
Torneo de Candidatas, adquirió una ten­
dencia a darse aires de auténtica Campeo­
na del Mundo en recepciones o discursos.
No se dio cuenta de que, en determinadas
circuntancias, esa falsa autoestima puede
ac<11Te<tr un gr<tve perjuicio. Puede que no
se<l d<ll'íin;¡ en condiciones norm<lles. pero
21 8 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
enfrentada a un revés, el trauma puede ser
insuperable.
En segundo l ugar, le faltó el debido
autocontrol. Un j ugador equilibrado y de
buen humor siempre es un previsible ga­
nador. El ajedrez femenino se ve particu­
larmente afectado por emociones y humo­
res, y el caso de Xie Jun y Galliamova no
es una excepci ó n . Si la j ugadora se en­
cuentra de mal humor, su pensamiento se­
rá negativo y confuso. Si no controla sus
sensaciones, tendrá tendencia a la distrac­
ción. Esto es lo que le sucedió a Galliamo­
va en la undécima partida.
En tercer lugar, estaba en baj a forma
por diversas razones. No contaba con na­
die a quien comunicarle sus problemas. Su
entrenador, la única persona q ue podría
haberla consolado, se encon traba en los
Estados U nidos, compitiendo por el Cam­
peonato Mundial masculino.
En cuarto lugar, la técnica de G allia­
mova mostró varios defectos importantes.
Superar la resistencia del oponente es una
de las cuatro técnicas básicas para un j uga­
dor de ajedrez. La actuación de Galliamo­
va en este aspecto no es un motivo de or­
gullo para ella. Cada cuarta partida (es de­
cir, la primera, la quinta, la novena y la dé­
cimotercera) estaba precedida por un día
de descanso. Estas partidas fueron crucia­
les para el transcurso del match. En todas
e l l as G a l l i amova ten ía bl ancas y logró
ventaja, y sin embargo, el resultado final
fue de dos tablas y dos partidas perdidas.
Confrontada a la fuerte defensa de Xie
J un, todos los defectos de la técnica de
Galliamova se pusieron de manifiesto.
Tres factores contribuyeron a la victo­
ria de Xie Jun. Primero, se evaluó correc­
tamente a sí misma y a su rival. Dijo: "Ga­
lliamova es más fuerte, en general, en te­
mas posicionales y en aperturas que yo."
El conocimiento de sí misma de Xie Jun le
permitió un fundamento más sólido a la
hora de tomar decisiones estratégicas.
En segundo lugar, Xie J un tenía una
buena experiencia en competición inter­
nacional. Con tantos campeonatos mun­
diales tras ella, había probado ya el gusto
dulce y amargo de la vida, sus alegrías y
sus penas. Esto resultó muy importante
para ayudarla a controlar sus sentimientos
durante el match. A fin de cuentas, la ex­
periencia también tenía sus ventaj as sobre
la j uventud. Galliamova carece de esa ex­
periencia, aunque tiene una fuerte volun­
tad y espíritu de lucha.
En tercer lugar, Xie Jun sabe cómo j u­
gar sus cartas a pleno ren d i m iento. S u
fuerte e s el medio j uego. L a política que
guía la Escuela China es concentrar el en­
trenamiento en el medio juego, que suele
ser el punto débil de los j ugadores occi­
d e n t a l e s . La capacid a d de aprovech ar
oportunidades es de suma importancia. Es
muy difícil disputar un match así sin per­
der una sola partida. Que estés por delan­
te o por detrás en el marcador, es preciso
mantenerse alerta ante la posi bilidad de
un revés.
La primera mitad del match
Después de las ocho primeras partidas, el
tanteo estaba igualado. Desde un punto
de vista estratégico, Xie Jun tenía motivos
para estar satisfecha. Según se rumoreaba,
los rusos esperaban que la primera mitad
del match finalizase con un marcador de
5-3, favorable a Galliamova. Un pronósti­
co es un pronóstico, pero un match se dis­
puta con partidas reales.
En cuanto al desarrollo del j uego en sí,
G alliamova llevó la voz cantante en tres

partidas, a saber, la primera, la quinta y la
sexta. Xie J un logró ventaj a en dos parti­
das, la segunda y la tercera. Las otras tres
partid as fueron básicamente igualadas.
De las tres partidas en que Galliamova es­
tuvo mejor, ganó una, empató otra y per­
dió otra. Este resultado confirma que no
se encontraba en su mejor forma. De las
partidas en que Xie J un tuvo ventaj a, el
resultado fue una victoria y una derrota,
de modo q ue también ella tuvo motivos
para estar descon tenta. Los resu l tados
m uestran que h ay un consi derable foso
entre el estándar al más alto nivel del aje­
drez masculino y el del femenino. En un
match entre dos j ugadores de primera fila
mundial , tales reversos de fortuna difícil­
mente suceden tan a men udo.
Galliamova mostró su peor cara en la
segunda partida del match . Xie Jun asu­
mió correctamente que su oponente esta­
ría desmoralizada, al haber dej ado esca­
par tantas oportunidades de materializar
su ventaj a en la primera partida. El pobre
estado mental de Galliamova es una con­
secuencia de h aberse sobrestim ado a sí
misma, lo que incrementa el shock en caso
de revés. Su pensamiento se vuelve rígido.
Xie J un explotó su oportunidad, apretó
duro y se anotó el punto entero.
El golpe sufrido en la segunda partida
no es fatal para Galliamova, porque faltan
aún catorce partidas. Sin embargo, había
tragado una píldora amarga muy pron to.
Aunque también fue una señal de adver­
tencia.
La tercera partida fue crítica para la
primera parte del match . Tras su derrota,
Galliamova se encuentra plena de energía
mental. Tiene las piezas blancas, pero Xie
Jun cambia su estrategia de apertura. Ga­
lliamova ca rece de los recursos para tomar
la ofensiva y tiene que situarse a la defen-
EL FENÓMENO CHINO 21 9
siva. Comienza a j ugar cada vez peor, y fi­
naliza en una posición perdida. Sin embar­
go, Xie Jun interpreta mal una variante
forzada, que no es complej a, omite una ju­
gada de torre de su oponente y sufre una
dramática derrota.
En sus cuatro partidas con blancas,
Galliamova abre con el peón de rey. Esta
decisión fue tomada tras minucioso escru­
tinio del estilo de j uego de Xie Jun. Gallia­
mova está más habituada a jugar partidas
cerradas, que le convienen mejor a su esti­
lo, pero si comienza el juego con el peón
dama, entonces tendrá que afrontar la De­
fensa India de Rey de Xie Jun, en la que
l a s b l a n cas generalmente atacan en e l
fl anco de dama, y las negras lanzan u n
contraataque e n e l d e rey. X i e Jun n o sólo
le consagra gran parte de sus estudios a la
I ndia de Rey, sino que la j uega muy a me­
nudo. Más importante aún es que, en una
situación de ataques en flancos opuestos,
Xie J un se encontrará a sus anchas, con
todo su corazón y su alma puestos en el
ataque. Galliamova no ofrece esa misma
i m pre s i ó n . En cualq u i e r caso, e l i ge la
apertura de peón rey. Su propósito, en rea­
lidad, es convertir una partida abierta en
cerrada. Puesto que Xie J un siempre jue­
ga la misma defensa contra el peón rey,
Gall iamova puede dirigir el j uego dentro
de una Ruy López cerrada. En este siste­
ma, la in iciativa de las bl ancas normal­
mente se prolonga mucho tiempo. En sus
preparaciones de apertura, Galliamova
tiene mucho campo para buscar nuevas
formas de lograr ventaja.
En sus cuatro partidas contra la Ruy
López, Xie J un elige cuatro sistemas dife­
rentes, convirtiendo la batalla teórica en
estratégica. Su flexible estrategia resulta
efectiva en la práctica.
Las cuatro partidas en que Xie Jun j u-
220 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ

gó con blancas son una historia muy dis­
tinta. En la pri mera, planteó el Ataque
Rauzer contra la Defensa Siciliana. G a­
lliamova introd ujo un fresco matiz en el
j uego negro, pero quedó con demasiadas
debilidades en torno a su rey. Xie J un sa­
crificó decididamente un peón para abrir
la posición, y el frente negro se derrumbó
tras un feroz ataque. Galliamova, obvia­
mente, no logró reparar la variante. En
su siguiente partida con negras (cuarta
del match) , adoptó un esquema notable­
mente más sólido. Aunque la partida fi­
nalizó en tablas, la impresión es que las
negras no estaban satisfechas con el de­
senlace. En su tercera partida con negras,
Galliamova j ugó la Variante Lasker de la
Siciliana, que nunca h abía empleado an­
tes. Fue una decisión valiente, que Xie
J un difícilmente podía haber esperado.
En esta situación hay una debilidad ca­
racterística en la cabeza de las j ugadoras
femeninas. Xie J un emplea una simple
lógica para reemplazar la sol ución de un
problema estratégico. Parece satisfecha
con su momentánea ventaj a, y omite j u­
gar activamente. Tal vez estuviese pen­
sando que podía hacer tablas en un final
de alfiles de distinto color. Una vez que
la situación se va deteriorando, j uega de
forma in est ab l e Como consecuencia, co­
.
riante Lasker, pero no encuentra la forma
de lograr ventaj a . ¿ Cómo j ugará contra
esta variante, a partir de ahora? Es muy
posible que Galliamova siga j ugándola, al
menos hasta que Xie Jun consiga destruir
su fe en ella. La estrategia de las aperturas
es una cuestión crítica. Con negras, ¿cómo
resistirá Xie J un la apertura de peón rey
de Galliamova? ¿Será un sistema diferen­
te para cada partida, o se mantendrá fiel a
determinada línea de juego?
En general, de las ocho partidas, Xie
Jun tuvo ventajas en las cuatro primeras,
pero en las cuatro siguientes el domin io
pasó a manos de Galliamova.
La segunda mitad del match se j ugó en
Shenyang (China).
LA UNDÉCIMA PARTIDA
Blancas: Alisa Galliamova (Rusia)
Negras: Xie Jun (China)
Shenyang 1 999
Campeonato MundiaJ Femenino (11)
Apertura Ruy López
1 e4 e5 2 l2J f3 l2J c6 3 � b5 a6 4 � a4 l2J f6
5 0-0 � e7 6 n e 1 b5 7 � b3 d6 8 c3 0-0
9 h3 h6

mete un error al abri r la colum na g. Des­

pués de eso, rápidamente pierde el con­
trol de la partida y se encamina hacia la
derrota. En una situación d ifíc i l , el juga­
dor debe aprender a ejerci tar la pacien­
cia , a construir una sólida base defensiva
pa ra esperar e l a taque. Debe estar a lerta
ante cualquier oportunidad que se le pre­
se n te de explotar la h i pe ragresión de su
oponente.
En su cuarta partida con blancas, Xie
Jun está preparad a para afron tar la Va-

Como todo el m u n d o s a b e , X i e J u n
siempre responde a l peón d e rey d e forma
s i m é trica , y t i e n e u n a gran expe ri encia
con la Ruy López. En el match Mujeres vs
Veteranos de 1 993, se enfrentó por prime­
ra vez a la Variante Smyslov, al j ugar con
blancas contra Efim Geller. Perdió aque­
lla partida, que le afectó mucho. Tras estu­
diarla detenidamente, se i nteresó por el
sistema negro. En 1 99S , en una partida
con negras contra Robert H übner, empleó
el orden de j ugadas 9 ... �b7 1 0 d4 ll e8 1 1
l2J bd2 �f8 1 2 a3 h6, trasponiendo a l a Va­
riante Smyslov. Después de aquella parti­
da, estaba preparada para j ugar el sistema
con confianza.
En la Olimpiada de 1 996, Xie J un em­
pleó el orden de j ugadas 9 ... h6 por prime­
ra vez, contra Brustman, primer tablero
femenino de Polonia. Repitió la j ugada en
un torneo internacional de 1 998, contra el
j ugador holandés Van den Doel.
Todas estas partidas pueden encon­
trarse en cualquier base de datos fiable ,
de modo que Galliamova debía conocer­
las cuando se preparó para el match . Por
c i e rto q ue el asistente de G a l l i amova,
Yuri Balashov, famoso teórico y entrena­
d o r r u s o , es un e xperto e n el S i s te m a
Smyslov.
Las negras tienen varias alternativas a
9 ... h6, siendo las principales 9 . . . lZ:JaS, 9 . . .
�b7, 9 ... l2J b8 y 9 ... l2J d7. En este match
Xie J un eligió 9 . . . lZ:JaS en tres partidas, 9
... aS en una, y 9 ... h6 en dos.
9 ... h6 impide que el caballo o el alfil
blanco lleguen a la casilla gS . Las negras
están libres, por tanto, para j ugar .. ll f8- .
e8 y ... �e7-f8, fortificando el peón central
de eS . Esto, a su vez, perm i te preparar
... d6-dS, para equilibrar la cuota central de
espacio. Según las circunstancias, las ne­
gras puede n , altern ativamente , empren -
E L FENÓMENO CHINO 221
der acciones positivas en el flanco de da­
ma, para aliviar la presión en el flanco de
rey. El sistema tenía la reputación de ser
sólido.
En el otro lado de la balanza , 9 . h6
. .
emplea un tiempo y, por tanto, retrasa el
contraj uego de las negras. En algunas si­
tuaciones, la j ugada puede resultar super­
flua. "Una sola jugada deficiente puede te­
ner fatales consecuencias. " Si la jugada es
útil o no depende de lo que sigue.
Si las negras esperar trasladar todo el
peso de la lucha al medio j uego, el Sistema
Smyslov no es una mala elección. En años
recientes se ha vuelto impopular, de modo
que pocos j ugadores lo estudian. La gene­
ración más joven, en particular, no está in­
teresada en la variante. En sus tres parti­
das de este m atch, Xie J u n prefi rió 9 . . .
lZ:JaS. D e estas partidas concluyó que com­
prometerse en un d uelo teórico con su
oponente no le interesaba. Revisó con éxi­
to su estrategia en la séptima partida.
10 d4 .J:te8 11 l2J bd2
En la séptima partida, Galliamova eli­
gió 1 1 �c2. Desde el punto de vista teóri­
co, la j ugada no le ofrece ventaj a a las
blancas, lo que quedó confirmado e n la
partida. Por consiguiente, al volver a pro­
ducirse esta posición, Galliamova realiza
una j ugada más habitual.
1 1 �f8 12 lZ:Jfl
...
Es más popular 1 2 a3, como j ugó Ga­
lliamova en la 1 3." partida del match. Los
teóricos extranjeros no se ponen de acuer­
do sobre cual de estas dos j ugadas ( 1 2 a3 o
1 2 lZ:Jfl ) es más fuerte.
12 �b7 13 l2Jg3 lZ:JaS 14 �c2 l2Jc4
••.
(Ver diagrama 1 86.)
En la base de datos, esta posición se
encuentra en 150 partidas. En el 60% de
ellas, las blancas j ugaron 15 h3, para ex-
222 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
pulsar el caballo. Por ejemplo, en la parti­
da Karpov - Balashov, Moscú 1 971 : 1 5 b3
lb b6 1 6 lb h2 d5 1 7 dxe5 lb xe4 1 8 'iV d3
lb d7 1 9 f4 �h4 20 lb hfl lb deS 21 "iVf3
lb xg3 22 "iV xg3 .Yl. e7 23 .§l. e3 "iV xg3 24
lb xg3 §l. h 4 25 � h 2 §l. xg3 + 2 6 � xg3
lbe4+ 27 .§l.xe4 dxe4, con tablas.
Abundantes partidas y análisis con 1 5
b3 demuestran que todos los esfuerzos de
las blancas por lograr ventaj a se estrella­
ron , a largo plazo, contra la rocosa y fiable
defensa negra. Por consiguiente, los j uga­
dores y teóricos perdieron la paciencia y
buscaron nuevos y más prometedores ca­
minos.
La j ugada 15 a4, que Galliamova elige,
se encuentra sólo en el 20 % de las parti­
das, en la posición del diagrama. Hay poco
material al respecto en la Enciclopedia de
Aperturas (edición de 1 997), que sólo indi­
ca 15 a4 d5 16 b3 en una breve nota al pie.
Ni siquiera menciona la importante línea
1 6 lb xe5. A los j ugadores con pasión y
temperamento creativos no sólo les atraen
las islas por encima del n ivel del mar, sino
que t a m b i é n q u i eren explorar aq uellos
campos q ue los teóricos tienden a ignorar,
y q ue son como el terreno suemergido en
el océano.
15 a4 d5
Galliamova debe h aberse preparado
contra esta j ugada. El j ugador que adopta
el Sistema Smyslov avanzará el peón d a
d5 a la primera oportunidad que se le pre­
sente, creando una situación de tensión en
el centro. Las negras estiman que por fin
han logrado compartir la misma cuota de
dominio central.
Los peones de d4 y e4 entran en coli­
sión con los de e5 y d5 . En el momento en
que esta situación se produce, j uegan las
blancas que, por tanto, tienen el privilegio
de poder resolver la tensión . H ay cinco
planes a elegir:
(a) U na inmediata captura de peón en
el centro: 16 dxe5.
(b) La captura alternativa de peón: 1 6
exd5.
(e) Capturar primero con el caballo: 1 6
lbxe5.
( d) Expulsar al caballo negro antes, y
luego resolver la tensión central: 1 6 b3.
(e) 16 axb5, descuidando en apariencia
la tensión central, e invitando a las negras
a mostrar sus cartas.
Com o cualqu ier otro jugador con ne­
gras en esta posición , Xie Jun h abrá te n i ­
do m uy e n cue n t a e s t a s c i n co posibles
respuestas. Puede h aber confi ado en las
i nvest igaciones a n teriores al m atch, o en

una p rofunda reflexión e intuición ante
el tablero, o en una combinación de am­
bas.
La última edición ( 1 997) de la Enciclo­
pedia sólo analiza una posibilidad, 1 6 b3, y
no presta ninguna atención a las otras cua­
tro. Esto no es porque los editores sean in­
genuos o negligentes. Sólo demuestra que
la Enciclopedia no es la única y definitiva
guía en materia de aperturas. Como dijo
Tukm akov, el libro es para niños.
A unque hay cinco formas de manejar
la situación del diagrama, cada método es
como la rama de un árbol, y cada rama se
dividirá en más ramas. La miríada de posi­
ciones a que puede dar lugar cada variante
no t i e n e n por q u é ser eval uadas como
buenas o malas, pero no pueden seguirse
por el cerebro humano, dado el limitado
t iempo de reflexión . H asta hoy, no h ay
una forma ideal de resolver el problema.
Las facultades mentales que aplicamos ex­
perimentan un proceso de desarrollo. Ne­
cesitan atravesar varias fases, como pensa­
miento, práctica, recapitulación, análisis,
investigación, síntesis y comprobación. Es­
tas fases deben repetirse muchas veces a fin
de alcanzar un mayor nivel de desarrollo y
elevar la precisión de nuestras evaluacio­
nes. No es de extrañar que en una posición
como la del diagrama anterior, los j ugado­
res no consigan encontrar un plan correc­
to y efectivo, dentro del tiempo de que
disponen.
Buscando en la base de datos la posi­
ción del diagrama, vemos que se jugó por
primera vez en el I nterzonal de A mster­
dam ( 1 964 ) , por Leonid S te in (entonces
campeón de la U RSS) y Boris Spassky
(que más tarde se convertiría en el déci­
m o campeón mundial). En aquella oca­
sión, Stein jugó 16 exd5. S u idea no captó
dem asiados seguidores. Sólo se emp leó
EL FENÓMENO CHINO 223
en seis partidas, de las cuales las blancas
ganaron dos, perdieron una y tres tablas.
D e sp ués de 1 6 exd5 , la p a r t i d a puede
simpl ificarse fáci lmente y pasar a un fi­
nal, en el q ue las blancas virtualmente no
tienen la menor esperanza de lograr ven­
taja.
En 1 966, comenzó a publicarse el In­
formator yugoslavo. Se trata de una publi­
cación m uy infl uyente , gracias al amplio
número de partidas comentadas por gran­
des maestros, empleando un sistema de
signos que hoy es popular en todo el mun­
do. El segundo número incluía una parti­
da por correspondencia, j ugada en 1 966,
entre Simagin y Smith. Simagin, entonces
Campeón M undial de Aj ed rez por Co­
rrespondencia, eligió 1 6 tt:Jxe5. Puesto que
la partida se j ugó por correo, la j ugada ha­
brá sido el fruto de un análisis casero. Pe­
ro el tiempo para esta j ugada aún estaba
por venir. En 1 967, dos j ugadores de pri­
mera fi la, Stein y Tal, optaron por 16 b3.
M uchos j ugadores siguieron su ejemplo, y
1 6 tt:Jxe5 fue temporalmente relegada. Só­
lo a finales de los ochenta y principios de
los noventa se produjo un cierto interés y
quedó confirmada como la línea principal.
Hasta fines de j unio 1 999, se han j ugado
un total de 19 partidas con 1 6 tt:Jxe5. Las
blancas ganaron 7, hicieron 1 1 tablas y só­
lo perdieron l .
El otro cambio central, 1 6 dxe5, no se
ha visto en la práctica. Esto se debe a que
el final, después de 16 . . . tt:Jxe4 1 7 tt:Jxe4
dxe4 1 8 'iVxd8 � axd8 1 9 �xe4 tt:Jxe5 ! 20
�g5 ? ! tt:J xf3+ 21 �xf3 � xe 1 + 22 � xe l
� b8! 23 �xb7 � xb7 24 �c1 bxa4 es des­
favorable a las blancas. Está claro que de­
berían j ugar 20 �f4 �xe4 21 tt:Jxe5 �d5,
aunque el final sigue siendo ligeramente
peor para su causa.
En 1 967, Tal, un excampeón mundial,
224 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
j ugó 1 6 b3 en una partida contra Gligoric,
por entonces el mejor j ugador yugoslavo.
Después, la j ugada apareció en partidas
j ugadas por Stein y Reshevsky, así como
en otras partidas de Tal y Gligoric. Duran­
te un breve tiempo, parecía que 16 b3 era
el arma letal de las blancas. Al expulsar el
caballo negro de c4, las blancas privan al
centro negro de cierto apoyo. Es una idea
espléndida. Sin embargo, los teóricos han
demostrado que l as negras disponen de
adecuados recursos defensivos. Se han ju­
gado 1 5 partidas con 1 6 b3, de las que las
blancas se anotaron 6 victorias, con 8 ta­
blas y 1 derrota. No obstante, el análisis
dem uestra que las partidas ganadas por
las blancas no fueron la consecuencia de
una apertura favorable. A comienzos de
los setenta, la jugada perdió casi todos sus
seguidores.
Hay 3 partidas en las que las blancas
eligen 16 axb5. Las tres fueron tablas. La
j ugada se vio por primera vez en la Olim­
piada de 1 968, cuando el alemán Unzicker
la empleó contra G li goric. En H astings
1 97 1 -72, repitió, contra el mismo oponen­
te . En 1 988 la j ugada reapareció en una
oscura partida por correspondencia. El
objetivo de las blancas parece ser simplifi­
car la posición mediante cambios y mante­
ner las tablas al alcance de la mano.
Al ir por detrás en el marcador, Gallia­
mova debe haber estado esperando alcan­
zar una posición como la del último dia­
grama. Pero no estaba familiarizada con
tod as sus complej idades. H ablando con
franqueza, me llevó más de dos semanas
analizar esta partida, y al realizar mis in­
vestigaciones estuve asistido por el mejor
software de ajedrez del mundo. Galliamo­
va no podía haber gastado tanto tiempo y
energías en esta posición.
16 l2Jxe5
De las cinco opciones, ésta es la única
que le p lantea algún problema a las ne­
gras. É sta es, al menos, la conclusión de
más de treinta años de práctica e investi­
gación teórica. La siguiente j ugada de las
negras será su primera prueba auténtica.
H ay otras tres respuestas plausibles: 16 ...
l2Jxe5, 1 6 ... dxe4 y 1 6 ... l2J xe4. ¿Cuál de
ellas es m ás beneficiosa para las negras?
Esta cuestión es difícil de contestar ante el
tablero. Los j ugadores con un Elo entre
2500 y 2600 seguramente no podrían ha­
cerlo. ¿Y los de más de 2700? No puedo
decirlo, no tengo evidencias.
Las negras j ugaron 1 6 ... l2Jxe5 en cua­
tro partidas, y las perdieron tod as. Des­
pués de 17 dxe5 l2Jxe4 (una partida siguió
con 1 7 . . . .l:! xe5? 1 8 �f4 .l:! e8 1 9 e5 lb d7
20 'iVd3 g6 2 1 e6 iVf6 22 lb h5 ! 1 -0) 1 8 �f4
(las blancas pueden j ugar, sencillamente,
1 8 l2Jxe4 dxe4 19 �f4, para ganar el peón
de e4) 1 8 . . . lb c5 1 9 axb5 axb5 20 .l:! xa8
�xa8? 21 �xh6! , y las blancas tienen cla­
ra ventaja.
Hay tres partidas en las que las negras
j ugaron 16 ... dxe4. En una de ellas, entre
Wang Zili y Li S h ilong ( Pekín 1 996) , el
plan blanco es m u y claro: 17 l2J xc4 bxc4
1 8 'iVe2 �d5 1 9 ltJfl c5 20 dxc5 �xc5 2 1
� e 3 � a 5 2 2 .l:! ed l .l:! ab8 2 3 .l:! ab1 .l:! b7

24 �xc5 �xc5 25 tLl e3 �e6 26 jl d4, y las
blancas quedan con ventaja material.
La ú n ica j ugada q ue queda es 16 . . .
t2Jxe4. ¿ Qué resultado dará?
16 ttJxe4
•..
H ay un total de 1 2 partidas con esta j u­
gada. En ocho de ellas, las blancas conti­
nuaron con 1 7 axb5, lo que conduce a un
cambio de torres en la columna a. La prác­
tica demuestra que este cambio reduce las
posibilidades de las blancas. Los resulta­
dos de las ocho partidas son 1 victoria, 1
derrota y 6 tablas.
En las otras cuatro partidas, se cambia­
ron todos los caballos.
17 ttJxe4 dxe4 18 ttJxc4 bxc4
Ésta es una posición clave que vale la
pena estudiar meticulosamente. E n vista
del j uego forzado que la precede, es im­
portante para evaluar la viabilidad de to­
do el plan de las negras, iniciado con 12 ...
�b7. La práctica pasada h a demostrado
que es difícil igualar con la alternativa 12
... �d7. Por consiguiente, la esperanzas de
las negras están depositadas en 12 ... �b7.
La j ugada se produce en más de 300 parti­
das y le h a aportado a l as negras consis­
tentes medidas defensivas. La posición del
diagrama, sin embargo, sólo se encuentra
EL FENÓMENO CHINO 225
en 4 partidas de la base, y puede, por tan­
to, considerarse un nuevo campo. La prác­
tica nos dice poco acerca de ella.
¿Cuáles son las características de la po­
sición?
La primera y más evidente es que no
hay cabal los sobre e l tablero, m ientras
que permanecen piezas de todos los de­
más tipos. " Aj edrez sin caballos" puede
que no sea un concepto cotidiano, pero en
términos de práctica competitiva, es algo
que el j ugador debería estudiar y asimilar.
El diagrama anterior tiene todos los ras­
gos típicos de una situación así. El papel
de las piezas mayores tiene un mayor pro­
tagonismo, la significación de las colum­
nas abiertas y semiabiertas aumenta, hay
m ayor campo para acontecim ientos re­
pentinos que pueden marcar la diferencia
entre la victoria y la derrota, etc.
La segunda característica es el desequi­
l ibrio e ntre los dos bandos. La ventaj a
blanca se encuentra e n e l flanco d e dama,
la negra en el de rey. Esto debería aportar
el principio orientador para ambos j uga­
dores al trazar sus planes.
La tercera característica es que ambos
bandos disponen de considerable margen
de maniobra en diversos sectores del ta­
blero, en la persecución de sus objetivos
estratégicos.
La cuarta es la posición avanzada de
los peones negros e y c. Para las negras,
estos peones consti tuyen la base de un
contraataque estratégico. Para las blancas
constituyen blancos estratégicos. "Ataque
contra los peones avanzados" es un con­
cepto que pretendo haber desarrollado.
La q u in ta es la consecuenci a de las
otras cuatro. Se trata del carácter dinámi­
co latente en la posición, su potencial para
tran sformaciones i nesperadas, la escasa
probabilidad de un plácido equilibrio.
226 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
M i investigación de esta posición me
ha permitido descubrir otras característi­
cas, pero ¡ tal vez no debería decir dema­
siado al respecto ! Este comentario no só­
lo lo leerán los j ugadores chinos sino gen­
te ajena a la Escuela China de Aj edrez.
Los rivales de mis estudiantes no me pa­
gan honorarios por enseñarles, así q ue
¿por qué debería decirles más? Se trata
de una broma. Pudiera ser que alguien a
quien le guste mover la lengua me acusa­
ra de revelar secretos ( ¡ esto sí es en se­
rio ! ) .
L a teoría y el estudio d e l aj edrez son
como las n uevas armas que se inven tan
durante una guerra. Si afirma disponer de
nuevas armas, pero no se las muestra a na­
die, no serán efectivas como amenaza, y
otros pueden acusarle de mentir. Por otra
parte, puede estar revelando secretos mili­
tares y reduciendo el carácter disuasorio y
de misterio, que se supone poseen sus
nuevas armas.
Me gustaría volver al ejemplo que an­
tes he mencionado. En los años cincuenta
y sesenta, el mundo del ajedrez estaba do­
minado por la U RSS. El equipo soviético
era capaz de vencer a un equipo compues­
to por los mejores del mundo. Por enton­
ces había numerosos artículos publicados
en las revistas soviéticas sobre teoría aje­
drecística. Pero después que el norteame­
ricano Bobby Fischer hubo vencido a los
más destacados jugadores soviéticos, con­
v irtiéndose en Campeón del M undo, la
gente de la ex U RSS pareció interesarse
más por la historia del ajedrez, las compu­
tadoras aplicadas al ajedrez, y la filosofía
del ajedrez, temas considerablemente ale­
jados de la práctica competitiva. En las re­
vistas pueden encontrarse artículos sobre
estos temas, pero poco acerca de la teoría
del j uego en sí. Para encontrar i nforma-
ción útil, hay que leer entre líneas lo que
escriben los j ugadores a l comentar sus
partidas. Las notas, por otra parte, se for­
mulan con más cuidado que antes. Quizá
esto se deba también a la máxima de q ue
cuando menos se diga de una cosa, tanto
mejor.
Volviendo al di agrama, el j uego que
lleva a esta posición e ra casi o bl igado.
Ahora j uegan blancas, de modo que lle­
van la iniciativa a la hora de trazar un plan
estratégico de ataque. Esto es importante
para evaluar la situación.
Antes de la presente partida, la posi­
ción se había visto en cuatro ocasiones. En
una partida las blancas j ugaron 1 9 'lig4.
En las otras tres, 19 b3. Estos dos planes
tienen como blancos los dos peones avan­
zados. La j ugada 1 9 �g4 apunta al peón
de e4, mientras que 1 9 b3 pretende elimi­
nar el de c4.
El único ej emplo práctico de 1 9 'lig4
es la partida Calzetta - Kach i an i , de la
fase previa d e l Campeonato M un d i a l
Femenino, e n 1 992. ( E n aras d e u n a ma­
yor claridad, ren u m e ro l as j ugadas de
aquella partida, porque a l a posición del
di agrama se l legó después de l a j ugada
veinte de las negras, por inversión de j u­
gadas.)

Con l a amenaza 20 jLxh6, l a j ugada
blanca 1 9 Vi'g4 es ofensiva (xianshou ), ata­
cando el peón blanco de e4. Sin embargo,
como nos enseñan las guerras de l a anti­
güedad, puede haber menos posibilidades
de llevar a cabo un plan estratégico por
medios directos, no disimulados, que por
medios indirectos de rodeo.
En la partida, Kachiani también se de­
fendió por medios directos: 1 9 ... ;g, xe6 20
jL xe4 (encam i n án dose, erróneamente,
h acia una posición de tablas; las blancas
deberían j ugar 20 jLf4 , cuando a las ne­
gras no les resulta tan fácil igualar) 20 . . .
VJile7 2 1 f3 ;g, ae8 2 2 jL d 2 (¿Tuvo e n cuen­
ta 22 jLxh6? ! la j ugadora española? Quizá
no. Después de 22 . . . f5 23 Vi'xf5 gxh6 24
;g, f1 jLxe4 25 fxe4 ;g, xe4 26 Vi'g6+ j¿g7 27
VJilxa6, las blancas tienen tres peones por
el alfil. En general, con ese tipo de equili­
brio material, l as bl ancas tienen menos
posibilidades ganadoras, mientras las pie­
zas pesadas se encuentren sobre el table­
ro. Si las negras quieren ganar, deben in­
tentar 27 ... ;g, e2, entregando otro peón en
c4, a fin de atacar al rey) . 22 . . . jLxe4 23
fxe4 ;g, xe4. Las negras han recuperado el
peón y la posición está, en esencia, iguala­
da.
Después de 1 9 VJilg4, las negras tienen
otras posibilidades defensivas, como 1 9 ...
VJiif6. Ahora, 20 jLxe4 no es una buena j u­
gada, debido a 20 . . . h5 2 1 Vi'f3 Vi'g6! (aún
mejor que 21 ... ¡vxf3 22 gxf3 f5 23 j¿xb7
;g, xe 1 + 24 � g2 ;g, a7 25 jL d5 + � h7 26
jLxc4, cuando, a fin de desclavar el alfil de
el , l as blancas tienen que j ugar b2-b3 y
jLc1 -b2, permitiendo un cambio de torres.
En el final con dos alfiles y siete peones
contra torre, alfil y cinco peones, las pers­
pectivas b l ancas son escasas) 22 j¿ xb7
;g, xe 1 + 23 � h2 n ae8, y las negras tienen
ventaja decisiva.
EL FENÓMENO CHINO 227
Las blancas deberían considerar res­
ponder a 1 9 ... Vi'f6 con 20 ll bl . Entonces,
después de 20 ... c5 21 jLe3, es fácil jugar
con las blancas, aunque hay lucha por de­
lante. Si, en cambio, 20 ... j¿d6 21 b3 cxb3
22 ;g, xb3 jLd5 23 1::[ b l 1::[ ad8, las blancas
tienen 24 jLxe4. Ahora, 24 ... h5 falla, por
25 ... j¿g5 ! , con ventaj a decisiva. No, sin
embargo, 25 jL h7+?, cuando las blancas
sucumben a causa de la debi lidad de su
primera fila.
Las negras pueden considerar también
1 9 ... Vi'c8, proponiendo un cambio de da­
m as y aliviando las amenazas contra sus
peones. Si 20 Vi'xc8 ;g, axc8, para seguir
con ... c7-c5, las negras no tendrán muchas
dificultades en el final. Si 20 �h5 jLd6 2 1
jLe3 �e6, las negras tienen buenas pers­
pectivas, gracias a la amenaza ... f7-f5-f4.
19 b3
/')/
Las blancas tienen mayoría de peones
en el flanco de dama, pero también algu­
nos problemas que resolver en ese sector
del tablero. G alli amova elige el plan de
ataque correcto. Por el momento, deja de
lado la idea del ataque al peón negro de
e4, y resuelve antes el problema del peón
de c4.
Revisando la posición en términos es-
228 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
táticos, podemos decir que los peones do­
blados negros de la columna e constitu­
yen un defecto. E n términos dinám icos,
sin embargo, el peón de c4 actúa como
u n a potente grapa que contiene a los
peones de c3 y b2. E l peón de b2, por
otra parte, es un peón retrasado en una
columna semiabierta, y puede convertir­
se en obj etivo de ataque. E n cuanto al
peón doblado de c7, puede avanzar a c5
en cualquier momento, y cambi arse por
el peón blanco de d4. Si retirásemos los
peones de d4 y c7, el peón de c4 ejercería
una desagradable presión sobre el flanco
de dama de las blancas. Si las negras cam­
bian en d4 y las blancas retoman con el
peón de c3, el peón de c4 seguiría presio­
nando al de b2.
Las blancas querrían ganar el peón de
c4, pero en l as presentes circunstancias
eso no es factible. Puesto que no lo es, lo
mej or es cambiarlo. D e esta forma, las
blancas se desprenden de su propio peón
retrasado, activan su alfil de casillas blan­
cas y liberan la mayoría del flanco de da­
ma. También pueden emplear la columna
abierta b para contrarrestar las amenazas
negras en el flanco de rey.
El plan de las negras es responder pri­
mero a la amenaza blanca y después lan­
zar un ataque en el flanco de rey, j ugando
. . . i.f8-d6 y .. .f7-f5-f4. Desde luego, si las
negras quieren ejecutar este ataque, ten­
drán que prepararlo cuidadosamente. En
especial, si el alfil blanco controla la dia­
gonal a2-g8, las negras deberán i nvertir
mucho tiempo para neutralizarlo. Primero
tendrán que defender su peón de f7, luego
apartar su rey y, por fin , realizar el avance
de l peón f. De otro modo, tendn1n que in­
tentar cambiar alfiles de casil las bla ncas.
Si las negras no consiguen realizar su pro­
pio plan de ataque, lo lógico es que la ven-
taj a blanca en el flanco de d am a resulte
decisiva.
Puesto que 19 b3 ataca el peón de c4,
las negras sólo tienen dos opciones: 19 . . .
cxb3 y 1 9 ... 'iVdS. Veamos si la primera es
satisfactoria.
19 ... cxb3 20 i.xb3
La posición del diagrama aparece en
dos partidas, una de ellas tablas y la otra
victoria blanca. Sin embargo, nuestro vere­
dicto de la posición no debería depender de
los resultados, sino que debe respaldarse
con profundo y minucioso análisis, preferi­
blemente basado en una partida de alto ni­
vel.
En una partida entre Van Gool y Van
der Hoogt (Holanda 1973) , las negras j u­
garon 20 . . . 'iVf6. El programa de ordena­
dor piensa que se trata de una buena j uga­
da, que logra ventaja. Pero el ordenador
sólo nos dice un aspecto de la historia. 20
... 'iVf6 puede ser mejor que otras j ugadas
negras, pero es i nsuficiente para igualar.
La partida continuó así: 2 1 � b l � ab8 22
i.e3 a5? ! 23 i.c4 i.a6 24 i.b5 . Sustituya
la última jugada blanca por 24 iVe2, y ten­
drá ventaja posicional. Por otro lado, la al­
tern ativa a 23 i.c4 es 23 iVh5 i. a6 24 i. a2
� a�, y las negras están incómodas.

En la partida Klovans - Shalamberidze
(Australia 1 993) , las negras eligieron 20 ...
eS , tratando de romper l a estructura de
peones blancos en el flanco de dama. Si­
guió 2 1 S b l VJ!ic7 22 VJ!ig4? ! �c8, y la po­
sición negra resultó ser muy resistente. Pe­
ro las blancas podrían haber logrado una
clara ventaj a con 22 VJ!ihS ! , con las amena­
zas 23 �xf7+ y 23 dxcS. Por ejemplo: 22 ...
c4 23 �xc4 it'xc4 24 S xb7 �d6 2S �d2
S ab8 26 S xb8 S xb8 27 'iYg4, con una
ventaj a decisiva. O bien 22 ... S ab8 23
dxcS �c6 24 �e3 S b7 2S �d4, y las blan­
cas están indudablemente mejor.
Nuestro análisis del diagrama anterior
i n dica q ue las bla ncas tienen una clara
ventaj a, j ueguen cómo j ueguen las negras.
Hasta qué punto es grande esa ventaj a lo
determinará la práctica futura.
G alliamova seguramente esperaba que
Xie J un buscase la posición del diagrama
anterior. Sin embargo, Xie J un toma otro
camino.
19 iYdS?!
000
/CJ3
Esta j ugada la efectuó por primera vez
Kachiani, una de las mej ores j u gadoras
del mundo, en una partida contra E. Bach,
en el Open de Badenweiler (Alemania,
1 994 ). La partida no es larga, de modo que
EL FENÓMENO CHI NO 229
indicaré el resto en su totalidad: 20 bxc4?!
'li'xc4 2 1 � e3 �dS 22 �a3 �xa3 23 S xa3
S ab8 24 aS 'iY bS 2S S a 1 'li' c4 26 S a4
'iVbS 27 S al 'iYc4 28 S a4, tablas.
El juego de las blancas en esta partida
es esencialmente negativo. La j ugada 2 1
S e3 ? ! altera l a cooperación entre las fuer­
zas blancas. Su único propósito es atacar la
dama con �c2-b3 en la j ugada siguiente,
pero 21 . . . �dS lo impide. Como conse­
cuencia, la gal lina se ha escapado y los
huevos del gallinero se han roto. Sin em­
bargo, con un Elo inferior en casi 200 pun­
tos al de Kachiani (las cifras hoy son de
2267 y 2427) , las blancas se contentaban
con unas tablas. El curso correcto del jue­
go debería h aber sido: 2 1 � d2 'li'dS 22
�b3 'iVfS 23 S b1 S ab8 24 'lig4 'iVxg4 2S
hxg4 �d6 26 �c4, etc. Pero si buscamos
una mayor ventaja para las blancas, enton­
ces deberíamos criticar la j ugada 20 bxc4.
En la posición del diagrama anterior,
una posibilidad es 20 S bl , alineando la
torre con el alfil negro y amenazando, así,
21 bxc4. ¿Cómo deben reaccionar las ne­
gras?
La inmediata 20 ... e3 es dudosa, por 21
f3 bloquea la diagonal y deja sentenciado
al peón de e3.
230 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
20 . . . cxb3 tampoco es buena, ya que
después de 2 1 �xb3 'iVf5 22 �xf7+ y 23
l::í xb7, las blancas tienen un peón de ven­
taja y han suprimido la acción agresiva de
las negras en el flanco de rey, con .. .f7-f5-
f4.
Por consiguiente, las negras están vir­
tualmente obligadas a responder con 20 ...
ll b8 a 20 :!l b1 , "superprotegiendo" el al­
fil de b7, como diría Nimzovich. La j ugada
reduce por el momento la presión latente
de las blancas sobre la columna b. Lo me­
jor que pueden hacer entonces las blancas
es continuar con 21 �e3. La j ugada es be­
neficiosa en cuatro aspectos. Primero, eli­
mina a tiempo la amenaza ... e4-e3. Segun­
do, apoya el peón d4 y aumenta el control
de cS. Tercero, dada la situación de clava­
da y contraclavada en la columna b, pre­
para la conexión de las torres blancas en la
primera fil a . Cuarto, con el peón de d4
consolidado, las blancas pueden preparar­
se para avanzar el peón c. Una j ugada lo­
gra cuatro objetivos. Así que ¿por qué no
realizarla? Las negras tienen dificultades
para encontrar una respuesta efectiva. El
j uego podría con t i n u a r así: 21 . . . � d 6
(preparando el futuro ataque ... f7-f5-f4) 22
¡fe2 (integrando todas las fuerzas blancas
y amenazando b3xc4) 22 ... cxb3 (obliga­
do, para evitar la pérdida de un peón) 23
l:l xb3 ! (mejor que 23 �xb3 ¡ff5). Ahora
las blancas amenazan 24 c4, desaloj ando a
la dama negra, y también 24 l::í eb 1 , cla­
vando el alfil. Las negras no tienen buenas
medidas defen sivas. 23 . . . l::í bd8 pierde
pieza, por 24 c4, mientras que si 23 ... �a8
24 l::í xb8 l::í xb8 25 ¡fxa6, las blancas tie­
nen un peón extra y una decisiva ventaja.
Las negras tienen otras posibilidades en la
j ugada 2 1 , pero ninguna de ellas impide
que caigan en desventaja.
Volviendo al diagrama 1 93, las blancas
también pueden considerar 20 �e3, ocul­
tando su plan de ejercer presión sobre la
columna b. Si las negras j uegan 20 ... �d6,
las blancas pueden j ugar 21 l::í b8 1;1 b8 22
'ife2, etc., y las negras h an sido "cazadas"
en la vari a n te an tes m e ncion a d a . H ay
otras varias posibilidades. Por ejemplo: 20
... � ab8 21 bxc4 ! ? iVxc4 22 �b3 'ifxc3 23
� e 1 'iVb4 24 � xc7, pero después de 1 9 ...
'iVd5, la situación negra es difícil.
Parece que después de 1 9 ... 'iV d5 las
blancas tienen dos j ugadas prometedoras,
20 1;1 b1 y 20 �e3. ¿Cuál de ellas es me­
jor? Es difícil extraer conclusiones. Lo que
p u e d o d e c i r es q u e 20 � b 1 es act i v a ,
mientras que 2 0 �e3 e s indirecta y aguda.
Un análisis minucioso, comparando 1 9
... 'ifd5 y 1 9 ... cxb3 demuestra que l a pri­
mera acarrea más problemas para las ne­
gras. Xie J un elige 1 9 . . . 'iVd5, sin darse
cuenta de que es inferior. Pero entonces,
en la j ug a d a s i g u i e n t e , G a l l i am o v a se
equivoca. Así que ¡ l a j ugada de Xie Jun
tiene éxito! Recordemos el antiguo pro­
verbio romano: " El vencedor no puede
ser cuestionado."
20 � e3?!
Todas las j ugadas, hasta la 1 9.a de las
negras, habían sido realizadas ya anterior-

mente. Puede decirse que el verdadero co­
mienzo de la presente partida es esta juga­
da, de modo q ue G alliamova comete un
error "en la primera j ugada".
Para una j ugadora de clase m undial,
formalmente entrenada por l a l l amada
Escuela Soviética, ¡ esto es algo increíble!
¿ Es 20 It. e3 una línea preparada o una im­
provisación? N adie lo sabe. Si Galliamova
analizó la partida Bach - Kachiani, puede
h aber pensado que su j ugada era " u n a
mejora" . Recordemos que e n aquella par­
tida, después de 20 bxc4 'li'xc4 21 It. e3, el
plan blanco de 22 �b3 fue abortado con
21 ... �d5. Puede que Galliamova quisiera
cambiar el orden de jugadas. Ahora ame­
naza 21 bxc4 �xc4 22 � b3 , cuando las
negras no disponen de ... �b7-d5. Si tal es
el caso, tengo que darle una mala nota por
sus deberes caseros. Algo de lo que cierta­
mente se en carga Xie J u n , que efectúa
una evaluación muy correcta de la j ugada
de su rival.
20 cxb3 21 �xb3 �f5
...
La sencilla solución técnica de Xie J un
frustra por completo las intenciones de las
bl ancas. Podemos i l um inar la situación,
reordenado las tres últimas j ugadas. Son
equivalentes a 19 ... cxb3 20 �xb3 �f6 21
It. e3? �f5 ? ! Aunque 2 1 ... �f5 no es ideal
en este punto (la j ugada normal sería 21 ...
�d6), la falta no es nada en comparación
con 21 It. e3.
En el transcurso de una partida, si el
plan de un jugador se encuentra con pro­
blemas, no debería torturarse con la au­
tocrítica. Lo importante es cómo conti­
nuar.
Si las blancas j uegan ahora la inmedia­
ta 22 �g4 o 22 �a3, no les resultará difícil
conservar la igualdad. G alliamova puede
que no se contentase con eso, porque iba a
remolque en el match.
EL FENÓMENO C H I NO 231
Teóricamente hablando, si las blancas
quieren lograr ventaj a posicional, deben
intentar 22 It. b1 It. ab8 23 �c2.
E l alfil b l anco no h acía n ad a en l a
diagonal a2-g8. Trasladado a la diagonal
b 1 - h 7 , d o n d e ataca el peón avanzado
contrario de e4, puede representar una
a m e n aza para las negras . La teoría de
ataque al peón avanzado puede ayudarle
a un jugador a adoptar el plan correcto en
la práctica.
¿Qué deben j ugar ahora las negras?
Empleando el mejor software disponi­
ble de ajedrez y análisis, el ordenador op­
ta, sin reservas, por 23 ... �d6. El progra­
ma alcanza esta decisión después de "ana­
lizar" las 44 jugadas reglamentarias a dis­
posición de las negras. Está fuera de cues­
tión que un ser humano pueda elegir una
j ugada de ese modo. No sólo porque es
imposible, considerando el límite de tiem­
po, sino porque el método del ordenador
no es apropiado al modo de pensamiento
humano. Un j ugador necesita, obviamen­
te, criterios para evaluar qué j ugada es
mejor, pero aún no se han establecido cri­
terios universalmente aceptados, y puede
que no se establezcan nunca. El software
creado por seres humanos tampoco cuen-
232 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
ta con tales criterios: sus evaluaciones, ba­
sadas en la aplicación de leyes generales,
son siempre aproximadas. H ay algo en el
pensamiento estratégico que un orden a­
dor nunca podrá imitar, de no descubrirse
n uevos principios de programación que,
por el momento, están demasiado alej a­
dos de nosotros.
La mayoría de los j ugadores humanos
elegiría también 23 ... �d6, aunque no por
las mismas razones que el ordenador. Lo
esencial es q u e un s e r h u m a n o p uede
aprender de la experiencia y considerar
una opción que, según los principios nor­
males, se consideraría mala. El jugador
puede encontrar una jugada beneficiosa en
la situación general y a largo plazo, aunque
no resista las comprobaciones habituales.
Un programa de ordenador no puede h a­
cerlo. Si una j ugada no tiene ventaj as sus­
ceptibles de ser calculadas, el ordenador la
rechazará.
Después de 23 ... �d6 24 'ife2 'ifd7 2S
aS fS (o bien 2S ... �f4 26 bt xb7 l:. xb7 27
bt xe4 bt xe4 28 'if xe4 � xc l 29 'if xb 7
'ife8 3 0 g3, con ventaj a decisiva) 2 6 'ifc4+
�h7 (26 ... �h8 es similar) 27 �a4 c6 28
l:. e2 ! "Wic7 29 l:. eb2 l:. ed8 30 l:. b6 c5 3 1
�f1 las blancas tienen una ventaja decisi­
va. Las negras pueden, sin embargo, res­
ponder a 24 'ii'e2 con 24 . . . �f4 25 � xb7
� xb7 26 l:l xe4 � xe4 27 'ii'xe4 (27 �xe4
: b 1 ! ) 27 . . . "Vti xe4 28 � xe4 � xc 1 29
�xb7 a5 . Aunque con peón menos, las
negras pueden explotar el carácter espe­
cial de los alfiles de distinto color para ha­
cer tablas.
Las blancas pueden tratar de mejorar
sobre la última variante, j ugando 24 "Wie l .
Ah ora , después de 24 . . . � f4 25 � xb7
� xb7 26 g4 ! "Vii g6 27 l:. xe4 l:. xe4 28
�xe4 : b 1 29 �xb 1 �xb1 30 � d2, las
blancas alcanzan un final ganado, con peón
de ventaj a . Puesto que 24 "Vii e 1 amenaza
ganar un peón con �c2xe4, el ordenador
considera que la mej or respuesta es 24 ...
'ifd7, para ganar a cambio el peón de a4.
No tiene sentido j ugar 2S aS, ya que las
negras continuarían con 2S ... f5, amena­
zando .. .fS-f4. Las blancas, por tanto, de­
ben emprender una inmediata acción en
el flanco de dama, con 2S c4 eS 26 dS fS 27
'ifaS (27 bt eb3 'ifxa4), con la posible idea
bt e3-b3. La presión de las blancas sobre la
columna b es más efectiva que el j uego de
las negras en el flanco de rey.
El análisis asistido del ordenador pare­
ce indicar que 20 l:. e3 es, después de todo,
una buena j ugada. La clave es que la posi­
ción negra tiene una falla estructural. Las
j ugadas 19 ... 'ifdS y 21 ... 'iffS han dejado
a la dama mal situada.
Sin embargo, cuando llevé a cabo este
análisis, siempre me asaltaba una duda. La
j ugada 20 bt e3 emplea tiempo y deteriora
la coordinación de sus piezas. Debe haber
una forma precisa y efectiva de que las ne­
gras puedan demostralo y preservar el
equilibrio de fuerzas (aunque no, me atre­
vería a decir, de lograr ventaja). La línea
23 ... �d6 24 'iVe 1 'ii' d7 es típica de un or­
denador. Para un gran maestro, es digna
de consideración 24 ... �a8!

¿Qué? ¡ Esa j ugada pierde el peón de
e4 ! El ordenador no elegiría una j ugada
así. ¿ Por qué debería hacerlo un j ugador
humano? En primer lugar, porque podría
analizar las variantes ante riores y sentir
que es preciso encontrar algo distinto. En
segundo lugar, un ser humano tiene la ca­
pacidad de poder jugar, a veces, algo que
va contra e l pensamiento " l ógico " . Por
ejemplo: un programa de ordenador nun­
ca atacará un obj etivo si no lo ve. Un j uga­
dor humano, en cambio, puede lanzar un
ataque contra un objetivo potencial, ocul­
to.
Así pues, examinemos 24 . . . � a8 ! 2S
1l xb8 1l xb8. A hora l as blancas pueden
j ugar 26 �xe4 �xe4 27 I:l xe4, ganando li­
bremente el peón de e4. Sin embargo, des­
pués de 27 1l b l , la clavada sobre la pri­
...
mera fila es muy molesta para l as blancas.
( La misma situación podría surgir del or­
den de j ugadas 2S �xe4 �xe4 26 : xe4
l:t xbl ! 27 ld xe8+ � h7.) Para liberarse de
la clavada, las blancas tienen que j ugar 28
Jl e8+ � h7 29 'iffl 'ifc2 30 Jl el 'ifxc3 3 1
�d2 l:t xe1 32 �xel ( n o 32 �xc3? �h2+)
32 ... 'ifxd4 33 'ifxa6 'ifal (33 ... 'iYeS 34
� f1 ) 34 � f1 , cuando l as n egras tienen
una i niciativa temporal, aunque l a posi­
ción está, básicamente, igualada. Así, ga­
n ar un peón con 26 �xe4 no le reporta a
l as b lancas un beneficio tangible. Parece
que 24 ... � a8 es una j ugada defensiva de
largo alcance.
E n l u g a r de t o m a r el p e ó n c o n 26
�xe4, ¿no tienen las blancas otras opcio­
nes para lograr ventaj a? Podemos descar­
tar la precipitada 26 f3? , cuando 26 .. 'iff4 .
27 fxe4 'ifh2+ 28 �f2 fS ! le concede a las
n egras un v i o l e n t o c o n t r a a t a q u e y l as
blancas necesitan preocuparse por la segu­
ridad de su rey. La única posibilidad que
queda es 26 c4 'iVd7 27 .ixe4 .ixe4 (27 ...
EL FENÓMENO CHINO 233
'{i'xa4 también es bueno) 28 � xe4 fS ! (no
28 . . . � b l ? 29 � e8+ �h7 30 'iVe4+ g6 31
'{i'xb l 'iVxe8 32 .ie3 �xa4 33 eS .ie7 34
'iVb7 �bS 3S �dS �g8 36 �a8+ �g7 37
.ixh6+, con una posición ganada) 29 � e2
� b l 30 � b2 � a l 3 1 � c2 � h7 ! 32 'iVc3
'iVxa4 33 g4 fxg4 34 hxg4, con una posi­
ción de equilibrio dinámico. En el final las
negras avanzarán su peón a para contra­
rrestar la actividad central de las blancas.
Volvamos a la variante (a partir del
diagrama 1 96) 23 ... .id6 24 'iVe l 'iVd7 2S
c4.
�------�
/98
El análisis anterior sugiere que las ne­
gras no deberían j ugar mecánicamente 2S
... cS. La alternativa, como antes, es 2S ...
�a8 ! (Es extraño que el ordenador nunca
considere esta j ugada.) Las blancas se ven
privadas de la presión sobre la columna b,
y no tienen una continuación satisfactoria
que no sea la captura del peón: 26 .ixe4
'ifxa4 (mejor que 26 ... .ixe4? ! 27 ld xe4
'ifxa4 28 1:1 xb8 l:t xb8 29 eS .if8 30 �f4,
cuando la necesidad de defender el peón
de c7 le causa serios problemas a las ne­
gras) , y ahora las blancas pueden elegir
entre 27 lá xb8 � xb8 28 .ixa8 � xa8 29
eS , y 27 � d3. El análisis demuestra que
ninguna de estas posibilidades le reporta
234 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
nada a las blancas. Otra j ugada digna de
mencionar es 27 c5? El ordenador indica
que 27 . . . � f8 es la mej or réplica , pero
d e s p u é s de 28 � xa 8 1:. xa8 2 9 1:. x e 8 !
1:. xe8 30 �e3, las negras tienen motivos
de preocupación con sus peones a y c. Las
blancas controlan todo el flanco de dama
y el centro, y tienen muy buenas perspec­
tivas. Las negras deberían j ugar, en cam­
bio, 27 ... �f4! El ordenador descarta esta
j ugada, basándose en 28 �c2, estimando
que las negras pierden material. En reali­
dad, después de 28 �c2 ljVxc2 29 1:. xe8+
l:. xe8 30 'iVxe8+ � h7 , la amenaza 31 . . .
'iVd1 + obliga a las blancas a entregar la to­
rre: 31 �xf4 'iVxb 1 + 32 � h2 �d5 ! (puede
que esto sea lo que no ve el ordenador al
analizar 27 . . . � f4) 33 � xc7 'iVf1 34 f3
�xf3 35 gxf3 iVf2+, y tablas por j aque
perpetuo.
La posición del diagrama 1 96 es una si­
tuación de medio j uego, si bien está estre­
chamente relacionada con la apertura. El
medio j uego es una fase clave de la parti­
da, y también la más difícil . ¿ Por qué Ga­
lliamova fue derrotada por Xie Jun? Des­
de el punto de vista técnico, su conducción
del medio j uego mostró serias l agunas.
Cuando logra ventaj a en la apertura o el
medio juego, Galliamova a menudo es in­
capaz de quebrar la resistencia de su rival.
Cuando no tiene ventaja en el medio j ue­
go , no t i e n e la capaci d a d i d ó n e a para
plantear continuos problemas al oponen­
te. En un momento crucial de esta partida,
no capta 20 1:. b 1 ni 20 �e3. Por otra par­
te, después de que Xie Jun j ugase tranqui­
lamente 20 ... cxb3 21 �xb3 'iYf5, Gallia­
mova no continúa con 22 1:. b 1 y 23 �c2.
Técn icamente, estas dos j ugadas no son
difíciles de encontrar. La primera es una
xianshou (j ugada ofensiva) que ocupa una
columna, amenazando ganar un peón con
la captura en f7. La segunda apunta al peón
negro avanzado, de paso que despej a la lí­
nea de acción de la torre. J ugar al ajedrez
es el arte del pensamiento. Su táctica es
maravillosa, pero sus operaciones y proce­
dimientos técnicos aún lo son más.
A partir del diagrama 1 96, sólo hemos
considerado 23 ... �d6. ¿No hay una alter­
nativa? En caso de 23 . . . 'iVd7, las blancas
pueden tomar el peón de e4, con 24 �xe4
�xe4 25 1:. xb8 1:. xb8 26 1:. xe4, pero eso
no les beneficiará, porque las negras j uga­
rán 26 . . 1:. b 1 27 iVc2 1:. a 1 , ganando el
.
peón a y logrando la igualdad. Por otra
parte, las blancas disponen de 24 c4, ame­
nazando 25 1:. eb3, que dej a a la torre de
e3 bien situada. Está claro que el plan c3-
c4 es una posibilidad que las negras deben
tener en cuenta. Esto plantea la cuestión
de por qué las blancas no j uegan 23 c4, en
lugar de 23 �c2. La respuesta es que las
negras tienen la sencilla 23 ... �a8, prepa­
rando un cambio de torres y elimi nando
cualquier clavada en la columna b. Con
peones u n i d o s , e n c4 y d4, la posición
blanca no será mala. El hecho de que am­
bos peones a sigan en el tablero es un fac­
tor que complica el final. La situación, en
esencia, es de equilibrio dinámico.
Q u i s i e ra d e t e n e rm e ahora en 23 . . .
iVd5 ! ? E n l a práctica, n o es fácil que esta
j ugada pase por la mente. La dama negra
dejó la casilla d5 sólo dos jugadas atrás. Si
no se obtienen beneficios claros y específi­
cos, es difícil que las negras decidan volver
sobre sus pasos, pero los jugadores de alto
nivel debe aprender a superar este tipo de
bloqueo mental. Sólo cuando lo logren,
podrán ampliar la extensión de su conoci­
miento. ¿ Beneficia a las negras 23 ... 'iYd5?
A continuación la analizaremos y podre­
mos verlo. En una partida real, el j ugador
no pensaría en una j ugada así.

Con 23 . . . 'iVdS, las negras retiran su
dama de la diagonal del alfil blanco, y al
m ismo tiempo disuaden el avance c2-c4.
Pero ¿y si las blancas j uegan 24 c2-c4 ! ? de
todos modos, tratando de lograr ventaj a
con u n sacrificio de peón? U n a variante
forzada sería ésta: 24 . . . 'iVxc4 2S .:t. eb3
'iVdS 26 ..te3 ..td6 27 .:t lb2 l::t e7 28 'iVbl
eS 29 dxcS ..txcS 30 ..txcS 'iVxcS 31 .:t xb7
1:. exb7 32 J::t xb7 J::t xb7 33 'iVxb7 'iVxc2 34
'iVxa6. El final está igualado. Es m uy difí­
cil para las blancas coronar su peón a, so­
bre todo porque no pueden construir un
refugio seguro para su rey.
Las b lancas podrían j ugar también 24
'iVe2, amenazando capturar el peón avan­
zado, con 2S ..txe4. La única medida de­
fensiva de las negras es 24 ... 'iVd7. Si las
blancas toman el peón e4, l as n egras to­
m arán el de a4. Como las blancas no dis­
ponen de un método efectivo para refor­
zar gradualmente su posición, deben recu­
rrir a la táctica, es decir, 2S c4! ? Como en
otras líneas similares, el propósito de esta
j ugada es ampliar el radio de acción de la
torre de e3. Las blancas esperan trasladar
esta torre a b3 para clavar el alfil negro.
En respuesta a 2S c4! ?, las negras pue­
den optar por la sólida 2S . . . ..ta8 26 � xb8
� xb8 27 dS fS 28 � b3 � e8 29 ..te3 'iVxa4
EL FENÓMENO CHINO 235
30 ..txh6 c6 3 1 dxc6 iVxc6 32 ..te3 ..teS
33 ..txcS 'tWxcS 34 �hS , con igualdad.
Pero ¿qué sucede si las negras aceptan
el sacrificio del peón blanco? Después de
2S ... �xd4 26 � eb3 'Wia7 (a fin de jugar el
alfil a c6 y cambiar torres en la columna b)
27 ..te3 �a8, la dama negra queda en una
posición muy desafortunada, pero ¿pue­
den las blancas aprovecharse de ello? Na­
d a se consigue con 28 eS ..t dS 29 � xb8
� xb8 30 � xb8 'Wt xb 8 3 1 'Wt xa6 'Wi b2 .
¿Qué pasa con e l sacrificio 2 8 ..txh6? Las
negras no pueden tomar el alfi l , ya que
después de 28 ... gxh6? 29 � g3+ y 30 'ii'g4,
las blancas ganan. Pero la tranquila 28 . . .
..t c6 29 � xb8 � xb8 30 � xb8 'iV xb8
31 ..tf4 �b7 mantiene el equilibrio.
Así pues, a partir del diagrama 196, las
negras tienen dos j ugadas razonables: 23
... ..td6 y 23 ... 'iVdS. Comparémoslas.
En el transcurso de una partida, sería
fácil pensar en 23 . . . ..td6 y j ugarla, pero
en tal caso el j ugador se enfrentaría con
algunos problemas y peligrosas trampas.
En particular, la idea de retirar el alfil de
casillas blancas a a8 y cambiar torres en la
columna b sería difícil de descubrir ante el
tablero. Pero si la idea de 23 ... 'iVdS se le
ocurre, entonces el j uego que sigue no se­
rá difícil . Con 23 ... ..td6 es posible mante­
ner la igualdad, pero 23 ... 'iVdS es la op­
ción más fiable.
22 J::t g3?!
(Ver diagrama 200.)
¿ Qué puedo decir acerca de esta j uga­
da? Creo que Galliamova está perdiendo
su ecuanimidad y paciencia, cualidades in­
dispensables para un jugador de alto nivel.
Aquí no está j ugando una partida, sino
arriesgándose la vida. Parece desplegar
sus tropas de forma tal que no les deja es­
pacio de maniobra ni ruta de escape posi-
236 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
ble, de modo que sus soldados luch arán a
muerte ¡y eventualmente podrán ganar l a
batalla!
22 ..td6 23 l:t g4?
...
Negándose a admitir el error. Tal vez
Galliamova espera repetir la tercera parti­
da, en su entusiasmo por el ataque. Xie
J un cometerá errores que Galliamova sa­
brá aprovechar para ganar la partida con
un golpe sorpresivo. Pero esta vez no esta­
rá tan afortunada.
Debería h aber j ugado 23 'i:Yg4. Si l as
negras cambian, con 23 ... 'i:Yxg4 24 l:. xg4,
las blancas seguirán teniendo dificultades,
pero pueden contestar a 24 ... ..teS con 25
..td5. El curso correcto del j uego sería 23
. . . �f6, pero si entonces las blancas, admi­
tiendo su error, juegan 24 1:. e3, no será fá­
cil para las negras demostrar que tienen
ventaja.
23 ... �f6
Xie Jun realiza otra sencilla elección
técnica: defiende el peón de h6 y, al mis­
mo tiempo, amenaza . . . ..tb7-c8, capturan­
do la temeraria torre.
24 �c3
Si 24 'ii' e2? h5 25 1:. g5 e3 26 h4 (26
.S xh5? exf2+ 27 'ii'xf2 ..th2+ 2S �fl ..tg3
29 'ii'xf6 .S e l ++) 26 ... �f4 27 g3 exf2+ 28
'iVxf2 iVe4 29 d5 'iVe 1 + 30 'iVxe 1 1:. xe 1 +
3 1 �f2 l:. ae8, las negras tienen una venta­
ja decisiva .
24 : e7
•••
E l j uego de Xie Jun demuestra que es­
tá en plena forma. Va reagrupando gra­
d u a l mente sus fuerzas y dej a a la torre
blanca donde está, obligando a G alliamo­
va a preocuparse por su supervivencia.
25 ..ta3?
U n a j ugada sin sentido. Las b lancas
debería n h aber j ugado 25 � b l , cuando
tras 25 ... eS 26 ..te3, las negras no tienen
más que una pequeña ventaja. Al analizar
la partida, encontré que el ordenador pro­
p o n ía r e s p o n d e r a 25 1:. b 1 con 25 . . .
.S afS ! ? La j ugada no sólo impide que las
blancas capturen en f7 (26 �xf7+ l:. exf7
27 1:. xb7 �xf2+ 28 '{i'xf2 1:. xf2, con ven­
taj a decisiva), sino que al retirar la torre
de la diagonal a8-h 1 , prepara la caza de la
torre de g4, con ... ..tb7-c8. En la práctica,
sin embargo, me cuesta imaginar que las
negras optasen por una j ugada tan fea co­
mo 25 . . . 1:. af8. La continuación 26 c4 e3
27 ..txe3 ..teS 28 c5 ..txg4 29 cxd6 1:. xe3
30 fxe3 ..tf5 3 1 e4 '{i'xd4+ 32 �f2 'ii' x e4
33 1:. e 1 'iVd3 34 ..ta2 .,td7 35 dxc7 'iVc3 36
l:. e7 �el + 37 � h2 �xc7+ 38 g3 'ii' c8 39
l:. xf7 l:. xf7 40 �xf7+ � h8 41 ..tb1 ..txa4

42 iVg6 � gR 43 �a2+ �hR 44 �b l con­
d uce a tablas, aunque tal vez las negras
puedan mej orar el j uego en algún punto
( por ej emplo, con 38 .. � hR). Pero aun­
. lanzar un ataque en el flanco de rey. Por
que así fuera, 2S � b1 es la j ugada que de­
berían realizar las blancas.
La de la p a r t i d a , 2S � a 3 , pretende
cambiar alfiles y salvar así la torre de g4.
Sin embargo, no sólo es una pérdida de
tiempo ( � a l -a3-a 1 ), sino que también de­
bilita la defensa de la casilla e3. Ahora, las
perspectivas de ataque en el flanco de rey,
para las negras, son cada vez mejores.
25 ... �xa3 26 � xa3
26 l::t ae8
.•.
¿ Qué sucede con 26 ... 'it'd6? La j ugada
i ntenta resituar el rey y l uego l anzar u n
ataque a la bayoneta, con . . .f7-fS-f4. Des­
pués de, por ej emplo, 27 l:t a1 � h8, las
blancas corren grave peligro en el flanco
de rey. De modo que deben j ugar 27 'it'b2
para resistir el ataque. Podría seguir: 27 ...
eS 28 l:l a 1 l:t c8 (amenazando ... cS-c4 y
luego ... f7-fS) 29 'it'a3 ! � h7 30 �c2 fS 3 1
� g3 f4 3 2 � g4 g S 3 3 � b l �g7 3 4 aS, y l a
situación e s muy compleja. Por supuesto,
en l ugar de 27 . . eS , las negras pueden j u­
. 28 dxc5 'fVe5 29 � el'?!
gar 27 . . . �cR, pero entonces su posición
ofrece el aspecto de una pobre coordina-
EL FENÓMENO CHINO 237
ción de piezas. Xie Jun prefiere j ugar or­
gánicamentt:; . Primero quiere disponer sus
piezas de forma adecuada, y sólo después
otra parte, trata de aprovechar el talante
optimista de Galliamova.
27 � al
27 eS
•..
La superioridad de las negras se en­
cuentra en el flanco de rey, que es donde
deberían atacar. Al no h acerlo así, dej an
escapar la ocasión de incrementar su ven­
taja. En este momento valía la pena consi­
derar 27 ... 'it'd6. Si las blancas responden
28 'it'b2, entonces atacan la torre con 28 ...
�c8. A continuación, desplazan su rey, y
siguen con el avance ... f7-fS-f4. Las blan­
cas d ifícilmente podrían resistir ese ata­
que. Por consiguiente, estarían obligadas a
optar por 28 'iV d 2 � h 8 29 'it' f4 gS ! 30
'it' xd6 cxd6 31 n g3 fS 32 c4 e3 33 fxe3
n xe3 34 � xe3 � xe3 3 S l::t b 1 � e4 36
n b2 l:t d3 37 dS ll c3, después de lo cual el
rey negro invade la posición enemiga por
l a s cas i l l as oscuras, y l as negras tienen
ventaj a decisiva en el final.
Algunos comentaristas recomendaron
29 � d 2 , con la a m e n az a 30 'fV d4 o 30
238 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
'iV d6, indicando la l ínea 29 . . . 'i:V xc5 30
iYxh6 iYxc3 3 1 � el ¡qb2 32 l:t c2 iYal + 33
l:. cl , con tablas.
En realidad, el tema no es tan sencillo.
A 29 'ifd2 las negras pueden responder 29
... � h7 !
¿Qué pueden hacer ahora las blancas?
(a) 30 'ifd4 f5 31 l:. g3 f4 32 l:. g4 g5 33
iYxe5 l:. xe5 34 g3 f3, y la torre blanca de
g4 será capturada.
( b ) 30 iY d6 f5 3 1 'if g6 + ( 3 1 l:. g6 ? !
iYxc3 32 1:. bl e3 33 fxe3 ..te4, ganando)
31 ... � h8 32 .tl h4 (o bien 32 l:t g3 f4 33
l:t g4 e3 34 fxe3 iYxc3, y si 35 1:. b1, enton­
ces 35 ... ..te4) 32 ... 'iVxc3 (mejor que 32 . . .
e3 ? ! 33 fxe3 � x e 3 + 34 � h2 iV xc3 ? 35
� f1 !) 33 � bl c3 ! 34 fxe3 (34 ..tf7 exf2+
también es favorable a las negras) 34 . . .
..t e4 ! 3 5 ..t f7 � xf7 3 6 iVxf7 'iVxe3+ 37
�h2 ..txb l , y las negras ganan.
(e) 30 � g3 f5 3 1 h4 � xc5 3 2 iV d4
iVc7 ! 33 � d l f4 34 � h3 ..t c8 35 � h2
..tg4, y la posición de las blancas es deses­
perada.
Es casi seguro que Galliamova encon­
tró 29 �d2 y le pareció deficiente , aunque
no puede haber visto todas las variantes
anteriores. A efectos prácticos, la j ugada
merecía haberse intentado. Si las blancas
están j ugando a tablas, se llevarán una de­
cepción.
29 � h7 30 'iYd2 fS 31 1:. g3 'ifxeS 32 h4
..•
'iY e7 33 hS 1:. d8 34 'iY el 'iY eS 3S e4 f4 36
1:. e3 1:. f8 37 eS ..te6 38 1:. h3 'ifgS 39 'ife2
� h8 40 aS ..t d7 41 � h2 ..t e6 42 'if e4 e3
43 fxe3 f3 44 � hl fxg2+ 4S � gl 1:. x e3
46 .tl bl l:. ef3
Las blancas se rindieron.
No necesito explicar el j uego de las ne­
gras, a partir de la j ugada 29, porque no es
d ifícil d e entender. Tod a la partid a d e ­
muestra las cualidades aj edrecísticas d e
X i e J un, su forma de resolver problemas
por medios técnicos, con la incorporación
de elementos tácticos aquí y allí.
E l resultado de Xie J un, después de 1 1
partidas, e s d e 5 ganadas, 3 tablas y 3 per­
didas. Tiene dos puntos de ventaj a y se en­
cuentra en el buen camino para recuperar
el título de Campeona M undial Femenina.
***
El curso del match constituyó una gran
sorpresa para los pronosticadores. El re­
sultado los confundió amargamente. Los
medios de comunicación modificaron su
tono. El público comenzó a comentar los
errores y defectos de G alliamova. ¿No ha­
bían sido detectados estos defectos antes
del match? ¿Tal vez alguien los d etectó
pero no q uiso revelarlos? Es posible que
se pensara que sus méritos superaban con
creces a sus defectos. Pero ahora mismo,
eso no es lo importante.
Antes de Xie J un , en la h i storia del
Campeonato M undial Femenino, el título
había pasado de mano en mano, es decir
que ninguna campeona lo había recupera­
do, tras haberlo perdido. Xie J un perdió
el Campeonato en 1 996, pero en 1 999 lo

recuperó m i l a gros a m e n te . Este hecho
captó la atención de todo el mundo del
aj edrez.
La victoria de Xie J un significó que las
j u g a d o ra s c h i n a s d e t e n t a b a n t a n t o e l
M un d i a l I n d i v i d u a l como por e q u i pos.
También significó el triunfo de la Escuela
China. La escuela no sólo posee ideas y
t e o rías cien tífi cas avanzadas, sino q u e
también logra grandes éxitos e n l a prácti­
ca. El Fenómeno Xie Jun forma parte del
Fenómeno Chino.
La batalla e ntre l as escuel as Rusa y
China, e n el campo del aj edrez femeni­
no, finalizó con una victoria china. Pero
l a victoria n o e s p e r ma n e n te . Q u ed a n
n u merosas batallas extenuantes e n el fu­
turo.
Xu YUHUA, GANADORA DE LA
COPA MUNDIAL FIDE
A continuación reproduciré mis comenta­
rios sobre la Copa M undial de Ajedrez,
escritos para especial publicación por la
editorial Shurong Chess Arts.
Un torneo de ajedrez en época
floreciente
Del 3 1 de agosto al 1 3 de septiembre de
2000, se celebró la Copa M undial de Aje­
drez, en el Centro I nternacional de Aje­
drez y Cartas Qipanshan, en S h e n yang
(China). El torneo despertó inmenso i nte­
rés entre el público aficionado de China y
de todo el mundo. Entre los 24 j ugadores
masculi nos q u e partici p a b a n , h abía un
fuerte contingente de Rusia. De las 24 j u­
gadoras femeninas, siete eran chinas (seis
de el las entre las ocho de más alto El o).
E L FENÓMENO CHINO 239
La pregunta más i n teresante acerca del
torneo masculino era si los j ugadores de la
ex U n i ó n S o v i é t i c a p o d ría n p a r a r a
Anand. En cuanto al torneo femenino, la
pregunta era ¿podría alguien cuestionar la
hegemonía china?
Antes de la competición, e l Instituto
Chino de Aj edrez mantuvo una reunión
con todos los participantes del país. En
tanto q ue entrenador nacional, pronuncié
un discurso en el que definí claramente
n uestras expectativas: cinco muj eres y un
hombre deberían superar l as fases preli­
minares y clasificarse para cuartos de fi­
nal. Esta cuota se basaba en varios facto­
res de probabilidad.
E n la fas e previa, los j ugadores chi­
nos normalmente actuaron tal y como se
esperaba, aunque Xie Jun fue eliminada.
El obj etivo i n icial se había conseguido.
La actuación de Wang Y u fue excelente.
Ganar a dos j ugadoras georgianas ( Chi­
burdanidze y Khurtidze) no era tarea fá­
cil. Sin embargo, Y e J i angchuan pasó a
cuartos de final, dando impulso al presti­
gio chino. Xu Jun y Zhang Zhong actua­
ron m uy bien en los primeros compases,
pero cometieron errores e n l as partidas
decisivas. Xu Jun perdió ante Short por
i ndecisión, cuando se requería una de­
terminación clara. Zhang Zhong perdió
ante Fedorov, como consecuencia de un
j uego u n tanto preci pitado. P arece que
los mej ores j ugadores chinos deben se­
guir trabaj ando e n cultivar sus cualida­
des.
En c uartos d e fin a l , Y e J iangc h u an
empató su match con Boris Gelfand ( 1 - 1 ),
con un j uego de gran clase y estilo. Aun­
que perdió el desempate, el resultado en sí
era ya sobresaliente.
Para las m ujeres chinas, por otra par­
te, los cuartos de final supusieron algunas
240 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
derrotas aplastantes. Tres j ugadoras chi­
nas fueron e l i m inadas por e xtranj eras,
todas por e l resultado de una victoria y
un empate. ¿Cuál fue la razón de esta ca­
lamidad? Cuando un periodista alemán
m e p l a n t e ó e s t a c u e s t ió n , l e respon d í
que, en buena medida, lo m ismo l e s ha­
bía pasado a los j ugadores m asculinos ru­
sos. Compitieron seis, todos e llos e ntre
los mejores del mundo: Morozevich, cu­
yo Elo (2756) era e l segundo m ás alto de
la lista mundial, J alifman, el n uevo cam­
peón mundial F I D E , B areev, Svidler y
Dreev, todos grandes maestros integran­
tes del equipo n acional ruso, además de
Tregubov, campeón de E uropa 2000. U n
grupo q u e constituía u n potente equipo,
y sin embargo B areev fue el único en al­
canzar los cuartos de final. D e sus cinco
partidas previas, Morozevich h izo dos ta­
blas y perdió nada menos que tres. Antes
del torneo, los rusos estaban absoluta­
mente seguros d e e llos m ismos. E n las
partidas e x h ibieron un exceso d e con­
fianza.
No es una casualidad q ue la vencedora
de la Copa M undial Femenina fuese Xu
Yuhua, que pasó a formar parte del equi­
po nacional a los doce años. Es inteligente
y dotada por naturaleza. Tiene una dispo­
sición brillante y alegre. Es diligente y está
ansiosa por aprender, lo que se refleja en
un progreso grad ual. Parece ser de esas
personas que arrancan desde atrás hacia
metas importantes.
Cuando un periodista de un periódi­
co deportivo chino entrevistó a Azmaj ­
parashvili , presidente de la Federación
de Aj edrez de G eorgia, y le pidió su opi­
nión ace rca del torneo fe m e n i n o , Az­
maj parashvili predij o que l a campeona
sería una de las j ugadoras ch inas, pero
no Xie J un . Al preguntársele por q ué ra-
zó n , sólo contestó q u e e ra "pura i n t u i -
ción " .
Al responder a las preguntas de los pe­
riodistas, antes de las semifinales, dije, sin
n i ng u n a d u d a , q u e Xu Y u h u a s e ría l a
campeona. M i pronóstico n o se basaba en
la intuición. Pensaba que las cuatro j uga­
doras clasificadas estaban al mismo nivel,
pero que Xu Yuhua j ugaba con notable
seguridad , de modo que ten ía todas las
posibilidades de ganar.
H ay q u e decir q u e l as con d iciones y
entorno e n q u e se d esarrolló e l torne o
eran apropiadas para X u Y u h u a . Varios
entrenadores y analistas colaboraron con
ella, sin escatimar esfuerzos. Las facilida­
des de entrenamiento fueron las mejores
j am ás vistas, desde que las j ugadoras chi­
nas empezaron a participar en competicio­
nes.
La s e mi fi n a l e ntre Xu Y u h u a y P i a
Cramling fue un encuentro muy duro. E n
la primera partida, X u Yuhua j ugaba con
negras, y perdió con la D efensa Nimzoin­
dia. Durante la partida, en la sala de análi­
sis, el segundo de Cramling declaraba que
la 1 3.a j ugada de Cramling h abía sido una
i m aginativa in novación . Sin e m bargo,
creo q u e h abía algo problem ático en el
planteo de las blancas. Di mi opinión a Xu
Yuhua y su segundo, y les recomendé una
línea. En la segunda partida, Xu Y u h ua
caminó al borde d e l abismo, lo que nos
mantuvo a todos en vilo, hasta que por fin
ganó. En la primera partida del desempa­
te, Xu Yuhua llevaba blancas y sufrió otra
derrota. Estaba j ugando nerviosa. En la si­
guiente partida, Cramling repitió la misma
variante de la Nimzoi ndia, con su supues­
ta innovación ( 1 3 .td2). Pero esta vez, Xu
Y u h u a estaba pre parad a . Como conse­
cuencia, sólo unas j ugadas después, Cram­
ling perdió pieza. Fue una lección para

ella, q ue recordará toda su vida. El marca­
dor del desempate también estaba iguala­
do. En las partidas relámpago q ue siguie­
ron , Cramling se vio completamente des­
concertada por la trampa de apertura de
su oponente.
En l a final, contra Natalia Zhukova,
X u Yuhua j ugó con m ucha confianza y dio
rienda suelta a sus cualidades e inspira­
ción. Las dos partidas d e mostraron que
Xu Yuhua mereció proclamarse ganadora
de la Copa M un dial.
***
En el breve informe anterior sobre el
torneo, dij e que Xu Yuhua tenía la vir­
tud de "saltar desde atrás " . Estas pala­
bras resumen su experiencia y desarrollo
para convertirse en una estrella del aj e­
drez.
Xu Y u h u a n ac i ó en H a n gz h o u , e n
1 97 6 . S e i n tegró e n e l e q u i po n acion al
cuando sólo tenía doce años. Era inocente
y vivaz, activa y traviesa. B ajo el estricto
sistema de equipo, su rasgo infantil de fri­
volidad contrastaba claramente con el en­
torno y la atmósfera colectiva. Varias ve­
ces, por tanto, vivió la experiencia de ser
apartada del equipo nacional, y regresar.
Sigo record ando cómo lloró la pri mera
vez q ue l e d ij e q ue debía regresar a su
equipo de provincias. Me sentí conmovido
por sus lágrimas, pero me mantuve firme,
porque sabía q ue era una buena lección
para ella. Si no lo hubiera hecho así, nunca
se habría convertido en una buena j ugado­
ra. Discutí mi decisión con otros miem­
bros del equipo.
Ten e m o s cinco " fl ores doradas" en
nuestro equipo nacional. Son, por orden
d e s ce n d i e n t e de e d a d : Q i n K a n yi n g ,
EL FENÓMENO CHINO 241
W a n g P i n , W a n g L e i , Z h u Chen y Xu
Yuhua. Qin Kanying fue la primera en
distinguirse. En 1 988 se convirtió en cam­
peona nacional con apenas quince años.
En 1 99 1 , Wang Pin se convirtió en una de
las j ugadoras más fuertes del mundo. Por
entonces, aún no h abía cumplido los die­
c i s i e te . W a n g L e i t e n ía q u i n ce a ñ o s ,
c u a n d o repre s e n tó p o r pri m e ra v e z a
China en una Olimpiada. Zhu Chen tam­
bién pasó a integrar el eq uipo nacional a
los quince años. Xu Yuhua tuvo un desa­
rrollo más tardío q ue las anteriores. En
1 996, pudo, finalmente, demostrar su ta­
lento en los círculos aj edrecísticos, a los
v e i n t e a ñ o s , fi n a l iz a n d o t e rcera en e l
M undial J uvenil Femenino ( l a campeona
fue Zhu Chen). Después ganó el Campeo­
nato Femenino de Asia, en 1 998, así co­
mo el título femenino en el Campeonato
Reyes y Reinas del Ajedrez . En enero de
2000, su Elo i n te rn acional era 2477, lo
que la situaba en el 1 1 .0 puesto del mun­
do. Su Elo nacional e in ternacional conti­
núan subiendo cada vez más.
E n el proceso de s e l ecc ión para el
equipo olímpido de este año, a Xie Jun y
Zhu Chen se les garantizó plaza de oficio.
Todas las demás j ugadoras debían com­
p e t i r por l a s d o s p l az a s r e s t a n t e s . La
c o m p e t i c i ó n f u e d u ra e i n t e n s a . X u
Yuhua sobresalió: e l l a y Wang P i n se ga­
naron el derecho a formar parte del equi­
po. El resultado de la competición de­
m uestra que Xu Yuhua se ha confirmado
como una de las j ugadoras destacadas de
China.
En la fase preliminar de la Copa Mun­
dial, las partidas de Xu Yuhua fueron bas­
tante fáciles, de modo q u e apenas tuvo
problemas para pasar a cuartos de final.
La partida que sigue es característica de su
actuación.
242 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ

Blancas: Xu Yuhua (Ch ina) 22 ..te6+ � hR 23 :g xc 1, las blancas que­

Negras: Ekaterina Kovalevskaia (Rusia)
Shenyang 2000
Copa Mundial de la FID E
Defensa Siciliana
1 e4 eS 2 t2Jf3 d6 3 d4 cxd4 4 ttJxd4 t2Jf6 S
t2Jc3 t2Jc6 6 ..te2 eS 7 t2Jf3 h6 8 0-0 i,.e7 9
l:t el 0-0 10 h3 ..te6 11 ..tn 'iVd7 12 ttJdS
i,.d8 13 c4 i,. xdS 14 cxdS ttJ e7 lS 'iVb3
..t as 16 ..t d2 ..t xd2 17 ttJ xd2 ttJ hS ? ! 18
dan con posición ganadora, por su amena­
za de invadir la séptima fila y eliminar los
peones negros del flanco de dama.
20 'iVxb7 � b8 21 'iV xa7 :g xb2 22 ttJ c4
:g b8 23 'iVa3 l::t f6 24 l:I bl fxe4
Las blancas también lograrían ventaja
decisiva en caso de 24 ... l:I xbl 25 l:t xb l
fxe4 26 1:1 b7 ttJ x d5 27 g4 ! 1:1 f 3 28 'iV a 7
'iV g 5 2 9 ttJ x d 6 ttJ h f4 3 0 ttJ x e 4 'iV g 6
3 1 'iV b 8 + � h 7 3 2 'iVxe5.

� acl fS?! 2S ll xb8 'iVxb8 26 ttJ xeS!

205 206

Las negras han iniciado su contrajuego U n pequeño golpe t áctico, que gana
en el flanco de rey con mucho optimismo. otro peón.
El precio que han pagado es sacrificar el 26 ... dxeS 27 vtii x e7 ttJ f4 28 l:I xe4 vtii b 6
control de la única columna abierta, la co­ 29 l:I e3 vtiib2
lumna c. Creen que las blancas no están en
condiciones de explotarlo de forma directa.
Xu Yuhua da al traste con todos los
sueños de las negras, en su j ugada siguien­
te:
19 'iVbS!
Las blancas proponen el cambio de da­
mas, que tal vez no parezca gran cosa, pero
que, de hecho, sella la suerte de las negras.
19 ... �d8
Las negras están obl igadas a retirar su
dama y sacrificar un peón, puesto que tras
1 9 �xb5 20 ..t xb5 :g acR 21 i,.d7 :g xc 1
... 207

La última j ugada negra amenaza 30 ...
l2Jxh3+, seguido de la captura de f2 por la
dama. Si 30 M f3, las negras j uegan, de to­
dos modos, 30 ... l2Jxh3+, así que las blan­
cas tienen el problema de defender f2.
30 �eS!
Xu Yuhua retira tranq uilamente su da­
ma para proteger f2 indirectamente (si 30
... l2Jxh3, 3 1 M Xh3). La j ugada muestra su
gran habilidad defensiva.
Una línea confusa es 30 d6 l2Jxh3+ 3 1
� h2 �xf2 3 2 d 7 ¡vgl + 3 3 �xh3 �xe3+
34 g3 M f1 35 d8�+ �h7 36 'iVd5 , aunque
las blancas siguen ganando.
30 l2Jg6 31 l::t. e2
...
Así pues, las negras no tienen la menor
opción, aunque sólo abandonaron e n la
j ugada 43.
Kovalevskaia es una fuerte jugadora ru­
sa, gran maestra i nternacional, que se en­
cuentra sólo un peldaño por debajo de Ga­
lliamova. En esta partida Xu Yuhua obligó
a Kovalevskaia a rendirse, por sus contras­
tadas cualidades y algunos temas tácticos.
Su éxito, a una edad relativamente madura,
le ha valido una nueva reputación en los
círculos ajedrecísticos m undiales.
Existe una regla general para la edad
en que se considera debe tener éxito una
persona en ajedrez. Lo normal es que una
chica adquiera la madurez a los 1 5 o 1 6
años. Después de eso, hay un período de
entrenamiento y perfeccionamiento. Aun­
que sus cualidades pueden ser mejoradas,
ya no se producirá un salto cualitativo. Te­
ner éxito a corta edad es u n a gran cosa,
porque la j ugadora dispondrá de más tiem­
po p ara perfeccionarse, antes de que e l
proceso básico d e progresión se detenga.
Sin e mbargo, si los tempranos éxitos
tienen ventajas, también pueden tener sus
inconvenientes. Quienes tienen éxito sien­
d o m u y j óv e n e s , a m e n udo piensan d e
E L FENÓMENO CHINO 243
ellos mismos q ue son más listos que los
demás, y dej an de cultivar adecuadamente
su talento. Si dejan de trabajar duro, esa
actitud les pasará factura en alguna fase
posterior de su vida.
Cuando el éxito no se consigue sino a
edad tardía, eso supone problemas y defi­
ciencias que no necesitan expl icarse. Sin
e mbargo, m ucha gente comprendida en
este caso aprende a conoce r sus fal los.
T r a b aj a n d u ro para e s t a r a l a al t u r a .
Cuando consiguen buenos resultados, no
se olvidan de seguir trabajando duro.
X i e J u n ha g a n a d o e l Campeonato
Mundial Femenino en cuatro ocasiones. El
público, naturalmente, se pregunta si hay
una segunda j ugadora china que pueda ga­
nar el título. He mencionado la predicción
de Azmajparashvili de que una j ugadora
china ganaría la Copa Mundial. No sé si es­
taba realmente convencido o para él era
sólo una posibilidad. El "Fenómeno Geor­
giano" solía ser el orgullo de la Escuela So­
viética, en materia de ajedrez femenino. Si
queremos que reconozcan el "Fenómeno
Chino" en sus corazones, debemos mante­
ner nuestros éxitos en la práctica. En este
contexto, el éxito de Xu Yuhua en la Pri­
mera Copa del Mundo es una piedra angu­
lar en la historia del ajedrez.
Comentaré a continuación la última
partida del torneo, con mis propios análi­
sis, como una forma de enhorabuena para
Xu Yuhua por su triunfo.
Blancas: Xu Yuhua (China)
Negras: Natalia Zhukova ( Ucrania)
Shenyang 2000
Copa M un dial FID E
Defensa Alekhine
N a t a l i a Zh uk ova , gran m aestra i n ter­
nacional , nació en Ucran ia en 1 979. En-
244 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
tre sus muchos éxitos, fue Campeona de
Europa en 2000.
1 e4
En mi base de datos (que contiene 1 ,2
millones de partidas), encontramos a Xu
Yuhua abriendo siempre el j uego con 1
e4, con blancas. En esta partida, está pre­
parada para la Defensa Escandinava (1 ...
d5) de su oponente, o la Defensa Alekhi­
ne ( 1 ... lt:Jf6). En cuartos de final, Zhuko­
va había vencido a Wang Pin con la Es­
cand i n av a . Com prob a n d o la b a s e , e n ­
cuentro que Zhukova ha empleado l a De­
fensa E scand i n ava en 45 part idas, y l a
Alekhine en 29. Las cifras pueden impre­
sionarnos fácilmente, y era demasiado fá­
cil concluir que j ugaría la Escandinava en
esta partida. La noche anterior, previne
especialmente al asistente de Xu Yuhua,
sugiriéndole que preparasen la D efensa
Alekhine.
l lt:Jf6
...
¿ Por q ué elige Zhukova esta defensa?
Hay cuatro posibles razones.
Entre 1 999 y 2000, antes de la Copa
Mundial, Zhukova había empleado, con
negras, la Defensa Escandinava en 1 5 par­
tidas. Los resultados fueron: una victoria,
ocho tablas y seis derrotas. Es decir, un
balance que dista de ser ideal. D urante el
mismo período, j ugó la Defensa Alekhine
e n nueve partidas, ganando cuatro y ha­
ciendo tablas en las otras cinco. Este resul­
tado es sorprendente. Cuando descubri­
mos esta "línea marginal", comprendemos
que los resultados afectan a la elección de
apertura por parte del j ugador, en el mo­
mento cl ave de la Fin a l de la Copa d e l
Mundo. Ése e s el primer punto.
El segundo punto e s que Zhukova y
sus asistentes estudian a Xu Yuhua del
mismo modo que nosotros estudi amos a
Zhukova. En la base hay dos partidas en
las q ue X u Yuhua juega, con blancas, con­
tra la Defensa Alekhine. Lo m ás probable
es que Zhukova las haya analizado y llega­
do a la conclusión de q ue podía encontrar,
para las negras, contramedidas suficientes.
En tercer l ugar, Zhukova espera q ue
su partida con Wang Pin será el referente
principal de la preparación china. Si tal es
el caso, la Defensa A l e k h i n e tendrá un
efecto sorpresa.
El cuarto punto es que en las cuatro úl­
timas partidas del Campeonato de Europa
(en junio de 2000), Zhukova había emplea­
do dos veces la Defensa Alekhine, con ne­
gras, contra Kovalevskaia. Se anotó una
victoria y unas tablas. Hoy es la partida fi­
nal y emplea, de nuevo, la misma defensa,
esperando que le dará buena suerte.
2 e5
En un torneo internacional de Y akarta
( Indonesia), en 1 993, Xu Yuhua había j u­
gado 2 lt:J c3 . No creo que Zhukova asu­
miese que s u oponente volviera a j ugar
así.
2 lt:JdS 3 d4 d6 4 lt:Jf3
...
En el Campeonato Femenino de Asia,
disputado en M alasia en 1 998, Xu Yuhua
eligió 4 c4 contra una j ugadora vietnamita
y pronto l legó a una posició n igualada.

¿ Esperaba Zhukova que Xu Yuhua repi­
tiese aquella j ugada? Tal vez nunca lo se­
pamos.
4 ... dxe5
En años recientes, la j ugada más popu­
lar en los torneos internacionales ha sido 4
. . . �g4, mientras q ue la inmediata 4 ... g6
no goza de la misma popularidad, y 4 . . .
dxe5 todavía l o e s menos. E n 2000, Zhu-
kova j ugó 4 . . . dxe5 más q u e 4 . . . � g4.
Nunca j uega 4 ... g6.
5 tt:J xe5 g6 6 �c4 c6 7 0-0 �g7 8 :a. el 0-0
9 �b3
La posición del d iagrama se produce
en 50 partidas de la base. La Enciclopedia
de Aperturas y otros l ibros evalúan la posi­
ción como igualada, pero el veredicto está
suj eto a las sensaciones y estilo personales
de cada j ugador.
En la práctica, las n egras han emplea­
do tres planes diferentes. El primero es 9
. . . �e6, una j ugada i ntroducida e n 1 981 .
H ay 40 partidas con ella, y el porcentaj e
de victoria de las blancas es d e l 69 % . El
segundo plan es 9 ... tt:J d7, j ugada que se
vio por primera vez en 1 9R9. Hay 1 2 parti­
das, con un 77 % de victorias para las blan­
cas. El tercer plan es 9 . . . aS , que data de
1 980. Hay 9 partidas con esta jugada, y el
EL FENÓMENO CHINO 245
porcentaj e d e victorias b l ancas es d e l
38 % .
Zhukova había tenido esta posición en
dos partidas anteriores, ambas contra Ko­
valevskaia, en el Campeonato Femenino
de Europa 2000. En una de ellas, j ugó 9 ...
a5, y en la otra 9 ... tt:J d7.
9 aS
...
En este punto, la segunda partida Ko­
valevskaia - Zhukova continuó así: 1 0 c4
tt:J b6 1 1 tt:J c3 tt:J 8d7 1 2 tt:J xd7 tt:J xd7 1 3
�f4 J:l e8 1 4 d5 tt:J c5 1 5 �c2 eS 1 6 �e3
tt:Ja6 17 dxc6 bxc6 18 �a4 "VJ/ic7 (o bien 1 8
... �d7 1 9 "VJ/id2 "VJ/ic7 20 :a. ad 1 , con venta­
ja) 1 9 tt:Jd5 cxd5 20 �xe8 d4, con ventaja
blanca. Desde entonces Zhukova debe ha­
b e r e n c o n t r a d o u n a m ej o r a , pero X u
Yuhua n o tiene interés e n descubrir cuál
es.
La Enciclopedia sugiere 9 . � d7 ! ?,
. .
1 0 tt:J f3 aS.
10 a4
Esta j ugada sólo aparece en tres parti­
das, antes de la presente. Al decir bloquear
el futuro avance d e l p e ó n a n egro, l a s
blancas tenían q u e considerar cuidadosa­
mente tres factores. Primero, ¿es la jugada
lo bastante útil como para j ustificar inver­
tir un tiempo? Segundo, la j ugada debilita
b3, y las blancas necesitan tener claras las
consecuencias. Tercero, e l peón de a4
puede convertirse e n objetivo de ataque,
obligando a la torre de al a quedar atada a
su defensa.
10 ... �e6
(Ver diagrama 210.)
¿A qué bando beneficia la inclusión de
las j ugadas 9 . . . aS 1 O a4? Sólo la práctica
puede aportar la respuesta. De cualquier
forma, la característica central de la posi­
ción es el peón de d4, q ue asegura con fir­
meza ven taj a espacial a las bl ancas. La
246 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
cuestión principal es si las negras tendrán
éxito en liquidar este peón con . . . c6-c5 o
... e7-e5. Si no es así, las blancas disfrutarán
de ventaj a posicional durante largo tiem­
po.
11 c3 lt.Jd7
Esta j ug a d a n o e s n u e v a . Z h u k o v a
muestra, por fin, sus cartas.
La versión en software de la Enciclo­
pedia (tomo B ) menciona la partida Go­
dena K veinis ( 1 992): 1 1 . . . �c7 1 2 lt.Jd3
- l umna e, esperando su oportunidad.
lt.Jd7 13 lt.Jd2 � fe8 14 lt.J e4 h6 15 'iVf3 �f5
1 6 �d2 'iVb6 1 7 �c2 � ad8, con igualdad .
12 lt.Jd3 �f5
É sta es la clave del nuevo plan de Zhu­
kova. Sin gastar un tiempo en . . . 'iVd8-c7,
sitúa su alfil en la diagonal b1 -h7 para obs­
taculizar el plan blanco lt.J b 1 -d2-e4 (o f3) ,
en vista d e l caballo de d 3 . L a mejor posi­
ción para la dama negra dependerá de los
futuros acontecimientos.
13 lt.J a3
Una muy buena j ugada, pero las blan­
ca necesitan vigilar constantemente la po­
s i b i l idad d e q u e las n egras ata q u e n su
peón d4, con ... c6-c5 o ... e7-e5. Una j ugada
que merecía consideración era 1 3 �g5. Si
las n egras responden 1 3 ... � eS, entonces
las blancas pueden j ugar 14 lt.J a3, traspo­
niendo a la partida.
13 ¡¡ es
000
A primera vista, p arece como s i l a s
blancas le diesen a su rival l a opción d e
avanzar el peón e, iniciando un contraata­
que: 1 3 ... �xd3 14 'iVxd3 e5. Sin embar­
go, después de 15 dxe5 lt.Jxe5 1 6 'iVg3 l:i e8
1 7 � g5 'iVb6 1 8 �xd5 cxd5 1 9 lt.J b5 , l as
b l ancas están m ej or . Por consiguiente,
Zhukova sitúa primero su torre e n la co­
14 �g5
Esta j ugada es más molesta para las
negras de lo que, a primera vista, pueda
parecer. Normalmente, las negras no du­
darían en j ugar ... h7-h6, "pidiéndole expli-

caciones" al alfil, pero en este caso concre­
to, después de 1 4 . . . h6 1 5 �h4, las negras
no pueden resolver el problema de la cla­
vada sobre la diagonal h4-dH. El alfil blan­
co dispon dría, adem ás, de la posibilidad
de j ugar en cualquier momen to a g3, con­
trolando otra importante diagonal, h2-bH.
14 ... lZJ 5f6
U n a j ug a d a tota l m e n t e i n esperad a .
¿ Por qué retiran las negras e l caballo que
ocupa tan buen puesto en d5? ¿ Por qué no
realizan la j ugada natural 1 4 . . . lZJ7f6? Una
explicación sencilla es que l as negras quie­
ren tener un caballo en d7 para impedir
que el caballo blanco de d3 acceda a c5 o
e5 . Pero puede q ue h aya más razones e n
l a j ugada de las negras.
15 �h4
U n a buena j ugada, que dificulta indi­
rectamente el plan de las negras ... iYd8-c7
y ... e7-e5, viendo que el alfi l p uede retirar­
se a g3 para controlar la diagonal h2-b8.
15 ... h6
A u n q ue las n egras no h an realizado
este movimiento en respuesta inmediata a
1 4 �g5, sienten que no pueden prescindir
de él. Necesitan disponer del avance ... g6-
g5 en un momento dado, para liberarse de
la clavada.
16 h3
EL FENÓMENO CHINO 247
Esta j ugada cumple dos funciones. No
sólo le concede al rey blanco una casilla de
escape, sino también una posible retirada
al alfi l (h2), en caso de ser a tacado con
. . . g6-g5 y ... tt:Jf6-e4.
Sin embargo, si las negras j uegan 1 6 . . .
g 5 1 7 �g3 tt:J e4 d e inmediato, las blancas
no tienen por qué j ugar 1 H �h2, sino que
disponen de la posibilidad 1 H �xf7+ �xf7
1 9 �f3 tt:Jxg3 20 fxg3 �g6 2 1 1:'1 fl 1:'1 fH 22
g4 �xd4+ 23 cxd4 �xd3 24 l{i'xd3+ �g7
25 tt:J c4 �c7 26 1:'1 ae 1 1:'1 xf 1 + 27 �xf1
tt:J f6 2H �f5 iVdH 29 �h 1 , con ventaj a de­
cisiva. Zhukova no incurrirá, desde luego,
en ese riesgo.
16 ... e6
Una idea tortuosa, pero las negras no
pueden seguir con . . . ll f8-e8, y ... e7-e5. El
mej or software de ajedrez evalúa esta po­
sición como igualada, pero eso sólo sirve
para ilustrar las limitaciones del software.
En realidad, el peón blanco de d4 inhibe
a los peones negros de c6 y e6. En conse­
cuencia, las blancas tienen u n a ventaj a
estructural y espac i a l . S u futura tarea
consistirá en intensificar la presión y obli­
gar a l as negras a debilitar su propia posi­
ción.
17 �c2
U n a vez q u e l a s n egras han j ugado
... e7-e6, el alfil de casillas blancas no tiene
nada que h acer en la diagonal a2-g8. En
consecuencia, vuelve a c2 de inmediato, y
se d ispone a cambiarse por l a pieza más
activa de las negras: el alfil de f5.
17 ... tt:J b6
Las negras son reticentes a efectuar es­
ta j ugada, q ue permite al caballo blanco
instalarse en c5 . Pero las alternativas po­
drían ser peores. Por ejemplo:
( a ) 1 7 . . . � xd3 1 H l{i'xd3 e5 1 9 tt:J c4
exd4 20 'iYxd4 g5 21 � g3 tt:J e4 22 �d3
tt:J d c5 (22 . . . tt:J xg3 23 fxg3 ) 23 iV x d H
248 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
� axd8 24 Sl.c7 � d7 2S il.xaS , y las negras
quedan con un peón menos.
( b ) 1 7 . . . gS 1 8 Sl. g3 ltJ e4 1 9 Sl. eS !
ltJxeS 20 ltJxeS ltJd6 21 'iVbS, y las negras
tienen verdaderos problemas.
18 ltJ eS Sl.xc2 19 'iVxc2 � a7
Si comparamos este d iagrama con el
21 1 (después de 1 2 ... il.fS), podemos ver
que la situación negra es ahora m ucho
peor, aunque las j ugadas que se han pro­
ducido entretanto no hayan sido forzadas.
Las blancas tienen ventaja, tanto de espa­
cio como de estructura. Sus fuerzas son
mucho más activas que las negras. El peón
blanco central restringe a los peones con­
trarios c6 y e6. El alfil de h4 siguen m ante­
niendo la clavada, y la posición negra ca­
rece de coordinación, debido a la torre de
a7, atada a la defensa del peón b.
20 �b3
Otra efectiva medida técnica. La dama
apunta al peón de b6 y, al mismo tiempo,
presiona sobre la col u m n a b. A d e m á s ,
evacua la casilla c2, a la q u e puede dirigir­
se el caballo de a3 para activarse. Las tres
j ugadas técnicas clave de Xu Yuhua, 1 S
il.h4, 1 7 Sl.c2 y 20 'iVb3 fueron m uy preci­
sas, y demuestran q ue las cualidades de
Xu Yuhua, para aplicar medidas técnicas
al medio j uego, han alcanzado una nueva
dimensión.
20 g5
.•.
Las negras empuj an su peón g para pa­
sar el caballo de f6 a dS. Zhukova segura­
mente sabe q ue esta j ugada debilitará su
flanco de rey. El alfil blanco será muy útil
en la diagonal a2-gK
Si las negras eligieran la alternativa 20
... ltJ bdS, las blancas podrían jugar 21 ltJc4
b6 22 ltJe4 (22 ltJd3 tampoco es mala) 22
... gS 23 ltJxf6+ Sl.xf6 24 Sl.g3 � d7 2S ltJ eS
il. xeS 26 Sl. xeS, con ventaj a posiciona l .
En cuanto a 2 0 ... ltJ bd7, es mucho peor.
Por ejemplo: 21 ltJ c4 ltJxcS 22 dxcS 'iVdS
23 � eS 'iVd7 24 � d1 ltJ dS 2S l:. ce 1 VJJ/ c7
26 ltJ d6 � ea8 27 c4 ltJ b4 28 ltJ e4 g5 29
Sl.g3 'iVe7 30 ltJd6 il.h8 31 il.eS �xe5 32
� xeS la d8 33 h4, y el flanco de rey negro
quedará demolido.
21 �g3 ltJfdS 22 � ad1 'iVe7 23 ltJ c2
Las blancas defienden la casil l a b4 y
amenazan con desviar, cuando lo deseen,
el caballo negro con c3-c4. Las negras se
encuentran ya en grandes dificultades.
23 ... ltJ c8
A las negras les resulta difícil e ncon­
trar una mejor j ugada que ésta. 23 ... ltJd7
n o e s buen o , y a que tras 24 ltJ xb7 eS
 EL FENÓMENO CHINO 249

25 dxe5 � b8 26 e6 � xb7 27 exd7 iVxd7

28 �a3, las blancas tienen una ventaja deci­
siva. Tampoco es buena 23 . . . � d8. Se an­
ticipa a 24 c4 Cjj b4 25 ttJxb4 axb4 26 '/Wxb4
ttJ xa4 ! Sin e mbargo, las bl ancas pueden
sencillamente j ugar 24 ttJe3 (amenazando
25 Cjj f5 ) 24 . . . Cjj xe3 25 ifx b6 Cjj xd 1 26
'/Wxa7 ttJ xb2 27 � b 1 ttJc4 28 � xb7 �f6
29 �a6 ttJ a3 30 'lixa5 , con una posición
ganada.
En la posición del diagrama todas las
2/()
fuerzas blancas son activas. H a llegado,
por tanto, el momento de atacar. Las blan­
cas d e be rían j ugar de i n m e d i ato 24 c4, blancas también podrían considerar la lí­
cuando las negras tienen cuatro posibles nea semiforzada 27 ii'c4. Por ejemplo: 27
respuestas al ataque sobre su caballo: . . . 'iVd7 28 tt:J e5 �xe5 29 �xe5 tt:J d6 30
( a ) 24 . . . {jj f4 25 � xf4 gxf4 26 'iV f3 'iVe2 tt:Jf5 31 l::t e4 b5 32 axb5 cxb5 33 'iVh5
ttJ d6 27 b3 tt:J f5 28 'iVxf4 tt:J xd4 29 tt:J xd4 'iVc6 34 � g4 � f8 35 � xg5 �e4 (35 . . .
'iVxc5 30 tt:Jf5 , con ventaja decisiva. hxg5 ? 3 6 � f6 ) 36 � f6 � c 8 37 d 5 , con
(b) 24 ... tt:Jf6 25 tt:J e3 b6 26 tt:Jf5 �f8 27 ventaja decisiva.
tt:J xg7 'i!ixg7 28 � e5 ! �g6 29 'iVf3 , y de 27 ••. ttJ d6 28 ttJ eS � eS 29 l::t 3e2 'iV d8
n uevo las blancas tienen una posición ga­ 30 tt:Jf3 bS
nadora. Antes o después, el flanco de rey de las
(e) 24 ... tt:Jdb6 25 tt:J e4 l:ld8 26 �e5 f6 negras será debilitado por el cambio de su
27 �g3, con una gran ventaja posicional. alfil, de modo que deben abrir el flanco de
(d) 24 ... tt:J b4 25 tt:J xb4 axb4 26 �e5 dama en busca de contraataque.
�xe5 27 � xe5 b6 28 tt:Jd3 'iVd7 29 tt:Jxb4. 31 axbS � xbS 32 'iVa2 tt:JfS 33 �eS �f8
Las blancas tienen un peón extra y ventaj a
decisiva.
24 tt:J e3
Aunque no es tan fuerte como 24 c4,
esta j ugada preserva la ventaj a posicional
de las blancas.
24 tt:J xe3 2S l::t xe3 b6 26 tt:J d3 � b7
•.•

(Ver diagrama 2 1 6.)

V i e n d o que las b l a n cas d o mi n an e l

centro y flanco d e rey, las n egras buscan la
oportunidad de j ugar ... b6-b5 , para crear
algún j uego en el flanco de dama. 217

27 l::t del
Las torres dobladas en la columna e in­ La retirada del alfil negro es totalmen­
crementan la presión sobre el centro. Las te inesperada. Si recordamos 14 . . . ttJ5f6,
250 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
se diría que Zhukova a men udo opta por
jugadas que constituyen una completa sor­
presa para sus oponentes. Este movimien­
to no es, sin embargo, muy bueno. La op­
ción normal sería 33 ... eS o 33 ... ..txeS.
34 ttJd2
En respuesta a l a extraña j ugada d e
Zhukova, Xu Y u h u a no le concede nin­
gún favor. Su caballo se dirige a e4, apun­
tando a la casilla f6.
34 ... ..te7 35 tt:Je4 l::t a8 36 'iVa4
Las blancas impiden que el peón negro
avance a a4. Los intereses posicionales no
deberían sacrificarse en aras de ganancias
inmediatas.
36 :a. b6
•..
Una mala j ugada defensiva. Las negras
deberían j ugar 36 . . . l::t a7, preparándose
para doblar torres en la columna b.
37 n al :a. ba6 38 1:. eel 'iVb6
Aunque con reticencia, las negras do­
blan torres en la columna a. El propósito
es llevar la dama a b5 para proponer un
cambio. Las negras se figuran que, puesto
que su flanco de rey está debilitado, co­
rren pel igro mientras haya damas sobre el
tablero. Sin embargo, teniendo en cuenta
la comprometida situación de sus peones
en el flanco de dama, las negras no pue-
den permitirse cambiar damas en circuns­
tancias en las q ue perderían la iniciativa
en ese sector del tablero.
39 l:t a2
Confiadas en su ventaj a, las b l ancas
no encuentran l a mej or línea. Deberían
haber j ugado 39 ..tf6 ..tf8 (si 39 . . . ..t xf6
40 tt:J xf6+ rJ;; g7 4 1 tt:J e4 ! , c u a n d o 4 1 . . .
'ifxb2? pierde l a d a m a , p o r 4 2 l:t ab 1 ! )
40 b3 'iVbS 4 1 l::t ab1 ! l:t b6 42 'iVa2 l:i. ba6
43 c4 'iVb6 44 'iV a4 , y las b lancas están
mej or.
39 'iVb5 40 ltJf6+ �f8?!
.••
Esta j ugada de rey es un error. Lo co­
rrecto era 40 ... ..txf6 41 ..txf6 .:t b6.
41 'ifc2
Amenazando desviar el caballo, con 42
g4, y luego penetrar con 'ifc2-h7. Para las
n e gras e sto es com o despertarse de u n
sueño. A hora tienen que tomar m edidas
para limitar los daños.
41 ..txf6 42 ..txf6 rJ;; gS
.•.
Como consecuencia de su errónea j u­
gada de rey, las negras pierden un par de
tiempos. Las blancas los aprovechan para
reforzar su posición.
43 :a. e5
¡ H aciendo sufrir a las negras ! En vista
de su debilitado flanco de rey, las negras
están prácticamente perdidas.
43 'li'b7 44 'iVe2
...
El ordenador le concede preferencia a
44 'iVa4.
44 . �h7
. .
(Ver diagrama 2 1 9.)
Si l as negras j u gasen 44 . . . 'li' b3 , l as
blancas continuarían con 45 :a. a3 'li'b7 46
h4! gxh4 47 'iVg4+ �fX 48 :a. xf5, ganando.
45 'iVh5
La línea más precisa es 45 :a. eS a4 46
g4 ttJd6 47 h4, rompiendo el flanco de rey
negro.

45 ..•l:t g8
Sacrificando el peón a. Las negras creen
que pueden recuperar material, pero el
t ranscurso d e l a partida demuestra q ue
había un laguna en sus cálculos. Deberían
haber j ugado 45 ... {jj g7 46 ii.xg7 � xg7, y
aunque l a posición negra es peor, están
muy lejos de perder.
46 l::t exa5 l:t xa5 47 )á xa5 )á g6 48 ii.e5 f6
No es bueno 48 . . . 'iVxb2, debido a 49
1:1 a7, y el peón negro de f7 no puede ser
defendido.
49 ii.g3
Creo que Zhu kova buscaba esta posi­
ción cuando j ugó 45 . . . : g�, pero su eva­
luación es deficiente. El análisis posterior
EL FENÓMENO CHINO 251
a la partida demostró que las negras ya no
pueden escapar a la derrota.
49 ... Cjj xg3
O b i e n 49 . . . 'ii xb2 50 � f3 � b7 5 1
l:t c5 {jj e7 52 ii.d6 Cjj d 5 53 c4 Cjj b4 54 'ii e4
'iVd7 55 ii.g3, y debido a la mala posición
de su caballo, las negras no pueden evitar
perder un peón , sin compensación alguna.
50 fxg3 'ii e7
Después de 50 ... �xb2 5 1 �f3, el peón
e negro está condenado. Con un peón me­
nos, las negras no tendrán posibil idades
de tablas.
51 l:t e5 iYxg3 52 'iVf3
52 'iYg4 y 52 'iYe2 también ganan. La
segunda es más precisa.
52 'iVel+
•.•
Lamentablemente, l as n egras ni si­
q ui e r a pueden camb i a r d am a s . E n u n
fi nal de torres, con su peón e sentencia­
do, no podrían proseguir la resi stencia.
E n c o n s e c u e n c i a , buscan po s i b i l i d a­
des de supervivencia en un final de da­
mas.
53 � h2 f5 54 n xe6 )á g7 55 'iYg3
U n a l ín e a senc i l l a es 5 5 b4 l: a7 56
'iVg3 'iYe4 57 li c7+ l:l xc7 58 'iVxc7+ �g6
59 b5 f4 60 'iVe5, ganando.
55 'iVe4 56 l: e7 f4 57 l:I. xg7+
.•.
Primero había que j ugar 57 'iVf3 , pa­
ra ver si la dama negra escapa. Por ejem­
plo: si 57 ... 'iVf5 , entonces 58 li eS ! 'iVc2
59 b4 , o b i e n , si 57 . . . 'iVb 1 , e ntonces
58 l:l xg7+ � xg7 59 b4 � g6 60 'iVe2 � f7
61 b5.
57 �xg7 58 'iYf3 'iVf5 59 b4 �g6 60 'ii g4
•..
Para impedir 60 ... h5 y 61 ... g4.
60 'iVd5 61 h4
.•.
U na j ugada innecesaria. Lo más preci­
so es 6 1 'iVe2. ¡ Parece que las j ugadoras en
gene ral son mucho mej ores en el medio
juego que en el final !
61 ... 'iVe4
252 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
Zhukova debía h aber intentado 6 1 . . .
e5 . Después d e 6 2 dxe5 iVxe5, las blancas
no pueden j ugar 63 c4, debido a 63 ... f3+
64 iVg3 iVe2! 65 h5+ r:J;; g7 66 'ib'xf3 iVxc4.
De todos modos, las blancas deberían ga­
nar con 63 iVf3.
62 iVf3
Una alternativa era 62 b5 �f6 63 iVh5
'ib' xc3 64 iV x h 6 + � f7 65 'ib' h 5 + � f8
66 'ib'xg5 'iVxd4 67 � b3 eS 68 'iVf6+ �e8
69 b6, con fácil victoria.
62 �fS 63 'ib'hS
•••
¡ Un ataque decisivo !
63 'ik'xc3 64 iVf7+ �g4 6S 'ib'xe6+ � hS
•••
66 hxgS r:Ji; xgS 67 'iV g8+ � h4 68 'iV d8+
� g4 69 'ik'd7+ � gS 70 'iVg7+ � fS 71 bS
'ik'e1+ 72 'ik'eS+ 'iVxeS 73 dxeS � xeS 74
�h3
El final de peones está ganado para las
blancas. Las negras se rindieron.
UNA SINFONÍA DE ORO
Las cinco partidas que siguen fueron j uga­
das por las "flores doradas" de n uestro
equipo nacional.
Blancas: Zhu Chen (China)
Negras: Ilya Smirin ( Israel )
Pekín 1 996
Defensa Benoni
El gran m a e s t ro i n t e r n ac i o n a l S m i r in
nació en la ex Unión Soviética, y em igró
a I s rael a com ienzos de los años noven­
ta. Su Elo e ra de 2625 en el momento en
q ue se j ugó esta partida, y 2665 en ene­
ro de 2000. Actualmente, es el 23.0 del
mundo.
Con un Elo intern acional de 2530 en
e n e ro 2000, Zh u Chcn e s l a c u a r t a d e l
mundo d e l ranking femenino.
A ndante
1 d4 tt:Jf6 2 c4 eS
Las negras adoptan una forma de De­
fensa Benoni. B uscan oportuni d ades en
una lucha compleja, pero que también im­
plica riesgos.
3 dS g6 4 ttJ c3 .Yl g7 S ttJ f3 0-0 6 e4 e6
7 .Yld3 d6 8 h3 tt:Ja6 9 0-0 eS
De repe n te , l a s negras p a s a n a u n a
formación d e l a B e n o n i A n t i g u a . H an
perdido un tiempo con su peón e, pero a
cambio el avance blanco h2-h3 es redun­
d ante.
El método h abitual sería 9 ... tt:J c7 o 9
... � e8.
10 a3
U n a típica medida para atacar l a es­
tructura de peones c5/d6/e 5 . Las b l a n ­
cas p i e n s a n r e a l i z a r e l a v a n ce b2-b4 y
plante a r u n a seri a presión en el a l a de
dama.
10 tt:JhS
•••
Puesto que el peón h blanco está en h3,
el caballo negro puede fácilmente ocupar
f4. En sí misma, no obstante, esta j ugada
no basta para amenazar el flanco de rey
blanco. Las negras deben encontrar el mo­
do de realizar el avance .. .f7-f5 en el mo­
mento adecuado. La posición después de
1 0 ... tt:Jh5 sólo se encuentra en tres parti­
das de la base, lo que demuestra que la es­
tructura general de las negras no es popu­
lar.
11 .S e1 h6
Esta j ugada sólo se produce en la pre­
sente partida. Las negras debe rían j ugar
simplemente, 1 1 ... tt:J f4, seguido de . . .f7-
f5. Probablemente buscan j ugar ... g6-g5, y
les preocupa que la in mediata 1 1 . ttJ f4 . .
s e a r e s p o n d i d a c o n 1 2 .Yl f 1 g 5 1 3 g3
tt:Jxh3+ 14 .Ylxh3 .Ylxh3 15 tt:Jxg5 .
12 .Ylfl tt:Jf4
 EL FENÓMENO CHINO 253

n¡

La partida ha dejado los caminos nor­
m ales. Todo depende de la h abilidad de los
j ugadores para conducir el medio j uego.
13 b4!
Una j ugada valiente, proponiendo un
sacrificio de peón. El curso normal debe
ser fl. a1 -b 1 y luego b2-b4.
Las blancas seguramente esperaban la
continuación siguiente: 1 3 ... cxb4 1 4 axb4
l2J xb4 1 5 �a3 l2J a6 1 6 l2J b5 l2J c5 1 7 �xc5
dxc5 1 8 � xa7 :S xa7 1 9 l2Jxa7 �d7 20 'iVb3
'iVc7 21 bt b1 .'S a8 22 l2J b5 'iVb6 23 tt:J c3
'iV xb3 24 � xb3 :S a7 25 h4, con mej or
fi nal.
13 g5 14 l2J h2
...
puestas a realizar este cambio, puesto que
el alfil de casillas negras es muy valioso,
tanto en defensa como en ataque. En esta
situación concreta, sin embargo, las blan­
cas deben emprender acciones lo antes
posible. El tipo de cálculos que la situa­
ción requiere son apropiados para el estilo
de Zhu Chen. La razón por la que las ju­
gadoras chinas consiguen grandes éxitos
en el ajedrez es que son capaces de detec­
tar los factores clave en el medio juego.
¿ Cómo, entonces, deben l as blancas
tratar la presente situación?
19 g3!

Parando un posi ble avance . . . g5-g4.

Entretanto, l as blancas se contentan con
que las negras no logren nada en el flanco
de dama, aceptando el sacrificio de peón.
14 f5 15 bt b1 'iV f6 16 �e3 'iVg6?!
...

Las negras tienen prisa por atacar al

rey, y subestiman la capacidad defensiva
de las blancas. Deberían optar por la cir­
cunspecta 16 ... b6, aunque después de 1 7
b5 l2J c7 1 8 a4, las blancas ejercen una pre­
sión real en el flanco de d ama.
(Ver d i agra m a 222.)

17 bxc5 lLJxcS 18 �xc5 dxc5 Poniendo el dedo en la llaga del esque­

Norma l mente , las blancas no están dis- ma negro. El caballo sólo dispone de la ca-
254 LA ESCUELA C H I NA DE AJEDREZ
silla h5 para regresar, pero 1 9 ... lt:J h5 se
contesta con 20 exf5, y ahora:
(a) Después de 20 . . . �xf5 21 � xb7,
las blancas han ganado un peón y penetra­
do en el fre nte enemigo, con i n m e nso
efecto.
(b) 20 ... 'ifxf5 significa entregar el ca­
ballo. Después de 2 1 'i:Y xh 5 'iV xf2+ 22
� h 1 'ii' xg3 23 lt:J e4 'ii' x a3 24 lt:J g4 �xg4
25 iVxg4 b6 26 'iVe6+ �h7 27 �g2, las ne­
gras tienen tres peones por la pieza, pero
son muy débiles en l as casi l l as blancas.
Junto con el peón pasado d5, esto les ase­
gura ventaj a a las blancas.
(e) 20 ... � xf5 21 g4 gana, sencillamen­
te, pieza.
19 fxe4
000
Las negras comprenden que su caballo
no tiene retirada y deciden sacrificar pieza
para crear complicaciones.
20 gxf4 e3
Si antes 20 . . . gxf4+, entonces, después
de 2 1 � h l e3 22 �d3 �f5 23 � g 1 'ifa6
24 �xf5 � xf5 25 fxe3 fxe3 26 iVd3 � f7
27 tt:Je4, las blancas tienen una ventaja ga­
nadora.
21 �d3!
Las blancas tenían que haber previs­
to este movimiento al j ugar 19 g3 . Si, en
l ugar de ella, 21 fxe3 gxf4+ 22 � h 1 e4
23 iV c2 f3 24 ¡¡ ed 1 �xc3 25 iVxc3 � h 7
26 iV e5 b 6 27 d6 � d 7 2 8 iV e7 + � f7
29 'iVh4 � g8 30 'iVf2 � fg7 3 1 tt:J xf3 exf3
32 �d3 �f5 33 �xf5 iYxf5 , y l as negras
ganan.
21 ooo exf2+ 22 �xf2 e4
Forzado, puesto que tras 22 ... � xf4+
23 � g2, las negras tienen compensación
insuficiente por la pieza.
23 lt:J xe4
T a m b i é n es j u g a b l e 23 � xe 4 . P o r
ejemplo: 2 3 ... � xf4+ 2 4 � g2 �f5 2 5 'ifd3
� xc3 26 � xf5 'ii' xf5 27 iVxc3 � f2+ 28
�g1 'iVf4 29 lt:Jg4 � f3 30 tt:Jxh6+ � h7 3 1
� e7+ �g6 32 'iVg7+ � h5 33 iVf7+ 'ifxf7
34 lt:Jxf7 b6 35 tt:Je5, con una posición ga­
nada.
23 �xh3 24 �g3!
000
225
¡ Qué emocionante cuadro ! La j ugada
blanca es sorprendente, pero no precipita­
da. Las negras tienen que retirar su alfil,
pues t a n to a 24 . . . gxf4+ como a 24 . . .
� xf4 , las blancas responderían con 25
�xh3.
24 000� f5 25 fxg5 ¡¡ ae8 26 tt:J f6+ � xf6
27 �xf5 �e5+ 28 � xe5 iYxg5+ 29 'ii' g4
� xe5 30 'ii' xg5+ hxg5 31 � e6+ � g7
32 � xb7+

Las negras deberían rendirse, pero rea­
lizan unas cuantas j ugadas más.
32 . . � g6 33 ttJ g4 M e 1 34 M b3 M f4
. 10 ... '>J!;j¡c7
35 ltJe3 M d4 36 lLlc2 M gl + 37 �f2 M ddt
38 ttJ e3 M a 1 39 d6 M h 1 40 M bS M a2+
41 �f3 M xa3 42 d7 M e l 43 � f5+ �f7
44 .:t eS
Las negras abandonaron .
Blancas: Inna Gaponenko (Ucrania)
Negras: Wang Lei (China)
Olimpiada, Elistá 1 998
Defensa Siciliana
Wang Lei, gran maestra internacional, na­
ció en Shanghai en 1 975. Reperesentó a
China en la Olimpiada de 1 998, donde j u­
gó nueve partidas, ganando siete y hacien­
do tablas en las otras dos. Este resultado
le reportó la medalla de oro en su tablero.
Realizó una gran aportación al equipo chi­
no que ganó el Campeonato M undial por
equipos. Su Elo internacional, en enero de
2000, era de 2495, colocándola en el octa­
vo puesto del escalafón mundial.
G aponenko es una gran maestra inter­
nacional, nacida en Ucrani a en 1 976. Su
Elo internacional es 2377, 4 1 .a del mundo.
Lento
1 e4 eS 2 ttJ f3 d6 3 d4 cxd4 4 ttJ xd4 ttJ f6
5 ltJ c3 ltJ c6 6 �g5 e6 7 �d2 a6 8 0-0-0 h6
9 �e3 �d7 10 f4
La alternativa 1 O f3 es tan popular co­
mo la del texto. La estadística demuestra
que la primera produce un mayor número
de victorias. Con 1 O f3, las blancas tienen
un 50% de partidas ganadas, 30% de ta­
blas y 20% de derrotas. Con 1 O f4, el por­
centaj e de victorias es del 42 % , 30% ta­
blas y 28 % derrotas. Esto no debería lle­
varnos a la conclusión de que 1 O f3 es me-
EL FENÓMENO CHINO 255
jor j ugada que l O f4. Se t rata de gustos
personales.
En esta posición hay 76 partidas con l O
. . . b5 y 44 con l O . . . �e7. La j ugada que
Wang Lei elige sólo se produce en 1 7 par­
tidas. Antes de este j uego, en el período
1 978-1 998, las blancas se anotaron 7 victo­
rias, 4 tablas y 2 derrotas. Podemos asumir
que Wang Lei tiene sus ideas personales
sobre la variante.
11 <it>b1
11 ltJaS
..•
É sta es la segunda vez que la j ugada
aparece en la base. La primera fue en una
partida entre Speelman y Sax de 1 990. En
aquella ocasión, las blancas j ugaron 1 2
ltJ f3 (amenazando 1 3 e5) , y siguió 1 2 . . .
ltJ c6 1 3 h3. Las blancas h a n recibido u n
tiempo extra, pero n o está claro que s u ca­
ballo se encuentre mejor situado en f3 que
en d4. Mi i mpresión personal es que las
blancas parecen ganar algo.
12 h3 b5 13 �d3
(Ver diagrama 227.)
La posición del di agrama aparece en
seis partidas. Cuatro de ellas siguieron así:
1 3 . . . ltJc4 1 4 �xc4 �xc4. En las otras dos
256 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
se j ugó 1 3 . . . b4. En este último caso, si
surge un final tras el cambio de damas, el
peón a blanco puede cambiarse por el b
negro, lo que favorece ligeramente a las
blancas.
13 ... b4 14 lbce2 lbc4 lS �xc4 'iVxc4 16
'iVd3
En u n a p a r t i d a J o e c k s - B a r t a k
( 1 992) , las blancas j ugaron 1 6 lb g3 �e7
1 7 � hf1 � b8 (con, por ejemplo, 17 ... 0-0
1 8 b3 Wi c7 1 9 'V//i x b4 aS 20 Wi d2 a4, las
negras podrían sacrificar un peón por el
ataque) , y ahora 1 8 eS (en l ugar de la in­
mediata 18 � a l ) 18 ... lbdS 1 9 � a l con­
duce a una partida complej a . La elección
de Gaponenko, 16 'iV d 3 , es demasiado
c o n s e rv a d o r a . Las b l a n c a s n o t i e n e n
ventaja.
16 ... � c8 17 g4 �e7
Las negras deberían considerar 1 7 . . .
eS 1 8 �f3 Wixe4, con posición algo mejor.
18 lbg3 iYxd3 19 cxd3 aS 20 � el 0-0 21 gS
hxgS 22 fxgS lbh7 23 h4 g6 24 � xc8 � xc8
2S � el � xcl+ 26 �xcl
En los próximos movimientos, resulta
fácil jugar con las negras, aunque la posi­
ción sigue siendo básicamente igualada.
El método negro es j ugar lentamente y es­
perar oportunidades.
26 ... �d8 27 a3
Esto parece innecesario. U n a j ugada
más sencilla sería 27 lbf3, o bien 27 �c2.
27 bxa3 28 bxa3 f6 29 gxf6 �xf6 30 lbf3
..•
�bS 31 d4 lb f8 32 �d2 �d8 33 � c2 lb d7
34 �f4 eS 3S dxeS dxeS
Era mejor 3S ... lbxeS, que obliga a las
blancas a capturar el caballo.
36 ltJxeS
Ahora las blancas podían haber j ugado
36 �d2.
36 ... ltJxeS 37 �xeS �xh4
228
A cada bando sólo le quedan dos peo­
nes. Obviamente, las n egras no pueden
ganar si llegaran a una posición con el peón
a y su alfil de cas i l l a s cl aras. En conse­
cuencia, las blancas pueden esperar lograr
tablas a partir de esta posición. Lo más im­
portante es j ugar el rey blanco y el peón a
de forma correcta. Las blancas deberían
j ugar primero 38 � b3. Esto supone 39 a4,
fij ando el peón negro en aS . Las negras
tendrían que defender ese peón, facilitán­
dole a las blancas la tarea de reorganizar
sus piezas. Por ejemplo:
(a) 38 ... a4+ 39 <it> b4 �d7 40 �eS \t>f7
41 lbe2, con una posición igualada.
(b) 38 ... �f7 39 a4 �c6 40 �c7 \t> e6
41 lbfS �f2 42 �xaS �xe4 43 lb h6 tam­
bién da j uego igualado. Las negras pueden

seguir buscando oportunidades, pero l as
blancas pueden defenderse.
38 .§ie7?
Esta j ugada conduce inesperadamente
a la derrota.
38 ... a4 39 �e3
39 .§id6 � f7 40 e5 � e6 4 1 tLl e4 g5 le
concede a las negras ventaj a decisiva.
39 ... .§ie7
40 e5
No tiene sentido sacrificar el peón de
a3. Las b lancas deberían j ugar 40 � b2,
aunque las negras seguirían teniendo la
posición ganada: 40 ... �f7 41 .§ieS .§icS 42
.§ib8 <it> e6 43 .1ic7 .§id4+ 44 � c2 .1ic4 45
.§if4 .§ib3+ 46 �el .§if6 47 tLl e2 .1ic4 48
tLl g3 g5 49 1ie3 .§ieS 50 .tf2 g4 5 1 <it> c2
.tb3+ 52 �el .tf4+ 53 � b2 .td1 54 .te1
.teS+ 55 � el .tf3 56 .tf2 .td6 57 <it> b2
<it> e5 5 8 tLl f5 .t f8 5 9 tLl g3 <it> f4 60 e S
� xe5. Esta línea no agota las posibilida­
des, pero sirve para ilustrar la idea gana­
dora de las negras. E n la partida las blan­
cas entregan gratis el peón a, lo que facili­
ta el proceso ganador.
40 ... .txa3 41 tLl e4 .te6 42 tLld6 .td5 43
tLl b5 .tes 44 .td6 .txd6 45 exd6 �f7 46
tLl d4 a3 47 tLl e2 g5 48 tLl g3 � e6 49 tLlf5
� d7 50 ttJ d4 a2 51 � b2 � xd6 52 ttJ f5+
EL FENÓMENO CHINO 257
� eS 53 tLl e3 .§ie6 54 �al �f4 55 tLlg2+
�e4 56 �b2 .td5 57 tLlel g4 58 tLlg2 g3
Las blancas se rindieron .
Blancas:Wang Pin (China)
Negras:Alisa Marie (Yugoslavia)
Shanghai 1 992
Torneo de Candidatas
Defensa Siciliana
Wang Pin, gran maestra internacional, na­
ció en Shanghai en 1 975 . En 1 998 formó
parte del equipo de China, que ganó l a
Olimpiada. E n enero d e 2000 s u Elo inter­
nacional era de 2469, lo que la situaba en
el 1 4.0 lugar del mundo.
Alisa M aric, también gran maestra in­
ternacional, nació en Yugoslavia en 1 970.
Se hizo famosa en 1 99 1 , cuando disputó a
Xie J un el derecho a proclamarse aspiran­
te al título mundial. D urante muchos años
ha sido una de las ocho mejores del mundo.
En enero de 2000 era la 1 6.3 de la lista fe­
menina, con un Elo internacional de 2463.
A llegro
1 e4 eS 2 ttJf3 tLle6 3 d4 exd4 4 tLlxd4 'iVb6
Esta j ugada de dama, que ataca el ca­
ballo de d4, se encuentra en más de un mi­
llar de partidas, pero la estándar 4 ... tLlf6
aparece en más de 20.000. S upongo que
M aric o su entrenador esperan presentar
batalla e n esta i nfrecuente posición de
apertura.
5 tLlb3 tLlf6 6 tLle3 e6 7 .t d3
En la presente situación esta j ugada es
la m ás correcta, encontrándose en más de
400 partidas. Revel a un defecto de 4 . . .
'{Wb6: cuando el caballo blanco no está en
d4, el alfi l puede j ugar directamente a d3,
ganando un tiempo sobre líneas en las que
primero se desarrolla por e2. Las blancas no
258 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
temen que el caballo negro j uegue a b4 y se
cambie por el alfil, porque entonces el peón
e pasará ventaj osamente a la columna d.
7 •••� e7 8 0-0 0-0 9 � e3 'iVc7 10 f4 d6
11 'iVf3 a6 12 a4 b6 13 l:t ae1
De las n ueve partidas con la posición
del diagrama, sólo en una de ellas j uegan
las negras 1 3 ... l:t b8. En todas las demás,
se decantaron por 13 ... �b7. Antes de es­
ta partida, las blancas se habían anotado
dos victorias, dos derrotas y dos tablas.
Parece, por tanto, que las negras deberían
estar satisfechas con 1 3 ... �b7, pero la si­
guiente jugada de M aric, 1 3 ... l:t b8, tam­
poco es mala.
13 l:t b8 14 �h3
000
14 000g6
S i l as n egras h u biesen j ugad o 1 3 . . .
�b7, podrían haber respondido a 1 4 'iVh3
con 1 4 ... t2J b4, sin temer a 1 5 e5 dxe5 1 6
fxe5 'iVxe5 . Pero e n l a posición actual no
sería posible, a causa de 17 �f4, ganando
la torre.
Sin embargo, 1 4 ... g6 también tiene sus
inconvenientes. Las blancas presionarán
sobre el punto g6, aumentando los proble­
mas de las negras, que deberían h aber ju­
gado 14 ... e5 15 f5 l2J b4, o bien 1 5 'iVg3
exf4 1 6 �xf4 ttJ h5 1 7 'iVf3 t2Jxf4 1 8 'li'xf4
'fta7 1 9 � h 1 �e6 20 l2Jd5 l:t fe8, con una
posición lo bastan te sólida.
15 f5 l2Je5 16 �g5 'ftd7?!
Con las blancas en total posesión de la
i niciativa y perspectivas de ataque en el
flanco de rey, las negras parecen inseguras
en cuánto a qué h acer. Debe rían h aber
optado por la defensiva 1 6 ... 'iVd8, aunque
tendrían que superar tiempos difíciles.
17 'iVh4 'iVd8 18 � e2 b5
En situación difícil, Maric decide sacri­
ficar un peón.
19 axb5 axb5 20 l:t ef2
Ciertamente, las bl ancas también po­
drían j ugar 20 fxe6 fxe6 21 �xb5, ganan­
do un peón a cambio de nada. Sin embar­
go, Wang Pin decide continuar presionan­
do sobre la columna f.
20 ..• b 4 2 1 ttJ dl e x f5 22 e x f5 ttJ xd3
23 cxd3
(Ver diagrama 232.)
Las blancas amenazan 24 fxg6, que ga­
naría pieza. Las negras no pueden encon­
trar una defensa efectiva.
23 �xf5 24 l:t xf5 gxf5 25 l:t xf5
•.•
Ahora las negras no pueden impedir
que las blancas queden con dos piezas por
torre y la derrota es inevitable.
25 ... 'iVd7 26 t2J d4 l:t feS 27 � xf6 � xf6
 EL FENÓMENO CHINO 259

232

28 iYxf6 :t eS 29 iYgS+ �f8 30 l:t xeS dxeS
3l l2JfS iYxd3 32 l2Jde3 �bl+ 33 l2Jfl : eS
34 �e7+ � g8 3S iYxeS
Las negras se rindieron.
Blancas: Qin Kanying (China)
Negras: Alisa Galliamova ( Rusia)
Yugoslavia 1 991
Torneo Interzonal
Defensa Francesa
Qin Kanying es gran maestra internacio­
nal, nacida en Shanghai en 1 974. Ganó el
Campeonato de China cuando sólo tenía
· 1 5 años, en 1 988. En 1 991 se convirtió en
una de las ocho mej ores del mundo. Re­
presentó a Ch i n a en varias ocasi ones y
Olimpiadas. En enero de 2000 su Elo in­
ternacional era de 2475 , lo que la situaba
en el 1 2.0 lugar del mundo.
Las negras amenazan ganar el peón de
eS. Las blancas tienen dos opciones: pro­
tegerlo con 9 �f4, o sacrificarlo, normal­
mente con 9 l:t e1 (8 partidas), o bien 9 c4
(5 partidas). Qin Kanying elige un plan
que rara vez se ha visto.
9 �d3
Esta j ugada se encuentra en 3 partidas.
Al adoptar esta variante, las negras deben
estar preparadas para afrontar el sacrificio
de peón de las blancas.
9 •••tLl xeS 10 tLl xeS iYxeS 11 : el 'ii d6
12 �hS+ �d8

Presto

1 e4 e6 2 d4 dS 3 eS eS 4 e3 l2J e6 S l2J f3
�d7 6 �e2 f6 7 0-0 fxeS 8 dxeS
La línea principal es 8 l2Jxe5, que apa­
rece en más de 1 00 partidas, hasta fines de
1 998, mientras que con 8 dxe5 sólo h ay 24 La posición del diagrama es fami liar
partidas. para ambos j ugadoras, si bien tienen una
8 ... iYe7 diferente evaluación de la misma. Puesto
260 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
que l as negras han perdido el derecho a
enrocar, las blancas deberían obtener al­
guna compensación por el déficit material.
13 c4 d4
Parece mej or 1 3 . . . ti::J f6, y si 1 4 'iYg5 ,
entonces 1 4 ... h 6 . U n a mejor réplica e s 1 4
'iVf3 (en u n a partida las blancas j ugaron 1 4
'li'e2, pero la posición d e la dama no e s lo
bastante flexible) .
1 4 'iYg5+ ti::J f6 1 5 i.f4 'iYb6
Las negras deberían intercal ar 1 5 . . .
h 6 1 6 'ifg3, y seguir luego con 1 5 . . . 'iYb6.
Entonces, una vez que el rey se encuen­
tre e n eS, l as n egras pueden amenazar
... tt::J f 6-h5.
16 ti::J d2
Proponiendo otro sacrificio de peón .
La j ugada es coherente con el estilo de
Qin Kanying, que busca siempre la inicia­
tiva.
16 ... �eS
Esta j ugada sorprendió a todos. Las
negras se permiten situar su rey frente a la
torre blanca, lo que permite al primer j u­
gador incrementar su ventaja. Esto habría
sido difícil, si las negras h ubiesen j ugado
1 6 . . . h6 1 7 'iVe5 a5 1 8 b3 i.e7 1 9 n ad 1
n f8 20 i.g3 ti::J e 8.
17 i.e5 �f7 18 ti::J e4 i.e7
19 b4!
Las negras no se atrevieron a tomar el
peón de b2, de modo que Qin Kanying lo
avanzan, sacrificándolo de nuevo. Quiere
ver qué harán las negras.
19 ... cxb4
Si 1 9 ... 'li'xb4, 20 n ab l 'iYa3 2 1 n xb7
n ad 8 22 'if g3 ! 'li' a6 23 n e b l tt::J e 8 24
i.b8 'iVc6 25 i.xa7 n gs 26 'iVeS n cs 27
i. xc5 i. xc5 28 tt::J xcS � xcS 29 'iY xc5
n xc5 30 J:! xd7+, y las blancas deben ga­
nar.
20 c5 'li'c6 21 n adl
La alternativa es 21 n ae 1 �dS 22 i.c4
�e6 23 ti::J d6+ i.xd6 24 cxd6 h6 25 �f4
'iYa4 26 i.b3 'iYb5 27 n c7, con una venta­
ja decisiva.
21 ... n ag8
O bien 2 1 ... 'li'd5 22 i.b 1 h6 23 ti::J d 6+
i. xd6 24 'iY g6+ � g8 25 cxd6 i. e8 26
'ii'g3, y de nuevo las blancas tienen venta­
ja decisiva.-
22 ti::J d6+ i.xd6 23 cxd6 � c8 24 h4!
(Ver diagrama 237.)
Amenazando 25 h5 y 26 h6. Las negras
no tienen una respuesta efectiva.
24 ... 'iYd5?
Esto pierde pieza gratis, pero otras ju­
gadas tampoco salvan la partida.

2S �xf6 gxf6 26 'li'xdS exdS 27 ll e7+ \t>f8
28 l:t xd7 la b8 29 �xh7 bS 30 hS aS 31 �g6
a4 32 la f7+ \t>g8 33 d7 b3 34 l:t el
Las negras se rindieron.
Blancas: Xu Yuhua (China)
Negras: R. Goletiani ( Georgia)
M undial Juvenil Femenino, 1 996
Defensa Siciliana
Esta partida se j ugó en el Mundial Juvenil
(sub 20) de muj eres. Goletiani, una gran
m aestra n acida en Georgia, en 1 980, se
clasificó tercera en el torneo.
A dagio
1 e4 eS 2 l2J f3 e6 3 d4 exd4 4 l2J xd4 a6
S �d3 l2J f6 6 0-0 d6 7 e4 l2J bd7 8 l2J e3 b6
9 iYe2 �b7 10 b3
(Ver diagrama 238.)
La posición tiene cierta sign ificación
teórica. Confinadas en sus tres últimas fi­
las, las negras tienen una estructura "del
erizo" o, como dicen algunos comentaris­
tas extranj eros, "de muelle comprimido".
La práctica demuestra que aunque el fren­
te negro está presionado, tienen perspecti­
vas de expansión.
EL FENÓMENO CHI NO 261
El orden de j ugadas elegido por la j u­
gadora georgiana rara vez se ha visto. Sólo
hay una partida ( ¡ en un m illón ! ) con 9 . . .
� b7. Después d e la siguiente j ugada, l a
partida regresa al curso normal.
10 ... g6
H ay 1 6 partidas con esta j ugada. En
siete de ellas las blancas j ugaron 1 1 �a3,
pero los resultados no fueron buenos: 3 ta­
blas y 4 derrotas. Se diría, por tanto, que
1 1 �a3 no tiene un brillante futuro.
11 �b2 �g7 12 l2Jf3
Sólo hay una partida con esta retirada
de caballo. En otras seis partidas, las blan­
cas optaron por 1 2 l:t ad 1 , para mantener
el caballo en la casilla central d4.
12 ... 0-0 13 la adl l:t e8 14 �bl VJ/ie7
La única debilidad en la posición negra
es el peón de d6, en la columna semiabier­
ta. Este peón puede ser objeto de ataque,
pero es fácil de defender. Para las blancas
no es fácil poner en marcha una ofensiva.
lS iYd2 l2J eS
Si las blancas capturan el peón de d6,
las negras responden capturando el peón
de e4. Este cambio no les reporta ventaja
alguna a las blancas.
16 ll fel la fd8 17 VJ/ie2
Las blancas retiran su dama de la co­
lumna ocupada por la torre contraria. Las
262 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
negras constantemente buscan el posible
contraataque ... d6-dS.
17 ... 'iVb8 18 liJd2 'iVa8 19 liJfl liJh5 20 b4
· Un método de espera factible sería 20
'iVe3. Con 20 b4, l as blancas expulsan el
caballo n egro, pero debilitan su propio
peón de c4, permitiéndole a las negras la
oportunidad de elaborar un contraj uego.
La capacidad para tomar decisiones en
una posición como ésta, en la que hay ven­
tajas y desventaj as, es un test para medir
el calibre del j ugador.
20 tt:Jd7 21 a3
.••
Las blancas no obtienen beneficio del
cambio de peones 21 � xd6 �f8 22 Jl dd1
�xb4. Sin embargo, 21 a3 también supo­
ne algunos problemas. Las blancas de­
berían j ugar antes 21 l2le3, para.defender
c4, su punto más débil.
21 liJeS 22 �a2
••.
La mejor j ugada es 22 liJd2. Las negras
no pueden responder 22 . . . l2l f4 23 'iV e3
tt:J xc4 24 tt:J xc4 � xc4, debido a 2S l2l a4
�xb2 26 tt:Jxb2, ganando pieza.
22 ... tt:Jf4 23 'lie3
23 ... �h6?!
El camino más sencillo era 23 ... tt:Jxc4
24 �xc4 n xc4 2S 'iVxf4 �xc3 26 �xc3
� xc3 27 � xd6 n xd6 28 'iVxd6 bS 29 f3
'iVa7+ 30 � h 1 'iVf2 31 � d1 Jl c2 32 'iVd8+
cJ;; g7 33 'iV gS h6 34 'iVeS+ cJ;; h 7 3S 'iVg3
'iYxg3 36 l2lxg3 Jl c3 37 �g1 cJ;; g7 38 Jl d7
�c8 39 .l:. d8 eS 40 l2le2 Jl c2 41 l2lg3 \t>f6
42 Jl d3 � e7 43 tt:J fl �e6 44 l2l e3 � c4
4S tt:Jxc2 �xd3 46 l2le3. El final resultante
es tablas, pero toda la variante es un sufri­
miento para las blancas.
24 'lid4?!
Las bl_ancas tenían que h aber j ugado
24 l2l a4, con ventaja decisiva.
24 'iVa7?!
•.•
Ahora las negras podrían haber j ugado
24 ... tt:Jxc4 2S �xc4 �g7, que traspondría
a la nota de la j ugada 23.
25 cJ;; h 1?!
2S tt:J a4 era, de nuevo, lo correcto: 2S ...
n c6 (después de 2S . n b8, las blancas es­
..
tán mejor) 26 'iVxeS dxeS 27 Jl xd8+ �f8
28 �xeS gS 29 Jl ed 1 , con ventaj a decisi­
va.
25 � g7
•••
Después de 2S . . . tt:Jxc4 26 l2l bS eS 27
tt:Jxa7 exd4 28 �xd4 Jl c7 29 �xc4 Jl xc4
30 �xb6 n d7' las blancas tienen un peón
de ventaj a, pero la posición está iguala­
da, debido a la fuerza del caballo blanco
de a7.
26 l2la4 Jl c6 27 l2le3 liJ hS 28 �d2 Jl ceS?!
 EL FENÓMENO C H I N O 263

Las negras debían h aber j ugado 28 ... 34 gS 3S t2J e2 t2J g6

000

b5 29 tt:Jc5 11 a8 30 tt:Jxb7 'it'xb7, con igual­
dad.
29 JiLd4
Por fin, las blancas sellan ventaj a posi­
cional. Si ahora 29 ... 1:. c6, entonces 30 b5.
Por consiguiente, las negras tienen que re­
tirar su caballo.
29 tt:Jd7 30 JiLxg7 c#;; xg7 31 'it'd4+ t2Jhf6
000
Las negras deberían j ugar 35 . . . JiL a4,
c u a n d o su p o s i c i ó n no e s d e m a s i a d o
mala.
36 t2J g3 t2J eS
El caballo oscila una y otra vez, porque
se acerca el control de tiempo.
37 11 fl

32 f3 JiLc6
En posición ligeramente peor, las ne­
gras realizan otra j ugada dudosa. Deberían
j ugar 32 . 11 c6, para defender su frente
. .

por todos los medios posibles. Otra posi­

bilidad sería contraatacar, con 32 ... a5.
33 tt:Jc3 tt:J eS

Las blancas lograrían una clara ventaja

con 37 t2J gf5 + exf5 38 t2J xf5 + <;t> g8 39
tt:Jxd6.
37 11 c7
000

Había que j ugar 37 ... JiLa4 o 37 .. 11 g8.

.

38 f4 gxf4 39 11 xf4
Ahora las blancas tienen ventaja.
39 bS 40 eS
000

34 JiLbl En la j ugada cuarenta las blancas con­

La alternativa era lanzar un fuerte ata­ solidan, finalmente, su ventaj a.
q ue, con 34 f4 tt:J ed7 35 11 fl . Por ej em­ 40 11 cd7 41 11 dfl t2J g8 42 t2J g4 'iVb8
000

plo: 35 . . . iVa8 36 e5 dxe5 37 fxe5 tt:J h5 43 cxd6 f6 44 tt:JxeS

38 �gl �b8 39 t2Jg4, con ventaja decisiva. Las negras se rindieron.
264
EL NUEVO MILENIO
E
n el primer capítulo de este libro
decía que en los últimos meses del
año 2000, el equipo femenino de
China conquistó casi todas las medallas
de oro de las competiciones en que parti­
cipó. Enfaticé en el hecho de que un buen
entorno social aporta la mejor base posi­
ble para el entrenamiento de j óvenes ta­
lentos. Me gustaría añadir ahora algo más
acerca de la educación de las ajedrecistas
chinas.
En el Diario de Guangmang se publicó
un artículo de Jin Xun, acerca de la Olim­
piada de 2000, que contiene la declaración
siguiente: " En este torneo, las j ugadoras
que salieron a escena fueron Xie Jun, Zhu
Chen, Xu Yuhua y Wang Lei . Pero no
eran l as únicas j ugadoras chinas que po­
dían haber participado. El equipo tiene
otras dos estrellas: Qin Kanying y Wang
Pin. Cualquiera de estas seis j ugadoras po­
día haber formado un equipo lo bastante
fuerte para ganar el campeonato . " Esta
opinión no era una jactancia derivada del
éxito. Y o m ismo expresé esa opinión , ya
en 1 998, cuando los directores del Institu­
to Chino de Ajedrez me pidieron un plan
para seleccinar un equipo para la competi­
ción. Por entonces era un secreto estraté­
gico. La afirmación de Jin Xun no signifi-
ca, con todo, que las seis j ugadoras se en­
cuentren al mismo nivel. Sólo enfatiza en
el hecho de que la fuerza colectiva del
equipo chino le garantiza la hegemonía
sobre los demás equipos.
No puede negarse el papel del genio
individual como un factor en un grupo de
j ugadores de talento. Sin embargo, sigue
necesitándose a un entrenador para des­
cubrir esos talen tos e i n tegrarlos en un
equipo. La tarea de un entrenador tiene
dos aspectos principales. El primero es se­
leccionar, según un método científico, a
los j ugadores dotados. El segundo es el
entrenamiento sistemático.
Respeto los métodos cien tíficos y he
l levado a cabo i n vesti gaciones sobre el
principio científico de la teoría del conoci­
miento y la metodología. Al seleccionar
j ugadores para el equipo nacional, exami­
no su temperamento y actitud hacia el
mundo exterior. Compruebo sus cualida­
des de memoria, creatividad y compren­
sión , además de estimar su instinto ajedre­
cístico. Le concedo atención a su grado de
fuerza de voluntad, y a su carácter indivi­
dual. Trato de buscar un punto de partida
para su futuro desarrol lo. Confío en m i
propio j uicio, pero no descarto corregir
errores en la práctica.

Cuando me encontré por primera vez
con Xie 1 un, Zhu Chen, Qin Kanying, X u
Yuhua, Wang Leí y Wang Pin, nunca pen­
sé que serían futuras campeonas mundia­
les, sino sólo muchachas prometedoras, a
quienes valía la pena enseñar. Tomemos
como ej e mplo a Xie J u n . Recuerdo que
cuando vino al Instituto, en 1 980, j ugamos
una partida de XiangQi (se me había dicho
que sabía j ugar). Después, le dij e a Xiao
Shenghan , un director del I nstituto, que
era difícil sacar conclusiones de la partida,
pero que podía jugar ajedrez en el equipo
nacional. La decisión final la tomó Xiao
Shenghan (y sus j efes), no yo. En 1 988, en
una recepción, durante el torneo interna­
cional abierto de Pekín, presenté Xie J un a
Florencia Campomanes, presidente de la
FIDE. Le dije: " Esta chica es nuestra más
firme promesa. Representa el futuro aje­
drecístico de China." Aunque por enton­
ces n i siquiera había ganado el Campeona­
to nacional, sabía que Xie 1 un iba a con­
vertirse en Campeona del Mundo.
Otras cinco chicas fueron seleccionadas
para el equipo nacional, a los doce o trece
años. E n esa edad n i siquiera formaban
parte de sus respectivos equipos provincia­
les. No sé si este hecho constituye una bur­
la involuntaria de la máxima "el equipo
nacional sólo está integrado por los talen­
tos del país". Cuando se organizó por pri­
mera vez el equipo nacional, comprendía
todos los talentos de la época como, por
ejemplo, Liu Shilan, Wu Minqian y demás.
Yo había formulado, sin embargo, mi es­
trategia, q u e consistía en reemplazar a
aquellas grandes maestras por j ugadoras
de la nueva generación (hoy d ía pueden
verse claramente los resultados de la estra­
tegia). Aquellas j ugadoras de la primera
generación realizaron una gran contribu­
ción al desarrollo del ajedrez en China, y
EL NUEVO MILENIO 265
puedo decir que soy consciente de sus cua­
lidades. Aunque finalizaron en quinto Ju­
gar e n la Olimpiada Femenina, su debut
internacional en tan importante competi­
ción, yo sabía perfectamente que, en rela­
ción con los mejores equipos, pertenecían
a los de tercera clase. El equipo chino no
habría vencido al equipo soviético (más
tarde, georgiano), confiando sencillamente
en sus dos primeros tableros. É ste es el
contexto h istórico e n que se produce la
aparición de ese grupo de jugadoras super­
dotadas, que más tarde merecieron el so­
brenombre de "el Fenómeno Chino."
Siempre he creído que el entrenamien­
to sistemático de j ugadores es más impor­
tante q ue seleccionarlos. Los j ugadores
del equipo nacional han recibido más de
doce años de entrenamiento. Cada una de
ellas está educada en la teoría de la Escue­
la China de Ajedrez. El disciplinado curso
sistemático de entrenamiento a largo pla­
zo, es de un tipo que ningún país está en
condiciones de impartir.
Sin embargo, ni el mejor entrenamien­
to puede garantizar la aparición de una
campeona mundial, porque existen facto­
res inesperados, más o menos contingen­
tes, que afectan a esta cuestión . No obs­
tante , la formación de j ugadores de talen­
to sólo puede conseguirse por medio del
entre namiento. El pensamiento, teoría ,
opiniones, métodos y práctica de la Escue­
la China aportan un rico caldo de cultivo
de j ugadores de talento. Y los j ugadores
nos gratifican con sus triunfos actuales.
HEROÍNAS DE CHINA: UN TRIUNFO
CENTENARIO
Disfrutemos con algunos episodios de la
excelente actuación del equipo femenino
266 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ

de China en la Olimpiada y Campeonato

Mundial FI DE 2000.
Xie J un j ugó en el primer tablero del
equipo olímpico, consiguiendo un 77 % de
la puntuación, con 6 partidas ganadas y 5
tablas. É sta es su partida de la séptim a
ronda:

Blancas: Xie Jun (China)

Negras: Almira Skripehe nko - La u t i e r
( Moldavia)
Olimpiada, Estambul 2000
Defensa Siciliana
1 e4 eS 2 ltJf3 e6 3 d4 exd4 4 ltJxd4 ltJe6 S
ltJ e3 'fi e7 6 � e2 a6 7 0-0 ltJ f6 8 � h 1
ltJxd4 9 'J//ixd4 �eS 10 'J//id3 bS
En la partida Xie Jun - J. Polgár, Olim­
piada de 1 988, las negras eligieron 1 O . . h5.
. Zhu Chen j ugaba en el segundo table­
11 f4 �b7 12 �13 hS 13 eS ltJg4 14 �xb7
iV xb7 1S ltJ e4 � e 7 16 � d2 .J:¡ ac8 17
.J:¡ ae1 0-0
Esta jugada, renunciando a la posibili­
dad de atacar al rey blanco, no sólo priva
de sentido a . . . h7-h5 , sino que debilita el
flanco de rey negro.
18 fS! exfS 19 ltJg3 iVb6
Las negras deberían considerar 1 9 . . .
�h4 ! ?
2 0 .J:¡ e2 ltJb6 21 ltJxhS .J:¡ e4 2 2 ltJf4 �eS
23 b4 � e7 24 ltJ dS 'iVe6 2S �xh6 gxh6
26 .J:¡ xfS .J:¡ g4
(Ver diagrama 243.)
Si se le planteara al lector esta posición
como un test, no resultaría difíci l , pero
surge en las tensas cond iciones de una
partida real. Xie Jun j ugó:
27 .J:¡ f6!
Una j ugada que realmente cogió a la
gente desprevenida. Skripchenko se rin­
d i ó , e n v i s t a d e que s i 27 . . . � xf6 , 28
ltJxf6+ rJ;; g7 29 iVh7++.
En esta rond a C h i n a venció a M o l ­
d a v i a p o r 3 - 0 . F u e e n este punto cuan­
do el equipo chi n o se hizo con e l lidera­
to, que ya no soltó hasta el final del tor­
neo.
ro. Realizó un porcentaj e del 82 % , con 7
victorias y 4 tablas. La siguiente partida
se j ugó en la 1 3.a ronda, en la que China
venció a Rumanía por 2,5-0,5.
Blancas: Zhu Chen (China)
Negras: Elena Luminita Cosma ( Ruma­
nía)
Olimpiada, Estambul 2000
Defensa Semi-Eslava
1 d4 dS 2 e4 e6 3 ltJ e3 e6 4 ltJ f3 ltJ f6
S � gS h6 6 � h4 dxe4 7 e4 gS 8 � g3 bS
9 � e2 ltJ hS 10 0-0 ltJ f4 1 1 � xf4 gxf4
12 'J//i d2 � b7 13 � xf4 ltJ d7 14 .J:¡ ad1
'iV b8 1S 'iV h4 � e7 16 iV hS ltJ f6
17 'J//i h3 'iV f4 18 ltJ eS hS 19 'J//i e3 iV h6
20 f4 .J:¡ eS 21 'iV h3 .J:¡ d8 22 � h 1 a 6
2 3 fS ltJ d7
(Ver d iagrama 244.)
24 ltJxf7!
Parece que las estrellas chinas no sólo
son diestras en las técnicas esenciales, sino

que también están dotadas para las peque­
ñ as combinaciones.
24 ... �xf7 2S fxe6+ � eS 26 exd7+ :S. xd7
Con un peón extra, las blancas tienen
ventaj a decisiva.
27 dS
Esta ruptura asegura la victoria de las
b lancas. También podían h aber optado
por 27 :S. f5 h5 28 � g4 :S. d6 29 eS :S. g6
30 �h5.
Vale l a pena mencionar que Zhu Chen
ganó tres medallas de oro en la Olimpia­
da: una como miembro del equipo cam­
peón, otra por el mejor resultado en el se­
gundo tablero, y la tercera por el mejor
porcentaje de la Olimpiada Femenina. Su
excelente actuación honra a China.
Xu Y u h u a j ugó en el tercer tablero.
Ganó cuatro partidas y empató seis, para
totalizar un 70% de la puntuación. Era la
primera vez que representaba a China en
un a Olimpiada. J ugó muy bien y no de­
cepcionó a sus entrenadores. Este hecho
sugiere q ue el entrenamiento puede ser
más i m po r t a n te que e l j u ego e n sí. La
p a r t i d a q u e s i gue se j ugó e n la octava
ronda, en l a que Chi n a venció por 3-0 a
Vietnam.
EL NUEVO MILENIO 267
Blancas: Vo Hong (Vietnam)
Negras: Xu Yuhua (China)
Olimpiada, Estambul 2000
Defensa Siciliana
1 e4 eS 2 tt:Jc3 d6 3 f4 g6 4 tt:Jf3 �g7 S �c4
tt:J c6 6 0-0 t2J f6 7 d3 0-0 S fS e6 9 �el dS
10 �b3 c4 11 dxc4 dxc4 12 tt:J xe4 tt:J xe4
13 �xe4 exfS 14 �el :S. eS lS 'fWg3 t2Jd4
16 tt:Jxd4 �xd4+ 17 �hl �d7 1S c3 �b6
19 �f4 aS 20 :S. fdl �c6 21 :S. d2
Las negras tienen ventaj a posicional y
pueden j ugar la inmediata 21 . . a4, para
.
h acer retroceder al alfil blanco. Xu Yuhua
decide m antener en cartera este golpe, y
prefiere un método indirecto que le con­
cede a su oponente mayores posibilidades
de equivocarse.
21 :S. e4!
..•
Las negras parecen tener la intención
de doblar torres en la columna e, lo que
induce a l as blancas a cambiar un par de
torres. De este modo, se debilitará la pri­
mera fila, dándole a las negras la oportuni­
dad de incrementar su ventaj a por medios
tácticos.
22 � el
Las b lancas caen en l a trampa, tal y
como esperado. Deberían h aber conside-
268 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
rado la j ugada de hostigamiento 22 ilc7.
22 ... � xel+ 23 'iYxel a4
¡Ahora las negras pasan a la acc i ó n !
24 il dl a3 2S il b3 � aS 26 il d6 axb2
27 ilb4
27 ... 'iYeS
Esta j ugada mantiene la ventaj a posi­
cional de las negras, pero también era po­
sible la línea forzada 27 . . . � eS 28 'l!i'fl
iixc3 ! ! 29 iixa5 iixd2! 30 iixd2 ile4, y
el peón negro corona.
28 'l!i'fl � eS
Una j ugada rutinaria. Después de 28 ...
ilf8 29 iixf8 'iYxc3 30 ilh6 jLe4 3 1 � dl
b l 'iV 32 � xbl jLxbl 33 'iYxb l n es, las
negras ganan.
29 � xb2 'l!i'e3 30 jLdl 'iYel 31 �f2 jLxc3
32 ilx c3 'iVx c3
Las negras tienen un peón extra y una
posición ganada. Las blancas resistieron
tenazmente, hasta la j ugada 48, cuando se
rindieron.
La p u n t u ac i ó n de W a n g Lei en l a
Olimpiada fue del 75 % , con 6 partidas ga­
nadas, 3 tablas y 1 perdida. En la undéci­
ma ronda j ugó la partida que sigue, en la
que Ch ina venció a la República Checa,
por 3-0.
Blancas: Wang Lei ( Ch i n a )
Negras: Oiga Sikorova ( Re p ú b l ica Checa )
O l i m p i a d a . Est a m b u l 2000
Dde n sa fk n o n i M od e nw
1 d4 c5 2 d5 tt:J f6 3 c4 c (l 4 l2J c3 exd5 S
cxd5 d6 6 e4 g6 7 h3 iLg7 8 JJld3 0-0 9 l2Jf3
Üd7 10 0-0 b5 1 1 M. e l h4 12 tLlb l :S. e8 13
l2Jhd2 a6 14 a4 bxa3 15 .a: xa3 W/c7 16 ¡.fc2
:S. a7 1 7 l2J c4 ft f8 1 8 J2 g5 ltJ hS 1 9 ¡.fd2
� bS 20 g4 l2J g7 21 � f4 il xc4 22 jL xc4
ib'b6 23 iVc2 � d8 24 �d2 ¡.fb7 2S jL aS
� eS 26 jLc3 l2Jd7 27 � ea l � ea8 28 'ife2
l2J b8 29 eS dxeS 30 ltJ xeS jL d6 31 �f3
�c7 32 � el aS
247
Es evidente que la j ugadora checa no
entiende muy bien la Defensa Benoni. Su
j uego se deteriora gradualmente, y la posi­
ción del diagrama está perdida para ella.
Veamos cómo materializan las blancas su
ventaja posicional.
33 l2Jc6
Por el sencillo procedimiento técn ico
de cambiar caballos, las blancas consiguen
sus objetivos de despejar la diagonal para
su alfil de c4 y la columna e para la torre.
Su p e ó n pasado de c6 t a m b i é n es u n a
amenaza potencial para l a s negras. S i n
embargo, e s s u "buen" caballo de e S el

que está entregando por el "malo" de b8.
Al mismo tiempo, la torre de a8 entra en
j uego para defender la última fi la. Esto
puede ser perfectamente entendido por
un j ugador de nivel inferior a Wang Lei .
Pero sucede que, j ugando de esta forma,
renuncia a una continuación que no resul­
tó difícil de encontrar después de la partida.
La j ugada evidente, en la posición del
diagrama, era 33 iVf6. En vista de la ame­
naza latente sobre la diagonal a 1 -h 8 y la
debilidad de la última fila, las negras de­
ben sufrir pérdidas materiales para evitar
el mate. Por ejemplo: 33 . . . lt:J e8 34 'ifh8+
c;t>xh8 35 tt:Jxg6+ <it> g8 36 ll xe8+ �f8 37
l:l xf8++; o bien 33 ... �f8 34 d6 'iVxd6 (si
34 ... �xd6, entonces 35 tt:Jxf7) 35 �xf7+
c;t>h8 36 lt:Jxg6+ hxg6 37 iVh4++. La única
defensa de las negras es 33 ... iVe7 34 lt:Jd7
iVxe l + 35 � xe l tt:J e8 36 iVg5 tt:J xd7 37
ll e3, con ventaja material de las blancas.
33 tt:Jxe6 34 dxe6 �f4 3S c;t>fl gS 36 iVe4
.••
¡vd6 37 ll aal iVh6 3S c;t>g2 ll eS 39 1:. adl
ll ae7 40 1:. d7
Las negras no pueden defenderse con­
tra las diversas amenazas de las blancas, y
se rindieron en la j ugada 46.
***
En e l Campeonato Mundial 2000 d e l a
FI DE, con u n nuevo sistema competitivo
(eliminatorias por K.O., con partidas rápi­
das de 25 minutos, en caso de desempate),
Xie J un se enfrentó a Qin Kanying en una
final china.
Xie Jun j ugó un total de 15 partidas
en el t o r n e o , y no perd i ó n i n g u n a de
e l l as . E n tanto que campeona v i gente,
afrontó el certam en con tran qui lidad y
coraj e. Con un sistema por eliminatorias,
la apuesta es muy alta en cad a partida.
E L NUEVO MILENIO 269
Xie J un ofrece un buen ej emplo de res­
peto a sí misma, autodominio y autosupe­
ración, a todas las aspirantes al Campeo­
nato Mundial.
En cuartos de final, Xie J un venció a
N atalia Zh ukova, la mejor j ugadora de
Ucrania. Después le dijo a los periodistas
que consideraba ese match como la verda­
dera final.
Blancas: Xie Jun (China)
Negras: Natalia Zhukova (Ucrania)
Campeonato Mundial FIDE, 2000
Defensa Francesa
1 e4 e6 2 d4 dS 3 lt:Jd2 a6 4 �d3 lt:Jf6 S eS
tt:Jfd7 6 tt:Je2 eS 7 e3 tt:Je6 S 0-0 �e7 9 tt:Jf3
iVb6 10 �e2 lt:Jf8 11 dxeS �xeS 12 lt:Jed4
�d7 13 n et l:l eS 14 h4 iVe7 1S tt:Jb3 �e7
16 � f4 lt:J g6 17 � g3 'iVdS lS hS tt:J h4
19 tt:Jfd4 tt:Jxd4 20 tt:Jxd4 g6 21 iVd2 tt:JfS
22 � xfS gxfS 23 �f4 ll gS 24 ll e3 �h4
2S ll h3 ll g4 26 tt:Jf3 �e7 27 ll g3 ll xg3
2S �xg3 �e6 29 �f4 �d7 30 tt:Jd4 �g8
31 b4 �a4 32 l:l e1 �eS 33 f3 l:l e4 34 ll bl
bS 3S <it>h2 �dS 36 .ld el �b6
248
La última j ugada negra parece haber
sido fruto de la precipitación. En realidad,
es una mala jugada. Lo correcto debe ser
270 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
36 ... Jlc7, que priva al oponente de la po­
sibilidad de efectuar una ruptura, y en tal
caso a las blancas les resultaría muy difícil
demostrar que tienen ventaj a.
Con 36 . . . ilb6, las negras amenazan
con cambiar alfil por caballo, abriendo la
columna c. Si logran hacerlo, la posición
será favorable a las negras. En este mo­
mento, Zhukova debe h aber estado so­
ñando. Seguramente no pensaba que las
blancas podrían encontrar una buena con­
tinuación . . .
37 tt:Jxf5!!
Una verdadera bomba. Zhukova que­
da aturdida, pero comprende que algo ha
ido mal. Nunca esperó que Xie J un sacrifi­
case el caballo. El reloj de su lado le indica
que debe decidirse pronto. No tiene posi­
bilidad de captar las intenciones de su ri­
val.
37 exf5
...
Las negras no pueden sino aceptar el
sacrificio. Después de 37 ... � d7 38 tt:J d6
l:l c6 39 tt:J e4 Jl d 8 40 tt:J c5 + � e8 4 1 c4
l:l xc5 42 bxc5 b x a 4 43 'iV b4 Jl c6 44
'lib8, quedan, de todos modos, con una
posición perdida. Si toman el caballo, tal
vez su oponente se equivoque en algún
punto . . .
38 e6
Tal vez Zhukova esperaba 38 'iVxd5
l:l xf4 39 'iVc6+ � e7 40 'iVd6+ � e8, con
tablas por j aque perpetuo.
Xie Jun, en cambio, avanza su peón e.
El análisis post mortem de esta posición
demostró que las negras no pueden evitar
perder. Tenemos q ue agradecerle a Xie
Jun su certera evaluación y sus precisos
cálculos.
38 d4
...
Las blancas ganan también en caso de
38 . . . fxe6 39 'iVxd5 ri;; e7 40 Jlg5 + 'lixg5
41 l:l xe6+ � f8 42 'li'd6+ � g7 43 l:l e7 +
'li'xe7 4 4 'iVxe7+ � g8 4 5 h6.
39 exf7+ �xf7 40 'lie2 Jlc7
Las negras no pueden h acer nada por
impedir la derrota. Con poco tiempo, reti­
raron torpemente su alfil, y a continuación
se rindieron, a causa de 41 'li'e7++.
Para los extranj eros, Qin Kanying re­
sultó una inesperada finalista. Sin embar­
go, había ganado el Campeonato de China
en 1 988, con sólo catorce años. Es la cam­
peona más joven en la historia del ajedrez
chino, y ha ganado el Campeonato Nacio­
nal en cuatro ocas.i ones. En 1 991 se metió
entre l a s ocho mej ores d e l m u n d o . E n
años recientes ha s i d o desafortunada en
las competiciones prel iminares, clasifica­
torias para la Olimpiada y, en consecuen­
cia, es menos conocida por el público aje­
drecista. Esta vez, sin embargo, el éxito le
sonrió por completo. De rrotó a M asha
K l i n o v a ( I s r a e l ) , K e t e v a n A r aj a m i a
(Georgia), Ketino Kachiani (Alemania),
Corina Peptan ( Rumanía) y Alisa Maric
(Y ugosl avia) . G racias a su actuación, el
público la ve ahora baj o una n ueva luz.
Pero lo cierto es que la gran hazaña de
Qin Kanying no fue accidental. Es la con­
secuencia de lo que siempre le he dicho a
mis j ugadores: el resultado de hoy es l a
consecuencia del duro trabajo d e ayer, y el

resultado de mañana será la consecuencia
de los esfuerzos de hoy.
Blancas: Qin Kanying (China)
Negras: Corina Peptan ( Rumanía)
Campeonato Mundial FIDE, 2000
Defensa Siciliana
1 e4 c5 2 l2J f3 l2J c6 3 � b5 d6 4 � xc6+
bxc6 5 0-0 g6 6 l:[ el �g7 7 h3 e6 8 c3 l2Je7
9 d4 cxd4 10 cxd4 0-0 1 1 l2Jc3 l:[ b8 12 l:[ bl
W/ic7 13 �f4 l:[ d8 14 'iVc2 iYa5 15 e5 d5 16
�g5 l:[ e8 17 l2Ja4 l:[ b4 18 b3 iYc7 19 'ib'd2
a5 20 l2J c5 l2J f5 21 a3 l:[ b5 22 g4 l2J e7 23
� f6 �f8 24 <tt> g2 h6 25 h4 <tt> h7 26 :¡:¡ hl
�g7
Las n e g r a s se e n c u e n t ra n b aj o u n a
fuerte presión y difícilmente tienen espa­
cio para maniobrar, de modo que carecen
de contraj uego. Mirando a la posición del
diagrama, puede resultar difícil de creer
que Peptan haya vencido a Chiburdanidze
e I oseliani. En esta partida no j ugó bien la
fase apertura/medio j uego.
27 l2J g5+!
El caballo da jaque en una casilla en la
que puede ser captu rado, pero no se trata
realmente de un sacrificio típico de ata­
que. Para las negras es fácil ver las canse-
EL NUEVO MILENIO 271
c u e n c i a s de l a c a p t u r a : 2 7 . . . h xg5 28
hxg5+ <tt> g8 29 'i!Vf4, amenazando 30 �xg7
o 30 'J/Iih2, y dejando a las negras indefen­
sas ante el mate. Por consiguiente, en res­
puesta a 27 l2J g5+, las negras tienen que
retirar su rey a g8. ¿ Fue, entonces, inútil el
j a q ue de caba l l o ? N o , en abso luto. A l
obligar a l rey a retroceder a g8, l a s blancas
han i mpedido el plan contrario de j ugar
... l2Je7-g8 para reforzar la defensa.
27 ... <tt> g8 28 l:[ h3! 'iVa7
El caballo sigue sin poder capturarse:
28 ... hxg5 29 hxg5 l:[ xc5 30 l:[ bh 1 �xf6
(o 30 ... <tt> f8 3 1 :¡:¡ h7) 3 1 gxf6, y las blancas
ganan.
29 l:[ cl
I mpidiendo que las negras sacrifiquen
torre en eS por caballo y peón. Qin Kan­
ying no quiere concederle a las negras nin­
guna posibilidad de j uego activo.
29 �f8 30 h5 gxh5
•••
Después de 30 ... hxg5 31 W/ixg5, las ne­
gras pierden aún más rápidamente.
3l l2Jf3 hxg4
El peón de g4 ataca a la torre y el caba­
llo enemigos. Tal vez las negras piensan
que Qin Kanying j ugará 32 ld g3.
32 l:[ xh6! l2Jg6
Después de 32 ... gxf3+ 33 <tt> xf3 �g7
272 LA ESCUELA C H INA DE AJEDREZ
34 .ld ch 1 lt:J g6 35 �g5, o 35 � h8+ .txh8
36 � xh8+ lt:J xh8 37 'ii' h 6, l as negras no
pueden evitar la derrota.
33 lt:Jh4
Las blancas, por supuesto, también po­
dían j ugar 33 id eh 1 , creando una red de
mate, como en la nota anterior.
33 � xcS 34 dxcS 'iVb7 3S lLJ xg6 fxg6
•..
36 kt h8+
Las negras se rindieron.
ZHANG PENGXIANG ELIMINA A
KARPOV
El resto de este capítulo ofrece algunos
grandes logros de los j ugadores chinos du­
rante el año 2001 .
Para empezar, debo mencionar la ex­
celente actuació n , en marzo , de Zhang
Zhong, al compartir victoria en el Natio­
nal Open de E E U U , en Las Vegas. No
obstante, el espectáculo más sobresaliente
se celebró en Moscú. En la primera ronda
del Campeonato Mundial FI D E, organi­
zado por sistema K.O., Zhang Pengxiang
se enfre n tó al excampeón del m u n d o ,
Anatoli Karpov. Me parece que pocos es­
taban interesados en ver las partidas entre
estos dos contendientes.
Zhang Pengxiang nació en Tianjin en
1 980. Se convirtió en gran maestro t res
m eses antes d e l Campeonato M un d i a l
2001 . Por entonces s u Elo era d e 2550. E l
foso entre él y Karpov podría describirse
como amplio, aunque este último h abía
perdido varios puntos, situándose en los
2690. Alguien me preguntó: " ¿Qué signifi­
ca una diferencia de 1 40 puntos Elo? Kar­
pov está considerado un j ugador de pri­
mera fila mundial. ¿Qué puede decirse de
Zhang?" Era difícil responder a este tipo
de pregunta, ya que no hay una forma sen-
cilla de j uzgar el nivel de un j ugador, ba­
sándose exclusivamente en cifras aritméti­
cas.
El encuentro entre los dos j ugadores
consistía en cuatro partidas en dos días:
dos partidas regulares, más dos rápidas.
Del total de 1 48 j ugadas de estas cuatro
partidas, Karpov no realizó una sola que
mereciese un signo de admiración. Su eli­
minación del torneo fue una sensación pa­
ra los medios i nformativos y ocupó los ti­
tulares de muchos diarios. Durante mucho
tiempo, el m undo del ajedrez debatirá la
cuestión de cuál fue la causa de la derrota
de Karpov. Durante un largo período de
tiempo, se le consideró casi invencible, y
seguía siendo muy fuerte hasta el M undial
de Moscú.
Hacer tablas en ambas partidas "regu­
lares" fue el primer paso hacia el éxito de
Zang Pengxiang. Por entonces, sin embar­
go, era imposible saber cuál de los conten­
dientes estaba mejor preparado para dis­
putar las partidas rápidas.
Blancas: Zhang Pengxiang (China)
Negras: Anatoli Karpov ( Rusia)
Moscú, 27 noviembre 2001
Campeonato M undial F I D E (desempa­
te, l .a)
Giuoco Piano
1 e4 eS 2 lt:J f3 lt:J c6 3 .t c4 .t eS 4 c3 lt:J f6
S d3 d6 6 0-0 0-0 7 .tb3 a6 8 lt:Jbd2 .te6
Es difícil decir si esto es mejor o peor
que 8 ... .t a7, como se j ugó en la primera
partida "regular". Karpov prefiere variar
su apertura.
9 lt:Jc4 .ta7
La elección natural es 9 . . . b5 1 O lt:Je3
iVd7 1 1 � e l aS 1 2 a4 b4 1 3 .txe6 fxe6 1 4
d 4 exd4 1 5 cxd4 .t a7, cuando las negras
no tienen de q ué preocuparse. Aunque la

posición está igualada, las negras deberían
tener más opciones que las blancas.
10 ..tg5 h6 11 ..th4 <ii? h7
Es demasiado pronto para enj uiciar a
esta j ugada y decidir si es mejor que cual­
quier otra. Pero lo cierto es que en esta j u­
gada normal ¡ Karpov invirtió diez min u­
tos ! É ste fue su primer error en el camino
hacia la derrota. Más tarde, tendría un se­
rio h ánd icap con los apuros de tiempo.
Una cómoda línea era 1 1 ... g5 12 ..tg3 g4
1 3 l2J e 1 l2J h5 1 4 l2Jc2 l2Jxg3 1 5 hxg3 'li'g5
1 6 l2J 4e3 ..t d7 1 7 l2J d5 � ac8, con igual­
dad.
12 l2J e3 � g8
Las negras no ocultan sus ambiciones
en el flanco de rey. Karpov, por supuesto,
sabía que no tenía posibilidades reales allí,
pero tal vez q uería "encender" el tablero y
retar a su oponente a j ugarse el todo por
el todo.
13 d4
Las blancas tienen que actuar en e l
centro para apoderarse d e la iniciativa. De
ahora en adelante, la partida se convierte
en una batalla de muchas operaciones tác­
ticas con carácter semiforzado.
13 exd4 14 cxd4 ..txb3
•..
Si 1 4 . . . g5 , entonces 1 5 d5 ..t xe3 1 6
EL NUEVO MI LENIO 273
dxe6, y las blancas tienen ventaja, como
después de 1 6 . . . fxe6 1 7 � d3 rJ;;; g7 1 8
�xe3 gxh4 1 9 ..txe6 � e8 20 ..tf5, el flan­
co de rey negro salta.
15 'li'xb3
A hora la dama blanca plantea un ata­
que doble a b7 y f7 (las cosas serían distin­
tas, con la torre en f8, y no en g8). Ade­
más, existe la amenaza e4-e5.
15 ... t2Jxd4?
Como tentativa para sacudirse la pre­
sión, las negras podían j ugar ... g7-g5, l ibe­
rándose de la clavada. Pero Karpov segu­
ramente percibió el riesgo de esa j ugada.
El o rdenador analiza 1 5 . . . g5 1 6 e5
gxh4 1 7 'iVxf7 + b! g7 1 8 iVxf6 t2J xd4 1 9
t2Jxd4 ..txd4 20 'iVxd8 � xd8 21 l2Jf5 � g4
22 h3 � f4 23 l2J xd4 � xd4, y considera
q ue las blancas están mejor. En realidad,
el final está igualado.
Al programa de ordenador se le esca­
pa algo, ya que tras 1 5 . . . g5 las blancas
pueden j ugar la simple 1 6 ..tg3. Entonces,
1 6 . . . l2Jxe4 es mala, en vista de 1 7 �xb7
¡v e8 1 8 t2J d5 ..t b6 1 9 t2J xc7 ..t xc7 20
� acl � a7 21 'li'xc6 f5 22 h3 f4 23 ..t h2
�xc6 24 � xc6, y las blancas van por de­
lante. La única otra opción es 1 6 ... 'i1'd7 1 7
e 5 l2J h5 1 8 d 5 l2Jd8 1 9 'li'd3+ rJ;;; h 8 2 0 'iVc3
274 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
l::t g7 21 l:I fe 1 , con una importante ventaja
blanca.
16 tt:Jxd4 �xd4 17 tt:J f5
É sta es una partida rápida, de modo
que los errores son inevitables. ¿Qué pa­
saría si las blancas jugasen 1 7 'ii'd 3?
(a) 17 ... g5 1 8 e5+ l:I g6 19 'ii'x d4 dxe5
20 'ii'x d8 l:I xd8 21 �g3. Con pieza de me­
nos, las negras no pueden resistir mucho
tiempo.
(b) 17 ... �xe3 18 e5+ �h8 1 9 exf6 g5
20 'ii'xe3, y las negras no pueden tomar el
alfil en h4, debido a 21 'iYxh6++.
Es muy raro que Karpov le conceda a
su oponente una posibilidad así.
17 ... �b6 18 'ii'xt7
Las b l ancas con seguían m á s con 1 8
ll ad 1 ll e8 1 9 ll fe 1 ll e5 20 l:l e2.
18 ... 'ii't8 19 'ii'c4 ll e8 20 ll ae1
En este momento varias piezas blancas
se encuentran descoordinadas, aunque ese
tipo de descoordinación no tiene por qué
ser decisivo en una partida con sólo 1 O se­
gundos para cada j ugada.
(Ver diagrama 255.)
La tentativa directa 20 ... ld xe4? (espe­
rando 21 !! xe4 d5) no es buena, ya q ue
tras 21 'iYc2! , la siguiente línea es forzada:
2 1 . . . g6 22 !! xe4 ttJ xe4 23 lZJ e 7 ttJ xf2 24
'ii'e 2 n g7 25 tt:J d5 tt:J h3+ 26 � h 1 l:I f7 27
tt:Jf6+ � g7 28 gxh3 �d4 29 tt:Je8+ �h8 30
�f6+ �xf6 3 1 'ii'e6 ll e7 32 'ii'xf6+ 'ifxf6
33 lZJ xf6 c6 (o 33 . . . l:I e2 34 b3 r:t; g7 35
tt:Jd5) 34 ll g1 � g7 35 tt:Jh5+ r:tl h7 36 tt:Jg3,
y las negras tendrán que luchar muy duro
para lograr unas tablas.
La j ugada correcta es 20 ... g6. Enton­
ces, después de 21 tt:J d4 !! xe4 22 !! xe4
tt:Jxe4 23 ll e1 'ii'f4 24 tt:Jf3 ld e8, las negras
tienen ventaj a.
20 g5•••
Karpov quiere tomar ahora el control
de los acontecimientos.
21 �g3 tt:Jxe4 22 tt:Jxh6
No hay vuelta atrás. Esta arriesgada
captura ilustra la enorme diferencia entre
partidas rápidas y normales. U n a m a l a
elección es 2 2 n xe4 'ii'xf5 2 3 n xe8 1l xe8,
cuando las blancas tienen un peón menos,
sin compensación suficiente.
(Ver diagrama 256.)
22 ...r:t;xh6
M uy extraño. ¿ Cómo puede Karpov
s e r t a n a m i g a b l e ? ¿ Po r q u é n o 22 . . .
tt:Jxf2? Las blancas no tienen más alterna­
tiva que 23 'iYxg8+ 'iYxg8 24 tt:J xg8 ld xe 1
2 5 !! x e 1 lZJ d3+ 2 6 r:t; f 1 lZJ x e 1 2 7 lZJ f6+

256
� g6 28 l2Jd5 l2Jd3 29 l2Jxb6 cxb6 30 Axd6
l2Jxb2, y tal vez las blancas tengan alguna
posibilidad de tablas.
23 � xe4 'iVf5 24 .a. xe8 � xe8 25 h4
257
Aunque el refugio de su rey ha sido
destruido, las negras pueden mantener el
equilibrio gracias a sus activas piezas.
25 g4?!
...
U n a l ín e a m ej o r e s 2 5 . . . g x h 4 2 6
'ib'xh4+ t:Ji;g7 2 7 Af4 la e2 2 8 'i:Vg3+ (no 28
Ae3? � xe3) 28 ... 'iVg6, cuando las negras
no tienen problemas.
26 Af4+ � h7 27 Ae3 � e4 28 'iVb3 Axe3
O bien 28 . . . 'iV e6 29 'iVxe6 .a. xe6 30
A xb6 cxb6 31 ld d1 b5 32 t:Ji; f1 � h6 33
� d4 t:Ji; h5 34 � d5+ t:Ji;h6 35 g3, y las blan-
EL NUEVO MILENIO 275
cas ganarán, creando peones pasados y
unidos en el flanco de rey.
29 fxe3 'iVe6 30 'iVxb7?!
Las b lancas ganan fácilmente con 30
'iVxe6 .a. xe6 31 .a. f7 + � g6 32 ld xc7 g3 33
.a. xb7 .a. xe3 34 � f1 � h5 35 ld h7+ � g4
36 h5 � e5 37 h6 .a. h5 38 ld h 8 a5 39 h7
�h4 40 �e2.
30 ... ld xe3
El ordenador sugiere 30 ... !:t c4! ? , pero
d e sp u és de 3 1 'i:V b3 g3 32 e4 'iV xe4 33
'iVxg3 'iVd4+ 34 'i:Vf2, las negras tienen se­
rios problemas.
31 'i!ixe7+ <i.t>g6·
Las blancas tienen un peón de ventaja,
pero la victoria está lejos, pues las negras
amenazan con j ugar ... g4-g3.
258
32 'i:Vc2+
O bien 32 iVd8 g3, con una posición si­
milar a la del diagrama 259.
32 'i:Ve4?!
.•.
Un reflejo, el tipo de error característi­
co del ajedrez rápido. Las negras no debe­
rían cambiar damas, antes de que su peón
llegue a g3. Una mej or tentativa es 32 ...
t:Ji; g7 3 3 'iV f2 g3 34 'i:V f8 + � g6 35 'i:V f4
ld d3 !
3 3 'i:Vt2?!
Después de 33 'iVxe4+ ld xe4 34 <i.t> f2,
276 LA ESCUELA C H INA DE AJEDREZ
las blancas ganan sin mayores d ificulta­
des.
33 'iVe6 34 'iVf4 � eS?
000
¿Amenazan las b lancas algo más que
j aq ue en g5 ? E l j aque no es terrible. No
entiendo por qué Karpov retiró su torre:
ésta es la j ugada perdedora.
En caso de j ugarse la alternativa 34 ...
g3 ! ? , ¿ qué podría pasar?
259
¿ Pueden ganar las blancas? Le he de­
d icado u n i n terminable estudio a esta
posición. Las blancas tienen numerosas
amenazas, pero las negras siempre pare­
cen sobrevivi r . Por ej emplo: 3 5 � g5 +
<;t> h 7 3 6 h 5 � d 3 3 7 <;t> h 1 d 5 3 8 ¡vf4 �e8
39 'iVg4 � h8 40 h6 'iVe7 41 'iVf4 � e3 42
� g l � h7 43 iVf5+ � xh6 44 'ii' x d5 � e l
45 'iVd2+ iVe3+ 46 �xe3 + � xe3 47 b4
� e2 48 l:. al � b2 49 a3 � g5 , q ue con­
duce a tablas.
Ahora le planteo la pregunta a mis lec­
tores. Espero que encuentren la solución
acertada. En cuanto a la presente partida,
no hay nada más q ue decir, pues las ne­
gras han dejado escapar su última oportu­
nidad.
3S �h2 aS 36 � dl dS 37 � d4 (es más sutil
37 � d3 ! ? ) 37 000 � hS 38 'iVf8 � xh4 39
'iVh8+ �gS 40 �g7+ �hS 41 l:t xg4 'iVxg4
42 'iVxeS+ � g6 43 'iV g3 � fS 44 'iVxg4+
<;t>xg4 4S �gl
Las negras se rindieron.
En la segunda partida rápida, Karpov
perdió por tiempo en posición igualada.
Por lo visto, fue derrotado no por Zhang
Pengxiang, sino por sí mismo. De lo q ue sí
estoy seguro es de que Zhang Pengxiang
j ugó muy bien en el match. Su valor mere­
ce ser alabado. M ás tarde , en m arzo de
2002, se anotó una clara victoria en el co­
nocido Open de Linares ( España), con 8
puntos de 1 O partidas. Así pues, su victoria
sobre Karpov tal vez no fuese accidental.
ZHU CHEN, NUEVA CAMPEONA
MUNDIAL
Zhu Chen hizo gala, por primera vez, de
su talento, al ganar el título de Campeo­
na M undial Femenina sub 1 2. Más tarde,
en 1 993 , a los 1 7 años, ganó el M undial
Juven il Femenino (sub 20), que volvió a
ganar en 1 996. Al imponerse en el match
por el máximo título femenino y procla­
m a rse Campeona M undial absol uta de
muj eres, completó el grand slam, estable­
ciendo un nuevo récord, al ser la primera
muj e r en la h istoria del aj edrez que h a
ganado títulos mundiales infantiles, j uve­
niles y adultos.
Aunque Zhu Chen estaba considerada
muy fuerte tras su victoria en el M undial
Juvenil, su camino hacia la corona absol u­
ta no fue precisamente de rosas. Fue muy
distinto al de otras grandes j ugadoras, co­
mo Chiburdanidze o Xie Jun, que no tu­
vieron grandes rivales que afrontar en el
primer ciclo de sus respectivos campeona­
tos: ambas se clasificaron fáci lmente en
zonales, internzonales y torneo de Candi­
datas, antes de conq uistar el trono en la
 EL NUEVO MILENIO 277

Final. Zhu Chen fue detenida tres o cua­

tro veces en el camino. Por fortuna para
ella, sus reveses resultaron ser una fuente
alimentadora de su fuerza. En China hay
un proverbio popu l ar: " E l fracaso es l a
madre del éxito." En el caso d e Zhu Chen,
desde luego, se cumple.
El camino de Zhu Chen hacia la victo­
ria, en el Campeonato M undial de 200 1 ,
fue muy duro. Las seis contendientes, ex­
cepto la primera, eran j ugadoras de elite.
Contra las cinco últimas disputó 25 parti­ 260

das, algunas de ellas de gran intensidad. El

principal factor de su triunfo no fue tanto
su técnica -sólo ligeramente superior a la
de sus colegas- como su gran actitud men­
tal, forjada a lo largo de los 1 8 años de su
carrera ajedrecística.
A l e x a n d ra Koste n i u k , la oponente
de Zhu Chen en la final, era una prome­
tedora estrella. H abía eliminado a varias
j ugadoras fam osas del torneo, incluidas
H oang Thanh Trang (Vietnam, Elo
2429) , G al liamova ( Rusia, 2505 ) , Skrip­
c h e n k o ( M o l d a v i a , 2497) y Xu Y u h ua
( C h i n a , 2473 ) . Considerando q u e sólo
t e n ía 1 7 años, estos resultados fueron
sensacionales.
Las cuatro primeras partidas del en­
cuentro entre Zhu Chen y Kosteniuk fina­
lizaron en empate (2-2). La única explica­
ción para la derrota de Zhu Chen en la
primera es que su alma ajedrecistica estaba
ausente.
Lamentablemente, Zhu Chen no percibió
el inminente peligro, tal vez debido a la fa­
tiga. La partida concluyó así: 41 ... c3? 42
.,td5+ ri;; h8 43 .,te6 iVb4 44 iVc6 r:J;; g7 45
iVd6 l2Jd7 46 .,txd7 l:i xe3 47 .,te6 l:i xe6
48 fxe6 �aS 49 iVd7+ ri;; h6 50 e7
Las negras se rindieron .
Partida n.0 2
Blancas: Zhu Chen
Negras: Alexandra Kosteniuk
En la segunda partida Zhu Chen buscó
la victori a a toda costa, sacrificando un
peón y provocando complicaciones. Des­
pués de la jugada 32 de las blancas, surgió
la posición siguiente:

Partida n.0 1
B !ancas: Alexandra Kosteniuk
Negras: Zhu Chen

(Ver diagrama 260.)

La única respuesta de las negras a la

amenaza .,te4-d5+ y .,td5-e6 es 41 ... ri;; g7.
278 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
Las piezas negras se encuentran atas­
cadas. No h ay forma de salvar el caballo
de e5. En este punto, la última opción de
las negras es intentar 32 ... iVd7 33 Jtxe5
Cjj xe5 34 � xe5 � xe5 35 iVxe5 iVxa4+
36 {jj a2 Jt d3 37 .t f7 Jt xc4 38 b3 'ib'xb3
39 VJJie7 Jtxf7 40 'ifxf8+ Jtg8.
Una curiosa posición. Las blancas tie­
nen torre de ventaj a pero . . . ¿pueden ga­
nar? En mi opinión, la respuesta es difícil
de encontrar, ya sea durante la partida o
en los análisis post mortem. En la partida
Zhu Chen fue recompensada por los ries­
gos en que había incurrido:
32 ... iVc7 33 � de2 ( +-) 'iVd7 34 Jt xe5
Cjj xe5 35 � xe5 'iVxa4+ 36 {jj a2 � xe5 37
'ifxe5 Jtg6 38 'li'd6 � eS 39 � xe8+ ¡yxe8
40 Cjj c3 h5 41 'ib'xb6 a4 42 'iYe6
Las negras se rindieron.
Partida n.0 3
Blancas: Alexandra Kosteniuk
Negras: Zhu Chen
La tercera partida fue excelente. E n
general, e n la Siciliana l a s blancas deben
imped ir el avance contrario . . . d6-d5. No
está claro si Kosteniuk omitió o subestimó
esta ruptura central.
En la posición del diagrama, las negras
acaban de j ugar 16 d5 .•.
17 f5 � c8 18 c3 dxe4 19 'iVe3 .teS
Un programa de ordenador indica q ue
1 9 ... Cjj c5 le concede a las negras ventaj a
decisiva. S i n embargo, después d e 2 0 fxe6
fxe6 21 Cjj bd4 'ib'b6 22 <it> b 1 bxc3 23 {jj xc3
Cjj d 3 24 {jj a4 'li'a7 25 Jtxe6, la posición es
confusa.
20 Cjj xc5 Cjj xc5 21 fxe6 fxe6 22 � hfl � f8
23 Jtg4?
Esta j ugada no conduce a nada. Las
b l a n ca s d e b e n j u g a r 2 3 � xf8 + <it> xf8
24 <it> b 1 , que no es fácil para las negras.
23 ... � xf1 24 � xfl iYa5
Las negras tienen una posición gana­
dora. Las blancas se rindieron después de
36 j ugadas.
Partida n.0 4
Blancas: Zhu Chen
Negras: Alexandra Kosteniuk
(Ver diagrama 264.)
La cuarta partida fue un desastre, te­
niendo en cuenta que Zhu Chen rara vez
pierde con blancas, y que estaba tan cerca
de conseguir el título.

La posición del diagrama está iguala­
da. Los pensamientos de Zhu Chen esta­
ban ocupados por la idea de hacer tablas,
pues con m e d i o p u n to se proc l a m aría
Campeona del M undo. Pero en este mo­
mento perdió la paciencia y j ugó de forma
descuidada.
Tres turnos antes, las blancas h abían
l l evado s u dama a c3 , propon iendo un
cambio, y en cada ocasión las negras h a­
bían respondido retirando su propia da­
m a . E n tonces, s i n e m b a rgo , l as torres
blancas no estaban dobladas en la colum­
na e, ¡ lo que significa una gran diferencia !
Z h u Chen ni siquiera pensó u n segundo.
En lugar de 40 iVd2, con igualdad, j ugó su
d a m a a c3 por cuarta vez:, y recibió un
shock por respuesta.
40 'iYc3? tt:'Jb3!
¡ O h ! La corona sigue estando lejos.
41 'ii' xb3?
Lamentando su ú l t i m a j ugad a , Z h u
Chen no logró mantenerse tranquila. Ha­
bía una sorprendente defensa en la línea
41 'iYd3 'ii' x c1 + 42 l:. xc1 l:. xcl + 43 �fl
tt:'Jc5 44 iVa3 tt:'Je4 45 tt:'Jd3, cuando la vic­
toria de las negras dista de ser fácil.
41 ¡vxb3 42 axb3 l:. xc2 43 l:. xc2 l:. xc2
...
Las blancas se rindieron en la j ugada
57. En esta partida Kosteniuk supo apro-
EL NUEVO MILENIO 279
vechar la oportunidad que se le brindaba,
pese a encontrarse a un punto en el mar­
cador.
El curso de la primera y cuarta parti­
das demostró que en una posición más o
menos igualada, Kosteniuk podía apode­
rarse de la i n iciativa por d i versos me­
dios: esperando, probando, simulando,
amenazando y "pescando" oportunida­
des de infiltrarse. É sta es su forma de j u­
gar: cuenta con una peligrosa arma invi­
sible, q ue pende sobre la cabeza de sus
oponentes.
Afortunadamente, quedaba un desem­
pate. D ios le permitió a Zhu Chen enmen­
dar su error.
El desempate consistía en cuatro parti­
das rápidas, con un tiempo de 20 minu­
tos/j ugador, más 5 segundos de incremen­
to por j ugada. El match finalizó con la vic­
toria de Zhu Chen por 3-1 .
Partida n.0 5
Blancas: Zhu Chen
Negras: Alexandra Kosteniuk
Como en la segunda partida, el truco
de sacrificar un peón resultó muy efecti­
vo. Las negras acaban de capturar un ca­
ballo en g5 , y las blancas han respondido
280 LA ESCUELA C H I NA DE AJEDREZ

tomando otro en g6. En la posición del Partida n.0 7

diagrama las negras fueron incapaces de Blancas: Zhu Chen
encontrar el cam i n o correcto, b aj o l a Negras: Alexandra Kosteniuk
presión del tiempo limitado. H ay una re­
gla para el ajedrez rápido: "cuanto más
natural sea una j ugada, t a n to m ej o r . "
Kosteniuk se pasó de lista y eso se volvió
contra ella:
19 ... 0-0-0?
Después de 1 9 . . fxg6 20 'iY xg5 0-0
.

21 l2Jxe6 l::t. fe8 22 �d2 'iYd6, el j uego está

igualado.
20 �xfi �f6 21 l2J xe6 'iJie7 22 � d2 g6
23 l2Jxd8! 'i'Vxd8 24 'i'Vg4+ �b8 25 �xb4
l2Jxb4 26 'iYxb4 y las blancas ganaron.

Partida n.0 6
Blancas: Alexandra Kosteniuk
Negras: Zhu Chen
La torre negra está atacada. Zhu Chen
podría j ugar 1 9 ... l2Jxb6 20 �xb6 'iJib8 y
admitir q ue las blancas están mejor. Este
tipo de pequeña desventaja no es dema­
siado serio en una partida rápida.
19 ... l2Jdf6?!
1ugando con fuego. Las negras pronto
serán castigadas.
20 l2J xc8 'iJixc8 21 �f3 hxg2 22 c4 \t> fi
23 c5 �xb3 24 cxd6 y las blancas ganaron.
Se ha producido una posición de do­
ble filo, en la q ue las blancas apuntan al
fl anco de rey, mien tras que las ne gras
m an iobran en el d e d a m a . Puesto q u e
l as blancas han emprendido acciones e n
e l cen tro, las negras deberán in iciar e l
contraataque lo antes posible, con 2 0 . . .
a4 ! ? , para eliminar el soporte d e l peón
c4. Q uizá las blancas sigan estando algo
mejor, pero tendrán que superar muchas
pruebas.
20 ... c5? ! 21 exd5 exd5 22 'iY xf5 � g7
23 'iYd3?
No es lo bastante incisivo. Mejor e ra
23 1:. a e 1 lb e4 24 fxe4 � xf5 25 exf5 � f6
26 �xd5 � c8 27 � g2, con ventaja deci­
siva.
23 ... � d8 24 � fe1 dxc4 25 bxc4 R xd4
26 'iYc2 �d6 27 l2J g4 'iYg6 28 'iYb2 l2J d7
29 � c3 � g8 30 � x d 4 cxd4 3 1 <it> b 1
�xc4? !
Mejor es 3 1 ... �c5.
32 'í:i'xd4 y las blancas ganaron.

Partida n .0 8
Blancas: Alexandra Kosteniuk
Negras: Zhu Chen
En la posición del diagrama, las blan­
cas conservarían ventaj a después de 20
� c2 � f7 2 1 � d 3 � h6 22 d6 � h4 2 3
� a c l �xf2+ 2 4 �xf2 Vi'g5 25 � e4. S i n
embargo, siguió:
20 d6? �h4
Ahora la ventaj a pasa a manos de las
negras.
EL NUEVO MILENIO 281
2 1 � c4 � xf2+ 22 'ik' xf2 'ik' g5 23 ll d2
l2J hf6 24 'iYel �f8 25 � e2 e4 26 fxe4 l2Je5
27 �c3
Tampoco 27 l2J d2 puede resolver el
problema. Las blancas están perdidas.
2 7 . . . l2J x e 4 2 8 'iY c 2 l2J f3 + 29 � fl
l2J x h 2 + 30 � e l l2J f3+ 3 1 � d l hxg2
3 2 'iV x e 4 g l 'iY + 3 3 � c 2 l2J d 4 + 3 4
l2J x d 4 'iY x d 4 3 5 � f l 'iY xe4+ 3 6 � xe4
'iV g2+
Las blancas se rindieron.
D esde el sacrificio de peón, en la ju­
gada 25, el ataque negro fue irresistible.
Esta partida selló, de forma convincente,
l a victoria de Zhu Chen en el Campeo­
nato M undial Femenino. Curiosamente,
n i nguna de l as ocho partidas del match
fue tablas. Puede que Kosteniuk se ha­
ya d icho a sí misma: "Yo no soy mala,
pero ¡ Zh u C h e n e s t a n buena e n aj e ­
drez rápido ! "
M á s tard e , e n e l G rand Prix F I D E ,
Zhu Chen sorprendió a todo e l mundo, al
derrotar al campeón mundial absoluto,
Ruslan Ponomariov.
282

10

LAS NUEVAS ESTRELLAS

¡LLEGA ZuAo XuE! 1 d4 f5 2 c4 l2Jf6 3 l2Jf3 g6 4 g3 !/ig7 5 !/ig2

0-0 6 b4

E
n la Olimpiada de 2002, celebrada
en Bled (Eslovenia), el equipo fe­
menino de China defendió con éxito
su liderato. Esta vez con la aparición en es­
cena de una nueva estrella. La cuarta j uga­
dora del equipo era una chica de 1 7 años,
que realizó el fabuloso resultado de ¡ 1 1 pun­
tos en 12 partidas! Su nombre es Zhao Xue.
El público puede preguntarse si su re­
sultado no habrá sido fruto de la suerte. Sin
embargo, la actuación de Zhao demostró
que j ustificaba todos los halagos. Poco des­
pués, ganó el M undial Juvenil Femenino,
en Goa (India) , con 8 partidas ganadas, 5
tablas y ninguna derrota. A comienzos de La idea de j ugar b2-b4 no se vio hasta
2003, encabezó h asta el final el torneo de 1 991 . Por entonces no se consideraba una
Cannes, en Francia, con 9 victorias en 9 buena j ugada, porque las blancas perdie­
partidas. Estas hazañas demuestran q ue ron l a partida. Sin embargo, cinco años
tiene por delante una prometedora carrera. después las blancas se tomaron la revan­
Comentaré a continuación dos parti­ cha. Durante el M undial Juvenil de 1 998,
das de los torneos mencionados, para fa­ la j ugadora china Xu Yuanyuan adoptó la
miliarizar al lector con su estilo de j uego. variante, en la partida contra la vietnamita
Hoang Thanh Trang. Hoang ganó no sólo
Blancas: Zhao Xue (China) la partida, sino también el título.
Negras: Kosintseva ( Rusia) Es interesante observar que, antes de
Goa ( India) 2002 2000, las blancas sumaron menos del 50%
Mundial Juvenil Femenino (7) en las 9 partidas en que se l legó a la posi­
Defensa Holandesa ción del diagrama. Pero las cosas cambia-

ron radicalmente más adelante, cuando
las blancas ¡ ganaron 1 1 partidas y 5 tablas !
No obstante, no podemos decir que la po­
sición del diagrama sea tremendamente
mala para las negras.
Según los tres principios E (estrategia,
estructura y espacio), la ventaja en el flan­
co de dama le asegura a las blancas una
ventaja duradera.
6 l2J e4
.•.
Hay 1 5 partidas en las que se jugó 6 ...
d6, 3 con 6 ... d5, 2 con 6 ... a5 y 6 ... c6. La
j ugada de esta partida, 6 . . . l2J e4 , se en­
cuentra en tres ocasiones.
7 �b2 b6
Desarrollar el alfil dama negro por b7
no es una idea n ueva, pero es la primera
vez que se j uega en una partida real. Una
posición fuera de la teoría siempre es un
reto para los dos j ugadores.
8 lL\fd2 �b7 9 l2Jxe4 �xe4 10 �xe4 fxe4
Creo que ambos bandos h an podido
prever l o que s ucedería . Sin e mb argo ,
puede que las dos j ugadoras tengan distin­
ta opinión al respecto. La joven rusa de 1 6
años , T . Kosintseva e s otro talento d e l
Reino d e l Ajedrez. Probablemente, e l l a y
s u e n trenador pensaban que había m u ­
chos factores favorables a l as negras: el
LAS NUEVAS ESTRELLAS 283
rey blanco no enrocado, el alfil desprote­
gido, los peones b y e "en el aire", y el re­
fugio debilitado del rey blanco. En conse­
cuencia , l as blancas debían andarse con
cuidado.
Así, la jugada normal de las blancas se­
ría 1 1 l2Jc3 , para atacar el peón de e4. Es
muy posible que los rusos hayan analizado
la línea en profundidad, durante la prepa­
ración casera, de ahí que Zhao Xue evita­
se 1 1 lLl c3 , pues no deseaba caer en l a
t r a m p a t e n d i d a p o r s u opon e n t e . P o r
ejemplo: 1 1 l2J c3 e 6 1 2 l2Jxe4 d 5 1 3 cxd5
exd5 1 4 'ifb3 lLl c6 1 5 ld d 1 � f7 1 6 lLl d2
�xd4, y las negras disfrutarían de una có­
moda posición.
11 'iVb3
Esta j ugada no le h ace daño a las ne­
gras, pero consolida el campo blanco. Una
vez que se h a protegido a los peones del
flanco de dama, las blancas pueden atacar
el peón de e4. Zhao Xue no elige la línea
1 1 l2Jc3 e6 12 e3, porque es demasiado ha­
bitual, y ella no quiere j ugar de forma ha­
bitual.
11 ... l2Jc6 12 e3 e6
Aquí podemos ver que las negras han
finalizado la apertura y que las blancas se
encuentran retrasadas en desarrollo. La
284 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
regla "ambos bandos no finalizarán al mis­
mo tiempo la apertura" es muy práctica.
Prosigamos con la partida. Las blancas
tienen dos alternativas: 1 3 0-0 y 1 3 tiJd2.
En realidad, no importa cuál de ellas eli­
jan. Las negras continuarán con 13 ... 'iYg5:
(a) 1 3 0-0 'iYg5, cuando lo mejor para
las blancas es 14 tiJd2.
(b) 1 3 tt:J d2 'ik'g5 , cuando las blancas
no deben j ugar 1 4 0-0. En l ugar de ello,
deberían j ugar 14 a3, para emprender al­
guna acción en el flanco de dama. Así, 1 3
tiJ d2 e s más flexible que 1 3 0-0. Pero lo
normal es que las j ugadoras femeninas no
piensen en términos estratégicos. Sólo un
recordatorio para todas ellas: no realicen
j ugadas sólo porque h ay que finalizar la
apertura.
13 0-0 iVg5
El flanco de dama es el mundo de las
blancas, de modo que las negras se vuel­
ven hacia el flanco de rey. Las negras con­
fían en algunos golpes tácticos.
14 tiJd2
14 ... tt:Jxd4
¡ Oh ! ¿Cómo puede ser esto posible?
Tal vez las blancas lo han omitido al jugar
13 0-0.
15 �xd4 �xd4 16 tt:Jxe4 'iYf5 17 � ad1
La p o s i c i ó n e s t a r ía m á s o m e n o s
igualada después d e 1 7 exd4 'iY xe4 1 8
'iVe3. D ifícilmente puede decirse que 1 7
� ad1 sea la mejor alternativa. Nadie sa­
be si Zhao Xue estaba siendo demasiado
o p t i m i s t a o s i s e e n c o n t r a b a un poco
nerviosa.
17 ... �g7 18 tt:Jc3
273
D ado que el alfil es un poco mejor que
el caballo, las negras tienen alguna ventaj a
e n la posición del diagrama. H asta ahora,
Kosintseva h a j ugado perfectamente.
18 ... �xc3?!
M e imagino que el entrenador de Ko­
sintseva h abrá recibido u n shock al ver
esta j ugada. Por supuesto, la idea de ob­
tener unas tablas era más que comprensi­
ble para las negras, pero las cosas no son
tan fáciles. Obviamente, Kosintseva h ará
algo por reforzar su fue rza m e n t a l . En
cierto modo, el valor es más importante
que la estrategia. La línea n atural, 1 8 . . .
d6, hubiera sido m uy buena para las ne­
gras.
19 'iYxc3 d6
(Ver diagrama 274.)
Parece que la posición estuviera igua­
lada para ambos bandos. Pero por debajo
 L A S NUEVAS ESTRELLAS 285

más preciso. Normalmente, ese tipo de

análisis es como un hobby para profesio­
nales, que no interesa a los aficionados.
En realidad, las negras pueden seguir va­
rios consejos, pero en la práctica resulta­
rá difícil que sobrevivan en el tablero.
22 l::t bl l::t ab8 23 l::t b3
La l ín e a d i recta 23 l::t x b8 � x b8 24
'i:Va5 l::t bl desembocaría en unas tablas.
23 ... c6 24 'iV aS l::t xb3 2S axb3 'iV f7
26 'li'a6 'li'c7 27 l::t al l::t f7
274

de la superficie, las negras tienen más de­

bilidades que las blancas. É ste es un mo­
mento crítico, pues las damas siguen sobre
el tablero.
El mejor programa de ordenador su­
giere 20 f4 y 20 f3 para las blancas, y eva­
lúa la posición como absolutamente igua­
lada. No veo por qué motivo llega a esa
con c l u s i ó n . N in g ú n j ugador a nivel de
m aestro estaría de acuerdo con esa eva­
luación.
20 eS!
Aquí se manifi esta el estilo de Zhao Es fácil ver que las negras están aboca­
Xue: no tiene miedo. Puede sacrificar un das a una penosa defensa. Además, las ne­
peón en una posición así de medio juego, gras han renunciado a sus intenciones de
con piezas mayores. Nunca quiere realizar contraataque, porque podrían haber juga­
j ugadas ordinarias. Por otro lado, rara vez do 27 ... 'li'f7, en lugar de 27 ... l::t f7, que es
incurre en riesgos, porque el peón puede demasiado pasiva. Tras haber dejado es­
recuperarse fácilmente. Prefiere mantener capar esa oportunidad, la posición aún es
las cosas bajo control, como en el caso de más difícil para ellas. Ahora nada impedi­
este sacrificio: se trata de su estilo, no de rá a las blancas encaminarse por un sende­
inmadurez. ro ganador.
H ay una idea subyacente en esta juga­ 28 h4 eS 29 e4 d4 30 iVc4 'li'd7 31 <iii g2
da: l as blancas aprovech arán su ventaj a �g7 32 f3 l::t f8 33 'iVa6 l::t f7 34 b4 h6
d e espacio y destrozarán la estructura de (Ver diagrama 276.)
peones negros. Cuando el flanco de dama
esté abierto, la debilidad del flanco de Los programas d e o rd e n ador reco­
rey negro se pondrá de manifiesto. miendan 35 'li'c4 y 35 'li'd3. Pero Zhao Xue
20 ... bxcS 21 bxcS dS no deja escapar su oportunidad táctica.
Es difíci l afi rmar que 2 1 . . . l::t ad8 es 3S bS
286 LA ESCUELA C H I NA DE AJEDREZ
276
Las j ugadoras chinas son muy buenas
con estos trucos. Sin embargo, a los orde­
nadores no les gustan los trucos.
3S ... cxbS 36 c6 'iV d6 37 'iV xbS 'iV f6
38 � a3
Tal vez el ordenador no vio esta sutil
jugada después de 35 b5.
38 ... l:t c7 39 'iVdS!
Otra j ugada que no le gusta a los orde­
nadores.
39 ... hS
Tampoco 39 ... � h7 40 l:t a2 puede ali­
viar la carga a las negras.
40 l:t b3?
Zhao Xue debía j ugar 40 l:t aS � f8
41 l:t b5 l:t c8 42 l:t b7, ganando.
40 ... 'iVxc6?
Después de 40 ... � h6 ! , las blancas ten­
drían dificultades para ganar.
41 'iVxeS+ � h7 42 l:t b8 'iV c2+ 43 � h3
l:t g7 44 'iVe8 �h6 4S 'iVh8+ l:t h7 46 'iVf8+
l:t g7 47 l:t b7
Las negras se rindieron.
Blancas: Zhao Xue (China)
Negras: C. Foisor ( Rumanía)
Cannes 2003, Trofeo Stroer
Defensa Moderna
1 d4 g6 2 c4 �g7 3 l2Jf3 d6 4 l2Jc3 eS
Esta j ugada se vio por primera vez en
1 955. Podemos decir que se trata de una
apertura moderna, que h asta ahora apare­
ce en más de 400 partidas de mi base. Las
b lancas gan an en un 37 % , h acen tablas
otro 37 % , y pierden en un 26% . Hay unas
1 50 partidas que contin ú an con 5 dxe5
dxe5 6 'iVxd8+ �xd8, y las blancas se ano­
tan el 55 % de victorias. Otra importante
alternativa es 5 e4, que le reporta a las
blancas un 60 % de partidas ganadas. Sin
embargo, es difícil decir que 5 e4 es mu­
cho mejor que 5 dxe5 . Sí, 5 dxe5 parece
más natural, pero las blancas deben forzar
mucho el juego para ganar, puesto q ue las
negras han perdido ya el derecho a enro­
car. M uchos j ugadores no soportan este ti­
po de tortura.
S e4 �g4
Los manuales de apertura sugieren 5 ...
exd4 y 5 ... l2Jc6. Con la jugada del texto, se
considera que las blancas logran ventaja.
6 dS aS 7 h3 �d7 8 �e2
¡ Novedad ! Antes se ha j ugado 8 �e3
(en 1 995) .
8 ... l2Ja6 9 0-0 f6
(Ver diagrama 278.)
Ahora las blancas tienen una gradual
ventaj a de espacio, pero d eben encon-
 LAS NUEVAS ESTRELLAS 287

trar un plan para apoderarse de la inicia­ el momento de que las negras jueguen 1 3
tiva. A ntes de la partida, Z h ao Xue se . . . 'iVh4, con l a amenaza 1 4 . . . fxe4. É sta es
h abía anotado siete victorias consecuti­ la j ugada que impediría a las blancas avan­
vas. Así, la gran maestra rumana C. Poi­ zar de inmediato su peón b. Por ejemplo:
sor, de 36 años, sencillamente no quería 1 3 ... 'ifh4 1 4 �f3 l2J f7, seguido de 1 5 . . .
ser la octava víctima. Tal vez pensó que lbg5.
Zhao Xue era sólo una j ugadora de esti­ 13 ... ltJcS?!
lo agudo, no muy buena en j uego posi­ Las negras eligen otro camino para im­
cional. De modo que decidió dejar la teo­ pedir b3-b4. Pero a costa de debilitar su
ría y construir una estructura sólida, aun­ cad e n a de peones, esperando obtener
que restringida. compensación en el flanco de rey.
10 l2Je1 l2J h6 11 l2Jd3 0-0 14 ltJxcS dxcS
Zhao Xue man iobró con el caballo,
llevándolo de f3 a d3. Es un buen plan.
Aquí l as blancas pueden tanto j ugar 1 2
b3, con idea d e b4, como 1 2 'iVb3, como
recomienda el ordenador. A mbas alter­
n ativas son e xcelentes, pero Zhao Xue
eligió 1 2 b3.
12 b3 f5 13 a3
(Ver diagrama 279.)

¿Cómo se opondrán ahora las negras

al avance b3-b4?
En esta típica posición I nd ia-de- Rey,
la estructura de peones decide la orienta­
ción del ataque para ambos bandos. Por E n esta posición l as negras pueden
decirlo claramente, las blancas deben j u­ darse por satisfechas si consiguen situar su
gar en el flanco de dama y las negras en el caballo en d6.
flanco de rey. Por consiguiente, h a llegado 15 d6
288 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
Esta j ugada fue desconcertante para
muchos comentaristas, porque es difíci l
ver q u é tenían i n mente l a s b lancas. N o
obstante, e s la decisión correcta. En esta
posición crítica, l as blancas deben e m ­
prender acciones para que las negras se
sientan i ncómodas , aunque sus j ugadas
tengan u n carácter arri esgad o . Por su­
puesto, hay a l go e n l a m e n te d e Zhao
X u e q u e l e d i ce que t i e n e que h ac e r
esto.
Está claro q ue el peón nunca volverá
atrás. A partir de la posición del diagra­
ma, podemos ver que las blancas no pue­
den capturar, a corto plazo, ni el peón e
ni el peón e. Esto significa que en d6 el
peón no podrá recibir apoyo de otro peón
blanco. Así, hay tres posibilidades de fu­
turo: o es cambiado, o es capturado, o co­
ronará.
15 ... �c6?!
Por decirlo suavemente, ésta es la cau­
sa de todos los problemas negros, si no es
la jugada perdedora. ¿Por qué no j ugar 1 5
... c6, que no es difícil de ver?
El peón de c6 vigila las casillas d5 y b5,
a las que podría acceder el caballo blanco.
Más tarde, toda la batalla se concentrará
en d6 y las b lancas se enfrentarán a mu-
chas dificultades para apoderarse de la
ventaja.
16 dxc7 VJ/ixc7 17 l2Jd5
Com p a r e m os a h o r a e s t e d i agra m a
con el 281 . E s fácil ver que l a diferencia
es m ás que notable. Si las n egras toman
e l caballo, l as b l a ncas contarán con un
peón pasado y protegido. Si l as negras
retiran la dama, estarán admitiendo q ue
las blancas tienen l a iniciativa. Con reti­
cencia, Foisor opta por la segunda posi­
bilidad.
17 ... iVd8 18 �e3 b6 19 b4
Zhao Xue tiene muy buen sentido de
la iniciativa. El ordenador sugiere 19 �d3
f4 20 �d2 f3 2 1 g3 'iVd7 22 � h2 l2J f7 23
.ld b1 ll ab8 24 b4, lo que no es tan inspira­
do como la idea de Zhao Xue.
19 ... f4
Una ardua decisión para Foisor. Nor­
malmente, es mejor que el peón esté en f5
que en f4, si no se logra un beneficio con­
creto. Por otra parte, la línea 19 ... axb4 20
axb4 ll xa 1 2 1 VJ/ixa1 �xd5 22 cxd5 cxb4
23 'iVa4 fxe4 24 VJ/ixb4 l2Jf5 25 �xb6 VJ/if6
26 �c5 l:t c8 27 l:t e1 no da resultado. La
ventaja blanca es inatacable.
20 �d2 axb4
Es mejor j ugar 20 ... l2Jf7 para mante-

ner cerrada la columna a. Después de 2 1
bxa5 bxa5 , la columna abierta b le h ará
poco daño a las negras.
21 axb4 CDf7 22 ;g xa8 ..txa8 23 ;g el
Evacua la casilla para el alfi l . Jugado
con precisión.
23 CDg5
•.•
Ahora es inútil situar el caballo en d6,
de modo que l as negras lo reconducen a
d4, donde quedará tan centralizado como
su colega.
24 ..tn CDe6 25 W'a4
El ordenador dice que lo mej or es 25
'iV g4, con ligera ventaj a de las b lancas.
¡Sin duda esa opinión es errónea !
25 ... CDd4 26 ..tc3
A hora es el momento crítico. Ambos
bandos pueden cambiar el caballo enemi­
go por su alfil, pero entonces tendrán que
lidiar con el peón pasado resultante.
Es el turno de las negras, que d ifícil­
m e n t e pueden j ugar a lgo s i gn i fi cativo.
¡ La estructura decidirá la suerte de esta
partida! H ay muchas opciones. Por ejem­
plo: 26 . . . ..t c6, 26 . . . ..t xd5 , 26 . . . 'ib'd6,
26 ... � h8, 26 ... h6. Calcular todas estas
j ugadas constituye un fardo añadido a la
tarea de las negras. Otra línea es 26 ... f3
27 g3 'iV d6 28 ;g b 1 CD e2+ 29 ..txe2 fxe2
LAS NUEVAS ESTRELLAS 289
30 ;g e1 'iVe6 31 bxc5 bxc5 32 h4, cuando
las negras no obtienen nada por la pérdi­
da del peón e.
La j ugada de la partida no es mejor. La
clave es que las negras no percibieron el
peligro que les acechaba.
26 h5
•..
Es d ifícil explicar por qué las negras
efectúan esta inútil j ugada. Tal vez Foisor
estaba cansada, tras un l a rgo esfuerzo
mental. Tal vez pensaba que no le haría
ningún daño pasarle el turno a las blancas,
puesto que no podía ver ningún golpe tác­
tico.
27 ..txd4 exd4 28 bxc5 bxc5 29 e5!
¡ E u r e k a ! U n a j ug a d a convi nce n t e .
Ahora el peón e e s imparable. Las negras
n o p u e d e n j u g a r 29 . . .,t xd5 30 cxd5
.
'iVxd5, porque con 31 ..tc4 pierden la da­
ma.
29 ... 'ib'c8
O b i e n 29 . . . f3 30 e6 fxg2 3 1 ..t xg2
'iVh4 32 'ib'a2 ..tc6 33 e7 ;g b8 34 'i'a7 ;g e8
35 'ib'xc5, y las blancas también ganan.
30 iVa6
Quizá sea aún más fuerte 30 'iVa7 ! ? f3
31 CDe7+ <it>h8 32 ..td3.
30 <itlh7 31 ..td3 'i'c6 32 'ib'xc6 ..txc6 33
.•.
e6 ..teS 34 e7 ;g h8 35 CDxf4 ..th6 36 CDxg6
290 LA ESCUELA C H I NA DE AJEDREZ

:a: g8 37 Cjj h4+ � h8 38 Cjj f5 � g5 39 h4

�f4 40 : e4 �e7 41 : e6 : g6 42 : xg6
�xg6 43 Cjj g7
Las negras se rindieron .

ZHANG ZHONG TRIUNFA EN WIJK

AAN ZEE

El j ugador de 25 años Zhang Zhong fue

invitado a j ugar en el grupo B del tradicio­
nal torneo de Wijk aan Zee ( Holanda), y
allí exhibió una gran forma, conquistando
el primer puesto con 1 1 puntos de 1 3 par­ Las blancas j ugaron 1 2 b3, que es una
tidas. Algunas de sus luchas fueron muy novedad, aunque no contiene ninguna idea
bien j ugadas. Por esta razón, elijo una de nueva. La partida Xu Yuhua - l. Krush ,
ellas para compartir con ustedes mis co­ Olimpiada de Bled 2002, siguió con 1 2 �e3
mentarios. Zhang Zhong no sólo es u n 'iVd8 1 3 b3, con posición muy similar a la
buen jugador, sino también u n a magnífica del diagrama 285. Me gustaría mencionar,
persona, por lo que no es de extrañar que por cierto, que después de 43 j ugadas, la
le guste a la gente. posición que se produjo en aquella partida
fue la que refleja el diagrama siguiente:
Blancas: Zhang Zhong (China)
Negras: A. Naiditseh (Alemania)
Wijk aan Zee, Torneo B, 2003
Defensa Siciliana

1 e4 eS 2 (jj f3 d6 3 �b5+
Aunque Zhang Zhong no elige a me­
nudo esta variante, sabe j ugarla muy bien.
Lo normal es q ue concentre sus energías
sobre el medio j uego y no sobre la aper­
tura.
3 �d7 4 �xd7+ 'iYxd7 5 e4 Cjj e6 6 Cjj e3
•..

(jj f6 7 d4
Esta j ugada se vio por primera vez en
1 971 . Hasta ahora se encuentran 1 80 par­
tidas en la base. Tras el cambio del peón e
negro por el d blanco, el primer j ugador
obtiene una duradera ventaja de espacio,
con un poderoso centro de peones.
7 ... exd4 8 Cjj xd4 g6 9 f3 �g7 10 Cjj de2 0-0
11 O-O : re8 12 b3
La última j ugada negra obliga a prote­
ger el peón de f7, y también atacar la torre
blanca de b7. Ahora Xu Yuhua puede ju­
gar tanto 44 : a7 como 44 : bc7, o incluso
44 �xf8, y las blancas no tendrían proble­
mas para ganar. Sin embargo, Xu Yuhua
cometió un grave e rror, con 44 � b6 ? ? ,
 LAS NUEVAS ESTRELLAS 291

perdiendo el peón y la torre. Un absoluto

desastre. Por supuesto, no tuvo nada que
ver con la apertura.
12 ... a6 13 a4 'iVd8 14 �e3 etJd7 15 � b1
'lj'a5 16 'lj'd2 'lj'b4

28/i

cepto de iniciativa subyacente en la venta­

287
¿ Por qué h a j ugado la dama negra a
b4? Tal vez a las negras no les gustaba 1 6
... � ab8 1 7 b4 'lj'd8 (no 1 7 ... etJxb4, pues
s i g u e 1 8 etJ d5 etJ c6 1 9 etJ xe7 + � f8 20
'lj'xa5 etJxa5 21 etJxc8), aunque eso no le
reportaría gran cosa a las blancas, pues su
peón de c4 q uedaría debilitado. Hay una
partida aquí, en la que se j ugó 16 ... � ab8.
17 � fd1
Las blancas han logrado una clara ven­
taja de espacio. Es importante aprovechar
la oportunidad.
17 ... etJc5 18 'lj'c2
S i 1 8 etJ d5 �xd2 1 9 � xd2 etJ d7, l as
blancas m antendrían l a ventaj a, pero no
es fácil ganar.
18 ... ¡vas
(Ver diagrama 288.)
ja espacial.
Por decir algo más: actualmente los ju­
gadores tendrán que comentar las partidas
consultando a los ordenadores. Las com­
pañías de software i nvierten grandes su­
mas de dinero en publicidad, para conven­
cer al público de que los programas alcan­
zan un Elo de 2900, incluso mayor que el
de Kasparov. No sé qué tipo de cualifica­
ción tenía Deep Blue para desafiar a Kas­
parov. Desde luego, prefiero no comentar
el tema en este libro, pero para descubrir
la verdad puede comparar mis análisis con
los del ordenador. Y tengo que ad mitir
que no soy un j ugador fuerte.
19 �h1 etJd7 20 'ii'd2 'lj'b4

El ordenador dice q ue la posición del

diagrama está igualada. Tengo que decir
que es una pena, pero el ordenador no es
más que un amasijo de cifras desprovistas
de pensamiento. Nunca entenderá el con-
292 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
Si comparamos el diagrama 289 con
el 287, las piezas negras están en el mis­
mo lugar y ahora es el turno de las blan­
cas. Sin embargo, las blancas han logra­
do llevar la torre a la col umna d semia­
bierta, y también han apartado su rey de
la diagonal a7-g 1 . Estos dos cambios son
buenos para las blancas. La bondad del
primero se comenta en numerosos libros
de aj edrez. El segundo i m pide q u e las
negras dispongan , en un momento dado,
de alguna man iobra de dama o alfi l con
j aque.
Ha llegado el momento de que Zhang
Zhong lance su siguiente plan.
21 �g5
Esta j ugada y la siguiente de las blan­
cas son puramente técnicas y no plantean
amenaza alguna. Constituyen una acción
secreta para invadir el campo negro.
21 ... � ceS
Sobreprotección del peón e7. De esta
forma, el caballo de c6 dispondrá de liber­
tad de movimientos.
22 �h4 � aeS 23 f4
Mostrando sus cartas. Finalmente, las
blancas atacan en el flanco de rey. La j u­
gada negra es forzada, pues deben parar la
amenaza e4-e5.
23 ... lt:Jc5 24 iVc2 iVa3 25 � dfl
La estrategia de cada bando es m u y
clara: l a s blancas desplegarán s u iniciativa
en el flanco de rey, mientras que las ne­
gras buscarán sus opciones en el de dama.
Es extraño q ue, j ueguen como j ueguen
las negras, no podrán romper la cadena de
peones bl ancos en el ala de dama. Esto
significa que la acción de l as blancas es
más efectiva.
Las negras j uegan ... e7-e6 para impedir
f4-f5. Pero las blancas ignoran estos obstá­
culos. Zhang Zhong tiene ya un plan muy
definido en su mente.
25 ... e6 26 f5 lt:Jb4
E l ordenador indica 26 . . . � e5 para
tratar de igualar. Pero me permito aportar
mi propia respuesta: 27 f6 � h8 28 � d2
� g8 29 'ifh6 lt:J xb3 30 � f3 g5 3 1 � xg5
� g6 32 'if h4 rJ¡; g8 33 � h3 h 6 34 lZJ f4
�xf4 35 �xf4, y las blancas tienen venta­
ja decisiva.
27 'ifdl exf5 28 exf5 lt:Je4
La l ínea 28 . . . � e3 no d a resultado.
Después de 29 fxg6 hxg6 30 �f6, las blan­
cas tienen ventaj a. Por ejemplo: 30 ... � d3
3 1 'ifel �xf6 32 � xf6 � f8 33 iVf2 lt:J d7
34 � f3 lZJ e5 35 � xd3 lZJ exd3 36 iV h 4
� eS 37 lt:Jd4 lt:Jc5 38 lt:Jf3, y las blancas ga­
nan.
29 lt:Jxe4 � xe4 30 �g5 � ee8
Tampoco puede resolver el problema
30 ... 'ifa2, por 31 lt:J g3 � d4 32 'iff3 � c7
33 � bel h6 34 � eS+ rJi; h7 35 f6.
3l lt:Jg3 lt:Jc6 32 fxg6 hxg6
(Ver diagrama 291 .)
U na posición muy instructiva. Tal vez
pueda incluirse en el manual para j ugado­
res de alto nivel. El j ugador debe calcular
mentalmente todas las posibles variantes,
si mover las piezas, a fin de entrenar su
sentido de l a posición. A veces, sentir es
mejor que calcular.

E n esta fase, e l j uego posicional sería
33 'iVd5 � c7 34 l2J e4 � eS 35 ¡vd3, con
presión sobre el centro. H ay m uchas l í­
n e a s q u e p u e d e n d e r i v ar s e como, por
ejemplo, 35 . . . f5 36 l2Jf6+ �xf6 37 �xf6
.J::t e4 38 'iVd5+ .J::t f7 39 n f3 ¡vb4 40 �c3
Vi'c5 41 .J::t h3 l2J e5 42 ¡ve6 Vi'c6
Indudablemente, las blancas tienen el
mando. Pero ¿cómo pueden ampliar su
ventaja? ¿Con 43 .J::t d l , o con 43 � h6? De
cualquier forma, se llegaría a un final con
peón de ventaj a, con las blancas luchando
por la victoria.
C u a l q ui e r j u g a d o r c o m o Z h a n g
Zhong h ab rá visto e l camino posicion a l
( 3 3 'if d 5 ) , pero fin a l me n te é l s e decide
LAS NUEVAS ESTRELLAS 293
por el ca min o táctico. ¿ E ra dem a siado
tentadora la táctica? ¿ O tal vez sabía que
podría tenerlo todo bajo control? La pa­
sión es la madre de la inspiración. El j ue­
go creativo no puede evitar ser afectado
por la pasión.
33 � xf7
D e repe n t e , l a posición se l lena de
emociones y suspense. Cuando e l orde­
nador analiza esta posición, encuentra 42
líneas. A l comienzo, � xf7 no está en la
lista de las n ueve primeras. Tras alguna
reflexión , el ordenador pasa el sacrificio
de torre al octavo puesto. La razón por
la que al programa no le gusta esta línea
es que las negras tendrán contraj uego y
l as b l ancas n o parecen l ograr mucho.
Zhang Zhong t a m b i é n v i o e l pos i b l e
con traj uego, pero su dictamen fue dis­
tinto.
33 'iVc5
...
É sta es la j ugada que hace dudar al or­
denador. Ahora las negras controlan d5 y
las blancas tendrán que entregar la torre o
el alfil. En realidad, esto era lo que Zhang
Zhong esperaba.
La torre no podía tomarse de inmedia­
to, p ues si 33 . . .� xf7, sigue 34 'iVd5 + , y
ahora:
294 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
(a) 34 ... �f8 35 .Jd fl + .tf6 36 n xf6+
rJ;; g7 37 � f7+ � g8 38 � e7+ � h 8 (39 . . .
rJi;f8 40 'iVf7++) 3 9 .tf6++.
(b) 34 ... � e6 35 � fl + �g8 36 iYxe6+
� h7 37 'iVh3+ �g8 (37 ... iLh6 38 iYxh6+
� g8 39 'i:V xg6+ � h 8 40 iL f6 + + ) 3 8
'i:Vxc8+, y las blancas ganan.
34 � xg7+ �xg7 35 �g4
Ahora el ordenador indica que, con 35
... � c7 o 35 ... 'ifd4, las negras pueden re­
sistir. En realidad, la ventaj a material de
las negras carece de significado, pues su
rey se encuentra en situación comprometi­
da. Por ejemplo: 35 ... � c7 36 � f1 �g8 37
iLf4 l2Je5 (37 ... � g7 38 iLh6 l2Je5 39 iYe2
� f7 40 l2J e4 � xf1 + 4 1 'if x f 1 'iV d4 42
l2J f6+ � f7 43 h3, las blancas tienen una
gran ventaj a) 38 'i:Vg5 'iVd4 39 l2J h5 'li'd3
40 l2Jf6+ �f8 41 � g 1 l2Jf7 42 'i:Vh4 'li'd4+
43 � h 1 , y las blancas ganan. O bien 35 . . .
'iV d4 3 6 'iV h 3 'iV e S 3 7 'iV h 6 + � g8 3 8
'ifxg6+ 'i:Vg7 39 'iff5 'if e 5 ( 3 9 . . . l2J d4 40
�d5+ � e6 41 iLe3) 40 iLf4 (también es
bueno 40 h3) 40 ... iVxf5 41 l2Jxf5 .l:. e2 42
h3, y las blancas ganan en todos los casos.
En la partida las negras realizaron la
j ugada natural, ayudando considerable­
mente a las blancas.
35 ... l2Je5 36 'ifh4
La línea 36 'iff4 era más sencilla. Des­
pués de 36 ... l2J d7 37 � f1 <it>h8 38 'iVh4+
� g8 39 'if h 6 'iV eS 40 'iV xg6+ 'iV g7 4 1
'iVxg7+ r:J;; xg7 42 l2Jf5+ � g6 43 h4, la ven­
taja es decisiva. O bien 36 ... � c7 37 l2Je4
'iVc6 38 iL h6+ � h8 39 l2J f6 � f7 40 iL g5
r:J;; g7 41 iL h6+ � h8 42 � fl l:t e6 43 'iVh4
.Jd exf6 44 iL g5 � h7 45 iL xf6+ � g 8
4 6 'ifg3, y las blancas ganan.
36 ..• l2J f7 37 .t f6+ � g8 38 'iV g4 � h7
39 l:t n � c7 40 iVh4+ � g8 41 h3
U n a j ugada lenta casi cuesta el pun­
to e n tero. La victoria se conseguía con
41 l2J f5 la e6 42 iL d4, pues si 42 ... 'li' c6,
43 l2J h6.
41 ... 'iV e3 42 � h2 'iV h6 43 'iV g4 l2J eS
44 .txe5 dxe5 45 l2Je4 l:t ee7?!
Dej ando escapar su última oportuni­
dad. Con 45 . . . � h8, las negras se defien­
den.
46 l2Jf6+ � h8 47 l2Jd5 nn 48 � el
Tal vez l as negras pensaban en 48 . . .
� ce7, omitiendo la siguiente j ugada d e las
blancas. Tras la caída del segundo peón, la
posición negra es totalmente desesperada.
48 la c6 49 la xe5 'iYf8 50 'iVg3 'li'd6 51 eS
...
'iff8 52 b4 �g7 53 'iVc3 �g8 54 'iVe3 � h7
55 la eS 'iVg7 56 b5
Las negras se rindieron.
EL PRODIGIO CHINO
Bu Xiangzhi nació en Tsindao (provincia
de Shandong) el 1 2 de octubre de 1 985. Se
convirtió en el gran maestro más joven del
mundo a los 1 4 años. Durante el segundo
match China - EEUU; en 2002, hizo cua­
tro tablas con el GM Kaidanov. Esas par­
tidas no fueron tablas de salón, sino duras
batallas, con 85, 56, 72 y 35 j ugadas, res­
pectivamente. Esto demostró que el mu­
chacho de apenas 1 7 años tenía nivel sufi-

ciente para enfrentarse a un fuerte gran
maestro. M ás tarde, en ese mismo año, re­
presentó a China en la Olimpiada de Bled.
A comienzos de 2003 tuvo buenas actua­
ciones en los torneos de Wij k aan Zee y
Moscú.
Quisiera mostrarle al lector un par de
partidas suyas para que pueda ver la cali­
dad q ue atesora este gran talento.
Blancas: Bu Xiangzhi ( Elo 2565)
Negras: Cebalo ( El o 2525)
Wij k aan Zee, G rupo C, 2003
Defensa Siciliana
1 l2Jf3 l2Jf6 2 c4 eS 3 l2Jc3 g6 4 e4 d6 5 d4
cxd4 6 lLJ xd4 .,t g7 7 .,t e2 0-0 8 O-O lLJ c6
9 .,te3
La posición del diagrama aparece en
más de 2.800 ocasiones, y las primeras par­
tidas son de la era de Lasker. Puesto que
las blancas tienen una duradera ventaja de
espacio, no debe sorprender que cuenten
con un alto porcentaje de victorias (62 % ).
Sin em bargo , es l a pri mera vez que Bu
Xiangzhi adopta es�a variante.
A quí las negras tienen unas 1 9 líneas
distintas. E n el pasado se consideraban
i gual adas un;¡s cinco l íne;1s. entre L1s c u a -
LAS NUEVAS ESTRE LLAS 295
les 9 ... l2Jxd4 era la más popular, seguida
de 9 . . . a6 y 9 . . . .,t d 7 . El p r o p i o B u
Xiangzhi tiene cierto conocimiento d e es­
ta posición , pues ha j ugado 9 . . . .,td7 en
M undiales J uveniles. Hay más de 90 parti­
das con la j ugada 9 . . . l2J d7 , elegida por
Ce balo.
9 l2Jd7 10 l:t cl l2Jc5 11 f3 .,td7
...
En un torneo disputado en Holanda,
se j ugó una partida con 1 1 f3 l2Je6.
12 'ifd2 l2Jxd4
Una novedad, que no tiene mucho éxi­
to y q u e pocos segui r á n . Esta serie de
cambios ayuda a las blancas a conservar su
ventaja de espacio. Tal vez las negras de­
berían proseguir con más cautela. Merece
consideración 1 2 . . . 'li'a5 , manteniendo las
piezas. También se j ugó 1 2 . . . l:t c8 en
1 997.
13 .,txd4 .,txd4+ 14 'ifxd4 .,tc6
La posición es típica en partidas de
grandes maestros. Las blancas tienen ven­
taj a espacial, pero es muy pequeña, casi
más pequeña que cualquier otro tipo de
ventaj a . La ventaj a de espacio nunca re­
sulta fatal, si no puede ampliarse. De mo­
do que las blancas necesitan exntenderla o
convertir su iniciativa en acciones de ata­
que .
296 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
Una buena forma de consolidar la ven­
taj a de espacio es 1 5 b3 . Las blancas no
emprenderán nuevas acciones hasta que
las piezas estén perfectamente coordina­
das o su estructura sea ideal. La jugada es­
tratégicamente puede considerase de es­
pera, induciendo a un rival impaciente a
incurrir en acciones dudosas.
Por otra parte, las blancas pueden lan­
zar un ataque directo, si tienen una com­
prensión adecuada de la posición y visión
de futuro. A veces es sólo el carácter o las
preferencias del j ugador lo que decide, o
incluso la eventu al incli nación a correr
riesgos o a la lucha intensa.
15 b4!
U n a j u g a d a c a r a c t e r ís t i c a d e B u
Xiangzhi, que ve claramente la debilidad
del flanco de dama negro. Para atacar en
el flanco de rey, debe eliminar el control
del rival sobre d5 y e4. Como consecuen­
cia, Bu Xiangzhi avanza su peón para ex­
pulsar al caballo enemigo. Normalmente,
el avance de un peón tiene sus más y sus
menos. Pero la cuestión clave es ejercer su
aspecto positivo e impedir que, por el mo­
mento, se manfieste el negativo. La forma
en que lo hace Bu X iangzhi es impresio­
nante.
15 ... ttJe6 16 �e3 a5 17 b5 �d7
A q u í pod e m os ve r el resu l t <H.io d e l a s
a cc i o n e s b l a ncas e n l a s j ug;¡ d;¡s p recede n ­
t e s . E l pri m e r j u gador t i e n e u n p e ó n d é b i l
e n l a col u m n a c. conced i é n d o l e a l a s n e ­
gras u n p u n t o fu e r t e pe r m ;m e n t c e n cS .
Pe ro e s tos h e c h os son e s t a d ís t i c a s " e n l a
s u p e rfi c i e
. L o q u e v e rd a d e ra m e n t e i m ­
"
porta e s q u e l a s b l a n c a s h a n c re a d o las
cond iciones necesarias para ataca r en el
flanco de rey.
18 f4 ttJc5 19 br cd1 br c8 20 h4 f6
298
Por l as ú ltimas j ugadas podemos ver
otro rasgo del estilo de B u X i angzhi , a
saber: su sentido del ritmo de j uego. 1 8
f4 m ue s t ra l a i n te n c i ó n d e d es v i a r d e
n uevo al caballo. 1 9 J:t c d 1 ocupa l a co­
l u m n a semi abierta d, haciendo posible
e l avance del peón e. 20 h4 añade n ue­
va fuerza al ataque, obligando a las ne­
gras a m o s t r a r su d i s p o s i t i vo de d e ­
fe n s a .
A lgo que vale l a pena mencionar e s
q u e aquí el ordenador recomienda 9 j uga­
das para l as blancas, pero 20 h4 no está
entre ellas, pues a 20 h4 sigue 20 ... f6, con
igualdad.
¿ Podemos estar de acuerdo en que la
posición del diagrama 298 es igualada? Es
evidente que no. Las blancas están mucho

mej or y el transcurso de la partida así lo
demuestra .
21 eS fxe5 22 fxe5 Ji¿e6
299
Ahora ya ni el ordenador omite la ven­
taj a b lanca. El único problema es cómo
convertir la ventaj a en victoria. A muchos
j ugadores les resulta difíci l ese procedi­
miento, pues disponen de muchas formas
de conseguir el obj etivo, pero en última
instancia no logran elegir el camino m ás
eficaz. E n este sentido, B u Xiangzhi es
muy valiente y diestro.
23 Ji¿f3
¡ Increíble ! Bu entrega su peón de c4.
¿Qué es lo que tiene en la cabeza?
23 ... VJfic7
¿ Por qué no 23 ... Ji¿xc4, que además
de capturar el peón amenaza la torre? ¿Se
asustó Cebalo por el j uego de este joven?
La respuesta es no. D espués de la línea
forzada 23 ... Ji¿xc4 24 exd6 exd6 25 Ji¿d5+
Ji¿xd5 26 l2J xd5, la derrota de las negras es
inevitable. En cualquier caso, la j ugada de
la partida tampoco puede salvar a las ne­
gras.
24 l2Jd5 Ji¿xd5 25 exd6
Bonita j ugada intermedia.
25 ... exd6 26 Ji¿xd5+ � h8 27 'lWc3+ 'iV g7
28 R xf8+ R xf8 29 'iYxa5
LAS NUEVAS ESTRELLAS 297
300
La posición del diagrama 300 es la lógi­
ca consecuencia de la del 299. Las negras
han perdido un peón a cambio de nada y
las blancas tienen una pieza menor mucho
más fuerte. Ahora es fácil prever que las
blancas ganarán, y el resto del j uego no re­
quiere comentarios.
29 VJfif6 30 iVe1 b6 31 VJfig3 cJ;; g7 32 �h2
•.•
R eS 33 iVg5 VJfie5+ 34 'li'g3 VJfif6 35 � g1
R f8 36 :a. e1 l2Jd3 37 l:i e6 'li'a1+ 38 <;ith2
l2Jf2 39 VJfixd6 VJfih1+ 40 �g3 l2Jd3 41 VJfie7+
Las negras se rindieron, pues si 41 . . .
R f7, 4 2 VJfixf7+ �xf7 4 3 I:l e l +, ganando
la dama.
Blancas: Bu Xianghzi ( Elo 2565)
Negras: Zviagintsev (Elo 2670)
Moscú ( Open Aeroflot) 2003
Gambito de Dama, Defensa Eslava
1 d4 d5 2 c4 e6 3 ltJc3 c6 4 e3 ltJf6 5 ltJf3
l2J bd7 6 VJfJ c2 Ji¿ d6 7 Ji¿ e2 0-0 8 O-O dxc4
9 .txc4 b5 10 Ji¿e2 Ji¿b7 11 l:t d1 Wlc7
(Ver diagrama 301 .)
El popular sistema de la Variante Mi­
lán. La línea se vio, por primera vez, en la
16." partida del m atch Ja lifman - lvan­
chuk . Después de que Jalifman j ugase 1 2
h3, se acordaron las tablas.
298 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ

Hasta j unio 2003 había 96 partidas en j ugadas: 13 dxe5 tt:Jxe5 14 tt:J d4 tt:J ed7 1 5
la base con la posición del diagrama. Las g3, pero Piket n o situó s u torre e n e 8 des­
blancas se anotaron un 57% de la puntua­ pués de las j ugadas 1 5 . . . b4 1 6 tt:J a4 .S fe8.
ción, de modo que las posibilidades esta­ Ahora las b l a ncas apuntan a l peón
dísticas de las negras no son malas en ab­ de b5 tras 14 tt:J xd4. Nadie sabe si Zvia­
soluto. gintsev lo omitió o cuál fue la razón de
Zviagintsev estaba muy familiarizado que p e r m i t i e s e la c a p t u r a e n b5 . No
con esta variante, puesto que la había j u­ puedo creer q ue la ignorase, porque se
gado tanto con blancas, como con negras. trata de u n gran maestro con 2670 E lo y
Entre 1 996 y 1 998, Zviagintsev j ugó cua­ era un experto en la variante. De modo
tro veces 1 2 b3, obteniendo un 50% de los q ue creo q u e s u b e s t i m ó esa po s i b i l i ­
puntos. En 2000, j ugó con negras contra dad.
V. Kosyrev, y después de 1 2 h3 .S fe8 1 3 e4 15 �xbS cxbS 16 tt:JdxbS �xe4 17 tt:Jxc7
e5 14 dxe5 tt:Jxe5 15 �g5 tt:Jxf3+ 16 �xf3 �xc2 18 .S xd6 .S e1+ 19 � g2
�e5 1 7 �xf6 gxf6 1 8 .S d2 .S ad8, ambos
jugadores acordaron el empate.
12 e4 eS 13 g3 exd4
En la partida Ftacni k - Zviagintsev,
200 1 , las negras j ugaron 13 ... l:. fe8, y la
partida finalizó en tablas (43 j ugadas) tras
una dura batalla.
Ahora Zviagintsev adopta la idea de
c a m b i a r p e o n e s de i n m e d i a t o , lo q u e
constituye una novedad.
14 tt:Jxd4 .S feS
(Ver diagrama 302.)

La misma posición se produj o en la

partida Adorj á n - Piket, O l i mpiada de Tras una serie de cambios, las negras
Novi Sad 1 990, con un diferente orden de tienen un peón menos. Pero tal vez ésta

sea la posición q ue Zviagintsev buscaba.
Las negras basan sus esperanzas en la si­
guiente l ínea: 1 9 . I1 eS 20 l2J 7bS l2J eS
. .
2 1 l2J xa7 l::t e8 22 � d2 �d3
A hora las n egras amenazarían 23 . . .
�f1 + 2 4 � g1 � h3++. ¿Tienen l a s blan­
cas alguna form a de salvarse? ¡ N o ! La
derrota es inevitable. Por ej emplo: 23 f3
�f1 + 24 � f2 l2J d3 + 2S � xd3 � xd3 , y
l a s n egras l ogran v e n t aj a m a t e ri a l . O
bien 23 .ll d 1 � e4+ 24 <ii? h3 l2J fg4 (24 . . .
� fS 2 S � g2 � e4+ 2 6 � h3 � fS + h ace
t a b l a s c o m o m ín i m o , p e ro l a s n e g r a s
p u e d e n aspirar a m á s ) 2S � e3 ( n o 2 S
� x e 1 , d e b i d o a 2S . . . l2J x f 2 + 26 � h 4
l2J f3 + 2 7 � hS � g6++; o b i e n 2S l2J xe4
l:t xd l 26 f4 l2J d3 , y las negras ganan) 2S
. . . � xe3 , y de n uevo ganan las negras ,
pues si 26 fxe 3 , 26 . . . l2J f2+ y mate en
tres.
¿ La asombrosa trampa, después de la
novedad 13 ... exd4, fue preparación case­
ra de Zviagintsev o inspiración ante el ta­
blero? Comoquiera que fuese, Bu Xianghzi
se había propuesto refutarla de forma ina­
pelable.
19 !1 eS 20 l:t d2
...
Este contragolpe es sencillo pero fácil
de pasar por alto, y permite a las blancas
LAS NUEVAS ESTRELLAS 299
eludir la trampa. Es muy interesante saber
si Bu Xi angzh i lo captó antes o si lo en­
contró por fortuna.
20 �g6 21 l2J7b5 a6
...
Una j ugada vulgar, q ue constituye un
fat a l error, pues ayuda a las b l ancas a
coordinar sus piezas en el final, con peón
de ventaja. H asta 21 . . . ltJ cS es mejor que
21 . . . a6, aunque tampoco mejoraría mu­
cho l as perspectivas. Probablemente la
m ej o r c o n t i n u ac i ó n pos i b l e sea 21 . . .
l2J e S , c u a n d o pod ría s e g u i r 2 2 l2J xa7
l:t ce8 23 b4 �d3 24 l:t d 1 l:t xd 1 2S l2Jxd1
�e4+.
Las blancas no pueden eludir el jaque
perpetuo.
Era i m p o s i b l e q ue Z v i a g i n t s e v no
viese esta l ínea, pero ¿por q u é j ugó de
otra forma? Lo más probable es que no
desease las tablas , sobre todo d urante
la p e n ú l t i m a ron d a d e l O p e n A e ro ­
fl o t . ¡ D e haber o p t a d o p o r las t a b l a s ,
n o h a bría conseguido n i ngún premio !
Puede q ue a algún lector le resulte du­
doso este razonamiento, pero tal es la
realidad de los torneos comerciales hoy
en día. Siento pena por los profesiona­
les.
22 l2J d4 l2J eS 23 l:t e2
300 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
Una vez que las blancas logren desem­
barazarse de la molesta torre contraria,
podrán mej orar su posición y ampliar su
ventaja material, con piezas coordinadas.
23 ... l:. xe2
O b ien 23 . . . tiJ d3 24 l:. xe l ttJ xe l +
25 �fl tiJ d3, lo que no cambia gran cosa.
24 ttJ cxe2 ttJ d3 25 b3 ttJ g4 26 f3 ttJ ge5
27 �d2 f6 28 :a. dl
W7
Las blancas completan , por fi n, su de­
sarro l l o , conservando el peón extra. A
partir de esta posición las n egras, como
podremos ver, no tienen forma alguna de
penetrar en el campo blanco. Algo que re­
sulta decepcionante.
28 ... h5 29 h3 ttJc6
Las negras no tienen otra alternativa
que cambiar el caballo, aunque saben que
cuántas menos piezas queden, tantas menos
opciones tendrán de resistir. Este cambio
viene dictado por el hecho de que el caba­
llo blanco controla todas las casillas clave.
30 ttJ xc6 1:. xc6 31 tiJd4 l::t d6 32 �e3 tiJb4
33 lá d2 � f7 34 g4 hxg4 35 hxg4 � b l
36 a3 ttJc2
• • •
•
• • •� • •�
, . •:;-; •� •
• • • •
• � -�-
�� � -� ��- �
•� � a:;-; . cJJ .
• -*- • • • W8
Hasta ahora, las blancas han j ugado de
forma impecable. La desesperación incita
a las negras a probar suerte en un final de
torres contra alfil y caballo. Saben que su­
frirán, pero ¿hay algo mejor?
37 l::t xc2 �xc2 38 ttJxc2 lá d3 39 \t>f2
No, por supuesto, 39 b4, ya que des­
pués de 39 ... l:. c3, las blancas pierden pie­
za .
39 ... 1:. x b3 40 � e2 g5 4 1 � d2 1:. b2
42 � d3 � e6 43 �c3 � bl 44 � e4 � f7
45 tLl d4 � b 8 46 � b4 .S d 8 47 a 4 .S b8
48 �eS � e8+ 49 �d5 � e3 50 a5
Aunque las negras pueden seguir j u­
gando, Zviagintsev sabe a ciencia cierta
que Bu Xia ngzhi sit uará su alfi l en b6 y
luego capturan) el peón a negro con su
rey, seguido de la coronación de su peón
blanco en la misma columna . . . Así pues,
las negras se rindieron .

EPÍLOGO
iguen unas palabras q ue caracteri­
S z a n m i v i d a : la re a l i d a d no n o s
permite cumplir todas nuestras es­
peranzas. O bien no tenía oportunidad
de h acer lo q ue q uería, o si empezaba al­
go, no tenía oportunidad de terminarlo.
Por lo tanto, supone una satisfacción pa­
ra mí h ab e r fi n al m ente realizado a l go
que q uería h acer : escribir un libro que
englobase mis investigaciones ajedrecís­
ticas y mi práctica durante un pe ríodo
d e más de cuarenta años. Si se me pre­
g u n t a ace rca del fu t u ro d e este l i bro,
puedo decirle que todo lo q ue contiene
está realizado en China, sus ideas y teo­
rías acerca del aj edrez tienen caracterís­
ticas perfectamente identificables como
chinas, y en segundo lugar, q ue tiene un
fi n a l abierto: las i d e as y l as teorías si­
guen en proceso de desarrollo y refina­
miento.
En la obra hay una treintena larga de
partidas comentadas. Pueden considerar­
se la flor y la nata del j uego en la era del
n uevo ajedrez en China. Entre estas parti­
das hay varias mías. Esto no significa que
me considere mej o r q ue mis estudiantes y
los m iembros del equipo. Todos ellos me
han supe rado e .1 m ateria de cualidades de
j uego. Confucio dijo: "Un profesor no es
301
necesariamente mejor que sus alumnos."
También hay un viejo proverbio chino: el
azul añil se extrae de la planta índigo, pero
es más azul que la planta de la que proce­
de. Puedo sentirme satisfecho, por tanto,
¡con el hecho de que sigo siendo un buen
maestro !
Si uso mis propias partidas para expli­
car temas teóricos, es porque son las parti­
das que entiendo en m ayor profundidad.
Creo que los grandes maestros internacio­
nales, con conocim ientos de la teoría e
ideas de la Escuela China, tendrán nume­
rosas oportunidades de divulgar sus mara­
villosas partidas en el mundo del ajedrez.
No me da pena, por tanto, dej ar esta tarea
en sus manos.
No he i ncluido ninguna partida que
haya perdido. El lector puede creerme si
le digo que muchos de los j ugadores que
he vencido me han retribuido con creces
el cumplido. Nunca he podido seguirles.
Pero les corresponde a ellos comentar
sus propias partidas y divulgar sus obras
m aestras.
Cuando las variantes se examinan en
d e t alle , espero q ue los lectores encuen­
tren convincentes los análisis. Las varian­
tes son , a men udo, tan intrincadas que al­
gunos errores son inevitables . Cuando la
302 LA ESCUELA CHINA DE AJEDREZ
gente encuentra un fallo en un análisis pu­
blicado, a menudo siente una emoción co­
mo si les hubiera tocado el "gordo" de l a
lotería. S i n embargo, creo q u e un error e n
una determinada variante no afecta a l a
quintaesenci a d e l pensamiento de l a Es­
cuela China. Porque se trata de saltar des­
de el suelo h asta la copa de un árbol . Si
tengo ocasión de volver a editar mi libro,
procuraré corregir todos los errores que
contenga. No obstante, puedo afirmar,
con cierta seguridad, que mis análisis son
de los que menos errores contienen, por­
que he trabajo en ellos con mucho rigor, y
he invertido mucho más tiempo del que
nadie le dedica a este tipo de tarea.
En realidad, es imposible para mí re­
gistrar en un solo libro los hallazgos de
mis cuarenta años de investigación. De los
diversos temas, he tenido que limitarme a
una breve i ntroducción, a fin de que el
mundo tenga una idea general de lo que
significa l a Escuela China. U n informe
más amplio deberá esperar a una fecha
posterior. Puesto que sigo siendo el entre­
nador responsable del equipo chino y ten­
go que prepararlo para futuras competi­
ciones internacionales, hay ciertos temas
sobre los que debo mantener silencio. Es­
pero que los círculos de aj ed rez me e n ­
tiendan.
Deseo expresar mi aprecio a la gente
que me ha apoyado y ayudado en la publi­
cación del libro.
Deseo agradecer al Consejo de Estado
de Ed ucación Física y Deportes, por su
ayuda e instrucción que me han permitido
real izarme como j ugador y entrenador de
ajedrez. En este sentido, también debo ex­
presar mi sincera gratitud a Chen Zude,
responsable del I nstituto Chino de Aje­
drez. Sus muchos servicios al ajedrez ya se
han mencionado en este libro.
M i agradecim i e n to también a S u n
Lianzhi y Lin Feng. D urante mucho tiem­
po, ambos ocuparon posiciones directivas
en la Asociación de Aj edrez de C h i n a .
Fuimos colegas durante m ás d e v e i n te
años.
También debo mencionar a mis ami­
gos de mucho tiempo atrás, de la prensa
ajedrecística: H uang Zhenzhong, Cai Jun­
qing, Li Qingyang, Yin Bo, Xiang Dong,
Luo J ingsheng, Hu J i n a , e tc . , a q uienes
agradezco su entusiasta apoyo y asisten­
cia.
Es eviden te que l a Escuel a China de
Ajedrez está vinculada al pensamiento de
los j uegos chinos XiangQi y Go. Por con­
siguiente, también me gustaría dar las gra­
cias a los muchos entrenadores e instruc­
tores q ue me enseñ aron ambos j uegos.
Entre otros, le quedo profundamente re­
conocido a Xie X iaoran y G uo Tishen .
También debo inclu i r una palabra de
a g r a d e c i m i e n to p a r a D o n g Q i l i a n g y
Wang Qihong, expertos en XiangQi. Ellos
me animaron y ayudaron en tiempos difí­
ciles.
Debo expresar, además, mi gratitud a
los editores de la Shu Rong Qiyi. Durante
tiempos duros para la publicación de tra­
baj os académ icos, apoyaron i n condicio­
nalmente la edición china de este libro.
Por último, quiero expresar un espe­
ci al agradecimiento a Xiao G uanj u n , di­
rector ej e c u t i vo asistente d e la rev i s t a
Ajedrez e n China, con quien he m an teni­
d o a m i s t a d d u r a n t e más de c u a re n t a
a ñ o s . G u anj u n h a r e a l i z a d o u n a g r a n
con tri bución a la d i fusión de la Escuela
China. De no haber sido por sus ánimos,
no sé cómo pod ría h aber finalizado este
libro.
Liu Wenche
 303

ÍNDICE DE PARTIDAS

Liu Wenche - Donner 9 Ioseliani - Liu Shilan 204

A lterman - Peng Xiaomin 25 G alliamova - Xie Jun 220
Liu Wenche - Krogius 32 Xu Yuhua - Zhukova 243
Y e Jiangchuan - Short 53 Zhu Chen - Smirin 252
Zhu Chen - Tiviakov 70 G aponenko - Wang Lei 255
Korchnoi - Ye Jiangchuan 82 Wang Pin - Maric 257
Wang Zili - Portisch 92 Qin Kanying - Galliamova 259
Xu Jun - Shirov 1 01 Xu Yuhua - Goletiani 26 1
Qi Jingxuan - Liu Wenche 1 08 Xie Jun - Skripchenko-Lautier 266
Kasparov - Suba 118 Zhu Chen - Cosma 266
Speelman - Liu Wenche 1 25 Yo Hong - Xu Yuhua 267
Kasparov - 1 alifman 1 39 Wang Lei - Sikorova 268
Gheorghiu - Liu Wenche 1 43 Xie J un - Zhukova 269
Qi Jingxuan - Liu Wenche 1 50 Qin Kanying - Peptan 271
Liang Jinrong - Torre 1 54 Zhang Pengxiang - Karpov 272
Chiburdanidze - Xie Jun 1 65 Zhu Chen - Kosteniuk 277
Zhang Zhong - Asrian 1 77 Zhao Xue - Kosintseva 282
Volkov - Zhang Zhong 1 79 Zhao Xue - Foisor 286
Xie J un - Korchnoi 1 85 Zhang Zhong - N aiditsch 290
I oseliani - Xie Jun 1 95 Bu Xiangzhi - Cebalo 295
Matveeva - Wu Mingqian 201 Bu Xiangzhi - Zviagintsev 297