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Hombre de celuloide

Preguntas
Hace unos años Friedrich Engel, “Carnicero de Génova”, soldado que había conseguido transformarse en
respetable hombre de negocios, fue encontrado culpable por haber cometido crímenes de lesa humanidad
durante el tiempo en que sirvió como oficial nazi. Esto en la vida real. En la ficción, el director Marco
Kreuzpaintner interpreta el caso basado en la novela de Ferdinand von Schirach. Y, cambiando detalles
aquí y allá, su película Historia de un crimen, termina por alejarse de la realidad suficientemente como para
que al final resulte placentera. Si placentera es la sensación de que, a pesar del transcurso de los años los
muertos encontraron justicia. Porque en la vida real el criminal de guerra quedó libre mientras que Historia
de un crimen se abre más a la reflexión en torno a la posibilidad de juzgar el pasado. Historia de un crimen
abreva en la larga tradición de obras de política criminal que incluye películas como Z de Costa-Gavras y
El secreto de sus ojos de Juan José Campanella. Filmes que relacionan el ideal de justicia con momentos
históricos en que la ley parece más al servicio de la política. Hay un par de detalles en Historia de un
crimen que no funcionan del todo. Los actores alemanes, por ejemplo, parecen incapaces de interpretar a
los nazis con la soltura con la que se dan vuelo los estadounidenses. Los actores en Historia de un crimen
están llenos de una suerte de pudor que resta fuerza a la escena climática. Pero en general la cosa funciona.
Es importante hacer notar que la sorpresa en el clímax no está relacionada con el pasado nazi de uno de los
protagonistas (algo que puede inferirse con ver el póster) sino con la crítica al régimen de Kornad
Adenauer, canciller federal de Alemania en los años de 1960 y “padre fundador” de lo que más tarde sería
la Unión Europea. Tal vez lo que mayor entusiasmo produzca en Historia de un crimen sea ver a Franco
Nero, actor de culto que ha trabajado con John Huston, Buñuel, Zeffirelli, Fassbinder y Quentin Tarantino.
En Historia de un crimen a Nero se le ve extraviado. La vejez le ha caído mal. Afortunadamente, tiene a
Elyas M'Barek para apoyarlo en escena. M’Barek es aquí un abogado defensor que, a pesar de ser un
auténtico novato en las costumbres de la corte de Berlín termina por ser el único interesado en distinguir la
ley de la justicia. El director, Marco Kreuzpainter es un cineasta joven. Nació en 1977 y, sin embargo, se ha
convertido en una luminaria de su país gracias, sobre todo, al éxito de Tormenta de verano, obra del 2004
que podríamos clasificar grosso modo de filme romántico gay. La capacidad de Kreuzpainter para dar voz a
las minorías de su país no resulta anecdótica, se vuelve, en realidad, uno de los capitales más interesantes
en Historia de un crimen. No se trata sólo de que el heroico abogado sea uno de los muchos turcos que hoy
sufren el racismo de los alemanes de clases altas, la película toca el tema de la inmigración en general.
Nuestro abogado, por ejemplo, va a relacionarse con una guapa italiana que reparte pizzas pero que,
adivinamos, terminará por volverse su verdadero amor. Además, el protagonista consigue volver a
relacionarse con un padre pobre al que despreciaba por no haberle podido dar de joven todo lo que él creía
merecer. Historia de un crimen es una buena película. Nos intriga ofreciendo preguntas que, en el fondo
tarde o temprano tendremos que enfrentar. Por ejemplo: ¿cuál es la diferencia entre legalidad y justicia?

Historia de un crimen. Dirección, Marco Kreuzpaintner. Alemania, 2019.

Fernando Zamora

@fernandovzamora

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